Un paradigma es un modelo o patrón aceptado, es un objeto que debe articularse y
especificarse ulteriormente en condiciones nuevas o más rigurosas, al modo de una decisión judicial aceptada que sienta precedente. Los paradigmas alcanzan su posición porque tienen más éxito que sus competidores a la hora de resolver unos cuantos problemas que el grupo de científicos practicantes considera urgentes. El éxito de un paradigma en sus momentos iniciales consiste en gran medida en una promesa de éxitos detectable en ejemplos seleccionados. Las operaciones de retoque ocupan a la mayoría de los científicos a lo largo de sus carreras. Constituyen lo que llamo aquí ciencia normal. Entre los objetivos de la ciencia normal no hay ninguno que exija nuevos tipos de fenómenos, y en realidad los que no encajan en esos compartimentos frecuentemente ni siquiera se ven. La investigación en la ciencia normal se orienta a la articulación de los fenómenos y teorías ya suministrados por el paradigma. Las restricciones surgidas de la confianza en un paradigma resultan ser esenciales para el desarrollo de la ciencia. El paradigma obliga a los científicos a investigar algunas partes de la naturaleza con un detalle y una profundidad que de otro sería inimaginable. Durante el período en el que el paradigma tiene éxito, la profesión habrá resuelto problemas que sus miembros difícilmente se habrían imaginado y que nunca se hubieran planteado sin el compromiso con el paradigma. Más precisión, más variedad de situaciones. Se trabaja en una investigación si hay un paradigma que les asegure que los hechos que busca son importantes. Precisión, fiablidad y amplitud de los métodos que han desarrollado para determinar de nuevo un tipo de hecho previamente conocido. La existencia del paradigma plantea el problema a resolver, y a menudo la teoría del paradigma está directamente implicada en el diseño del aparato capaz de resolver el problema. De otro modo, los hechos no significan nada en absoluto, el acopio de hechos. Pocos de estos esfuerzos complejos se habrían concebido, y ninguno de ellos se habría llevado a cabo sin una teoría paradigmática que definiera el problema y garantizara la existencia de una solución estable. A menudo oímos que se describieron al examinar mediciones tomadas por sí mimas, sin ningún compromiso teórico. Los experimentos no son concebibles (y de ser concebidos hubieran recibido otra interpretación, de recibir alguna) hasta que se vio el aire como un fluido elástico al que se podrían aplicar todos los conceptos elaborados en la hidrostática. Ciencias sociales y naturales buscan las regularidades. Todos los experimentos surgen de una teoría como paradigma y todos la explotaron para el diseño experimental y la interpretación de resultados. Dado el fenómeno, ¿de qué otra manera podría haberse elegido un experimento para elucidarlo? Su finalidad es mostrar una nueva aplicación del paradigma o aumentar la precisión de una aplicación que ya ha sido hecha. En el caso de los cielos, Newton había derivado las leyes de Kepler del movimiento planetario, a la vez que había explicado algunos aspectos observados en los que la Luna dejaba de obedecerlas. Faltaba suministrar los datos especiales exigidos por las aplicaciones concretas del paradigma newtoniano. Euler, Lagrange, Laplace y Gauss, todos ellos realizaron sus trabajos más brillantes en problemas orientados a mejorar el acuerdo entre el paradigma newtoniano y la observación de los cielos. Se buscan teorías lógica y estéticamente más satisfactorias. Trabajo empírico está orientado a la articulación del paradigma. Los problemas de la articulación del paradigma son a la vez teóricos y empíricos. Se trataba a la vez con los hechos y con la teoría y el trabajo produce no solo nueva información sino un paradigma más preciso. 1) determinación de los hechos significativos, 2) el encaje de los hechos con la teoría y 3) la articulación con la teoría, agotan la producción bibliográfica de la ciencia normal. No se puede llevar a cabo de otra manera el trabajo siguiendo un paradigma, y abandonar el paradigma es dejar de practicar la ciencia que lo define.
IV. La ciencia normal como solución de rompecabezas
El proyecto cuyo resultado no cae en el estrecho margen de los paradigmas, normalmente no es más que un fallo en la investigación que refleja no cómo es la naturaleza sino cómo es el científico. Hechos inconexos son aquellos imposibles de relacionar con el progreso continuo. Tan solo desde un punto de vista retrospectivo podemos ver, al disponer de un paradigma subsiguiente, qué características relevan de los fenómenos eléctricos. El objetivo de la ciencia normal no son las novedades sustantivas importantes, el fracaso a la hora de alcanzar un resultado anticipado es normalmente el fracaso del científico. Los resultados son significativos porque aumentan la amplitud y la precisión con que se puede aplicar el paradigma. Los rompecabezas constituyen esa categoría especial de problemas que pueden servir para poner a prueba el ingenio y la habilidad de dar con una solución. **Una de las cosas que adquiere una comunidad científica junto con un paradigma es un criterio para elegir problemas, la existencia de cuyas soluciones se puede dar por supuesta en tanto en cuanto el paradigma resulte aceptable. En gran medida son ésos los únicos problemas que la comunidad admitirá como científicos, animando a sus miembros a abordarlos. Otros problemas, incluyendo muchos que anteriormente habían sido normales, se rechazan ahora como metafísicos, como asunto de otra disciplina o incluso a veces como demasiado problemáticos para que merezca la pena perder el tiempo con ellos. Legado el caso, un paradigma puede incluso aislar a la comunidad de aquellos problemas socialmente importantes que no son reductibles a la forma de rompecabezas, debido a que no se pueden plantear en términos de las herramientas conceptuales e instrumentales que suministra el paradigma. El paradigma determina los problemas concretos que el investigador absorberá. Para contar como rompecabezas, un problema ha de caracterizarse por algo más que por tener una solución segura. Tienen que existir también reglas que limiten la naturaleza de las soluciones aceptables y de los pasos mediante los que han de obtenerse. Problemas accesibles en una tradición de investigación. Cada investigación posee sus propios problemas. Se tienen que mostrar que los datos son los que encajan con la teoría, que poseen significado cuando se observan o registran. Una ve que se señala una relación a nivel de observación, el aparato tuvo que ser diseñado de nuevo a fin de que los resultados experimentales se pudieran correlacionar de manera inequívoca con la teoría. Si se cambia el paradigma se define un nuevo rompecabezas. Leyes y teorías científicas: en cuanto sigan siendo respetables, dichos enunciados contribuyen a plantear rompecabezas y a limitar las soluciones aceptables. Existe una preferencia de tipos de instrumentación y sobre los modos en que se pueden utilizar legítimamente los instrumentos aceptados. Se informaban a los investigadores qué eran los átomos y las moléculas, los compuestos y las mezclas. Los compromisos metafísicos y metodológicos llevan a examinar con detalle empírico algunos aspectos de la naturaleza. Si tal examen pone de relieve bolsas de aparente desorden, entonces éstas plantean un reto para refinar las técnicas observacionales o articular mejor las teorías. Red de compromisos conceptuales, teóricos, instrumentales y metodológicos es la principal metáfora que relaciona la ciencia normal con la resolución de rompecabezas. Puesto que suministra reglas que dicen a quienes practican una especialidad madura cómo es el mundo y cómo es su ciencia, podría concentrarse con tranquilidad en los problemas esotéricos que le determinan estas reglas y el conocimiento existente. La discusión de rompecabezas y de las reglas ilumina la naturaleza de la práctica científica normal.
Reseña Crítica De: DRUCKER, Peter. Las Nuevas Realidades en El Estado y La Política, en La Economía y Los Negocios, en La Sociedad y en La Imagen Del Mundo.