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FACULTAD DE DERECHO
TESIS
PRESENTA
ÍNDICE
Págs.
DEDICATORIA......................................................................................... II
ÍNDICE....................................................................................................... III
INTRODUCCIÓN..................................................................................... VIII
CAPITULO I
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA HUELGA
CAPITULO II
ANÁLISIS DE LA HUELGA COMO FORMA NO VIOLENTA
DE RESISTENCIA DE NUESTRA LEY LABORAL VIGENTE
2.1 DEFINICIÓN....................................................................................... 20
2.1.1 Elementos................................................................................... 21
CAPITULO III
FINES Y OBJETIVOS DE LA HUELGA
CAPITULO IV
5
PROCEDIMIENTO DE HUELGA
4.4 EL EMPLAZAMIENTO..................................................................... 35
4.8 LA CONCILIACIÓN........................................................................... 41
CAPITULO V
TERMINOLOGÍA DE LA HUELGA
de la Huelga..................................................................................... 55
CAPITULO VI
TERMINACIÓN DE LA HUELGA
CONCLUSIÓN......................................................................................... 85
PROPUESTAS.......................................................................................... 87
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................... 89
8
INTRODUCCIÓN
En fin la huelga es el medio por el cual los trabajadores pueden hacer valer
sus derechos en los centros de trabajo en contra del patrón, cundo consideren que
sus derechos son violados, pues miles de trabajadores son explotados
considerablemente, con jornadas excesivas, trabajadores que reciben un salario
inferior al mínimo. La huelga es el medio idóneo para establecer el equilibrio
económico entre los trabajadores y el patrón.
emplazada el día y hora señalados para ello. El objeto exclusivo de este período es el
de suspender las labores en la empresa, por lo que deben limitarse los huelguistas a
suspender el trabajo, así como los no huelguistas en el supuesto de que los hubiera,
estando obligados tanto el patrón como las autoridades o los terceros, a respetar la
suspensión del trabajo.
Es por eso que divido este presente trabajo en 6 capítulos para en cada uno de
ellos dar un criterio, para lograr que el derecho laboral, en especial el derecho de
huelga sea un verdadero medio de defensa de los trabajadores en contra de las
injusticias del patrón cuando sus intereses colectivos se encuentren violados.
11
CAPITULO I
1
Castorena, J. Jesús. Manual de Derecho Obrero, Porrúa, sexta edición, México, 1984. Pág. 299.
2
Santos Azuela, Héctor. Derecho del Trabajo, Mc. Graw Hill, Primera Edición, México 1998. Págs. 395, 396.
3
Tomo II, editorial Porrúa, México, 1954. Págs. 759, 760.
4
Guerrero, Euquerio. Manual de Derecho del Trabajo, Porrúa, vigésima primera edición, México, 2001. Pág. 345.
13
En esta época, los obreros franceses, con una actitud animista, destruían las
maquinas y pedían al gobierno su prohibición. Los obreros y artesanos, unidos a la
pequeña burguesía, organizaban sociedades secretas y grupos ilegales que conspiraban
en contra del gobierno. Carlos X ascendió al trono a la muerte de Luis XVIII. El nuevo
gobierno ataco brutamente a los obreros textiles de la cuidad de Lyon, pero el sacrifico
de esto obreros no fue estéril. Pronto surgieron rebeliones proletariadas en los centros
obreros de Chalón, sobre el Saona, Marsella, Viena y St. Etienne y se propago una
profunda agitación proletariada en parís.5
5
Porras y López, Armando. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, México, 1971. Págs. 300, 301.
14
del presente, porque en dicho país se realizó, primero que en ningún otro, la
Revolución Industrial y triunfó la burguesía, clase social que representaba el
progreso en aquella época. Después de la Revolución de 1768, se estableció
definitivamente en Inglaterra, la monarquía parlamentaria.
Engels, de donde nació el célebre Manifiesto Comunista, que ha sido una de las
banderas del movimiento obrero del mundo.6
Los principios sostenidos por el liberalismo, era la protección que debía darse
a los trabajadores huelguistas que desearen laborar. Se sancionó la presión realizada
por los huelguistas contra aquellos que no aceptaban el movimiento y deseaban
laborar; pero la agitación provocada por sentencias dictadas para sancionar esos
actos de presión, orilló al Parlamento Inglés a abrogar las leyes correspondientes.7
6
Porras y López, Armando. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, México, 1971. Págs. 301, 302, 303.
7
Guerrero, Euquerio. Manual de Derecho del Trabajo, Porrúa, vigésima primera edición, México, 2001.Págs. 344, 345.
8
De la Cueva, Mario. El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000.
Pág. 760.
16
The Alarm era el periódico de los anarquistas americanos, desde sus columnas
hizo Parsons una enérgica campaña por la huelga general en pos de las 8 horas. El
periódico más importante de los anarquistas alemanes, el Arbeiter Zeitung, que tenía
como principales redactores a Spies, Schwab, Fhiser igualmente realizó una intensa y
apasionada campaña por la huelga general y las 8 horas. Los oradores de mayor
gravitación durante la campaña fueron los anarquistas: Parsons, Spies, Fielden y
Engel.
Con motivo del proceso el Juez Joseph E. Gary selecciono a doce personas
para integrar el jurado; Por los intereses que debían protegerse, se tuvo cuidado de
admitir solo a personas que no tuvieran simpatías por la lucha obrera. El "Gran
Jurado" hizo uso de cualquier cosa para acusar a los militantes anarquistas; invención
de hechos, soplones pagos, testigos falsos, desestimación de testigos de la defensa,
etc.
Lingg por su parte había decidido morir llevando consigo a los carceleros.
