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Teoria y realidad en Marx, Durkheim y Weber Victor Bravo Héctor Diaz-Polanco Marco A. Michel Juan Pablos Editor México, 1997 98 MARCO A. MICHEL Esto puede proponerse sélo tendencialmente, pues es ne- cesario advertir que la insfitucionalizacién completa y es- table de la dominacién racional-legal es un caso limite, 0, en términos de Weber, un tipo ideal. Finalmente, si aceptaramos la posibilidad de combinar Jas dos perspectivas de cambio que se hallan en la obra de Weber de un modo implicito, habremes de aceptar tam- bién entonces, que la dimensién temporal inherente a fe-~ némenos particulares de la realidad social se encuentran, de alguna manera, yuxtapuestos y que unicamente los cor- tes analiticos del bisturi del investigador pueden diferen- ciar y presentar separadamente las historias particulares de los fenémenos sociales y sus respectivos tiempos. Creemos que estaria de mas insistir en la dependencia que guardan los objetos histéricos investigados preferen- temente por Weber; a saber, la influencia de las ideas so- bre el comportamiento y el fenémeno del poder en sus va- riantes, con respecto al Ambito social y cultural-ideolégico en que desarrolla su actividad intelectual. Ello nos permi- tiria, sin embargo, validar definitivamente la proposicién weberiana de las ciencias hist6rico-ciiltufales como pro- ducto de los diversos intereses del sujeto cognoscente. Iv, EL TIEMPO CONSTRUIDO EN MARX Marx bubiera rechazado las posiciones de los autores an- tes analizados, no porque desconociera la posibilidad de elaborar un conjunto de leyes generalizantes de lo social, como unidad relacional, evolutivas o de cualquier otra na- turaleza, ni tampoco negando la posibilidad de encontrar en la realidad social distintos tiempos, que también en ia teorla marxista se encuentran, sino por otras razones diferentes que a continuacién veremos. Su rechazo proven- dria de que el tiempo histérico a que desean hacer referen- cia, tanto Durkheim como Weber, es un tiempo que se su- TIEMPO ¥ REALIDAD SOCIAL 99 pone dado inmediatamente por la realidad empirica, ya sea que el investigador se convierta en sujeto contempla- tivo y pasivo, ya sea que realice un cierto tipo de actividad para seleccionar Jos objetos de estudio. Por el contrario, en Marx, e] tiempo histérico es algo construido; esto es, que requiere un proceso de abstraccién para captarlo en toda su realidad, tanto como lo es la totalidad pensada a que pertenece y que recupera la concrecién real en que viene a ubicarse el tiempo. Asi, la discusién del tiempo histérico en Marx nos re- vierte necesariamente a la discusién sobre Ja totalidad con- creta y sus distintos niveles. Es sabido que uno de los conceptos basicos en Ja dia- Jéctica marxista es el de totalidad. Esta categoria es, ante todo, la respuesta a una pregunta fundamental: ;qué es la realidad social? Por ella se entiende la realidad social como un todo estructurado y dialéctico, en el cual puede ser comprendido racionalmente cualquier hecho, clases de he- chos 0 conjunto de hechos. En este sentido, la fotalizacién. de la realidad no es un método que pretenda captar y co- nocer todos los aspectos de ella, sin excepcién, y ofrecer un cuadro “generalizador” en su multiplicidad fenoménica y sus propiedades, sino que es una concepcién de la rea- lidad y una actitud gnoseolégica para su conocimiento,”” Seguin esta posicién epistemolégica, la realidad social es concebida como un todo que posee su propia estructura (y por tanto, no es algo cadtico), que s¢ desarrolla (y, por ende, no es algo inmutable y dado de una vez para siem- pre), que se va creando (y, en consecuencia, no es un todo perfectamente acabado y variable sdlo en sus partes sin- gulares o en Ja disposicién de ellas).* Luego, si eoncebimos ® Karel Kosik, Dialéctica de lo conereto, Editorial Grijalbo, México, 1967, pags. 54-56. Véase también Georg Lukacs, His- toria y concienica de clase, Editorial Grijalbo, México, 1969; par- ticularmente el primer capitulo o ensayo: “Qué es marxismo ortodoxo.” 21 Idem,

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