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MAYRA

Jurisconsulto de Roma

En Roma los jurisconsultos eran personas estudiosas y conocedoras


del Derecho y que al principio de la República de Roma todo el que gozase de
cierta fama doctrinaria jurídica podia responder a las preguntas que se le
hacían pero sin formalidad alguna, pero poco a poco se paso de un valor
doctrinal a base de numerosas sentencias conformes a la doctrina de los
juriconsultos, pasando al mundo legal como una especie de derecho
consuetudinario y sirvieron de suplemento a la legislación, origen de
importantes instituciones jurídicas: «A todas estas leyes se añadieron las
aclaraciones de los jurisconsultos más célebres, autorizados para contestar e
ilustrar ciertos puntos dudosos del derecho, a cuyas decisiones habían de
atenerse los jueces. Ésta era una cosa precisa atendiendo la necesidad que
había de sacar las Leyes del caos y de la confusión en que estaban; y ella
produjo una clase de gentes estudiosa y dedicada a la filosofía, los cuales
hicieron de esto una profesión».

Jovellanos: No hay en los jurisconsultos, no hay en los geopónicos latinos… el


más pequeño rastro de semejante abuso.

Orígenes

La institución del patronato[2] entre los patricios dió origen en Roma a la


profesión de los jurisconsultos, pues uno de los deberes del patrono era
explicar la ley a sus clientes y defender sus derechos en los litigios[3] (Tito
Caruneanio, según algunos historiadores, Gran Pontífice[4], fue el primero que
emitió sus opiniones y aconsejó acerca de los asuntos forenses a todos
aquellos que a él acudieron).

Posteriormente Dejó la Jurisprudencia de ser patrimonio de los patricios y


cualquiera podía ser jurisconsulto, hasta que Augusto restringió el ejercicio de
la profesión y concedió a un número limitado de jurisconsultos el derecho de
interpretar las leyes y dar decisiones.

Octavio Augusto: La revolución que aniquiló la República y condujo al


principado de Augusto, obró un gran cambio en la condición de los
jurisconsultos, por lo siguiente: El Imperio comprendió la misión y las ventajas
de sostener y elevar la ciencia del derecho. El príncipe, que era por razón de su
cargo el intérprete de las leyes, hizo partícipes de tanta autoridad a algunos de
los más distinguidos jurisconsultos, confiriéndoles el ius publice respondendi,
es decir, el derecho de dar respuestas con la garantía del príncipe: ex
auctoritate eius, como dice la siguiente cita: Ante tempora Augusti publice
respondendi ius nom a principibus databur, sed qui fiduciam studiorum suorum
habebant, consulentibus respondebant: neque responsa utique signata dabant,
sed plerumque iudicibus ipsi scribebant, aut testabantur qui illos consulebant.
Primus divus Augustus, ut maior iuris auctoritas haberetur, constituit, ut ex
auctoritate eius responderent: et ex illo tempore peti hoc pro beneficio
caepit (Pomponius, libro singulari enchiridii)

Esto equivale a decir que las respuestas emanadas de los jurisconsultos


debían ser equiparadas a las del príncipe, a modo de los rescriptos, y tener
fuerza obligatoria para el juez.

Estudios:Los estudios que se realizaban eran de gramática, literatura griega


y filosofía y posteriormente las prácticas se realizaban acompañando a un
jurisconsulto célebre, como lo fue Cicerón[5] acompañando a Quintus Mucius
Escévola, que gozó de gran reputación como orador, político y cónsul,
venciendo a los dálmatas en el año 45 adC., para observar las prácticas y
conversaciones de éste y aprender el <<oficio>> y a los discípulos de los
jurisconsultos célebres se les llamaba oyentes (<<auditores>>) (anterior al
citado Escévola hay otro jurisconsulto célebre del mismo nombre, Quintus
Mucius Escévola, que vivió en el siglo III adC., por los 217 adC., de gran
reputación y fue pretor en Cerdeña. Anterior a éste, Cayo Muncio Escévola,
célebre patricio del siglo VI adC., que intentó él solo matar a Porsenas, rey de
los etruscos, que sitiaba Roma con un ejército).