Había dicho que no quería dejarse matar como un perro por sus verdugos. En su
celda tenía 2 bombas, una redonda y la otra un tubo para gas lleno de dinamita y
trozos de hierro con una cápsula en un extremo. En un registro a fondo los carceleros
encontraron las bombas. Lingg no se dio por vencido se las ingenió para hacerse de
cápsulas de una pulgada de largo de fulminato de mercurio. Con ella se suicidó un
día antes de la ejecución.
En 1893 John Peter Altgeld fue elegido gobernador del estado de Illinois.
Altgeld, de ideas liberales, abrió la posibilidad de un indulto para los tres dirigentes
anarquistas aun en prisión: Schwab, Fielden y Neebe. Una enorme presión fue
montada sobre el gobernador por el movimiento pro-amnistía lo que no solamente
19
culminó en una triunfante liberación sin condiciones de los restantes presos, sino en
una revisión y condena del procedimiento judicial que ejecutó a los anarquistas.
El sacrificio generoso de estas vidas no fue inútil, fue una antorcha encendida
para continuar y lograr las 8 horas en el mundo. Y son aún hoy una luz encendida en
la historia que indican una verdad de siempre: solo un mundo social distinto al
creado por este sistema rapaz, brutal y mezquino, un mundo hecho de solidaridad,
libertad y justicia podrá hacer posible la felicidad humana.9
Antes del Porfirismo la huelga era delito pues el artículo 925 del Código
Penal de 1871 sancionaba las huelgas y la convertía en delito al disponer lo
siguiente:
Pero con la obra “progresista” inicial del Régimen hubo un cierto clima de
tolerancia para las huelgas, que aumento durante la plenitud del propio régimen, y se
cambió en una actitud represiva en las postrimerías del mismo, porque, como señala
Trueba Urbina, las ganancias de las inversiones extranjeras, el desarrollo de la
9
Revista de la Federación Anarquista Uruguaya, www.nodo50.org
10
Guerrero, Euquerio. Manual de Derecho del Trabajo, Porrúa, vigésima primera edición, México, 2001. Pág. 346.
20
industria y de los transportes, no llegó ni a los trabajadores del campo ni a los de los
talleres ni a los de las fabricas, quienes recibían salarios de hambre y tenían jornadas
excesivas; aun el pago de los escasos salarios se mermaba con los vales y mercancías
de las tiendas de raya, que les imponían a los trabajadores.
11
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 250.
21
Los trabajadores hicieron otras reuniones a la luz del día e invitaron a todos
los compañeros a ir al movimiento sobre la base de una fuerte solidaridad. El gerente
de la compañía Mr. Green, rechazo las peticiones de los mineros y entonces estos
llevaron a cabo una manifestación publica, llevando al frente la Bandera Nacional y
un amplio cartelón en el cual exponían los motivos del conflicto. Durante el
transcurso del recorrido y frente a la maderería de los norteamericanos, William
Metcalp, los recibieron con una manguera que empapo de agua a la Bandera
Nacional y el carretón. Los mexicanos, indignados, lanzaron insultos y pedradas a
los provocadores gringos, a lo cual contestaron estos, que ya se encontraban
preparados, con una descarga de rifles winchester, con el resultado natural de varios
muertos y heridos. Los trabajadores mexicanos, no obstante su tragedia, continuaron
el desfile, con la esperanza, quizá, de que las autoridades municipales hicieran
justicia; pero al llegar frente al Palacio Municipal, las propias autoridades mexicanas
abrieron fuego en contra de los manifestantes matando a seis trabajadores mas, e
hiriendo a casi cerca de una docena. Los mineros comprendieron que la única
solución era la de armarse para la lucha y así lo hicieron, aclarando que una minoría
de mineros se armo, apercibiéndose así para luchar, sin importar la enorme
desigualdad de armamentos y no olvidando que la inmensa mayoría de trabajadores
no tenían mas armas que piedras y garrotes. Mister Green pidió ayuda al Gobernador
de Sonora, y este, Rafael Izabal, llego al día siguiente acompañado de un fuerte
contingente de tropas norteamericanas, que tuvo el cinismo de pedir del lado
americano para asesinar a inermes obreros mexicanos. En efecto, lo acompañaron
275 soldados americanos de las fuerzas rurales de Arizona, al mando del coronel
Riming.12
12
Porras y López, Armando. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, México, 1971. Págs. 305, 306.
22
Después de estos movimientos que se han considerados como los más serios
en el campo obrero, ocurrieron sucesos políticos que trajeron como consecuencia el
derrocamiento del general Porfirio Díaz y el triunfo de la Revolución, con las
elecciones de Presidente de la República en que el voto popular favoreció al señor
Madero; después ocurrió la traición del General Huerta y el asesinato de los señores
Madero y Pino Suárez y se inició ese periodo agudo de la lucha armada en el
movimiento revolucionario, encabezado por el Gobernador de Coahuila, Don
Venustiano Carranza, quien lucho hasta derrocar al General Huerta.
queda obligada a respetar ese derecho. Las normas legales quedaron invertidas: en
los periodos anteriores de la huelga, la fuerza política estaba a disposición del patrón
y de los trabajadores no huelguistas, pues nadie podía lesionar su derecho a trabajar;
en lo sucesivo, la fuerza publica quedaría a disposición de la mayoría huelguista para
suspenderlas labores y evitar que los huelguistas lesionen el derecho de minorías.
