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LAS FORMAS DE GOBIERNO AYER Y HOY

Con su estilo sobrio y científico, decía Mario Justo López que las formas
de gobierno son "cada uno de los modos de establecer quién o quiénes deben
ser ocupantes de los cargos de gobierno, y en su caso, cómo deben ejercerlos.
Estas formas de gobierno -concluía- se diferencian
entre sí, según la composición, especialización y jerarquías que se establecen
entre las instituciones Órgano que los constituyen" l.
La mayoría de los autores atribuye a la forma de gobiemo lo relativo a la
distribución de los órganos políticos capaces de expresar la voluntad del Estado
(monarquía, democracia, etc.) y a la forma de Estado, lo referente a la distribución
espacial de esa voluntad (Estado unitario, Estado federal, etc., Concordando con su maestro
escribió en el libro VI de la República, que debía distinguirse entre la formas
justas -la polis ideal- y las formas injustas o imperfectas de gobierno.
Manual de Derecho .... 338
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Para él las formas justas eran la monarquía y la aristocracia y las formas
injustas de gobierno eran la timocracia (o gobiemo de los militares), la oligarquía,
la democracia y, en fin, la tiranía, que en todos los idiomas es sinónimo
de opresión.
Después en El Político, distingue entre gobiernos según las leyes y contra
las leyes (o contra legem), los que clasifica por el número.
Siguiendo esta clasificación distingue:
Gobiernos según las leyes Y Contra las leyes
De uno: realeza tiranía
De pocos: aristocracia oligarquía
De muchos: democracia muy democracia defectuosa
poco defectuosa
En sus palabras, la mejor forma de gobierno será la república o politeia,
que es aquella en la que se realiza la justicia o la que permite a cada uno hacer
lo que deba hacer, según su propia virtud.
En todo sentido era más realista que Platón y antes de hacer
su célebre clasificación de las formas puras e impuras de gobierno en
Política, clasificó, estudió y sistematizó ciento cincuenta y ocho constituciones
de ciudades-Estado y reinos de la Antigüedad. Aristóteles hizo su clasificación de formas puras e impuras
de gobierno
según un doble criterio: valorativo o sea ético o de valor, considerando si se gobierna
para el bien propio o para el bien común y aritmético (en base al número
de personas que ejercen el gobierno). Obviamente las,&rmas impuras resultan de
la corrupción o degeneración de las formas puras. Estas son:
Formas puras o justas Formas impuras o injustas
Monarquía (de monos, uno y Tiranía
archia, gobierno)
Aristocracia (de aristos, los Oligarquía (de oligos, ricos y
mejores y cracin, gobierno) nrchin, gobierno)
L,AS FORMAS DE GOBIERNO AYER Y HOY
Formas puras o justas Formas impuras o injustas
Politeia o república Demagogia
(democracia, gobierno del
pueblo)
Comparando las clasificaciones de Platón y Aristóteles, surge con claridad
meridiana que existe una identidad de pensamiento entre maestro y
discípulo, siendo en definitiva la clasificación de Aristóteles una confirmación
-con las pruebas en la mano- de lo que había adelantado su maestro.
Para él las formas de gobierno son casi idénticas a las que proponían
Platón y Aristóteles y que él sintetiza en la realeza que se deforma en una tiranía;
la aristocracia, que puede convertirse en una oligarquía y en fin la democracia,
que de ser el gobierno del pueblo podrá recaer en una demagogia.
Paris, 1995.
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cracia, fenómeno político que se va a reiterar en el caso de democracias modernas
como la inglesa, con el rey como factor monárquico, la Cámara de los Comunes
como factor democrático y la de los Lores como el quántum aristocrático
de la sociedad política británica, en los siglos XIX y xx.
Explicando
su teoría de los ciclos, Polibio expone la siguiente gvolución en las formas
de gobierno: la monarquía, estado inicial que se define por la adhesión
natural al más fuerte y al más enérgico, se transforma en realeza, que es una monarquía
moderada conducida por un rey justo y se basa en la libre adhesión 4.
