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Ya lloré, ya sufrí… ahora me toca vivir (sin ti)!!!

Cuando una relación llega a su fin, es importante seguir adelante. No importa


quién terminó la relación, si fuiste tú o tu pareja, finalmente es una decisión que
confronta tus sentimientos y emociones. Si tu pareja ya no está y ya no quiere estar,
entonces ¿Para qué insistir?

Es mejor que emplees cada minuto del día en sanar tus heridas, que invertirlos en
lamentarte por lo que podría haber sido y no fue. En este momento es importante
poder decirte a ti mismo/a “Si alguien no me quiere, no sabe lo que se pierde”, ya que
no tiene mucho sentido tratar de convencer a alguien a que te quiera.

A veces es bueno acordarse de esos antiguos amores y recordar lo que ellos


significaron en su momento, como cuando morías de amor por aquel novio de
secundaria y sentías que sucumbirías en cada adiós, o aquellos amores platónicos o
no correspondidos, seguramente hoy día no te producen ni cosquillas. Hoy esos
amores no son más que anécdotas o parte de tu cv afectivo, pero estoy segura que
en ese momento habrías hecho lo que fuese necesario para mantenerlo a tu lado.

Pues lo mismo ocurrirá con la persona que hoy ha dejado de amarte: será un
recuerdo más, cada vez más distante e imperturbable. A medida que el tiempo
transcurra y empieces a vivir tu vida, llegará la calma.

Lo que sí es cierto es que no existen pastillas para el desamor, ni para el dolor que
causa una ruptura o una pérdida afectiva, lo único que de verdad necesitas es
tiempo y espacio… y un poco de resistencia para aguantar las altas y bajas.

Y es que no importa si la relación duró quince días, tres meses o veinte años, una
ruptura es tan divertida como golpearte el dedo pequeño del pie con la pata de la
cama, y es fundamental mantener la cordura para sobrevivir a ella.

Si ya lloraste, si ya sufriste… ahora te toca vivir, así que presta atención a estas
recomendaciones:
En primer lugar, trata de mantén tu mente ocupada, empieza ese proyecto que tiene
mucho tiempo dando vueltas en tu cabeza, mírate una serie nueva en Nexflix, termina
esa tesis que hace años no miras… pero ocúpate ya que mantener tu mente en algo es
fundamental para entender que el mundo no gira en torno a esa otra persona, y a la
vez te ayudarán a ignorar esos pensamientos maquiavélicos que te hacen querer estar
pendiente de todo lo que tu ex está haciendo... lo cual me lleva al siguiente punto
elimínalo de tus redes sociales, ya me imagino la cara que has puesto, pues aunque
creas que pensarán que eres un/a inmaduro/a, lo más importante es tu salud mental,
no lo que la gente diga, opine o piense de ti. Algunos creen que es innecesario
eliminar/bloquear/ocultar al ex de las redes sociales, pero posiblemente el día que lo
veas sonriendo en una selfie o que ponga una foto de perfil con otra persona,
entenderás que lo más sano es librarte de los cuasi infartos que te dan cada vez que
publique algo. Y por esta misma línea nos vamos a la siguiente recomendación,
elimina su número de teléfono (y ojala tengas una memoria peor que la de Dory)
porque esto significa que podrás eliminar cualquier posibilidad de ser la primera en
iniciar una conversación. Prométete que esta es la última vez que le escribes. Yo sé que
esto no es fácil, de hecho, te lo vas a tener que prometer tres, cuatro o cinco veces,
sobre todo cuando eliminaste su número pero desafortunadamente todavía sabes su
nombre y lo puedes buscar en redes sociales, pero es importante entender que cuando
una relación acaba en malos términos, lo mejor es alejarse. Si sientes una necesidad
inmensa de escribirle, hazlo, pero en un papel en blanco o en un cuaderno, esto te
ayuda a desahogarte.

Una de mis recomendaciones favoritas, haz ejercicio, ya que hacer ejercicio


mantiene tu mente ocupada, te ayuda a liberar estrés, distraerte, aumenta tus
niveles de serotonina, endorfinas y dopamina, lo que te hace sentir más calmada y
más feliz.., y a la ve más guapa.

Dice Mercedes Sosa en una de sus canciones “hay que sacarlo todo afuera como la
primavera, para que adentro nazcan cosas nuevas”, por eso cuéntalo, ya que todo se
siente menos pesado cuando lo compartes, cuando lo hablas con tus amigas,
hablar de qué pasó y cómo te sientes siempre es sano. No te reprimas, si quieres
llorar, llora; si quieres gritar, grita; si quieres romper sus fotos, rómpelas; si
quieres correr, corre; haz eso que te haga sentir mejor. Permítete un par de
minutos al día para vivir tu duelo y no reprimas tus sentimientos.
Un sano consejo, no te obsesiones con las preguntas y respuestas, es verdad que
necesitas saber qué fue lo que pasó, pero la obsesión por saber en qué momento
decidió irse no aporta nada al proceso de sanación.

Por último, no pierdas la fe, sigue escuchando esa voz interior que te inspira a seguir
soñando y avanzando. Una ruptura debe significar también una oportunidad para
mejorar, crecer y descubrir cómo deben ser los amores de verdad.

Por:
Janitza García
Psicóloga
Centro de Atención Integral Espiral

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