Si pensamos que es posible una Resignificación Nacional.

Como una vez dijo Weber que parte por una definición del poder: “La
probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social aun
contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa
probabilidad”

Por lo tanto se podría fundamentar que el poder es una categoría

antropológica, esto es inherente a la especie humana, y no es algo devenido en
un cierto momento histórico.

Si comprendemos que el poder es inherente de la especie humana, tal

vez, se nos haría más fácil resignificar los hechos acaecidos en Chile (1973-
1989). Por lo tanto deberíamos, como futuros psicólogos, explicar a aquellas
víctimas, que la actuación de los victimarios hacia la humillación en su calidad
de ser humano y las matanzas se justificaban para obtener el poder necesario
que su condición éticamente deplorable de calidad humana, les permitiría
mantenerse en un puesto superior a cualquier persona que se encontraba
dentro de sus redes de trabajo, pero con los movimientos y con el nacimiento
de los derechos humanos, aquel poder se les iba alejando día a día, por lo
tanto la única manera de satisfacer sus ansias de poder y con ello mostrar a los
líderes sociales como destructores de una sociedad floreciente que fomentaban
la pobreza e igualdad social sectorial, era eliminar a los grandes pensadores o
mas bien a estos lideres sociales contrarios a sus pensamientos. Ya que
aquellos lideres fueron los que fundaron hace mucho tiempo atrás los
sindicatos de los trabajadores, en donde cada trabajador tenía un derecho en
su puesto de trabajo. Aquello en realidad viene acarreando hace muchos años
y no solamente sucedieron en Chile sino a nivel mundial.

De acuerdo a lo anterior, podemos decir que la resignificación de este

tema está dada, siempre y cuando se replanteen los derechos humanos que
aún se encuentran enajenados (en la actualidad, problemática de los
Mapuches) y que el sistema del poder político-económico los adapta a sus
necesidades, reprimiendo las formas de expresión que están garantizadas en
la asamblea de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos. Se
demuestra en el temor de las personas a solicitar aumentos de sueldo y mejor
calidad de vida, por miedo de ser opacados nuevamente

Es aquí donde Valech nos quiere entregar las herramientas necesarias

para una resignificación nacional, planteando que no se olviden los sucesos,
volviendo a poner en primer plano la importancia de respetar los derechos
humanos, el hecho que se reconozca la división del poder no justifica los
acontecimientos ocurridos, es decir si logramos un procesamiento de los
hechos ocurridos, lograremos un reconocimiento de culpa, planteando a la
sociedad, y que los victimarios tomen conciencia que las formas y los medios
utilizados para obtener el poder violaron los acuerdos firmados en la Asamblea
General de las Naciones Unidas.
 Lo que sucedió en Chile en el fondo fue la violación de los derechos
humanos, los cuales son intransable, los cuales son derechos básicos, de
acuerdo al convenio que se suscribe el 10 de diciembre de 1948 en la cuidad
de París que fue suscrito por todos los países que participan en la ONU, son
tratados internacionales que obligan a los estados firmantes, por ende se
seduce que los derechos humanos son inviolables e inclaudicables

“…Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta

declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará
distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del
país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de
un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no
autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía…”

Art. 1 de la declaración universal de los derechos humanos