Sei sulla pagina 1di 9

Universidad abierta para adultos (UAPA)

Asignatura:
Historia Dominicana 3.
Unidad 5.
Gobiernos contemporáneos (1986-2004).
Participante: Matricula:
Faly García Deogracia 14-38247

Facilitador (a):
Elida Espinal.

Nagua, Provincia María Trinidad Sánchez


Bienvenid@s a nuestra quinta semana de trabajo la cual tiene como título
Gobiernos Contemporáneo (1986-2004) donde realizaremos las siguientes
actividades.
Investigación en fuentes bibliográficas y/o electrónicas sobre:

 Los Diez Años de Balaguer (1986-1996)

Los 10 años de Balaguer (1986-1996)


Para el 1984, el Partido Reformista se alía con el Partido Revolucionario Social
Cristiano, formando así el actual Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Tras la toma de posesión, el 16 de agosto de 1986, de su cuarta presidencia


por mandato electoral, Balaguer exhibió un estilo diferente que causó estupor
general. Como marcando las distancias de sus ominosos doce años, el
paradigma americano de la senectud física y política encabezó un combate
contra la corrupción y los abusos de las instituciones públicas.

Se inició un largo período de gobierno de 10 años, matizados por un cambio en


la forma de manejar la Administración pública y de reducción en la pobreza,
unos resultados positivos que motivaron a las fuerzas populares a promoverlo y
mantenerlo en el poder. En este período, Joaquín Balaguer mantuvo una cierta
política de populismo, en lo que se refiere a la entrega de canastas, dinero y
otras "dádivas" al pueblo dominicano.
Esta actitud, tan diferente a la mostrada durante el régimen de los doce años,
parece confirmarnos: que la mano dura mostrada con anterioridad por el Dr.
Balaguer, se debió a las circunstancias históricas del momento.

Ello se tradujo en destituciones y arrestos en las cúpulas militares y policiales,


que alcanzaron a dos secretarios de las Fuerzas Armadas, los generales
Manuel Cuervo (cesado en octubre de 1986) y Antonio Cosme Imbert Barrera
(quien fuera brevemente jefe del Estado a mediados de 1965, despedido en
junio de 1988), aunque estas defenestraciones se realizaron sobre un fondo de
rumores de complots contra el Gobierno civil. Su predecesor en el cargo, Jorge
Blanco, también fue reclamado por la justicia por presunta corrupción.

Mientras unos caían en desgracia, otros emergían del ostracismo. Fue el caso
de un viejo adversario de Balaguer, el ex coronel anticonstitucionalista Elías
Wessin, un "conspirador impenitente", tal como le acusó el presidente cuando
lo mandó a un exilio de siete años en 1971; superando viejos rencores,
Balaguer nombró a Wessin secretario de Interior y Policía, y luego secretario de
las Fuerzas Armadas en sustitución de Imbert. Ideológicamente, la absorción
orgánica de 1985 permitió al muy conservador PRSC extender su base política
hacia el centroderecha y crear vínculos con la Internacional Demócrata
Cristiana.

En lo económico, Balaguer tampoco delegó en sus subordinados y se encargó


personalmente de impulsar el sector de la construcción, una prioridad que la
oposición tachó de mero populismo desarrollista y que contribuyó a reducir
sensiblemente el desempleo.

Contando con el respaldo total de la Administración de Ronald Reagan,


Balaguer continuó siendo un celoso protector de los intereses de la oligarquía
azucarera nacional y del capital estadounidense.

El dinamismo de los mercados por la recuperación de las exportaciones gracias


a la depreciación del peso, la promoción de zonas francas industriales y el
desarrollo del turismo multiplicó varias veces el coste de la vida, provocando la
contestación en las calles. La ola de disturbios populares entre 1988 y 1989
dejó varios muertos por la actuación brutal de las fuerzas de seguridad. Por lo
demás, bajo Balaguer no mejoraron un ápice, más bien se deterioraron, los
índices de pobreza, analfabetismo y delincuencia, mientras que los servicios
públicos de la sanidad y la electricidad siguieron mostrando déficits propios de
los países menos desarrollados, incluso en la capital.

En 1990, con una abstención del 40%, Balaguer logra reelegirse con el 35.1%
de los votos, contra el 33.9% del Partido de la Liberación Dominicana, y un
PRD que mantenía una crisis interna. Este proceso se caracterizó por amplios
sectores de la vida política y social que criticaban la legitimidad de dichas
elecciones, a lo que Balaguer respondió lanzando los militares a la calle y
decretando un toque de queda.

