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​ ​Diario​ ​Reflexivo​ ​de​ ​la​ ​Segunda​ ​Etapa:​ ​Intervención​ ​y​ ​Ayudantía

Día​ ​9:​ ​jueves​ ​19,​ ​octubre​ ​2017

Intervención​ ​de​ ​Ramón​ ​Peralta


El jueves 19 de octubre del año 2017 me inserté en la escuela República de Venezuela para
intervenir en una hora de clases en 4toB, cuya maestra anfitriona es Rosa Pimentel. En esa clase
impartí Ciencias Sociales con actividades para desarrollar la competencia específica Ubicación en
el espacio, mediante el contenido Las Antillas Menores. La clase fue planificada para iniciar a las
8:15am​ ​y​ ​finalizar​ ​a​ ​las​ ​9:30am,​ ​y​ ​para​ ​desarrollarse​ ​bajo​ ​la​ ​estructura​ ​de​ ​la​ ​estrategia​ ​ECA.
De forma general me sentí bien en el desarrollo de mi primera clase en este grado y primera
de mi proceso de pasantía. Entiendo que esta es una gran oportunidad para ir mejorando mi
práctica, mis procesos de planificación y la creación de buenas actividades con mis compañeras.
Especialmente las actividades que desarrollamos en los demás grados y las de este día me indican
que estamos en el camino de lo novedoso y que como equipo podemos hacer aportes a la
enseñanza​ ​como​ ​espacio​ ​de​ ​crecimiento.
En cuando a la clase en el grado, me pareció interesante abordar las Antillas Menores por la
naturaleza del tema, que se presta para identificar el nivel de dominio que tienen los estudiantes en
la ubicación en el espacio. Asimismo, mis experiencias en observación me indicaban que este
grupo era muy bueno y que solo hace falta crear el ambiente de responsabilidad y actividades que
sean más interesantes. Sin embargo, en esta primera intervención no logré manejar el ambiente de
la forma que hubiese deseado, por lo cual me siento en la necesidad de investigar para que en mi
próxima​ ​intervención​ ​pueda​ ​obtener​ ​mejores​ ​resultados.
La clase se desarrolló en la estructura que como triada hemos adoptado desde nuestra
Práctica Profesional III: activación, construcción y aplicación. Esta estructura se corresponde con
la estrategia ECA, que en palabras de Villarini (2006) es un “plan general de actividades o
interacciones entre docente y estudiantes dirigido a suscitar aprendizaje y desarrollo humano de
habilidades” (p.8). En ese sentido, entiendo que esta estrategia ofrece muchas posibilidades de
aprendizaje. En primer lugar porque me permite ver qué tanto saben los estudiantes sobre el tema
que se aborde, para identificar su zona de desarrollo próximo y crear dirigir las actividades en
coherencia con ello. En segundo lugar, y en bastante relación con lo primero, garantizo que el
aprendizaje sea significativo, pues como indica Ausubel (1961) “la esencia del proceso del
aprendizaje significativo reside en que ideas expresadas simbólicamente son relacionadas con lo
que el alumno ya sabe, señaladamente algún aspecto esencial de su estructura de conocimientos”
(p. 1). De forma que las actividades de exploración o activación tienen una intencionalidad
justificable, porque permiten conectar con lo nuevo y hacer que el proceso tenga un significado
para​ ​quienes​ ​aprenden.
Antes de iniciar la clase organicé los recursos que iba a utilizar en ella, mientras que la
maestra pasó la lista y envió a un estudiante a buscar la merienda. Luego de que los estudiantes
merendaron solicité a un estudiante realizar la oración del día, quien rezó un padre nuestro y sus
compañeros le acompañaron. Durante ese momento decidí no dar a conocer el propósito y el tema
con la intención de que lo descubrieran en la actividad de activación. Durante este primer
momento de la clase los estudiantes se mostraban tranquilos, pero algunos seguían merendando y
no prestaban la atención que considero necesaria para que la actividad sea efectiva. En cuanto a
mí, desde el proceso de planificación hasta el momento de iniciar experimenté un poco de miedo a
la​ ​reacción​ ​de​ ​los​ ​estudiantes​ ​ante​ ​la​ ​propuesta​ ​de​ ​actividades​ ​y​ ​ante​ ​mi​ ​intervención​ ​en​ ​ella.
