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Ley de los gases

. Ley general de los gases: La ley general de los gases afirma que el producto
de la presión por el volumen de un gas es igual al número de moles del gas
multiplicados por la constante del gas multiplicada por la temperatura. Por
tanto,

PV=nRT

donde

P = Presión (mmHg)

V = Volumen (l)

n = Moles (mol)

R = Constante del gas

T = Temperatura (K)

La única «trampa» en la aplicación de la ley general de los gases a la fisiología


respiratoria es conocer que en la fase de gas se emplea TCPS, pero en la fase
líquida, se utiliza TEPS.

TCPS significa temperatura corporal (37 °C o 310 K), presión atmosférica


ambiental y gas saturado con vapor de agua.

Para los gases disueltos en la sangre, se emplea

TEPS, que significa temperatura estándar (0 °C o 273 K), presión estándar


(760 mmHg) y gas seco.

El volumen del gas con TCPS se puede convertir en volumen con TEPS al
multiplicar el volumen (con TCPS) por 273/310 × Pb – 47/760 (donde Pb es la
presión barométrica y 47 mmHg es la presión del vapor de agua a 37 °C).

Ley de Boyle: La ley de Boyle es un caso especial dentro de la ley general

de los gases. Afirma que, a una temperatura determinada, el producto de la


presión por el volumen de un gas es constante. Por tanto,

P1V1=P2V2
La aplicación de la ley de Boyle al sistema respiratorio se ha tratado en un
ejemplo anterior. Hay que recordar lo que ocurre durante la inspiración cuando
el diafragma se contrae para aumentar el volumen pulmonar: para mantener
el producto de la presión por el volumen constante, la presión del gas en los
pulmones tiene que disminuir cuando aumenta el volumen pulmonar. Esta
disminución de la presión del gas es la fuerza impulsora para el flujo aéreo en
los pulmones.

Ley de Dalton de las presiones parciales: se aplica con frecuencia en


fisiología respiratoria. Afirma que la presión parcial de un gas en una mezcla de
gases es la presión que ejercería el gas si ocupara el volumen total de la
mezcla.

Por tanto, la presión parcial es la presión total multiplicada por la fracción de


concentración del gas seco, o

Px=Pb×F

La relación para el gas humidificado está determinada por la corrección de la


presión barométrica según la presión del vapor de agua. De esta forma,

Px=(Pb-Ph2o)×F

donde

Px = Presión parcial del gas (mmHg)

Pb = Presión barométrica (mmHg)

Ph2o = Presión del vapor de agua 37 °C (47 mmHg)

F = Fracción de concentración del gas (no unidades)

Por tanto, a partir de la ley de Dalton y de las presiones parciales se deduce


que la suma de las presiones parciales de todos los gases en una mezcla es
igual a la presión total de la mezcla. Por tanto, la presión barométrica (Pb) es la
suma de las presiones parciales de O2, CO2, N2 y H2O. Los porcentajes de los
gases en el aire seco a una presión barométrica de 760 mmHg (con los valores
correspondientes de F entre paréntesis) son los siguientes: O2, 21% (0,21); N2,
79% (0,79) y CO2, 0% (0).

El aire en las vías aéreas está humidificado, por lo que la presión del vapor de
agua es obligatoria e igual a 47 mmHg a 37 °C.
Electrocardiograma

El electrocardiograma (ECG) es un cálculo de diferencias de potencial


diminutas sobre la superficie del cuerpo que reflejan la actividad eléctrica del
corazón. En pocas palabras, estas diferencias de potencial o voltajes pueden
cuantificarse sobre la superficie del cuerpo gracias a la sincronización y a la
secuencia de la despolarización y la repolarización del corazón. Recuérdese
que todo el miocardio no se despolariza a la vez: las aurículas se despolarizan
antes que los ventrículos; los ventrículos se despolarizan siguiendo una
secuencia concreta; las aurículas se repolarizan mientras los ventrículos están
despolarizándose, y los ventrículos se repolarizan siguiendo una secuencia
concreta.

