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Porosidad

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La porosidad o fracción de huecos es una medida de espacios vacíos en un material, y es una fracción del
volumen de huecos sobre el volumen total, entre 0-1, o como un porcentaje entre 0-100 %. El término se utiliza en
varios campos, incluyendo farmacia, cerámica, metalurgia, materiales, fabricación, ciencias de la tierra, mecánicas
de suelos e ingeniería.

Índice

 1Química
 2Porosidad másica y volumétrica
 3Porosidad en suelos
 4Otras medidas de la porosidad
 5Véase también
 6Referencias

Química[editar]
En Química, es la capacidad de un material de absorber líquidos o gases. También es el tamaño y número de los
poros de un filtro o de una membrana semipermeable.

Porosidad másica y volumétrica[editar]


La capacidad de absorción de agua o porosidad másica se puede medir con la siguiente fórmula matemática:
Donde:

, Masa de una porción cualquiera del material (en seco).

, Masa de la porción después de haber sido sumergido en agua:


Esta última ecuación puede ser usada para estimar la proporción de huecos o porosidad volumétrica:

Donde:

, es la densidad del material (seco).

, es la densidad del agua.

, es la proporción de huecos (expresada en tanto por uno).

Porosidad en suelos[editar]
Artículo principal: Porosidad del suelo

En edafología, la porosidad de un suelo viene dada por el porcentaje de huecos existentes en


el mismo frente al volumen total. A efectos prácticos se calcula a partir de las densidades
aparente y real del suelo:

Donde:
, es la densidad aparente de la propiedad.

es la densidad real de la propiedad.

Otras medidas de la porosidad[editar]


Benoît Mandelbrot usando el concepto de trema de la geometría fractal analiza un
material poroso como el resultado de sustraer "huecos" mediante un proceso aleatorio
fractal. Llegando a la conclusión de que un fractal obtenido mediante substracción de
tremas esféricas que pueden superponerse de dimensión fractal D ~ 2,5-3 es un
modelo adecuado de material poroso.

Porosidad del suelo


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Agua en el suelo

Como consecuencia de la textura y estructura del suelo tenemos su porosidad, es decir su sistema de espacios
vacíos o de poros.
Los poros en el suelo se distinguen en: macroscópicos y microscópicos.mentira

Los primeros son de notables dimensiones, y están generalmente llenos de aire, en efecto, el agua los atraviesa
rápidamente, impulsada por la fuerza de la gravedad. Los segundos en cambio están ocupados en gran parte por
agua retenida por las fuerzas capilares.
Los terrenos arenosos son ricos en macroporos, permitiendo un rápido pasaje del agua, pero tienen una muy baja
capacidad de retener el agua, mientras que los suelos arcillosos son ricos en microporos, y pueden manifestar una
escasa aeración, pero tienen una elevada capacidad de retención del agua.

Índice

 1Cálculo de la porosidad
 2Porosidad efectiva
 3Referencias
 4Véase también
 5Fuentes
 6Enlaces externos

Cálculo de la porosidad[editar]
La porosidad puede ser expresada con la relación;
Donde:

 P = porosidad
 Ve = volumen de espacios vacíos, comprendiendo los que están ocupados por gases o líquidos;
 V = volumen total de la muestra, comprendiendo sólidos, líquidos y gases.
La porosidad puede ser determinada por la fórmula:

Donde:

 P = porosidad en porcentaje del volumen total de la muestra;


 S = densidad real del suelo.
 Sa = densidad aparente del suelo;
En líneas generales la porosidad varía dentro de los siguientes límites:

 Suelos ligeros: 30 – 45 %
 Suelos medios: 45 – 55 %
 Suelos pesados: 50 – 65 %
 Suelos turbosos: 75 – 90 %
.

Porosidad efectiva[editar]
Porosidad efectiva se define como el porcentaje de los poros que están conectados entre uno en uno. Este
parámetro se relaciona con el agua que drena gravitacionalmente o bajo la influencia de una fuerza centrífuga.1

La porosidad del suelo viene representada por el porcentaje de huecos existentes


en el mismo frente al volumen total.

La porosidad depende de la textura, de la estructura y de la actividad biológica del


suelo. Cuanto más gruesos son los elementos de la textura mayores son los
huecos entre ellos, salvo si las partículas más finas se colocan dentro de esos
huecos o sí los cementos coloidales los obturan. No obstante lo más corriente es
que los suelos con elementos gruesos presenten poros también gruesos y los
suelos limosos y arcillosos, huecos muy numerosos pero de pequeño tamaño. La
materia orgánica contribuye a aumentar sensiblemente la porosidad. Son por tanto
los suelos coloidales los que tienen la mayor porosidad.

La influencia de la estructura es tan evidente que a menudo se utiliza el valor de la


porosidad para dar una idea de la estructura del suelo; además los agentes que
destruyen la estructura disminuyen la porosidad, como por ejemplo el apisonado.

El tercer factor que tiende a desarrollar la porosidad es la actividad biológica del


suelo, especialmente la de la microfauna. En los suelos cuya actividad biológica es
intensa se observa con frecuencia, al lado de las huellas del recorrido de las
lombrices, un gran número de canalículos finos que resultan del trabajo de
pequeños insectos. Cuando este tipo de poros resulta predominante se dice que el
suelo tiene una porosidad tubular.
La porosidad constituye el dominio natural de las fases líquida y gaseosa del suelo,
siendo la primera la que por su variabilidad límita el espacio ocupado por la
segunda.