14
De la Cueva, Mario. El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México,
2000. Pág. 763, 764.
25
Todas estas antecedentes, así como otras muchas leyes que se expidieron en
diversos Estados de la República, Guanajuato, en 1924; Chihuahua, en 1922;
Jalisco, 1923, etc., eran otros tantos intentos para aplicar las ideas del constituyente
de 1917, pero realmente cuando se vinieron a establecer las bases que unificaron el
criterio en todo el país, fue en 1931, al expedirse la Ley Federal del Trabajo.
a las Cámaras, se asentó lo siguiente: “En los países que encomiendan a las clases
mismas y no a órganos del Estado la solución de los Conflictos Colectivos, la huelga
y el paro son el recurso a que apelan, respectivamente, trabajadores y patrones para
obtener la satisfacción a sus demandas. Nuestra Constitución estableció un medio
jurídico para resolver los conflictos económicos al crear las Juntas de Conciliación y
Arbitraje. Como consecuencia natural, declara ilícito el paro cuando tiene por objeto
obligar a consentir en condiciones nuevas de trabajo; pero consagra, sin embargo, el
derecho de acudir a la huelga con idéntico fin. Las leyes de Nueva Zelandia y de
Australia, así como las recientes de Noruega (31 de marzo de 1922) y de Italia (3 de
abril de 1926), que establecen el arbitraje obligatorio, condenan como ilícitos a
ambos: el paro y la huelga. En todo caso, puesto que existe en nuestra legislación un
medio jurídico para resolver los conflictos industriales, la huelga debe estimarse
como un recurso subsidiario, admisible solo en aquellos casos en que la Constitución
la ha autorizado expresamente.” Mas adelante agrega: “La huelga, para ser un acto
no solamente licito, desde el punto de vista de la represión, sino autorizado y
protegido como un derecho, por las autoridades, debe tener por fin exclusivo el de
armonizar los derechos del trabajo y del patrón, haber sido declarada por la mayoría
de trabajadores de una empresa, cumpliendo los requisitos de forma establecidos en
la Ley y no violar los pactos contenidos en el contrato colectivo.”
15
Guerrero, Euquerio. Manual de Derecho del Trabajo, Porrúa, vigésima primera edición, México, 2001. Págs. 346
al 349.
27
En los países del Tercer Mundo esta garantía tiene mayor trascendencia pues
a través de ella se persiguen objetivos que van más allá de lo estrictamente
económico. En esos países la huelga es un mecanismo de lucha política, de
reivindicación de intereses de clase y dentro del ámbito social es un medio para
asegurar la supervivencia del trabajador y la de su familia. El desarrollo del
sindicalismo en estos países tiene como sostén principal el ejercicio de la huelga.
16
CURSO SISTEMATICO DE DERECHOS HUMANOS, www.iepala.es/DDHH/ddhh168.htm
30
CAPITULO II
2.1 DEFINICIÓN
La palabra huelga proviene del verbo holgar, que significa la actitud pasiva
de no realizar ningún acto que requiera esfuerzo, aunque en su concepción lata puede
incluir algunos otros significados que denotan esa posición de holgura, flojedad, no
ajuste, etc., como oposición a lo que es esforzado, como el acto del hombre que
trabaja.1
Por huelga debe entenderse “la suspensión temporal del trabajo llevada
cabo por una coalición de trabajadores”.
2.1.1 Elementos
Para Jean Rivero y Jean Savatier “la huelga es la cesión concertada del trabajo
por los asalariados, con el objeto de obligar al empleado, por este medio de presión, a
aceptar su punto de vista sobre el problema objeto del litigio” (Detroit du Travail, p.
187).
Luisa Riva Sanseveriano, desde el punto de vista de la forma, nos dice que la
huelga puede considerares como la “abstención concertada del trabajo para la tutela
de un interés profesional colectivo” (Dirittio sindacale, p. 446), si bien admite que
pueden calificarse eventualmente como huelgas otras medidas de presión.
De la Cueva nos dice que “la huelga es el ejercicio de la facultad legal de las
mayorías obreras para suspender las labores en las empresas, previa observancia de
las formalidades legales, para obtener el equilibrio de los derechos o intereses
colectivo de trabajadores y patrono” (Derecho Mexicano..., t. II, p.788). La
definición es impecable, a la luz de la terminología legal pero deja a fuera el
fenómeno de la huelga, antes de su calificación, en los casos en que se produce pese
a que la decrete una minoría.
De esta definición cabe decir que no menciona, aunque vaya implícito, que se
trata de un acto de los trabajadores. En segundo termino, da por su puesto lo que no
siempre ocurre y que, a veces, ni siquiera es una finalidad de la huelga: que implica
un mejoramiento económico.
XVI.- Tanto los obreros como los empresarios tendrán derecho para
coaligarse en defensa de sus propios intereses, formando sindicatos, asociaciones
profesionales, etcétera;
XVIII.- Las huelgas serán licitas cuando tengan por objeto conseguir el
equilibrio entre los diversos factores de la producción armonizando los derecho del
trabajo con los de capital. En los servicios públicos será obligatorio para los
trabajadores dar aviso con 10 días de anticipación a la Junta de Conciliación y
Arbitraje de la fecha señalada para la suspensión del trabajo. Las huelgas serán
consideradas como ilícitas únicamente cuando la mayoría de los huelguistas
ejerciere actos violentos contra las personas o las propiedades o, en caso de guerra,
cuando aquellos pertenezcan a los establecimientos o servicios que dependan del
gobierno.
CAPITULO III
Pero al igual que el respeto al interés ajeno, todo hombre tiene derecho y en la
especie, los trabajadores, de que se respete su integridad, su existencia y su dignidad
personal y familiar, con motivo y ocasión de su trabajo. Por lo mismo, el trabajador
cuenta con la potestad de decidir con sus compañeros, la forma e intensidad de sus
movilizaciones de lucha y resistencia sindical para enfrentar el abuso del patrón o
inclusive del estado, cuando desconozcan o violenten sus intereses profesionales. De
esta manera, es manifiesto que los fines de la huelga dependen de los peculiares y
cambiantes que resulten las causas que precipiten los conflictos colectivos que
incidan en una huelga profesional, económica o atípica.1
1
Santos Azuela, Héctor. Derecho del Trabajo, Mc. Graw Hill, Primera Edición, México 1998. Pág. 403.
35
2
Idem. Pág. 405.
