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INFORME SOBRE LA ANIMACION SOCIOCULTURAL

(ELECTIVA)

PRESENTADO A:
DOC. ALEXIS PEREZ

PRESENTADO POR:
KAREN JULIO
DIOCELIN SALTAREN
SARA VALIENTE
YEIMIS VALDEZ
LORENA VERDUGO

A1

UNIVERSIDAD DE LA GUAJIRA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
PROGRAMA DE TRABAJO SOCIAL
RIOHACHA – LA GUAJIRA
2018
Actividad No. 1
NACIMIENTO DE LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL (ASC).

López de Ceballos (1987), Hernández A. (1987), Angulo Uribarri (1971), entre otros,
describen las raíces de este movimiento, desde la década de los cincuenta en que
se acuña la expresión, hasta la fecha del 1º Congreso de “Animación Sociocultural
y Municipio”, celebrado en Madrid en 1982.
Encontramos referencias a antecedentes norteamericanos de ASC que tendrían
que ver con los reformadores románticos del siglo pasado, con la idea religiosa del
perfeccionismo, con la lucha social de los marginados forzando la transformación
hacia una verdadera democracia social y económica, o con la reivindicación de los
derechos civiles y otros programas similares. Pero estos ejemplos tienen, sobre
todo, un valor testimonial, porque las dos Guerras Mundiales acabaron el bagaje
acumulado por estas experiencias…
Sin embargo, Europa, antigua y sabia, está llena de referencias plurales y
heterodoxas fundamentadas en las más viejas corrientes del pensamiento o la
práctica, tanto religiosa, como social o política. La ASC., de otra manera a como
ahora se perfila, ha venido haciéndose en muchos lugares desde tiempo atrás. Entre
otros ejemplos podemos citar nuestro país, con las experiencias llevadas a cabo
durante la Segunda República, que la Guerra Civil interrumpió.
Desde esa etapa española, hasta la creación del Consejo de Europa en1949 y la
posterior constitución del Consejo de Cooperación Cultural en 1962, muchos
esfuerzos se han producido de facilitación del acceso a la cultura, de difusión y
democracia cultural a través fundamentalmente de la ASC.
Entre otros hitos especialmente significativos cabe citar el fenómeno de Mayo de
1968 en Francia, en tanto que respuesta a una situación profundamente crítica,
reivindicación de una ética no confesional, contestación frente a injusticias
institucionales, impulso a la creatividad, esfuerzo de imaginación, y recuperación de
la palabra y de la acción participativa.
Luego Rotterdam 1970, San Remo 1972, Bruselas 1974, Las conferencias de
ministros de Oslo 1976, de Atenas 1978, de Luxemburgo 1981…, han venido
llenando de contenido ideológico progresivamente enriquecedor la breve pero
apretada historia de la ASC.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA A.S.C.

PROCESO HISTÓRICO ÉPOCAS FACTORES


INCIDENTES.

Los términos de En los años sesenta y - Sociales,


Animación Sociocultural setenta la UNESCO en coyunturales,
y animador se utilizan su Declaración de los geográficos.
por primera vez en 1950, Derechos Culturales y
cuando la UNESCO al desde el Consejo de - Sociales,
referirse a la actividad de Europa con la creación económicos,
grupo la denomina del Consejo para la culturales.
“animation Cooperación Cultural en
Socioculturelle”. 1962 se adopta medidas
de Política Cultural con la
finalidad de difundir la
cultura.
Los cambios sociales En los años setenta y
surgidos tras la Segunda ochenta habiendo - Culturales, de
Guerra Mundial, dan fracasado la difusión desarrollo,
paso a una sociedad que cultural o demográficos.
se caracteriza por el democratización cultural
individualismo y la que consideraba solo
disgregación social, motivo de difusión lo que
aparecen nuevas formas se encuentra en museos,
de marginación social, bibliotecas.
económica y psicológica
con una falta de
capacidad del individuo
para afrontarlas.
Los primero en utilizar En la década de los - Económicos,
los conceptos referidos a ochenta la ASC deja de cívicos, religiosos
la ASC son las estar principalmente en
instituciones de carácter manos de voluntario y de
político. Pues aunque las tener un carácter
ASC tratan de las principalmente marginal,
necesidades de para profesionalizarse e
comunidades y grupos institucionalizarse.
sociales, las Instituciones
políticas a partir de la
Segunda Guerra
Mundial.
Actualmente, la ASC actúan también desde el ámbito de los Servicios Sociales,
porque la ASC hay que entenderla también como una acción social transformadora
y como una alternativa al esquema paternalista- asistencialista que usa el Estado
del Bienestar que hace depender al ciudadano del Estado para solucionar sus
problemas.

