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SUIT
FI racionalismoJohn Cottingham
EL RACIONALISMO
Prologo de
MARIONA COSTA y FERRAN REQUEJO
EDITORIAL ARIEL, S. A.
BARCELONAYA NO ES TAN RAZONABLE SER RACIONAL
El hombre es un ser desencajado. Su capacidad de plan-
tearse cuestiones sobrepasa su posibilidad de responderlas.
Como dice Kant: «tiene la raz6n humana el singular destino,
en cierta especie de conocimiento, de verse agobiada por
cuestiones de indole tal que no puede evitarlas, porque su
propia naturaleza las impone, y que no puede resolver porque
no se encuentran a su alcance», Los problemas le duelen y los
medios de que dispone para curar sus dolencias no son quizas
los apropiados. Sin embargo, no slo ansfa aliviar sus males
sino que pretende que el remedio sea valido para el resto de
los humanos. Pocos medios y grandes aspiraciones.
Este desajuste se plantea ya de forma consciente desde el
principio de la filosoffa. Platén formula una solucién que
brinda al hombre la posibilidad de un conocimiento seguro y
universal, pero el precio de esta seguridad es la divisién del
mundo—incluido el ser hamano— en dos partes irreconcilia-
bles: por un lado, un mundo cuasi real constituido por los
objetos que nos rodean y al cual accedemos por los sentidos.
Sentidos que nos proporcionan un conocimiento de segunda
categorfa, mezquino y relativo. Por otra parte, el mundo real,
poblado de Ideas inmutables y frias, cuya perfeccién nos
atrae irremisiblemente pero que s6lo podemos vislumbrar
por medio de la razon.
Esta escisién ha configurado todo el pensamiento poste-
rior. Ha abierto una brecha que nunca se ha vuelto a cerrar
del todo. Todo filésofo ha tenido que contestar, de una u otra
forma, al problema que Platén puso encima de la mesa y que,
muchos siglos mas tarde, sigue apareciendo entre los papeles
del escritorio sin que nadie los haya podido archivar definiti-
vamente.