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MEDICINA DEL FÚTBOL

por

William E. Garret, Jr.


Donald T. Kirkendall
S. Robert Contiguglia
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Título original: The U.S. soccer sports medicine book


© Williams & Wilkins, 1996

Revisión Técnica: Manuel Pombo Fernández


Traducción: Tsedi
Diseño cubierta: David Carretero

© 2005, William E. Garret, Jr.


Donald T. Kirkendall
S. Robert Contiguglia
Editorial Paidotribo
Polígono Les Guixeres
C/ de la Energía, 19-21
08915 Badalona
Tel.: 93 323 33 11 - Fax: 93 453 50 33
E-mail: paidotribo@paidotribo.com
http://www.paidotribo.com

Primera edición
ISBN: 84-8019-808-7
Fotocomposición: Bartolomé Sánchez de Haro
bartez@telefonica.net
Impreso en España por: Sagrafic

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mas informáticos.
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A los jugadores de fútbol y sus familias

a aquellos que enseñan y cuidan de ellos.


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COLABORADORES
PAOLO AGLIETTI, MD DOUGLAS W. BROWN, MD
Clínica Ortopédica Práctica privada, Cirugía Ortopédica
Universidad de Florencia y Medicina del Deporte
Florencia, Italia Asociados en Ortopedia de Pórtland
Comité Médico Asociado de Fútbol
MICHELLE AKERS-STAHL, MD de EE.UU.
USSF Nacional Board of Directors Preparador Físico del Equipo
Oveido, Florida Femenino de Fútbol de EE.UU.
Portland, Maine
ELIZABETH A. ARENDT, MD
Profesora adjunta de Cirugía WILLIAM G. CLANCY, JR., MD
Ortopédica Profesor de Cirugía Ortopédica
Directora médica de los equipos uni- Universidad de Virginia
versitarios de atletismo Charlottesville, Virginia
Directora del Instituto de Medicina Profesor de Cirugía
del Deporte UAB, Escuela de Medicina,
Minneapolis, Minnesota Departamento de Cirugía
Miembro del equipo de cirujanos del
WILLIAM R. BARFIELD, Ph.D Centro Ortopédico y Medicina del
Educación Física y Salud, Colegio de Deporte de Alabama
Charlesto Birmingham, Alabama
Charleston, Carolina del Sur
KRISTINE CLARK, Ph.D, RD
JEFFREY A. BAUER, Ph.D Directora de Nutrición deportiva aso-
Profesor adjunto de Ejercicio y ciada al American College of Sports
Ciencias del Deporte Medicine
Director del Laboratorio de Ex presidenta de la American
Biomecánica Dietetics Assoc.
Universidad de Florida Universidad Park, Pensilvania
Miembro de la Sociedad Americana
de Biomecánica EDUARDO HENRIQUE DE ROSE, M.D.
Gianesville, Florida Ph.D., FACSM
Profesor de Medicina del Deporte
BARRY P. BODEN, MD Universidad del Estado de Rio
Asociado en Medicina del Deporte Grande do Sul
Centro Médico de la Universidad Presidente de la Federación
Duke Internacional de Medicina del
Departamento de Cirugía Ortopédica Deporte
Dirham, Carolina del Norte Porto Alegre, Brasil
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6 MEDICINA DEL FÚTBOL

PIETRO DEBIASE Profesor Adjunto de Fisiología, New


Clínica Ortopédica York Medical College
Universidad de Florencia Nueva York
Florencia, Italia
GARY A. GREEN, MD
RANDALL DICK, MS Profesor Asistente de Clínica, UCLA
Asociado al American College of División de Medicina de Familia
Sports Medicine (FACSM) Los Ángeles, California
Director asistente de Ciencias del
Deporte del National Collegiate EMILY M. HAYMES, Ph.D
Athletic Association Profesor de Nutrición y Ciencias del
Overland Park, Kansas Movimiento
Universidad del Estado de Florida
PROF. BJORN EKBLOM, MD Asociada al American Collage of
Profesor de Fisiología, Instituto Sports Medicine
Karolinska Tallase, Florida
Stockholm, Suecia
WILLIAM M. HEINZ, MD
EJNAR ERIKSSON, MD Portland, Maine
Prof. de Medicina del Deporte en el
Instituto Karolinska REY JAFFET, MS, PT, ATC
Jefe de Departamento de Cirugía Director de Servicios Clínicos
Ortopédica del Deporte Director de Clínica de los Servicios
Karolinska Hospital Médicos de Rehabilitación del Sur
Stockholm, Suecia Coral Gables, Florida

GREGORY M. FOX, MD W. BENJAMIN KIBLER, MD, FACSO


American Sports Medicine Institute Director Médico de la Clínica
Birmingham, AL 35205 Lexington de Medicina del Deporte
Miembro del Comité de Medicina
WILLIAM E. GARRETT, MD, Ph.D. del Deporte de la Federación de
Profesor de Cirugía Ortopédica Fútbol de EE.UU.
Centro Médico de la Universidad Lexington, Kentucky
Duke
Director Médico de la Federación de DONALD T. KIRKENDALL, Ph.D.
Fútbol de EE.UU. Asociado al Departamento de
Durham, Carolina del Norte Fisioterapia y Terapia Ocupacional
Centro Médico de la Universidad de
GIL GLEIM, Ph.D. Duke
Director de Investigación del Durham, Carolina del Norte
Instituto Nicholas de Medicina del
Deporte y Trauma en el Deporte, THOMAS P. KNAPP, M.D.
Hospital Lenox Hill Instructor Clínico de Cirugía
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COLABORADORES 7

Ortopédica, USC Escuela de Santa Mónica, California


Medicina
Santa Mónica, California JOHN R. MCCARROLL, MD
Consultor en Ortopedia del
PETER KRUMINS, MD Departamento de Deportes de la
Práctica Privada Universidad de Indiana
Equipo médico de la Universidad Bloomington, Indiana
Pacific Lutheran Profesor Adjunto de Clínica,
Tacoma, Washington Departamento de Ortopedia,
Universidad de Indiana, Escuela de
BEVEN PACE LIVINGSTON, PT, AT, C Medicina
Especialista Clínico del Centro de Indianápolis, Indiana
Medicina del Deporte Cirujano Ortopédico, Centro
Lexington, Kentucky Metodista de Medicina del Deporte
Carmel, Indiana
JOHN LOHNES, P.A.C., MHS
División de Cirugía del Deporte CHARLOTTE C. MCINTOSH, MS, RD,
Centro Médico de la Universidad LDN
Duke Nutricionista, Departamento de
Durham, Carolina del Norte Nutrición del Moses H. Cone Group
of Health Care Services
RICHARD LÓPEZ, Ed.D. Greensboro, Carolina del Norte
Profesor Asociado
Universidad Internacional de Florida MICHAEL K. MCINTOSH, Ph.D., RD,
Miami, Florida LDN
Profesor Asociado de Nutrición
JAMES M. LYNCH, MD Departamento de Nutrición
Miembro Asociado de la Facultad de Departamento de Dirección de la
Graduados de Ejercicio y Ciencias Universidad de Carolina del Norte
del Deporte Greensboro, Carolina del Norte
Penn State Center para Medicina del
Deporte ROBERT MCKELVAIN, PH.D.
Universidad Park, Pensilvania Profesor y Jefe del Departamento de
Psicología de la Universidad
BERT R. MANDELBAUM, MD Cristiana de Abilene
Jefe de Ortopedia del Hospital de St. Consultor Psicológico de la World
John y Centro de Salud Cup Team, EE.UU., 1994
Santa Mónica, California Abilene, Texas
Equipo Médico de la Federación
Nacional de Fútbol de EE.UU. JOHN MCMULLEN, MS, ATC
Malibú, California Clínica Lexington de Medicina del
Director Médico de la Asociación de Deporte
Voleibol Profesional de Mujeres Lexington, Kentucky
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8 MEDICINA DEL FÚTBOL

RAYMOND ROCCO MONTO, MD la Universidad de Vermont,


Hospital de Martha Vinyard Departamento de Ortopedia y
Oak Bluffs, Massachusetts Rehabilitación
Centro de Investigación en el
WERNER MULLER, Prof. MD Sistema Musculoesquelético
Profesor extraordinario de Cirugía McClure
Ortopédica de la Facultad de Burlington, Vermont
Medicina de la Universidad de Basel
Jefe de Departamento de Cirugía TONU SAARTOK, MD, Ph.D.
Ortopédica Profesor Asociado, Sección de
Bruderholz, Suiza Ortopedia, Departamento de Cirugía,
Hospital Visby
G. NAESSENS, M.D. Visby, Suecia
Hospital Universitario Antwerp
Departamento de Fisioterapia y BRUCE SNELL, MS, PT, ATC, SCS
Rehabilitación Entrenador Atlético Certificado
Edegem, Bélgica Especilista de Clínica del deporte
Centro Northwest de Medicina del
LARS PETERSON, MD, Ph.D. Deporte y Fisioterapia
Profesor Asociado, Departamento de Tacoma, Washington
Ortopedia
Universidad de Gothenburg SCOUT E. STRASBURGER, MD
Director Clínico del Centro Médico American Sports Medicine Institute
Gothenburg Birmingham, Alabama
Miembro del Comité Médico de la
FIFA LARS-INGLE SVENSON
Compañía de Seguros Folksam
BRUCE REIDER, MD Stockholm, Suecia
Director de Medicina del Deporte,
Universidad de Chicago ROBERT A. SWOAP, Ph.D
Profesor Asociado de Cirugía Conroe, Texas
Ortopédica, Universidad de Chicago
Chicago, Illinois ANDERS VALENTIN, MD
Departamento de Artroscopia y
THOMAS REILLY, B.A., Dip. P.E., M.Sc., Cirugía del Deporte
M.I. Biology, Ph.D., F.Erg.S. Hospital Karolinska
Escuela de Ciencias Humanas, Stockholm, Suecia
Universidad de Liverpool John
Moores GIOVANNI ZACCHEROTTI, MD
Liverpool, Gran Bretaña Primera Clínica Ortopédica
Universidad de Florencia
PER A.F.H. RENSTROM MD, Ph.D. Florencia, Italia
Profesor de Medicina del Deporte de
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ÍNDICE

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
I. MEDICINA DEPORTIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13
1. Perfil fisiológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15
2. Metabolismo de la energía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .25
3. Fuerza, rapidez y flexibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35
4. Aplicaciones dietéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51
5. Necesidades nutricionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73
6. Nutrición y rendimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .97
7. Líquidos y electrólitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .105

II. BIOMECÁNICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .115


8. Remates de cabeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117
9. Biomecánica del disparo y del balón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .123
10. Calzado de fútbol y superficies de juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .135

III. El MÉDICO DE EQUIPO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .161


11. El rol del médico de equipo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .163
12. Material clínico del médico de equipo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .173
13. Exámenes físicos de preparticipación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .201
14. Asistencia médica durante el campeonato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .225

IV. LESIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .239


15. Lesiones agudas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .241
16. Lesiones agudas de cabeza y cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .251
17. Lesiones crónicas de cabeza y cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .259
18. Lesiones en las extremidades superiores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .277
19. Lesiones en el tronco y en la espalda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .305
20. Lesiones inguinales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .319
21. Pubalgia atlética y dolor inguinal crónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .337
22. Opciones de tratamiento en las lesiones del ligamento
cruzado anterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .345
23. Lesiones del ligamento colateral y del ligamento
cruzado posterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .357
24. Menisco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .373
25. Problemas femororrotulianos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .381
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26. Lesiones cartilaginosas de rodilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .401


27. Distensiones musculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .409
28. Lesiones agúdas y crónicas del tendón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .423
29. Contusiones y hematomas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .435
30. Fracturas por sobrecarga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .447
31. Lesiones agudas en el pie y el tobillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .473
32. Esguinces de tobillo y síndromes de aprisionamiento . . . . . . . . . . . .495
33. Reglas y árbitros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .507
34. Resultados y secuelas a largo plazo de la práctica del fútbol . . . . . . .515

V. PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE LAS LESIONES . . . . . . . . .529


35. Calentamiento y estiramiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .531
36. Vendajes, tobilleras y equipamiento protector . . . . . . . . . . . . . . . . . . .539
37. Criterios de rehabilitación y de retorno a la práctica deportiva . . . . .553

VI. LOS JÓVENES Y EL FÚTBOL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .563


38. Epidemiología de las lesiones de los jóvenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . .565
39. Las lesiones en el fútbol y los adolescentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .575

VII. LAS MUJERES EN EL FÚTBOL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .575


40. La jugadora de fútbol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .599
41. Lesiones de las jugadoras federadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .607
42. Aspectos nutricionales en la mujer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .627

VIII. ASPECTOS SOCIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS . . . . . . . . . . . . . .639


43. Cuestiones de psicología deportiva en el fútbol juvenil . . . . . . . . . . .641
44. El abuso de medicamentos en el fútbol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .659

ÍNDICE ALFABÉTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .665


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PREFACIO

La copa del mundo de fútbol se celebró por primera vez en EE.UU. durante
el verano de 1994. La Federación de Fútbol de los EE.UU. aprovechó esta opor-
tunidad para reunir a un número de autoridades mundiales en el área de la medi-
cina deportiva y la ciencia del fútbol. Se celebró una conferencia internacional
desde el 11 hasta el 15 de junio en el Dolphin Resort en Orlando, Florida, antes
de la apertura de la Copa del Mundo.
Las presentaciones realizadas en esta conferencia multidisciplinaria forman el
núcleo de este libro.
Nuestra intención al escribir este libro era hacer accesible para todos un com-
plejo material científico; desde el entrenador amateur sin conocimientos científi-
cos o médicos, hasta el médico practicante.
Hemos intentado cubrir la fisiología y biomecánica básica del fútbol, aplica-
das a aspectos de nutrición, tratamientos comprensibles de lesiones enfocando el
mecanismo de las lesiones y su tratamiento, y temas selectos como la jugadora
de fútbol femenino, los jóvenes y aspectos psicológicos del deporte.
La Federación de Fútbol de EE.UU., a través de su Comité de Medicina
Deportiva, es responsable de la conferencia y de este libro.
Es importante agradecer a los patrocinadores que ayudaron a hacer posible
tanto la conferencia como este libro: Snickers, Gatorade y Aircast. Tambien
expresamos nuestro agradecimiento especialmente a Patty Butterfield y Patty
Marchak (Federación de Fútbol de EE.UU.); Gerry Newton y John Lohnes
(Duke University Medical Center), y Darlene Cooke, Sharon Zinner y Paula
Mueller (Williams y Wilkins); sin su apoyo, ni la conferencia ni este libro ha-
brían sido posibles.

William E. Garrett, Jr.


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S. Robert Contiguglia
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I
MEDICINA
DEPORTIVA
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1 PERFIL
FISIOLÓGICO

Thomas Reilly

El fútbol exige esfuerzos fisiológicos a sus practicantes. Éstos están determi-


nados tanto por el ritmo de juego durante el partido como por los niveles físicos
y de motivación de los jugadores en un ejercicio de alta intensidad. Sin la com-
binación necesaria de atributos fisiológicos, los jugadores no serían capaces de
manejar el esfuerzo que les impone un fútbol intensamente competitivo. El
esfuerzo fisiológico asociado con el juego tiene consecuencias tanto en los tests
físicos como en los regímenes de entrenamiento.
La descripción del esfuerzo se puede determinar por un análisis de manteni-
miento de los jugadores durante un partido. La intensidad del ejercicio se puede
medir por los índices de esfuerzo, así como por la distancia recorrida durante el
partido o la relación ejercicio-descanso. En la variedad de factores influye
el índice de esfuerzo, incluyendo los estilos de juego, el estado nutricional y/o el
físico. Hay consecuencias energéticas asociadas con la ejecución de técnicas de
juego, que se sobreimponen a los patrones del índice de esfuerzo. La conexión
con técnicas de juego es más obvia durante los entrenamientos. Una nota más a
considerar en esta revisión es el asesoramiento de calidad de juego y los factores
que afectan a la producción de goles.

PERFIL DE ÍNDICE DE ESFUERZO

Los perfiles de esfuerzo pueden clasificarse en términos de tipo de actividad,


intensidad (o calidad), duración (o distancia) y frecuencia. Estos esfuerzos se
producen en un contexto de juego directo o indirecto. Los cambios en el perfil
del índice de esfuerzo pueden deberse a la fatiga o a deficiencias físicas, las cua-
les pueden proceder de programas de entrenamiento y tienen consecuencias en el
suministro energético o en la prevención de lesiones. Por ejemplo, los errores a
destiempo en una entrada o en una pugna por la posesión del balón son más fre-
cuentes si el jugador está fatigado.
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16 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los estudios pioneros en los análisis de movimientos en el fútbol fueron com-


pletados por Reilly y Thomas. Se recogieron observaciones sobre un jugador
durante un partido e información de más de 50 partidos. Se usó una grabación
comentada y realizada desde una posición elevada cubriendo todo el campo,
junto con un plano señalizado del área de juego y las bandas. La grabación del
jugador permitía valorar los ejercicios (paseo, footing, carrera y esprint).
El perfil incorpora habilidades (cabezazos, entradas y posicionamiento para
la posesión del balón) y retrocesos, desplazamientos laterales y movimientos no
convencionales.
Los tipos de actividades (fig. 1-1) muestran que la mayor parte de la distan-
cia se cubre con poca intensidad, tanto caminando como trotando.
La carrera muestra un esfuerzo por debajo del máximo y con una intención a
corto plazo y a una intensidad superior.
El esprint es en sí un esfuerzo máximo, pero ocurre a una media de una vez
cada 90 segundos sobre una distancia de 14 metros. Las pausas de descanso
ascienden a 3 segundos cada 2 minutos, aunque serán mayores por lesiones.
La carrera en busca de la posesión del balón suma menos del 2% de la distan-
cia total. El movimiento es en su mayor parte sin balón, en busca de espacio o de
crear espacio para otros, con movimientos para despistar, contrarrestar al contra-
rio y apoyo a los compañeros de equipo.
El bajo porcentaje de distancia cubierta en posesión del balón es característi-
co de otros deportes futbolísticos, como: rugby, fútbol australiano y gaélico.
Cada partido implica aproximadamente 1.000 actividades separadas. Esto
significa un cambio de actividad cada 6 segundos. Las actividades no son cícli-
cas y la sucesión de eventos es temporalmente única. Aun así, hay una notable
correspondencia de perfiles de producción entre partido y partido, particularmen-
te en lo referente a los esfuerzos de alta intensidad.
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PERFIL FISIOLÓGICO
17

Carrera
20

Esprint
11

Trote Con balón


36 2

Paseo
24
Retroceso
7

Figura 1-1. Porcentaje de la distancia total cubierta por categorías durante un partido.

FACTORES QUE AFECTAN EL ÍNDICE DE ESFUERZO

Posición de juego

Aunque la distancia total cubierta en un partido es aproximadamente de 9 a


11 km, varios factores la pueden cambiar. Una de las variedades es la posición
del jugador (fig.1-2).
En equipos que usan un esquema 4–4–2 o 4–3–3, son los centrocampistas
quienes cubren la mayor distancia. Esto se debe a su función de vínculo entre
defensa y ataque. Un solo punta (delantero) en un esquema 4–5–1 tendrá un índi-
ce de esfuerzo similar al de los centrocampistas.
Los esprints en sí son importantes para conseguir la posesión del balón. Su
cálculo exacto y la velocidad son importantes en situaciones de gol.
Los centrocampistas se distinguen de los demás en términos de mayor distan-
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18 MEDICINA DEL FÚTBOL

cia cubierta a menor intensidad. Después de un momento de ataque intenso, vuel-


ven a posiciones de estabilidad de juego. Los defensas, especialmente en el cen-
tro del campo, cubren una distancia desproporcionada con retrocesos. Éstos pue-
den ser tanto retiradas estratégicas para dejar al atacante contrario en una mala
posición, como rechazar un balón alto o un pase al centro desde la banda.

Estado físico y fatiga

Las actividades intensas en relación con el balón pueden ser anaeróbicas, y


los esfuerzos de alta intensidad pueden determinar momentos cruciales durante
el partido. No obstante, la forma física aeróbica determina las habilidades de los
jugadores durante el partido.

DISTANCIA POR PARTIDO (km)

Centrocampistas Delanteros Líberos Defensas Portero

POSICIÓN

Figura 1-2. Distancias abiertas según la posición de juego. (Datos de: Reilly T., Thomas V.
An Analysis of work-rate in different positional roles in professional football match-play. J.
Hum Movement Sci 1976;2:87-98.)
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PERFIL FISIOLÓGICO
19

La distancia cubierta en un partido es proporcional al consumo máximo de


oxígeno.
El tener un alto potencial aeróbico también está relacionado con el manteni-
miento del índice de esfuerzo hasta el final del partido. Durante el desarrollo del
juego, se observa un descenso de la distancia cubierta y del número de intentos
de esprints. Este efecto de la fatiga está vinculado con una reducción de los nive-
les de glucógeno en los músculos, y en parte puede ser contrarrestado con la
ingesta de nutrientes antes del partido.
El marcaje de goles tiende a aumentar hacia el final del partido, aunque puede
ocurrir en cualquier momento. Este aumento puede deberse a una fatiga fisioló-
gica, lapsus en la concentración mental o a la intención del equipo perdedor de
correr riesgos para tomar la iniciativa.
Pese a la bajada del índice de esfuerzo, el ritmo del corazón puede mantener-
se elevado a un alto nivel. Esto ocurre con jugadores universitarios y en algunos
casos a nivel profesional.
El árbitro queda en desventaja al estar obligado a mantener el ritmo de juego
al aumentar la urgencia hacia el final del partido. El ritmo del corazón del árbi-
tro se mantiene en 170 latidos/min durante todo el partido.