LA INDUSTRIA CULTURAL Y SU IMPACTO EN LA VIDA CULTURAL

Detrás de cada acción existe una influencia inherente a las experiencias de vida. En
la actualidad la sociedad se ve sumergida por el bombardeo constante de
información provocando que estas experiencias se extiendan alrededor de los
medios de comunicación. Son estos últimos los que influyen en gran medida en la
forma de percibir el mundo, razón suficiente para que la regulación de los medios
recaiga sobre el interés económico y político. Pero ¿Está la sociedad destinada a
ser influenciada por los medios de comunicación de tal manera que llegue a ser
manipulable?
En el ámbito de la comunicación existe el término Industria Cultural que fue
introducido en la Teoría Critica por Theodor Adorno. Se entiende por Industria
cultural, según Adorno (1947), a todo aquello que transforma el arte en objetos de
servicio con obtención de un beneficio económico. Es decir, el arte pierde su función
principal y se convierte en mercancía sin llegar a ser diferente a un producto o
servicio que se puede adquirir a cambio de un costo.
Al hablar de Industria Cultural forzosamente se incluye otro término mencionado
infinidad de veces por Adorno: Cultura de masas. Traducido en simples palabras, la
cultura de masas se constituye de los fenómenos culturales que influyen a una gran
cantidad de personas. Adorno intenta relacionar con este término la pérdida del
criterio y valor humano a cambio de un valor de mercado meramente superficial.
La expresión masa sugiere que los destinatarios de los productos mediáticos
constituyen un vasto mar de individuos pasivos e indiferenciados. Se trata de una
imagen asociada a algunas de las más tempranas críticas a la “cultura de masas” y
a la “sociedad de masas”, críticas que generalmente asumen que el desarrollo de
los medios de comunicación ha tenido un largo y negativo impacto sobre la vida
social moderna, creando un tipo de cultura blanda y homogénea que entretiene a
los individuos sin desafiarlos. (Thompson,1995)
El efecto de los medios de comunicación es altamente subjetivo aunque
comprensible. Todo aquello que se transmite en los medios de comunicación tiene
el fin de generalizar, esto se refleja en la cultura popular que asigna estereotipos
cuyo propósito es el de encaminar al hombre en dirección a lo banal.
Es ciertamente inútil encontrar solución para este fenómeno, porque es poco
probable acabar de raíz con algo establecido por décadas, pero si se puede plantear
e intentar llegar al trasfondo de su complejidad. Adorno (1947) consideraba a los
medios de comunicación como la vía principal por la cual conducen intereses que
enajenan al hombre. Esta enajenación tiene como principal objetivo promover el
ocio y alejar cualquier pensamiento crítico. Sin criterio la sociedad es altamente
moldeable, susceptible al estancamiento y definida en base a ideas generalizadas.
Manipulación es una palabra extremista para referirse a una función propia de los
medios de comunicación. No cabe posibilidad de manipulación porque existe
conciencia de lo que ocurre alrededor. La toma de decisiones no son la
consecuencia de la manipulación pero si se ven altamente influenciadas por los
medios de comunicación.
Ningún teórico involucrado en la Teoría Critica propone una solución, simplemente
plantean el problema y esclarecen de forma subjetiva sus posturas. Sería ingenuo
intentar proponer una solución cuando se sabe de ante mano que la humanidad no
conoce otra realidad desde épocas inmemorables, cuando todo lo que se conoce
funciona bajo ese régimen. Entonces, si no se puede restablecer el contenido, la
clave está en crear audiencias críticas. Si se educa a la sociedad de manera en que
sean capaces de analizar, que no se conformen con lo que presentan los medios
de comunicación como verdad, que indaguen usando el criterio, solo de esta
manera se puede crear una sociedad inmune a la farsa, al ocio y a la enajenación.