36
VI. Apoyar a una huelga que tenga por objeto alguno de los enumerados en las
fracciones anteriores.
3
De la Cueva, Mario. El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México,
2000. Pág. 929.
37
7
Buen L, Néstor de. Derecho del Trabajo. Tomo II, Porrúa, 15 edición, México, 2000. Págs. 901, 902.
39
8
Idem. Págs. 901, 903.
9
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Págs. 303, 304.
40
Este objeto de huelga no debe existir como tal, ya que para exigir el
cumplimiento de las disposiciones legales sobre participación en las utilidades, existe
el procedimiento ordinario, por ser conflictos de carácter jurídico y no económico y,
evidentemente, no es necesario llegar al extremo de la huelga estallada para que
queden garantizados los derechos individuales (en su mayoría) o colectivos de los
trabajadores, pues este derecho (el de la huelga) sólo lo instituye nuestra
Constitución para obtener el equilibrio entre los factores de la producción
armonizando los derechos del trabajo con los del capital.
El artículo 450 fracción VI, establece como objeto de huelga “Apoyar una
huelga que tenga por objeto alguno de los enumerados en las fracciones anteriores de
dicho enumerando”; en realidad esta norma autoriza la huelga por solidaridad,
antecedente directo de la huelga general, que es esencialmente política y
antigubernamental.
10
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 680
11
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Pág. 304.
41
Por lo que hace a este tipo de huelgas Cavazos Flores13 manifiesta que las
mismas son de todo improcedentes y que incluso contrarían lo dispuesto por la
fracción XVIII del artículo 123 de nuestra Constitución, en virtud de que con ellas no
se busca el equilibrio entre los factores de la producción y en consecuencia no se
reúne el requisito de fondo exigido para que una huelga pueda ser tutelada
jurídicamente.
Así, se puede dar el caso de que un patrón, emplazado por una huelga
solidaria, comparezca a la audiencia de conciliación y manifiesta que incluso apoya
moral y económicamente la huelga que sus trabajadores pretenden apoyar, (en
ocasiones porque se trata del negocio de su competidor), y a pesar de ello y de que
no hay conflicto en su empresa, en donde su contrato colectivo puede estar en plena
vigencia, la huelga pueda estallar.
12
Buen L, Néstor de. Derecho del Trabajo. Tomo II, Porrúa, 15 edición, México, 2000. Pág. 904.
13
40 Lecciones de Derecho Laboral, Trillas, 9º edición, México, 1998. Pág. 280.
14
Idem. p. 280.
42
CAPITULO IV
PROCEDIMIENTO DE HUELGA
Ahora bien, la huelga para obtener la celebración del contrato colectivo o del
contrato ley, exigir su cumplimiento o la revisión integral o salarial de los mismos,
como objetos indicados en la fracción II, III, IV, VI del artículo 450, supone
1
Buen L, Néstor de. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Págs. 581, 582.
2
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 612.
44
En consecuencia, según el artículo 441 antes invocado que establece para los
efectos de la huelga a los sindicatos de trabajadores como coaliciones permanentes,
han originado que los líderes sindicales - no todos -, consideren que la huelga es un
derecho personal y particular cuyas finalidades no siempre son las de buscar el
equilibrio entre los factores de la producción sino el obtener, bajo la presión de la
expectativa de una suspensión de labores, beneficios estrictamente personales y se
olvidan que la huelga es producto del ejercicio individual de cada trabajador
simultáneamente aplicado para lograr la suspensión de labores en determinada fuente
de trabajo para lograr determinados fines lícitos y no del sindicato y mucho menos de
quienes lo dirigen.
3
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Págs. 299, 300.
45
4.4 EMPLAZAMIENTO
Votada la huelga por los trabajadores, como paso siguiente, según el artículo
920, deberá formularse por escrito un pliego de peticiones dirigido al patrón (el
emplazamiento a huelga constituye una advertencia que a través de la autoridad se
formula al patrón), en el que se le anuncie que de no acceder a ellas, irán los
trabajadores a la huelga en un plazo no menor de diez días, tratándose de empresas
de servicios públicos, ni menos de seis días en los demás casos (estas peticiones
deberán de referirse a cualquiera o a varios de los objetivos de huelga previstas en el
artículo 450).
El conducto para que llegue a manos del patrón este pliego de peticiones es la
Junta de Conciliación y Arbitraje correspondiente, cuyo Presidente tiene la estricta
4
Buen L, Néstor de. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Pág. 582.
46
responsabilidad de hacerlo llegar a manos del patrón dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes a la de su recibo (artículo 921). De hecho, se acostumbra dirigir un
escrito a la autoridad laboral, juntamente con el pliego original de peticiones, para
que el patrón reciba tanto una copia del escrito dirigido a la Junta, como el referido
pliego en que se anuncia el propósito de ir a la huelga.
5
Guerrero, Euquerio. Manual de Derecho del Trabajo, Porrúa, vigésima primera edición, México, 2001.Págs. 361,
362.
47
En cuanto al tercer supuesto, debe estimarse que existe una vía expresa para
obtener la firma del contrato colectivo mediante la demanda de cambio de titularidad
en un procedimiento especial, por lo que sí existe esa vía legal lo que procede
jurídicamente es utilizarla y en ello está la garantía constitucional, resultando ilógico
y antijurídico utilizar el procedimiento extraordinario de huelga que no es el
procedente. Además según el criterio del licenciado Arturo Ruiz de Chavez, la Ley
Federal del Trabajo establece en su artículo 387 la obligación del patrón que emplee
trabajadores miembros de un sindicato de celebrar con éste, cuando lo solicite,
contrato colectivo de trabajo, y si ya tiene celebrado dicho contrato debe
considerarse que el patrón ha dado cumplimiento a esa obligación y por tanto, esta
6
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Págs. 571, 572.
