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1-Período Cretomicénico (2000- 1.200 a.c.). Los Helenos o Aqueos inician una lenta
invasión de Grecia, en sucesivas olas migratorias asimilando la cultura Cretomicénica
(cretenses y minoicos).
2-Período Arcaico (1.200- 600 a.c.). También llamado período Homérico, por los poemas
de Homero (Ilíada y Odisea). Adoptados como obras nacionales en Atenas.
3-Período Clásico (600- 300 a.c.). Se desarrolló una civilización caracterizada por la
búsqueda del conocimiento y la manifestación artística.
La Ilíada y Odisea constituyen los testimonios de esa época (primitivamente estos poemas se
transmitían oralmente, hacia el siglo VIII a.c. tomaron forma escrita). Dado que era una
época de carácter heroico y guerrero; la educación se basó en el concepto de “honor y de
valor”, en el espíritu de lucha, de sacrificio y de competición, de alcanzar la excelencia
personal. Un carácter esencial es la “atención a la totalidad de la persona”, promoviendo el
desarrollo integral “del cuerpo y el alma”. Conforme a este ideal, la educación del joven
noble guerrero constaba de dos partes, en primer lugar recibía una educación física
completa, se ejercitaba en el manejo de las armas, del arco y la flecha y practicaba juegos y
deportes caballerescos (lucha, boxeo, lanzamiento de disco y jabalina, equitación). El objetivo
consistía en prepararlo para las acciones en el campo de batalla. Al mismo tiempo el joven
recibía una educación musical (canto, lira, danza) para cultivar el sentido moral. La educación
homérica satisfacía, así, la doble aspiración de la aristocracia: formar héroes para la guerra y
capacitar para el ejercicio político. Este ideal se basaba en la ética del honor y buscaba
alcanzar la perfección o excelencia, representada por la palabra areté, o dote innata, era
considerada atributo de la aristocracia guerrera. Alcanzar la gloria con las hazañas bélicas
significaba obtener el reconocimiento de que se poseía el don.
La religión griega era politeísta, reconoció muchos dioses, siendo éstos por su aspecto físico y
por sus pasiones, vicios y virtudes, concebidos a semejanza del hombre (antropomorfismo),
pero inmortales. La religión permitió explicar los misterios del Universo, analizar la conducta
humana a través del conocimiento de las pasiones que encarnaban los dioses y obtener
beneficios.
Alrededor del año 800 a.c. las primitivas comunidades rurales fueron reemplazadas por las
ciudades-estados o Polis. La sociedad espartana estaba integrada por distintas clases sociales:
los espartanos -de raza dórica- formaban la clase directiva y militar; los extranjeros (periecos)
que vivían como hombres libres pero carecían de derechos políticos, formaban la clase
trabajadora y campesina y los ilotas, que dependían del Estado, tenían la obligación de
trabajar las tierras y de entregar anualmente una parte de los productos. Licurgo, en el siglo IX,
mediante la Constitución consolidó la organización estatal e incorporó leyes referentes a la
educación. El fin de la educación espartana consistió en “la subordinación del individuo al
Estado”, su único objetivo, el cual se caracterizaba por ser totalitario, sus ciudadanos eran
sometidos incondicionalmente a sus autoridades. Los espartanos vivían en campamentos y ello
fue posible porque de su subsistencia cuidaban los periecos y los ilotas, que estaban sujetos a
la tierra.
Mientras que en Esparta, los hombres viven en campamentos, en Atenas surge la vida urbana.
En cuanto a su organización política, la monarquía fue perdiendo poderes, evolucionando
hacia una oligarquía y sucesivamente a otras formas políticas. Solón reemplazo los privilegios
de nacimiento por los de la fortuna, ampliando el otorgamiento de derechos políticos.
Clístenes otorgó concesiones a un elevado número de ciudadanos dando comienzo a la
democracia la cual llegó a su apogeo en la época de Pericles (461- 429 a.c.), comprendía sólo a
los ciudadanos y era directa no representativa. La población estaba comprendida por tres
grupos sociales: los ciudadanos, nacidos en la polis, de padres también ciudadanos, algunos
obtenían la ciudadanía por concesión; los metecos, eran los residentes extranjeros, carecían
de derechos políticos y no podían poseer tierras, realizaban las actividades artesanales y
comerciales y los esclavos, que constituían el grupo más numeroso, en su mayoría eran
prisioneros de guerra, se ocupaban de la servidumbre doméstica, de las artesanías, actividades
rurales (agricultura y ganadería) y de la explotación minera. Una singularidad de la sociedad
ateniense afin a todos los grupos sociales estaba dado por el estilo de vida; austero y sobrio,
comían frugalmente, vestían con sencillez y participaban de las mismas ceremonias.