Como resultado de la secuencia y la sincronización de la propagación de la


despolarización y la repolarización en el miocardio, se establecen diferencias
de potencial entre porciones distintas del corazón que pueden detectarse
mediante electrodos colocados sobre la superficie corporal.

La nomenclatura del ECG es la siguiente:

las diferentes ondas representan la despolarización o la repolarización de


porciones distintas del miocardio y se les asignan letras. También se nombran
los intervalos y los segmentos entre las ondas. La diferencia entre intervalos y
segmentos es que los intervalos abarcan a las ondas, mientras que los
segmentos no. En el ECG se observan las ondas, los intervalos y los
segmentos siguientes:

1. Onda P. La onda P representa la despolarización de las aurículas. La


duración de la onda P guarda relación con el tiempo de conducción a través de
las aurículas; por ejemplo, ésta se dispersará si disminuye la velocidad de
conducción a través de las aurículas. La repolarización auricular no se aprecia
en un ECG normal, ya que queda «enterrada» en el complejo QRS.

2. Intervalo PR. El intervalo PR es el tiempo que transcurre desde la


despolarización inicial de las aurículas hasta la despolarización inicial de los
ventrículos. Así, el intervalo PR abarca la onda P y el segmento PR, una
porción isoeléctrica (plana) del ECG que se corresponde con la conducción en
el nodo AV. Dado que el intervalo PR incluye el segmento PR, también guarda
relación con el tiempo de conducción a través del nodo AV.

3. En condiciones normales, el intervalo PR es de 160 ms, que representa el


tiempo acumulado desde la primera despolarización de las aurículas hasta la
primera despolarización de los ventrículos (v. fig. 4-14). Los incrementos en la
velocidad de conducción a través del nodo AV reducen el intervalo PR (p. ej.,
debido a la estimulación simpática), mientras que las disminuciones en la
velocidad de conducción a través del nodo AV incrementan el intervalo PR (p.
ej., debido a estimulación parasimpática).

4. Complejo QRS. El complejo QRS consta de tres ondas:

Q, R y S. En conjunto, estas ondas representan la despolarización de los


ventrículos. Obsérvese que la duración total del complejo QRS es similar a la
de la onda P. Este hecho puede parecer sorprendente, ya que el tamaño de los
ventrículos es mucho mayor que el de las aurículas; sin embargo, los
ventrículos se despolarizan con la misma rapidez que las aurículas, ya que la
velocidad de conducción en el sistema de His-Purkinje es mucho más rápida
que en el sistema de conducción de las aurículas.

5. Onda T. La onda T representa a la repolarización de los ventrículos.

6. Intervalo QT. El intervalo QT comprende el complejo QRS, el segmento ST


y la onda T, y representa la primera despolarización ventricular hasta la última
repolarización ventricular. El segmento ST es una porción isoeléctrica del
intervalo QT que guarda relación con la meseta del potencial de acción
ventricular. La frecuencia cardíaca se mide contando el número de complejos
QRS (u ondas R, ya que son las que más sobresalen) por minuto. La longitud
del ciclo es el intervalo R-R (el tiempo entre una onda R y la siguiente). La
frecuencia cardíaca está relacionada con la longitud del ciclo del modo
siguiente:

Frecuencia cardíaca = 1/longitud del ciclo

Los cambios en la frecuencia cardíaca (y en la longitud del ciclo) modifican la


duración del potencial de acción y como consecuencia, alteran las duraciones
de los períodos refractarios y de la excitabilidad. Por ejemplo, si la frecuencia
cardíaca aumenta (y disminuye la longitud del ciclo), hay un descenso en la
duración del potencial de acción. No sólo habrá más potenciales de acción por
unidad de tiempo, sino que dichos potenciales de acción tendrán una duración
menor y períodos refractarios más breves.