Los jurisconsultos conocían más perfectamente que el de la generalidad el


derecho escrito y aptitudes principalmente para la interpretación y explicación y
ciertos conocimientos especiales, especialmente el jus sacrum y formulas
solemnes que se empleaban en los Tribunales.

Actividades

Respondere.-Responder preguntas que se les hacían sobre el derecho

Cavere.-Advertencias a los litigantes para impedir el mal éxito de los negocios

Agere.-Representación en los Tribunales

Scribere.-Dictámenes por escrito

Obra: La obra de los jurisconsultos romanos fue verbal y escrita, prevaleciéndo


la primera hasta Augusto y la segunda desde Augusto en adelante:

Verbal.-Con la verbal dieron consejos, guiaron a las partes y amaestraron a los


discípulos

Escrita.-Con la escrita ordenaron por modo elemental ya minucioso, ya


profundo y sintético, los variados principios del derecho, llegando a prodigiosa
altura científica y aunque desde el punto de vista de la abstracción no pusieron
mucho empeño en formular máximas y definiciones, descubrieron, empero, con
perspicaz mirada todos los elementos de cada uno de los casos y las normas
jurídicas de estricto derecho y de equidad relativas a ellos, coordinándolos por
admirable modo.

Variedad de sus escritos Llana y elemental es la forma de algunos escritos


(institutiones, enchiridia, definitiones, etc [6])

Otros escritos son concisos y profundos (libri iuris civilis[7])Algunos tratan de


todo el derecho, o de una gran parte de él y otros escritos de instituciones
singulares (de dotibus, de fideicommissis, etc[8]) Algunos comentan fuentes
generales como Las Doce Tablas y otros escritos fuentes especiales (ad legem
Juliam et Papiam, ad legem Falcidiam[9]..ect) Algunos escritos estan dedicados
a la enseñanza (instititutiones, regulae, disputationes, quaestiones, ect[10])

Otros escritos están hechos para la práctica (respònsa, epistulae[11]) Algunos


escritos trataron de algunos cargos públicos (de officio, proconsulis, de officio
praesidis[12] ) Unos son originales y otros comentan escritos de los precedentes
jurisconsultos

Alguna obra que hable de lo dicho[13] Estilo La dicción y el estilo son elegantes
y vigorosos, siendo muy notable el hecho de que hasta el siglo III dC. y en
medio de la espantosa decadencia del idioma latino, conservaron huella de la
elegante forma y clásico sabor del áureo siglo de Augusto[14].
LUZ
Jurisconsulto que escribió el primer Tratado completo de Derecho Civil

Quintus Mucius Scaevola, hijo de Publio, tribuno en el año 648 de la F. de R.,


edil en el 650, cónsul en el 659, procónsul de Asia, pontífice máximo, escribió
el primer Tratado completo de Derecho Civil, que quedó como obra
fundamental y de ella tomó Cicerón los ejemplos jurídicos para los
<<Tópicos>> y Servio Sulpicio la comentó, escribiendo más tarde obras de
grandes alientos acerca de ella Lelio Félix, Gayo, Pomponio, Modestino..(Publii
filius pontifex maximus ius civile primus constituit generatim in libros decem et
octo redigendo. Muccii auditores fuerunt complures, sed praecipuae auctoritatis
Aquilius, Gallus, Balbus, Lucilius, Sextus Papirius, Gaius Juventius,.., D. de
orig. iur., Pomponius, libro singulari enchividii: Post hos Quintus Mucius. Obra
sobre Quintus Mucius Scaevola: Quintus Mucius Scaevola: sa vie et son
oeuvre.../ Gabriel Lepointe, París: Recueil Sirey, 1926).