Estilo de juego

Equipos con alta habilidad pueden dictar el ritmo de juego; así pues será el
estilo de juego el que determine el índice de esfuerzo. Jugadores de gran habili-
dad pueden usar sus niveles físicos para presionar en la posesión del balón y for-
zar al contrario a cometer errores. El método “directo” de juego evita una lenta
concentración desde la defensa e impone un alto índice de esfuerzo a los jugado-
res; los defensas se agrupan con los centrocampistas para apoyar al jugador-obje-
tivo o a los jugadores atacantes.
Un ejemplo de este estilo fue usado por la selección de la República de
Irlanda en la Eurocopa de 1988 y la Copa del Mundo en 1990 y 1994. Un análi-
sis conductual en el partido Irlanda- Inglaterra mostró que los jugadores irlande-
ses raramente perdían la posesión del balón en su área del campo. Esto contras-
ta con la mayor frecuencia de pérdida del balón por parte de los jugadores ingle-
ses en su área. Aunque el estilo irlandés ha sido criticado por su forma directa,
éste ha evolucionado para acomodar tanto a jugadores con altísimos índices de
esfuerzo como a jugadores habilidosos con bajos índices de esfuerzo. Noruega y
Suecia, ambos clasificados para la Copa del Mundo de 1994, usan una misma
variante del método “directo”.
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20 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los complicados movimientos asociados con patrones de juego y producción


de goles pueden ser analizados por grabaciones televisivas y usando métodos
informáticos. Éstos dan información completa, aparte de caminos hacia el gol,
sobre resultados individuales y de equipo.
La posición, el jugador involucrado, la acción y el resultado pueden ser pro-
cesados para obtener una visión total del patrón de juego. Este método puede
combinarse con un análisis del índice de esfuerzo si las grabaciones se hacen
sobre un jugador individual.
Las intensidades de movimiento, aceleraciones y desaceleraciones pueden
calcularse al identificar las coordenadas de una serie de posiciones sobre el terre-
no de juego. De esta manera, puede perfilarse el índice completo de esfuerzo de
un delantero (fig. 1-3). Un programa informático puede establecer el resultado
táctico de movimientos.

PERFIL DE ACTIVIDAD DE UN DELANTERO


DE LA COPA DEL MUNDO
Actividad

Paseo

Trote

Zancada

Esprint

Retroceso/
ladeo
En posesión

Distancia (km)

Figura 1-3. Índice de esfuerzo de un delantero de la Copa del Mundo mientras juega en un
partido de la primera división inglesa.
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PERFIL FISIOLÓGICO
21

Los jugadores también toman parte en pugnas por la posesión del balón,
incluyendo cabeceos y entradas. También deben correr con el balón. Los análisis
de las consecuencias energéticas de regateos con el balón se han realizado en
condiciones de laboratorio. Sin tener en cuenta la velocidad, el regateo supone
una constante elevación del coste energético. La desviación del lactato con un
aumento de la intensidad del ejercicio ocurre a una velocidad menor que al correr
normalmente. Esto demuestra que entrar corriendo con el balón proporciona un
mayor estímulo de entrenamiento que correr a la misma velocidad. La zancada
es menor e irregular al llevar el balón. Esto sirve para controlar el balón y enga-
ñar al contrario.
Los movimientos hacia atrás y de lado también elevan el consumo de oxíge-
no en comparación con la carrera normal. En estos casos, las elevaciones son
desproporcionadas si se aumenta la velocidad del movimiento.

ESFUERZOS EN EL ENTRENAMIENTO

Los entrenamientos para el fútbol competitivo incorporan una gama de com-


ponentes además del calentamiento y los ejercicios físicos y de flexibilidad. Los
jugadores practican habilidades, “partidillos” de simulación y partidos de entre-
namiento. Las intensidades relativas por ritmo cardíaco medio (tabla 1-1)
demuestran que la intensidad del ejercicio es más alto que cuando se juega un
partido. Nuestra comparación entre partidos de entrenamiento y partido de com-
petición indica que el último reduce los mecanismos aeróbicos hasta el 75% de
.
la VO2 máx media.

Tabla 1-1.

Intensidad relativa de componentes de entrenamiento


indicada por el ritmo cardíaco (latidos/min) medio (±DE)

Calentamiento 120 ± 2
Flexibilidad/calistenia 112 ± 3
Carrera 144 ± 3
Entrenamiento de circuito y de peso 125 ± 4
Práctica de habilidades 128 ± 5
Simulacros 137 ± 4
Partidos 157 ± 7
Períodos de recuperación 102 ± 3
Documento1 14/2/05 17:06 Página 22

22 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los jugadores son reacios a entrenar a alta intensidad en simulacros sin balón.
Las prácticas cronometradas tienen poca fiabilidad cuando están dirigidas por el
equipo técnico. Por ello, las tareas de campo que incorporan carreras en zigzag,
giros rápidos y ejercicios con el balón es más probable que motiven a los juga-
dores a un máximo esfuerzo.
La carga de entrenamiento tiene que estar distribuida de manera cíclica
durante la semana para preparar los partidos de fin de semana.
La energía utilizada llega al máximo a mediados de la semana antes de
aumentar para el partido. Esto evita una reducción de las reservas de glucógeno
antes de la competición. La intensidad del entrenamiento debe reducirse si se jue-
gan dos partidos a la semana. Se debe enfatizar la seguridad y la prevención de
lesiones en épocas de intensos compromisos deportivos.
Se ha de tener cuidado con los entrenamientos de pretemporada para evitar
lesiones debido al repetitivo aumento de carga física. Los jugadores pueden
haber dejado todo ejercicio físico durante las vacaciones y volver con sobrepeso.
Poner demasiado énfasis en los ejercicios aeróbicos y de resistencia en la pre-
temporada puede suponer una reducción de la fuerza muscular al comienzo
de temporada. Los elementos del programa de entrenamiento deben equilibrarse,
especialmente en la pretemporada.
El estado aeróbico debe mantenerse durante toda la temporada. Esto depen-
derá de cómo los jugadores se mantienen unidos y sin lesiones. Apor demostró
cómo el nivel medio aeróbico de los equipos de la primera división se correla-
cionaba con la clasificación final de la liga. Las victorias significan mejor esta-
do físico y a su vez una moral más elevada de equipo, mientras que las derrotas
y las lesiones desencadenan un círculo vicioso de malestar físico y moral.
La predominante preparación aeróbica de los jugadores de fútbol se refleja en
muestras de músculos tomados de futbolistas de elite. Éstos tienden a poseer
enzimas oxidativas de atletas de alta resistencia. No obstante, deben tener en
cuenta el entrenamiento de la fuerza física, en vista de los componentes de con-
tacto y sus elementos anaeróbicos.
La fuerza muscular a altas velocidades parece ser lo más relevante para el fút-
bol. Es muy importante que estén muy equilibrados los músculos isquiotibiales
y los cuádriceps, especialmente para la acción excéntrica del último en el control
del tiro.
El entrenamiento de la fuerza muscular puede mejorar el rendimiento del tiro,
siempre que sea funcionalmente relevante y añadido más que reemplazado por el
entrenamiento normal de fuerza física. Los mejores jugadores belgas mejoraron
sus habilidades de tiro cuando utilizaron un programa especialmente diseñado
Documento1 14/2/05 17:06 Página 23

PERFIL FISIOLÓGICO
23

para ello. Se ha encontrado una relación parecida entre el rendimiento de tiro y


la máxima torsión a altas velocidades angulares en futbolistas femeninas.
Cualquier asimetría en la fuerza de las piernas, especialmente durante la reha-
bilitación, debe ser corregida.
La dinanometría isocinética puede usarse tanto como instrumento de entrena-
miento como mecanismo de evaluación. El entrenamiento debe incorporar final-
mente ejercicios relacionados con el juego antes de que el jugador se sienta pre-
parado para un entrenamiento de partido.

LECTURAS RECOMENDADAS
Apor P. Successful formula for fitness training. En: Reilly T, Lees A, Davids K,
(Eds.). Science & Football Londres: E & FN Spon, 1988:95-107.
Caterall C, Reilly T, Atkinson G y cols. Analysis of the work-rates and heart-rates
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Documento1 14/2/05 17:06 Página 25

2 METABOLISMO
DE LA ENERGÍA

Björn Ekblom

En el fútbol, los períodos en los que se realizan esprints de elevada intensi-


dad durante un corto espacio de tiempo se alternan con períodos en los que se
corre con menor intensidad y con momentos en los que el jugador trota, camina
o simplemente permanece de pie. Con escasas diferencias entre los partidos, la
distancia media cubierta por un jugador de campo se sitúa entre los 10-11 km.
Aproximadamente el 10% de la distancia total recorrida durante un partido se
debe a carreras de alta velocidad. Respecto a la media del equipo, los centrocam-
pistas cubren un distancia mayor, mientras que los defensas cubren una menor.
Por añadidura, todos los jugadores realizan actividades que demandan energía,
como entrar al contrario, saltar y acelerar. Así, para que sea posible satisfacer las
demandas energéticas de un partido de fútbol es preciso implicar tanto los siste-
mas energéticos aeróbicos como los sistemas anaeróbicos. En este capítulo se
discutirán los conocimientos de que disponemos en la actualidad sobre la deman-
da total de energía, así como la contribución de los distintos sistemas energéticos.

PRODUCCIÓN AERÓBICA DE ENERGÍA

Frecuencia cardíaca

Debido a que en la actualidad no es posible realizar mediciones de la produc-


ción aeróbica de energía durante la celebración de un partido de fútbol, deben
emplearse distintos métodos para la estimación del consumo de oxígeno. El pri-
mer método utiliza el factor fisiológico más obvio: la frecuencia cardíaca.
La figura 2-1 muestra la frecuencia cardíaca de un centrocampista provisto de
un transmisor de frecuencia durante un partido convencional. Como se ve en la
figura, el jugador tiene una frecuencia superior al 90% de su frecuencia máxima
en muchas partes del encuentro. Aunque incluso en momentos de ejercicio inter-
mitente los factores psicológicos y otros factores pueden aumentar superficial-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 26

26 MEDICINA DEL FÚTBOL

mente, la frecuencia cardíaca, estos datos indican que durante el partido de fút-
bol se produce una considerable sobrecarga en la cadena de transmisión de oxí-
geno. Las mediciones correspondientes no publicadas realizadas en nuestro labo-
ratorio con mujeres futbolistas mostraron que la frecuencia cardíaca media de
cinco jugadoras de campo con una frecuencia media máxima de 195 (± 9) duran-
te tres partidos fue de 177 (± 11), 174 (± 11) y 173 (± 10). Estos datos muestran
que, en lo que respecta a la competición futbolística, no existen diferencias en la
respuesta de la frecuencia cardíaca y, en consecuencia, en las demandas aeróbi-
cas, entre los hombres y las mujeres.

Frecuencía cardiaca, bpm


maximo

Lactato
sanguí-
neo

mmol

Figura 2-1. Frecuencia cardíaca de un centrocampista durante un partido.


Documento1 14/2/05 17:06 Página 27

METABOLISMO DE LA ENERGÍA
27

Temperatura corporal

Las mediciones de la temperatura rectal después del partido pueden ser utili-
zadas para la evaluación de la demanda media de oxígeno durante el ejercicio.
Cuando la absorción de oxígeno se sitúa entre el 50% y el 75% de la potencia
aeróbica máxima, la temperatura media rectal durante el ejercicio continuado es
de 38,0 OC y 38,8 OC respectivamente. En estudios realizados con futbolistas sue-
cos, la temperatura media corporal en cuatro equipos de cuatro divisiones distin-
tas fluctuó entre los 39,0 OC y 39,5 OC. En 9 de los 125 jugadores, la temperatu-
ra rectal después del partido fue >40 OC. Las mediciones de la temperatura rec-
tal durante un partido de fútbol femenino mostraron temperaturas inferiores; los
valores medios se situaron entre los 38,0 OC y los 38,8 OC. No obstante, tanto

LACTATO SANGUÍNEOS

1.a mitad
2.a mitad
intervalo

Figura 2-2. Concentración sanguínea de lactato (media e intervalo) durante el descanso y


tras el partido en equipos de cuatro divisiones diferentes.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 28

28 MEDICINA DEL FÚTBOL

durante el ejercicio intermitente como después de la deshidratación la tempera-


tura corporal aumentó por encima de la relación “normal” entre el volumen
medio de oxígeno y la temperatura corporal. Éste es un hecho a tener en cuenta
en el momento de evaluar las demandas energéticas. Sin embargo, estas condi-
ciones no pueden contradecir el hecho de que la demanda energética media
durante los partidos, al ser evaluada a partir de las mediciones de temperatura
corporal, es muy elevada.

Lactato sanguíneo

La evaluación de la demanda total de energía durante un partido de fútbol


también puede utilizar el lactato sanguíneo. Los datos procedentes de los parti-
dos celebrados en Suecia recogen una cantidad de lactato sanguíneo de entre 7 y
11 mmol/l después de los partidos. No obstante, informes realizados en
Dinamarca y en otros países hablan de cantidades menores, lo cual, entre otros
motivos, puede deberse a diferencias en los estilos de juego y a distintas condi-
ciones climáticas. En el caso del fútbol femenino, se hallaron concentraciones de
lactato sanguíneo de entre 4 y 7 mmol/l (fig. 2-2).

Resumen

De las mediciones de la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal puede


concluirse que, en los jugadores de elite nacionales e internacionales, el nivel
medio de energía se sitúa en el 75-80% de la potencia aeróbica máxima tanto en
los hombres como en las mujeres. Las diferencias en los estilos de juego, la posi-
ción en el equipo y otros factores, como el clima, pueden modificar el consumo
medio de energía. Durante un partido de elite, el consumo total de energía de los
jugadores masculinos con una masa corporal de 70-75 kg y una potencia aeróbi-
ca media de aproximadamente 4,5 l, la cantidad total se sitúa entre las
1.600-1.800 kcal. En el caso del fútbol femenino, los valores correspondientes se
sitúan entre las 1.400-1.500 Kcal. El resultado es una elevada producción calorí-
fica. El nivel de sudoración es elevado, con una pérdida de masa corporal de alre-
dedor de 2 litros en condiciones climáticas normales. Como consecuencia, cuan-
do los encuentros se disputan en climas calurosos, los sistemas de regulación de
la temperatura se ven sometidos a una intensa sobrecarga. Durante los partidos
de la Copa del Mundo celebrada en Estados Unidos en 1994, y a pesar de que los
jugadores bebieron unos 2 l de líquido antes y durante los encuentros, el equipo
nacional sueco perdió aproximadamente 3 kg de masa corporal. Esta pérdida de
Documento1 14/2/05 17:06 Página 29

METABOLISMO DE LA ENERGÍA
29

agua corporal causa modificaciones en diversas funciones del cuerpo, que a su


vez provocan una considerable disminución del rendimiento físico de los juga-
dores. Por consiguiente, la celebración de partidos en condiciones climáticas
extremadamente calurosas no es aceptable.

CONSIDERACIONES ANAERÓBICAS

Un hecho importante durante la disputa de un partido de fútbol son las eleva-


das concentraciones de lactato. Evidentemente, este hecho es el signo de que un
partido de fútbol comporta grandes demandas para los distintos sistemas energé-
ticos anaeróbicos. El metabolismo anaeróbico es uno de los factores fisiológicos
relacionados con el rendimiento más importantes del fútbol. En la actualidad, no
existe un método aceptado para evaluar la contribución del metabolismo anaeró-
bico durante la práctica futbolística. De hecho, la evaluación de la capacidad del
metabolismo anaeróbico sólo puede realizarse a partir de pruebas indirectas, pro-
cedimientos que conllevan muchos problemas teóricos.

Déficit de oxígeno

Por definición, el metabolismo anaeróbico se utiliza principalmente cuando el


suministro y la disponibilidad de oxígeno en la mitocondria es insuficiente. De
ese modo, el déficit de oxígeno durante el ejercicio, es decir, la parte del meta-
bolismo total que no está cubierta por el metabolismo aeróbico, tiene diversos
componentes que deben ser discutidos. El déficit de oxígeno se produce tanto al
principio de un encuentro deportivo, antes de que el sistema de suministro de
oxígeno se haya acelerado hasta alcanzar un nivel estable, y en situaciones en las
que la demanda de energía excede la potencia aeróbica máxima. El déficit de oxí-
geno debe repararse después del ejercicio por medio del incremento del metabo-
lismo por encima del nivel metabólico basal. El oxígeno “extra” que sigue al
ejercicio se llama “deuda de oxígeno”. El déficit de oxígeno tiene dos componen-
tes fundamentales: el nivel de energía láctico y el aláctico. Por añadidura, el oxí-
geno ligado a la hemoglobina y la mioglobina está disponible para su empleo
inmediato en la oxidación de la grasa y los hidratos de carbono.

Bases bioquímicas

El metabolismo anaeróbico incluye la descomposición aláctica en el múscu-


lo de los sustratos de adenosintrifosfato y de creatinfosfato ricos en energía, así
Documento1 14/2/05 17:06 Página 30

30 MEDICINA DEL FÚTBOL

como el descomposición láctica (glucólisis) de las unidades de glucosa (glucosa


o glucógeno) en piruvato y lactato.
Aunque la liberación de energía causada por la descomposición del adenosin-
trifosfato en difosfato y monofosfato, y del adenosinfosfato en fosfato y creatina
se produce con rapidez, la capacidad total de estos componentes ricos en energía
es baja. Por consiguiente, la síntesis de adenosintrifosfato y de creatinfosfato
debe ser llevada a cabo bien por el metabolismo láctico anaeróbico, o bien por el
metabolismo aeróbico. El nivel de liberación de energía del metabolismo láctico
es inferior al del metabolismo aláctico, si bien su capacidad es más elevada.
Los depósitos de adenosintrifosfato y de creatinfosfato constan de aproxima-
damente 30 mmol/kg de músculo. Estos depósitos no sufren modificaciones con
el entrenamiento físico. Asimismo, es probable que el grado de utilización de la
energía del adenosintrifosfato y del creatinfosfato no se vea significativamente
afectado por el entrenamiento físico. Sin embargo, los aportes suplementarios de
creatina pueden incrementar la cantidad total de creatina muscular, hecho que a
su vez mejora la capacidad de realizar esprints repetidos, como en el caso del fút-
bol. No obstante, los aportes suplementarios de creatina no han tenido efectos
beneficiosos sobre el rendimiento futbolístico. El volumen de oxígeno almacena-
do en la hemoglobina y la mioglobina es aproximadamente de 5-6 ml de O2 por
kilogramo de masa muscular. Aunque el entrenamiento físico puede aumentar el
contenido de mioglobina del músculo, esta parte del déficit de oxígeno no sufre
grandes variaciones con el entrenamiento físico.
Al contrario que en el metabolismo aláctico anaeróbico y el oxígeno “alma-
cenado” en el músculo, la glucólisis puede estar sujeta a cambios con el entrena-
miento físico. La capacidad anaeróbica lácticaa total se incrementa con el entre-
namiento de elevada intensidad y corta duración, aunque sigue discutiéndose si
es posible incrementar el nivel de glucólisis por medio del entrenamiento físico.
Un individuo sedentario puede tener una capacidad láctica total equivalente a 25-
30 ml de O2 por kilogramo de masa muscular. Esta capacidad puede incremen-
tarse hasta dos y tres veces con el entrenamiento físico. Esto significa que el défi-
cit total de oxígeno en una atleta bien entrenado en un evento anaeróbico puede
elevarse desde 75 ml hasta por encima de los 100 ml de O2 por kilogramo de
músculo. La mejora asociada al entrenamiento físico se debe, probablemente, a
un incremento del metabolismo láctico anaeróbico.
Aunque el oxígeno “almacenado” puede ser repuesto fácilmente después del
ejercicio, y la descomposición de adenosintrifosfato y de creatinfosfato puede ser
restaurada durante y después del ejercicio, el metabolito de la glucólisis anaeró-
bica (lactato) debe ser oxidado durante y después del ejercicio en CO2 y H2O, o
bien ser utilizado en el ejercicio como sustrato en el desarrollo del glucógeno.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 31

METABOLISMO DE LA ENERGÍA
31

Limitaciones

Como se dijo anteriormente, el metabolismo láctico anaeróbico parece ser el


factor más importante en la mejora del déficit de oxígeno inducido por el entre-
namiento. Hay diversos puntos de interés relativos al metabolismo láctico, en
especial por lo que respecta a las limitaciones del rendimiento.

• Nivel de glucólisis y producción de lactato. Este hecho está limitado por la


disponibilidad de glucógeno en el músculo, la concentración de la enzima
clave (LDH4-5) y, finalmente, por factores inhibitorios.

• Acumulación de lactato en la célula muscular. Este hecho está limitado por la


capacidad máxima y por la tolerancia al pH.

• Cantidad de espacio libre. Este hecho está limitado tanto por la oxidación del
piruvato en la fibra activa y la fibra adyacente del músculo como por el trans-
porte del lactato al espacio intersticial y la sangre. El primero se ve incremen-
tado por los niveles más elevados de enzimas mitocondriales oxidativas, y el
segundo por el aumento de la capilarización, perfusión periférica y absorción
en otros tejidos.

Medición del metabolismo anaeróbico

La mejor evaluación del metabolismo anaeróbico total puede realizarse a par-


tir de la medición del déficit de oxígeno. En algunos casos, también puede utili-
zarse la deuda de oxígeno. Sin embargo, en muchas ocasiones, como en el fút-
bol, que se caracteriza por un ejercicio falto de continuidad, intermitente y de ele-
vada intensidad, el déficit y la deuda de oxígeno no pueden ser medidos, y, como
consecuencia, es preciso emplear otras mediciones indirectas.
Por el momento, se utiliza una medida de la concentración del lactato en el
tejido muscular y/o la sangre. No obstante, una concentración siempre es un
balance entre la producción, el espacio libre y el espacio de dilución. Como
consecuencia, los valores obtenidos deben ser interpretados con precaución.
En el fútbol, el factor más importante puede no ser el déficit total de oxígeno o
el nivel de liberación de energía anaeróbica (excepto en el caso del esprint), sino la
integración de los metabolismos aeróbico y anaeróbico. De ese modo, en lo que
respecta al rendimiento en el fútbol, el ajuste local del músculo con el metabolis-
mo anaeróbico incrementado puede residir en la integración de los efectos conoci-
dos de los factores aeróbicos fisiológicos y los factores anaeróbicos discutidos.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 32

32 MEDICINA DEL FÚTBOL

Durante el ejercicio intermitente y de alta intensidad, como en un partido de


fútbol, el lactato se produce en muchos de los esprints largos y cortos. Parece ser
que la realización de los esprints tiene un componente agudo relacionado con el
metabolismo aláctico y un componente de resistencia (la capacidad de realizar
diversos esprints durante cortos períodos) relacionado con los distintos factores
restrictivos enumerados. Uno de los factores más importantes debería ser la capa-
cidad de crear lactato durante el partido. El nivel de glucógeno muscular también
parece ser importante.

