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PRÓLOGO
Mtra. Carmen BeatrizLópez-PortilloRomano I desde hace años, sobre los cuerpos femeninos. Cuer-
Rectora pos desechables, cuerpos prescindibles en el aparato
1 productivo, cuerpos borrables del imaginario social,
Dra. Sandra Lorenzano cuerpos disponibles para los "más hombres". ¿Qué es
1
Vicerrectorade Investigacióny Posgrado finalmente una mujer? ¿Qué es una mujer si además
y Responsablede Publicaciones es pobre? ¿Qué es sino un territorio para que el poder
~ disponga de él a su antojo?
Ser mujer en Ciudad Juárez es más peligroso que
tF1l
~r 1
en otros lugares del país; allí han sido asesinadas más
¡
UNIVERSIDAD DEL
CLAUSTRO DE SOR]UANA
I de 400 mujeres en los últimos diez años; 600 más
están desaparecidas. Cuerpos desechables, cuerpos
prescindibles, cuerpos borrables. Algunas eran ape-
nas niñas, adolescentes. Las historias de injusticia, de
COLECCIÓN VOCES
complicidad y silencio por parte de los poderosos, las
conocemos todos.
ISBN: 968-7631-21-X
1 Fragmento del diario Íntimo de una de las adolescen-
Primera edición: octubre de 2006 tes asesinadas en Ciudad Juárez, publicado en el libro de
Rohry BenÍtez, Adriana Candia, Patricia Cabrera, Gua-
© DerechosreservadosUniversidaddel Claustro de Sor Juana,
dalupe de la Mora, Josefina MartÍnez, Isabel Velázquez,
Izazaganúmero 92, Centro Histórico, c.P. 06080, México,D.F.
Ramona Ortiz, El silencio que la voz de todas quiebra.
Mujeres y víctimas de Ciudad Juárez, Ediciones del Azar!
Impreso y hecho en México Taller de Narrativa, Chihuahua, México, 1999.
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LA ESCRITURA EN EL CUERPO
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anomalías sociales, sino expresiones de una estruc- nía: control legislador sobre un territorio y sobre el
tura simbólica profunda que organiza nuestros actos cuerpo del otro como anexo a ese territorio. Control
y nuestras fantasías y les confiere inteligibilidad. En irrestricto, voluntad soberana arbitraria y discre-
otras palabras: el agresor y la colectividad comparten cional cuya condición de posibilidad es el aniqui-
el imaginario de género, hablan el mismo lenguaje, lamiento de atribuciones equivalentes en los otros
pueden entenderse. Emerge de las entrevistas con y, sobre todo, la erradicación de la potencia de éstos
más fuerza que nunca lo que Menacher Amin ya ha- como índices de alteridad o subjetividad alternativa.
bía descubierto en los datos empíricos y su análisis En ese sentido, también este acto está vinculado a
cuantitativo:6 que, contrariando nuestras expectati- la consumición del otro, a un canibalismo median-
vas, los violadores, las más de las veces, no actúan
te el cual el otro perece como voluntad autónoma
en soledad, no son animales a-sociales que acechan y su oportunidad de existir solamente persiste si es
a sus 'vÍctimas como cazadores solitarios, sino que apropiada e incluida en el cuerpo de quien lo ha
lo hacen en compañía. No hay palabras suficientes devorado. Su resto de existencia persiste sólo como
para enfatizar la importancia de ese hallazgo y sus parte del proyecto del dominador.
consecuencias para entender las violaciones como ¿Por qué la violación obtiene ese significado? Por-
verdaderos actos que acontecen in societate, es decir, que debido a la función de la sexualidad en el mun-
en un nicho de comunicación que puede ser pene-
do que conocemos, ella conjuga en un acto único
trado y entendido.
la dominación física y moral del otro. Y no existe
Uso y abuso del cuerpo del otro sin que éste par-
poder soberano que sea solamente físico. Sin la sub-
ticipe con intención o voluntad compatibles, la vio-
ordinación psicológica y moral del otro lo único que
lación se dirige al aniquilamiento de la voluntad de
existe es poder de muerte, yel poder de muerte, por
la víctima, cuya reducción es justamente significada sí solo, no es soberanía. La soberanía completa es,
por la pérdida del control sobre el comportamiento en su fase más extrema, la de "hacer vivir o dejar
de su cuerpo y el agenciamiento del mismo por la morir".7 Sin dominio de la vida en cuanto vida, la
voluntad del agresor. La víctima es expropiada del
dominación no puede completarse. Es por esto que
control sobre su espacio-cuerpo. Es por eso que po-
una guerra que resulte en exterminio no constituye
dría decirse que la violación es el acto alegórico por
victoria, porque solamente el poder de colonización
excelencia de la definición schmittiana de la sobera-
7 Michel Foucault, ''Aulade 17 de marzo de 1976", en
6Menacher Amir, Patterns in Forcíble Rape, Chicago y Em Defesa da Socíedade. Curso no College de France (1975-
Londres,1he Universiryof ChicagoPress,1971. 1976), SáoPaulo,Martins Fontes, 1999.