48
Esta garantía es muy difícil que opere cabalmente en la practica, porque para
ello se requeriría que se hiciese un inventario de los bienes de la empresa, aunque
han sido raras las ocasiones en que se hayan producido esas irregularidades.
Hay que hacer notar que una vez estallada la huelga, el patrón cesa en sus
funciones de depositario, ya que le esta prohibido el acceso a las instalaciones de la
empresa, si bien las guardias puestas por los huelguistas custodian esas instalaciones.
7
Idem. p. 572.
8
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Págs. 270,271.
49
II. Créditos derivados de la falta de pago de las cuotas al instituto mexicano del
seguro social;
III. Asegurar el cobro de las aportaciones que el patrón tiene obligación de efectuar
al instituto del fondo nacional de la vivienda de los trabajadores; y
Siempre serán preferentes los derechos de los trabajadores, sobre los créditos
a que se refieran las fracciones II, III y IV de este precepto, y en todo caso las
actuaciones relativas a los casos de excepción señaladas en las fracciones anteriores,
se practicaran sin afectar el procedimiento de huelga.
Cabe hacer notar que el Licenciado Juan Francisco Rocha Bandala, entonces
Presidente de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje sustento el criterio,
adoptado por la Junta de negar la autorización de las prorrogas reiteradas, cuando
desnaturalizaban la finalidad de la huelga.9
9
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Pág. 573.
50
Estimamos que ese escrito puede hacerse extensivo a un supuesto más arduo
como es el de que, aun habiendo contestado el pliego de emplazamiento negándose
las peticiones, se incurra en errores o imprecisiones que luego sean aclaradas en el
escrito en que se promueva la inexistencia, pues en tal caso hay que atenerse al
contenido de este ultimo escrito, salvo que se trate de contradicciones indubitables,
pues las declaraciones contenidas en este tienen plenos efectos procesales para la
empresa y no así el anterior. Sin embargo, esta cuestión ha sido motivo de
interpretaciones erróneas, pretendiendo atribuirle a la falta de contestación del
mismo efectos similares al de la audiencia de demanda y excepciones en un juicio
ordinario, sin advertir que el procedimiento de huelga no es un juicio sino un
procedimiento extraordinario.
10
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 644.
11
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Págs. 570,571.
51
4.8 LA CONCILIACIÓN
Él artículo 926 dispone que “la Junta citara a las partes a una audiencia de
conciliación, en la que procurara avenirlas, sin hacer declaración que prejuzgue sobre
la existencia o inexistencia, justificación o injustificación de la huelga. Esta
audiencia solo podra diferirse a petición de los trabajadores y por una sola vez”. El
precepto fija con la mayor claridad la naturaleza de la función conciliatoria y las
limitaciones de los miembros del tribunal: lo primero, porque la misión de la Junta es
procurar un avenimiento entre las partes y de manera alguna resolver una
controversia; y lo segundo, porque es una audiencia de conciliación, en la que no se
trata, ya de sentenciar sino de siquiera de prejuzgar sobre la razón que pueda asistir a
una u otra de las partes.13
Climent Beltran15 manifiesta que, puede haber una excepción a esta regla, en
el caso en que no haya sido notificado oportunamente al patrón el escrito de
emplazamiento por causas no imputables al sindicato emplazante, pues entonces este
vicio esencial del procedimiento conduciría a declarar la huelga inexistente por no
haberse cumplido el requisito del aviso para la suspensión de las labores a que se
refiere la fracción III del artículo 920, con lo que se ocasionaría un perjuicio
injustificado a los trabajadores.
14
Idem. Pág. 647.
15
Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 277.
53
16
Idem. Págs. 275 al 277.
54
c) Todos los días y horas serán hábiles. (artículo 928 fracción III)
Cavazos Flores, sostiene que “si el patrón suspende las labores antes del
estallamiento se trata de un paro y no de una huelga”.18 Desde luego que no
participamos de este criterio, que de ser correcto haría inútil el derecho de huelga. En
realidad estallar la huelga significa no tanto dejar de trabajar como evitar que a partir
de ese momento se pueda seguir trabajando.
A tal efecto la Junta procurara que haya un acuerdo entre las partes para la
fijación de ese personal, y de no lograrse la Junta lo determinara, conforme a su
criterio, después de oír a las partes, en los términos del articulo citado.20
20
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Págs. 282, 283.
57
En realidad había que buscar una solución más razonable aún cuando no nos
simpatiza la idea de establecer arbitrajes previos y obligatorios o cualquier otra
modalidad que lesione un derecho social esencial como el de huelga.21
21
Buen L, Néstor de. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Págs. 588, 589, 590.
58
a) Cuando declarada una huelga en los términos que establece esta Ley, se trate de
sustituir o se sustituya los huelguistas en el trabajo que desempeñen, sin haberse
resuelto el conflicto motivo de la huelga, salvo lo que dispone el artículo 468.
(artículo 936 actual)
22
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 283.
59
comparación entre esa lucha de fuerzas que es la huelga y aquellos "juicios de Dios"
del Medioevo?
vez estallado, continúe indefinidamente, sin que en forma alguna decida si las
demandas son justas o la negativa del patrón es correcta.
CAPITULO V
TERMINOLOGÍA DE LA HUELGA
• Huelga por tiempo determinado. Suele ser por un plazo de tiempo muy corto,
siendo las fechas elegidas aquellas que corresponden a períodos-punta de
actividad productiva o días puente entre festividades.
• Huelga legal. Que es aquella que viene regulada por las normas del Estado y
sometida, por tanto, a las condiciones de validez y de procedimiento impuestas
por la ley.
62
• Huelga ilegal. Que es aquella que está expresa o tácitamente prohibida por la ley,
en su totalidad, bien en alguno de sus elementos.