Medición del metabolismo anaeróbico durante el fútbol

Como ha quedado expuesto anteriormente, se midió el lactato durante y des-


pués de los partidos de la liga de fútbol. En los equipos suecos de elite se halla-
ron niveles de lactato de hasta 12 mmol después del partido, con una media de 7
mmol, mientras que los jugadores de divisiones inferiores tenían niveles inferio-
res. Los valores más bajos fueron hallados en los futbolistas que jugaban en la
categoría más baja. En el fútbol juvenil, los valores de lactato medidos durante y
después del partido estaban por debajo de los que mostraban los jugadores de la
categoría inferior. Aunque estos valores tienen limitaciones, el metabolismo
anaeróbico juega un gran papel en el fútbol.
La cuestión principal a la que esta discusión debe dar respuesta es: “¿Cómo
puede mejorarse el rendimiento anaeróbico (es decir, durante un partido de fút-
bol)?”. La respuesta debe incluir distintos tipos y efectos de métodos de entrena-
miento, y otros factores como la importancia de los depósitos musculares de glu-
cógeno.

Capacidad anaeróbica de los jugadores de fútbol

Los estudios de laboratorio de la capacidad anaeróbica de los futbolistas han


mostrado que los jugadores de fútbol tienen valores más elevados que los indivi-
duos sedentarios, si bien las diferencias son pequeñas. Esto puede ser explicado
por el hecho de que las pruebas utilizadas en el laboratorio (por ejemplo, median-
te el uso de bicicletas ergométricas) incluyen una actividad muscular que no es
“propia del fútbol” y, como consecuencia, no representativa de los movimientos
más comúnmente realizados por los futbolistas.
No obstante, el principal factor en relación con el metabolismo anaeróbico en
el fútbol es la capacidad para iniciar repetidas veces episodios de ejercicio rápi-
do e intenso utilizando la glucólisis anaeróbica con el lactato como metabolito,
así como la liberación de energía aláctica. Existe una correlación altamente nega-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 33

METABOLISMO DE LA ENERGÍA
33

tiva (nivel = -0,91) entre la capacidad anaeróbica y la disminución del rendimien-


to observada durante un tipo de ejercicio intermitente parecido al fútbol. Esto
indica que los jugadores con una mayor capacidad aeróbica mostraron menos
disminución del rendimiento durante los reiterados inicios de los períodos cortos
de ejercicio de elevada intensidad (esprints), alternados con períodos más prolon-
gados de recuperación activa. La contribución del metabolismo láctico y alácti-
co anaeróbico durante una actividad física como el fútbol requiere una posterior
evaluación.

LECTURAS RECOMENDADAS
Balsom P, Soderlund K, Ekblom B. Creatine and creatine supplementation. Sport
Med 1994;18:268-280.
Balsom PD, Seger JY, Sjodin B, y cols. Maximal-intensity intermittent exercise:
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Documento1 14/2/05 17:06 Página 35

3 FUERZA,
RAPIDEZ Y
FLEXIBILIDAD
Gilbert W. Gleim

En el fútbol, la mayor parte de la atención se concentra en los aspectos técni-


cos y tácticos del juego, con el resultado de que, con frecuencia, los entrenado-
res desatienden los aspectos fisiológicos del rendimiento deportivo. No obstante,
los factores fisiológicos del rendimiento son tan importantes en el fútbol como
en cualquier otro deporte. Este hecho no se ve desmentido por los equipos parti-
cipantes en los campeonatos mundiales, como lo demuestran los exámenes ruti-
narios realizados en equipos de elite en todo el territorio de Brasil, el ganador de
la Copa del Mundo de 1994. Aunque no se ha demostrado que tales intervencio-
nes provoquen grandes cambios en la capacidad táctica y técnica, es evidente que
poseer un cuerpo en forma no supone ninguna desventaja.
Como dice el doctor James A. Nicholas, “nuestro conocimiento está limitado
por nuestra capacidad para realizar mediciones”. Esta afirmación pone de mani-
fiesto un gran número de dificultades, como la aplicación de la biométrica a los
deportes. Los factores que pueden repercutir sobre las mediciones son tan diver-
sos como: desacuerdos respecto a las definiciones, precisión y posibilidad de
reproducir las mediciones, motivación del atleta al realizar las pruebas y momen-
to de la sesión de entrenamiento en que se realiza dicha prueba.
La fuerza, flexibilidad, velocidad y agilidad son aspectos importantes del ren-
dimiento futbolístico. Se utilizarán las siguientes definiciones de los términos:
fuerza, la cantidad máxima de fuerza ejercida por un segmento corporal por
medio de la tensión muscular; flexibilidad, la movilidad disponible a través de
una o más articulaciones; velocidad, la distancia recorrida dividida por el tiem-
po empleado en recorrer dicha distancia; agilidad, velocidad más la capacidad
para realizar un súbito cambio en la dirección del movimiento.

FUERZA
Probablemente, la fuerza es el más estudiado de todos los factores de rendi-
miento. Los factores que influyen sobre la fuerza son el área de sección cruzada
Documento1 14/2/05 17:06 Página 36

36 MEDICINA DEL FÚTBOL

del músculo (la proporción de la masa proteínica contráctil), el reclutamiento de


las unidades motoras (relacionadas con la velocidad del movimiento), la longi-
tud de los brazos de palanca implicados, la motivación del sujeto, la inhibición
causada por el dolor y la fatiga. Dados estos condicionantes, resulta milagroso
que puedan obtenerse medidas fiables de fuerza.
La fuerza isométrica (idéntica longitud) es la capacidad para generar fuerza a
través de un segmento inmóvil del miembro (descontando las fuerzas articulato-
rias compresivas). Esta forma de medir la fuerza es la más reproducible, ya que
se presta a la estabilización de los segmentos corporales. Para el reclutamiento
de las unidades motoras, es típico medir la contracción isométrica durante 3 a 5 se-
gundos. La compresión articular puede ser un factor restrictivo de la producción
de fuerza en individuos con dolor cartilaginoso, que no debería ser ignorada en
la interpretación de las mediciones de fuerza isométrica. Esta manera de realizar
pruebas de fuerza no es específica en la mayoría de las pautas de actividad, inclu-
yendo el fútbol.
Las mediciones de fuerza isotónica (idéntica tensión) suelen medirse tradicio-
nalmente por medio de la capacidad para realizar una repetición máxima (1 RM,
el peso máximo que una persona puede levantar de una vez). Cuando se aplican
al movimiento humano, la presión mecánica ejercida por el músculo sobre el
brazo de palanca ósea cambia constantemente durante el intervalo de movimien-
to. Por consiguiente, esta forma de probar la fuerza da a conocer la sección más
débil del intervalo, a no ser que se emplee alguna especie de leva para ayudar al
brazo de palanca biológico en sus zonas débiles.
La medición de la fuerza isocinética (idéntica velocidad) es la técnica más
moderna. En ella el músculo no se acorta a velocidad constante, sino que lo cons-
tante es la velocidad angular del segmento del miembro. Los mecanismos para la
medida de la fuerza isocinética permiten la documentación del par de torsión a
velocidades de hasta 450O/s. Estas velocidades se acercan a las velocidades angu-
lares de algunos movimientos humanos en los deportes, si bien su reproducibili-
dad es pobre. Estos mecanismos también permiten la medición del par de torsión
producido por las contracciones concéntricas (en las que los tendones muscula-
res activos se acercan unos a otros) y por las contracciones excéntricas (en las
que las fuerzas externas del miembro exceden la capacidad de acortamiento, con
lo cual el músculo se alarga).
El par de torsión representativo de la extensión/flexión de la rodilla en los fut-
bolistas de elite se muestra en la tabla 3-1. El futbolista medio pesa aproximada-
mente entre 70 y 75 kg. Como comparación, nuestras observaciones de la fuerza
de extensión de la rodilla en los futbolistas estadounidenses profesionales repre-
sentan 1,2 veces el peso del cuerpo en pies/libras. En la sección cruzada de los
Documento1 14/2/05 17:06 Página 37

FUERZA, RAPIDEZ Y FLEXIBILIDAD


37

futbolistas que se muestra en la tabla 3-1, el par de torsión de la extensión de la


rodilla, cuando la medición se realizó a 60o / s, es aproximadamente de 1’5 veces
el peso corporal.
En el caso de los futbolistas, la fuerza se correlaciona con el rendimiento en
los chuts. Poulmedis demostró la correlación entre la velocidad del balón y el par
máximo de torsión de la extensión de la rodilla. DeProft y cols. demostraron la
correlación entre la distancia de los chuts y la máxima fuerza de extensión de la
rodilla. Ambos estudios pusieron de manifiesto que la correlación era más eleva-
da en la producción excéntrica del par de torsión que en la producción concén-
trica. Finalmente, en una prueba isocinética de la cadera con extensión modifica-
da de rodilla, Narcici y cols. descubrieron una correlación entre la velocidad de
chut y la del balón.

Tabla 3-1.

Fuerza media de la rodilla en tres grupos de jugadores de


elite en pies · libras (medidas americanas)

Grupo Extensión de rodilla Flexión de rodilla

Cosmos de Nueva York (NASL) 266 173

Swedish, Oberg y cols. 246 154

Canadian, Rhodes y cols. 250 118

La edad parece afectar de manera selectiva la fuerza de los futbolistas. En un


estudio de sección cruzada realizado por McHugh y cols., los futbolistas de más
edad perdieron fuerza en los extensores y los flexores de la rodilla, pero no expe-
rimentaron una pérdida de fuerza en los abductores o los flexores de la cadera.
La medición y el entrenamiento de la fuerza puede reportar efectos beneficio-
sos al futbolista. En primer lugar, una medición de la fuerza realizada antes de
una lesión sirve como referencia para la rehabilitación después de la lesión. Es
posible que, desde un punto de vista clínico, la paridad con el miembro contra-
rio no sea lo más adecuado. El aumento de fuerza nunca se ha asociado a las
lesiones, mientras que ese hecho sí se ha producido en el caso de la disminución
Documento1 14/2/05 17:06 Página 38

38 MEDICINA DEL FÚTBOL

de fuerza. En el futbolista de elite, el par de torsión en una extensión de rodilla


de 60O/s debería superar el 120% del peso corporal en libras.
El entrenamiento de fuerza puede y debería practicarse durante todo el año.
Deberían controlarse los cambios en la velocidad de esprint, e interrumpir el
entrenamiento de fuerza en caso de producirse una disminución de la velocidad.
Los ejercicios de fuerza nunca deberían practicarse antes de un duro entrena-
miento de carreras, de ejercicios o de juegos en los que la agilidad sea importan-
te. Aunque no es el mejor modo de realizar entrenamientos de fuerza, si se reali-
zan ejercicios en un día de entrenamiento hay que asegurarse de que las pesas se
utilizan al final. Con la edad, en el atleta en activo la fuerza disminuirá antes que
la potencia aeróbica.

FLEXIBILIDAD
Dado que, en el fútbol, el pie es el principal agente de contacto con el balón,
la necesidad de lograr una máxima movilidad somete a las extremidades inferio-
res a demandas elevadas. Aunque no disponemos de métodos para lograr medi-
ciones fiables de la flexibilidad dinámica en los humanos, la necesidad de ésta es
imperativa. Las roturas ligamentarias o los desgarros musculares son algunos de
los posibles resultados de las demandas ejercidas sobre las articulaciones. Por
consiguiente, la mayoría de nuestra información sobre la flexibilidad en los
humanos es resultado de mediciones estáticas, en las que es poco probable que
se produzcan lesiones. Este hecho desemboca en posibles malinterpretaciones de
los hallazgos por lo que respecta a su aplicación a los deportes.
La flexibilidad es una función de factores fisiológicos y mecánicos (fig. 3-1).
El músculo esquelético posee propiedades materiales que exhiben un comporta-
miento viscoso y elástico, y, en consecuencia, se denomina viscoelástico. Si el
músculo es estirado, se alarga progresivamente, un ejemplo de su comportamien-
to viscoso. Un músculo estirado con rapidez retrocederá en cierta medida, un
ejemplo de su comportamiento elástico. El grado del tono muscular subyacente
también puede repercutir sobre la flexibilidad. A este fenómeno contribuyen
tanto el grado de superposición del miofilamento como el de actividad de la
motoneurona gamma. Finalmente, la conformación de las superficies óseas de la
articulación, y quizá de las estructuras capsulares, puede limitar la flexibilidad en
los extremos del intervalo de movimiento.
La resistencia al estiramiento del músculo esquelético es a la vez activa y
pasiva. El reflejo del eje muscular, que está suscitado por el estiramiento del ten-
dón, es un ejemplo de resistencia activa. Las teorías sobre las técnicas de con-
tracción-relajación están basadas hasta cierto punto en la desensibilización de
Documento1 14/2/05 17:06 Página 39

FUERZA, RAPIDEZ Y FLEXIBILIDAD


39

esta actividad refleja, de manera que el músculo pueda ser estirado en mayor
grado antes de suscitar una contracción refleja. No obstante, esta contención
carece de pruebas concluyentes.
La resistencia pasiva al estiramiento es una propiedad del tejido conectivo del
músculo.

FACTORES NEURONALES

Aferentes Eferentes
(órgano axial, GTO) (motoneurona
gamma)

Aponeurosis Tejido conectivo


músculo-tendón intramuscular
Citosqueleto

FACTORES MECÁNICOS

Figura 3-1. Diagrama esquemático de los factores que influyen en la flexibilidad.

El colágeno consta de varias capas (endomisio, perimisio y epimisio) en el


interior de los músculos, y quizá de proteínas del citosqueleto, que pueden jugar
un papel en la determinación de la resistencia pasiva al estiramiento. Dicha resis-
tencia depende menos de los componentes activos y se basa más en los compo-
nentes pasivos de los humanos.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 40

40 MEDICINA DEL FÚTBOL

Las mediciones geométricas del intervalo de movimiento articular constitu-


yen el método clínico tradicional de documentar la flexibilidad. A causa de las
dificultades para mantener el goniómetro justo encima del eje de rotación y a lo
largo del cuerpo del hueso, se necesita un investigador muy cuidadoso para
reproducir estas mediciones dentro de un intervalo de 5o. Asimismo, los gonió-
metros sólo permiten mediciones del intervalo de movimiento a través de una
articulación, mientras que, con frecuencia, la posición del miembro está en fun-
ción del intervalo de movimiento simultáneo de varias articulaciones.
Con frecuencia, la medición de la flexibilidad posterior (es decir, de la espal-
da, los glúteos, los isquiotibiales y el tríceps sural) se realiza por medio de la
prueba de tocar las puntas de los pies desde la sedestación. La mayor desventaja
de esta prueba es que está relacionada con la longitud de los segmentos corpora-
les. Las personas dotadas de brazos largos y torsos más cortos están en situación
ventajosa. Además, este modo de examinar la flexibilidad es unidimensional, y
no informa sobre los planos principales del movimiento humano: sagital, coro-
nal y frontal.
Tradicionalmente, nosotros (v. Gleim, 1990) hemos utilizado pruebas que
están graduadas en amplias categorías de laxo (-1), normal y rígido (+1) (fig. 3-
2). Este tipo de categorización permite una determinación masiva y evita el falso
sentido de precisión que puede proporcionar un goniómetro. Las pruebas están
diseñadas para incidir sobre todos los planos de movimiento en el cuerpo y para
unir cierto número de segmentos corporales. La suma de estas pruebas da como
resultado un intervalo de –2 a +2 en el individuo medio. Las áreas de rigidez
localizada pueden ser objeto de ejercicios específicos de flexibilidad.
No existe acuerdo sobre la flexibilidad media de los futbolistas. Con la excep-
ción de los porteros, la mayoría de los jugadores de fútbol suelen ser menos fle-
xibles que los no atletas, si bien hay datos procedentes de Inglaterra y de Estados
Unidos que avalan lo contrario. Virtualmente cualquier deporte que no utilice la
flexibilidad en su movimiento principal desemboca en rigidez. Si ésta puede ser
causa de lesión muscular, el único modo de prevenirla es por medio de un esti-
ramiento diligente.
Las lesiones musculosqueléticas producidas por practicar deportes dependen
de multitud de factores, entre los cuales el azar juega, sin duda, un papel funda-
mental. La rigidez muscular siempre ha sido considerada la causa de dichas
lesiones. Las distensiones musculares no parecen tener relación con la flexibili-
dad, si bien tienden a producirse con mayor frecuencia durante la segunda parte
del partido (v. Arnason, 1994). La rigidez muscular se ha asociado con el hecho
de andar y correr durante un mayor período de tiempo. Es probable que el retro-
ceso elástico tras el estiramiento balístico del músculo esquelético durante el
Documento1 14/2/05 17:06 Página 41

FUERZA, RAPIDEZ Y FLEXIBILIDAD


41

Rígido Laxo Normal Laxo

Rotación del tronco

Tocar los dedos de los pies


Normal Normal

Normal

Laxo

Test de Ober
Dedos del pie fuera
Rodillas al pecho
Laxo
Laxo Normal Rígido
Rígido

Elevación frontal de la pierna Flexión dorsal del tobillo

Normal Laxo Laxo

Rígido

Loto Test de Thomas Normal

Abducción de Test de Ely


cadera

Figura 3-2. Pruebas de flexibilidad estática divididas en las amplias categorías de laxo, nor-
mal o rígido.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 42

42 MEDICINA DEL FÚTBOL

movimiento normal sea mayor en el caso de los músculos rígidos que en el de los
músculos flexibles. Como consecuencia, la rigidez muscular puede conllevar
ventajas (con respecto a la economía del movimiento) y desventajas (con respec-
to a la lesión). En cualquier caso, esta zona fundamental del movimiento huma-
no requiere más investigaciones.
La meta de los programas de estiramiento consiste en producir una deforma-
ción plástica del tejido conectivo en el interior del músculo. La duración del efec-
to, tanto del estiramiento agudo como del estiramiento crónico, no se conoce
bien.
En el examen de la disminución de la tensión de los isquiotibiales durante una
elevación frontal de la pierna, se produce una ostensible relajación no lineal al
cabo de 45 segundos. Los primeros 20 segundos de un estiramiento producen la
mayor disminución de la tensión. Asimismo, el estiramiento agudo reiterado está
asociado con disminuciones reducidas. Como la relajación viscoelástica depen-
de de la temperatura, la mayor deformación plástica se produce después de la
actividad que ha calentado el músculo. Aunque se trata de un hecho no probado,
es probable que los programas de estiramiento realizados después de la actividad
física den como resultado el mayor incremento de la flexibilidad a corto plazo.
Además del estiramiento estático, también se utilizan las así llamadas técni-
cas de estiramiento de contracción-relajación y de contracción-relajación-agonis-
ta-contracción (reunidas bajo el nombre de técnicas de facilitación muscular pro-
pioceptiva). En estos casos, lo razonable es inhibir la actividad refleja contráctil
del músculo que está siendo estirado. Aunque los estudios electromiográficos no
corroboran esta creencia, los individuos pueden experimentar menos dolor, desde
un punto de vista subjetivo, mientras están realizando el estiramiento. Es proba-
ble que, cuanto mayor sea la fuerza de estiramiento aplicada al elemento vis-
coelástico, mayor será la subsiguiente disminución de la tensión. Con frecuencia,
el dolor en el interior del músculo que está siendo estirado limita la cantidad de
fuerza que se puede aplicar.

VELOCIDAD
La velocidad es de gran importancia en el fútbol. Tanto si se trata de un error
en el posicionamiento, de la recuperación de un balón robado, de entrar a rema-
tar de cabeza o de superar a un defensa, la velocidad es necesaria en todos los
casos. La velocidad puede convertir a un jugador dotado en un jugador excepcio-
nal, y a un jugador por debajo de la media en un jugador útil. La velocidad es una
de las características que distingue de manera clara al futbolista de elite de los
jugadores de otros deportes.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 43

FUERZA, RAPIDEZ Y FLEXIBILIDAD


43

Como factor de rendimiento, la velocidad reside en la integración de un


número de factores que pueden ser reales o dar la ilusión de velocidad. Ejemplos
de esto último son el tiempo de reacción (si bien tanto en la pista como en el
terreno de juego los esprinters deben tener un mayor tiempo de reacción para ser
rápidos) y la capacidad para anticiparse con el fin de poder empezar con venta-
ja. Si prescindimos de estos factores, la velocidad es una función con muchas
características psicológicas.
En sentido físico, la velocidad es la capacidad para generar potencia o traba-
jo por unidad de tiempo. Cuanto más trabajo pueda ser generado en un período
de tiempo, más lejos podrá trasladarse uno. En un sentido fisiológico, la capaci-
dad a corto plazo para generar trabajo depende de la potencia anaeróbica.
Durante los episodios de velocidad, que van desde unos segundos hasta quizá
10 segundos, la principal vía metabólica para generar adenosintrifosfato es a
partir del creatinfosfato. El motivo de que la velocidad disminuya tras períodos
más largos de aproximadamente 10 segundos se debe a que la generación de ade-
nosintrifosfato se convierte en una función del nivel de la glucólisis anaeróbica.
Los niveles máximos de producción de adenosintrifosfato a partir de creatinfos-
fato son unas 2,5 veces mayores que los procedentes de la glucólisis.
Los máximos rendimientos de potencia son alcanzados aproximadamente a
un 50% de la producción máxima de fuerza. En última instancia, dicha produc-
ción máxima de fuerza es una función de la fuerza. Por consiguiente, la velo-
cidad, también es en parte, una función de la misma. Como consecuencia, los
factores que influyen en la fuerza también determinan la velocidad. No obstan-
te, la fuerza no es el único determinante de la velocidad, como se desprende
del hecho de que los levantadores olímpicos de peso no sean los atletas más
rápidos.
Uno de los caracteres que distinguen a la fuerza de la velocidad es que esta
última depende en gran medida del ciclo estiramiento-acortamiento. La fuerza
que se produce en los músculos durante la carrera también es una función del
estiramiento del músculo desde el momento previo de la zancada. Por consi-
guiente, la velocidad depende de la capacidad del músculo para almacenar ener-
gía elástica, lo que quizás es una función de la flexibilidad y de la capacidad del
sistema nervioso de activar el músculo precisamente en el momento adecuado.
Es probable que este hecho se produzca a raíz de la activación tanto voluntaria
como involuntaria (es decir, refleja) del músculo.
En una carrera de 55 m, la potencia anaeróbica está relacionada con la velo-
cidad. Por añadidura, un entrenamiento de fuerza 3 veces por semana puede
aumentar la velocidad. Añadido al entrenamiento de fuerza, el entrenamiento de
resistencia tiende a disminuir la fuerza sin causar repercusiones sobre la veloci-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 44

44 MEDICINA DEL FÚTBOL

dad. Por sí solo, el entrenamiento de resistencia no tiene efectos sobre la velo-


cidad.
La tabla 3-2 muestra los tiempos de una carrera de 36 m pertenecientes a atle-
tas que participaban en diversas modalidades de fútbol. Aunque las medidas de
los jugadores de fútbol se tomaron a partir de un punto de partida de 4,5 m, estos
tiempos representan las medias de todo el equipo. En el caso de los jugadores de
fútbol americano, los mejores tiempos fueron realizados por los wide receivers.
Los más lentos fueron los jugadores de rugby. El nivel de contacto en el fútbol
americano y en el rugby es considerablemente superior al del fútbol (al menos,
de acuerdo con las reglas), de manera que otras formas de fútbol buscan un cier-
to equilibrio entre la masa corporal y la velocidad. En el caso del fútbol, parece
que la velocidad es el factor de selección específico.
Los métodos de entrenamiento para la velocidad y la fuerza son distintos. El
tipo de velocidad necesaria en el fútbol no se beneficiaría de carreras de 12 minu-

Tabla 3-2.