LAS POLÍTICAS DE CULTURA Y EDUCACIÓN.


El ideal del desarrollo de las políticas culturales es, más allá de planificar la Cultura,
asegurar que los componentes y recursos culturales estén presentes en todos los
espacios de la planificación y procesos de desarrollo de las políticas públicas.
La puesta en marcha de políticas culturales enfrenta un gran número de retos para
su adecuada y próspera ejecución. Por ello, es menester la elaboración de políticas
públicas consistentes que establezcan parámetros y lineamientos a largo plazo. En
buena parte de los casos, ello implica asumir decisiones de complejidad y avanzar
asumiendo obstáculos, imprevisiones e imprecisiones constantes.
Los principios fundamentales en los que se basan las políticas culturales, son:

- La promoción de la identidad cultural.


- La protección de la diversidad cultural.
- El fomento de la creatividad.
- La consolidación de la participación ciudadana.
La ejecución de estas políticas implica institucionalizar las organizaciones que han
de asumir los encargos; diseñar los canales de negociación e interlocución con los
diferentes actores culturales y definir las acciones previstas en las organizaciones
estatales, sector privado, tercer sector y sociedad civil.
Por otra parte, se requiere precisar las acciones a llevar a cabo para facilitar los
procesos de gestión; prever las problemáticas que se deriven de la aplicación de la
política y disponer de suficiente capacidad de flexibilidad para atender a los cambios
y controlar los medios para dotar de soluciones y medios adecuados a los agentes
involucrados.
(1) Ponencia titulada “Las administraciones territoriales intermedias y las políticas
públicas para la cultura” presentada en ocasión de la Conferencia Internacional
sobre Políticas Culturales; Bilbao, noviembre 2005
La educación estructurada institucionalmente, con un programa de estudios
planificado y dirigido al reconocimiento formal del logro de ciertos objetivos
educativos, tales como créditos, títulos, o capacitación profesional. Se puede
relacionar con la educación reglada, o con la educación institucional (Libro Blanco
de la Educación de Adultos). Jarvis (1989) afirma que la mayor parte de la educación
formal de adultos, está pensada para ayudar al individuo a encontrar un hueco en
las estructuras del sistema social.
Para Escarbajal (1991) la educación formal se justifica fundamentalmente por:
a) El aprendizaje cognitivo sólo puede darse en las condiciones que esta crea.
b) La educación supone una intencionalidad, definida desde las instituciones.
c) El sistema educativo es menos manipulable que otras instituciones de
enseñanza.
d) El sistema educativo formal tiene una sólida estructura, lo que le permite abordar
amplios objetivos.

