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Tal como sucede en otros ámbitos de la vida, cuando se trata del ambiente laboral es
fundamental que sea lo más agradable posible.
Tomando en cuenta que pasamos la mayor parte del tiempo en nuestro lugar de trabajo, es
fundamental seleccionar al personal con asertividad.
Los equipos de trabajo que están detrás de una entidad cualquiera y que establecen
comunicaciones con los clientes, ya sea internos o externos, pasan a ser determinantes en el
resultado final. No es novedad que nuestros empleados son el contacto directo con nuestro
público objetivo: Los clientes.
Es ésta la principal razón por la cual los trabajadores son tan importantes. Los equipos deben
tener características transversales, es decir, que involucren a todos los empleados con la
finalidad de velar por un mismo interés. Algo así como “todos deben remar para el mismo
lado”.
Dentro de los rasgos principales que se deben tener en cuenta al momento de formar un
equipo de trabajo, destacan seis características fundamentales:
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Herramientas de colaboración en los equipos de trabajo
Necesitan conocerse. Las experiencias individuales entre los miembros de un equipo no son
iguales, por lo que se debe buscar la manera en que sus integrantes se conozcan. También es
importante que sean pequeños grupos de personas, no más de 12 integrantes. Esto con el fin
de facilitar los procesos vitales de los equipos como la integración, comunicación, toma de
decisiones y manejo de conflictos, entre otros.
Un equipo de trabajo bien formado debe sentir que busca un objetivo en común: El éxito de su
trabajo. Esta es una de las razones principales por las que se debe crear una complicidad en el
grupo.
“Todos para uno, uno para todos”. Al luchar por un fin en común, el logro y el éxito dependerá
del equipo completo. No se puede esperar menos que un excelente desempeño por parte de
cada integrante.
Los jefes son los encargados, en primera instancia, de velar por conseguir ambientes de
trabajo gratos, estableciendo normas y formalidades. Una vez definidas, es fundamental
informárselas al grupo de trabajo y adecuarlas de manera que todos se sientan conformes con
ellas. Si bien siempre existirá un superior que “rayará la cancha”, todos los involucrados
pueden aportar con sus ideas y se podrá llegar a un consenso entre sus necesidades y las de
la empresa.
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Herramientas de colaboración en los equipos de trabajo
Es importante definir con exactitud cuáles son los roles y funciones de cada integrante del
equipo. Además, cada función debe estar acompañada de una lista detallada de los objetivos y
responsabilidades que le corresponden.
A partir de lo anteriormente señalado, los libros y apuntes sobre trabajo en equipo lo definen de
la siguiente manera:
Una vez establecidos estos parámetros, podemos decir con propiedad que vamos por el
camino correcto en la formación de nuestro equipo de trabajo.
Evolución y Madurez
Cuando ya está consolidado el equipo, en todos sus sentidos, se debe tener en cuenta que
éste tiene que evolucionar y avanzar. Siempre hay que mantener la calma y estar consciente
que para llegar a tener un equipo íntegro se necesitará
tiempo.
3. Solución de conflictos: Como cada integrante del equipo tiene su propia manera de
pensar, es normal que se produzcan situaciones confrontacionales. Será deber del líder facilitar
un ambiente laboral óptimo para que cada integrante pueda desarrollar su rol proponiendo
alternativas de trabajo. Sobre este tema profundizaremos a medida que avancemos en el
curso.
4. Eficiencia y rendimiento: Una vez superados los conflictos, el equipo alcanza una madurez
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que le permite afrontar los retos, consiguiendo los objetivos marcados con creatividad y
eficacia.
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Cumpliendo Metas
La eficacia, entendida como la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera, es una
palabra clave cuando nos referimos a objetivos.
Un equipo de trabajo tiene un fin en común que es lograr las metas definidas en el comienzo de
su formación. Si este objetivo no es alcanzado, independiente de las múltiples razones que
puedan surgir en el camino, podemos estar frente a un grupo laboral no eficaz. Estos
contenidos los detallaremos en profundidad en la tercera clase del curso.
Para lograr las metas definidas de forma eficiente, existen aspectos fundamentales a
considerar por todo equipo de trabajo.
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Herramientas de colaboración en los equipos de trabajo
Para que un equipo funcione de manera eficaz, es fundamental que exista un gran nivel de
comunicación dentro del mismo. El trabajo en equipo exige ante todo coordinación y ésta sólo
se logra con una comunicación fluida entre sus miembros.