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permite la exhibición del poder de muerte ante los cualquier detective sabe; que todo acto de violencia,
desrinados a permanecer vivos. El trazo por excelen- como un gesto discursivo, lleva una firma. Y es en
cia de la soberanía no es el poder de muerte sobre esta firma que se conoce la presencia reiterada de
el subyugado, sino su derrota psicológica y moral, un sujeto por detrás de un acto. Cualquier detective
y su transformación en audiencia receptora de la sabe que, si reconocemos lo que se repite en una serie
exhibición del poder de muerte discrecional del do- de crímenes, podremos identificar la firma -el perfil,
minador. la presencia de un sujeto reconocible por detrás de!
Es por su calidad de violencia l ?resiva más que acto. El modus operandi de un agresor es nada más
instrumental -violencia cuya finalidad es la expre- y nada menos que la marca de un estilo en diversas
sión del control absoluto de una voluntad sobre alocuciones. Identificar el estilo de un acto violento
otra- que la agresión más próxima a la violación como se identifica e! estilo de un texto nos llevará al
es la tortura, física o moral. Expresar que se tiene perpetrador, en su papel de autor. En este sentido, la
en las manos la voluntad del otro es el telas o fina- firma no es una consecuencia de la deliberación, de
lidad de la violencia expresiva. Dominio, soberanía la voluntad, sino una consecuencia del propio auto-
y control son su universo de significación. Cabe matismo de la enunciación: la huella reconocible de
recordar que estas últimas, sin embargo, son capa- un sujeto, de su posición y de sus intereses, en lo que
cidades que sólo pueden ser ejercidas frente a una dice, en lo que expresa en palabra o acto.8
comunidad de vivos y, por lo tanto, tienen más afi- Si la violación es, como afirmo, un enunciado, se
nidad con la idea de colonización que con la idea de dirige necesariamente a uno o varios interlocutores
exterminio. En un régimen de soberanía, algunos que se encuentran físicamente en la escena o presen-
están destinados a la muerte para que en su cuerpo tes en el paisaje mental del sujeto de la enunciación.
el poder soberano grabe su marca; en este sentido, Sucede que e! violador emite sus mensajes a lo largo
la muerte de estos elegidos para representar e! dra- de dos ejes de interlocución y no solamente de uno,
ma de la dominación es una muerte expresiva, no como generalmente se considera, pensándose exclu-
una muerte militaria. sivamente en su interacción con la víctima.
Es necesario todavía entender que toda violencia, En el eje vertical, él habla, sí, a la víctima, y su
aun aquélla en la cual domina la función instru- discurso adquiere un cariz punitivo y el agresor un
perfil de moralizador, de paladín de la moral social
mental como, por ejemplo, la que tiene por obje-
tivo apropiarse de lo ajeno, incluye una dimensión
8 Jacques Derrída, Marges de la philosophie, París, Minuit,
expresiva, y en este sentido se puede decir lo que 1972.
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porque, en ese imaginario compartido, el destino de entrega del tributo instaurador, produce su propia
la mujer es ser contenida, censurada, disciplinada, exclusión de la casta que consagra. En otras pala-
reducida, por el gesto violento de quien reencarna, bras, para que un sujeto adquiera su estatus mascu-
por medio de este acto, la función soberana, lino, como un título, como un grado, es necesario
Pero es posiblemente el descubrimiento de un eje que otro sujeto no lo tenga pero que se lo otorgue a
horizontal de interlocución el aporte más interesan- lo largo de un proceso persuasivo o impositivo que
te de mi investigación entre los presidiarios de Bra- puede ser eficientemente descrito como tributación.9
silia. Aquí, el agresor se dirige a sus pares, y lo hace En condiciones socio-políticamente "normales" del
de varias formas: les solicita ingreso en su sociedad y, orden de estatus, nosotras, las mujeres, somos las
desde esta perspectiva, la mujer violada se comporta dadoras del tributo; ellos, los receptores y beneficia-
como una víctima sacrificial inmolada en un ritual
rios. Y la estructura que los relaciona establece un
iniciático; compite con ellos, mostrando que mere- orden simbólico marcado por la desigualdad que se
ce, por su agresividad y poder de muerte, ocupar un encuentra presente y organiza todas las otras escenas
lugar en la hermandad viril y hasta adquirir una po- de la vida social regidas por la asimetría de una ley
sición destacada en una fratría que sólo reconoce un de estatus.