Luego la realeza degenera en tiranía cuando el rey cede a sus pasiones y piensa
en su propio bien y no en el bien común. De las crisis y guerras que se producen entonces, surge de
nuevo la forma de gobierno original o sea la monarquía y a partir de ésta se repite
el ciclo a lo largo de la historia.
Esta historia circular, que revela cómo se sucedían los gobiernos de las
ciudades-Estado griegas en los siglos 11 y I a.c., servirá de modelo histórico
para explicar los sucesos en el poder, en medio de crisis, guerras y revoluciones
en la era cristiana.
Como leímos en el Capítulo 11, Maquiavelo en el primer párrafo de El
Príncipe clasifica a los Estados en repúblicas y principados y a éstos en hereditarios,
nuevos y mixtos. 68.
LAS FORMAS DE GOBIERNO AYER Y HOY 117
tratamos en el capítulo anterior. Pero el ser un
idealista no le impedía analizar y comprender la evolución política de su país
o atender los tortuosos caminos hacia el poder. En Six Livres de la République, publicado en 1576,
aprovechando un descuido
del Santo Tribunal, asimila terminológicamente gobierno con república
y define a ésta como "el justo gobierno de varias familias y de lo que les es común,
con potestad soberana". Esta república o gobierno, se constituye cuando
existe una comunidad entre las familias.
Entrando en el tema central de las formas de gobierno, dice
que la república puede ser según el detentador de la soberanía una monarquía
o una aristocracia o una democracia. Más adelante analiza cómo
funcionaba la República de Venecia, que era aristocrática y se define a favor de
la monarquía, asegurando que ésta tiene tres formas de gobierno: el rey puede
gobernar popularmente (con igual acceso de todos los súbditos a los cargos públicos)
o aristocráticamente (con los cargos reservados a los ricos y los nobles)
o armónicamente (combinando gradualmente en el poder a nobles, plebeyos,
ricos y pobres).
Para Montesquieu, cada forma de gobierno tiene su propia naturaleza y su
propio principio, que da vida y duración al mismo. Las formas de gobierno son
tres: la monarquía, cuyo principio es el honor y que según su naturaleza es el
gobierno de uno solo mediante leyes fijas y establecidas y la acción de cuerpos
o poderes intermedios (nobleza, clero, ciudades, parlamentos) que obligan a
cumplirlas.El despotismo, sería la segunda forma de gobierno y su principio es
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el temor y según su naturaleza es el gobierno de uno solo sin leyes ni reglas, a
su voluntad y según su capricho; la tercera forma es la República, que es el gobierno
de todo el pueblo (república democrática) o de parte de él (república
aristocrática).
En la república aristocrática, en Cambio, el gobierno
pertenece a una minoría que tratará de imponer sus propias leyes, y su principio
es la moderación.
Sólo considera la forma de gobierno que estima
legitima por basarse en la soberanía popular. Sin embargo enumera -una vez
más dentro del esquema griego- a las tres formas clásicas: monarquía, aristocracia
y democracia.
La electiva es similar a la actual
democracia representativa.
Tal vez por ser contemporáneos, tanto Montesquieu como Rousseau
creen que el clima influye en las formas de gobierno y en tal sentido este último
observa que "cuanto más se medita sobre esto, más se convence uno de que la
libertad no es fruto de todos los climas y por ello no está al alcance de todos los
pueblos". Obviamente, esta peculiar teoría de un mejor aclimatamiento de las dictaduras
en los territorios cálidos se verifica en forma abrumadora en la mayoría
de las repúblicas latinoamericanas y en el casi centenar de naciones que comenzaron
su vida independiente con el proceso de descolonización que se desarrolló
en Asia y África, a partir de 1945.
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LA TEOR~A DE ERNESTO PALACIO
En su impecable Teoría del Estado 5, el escritor y politólogo Ernesto Palacio
arriesga una muy concisa e interesante clasificación de las formas de gobierno,
propuesta que hace advirtiéndonos sobre su valor aproximativo, ya que
en su criterio no existen en política ni formas puras ni definitivas.
Su original propuesta se basa en la idea de que la mayoría de los gobiemos
son plutocráticos, y dentro de esta categoría se dan las subclases de gobiernos
de tipo monárquico (que a su vez puede ser militar o aristocrático burocrático)
o de tipo liberal, que también a su vez puede ser aristocrático o republicano
burocrático.
