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Obesidad en la población escolar y la relación con el

consumo de comida rápida

Obesity in scholar population and the relation whith the


concump of fast food

Nora Ramos-Morales,1 Juana Marín-Flores,2 Sandra Rivera-


Maldonado,3 Yolanda Silva-Ramales4

1
Enf. Gral. UMAE Hospital de Pediatría CMN SXXI
2
Enf. Gral. Unidad de Consulta Externa UMAE Hospital de Especialidades CM la
Raza
3
HGZ 194 El Molinito IMSS
4
Enf. Gral. HGZ 1 A Los Venados IMSS, México

Dirección para correspondencia

RESUMEN

Introducción: La OMS ha considerado la obesidad como epidemia. En México el


abandono de patrones de alimentación tradicionales y la adopción de consumo de
alimentos de alto valor energético se ha favorecido en el medio escolar y familiar en
los niños, incrementándose la obesidad y la aparición de enfermedades
consideradas del adulto.
Objetivo: Identificar la relación que existe entre el frecuente consumo de comida
rápida (CR) y la obesidad en niños escolares.
Metodología: El estudio se llevó a cabo con 202 niños y niñas de 9 a 12 años en
una escuela primaria, excluyéndose aquellos bajo régimen dietético u otras
deficiencias hormonales. Se preguntó edad, se determinó peso y talla para el
cálculo del índice de masa corporal y en base a ello se les asignó categoría de
normal, sobrepeso u obesidad. A cada sujeto se asignó un nivel de ingesta de
comida rápida frecuente, habitual u ocasional, de acuerdo al número de alimentos
cuya ingesta se reportó como diaria por medio de un cuestionario autoaplicable.
Resultados: La proporción de sujetos normales, con sobrepeso y obesidad de
acuerdo a la frecuencia de la ingesta de CR fue analizada con chi cuadrado. Se
encontró asociación significativa entre el consumo de CR y el nivel de peso, más
evidente para el sexo femenino (p 0.09 para los hombres y 0.007 para la mujer).
En ambos sexos, la diferencia observada es atribuible a un incremento en la
proporción de sujetos obesos en el grupo con frecuente consumo de CR así como
un mayor número de sujetos normales que consumen este tipo de alimentos en
forma ocasional. Se calculó razón de momios para el riesgo de sobrepeso u
obesidad de acuerdo al nivel de ingesta de comida rápida encontrándose que en los
hombres la ingesta frecuente de CR aumenta 3.33 veces el riesgo. En las mujeres,
el OR fue de 2.4 para el alto consumo de CR. El riesgo atribuible al consumo
frecuente de este tipo de alimento fue de 20%.
Conclusiones: Más del 50% de los niños estudiados cursan con sobrepeso u
obesidad, sobretodo en el sexo masculino. Se encontró asociación entre la ingesta
de CR y el grado de obesidad, más evidente en el sexo femenino. El riesgo de
presentar sobrepeso u obesidad en sujetos con alta ingesta de CR es de 3.0.

