UNA ORACIÓN NO SUPERFICIAL

ESTER:
Una mujer que creció en el temor de Jehová.

ORÍGEN:Joven huérfana de descendencia Judía.

CARACTERÍSTICA: Mujer de gran Fe.

Por: Licda. Cristina Herrera

 uestra educación desde la infancia
N influye en nuestro presente y futuro,
pero son nuestras decisiones quienes
determinan en gran parte nuestro desarrollo y
felicidad, evitándonos frustraciones.
Ester se quedó huérfana desde pequeña y fue
adoptada por su primo Mardoqueo un hombre que
amaba a Dios de una manera especial y le brindó a
Ester una vida espiritual significativa que la llevaría
a ocupar un puesto que jamás en su vida habría
soñado.
Ester y su tío siendo judíos, vivían en el exilio en la
capital Persia y por el hecho de ser judíos, eran
despreciados; pero el amor y entrega de
Mardoqueo hacia Dios, los hizo personas
diferentes y les permitió alcanzar o estar en
puestos o lugares de honor que no cualquier
persona de la descendencia de ellos lograba
obtener y menos en una región del oriente medio
(hoy en día Irán), donde los Judíos no eran y son
hasta la fecha vistos con buenos ojos, pues son
personas non gratas y, lo que ha afectado esa mala
relación ha sido el hecho de creer, confiar,
obedecer y sobre todo someterse a un ser
supremo y soberano, a una Divinidad que no se
puede ver, como todas las demás deidades que
esas regiones o países suelen adorar.
La historia y específicamente la Biblia, nos enseña
que el pueblo de Dios (Israel) siempre ha sido
perseguido, han sido objeto de cautiverio y se ha
tratado por todos los medios de someterlos a las
creencias y culturas de otras naciones. Cuántos
hombres de fe existieron a quienes se les obligó a
negar a Dios con amenazas de muerte, más ellos
permanecieron firmes y no fueron doblegados,
ellos tomaron una sabia decisión lo que hasta la
fecha los ha convertido en mártires y ejemplo del
amor y entrega al servicio de Dios y Señor.
Si era difícil para los hombres, ahora pensemos lo
que sucedía con las mujeres quienes no dudo eran
vaso frágil y dócil, capaces de someterse por miedo
a no ser objeto de vejámenes, incluso la muerte;
pero como existieron hombres con vidas
ejemplares de amor y entrega a Dios, también
tenemos ejemplo de mujeres que sin importar las
circunstancias que atravesaban salieron abantes,
tomaron sabias decisiones dejándose guiar por
Dios y ahora son gran ejemplo de entrega y amor a
Dios y entre otras se encuentra Ester, esa mujer
que se armó de valor, que puso en práctica las
enseñanzas espirituales que recibió de su primo,
pero especialmente que tenía una experiencia
espiritual única y aunque como ser humano con
miedos y temores, tomó la decisión de Creer en
Dios, sabiendo que con la misma ayudaría a toda
una nación, sería vista con agrado y buenos ojos
por parte de Dios, pues sobre todas las cosas a Él
era quien tenía como estandarte, como guía y
quien iría delante de ella, quitando todo obstáculo
que se cruzara en su camino, pero para que todo
esto sucediera, fue necesario hacer a un lado su
miedo y poner en práctica esa hermosa arma que
un día su primo Mardoqueo le había enseñado era
la mejor para derrotar al enemigo “LA ORACIÓN”,
porque con ésta, ella sabía que Dios estaba cerca,
que le capacitaría a no tener miedo y sobre todo
cambiaría la vida de una nación completa.
Es importante el hecho de creer, pero más
importante y sin duda alguna significativo es el
hecho de actuar con fe inquebrantable, tomar las
mejores decisiones sabiendo que somos dirigidas
por un Dios inquebrantable, que cumple sus
promesas; es por eso que la historia de la vida de
Ester, ha llamado mucho la atención, en virtud que
fue una mujer que no cargó con su pasado y el
hecho de ser huérfana y sobre todo judía, no la
limitó a cumplir sus sueños, pero sobre todo a
cumplir y llevar a cabo, los planes de Dios en su
vida.
Muchas veces el hecho de ser mujeres nos limita,
nos estigmatiza al extremo de aislarnos, de
encerrarnos en nuestro mundo obstaculizándonos
el camino que Dios ha señalado para cada una de
nosotras y aunque sabemos que en Él somos libres
y más que vencedoras, muchas preferimos agachar
la cabeza y escondernos como el avestruz y desde
pequeñas, nos hacemos a la idea de que no
lograremos, de que podemos, de que somos
mujeres y por lo tanto inútiles que nacimos para el
fracaso y es por esa razón que no podemos cumplir
lo que nos proponemos, nuestros sueños se ven
truncados, destruidos, pero al igual que Ester, Dios
ha puesto en nuestras manos el arma poderosa de