Con relación a ese sentimiento de reflexión y duda antes de intervenir o entrar en el tema,
creo oportuna la opinión de Van Manen (2010) cuando afirma que “la reflexión anticipativa nos
permite deliberar sobre las posibles alternativas, decidir sobre las acciones a llevar a cabo,
planificar cosas que tenemos que hacer y anticipar las experiencias que nosotros o los demás
podemos tener como resultado de los acontecimientos previstos o de nuestras acciones
planificadas” (p. 113). Con relación a ello, creo que el momento de inicio fue en el que más dudas
tenía sobre el resultado de lo que habíamos planificado. A pesar de que nos esforzamos bastante
para que las actividades fueran interesantes y crearan espacios de aprendizaje y de desarrollo de la
competencia específica abordada; reflexionaba en la posibilidad de que alguna actividad fuera muy
compleja para ellos o que simplemente no les gustara. Sin embargo, considero que es una actitud
de responsabilidad y por tanto debo estar pensando en mi práctica todo el tiempo, estar en la
expectativa​ ​de​ ​cómo​ ​fluye​ ​la​ ​clase​ ​y​ ​que​ ​tan​ ​efectivas​ ​son​ ​sus​ ​intervenciones.
Más adelante continué con la segunda actividad para retroalimentar sobre las sesiones
anteriores, pero debido a lo interactivo del proceso y a las respuestas que daban los estudiantes
terminé articulándola con la actividad de activación. En algunos instantes percibí que ambas
actividades debían estar cohesionadas y no separadas como las había planificado con mis
compañeras de equipo. En la retroalimentación motivé a los estudiantes a comentar sobre las
clases anteriores sobre el continente americano y las Antillas. Al mismo tiempo activé los saberes
previos sobre la diferencia entre Antillas Mayores y Menores, y los países que conforman a estas
últimas, realizando varias preguntas que iban relacionadas con las respuestas que los estudiantes
ofrecían, aunque algunas de las preguntas no estaban en la planificación, pero de todas formas
logré que los estudiantes estuvieran motivados por participar y percibí algunos indicadores de
debilidades en la competencia de ubicación espacial en ellos. Al finalizar la actividad de
activación quise partir de la realidad que percibí en sus respuestas para crear una situación que les
motivara a querer aprender sobre el tema de la clase. Sin embargo, la acción pedagógica para
hacerlo no fue la mejor posible, pues como me comentó mi compañera Emma, en la situación que
planteé dije “como ustedes no saben cuáles son los países de las Antillas Menores hoy los vamos a
conocer”.
Considero que estas dos actividades fueron de mucha utilidad para los estudiantes porque
pudieron activar sus saberes y previos; y para mí porque pude ver qué tanto sabían y desde dónde
debía partir. Por tanto son actividades que tienen intenciones pedagógicas justificadas desde los
procesos de construcción de conocimiento y desde mis decisiones e intervenciones en el aula. En
cuanto lo último, el MINERD (2014) indica que los maestros del Nivel Primario “reconocen y
valoran los conocimientos previos, las competencias, los saberes y las potencialidades de las niñas
y los niños, orientando así los procesos que se desarrollan en el salón de clases y fuera de él, de
manera que se propicien nuevos aprendizajes para que las niñas y los niños incidan en su
contexto” (p. 16). En ese sentido, fue muy importante para mí identificar que los estudiantes
presentaban dificultades para ubicar algunos espacios que son básicos para comprender el tema
que​ ​tenía​ ​planeado​ ​desarrollar​ ​en​ ​este​ ​día.