Dice así que no es una forma de gobierno sino un instrumento para alcanzarlo.
Cualquiera que sea el sistema de gobierno
en cualquier época de la historia y en cualquier nación grande o mínima,
la sociedad política se compone de un ingrediente de poder personal, un ingrediente
aristocrático, otro de minoríadirigente y en fin, un ingrediente democrático
o popular. Por ello, concluye, todo gobierno es un gobierno mixto, aunque
no lo sea en su constitución escrita, lo será en su Constitución real y en su funcionamiento
constará de los tres factores mencionados.
Y en tal sentido podemos aplicar la teoría de los ciclos
políticos de Polibio al caso argentino, siendo el resultado original e
ilustrativo. Así observamos que durante el período colonial que va de 1776 hasta
mayo de 18 10, la forma de gobierno es monárquica, ya que el virrey era el delegado
directo del rey de España. De esta monarquía se pasa a un gobierno de
facto colegiado con predominio de elementos aristocráticos, que inicia un pros
PALACIO, Ernesto, Teoría del Estado, Eudeba, Buenos Aires, 1973, phg. 109.
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ceso revolucionario y se continúa con los gobiernos de iure de tipo triunviral y
directorial, que no obstante su legitimidad de origen operan en el contexto de
un Estado de facto, razón por la cual se convierten en los hechos, en gobiernos
que las circunstancias obligan a actuar durante largos períodos en forma dictatorial.
A la caída
del gobierno de Juan Manuel de Rosas, se sucede otro gobierno dictatorial
conducido por otro caudillo federal, Justo José de Urquiza. Será la república
de los notables, el país de la organización nacional, en la cual, descollaban gobernantes
ilustrados como Bartolomé Mitre, que era simultáneamente historiador,
periodista, militar, político y traductor del Dante; o Sarmiento, periodista, militar,
educador; o Avellaneda, que fue un arquetipo de su época, como honesto
y talentoso administrador de la hacienda pública. A esta república de los notables, sucede una república
oligárquica a partir
de 1880, que tan admirablemente ha descripto Julián Martel en La Bolsa. LAS FORMAS DE GOBIERNO
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En 1912, la Ley Sáenz Peña permite que con el voto secreto, universal y
obligatorio lleguen por primera vez al Congreso socialistas, radicales y demócrata
progresistas. Asimismo, esta eliminación del fraude patriótico permitirá
que en 19 16 acceda al poder un líder carismático, que desarrollará su gestión de
gobierno en una república democrática, con mandatarios legítima y mayoritariamente
instalados en la estructura del poder. Pero esta república democrática
va gradualmente convirtiéndose en una república demagógica, en cuya estructura
de poder el líder carismático (Yrigoyen) gobierna más para halagar a las
masas que para el conjunto de la población. Será la república oligárquica del presidente Justo, epítome
de la "década
infame", que describiera el periodista nacionalista José Luis Torres en 1940.
Como consecuencia de los abusos en materia de fraudes electorales y de los
otros, desembocamos en junio de 1943 en una segunda república militar conducida
por el GOU (Grupo Obra de Organización) que en definitiva capitalizará
en poder y votos su notorio caudillo, el coronel Juan Domingo Perón.
La de 1946 a
1952, será una república demagógica, con la impronta del Partido Peronista,
dominante a escala nacional, provincial y municipal. Esta república militar operó como una verdadera
contrarrevolución, derogando por proclama la reforma constitucional
de 1949 y restaurando mediante decretos-leyes la estructura de la economía de
mercado liberal y las prácticas políticas anteriores al período peronista.
Con el acceso al poder del presidente Frondizi se restablece el Estado de
Derecho, que éste administra en medio de notorias dificultades y acotado por
frecuentes planteos militares. De la democracia acotada de Frondizi, pasamos al gobierno netarnente
oligárquico que encabezael presidente defacto José María Guido, quien durante
un año y medio ejerce un poder limitado por los mandos militares y restringido
por las presiones de los factores de poder, que preanuncian una mera salida
electoral hacia otro gobierno acotado, con el agravante de que también es minoritario.