• Huelga revolucionaria. Que son aquellas que tienen una finalidad política:
transformar radicalmente las condiciones sociales que impiden la realización de
los Derechos Humanos.
Dentro de nuestra Ley Federal del Trabajo las huelgas se clasifican de la manera
siguiente:
El artículo 444 de la Ley Federal del Trabajo señala que la huelga legalmente
existente es la que satisface los requisitos formales, de tener un objeto previsto en el
artículo 450 de la Ley y además de cumplir los requisitos de la mayoría obrera
previstos en el artículo 451 de la misma Ley, la huelga debe ser declarada existente,
o sea que tiene procedencia legal. En tanto que la huelga será inexistente si no
satisface los requisitos de fondo, forma y mayoría.
1
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 602, 603.
64
Él artículo 929 señala que quienes pueden promover la inexistencia son los
trabajadores y los patrones de la empresa o establecimiento afectados, o terceros
interesados, quienes deberán presentar la solicitud ante la Junta de Conciliación y
Arbitraje dentro de las setenta y dos horas siguientes a la suspensión del trabajo, en
la inteligencia de que para ese termino todos los días y horas son hábiles y que la
solicitud debe presentarse ante la Junta de Conciliación y Arbitraje del conocimiento,
sin que sea admisible hacerlo ante las Juntas Especiales Foráneas ni otras autoridades
auxiliares. Si no se solicita dentro del termino indicado, por esa sola omisión la
huelga será considerada existente para todos los efectos legales, sin necesidad de
promoción alguna por parte del sindicato huelguista, conforme a lo dispuesto en el
párrafo segundo del artículo 929, aunque es frecuente que el sindicato solicite de la
Junta la declaración de existencia, y está, previo al informe de la falta de promoción
en él termino legal, dicta el acuerdo correspondiente.2
2
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Pág. 581
65
3
De la Cueva, Mario. El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México,
2000. Pág. 658.
4
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 292.
66
La fracción III del artículo 930 establece que, las pruebas deberán referirse a
las causas de inexistencia contenidas en la solicitud mencionada en la fracción I, y
cuando la solicitud se hubiere presentado por terceros, las que además tiendan a
comprobar su interés. La Junta aceptara únicamente las que satisfagan los requisitos
señalados.
Tal precepto proclama que las pruebas deben referirse a las causas de
inexistencia contenidas en la solicitud y a la comprobación del interés de los terceros
que hubieren promovido el incidente. La Junta esta facultada para aceptar
únicamente “las pruebas que satisfagan los requisitos señalados.7
5
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 658.
6
Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 292.
7
De la Cueva, Mario. El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México,
2000. Págs. 658, 659.
67
Las pruebas en el incidente, no deben versar sobre las violaciones del contrato
colectivo que hubieren invocado, ya que no es necesario que las violaciones sean
ciertas, sino que basta que se invoquen para la procedencia de la huelga.
Juan B. Climent,10 opina que es errónea la tesis de que el interés jurídico del
sindicato para comparecer en el incidente para calificación de la huelga, tiene que
estar condicionado a que el escrito de emplazamiento o en las promociones de la
empresa haya sido señalado como tercero interesado, pues independientemente de
ello, el sindicato que acredite su interés jurídico puede por su propio derecho
intervenir en dicho incidente.
8
Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Pág. 594.
9
Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Págs. 295, 296.
10
Idem. Pág. 296.
68
La fracción cuarta del artículo 930 contiene tres normaciones: las pruebas
deberán rendirse en la audiencia; solo en casos excepcionales “podrá la Junta
diferirla recepción de las que por su naturaleza no puedan desahogarse en la
audiencia”; los términos del precepto nos dicen que la decisión pertenece al arbitrio
de las Juntas. El precepto señala una excepción expresa: el recuento de los
trabajadores que se ofrezca como prueba.
Expresa al respecto; “entendemos por mayoría obrera la mitad mas uno del
total de los trabajadores en cada una de las empresas o establecimientos en que se
suspendan los trabajos como resultado de una acción de huelga”.
11
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 617.
69
La fracciona I prevé que si una de las objeciones del promotor del incidente es
la ausencia de la mayoría huelguista, y se ofrece como prueba el recuento, la Junta
señalara el lugar, el día y la hora en que deberá efectuarse.
Esto significa que los trabajadores tendrán que estar presentes en el acto del
recuento, y se integrara la mayoría con ellos, pues si se computaren los ausentes,
podrían contar a favor de la empresa los votos omitidos.
12
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, editorial Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Págs.
296, 297.
13
Idem. P.297
70
17
Idem. Pág. 590.
72
Cavazos Flores19 afirma que no solo los trabajadores de confianza, sino todo
trabajador que se vea afectado por un movimiento de huelga, debe recontar en dicho
movimiento. Sostener lo contrario no es solo injusto, sino inmoral.
Las objeciones, aun cuando la Ley no las señala así, deben de referirse
precisamente a situaciones previstas en la fracción II y III, pero también pueden tener
por objeto determinar que el votante objetado no es ni ha sido trabajador de la
empresa o establecimiento en huelga.
18
Cavazos Flores, Baltasar. 40 Lecciones de Derecho Laboral, Trillas, 9º edición, México, 1998. Pág. 283.
19
Idem. Pág. 284.
73
20
El Derecho Mexicano del Trabajo. Tomo II, Porrúa, México, 1954. Pág. 805.
21
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 619
74
22
Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
Pág. 307.
75
Y por ultimo, la Junta dictara las medidas que juzgue convenientes para que
puedan reanudarse las labores, facultad que es inherente a la ejecutividad de esa
resolución, según lo dispuesto en la fracción IV del artículo 932.23
23
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Págs. 303, 304.