Actividad No 2
LA ANIMACION SOCIOCULTURAL COMO AGENTE DE
INTERVENCION SOCIAL
La ASC es una estrategia de intervención que trabaja por un determinado modelo
de desarrollo comunitario. Este modelo de desarrollo en, desde y para la comunidad
tiene como finalidades últimas promover la participación y dinamización social,
desde los procesos de responsabilización de los individuos en la gestión y dirección
de sus propios recursos. Un desarrollo entendido como «integral y endógeno;
integral en cuanto capaz de unir entre sí los progresos económicos, sociales,
culturales, morales, reforzándolos en su mutua relación. Endógeno, como el paso
de sí mismo a un nivel superior, en unas relaciones de suma positiva con los demás
… » (Lenoir, 1989).
La ASC es un instrumento adecuado para motivar y ejercer la participación. Ésta se
concibe como una toma de conciencia hacia el cambio personal y estructural; como
proceso dialéctico y dinámico entre la Administración, los técnicos y la población,
organizada a través de asociaciones, movimientos sociales, partidos políticos,
plataformas y redes interasociativas. Esta visión de desarrollo comunitario parte de
la necesidad de una adecuada articulación de la sociedad, en la que los tres ejes
que la constituyen: Estado, mercado y tercer sector, trabajen de forma
complementaria y donde la solidaridad circule en el interior de cada uno de ellos.
Como afirma García Roca: «sólo las relaciones sinérgicas están en condiciones de
acreditar una intervención adecuad, significa incrementar la coordinación entre los
distintos actores y entre las distintas dimensiones de la necesidad, con la
participación de todos los agentes implicados» (García Roca, 1995). Esta
articulación se hace posible cuando se construye un sistema capaz de desarrollar a
la vez la adaptación, la innovación y los cambios cualitativos; cuando presenta poca
rigidez en su estructura, con una organización de abajo arriba, aspirando, en última
instancia, a la
Fortalecer la sociedad civil significa concebir autonomía y a la actualización de los
sujetos.

DESARROLLO COMUNITARIO COMO FORTALECIMIENTO DE LA SOCIEDAD


CIVIL
a los sujetos como los auténticos protagonistas de su desarrollo, el cual atraviesa
diferentes fases o niveles:
1. Concienciación de sus carencias y necesidades:
2. Motivación para buscar las respuestas necesarias.
3. Asociarse para llevar a cabo los cambios y las transformaciones.
4. Denuncia y contraste para un adecuado reparto y socialización del poder.
Para ello es fundamental una sociedad civil basada en la acción social, entendida
ésta como acción política; acción local cuyo horizonte es el cambio y la
transformación de las estructuras políticas, económicas, sociales, educativas y
culturales. Si la sociedad civil no camina hacia ese horizonte de cambio estructural,
desde las bases populares y de los grupos organizados, ésta se queda reducida a
un mero consumo de actividades y servicios, a espacios asistencialistas y
estigmatizados, pero no una sociedad pluralista y democrática.
El aprendizaje de la democracia se realiza fundamentalmente en la experiencia
asociativa, donde, a través del diálogo y el consenso, se llega a visiones de
pluralismo cultural y a acciones organizadas de cara a una mejora de la calidad de
vida de los ciudadanos. Según señala Touraine: «la democracia es el medio político
de salvaguardar la diversidad, de hacer vivir juntos a individuos y grupos cada vez
más diferentes unos de otros en una sociedad que debe funcionar también como
una unidad» (Touraine, 1994, p. 259).
El fortalecimiento de la sociedad civil necesita de una real distribución y reparto de
poder: económico, social, educativo, cultural y político. Requiere facilitar las
posibilidades para que cualquier persona pueda accionar en su vida de forma
organizada, asociativamente; también es necesaria una auténtica igualdad de
oportunidades para todos los miembros de la sociedad. Ello lleva a un cambio a
nivel estructural.
Este planteamiento implica ofrecer los cauces para que las «clases populares», los
sujetos en su comunidad local puedan participar activamente. Para ello se requiere
un cambio de políticas sociales en clave comunitaria, donde los sujetos de la
intervención no sean vistos únicamente desde las carencias, sino como portadores
de potencialidad que necesitan de los recursos adecuados para ser desarrollados.
Dar los cauces para realizar acciones organizadas, a través de grupos sociales
intermedios (asociaciones, ONGS, movimientos sociales, redes en el territorio … ),
requiere de un reparto y socialización del poder, concretado en presupuestos, tipo
de recursos, gestión y dirección de esas organizaciones. Estas organizaciones
intermedias, a través de sus acciones, en las que expresan sus intereses reales, y
desde una toma de decisiones real, plantean un nuevo modelo de sociedad, que se
manifiesta en formas solidarias de gobierno, no agotándose en la propia sociedad
civil. Este enfoque replantea un nuevo modelo de Estado.