A partir de los resultados que pude evidenciar en estas dos actividades, noté que
prácticamente todos los estudiantes presentan debilidades en la ubicación en el espacio. De manera
específica estas dificultades se enfatizaron cuando les solicité ubicar el continente americano, los
océanos que le rodean, las Antillas Menores y nombrar algunos de sus países. Entiendo que el
grado presenta una situación de mejora en cuanto a esta competencia específica, pues el grado que
le precede es tercero y algunos de sus indicadores de logro exigen dominar algunas de las
habilidades solicitadas en dichas actividades. Algunos indicadores son el segundo de Ciencias
Sociales para tercer grado del Nivel Primario, que expresa que el estudiante “identifica en el globo
terráqueo y en el mapamundi los océanos, mares, continentes y archipiélagos como componentes
físicos de la Tierra” (p. 383); el tercero del mismo grado dice que el niño “ubica en el mapa físico
y político de América las Antillas Mayores y Menores, el mar Caribe, la isla de Santo Domingo, e
identifica que la República Dominicana comparte la isla con Haití”; mientras que el cuarto dice
que nombra las Antillas Mayores y las distingue de las Menores”. De ahí que como no se han
logrado estos indicadores, se dificulte un poco realizar los procedimientos que se exigen en el
cuarto​ ​grado​ ​para​ ​la​ ​ubicación​ ​en​ ​el​ ​espacio.
Además, me parece que no actué de una forma pedagógica adecuada cuando reaccioné a las
debilidades de los estudiantes cuando dije “como ustedes no saben hoy vamos a conocer los países
de las Antillas Menores”. En primer lugar porque los estudiantes no se sienten bien cuando se les
dice que ellos no saben y puede que se indispongan; y en segundo porque mi acción no fue
coherente con las característica de la estrategia lluvia de ideas. Al respecto, Pimienta (2012)
propone que en esta estrategia “todas las ideas expresadas son válidas” (p. 4). Esta afirmación
tiene su fundamento en que la intención de esta estrategia no es construir el conocimiento
introduciendo la nueva información, sino de explorar y activar lo que los estudiantes saben. En
futuros casos como el que se me presentó hoy, creo oportuno no afirmar como válidas sus
respuestas incorrectas pero sin calificarlas como inválidas; sino dejar la aclaración de los errores
conceptuales​ ​para​ ​el​ ​momento​ ​de​ ​construcción​ ​o​ ​conceptualización.
Más adelante introduje la actividad de construcción, en la que presenté una infografía para
completarla colocando los límites, la ubicación, los principales países, el clima, las principales
actividades económicas, los idiomas y las etnias de las Antillas Menores. Para desarrollar la
actividad entregué un pequeño recorte que contenía información sobre los aspectos destacados del
tema, a seis estudiantes que habían mostrado una participación pasiva en las actividades anteriores,
para leerlo en voz alta y que los demás compañeros partieran del aspecto y una imagen alusiva que
estaba en la información, para determinar en qué lugar debían colocarlo. La participación de los
estudiantes​ ​me​ ​indicó​ ​que​ ​aprendieron​ ​y​ ​que​ ​la​ ​actividad​ ​les​ ​gustó​ ​mucho.
Mientras los estudiantes realizaban la actividad se mostraban bastante motivados por
participar. Esto provocó que quisieran tener el turno para colocar el recorte, hasta el punto que se
quejaban de que yo no les dejaba participar, pero me resultaba imposible mandar a todos en todas
las participaciones. De igual forma, los estudiantes daban algunas respuestas por el solo hecho de
querer participar sin reflexionar en las preguntas para estar seguros de las respuestas. En esta
actividad hubo momentos en que sentí que no podía manejar el grupo, y que era difícil hacerles
seguir el procedimiento de levantar las manos antes de hablar, a pesar de que al inicio insistí en
ello. En algunos instantes los estudiantes estaban hablando entre sí sin respetar el turno para
hacerlo mientras que yo intentaba calmar la situación sin tener ningún resultado. Por tal motivo la
maestra Rosa, Emma y Jhoanny intentaron ayudarme. Cuando esta situación se calmó un poco
Jhoanny se me acercó para recomendarme no mostrar risa cuando ellos se comportan mal, porque
yo​ ​no​ ​mostraba​ ​autoridad​ ​o​ ​inconformidad​ ​por​ ​la​ ​conducta​ ​que​ ​ellos​ ​mostraban.
A partir de la experiencia en esta actividad, creo que debo mejorar algunos aspectos sobre
mi práctica. En ese sentido, debo investigar algunas estrategias que se adecúen para manejar el
grupo al momento de otorgar la participación y de mantener la disciplina. Considero oportuno
incluir una breve explicación del procedimiento para participar al inicio de la clase o de cada
actividad. He pensado en algo así como decirles primero deben escuchar la pregunta, luego la
piensan, después levantan la mano sin hablar y, cuando yo les de la palabra, comparten su opinión
con toda la clase. Me parece que incluir esta explicación al inicio asegurándome de que ellos
entiendan, puede ayudar a que las participaciones sean más efectivas y se pueda evitar el desorden.
