El retrato contemporaneo:
la descomposicién del ser
y del almaNunca como en l siglo XX fue tan wid a rei:
vindiccinevistana del sla en derimento del cuer-
po. Con el descubrimiento dela fotografi, sha dicho
Y repetido, tiene todavie sentido recurrir ala pintara
para docomenta la apariencia del cuerpo?
En verdad, deberfamos preguntarnos si bay lugar
todavia parse ate del reteato, no tanto porque exs
ten toda clase de medios mecinizos de Feproduccion
aque hacen que el esfuerzo del artita por copiae la rea
Iidad ses instil 0 ext, sino porque se ha puesto en
dda que el ser humano siga consttuyendo una ent
dad unitara, y que pueda ser, por tanto, captada y
plasmada en su rotalidad
El gran historiador del arte Bewin Panofsky habla
obserado que ua gran rerato debe, en primer lugas,
mostrar 2 una figura dotada con un lisco subciente
mente singulae afin de que sea ficilmentereconocible,
(Cae sctsar casi como un frease cuando ieniiea el
cexpe de un deseonocido (lo contrario es un retato
ideal del que han sido boreadas todas ls sefs de iden-
tided, manchas,areugs, bolas bajo ls oj, ete). Pe-
ro a a vez la figura ene que poser una expresin
(oa sonrsa, un ret o una mirada del color que sea)
{ue exteroricevisualmente unos sentimientos con los
{que el espectador normal se pueda identifica sin pro-
Blemas,y que puedan ser compartdes por un gran a
mero de observadores.10 Pedro Azara
En un verdadero retrato, todo lo bumano se en-
arma en wna persona tnica y de carne y hueso, que
aparece como una sefil de reunién ¥ un signo de re
‘conocimiento, como un aviso y uns guia, como un des-
tello y un espejo, como un modelo y un ejemplo de
‘comportamiento. ¢Quién ba mirado 2 los ojos de un
determinado retrto —de Rembrandt, por ejemplo~
comparindose von él y sintiéndose, al mismo tiempo,
cevaluado, reevaluado 0 devaluado por él?
Pero, para que wn retrato acte como un espejo,
ro puede estar quebrado en mil fragmentas dispersos,
sino que tiene que ser integro. Debe estar entero debe
presentar una brillante superficie unitatia, Esto impli
ta que el retrato ha sido medido, comedido y ajustado
2 las proporciones adecuadas que, juntas, conforman
‘una unidad encera, Es obvio que toda medicién equi
vale a la comparacién de las dimensiones del objeto
‘con una unidad de medida previamente fijada y acep-
tada. Estz tiene Ja tima palabra. Ante la exacta
mensuracion ~repetible tantas veces como sea necesa-
Flo y verilicable en cualquier momento- soa inttiles,
por imprecisas, ls medidas a ojo de buen eubero.
Pero sino se dispone de una regl o de un mode-
Jo, nada puede ser comprobado, y todo se dispersa en
la incertidumbre. Estallan los ramores que, por deli-
nicién, son inverificables. Se deforma poco a poco la
realidad. La verdad se aleja y se ensombrece , al final,
ya no queda sino una masa informe y desproporcio-
nada. Flemos entrado en el reino de los despropésitos
y de las ocurrencias, como si hubigramos eruzado el
‘umbral del espejo siguiendo 2 Alicia, ya que cuando
El retrato comtemparineo a
no existen reglas uno puede proclamar y defender lo
primero que se le ocarra, sn que tenga consecucncias
Domina, pues, lo inconsecuemte. Estalla asa, ame-
nu histérica, porque se ha Hegado a una situacion,
stbsurda de ls que no hay escapatoria posible, pace
absurdo es, por definicién, algo imposible. Mas lo im-
posible es la que no puede se, logue no es ni existe,
el vacio o la nada. Lo que se tenia en manos y $6
queria medi in que se taviera una reglao una norma
ha acabado por disolvese, dejéndonos sin nada en ls
2Cual es, entonces, I unidad de medida con la
aque el artista zg 0 mide al Kombre, y sin cuya exis
tencia el rearato es descomedido, y dja asi pues, de
tener sentido? Una medida es una eatidad que esté
fueray cuya suerte no depende de lo que debe ser me-
dido. Bs soda y perieets, como una rela de ttanio
irisado. Lo mensurable es mudable y cambiante, evo-
luciona con el tiempo, mas ls unidad de medida ex
invariable, y nada le afeca, Es inomune alas inclemen-
clas, y est por encima de las cantingencias. Es drs,
inflenble. Neda la puede modifiear ni torcee, ni la
fuera ni hs spies, Sus medidas som inapeables,
pues no dependen de las emociones. No cabe el erzor
de medida, De algin modo es inhuman y sobrehu-
‘mana. El acto de medicidn aealla ls opiniones. La ni-
dad puede con todo, porque ests por encima de todos,
cays integidad depende de ells,
Sin embargo, parsdéjicamente, lo mensurable y la
unidad de medida estinintimamente wnidas. Aguél es-
ti hecho a media, y la unidad de medida ex conce-