Práctica de la ASC desde los agentes de la intervención comunitaria


La ASC es una estrategia adecuada para motivar y dinamizar la sociedad civil. Por
los métodos, técnicas y estilo que utiliza es un instrumento adecuado para promover
la participación y la dinamización social ciudadana. En su práctica, lo lleva a cabo a
través de ámbitos que intervienen en la comunidad coordinadamente:
– Los servicios ofrecidos al territorio (socioeducativos, sociolaborales,
socioculturales, sanitarios, sociales).
– Los diversos profesionales que trabajan en la comunidad (servicios sociales,
educación, cultura, salud).
– Las asociaciones de voluntarios.

VISIÓN DEL PROFESIONAL QUE TRABAJA EN LA COMUNIDAD


Con respecto a éstos (educadores sociales, familiares, monitores y directores de
clubes de tiempo libre y ocio, de centros abiertos, maestros, educadores deportivos,
de adultos, pedagogos, trabajadores sociales, sociólogos, gestores culturales,
psicólogos, médicos, personal de enfermería) cabe realizar una serie de cuestiones
previas a la hora de plantear su intervención desde una perspectiva comunitaria:
¿desde dónde y desde qué claves van a ejecutar su trabajo?, ¿desde qué visión de
desarrollo de la comunidad van a actuar?, ¿qué procesos participativos intentarán
generar y desarrollar?, ¿a favor de quiénes y de qué?, ¿qué estrategias y qué
procesos de desarrollo personal y comunitario ejecutarán?, ¿cómo llevarán a cabo
esta tarea coordinada dentro de la comunidad en sus proyectos, acciones y
evaluaciones?
Estas cuestiones hacen referencia a una visión del profesional diferente de la
actualmente existente. Para que éste actúe desde el horizonte de construcción de
la comunidad se requiere:
– Una nueva visión de la formación y del reciclaje de éstos hacia una perspectiva
comunitaria y preventiva, en línea de programación, ejecución y evaluación.
– Que aparte del conocimiento de su campo específico de intervención, conozcan y
sepan poner en práctica: el trabajo en equipo, la colaboración y coordinación, el
intercambio de experiencias, la comunicación interdisciplinar e intersectorial
(Marchioni, 1994).
Coordinación comunitaria de profesionales y servicios.
Necesidad de voluntariado como praxis necesaria y contrapunto para superar las
tendencias corporativistas y burocratizantes de los distintos profesionales.
Una adquisición Normativa en aptitudes de capacitación relacionar: facilidad de
comunicación, de no directivita, de conexión y aprendizaje para el trabajo y la
dinamización de grupos, así como aptitudes en cuanto al dominio de la tarea:
capacidad de organización, sentido de responsabilidad, habilidad para motivar, para
afrontar dificultades, capacidad analítica y de adaptación a la realidad donde se
interviene.
Un trabajo concebido en clave de proyecto comunitario. Para ello es necesario que
el profesional tenga una visión definida y programática de los fines, métodos y
acciones de su intervención; que la haga comprensible a los participantes,
voluntarios y usuarios del proyecto, y favorezca la cooperación de éstos en sus
modos de producción. Esta forma de trabajo en clave de ASC necesita de:
 Creación de equipos en relación a las tareas a desarrollar. Para ello el
profesional identifica las capacidades y motivaciones de las personas,
combinándolas con las tareas que tendrán que desarrollar.
Favorecer un clima de responsabilidad, de pensamiento crítico y de comunicación.
Ajuste continuo entre las motivaciones de las personas con las necesidades del
proyecto y de sus propias personas.
Que el profesional-animador vaya conduciendo a que, progresivamente, él mismo
tenga un menor peso en la intervención, y se vaya creando un mayor nivel de
implicación y responsabilidad desde las autonomías de los miembros, en el avance
y progresión del proyecto.

PARTICIPACIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD


En la definición de objetivos y programas, en la gestión de recursos, en la
organización y evaluación de los procesos. Para ello se necesita que las
asociaciones se vayan organizando con equipos responsables, eficaces, con
métodos de trabajo cooperativo y líderes-animadores técnica y humanamente
preparados (Puig, 1995).
Visión política de las acciones. La eficacia de una asociación depende de cómo
planifique sus acciones a partir de los fines que quiere llevar a cabo. Para ello, es
necesario que se observe, se reflexione y se propongan actuaciones necesarias
para la ciudad-territorio y las personas. Asociaciones, por tanto, que no sólo
ofrezcan servicios sino que también movilicen mentalidades, que ofrezcan una
mirada política sobre sí mismos, sobre los otros, sobre la realidad social (Puig,
1995). Actuar desde este planteamiento político requiere:
a) Un adecuado trabajo en equipo, con profesionales, donde se den niveles de
responsabilidad y de pensamiento crítico, comunicación, delegación de tareas y
equipos de trabajo sólidos y con permanencia.
b) Formación permanente en la acción y la reflexión:
para la acción, por medio de los conocimientos, las actitudes y las habilidades
necesarias para la comunicación y relación grupal, a través del aprendizaje y de la
resolución de conflictos y de destrezas sociales para la organización.
c) Impulsar animadores asociativos con técnica y sentido militante, con aprendizajes
técnicos en gestión y nuevas tecnologías, y con capacidades de dinamización
grupal.
– Espacios de denuncia, de impulso y de protección de los derechos humanos. Para
ello, las asociaciones deben tener un carácter público y transparente.
– Estructuras organizativas que promuevan la participación y la efectividad, y
posean programas de actuación creativos. Se requiere que las asociaciones vayan
favoreciendo proyectos bien planificados y se vayan consolidando con responsables
técnicamente cualificados para el trabajo de la asociación.
Es importante que la organización, progresivamente, se vaya ajustando a las
necesidades y motivaciones de los sujetos. Para ello hay que tener en cuenta que
las actividades no deben ser desproporcionadas en relación a los recursos que se
tienen; que los objetivos estén claros y precisados, acordados por los miembros;
que los programas de trabajo surjan de la reflexión y de los análisis de la realidad;
que la toma de decisiones sea participativa, y finalmente, que el trabajo -acciones y
reuniones- sea llevado a cabo con permanencia y regularidad.
– Complementariedad entre voluntariado y profesionales: que los equipos de trabajo
estén formados por estos dos tipos de agentes. Es importante que los profesionales
sean personas técnicamente preparadas, y liberadas dentro de la asociación, para
realizar las funciones de coordinación.

ORGANIZACIONES SOCIALES
Respecto a éstas se requiere:
– Un trabajo coordinado e integrado en programas globales de la comunidad, con
técnicos, servicios y plataformas asociativas. Para ello se requiere la formación de
aptitudes como: asumir el pluralismo como enriquecimiento, necesidad de la
coordinación como una respuesta más cualificada y eficaz para las personas, desde
un enfoque más integral y creativo de las acciones.
– Las organizaciones han de tender a vivir el sentido profundo de la democracia y
ejercitarla, en sus fines y en sus medios. Para ello se ha de dar una relación de
complementariedad con los poderes públicos, a través de un cambio, que iría de
unas relaciones de protección y colaboración a unas relaciones de cooperación
efectiva.
– Cualificar la metodología del trabajo en equipo, a través de las funciones y la
técnica que éste conlleva.
En relación a las funciones a desarrollar, éstas serían: análisis de la realidad,
programación, realización de actividades, coordinación y evaluación. La función del
liderazgo-coordinación es necesaria e intrínseca al trabajo en equipo, en cuanto que
desde ella se favorece: la interconexión de los grupos y tareas, la evaluación, la
formación y la apertura a nuevos planteamientos desde la práctica y la reflexión.
En relación a la técnica, el elemento de cómo dinamizar las reuniones es el método
fundamental del trabajo de equipo. Éste requiere: operatividad, coordinación,
recogida de acuerdos, ritmos y espacios donde todos los miembros se puedan
coordinar.