Asimismo, creo que es oportuno pensar en alguna forma de otorgar la participación para que no se
quejen. Una de ellas es la que han utilizado algunos maestros durante mi formación docente, que
consiste en colocar el nombre de todos los estudiantes en una bolsa para ir extrayéndolos cuando
realice una pregunta, y los que participan se quedan afuera hasta que todos los demás participen.
De​ ​esa​ ​forma​ ​puedo​ ​garantizar​ ​que​ ​no​ ​se​ ​repitan​ ​las​ ​participaciones​ ​y​ ​que​ ​ellos​ ​no​ ​se​ ​quejen.
A pesar de las situaciones de desorden que en algunos momentos se crearon, me gustó
mucho el hecho de que los estudiantes se mantuvieran participando activamente durante toda la
actividad. Creo que esto se debió a que la naturaleza de la actividad les otorgaba el protagonismo
en la construcción de su conocimiento. Por esa razón ellos querían participar en todo momento
porque estaban motivados en hacerlo. Sin embargo, mi práctica puede mejorar en cuanto a la
autoridad que muestro en mi expresión oral y facial. Esta situación se debe a que he intentado
crear una actitud de alegría, confianza y respeto en mis clases, pero los estudiantes lo toman como
que me ofrezco como un maestro sin autoridad. Por tal motivo, debo mostrar más autoridad en mis
intervenciones y en mi expresión facial, porque incluso en algunos momentos en que ellos se
quejaban yo reaccionaba con un rostro tranquilo o alegre, cuando es posible que si hubiese
mostrado​ ​cara​ ​de​ ​reprobación​ ​a​ ​esas​ ​conductas,​ ​ellos​ ​hubiesen​ ​dejado​ ​de​ ​hacerlo.
Para la actividad de aplicación solicité a los estudiantes colocar el nombre a algunos lugares
claves relacionados al tema en un mapa de América y uno del Caribe, y escribir el nombre de tres
países de las Antillas Menores. Aunque había planificado que la actividad se desarrollara en
equipos de cuatro integrantes, decidí que lo hicieran individualmente porque nos quedaba poco
tiempo, y porque entendía que la conducta mostrada en las actividades anteriores era un indicador
de que agruparlos sería una motivación al desorden. Sin embargo, les permití que trabajaran con el
compañero de al lado luego de haberles explicado el procedimiento para realizar la actividad y
haberles entregado la hoja en que la harían. A pesar de ello cuando les entregué la hoja casi todos
mostraban dudas por lo que deberían hacer, por lo que Emma, Jhoanny y la maestra Rosa me
ayudaron a explicarles de forma personalizada a algunos de los grupos que se formaron. En el
proceso percibí que la actividad era un poco compleja para ellos, y por lo tanto decidí colocar el
mapa de América en la pizarra para que ellos consultaran y pudieran responder a las indicaciones
de la actividad, pero las dudas siguieron evidenciando que tenían dificultades para ubicar lugares
en​ ​el​ ​mapa.
Con respecto al significado de esta actividad, la catalogo como importante para que los
estudiantes muestren su aprendizaje durante la actividad de construcción porque como dice Pagés
(2010) “tan sólo a través de las aplicaciones, el docente puede hacerse una idea de lo que el
alumno sabe” (p. 22). Sobre todo porque aunque en la construcción yo haya realizado actividades
interesantes y propicias para aprender, es posible que ellos no prestaran la atención necesaria o que
simplemente no les haya motivado la actividad. Sin embargo, luego de ver cómo ellos
desarrollaban la actividad de aplicación percibí que era un poco compleja, y que intentaba
confirmar aprendizaje de otras clases que aunque fueron retroalimentadas al inicio, no fueron
abordadas en esta clase. La complejidad de la actividad residía en que a ellos se les dificultaba
ubicar los lugares y que no conocían los límites del continente americano. Con relación a ello,
Salina (2015) afirma que es necesario “encomendarles tareas acordes con su nivel de aptitudes” (p.
4). El hecho de que la actividad fuera compleja para ellos colaboró a la indisciplina en algunos
momentos​ ​de​ ​la​ ​misma.