lenguaje jerárquico y una organización piramidal. En síntesis, de acuerdo con este modelo, el cri-
Esto es así porque en ellarguísimo tiempo de la men de estupro resulta de un mandato que emana
historia del género, tan largo que se confunde con de la estructura de género y garantiza, en determi-
la historia de la especie, la producción de la mas- nados casos, el tributo que acredita el acceso de cada
culinidad obedece a procesos diferentes a los de la nuevo miembro a la cofradía viril. Y se me ocurre
producción de femineidad. Evidencias en una pers- que el cruce tenso entre sus dos coordenadas, la ver-
pectiva transcultural indican que la masculinidad es tical, de consumición de la víctima, y la horizontal,
un estatus condicionado a su obtención -que debe condicionada a la obtención del tributo, es capaz de
ser reconfirmada con una cierta regularidad a lo lar- iluminar aspectos fundamentales del largo y esta-
go de la vida- mediante un proceso de probación blecido ciclo de los feminicidios de Ciudad Juárez.
o conquista y, sobre todo, supeditado a la exacción De hecho, lo que me llevó a Ciudad Juárez es que
de tributos de un otro que, por su posición natura-
lizada en este orden de estatus, es percibido como 9 Ver el capítulo "La célulaviolentaque Lacan no vio: un
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Los FEMINICIDIOS DE CIUDAD JUÁREZ:
UNA APUESTA CRIMINOLÓGICA
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el capital se moraliza y se encuentran los bancos que permanente de los mismos: los crímenes hablan de
valen la pena. impunidad. Impunidad es su gran tema y, por lo
La frontera con el país más controlado del mun- tanto, es la impunidad la puerta de entrada para su
do, con sus rastreas (1, vigilancia cerrada y casi infali- desciframiento. Podría ser que, si bien el caldo de
ble. A partir de ese punto, de esa línea en el desierto, cultivo para los asesinatos es el ambiente que acabo
cualquier negocio ilícito debe ser ejecutado con un de describir, caracterizado por la concentración de
sigilo más estricto, en sociedades clandestinas más poder económico y político y, por lo tanto, con altos
cohesionadas y juradas que en cualquier otro lugar. niveles de privilegio y protección para algunos gru-
El lacre de un silencio riguroso es su requisito. pos, se me ocurre sin embargo que nos equivocamos
La frontera donde los grandes empresarios viven de cuando pensamos en la impunidad exclusivamente
un lado y "trabajan" del otro; de la gran expansión y como un factor causal.
valorización territorial -literalmente, terrenos robados Deseo proponer que los feminicidios de Juárez se
al desierto cada día, cada vez más cerca del Río Bravo. pueden comprender mejor si dejamos de pensarlos
La frontera del tráfico más lucrativo del mundo: como consecuencia de la impunidad e imaginamos
tráfico de drogas, tráfico de cuerpos. que se comportan como productores y reproducto-
La frontera que separa una de las manos de obra res de impunidad. Ésta fue mi primera hipótesis y
más caras del mundo de una de las manos de obra es posible también que haya sido el primer propó-
más baratas. sito de sus perpetradores en el tiempo: sellar, con la
Esa frontera es el escenario del maye' y más pro- complicidad colectivamente compartida e~ las eje-
longado número de ataques y asesina;, de mujeres cuciones horrendas, un pacto de silencio capaz de
con modus operandi semejante de que se tiene noti- garantizar la lealtad inviolable a cofradías mafiosas
cia en "tiempos de paz". que operan a través de la frontera más patrullada del
mundo. Dar prueba, también, de la capacidad de
crueldad y poder de muerte que negocios de alta pe-
ligrosidad requieren. El ritual sacrificial, violento y
Los PROPÓSITOS macabro, une a los miembros de la mafia y vuelve su
vínculo inviolable. La víctima sacrificial, parte de un
La evidencia de un larguísimo período de inercia territorio dominado, es forzada a entregar el tributo
de la justicia en torno a los crímenes conduce in- de su cuerpo a la cohesión y vitalidad del grupo y la
mediatamente nuestra atención hacia el subtexto mancha de su sangre define la esotérica pertenencia
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LOS FEMINICIDIOS DE CIUDAD JUÁREZ
al mismo por parte de sus asesinos. En otras pala- cirse como tal es divulgar e incluso espectacularizar
bras, más que una causa, la impunidad puede ser el hecho de que se encuentra más allá de la ley. Po-
entendida como un producto, el resultado de estos demos entender también de esta forma los críme-
crímenes, y los crímenes como un modo de produc- nes de Ciudad Juárez y sugerir que, si por un lado
ción y reproducción de la impunidad: un pacto de son capaces de sellar la alianza en el pacto manoso,
sangre en la sangre de las víctimas. por otro lado, también, cumplen con la función de
En este sentido, es posible apuntar ya aquí una ejemplaridad por medio de la cual se refuerza el po-
diferencia fundamental entre este tipo de crimen y der disciplinador de toda ley.
