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Las semillas son, en la mayor parte de las especies de interés agrícola, el principal
mecanismo de reproducción. Las semillas están constituidas por un embrión y por
compuestos de reserva (glúcidos, proteínas, lípidos), rodeados ambos por las cubiertas
seminales. No obstante, esta estructura general varía entre las diferentes especies
principalmente en relación al tipo y proporción de los compuestos de reserva y a las
características de las cubiertas seminales.
Las semillas, una vez finalizado su desarrollo sobre la planta madre, permanecen en un
estado de "reposo" hasta que se dan las condiciones favorables para su germinación.
Este estado puede venir determinado por la existencia de condiciones ambientales
desfavorables o por la existencia dc factores que actúan desde la propia semilla no
permitiendo su germinación. En el primer caso se dice que la semilla se encuentra en un
estado de quiescencia y en el segundo que la semilla presenta dormición.
Proceso de Germinación
Sin embargo, las semillas de muchas especies son incapaces de germinar, incluso
cuando se encuentran en condiciones favorables. Esto es debido a que las semillas se
encuentran en estado de latencia. Por ello, mientras no se den las condiciones adecuadas
para la germinación, la semilla se mantendrá latente durante un tiempo variable,
dependiendo de la especie, hasta que llegado un momento, pierda su capacidad de
germinar.
Cuando una semilla germina, la primera estructura que emerge, de la mayoría de las
especies, después de la rehidratación de los diferentes tejidos es la radícula. En aquellas
semillas, en las que la radícula no es el primer acontecimiento morfológico, se
consideran otros criterios para definir la germinación como: la emergencia del
coleoptilo en granos de cereales; la obtención de plantas normales; o el aumento de la
actividad enzimática, tras la rehidratación de los tejidos.
OBJETIVOS
Objetivo General:
FASES DE LA GERMINACIÓN
Una vez que la semilla se ha hidratado, comienzan a activarse toda una serie de
procesos metabólicos que son esenciales para que tengan lugar las siguientes etapas de
la germinación. En esta fase de la germinación, si las condiciones del medio lo
determinan, la semilla puede deshidratarse retornando a su estado inicial. En general,
esta deshidratación no afecta negativamente a las semillas, las cuales pueden
posteriormente volver a hidratarse y reiniciar el proceso de germinación. No obstante,
en algunas especies, una deshidratación prolongada puede implicar la transformación de
las semillas en "semillas duras", que se caracterizan porque se imbiben muy lentamente.
Este fenómeno es frecuente en leguminosas, por ejemplo en judía, lo que determina una
germinación más lenta y heterogénea.
Otros factores que pueden influir en esta etapa de la germinación son: la falta de agua en
cantidad suficiente, el exceso de agua, la velocidad de hidratación o la temperatura a la
que tiene lugar la imbibición.
Una vez que la semilla se ha hidratado adecuadamente, se entra en una segunda etapa
del proceso de germinación, la denominada fase de germinación "sensu stricto", que se
caracteriza, entre otros aspectos, porque se produce una disminución en la absorción de
agua por las semillas. Durante esta etapa tiene lugar una activación generalizada del
metabolismo de la semilla, lo cual es esencial para que se desarrolle la última fase del
proceso de germinación, la de crecimiento.
Las semillas que han alcanzado la fase de crecimiento no pueden volver a etapas
anteriores y en el caso de que las condiciones del medio no permitan que esta fase pueda
seguir adelante, la semilla morirá.
Una vez que la radícula ha roto las cubiertas seminales, se inicia el desarrollo de la
plántula, proceso complejo y variable según las especies, que implica un elevado gasto
de energía que se obtiene mediante la movilización de las reservas nutritivas de la
semilla.
Cuando una semilla germina, la primera estructura que emerge, de la mayoría de las
especies, después de la rehidratación de los diferentes tejidos es la radícula. En aquellas
semillas, en las que la radícula no es el primer acontecimiento morfológico, se
consideran otros criterios para definir la germinación como: la emergencia del
coleoptilo en granos de cereales; la obtención de plantas normales; o el aumento de la
actividad enzimática, tras la rehidratación de los tejidos.
Los factores que afectan a la germinación los podemos dividir en dos tipos:
Factores internos
Entre los factores internos que afectan a la germinación estudiaremos la madurez que
presentan las semillas y la viabilidad de las mismas.
Decimos que una semilla es madura cuando ha alcanzado su completo desarrollo tanto
desde el punto de vista morfológico como fisiológico.
Aunque la semilla sea morfológicamente madura, muchas de ellas pueden seguir siendo
incapaces de germinar porque necesitan experimentar aún una serie de transformaciones
fisiológicas. Lo normal es que requieran la pérdida de sustancias inhibidoras de la
germinación o la acumulación de sustancias promotoras. En general, necesitan reajustes
en el equilibrio hormonal de la semilla y/o en la sensibilidad de sus tejido para las
distintas sustancias activas.
En el extremo opuesto tenemos las que no sobreviven más que algunos días o meses,
como es el caso de las semillas de arce (Acer), sauces (Salix) y chopos (Populus) que
pierden su viabilidad en unas semanas; o los olmos (Ulmus) que permanecen viables 6
meses.
Las semillas pierden su viabilidad por causas muy diversas. Podríamos pensar que
mueren porque agotan sus reservas nutritivas, pero no es así, sino que conservan la
mayor parte de las mismas cuando ya han perdido su capacidad germinativa.
