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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA DE MEDICINA

DERMATOLOGÍA

TEMA:

ESCABIOSIS

NIVEL/PARALELO:

6TO “B”

ESTUDIANTE:

CALDERÓN MACHADO ÁNGELA MONSERRATE

DOCENTE:

Dra. Susana

PERIODO ACADÉMICO:

SEPTIEMBRE 2018 – FEBRERO 2019


INTRODUCCIÓN

La comúnmente llamada sarna, es una ectoparasitosis denominada “Escabiosis” la cual es

provocada por un ácaro de 8 patas (Sarcoptes scabiei variedad hominis) la cual es de fácil

transmisión al contacto con la piel, al año se han detectado y reportado 300 millones de casos

alrededor del mundo, puesto que es una enfermedad que cualquier persona puede contraer

sin importar su clase social, sexo, raza, color, sin embargo, es frecuente evidenciar esta

enfermedad en las personas que no se asean adecuadamente, en ciertos casos se ha detectado

como pandemia en Instituciones varias.

Esta enfermedad también se llama costrosa, la cual también se desarrolla en zonas húmedas

y se propaga rápidamente en la persona, es importante que, cuando se encuentre una persona

en este estado, se mantenga aislada en su habitación hasta su recuperación, ya que, al contacto

con otras personas, puede resultar en un contagio a nivel familiar o local.


ESCABIOSIS

De acuerdo con el criterio de Flores (2013), la infección no discrimina géneros, clases

sociales, raza o sexo, sin embargo es de suma importancia notar que en invierno en las áreas

urbanas, donde se presenta un nivel socioeconómico relativamente bajo se concentra en

mayor proporción dicha enfermedad, por ejemplo un estudio efectuado en Bangladesh reveló

que la incidencia de esta infección en menores de 5 años fue de 952/1,000 niños/año, lo cual

es alarmante porque existe un riesgo alto de dicha enfermedad en la zona.

Plascencia (2013) describe las formas de contagio, pudiendo ser ésta de modo directo,

diseminación intrafamiliar o de forma sexual, por otro lado, el criterio de Tirado (2016),

enfoca el riesgo existente en la transmisión indirecta, a través de fómites, siendo éste el medio

de propagación más común de la costrosa. El diagnóstico de esta enfermedad se ve reflejado

en la piel del huésped con presencia de llagas con color rojizo intenso, picazón abundante y

en algunos casos protuberancias significativas en algunas partes del cuerpo.

Por otra parte, es importante resaltar las características del ácaro, el ácaro hembra mide

0.3×0.3 mm, tiene una cabeza pequeña unida a un gran cuerpo ovalado, con 8 patas que le

permiten sobrevivir, este animal realiza un túnel en la epidermis de su víctima, estando a una

velocidad de 2.5 cm por minuto, en condiciones normales, este ácaro puede sobrevivir 3 días

en el cuerpo de una persona, aunque de acuerdo con Rodríguez (2017) el tiempo en que se
mantiene en los animales es de 16 días, siendo así que, en el ser humano dicho ácaro no

completa su ciclo.

Bajo un estudio realizado por Boella (2016), se demostró que el ácaro causante de la sarna

no succiona sangre, por lo que no se considera un vector de foco del VIH, además el autor

recomienda algunos péptidos antimicrobianos para atacar al parásito de modo significativo y

acelerar su ciclo en el cuerpo.

Bollea. (2016) afirma que el ácaro en cuestión de 30 minutos cavan el túnel de afectación y

el paciente afectado logra captar de 5 a 15 ácaros hembra, sin embargo, Otero (2015)

contradice esto asegurando que dicha cifra puede dispararse en millones de ácaros en el

cuerpo humano, además de durar de 10 a 15 días en el cuerpo dejando huevos en la epidermis,

por lo que es necesario el tratamiento adecuado para que luego que el parásito madure, no

eclosionen los huevecillos, y así, de suceder el ciclo se reinicia pudiendo abarcar de 30 a 60

días en el cuerpo huésped.

Finalmente, el tratamiento de esta enfermedad ha sido discutido por autores con críticas

similares, sin embargo, se realizan enfoques distintos del mismo, el primero es mediante la

ivermectina, la cual es considerada como el tratamiento de primera elección de la sarna

costrosa (Boella, 2016), puesto que es un medicamento relativamente tolerable y accesible

para el huésped en cuestión. Por otra parte, Otero (2015) afirma que el mejor tratamiento se

da, no solo con la aplicación de éste medicamento sino que, mediante un programa de control
mediante profilaxis con ivermectina oral a pacientes y pobladores dentro de las áreas

afectadas, además de inducir que el desarrollo de estrategias sanitarias en el sector es la mejor

opción para la mitigación de la enfermedad.

Por otra parte, Rodríguez (2017), asegura que la mejor opción es el lindano, aunque éste se

encuentre actualmente prohibido en algunos países. El autor afirma además que la

ivermectina tópica, es eficaz para el tratamiento de la pediculosis, sin embargo, para la sarna

se requieren estudios a largo plazo, refiere además que alternativas de prevención pueden

llegar a ser el mejor mitigante de la enfermedad, por ejemplo, tener el aseo adecuado del

cuerpo, lavar y planchar adecuadamente la ropa, teniendo como principal actividad el aseo

de la casa, para evitar la presencia de los ácaros causantes de la escabiosis.


MARCO TEÓRICO

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

 Bollea. (2016). Serie parasitosis en dermatología. Escabiosis. Buenos Aires,

Argentina.

 Flores. Et. Al. (2013) “Características clínicas del diagnóstico probable de

escabiosis en los Internos de la Escuela de Reintegración Social para adolescentes

Quinta del Bosque en el mes de octubre del 2013”. Universidad Autónoma del Estado

de México.
 Otero. (2015). Trabajo Final: Escabiosis en contexto de encierro. Universidad

Nacional de la Plata.

 Plascencia. Et. Al. (2013). Escabiosis: una revisión. Yucatán, México.

 Rodríguez-Zúñiga, Milton José Max, & Torres-Panduro, Natalie. (2017). Escabiosis

en Lima y Callao, 2016. Acta Médica Peruana, 34(4), 335-336.

 Tirado. Et. Al. (2016). Escabiosis costrosa en pacientes con infección por VIH/SIDA.

Reporte de 15 casos. México.

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