los crímenes de género perpetrados en la intimidad Esto es así porque en la capacidad de secuestrar,
del espacio doméstico, sobre víctimas que pertene- torturar y matar reiterada e impunemente, el sujeto
cen al círculo de relaciones de los abusadores -hijas, autor de estos crímenes ostenta, más allá de cualquier
hijastras, sobrinas, esposas, etc. Si al abrigo del espa- duda, la cohesión, vitalidad y control territorial de
cio doméstico el hombre abusa de las mujeres que la red corporativa que comanda. Es evidente que la
se encuentran bajo su dependencia porque puede continuidad de este tipo de crímenes por once años
hacerla, es decir, porque éstas ya forman parte del sin que su recurrencia sea perturbada requiere recur-
territorio que controla, el agresor que se apropia del sos humanos y materiales cuantiosos que involucran:
cuerpo femenino en un espacio abierto, público, lo control de una red de asociados extensa y.leal, acceso
hace porque debe para mostrar que puede. En uno, a lugares de detención y tortura, vehículos para el
se trata de una constatación de un dominio ya exis- transporte de la víctima, acceso e influencia o poder
tente; en el otro, de una exhibición de capacidad de intimidación o chantaje sobre los representantes
de dominio que debe ser reeditada con cierta regu- del orden público en todos sus niveles, incluso fe-
laridad y puede ser asociada a los gestos rituales de deral; acceso e influencia o poder de intimidación
renovación de los votos de virilidad. El poder está, o chantaje sobre los miembros del gobierno y la ad-
aquí, condicionado a una muestra pública drama- ministración pública en todos sus niveles, incluso
tizada a menudo en un acto predatorio del cuerpo federal. Lo que es importante notar es que, al mis-
femenino. Pero la producción y la manutención de mo tiempo que esta red de aliados es accionada por
la impunidad mediante el sello de un pacto de silen- quien comanda los crímenes corporativos de Ciudad
cio en realidad no se distinguen de lo que se podría Juárez, se exhibe su existencia, en franca ostentación
describir como la exhibición de la impunidad. La de un dominio totalitario de la localidad.
estrategia clásica del poder soberano para reprodu-
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Los SIGNIFICADOS
como lo han explicado una variedad de filósofos
y teóricos literarios contemporáneos.11
Es precisamente al cumplir este último papel que Si el acto violento es entendido como mensaje
los asesinatos pasan a comportarse como un sis- y los crímenes se perciben orquestados en claro
tema de comunicación. Si escuchamos con aten- estilo responsorial, nos encontramos con una es-
ción los mensajes que allí circulan, podremos cena donde los actos de violencia se comportan
acceder al rostro del sujeto que en ellos habla. como una lengua capaz de funcionar eficazmente
Solamente después de comprender lo que dice, a para los entendidos, los avisados, los que la ha-
quién y para qué, podremos localizar la posición blan, aun cuando no participen directamente en
desde la cual emite su discurso. Es por eso mismo la acción enunciativa. Es por eso que, cuando un
que debemos insistir en que, cada vez que el lema sistema de comunicación con un alfabeto violen-
del móvil sexual se repite con liviandad antes de to se instala, es muy difícil desinstalarlo, elimi-
analizar minuciosamente lo "dicho" en estos ac-
narlo. La violencia constituida y cristalizada en
tos de interlocución, perdemos la oportunidad forma de sistema de comunicación se transforma
de seguirle el rastro a quien se esconde detrás del en un lenguaje estable y pasa a comportarse con
texto sangriento. el casi-automatismo de cualquier idioma.
En otras palabras, los feminicidios son mensa- Preguntarse, en estos casos, por qué se mata en
jes emanados de un sujeto autor que sólo puede
un determinado lugar es semejante a preguntarse
ser identificado, localizado, perfilado, mediante
por qué se habla una determinada lengua -el ita-
una "escucha" rigurosa de estos crímenes como liano en Italia, el portugués en Brasil. Un día, cada
actos comunicativos.
una de esas lenguas se estableció por procesos his-
Es en su discurso que encontramos al sujeto
tóricos como conquista, colonización, migraciones
que habla, es en su discurso que la realidad de este
o unificación de territorios bajo un mismo estado
sujeto se inscribe como identidad y subjetividad
nacional. En este sentido, las razones por las cuales
y, por lo tanto, se vuelve rastreable y reconocible.