Éste será el que administre la república democrática restringida que
preside el Dr. Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo. Cuando la dictadura militar que
encabezó hasta 1970 el teniente general Onganía
se va consumiendo liderada por el experto en golpes militares Alejandro
Agustín Lanusse, desembocamos en una nueva y efímeraetapa de gobierno democrático,
con notorios matices demagógicos en la brevísima etapa a cargo del
odontólogo Héctor José Cámpora.
Es así que en 1983 y hasta el presente se restableció una república democrática
no tan acotada por los factores de poder interno como por los factores
externos, inevitable consecuencia de la globalización de la economía y la posición
de la Argentina en el contexto mundial, como país de alta deuda externa
y escasa identidad nacional.
Sintetizando esta cíclica mutación de los gobiernos en la Argentina, se
han producido los siguientes cambios en las formas de gobierno:
Monarquía (Virreinato)
Democracia cabildante
Dictaduras revolucionarias
Junta
(de 1776 a 1810)
(de mayo a noviembre de 1810)
(noviembre de 18 10 a noviembre
de 1811)
LAS FORMAS DE GOBIERNO AYER Y HOY
Triunvirato
Directorio
Anarquía
República unitaria
República confedera1
República presidencialista
Aristocrática
República presidencialista
Oligárquica
República presidencialista
Democrática (con matices
demagógicos en los turnos
del presidente Yrigoyen)
República militar
República presidencialista
Oligárquica
República militar
República demagógica
(con partido dominante)
República militar
República presidencialista
Democrática acotada
República militar
(con presidente civil)
República presidencialista
Democrática acotada
República militar
República presidencialista
Democrática
República militar
República presidencialista
Democrática
(1976 a 1983)
(de 1983 al presente)
Al analizar el cuadro precedente surge con nitidez que en nuestro país los
ciclos políticos se han dado de manera muy peculiar y diferente a la que observaban
Polibio y Bodin en sus tiempos. En nuestro caso más que una sucesión
de formas de gobierno, se ha dado una altemancia en el poder de civiles y militares
entre 1930 y 1983. En esta altemancia de gobiernos de facto y de iure,
que hemos analizado en otros trabajos, se revela nítidamente la inestabilidad
institucional derivada del desajuste existente entre la normativa constitucional
y la realidad histórica, característica saliente en el precitado período.
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En el siglo pasado no hubo en sí alternancia como en los otros modelos
históricos, sino una sucesión de gobiernos aristocráticos, oligárquicos y democráticos,
que la historia ilustra con casos paradigmáticos tales como el gobierno
oligárquico que administró la generación del 80, que fue reemplazado -ya en
este siglo- por el modelo democrático de la Ley Sáenz Peña y que a su vez debió
ceder paso a una clase dirigente -predominantemente oligárquica- que
retomó el poder de la mano de los jefes militares en septiembre de 1930.
LAS FORMAS DE GOBIERNO EN LA ACTUALIDAD
Si ampliamos nuestro universo político y abarcamos en él a los cinco continentes,
comprobaremos que subsisten en el umbral del siglo XXI todas las formas
de gobierno que hace 2.400 años clasificaban, en los silenciosos ámbitos
de la academia, los padres del pensamiento político occidental y en cierta medida-
y por ello en ciertos casos- también se dan formas mixtas como las que
analizaban Bodin y Montesquieu asícomo tipos de gobiemo de iure y de facto,
que recién aparecen, con sus características sui generis, en las dos últimas posguerras
mundiales.
LAS MONARQUÍAS
Entre las formas de gobiemo monárquico y como un anacronismo inevitable
subsisten nueve monarquías absolutas. La Santa Sede y Mónaco son dos modelos monárquicos
incomparables
con los anteriores o cualquier otra forma de gobierno. Por supuesto que las catorce monarquías
constitucionales y quince dominios
monárquicos correspondientes a otros tantos países del Cornmonwealth
británico, que tienen como soberana nominal a la reina de Inglaterra, son administrados
por gobiernos de gabinete parlamentario en donde está garantizado el
sistema bi o pluripartidario, la oposición en las cámaras y todas las libertades
conseguidas por los nobles y comunes en los quinientos años que lucharon contra
el poder del rey, entre 1215 y 172 1.