ABSTRACT

Introduction: The who has considered the obesity like epidemic. In Mexico the
abandonment of traditional patterns of feeding and the adoption of food
consumption of high power value, in the average student and relative, the
scholastic children the consumption has favored the increase of obesity and the
appearance of considered diseases of adults.
Objective: To identify the relation that exists between the frequent consumption of
fast food and the obesity in children of scholastic.
Methodology: The study included children and children of 9 to 12 years, excluding
itself those under dietetic regime or other hormonal deficiencies. To ask age,
determined the weight and the stature of each subject for the calculation of the
index of corporal mass and on the basis of it assigned category of normal,
overweight or obesity. To each subject a level of ingestion of frequent food fast,
habitual or occasional was assigned, according to the number of foods whose
ingestion was reported like daily by means of a autoaplicable questionnaire.
Results: The proportion of normal subjects was analyzed, with overweight and
obesity according to the frequency of the ingestion of CR by means with square chi.
Was a significant association between the consumption of CR and the level of
weight, more evident for feminine sex (p 0,09 for men and 0,007 for the woman).
In both sexes, the observed difference is atribuíble to an increase in the proportion
of obese subjects in the group with frequent consumption of CR as well as a greater
number of normal subjects that they consume this type of foods in occasional form.
Was calculated reason of momios for the risk of obesity according to the level of
fast ingestion of food. One was that in the men, the frequent ingestion of CR
increases to 3,33 times the risk of in the women, the OR was of 2,4 for the high
consumption of CR. The atribuíble risk to the frequent consumption of this type of
food was of a 20%.
Conclusions: More of 50% of the studied children they attend with overweight or
obesity, coverall in masculine sex. Was association between the ingestion of CR and
the degree of obesity, more evident in feminine sex. The risk of
presenting/displaying overweight or obesity in subjects with high ingestion of CR is
of 3.0.

Introducción

La mayoría de los procesos del cuerpo humano requieren energía y ésta se obtiene
de los alimentos en forma de energía química, que al transformarse en energía
metabólica permite la síntesis de compuestos de estructura, hormonales y para la
actividad enzimática, entre otros. En los niños las necesidades energéticas son
principalmente aquellas asociadas con la formación de tejidos. Los factores que
determinan estas necesidades, son el metabolismo basal, la actividad física y el
crecimiento.1 Para permitir un crecimiento y desarrollo adecuado, la dieta normal
del ser humano debe proporcionarse en una cantidad acorde a la edad, sexo y
actividad física, manteniendo una proporción adecuada de los nutrientes principales
(carbohidratos, lípidos y proteínas).

La obesidad es una enfermedad caracterizada por un incremento en la grasa


corporal, que se acompaña de morbimortalidad elevada. Entre los factores
asociados al desarrollo de la obesidad se encuentran los factores genéticos, una
dieta inadecuada y el sedentarismo. Estos últimos característicos de buena parte de
la población actual. La prevalencia de obesidad en niños y adultos ha aumentado
cerca del 50 % en los últimos 10 años, por lo que la Organización Mundial de la
Salud (OMS) ha considerado a la obesidad como una verdadera enfermedad
epidémica, "El nuevo azote de la Humanidad".3

México no está libre de esta epidemia. El aparente desarrollo económico en la


última década es un factor que ha contribuido en el estilo de vida y los hábitos
alimentarios, por lo que se ha producido una transición nutricional hacia una
alimentación cada día más parecida a la de algunos países industrializados (dieta
con elevado contenido energético, proteínas y grasa saturada de origen animal,
baja en fibra).

Se está dejando a un lado la dieta tradicional rica en cereales como el maíz, del que
se hacen las tortillas, y leguminosas como el frijol, para adoptar una nueva cultura
de comida rápida, con alto valor energético, pero pobre en nutrimentos esenciales,
encaminándonos finalmente a otra forma de mala nutrición.

Por lo tanto, a pesar de que nuestra población se consideraba tradicionalmente


desnutrida por una nutrición deficiente en calidad y cantidad, desde hace algunos
años también se ve aquejada por sobrepeso u obesidad. Estudios recientes
realizados en nuestro país muestran cambios importantes en el estado de nutrición
de la población mexicana, especialmente la pediátrica. De acuerdo con el XII Censo
General de Población y Vivienda,3 24 millones 157 mil 894 mexicanos tienen
problemas de sobrepeso y obesidad, es decir el 44.1 % del total, cifra que parece
estar por encima de la registrada en población de Estados Unidos. Según las
diferentes regiones, la frecuencia de obesidad es mayor en la región norte del país
(frontera con Estados Unidos) y en la Ciudad de México, comparada con la
prevalencia del 19.9 % en la zona rural, usualmente un área pobre en recursos
económicos.