Jurisconsulto más prolífico

El jurisconsulto Julius Paulus, consejero de Septimio Severo, asesor de


Papiniano, prefecto del pretorio bajo Alejandro Severo, fue el más fecundo de
los jurisconsultos romanos, pero asaz, conciso y difícil y de sus obras pasaron
2.080 fragmentos al Digesto, siendo la más famosa libri quinque sententiarum,
que ha llegado en parte hasta nosotros (Sentencias a su hijo: libro I.
Interpretatio, México: U.N.A. de M.; I. de I.J., 1995, 1 volumen, versión de
Martha Patricia Irigoyen (Julius Paulus.Libri quinque sententiarum)).

Mejor jurisconsulto práctico

El prefecto del pretorio bajo Septimio Severo, Aemilius Papinianus, es


considerado por diversos autores como el mejor de los jurisconsultos prácticos
y de sus obras exiten 595 fragmentos en las Pandectas, donde es citado 153
veces, tomados especialmente de sus cuestiones, respuestas y definiciones.[16]

Una tradición, casi universalmente aceptada, afirma de él, que invitado por el
emperador Caracalla a defender ante el Senado y el pueblo el asesinato de
Geta, respondió ser más fácil cometer los fratricidios que justificarlos y que su
defensa equivaldría a repetir semejante delito (Everardi Ottonis. Papinianus,
sive, de vita, studiis, scriptis, honoribus..., Bremen: Apus Gerh. Wilh. Rump.,
1743, autor: Everhard Otto).[17]
JOSE

Jurisconsulto que más contribuyó a la doctrina contenida en las


Pandectas.

Domitius Ulpianus, asesor de Papiniano, prefecto del pretorio bajo Alejandro


Severo, resumió con maravillosa fecundidad los resultados del estudio secular
precedente, siendo quien más contribuyó a la doctrina contenida en las
Pandectas, la tercera parte de la cual fue tomada de sus escritos, con estilo
fácil y fluido, y su reputación de jurisconsulto fue inmensa y de sus obras
pasaron 2.462 volúmenes a las Pandectas de Justiniano (Alfred Pernice, por
ser la obra de Ulpiano inferior el mérito del fondo, lo juzgo con excesiva
severidad en la obra Ulpian als Schriftseller, Berlín, 1885. Obra sobre
Ulpiano: Ulpian: pioneer of human rights / T. Honoré, Oxford, 2002).[18]

Jurisconsulto de los Divi Fratres

Quintus Cervidius Scaevola perteneció al Consejo de los Divi Fratres, fue


maestro de Septimio Severo, de Papiniano, de Trifonino y de Paulo y escribió
40 libros digestorum, 6 libros de responsorum, 20 libros de quaestionum y 4
libros de regularum, de cuyas obras existen 307 extractos en las Pandectas
(Biografía: De vita et scriptis Q. Cervidii Scaevola iurisconsulti liber singularis...,
Leipzig, Langennheim, 1755, autor: Iohann Ludwig Conradi).[19]

Jurisconsulto que cultivó varios «campos del saber»

Servius Sulpicius Rufus, pretor en el 692 de Roma, cónsul en el 703 de Roma,


fue lo siguiente:

Orador

Filósofo

Perito en etimologías y antigüedades

Elegante poeta y escritor en prosa o prosista

Meritísimo dialéctico y crítico

Servius escribió 180 libros sobre el edicto, las Doce Tablas, la dote, de sacris
detestandis, y otros asuntos y las obras de sus discípulos, a excepción de las
de Alfeno y de Ofilio, fueron coleccionadas por Aufidio Namusa en una obra de
140 libros (De vita, studis, scriptis et honoribus Servii Sulpicii, Lemonia,
Rufi...liber singularis. Ejüsdem P. Alfenus Varus, ab injuriis et recentiorum
liberatus, J. Broedelet, 1737, autor: Evenhard Otto (1685-1756)[20].
Último de los grandes jurisconsultos romanos

