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INTRODUCCIÓN

OBJETIVOS
MARCO TEÓRICO
Entre la tercera y cuarta semana, el ectodermo da origen a la placa neural y gracias a la
neurulación desarrolla el encéfalo y la médula espinal. Mientras se da este desarrollo la otra
capa, el endodermo, se empieza a enrolla hacia abajo para constituir el tubo intestinal. El
mesodermo intermedio los une y su capa lateral se divide en dos capas: visceral (esplácnica) y
parietal (somática).
FORMACIÓN DE LA CAVIDAD CORPORAL
Al terminar la tercera semana veremos que el mesodermo intraembrionario se diferencia en
mesodermo paraxial, que produce somitómeros y somitas que colaboran en la formación del
cráneo y de las vértebras, y en mesodermo intermedio, que ayuda al sistema urogenital, y en
mesodermo de la placa lateral que interviene en la creación de la cavidad corporal. Poco después
de originar una capa mesodérmica sólida, aparecen hendiduras en el mesodermo de la placa
lateral que se une para dividir en dos la capa sólida:
1. Capa parietal somática inmediata al ectodermo superficial y continua con la capa del
mesodermo parietal extraembrionario situado arriba del amnios. Se da el nombre de
somatopleura a la capa parietal del mesodermo de la placa lateral y al ectodermo
suprayacente
2. Capa visceral (esplácnica) contigua al endodermo que forma el tubo intestinal y continua
con la capa visceral del mesodermo extraembrionario que recubre al saco vitelino. Se
da el nombre de esplacnopleura a la capa visceral del mesodermo de la placa lateral y
al endodermo subyacente.
El espacio creado entre las dos capas del mesodermo de la placa lateral compone la cavidad
corporal primitiva.
En la cuarta semana a los lados del embrión empiezan a aparecer dos pliegues laterales del
cuerpo del embrión, formados de la capa parietal del mesodermo de la placa lateral y el
ectodermo suprayacente con células provenientes de las somitas adyacentes. Mientras los
pliegues avanzan, también se pliega el endodermo en sentido ventral y se cierra para dar origen
al tubo intestinal.
Al final de la cuarta semana, los pliegues de la pared lateral se juntan para cerrar la pared ventral,
facilitado por el crecimiento de regiones craneal y caudal haciendo que el embrión se curve para
adoptar la posición fetal, a pesar de esto no se completa en la región del pedículo de fijación.
tubo intestinal no completa su cierre por la conexión con el conducto vitelino que es la región
del intestino medio con el saco vitelino, este se incorpora al cordón umbilical, pero degenera en
el segundo y el tercer mes.
MEMBRANAS SEROSAS
Algunas células de la capa parietal en el mesodermo se vuelven mesoteliales, forman la capa
parietal de las membranas serosas que recubren la parte externa de las cavidades peritoneal,
pleural y pericárdica.
De modo parecido, algunas células de la capa visceral del mesodermo de las placas laterales
producen la capa visceral de las membranas serosas que recubren los órganos abdominales, los
pulmones y el corazón.
Las capas visceral y parietal se continúan entre sí como mesenterio dorsal, el cual sostiene el
tubo intestinal de la pared posterior del cuerpo dentro de la cavidad peritoneal. El mesenterio
dorsal se extiende sin interrupciones desde el límite caudal del intestino anterior hasta el
extremo del intestino posterior. El mesenterio ventral sólo se extiende desde la parte caudal del
intestino anterior hasta la parte superior del duodeno; se origina por el adelgazamiento del
mesodermo del tabique transverso, un bloque del mesodermo que constituye el tejido
conectivo en el hígado y en el tendón central del diafragma. Estos mesenterios son capas dobles
del peritoneo que conectan los vasos sanguíneos, los nervios y los linfáticos con los órganos.
DIAFRAGMA Y CAVIDAD TORÁCICA
El tabique transverso, placa gruesa compuesta de mesodermo ocupa el espacio situado entre la
cavidad torácica y el pedículo del saco vitelino. Se origina en el mesodermo visceral (esplácnico)
que rodea al corazón y adopta su posición entre las cavidades primitivas torácicas y
abdominales, cuando el extremo craneal del embrión crece curvándose para adoptar la posición
fetal.