76
El concepto de huelga licita esta definida en la fracción XVIII del artículo 123
Constitucional al decir que “las huelgas serán licitas cuando tienen por objeto
conseguir el equilibrio entre los diversos factores de la producción, armonizando los
derechos del trabajo con los del capital, en la misma fracción del articulo citado y
además en el artículo 445 de la Ley Federal del Trabajo señalan, que las huelgas
serán consideradas ilícitas únicamente cuando la mayoría de los huelguistas ejerciere
actos violentos contra las personas, o en caso de guerra, cuando aquellos pertenezcan
a los establecimientos y servicios que dependan del gobierno”
Cabe hacer notar que no hay una correspondencia entre el concepto de huelga
licita, afirmativo, y el concepto negativo de huelga ilícita; puesto que la licitud se
basa en que tenga por objeto conseguir el equilibrio entre los diversos factores de la
producción, en tanto que la ilicitud no se refiere específicamente a la falta de objeto
sino a que realicen actos violentos contra las personas o las propiedades por la
mayoría de los huelguistas, es decir que ejerzan una violencia física; y aquí es
importante subrayar como se puede extraer la regla a contrario sensu de que el
derecho de presión legal, que es donde reside el derecho de huelga, tiene su ámbito
de expresión en la suspensión de labores, por lo que aquellas actividades de carácter
coactivo que van mas allá de la mera suspensión de las labores, en daño de las
personas o de las propiedades, caen fuera del derecho de huelga, y por consiguiente
no están protegidas por la Ley, por lo que se encuadra en la huelga ilícita
precisamente.
24
Idem. Pág. 304.
25
40 Lecciones de Derecho Laboral, Trillas, 9º edición, México, 1998. Pág. 281.
77
Algunos autores consideran, por su parte, que “el derecho de presión legal,
que es donde reside el derecho de huelga, tiene su ámbito de expresión natural en la
suspensión de labores, por lo que aquellas actividades de carácter colectivo que van
mas allá de la suspensión citada, en daño de las personas o de las propiedades, restan
fuerzas al derecho de huelga y por consiguiente no están protegidas por la Ley, por lo
que se encuadra dentro de la huelga ilícita precisamente”.26
26
Santos Azuela, Héctor. Derecho del Trabajo, Mc. Graw Hill, Primera Edición, México 1998. Págs. 416, 417.
27
Cavazos Flores, Baltasar. 40 Lecciones de Derecho Laboral, Trillas, 9º edición, México, 1998. Pág. 282.
78
se considera ilícito, seguirá siendo así, independientemente de que lo realice una sola
persona o varias.
28
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 306.
79
relaciones de trabajo de los huelguistas que participaron en los actos violentos de que
se trata, pues quienes fueron ajenos a tales actos no pueden ser sancionados con la
perdida de sus derechos laborales por no haber dado motivo a ello, sino solo a
aquellos a quienes se les compruebe que participaron en los actos violentos contra las
personas y las propiedades, de acuerdo con el criterio del ilustre jurista Alberto
Trueba Urbina.29 Agregamos que seria antijurídico aplicar una sanciona colectiva,
toda vez que el sindicato como entidad no es susceptible de proveer la ilicitud, sino
que seria la actuación de los trabajadores huelguistas; consecuentemente debe
individualizarse la responsabilidad de los mismos, pues seria injusto que recayese
una sanción tan drástica como la rescisión de la relación laboral en trabajadores que
no hayan incurrido en los actos violentos, y que incluso pueden haberlos reprobado.
29
Trueba Urbina, Alberto, Nuevo Derecho del Trabajo, 6ª edición, Porrúa, México, 1981. Pág. 373.
80
30
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 323.
81
31
40 Lecciones de Derecho Laboral, Trillas, 9º edición, México, 1998. Pág. 286.
82
32
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 313.
83
refiere el artículo 929, en relación con lo previsto en el artículo 459; de manera que
esas pruebas atañen a los requisitos formales concernientes a la procedencia o
improcedencia de la protección jurídica de la huelga, sin prejuzgar sobre la
justificación o injustificación de la misma.
En tal virtud, serán admisibles todos los medios de prueba, a que se refieren
los artículos 776 y siguientes de la Ley Laboral, en la inteligencia de que deberán de
referirse a los hechos controvertidos cuando no hayan sido confesadas por las partes,
y se desecharan aquellas que no tengan relación con la litis planteada o resulten
inútiles o intrascendentes, según previenen los artículos 777 y 779, respectivamente.
33
Idem. Págs. 313, 314.
84
34
Tomo II, editorial Porrúa, México, 1954. Pág. 862.
35
Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 678.
85
efectivos con el remate que exista, en su caso, una vez que hayan sido pagados los
trabajadores huelguistas.
Esta practica que aveces obedece a la buena fe de las partes para evitar
tramites que consideran innecesarios, pueden dar lugar también a actuaciones
fraudulentas cuando los bienes cedidos son muy superiores a los crédito de los
trabajadores huelguistas, porque se excluyen a posibles terceros interesados, como es
el caso de trabajadores de confianza u otros acreedores, y el pago de créditos fiscales.
Es decir, los efectos jurídicos del laudo que declare una huelga injustificada
tienen semejanza con los de la resolución que declara la inexistencia legal de la
huelga, pero con la radical diferencia de que esta resolución atañe únicamente a la
improcedencia de la suspensión de labores por no haberse cubierto los requisitos
formales, en tanto que el laudo de imputabilidad resuelve la cuestión de fondo, dando
por terminada definitivamente la huelga.
