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Trastornos:

Se definen como la alteración en el funcionamiento de un organismo o de una


parte de él o en el equilibrio psíquico o mental de una persona. Los trastornos
que pueden tratarse con realidad virtual, entre otros, son:

- Fobias
Temor intenso e irracional, puede llegar a ser enfermizo, hacia una
persona, una cosa o una situación.

- Insomnio
Problemas persistentes para dormirse y para permanecer dormido.

- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad


Las personas con el TDAH pueden tener problemas para prestar
atención, controlar conductas impulsivas o pueden ser demasiado
activas. Aunque no tiene cura, se puede controlar eficazmente y algunos
síntomas pueden mejorar.

- Adicciones
Hábito de conductas dañinas o de consumo de determinados productos,
en especial drogas, y del que no se puede prescindir o resulta muy difícil
hacerlo por razones de dependencia psicológica o fisiológica.

- Trastorno de estrés post-traumático


Puede sufrir de TEPT luego de vivir o ver eventos traumáticos. Este
trastorno hace que se sienta estresado y con temor luego de pasado el
peligro.

- Trastorno obsesivo-compulsivo
Caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes,
que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas
repetitivas, denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad
asociada.
- Trastorno de ansiedad generalizada
Este trastorno produce temor, preocupación y una constante sensación
de estar sobrepasado. Se caracteriza por una preocupación persistente,
excesiva e irreal respecto de aspectos de la vida diaria tales como las
finanzas, la familia, la salud y el futuro. Es una preocupación excesiva,
difícil de controlar y que se acompaña frecuentemente de otros síntomas
psicológicos y físicos; como, inquietud motora, dificultad para
concentrarse, trastornos del sueño, irritabilidad, tensión muscular y
cansancio fácil.

Tratamientos Tradicionales:

- Técnicas de relajación

Cuando una persona ansiosa interpreta una situación como amenazante, la


respuesta de lucha y huida se activa, se liberan una serie de hormonas y el
sistema nervioso prepara al individuo para responder a una situación de
peligro. Estas técnicas tienen el objetivo de enseñar a los individuos a
relajarse y a disminuir la activación fisiológica.

- Técnicas expositivas

Como su nombre indica, consiste en exponer al paciente a situaciones u


objetos temidos. La idea es que a través de exposiciones repetidas, éste
vaya adquiriendo una sensación de control sobre la ansiedad, y la situación
tenderá a desaparecer. Las técnicas expositivas se utilizan en casos de
fobias y otros trastornos de ansiedad; el paciente debe confrontar el
estímulo temido hasta que la ansiedad se reduce gracias a la habituación.
Para llevarlo a cabo, se establece una jerarquía de estímulos temidos, de
manera que el paciente pueda ir poco a poco acercándose a estos
estímulos hasta lograr la extinción. Este tipo de técnicas pueden llevarse a
cabo tanto en vivo como de manera imaginaria.

- Desensibilización sistemática

En vez de enfrentarse a la situación u objeto temido de inmediato, es


posible que el tratamiento y la exposición se inicie con una situación que
solo es ligeramente amenazante, para ir trabajando poco a poco hasta el
objetivo. Esta técnica permite desafiar gradualmente los miedos, crear
confianza y dominar las habilidades para controlar el pánico.

Existen algunas diferencias entre las técnicas expositivas y la


desensibilización sistemática. Mientras en las técnicas expositivas se
emplea la habituación para superar la ansiedad, en la desensibilización
sistemática se emplea el contra condicionamiento, es decir, la sustitución de
una respuesta que produce ansiedad, por otra incompatible con la misma.
En la desensibilización sistemática la aproximación al estímulo ocurre de
manera gradual, pero en la técnica de exposición el ritmo de aproximación
depende del tiempo disponible, la disposición del paciente y la tasa de
habituación.

- Terapia cognitiva

Se basa en la forma en que nos sentimos, nos comportamos y


respondemos a las situaciones en base a nuestra manera de pensar, por lo
que esta técnica intenta modificar patrones de pensamiento y creencias
equivocadas o exageradas. Ayuda a las personas a identificar y desafiar los
patrones de pensamiento y las creencias que provocan ansiedad. La
finalidad de esta técnica es la modificación de los esquemas de
pensamiento del paciente gracias a distintos métodos.

- Técnicas farmacológicas
En algunos casos es conveniente complementar el tratamiento psicológico
con un tratamiento farmacológico, especialmente en aquellas situaciones en
las que es necesario reducir los síntomas rápidamente, por ejemplo, para
tratar un ataque de pánico. Sin embargo, los medicamentos deben
combinarse con distintas técnicas y deben ser sustituidos paso a paso por
éstas. En el tratamiento de la ansiedad se emplean habitualmente dos tipos
de fármacos; los ansiolíticos y los antidepresivos.

Los ansiolíticos producen un efecto tranquilizante. Actúan reduciendo los


síntomas de ansiedad en cuestión de minutos y disminuyendo tanto la
intensidad como la frecuencia de los episodios de angustia. Sus principales
efectos adversos son somnolencia, alteraciones de la memoria, alteraciones
de la atención y de la concentración. Aunque esto suele ser transitorio (se
experimenta mientras se está tomando el medicamento) y sólo se produce
con dosis elevadas y prolongadas en el tiempo. Además su consumo
prolongado puede generar efectos de dependencia y tolerancia (pérdida
progresiva de efectividad).

Los antidepresivos son usualmente el tratamiento de elección primaria.


Poseen una alta especificidad contra la ansiedad y escasos efectos
colaterales. Apenas presentan interacciones con otros medicamentos y no
crean dependencia. Aunque pueden tener como efectos secundarios de los
primeros días náuseas, cefaleas, incremento transitorio de la ansiedad, etc.
Por ello se recomienda iniciar el tratamiento con dosis bajas, y asociar
tranquilizantes las primeras semanas. En algunos pacientes, dependiendo
también del fármaco elegido, pueden ocasionar alguna ganancia de peso, o
cierta pérdida de apetito o respuesta sexual. Normalmente, el médico
informará al paciente sobre el carácter leve y transitorio de estos posibles
síntomas adversos. También, otro inconveniente es que el efecto
terapéutico no se inicia hasta las 2 o 3 semanas de iniciada la toma del
antidepresivo.

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