Cuando las yemas pulmonares comienzan a crecer, se expanden en sentido caudolateral dentro
de los canales pericardioperitoneales. A causa del rápido crecimiento de los pulmones, los
canales se vuelven demasiado pequeños y los pulmones empiezan a expandirse entrando en la
mesénquima de la pared corporal en las regiones dorsal, lateral y ventral. La expansión ventral
y lateral ocurre después de los pliegues pleuropericardiales. Al principio, éstos parecen
pequeñas crestas que se proyectan al interior de la cavidad torácica primitiva no dividida. Al
expandirse los pulmones, el mesodermo de la pared corporal produce dos componentes:
1. Pared definitiva del tórax
2. Membranas pleuropericardiales, una extensión de los pliegues pleuropericardiales
donde se hallan las venas cardinales comunes y los nervios frénicos.
Más tarde el descenso del corazón y los cambios posicionales del seno venoso desplazan esas
venas hacia la línea media; las membranas pleuropericardiales son expulsadas de modo
parecido al mesenterio. Por último, se fusionan entre sí y con la raíz de los pulmones; la cavidad
torácica queda dividida en cavidad pericárdica definitiva y en dos cavidades pleurales. En el
adulto las membranas pleuropericardiales constituyen el pericardio fibroso.
FORMACIÓN DEL DIAFRAGMA
Aunque las cavidades pleurales están separadas de la pericárdica, se comunican con la cavidad
abdominal (peritoneal) mediante los conductos pericardioperitoneales. Al proseguir el
desarrollo, la abertura entre las futuras cavidades pleural y peritoneal se cierran con pliegues en
forma de arco, los pliegues pleuroperitoneales que se proyectan al interior del extremo caudal
en los canales pericardioperitoneales. Poco a poco los pliegues van extendiéndose hacia las
partes medial y ventral, así que en la séptima semana se fusionan con el mesenterio del esófago
y con el tabique transverso. Así, pues, las membranas pleuroperitoneales cierran la conexión
entre las partes pleural y peritoneal de la cavidad corporal. La expansión posterior de las
cavidades peritoneales en relación con el mesénquima de la pared corporal incorpora un borde
periférico a las membranas pleuroperitoneales. Una vez establecido el borde, los mioblastos
provenientes de los somitas en los segmentos cervicales tres a cinco (C3-5) penetran en las
membranas para formar la parte muscular del diafragma.
Anomalías de la pared ventral del cuerpo
Las anomalías de la pared ventral del cuerpo se presentan en el tórax, el abdomen y la pelvis;
afectan al corazón (ectopia cardiaca), a las vísceras abdominales (gastrosquisis) y a los órganos
urogenitales (extrofia vesical o extrofia cloacal) según la localización y el tamaño de la anomalía.
Las malformaciones se deben a que la pared ventral del cuerpo no cierra, lo que tal vez afecte
más los pliegues cefálicos que los caudales. Así pues, uno o los dos pliegues de la pared lateral
no avanzan ventralmente o el proceso de fusión no se realiza de manera normal, una vez que se
encuentren en la línea media. El onfalocele también representa una anomalía de la pared
ventral, si bien la causa primaria no es la inhibición del cierre de la pared corporal. En este caso
el problema ocurre cuando una parte del tubo intestinal no regresa a la cavidad abdominal, tras
la herniación normal dentro del cordón umbilical.
La ectopia cardiaca ocurre cuando los pliegues de la pared lateral del cuerpo no cierran en la
línea media dentro de la región torácica, haciendo que el corazón quede fuera de la cavidad
corporal. A veces el defecto del cierre empieza en el extremo caudal del esternón, se extiende
al interior del abdomen superior, lo cual ocasiona una serie de anomalías llamadas pentalogía
de Cantrell. Entre las anomalías figuran las siguientes:
 Ectopia cardiaca
 Malformaciones en la región anterior del diafragma
 Ausencia de pericardio
 Defectos en el esternón y malformaciones en la pared abdominal, como onfalocele y
gastrosquisis.