Así las cosas, no parecía que el sempiterno presidente dominicano fuera capaz
de ganar las elecciones del 16 de mayo de 1990 a menos que pusiera a pleno
rendimiento las maquinarias propagandística del Gobierno y clientelista del
partido. De nuevo, una fuerte controversia caracterizó el escrutinio. Un mes
transcurrió entre el cierre de las urnas y la proclamación definitiva de la victoria
de Balaguer con el 35,2% de los votos, apenas 25.000 más que Bosch, su
inveterado y ya también octogenario rival, que aseguró haber sido víctima de
un "fraude colosal" blandiendo el dato de que en la última encuesta electoral
figuraba en cabeza con diez puntos de diferencia. En la Cámara de Diputados,
el partido del presidente vio reducida su representación hasta los 41 escaños y
fue superado en tres actas por el PLD.

El primer año de la sexta presidencia de Balaguer estuvo marcado por la


recesión económica, con una caída en picado de la producción (el PIB se
contrajo un 5%) y las exportaciones, y el rebote del paro. La deuda externa se
situaba en los 4.300 millones de dólares y seguía creciendo. La inflación del
75% anual, la penuria energética y la reducción de la oferta pública de empleo
fueron contestadas con una campaña de huelgas generales y de
manifestaciones a las que Balaguer replicó con mano dura, ordenando abatir a
los revoltosos (varios muertos en octubre y noviembre de 1990) a tiro limpio y
arrestos masivos. La desesperación empujó a miles de dominicanos a
convertirse en boat people para alcanzar las costas del próspero Puerto Rico
en un viaje en el que muchos perdían la vida, mientras que los que tenían
algún ahorro incrementaron la numerosa colonia de emigrantes en Estados
Unidos.

En junio de 1991 el presidente decretó la expulsión inmediata de los


inmigrantes indocumentados como colofón a un reguero de denuncias contra el
Gobierno por el trato inhumano dispensado a los braceros haitianos. Con
respecto a las fortunas del país vecino, Balaguer se mostró hostil a la llegada al
poder en Puerto Príncipe del sacerdote izquierdista Jean-Bertrand Aristide; tras
su derrocamiento en el golpe de septiembre de 1991, la junta militar del general
Raoul Cedras pudo sobrevivir a las sanciones económicas internacionales
gracias a la porosidad de la frontera dominicana, de donde obtenía los vitales
suministros de petróleo.

Impertérrito, Balaguer sorteó todas las dificultades y creó confusión con


amenazas de dimitir y anuncios de no presentarse a las elecciones de 1994,
pero para el patriarca de comer frugal y vestir anticuado sólo parecía existir un
vicio, cuál era el poder.

Como otro anciano presidente contemporáneo, el autócrata de Côte d’Ivoire


Félix Houphouët-Boigny, Balaguer no reparó en gastos a la hora de financiar
faraónicas obras públicas de dudosa oportunidad, como la erección del llamado
Faro a Colón en la parte oriental de Santo Domingo; un viejo sueño de Trujillo,
el imponente monumento fue inaugurado en octubre de 1992 como parte de los
fastos del V Centenario de la arribada del descubridor a la isla y sus
instalaciones incluían una batería de proyectores capaces de dibujar una
grandiosa cruz de luz en el cielo nocturno, un Museo colombino y el Mausoleo
con las atribuidas cenizas del almirante, traídas expresamente para su nueva
inhumación desde la Catedral de Santo Domingo. La satisfacción del devoto
presidente fue máxima, ya que la misa que bendijo la apertura del Faro fue
oficiada por el papa Juan Pablo II.
Primer Gobierno del PLD (1996-2000).

Leonel Fernández fue juramentado presidente el 16 de agosto de 1996,


sucediendo a Joaquín Balaguer, para convertirse en el primer jefe de Estado
surgido del Partido de la Liberación Dominicana y uno de los más jóvenes
estadistas de Latinoamérica en ese entonces. Durante su período de gobierno,
la agenda política se centró en críticas y austeras reformas económicas y en
mejorar la macroeconomía. Incentivó la participación en organizaciones
políticas y económicas del hemisferio, como la Organización de Estados
Americanos (OEA) y la Cumbre de las Américas.

Como presidente de la República, Fernández Reyna desarrolló una dinámica


política exterior para rescatar a República Dominicana de su aislamiento
tradicional. En ese contexto, participó en foros internacionales de vital
importancia, como son la Asamblea General de las Naciones Unidas, las
cumbres iberoamericanas y centroamericanas de jefes de Estado y de gobierno
y la Cumbre de las Américas. También visitó varias naciones de Europa, así
como Japón y Singapur.