El praefectus vigilium en el año 244 dC, Herennius Modestinus, fue el último en


orden de mérito y cronológico de los grandes jurisconsultos romanos y se
destacó por el gran número de obras que escribió, destacando las siguientes:

Las Pandectas en 12 libros

Las respuestas en 19

De ellas tuvieron acogida en las Pandectas justinianeas 344 fragmentos

En sus obras se ve ya manifiesta la decadencia[21]


MARTHA ROJAS

Dos grandes Escuelas


Hubo dos grandes Escuelas de juriscosultos en Roma:
La de los Proculeyanos (tomó el nombre dicha Escuela del
jurisconsultoLicinius Proculus)
La de los Sabinianos (tomó el nombre dicha Escuela del
jurisconsultoMausirius Sabinus)
Algunas obras[22]
Escuela Proculeyana
La Escuela Proculeyana, que tuvo principio en el primer
siglo I adC. y se llamó así por el nombre
del sabio juriconsulto, Próculus, discípulo de Labeón, que
tuvo mucha celebridad, el más eminente de la escuela
según Pomponio, dejando once libros de epístolas y notas
a las obras de Labeón, citado 45 veces en las Pandectas,
teniendo esta escuela por antagonistas a los Sabinianos o
Casianos.
Si nos atenemos a la tradición, el primer fundador de esta
escuela fue M.Antistius Labeo, que vivió bajo el imperio de
Augusto y dejó escritos 400 volúmenes[23], ya que
enseñaba seis meses en Roma y los seis meses restantes
se retiraba al campo para escribir libros de derecho y se
caracterizó por su gran cultura filosófica, aptitud
especulativa, fina dialéctica y principios estoicos (Post hunc
maximae auctoritatis fuerunt Ateius Capito, qui Ofilium
secutus est, et Antistius Labeo, qui omnes hos audivit,
institutus est autem a Trebatio. Ex his Ateius consul fuit;
Labeo noluit , cum offerrentur ei ab Augusto, consulatus,
quo suffectus fieret, honorem suscipere, sed plurimum
studiis operam dedit: et totum annum iti diveserat, ut Roma,
sex mensibus cum studiosis esset, sex mensibus
secederet, et conscribendis libris operam daret...., D. de
orig. iur., I, 2, Pomponius, libro singulari enchiridii)
Esta escuela se caraterizaba por lo siguiente:
Su fisonomía filosófica y estóica
Solo admitía esta escuela como base del derecho los
principios etérnos de la razón y se guiaban por
deducciones severas y absolutas y propendía a considerar
como iguales todas las infracciones a la regla
Algunos jurisconsultos de esta escuela, los siguientes:
M.Antistius Labeo
Nerva pater
Proculus
Nerva filius
Pegasus
Celsus pater
Celsus filius
Neratius

