La recaída se define como el proceso de retroceso a los patrones de comportamiento y
pensamiento típicos de la adicción activa, que ya se habían superado, y que finalmente llevan de vuelta al uso, retrocediendo hasta llegar de vuelta al estado de enfermedad adictiva que existía antes de comenzar la recuperación. Las recaídas pueden formar parte del proceso de recuperación no teniendo que suponer obligatoriamente un fracaso en el tratamiento, sino un aprendizaje, para que la persona tome conciencia de que hay algo que no está haciendo bien.
SINTOMAS DE UNA RECAIDA
Una persona en recuperación puede comenzar a mostrar síntomas de una recaída mucho antes del consumo. Poder identificar estos síntomas y tratarlos a tiempo puede ayudar a prevenir una recaída: Retorno del pensamiento obsesivo con respecto al uso: Podrían ser pensamientos relativos al uso, sueños o deseos de usar que vuelven luego de que habían desaparecido.
Actitud de desafío con respecto al plan de recuperación: Volver a los lugares de
riesgo, volver a ver las personas relacionadas con el uso.
Descuidar el plan de recuperación: Dejar de ir a reuniones, o faltar a las citas con
el terapeuta, dejar de leer o hacer ejercicio.
Aislamiento o pérdida de contacto: con las nuevas relaciones de recuperación.
Irritabilidad: especialmente en las relaciones significativas del adicto.
Obsesión con la imagen o los defectos físicos: dietas excesivas, preocupación
excesiva acerca del peso.
Sentimientos de depresión y ansiedad flotantes: sobrevienen
estados emocionales incómodos que no necesariamente se relacionan con ningún
evento externo. Renacen o se exaltan los resentimientos hacia otras personas.
Discusiones frecuentes en el hogar y la familia.
Defensivita al hablar del tema de su recuperación o al ser retroalimentados.
Insomnio, intranquilidad y dificultad para descansar.
Preocupación obsesiva por el dinero y por la seguridad financiera.
El proceso de recaída puede ser detenido ya sea por la propia iniciativa o por la intervención de personas que rodean al adicto y que le sirven de apoyo tales como familiares, terapistas o compañeros de grupo. ¿QUÉ HACER CUANDO HAY UNA RECAÍDA? En el proceso de recuperación de las conductas adictivas no es infrecuente que se produzcan recaídas. Las recaídas pueden darse asociadas a estados emocionales negativos, como la ansiedad y depresión, ante situaciones de estrés, ante el dolor, la presión social al consumo y a la pérdida del control personal Se suele pensar que las recaídas, son un fracaso total, esto es un error. Las recaídas forman parte del largo proceso que supone romper con una adicción .En lugar de “tirar la toalla”es conveniente utilizar esta recaída como un elemento de aprendizaje para analizar qué factores la provocaron y aprender de ello para evitar que vuelva a ocurrir. Cuando hay una recaída es importante tranquilizarse. Salga del entorno en el que ha acontecido la recaída. Hay que intentar alejarse física y mentalmente de la sustancia. Renueve el compromiso con el abandono de la dependencia y comprométase con usted Evite engañarse usted mismo