Atenas pasó por las mismas fases de desarrollo que Esparta pero a diferencia de ésta, no
quedó detenida en la fase guerrera y autoritaria, llegó a un estado superior; “el de la vida
política democrática”. Si bien en su fase guerrera, aristocrática, Atenas reproduce el tipo de
sociedad heroica y caballeresca de la época de Homero. Pero hacia el siglo VII a.c. con el
surgimiento de la vida urbana, la cultura y la educación empiezan a ocupar un lugar
preponderante. La polis se convierte en el educador de la juventud; se adquiere la conciencia
cívica, el espíritu democrático y la libertad política del ateniense. Durante la etapa de
educación antigua (siglos VII-VI a.c.) Atenas sólo posee una institución que estimula las
actividades educativas: los concursos nacionales deportivos y para los que se prepara a la
juventud desde su primer infancia. La educación era más “un asunto social” que estatal. El
Estado no monopolizó la educación y la responsabilidad recayó en la familia. Las escuelas
fueron privadas. El Estado sólo proporcionó una instrucción física y una preparación militar.
Durante los primeros siete años la educación impartida en el hogar fue predominantemente
física teniendo como objetivo la fortaleza del cuerpo y su desarrollo armónico. Los niños
fueron entregados al cuidado de las nodrizas. El juego cumplió un rol muy importante como
medio para la formación humana. La vida escolar se iniciaba a los siete años, el niño era
confiado a un pedagogo (conductor de niños) que desempeñaba las tareas de guardián y
censor moral. Por lo general esa tarea era asumida por un esclavo. El proceso educativo
abarcaba dos sectores: uno intelectual, el de la música y otro físico, el de la gimnástica. “la
gimnasia para el cuerpo, la música para el alma. La educación física la adquiría en campos de
deportes llamados “palestras”, pasados los dieciséis años debían frecuentar los gimnasios, allí
practicaban salto, carrera, jabalina, disco y lucha. El objetivo era contribuir a “la formación de
carácter”. La educación musical comprendía también la poesía y la cítara y se impartía en la
didaskaleia, escuela de gramática. Esta enseñanza comprendía la lectura, la escritura, el
cálculo, el conocimiento de los poetas (Homero) y la enseñanza musical. La lectura se
enseñaba por los métodos alfabético y silábico. Para le escritura se empleaban las tablillas de
cera. El arte musical fue considerado como parte esencial de una instrucción perfecta,
atribuyéndole un poder purificador medio de perfeccionamiento moral. La danza tuvo
propósitos morales y estéticos. A los dieciocho años podían ser inscriptos en el registro Ático
de los ciudadanos siendo incorporados a la categoría de efebos, eran declarados mayores de
edad. La educación de los efebos era tarea del Estado. Los efebos debían prestar juramento
militar y cívico. Consistía en una escuela de guerra, recibían adiestramiento con armas
pesadas, tiro al blanco y de la lanza. Realizaban natación y prácticas de equitación, dado que
servirían de guardias en las fronteras, recorrerían el suelo natal. Constituían un ejército
permanente al que pertenecían durante dos años. La educación femenina fue de naturaleza
elemental, estuvo sometida a una subordinación servil, recibía en el hogar instrucción
doméstica. La instrucción moral tuvo una escasa conexión con el elemento religioso, dado su
carácter terrenal y naturalista. La palabra kalokagathia expresa el espíritu de la educación
ateniense “educación moral y estética unidas”, la cual se comprende el cultivo del cuerpo, la
belleza física, como el sentido moral y social.
9. REALICE UNA SINTESIS SOBRE EL APORTE DE LOS GRIEGOS EN LA FILOSOFIA, LAS
CIENCIAS, LAS ARTES Y LA LITERATURA
A partir del siglo VI a.c. se produjo en Grecia asiática una revolución intelectual que dio origen
a la filosofía y a la ciencia, que a diferencia de los pueblos orientales, le otorgaron “carácter
universal”. La filosofía se inicia en la ciudad de Mileto, cuando algunos pensadores renunciaron
a la sabiduría mitológica y buscaron explicaciones racionales llegando a su plenitud con
Sócrates, Platón y Aristóteles que reaccionaron en contra del relativismo sostenido por los
sofistas, abandonaron el estudio del universo físico y fijaron su atención en el hombre, dando
nacimiento a la lógica, la ética y la metafísica.