Dada la relación entre la frecuencia cardíaca y el período refractario, los


aumentos en la frecuencia cardíaca podrían ser un factor para la aparición de
arritmias (ritmos cardíacos anormales). A medida que aumenta la frecuencia
cardíaca y se acortan los períodos refractarios, las células miocárdicas se
excitan antes y más a menudo

ESPIROMETRIA
La espirometría es un análisis común de consultorio utilizado para evaluar
cómo funcionan los pulmones midiendo cuánto aire inhalas, cuánto exhalas y
con qué rapidez exhalas.

La espirometría se utiliza para diagnosticar el asma, la enfermedad pulmonar


obstructiva crónica (EPOC) y otras enfermedades que afectan la respiración.
La espirometría también se puede utilizar periódicamente para controlar el
estado de los pulmones y verificar si el tratamiento de una enfermedad
pulmonar crónica te ayuda a respirar mejor

GASOMETRIA

Qué son las gasometrías arteriales y técnica que se utiliza para el análisis de
gases en sangre.

Una gasometría arterial es un tipo de prueba médica que se realiza extrayendo


sangre de una arteria para medir los gases (oxígeno y dióxido de carbono)
contenidos en esa sangre y su pH (acidez). Requiere la perforación de una
arteria con una aguja fina y una jeringa para extraer un pequeño volumen de
sangre. El sitio más común de punción es la arteria radial de la muñeca, pero a
veces se utiliza la arteria femoral en la ingle u otras zonas. La sangre también
se puede sacar con un catéter arterial. Es una prueba de diagnóstico que
implica algunos riesgos de complicaciones que se deben discutir con el médico
antes de realizarla.

El examen generalmente se realiza en personas que tienen problemas


respiratorios, como el enfisema y el asma, para evaluar la absorción de
oxígeno de la sangre, y es una prueba que también se puede utilizar para
evaluar la función renal. Ayuda a los médicos a evaluar si los pulmones están
funcionando de manera eficiente.

La prueba se utiliza para determinar el pH de la sangre, la presión parcial de


dióxido de carbono (pCO2) y oxígeno (pO2), y el nivel de bicarbonato. Muchos
gasómetros también ofrecen datos de las concentraciones de lactato,
hemoglobina, electrolitos diversos (sodio, potasio, calcio y cloro),
oxihemoglobina, carboxihemoglobina y metahemoglobina.

Cuando inhalamos, respiramos oxígeno que es transportado desde los


pulmones hacia el torrente sanguíneo. Durante la exhalación, el dióxido de
carbono se libera y también viaja a través de la sangre. Dos de los factores
más importantes que mide la gasometría es el nivel del dióxido de carbono y el
nivel de oxígeno en la sangre.

Cómo se hace

Gasometría en la arteria radial

Gasometría en la arteria radial

Mientras que la mayoría de las extracciones de sangre se obtienen de una


vena, una gasometría arterial se toma de una arteria. Por lo general se extrae
de la arteria radial, situada en la muñeca, o la arteria braquial, que se puede
palpar en el interior del brazo a nivel del codo. El personal médico
especialmente entrenado puede llevar a cabo la gasometría arterial, tales como
médicos, enfermeras, terapeutas respiratorios y técnicos de laboratorio.

El personal médico que realiza la gasometría hará primero un test de Allen.


Esta prueba confirma que el paciente tiene la circulación colateral a la mano.
La arteria radial, junto con la arteria cubital, suministra sangre a la mano.
Aunque es poco probable, si la arteria radial es dañada durante la extracción
de sangre, es importante asegurarse de que la arteria cubital está
suministrando sangre a la mano.

