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“Jitomate”
Maestra:
Presentado por:
7mo. Semestre
Sección 21
TEMA 1. INTRODUCCION
TEMA 2. HISTORIA.
2.1. ORIGEN.
2.2.1. Mundial.
2.2.2. Nacional.
2.2.3. Regional
TEMA 3 BOTÁNICA.
3.1. TAXONOMÍA.
3.3.1. Raíz.
3.3.2. Tallo.
3.3.3. Hoja.
3.3.4. Flor.
3.3.5. Fruto.
3.3.6 Semilla.
3.4. FENOLOGÍA.
3.4.4. Floración.
TEMA 4 ECOLOGIA
4.1. Hábitat.
4.2. Clima.
4.2.1. La temperatura.
4.2.3. Luminosidad
4.3. Edafología.
4.3.1. Profundidad.
4.3.2. Permeabilidad.
4.3.4. Salinidad.
5.1. SEMILLA
5.1.3. Siembra.
5.1.4. Trasplante.
5.2. PLANTACION
5.2.3. Aporcado
5.2.4. Tutorado
5.3. FERTILIZACION
5.4. PLAGAS
5.5. ENFERMEDADES
5.6. FISIOPATIAS
5.7. POSTCOSECHA
5.7.1. Recolección
5.8. COMERCIALIZACION
BIBLIOGRAFIA
TEMA 1. INTRODUCCION.
Pocas son las hortalizas que a nivel mundial presentan una demanda tan alta
como el Jitomate. Su importancia radica en que posee cualidades para integrarse
en la preparación de alimentos, ya sea cocinado o crudo en la elaboración de
ensaladas. El tomate es la hortaliza más cultivada en todo el mundo y la de mayor
valor económico. Su demanda aumenta continuamente y con ella su cultivo,
producción y comercio. El incremento anual de la producción en los últimos años
se debe principalmente al aumento en el rendimiento, y en menor proporción al
aumento de la superficie.
2.1. ORIGEN.
Según SIAP (2012) con datos del Banco de México y Administración General de
Aduanas, el tomate ocupa el tercer lugar, entre los cuatro principales productos
agroindustriales y agrícolas de exportación, generando a México divisas por un
monto de $ 987 millones de dólares en 2011, participando en un 9.4% en las
exportaciones agropecuarias y agroindustriales, exportándose el 93.6% de la
producción nacional.
2.2.1. Mundial.
2.2.3. Regional
3.1. TAXONOMÍA.
Clase: Dicotiledóneas.
Familia: Solanaceae.
Subfamilia: Solanoideae.
Tribu: Solanae.
Género: Lycopersicon.
Especie: esculentum.
3.3.1. Raíz.
La planta presenta una raíz principal pivotante (que crece unos 3 cm al día hasta
que alcanza los 60 cm de profundidad), simultáneamente se producen raíces
adventicias y ramificaciones que pueden llegar a formar una masa densa y de
cierto volumen. Sin embargo, este sistema radical puede ser modificado por las
prácticas culturales, de tal forma que cuando la planta procede de un trasplante, la
raíz pivotante desaparece siendo mucho más importante el desarrollo horizontal
(Rodríguez et al., 2001), donde las raíces laterales y adventicias crecen tanto
como la principal (Curtís, 1996).
El tallo es erguido y cilíndrico en planta joven, a medida que ésta crece, el tallo
cae y se vuelve anguloso. Presenta tricomas (vellosidades) en la mayor parte de
sus órganos y glándulas que segregan una sustancia color verde aromática. El
tallo puede llegar a medir de 40-250 cm. Muestra ramificación abundante y yemas
axilares, si al final del crecimiento todas las ramificaciones exhiben yemas
reproductivas, estas se clasifican como de crecimiento determinado; y si terminan
con yemas vegetativas, son de crecimiento indeterminado (Rick, 1978; Rodríguez
et al., 1984; Valadéz, 1990).
Las hojas son cortas, de tamaño medio o largas y tipo patata (George, 1999). Son
compuestas, se insertan sobre los diversos nudos en forma alterna. El limbo se
encuentra fraccionado en siete, nueve y hasta once foliolos. El haz es de color
verde y el envés de color grisáceo, su tamaño depende de las características
genéticas de la variedad. En tomates más rústicos el tamaño de sus hojas es más
pequeño (Huerres y Caraballo, 1988). La disposición de nervaduras en los foliolos
es penninervia (Rodriguez et al., 2001; Garza, 1985).
3.3.4. Flor.
3.3.5. Fruto.
3.3.6 Semilla.
La fenología del cultivo comprende las etapas que forman su ciclo de vida.