SERVICIOS QUE OFRECE LA A.S.C.


Con respecto a éstos, desde esta perspectiva de dinamización comunitaria y
sociocultural se requieren unos modos de intervención con las siguientes
características:
– Dar protagonismo real a los sujetos y a los grupos, desde las necesidades y
acciones que surjan desde ellos mismos.
– Dotar de estructuras participativas que requieren de personal cualificado técnica
y vivencialmente en los procesos de participación.
– Abordar las prestaciones y recursos, no sólo desde las problemáticas concretas y
estigmatizadas (minusvalías, toxicomanías), sino de forma integral-abordando
todas las áreas de las personas: afectiva, social, física, cognitiva-, y desde
dimensiones comunitarias -socio laboral, educativa, cultural, servicios sociales,
sanidad, etc.
– Relaciones horizontales y de acompañamiento social (personal y grupal).
– Ver los desarrollos y los procesos personales y comunitarios no desde parámetros
de eficacia únicamente, sino desde un trabajo progresivo, lento y permanente,
basado en los aspectos nucleares de las personas y los grupos: «identidad,
reciprocidad, confianza» (García Roca, 1995, p. 14).
– No concebir la intervención sólo como democratización cultural, sino también
como ejercicio de participación real de las personas, que atraviesa la toma de
decisiones y los procesos progresivos de concienciación y acción de los individuos,
siendo ellos mismos los protagonistas del desarrollo comunitario; es decir, trabajar
desde la visión de democracia cultural.
– Las ofertas de estos servicios deben atender a los procesos de personalización
de cada uno de los individuos.
– Las intervenciones se planteen desde una visión sistémica, no como suma de las
partes, sino como la interconexión e influencia de cada una de ellas en el total del
sistema. Para ello se requiere del trabajo interdisciplinar y de equipo, donde todos
los agentes, tanto voluntarios como profesionales, trabajen sistemática y
coordinadamente.
La interdisciplinaridad favorece la especialización y la integralidad de las
intervenciones; pero una especialización planteada de forma integradora y desde la
coordinación de los diferentes recursos, tanto personales como técnicos; que
abarca, a su vez, las diferentes áreas del desarrollo personal y comunitario (salud,
relaciones sociales, ámbitos educativos, culturales, de ocio, participación socio
comunitaria, etc.). Por la propia complejidad que presenta la realidad tanto personal
como colectiva, se hace necesaria la interrelación de lo especializado-técnico con
la globalización e integración de todas las partes que constituyen el sistema de la
intervención. De ahí la necesidad de conectar los apoyos técnicos (terapeutas,
educadores, gestores culturales, médicos, servicios sociales…) y los apoyos
naturales (unidades con vivenciales, espacios de relación y encuentro, espacios de
acogida, de información, acompañamientos sociales, centros para actividades de
ocio, etc.).
Este modo de concebir la intervención de forma interdisciplinar y globalizadora
permite recrear los servicios y las intervenciones hacia el horizonte de desarrollo
comunitario.
– Por último, hay que señalar que estos servicios, desde las claves de la ASC,
requieren de unas metodologías participativas, basadas en la investigación-acción.
Para ello es necesario que los métodos y las técnicas que se utilicen partan de las
necesidades reales de los individuos, de los análisis de la realidad de la forma más
científica posible y con el mayor ajuste tecnológico entre la racionalidad y el control
y la flexibilidad de las acciones

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