Como gobernante, reforzó los lazos dominicanos con los países del CARICOM
y Centroamérica e integró la nación al Grupo de Río y de los países ACP
(países de África, Caribe y el Pacífico). En esa organización fue elegido
presidente para el año 2000. Bajo su mandato se concertó el Tratado de Libre
Comercio con los países de CARICOM y Centroamérica.

Fernández reorientó la inversión pública hacia el gasto social y privilegió la


educación y salud pública. Durante este período, la economía creció un
promedio anual de 8 %, la inflación no alcanzó los dos dígitos (tasa promedio
de 5.9 %) y la tasa de cambio se mantuvo estable. Entre 1999 y 2000, la
actividad económica, medida a través del producto interno bruto (PIB), creció
en 10.8 %, en términos reales. La tasa de interés promedio real de la banca
comercial descendió de 24.2 % en septiembre de 1996, a 18.9% en diciembre
de 1998, lo que estimuló el aumento de la cartera de préstamos de los bancos
comerciales.

En las reservas internacionales logró un incremento de $200.9 millones de


dólares en el nivel de reservas brutas y de $268.8 millones de dólares en las
netas, esto en el período 1996-1998; redujo la deuda externa de $3,875
millones de dólares, monto total en junio de 1996, a $3,507 millones, una
disminución de $368 millones, que representa un descenso de 9.5 %. En el
período 1996-1999, los préstamos de la banca comercial dirigidos al sector
privado se incrementaron de $34,861 millones a $65,271 millones de pesos,
gracias al mantenimiento de la estabilidad en los índices económicos.
En el plano social, se crearon 650,000 nuevos empleos, gracias al
financiamiento y fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas; al
tiempo que mantuvo un programa de venta de alimentos a bajos precios en
puestos fijos y ambulatorios enfocados hacia los barrios pobres.

En el sector educación, logró aumentar de 300,000 a 1,300,000 las raciones


diarias del desayuno escolar. Asimismo, instaló laboratorios de computadoras
en todos los liceos públicos del sistema educativo y aumentó de 50 a 100 % el
sueldo de los maestros. Instituyó el Premio a los Estudiantes Meritorios,
otorgado mensualmente a los alumnos que obtuvieran las más altas
calificaciones en sus centros docentes; promovió la lectura a través de las
Olimpíadas de Lectura y relanzó la Feria Internacional del Libro de Santo
Domingo.

En el sector de la salud pública, el presidente Fernández inició la


descentralización de los servicios y remodeló los hospitales. De igual forma,
incrementó los recursos destinados a salarios del personal médico. Su gestión
gubernamental dedicó especial atención a la población más vulnerable. Entre
1996 y 2000, República Dominicana registró una reducción de la mortalidad
infantil: de cada mil niños nacidos vivos en 1996, 46 morían, cifra que se redujo
a 21.3 para el año 2000.

El gobierno se enfocó en el desarrollo de proyectos de infraestructura que


incluían la construcción de elevados viales, túneles y bulevares en el centro de
la ciudad de Santo Domingo, específicamente en las avenidas 27 de febrero y
John F. Kennedy. En 1997, creó la Autoridad Metropolitana de Transporte
(AMET), organismo encargado de ordenar el transporte en República
Dominicana. Ese mismo año se creó la Oficina Metropolitana de Servicios de
Autobuses (OMSA), la cual se encarga del transporte público bajo la
administración del Estado.

Tras la culminación de su gestión de gobierno en el año 2000, el doctor


Fernández continuó sus aportes al desarrollo del país y de Latinoamérica, esta
vez como presidente de la Fundación Global Democracia y Desarrollo
(FUNGLODE), una institución sin fines de lucro dedicada al estudio de los
temas vitales para el país y su contexto internacional, la elaboración de
propuestas innovadoras de naturaleza estratégica, el diseño de políticas
públicas, la mejoría de la calidad del debate nacional y la formación de los
recursos humanos.
Luego de haber investigado presente un informe escrito sobre las
características políticas, económicas y sociales de cada período
gubernamental.
Gobierno de Joaquín Balaguer:
Política económica: Un aspecto positivo de la política económica de Balaguer
durante su primer Gobierno fue el mantenimiento del equilibrio fiscal. Había
sido la mejor aliada de la política monetaria mantenida por el Banco Central, lo
que permitió al país disfrutar de un periodo de estabilidad económica.

