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Un día, el viejo
molinero murió y su
herencia se repartió de
la siguiente manera: el
hermano mayor se
quedó con el molino,
el segundo con el asno
y al más pequeño sólo
le dejó el gato
Durante un tiempo,
los tres hermanos
siguieron trabajando
juntos en el molino,
pero un día los dos
hermanos menores
decidieron marcharse
a conocer el mundo y
probar suerte, en
compañía de sus dos
animales: el Asno y el
Gato.
Después de muchos
días de camino
llegaron a una
pequeña ciudad
donde el segundo hijo
decidió quedarse para
trabajar en un horno.
Así el hermano
pequeño continuó el
largo viaje con su
Gato como única
compañía.
Camina y camina, después de muchas horas, el joven molinero se paró a descansar a la sombra de una gran encina.
“SI…” pensaba para sus adentros, “ahora si que me he quedado solo. ¿Qué voy a hacer? “
Dando muchas vueltas al El pequeño molinero, se
asunto, comenzó a sorprendió al oír esas
hablar en voz alta: palabras, y, asombrado
“¡Pobre de mí!, ¿qué preguntó al Gato:
haré sin trabajo, sin “¿Cómo?, ¿sabes
comida y sin amigos?”. hablar?”
El Gato, que hasta ese Y el Gato contestó:
momento no se había “No sólo eso. Aunque soy
separado de su amo, la parte más pequeña de
bostezó, se estiró y la herencia que tu padre
después de levantarse te dejó, si confías en mi
sobre sus patas traseras te traeré suerte y
se dirigió al joven riqueza”
molinero diciéndole:
“No temas, si confías en
mi, te traeré suerte”
“¿Entonces… qué he
de hacer?”, añadió el
joven cada vez mas
atónito y maravillado.
“Consígueme un
saco, un sombrero y
unas botas. El resto
déjalo de mi cuenta”
dijo el Gato.
El joven se fue hacia el pueblo y compró todo lo que el Gato le había pedido, quedando aún más pobre, aunque con renovadas esperanzas.
Al regresar su amo, el Con el botín conseguido
Gato, satisfecho, se se dirigió al castillo del
enfundó las botas, se Rey. Por el camino se
ajustó el sombrero, cogió paró a recoger setas y
el saco y se marchó al frutos. Al llegar a la
bosque. fortaleza pidió audiencia
Una vez allí, abrió el saco al Rey
sobre la hierba, colocó
afrecho y ensalada, y
esperó a que cayeran sus
presas. Al poco tiempo
acudieron al lugar
faisanes y liebres que,
picoteando y royendo,
entraron en el saco.
Entonces, rápidamente
el Gato cerró el saco.
“Majestad” dijo el
Gato, “le traigo una
ofrenda del Marqués
de Carabás en señal
de amistad”
Días después, capturó otras piezas y las llevó al Rey:“Aquí están Majestad, otros presentes de parte de mi amo,
[acelerando]
Había llegado el momento
de que el amo interviniera:
“mañana tendrás que
darte un baño en el río”,
dijo el gato al joven
molinero.
“Pero… no entiendo,
tengo que bañarme…
¿donde?” contestó el
amo.
“No te preocupes y
escucha. Yo te indicaré el
lugar y la hora. Haz lo que
te digo y te sorprenderás”
El Gato, rápidamente, cogió la ropa de su amo, la escondió bajo una gran piedra y esperó.
Cuando oyó a lo lejos el carruaje real que se acercaba. Fingiendo estar desesperado, el gato corrió al encuentro de su Majestad, gritando :
¡Socorro!, ¡Guardias venid!, el Marques de Carabás está ahogándose! Le robaron todas sus ropas y pertenencias y luego le
El joven , aun más estupefacto, se le acercó, la besó cortésmente El rey impresionado por los modales refinados y
en la mano, la miró con asombro e hizo reverencias al Rey elegantes del hombre, lo invitó a su palacio .
“MIAUU” [animar al público a tocar palmas]
Al ponerse en marcha
el carruaje, el Gato,
satisfecho, se puso
a dar saltos...
