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Mis planes, tus planes, Sus planes.

A lo largo de nuestra vida mostramos una tendencia innata a hacer planes o proyectos, a organizar
cada instante de nuestro día lo cual nadie dice que esté mal, al contrario, el Señor es el dueño de
todo lo que tenemos y nos dice en su palabra que debemos ser buenos administradores de los que
Él nos da, de nuestra vida, nuestra familia, nuestro tiempo, nuestros bienes, nuestra economía, etc.

Pero hay un límite muy estrecho entre los planes que Dios tiene para tu vida, es decir, SUS PLANES
y TUS propios planes, los cuales abarcan desde los más sencillos y breves como por ejemplo, asistir
a un evento, ver una novela, película o un partido de futbol, un asado familiar, quedarte en casa a
descansar, entre otros, hasta los más complejos y trascendentales para nuestra vida como por
ejemplo, la casa que quiero, el viaje que anhelo o el plan de primero me caso, al año me compro un
auto pero mientras tanto todo lo ahorro para obtener mi casa, etc.

Si bien es cierto todos necesitamos tiempo para disfrutar, trabajar, estudiar, descansar, etc. Pero,
¿Cuánto tiempo dedicamos a Dios? ¿De qué forma puedo saber qué plan tiene Dios para mi vida si
no dedico tiempo con Él? ¿Estoy considerando sus planes, lo que Él pide de mi Hoy o estoy
considerando solo mis propios deseos?

Lamentablemente a veces pasamos mucho tiempo pensando en nuestros propios anhelos y


proyectos, y es lógico que eso ocurra si nuestra mente no se encuentra en constante comunión y
dialogo con el Señor, pero si sometemos nuestros pensamientos a la voluntad de Dios y buscamos
más de Él comprenderemos el verdadero significado y sentido de menguar, de morir a nuestra
propia carne, a nosotros mismos para que sea Jesús el centro de nuestras vidas y sea el Espíritu
Santo quien dirija nuestras decisiones.

Esto lo tenía bastante claro Juan el Bautista, ya que según Juan 3:22-30, luego que Jesús fuera
bautizado por Juan el bautista, Jesús y sus discípulos comenzaron a bautizar a la gente en la ciudad
de Judea, pero cuando los discípulos de Juan el bautista supieron de esto, se generó una discusión
entre los discípulos y unos judíos respecto de la purificación, por lo que se dirigieron hasta donde se
encontraba Juan para señalarle que ahora la gente solo acudía al lugar donde se encontraba Jesús,
ante esto Juan les respondió: Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda desde el
cielo. Para luego reconocer que es Él, Jesús, quien debe crecer y tener cada vez más importancia, y
que a él le corresponde menguar.

Nuestros planes no se comparan en absolutamente nada a lo que Dios tiene preparado para
nuestras vidas, me atrevería a decir que nuestros planes son hasta insignificantes comparado a lo
que el Señor nos quiere entregar, pero para que eso suceda debemos aprender a menguar y a dejar
en sus manos nuestros anhelos y proyectos y comenzar a hacer lo que Él quiere que hagamos, que
en definitiva es cumplir su principal mandato “Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura.” Marcos 16:15
Últimamente ¿Has reflexionado sobre qué planes estas priorizando en tu vida? en su palabra en 1
Pedro 4: 2 dice: No pasarán el resto de la vida siguiendo sus propios deseos, sino que estarán
ansiosos de hacer la voluntad de Dios.

¿Y tú? ¿Estás ansioso por hacer la voluntad de Dios?

Recuerda: El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus
pasos. (Proverbios 16:9)

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