El calculo de la porosidad total puede


hacerse mediante los valores de los tipos
de densidad que acabamos de considerar,
de forma que la masa de la fase sólida de
un volumen unitario vendria expresado por
el valor de la densidad aparente, y el
volumen ocupado por esa fase solida lo
definiria el cociente entre su masa y la
densidad real de dicha fase sólida:

Masa de suelo en un metro cúbico = da Mg

Volumen ocupado por la masa anterior


= da/dr m³

Volumen de poros en un metro cúbico de suelo = ( 1 - da/dr ) m³

El porcentaje de porosidad vendrá expresado por:

P = 100 ( 1 - da/dr ) %

Siendo da y dr los valores de densidad aparente y real respectivamente y P el


porcentaje de huecos del suelo u horizonte considerado.

Para una correcta aireación del suelo y una buena retención de agua, es
conveniente que la porosidad se sitúe entre el 40 % y el 60 %. Valores menores del
límite inferior pueden crear asfixia en las raíces, contenidos de agua retenida muy
bajos, o ambas cosas a la vez. Un valor superior al límite máximo supone una
dificultada para el contacto entre el suelo y las raíces de las plantas.

En el suelo se distinguen de forma tradicional pero empírica y a menudo arbitraria


una macroporosidad y una microporosidad.

La macroporosidad, o porosidad no capilar, esta formada por huecos grandes, que


están ocupados frecuentemente por aire. A menudo se presentan en forma de
grietas que separan los agregados e incluso penetran en los mismos. Su
importancia depende sobre todo de la estructura del suelo, de su grado de
fisuración y parcialmente de la textura. Es mas elevada en suelos arenosos.
Grieta de retracción que alcanza la superficie del suelo.
Solo aparece cuando el suelo está seco y en aquellos Grietas de separación entre los agregados del
casos en que los cambios de volumen son muy suelo, en general permanecen hasta que el suelo
notorios como sucede con la presencia de arcillas se encuentra bastante húmedo.
expansibles.

La microporosidad depende también de la estructura pero sobre todo de la textura


y de la actividad biológica. Es muy grande en los suelos ricos en elementos finos y
en los dotados de una microfauna numerosa y activa.

El límite entre macro y microporosidad esta fijado por algunos autores en 10 m y


por otros en 8 m, más lógico ya que corresponde al límite superior de la capacidad
de retención de agua, en el cual ésta está retenida con tal fuerza que no es
susceptible de desplazamiento vertical por acción gravitatoria, de modo que esos
poros, una vez llenos de agua, permanecerían siempre así si no se aplica alguna
fuerza externa que la desplace. Para darnos una idea del tamaño de poros diremos
que por encima de las 30 m el agua de gravedad puede circular libremente; por
debajo de 20 m no pueden penetrar los protozoos, por debajo de 1 m no pueden
hacerlo los pelos radiculares y por debajo de 0,2 m no les es posible a las
bacterias. En un suelo bien constituido la porosidad se reparte aproximadamente a
partes iguales entre macro y microporosidad.

Una porosidad elevada es extremadamente favorable a la vegetación ya que facilita


el arraigamiento, asegura la conservación del agua y favorece los cambios entre el
vegetal y el suelo, permitiendo la difusión del agua y del aire. Pero el espacio
poroso se halla distribuido entre toda la masa del suelo, existiendo huecos de
diferentes formas y tamaños con orientaciones muy distintas.

Las grietas de retracción pueden tener varios centímetros de anchura y alcanzar


hasta un metro de profundidad pero en el momento en que el suelo se humedece
se cierran y desaparecen. Por ellas puede circular el agua aunque usualmente
pertenecen al dominio del aire. Algo similar ocurre con los espacios existentes
entre los agregados del suelo, de menor tamaño que las anteriores pero
pertenecientes también al dominio gaseoso.
Los huecos intrapedales, del interior de los
agregados, suelen pertenecer a la
microporosidad aunque también pueden
existir algunos de mayor tamaño.

Naturalmente, la circulación del agua está


influida por el volumen ocupado por la
macroporosidad, pero también por la forma y
distribución de los poros correspondientes.

En
ocasiones se forman una especie de
burbujas conocidas como "vesículas", que
no están interconectadas con el resto del
sistema poroso por lo que aunque su tamaño
es grande no participan del sistema de
circulación del agua y siempre están llenas
de gas.

Una correcta distribución de los fluidos del


suelo requiere una buena distribución entre
macro y microporosidad, que suele estimarse en volumenes semejantes, de modo
que cada una ocupe entre un 40 % y un 60 % del total. Las desviaciones hacia la
microporosidad generan un ambiente asfixiante y reductor con escaso suministro
de oxígeno a las raíces. La contraria supone un buena aireación pero una retención
de agua insuficiente. Es más importante está distribución que el valor total de
porosidad del suelo.

La medida de ambos valores suele hacerse en función del agua retenida con
determinada intensidad, como veremos en el apartado correspondiente, pudiendo
calcular a partir de ella el valor de la microporosidad, mientras que el de la
macroporosidad se obtiene por diferencia entre la anterior y el valor total.

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