En un estudio efectuado en población pediátrica mexicana por Levi 4 se evaluaron


11415 niños de 5 a 11 años de edad, tanto en el área urbana como en la rural del
norte - centro del país y se encontró una prevalencia global del 27 %. La mayor
prevalencia de obesidad (38.6 %) se encontró en los niños de 5 a 6 años de edad
comparado con el 21% de niños entre 7 y 11 años.4 Al igual que en otros países,
los niños mexicanos se ven expuestos a una cultura "pago-ahorro" es decir, pague
menos y obtenga más, por lo que resulta más barato ser obeso. Este fenómeno se
ve en restaurantes y tiendas de autoservicio entre otros. Otro ejemplo es el
aumento desmedido en el número de establecimientos de comida rápida en los
últimos años. A finales de 1960 en México existían 1800 comercios de este tipo
dedicados a la venta de hamburguesas, actualmente existen más de 30000.6 La
industrialización ha ocasionado que estos productos contengan una materia prima
deficiente, disfrazada con saborizantes que dan por resultados productos de buen
sabor pero bajo valor nutritivo, además de estar respaldados con una estrategia de
mercadotecnia, enfocada especialmente hacia los niños. La posible explicación sería
el consumo elevado de azúcares simples (en forma de refrescos) y de grasa (como
frituras), lo que ocasiona un aporte elevado de energía en la dieta.
El mexicano destina el 30 % de su ingreso a la alimentación y de este porcentaje el
10% se destina a refrescos. México es el segundo consumidor de refrescos en el
mundo, sólo después de Estados Unidos. El 60 % de las familias incluyen el
refresco en la dieta habitual dentro de los primeros diez productos de consumo,
esto ha venido sustituyendo nuestras tradicionales aguas frescas de frutas. 5

Respecto al estilo de vida, el gran auge de la televisión y de los juegos de video han
sido otro factor de gran influencia. Hernández et al6 en 1999 estudiaron a 7112
niños mexicanos entre 9 y 16 años de edad y observaron una clara asociación entre
la obesidad, la actividad física y el tiempo empleado en ver televisión: aquellos que
veían más tiempo la televisión presentaban mayor riesgo de desarrollar obesidad.
En México se lee muy poco, pero en contraposición se ve la televisión. En este
sentido, la televisión no sólo modifica conductas y hábitos, sino que promueve el
consumo de ciertos productos. De los anuncios publicitarios de televisión destinados
a alimentos, el 85% están destinados a la promoción de refrescos, pastelitos y
frituras.

Otro aspecto que se debe comentar es la presencia de las tiendas en las escuelas.
Según la Secretaría de Educación Pública, el objetivo de las tiendas en las escuelas
es la enseñanza de los grupos de alimentos, la promoción de alimentos nutritivos,
el manejo racional del dinero y aprendizaje del funcionamiento del mercado; sin
embargo esto no sucede en la mayoría de los casos y son verdaderos promotores
del consumo de frituras, refrescos, etc.

El excesivo consumo de comida rápida o "chatarra" y golosinas se convierte en un


hábito para lograr que el niño se "alimente". Por comodidad, a modo de premio, o
por falta de tiempo para cocinar, los niños y adolescentes ingieren comida rápida
que aporta muchas calorías y grasas y contribuye al aumento de enfermedades
crónicas no transmisibles. Además, el alto consumo de bebidas carbonatadas a
base de cola y con cafeína disminuyen o retardan la absorción de calcio. Todo esto
forma parte de hábitos alimentarios distorsionados.

El incremento en el número de niños obesos se ha reflejado en la presencia de


enfermedades asociadas a la obesidad y que antes eran características de la edad
adulta. Como consecuencia de la obesidad, ha incrementado la prevalencia de
algunas enfermedades asociadas como Diabetes Mellitus tipo 2, Hipertensión
Arterial, dislipidemias, enfermedades cardiovasculares y colelitiasis.6 Lo anterior
lleva a un incremento en la morbilidad de la población pediátrica con disminución
en la calidad de vida.