• De arriba hacia abajo (es decir, del jefe hacia sus colaboradores).
• De abajo hacia arriba (de los colaboradores hacia el jefe).
• Horizontalmente.
Retroalimentación
La retroalimentación es muy importante al momento de trabajar por un objetivo en común.
Debe existir intercambio de información entre líderes-trabajadores e iguales.
Esto permitirá rectificar una determinada situación cuando se detecte que el equipo no va
en la dirección correcta.
Autoevaluación
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Es necesario que cada individuo del equipo se autoevalúe y tenga claras sus virtudes y
desventajas.
Algunas de las preguntas que deben hacerse son:
El pensamiento positivo es otro factor a considerar. Siempre hacen falta ideas nuevas y éstas
deben ser valoradas, asumiendo riesgos y estimulándolas. Por otra parte, los errores son
oportunidades de aprendizaje. No deben censurarse ni ser criticados sentenciosamente, por el
contrario, el encargado del equipo debe re-direccionar el error para obtener los resultados que
se esperan.
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Rodrigo desde pequeño salía de pesca con su papá, razón por la cual se ofreció a enseñarle a
Felipe y Martín. Los tres eran los encargados de armar las cañas, poner las carnadas y
armarse de paciencia para esperar que algo picara su anzuelo.
Rápidamente, Rodrigo comenzó a liderar el asunto. Delegó a Martín separar las carnadas y a
Felipe poner los anzuelos. Prontamente una de las tres cañas se encontraba en el agua,
mientras dos permanecían intactas. Resultó que ellos dos no sabían pescar. Si bien puede
resultar a simple vista fácil, no sabían cuál era la manera indicada de tirar el hilo al mar y
cuánto rato esperar antes de recogerlo.
Sin hacerse mayor problema, Rodrigo se ofreció para enseñarles a utilizar las técnicas que su
padre usaba en la pesca. Martín se mostró muy interesado, mientras que Felipe no prestó
atención y perdió la concentración en el horizonte.
Entre Martín y Rodrigo consiguieron siete pescados para el almuerzo. Cuando iban de regreso
a la zona de picnic, se percataron que el bote no estaba. Felipe olvidó amarrarlo. No tendrían
cómo regresar, hasta que alguien volviera a ir a la isla. Tendrían que pasar la noche ahí.
Cuando se encontraron con sus compañeros y les dieron la noticia, todos se fueron contra
Felipe. Martín fue el primero en descargarse, reprochándole que además de no amarrar el
bote, no había estado interesado en aprender a pescar, y que ahora no sabían hasta cuándo
estarían ahí.
Como un buen líder, Rodrigo mantuvo la calma y comenzó a idear un plan para pasar la noche
en la isla. Si bien reprochó a Felipe por su descuido, se enfocó en buscar una solución al
problema haciéndolo participar activamente del proceso y de una forma en la que no se
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desmotivara por sentirse culpable. Sus compañeros, luego de un rato, también adoptaron esa
misma actitud.
De esta manera, Rodrigo le pidió a Felipe que se uniera al grupo de los encargados de
recolectar leña y lo intercambió por uno que sí supiera pescar del otro grupo. Debían
abastecerse de comida, conseguir hojas grandes para abrigarse y madera para hacer fuego,
antes que oscureciera. A las dos horas, ya habían recolectado la cantidad de alimentos, ramas
y madera suficiente.
Afortunadamente, en Lagoa se percataron que el bote había vuelto vacío, por lo que enviaron a
un guardabosques al lugar. No fue necesario pasar la noche en la isla, no necesitaron las hojas
para taparse, ni tampoco el fuego para capear el frío. Lo importante es que trabajaron unidos y
consiguieron la meta propuesta.
Conclusión
El objetivo grupal era tener todo lo que fuera necesario para pasar la noche en el lugar. Esto se
cumplió y además, al ver que un integrante del equipo no sirvió en una tarea, no fue
marginado, sino que se le asignó otra labor en la cual tuviera más habilidades. Todos
realizaron sus funciones con la mejor actitud. Por otro lado, si bien Felipe cometió no sólo uno,
sino dos errores, el líder del grupo supo focalizar al equipo en la resolución del conflicto, más
que criticar su comportamiento inicial.
Una vez en tierra firme, Felipe se disculpó con sus amigos y humildemente se ofreció a prender
el fuego y preparar la comida que no pudieron cocinar a la hora de almuerzo. Aprendió de sus
errores y generó una instancia agradable para compartir.
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