(Nota: el onfalocele que puede ocurrir en la pentalogía de Cantrell es secundario –no primario–
al cierre anómalo de la pared corporal. Este defecto reduce el tamaño de la cavidad abdominal
e impide el retorno de las asas intestinales desde el cordón umbilical).
La gastrosquisis se produce cuando la pared corporal no cierra en la región abdominal. Entonces
las asas intestinales se hernian hacia el interior de la cavidad amniótica a través del defecto que
normalmente se localiza a la derecha del ombligo. La incidencia de gastrosquisis ha venido
aumentando (3.5/10 000); es más frecuente entre hijos de mujeres delgadas menores de 20
años. La malformación se detecta con ecografía fetal y por elevadas concentraciones de a-
fetoproteína (AFP) en el suero materno y en el líquido amniótico. El problema no se relaciona
con anomalías cromosómicas, pero pueden presentarse otros en 15% de los casos. A veces las
asas del intestino se dañan al quedar expuestas al líquido amniótico que tiene un efecto
corrosivo o al enrollarse (vólvulo), lo que pone en peligro el riego sanguíneo.
La extrofia vesical y la extrofia cloacal se deben a un cierre anormal en la región pélvica. La
extrofia vesical constituye un cierre anómalo menos grave en esta región, pues sólo la vejiga
queda expuesta; en varones el pene puede estar afectado y es común la epispadia.
La extrofia cloacal es un defecto más grave en el cierre de la pared corporal en la pelvis, de
manera que quedan expuestos tanto la vejiga como el recto derivados de la cloaca.
El onfalocele es otra anomalía de la pared ventral del cuerpo, sólo que no se debe a una falla en
el cierre de la pared corporal. Más bien se produce cuando las partes del tubo intestinal
(intestino medio), que normalmente se hernian e introducen en el cordón umbilical entre las
semanas 6 y 10 (herniación umbilical fisiológica), no regresan a la cavidad abdominal. Después,
las asas del intestino y otras vísceras, como el hígado, pueden herniarse hacia la alteración.
Puesto que el cordón umbilical está cubierto por una prolongación del amnios, esta capa
epitelial recubre la anomalía. (En cambio, no sucede lo mismo con las asas del intestino en la
gastroesquisis, pues hernian a través de la pared abdominal directamente hacia la cavidad
amniótica). El onfalocele, que ocurre en 2.5/10 000 nacimientos, ocasiona altas tasas de
mortalidad y malformaciones severas como anomalías cardiacas y del tubo neural. Además, se
presentan anomalías cromosómicas en 15% de los casos. Igual que la gastrosquisis, el onfalocele
se acompaña de elevadas concentraciones de a-fetoproteína.
Hernias diafragmáticas
La hernia diafragmática congénita, una de las malformaciones más frecuentes en el recién
nacido (1/2 000), se debe principalmente a que una o ambas membranas pleuroperitoneales no
cierran los conductos pericardioperitoneales. En ese caso, las cavidades peritoneal y pleural se
continúan entre sí a lo largo de la pared posterior del cuerpo. La hernia así producida permite a
las vísceras abdominales entrar en la cavidad pleural.
Entre 85 y 90% de los casos la hernia se localiza en el lado izquierdo; a veces entran en la cavidad
torácica las asas intestinales, el estómago, el bazo y una parte del intestino. Las vísceras
abdominales del tórax empujan el corazón hacia la parte anterior, comprimiendo así los
pulmones que suelen ser hipoplásicos. Una anomalía grave se acompaña de gran mortalidad
(75%) a causa de hipoplasia y disfunción pulmonares. A veces una parte pequeña de fibras
musculares del diafragma no se desarrolla, y la hernia se descubre cuando el niño tiene varios
años de vida. Se da el nombre de hernia paraesternal a una anomalía que se localiza en la parte
anterior del diafragma. Un pequeño saco peritoneal con asas intestinales puede entrar en el
tórax entre las partes esternales y costales del diafragma.
Otro tipo de hernia diafragmática es la hernia esofágica que se da en el acortamiento congénito
del esófago. Las partes superiores del estómago quedan en el tórax, y el estómago queda
restringido a nivel del diafragma.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA

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