Tiempos representativos en carrera de 36 m


en varias modalidades de fútbol

Grupo Tipo de inicio Tiempo (segundos)

Fútbol Nacional
de EE.UU. Corriendo 4,33

Fútbol Americano Profesional


de EE.UU. En postura 4,58 – 5,08

Rugby de Primera División


de EE.UU. De pie 5,37 – 5,9

tos u otros tipos de condicionamiento aeróbico. Por consiguiente, en las pocas


semanas precedentes, y durante la propia temporada, debería aumentarse el
entrenamiento de velocidad. El objetivo de este entrenamiento es ganar potencia
para el ciclo estiramiento-acortamiento. El entrenamiento pliométrico (rebote) es
Documento1 14/2/05 17:06 Página 45

FUERZA, RAPIDEZ Y FLEXIBILIDAD


45

la manera más efectiva de ejercitar el ciclo de estiramiento-acortamiento, ya que


es el más específico. Aunque no ha sido estudiado de manera sistemática, el
entrenamiento pliométrico tiene un mayor riesgo de lesión, pues las fuerzas
implicadas son mayores. Esto se aplicaría en el caso de roturas ligamentarias y
desgarros musculares. Hay que tomar la precaución de no someter a un jugador
aquejado de cansancio a un entrenamiento pliométrico.
Aunque es probable que el entrenamiento de fuerza cause, hasta cierto punto,
un incremento de la velocidad, es preciso controlar los cambios de velocidad
antes de embarcarse en programas de entrenamiento de fuerza. El incremento de
masa muscular virtualmente es ventajoso en todos los deportes, siempre que la
velocidad no se vea disminuida.

AGILIDAD
El cambio de dirección a elevadas velocidades en reacción a un estímulo que
tiene lugar durante un partido es la esencia de la agilidad. Por definición, la agi-
lidad depende de la velocidad. Además, también depende de la coordinación neu-
romuscular y de la retroalimentación propioceptiva de los receptores articulares.
Quizá más que cualquier otro factor, la agilidad se ve comprometida por la ines-
tabilidad de la articulación, que probablemente afecta la propiocepción.
Como factor de rendimiento, la agilidad difiere del resto de factores discuti-
dos, ya que también depende de un factor ambiental, en concreto la interacción
bota-superficie. Cuando el cuerpo cambia de dirección, es preciso tener un con-
tacto firme con el suelo. Para que esto suceda, deben establecerse elevados coe-
ficientes de fricción en la interacción bota-superficie. Cuando esto ocurre, las
fuerzas de fricción incrementadas se transmiten a la rodilla. Como resultado del
esfuerzo por mejorar el rendimiento a través del calzado, las probabilidades de
sufrir una rotura ligamentaria se han visto incrementadas, ya que al pie le resul-
ta imposible liberarse.
Aunque existen un gran número de pruebas de agilidad, sólo hemos consegui-
do localizar una directamente aplicable al fútbol. Consiste en correr en zigzag
describiendo una figura en forma de ocho alrededor de pequeños conos coloca-
dos en una zona de 3 5 metros (fig. 3-3). Los atletas completan tres circuitos sin

el balón. El equipo de fútbol panamericano de Estados Unidos de finales de la


década de 1980 completaba la prueba en un tiempo medio de 20,95 segundos.
Además, descubrimos que durante una batería de pruebas que se correlacionan
con las valoraciones subjetivas de los entrenadores procedentes de varios índices
de rendimiento futbolístico, los resultados obtenidos fueron mejores que los de
cualquiera de las pruebas de capacidad anaeróbica utilizadas. Los entrenadores
Documento1 14/2/05 17:06 Página 46

46 MEDICINA DEL FÚTBOL

fueron invitados a valorar la capacidad del jugador para moverse sin balón, para
entrar y defender al oponente y para replegarse a la posición defensiva después
de haber perdido el balón (v. Gleim, 1988). Es preciso realizar más pruebas espe-
cíficas sobre las características de agilidad de los futbolistas y sobre el modo en
que estas habilidades se modifican al aumentar los niveles de juego.
La cuestión referente al desarrollo de un entrenamiento específico para la agi-
lidad en el fútbol puede ser discutida, ya que se trata de una parte integral de cada
partido o entrenamiento, entren o no los jugadores en contacto con la pelota y se
trate de futbolistas ofensivos o defensivos.
Aunque no hay pruebas al respecto, los ejercicios para incrementar la agilidad
con la pelota pueden aumentar las probabilidades de lesión. Es un hecho acepta-
do que, a causa de la disminución de fuerza, flexibilidad y del tiempo de reacción,
la agilidad tiende a disminuir con la edad. No obstante, no disponemos de una
prueba definitiva de esta afirmación. Ciertamente, antes de volver a la competi-
ción tras una lesión, el preparador físico debería utilizar ejercicios de flexibilidad
para poner en forma al atleta y para verificar su capacidad para competir.

CARRERA EN ZIGZAG
Salida
5 metros
Meta
3 metros

Figura 3-3. Se toma el tiempo que tardan los atletas en dar 3 vueltas consecutivas descri-
biendo un 8 en un circuito de las dimensiones indicadas.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 47

FUERZA, RAPIDEZ Y FLEXIBILIDAD


47

RESUMEN
En el caso de los futbolistas, no disponemos de pruebas científicas relativas
al impacto de los métodos de entrenamiento que actúan sobre los factores de ren-
dimiento. Algunos entrenadores están deseando entrenar a la mitad de su equipo,
con la otra mitad actuando como controladores. Como consecuencia, no es pro-
bable que sepamos cuáles de las intervenciones actuales ayudan a aumentar el
rendimiento. La tabla 3-3 es una especulación sobre el modo en que los factores
discutidos se relacionan con el fútbol.
La designación de (+) o (-) en la tabla es la afirmación cualitativa del modo
en que un factor está presente en una categoría dada. Es probable que los incre-
mentos de fuerza tengan un gran efecto sobre el rendimiento, y un efecto inclu-
so mayor en la prevención de las lesiones. En general, la medición de fuerza es
buena, pero la reproducibilidad de la fuerza de alta velocidad, en los niveles de
movimiento del fútbol, es pobre. El entrenamiento de flexibilidad puede aumen-
tar el rendimiento, pero también puede disminuirlo mediante el consumo de más
energía. Es probable que el entrenamiento de flexibilidad tenga un efecto bene-
ficioso en la prevención de lesiones, si bien éste es un hecho que sólo podemos
medir de manera estadística, no dinámica.

Tabla 3-3. Esta tabla describe cualitativamente el modo en que un factor dado afecta el rendi-
miento y previene las lesiones, así como la fiabilidad de su medición. (+) y (-) se refieren a los
atributos positivos o negativos del factor.

Factores seleccionados de rendimiento en el fútbol

Factor Rendimiento Prevención de la lesión Medición

Fuerza (+ +) (+ + +) (+ + / -)

Flexibilidad (+ / -) (+ +) (+ / -)

Velocidad (+ + +) (+ + / -) (+ + +)

Agilidad (+ + +) (+ + +) (+ / -)
Documento1 14/2/05 17:06 Página 48

48 MEDICINA DEL FÚTBOL

Sólo el incremento de la velocidad puede servir para mejorar el rendimiento,


y es probable que ayude a prevenir la lesión, si bien la velocidad es perniciosa en
el momento de un impacto. Probablemente, la velocidad es el factor de rendi-
miento más fácil de medir. Para terminar, es indudable que los aumentos de la
agilidad mejorarán el rendimiento y ayudarán a los jugadores a evitar las lesio-
nes. En su aplicación al fútbol, la medición de la agilidad sigue estando en sus
estadios iniciales.

LECTURAS RECOMENDADAS

Arnason A, Johansson E, Dahl HA. Strains, sprains and contusions in icelandic


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FUERZA, RAPIDEZ Y FLEXIBILIDAD


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AGRADECIMIENTOS
Me gustaría hacer constar mi agradecimiento a James A. Nicholas, doctor en
Medicina, por inculcarme las perspectivas temáticas de este trabajo. Asimismo,
quisiera dar las gracias en especial a Arnold Trachtenberg, A.T.C., que ha sido la
persona clave en mi educación sobre el deporte, el fútbol y la naturaleza de las
lesiones futbolísticas.
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4 APLICACIONES
DIETÉTICAS

Charlotte C. McIntosh
Michael K. McIntosh

LA NECESIDAD DE NUTRIENTES

La comida es algo más que una sustancia que consumimos para satisfacer las
papilas gustativas o combatir el hambre. La comida, especialmente en la canti-
dad y variedad adecuadas, es esencial para sobrevivir. Nadie puede vivir sólo de
agua con azúcar: aunque proporcione las calorías y los líquidos suficientes, apor-
ta poca nutrición. La muerte provocada por desnutrición sería la consecuencia
final de la falta de los nutrientes esenciales en la comida y de la cantidad nece-
saria de líquidos. La comida proporciona sustancias nutritivas denominadas
nutrientes, imprescindibles para el crecimiento y el desarrollo, un buen estado de
salud, la prevención de enfermedades y la optimización del rendimiento físico y
mental. Un cuerpo bien alimentado es fuerte, resistente, eficaz y capaz de adap-
tarse rápidamente a los cambios de su estado fisiológico. Mejorar los hábitos ali-
mentarios implica pensar en la comida como algo más que un simple combusti-
ble para el cuerpo. En definitiva, en cada trozo de carne, pieza de fruta, plato de
pasta o ración de verduras se encuentran los nutrientes que hacen posible la vida.
¿Por qué deben preocuparse los deportistas por estar bien alimentados? ¿No
podrán funcionar igual comiendo donuts, hamburguesas y pizza? Claro está que
los atletas pueden obtener las calorías suficientes consumiendo estas comidas,
pero sólo con ellas no podrían conseguir los nutrientes vitales necesarios para un
rendimiento máximo. Las personas necesitamos vitaminas y minerales como los
que se encuentran en los cereales, las frutas, las verduras, los productos lácteos
y las carnes para estar en buena forma física. El cuerpo humano es resistente y
puede tolerar muchas deficiencias nutritivas antes de que los síntomas obvios de
una mala nutrición sean visibles. Sin embargo, un nivel nutritivo pobre limita la
actividad diaria tanto en atletas como en personas sedentarias. No podemos espe-
rar que un coche funcione bien si en el depósito hay agua en lugar de la gasoli-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 52

52 MEDICINA DEL FÚTBOL

na, o si se ha lubricado con aceite vegetal en vez de con aceite para coches. Las
reacciones químicas en el motor del coche requieren los combustibles y los lubri-
cantes pertinentes. Cada respiración, latido del corazón, contracción muscular y
todas las demás funciones del cuerpo humano son resultado de una reacción quí-
mica en la que intervienen los nutrientes. La comida proporciona los nutrientes
que se transforman en compuestos químicos. Éstos suministran la energía y son
necesarios para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento del cuerpo
humano. Tener una buena nutrición es vital para alcanzar un alto rendimiento
deportivo.

TIPOS, FUNCIONES Y FUENTES DE NUTRIENTES


Las seis categorías de nutrientes esenciales son: hidratos de carbono, lípidos,
proteínas, vitaminas, minerales y agua. De estos seis nutrientes, sólo los hidratos
de carbono, los lípidos y las proteínas proporcionan energía. Muchas de las vita-
minas y de los minerales sirven como cofactores de las enzimas que intervienen
en el metabolismo (síntesis y análisis) de hidratos de carbono, lípidos y proteí-
nas. También participan en el suministro y la asimilación del oxígeno en los mús-
culos activos.

Hidratos de carbono

Los hidratos de carbono son nutrientes ricos en glucosa que se encuentran en


alimentos vegetales y que proporcionan fuentes inmediatas de energía a todas las
células. Los dos grupos principales de hidratos de carbono de la comida son los
simples (moléculas sencillas o dobles de glucosa, fructosa o galactosa) y los
complejos (cadenas sencillas o ramificadas de moléculas de glucosa). Los azú-
cares simples que se encuentran normalmente en la comida incluyen los mono-
sacáridos (esto es, azúcares simples como la glucosa, dextrosa, fructosa y galac-
tosa) y los disacáridos (dos monosacáridos juntos como la sacarosa, lactosa y
maltosa). La glucosa, en ocasiones denominada “azúcar sanguíneo”, es el hidra-
to de carbono más abundante en el cuerpo humano. Tras la digestión y la absor-
ción, el 95% de todos los carbohidratos se transforman en glucosa en la sangre.
La fructosa es el azúcar simple que hace que la fruta sea dulce. La sacarosa, un
disacárido que contiene glucosa y fructosa, se encuentra en el azúcar de mesa, en
la caña de azúcar, la miel y el azúcar de remolacha. La lactosa, un disacárido que
contiene glucosa y galactosa, es abundante en los productos lácteos. La maltosa,
un disacárido que contiene dos moléculas de glucosa, se encuentra en los cerea-
les fermentados. Los monosacáridos no requieren digestión enzimática en el
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APLICACIONES DIETÉTICAS
53

estómago. Cuando se ingieren solos, se absorben rápidamente en la sangre, tan


sólo unos pocos minutos después de la ingestión. Por este motivo, los azúcares
simples son eficaces para aumentar los niveles de glucosa en la sangre durante
actividades, tales como el ejercicio de alta intensidad, que provocan un descen-
so de los niveles de glucosa en la sangre.
Los hidratos de carbono complejos o las féculas, que se encuentran nor-
malmente en los alimentos vegetales, incluyen dextrinas (cadenas sencillas y cor-
tas de moléculas de glucosa), polisacáridos (cadenas largas, sencillas y ramifi-
cadas de moléculas de glucosa) y fibra (polisacáridos indigeribles, celulosa y lig-
nina). Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos incluyen la fibra
(por ejemplo, trigo, avena, cebada y arroz) y sus productos derivados (pan, cere-
ales y pasta), legumbres (judías secas, guisantes y lentejas), frutas y verduras. A
diferencia de los azúcares sencillos, los hidratos de carbono complejos requieren
un tiempo considerable (aproximadamente 30-90 minutos) antes de llegar a la
sangre. Tardan más en absorberse porque cada molécula de glucosa debe digerir-
se por separado de su cadena hermana de moléculas de la glucosa antes de que
pueda ser absorbida en la sangre. Por este motivo, los hidratos de carbono com-
plejos ayudan a disminuir el apetito y sirven como fuente de energía sostenida
durante la actividad física. Un nivel más lento de absorción de glucosa propor-
ciona una fuente estable de glucosa en la sangre. Basándose en las propiedades
de los hidratos de carbono complejos, las actuales pautas dietéticas recomiendan
que las personas con unos niveles medios de actividad consuman aproximada-
mente el 55% de sus calorías diarias a partir de los hidratos de carbono, así como
al menos dos tercios de estas calorías de hidratos de carbono complejos. Para
aquellos individuos con una actividad física o un ejercicio constante, la
Asociación Dietética Americana (ADA) recomienda que aproximadamente el
60-65% de las calorías diarias procedan de hidratos de carbono, con al menos 5/6
de esas calorías procedentes de hidratos de carbono complejos. En el capítulo 6
se expone detalladamente el importante rol de los hidratos de carbono durante los
entrenamientos y los partidos de fútbol.

Lípidos

Los lípidos (o grasas) constituyen una clase de compuestos solubles en agua


que incluyen los triglicéridos, ácidos grasos (saturados, monosaturados y polisa-
turados), colesterol, esteroides (p. ej., vitamina D y cortisol), fosfolípidos y gra-
sas. Las grasas dietéticas realzan el sabor y la textura de la comida (tabla 4-1).
La mayoría de los lípidos que se encuentran en la comida y en el cuerpo están
en forma de triglicéridos. Ya sea como ingredientes en las patatas fritas o acumu-
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54 MEDICINA DEL FÚTBOL

lados en la zona de la cintura o en las caderas, los triglicéridos se componen de


tres ácidos grasos relacionados por un enlace de glicerol. Los triglicéridos difie-
ren de otras clases de lípidos basados en ácidos grasos por el enlace de glicerol.
En consecuencia, los triglicéridos tienen diferentes propiedades y características
físicas. Los ácidos grasos saturados, que contienen enlaces dobles de no carbo-
no-carbono, son extremadamente rígidos. Cuando los ácidos grasos saturados se
incorporan a las membranas celulares, la fluidez (flexibilidad) y las propiedades
funcionales pueden alterarse adversamente. La pérdida de la función de la mem-
brana puede provocar numerosos trastornos del metabolismo y acarrear enferme-
dades graves como la aterosclerosis, la apoplejía y la hipertensión. Las grasas
animales, los aceites de coco y de palmera, y los aceites vegetales que han sido
hidrogenados (eliminación de los enlaces dobles de carbono-carbono de los áci-
dos grasos) son altos en ácidos grasos saturados. La grasa saturada es sólida a
temperatura ambiente y se parece a la típica grasa blanca y dura alrededor del
bistec o en una lata de conserva.
Los ácidos grasos monosaturados (un enlace doble carbono-carbono) o
poliinsaturados (más de un enlace doble carbono-carbono) son muy fluidos.
Cuando los ácidos grasos no saturados se incorporan a las membranas de las
células, aumentan la capacidad funcional de las mismas. Los aceites naturales
de soja, maíz, girasol y azafrán son ricos en ácidos grasos poliinsaturados, mien-
tras que los aceites de canola, cacahuete y oliva son ricos en ácidos grasos
monoinsaturados. El aceite de canola también es bajo en ácidos grasos satura-
dos (aproximadamente el 7%). Las grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas
son líquidas a temperatura ambiente, similares al aceite vegetal embotellado.

Tabla 4-1.

Funciones de los lípidos en el cuerpo

Proporcionan ácidos grasos esenciales que el cuerpo no puede producir


Proporcionan una fuente de energía concentrada (9 cal/g)
Son constituyentes vitales de todas las membranas celulares
Transportan las vitaminas solubles en grasas (A, D, E y K)
Son bloques de construcción de ciertas sustancias parecidas a las hormonas
Aíslan de las fluctuaciones de la temperatura externa
Protegen los órganos vitales de lesiones provocadas por golpes repentinos o movimientos
bruscos
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APLICACIONES DIETÉTICAS
55

Consumir demasiada grasa, incluso aceites ricos en ácidos grasos poliinsatura-


dos o monoinsaturados, puede provocar obesidad y se asocia con un alto riesgo
de cáncer.
Además de las diversas contraindicaciones del uso abusivo del producto, los
fabricantes pueden convertir los aceites buenos poliinsaturados en grasas duras,
saturadas, mediante el proceso químico de la hidrogenación. Este proceso con-
vierte un aceite líquido en una grasa dura y saturada. La manteca del aceite vege-
tal es un buen ejemplo del resultado de la hidrogenación. El consumo excesivo
de aceites vegetales que han sido hidrogenados (incluyendo todos los tipos de
margarinas) contribuyen a provocar los mismos problemas de salud que los áci-
dos grasos saturados.
Reducir el consumo de grasa es importante para el buen funcionamiento car-
díaco y es muy recomendable para la mayoría de niños en edad escolar, adoles-
centes y adultos. La tabla 4-2 proporciona algunas pautas generales para reducir
el consumo de grasa. En términos de calorías, la grasa sigue siendo grasa ya sea
saturada o no.
Las pautas dietéticas de la Asociación Americana del Corazón recomiendan
consumir el 30% o menos de las calorías diarias de grasa con 1/3 o menos de áci-
dos grasos saturados, 1/3 de ácidos grasos monoinsaturados y 1/3 de ácidos gra-
sos poliinsaturados. Como mínimo, el 5% de las calorías deberían proceder de
los ácidos linoleicos de ácidos grasos esenciales (C18:2, omega 6) y de ácidos
linoleicos (C18:3, omega 3) que se encuentran en aceites ricos en ácidos grasos
poliinsaturados. El pescado de agua fría es una fuente excelente de ácidos gra-
sos omega 3. Los deportistas que consumen el 60-65% de las calorías proceden-
tes de hidratos de carbono y el 15% de calorías de proteínas deberían consumir
grasas a un nivel del 20-25% del total de calorías. Por otra parte, puede que los
atletas de alta resistencia como triatletas y corredores de maratón necesiten
aumentar ligeramente su consumo de grasas, ya que necesitan consumir suficien-
tes calorías procedentes de hidratos de carbono para tener la energía que requie-
re su deporte.