Ya que en la infancia es cuando se desarrollan los hábitos alimentarios, es


importante identificar la relación que existe entre el consumo de comida rápida y la
obesidad en niños de edad escolar, identificar la frecuencia con que se ingiere la
comida rápida o chatarra en el grupo de edad de 9 a 12 años en una escuela
primaria de nivel socioeconómico medio. Identificar los antecedentes familiares de
obesidad en los padres y hermanos de los niños del grupo propuesto. Correlacionar
la frecuencia de la ingesta de este tipo de alimentos con el grado de obesidad
(medido a través del índice de masa corporal, IMC) para implementar medidas de
modificación de hábitos en esta población.

Metodología

En la Escuela Primaria "Defensores de la República" de la Secretaría de Educación


Pública en el Distrito Federal a través de visitas a la misma, previo consentimiento
informado, se aplicó un cuestionario para identificar la relación que existe entre el
consumo de comida rápida y la obesidad así como la frecuencia de consumo de
comida rápida en una muestra por conveniencia de 202 niños de 9 a 12 años de
edad, excluyéndose aquellos bajo régimen dietético u otras deficiencias
hormonales.

Previa autorización de la SEP y a la recolección de la información, se estableció un


procedimiento de estandarización de cuatro alumnas del Curso Postécnico de
Enfermería Pediátrica para vigilancia de la aplicación del cuestionario y la toma de
mediciones de talla y peso. Los investigadores acudieron el día señalado para la
obtención de información sobre la edad, antecedentes heredo familiares de
obesidad,7 y actividad física por medio de un instrumento tipo cuestionario auto
aplicable, así como la determinación del peso y la talla de cada sujeto para el
cálculo del índice de masa corporal. El cuestionario fue diseñado por las
participantes explorando la frecuencia de alimentos que habitualmente están
disponibles para su consumo por el niño, tanto en el ámbito escolar como
extraescolar. El instrumento se aplicó previamente a un grupo piloto de 10
adolescentes, posterior a lo cual se hicieron modificaciones en el mismo. A cada
sujeto se asignó un nivel de ingesta de comida rápida (CR) frecuente, habitual u
ocasional, de acuerdo al número de alimentos cuya ingesta se reportó como diaria,
así como la categoría de normal, sobrepeso u obesidad de acuerdo al índice de
masa corporal. El sobrepeso y obesidad se diagnosticó como IMC por arriba del
percentil (PC) 85 y PC 95 respectivamente para edad y sexo.7 El estudio cumplió
con las reglas nacionales e internacionales en materia de investigación e implica un
riesgo menor al mínimo.

Resultados

Se estudió una muestra a conveniencia de 202 niños que reunieron los criterios de
estudio (cuadro I), sin diferencia significativa en cuanto a edad. Se analizó la
proporción de sujetos normales, con sobrepeso y obesidad de acuerdo a la
frecuencia de la ingesta de comida rápida por medio de la prueba de Chi cuadrado.
Se encontró una asociación significativa entre el consumo de comida rápida y el
nivel de peso, más evidente para el sexo femenino (p 0.09 para los hombres y
0.007 para la mujer). En ambos sexos, la diferencia observada es atribuible a un
incremento en la proporción de sujetos obesos en el grupo con frecuente consumo
de comida rápida así como un mayor número de sujetos normales que consumen
este tipo de alimentos en forma ocasional (cuadros II, III).
De acuerdo a los datos disponibles, se calculó la razón de momios para el riesgo de
presentar el evento adverso sobrepeso u obesidad de acuerdo al nivel de ingesta de
comida rápida. Se encontró que en los hombres, la ingesta frecuente de CR
aumenta 3.33 veces el riesgo de presentar sobrepeso u obesidad. En las mujeres,
el OR fue de 2.4 para el alto consumo de CR, que incluso resultó evidente con la
ingesta en forma habitual, comparada con la ingesta ocasional (OR 3.42). El riesgo
atribuible al consumo frecuente de este tipo de alimento fue de aproximadamente
un 20%.