El siguiente paso es limpiar la muñeca con un algodón con alcohol para


prevenir una infección. Debido a que las arterias no se ven, el técnico palpará
el pulso. Una vez que el pulso se encuentra, introducirá la aguja y la sangre
fluirá en la jeringa. Después se retira la aguja, y se aplica presión a la arteria
durante unos pocos minutos para asegurar que el sangrado se ha detenido. La
muestra de sangre se lleva a una máquina especial que puede proporcionar los
valores de laboratorio.

Qué se analiza

Los gases se disuelven en los líquidos. La sangre, por tanto, contiene gases
disueltos. Pero los gases de la sangre que se analizan con la gasometría no
son sólo los disueltos sino también los relacionados con los componentes
químicos de la sangre, tales como el dióxido de carbono y el oxígeno que se
unen a los glóbulos rojos. Las concentraciones de gases en la sangre
proporcionan los parámetros plasmáticos para evaluar la función respiratoria
del cuerpo y su equilibrio ácido-base.

La respiración de O2 hace que las células del cuerpo puedan funcionar


mediante diversos procesos metabólicos, produciéndose CO2 como sustancia
de deshecho. Para el buen funcionamiento del cuerpo es importante que el
organismo se mantenga dentro de unos límites estrechos de pH, de tal forma
que los distintos sistemas de equilibrio actúen. El sistema de equilibrio más
importante en el cuerpo humano está modulado por la proporción de
bicarbonato (HCO3-) y CO2 (equilibrio ácido-base).

El pH de la sangre disminuye (se hace más ácida) cuando aumenta en ella la


cantidad de CO2 (u otra sustancia ácida acumulada, por ejemplo, por
problemas de riñón). El pH de la sangre aumenta (se vuelve más alcalina)
cuando disminuye en ella la cantidad de CO2 o aumentan las sustancias
alcalinas (por ejemplo, el bicarbonato).

Cuándo hacer una gasometría

La aplicación más frecuente de la gasometría es para el análisis de la función


pulmonar y el seguimiento de personas que reciben regularmente oxígeno o
terapia respiratoria. La prueba evalúa la eficiencia de filtración de dióxido de
carbono por los pulmones, así como la circulación de sangre oxigenada. Como
medio para evaluar la función pulmonar, los resultados del análisis de
gasometría que muestran niveles elevados de dióxido de carbono pueden ser
indicativos de insuficiencia respiratoria. Los bajos niveles de dióxido de carbono
a menudo se presentan con alcalosis respiratoria, una enfermedad inducida por
la respiración insuficiente, como ocurre a menudo con la hiperventilación
crónica o falta de aliento. Cualquier análisis anormal de gasometría da lugar a
pruebas adicionales para su verificación.

Las alteraciones en el equilibrio ácido-base pueden estar presentes en muchas


enfermedades. Estos trastornos suelen ser una manifestación de una
enfermedad subyacente. Así, según los resultados de los gases en la sangre
se puede determinar si hay un problema en los pulmones (respiratorio) o los
riñones (metabólico), y si la sangre es demasiado ácida (acidosis) o demasiado
alcalina (alcalosis). Se pueden distinguir cuatro trastornos:

- Acidosis respiratoria: una respiración comprometida hace que el CO2 no


pueda salir del cuerpo, y por lo tanto aumenta en la sangre la concentración de
CO2 y el pH disminuye. Las posibles causas incluyen la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC) o la neumonía.

- Alcalosis respiratoria: un aumento de la respiración elimina más CO2, lo que


permite que la concentración de CO2 en sangre disminuya y el pH aumente.
Las posibles causas incluyen hiperventilación, dolor y ciertas enfermedades
pulmonares.

- Acidosis metabólica: es un pH bajo junto con una disminución de la


concentración de bicarbonato en la sangre. Las posibles causas incluyen una
diabetes mellitus no regulada y problemas renales graves.

- Alcalosis metabólica: hay un aumento del pH con un aumento de la


concentración de bicarbonato en la sangre. La posible causa son los vómitos
prolongados.