Escuela Sabiniana o Cassiana


La escuela sabiniana tomó el nombre de M.Sabinus, el cual
obtuvo de Tiberio el ius respondendi y vivía aun en tiempo
de Nerón. De su obra máxima Libri tres iuris civilis, Pavoda,
1983, por R.Astolfi, hicieron tres grandes comentarios
Pomponio, Ulpiano y Paulus, de los cuales hay gran
número de extractos en el Digesto, que llegaron a ser el eje
de una de las tres grandes masas de obras, precisamente
llamada "masa sabiniana", que sirvieron para la
compilación de las Pandectas, en el que es citado Sabinus
200 veces, en uno del Código y en dos de las Instituciones
(citado en obras de Pomponius y Gaius. Obra: De Masurio
Sabino../ P.N. Arntzenius, Trajecti and Rhenum: J.
Broaedelet, 1768).
Posteriormente C. Cassius Longinus, cónsul del año 30
dC., lugarteniente de Siria, sucedió a Sabino en la escuela,
que de su nombre llevó el de Cassiana y escribió por lo
menos diez libri iuris civilis, sobre los cuales Javolenus
Priscus, compuso una obra en 15 libros, 6 fragmentos de
los cuales pasaron a las Pandectas, en las cuales es citado
143 veces. [24]
En cuanto al fundador de esta escuela según la tradición,
posteriormente muy combatida esta afirmación por algunos
autores del siglo XIX y posteriores, fue el jurisconsulto C.
Ateius Capito, cónsul en el 758 de Roma y de sus escritos
destacan con seguridad estos títulos: coniectanea, por lo
menos en 9 libros y de iure pontificio, por lo menos en 6
libros (fue alabado por otros escritores por su labor de
jurisconsulto, pero se duda que se refiera a él las citas
de Ateius de Labeón, a quien Pomponio describe como
adversario de este como jefe de escuela y tambien en
política, en ciencia y en carácter, en el D. de orig. iur..
Obra: C. Atei Capitonis fragmenta, edit W. Strzelelecki....,
Leipzig: B.G. Teubneri, 1967).
Destacar tambien a Salvius Julianus, pretor, cónsul y
prefecto de la ciudad, consejero del emperador Adriano y
de Antonino Pio[25] que dejó escritas 90 libri Digestorum, de
los cuales fueron recogidos 176 fragmentos en las
Pandectas y es el que redactó definitivamente el Edicto del
Pretor y es reputado por mucho autores como el más
grande de los jurisconsultos romanos [26]
El último jurisconsulto célebre que representa la oposición
de escuela fue Gaius, que floreció entre Antonino Pio
y Cómodo y escribió muchos libros, como las preciosas
Instituciones y de sus obras se hallan 535 fragmentos en
las Pandectas (Ernest Désiré Glasson dejó escrita la
obra Étude sur Gaius et sur le jus respondi, París, Durand,
1867)[27]

En la escuela de Sabinianos o Casianos, algunos


jurisconsultos, los siguientes:
Ateius Capito
El citado Massurius Sabinus
Cassius Longinus
Caelius Sabinus
Javolenus
Valens
Julianus o Julius
Pomponius
Gaius
Obras que hablen de los jurisconsultos romanos [28]
Un par de ejemplos
La especificación (Sabinianos versus Proculeyanos)
La especificación[29] es la transformación substancial de
una cosa y por ella se da a la materia una nueva forma, de
modo que aparece como un objeto nuevo y tiene
importancia jurídica más que cuando el especificador haya
transformado una materia ajena y decididr si el objeto
transformado pertenece al propietario de la materia o al
especificador y las opiniones de las escuelas citadas, eran
las siguientes:
Los Sabinianos opinaban que la forma debe ceder a la
materia y que el propietario de ésta debía considerarse
como propietario del nuevo objeto
Los Proculeyanos daban más importancia a la forma, pues
creían que la forma antigua había desaparecido con el
nuevo objeto y sostenían que la propiedad de este
pertenecían siempre al artífice
Opinión intermedia de las citadas.-Otros juriconsultos
hacían una distinción, y según que el nuevo objeto pudiera
o no reducirse a su primera forma, daban la preferencia al
propietario de la materia o al especificador
Justiniano adoptó la posición intermedia citada:
Si el nuevo objeto puede restablecerse a su primitiva forma,
pertenece al dueño de la materia (el vaso de bronce, como
puede reducirse por medio de la fusión a una masa de
bronce, pertenece al propietario del metal (Paulus, fr. 24
"de adq. rer. dom.", XLI, i)
En caso contrario al especificador (el vino hecho
con uvas ajenas, el aceite hecho con aceitunas de un
tercero, el vaso de mármol y otras cosas semejantes que
no pueden recobrar su antigua forma, pertenecen al
especificador ("Instituciones", de "re. div.")[30])
Cuando empero, el especificador haya empleado en parte
materia propia y en parte ajena, queda propietario del
nuevo objeto, aún en el caso de que este pueda recobrar
su antigua forma (Theophilus, "ad. h I.[31]).
Actio confessoria utilis (Julianus versus Ulpianus)
Pena (jurisconsultos romanos y constituciones imperiales)

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