la ORACIÓN y si aprendiésemos desde pequeñas a
utilizarla correctamente, provocaríamos una
revolución espiritual en el ámbito donde día a día
nos movilizamos.
Para Ester el hecho de ser una mujer judía y
huérfana, no se convirtió en una limitante, por el
contrario y gracias a la educación y enseñanzas del
hombre que llegó a convertirse en su padre, le
motivaron a soñar, pero no solo a eso, sino a soñar
en grande. Mardoqueo le enseño que amar a Dios
y creer firmemente en sus promesas le abriría
caminos inimaginables, lo cual no sería fácil, no se
produciría de la noche a la mañana, tendría que
pasar por un proceso, Ester al igual que
Mardoqueo, pasarían por el crisol, sería
perfeccionados en el horno de Dios hasta que su fe
fuese perfeccionada y alcanzaran la medida del
varón perfecto, de aquel en quien ellos confiaban,
amaban y servían sin condición alguna.
La ORACIÓN, sin duda alguna es esa arma que ha
existido, existe y seguirá existiendo hasta el final de
los tiempos y es la llave capaz de abrir infinidad de
puertas que para muchas estaban y para otras
siguen estando cerradas.
La ORACIÓN fue el arma que abrió las puertas del
reino de Persia a Ester y no su belleza, algo que
dentro de muchas cosas sobresalía en ella, pero a
pesar de ser una joven de bonita figura y hermosa
apariencia” (Est. 2:7) no la convirtió en una mujer
vanidosa y orgullosa, sin duda alguna ella tenía en
mente el hecho de que engañosa es la gracia y vana
la hermosura, Ester tenía conocimiento de que la
mujer que teme a Jehová es digna de alabanza y
fue eso, lo que provocó que ella se preocupara
más por trabajar en su belleza espiritual, lo que le
ayudó a sobrevivir el gran cambio y transformación
de vida que conllevó el hecho de convertirse en ser
elegida como la esposa del Rey Asuero; alguien que
desconocía por completo los orígenes de Ester y
sobre todo su devoción y amor hacia Dios.
Desde la creación del ser humano, Dios pensó en la
mujer como esa ayuda idónea, para llevar a cabo
grandes hazañas y sobresalir dentro de millares; a
muchas nos ha dado el gran privilegio de nacer en
culturas donde no se nos ha limitado al extremo,
en países donde existe la libertad de religión, pero
aun así muchas nos limitamos, y no creemos aún
que tenemos libre acceso a la presencia de nuestro
Rey y Señor, pero Dios nos ha dado la oportunidad
de utilizar el arma que Ester uso, Dios enseño a
nuestros antepasados a orar, pero nuestra oración
debe estar acompañada de fe y somos nosotras las
que tomamos la decisión de hacer uso de la misma.
Orar es fácil, pero debemos aprender a orar y
actuar como mujeres de fe sin temor a sentir ser
rechazadas o estar esperando a que se nos
convoque a entrar a la presencia de Dios, ya que Él
está sentado en su trono con su cetro extendido,
esperando que como Ester tomemos la decisión de
caminar hacia Él sin titubear, sin temores, si
miedos de ninguna naturaleza, porque Él ha
preparado el camino.
Es tiempo de que olvidemos todos esos estigmas
que nos limitan a ser esas mujeres de fe y oración,
es tiempo de que al igual que Ester hagamos
historia y nos despojemos de nuestros miedos y
temores y entremos en una etapa de preparación
para entrar a la presencia de nuestro Amado Rey,
no necesitamos como en los tiempos de antes ser
convocadas o llamadas, pues su gran amor y
misericordia, nos ha abierto las puertas de entrar y
correr hacia sus brazos.
Cuando aprendamos y pongamos en práctica una
vida de oración no superficial, sino trascendental,
nuestra fe se perfeccionará y esto nos permitirá
Lo que aprendí:
Basada en la lectura que es lo que
mover el corazón de Dios de tal manera que Dios me está diciendo:
nuestras oraciones subirán a la misma presencia
del Rey de Reyes y Señor de Señores, quien nos
verá con agrado, usando nuestras vidas para ser
entes de cambio en la sociedad a la cual
pertenecemos, quizás no salvemos una nación
entera, pero seremos colocadas en lugares
específicos y estratégicos para llevar el mensaje de
salvación a muchas mujeres que no han
descubierto el gran potencial que cada una de
ellas posee, nuestros ojos y los de muchos más,
verán como Dios usa nuestras vidas para llevar a
cabo grandes hazañas y milagros en la vida de
otros, incluso en nuestra propia vida, seremos
usadas como instrumentos y vasos de honra que
glorifiquen el nombre del Señor en esta tierra, nos
convertiremos en mujeres empoderadas sin temor
a nada, ni nadie, porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio. (2ª.Timoteo 1:7).