Una semilla será más longeva cuanto menos activo sea su metabolismo. Esto, a su vez,
origina una serie de productos tóxicos que al acumularse en las semillas produce a los
largos efectos letales para el embrión. Para evitar la acumulación de esas sustancias
bastará disminuir aún más su metabolismo, con lo cual habremos incrementado la
longevidad de la semilla.
En resumen podemos decir que, para alargar más tiempo la vida de una semilla, ésta
debe conservarse en las siguientes condiciones: mantenerla seca, dentro de unos límites;
temperaturas bajas y, reducir al mínimo la presencia de oxígeno en el medio de
conservación.
Factores externos
Humedad
La absorción de agua es el primer paso, y el más importante, que tiene lugar durante la
germinación; porque para que la semilla recupere su metabolismo es necesaria la
rehidratación de sus tejidos.
Temperatura
Gases
Para que la germinación tenga éxito, el O2 disuelto en el agua de imbibición debe poder
llegar hasta el embrión. A veces, algunos elementos presentes en la cubierta seminal
como compuestos fenólicos, capas de mucílago, macroesclereidas, etc. pueden
obstaculizar la germinación de la semilla por que reducen la difusión del O2 desde el
exterior hacia el embrión.
Además, hay que tener en cuenta que, la cantidad de O2 que llega al embrión disminuye
a medida que aumenta disponibilidad de agua en la semilla.
A todo lo anterior hay que añadir que la temperatura modifica la solubilidad del O2 en el
agua que absorbe la semilla, siendo menor la solubilidad a medida que aumenta la
temperatura.
TIPOS DE GERMINACIÓN
Germinación epigea
En las plántulas denominadas epigeas, los cotiledones emergen del suelo debido de un
considerable crecimiento del hipocótilo (porción comprendida entre la radícula y el
punto de inserción de los cotiledones). Posteriormente, en los cotiledones se diferencian
cloroplatos, transformándolos en órganos fotosintéticos y, actuando como si fueran
hojas. Finalmente, comienza el desarrollo del epicótilo (porción del eje comprendida
entre el punto de inserción de los cotiledones y las primeras hojas). Presentan este tipo
de germinación las semillas de cebolla, ricino, judía, lechuga, mostaza blanca, etc.
Germinación hipogea.
MÉTODOS DE GERMINACIÓN:
Papel Húmedo:
1. Un tupper
2. Pañuelos de papel o papel de cocina
3. Agua mineral embotellada
Procedimiento:
Se coloca el papel de cocina húmedo en el fondo del tupper y se colocan las semillas
dejando suficiente espacio entre ellas para que no se enreden las raíces.
Colocamos otra capa de papel húmedo cubriendo las semillas y cerramos el tupper.
Para finalizar, dejamos el tupper en un lugar oscuro y cálido. Debemos vigilar que el
papel no se seque y en caso de que sea necesario, humedecerlo de nuevo.
Transcurridos unos días, la raíz habrá asomado y nuestras semillas estarán listas para
plantarse en el medio de cultivo elegido.
Vaso De Agua:
Para llevar a cabo este método lo únco que debemos hacer es meter las semillas en un
vaso de agua tibia. La temperatura del agua deberá rondar los 25ºC.
En unos 4 días aproximadamente las raíces empezarán a asomar. Cuando midan unos
3mm están listas para ser trasplantadas en el medio de cultivo seleccionado.
Este método también es compatible con el del papel húmedo, se pueden poner las
semillas en agua durante 24h para que se hidraten y luego proceder con el método del
papel húmedo.
Lana De Roca:
Para germinar las semillas con este método debemos estabilizar previamente el PH de
los tacos de lana de roca a 5.5.
Una vez se haya estabilizado el PH, se escurren los tacos y se hace un orificio de 1cm
aproximadamente.
Se colocan las semillas dentro de los orificios y colocamos los tacos de lana de roca en
un recipiente con tapa o invernadero que conserve la humedad.
Los jiffys son disco de turba prensada que podemos utilizar tanto para germinar las
semillas como para enraizar esquejes, aunque es más recomendable su utilización para
enraizar esquejes.
Para llevar a cabo este método, en primer lugar, se deben introducir los jiffys en un vaso
de agua. Pasados 5-10 minutos, los discos absorberán el agua y se hincharán.
Después, se escurren los jiffys y se coloca la semilla a menos de 1cm. (es muy
importante escurrir los jiffys ya que de lo contrario las semillas no germinarán)
Por último, se colocan los jiffys en un lugar con una temperatura de 20-25ºC y
observamos que sigan manteniendo la humedad. Si fuera necesario se pueden sumergir
en agua nuevamente durante unos segundos para evitar que se sequen.
Directo A La Tierra:
Después, tapamos la semilla con un poco más de tierra. Se debe tener cuidado de no
empapar la tierra y que haya exceso de humedad ya que esto provocaría que la raíz no
saliera a buscar humedad y ralentizaría el crecimiento, incluso podríamos llegar a pudrir
la semilla.
Con este método no podremos distinguir hasta pasados unos días las semillas que han
germinado de las que no, por lo que no es un método de germinación muy
recomendable.
Bibliografía
http://rutabonsai.com/fisiologia-vegetal/62-proceso-de-germinacion-de-una-semilla
https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=14&ved=2ahU
KEwidp-
OemqreAhXrYN8KHbb9D7wQFjANegQIBhAC&url=https%3A%2F%2Fwww.mapa
ma.gob.es%2Fministerio%2Fpags%2Fbiblioteca%2Fhojas%2Fhd_1998_2090.pdf&usg
=AOvVaw28QhALMycUoW3CGmDBmsjg
http://www.agronotas.es/A55CA3/agronotas.nsf/v_postid/67F693C957760F9DC1257C
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