El Arte fue el mejor reflejo del carácter helénico a través de él se expresaron los ideales de
equilibrio, armonía, moderación y sencillez, manifestó gran por el hombre como idea
universal. Su finalidad no sólo fue estética sino ética y política dado que aspiraba a reforzar
conciencia cívica a través de los ideales aristocráticos. En la Arquitectura el esplendor de
Atenas se atribuye a Pericles, quién ordenó la construcción de los monumentos, que habían
sido destruídos durante las guerras médicas. En la Acrópolis se construyeron edificios públicos
y templos. El Partenón constituyó la obra maestra, en él se conjugaron influencias dóricas y
jónicas. la Escultura y la Pintura complementaron a la arquitectura. Los temas épicos y
mitológicos pertenecían a la tradición. Los atletas vencedores de los juegos olímpicos fueron
representados con dinamismo y fuerza, rodeados por una aureola de belleza ideal dieron paso
a un humanismo palpitante dado que las esculturas parecían estar animadas.
En la Literatura, la poesía “de origen épico” se remontaba a Homero y era acompañada por la
lira. La poesía lírica coral celebraba las victorias de los atletas y las glorias militares. El poeta
más destacado fue Píndaro. La tragedia ligada al culto del dios Dionisio, de fuerte arraigo
popular floreció, los bailarines cantaban y danzaban alrededor del altar para honrar la
divinidad, pero en el siglo VI a.c. la acción tomó forma de diálogo entre el actor y el coro y los
cánticos se convirtieron en poemas dramáticos. El teatro nació con Pisístrato, rápidamente
aumentó el número de los actores y constituyó el más valioso medio de propaganda de la polis
y un poderoso “agente educativo” convirtiéndose en una fuente de profunda sabiduría. Su
preocupación central fue meditar sobre el sentido de la vida y sobre el destino humano en su
doble dimensión: religiosa (el hombre ante la voluntad divina) y política (el hombre ante el
Estado y la Ley). La tragedia griega alcanzó su plenitud con Esquilo, Sófocles, y Eurípides.
En la segunda mitad del siglo V a.c., Atenas sufre una transformación social y política, el
régimen democrático reemplazó al aristocrático. Surge la areté política, formada por una
minoría directora, la cual requirió la necesidad de una preparación más intelectual que la
tradicional de la música y la gimnástica. Durante este período “el iluminismo” Atenas alcanza
su mayor apogeo cultural, adquiriendo un gran prestigio en la época de Pericles. La polis se
debilitan frente al desenvolvimiento de la persona autónoma, los individuos actúan más
libremente, surge la necesidad ante el nuevo régimen de la democracia, la preparación del
político. Argumentar en público ya sea en las plazas o en las asambleas legisladoras requirió de
destreza, del arte del discurso, de la elocuencia para convencer a la plebe. Es así como se
origina una nueva clase de maestros “los sofistas”, quienes intentaron satisfacer las exigencias
de este período. Estos profesores ambulantes se dirigían de una ciudad a otra enseñando las
ciencias y las artes con fines prácticos, a cambio de una elevada remuneración. Son
considerados como los creadores de la Gramática, la Retórica y la Dialéctica. Protágoras y
Gorgias fueron los sofistas más notables. Gorgias fue el fundador de la Retórica. Las ideas
pedagógicas tuvieron la finalidad de formar al político, no fueron pensadores preocupados por
la búsqueda desinteresada de la verdad, el objetivo era “convencer” a través del método
dialéctico (contraponer el argumento). Sólo se interesaron por el aspecto práctico y utilitario
de la vida a través de la búsqueda del éxito. Reconocieron que la areté, es decir la virtud, no es
privilegio de una minoría aristocrática, sino que es transmisible y enseñable.
Platón (429-347 a.c.) nació en Atenas, conoció a Sócrates cuando tenían veinte años y se
convirtió en uno de sus discípulos más destacados. En el año 387 a.c. fundó la Academia
consagrándose a la enseñanza y a la elaboración de su doctrina. La Academia constituyó una
especie de comunidad mística, consagrada al culto de las musas, y fue también una escuela
de filosofía y de ciencias políticas. Las obras de Platón que más interesan desde el punto de
vista educativo son sus diálogos “Laques, Testetes, Eutidemo”, La República y Las Leyes. Para
Platón le educación está al servicio del Estado, pero a la vez éste se halla al servicio de la
educación, “no hay educación sin Estado, pero tampoco hay Estado sin educación”. La Teoría
de las Ideas constituye la base de toda la filosofía platónica, las cuales considera realidades
objetivas que se conocen a través de la razón. Platón describe la existencia de dos mundos.
