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Primeros beneficios prácticos de los autores extranjeros del siglo 17 en la lengua

rusa.
La situación cultural-lingüística en Moscú del siglo 17, época en la que se formó
una nueva lengua literaria, se caracterizaba por la función distributiva de dos formas de
escritura de la lengua: la forma literaria del eslavo antiguo y la ordenada, autóctona en
su origen. La forma literaria del eslavo antiguo se usaba en esferas confidenciales: en la
hagiografía y en la gramática. Mientras que la ordenada servía en las esferas
administrativas y de derecho. La lengua hablada difería substancialmente del idioma
escrito. Los primeros en darse cuenta de esto fueron los extranjeros.
Heinrich Wilhelm Ludolf en el prefacio de “gramática rusa”, publicado en Oxford
en 1696, escribió: "para los rusos, el conocimiento del eslavo es necesario, porque, no
es posible ni escribir, ni resolver ninguna cosa de las ciencias ni de la educación, sin
usar dicha lengua... Y, al contrario, en las conversaciones coloquiales e intimas, nadie
usa ni una palabra en eslavo, porque las cosas más usadas en el día a día y en la vida
cotidiana, no se encuentran en esos libros escritos en eslavo antiguo" [cita, 5:23].
Avanzando en el problema del estudio del idioma hablado Moscovita de la Rusia del
siglo 17, el académico B.A. Larin pone especial atención en los escritos de los
extranjeros, llamándolos como con recursos más correctos y más variados que los
habitantes y el material interrogatorio ("discurso de tortura") en las actas jurídicas. B.A.
Larin marcó el principio de una nueva dirección en la historia de la literatura rusa:
estudiando la historia del ruso hablado-coloquial en los escritos extranjeros,
comparando los trabajos de los investigadores, los cuales "depositaban polvo negro de
arena blanca de montones de arena" [5:29].
En el prefacio de "diccionario moscovita de París", el académico B.A. Larin lamenta
que muchos historiadores escépticos de la lengua rusa exageren las imprecisiones de los
documentos extranjeros y remarca que las desviaciones se deben a la influencia de la
lengua materna del autor (es decir, interferencias) y, estos hechos, en opinión de Larin,
deben ser objeto de estudio [4].
A finales del siglo 16 y principios del 17, los países europeos empezaron a mostrar
interés por Rusia, por la cultura rusa, las costumbres rusas y la lengua rusa. Muchos
viajeros extranjeros dejaron documentos detallados de sus impresiones sobre sus visitas
a Rusia, entre ellos, Gerbershtein, Shtaden, Oleariy, Collings, entre otros. Estos
testimonios fueron de gran interés para los historiadores, los etnógrafos, los
"culturologos". Los lingüistas y los metodistas tenían sus propios objetivos para sus
investigaciones (material de estudio de la lengua rusa, compilaciones de los
extranjeros). El desarrollo de las relaciones de comercio con los países occidentales
estimuló interés por la lengua rusa en los comerciantes extranjeros, dictando la
necesidad de mejorar sus discursos orales lo más rápido posible para conseguir éxito en
las operaciones de comercio. Es interesante que, la iniciativa de aprender la lengua rusa
salio de los propios comerciantes extranjeros.
En los documentos de unos famosos textos, complicado por los extranjeros con fines
de aprendizaje, hay un lugar especial que pertenece a tres manuscritos en concreto. Dos
de ellos se encuentran en los fondos de la biblioteca Korolyevskoy en Conpenhague.
Que son: "fuente alemana del idioma ruso coloquial" (T. Fenne) y "El ruso coloquial del
siglo 17" (J. Sorensena). El tercer texto se llama "El libro del ABC". Este manuscrito de
la colección de V.I. Grigorovich, encontrado en la biblioteca de la universidad de
Odessa. Todos los textos tienen una orientación pragmática. Los dos primeros textos
están dirigidos a los comerciantes alemanes, para comerciar con Rusia. El tercero está
compuesto para los comerciantes de "tierras inglesas y bárbaras". Estos libros
representan un enorme interés por la historia de la lengua rusa y la didáctica lingüística
de la misma. En ellos se reflejan intentos espontáneos de los autores, las actividades
profesionales las cuales estaban relacionadas con las relaciones comerciales, con una
efectividad comprobada en la orientación pragmática, con un enfoque comunicativo en
el estudio de la lengua rusa para extranjeros en condiciones de aprender la lengua rusa
en su entorno lingüístico natural. Esto es especialmente interesante porque en ese
tiempo no había libros de textos de ruso (no solo para los extranjeros, sino también para
los propios rusos), de modo que la tradición de la gramática rusa en el momento en que
vio la luz en el libro "Gramáticas" (de Meletia Smotritskiy) en 1648, se desarrolló solo
el material literario del eslavo-eclesiástico.
Sorprendentemente, los autores no se habían enviado los unos a los otros ningún
envío de sus trabajos, ni poseían documentos especiales filológicos, intentaron crear una
gramática activa con elementos de una metódica intensiva de enseñanza de la lengua
rusa basada en la lengua de los mediadores. El material de enseñanza investigado era
pragmático y orientado a los comerciantes, llegando a Rusia por los viajeros.
T. Fenne comienza su libro "fuente alemana del idioma ruso coloquial" escribiendo
en "Pskobye", con fecha "1 de septiembre del año 1607". El traductor Fenne utiliza el
alemán, por ello es posible sugerir que estaba cerca del norte de Alemania y que era
cercano a los comerciantes hanseáticanos, a los cuáles les dio algunas recomendaciones
para sus relaciones de comercio ruso-alemanas. En 1603, Boris Godunov fue a la ciudad
alemana de Lyubek y otorgó a un gran número de ciudades el "diploma" de casi libre
comercio en Novgorod y Pskov, por ello, la necesidad de la lengua rusa para los
comerciantes alemanas se convirtió en una realidad obvia.