La prueba de gasometría se utiliza principalmente en neumología, para


determinar los niveles de intercambio de gases en la sangre relacionados con
la función pulmonar, pero tiene una variedad de aplicaciones en otras áreas de
la medicina. Las combinaciones de trastornos pueden ser complejas y difíciles
de interpretar, por lo que las calculadoras, los nomogramas, y las reglas de oro
son de uso común.

Los individuos de los que se sospechan complicaciones inducidas por diabetes,


como la cetoacidosis, pueden someterse a un análisis de gases en sangre para
evaluar los niveles de cetonas en la sangre. Si los niveles de oxígeno en la
sangre de una persona son insuficientes, se puede desarrollar un trastorno
conocido como acidosis láctica. Este trastorno puede ser detectado por la
presencia de niveles de oxígeno muy insuficientes y una alta proporción de
ácido láctico. Las enfermedades metabólicas y respiratorias, tales como la
acidosis, se pueden detectar durante una gasometría debido a la presencia de
un desequilibrio del pH de la sangre que también puede ser indicativo de
deterioro de la función pulmonar o renal.

ELECTROCARDIOGRAMA

El electrocardiograma es una prueba que registra la actividad eléctrica del


corazón que se produce en cada latido cardiaco. Esta actividad eléctrica se
registra desde la superficie corporal del paciente y se dibuja en un papel
mediante una representación gráfica o trazado, donde se observan diferentes
ondas que representan los estímulos eléctricos de las aurículas y los
ventrículos. El aparato con el que se obtiene el electrocardiograma se llama
electrocardiógrafo.
Para la recogida de la actividad eléctrica por el electrocardiógrafo, se necesita
que sobre la piel del paciente se coloquen una serie de electrodos
(normalmente 10), que irán unidos hasta el electrocardiógrafo por unos cables.
Con 10 electrodos se consiguen obtener 12 derivaciones, es decir, se dibujan
en el papel 12 trazados de los impulsos eléctricos del corazón desde diferentes
puntos del cuerpo. Se pueden obtener derivaciones extra si se añaden más
electrodos a la superficie corporal, pero el electrocardiograma básico debe
constar como mínimo de 12 derivaciones. El electrocardiograma de una
persona sana presenta un trazado particular; cuando aparecen cambios en ese
trazado el médico puede determinar si existe un problema.

Se usa para medir el ritmo y la regularidad de los latidos, el tamaño y posición


de las aurículas (representada por la onda P) y ventrículos (representada por el
complejo QRS), cualquier daño al corazón y los efectos que sobre él pueden
tener ciertos fármacos o dispositivos implantados en el corazón (como
marcapasos). Las alteraciones en el trazado son imprescindibles para la
detección y análisis de las arritmias cardiacas. También resulta muy útil en los
episodios agudos de enfermedad coronaria, como el infarto de miocardio.

Es una prueba sencilla, disponible, rápida, que no produce ninguna molestia


(es indoloro) y no tiene ningún riesgo para el paciente (no se envía ningún tipo
de electricidad a través del cuerpo, solo detecta la actividad eléctrica que se
general en el propio corazón).

Cómo se realiza el electrocardiograma

La enfermera o el médico conecta los cables del electrocardiógrafo a la piel del


paciente por medio de adhesivos o ventosas (electrodos). Los puntos donde se
colocan los electrodos son: tobillos, muñecas y pecho. De esta forma se recoge
el mismo impulso eléctrico desde diferentes posiciones. Primero se debe
limpiar el área de la piel donde posteriormente se colocarán los electrodos, e,
incluso, en algunas ocasiones será necesario rasurar el vello de esa zona.

El paciente

El paciente debe permanecer tumbado, relajado, sin hablar, con un ritmo


respiratorio normal y con los brazos y las piernas inmóviles. A veces, el médico
puede pedirle al paciente que contenga la respiración durante unos segundos.
Cualquier movimiento puede alterar los resultados.

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