El caso paradigmático de este tipo de gobierno es obviamente el de Gran
Bretaña, que ha exportado con singular éxito su modelo Westminster a los otros
países de habla inglesa, sus ex colonias, y a varios países de Europa continental,
tales como España, los países escandinavos, Bélgica y Holanda.
Después de la sucesión de ciclos de gobiernos de iure y gobiernos de facto
que entre 1950 y 1985 eran mayoría en la región, el modelo está ahora funcionando
en los países que lo copiaron dentro del contexto de la globalización económica,
política y cultural que se ha impuesto para universalizar la economía
de mercado en los últimos diez años. Estos gobiernos que hacen los ajustes que
le requieren los factores de poder externos, gozan en la actualidad de una significativa
libertad de expresión, sistemas bi o pluripartidistas, elecciones libres
y oposición parlamentaria. El modelo también ha sido adoptado con formas de Estado unitarias o
federales
por países descolonizados a partir de 1960 en Asia y África, tan distantes
y diferentes en lo cultural e histórico como Camenín, Corea del Sur, Sri
Lanka, las islas Seychelles, Tanzania, Namibia, etcétera.
Existe también el sistema de repúblicas semiparlamentarias, en las que el
jefe del Ejecutivo o presidente y el Parlamento reparten poderes y funciones, tal
como es el caso de Finlandia, Lituania. Ahora
bien, dentro de este modelo, pueden darse dos variantes: si el presidente pertenece
a la coalición mayoritaria, tiene todo el poder para gerenciar la política intema
y externa, siendo "el gobierno" o gabinete, un equipo de colaboradores.
Laos y Corea del Norte, continúan manteniendo el modelo de gobierno leninista
conducido por un partido único comunista, sin oposición parlamentaria y con
libertades restringidas. Por otra parte, existen aún nueve repúblicas islámicas, con gobiernos de
partido único o movimiento nacional único o dominante, sin oposición parlamentaria
y con libertades restringidas. Otro modelo es la versión republicana del modelo Westminster adoptado
por treinta y seis repúblicas parlamentarias, con gobierno de gabinete, oposición
parlamentaria bi o pluripartidismo y amplias libertades. Este espectro
adopta la fonna de Estado federal o unitaria, según el tamaño de sus territorios
y funciona con singular éxito ocupando la jefatura de Estado una figura decoLAS
FORMAS DE GOBIERNO AYER Y HOY 127
rativa, obviamente un político prestigioso quien cumple el mismo rol que los
reyes en el modelo Westminster puro (Italia, Alemania, India, Congo, Turquía,
Grecia, etc.). Y
así en estos regímenes africanos atípicos los jefes tribales comparten el poder
con la clase política, militar o profesional promovida por los partidos políticos.
En fin, doce de las ex repúblicas de la URSS, están adoptando primordialmente
el modelo Filadelfia de gobierno presidencialista, aunque en su estructura
de poder es notoria la presencia de aparatchiks del ex partido comunista.
Catorce gobiernos de jacto y nueve gobiernos con regímenes también de facto
o formalmente constituidos pero con organización política indefinida son hasta
el momento una incógnita respecto de qué modelo adoptarán o si promoverán
un tipo original.
Sin embargo, no se sabe si estos gobiernos en transición aceptarán el desafio
de conformar formas de gobierno que garanticen los derechos humanos,
la oposición parlamentaria y la libertad de mercado.
Para completar esta exhaustiva clasificación, debemos anotar dos gobiernos
colegiados, en Andorra y Suiza, con responsabilidad colectiva de sus integrantes
y todas las garantías características de los Estados de derecho clásicos.
El último tipo de gobierno sui generis lo constituye la República de Irlanda,
que mantiene la única Cámara Legislativa corporativa que subsiste en el mundo a
los finales de los 90: el Senado, que está constituido por sesenta miembros, de los
cuales once son nombrados por el primer ministro, seis elegidos por las universidades
y cuarenta y tres funcionalmente por las asociaciones intermedias.

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