Discusión

En las escuelas públicas de nivel primario del DF, no existe reglamentación sobre la
venta de alimentos a los alumnos y no existe control del tipo de alimentos
expedidos y consumidos por los niños. Habitualmente se maneja en forma de
cooperativa en la que los niños participan activamente como vendedores, al mismo
tiempo que los consumen diariamente. Por precio, facilidad en la conservación de
los alimentos y atractivo visual, predomina la venta de alimentos que en la mayoría
de los casos no cumplen con los requerimientos nutricionales y tiene un alto valor
energético a expensas de grasa y azúcares.

En este estudio, encontramos una alta prevalencia de sobrepeso y obesidad, incluso


mayor que la reportada para la población general. Esto fue más evidente para el
sexo masculino, donde el 32.7% de los varones tuvo un índice de masa corporal
mayor del 95% para su edad comparado con el 28.3% en las mujeres.Se ha
reportado que en algunas poblaciones, el sobrepeso y la obesidad predomina en el
sexo femenino, lo cual no se evidenció en este estudio. Lo anterior podría
explicarse porque en esta edad se da mucha importancia a la imagen corporal.

Similar a lo reportado por Levi y colaboradores4, que estudiaron niños de 7 a 11


años del medio rural y urbano se observó asociación entre el grado de obesidad y la
ingesta de comida rápida, aunque significativa principalmente en el sexo femenino.
Esto último, probablemente se explique por el número de sujetos estudiados y por
la posibilidad de influencia de otros factores sobre el peso de los sujetos.

Ya que el riesgo de presentar sobrepeso u obesidad parece incrementar en forma


significativa con el mayor consumo de este tipo de alimentos, vale la pena
considerar el retomar la política original de la Secretaría de Educación Pública, cuya
intención es que las cooperativas sean una forma a través de la cual los niños
conozcan los grupos de alimentos y tomen decisiones adecuados en cuanto a
alimento nutritivos. El implementar medidas para disminuir esta ingesta, ya sea a
través de maniobras educativas en el niño, su familia y sus maestros y en el control
sobre el tipo de alimentos que consumen, podría dar lugar a un descenso en el
número de niños con problemas de sobrepeso y obesidad.

Bibliografía

1. Rojas M, Guerrero L. Nutrición clínica y gastroenterología. Bogotá, Colombia,


Médica Panamericana, 1998. [ Links ]

2. Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Nutrición 1999. Niños


menores de 5 años. Tomo I. Cuernavaca, Mor. INSP, 2000. [ Links ]

3. Instituto Nacional de la Nutrición. Encuestas Nutricionales en México. México:


División de Nutrición, 1963. [ Links ]

4. Levi S, Rivera DJ, Ramírez SC. Sobrepeso y obesidad en población escolar


mexicana. Libro de resúmenes del IX Congreso Nacional de Investigación en Salud
Pública, 2001: 34-35. [ Links ]

5. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Encuesta Nacional de


Ingresos y Gastos de los Hogares, México: INEGI, 2000. [ Links ]

6. Hernández B, Gortmakers SL, Goldiestz GA. Association of obesity with physical


activities, television programs and other forms of video viewing among children in
Mexico City. Int Obesity 1999; 23: 845-54. [ Links ]

7. Sheldon WH, Stevens SS, Tucker WB. The varieties of human psyque an
induction to constitutional psychology. EUA: Harper & Brothers, 1940. [ Links ]

Dirección para correspondencia:


Nora Ramos Morales
Calle 67 No. 91 Col. Puebla CP 15020
México DF, México
E-mail: nora_ramos@terra.com.mx
Recibido el 23.09.2005
Aceptado el 22.12.2005

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