Así mismo, en su enunciado, podemos encontrar
11 Ver un panorama de esta forma de "escucha" contem-
el rastro de su interlocutor, su impronta, como
poránea del texto en autores como Bakhtin, Lacan, Lévinas
un negativo. Eso no es verdad solamente para
y otros en David Patterson, Literature and Spirit. Essa)lSon
los acting outs violentos que la policía investiga, Bakhtin and his contemporaries, Lexington, 1he University
sino también para el discurso de cualquier sujeto, Press ofKenrucky, 1988.
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hablamos una lengua son arbitrarias y no pueden Les dice que su control sobre el territorio es total,
ser explicadas por una lógica necesaria. Son, por lo que su red de alianzas es cohesiva y confiable, y que
tanto, también históricos los procesos por los cuales sus recursos y contactos son ilimitados.
una lengua es abolida, erradicada de un territorio. Se pronuncia de esta forma cuando se consolida
El problema de la violencia como lenguaje se agrava una fratría; cuando se planea un negocio amenazado
aún más si consideramos que existen ciertas lenguas por el peligro del ilícito en esta frontera patrullada;
que, en determinadas condiciones históricas, tien- cuando se abren las puertas para algún nuevo miem-
den a convertirse en fingua franca y a generalizarse bro; cuando otro grupo mafia so desafía el control
más allá de las fronteras étnicas o nacionales que le sobre el territorio; cuando hay intrusiones externas,
sirvieron de nicho originario. inspecciones, en el coto totalitario de la localidad.
Preguntamos entonces: ¿Quién habla aquí? ¿A La lengua del feminicidio utiliza el significante
quién? ¿Qué le dice? ¿Cuándo? ¿Cuál es la lengua del cuerpo femenino para indicar la posición de lo que
feminicidio? ¿Qué significante es la violación? Mi puede ser sacrificado en aras de un bien mayor, de un
apuesta es que-el autor de este crimen es un sujeto bien colectivo, como es la constitución de una fratría
que valoriza la ganancia y el control territorial por mafiosa. El cuerpo de mujer es el índice por excelen-
encima de todo, incluso por encima de su propia cia de la posición de quien rinde tributo, de víctima
felicidad personal. Un sujeto con su entorno de va- cuyo sacrificio y consumición podrán más fácilmen-
sallos que deja así absolutamente claro que Ciudad te ser absorbidos y naturalizados por la comunidad.
Juárez tiene dueños, y que esos dueños matan muje- Es parte de este proceso de digestión la acostum-
res para mostrar que lo son. El poder soberano no se brada doble victimización de la ya víctima, así como
afirma sino es capaz de sembrar el terror. Se dirige la doble y triple victimización de su familia, repre-
con esto a los otros hombres de la comarca, a los
sentada las más de las veces por una madre triste. Un
turores o responsables de la víctima en su círculo mecanismo de defensa cognitiva casi incontrolable
doméstico y a quienes son responsables de su pro- hace que, para reducir la disonancia entre la lógi-
tección como representantes del Estado; le habla a ca con que esperamos que la vida se comporte y la
los hombres de las otras fratrías amigas y enemigas
manera en que se comporta en~~alidad, odiemos a
para demostrar los recursos de todo tipo con que quien encarna esa inversión, es¡ i'nfracción a la gra-
cuenta y la vitalidad de su red de sustentación; le mática de la sociabilidad. Ante la ausencia definitiva
confirma a sus aliados y socios en los negocios que la de un agresor, alguien tiene que ser responsabilizado
comunión y la lealtad de grupo continúa incólume. por la desdicha colectiva así causada.
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LOS FEMINICIDIOS DE CIUDAD JUÁREZ
Así como es común que el condenado recuerde a aspecto más feroz, de exponer lo que se guarda con
su víctima con gran rencor por asociada al desenla- más celo. Como el corte voluntario del que aHora la
ce de su destino y a b }J\~rdidade su libertad, de la sangre, la violación es una publicación de la fantasía,
misma forma la comunidad se sume más y más en la transgresión de un límite, un gesto radicalmente
una espiral misógina que, a falta de un soporte más comprometedor.
adecuado para deshacerse de su malestar, le permite La violación, la dominación sexual, tiene también
depositar en la propia víctima la culpa por la cruel- como rasgo conjugar el control no solamente físico
dad con que fue tratada. Fácilmente optamos por sino también moral de la víctima y sus asociados. La
reducir nuestro sufrimiento frente a la injusticia in- reducción moral es un requisito para que la domi-
tolerable testimoniada, aduciendo que "debe haber nación se consume y la sexualidad, en el mundo que
una razón". Así, las mujeres asesinadas de Ciudad conocemos, está impregnada de moralidad.
