Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
EL RECINTO UNIVERSITARIO
Se entiende por Recinto Universitario todos los espacios internos y externos pertenecientes
a la infraestructura de la Universidad tanto en su sede principal como en sus núcleos. Esto
contempla los siguientes espacios: Aulas, laboratorios, comedores, bibliotecas,
instalaciones deportivas y culturales, rectorado, oficinas administrativas y los demás
espacios de la universidad.
Dado que la actividad universitaria debe realizarse sin coacciones ni intimidaciones de
ninguna índole se consagra el derecho a la “inviolabilidad” del recinto universitario que
consiste en la prohibición expresa a los cuerpos de seguridad y de inteligencia, tanto civiles
como militares, de ingresar al recinto universitario con fines coercitivos, coactivos o
intimidatorios que entorpezcan o perturben el ambiente de la institución. Es por ello que el
capítulo referente a la seguridad tanto de estudiantes como de docentes y trabajadores de la
universidad debe estar a cargo de la oficina de seguridad correspondiente siempre y cuando
sus actividades se realicen puertas adentro del campus. Este principio también impide el
uso de armas de cualquier tipo en las instalaciones universitarias.
Como toda regla tiene su excepción, solamente el Rector puede, a solicitud expresa,
permitir el ingreso a los cuerpos de seguridad única y exclusivamente cuando se presente
una situación de conducta delictiva, o donde la seguridad de la comunidad universitaria se
pueda encontrar totalmente a riesgo y donde la seguridad interna se vea sobrepasada en la
contención de los factores de perturbación.
El caso más reciente acontecido en la Universidad de Los Andes en mayo de 2006 es un
caso grave de violación al recinto universitario que se produjo cuando los efectivos de la
Guardia Nacional y la Policía del Estado Mérida irrumpieron en las instalaciones para
reprimir una manifestación estudiantil en protesta por la suspensión de las elecciones a
representantes estudiantiles ante los Consejos Universitarios por parte de la Sala Electoral
del Tribunal Supremo de Justicia. Este primer hecho se sumaba a otro caso de violación de
la Autonomía Universitaria perpetrado por el TSJ al cometer un acto de injerencia por parte
de un Poder Público en una actividad propia de la Universidad. Como es de recordar, días
antes de llevarse a cabo las elecciones, la Sala Electoral del TSJ acogiendo un recurso
interpuesto por uno de los Representantes Estudiantiles y candidato a la reelección, ordenó
suspender las elecciones, lo que generó esta serie de manifestaciones de protesta antes
mencionada.
Otro caso conocido fue el acontecido el 28 de marzo de 2001 cuando un grupo de
estudiantes pertenecientes a los grupos 28-M y Utopía entre otros tomaron de forma
violenta la sede del Consejo Universitario de la UCV promoviendo las propuestas de
transformación universitaria y constituyente universitaria permaneciendo esta instancia, la
segunda en jerarquía dentro de la UCV, sin sesionar. Luego de 36 días sin llegar a
negociación y habiéndose producido daños materiales y patrimoniales a la Ciudad
Universitaria y a la sede del Consejo, el Rector Giuseppe Gianetto solicitó la entrada de la
Policía Metropolitana al recinto universitario sin menoscabo de la inviolabilidad del recinto
universitario, decisión que fue objetada por el Fiscal General de la República. En este caso
hay que señalar adicionalmente que el Fiscal General de la República y otros funcionarios
del Gobierno Nacional hicieron causa común con los llamados “tomistas”.
Para cerrar este capítulo voy a referirme al proceso aún inconcluso de obtención de la
Autonomía Universitaria por parte de la Universidad Simón Bolívar.
El 15 de julio de 1995 el Gobierno del Dr. Rafael Caldera emitió un decreto por el cual se
le confería a la Universidad Nacional Experimental Simón Bolívar su Autonomía Plena.
Este decreto se dio a compromiso por parte de la USB de aprobar en un plazo no mayor a 2
años un nuevo Reglamento General y al llamado de elecciones de Autoridades
Universitarias. Esto último se produjo en 1997 resultando electo el Prof. Freddy Malpica
como Rector de la USB.
En cuanto al Reglamento General, este fue aprobado por el Consejo Directivo en el año
2000 pero el 10 de diciembre de ese año, cuando el Consejo Superior iba a firmar la
aprobación del mismo para ser llevado ante el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes
se produjo el cambio de los diez representantes del Gobierno Nacional ante el Consejo
Superior, quedando truncada la aprobación del Reglamento. Desde ese entonces la USB
espera por la aprobación de un Reglamento General Autonómico que permita desarrollar el
decreto de Autonomía Plena de 1995.
No conforme con ello y ante la proximidad de las Elecciones de Autoridades Universitarias
el Consejo Superior en febrero de 2001 había aprobado un Reglamento de Elecciones que
en flagrante violación a la Ley de Universidades daba potestad al MECD para nombrar al
Rector por todo el período de 4 años si no se cumplía el quórum mínimo para darle validez
a las elecciones (La Ley de Universidades obliga a convocar a elecciones en un plazo de 6
meses posterior a la elección siendo designado para ese mismo período unas autoridades
provisionales por parte del Ministerio). Este reglamento fue rechazado por la Comunidad
Universitaria, el Consejo Superior rectificó y las elecciones se realizaron de acuerdo a la
Ley de Universidades resultando electo el Prof. Pedro María Aso en dos vueltas, la primera
el 31 de marzo de 2001 y la segunda el 7 de junio de 2001.
A finales de 2002 la Comisión Electoral de la USB convocó a una consulta referendaria
para aprobar el Reglamento General de la USB, consulta que se saldó con una aprobación
de 85% de los votos electorales emitidos, tras lo cual se envió el Reglamento General
Autonómico al Consejo Superior para que éste fuera enviado al despacho del Ministro de
Educación.
La USB aún espera por la aprobación de su Reglamento Autonómico, pese a que desde el
seno del Ministerio de Educación Superior cuando el Ing. Héctor Navarro fue su titular éste
aseveró que efectivamente la USB merece gozar de su autonomía plena.