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Regularidades de la estructura sociolingüística

Estudios como el analizado en el inciso anterior permiten a la sociolingüística establecer el concepto clave de
variable sociolingüística, i.e., una variable lingüística correlacionada con otra variable no lingüística del
contexto social. Por ejemplo, la pronunciación de -s en posición final es una variable sociolingüística
correlacionada con variables como el sexo y el nivel socioeconómico de los hablantes. Fontanella de Weinberg
(1973) demuestra que las mujeres pronuncian (-s) en posición final en mayor medida que los hombres, con lo
que confirma la tesis laboviana de que las mujeres son más sensibles a la forma prestigiosa.

Precisamente aquí se establece la diferencia entre la "forma prestigiosa" y la "forma estigmatizada". La primera
es la que se corresponde con el dialecto estándar o con la norma mientras que la segunda funciona socialmente
como una marca de "desprestigio" social para el hablante. La eliminación de (-s) en posición final es un ejemplo
típico de forma estigmatizada entre los hablantes bonaerenses.

En este contexto, un marcador lingüístico es una variable lingüística especialmente desarrollada que manifiesta
una amplia distribución social y estilística. El uso de la forma de prestigio (la pronunciación de -s, por ejemplo)
aumenta en relación con la formalidad del estilo y la pertenencia de los hablantes a los niveles socioeconómicos
superiores. De esta manera, la variable sociolingüística sirve para señalar la estratificación social y estilística.
Aquí Labov destaca que, en general, los dos factores determinantes son nivel socioeconómico y estilo
contextual, mientras que edad, sexo y grupo étnico suelen desempeñar un papel secundario.

El conjunto de investigaciones sociolingüísticas permite advertir importantes regularidades como las que se
consignan a continuación.

8.1. Hombres y mujeres

Las mujeres usan menos formas estigmatizadas que los hombres y también manifiestan una corrección más
acusada que los hombres en los contextos formales.

8.2. La pauta de hipercorrección de la clase media baja

Los hablantes de "clase media baja", quizá porque buscan diferenciarse de los hablantes de "clase baja", son los
que manifiestan mayor variación de un estilo a otro y mayor hipercorrección, i.e., corrección de un supuesto
error en los contextos donde esa corrección no es necesaria. Un ejemplo de hipercorrección es el de una
estudiante que en una exposición oral pronunciaba Canadad por Canadá.

8.3. El límite de los estilos

El estudio de la estructura sociolingüística presenta numerosos inconvenientes que los analistas deben resolver.
Entre ellos se destaca la cuantificación de la dimensión estilística. En este punto la pregunta es: ¿cuál es el
límite de cada estilo? Labov llega sugerir el análisis de la dilatación de las pupilas de los hablantes durante una
entrevista como uno de los parámetros que indican el nivel de formalidad.

8.4. La variación a nivel sintáctico

Los desafíos que afronta y supera la sociolingüística abarcan problemas como los datos confiables sobre lo
vernáculo y el estudio de la variación en el nivel sintáctico.

8.5. Los estereotipos sociolingüísticos

Los estereotipos sociales dan una imagen asistemática de la estructura lingüística. Estos estereotipos dan una
imagen irregular debido a que la corrección social es irregular y arbitraria.

Ejemplos de comentarios prejuiciosos y normativistas que crean una imagen distorsionada de la estructura
lingüística.

En la final de voley de los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, en marzo de 1995, el relator del estadio no
era hablante del dialecto rioplatense. Su entonación y su forma de pronunciar las vibrantes permitían
identificarlo como originario del noroeste de nuestro país. Muchas personas en el estadio comentaron que era
una vergüenza que hubiera un relator "bruto e inculto" para una ocasión tan importante.

En un viaje de estudios una directora de un prestigioso colegio hizo que cambiaran al guía porque su
pronunciación era "inaceptable" y "viciosa" y podía perjudicar el aprendizaje de los chicos.

Una docente de Lengua con muchos años de antigüedad asegura que los hablantes rioplatenses "hablamos con
errores de ortografía".

Unos chicos que tenían amigos del noroeste sostenían fervorosamente que la construcción nos sentemos es
incorrecta y que debe usarse sentémonos.

En conclusión, los estereotipos sociales nos dan una imagen asistemática de la estructura lingüística porque la
corrección es arbitraria e irregular. Por el contrario, el cambio lingüístico que produce formas estigmatizadas es
sorprendentemente regular y sistemático. Por ello se fortalece la idea de que el habla vernácula nos da la
perspectiva más sistemática de la estructura lingüística.

8.6. Actitudes sociales hacia el lenguaje

Las actitudes sociales hacia el lenguaje son muy uniformes dentro de la comunidad de habla. Por ejemplo, las
personas utilizamos el estilo vernáculo en los intercambios menos formales. Pero el uso del vernáculo no se
debe a la pereza y a la "dificultad" de la norma. En el fondo, sugiere Labov, hay un conjunto de valores
positivos atribuidos al habla vernácula. Es posible afirmar que los hablantes de vernáculo ven en otros hablantes
de vernáculo un individuo con el que pueden ser solidarios. El uso de formas prestigiosas, a las que la gente
puede considerar "elegantes" (vgr. la pronunciación cuidada de -s), suele ser una marca de diferenciación
lingüística y social. Este "marcador lingüístico" quizá provoque que los hablantes de vernáculo no experimenten
hacia sus usuarios la misma sensación de "solidaridad".

8.7. El papel de los factores sociales en el cambio lingüístico

Labov destaca la importancia de que el investigador no sea ingenuo. Esto es, no debemos sobreestimar la
importancia del contacto entre los valores sociales y el sistema lingüístico, porque estructura social y estructura
lingüística no son coextensivas. Por ejemplo, prácticamente todos los hablantes efectúan valoraciones sobre la
pronunciación o la eliminación de -s pero muy pocos (sólo los fanáticos lingüistas) efectúan apreciaciones sobre
las reglas del uso de los cuantificadores que se analizaron en el inciso 2, "Dialecto e idiolecto").

Labov reconoce que uno de los grandes méritos del estructuralismo y de la lingüística generativa es el
haber demostrado que puede ser erróneo tomar en cuenta el aspecto social del lenguaje cuando se
analizan aspectos sincrónicos. Sin embargo, asegura que "parece claro que no es posible ningún adelanto
en la comprensión de los mecanismos del cambio lingüístico sin un serio estudio de los factores sociales
que motivan la evolución lingüística" (Labov 1972: 314).

8.8. Balance teórico

1) La lingüística puede dedicarse, al menos en uno de sus enfoques, al estudio de los hechos del habla. Esta
perspectiva no implica el abandono del sistema o la estructura lingüística. Por el contrario, el estudio de la
variación y de los estilo más informales del habla nos permiten establecer conclusiones sobre la estructura del
sistema.

2) La lingüística no puede desvalorizar los datos del habla. En este sentido, los corpora de los investigadores
son datos imprescindibles para muchas investigaciones.

3) El mayor desarrollo de la lingüística con respecto a otras ciencias sociales se debe a la naturaleza
estructurada de su objeto de estudio y no a una supuesta excelencia de los métodos de la lingüística.

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