El libro de Fenne representa su propia temática como diccionario organizativo. El
texto principal esta precedido por un rezo, ya que el autor intenta seguir la tradición de
la literatura rusa medieval.
Al principio del diccionario se presentan los grupos de sustantivos y su proceso de
creación: cielo, tierra, dios, etc... Por ello se dan los nombres de los días de la semana,
de los meses, tabla de los caracteres usados en otros tiempos, las iglesias y la jerarquía
secular. Más adelante se separan las formas completas y las formas abreviadas de los
adjetivos cualitativos, sobre esto es importante recalcar que las formas completas
difieran del eslavo eclesiástico: durnoy, polnoy, glupoy. Gradualmente aparece una lista
con las formas de los verbos, en la cual se refleja el intento del autor por asociar
palabras: schitat, etc...
Las palabras más detalladas son las palabras asociadas al comercio. Por ejemplo, el
extenso grupo campo semántico-léxico de "animales domésticos" incluye palabras
como: bol, bik, etc... En el grupo de "vino" se incluyen todas las bebidas calientes
como: piba, kvas, etc... Las palabras de las partes del cuerpo están incluidas con
riguroso detalle: uja, serdtsie, etc... Instrumentos: tapor, clesi, etc... Piedras preciosas,
etc... Otro grupo muy interesante son el grupo de adjetivos que denotan colores: buroe,
etc... Es obvio que el autor intentó transmitir la pronunciación local con reflejado
estrépito. El texto esta documentado oralmente. Esto parece explicar las variantes
morfológicas de los adjetivos, de forma coherente con los sustantivos. También hay
comentarios separados en alemán sobre la gramática que con ayuda del sufijo "-en" se
puede especificar la cualidad "umen, smiren", y con la ayuda del sufijo "-in", la
nacionalidad: "rusin, nemchin", también se dan ejemplos educativos sobre los grados
comparativos de los adjetivos y los adverbios: "dobro - luchiy", etc... El autor une los
adverbios, los pronombres y las partículas: "tuda, cibia, uzhe" etc...
El autor también intenta explicar a los alemanes el significado de los prefijos "pere-,
so-, vi-," etc... Lo hace sin comentarios lingüísticos, presentando diferentes rangos de
verbos con prefijos sinónimos: "rostoptat', roslomit', etc..." Aquí el autor hace un claro
intento de unificar la forma de los prefijos. Liberando al estudiante de las explicaciones
lingüísticas, las cuales el no era capaz de hacer debido a que no era un filólogo
profesional. Por lo tanto, el autor hace sus explicaciones a través de su intuición
lingüística. Este es un de los métodos activos de enseñar gramática.
Está claro, por lo tanto, que el autor estaba familiarizado con la cultura y la forma de
escritura rusa, debido a que el autor ordenada cada parte del libro con postscripts, como
por ejemplo "..." [7:123]. Es interesante fijarse en que su propio postscript no solo
refleja los las características de los dialectos de las zonas nor-occidentales, pero también
la tradición de mezclar las vocales en ciudades como Novgorod.
Es muy importante que, sin diccionario, Fenne da ejemplos de diálogos de temática,
exclusiva para comerciantes: sobre la escasez de barriles, entre otros.
Es difícil sobrestimar la última parte del libro de Fenne, llamada "los números
rusos". En Rusia, las cifras árabes se dejaron de usar en el año 1702. Al principio,
aparecían en revistas, publicadas por la ocasión de capturar la fortaleza sueca de
"Noteburg", construida en la vieja ciudad de Oreshek. En 1703, salió a la luz "
aritméticas " de Magnitskiy, la cual presentaba todas las acciones aritméticas con cifras
árabes.
Antes de hacer las operaciones comerciales con los mercaderes rusos, se asumía que
se sabían los significados de las letras en cirílico. Es obvio que se hacia para poder
prevenir las posibles dificultades que podrían surgir, Fenne da instrucciones detalladas
sobre ello. Entre ellas podemos destacar: 21 (perbiy da dbadtsat'), etc... Fenne dio
ejemplos de todas las posibles variantes que se podían dar bajo el titulo de "números
significativos". Está claro que esta parte era muy importante para los comerciantes
alemanes.
Ya a principios del 17 había un famoso sistema de cambio de moneda rusa en
moneda extranjera. Para los rusos había dos formas principales de cambio: el dinero de
Novgorod y el de Moscú. (No terminado, no necesario)
El diccionario temático organizativo con algunas incorporaciones pequeñas,
inserciones, etc... Fueron el primer material para estudiar (compuesto por extranjeros y
para extranjeros). Los historiadores de la lengua rusa asumen que existían numerosos
materiales de estudio. Podemos hablar de los libros ABC (como género) a partir de
mediados del siglo 17, los cuales fueron muy populares en el entorno de los rusos
educados, que estudiaban lenguas extranjeras.
A principios del siglo17, hubo una obvia tradición de recopilar los diccionarios-
ABC. Las relaciones comerciales con Francia no eran muy activas, ni tampoco con
Alemania, Inglaterra ni con Holanda. Pero "El diccionario parisino-moscotiva", traído
en barco en 1586 desde París, refleja el atributo de esta traducción. Una parte
significativa del diccionario moscovita consiste en alternar de respuestas a preguntas
unidas a temas particulares. Larin sugiere que el diccionario fuera escrito con palabras
"kholmogorianas".

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