Dependiendo de la etapa fenológica de la planta, así son sus demandas
nutricionales, necesidades hídricas, susceptibilidad o resistencia a insectos y
enfermedades. En el cultivo del tomate, se observan 3 etapas durante su ciclo de
vida (Witter y Honma, 1979).
Esta etapa se inicia a partir de los 21 días después de la germinación y dura entre
25 a 30 días antes de la floración. Requiere de mayores cantidades de nutrientes
para satisfacer las necesidades de las hojas y ramas en crecimiento y expansión
(Bolaños, 2001).
3.4.4. Floración.
4.1. Hábitat.
4.2. Clima.
4.2.1. La temperatura.
Es una planta de clima cálido que requiere de mucho calor; para el tomate, las
temperaturas óptimas según el ciclo de vida son las siguientes: temperaturas
nocturnas entre 15 y 18 ºC, temperaturas diurnas 24 a 25 ºC, y temperatura ideal
en la floración de 21 ºC (Rodríguez et al., 2001).
La temperatura óptima para la maduración del fruto es entre 18-24 ºC, al respecto
Salunkhe y Kadam (1998), mencionan que el rango óptimo es entre 15-20 ºC. Por
otro lado, si la temperatura es menor a 13 ºC, los frutos tienen una maduración
muy pobre; situación similar sucede cuando la temperatura es mayor a 32 ºC,
debido a que la coloración roja (licopeno) es inhibida y los frutos se tornan
amarillos (Valadéz, 1990).
La exigencia del tomate en cuanto a la humedad del suelo es media, influye sobre
todo en el crecimiento de los tejidos, transpiración, fecundación de las flores y
desarrollo de las enfermedades criptogámicas, siendo preferibles humedades
medias no superiores al 50%, y suelos no encharcados (Rodríguez et al., 2001).
Resh (1993), menciona que se ha demostrado que una humedad relativa del 70%
es la mejor para la polinización, “cuajado” de fruto y posterior desarrollo de éste.
Humedad del ambiente mayor de 70% disminuye la posibilidad de que se
transfiera suficiente polen al estigma. Por otro lado, humedad demasiado seca
(humedad relativa inferiores al 60 – 65%) causa la desecación del polen.
4.2.3. Luminosidad.
La planta de tomate se desarrolla mejor con alta intensidad luminosa, cuando ésta
es baja, se afecta la apertura de los estomas y disminuye el número de éstos por
milímetro cuadrado. Investigaciones realizadas con cuatro variedades de tomate
en condiciones controladas aplicando 6,000 lux durante 12 h y 3,000-6,000 lux
durante 9 h con temperatura nocturna de 14 ºC y 18 ºC de día, mostraron una
mayor intensidad de la fotosíntesis en el rango de 3,000- 6,000 lux, y tuvieron el
mayor crecimiento. Cuando se compararon las plantas expuestas a 6,000 lux con
plantas a 8,000 lux, bajó la intensidad fotosintética en las últimas (Huerres y
Caraballo, 1988).
El desarrollo normal de los tomates se lleva a cabo con días entre 11-12 h, con
días más largos las plantas tienen un fructificación precoz. Algunos autores
plantean que el tomate es una planta de día corto, pero, la mayoría considera que
es indiferente al fotoperiodo en lo que concierne a su floración, la longitud del día
tiene bastante importancia en su crecimiento vegetativo. En Sinaloa, durante la
temporada de cultivo, en los meses de octubre a diciembre tenemos días
aproximadamente de 12 h luz, lo cual favorece al correcto crecimiento y desarrollo
de la planta. Lo cierto es que las condiciones de duración del día imperantes por
ejemplo en Cuba (10, 5-13, 5) no ha constituido un obstáculo para la floración y
fructificación (Huerres y Caraballo, 1988; Maroto, 2002).
4.3. Edafología.
4.3.2. Permeabilidad.
• Mejora la nitrificación.
4.3.4. Salinidad.
Las plantas de tomate cultivas en suelos salinos o en aguas salinas ( más de 3
g7l) sufren alteraciones en todo su metabolismo y lo refleja macroscópicamente
cuando se comparan con plantas sin estrés salino, al producir sistema radicular
menor, unas hojas adultas abarquilladas y crasas, unas hojas jóvenes más chicas,
de color verde más intenso y enrolladas entre sí mismo, unos racimos con menor
número de flores y frutos más pequeños. Aun que cualquier alteración al
desarrollo de la planta tiene su importancia aquí se les presta especial atención a
las ocurridas en fase de germinación, por el interés que tiene esta fase en el
establecimiento del cultivo por siembra directa, y a la producción de flores y, sobre
todo, frutos, porque son la razón del cultivo del jitomate (Maas y Hoffman, 1977).