Proteínas

Las proteínas constan de componentes esenciales denominados aminoácidos.


Estos aminoácidos están unidos en secuencias específicas que determinan la
estructura concreta y la subsiguiente función de la proteína. De los 20 aminoáci-
dos que se conocen, nueve se consideran esenciales y, por lo tanto, deben estar
presentes en la dieta. Estos aminoácidos esenciales pueden obtenerse consumien-
do fuentes de proteínas de buena calidad, como productos animales (carne, hue-
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56 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 4-2.

Pautas para reducir el consumo de grasa en la dieta

Consumir más a menudo Consumir menos

Carnes Carne magra selecta, pollo y pavo Filetes de carne magra, costillas,
sin piel, filete o costillas de cerdo, chuletas, marisco frito, bacon,
marisco (cocido, asado a la parrilla salchichas, salsas y aliños de
o al grill), carnes 95% bajas en ensaladas, carne a la boloñesa,
calorías, salchichas frankfurt bajas frankfurts, hamburguesas
en calorías

Féculas Pasta con salsa de tomate, arroz, Donuts, pastas, galletas, patatas
judías secas, rebanadas de pan, fritas, galletas saladas fritas,
bollos, patatas, tostadas, tortitas, snacks de aperitivo fritos, barras
gofres bajos en calorías, cereales, de granola normales, pasteles
galletas cocidas o bajas en calo-
rías, barras de granola bajas en
calorías, pan ácimo, magdalenas

Verduras Frescas, congeladas o en lata Verduras con salsa de nata


líquida, verduras fritas

Fruta Todas las frutas Aguacates

Lácteos Quesos bajos en grasa, helado de Lonchas de queso normal, hela-


leche, yogurt, nata baja en calo- dos, nata montada o líquida
rías, sorbete

Postres Flan, yogurt de frutas, gofres de Dulces de azúcar, la mayoría de


vainilla, pastel de cabello de ángel, galletas, snacks dulces rellenos
barritas energéticas, galletas de de crema o postres congelados,
trigo, galletas bajas en calorías, helados
postres congelados bajos en
calorías, puddings con leche
desnatada o del 1% de contenido
graso

Varios Mahonesa y margarina bajas en Mahonesa, margarina, salsa


calorías, salsas de ensaladas bajas tártara, salsa de nata líquida,
en calorías, escabeches, mostaza, salsas de ensalada normales
ketchup, salsas de hierbas aromati-
zantes, salsas de tomate
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APLICACIONES DIETÉTICAS
57

vos y productos lácteos) y también incluyendo una variedad de legumbres (p. ej.,
judías secas, guisantes, lentejas y tofu), fibra (como pan, arroz y cereales), nue-
ces y frutos secos energéticos (como cacahuetes, anacardos y pipas de girasol) en
la dieta diaria. Las proteínas de la verdura y de la fibra también son una buena
fuente de hidratos de carbono complejos. Las verduras son bajas en grasas siem-
pre y cuando no vayan acompañadas de margarina, salsa de nata líquida, salsas
normales u otras salsas para ensaladas.
Las raciones dietéticas recomendadas (RDR) de proteínas están determinadas
por el peso corporal y por la edad. La mayoría de personas en buena forma físi-
ca en edades comprendidas entre 4-6, 7-14, 15-18 años y mayores de 18 años
necesitan consumir a diario un 1,2, 1,0, 0,9 y 0,8 % de proteínas por kilogramo
de peso corporal, respectivamente. La cantidad de proteínas necesaria para per-
sonas con una alta actividad deportiva no es muy diferente de la que necesitan
las personas normales sanas, y se puede obtener consumiendo porciones extra de
proteínas de alimentos de buena calidad. A menos que un suplemento adicional
de aminoácidos contenga los nueve aminoácidos esenciales, estos costosos
suplementos se emplearán más probablemente para producir energía o serán
almacenados como grasa, dependiendo del balance de energía de la persona.
Además, esta conversión del exceso de aminoácidos en energía o grasa contribu-
ye a la deshidratación y puede provocar problemas de riñón debido al alto volu-
men de trabajo que supone excretar el exceso de amoníaco. Para garantizar que
la proporción de proteínas se utiliza para la síntesis de proteínas y no para las
necesidades energéticas, se deben consumir diariamente las calorías suficientes,
especialmente en forma de hidratos de carbono complejos.

Tabla 4-3.

Funciones de las proteínas en el cuerpo

Estructuran los constituyentes corporales vitales como músculos, tendones y órganos


transportadores
Ayudan a mantener el equilibrio entre líquidos y bases ácidas
Equilibran las hormonas y las enzimas
Son los componentes clave del sistema inmunológico, como los anticuerpos
Pueden utilizarse para formar glucosa
Proporcionan energía
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58 MEDICINA DEL FÚTBOL

Vitaminas

Las vitaminas son compuestos que contienen el carbono necesario para el


cuerpo, es decir, en pequeñas cantidades. Por ejemplo, la mayoría de vitaminas
solubles en agua (niacina, tiamina, riboflavina, ácido pantoténico, biotina, folato
y vitaminas B6 y B12) sirven como cofactores o coenzimas para vías de hidratos
de carbono, lípidos, proteínas y metabolismo energético.
La vitamina C, otra vitamina soluble en agua, sirve no sólo como antioxidan-
te de los fluidos corporales, sino que también es necesaria para la síntesis de
colágeno, hormonas y neurotransmisores. Las vitaminas solubles en grasas (vita-
minas A, E, D y K), por otra parte, son necesarias para un crecimiento, desa-
rrollo y mantenimiento óptimo de los tejidos y de los órganos. Además, la vita-
mina E y los carotenoides (precursores de la vitamina A) sirven como antioxi-
dantes dentro de los compartimientos corporales ricos en lípidos.
Las proporciones dietéticas recomendadas de vitaminas solubles en agua y en
grasa dependen de la edad y del sexo de la persona. Una dieta equilibrada de
hidratos de carbono, lípidos y proteínas, con variedad de alimentos de todos los
grupos, proporciona todas las vitaminas y minerales necesarios para la mayoría
de individuos y de deportistas. Tomar complejos vitamínicos en exceso no mejo-
ra el funcionamiento ni la salud de la persona. Por el contrario, a veces pueden
dificultar el funcionamiento si se toman en cantidades excesivas en relación con
las necesidades diarias.

Minerales

Los minerales son compuestos que contienen sustancias diferentes al carbo-


no y que se encuentran tanto en productos vegetales como animales. Los mine-
rales cumplen diversas funciones en el cuerpo. Algunos minerales como el mag-
nesio, el cobre y el selenio sirven de cofactores enzimáticos del metabolismo.
Las dos categorías de minerales, mayores y menores, se basan en las necesida-
des diarias. Los minerales mayores (calcio, fósforo, sodio, potasio, cloruro,
magnesio y sulfuro) son necesarios en cantidades superiores a 100 mg al día.
Los minerales menores (hierro, cinc, cobre, selenio, yodo, fluoruro, cromo,
manganeso y molibdeno) son necesarios en cantidades menores a 100 mg al día
(tabla 4-4).
Aunque las fuentes vegetales pueden ser ricas en minerales, especialmente en
minerales menores, su biodisponibilidad (cantidad disponible para la absorción
en la sangre) puede ser baja (aproximadamente del 5-10%). Las mejores fuentes
dietéticas de minerales son los productos animales. Por este motivo, incluir una
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APLICACIONES DIETÉTICAS
59

Tabla 4-4.

Funciones de los minerales en el cuerpo

Proporcionar soporte al esqueleto (calcio y fósforo)


Transportar oxígeno (hierro)
Transmitir impulsos nerviosos (calcio, sodio, potasio y magnesio)
Equilibrar los fluidos (sodio, cloruro, potasio, y fósforo)

variedad de productos animales en la dieta diaria ayuda a garantizar una buena


alimentación. Las deportistas, especialmente las corredoras y las gimnastas de
elite, puede que necesiten consumir porciones adicionales de hierro procedentes
de carnes magras o legumbres y de calcio de productos lácteos bajos en grasas
para reducir los riesgos de desarrollar anemia y/u osteoporosis. Las deportistas
vegetarianas necesitarán cantidades complementarias de hierro y calcio. Sin
embargo, un exceso del 150% de la RDR debería estar bajo supervisión médica,
ya que pueden tener lugar interacciones de nutrientes y reacciones de toxicidad
a estos elevados niveles de consumo.

Agua

Las personas no podemos vivir sin agua. El cuerpo humano contiene un 50-
70% de su peso en agua, dependiendo claro está de la edad, del género y de la
masa muscular. Además de la función vital del agua en el metabolismo energéti-
co, el equilibrio osmótico, el transporte de nutrientes y la eliminación de resi-
duos, también evita que el cuerpo se sobrecaliente. De hecho, la reposición de
agua es el factor nutricional más importante durante el ejercicio prolongado,
especialmente cuando hace calor. Sudar es el mecanismo para enfriar el cuerpo
que disipa el calor corporal central producido durante el ejercicio y en condicio-
nes de altas temperaturas. La pérdida excesiva de sudor, del 4-10% del peso cor-
poral, durante el ejercicio intenso en climas calientes o húmedos puede provocar
temperaturas centrales elevadas, deshidratación y pérdidas de electrólitos. Estos
factores causan mareos, desmayos, calambres, fatiga y, si no se tratan debida-
mente, problemas cardíacos. Una pérdida de agua del 20% del peso corporal
puede provocar coma o incluso la muerte. Para compensar las pérdidas de agua
debe consumirse ésta antes, durante y después del ejercicio físico, así como evi-
tar tomar diuréticos. Una regla de oro es beber dos vasos de líquido por cada
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60 MEDICINA DEL FÚTBOL

500 g perdidos al sudar. Recuerde, la sed no es un indicador adecuado del nivel


de hidratación. Las bebidas deportivas que contienen azúcares simples deberían
diluirse en al menos un 2,5-5% de contenido de azúcar y no deberían consumir-
se inmediatamente antes o durante los primeros 30 minutos de una actividad de
resistencia. Pueden provocar calambres e hiperglucemia si no se consumen ade-
cuadamente durante el ejercicio físico, especialmente si tienen un alto contenido
electrolítico o de azúcar.

SATISFACER LAS NECESIDADES NUTRITIVAS Y ENERGÉTICAS


Las raciones dietéticas recomendadas (RDR)

Las raciones dietéticas recomendadas, establecidas por el Consejo Nacional


de Investigación, permiten a individuos de todas las edades determinar la canti-
dad de nutrientes que deben consumir con cierta frecuencia para garantizar una
nutrición adecuada. Ya se han establecido las RDR de 19 nutrientes, pero quedan
por establecer las RDR de otros 26 nutrientes conocidos. Las RDR se expresan
como el promedio de consumo diario recomendado para la gran mayoría de indi-
viduos. También se han establecido las cantidades adecuadas de consumo diario
para algunos nutrientes que no tienen RDR (p. ej., biotina, cobre, cromio, sodio,
clorina y potasio),
Para ayudar a los consumidores a seguir las RDR a la hora de elegir alimen-
tos, la Administración Americana de Alimentos y Fármacos estableció las RDR
para EE.UU. en 1974. Las RDR de EE.UU. que aparecen en la mayoría de enva-
ses de alimentos, expresan el contenido de nutrientes específicos en cada ración
como porcentaje de las RDR de 1968 para niños mayores de 4 años o adultos.
Dependiendo del producto, consumir una ración proporciona un cierto porcenta-
je de nutrientes de las RDR de 1968. Por ejemplo, si una ración del producto pro-
porciona 30 mg de vitamina C, y las RDR máximas de vitamina C en 1968 eran
de 60 mg (para adultos), cada ración proporciona el 50% de las RDR de EE.UU.
de vitamina C. Las PDR de EE.UU. están siendo modificadas actualmente y
adaptadas a las Referencias de Consumo Diario (RCD) con la intención de refle-
jar la investigación más reciente sobre las cantidades necesarias de los nuevos
nutrientes y de los descubiertos anteriormente. Además, una nueva ley sobre eti-
quetas exigirá que se coloquen etiquetas en todos los alimentos envasados que
muestren una nueva categoría llamada Valores Diarios de Referencia (VDR). Los
VDR son las cantidades consideradas como consumo máximo de los nutrientes
específicos, muchos de los cuales no tienen actualmente RDR, como la grasa, la
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APLICACIONES DIETÉTICAS
61

grasa saturada, el colesterol, el sodio y los hidratos de carbono (azúcar y fibra).


Los VDR actuales se basan en una dieta diaria de 2.000 calorías. Por lo tanto, los
individuos con unas necesidades energéticas superiores a 2.000 calorías al día
tendrán mayores VDR, a excepción de la cantidad de colesterol y de grasas satu-
radas.
¿Cuáles son los diferentes tipos de alimentos necesarios y en qué cantidad
deben consumirse para cumplir las RDR y para satisfacer las necesidades míni-
mas estimadas de los nutrientes esenciales? En general, una dieta sana debería
contener un 12-15% de calorías procedentes de proteínas, un 55-60% de calo-
rías de hidratos de carbono y el 25-30% de calorías de las grasas. La siguiente
tabla ilustrativa proporciona ejemplos de aproximadamente cuántos gramos de
proteínas, hidratos de carbono y grasas deberían consumirse diariamente, según
los diferentes niveles de necesidades calóricas.
Ejemplos de los gramos diarios totales de proteínas, hidratos de carbono y
grasas según las necesidades calóricas del 15% de calorías procedentes de pro-
teínas, el 55% de hidratos de carbono y el 30% de grasas
Por ejemplo, un individuo que necesite 2.400 calorías diarias debería consu-
mir aproximadamente 90 g de proteínas, 330 g de hidratos de carbono y 80 g de
grasas. La tabla 4-5 muestra un ejemplo de un plan alimentario de 24 horas que
cumpliría este nivel de consumo recomendado de proteínas, hidratos de carbono
y grasas procedentes de una variedad de fuentes de alimentos comunes.

Total de calorías Proteínas Hidratos de Grasas


necesarias (g) carbono (g) (g)

1.600 60 220 53
1.800 68 248 60
2.000 75 275 67
2.200 83 303 73
2.400 90 330 80
2.600 98 358 87
2.800 105 385 93
3.000 113 413 100
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62 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 4-5.

Ejemplo de un plan alimentario de 2.400 calorías que


proporciona aproximadamente el 15% de las calorías de
las proteínas, el 55% de calorías de hidratos de carbono y
el 30% de calorías de las grasas

Proteínas Hidratos de Grasas Calorías


Desayuno (g) carbono (g) (g) (total)
1 taza tostada de harina de 4 33 1 160
avena
1 taza de leche con el 1% de 8 12 3 100
contenido graso
1 plátano 1 27 - 105
1 vaso de zumo de naranja - 27 - 112
Tentempié a media mañana
3 galletas de harina de trigo 3 15 1 60
integral
1 cucharada de crema de 4 4 8 100
cacao
1 vaso de zumo de naranja - 28 - 112
Almuerzo
1 cuarto de libra (100 g) de 23 34 21 410
hamburguesa
patatas fritas 3 26 12 220
manzana - 30 - 115
1 vaso de leche con el 1% de 8 12 3 100
grasa
Tentempié a media tarde
2 barras de cereales 4 32 8 210
1 lata de soda
Cena - 38 - 150
3 barritas de pescado asado
1 patata grande cocida 23 - 6 157
1 taza de broccoli 5 51 - 220
1 cucharada de margarina 5 8 1 43
- - 10 100
Total
% de calorías 91 g 377 g 74 g
14% 60% 26% 2.474 cal.
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APLICACIONES DIETÉTICAS
63

La pirámide de la guía alimentaria


Los cuatro grupos de alimentos básicos han sido sustituidos recientemente
por la pirámide de la guía alimentaria que muestra la figura 4-1.
Esta pirámide, guía para una alimentación sana reconocida a nivel mundial y
desarrollada por el Departamento de Agricultura de EE.UU. clasifica los alimen-
tos en seis grupos y recomienda cuántas raciones mínimas de cada grupo debe-
rían consumirse diariamente.
Una pregunta que nos podemos plantear al observar la pirámide de la guía ali-
mentaria es “¿qué es exactamente una ración?”. La tabla 4-6 es una lista de las
cantidades generales de porciones. Se sobreentiende que las cantidades indicadas
son una aproximación, no las cifras exactas, de cada ración de un tipo particular
de alimento.

Grasas,
aceites y
dulces

CONSUMIR EN
PEQUEÑAS
CANTIDADES
Grupo Pescado,
lácteo: leche, huevos, carne,
yogur y queso aves, legumbres
y judías secas
2-3 RACIONES
2-3 RACIONES
Grupo de Grupo
verduras de frutas

3-5 RACIONES 2-4 RACIONES

Grupo de pan, cereales, arroz y pasta

6-11 RACIONES

Figura 4-1. Diagrama de la pirámide alimentaria.


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64 MEDICINA DEL FÚTBOL

Siguiendo las pautas anteriores sobre las proporciones recomendadas, las per-
sonas sanas, entre ellos los deportistas, tendrán una buena alimentación sin nece-
sidad de complejos vitamínicos, minerales o proteínicos adicionales. Las llama-
das “píldoras mágicas”, que proclaman (falsamente) añadir vigor y salud al cuer-
po, no sólo no son necesarias, sino que incluso pueden ser perjudiciales. La pirá-
mide de la guía de la buena alimentación defiende el consumo de hidratos de car-
bono (pan, cereales, arroz y pasta), de fruta y verdura, y también de alimentos
ricos en proteínas (carnes, aves, pescado, legumbres, huevos, nueces) y de pro-
ductos lácteos. Actualmente, los estadounidenses tienden a consumir muchas
carnes grasas, pocas féculas, patatas con mucha mantequilla y nata líquida o
patatas fritas, pan blanco con mucha miga, una o dos raciones de frutas y verdu-
ras, y muchas comidas con exceso de calorías y poco valor nutritivo como pata-

Tabla 4-6.

Los cinco grupos de alimentos, contenidos de calorías y


raciones representativas

Grupo Calorías Tamaño


de alimentos por ración de las porciones

Pan, cereales, arroz y pasta 80-100 1 rebanada de pan


1/2 taza de pasta hervida, arroz o cerea-
Fruta 60-80 les
1 pieza pequeña de fruta fresca (manza-
na, naranja)
plátano
Verduras 25 1/2-3/4 de vaso de zumo de frutas
taza de verduras hervidas
1 taza de verduras crudas
100 g de carne magra, aves, o pescado
Carne, aves, pescado, 100 (+/- del tamaño de una baraja de naipes)
huevos, legumbres y judías 1/2 taza de judías cocidas
secas 2 huevos (<3-4/semana en casos de
colesterol alto o problemas cardíacos),
Leche, yogur y queso 100 legumbres
1 taza de leche desnatada o yogur solo
30 g (taquito de 2,5 cm de lado) de queso
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APLICACIONES DIETÉTICAS
65

tas fritas en bolsa, productos de bollería, galletas, refrescos con azúcar y postres
lácteos con muchas grasas (que a su vez proporcionan muy poco calcio). Éste es,
sin duda, el motivo por el que muchas personas tienen problemas para aprender
nuevos hábitos alimentarios que contribuirían a mantener una dieta mucho más
saludable. La pirámide de la guía de la buena alimentación recomienda reducir
las grasas, los aceites y los dulces, así como aumentar los alimentos ricos en
hidratos de carbono y mantener una dieta equilibrada en general.