[con crescendo], a
bailar… a cantar…
[El narrador invita a los niños del público a maullar a su señal] “MIAU, MIAU”
[Teminan las palmas y pide la atención del público]
“Eh, vosotros… al paso del rey tenéis Los campesinos que nunca habían oído hablar a un gato, se asustaron
que decir que estas tierras son del de tal manera que cuando el Rey pasó y preguntó “¿a quien pertenecen
marqués de Carabás. Si hacéis lo que estas tierras?, atemorizados contestaron: “Al Marqués de Carabás,
os digo os recompensaré y os liberaré majestad”
de vuestro terrible amo, pero cuidado
con decepcionarme porque entonces
os castigaré”
El Gato recorría sin cesar campos y praderas repitiendo sus instrucciones a todo aquel que encontraba.
Todos, al paso del Rey respondían igual: “Los graneros, los prados, las colinas, todo es del Marqués de Carabás, majestad”
Mientras tanto, el
Gato, después de un El Ogro se aprovechaba del trabajo de los pobres
largo camino había campesinos porque era el dueño de todas las
llegado a los pies de tierras de los alrededores.
una colina. En lo alto
se encontraba el
castillo donde
habitaba un terrible
Ogro: [in crescendo]
gigantesco, maligno,
FEROZ.
Antes de subir al castillo el gato bajó al pueblo cercano para saber las costumbres y peculiaridades del Ogro.
Después, armado de valor, se fué al castillo
Una vez llegado, se presento al guardián del castillo. Con aire distinguido y haciendo una reverencia, dijo:
“Vengo desde muy lejos para conocer a vuestro extraordinario amo, cuya fama alcanza hasta las tierras más desconocidas”
Al oír estas palabras, el Gato fue llevado inmediatamente a ver al Ogro
Cuando el Ogro apareció, el pequeño Gato se asustó. Dio un salto hacia atrás y le miro atemorizado. El Ogro
era un gigante de dos metros y medio de altura, con el cuerpo cubierto de vello y con una espesa cabellera
oscura.
Sin embargo, era muy elegante en el vestir e iba cubierto de joyas
El Gato, entonces,
se tranquilizó
La súbditos, los criados, los guardianes, el chambelán, todos estaban asombrados, incrédulos…
Estaban tan contentos que enseguida anunciaron al pueblo la gran noticia: “¡Oid… Oid… pueblo…
oid todos…! El Ogro ha sido vencido. Ahora sois libres gracias al valor del Marqués de Carabás: Un hombre hábil, valiente y muy generoso.”
“Viva. Viva… Viva el Marqués de Carabás”, gritaban todos felizmente., mientras tanto, el gato había mandado preparar
un rico banquete, con comida y bebida en abundancia,
y también había bajado a los sótanos a coger un bellísimo collar y un anillo que guardó en un estuche , para la Princesa.
Después se quedó en la escalera del a esperar el carruaje del Rey
El carruaje no tardó en llegar. El Rey y la Princesa fueron recibidos con mucha ceremonia
El Gato dijo: “¡Bienvenidos al castillo del Marqués de Carabás!” y, dirigiéndose a la princesa dijo: “¡Princesa, en nombre de
mi amo, me permito ofreceros esta dote!” Le ofreció el estuche y, con sorpresa y emoción la joven dio las gracias complacida.
“Querido Marqués”
dijo el Rey con
admiración, “Estoy
muy orgulloso de
usted. Conocía la
existencia de este
castillo desde hace
mucho tiempo, pero
no sabía que
perteneciera a vuestra
noble familia”.
El Marqués, cada vez
más maravillado,
contesto dando las
gracias, tomo a la
Princesa del brazo y
entraron en el castillo.
El Gato aprovechó la
circunstancias para
invitar a la toda la
corte al banquete.
En el Momento del brindis… ante la sorpresa de todos, el Rey, que había adivinado cuan enamorados estaban los dos
jóvenes, decidió coronar día diciendo: “Señor Marqués, me complacería concederos la mano de mi hija”.“Majestad… No
esperaba tanto de vos…” Me siento feliz y orgulloso. Prometo a vuestra adorada hija, amor y fidelidad…”
Algunos días después, con gran pomposidad, se celebró la boda. …no os lo creeréis, el honor de abrir el
cortejo nupcial le toco a los hermanos del joven marqués, que siempre habían estado en su corazón.
Les Seguían el Rey y la Reina, después los novios y, cerrando el cortejo, un simpático
gato con botas, capa y espada
fresas con nata , dulces de todas clases… y pudo por fin dedicarse a sus actividades favoritas: cazar y dormir, aunque
siempre alerta para ayudar a su dueño.