TEMA 5 PRÁCTICAS CULTURALES.
5.1. SEMILLA
Lee, 2003 dice que el tomate es una especie que no responde al fotoperíodo
(número de horas de luz en el día). Por tanto, los diferentes materiales disponibles
pueden ser sembrados. Sin embargo, al seleccionar una variedad o híbrido de
tomate se deben considerar las siguientes características:
V = Verticillium
N = nematodos
PST = Ralstonia
S = Stemphylium
• Su precio y el de la preparación.
• Que tenga baja densidad aparente, es decir, que sea un material liviano
con alto porcentaje de espacio poroso (>80%) y un volumen de aire a
capacidad de campo mayor al 20%.
• Que resista los cambios del ambiente, tanto físicos como químicos
(Navarro, 1999).
5.1.3. Siembra.
5.1.4. Trasplante.
La época adecuada de trasplante de las mudas es cuando se abren totalmente 3 a
4 hojas (30 días de edad) y la densidad se realiza de acuerdo al sistema de
plantación elegido:
5.2. PLANTACION
5.2.3. Aporcado
Se realiza entre los 25 y 35 días después del transplante; con esto se logra mayor
fijación de las plantas al suelo y ayuda a eliminar malezas. Durante el ciclo del
cultivo pueden realizarse dos o tres aporcos. Los aporcos no sólo destruyen
malezas, sino también contribuyen a prevenir ciertas enfermedades, ya que alejan
el surco de riego del cuello de las plantas. Con los aporcos se dificulta el acceso
de inóculo de algunos hongos y bacterias que son dispersados por el agua, como
por ejemplo los agentes causantes de la marchitez, Fusarium oxysporum y
Ralstonia solanacearum (sinónimo Pseudomonas solanacearum). Sin embargo,
hay que tener en cuenta que un mal aporco puede dañar la planta y permitir que
haya ingreso de patógenos (Castilla, 1995).
5.2.4. Tutorado
El tutorado consiste en guiar verticalmente las plantas a lo largo de una cuerda de
plástico o de tela que va desde la base de la planta (tercera o cuarta hoja) hasta
un alambre ubicado directamente sobre las plantas a 2,5 a 3,0 metros de altura y
tendido en el mismo sentido del surco. Para sostener la planta a lo largo de la
cuerda se pueden usar abrazaderas de plástico, las cuales se anillan al tallo por
debajo del pecíolo de una hoja completamente desarrollada y resistente. También
se puede tutorar la planta enrollándola a la cuerda, en el sentido de las manecillas
del reloj, cada 2 o 3 hojas o una vuelta por cada racimo. Se debe tratar de hacer
esta labor sin maltratar a las plantas, es decir, no envolverlas más de lo necesario
y no estrangularlas. La labor de enrollado de las plantas se hace semanalmente y
hasta dos veces por semana durante las primeras semanas de desarrollo a
temperatura elevada, cuando el crecimiento de las plantas es muy rápido.
Posteriormente, cuando comienza la formación de frutos el enrollado se puede
hacer una vez por semana. Es importante enfatizar que durante el enrollado la
parte superior de la planta (la cabeza) debe quedar libre para permitir una
expansión normal de las hojas y evitar su entorchamiento. A medida que crece la
planta, será necesario descolgarla para facilitar su mantenimiento (Castilla, 1995).
Variedad: En variedades de fruto grande se dejarán menos frutos por racimo que
en variedades de fruto pequeño. A la vez, variedades con hábito de crecimiento
abierto y con frutos más pequeños tienden a formar inflorescencias con
numerosas flores. Por eso, es necesario eliminar algunas flores para que los frutos
que se formen puedan crecer más homogéneamente y alcanzar tamaños un poco
mayores hasta donde su potencial genético lo permita (Gómez, 2000).
5.3. FERTILIZACION
Tipos de fertilización:
Primera alternativa
• Al transplante: aplicar 341 kg/ha de fórmula 15-15-15.
• A la floración: aplicar 227 kg/ha de nitrato de calcio
• A la formación de frutos: aplicar 130 kg/ha de urea.
• Después de la primera cosecha: aplicar 130 kg/ha de nitrato de potasio
(13-0-46).
Segunda alternativa
• Al transplante: aplicar 259 kg/ha de fórmula 16-20-0.
• A la floración de frutos: aplicar 259 kg/ha de fórmula 15-15-15.
• A la formación de frutos: aplicar 195 kg/ha de urea.