incorporarse al trabajo. Es el caso de que la resolución del amparo les sea favorable,
la Junta dictara un nuevo laudo condenando a la empresa al pago de los salarios
caídos y al pago de las prestaciones procedentes; pero en ningún caso se revivirá la
huelga, según el criterio del Licenciado Raúl Calles, ex-presidente de la Junta
Especial, porque el sometimiento al arbitraje a la Junta implica que el laudo que
recaiga, cualquiera que sea su sentido, pondrá termino a la misma, conforme lo
dispone el artículo 469 fracción IV, en relación con el artículo 937 de la Ley Federal
del Trabajo.36
Por lo anterior, nuestro sistema legal establece cómo se puede dar por
terminada una huelga existente, esto es: a) por acuerdo de las partes; b) por
allanamiento del patrón; c) por laudo arbitral de la persona o comisión que
libremente elijan las partes y; d) por laudo de la Junta de Conciliación y Arbitraje si
los trabajadores huelguistas someten el conflicto a su decisión (entendiéndose por
éstos al sindicato y no a alguno o algunos de los trabajadores), pero de manera
alguna contempla la posibilidad de que el patrón, los trabajadores no sindicalizados,
los trabajadores de confianza, los terceros interesados o, en su caso, los propios
trabajadores sindicalizados por su propio derecho, puedan solicitar de la Junta el
arbitraje del conflicto, lo que deja en estado de indefensión a todos ellos ya que no
tienen derecho para someter el conflicto a la decisión de la Junta de Conciliación y
Arbitraje.
puede ser el propietario del inmueble donde se encuentra ubicada la fuente de trabajo
o, inclusive, algún o algunos de los trabajadores huelguistas que deseen la
terminación del estado de huelga, no importando a quién se le dé la razón, pues es
evidente que todas estas personas tienen interés en que se reabra el centro de trabajo
y se reanuden las labores, independientemente del resultado del laudo.
17
Germán Rizo Alvarez, La Disparidad en el Procedimiento de Huelga, BARRA MEXICANA, COLEGIO DE
ABOGADOS, a. C. 1998, www.bma.org.mx
88
CAPITULO VI
TERMINACIÓN DE LA HUELGA
1
Buen L, Néstor de. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Pág. 597
2
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, México, 2000. Pág. 666.
89
realidad. Cuando estalla, ambas partes quedan afectadas y, por regla general, en
mayor medida los trabajadores, carentes de reservas económica, las más de las veces
para soportar una lucha prolongada, sin ingreso.
Entre las causas de terminación de la huelga que contempla la Ley Federal del
Trabajo en su artículo 469 son:
3
Buen L, Néstor de. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Págs. 597, 598.
90
empresa afectada por el movimiento. Se suele considerar que esta causa constituye la
forma general utilizada por los factores en pugna para dirimir la controversia de la
huelga, acordándose, en sus términos, las condiciones idóneas para reinstaurar el
orden y reanudar sus labores, porque representa la formula de equilibrio entre los
factores de la producción, mediante la autocomposición del conflicto.
Cabe advertir que ese convenio crea una nueva normatividad para regir las
condiciones de trabajo en la empresa; en la cual adquiere ejecutividad cuando es
ratificado ante las Juntas, conforme a lo dispuesto en el artículo 939 de la Ley
Federal del Trabajo.
4
Santos Azuela, Héctor. Derecho del Trabajo, Mc. Graw Hill, Primera Edición, México 1998. Pág. 425.
5
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Págs. 308, 309.
91
Por otra parte, se trata de una decisión unilateral del patrón, por lo que la
Junta considera que se satisfacen cabalmente las peticiones, resolverá dar por
terminada la huelga, aunque se inconforme el sindicato huelguista, porque de otro
modo quedaría al arbitrio de este la determinación jurídica del allanamiento. Esta
inconformidad puede hacerse valer por la vía de Amparo Indirecto, entendiéndose
que los efectos de la suspensión consistirán en permitir a los trabajadores
inconformes que no reanuden sus labores sin que pueda el patrón rescindir la
relación de trabajo de los mismos, en tanto se resuelve el amparo, pero no impedirá
la reanudación de las actividades de la empresa.
La fracción III del artículo 459 es una transcripción literal del articulo relativa
a la Ley de 1931. En el derecho mexicano del trabajo esta determinado por dos ideas
6
Buen L, Néstor de. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Pág. 599
7
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Págs. 309, 310.
92
El cuarto sistema para resolver las huelgas es el laudo que pronuncie la Junta
de Conciliación y Arbitraje competente, en caso de que los huelguistas hayan
sometido su conflicto a este tipo de salida.
8
Idem. Pág. 311.
93
9
Buen L, Néstor de. Derecho Procesal del Trabajo, Porrúa, 12 Edición, México, 2000. Págs. 601, 602.
10
El Nuevo Derecho Mexicano de Trabajo, Tomo II, Porrúa, Décimo Primera Edición, 2000. Pág. 664.
11
Climent Beltran, Juan B. Derecho Procesal del Trabajo, Esfinge, Segunda Edición, México, 1999. Pág. 311
94
CONCLUSIONES
PROPUESTAS
5. Así mismo propongo que él termino para que se declare una huelga ilícita sea de
72 horas al igual que en el incidente de inexistencia, con la única salvedad que él
termino empiece a correr ha partir de lleven a cabo los actos violentos por parte
de los trabajadores huelguistas.
98
BIBLIOGRAFÍA
1. Buen L, Néstor de. Derecho del Trabajo. Tomo II, editorial Porrúa, 15
edición, México, 2000.
10. Santos Azuela, Héctor. Derecho del Trabajo, editorial Mc. Graw Hill,
Primera Edición, México 1998.
11. Soto Cerbón, Juan. Teoría General del Derecho del Trabajo, editorial
Trillas, primera edición, México, 1992.
12. Trueba Urbina, Alberto, Nuevo Derecho del Trabajo, 6ª edición, editorial
Porrúa, México, 1981.
LEGISLACIÓN
14. Climent Beltran, Juan B. Ley Federal del Trabajo Comentada, editorial
Esfinge, vigésima primera edición, México, 2001.
15. Trueba Urbina Alberto. Trueba Barrera Jorge, Ley Federal del Trabajo,
editorial: Porrúa, 81ª edición, México, 2000.