.Episteme: formas puras o esencias, representado por el mundo de las Ideas, y les atribuye
una existencia real fuera de nuestra mente representado por la ciencia pura o conocimiento,
el mundo bello e inteligible y representan las únicas realidades verdaderas y la Doxa :
opinión, mundo sensible. El objetivo es “sacar a los alumnos de las sombras para que
conozcan el mundo Epísteme, ascender de “lo sensible a lo inteligible”, por lo que se requiere
esfuerzo y dedicación. Platón elabora en sistema escolar basándose en la estructura de la
sociedad. Reconoce tres clases o grupos sociales que corresponden a las facultades
individuales del ser humano: razón, fuerza, apetencia sensorial. La clase gobernante cuya
virtud es la sabiduría; la clase militar, cuya virtud es la valentía y la clase industrial, cuya
virtud es el dominio de sí mismo. La primera dirige al Estado; las segunda lo defiende y la
tercera provee el sostenimiento de la vida comunal. La justicia social consiste en que cada
miembro realice la función que le es peculiar con la mayor perfección posible. Las clases
sociales no están determinadas por un sistema de castas, sino mediante una educación que
descubre y desenvuelve las aptitudes individuales. La educación debe proporcionar los
medios para el desenvolvimiento de la personalidad individual y la obtención de un Estado
perfecto. El sistema platónico de la educación de clases supone una educación común en la
infancia. De los tres a los seis años los niños son sometidos a una formación física, moral y
estética, pero la educación comienza a los siete años, hasta los dieciséis años reciben un
entrenamiento físico e intelectual (gimnasia para el cuerpo; música o cultura espiritual para
el alma). Platón exige que se comience por la formación del alma a través de la música, el
cuerpo es la cárcel del alma. De los diecisiete a los veinte años los jóvenes se consagran al
entrenamiento de los ejercicios militares, se armoniza la gimnástica con la música. El objetivo
no es obtener la fuerza corporal sino desarrollar el espíritu guerrero, tanto hombres como
mujeres eran sometidos a estos ejercicios. Después de los veinte años reciben una educación
más elevada aquellos que demuestren facultades intelectuales superiores y que formarán la
clase de los gobernantes. Durante diez años el futuro magistrado se dedica al estudio de las
ciencias: aritmética, geometría y astronomía y la enseñanza musical ocupa un lugar
destacado. Posterior a esta educación científica durante cinco años continúa con la
enseñanza de la dialéctica, la cual desenvuelve la facultad superior del hombre, la razón, la
cual le enseña a elevarse por sobre el mundo sensible, el de las verdades eternas. A los
treinta y cinco años los magistrados deben encargarse de las funciones públicas. En la
sociedad proyectada por Platón el arte no tiene un lugar de privilegio, condena
violentamente a los poetas clásicos por juzgar que éstos ejercen una influencia inmoral y
perniciosa, contraria a la verdad, considera que deben ser desterrados de su república por
obstaculizar la obra educativa del Estado. En la sociedad presentada en La República, tanto el
individuo como la familia son sacrificados por el Estado, se quita toda autoridad individual,
los niños son entregados al cuidado de nodrizas en un lugar apartado de la ciudad, ninguna
madre reconocerá a sus hijos, debiendo querer a todos los niños por igual. Con respecto a la
mujer debe compartir la vida del hombre, siendo educada igual que él y sometida a los
mismos ejercicios gimnásticos. En la vejez Platón escribió Las Leyes, obra de carácter más
realista, renuncia a la diferenciación de clases, no suprime la familia ni la propiedad privada y
omite por completo el grado de educación superior. El fin de la educación para Platón es,
como para Sócrates, la formación del hombre moral y el medio para ello es la educación del
Estado, en cuanto este representa la idea de la justicia. El Estado no es un fin en sí, sino un
medio para realizar la justicia y la educación conforme a ella.