Tercera alternativa
• Al transplante: aplicar 195 kg/ha de fórmula 18-46-0.
• A la floración: aplicar 195 kg/ha de nitrato de amonio calcáreo.
• A la formación de frutos: aplicar 162 kg/ha de nitrato de potasio (13-0-46).
• Después de la primera cosecha: aplicar 97 kg/ha de urea.
Cuarta alternativa
• Fertilización foliar: efectuar cuatro aplicaciones de fertilizantes foliares
cada 15 días.
Primera alternativa
• Al transplante: aplicar 340 kg/ha de fórmula 15-15-15.
• A la floración: aplicar 282 kg/ha de sulfato de amonio.
• A la formación de frutos: aplicar 130 kg/ha de nitrato de amonio.
• Después de cada cosecha: aplicar 130 kg/ha de nitrato de potasio.
Segunda alternativa
• Al transplante: aplicar 130 kg/ha de fórmula 18-46-0, 130 kg/ha de 0-20-0
y 130 kg/ha de muriato de potasio.
• A la floración: aplicar 195 kg/ha de sulfato de amonio.
• Al desarrollo del fruto: aplicar 162 kg/ha de urea
• Al inicio de la cosecha: aplicar 162 kg/ha de sulfato de amonio.
Fertilización orgánica: Es la adición de nutrientes al suelo a partir de materia
orgánica descompuesta como gallinaza, estiércol de ganado vacuno, compost,
abonos verdes entre otros (George, 1999).
5.4. PLAGAS
Anonimo, 1999; MacGregor, 1983; King y Saunders, 1984 describen las siguientes
plagas como las más importantes en el cultivo de Jitomate:
Daños: Los adultos muerden las hojas dejando agujeros irregulares y cicatrices en
los frutos. Las larvas minan el sistema radicular y la base del tallo de su
hospedante, lo que propicia las pudriciones secundarias, disminuyen su vigor,
causan marchitez y “achaparramiento”.
Daños: Las larvas hacen galerías en forma de espiral en las hojas, comúnmente
llamadas minas, el ataque severo provoca que las hojas se sequen y se caigan.
Las hojas mas viejas son a menudo atacadas primero. El daño es causado
principalmente en cultivos sembrados en campos abiertos, pero también pueden
infestar los invernaderos por medio de plantas contaminadas.
Daños: Las larvas se alimentan, en un inicio, de las hojas, luego taladran el fruto,
permitiendo la entrada de patógenos.
Control: Thiodicarb (Larvin 37.5 SC), 0.4-0.7 l/ha, Permetrina (Talcord 25 EC),0.2
a 0.6 l/ha, Teflubenzuron (Nomolt), 0.15 l/ha.
Daños: las larvas atacan en conjunto y esqueletonizan las hojas, puede haber
canibalismo entre ellas porque generalmente ya maduras son larvas solitarias.
Con frecuencia se encuentran dañando al fruto.
Daños: El adulto se alimenta por succión del contenido de las células de las
plantas. Al inicio de la infestación aparecen pequeñas manchas pálidas en la hoja
verde, que gradualmente se van incrementando en tamaño y número hasta volver
pálida toda la hoja. Tejen finos hilos de seda en la planta.
Control: Mevinfos.
5.5. ENFERMEDADES
Según Agrios, 1997 describe las siguientes enfermedades como las más
importantes en el cultivo de jitomate:
Geminivirus
Control: Como medida de control se pueden usar cubiertas de malla flotante para
proteger a las plántulas durante la etapa de almacigo y a las plantas durante los
30 días después de haberse trasplantado. Esto se hace con la finalidad de
mantener a las plantas aisladas de los insectos que transmiten estos virus.
Control: Se sugiere eliminar totalmente los residuos tan pronto como finalice la
cosecha, seleccionar plantas sanas del almacigo y eliminar aquéllas con síntomas
de tizón temprano. Tratamiento Químico debe ser preventivo y es necesario
iniciarlo en el almácigo y repetirlo periódicamente (7-10 días) mientras persistan
condiciones favorables al tizón temprano. Con este propósito se puede emplear
alguno de los siguientes fungicidas: anilazina (2-3 kg i.a / ha), clorotalonil (1,4-1 kg
i.a./ha), iprodione (0,1-0,2 kg i.a./ha), mancozeb (1-2,6 kg i.a./ha), maneb (1-2 kg
i.a./ha) + fentin acetato (0,2-0,3 kg i.a./ha), metiram(1-2 kg i.a./ha) u oxicloruro de
cobre (1,8-3,6 kg i.a./ha).