Juárez se transforman rápidamente en prostitutas, ¿Qué es, entonces, un feminicidio, en el sentido
mentirosas, fiesteras, drogadictas y en todo aque- que Ciudad Juárez le confiere a esta palabra? Es el
llo que pueda liberamos de la responsabilidad y la asesinato de una mujer genérica, de un tipo de mujer,
amarguta que nos inocula deparamos con su suerte sólo por ser mujer y por pertenecer a este tipo, de la
injusta. En la lengua del feminicidio, cuerpo feme- misma forma que el genocidio es una agresión gené-
nino también significa territorio y su etimología es rica y letal a todos aquellos que pertenecen al mismo
tan arcaica como recientes son sus transformaciones. grupo étnico, racial, lingilístico, religioso o ideológi-
Ha sido constitutivo del lenguaje de las guerras, tri- co. Ambos crímenes se dirigen a una categoría, no
bales o modernas, que el cuerpo de la mujer se anexe a un sujeto específico. Precisamente, este sujeto es
como parte del país conquistado. La sexualidad ver- despersonalizado como sujeto porque se hace predo-
tida sobre el mismo expresa el acto domesticador, minar en él la categoría a la cual pertenece sobre sus
apropiador, cuando insemina el territorio-cuerpo de rasgos individuales biográficos o de personalidad.
la mujer. Por esto, la marca del control territorial de Pero hay, me parece, una diferencia entre estos dos
los señores de Ciudad Juárez puede ser inscrita en el tipos de crímenes que debería ser mejor examinada y
cuerpo de sus mujeres como parte o extensión del discutida. Si en el genocidio la construcción retórica
dominio afirmado como propio. La violación tu- del odio al otro conduce la acción de su eliminación,
multuaria es, como en los pactos de sangre, la mez- en el feminicidio la misoginia por detrás del acto es
cla de substancias corporales de todos los que en ella un sentimiento más próximo al de los cazadores por
participan; el acto de compartir la intimidad en su su trofeo: se parece al desprecio por su vida o a la
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convicción de que el único valor de esa vida radica en feudalismo, donde el cuerpo femenino vuel-
su disponibilidad para la apropiación. ve a ser anexado al dominio territorial.
Los crímenes, así, parecerían hablar de un verdade-
ro "derecho de pernada" bestial de un barón feudal y
postmoderno con su grupo de acólitos, como expresión
por excelencia de su dominio absolutista sobre un terri- LAs CONDICIONES DE POSIBILIDAD
torio, donde el derecho sobre el cuerpo de la mujer es
una extensión del derecho del señor sobre su gleba. Sin La extrema asimetría por la extracción desregulada
embargo, en el más que terrible orden contemporáneo de ganancias por parte de un grupo es una condición
postmoderno, neoliberal, postestatal, postdemocráti- crucial para que se establezca un contexto de im-
co, el barón se volvió capaz de controlar de forma casi punidad. Cuando la desigualdad de poderes es tan
irrestricta su territorio como consecuencia de la acumu-
extrema como en un régimen irrestricto neoliberal,
lación descontrolada característica de la región de ex-
no hay posibilidad real de separar negocios lícitos
pansión fronteriza, exacerbada por la globalización de la de negocios ilícitos; que la desigualdad se vuelve tan
economía y las reglas sueltas del mercado neo liberal en acentuada que permite el control territorial absoluto
vigencia. Su única fuerza reguladora radica en la codicia a nivel subestatal por parte de algunos grupos y sus
yen la potencia de rapiña de sus competidores: los otros redes de sustentación y alianza. Estas redes instalan,
barones del lugar. entonces, un verdadero totalitarismo de provincia y
pasan a demarcar y expresar sin ambigiiedades el ré-
Microfascismos regionales y su control to-
gimen de control vigente en la región. Los crímenes
talitario de la provincia acompañan la de-
cadencia del orden nacional de este lado de de mujeres de Ciudad Juárez me parecen una for-
ma de significar ese tipo de dominio territorial. Una
la Gran Frontera y urgen, más que nunca,
característica fuerte de los regímenes totalitarios es
la aplicación de formas de legalidad y con-
trol de cuño internacionalista. La misterio- el encierro, la representación del espacio totalitario
sa muerte de las mujeres de Ciudad Juárez como un universo sin lado de afuera, encapsulado y
puede ser la pista definitiva de que la descen- autosuficiente, donde una estrategia de atrinchera-
tralización, en un contexto de desestatización miento por parte de las élites impide a los habitantes
y de neo liberalismo, no puede sino instalar acceder a una percepción diferente, exterior, alterna-
un totalitarismo de provincia, en una con- tiva, de la realidad. Una retórica nacionalista que se
junción regresiva entre postmodernidad y afirma en una construcción primordialista de la uni-