Isócrates fue el maestro por excelencia de la oratoria y fundó en Atenas en el año 380 la
primer escuela de oratoria. Tuvo influencias de los sofistas y de Sócrates. No fue un filósofo,
sino un maestro que intentaba resolver los problemas del ciudadano ateniense. Su escuela
profundizó y difundió las reglas de la elocuencia, poniéndolas al servicio de la acción política y
forense. Le enseñanza abarcaba la gramática, historia, matemática, dialéctica y retórica que
eran los contenidos más importantes. La enseñanza comprendía ejercicios de composición,
elocución y reproducción. Su objetivo era concreto e inmediato “formar al hombre público que
las circunstancias del siglo V reclamaban”.
Aristóteles (384-322 a.c.) nació en Estagira, Tracia. A los dieciocho años entró a la Academia de
Platón, quién lo consideraba el intelecto de su escuela. Fue preceptor de Alejandro Magno.
Fundó en Atenas el célebre Liceo en el año 335 a.c. Su obra es múltiple y extraordinaria, se
ocupó junto a sus discípulos de las distintas ramas del saber, sus escritos pueden clasificarse
en: Tratados Lógicos, Tratados Teóricos ( física, psicología y metafísica) y Tratados Prácticos
(ética, política, retórica y poética). Aristóteles además de filósofo era científico, sostenía, a
diferencia de Platón, que las Ideas o formas no tenían realidad independiente. La forma y la
materia eran igualmente importantes ya que ninguna de ellas podía vivir separada de la otra y
ambas daban al universo su carácter. El punto central de su filosofía era el concepto de
evolución: todos los seres, tanto cósmicos como orgánicos eran consecuencia de una
transformación de la forma y de la materia regidos por una intención (concepción teleológica).
La fuente de esta intención era un principio motor o primera causa que coincidía con la idea de
Dios, concebido como inteligencia pura y perfección absoluta. Su concepción ética era menos
ascética que la del Platón, ya que no consideraba al cuerpo como cárcel del alma. El fin del
hombre era la felicidad la cual podría alcanzar gracias a la razón. La virtud, que era la
perfección de obrar, permitía elegir el “justo medio” entre los dos extremos perniciosos: la
indulgencia excesiva y la negación ascética. Para alcanzar el bien no bastaba con conocerlo,
había que practicarlo, realizarlo. De ahí que la formación de hábitos haya sido una
preocupación fundamental para Aristóteles, quien abandonó el intelectualismo de sus
antecesores. Al Estado lo consideraba una institución suprema, que aseguraba a los hombres
una vida digna y los preparaba para la participación política, en consecuencia la educación era
una función esencial del Estado. Su plan pedagógico planteaba la necesidad de cultivar todas
las posibilidades humanas, físicas, emocionales y racionales de manera progresiva. Junto con la
música y la gimnasia debía impartirse una sólida formación intelectual y moral. La formación
de hábitos preparaba a la voluntad, colocándola al servicio de la razón. En cuanto a la
formación intelectual, los contenidos fundamentales eran la filosofía y las ciencias particulares.
Las obras relacionadas con la educación fueron la Política, Ética a Nicómaco. La obra de
Aristóteles ejerció influencia en las épocas subsiguientes, mediante el escolasticismo, sus
escritos e ideas fueron de gran interés durante la Edad Media.
Se denomina período helenístico aquel en que la cultura griega se extiende a través de todos
los pueblos civilizados de Asia Menor y África del Norte. Con las campañas de Alejandro
Magno, la cultura griega se universalizó, perdiendo su primitiva pureza, pues el contacto con
las influencias orientales produjo influencias mutuas. En este período de difusión de la cultura
helénica continúa Atenas desempeñando un papel importante en la vida cultural, pero fueron
surgiendo nuevas ciudades que pasaron a convertirse en centros de atracción de la ciencia y el
arte. Las más célebres fueron Alejandría de Egipto, Pérgamo en el Asia Menor y Antioquía en
Siria, Siracusa, Rodas, con museos, bibliotecas, observatorios que reunieron a los sabios de
todo el mundo civilizado, en torno a sus especialidades y bajo la protección especial de los
monarcas. Prosperaron la astronomía, la matemática, la geografía, la medicina y la física.
Aparecieron nuevas escuelas filosóficas (epicureísmo, estoicismo y escepticismo) que
adoptaron una actitud mística; estas concepciones representaron el triunfo del
sobrenaturalismo oriental sobre la herencia racional griega. En consecuencia el centro de
gravedad se trasladó lentamente desde Grecia al Oriente. Las polis entraron en un período de
decadencia que implicó la transformación de sus ideales.