Síntomas: Afecta las hojas tallos y frutos, siendo los síntomas de los frutos los
más distintivos de esta bacteriosis. En las hojas aparecen pequeñas lesiones
cloróticas o necróticas generalmente concentradas en los márgenes de los
foliolos. Al coalecer varias lesiones. Adquieren un aspecto quemado o atizonado.
En los tallos, se desarrollan lesiones necrosadas de varias formas y tamaños, que
toman un aspecto quemado, y en los frutos aún inmaduros se desarrollan
pequeñas lesiones necróticas, cancrosas y rodeadas por un halo acuoso.
Control: Se sugiere eliminar totalmente los residuos, tan pronto como se finalice
la cosecha, establecer una rotación de cultivos, por lo menos un año, sembrando
especies no susceptibles y utilizar semilla sana producida en zonas libres de esta
bacteriosis.
Síntomas: Afecta las hojas tallos y frutos. Primero ocurre una marchitez o clorosis
unilateral de los foliolos hasta comprometer completamente la lámina foliar. En los
tallos aparecen estrías longitudinales, inicialmente blanquecinas y luego marrón,
que pronto se transforman en cancros abiertos. Internamente se produce una
necrosis del tejido vascular (xilema), visible en cortes longitudinales o
transversales de los tallos o de la base de los pecíolos. En los frutos, aparecen
lesiones relativamente esféricas, necrosadas, blanquecinas y rodeadas por un
margen marrón. Este síntoma común mente se le denomina ojo de pájaro.
Síntomas: Afecta hojas, tallos y frutos. En las hojas aparecen pequeñas lesiones
necróticas, preferentemente en los márgenes y siempre rodeadas por un
prominente halo clorótico. Estas lesiones pueden coalecer comprometiendo gran
parte del foliolo, con lo cual la planta adquiere un aspecto atizonado. En frutos
inmaduros se desarrollan pequeñas lesiones necróticas subsuperficiales,
generalmente de color pardo.
5.6. FISIOPATIAS
Podredumbre Apical
• Mantener adecuados los niveles de potasio y boro en el suelo (Jones Et. al.,
1991).
Rajado
Se reconocen tres tipos de rajado. Bajo condiciones de alta humedad deposita
rocío sobre los frutos que al estar expuestos a la radiación solar sufren pequeñas
rajaduras dándole a la epidermis un aspecto áspero y corchoso. Las otras dos
formas son debidas a problemas hídricos en el fruto reejadas como rajaduras
radiales o concéntricas originadas por un aumento excesivo del contenido de agua
en los frutos que no corresponde con un crecimiento de la epidermis. Entre las
causas que generan esta condición se puede mencionar los riegos poco
frecuentes con las consiguientes fluctuaciones en el potencial hídrico y el aumento
en la presión radical, es decir que la absorción activa de agua al no ser eliminada
durante la noche por transpiración (sólo por gutación) genera dicho efecto,
desequilibrios en la fertilización, descensos bruscos de las temperaturas nocturnas
después de un periodo de calor (Jones Et. al., 1991).
5.7. POSTCOSECHA
• Madurez inadecuada
• Daño mecánico
• Enfermedades.
Como una referencia para la exportación del Jitomate a Canadá, se considera que
las principales zonas de mercado son Toronto, Montreal y Vancouver. La
consolidación de embarques en estas tres ciudades es un hecho común en la
distribución, la cual se basa esencialmente en la entrega del productor/exportador
al importador/agente y de éste al mayorista/mercado industrial y finalmente al
detallista (CRECER, 1997).
- Requisitos de compra
- Tamaños o calibres
- Tiempos de entrega
CASTILLA, N. 1995. «Manejo del cultivo intensivo con suelo». En: Nuez, F. (ed.).
El cultivo del tomate. Madrid: Mundiprensa.
GÓMEZ, D. 2000. “Estudio del crecimiento y desarrollo del fruto del tomate
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Nacional de Colombia. Facultad de Agronomía.
HARTMANN, H.T, D.E. KESTER, F.T. DAVIES and R.L. GENEVE. 1997. Plant
Propagation: Principles and Practices. New York: Prentice Hall International.
Jones, JB, Jones, JP, Stall, RE, Zitter, TA. 1991. Compendium of Tomato
Diseases. APS PRESS, St. Paul, Minnesota. pp 3.
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tomate. Editorial Mundi Prensa. España. 125 p.
RODRÍGUEZ, R., J.M. TABARES Y J.A. MEDINA. 1996. Cultivo moderno del
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Salunkhe, D. Kadam, S. 1998. Handbook of vegetable science and technology:
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