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que un justiciero ajeno, aunque tenga razón. Esta misterioso, rodeado, o supuestamente
conocida estrategia propagandística elemental cons- rodeado, por un pequeño círculo de ini-
truye, todos los días, frente a cualquier amenaza de ciados; y éstos, a su vez, son rodeados por
la mirada exterior, la muralla totalitaria de Ciudad semi-iniciados que constituyen una espe-
Juárez, y ha contribuido, a lo largo de estos años, cie de "amortiguador" contra el mundo
a escamotear la verdad al pueblo y a neutralizar las profano y hostil. Los movimientos tota-
fuerzas de la ley que se resistan a una articulación litarios tienen todavía en común con las
protética con los poderes locales. sociedades secretas la escisión dicotómica
Imposible no recordar Ciudad Juárez cuando lee- del mundo entre "hermanos por pacto de
mos a Hannah Arendt: Los movimientos totalitarios sangre" y una masa indistinta e inarticu-
han sido llamados de "sociedades secretas montadas lada de enemigos jurados [...] distinción
a la luz del día" .12 basada en la absoluta hostilidad al mun-
do que los rodea. [oo.] Tal vez la más clara
Realmente, [...] la estructura de los movi- semejanza entre las sociedades secretas y
mientos totalitarios [...] nos recuerda en los movimientos totalitarios resida en la
primer lugar ciertas características de esas importancia del ritual [oo.]. (Sin embar-
sociedades. Las sociedades secretas for- go), esa idolatría no prueba la existencia
man también jerarquías de acuerdo con de tendencias seudo-religiosas o heréticas
[oo.] son simples trucos organizacionales,
el grado de "iniciación", regulan la vida
de sus miembros según un presupuesto muy practicados en las sociedades secre-
secreto y ficticio que hace que cada cosa tas, que también forzaban a sus miem-
parezca ser otra diferente; adoptan una bros a guardar secreto por miedo y respe-
estrategia de mentiras coherentes para to a símbolos truculentos. Las personas
se unen más firmemente a través de la
engañar a las masas de afuera, no inicia-
das; exigen obediencia sin reservas por experiencia compartida de un ritual se-
parte de sus miembros, cuya cohesión creto que por la simple admisión al co-
nocimiento del secreto".'J3
se mantiene por la fidelidad a un líder
frecuentemente desconocido y siempre
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Pero ¿qué Estado es ése?, ¿qué liderazgo es ése que ración, en los que la dimensión expresiva de la vio-
produce el efecto de un totalitarismo regional? Es lencia prevalece. Entiendo aquí "corporación" como
un segundo Estado que necesita de un nombre. Un el grupo o red que administra los recursos, derechos
nombre que sirviera de base para la categoría jurídi- y deberes propios de un Estado paralelo, estableci-
ca capaz de encuadrar en la ley a sus dueños y la red do firmemente en la región y con tentáculos en las
de complicidad que controlan. Los feminicidios de cabeceras del país. Si invirtiésemos los términos por
Ciudad Juárez no son crímenes comunes de género un momento y dijéramos que el telos o finalidad del
sino crímenes corporativos y, más específicamente, capital y de "los mandamientos de la capitalización"
son crímenes de segundo Estado, de Estado parale- no es el proceso de acumulación, porque eso sig-
lo. Se asemejan más, por su fenomeno10gía, a los ri- nificaría caer en una tautología (la finalidad de la
tuales que cimentan la unidad de sociedades secretas acumulación es la acumulación; la finalidad de la
y regímenes totalitarios. Comparten una caracterís- concentración es la concentración) y, por 10 tanto,
tica idiosincrática de los abusos del poder político: estaríamos describiendo el ciclo cerrado de un fin en
sí mismo; si en lugar de eso dijésemos que la finali-
se presentan como crímenes sin sujeto personalizado
realizados sobre una víctima tampoco personalizada: dad del capital es la producción de la diferencia me-
diante la reproducción y ampliación progresiva de la
un poder secreto abduce a un tipo de mujer, victimi-
jerarquía hasta el punto del exterminio de algunos
zándo1a, para reafirmar y revitalizar su capacidad de
como expresión incontestable de su éxito, conclui-
control. Por 10 tanto, son más próximos a crímenes
ríamos que solamente la muerte de algunos es capaz
de Estado, crímenes de 1esa humanidad, donde el
de alegorizar idóneamente y de forma autoevidente
Estado paralelo que los produce no puede ser en-
el lugar y la posición de todos los dominados, del
cuadrado porque carecemos de categorías y procedi-
pueblo dominado, de la clase dominada. Es en la ex-
mientos jurídicos eficientes para enfrentado. Es por
clusión y su significante por antonomasia: la capaci-
eso que sería necesario crear nuevas categorías ju-
dad de supresión del otro, que el capital se consagra.