Hábitos para una alimentación nutritiva

Antiguamente, cuando casi todo el trabajo se hacía manualmente, los granje-


ros que trabajaban en duras condiciones comían durante todo el día. El desayu-
no era normalmente la comida más importante del día, la comida del mediodía la
segunda más importante, y la cena la menos importante porque los granjeros
empleaban casi toda su energía durante el día. Aunque en la actualidad hay pocas
personas que trabajen como granjeros, su alimentación es un buen ejemplo que
deberíamos seguir. Las personas solemos estar más activas durante el día, espe-
cialmente aquellas que participan en eventos deportivos, que durante la noche,
cuando las actividades suelen ser estudiar, ver la televisión o dormir. Muchas
personas se saltan el desayuno, comen poco al mediodía o cuando encuentran un
momento y por la noche se sientan a la mesa para cenar copiosamente. Las inves-
tigaciones indican que casi la mitad de las calorías consumidas al día se ingieren
entre la cena y la hora de dormir. Algunas de estas personas no entienden por qué
están tan cansadas durante el día. Podemos comparar este hecho con un coche
que funciona durante todo el día apenas sin gasolina y al que llenamos el depó-
sito hasta el tope cuando volvemos al garaje. La conclusión es que deberíamos
ingerir la mayoría de calorías en los momentos de mayor actividad y no cuando
ya no necesitamos mucha energía. De hecho, las personas que no comen más que
un bocado o dos durante el día, literalmente, se están muriendo de hambre. Los
deportistas no pueden esperar un alto rendimiento si no tienen la energía sufi-
ciente.
Los atletas deberían esforzarse por mantener unos hábitos alimentarios más
fragmentarios y equilibrados. Esto significa comer en menos cantidad pero con
mayor frecuencia a lo largo del día. Comiendo menores cantidades, pero más
repartidas a lo largo del día, el cuerpo tiene la cantidad de energía necesaria. Es
una buena idea comer entre horas tentempiés sanos como fruta y otros alimentos
bajos en calorías. Los tentempiés que no son ricos en nutrientes, también llama-
dos “comida basura”, deberían limitarse a un consumo ocasional, y nunca ser un
hábito alimentario. No es necesario comer a diario dulces o patatas fritas. Los
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66 MEDICINA DEL FÚTBOL

tentempiés sanos como la fruta fresca o los frutos secos, las barras de cereales, el
yogur o las galletas de chocolate son mucho más recomendables. Siguiendo las
directrices presentadas en la pirámide de la guía de la buena alimentación, es
posible tener una amplia variedad de alimentos para escoger los tentempiés.
Pueden resultar muy reconfortante tomar un tentempié a media mañana y a
media tarde y todos conocemos la sensación de bienestar que produce una buena
comida. ¿Qué sucede cuando un deportista tiene hambre? Suele sentirse débil,
irritable e impaciente. Puede resultarle difícil pensar con claridad y rapidez. No
es tan difícil sentirse mejor, sólo hace falta un pequeño bocadillo y una pieza de
fruta, una magdalena, unas galletas o un tazón de cereales.
El hambre no es algo que se deba combatir ni ignorar. Es una señal de que el
cuerpo necesita energía. Cuando el cuerpo recibe la energía necesaria, una varie-
dad de alimentos equilibrada y comidas bajas en calorías, nuestros mecanismos
de control innatos pueden regular lo que comemos. Es importante prestar aten-
ción a las señales del cuerpo; comer cuando se tiene hambre y beber cuando se
tiene sed (o antes de hacer ejercicio o de trabajar a altas temperaturas). Uno de
los motivos por los que sentimos hambre es porque el nivel de azúcar en la san-
gre es menor que de costumbre. Cuando se ingieren alimentos, se digieren y la
energía y los nutrientes de la comida se absorben en la sangre. El azúcar en
la sangre (glucosa) aumenta y el deseo de comer desaparece. Tener el estómago
lleno también produce satisfacción. Aunque hay muchas teorías sobre la regula-
ción del hambre y del apetito, también hay otros factores que controlan de forma
natural los alimentos que consumimos. Por este motivo, un deportista que sigue
una dieta relativamente sana y que lleva una dieta ordenada de comidas y tentem-
piés no necesita contar las calorías para mantener un peso satisfactorio. Requiere
un esfuerzo llegar a un punto en que la mente, las papilas gustativas y los sínto-
mas del hambre funcionen bien en conjunto, y por ello, el deportista debe apren-
der a comer los alimentos adecuados a las horas correctas, teniendo en cuenta la
cantidad mínima de raciones de cada uno de los cinco grupos de alimentos de
la píramide de la guía de la alimentación.
Una persona activa no necesita comer una dieta alta en grasas para obtener las
calorías y la energía necesarias. Por otra parte, tampoco hay necesidad de redu-
cir estrictamente ni de eliminar todos los alimentos con grasas, como el pollo
frito o la pizza pepperoni. Puesto que las necesidades calóricas de los atletas tien-
den a ser mayores que las de las personas sedentarias, puede resultar difícil man-
tener el peso con una dieta estricta. Es importante seguir una alimentación mode-
rada y variada, incrementar el consumo de alimentos altos en hidratos de carbo-
no, comer más a menudo y llevar una dieta equilibrada para garantizar un consu-
mo calórico adecuado. Para ayudar a la población a mantener una línea sana y
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APLICACIONES DIETÉTICAS
67

evitar enfermedades, el Departamento de Agricultura de EE.UU. y el


Departamento de Salud y Servicios Humanos han establecido siete pautas dieté-
ticas que se detallan a continuación:

1. Elegir una alimentación variada.


2. Mantener un peso deseable.
3. Seguir una dieta baja en calorías, en grasas saturadas y en colesterol.
4. Escoger una dieta rica en verduras, frutas y cereales.
5. Consumir alimentos ricos en azúcar con moderación.
6. Consumir sal y sodio con moderación.
7. Si toma bebidas alcohólicas, consumirlas también con moderación.

Conseguir el éxito en el proceso de aprendizaje de una dieta sana requiere que


el individuo tenga la voluntad de ampliar su dieta más allá de la típica “carne con
patatas”. Todos los hábitos alimentarios pueden aprenderse y además todas las
personas nacemos con instinto para elegir una dieta variada. Las anomalías y los
hábitos insanos son conductas aprendidas. Puede que algunas personas necesiten
ayuda para cambiar sus hábitos alimentarios: todo es cuestión de voluntad.

DETERMINAR EL PESO IDEAL Y LAS NECESIDADES


ENERGÉTICAS

Determinar el peso corporal ideal (PI)

Los deportistas deberían comer lo suficiente como para mantener un peso


saludable o, en el caso de los adolescentes y de las personas que aumentan su
masa muscular a través del ejercicio, pueden incluso aumentar su peso. El capí-
tulo 5, “Necesidades nutricionales”, explica las necesidades de los adolescentes
durante el crecimiento. Las necesidades energéticas están determinadas por la
edad, el sexo y el peso actual de la persona (normalmente para jóvenes y adoles-
centes) o por el peso ideal convencional (PI) (para adultos). El PI para jóvenes y
adolescentes puede obtenerse en las tablas estándar de crecimiento elaboradas
por pediatras o en diversos libros de salud y medicina.

Peso proporcional para hombres:

48 kg por los primeros 1,50 metros.


Añadir 2,70 kg por cada 2,50 cm por encima de los 1,50 metros.
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68 MEDICINA DEL FÚTBOL

Por ejemplo:
Juan mide 1,76, por lo que su peso ideal es:
48 kg + (2,70 kg 8) =70 kg +/- 10%

El +/- 10% del peso ideal se emplea para ajustar el PI para personas con una
estructura ósea pequeña (-10%) o grande (+10%). Algunas personas tienen unos
huesos ligeros, por lo que deberían pesar proporcionalmente menos que las per-
sonas con la misma talla y un peso óseo medio. Asimismo, otras personas pue-
den tener los huesos más gruesos y pesados y deberían pesar más que la persona
media por su estatura. Por este motivo, es correcto considerar este margen en el
peso ideal; por ello el margen del PI de Juan es de 70 kg +/-10%. En relación a
su estatura, el PI de Juan es:

Huesos pequeños = 62,5 kg [70 - (0,1 70)] ●

Huesos medios = 70 kg
Huesos grandes = 77,5 kg [70 + (0,1 70)]

Peso proporcional para mujeres:

45,3 kg por los primeros 1,50 m.


Añadir 2,2 kg por cada 2,50 cm por encima de los 1,50 metros.

Por ejemplo:
Josefina mide 1,61 metros, por lo que su peso ideal es:
45,3 kg + (2,2 kg 3,2) = 52,2 kg +/- 10 %

El margen del peso ideal de Josefina será de 52,2 kg +/- 10 %.


En relación a su estatura, su PI es:

huesos pequeños = 47,2 kg [52,2 - (0,1 52,2)] ●

huesos medios = 52,2 kg


huesos grandes = 57 kg [ 52,2 + (0,1 52,2)]

Un deportista con una gran masa muscular, como por ejemplo un culturista,
puede pesar más de lo que indica su peso ideal. El músculo pesa más que la grasa
y los cálculos del PI se basan en el individuo medio, no deportista. Conseguir estar
en forma es estupendo, pero en lo que se refiere al peso, si un deportista está den-
tro de su margen de peso, aunque tenga un poco más de grasa de lo debido o que
sus compañeros de equipo, no debería obsesionarse con perder o controlar su peso.
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APLICACIONES DIETÉTICAS
69

Determinar las necesidades energéticas diarias

¿Cómo se calculan las cantidades calóricas necesarias? En primer lugar, hay


que determinar el margen de PI adecuado en base a la altura, y a menos que se
esté completamente seguro de la constitución ósea del individuo, se calculará con
el peso óseo medio. Los cálculos de los pesos medios de jóvenes y adolescentes
pueden obtenerse en las tablas de crecimiento estándar de los pediatras. Si no
están disponibles, puede determinarse el peso ideal con las tablas actuales ya que
los jóvenes y los adolescentes no deben seguir una dieta demasiado estricta,
puesto que están en edad de crecimiento. Los deportistas como los culturistas o
los futbolistas pueden utilizar el mayor margen de su PI, incluso si son de cons-
titución media, debido a su gran masa muscular. Calcular las necesidades calóri-
cas no es una ciencia exacta, pero es posible hacerse una idea de las necesidades
energéticas. En la publicación de RDA, Recommended Energy Intake (El consu-
mo recomendado de fuentes energéticas), 10ª edición, aparece un método utili-
zado habitualmente para determinar las necesidades energéticas. De acuerdo con
este procedimiento, las necesidades energéticas para una persona normal y
moderadamente activa pueden calcularse multiplicando el peso actual de la per-
sona en kilogramos con el número de cal/ kg del PI según su edad y sexo. He
aquí un ejemplo de este método:

Tabla para determinar las necesidades energéticas diarias en función de la edad,


del sexo y del peso en kilogramos.

Categoría Edades Calorías/kg

Niños 1-3 102


4-6 90
7-10 70

Hombres 11-14 55
15-18 45
19-24 40
25-50 37

Mujeres 11-14 47
15-18 40
19-24 38
25-50 36
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70 MEDICINA DEL FÚTBOL

Por lo tanto, si Juan (PI = 70 kg) es una persona moderadamente activa de


18 años, necesita aproximadamente 3.150 calorías por día. Si Josefina (52,3 kg)
es una chica moderadamente activa de 19 años, necesita aproximadamente
1.988 calorías al día. Las personas extremadamente activas que entrenan y jue-
gan a deportes de alta actividad o que realizan tareas físicas todo el día pueden
necesitar el 25% más de calorías diarias según la intensidad y la duración del
ejercicio o de la actividad física.
El nivel de ejercicio o de actividad física determina la cantidad de calorías
necesarias. Como los cálculos no consideran el metabolismo individual de una
persona, las necesidades calóricas estimadas sólo nos dan una idea de qué canti-
dades deberíamos ingerir al día. Lo más importante es mantener una dieta equi-
librada, baja en calorías y controlar las comidas y los tentempiés durante el día.
Si un deportista pesa más de lo que indica su peso ideal, el nivel de calorías nece-
sarias para mantener el peso ideal debería seguir una pérdida de peso progresiva
hasta alcanzar el promedio adecuado para su altura.

RESUMEN
Este capítulo ha expuesto las bases para mantener una dieta equilibrada, que
puede conseguirse consumiendo las proporciones adecuadas de cada uno de los
cinco grupos de alimentos detallados en la pirámide de la guía de la alimenta-
ción. No existe ninguna receta ni dieta mágica para aumentar el rendimiento
físico: el único secreto es mantener una dieta equilibrada y variada. Los hábitos
alimentarios erróneos pueden tener un efecto negativo sobre los niveles de entre-
namiento y rendimiento. La dieta del deportista debe ser parecida en su compo-
sición a la de los individuos corrientes. Las diferencias básicas son las necesida-
des de calorías y de fluidos, que, para algunos atletas, pueden ser el doble depen-
diendo del tipo y de la duración de sus niveles de actividad. En estos casos de
actividad física continuada deben consumirse cantidades adicionales de alimen-
tos y líquidos ricos en hidratos de carbono. Por lo tanto, comer platos ricos en
hidratos de carbono complejos (pan integral, de fibra, cereales, pasta, arroz, pata-
tas, legumbres, frutas y verduras) y bajas en calorías (productos lácteos desnata-
dos y carnes magras) y beber muchos líquidos contribuirán a que el individuo
alcance unos niveles de rendimiento y de forma física máximos. Los capítulos
siguientes proporcionan interesantes consideraciones que conciernen a los futbo-
listas. Unos hábitos alimentarios adecuados son imprescindibles para el buen
funcionamiento diario de un individuo y son fáciles de aprender. Al principio
puede suponer esfuerzo mentalizarse, pero siempre hay que pensar que es con-
veniente aplicar estos cambios positivos en nuestra alimentación. Los entrenado-
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APLICACIONES DIETÉTICAS
71

res que trabajan para fomentar unos hábitos alimentarios correctos no sólo logran
mejorar el rendimiento de los deportistas, sino que ayudan a establecer las bases
para una buena forma física. El objetivo más importante es hacer que los buenos
hábitos alimentarios se conviertan en un comportamiento instintivo. Gracias a
ellos los deportistas recibirán la recompensa por una buena forma física y un
cuerpo sano: una mayor resistencia y un rendimiento elevado en todos los aspec-
tos.

LECTURAS RECOMENDADAS

American Dietetic Association. Positition stand on nutrition for physical fitness


and athletic performance for adults. J Am Dietetic Assoc 1987;87:933-939.
Bernin J. Wise food choices for athletes on the road. Sports Science Exchange.
Gatorade Sports Science Institute. Vol.1(1): Abril, 1988.
National Dairy Council. FOOD POWER: A coach’s guide to improving perfor-
mance, 3ª edición (#0140N). c/o Dairy & Food Nutrition Council, 2300 West
Meadowview Road, #106, Greensboro, NC 27407 (1/800-768-6455).
Food and Nutrition Board, Recommended Dietary Allowance (RDA), 10ª edición.
National Research Council. National Academy Press. Washington, DC, 1989.
Wardlaw G, Insel P. Perspective in nutrition. 2ª edición. St. Louis: Mosby-Year
Book, Inc., 1993.
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Documento1 14/2/05 17:06 Página 73

5 NECESIDADES
NUTRICIONALES

Kristine Larson Clark

Actualmente las personas se preocupan más por lo que comen. La única


excepción son los adolescentes. La actitud independiente de los adolescentes pre-
valece sobre el interés por mantener unos buenos hábitos alimentarios. Para los
deportistas adolescentes, la elección de las dietas y de los alimentos viene deter-
minada más por la presión de grupo y la socialización que por los factores nutri-
tivos reales. Científicamente, la nutrición y el ejercicio físico han conseguido
grandes progresos en el rendimiento de un individuo. El reto sigue siendo incul-
car a los adolescentes unos hábitos alimentarios adecuados.
Puesto que la mayoría de adolescentes no tienen la oportunidad de hablar
personalmente con un dietista deportivo, deben ser los padres, entrenadores y
preparadores físicos los que les guíen en la elección de alimentos que les ayu-
den a obtener un rendimiento óptimo. Los dietistas deben aconsejar con sus
conocimientos nutritivos y desmentir las dicotomías entre “buenos” y “malos”
alimentos.
Las bases para promover unos niveles de crecimiento adecuados y unas calo-
rías y micronutrientes necesarios para soportar el ejercicio están en función de
los alimentos que consumen los jóvenes deportistas y con qué frecuencia. En este
capítulo se describen los aspectos de la nutrición que afectan al rendimiento físi-
co y las estrategias didácticas para promover unas conductas alimentarias sanas
para los futbolistas adolescentes.

NECESIDADES ENERGÉTICAS
El fútbol está considerado como un deporte de alta intensidad y de actividad
intermitente. Los niños menores de 10 años participan en partidos divididos en
cuatro partes de 12 minutos cada una. Tiene lugar un descanso de 5 minutos entre
cada cuarto del partido, y un descanso de 10 minutos después de los dos prime-
ros cuartos. Los jóvenes mayores de 10 años participan en partidos divididos en
dos partes, de 25 minutos de duración cada parte, y de 45 minutos por cada parte
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74 MEDICINA DEL FÚTBOL

para los de 19 años en adelante. El entrenamiento y la competición deportiva


implican una demanda energética elevada que debe ir acompañada de un alto
consumo de fuentes energéticas para mantener la actividad. Además de las calo-
rías que los deportistas jóvenes necesitan para jugar a fútbol sin sufrir fatigas
innecesarias, requieren un nivel adecuado de calorías para continuar el creci-
miento. Aunque no hay datos disponibles sobre el coste calórico real durante un
partido de fútbol juvenil o durante un entrenamiento, es de sentido común con-
trolar el peso corporal del joven y determinar las necesidades calóricas según el
peso recomendado. Los niños no deberían perder peso deliberadamente sin con-
sultar a un médico.
A pesar de que existen pocas investigaciones que identifiquen las necesidades
calóricas específicas para los adolescentes, sabemos que la adolescencia es el
punto máximo de necesidad energética, por ser un período de rápido crecimien-
to y de cambios en la composición corporal. La etapa de máximo crecimiento en
los adolescentes empieza aproximadamente a los 10 años en las chicas y a los 12
en los chicos. Las necesidades energéticas aumentan para desarrollar este creci-
miento. Para los chicos, el consumo energético estimado es de 2.500 a 3.200
calorías al día entre los 10 y los 20 años. Para las chicas, el promedio estimado
de calorías necesarias es de 1.800 a 2.000 calorías al día (Dieta y salud,
Academia Nacional de las Ciencias, 1989).
Los padres y los entrenadores a menudo quieren información respecto a la
ingesta calórica para los niños y los deportistas activos. El mejor consejo, ya que
que no hay datos disponibles sobre las necesidades calóricas, es proporcionar una
variedad de alimentos a los niños en casa y en los partidos. Por último, los padres
deben prestar atención al tipo y cantidad de comida consumida en la escuela, y
saber si ésta ofrece un programa alimentario, qué tipos de comida se sirven y pla-
nificar conjuntamente una alimentación equilibrada para el niño. El joven debe
aceptar, llegar a comprender y practicar la dieta más aconsejable.

Cantidades necesarias de hidratos de carbono

Los hidratos de carbono constituyen el grupo de macronutrientes más impor-


tante en la dieta de los futbolistas. Los alimentos ricos en hidratos de carbono
deben incluirse con mayor frecuencia en las dietas que las comidas ricas en gra-
sas o en proteínas, por ser la primera fuente energética para el músculo esquelé-
tico.
Los hidratos de carbono se presentan en formas muy diversas, que incluyen
los hidratos de carbono complejos, que son ricos en fécula y fibra, y los hidratos
de carbono simples, compuestos normalmente de sacarosa, fructosa, lactosa, glu-
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NECESIDADES NUTRICIONALES
75

cosa, o una combinación de muchos de estos componentes. Todas las fuentes


procedentes de hidratos de carbono proporcionan la energía necesaria para la
actividad física, a excepción de la fibra. La diferencia principal entre sus diver-
sas clases es el nivel o velocidad a la que el cuerpo los puede digerir, absorber y
metabolizar, en otras palabras, utilizarlos para producir energía. Los hidratos de
carbono complejos requieren un mayor tiempo de digestión, mientras que los
simples se digieren y absorben a niveles más rápidos.
A causa de esta diferencia, es importante saber qué tipo de hidrato de carbo-
no se encuentra en los diferentes alimentos. Los que contienen hidratos de car-
bono complejos proporcionan una excelente fuente de energía, pero deben inge-
rirse dos o más horas antes de hacer ejercicio intensivo. Los hidratos de carbono
simples de las bebidas deportivas, suplementos energéticos, dulces, frutas y
zumos también proporcionan una excelente fuente de energía, pero a menudo se
ingieren inmediatamente antes de realizar ejercicio intensivo o durante la activi-
dad física.
La concepción errónea de que los hidratos de carbono se encuentran en la
pasta, el pan, el arroz y los cereales persiste en la comunidad deportiva. La mayo-
ría de los deportistas, padres y entrenadores no son conscientes del alto conteni-
do de hidratos de carbono de todas las frutas, verduras y productos lácteos, así
como de las comidas dulces como las galletas, pasteles, caramelos y otros aperi-
tivos. La tabla 5-1 muestra una variedad de alimentos con hidratos de carbono
tanto líquidos como sólidos que deben consumirse a lo largo del día. Observen
que los huevos, la carne de vaca, el cerdo, el pescado y las aves no los contienen.

Aportaciones proteínicas

La necesidad de proteínas es mayor durante la adolescencia que durante la


edad adulta. Para los jugadores de fútbol de entre 7-10 años las necesidades de
proteínas son de aproximadamente 1,2 g/kg de peso corporal. A medida que los
jugadores son mayores, las necesidades de proteínas se reducen a 1 g/kg del peso
para edades de entre 11 y 14 años y a 0,8 g/kg para deportistas de entre 15 y
18 años. Las aportaciones diarias recomendadas de proteínas para los adultos son
de 0,8 g/kg del peso corporal.
Los futbolistas deberían controlar las proteínas que ingieren. Al igual que
sucede con los hidratos de carbono, pocos jugadores de fútbol, padres o entre-
nadores están familiarizados con las fuentes variadas de proteínas. La carne, el
pescado, las aves, los productos lácteos y los huevos son algunas de las fuen-
tes proteínicas más comunes; pero existen también otras fuentes no tan fre-
cuentes, como son las judías, el tofu y todos los alimentos derivados de cerea-
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76 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 5-1.

Fuentes de hidratos de carbono, proteínas, grasas y


calorías en los alimentos

Calorías Proteínas Hidratos de Grasa


(g) carbono (g) (g)

Grupo de lácteos
Leche entera, 1 taza 99 8 12 2
Queso americano, 1 loncha 106 6 - 9
Queso Cheddar, 1 loncha 114 7 - 9
Queso Cottage, 1/2 taza 109 13 3 5
Queso suizo, 1 loncha 107 8 1 8
Cacao 1/2 taza 164 7 19 7
Helado de vainilla, 1 taza 135 2 16 7
Leche, 1 taza 150 8 11 8
Leche con chocolate, 1 taza 208 8 26 8
Leche desnatada (2%), 1 taza 121 8 12 5
Leche descremada, 1 taza 86 8 12 -
Batido de chocolate, 1/2 taza 356 9 63 8
Pudding de chocolate, 1/2 taza 161 4 30 4
Yogurt de fresa, 1 taza 225 9 42 3

Grupo cárnico
92 5 1 8
Bacon, 2 tiras
142 9 26 1
Judías, sofritas, 1/2 taza
182 26 0 8
Roastbeef, 90 g
195 23 5 9
Hígado de cordero, 90 g.
201 26 2 9
Pollo frito, 90 g
83 5 1 6
Huevo frito grande
79 6 1 6
Huevo hervido grande
95 6 1 7
Huevo revuelto grande
172 7 1 15
Salchicha de frankfurt 60 g
179 26 0 8
Jamón cocido, 90 g
230 15 13 12
Corte de carne, 90 g
186 23 0 10
Empanada de carne, 90 g
186 9 6 16
Mantequilla de cachuete, 1 cucharada
211 9 7 18
Cacahuetes salados, 1/2 taza
134 10 22 1
Guisantes, alcaparras (verdes) 1/2 taza
94 6 17 -
Guisantes, alcaparras (maduros) 1/2 taza
193 16 6 11
Percal frito, 90 g
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NECESIDADES NUTRICIONALES
77

Tabla 5-1. Continuación.