El presidente mantuvo durante esos doce años un estricto control fiscal, el cual
se rompió en su segundo periodo de diez años, porque surgió el problema de la
deuda pública, que no estuvo presente en ese primer periodo. En realidad, la
deuda externa se mantuvo en niveles muy bajos hasta 1978, Balaguer fue su
extrema prudencia en recurrir al endeudamiento externo para resolver los
típicos problemas de insuficiencia de recursos externas que caracteriza a los
países de desarrollo.

Primer aumento de los precios internacionales del petróleo.


El gobierno alcanzo la estabilidad y el crecimiento económico, como resultado
de los altos precios del azúcar en el mercado mundial y la cuota preferencial
que le asignaron los Estados Unidos.

El país llego a una gran cantidad de préstamos y ayudas internacionales.


Una gran parte de la clase media se había sumado al gobierno.

Crecimiento empresarial.
La invasión privada estuvo orientada hacia los sectores mineros y energéticos.

La inversión extranjera aumento a consecuencia de las generosas ventas que


ofrecía el gobierno dominicano, entre las empresas que se ubicaron en el país
están:
Falcombridge Dominicana, de origen canadiense, ubicada en Bonao, dedicada
a la explotación de ferroníquel.

Rosario Dominicana de origen Norteamericano, ubicada en cotui, dedicada a la


extracción de oro y plata.

Gulf y Western, le compro el central Romana a la South Porto Rico Sugar CO.,
norteamericana también.

Política social: Los grupos militares sometidos por el presidente Balaguer.


Además fueron beneficiados por la política social del gobierno.

En la sociedad tenía mucha influencia la Iglesia Católica, pero además existían


los clubes sociales en todos los barrios pobre, muy vinculados a las luchas por
la libertad, contra la represión política y defensa de la cultura nacional. En los
grupos sociales altos, existían instituciones culturales cuyos trabajos estaban
encaminados a la ayuda o asistencia social: Los Clubes 20-30, Club de
Leones y otros.

Todavía hasta 1978 los hijos tendían a respetar a sus padres,

Los menores de edad y muchos mayores de edad no tenían vida nocturna ni


iban a sitios donde se tomara bebida alcohólica,

Las canciones de doble sentido o de contenido vulgares eran censuradas y

La familia todavía no había entrado en el proceso de desintegración de hoy.

Las madres solteras, aunque existían, no eran tan comunes y

Las mujeres tenían como meta el matrimonio.

Sólo las familias de clase media y alta tenían automóviles,

Aunque existían unos cinco canales de televisión no existía el Tele cable con
su carga de violencia y sexo explícito.

La droga sólo se consumía a niveles sociales muy altos o vinculados a sectores


de artistas y personas que residían fuera del país y que ocasionalmente
visitaban a la República Dominicana.
Gobierno de Leonel Fernández:
Política económica:
Cuando Leonel Fernández llego a la presidencia propuso al congreso la
aprobación de las siguientes medidas:
Aumento del ITBIS del 8% al 12%.
Aumentar el precio de los combustibles: un 30 % la gasolina y 40 % al gasoil.
Establecer un impuesto selectivo al consumo de bebidas alcohólicas y
cigarrillos, de hasta un 50 %.
Aumento general de salarios, llevando el sueldo mínimo a 1,400 pesos
mensuales.
Unificación de la tasa de cambio a 1.400 pesos por un dólar.
Ninguna de esas medidas fue aceptada por los congresistas, por lo que
algunas se aplicaron a través de decretos presidenciales.
La política económica del gobierno precedido por Leonel Fernández se
concentró en el fortalecimiento de la macroeconomía, por lo que nuestro país
tuvo un crecimiento económico de un 7 %. Las inversiones extranjeras también
aumentaron. Sin embargo, la pobreza no sufrió una reducción significativa. Por
lo que la aparente prosperidad que genero la política económica del gobierno
no tuvo un impacto positivo en las personas, pues el estado de los servicios
básicos y las condiciones de vida en sentido general no mejoraron en
correspondencia con el elevado crecimiento económico que tuvimos en ese
periodo.

Política social:
El gobierno de Leonel Fernández introdujo ligeros cambios en la política social
del Estado, prestando cierta atención a los servicios de salud, educación entre
otros. Aunque si comparamos los gastado por el gobierno en servicios con
otras partidas del presupuesto encontraremos grandes diferencias.

Potrebbero piacerti anche