Otra situación que me llamó la atención durante esta actividad fue la dificultad para que los
estudiantes entender el procedimiento para desarrollarla. Esto se evidenció en las constantes
preguntas que hacían después que empezaron. En esta situación, Salinas (2015) considera que para
desarrollar una actividad se deben dar “orientaciones e instrucciones precisas: las instrucciones
deben ser breves, irán al grano y se expresarán en lenguaje sencillo” (p. 4). De ahí que para mis
próximas intervenciones tendré en cuenta que la consigna y los procedimientos sean lo
suficientemente claros. En ese orden, pienso que debo accionar en tres momentos para explicar el
procedimiento de la actividad: antes de explicar debo asegurarme de que todos me estén
atendiendo; durante la explicación de cada paso puedo ofrecer ejemplos para hacerlos más
concretos; y después de explicarlo debo confirmar que todos hayan entendido la consigna y los
pasos que deben seguir. Es probable que estas acciones me ayuden en mi próxima intervención,
pero​ ​algo​ ​cuya​ ​efectividad​ ​no​ ​quiero​ ​concluir​ ​desde​ ​ahora​ ​sino​ ​que​ ​debo​ ​confirma​ ​en​ ​mi​ ​práctica.
En el cierre realicé algunas preguntas para que los estudiantes evaluaran su aprendizaje, la
clase y mi desempeño. Ante lo primero dijeron haber aprendido mucho, lo cual evidenciaron
respondiendo a algunas preguntas específicas que les formulé para confirmarlo como los dos
grupos de Antillas y algunos países de las Menores. Sobre la clase dijeron que les gustó mucho por
las actividades que desarrollaron y algunas cosas que aprendieron. En cuanto a los cambios para
mejorar dijeron que deben mejorar la disciplina para una próxima clase, y que yo debo mejorar la
forma de dar participación, pues de acuerdo a sus opiniones no les dejaba hacerlo. Sin embargo,
ellos reflexionan sobre su conducta pero en sus acciones dentro del aula no siempre se corresponde
lo que dicen con lo que hacen, por lo que quizás sea adecuado realizar algunas intervenciones con
ellos al respecto. Asimismo, su opinión sobre mi práctica me lleva a querer mejorar mis acciones
para otorgar la participación, por lo tanto asumiré algunas de las medidas que he destacado
anteriormente.

Ayudantía
Después​ ​del​ ​recreo,​ ​nos​ ​insertamos​ ​en…​ ​para​ ​realizar​ ​nuestra​ ​práctica​ ​de​ ​ayudantía.​ ​En
ella...

Referencias
Ausubel, D. (1961). ​Significado y aprendizaje significativo​. Disponible en:
http://www.arnaldomartinez.net/docencia_universitaria/ausubel02.pdf
MINERD.​ ​(2014).​ ​Modelo​ ​Pedagógico​ ​Nivel​ ​Primario​ ​Segundo​ ​Ciclo​.​ ​Santo​ ​Domingo:​ ​Autor
MINERD.​ ​(2016).​ ​Diseño​ ​Curricular​ ​Nivel​ ​Primario​ ​Primer​ ​Ciclo​.​ ​Santo​ ​Domingo:​ ​Autor
MINERD.​ ​(2016).​ ​Diseño​ ​Curricular​ ​Nivel​ ​Primario​ ​Segundo​ ​Ciclo​.​ ​Santo​ ​Domingo:​ ​Autor
Pagés, T. (2010). ​Guía para la elaboración de las actividades de aprendizaje​. Disponible en:
http://www.ub.edu/ice/sites/default/files/docs/qdu/15cuaderno.pdf
Salinas (s.f.). ​Estrategias para afrontar la disciplina en el aula​. Disponible en:
http://www.dipsanet.es/upd/pdfs/16_DACApoyoMetodologicoDocentes/Disciplina_Aula.
pdf
Van​ ​Manen,​ ​M.​ ​(2010).​ ​El​ ​tacto​ ​en​ ​la​ ​enseñanza​.​ ​Barcelona:​ ​Paidós​ ​Educador
Villarini, A. (2006). ​Teoría y pedagogía del pensamiento crítico. Disponible en:
http://pepsic.bvsalud.org/pdf/pp/v3-4/v3-4a04.pdf

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