Calorías Proteínas Hidratos de Grasa
(g) carbono (g) (g)
Filete de cerdo, 90 g 308 21 0 24
Salchichas, 2 135 5 - 13
Costilla, 100 g 212 29 0 10
Atún, 90 g 168 25 0 7

Grupo de frutas y verduras


Manzana mediana 80 - 20 1
Compota de manzana, 1/2 taza 116 - 30 -
Albaricoques secos, 4 mitades 39 1 10 -
Espárragos, ración de 4 12 1 2 -
Plátano mediano 101 1 26 -
Judías verdes, 1/2 taza 16 1 3 -
Judías Lima, 1/2 taza 94 7 17 -
Broccoli, 1/2 taza 20 2 4 -
Col, 1/2 taza 13 1 3 -
Cantalupo, 1/4 mediano 29 1 7 -
Zanahoria, 1/2 taza 22 1 5 -
5 zanahorias 21 1 5 -
Coliflor 13 1 3 -
8 tallos de apio 10 1 2 -
Ensalada de col 82 1 3 8
Maíz, 1/2 taza 70 2 16 1
5 Mazorcas de maíz 114 4 26 1
Ensalada de frutas, 1/2 taza 99 2 25 1
Pomelo mediano, medio 48 1 13 -
Uva, 1/2 taza 48 - 12 -
Verdura cruda, 1/2 taza 17 2 3 -
Lechuga, 1/2 taza 10 1 2 -
Cebollas, 1/2 taza 30 1 7 -
Naranja mediana 65 1 16 -
Zumo de naranja, 1/2 taza 56 1 13 -
Melocotones, 1/2 taza 100 1 26 -
Pera mediana 101 1 25 1
Guisantes, 1/2 taza 54 4 9 -
Piña, rodaja grande 90 - 24 -
Patata cocida grande 132 4 30 -
Patatas asadas, 2 pequeñas 79 2 18 -
Patatas fritas, 20 233 4 31 11
Puré de patatas, 1/2 taza 63 2 13 1
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78 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 5-1. Continuación.


Calorías Proteínas Hidratos de Grasa
(g) carbono (g) (g)
Batata mediana, media 78 1 18 -
Pasas, 4 tazas y media 123 1 33 -
Fresas, 1/2 taza 28 1 6 -
Tomate mediano 22 1 5 -
Zumo de tomate, 1/2 taza 26 1 5 -
Endivia o escarola, 1/2 taza 13 1 3 -
Sandía, 1 taza 52 1 13 -

Grupo de cereales
Pan ácimo 165 6 28 2
Galleta, levadura 103 2 13 5
Pan blanco, 1 rebanada 61 2 12 1
Pan de harina, 1 rebanada 55 2 11 1
Pan de trigo, 2 rebanadas 191 6 30 5
Cereales, 3/4 taza 72 2 16 -
Galletas Graham 2 54 1 10 1
Galletas saladas 5 60 1 10 2
Granos de maíz molido, 1/2 taza 62 2 14 -
Fideos con huevo, 1/2 taza 100 3 19 1
Harina de avena 66 2 12 1
Pancake pequeño 61 2 9 2
Arroz, 1/2 taza 112 2 25 -
Bollo de frankfurt 119 3 21 2
Bollo de hamburguesa 119 3 21 2
Bollo duro 156 5 30 2
Tostada 61 2 12 1
Tortita de maíz pequeña 63 2 14 1

Alimentos combinados (comidas hechas


con ingredientes de más de un grupo de
nutrientes)
Judías secas, cerdo y salsa de tomate, 156 8 24 3
1/2 ración
Estofado de carne y verduras, 1 ración 209 15 15 10
Chili con carne, 1 ración 333 19 31 15
Natillas, 1/2 taza 152 7 15 7
Macarrones con queso, 1/2 ración 215 8 20 11
Pizza de queso, 1/4 ración 354 18 43 13
Sopa de pollo, 1 taza 59 3 8 2
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NECESIDADES NUTRICIONALES
79

Tabla 5-1. Continuación.


Calorías Proteínas Hidratos de Grasa
(g) carbono (g) (g)
Sopa de crema de tomate, 1 taza 173 7 23 7
Espagetti con albóndigas, 1 taza 332 19 39 12
Bistec de taco 216 17 15 10

Otras categorías
(grasas, dulces y alcohol)
Chocolate con leche 30 g 147 2 16 9
Cerveza 1/3 l 151 1 14 0
Mantequilla 1 cucharadita 36 - - 4
Pastelito picante, 1/16 de pastel 234 3 40 9
Bizcocho, 1/12 de pastel 196 5 36 4
Crema de chocolate, 2 cucharadas 93 1 24 1
Café negro, 1/2 taza 2 - - -
Galleta dulce 89 1 14 3
Donut 125 2 17 6
Salsa francesa, 1 cucharadita 66 - 3 6
Postre de gelatina, 1/2 taza 71 2 17 0
Gelatina de pasas de Corinto, 49 0 13 0
1 cucharadita
Mayonesa, 1 cucharadita 101 - - 11
Pastel de manzana, 1/6 de pastel 403 4 60 18
Palomitas, 1 taza 23 1 5 -
Patatas fritas de bolsa 114 1 10 8
Bollo danés 274 5 30 15
Sorbete de naranja, 1/2 taza 135 1 29 2
Refresco de cola, 1 vaso 96 0 25 0
Azúcar, 1 cucharadita 14 0 4 0
Vino rosado, un vaso 87 - 4 0

les o verduras. La tabla 5-2 muestra ejemplos de un informe de las comidas


“favoritas” de los adolescentes, e incluye el tamaño de las porciones y la can-
tidad de proteínas.
Los vegetarianos pueden obtener las proteínas adecuadas de alimentos de ori-
gen vegetal, y también necesitan comer cantidades sustanciales de alimentos con
fibra y verduras de todo tipo. Un deportista vegetariano puede obtener aproxima-
damente 2 g de proteínas por cada media ración de la mayoría de verduras y 2 g
de proteínas por cada media ración de cereales como pasta, arroz, avena, trigo o
maíz.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 80

80 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los no vegetarianos pueden obtener las proteínas adecuadas comiendo ali-


mentos ricos en proteínas y siguiendo la pirámide de la guía de la buena alimen-
tación (fig. 5-1) a fin de comprender cuántas raciones de carne, lácteos, cereales
y verduras se necesitan.
Las deportistas pueden correr el riesgo de no ingerir suficientes proteínas
para no “engordar”, y dejar de comer la carne y los lácteos que necesitan. La
grasa en la dieta es importante, pero debe consumirse con moderación, y las
fuentes nutritivas con grasas, como las carnes, el pescado, las aves y los produc-
tos lácteos, proporcionan nutrientes adicionales como son las proteínas, el cal-
cio y el hierro.
Los suplementos energéticos de proteínas y de aminoácidos no están reco-
mendados a menos que problemas médicos o dietéticos limiten la ingesta de ali-
mentos ricos en proteínas. Cuando el consumo de proteínas es excesivo para las
necesidades fisiológicas, el cuerpo convierte las cantidades adicionales de pro-
teínas en grasas.

La grasa: un nutriente esencial

La grasa es un componente importante en una dieta sana. Todos necesitamos


comer algo de grasa diariamente para mantener una dieta saludable. Aunque la
grasa se utiliza como fuente de energía durante el ejercicio, el contenido graso de
las dietas de los jóvenes deportistas no debería exceder el 30% de sus calorías
diarias. No hay ningún estudio que defienda un mayor consumo de grasa en los
niños que en los adultos. De hecho, la obesidad entre los niños continúa siendo
un grave problema en Estados Unidos y se atribuye a una dieta excesiva en gra-
sas. Aunque los niños y los adolescentes suelen hacer deporte, una alimentación
poco variada y un alto consumo de calorías suele provocar problemas de sobre-
peso. El consumo de grasa no es la única causa del sobrepeso de un niño.
En 1991, la Academia Americana de Pediatría recomendó que los niños con-
sumieran el 10% o menos de su aportación de grasas en forma de grasas satura-
das. Estas grasas se han asociado con infartos de miocardio y se encuentran a
menudo en alimentos de origen animal como la carne de vaca, el cerdo, las aves,
los productos lácteos no desnatados, la mantequilla, la manteca de cerdo, el
bacón o las salchichas. Además, muchos productos cocidos contienen grasas
saturadas en forma de aceites parcialmente hidrogenados, de coco, o de palma.
La grasa restante permitida en la dieta debe procede de grasas poliinsaturadas
(10%) y monoinsaturadas (10%). Estas dos grasas son líquidas a temperatura
ambiente. La margarina, no obstante, procede normalmente de grasas líquidas
poliinsaturadas que han sido alteradas químicamente para endurecerlas a tempe-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 81

NECESIDADES NUTRICIONALES
81

Tabla 5-2.

Comidas favoritas de los adolescentes y la cantidad


de proteínas de cada ración

Alimentos Ración Gramos de proteínas

Carne, pescado, aves 90 g 21


Yogur o natillas 1 copa 9
Huevo Huevo grande 7
Maíz o guisantes 1/2 ración 2
Refrescos 1/2 litro 0
Leche 1/5 litro 8
Barritas de chocolate 1 barrita 6
Pasta 1 ración cocida 4
Judías, garbanzos 1 ración cocida 23,6
Cereales 1 taza 2
Snacks de bolitas de queso 1 bolsa 4
Cereales de desayuno 1 taza 1,7
Pancakes 3 medianos 19,8
Tostada francesa 2 rebanadas 11,4
Crema de cacao 2 cucharadas 9
Pizza de queso 1 ración 8
Bocadillo de frankfurt 1 bocadillo 8,5
Tostada con crema de cacao 1 bocadillo 12,3
y mantequilla

ratura ambiente (y es parecida a la mantequilla). La alteración química aumenta


el nivel de grasa saturada en la margarina, dándole el nombre de grasa “parcial-
mente hidrogenada” o grasa parcialmente saturada. Los dietistas y los científicos
recomiendan que las margarinas se consuman con moderación.
Las grasas poliinsaturadas se encuentran en el maíz, las pipas de girasol, y los
aceites de almidón. Las grasas monoinsaturadas se encuentran predominante-
mente en los aceites de oliva, de cacahuete y de canola. Estas grasas se conside-
ran las “más sanas” debido a su capacidad de reducir los niveles totales de coles-
terol sin disminuir la porción “conveniente” de colesterol, denominadas lipopro-
teínas de alta densidad (HDL). Todavía no se han realizado investigaciones para
demostrar los efectos de las grasas monoinsaturadas para reducir los niveles de
Documento1 14/2/05 17:06 Página 82

82 MEDICINA DEL FÚTBOL

TABLA DE ALIMENTOS PARA


JÓVENES ADOLESCENTES Y Grasas, aceites
HOMBRES ACTIVOS y dulces, Clave :
consumir con
moderación cantidad mínima de
raciones recomendada
basada en una dieta
de 2.800 calorías

Grupo de lácteos: leche, Carne, aves, pescado, judías


yogur, y quesos secas, huevos y nueces /
2-3 raciones avellanas
2-3 raciones
(Los adolescentes y los
deportistas jóvenes
hasta los 24 años
necesitan 3 raciones)

Grupo de Grupo de frutas,


verduras 2-4 raciones
3-5 raciones

Grupo de
pan, cereales,
arroz y pasta
6-11 raciones

Figura 5-1. La pirámide de la guía de la buena alimentación, proporcionada por el


Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 83

NECESIDADES NUTRICIONALES
83

TABLA DE ALIMENTOS PARA


NIÑOS, CHICAS ADOLESCENTES, Grasas, aceites
HOMBRES Y MUJERES ACTIVAS y dulces, Clave :
consumir con
moderación cantidad mínima de
raciones recomendada
basada en una dieta
de 2.200 calorías

Grupo de lácteos: leche, Carne, aves, pescado, judías


yogur, y quesos secas, huevos y nueces /
2-3 raciones avellanas
2-3 raciones
(Las mujeres embarazadas
y lactantes, los adolescen-
tes y los adultos jóvenes ** 2 raciones son un total de
hasta los 24 años necesi- 180 g.
tan 3 raciones)

Grupo de Grupo de frutas


verduras 2-4 raciones
3-5 raciones

Grupo de
pan, cereales,
arroz y pasta
6-11 raciones

Figura 5-1. (continuación).


Documento1 14/2/05 17:06 Página 84

84 MEDICINA DEL FÚTBOL

colesterol en niños y adolescentes porque a estas edades el problema no es tan


grave. Sin embargo, ayudar a los deportistas adolescentes a determinar las elec-
ciones adecuadas en la selección de aceites o grasas es una lección importante
para los hábitos alimentarios en el futuro.

COMER PARA EL ENTRENAMIENTO


Dentro del marco de trabajo de los principios básicos de una buena alimenta-
ción, los dietistas deportivos aconsejan a los jóvenes atletas que repartan su
ingesta calórica a lo largo del día para disponer de la energía necesaria. Los
deportistas deberían hacer tres comidas al día y no saltarse el desayuno. Aunque
éste es un buen consejo, los deportistas jóvenes no siempre seguirán estos hábi-
tos sanos. En su lugar, el complejo estilo de vida de los adolescentes suele incluir
un tentempié y una posible comida una vez al día.
Los hábitos alimentarios de los adolescentes en general no parecen ser muy
diferentes de los de futbolistas adolescentes o de otros deportistas. Trasnochar
también puede ser el motivo para omitir el desayuno. Los entrenamientos depor-
tivos también pueden determinar la cantidad y el horario de ingestión de los ali-
mentas. En consecuencia, puede que muchos jóvenes no siempre cumplan el
modelo de tres comidas al día y además suelen ser los mismos adolescentes los
que eligen sus comidas en la escuela y en casa. La falta de comidas preparadas
en casa podría predisponer al joven a comer demasiados snacks. A pesar de estas
situaciones, una buena alimentación puede mejorar, y no siempre tiene que con-
sistir en una cocina tradicional.
Los tentempiés tradicionales, tales como dulces, salados, tabletas de chocola-
te, golosinas, pueden añadirse a una dieta nutritiva para aportar calorías adicio-
nales para complementar las necesidades de crecimiento de los jóvenes deportis-
tas. El azúcar es un ingrediente incomprendido que se encuentra en muchos ali-
mentos y bebidas. Es un hidrato de carbono que da energía a los adolescentes
activos, y no un ingrediente que conduce a la obesidad, diabetes o hiperactividad.
Hay que tener en cuenta que a su vez puede ser un elemento nocivo para los dien-
tes, y que es necesario cepillar en profundidad para evitar la aparición de caries.
El azúcar se encuentra en muchas comidas como galletas, snacks dulces, refres-
cos, helados y crema de cacahuete, y es una fuente importante de energía para los
deportistas que comen alimentos ricos en minerales a lo largo del día pero que
son incapaces de ganar algo de peso.
Los futbolistas adolescentes que necesitan entre 2.000-2.800 calorías diaria-
mente deberían distribuir estas calorías en tres comidas separadas: por la maña-
na, al mediodía y por la noche. Por ejemplo, desde la hora de levantarse hasta el
Documento1 14/2/05 17:06 Página 85

NECESIDADES NUTRICIONALES
85

mediodía, deben consumirse 1/3 de las calorías necesarias durante el día. Entre
la hora del mediodía al atardecer debe consumirse otro 1/3 de las calorías diarias,
y el último tercio debe consumirse antes de ir a dormir. Es importante que las
calorías adecuadas de una variedad de alimentos que ofrecen una mezcla de
hidratos de carbono, proteínas y grasas se consuman a lo largo del día. Pue-
de observarse un ejemplo de este modelo, basado en el consumo calórico diario
de 2.500 calorías y el número recomendado de raciones de la pirámide de la guía
alimentariaa, en la tabla 5-3.
Aunque llevar una dieta sana durante todo el día es un consejo inteligente, los
adolescentes suelen saltarse el desayuno, y cuando deciden comer algo, escogen
alimentos con niveles bajos de vitaminas y minerales.
En una encuesta realizada en 1995 a los nadadores y las nadadoras adolescen-
tes del Campo deportivo de la Penn State University, la mayoría sabían cómo
comer adecuadamente, pero respondieron que no tenían tiempo para poner en
práctica sus conocimientos sobre nutrición. De hecho, la mayoría reconoció que
no comían adecuadamente porque les gustaba demasiado la llamada “comida
basura”. Estas modas no sorprenden. Los deportistas estudiantes tienen unos
hábitos alimenticios pobres debido a la falta de tiempo y a su preferencia por las
comidas rápidas y por la “comida basura”.

COMER ANTES DE LA COMPETICIÓN


La selección de la comida antes de los entrenamientos o partidos de fútbol
debe tratar de eliminar el hambre antes y durante el evento. Las “Reglas de 10”
(tabla 5-4) son recomendaciones para antes de la competición que consideran
cuatro puntos básicos: comidas que les gustan a los adolescentes, hidratos de car-
bono adecuados que aportan energía, la necesidad de líquidos y la fisiología de
la digestión. La tabla 5-5 muestra ejemplos de comidas que podrían ingerirse
antes de un partido.

QUÉ COMER A MITAD DE PARTIDO

Los gajos de naranja suelen estar presentes en todos los partidos de fútbol y
aportan dos nutrientes importantes que los jugadores pueden necesitar a mitad de
partido o entre partidos. El primer nutriente es el hidrato de carbono en forma
de azúcar de fruta o fructosa. El segundo es el agua que se encuentra en el
zumo de la fruta. Dependiendo de la selección del alimento y de la cantidad de
calorías que el futbolista haya consumido antes del partido, se determina si se
necesitan hidratos de carbono, pero el agua siempre es un elemento imprescindi-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 86

86 MEDICINA DEL FÚTBOL

ble. En definitiva, la naranja es una elección adecuada en todas las ocasiones,


porque proporciona líquido e hidratos de carbono.
Los futbolistas jóvenes deben consumir agua a mitad del partido. Los refres-
cos deportivos son muy populares entre los atletas porque tienen buen sabor. Sin
embargo, cuestan dinero y no son necesarios, especialmente para los futbolistas
jóvenes que no juegan en el campo durante largos períodos de tiempo. Las bebi-
das deportivas, en contraposición al agua, contienen calorías en forma de hidra-
tos de carbono. Si un jugador se siente fatigado o hambriento debido al bajo con-
sumo calórico anterior al partido, puede serle útil un refresco deportivo o una
barrita energética. Los hidratos de carbono utilizados en estos productos están
formulados especialmente para abandonar rápidamente el intestino, proporcio-
nando una fuente de energía más rápida que los alimentos complejos.
Además de los gajos de naranja, las comidas favoritas de los futbolistas jóve-
nes a mitad de partidos suelen ser las galletas de avena, los gofres de vainilla, las
galletas saladas, los plátanos o las barritas deportivas. Si es posible, es mejor lle-
var tanto agua como bebidas deportivas para potenciar el consumo de líquidos en
general.

Tabla 5-3.

Comidas diarias para obtener una fuente de energía


continua y una buena alimentación

Comida Cantidad Nutriente Calorías


principal
7:00 horas
Plátano 1 mediano H. carbono 100
Cereales 1 taza H. carbono, proteínas 110
Leche desnatada 1 taza H. carbono, proteínas 80

10:00 horas
Pan 2 rebanadas H. carbono, proteína 140
Crema de cacahuete 2 cucharadas Grasas, proteínas, h. carbono 185
Mermelada 1 cucharada H. carbono 48
Zumo de naranja 1 vaso H. carbono 112
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NECESIDADES NUTRICIONALES
87

Total de calorías antes del mediodía = 776

12:00 horas
Fideos 2 tazas, cocidos H. carbono, proteínas 280
Espagettis en salsa 1 ración Proteínas, h. carbono, grasas 160
con ternera
Refresco 1 lata H. carbono 70

13:00 horas
Yogurt (bajo en 1 taza Proteína, h. carbono, grasas 200
calorías)
Cucurucho de helado 1 cucurucho H. carbono, proteínas 45
normal
15:00 horas
Barrita de cereales 1 barra H. carbono, proteínas, 140
grasas

Total de calorías por la tarde = 895

18:00 horas
Hamburguesa 120 g Proteína, grasa 280
Bollo 1 unidad H. carbono, proteínas 140
Queso no graso 1 loncha Proteínas, grasa, h. carbono 90
Patatas fritas de
bolsa 1 bolsa pequeña Grasa, H. carbono, proteínas 110
Zanahorias 5 ó6 H. carbono, proteínas 25
Apio 5 ó6 H. carbono, proteínas 25
Leche desnatada 1 vaso Proteínas, h. carbono 80

21:00 horas
Manzana 1 mediana H. carbono 80

Total de calorías por la tarde noche = 830

* Las calorías están basadas en Bowes and Church’s Food Values of Portions Commonly, de
Bowes y Church, 14 ª edición, 1985.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 88

88 MEDICINA DEL FÚTBOL

PARA DESPUÉS DEL PARTIDO

Se debe animar a los deportistas a comer o beber alimentos que contengan


hidratos de carbono o líquidos en cuanto terminen el ejercicio para recuperarse
del juego y reemplazar el glucógeno, la provisión de hidratos de carbono del
cuerpo. Una vez más, los tentempiés favoritos son las bebidas deportivas y las
barritas energéticas. La tabla 5-6 muestra comidas adicionales que son poco cos-
tosas y a la vez convenientes.

Líquidos

Una de las principales causas de la fatiga durante el ejercicio intermitente y


de alta intensidad es la deshidratación. Se recomienda tomar agua, zumo de fruta
diluido o bebidas deportivas para alcanzar un buen nivel de hidratación antes del
partido y para mantener los niveles de hidratación durante y después del partido.
Los entrenadores o padres pueden pesar a los jóvenes deportistas antes y des-
pués de los partidos y de los entrenamientos para determinar cuánto peso pierden
por causa del sudor. Es aconsejable que los futbolistas beban lo suficiente para
restituir esta pérdida de peso. No se pueden hacer recomendaciones generales
sobre el consumo de fluido para cada caso particular, pero siempre conviene
tomar los líquidos adecuados y tener variedad para escoger antes, durante y des-
pués del partido.