rídicas para encuadrados y tornadas jurídicamente ¿Y qué más emblemático de11ugar de sometimiento
inteligib1es, clasificab1es:no son crímenes comunes, que el cuerpo de la mujer mestiza, de la mujer po-
o sea, crímenes de género de motivación sexual o bre, de la hija y hermana de los otros que son pobres
de falta de entendimiento en el espacio doméstico,
y mestizos? ¿Dónde podría significarse mejor la otre-
como afirman frívolamente agentes de la ley, auto-
dad producida justamente para ser vencida? ¿Qué
ridades y activistas. Son crímenes que podrían ser trofeo emb1ematizaría mejor la prebenda de óptimos
llamados de segundo Estado o crímenes de corpo-
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RlTA LAURA SEGATO
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RITA LAURA SEGATO EPÍLOGO
que nos transforman en monSi ¡IlOS o cómplices de mujeres de otros países y toda la humanidad en su
los monstruos nos acechan a rodos. La amenaza de conjunto. Y que lo que nos coloca en interlocución
la "monstruificación" pende sobre todos, sin excep- con sus perpetrado res es deliberado e intencional.
ción, así como la amenaza de la victimización. Basta No lo digo de una manera general sino en el sentido
establecer una fro' c'fa rigurosa y precisa entre un estricto de que estoy convencida de que esos críme-
"nosotros" y un "los otros" y el proceso estará en nes nos están dirigidos, lanzados, como enunciados
marcha. de soberanía totalitaria sobre el territorio regional,
De otra manera, y para dar otro ejemplo, tam- de un control cerrado sobre ese confín de México
bién el problema del racismo es un problema de y de este lado del mundo. Dicho de otra forma:
todos y no sólo de los que lo sufren. "El proble- no afirmo que estamos involucrados simplemente
ma del racismo es de ustedes, los blancos, que lo porque los crímenes nos agreden, nos hacen sufrir,
producen", me dijeron en una ocasión. Y quien ve nos ofenden. Sino en un riguroso sentido técnico
pasar a su lado la marcha de su reproducción, cre- que me permite afirmar que la exhibición de un
yendo que no le afecta, tiene un alto precio a pagar. dominio discrecional sobre la vida y la muerte de
Mientras que, en su sufrimiento, la víctima tiene los habitantes de ese territorio límite, representada
una oportunidad para la lucidez y la conciencia e inscripta en el cuerpo de sus mujeres como un
regeneradora, es la humanidad del supuestamente documento, como un edicto, sanción inapelable de
"no afectado" la que se deteriora sin noción y sin un decreto, es la puesta en escena de un diálogo
remedio, y se sume en una decadencia inexorable. establecido con la ley y con todos los que en ella
Se instalan tiempos sombríos, cuyo origen y cau- buscamos refugio. Esos asesinatos, destinados a la
sa no atinamos a identificar porque el sufrimiento exhibición ANTE NOSOTROS de intensa capacidad de
causado nos parece que se exhibe y manifiesta ex- muerte, pericia para la crueldad y dominio sobera-
clusivamente en los otros. no sobre un territorio, nos dicen que se trata de una
Pero no es éste el único tipo de razón por la que jurisdicción ajena, ocupada, sobre la que no pode-
estamos frente a un problema de todos. Como he mos interferir. Y es justamente porque no estamos
argumentado, en el caso particular de los feminici- de acuerdo con esto, porque pensamos que Ciudad
dios de Ciudad Juárez, estoy convencida de que te- Juárez no se encuentra fuera de México y fuera del
nemos, además, otros motivos, porque entiendo que mundo, que tenemos que hacemos cargo de la posi-
se trata de crímenes perpetrados contra nosotros, ción de interlocutores antagónicos, críticos, en des-
para nosotros -las mexicanas y los mexicanos, las acuerdo, en que los asesinatos nos colocan.
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M destino humano sea el patrón que estruc-
edito:lame
tura vidatemo que ely carácter
personal trágico
la historia,
tragedia tiene una característica, entre muchas, es que
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