Suplementos de vitaminas y minerales

Los dietistas deportivos alientan a los atletas a seleccionar comidas nutritivas


que contengan la fuente energética óptima para un buen rendimiento físico. Los
alimentos seleccionados de los cinco grupos de comidas que aparecen en la pirá-
mide de la buena alimentación (fig. 5-1) pueden proporcionar vitaminas, mine-
rales y calorías para reforzar el crecimiento y satisfacer las necesidades nutriti-
vas en las cantidades adecuadas. Cuando los deportistas jóvenes están bien ali-
mentados, no se recomienda utilizar ningún complejo vitamínico o mineral por-
que sus necesidades ya han sido satisfechas por los alimentos escogidos para una
dieta equilibrada.
Los suplementos pueden ser necesarios cuando se han comido menos de las
raciones recomendadas de cada grupo o si no se ha consumido ningún alimento
de alguno de los grupos. Las deportistas suelen carecer de las cantidades necesa-
rias de calcio y de hierro porque tienden a evitar los productos lácteos y los cár-
nicos. El calcio es un mineral necesario para el crecimiento óseo, la transmisión
Documento1 14/2/05 17:06 Página 89

NECESIDADES NUTRICIONALES
89

Tabla 5-4.

“Reglas de 10” antes de la competición para un


rendimiento óptimo

1. Ingerir entre 500-600 calorías


2. Ingerir estas calorías aproximadamente 2-3 horas antes del partido
3. Procurar que estas calorías sean principalmente hidratos de carbono como:
– cereales del desayuno
– pan, tostadas, bollos o magdalenas
– pancakes o pastelillos
– gofres
– tostadas francesas
– condimentos como gelatina, mermelada, sirope, miel (utilizar la mantequilla y la
margarina con moderación)
– frutas, zumos
– verduras
– pasta, arroz, patatas
– leche descremada, yogur
– galletas de cereales, gofres de vainilla
– barritas de cereales
– bebidas y barritas deportivas
4. Consumir proteínas bajas en calorías y con moderación, como:
– pavo, pollo o pescado en un bocadillo
– queso fresco
– leche o yogur desnatado
– huevo hervido o revuelto
5. Limitar las salsas y aliños, la mantequilla, la margarina y los fritos. La pizza, las sal-
chichas, el bacón, las patatas fritas y el helado son comidas muy populares entre los
adolescentes, pero no son alimentos idóneos para antes de la competición debido a
su alto contenido en grasa
6. Tomar muchos líquidos, especialmente agua. Cuanta más variedad de bebidas haya
(además de agua, bebidas deportivas y zumos diluidos), mayor será la hidratación
de los jugadores
7. Ofrecer comidas que les gusten especialmente al equipo. Tener siempre disponible
una variedad de alimentos ricos en hidratos de carbono para aumentar el interés
por comer después del partido
8. Evitar las comidas picantes y altas en fibra. Las comidas picantes pueden causar
indigestión, y las que son muy ricas en fibra retrasar la digestión
9. Los alimentos líquidos como las bebidas deportivas o los suplementos de hidratos de
carbono como Gatorade® pueden ayudar al atleta a conseguir los hidratos de carbo-
no suficientes en sangre incluso aunque tengan el estómago revuelto o no tengan
ganas de comer
10. Intentar preparar una comida antes del encuentro en una atmósfera cómoda y rela-
jada
Documento1 14/2/05 17:06 Página 90

90 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 5-5.

Ejemplos de comidas de entre 500-600 calorías

Partido por la mañana Partido por la tarde


Zumo de naranja Sopa de verduras
Copos de maíz + plátano Bocadillo de pollo con pan integral
Leche desnatada Melocotón en almíbar
1 tostada + mermelada Yogur de frutas

nerviosa y las contracciones musculares (tabla 5-7). El hierro es un mineral


imprescindible en el transporte del oxígeno para que los músculos puedan fun-
cionar (tabla 5-8).
Si un atleta expresa su deseo de hacerse vegetariano, deben revisarse exhaus-
tivamente las comidas ricas en hierro y en calcio, con especial atención a ali-
mentos ricos que no sean de origen animal (tablas 5-7 y 5-8). Las cantidades
diarias recomendadas de calcio y hierro para cada grupo de edad se muestran en
la tabla 5-9.
En la tabla 5-8 encontrará excelentes fuentes de comidas tanto de origen ani-
mal como vegetal ricas en hierro. Éste se encuentra en muchas plantas, pero el
intestino humano no absorbe el hierro de los vegetales tan eficazmente como lo
hace con el de los animales. Se considera que las judías son la mejor fuente de
hierro vegetal. Además, muchos cereales que tomamos en el desayuno y otras
fibras están reforzadas con hierro (lea las etiquetas de los contenidos nutritivos).
Las comidas ricas en vitamina C, como los cítricos, los zumos y la mayoría de
vegetales, optimizan la absorción de hierro de fuentes vegetales.

PÉRDIDA O AUMENTO DE PESO


Aunque la mayoría de médicos y de dietistas del deporte aconsejan no hacer
dietas a los deportistas jóvenes en edad de crecimiento, hay algunas estrategias
dietéticas apropiadas que promueven una pérdida de peso gradual en los jugado-
res con sobrepeso.
Las estrategias nutritivas para reducir gradualmente las calorías son:

1. Acudir a un dietista diplomado que colabore con los padres y con el jugador.
Puede contactar con este tipo de especialistas en centros de medicina depor-
tiva, hospitales y clínicas.
2. El jugador de fútbol debería anotar todo lo que come durante aproximada-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 91

NECESIDADES NUTRICIONALES
91

mente 3 o 4 días. También debe anotar la cantidad de cada alimento ingerido.


Esto facilitará un seguimiento de la variedad y la cantidad alimentaria de cada
persona.
3. El dietista puede indicar cuáles son las comidas que están contribuyendo al
exceso de calorías y sugerir porciones reducidas de alimentos igualmente
sanos sin afectar el nivel de energía o de micronutrientes.
4. Es recomendable una actividad aeróbica elevada, junto con una reducción de
500 calorías del consumo total. Dar un paseo o unas vueltas corriendo duran-
te 30 minutos, ir en bicicleta o nadar nos ayuda a utilizar las calorías almace-
nadas y contribuye a un descenso gradual del peso.
5. Se aconseja reducir el consumo de bebidas refrescantes edulcoradas, bebidas
energéticas, zumos u otras bebidas que aportan calorías. Asimismo, se acon-
seja aumentar el consumo de agua.
6. Aumentar el consumo de frutas y vegetales.
7. Cambiar los productos lácteos con grasa por otros bajos en calorías. Escoja
leche desnatada, yogur o cuajada bajos en calorías, y quesos bajos en grasas.
8. Se recomienda reducir el consumo de mantequilla, margarina, mahonesa y de
salsas para ensaladas, y aumentar el consumo de jamón dulce, mermeladas o
miel sobre el pan, los bollos o las magdalenas. Estas comidas contienen hio-
dratos de carbono, no grasas. Puede poner mostaza sobre los sandwiches y
salsa de tomate en las ensaladas o las patatas cocidas.
9. Controlar las comidas que solemos consumir en exceso. La pasta, el arroz, los
cereales, los helados y los aperitivos como maíz tostado o patatas fritas sue-
len comerse en cantidades excesivas. Una taza de pasta y de arroz se consi-
dera como dos raciones. Muchos deportistas comen 2 o 3 veces más de la can-
tidad aconsejada. Aunque la pasta, el arroz y los cereales son unas fuentes de
hidratos de carbono, vitaminas y minerales excelentes, también contribuyen
a un exceso de calorías si su consumo es abusivo.
Tabla 5-6.

Posibles comidas para después de un partido

Pan con crema de cacahuete, queso o jamón


Cereales secos en copos
Barras energéticas o de cereales
Cualquier tipo de galleta
Plátanos, manzanas, pasas
Sandwich de crema de cacahuete
Magdalena
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92 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 5-7.

Comidas ricas en calcio

Calcio (mg)
300-350 Leche sola o con chocolate,
1 taza
1 yogur, 240 g
Batido, 300 g
200-275 Zumo de naranja con concentra- Queso manchego, Mozzarella,
do de calcio, 180 g queso suizo, 30 g
Sardinas o salmón en lata (con Pizza, 1 porción
espinas 90 g Burrito
Tofu crudo, 1/2 taza Tostada con huevo
150-175 Ruibarbo, cocido y edulcorado,
1/2 taza Gelatina, pastel de queso, 1/8 del
Harina de avena instantánea, pastel
1 paquete Pudding, casero o instantáneo
Loncha de queso, 30 g (preparado con leche), 1/2 taza
Macarrones con queso, 3/4 de taza
Crema de tomate en lata y sopas
de champiñones (preparadas con
leche), 1 taza
100-125 Brécol con salsa de queso, Torta de crema
1/2 taza
Brecol cocido, 1/2 taza Taco
Patatas gratinadas, preparadas o Hamburguesa con queso
caseras, 1/2 taza Bocadillos fríos, 1 unidad
Judías secas, 1/2 taza Pan de maíz, 1 pieza
Fruta de la pasión, 1/2 de taza 2 rebanadas de pan francés con-
Queso fresco, 30 grs. gelado
Helado de vainilla o de nata, Bollos y gofres con condimentos
1/2 taza Magdalenas inglesas
50-75 Pudding de maíz, 1/2 taza Pastel de pan de jengibre, 1 pieza
Habichuelas cocidas, 1/2 taza Pudding de maíz, 1 porción
Kimbombó, 1/2 taza Sorbete de naranja, 1/2 taza
Puré de patatas instantáneo, Judías cocidas, 1/2 taza
1/2 taza Salchicha de pavo
1 taza de cereales Queso de granja, bajo en grasas,
Pan de trigo, 1 taza 1/2 taza
Pastel de calabaza, 1/8 de pas- Pastel picante, 1/12 de pastel
tel
Menos de 50 Leche de soja, 1 taza
Judías cocidas, 1/2
Los adolescentes necesitan 1.200 mg de calcio al día.
Todas las cifras están redondeadas a los 25 mg.
Todos los vegetales con hojas de color verde oscuro (espinacas, berzas, etc.) han sido excluidos porque el calcio no puede
ser absorbido.
Fuente: Food Values of Portions Commonly Used. J. Pennington, J.B. Lippincot Co., Filadelfia, 1989.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 93

NECESIDADES NUTRICIONALES
93

Tabla 5-8.

Las judías secas son unas de las mejores fuentes dietéticas


ricas en hierro de origen vegetal. Compare la cantidad de
hierro que se encuentra en los alimentos vegetales que
aparecen a continuación con la cantidad de hierro en los
alimentos animales que consta al final de la lista
1 taza de judías con cerdo = 3,63 mg
1 taza de ensalada de verduras = 0,90 mg
1 taza de guisantes frescos = 3,40 mg
1 taza de garbanzos = 6,00 mg
1 taza de habas = 7,20 mg
1 taza de guisantes cocidos = 3,6 mg

Compare estas cifras con las siguientes:


1 rebanada de pan = 0,64 mg
1 baguette = 1,46 mg
1 mandarina mediana = 0,09 mg
1 taza de uvas = 0,27
1 patata cocida mediana = 0,70 mg
1 taza de maíz congelado = 1,8 mg
30 g de pipas de girasol = 1,99 mg

El hierro que se encuentra en la ternera, el cerdo, y las aves se


absorbe más eficazmente

105 g de pavo asado (sin piel) = 1,78 mg


105 g de pollo asado sin piel = 1,33 mg
105 g de jamón (cocido) sin grasa = 1,70 mg
105 g de chuleta de ternera = 4,2 mg
105 g de filete de cerdo, asado = 4,7 mg
105 g de pierna de cordero asado = 1,90 mg
105 g de empanada de hamburguesa = 3,9 mg
105 g de carne picada o bistec ruso casero = 2,3 mg

Aunque las carnes no son necesariamente mucho más ricas en hierro que los alimentos vegetales, la absorción de hierro
de los alimentos animales es mejor.
(Fuente: Bowes and Churh Food Values of Portions Commonly, de Bowe y Church, 14ª edición)

10.Reducir las porciones de carne. Comer un solo plato de carne como máximo
en cada comida y recortar toda la grasa de la carne de vaca, del cerdo, del pes-
cado y de las aves. Recuerde, la piel es grasa, por lo que es aconsejable no
comer la piel del pollo o del pavo.

El interés por aumentar peso es más frecuente entre los deportistas varones
que entre las mujeres y puede llegar a provocar frustración cuando el atleta no
Documento1 14/2/05 17:06 Página 94

94 MEDICINA DEL FÚTBOL

logra ganar algo de peso a pesar de sus intentos. Al contrario que con la pérdida
de peso, el aumento de peso implica que deben consumirse al día más calorías de
las que vamos a quemar con el ejercicio o la actividad cotidiana. Deben ingerir-
se aproximadamente entre 500-1.000 calorías adicionales por día para maximi-
zar el aumento de peso. Si la actividad aumenta en un momento determinado,
será necesario aumentar también el consumo de comida.
Cualquier comida nutritiva ingerida normalmente puede ayudar a ganar peso
si se come en grandes cantidades. Por ejemplo, si consume una taza de pasta con
media taza de salsa, sólo tiene que añadir una taza adicional de pasta y otra media
taza de salsa. El resultado será de 140 calorías adicionales de la pasta y aproxi-
madamente 50-80 calorías de la salsa (dependiendo de los ingredientes). Si toma
una taza de leche a la hora del desayuno, deberá tomar dos para aumentar peso
progresivamente. Procure llevar siempre encima comida y comer tentempiés
entre horas. En la tabla 5-10 aparecen algunos ejemplos de comidas poco costo-
sas y fáciles de transportar que puede ingerir para aumentar la cantidad de calo-
rías y, con ello, ganar peso.
El tipo de peso que desea ganar un futbolista joven es en forma de tejido
muscular, no de grasa. Junto con las calorías adicionales, el deportista debería
levantar pesos para promover el crecimiento de los tejidos musculares y la hiper-
trofia de la célula muscular.

Tabla 5-9.

Cantidades de hierro y calcio necesarias para un jugador


de fútbol adolescente*

Edad Hierro (mg) Calcio (mg)

4-6 10 800
7-10 10 800
Hombres
11-14 12 1.200
15-18 12 1.200
Mujeres
11-14 15 1.200
15-18 15 1.200

* Cantidades nutritivas recomendadas de hierro y calcio, de National Research Councils


Recommended Dietary Allowances, 1989.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 95

NECESIDADES NUTRICIONALES
95

Tabla 5-10.

Ejemplos de comidas que puede consumir para obtener


calorías “adicionales”

Comida Calorías

Sandwich de crema de cacahuete y mermelada 420


1 ración de pastel de manzana 450
2 tazas de cereales 400
8 galletas con cereales 480
1 barra de snacks de chocolate 280
Batido de chocolate 380
Hamburguesa con queso (1/4 de libra) 524
2 tazas de maíz inflado 420
2 barras de con cereales 220
2 galletas grandes de avena 305
2 tazas de zumo de naranja 224

Resumen
El tipo y la cantidad de comida que un futbolista coma puede influir en los
niveles de fatiga, el nivel de hidratación y el rendimiento global durante el entre-
namiento y la competición. Los padres y los entrenadores de los deportistas ado-
lescentes deben prestar atención a las comidas y a las bebidas que eligen para
garantizar un consumo adecuado de calorías, teniendo en cuenta la fase de creci-
miento de la persona y la energía que necesita. Aunque el 55% de la dieta de un
deportista debe incluir alimentos ricos en hidratos de carbono, las proteínas y las
grasas son nutrientes igualmente importantes, pero que se requieren en menores
cantidades.
La pirámide de la buena alimentación es un punto de referencia para los
deportistas jóvenes que necesitan la información pertinente para elegir una dieta
saludable. Una dieta equilibrada incluye comidas de los cinco grupos de alimen-
tos, es decir, hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Cualquier deportista que esté interesado en llevar una dieta vegetariana o baja en
calorías debe informarse de las calorías y de los nutrientes necesarios. Debe pres-
tarse especial atención a las cantidades de calcio y de hierro, especialmente en
las deportistas femeninas.
Finalmente, cabe reconocer que tomar tentempiés entre horas es aceptable.
Aun así, los deportistas jóvenes deben asimilar que los snacks o aperitivos deben
ser más ricos en nutrientes y en minerales que en sabor. Es muy importante orien-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 96

96 MEDICINA DEL FÚTBOL

tar a los jóvenes deportistas hacia una combinación de comidas tradicionales con
comidas rápidas y recordarles que la moderación, el equilibrio y la variedad de
todos los alimentos es la clave para una buena alimentación y para un rendimien-
to deportivo óptimo.

LECTURAS RECOMENDADAS

Brownell K, Rodin J, Wilmore J. Eating, body weight, and performance in ath-


letes. Malvern, PA: Lea and Febiger, 1992.
Clark N. Sports Nutrition Guidebook: eating to fuel your active lifestyle.
Champaign, IL: Leisure Press, 1990.
Clark N. Balancing the “Bad-Foods” Diet. Physician Sports Med 1991;19:51-52.
Clark N. Breakfast is for Champions. Physician Sports Med 1992;20:29-30.
Clark N. How to gain weight healthfully. Physician Sports Med 1991;19:53-54.
Coleman E. Eating for endurance. California: Bull Publishing, 1992.
Cowart VS. Dietary Supplements: Alternatives to Anabolic Steroids? Physician
Sports Med 1992;20:189-198.
Day B. Fast facts on fast food for fast people. West Fargo, MD: An Apple a Day
Publisher, 1995.
Ikeda J. Winning weight loss for teens. California: Bull Publishing, 1987.
Parker DF, Bar-Or O. Juvenile Obesity: The Importance of Exercise–and Getting
Children to Do It. Physician Sports Med 1991;19:113-125.
Smith NJ, Roberts BW. Food for sport. California: Bull Publishing, 1989.
Williams M. Nutritional Ergogenics: Help or Hype? J Am Dietetic Assoc
1992;20:1213-1214.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 97

6 NUTRICIÓN Y
RENDIMIENTO

Donald T. Kirkendall

Los capítulos 4 y 5 ponen de manifiesto que la nutrición es importante para


el rendimiento físico. El efecto de los alimentos sobre el funcionamiento muscu-
lar ya fue un tema de debate en 1939. Desde entonces, se han escrito estudios que
demuestran que el rendimiento muscular puede superarse si se mejora la alimen-
tación.
La mayoría de investigaciones se han centrado en las actividades de resisten-
cia como las carreras de larga distancia, el ciclismo y la natación. Aunque la dis-
tancia recorrida durante un partido de fútbol, de aproximadamente 10 km, es
menor que los 42,2 km de la maratón, la nutrición pueden influir igualmente en
el rendimiento. Los requisitos del juego, descritos en el capítulo 1, son útiles para
entender la importancia de la alimentación en deportes intensos como el fútbol.
Este capítulo, basado en los conceptos nutritivos expuestos en los dos capítulos
anteriores (capítulos 4 y 5), está dirigido a los jugadores y equipos profesionales
que entrenan y compiten regularmente.
La principal fuente de energía es el glucógeno, una cadena de moléculas
conectadas. Se almacena en el músculo esquelético y en el hígado. Cuando los
niveles de glucógeno en los músculos son elevados, el tiempo hasta alcanzar el
agotamiento se prolonga. ¿Cómo pueden aumentarse los niveles de glucógeno
en la masa muscular? Los métodos anteriores requerían que el deportista comie-
ra pequeñas cantidades de hidratos de carbono durante unos días mientras du-
raran los entrenamientos. Esto hacía reducir el suministro de glucógeno a los
músculos. Un par de días antes de la competición, el deportista aumentaba el
consumo de hidratos de carbono a la vez que reducía el volumen y la intensidad
del entrenamiento. El resultado era un rebote de glucógeno a niveles superiores
a lo normal. Este método no se practica frecuentemente porque los niveles de
glucógeno en deportistas que entrenan están reducidos normalmente, de modo
que no hay necesidad de disminuir su consumo. Actualmente, los deportistas
siguen entrenando hasta el período previo a la competición cuando el volumen
y la intensidad del entrenamiento disminuyen, punto en el que aumentan su con-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 98

98 MEDICINA DEL FÚTBOL

sumo de hidratos de carbono. Lleva aproximadamente 24 horas reponer el glu-


cógeno del músculo que se ha visto reducido por el ejercicio intermitente, como
es el fútbol.
Los atletas con glucógeno en el músculo supercompensado tienen más ener-
gía para el ejercicio de alta intensidad y pueden continuar con la actividad duran-
te más tiempo. En el caso de los corredores de maratones, esto significa que pue-
den mantener el ritmo constante durante más tiempo. Los corredores con menos
glucógeno aminoran antes la marcha y toman el combustible necesario para el
ejercicio del excedente de grasas. Cuando la energía del ejercicio es suministra-
da por grasas, la intensidad es aproximadamente el 50% de la capacidad, un
pequeño paseo o un rato de footing. Cuanto más glucógeno hay en los músculos,
más rápido puede correr un atleta durante períodos de tiempo más prolongados.
Este concepto es de vital importancia para todos los futbolistas.
La mayoría de estudios sobre nutrición y rendimiento se han centrado en pe-
ríodos aislados de ejercicio. Aun así, el entrenamiento diario de los atletas puede
influir en la cantidad de glucógeno disponible del músculo. La figura 6-1 mues-
tra el esquema de glucógeno durante días seguidos de entrenamiento. La línea
inferior de hidratos de carbono representa el entrenamiento en unas condiciones
alimentarias normales, siguiendo la dieta mediterránea (40% de hidratos de car-
bono, 40% de grasas y 20% de proteínas), mientras que la dieta rica en hidratos
de carbono contiene aproximadamente el 60% de hidratos de carbono, el 30% de
grasas y el 10% de proteínas. Durante el ejercicio en unas condiciones alimen-
tarias normales, el nivel de glucógeno en el músculo se reduce gradualmente
durante tres días. La dieta normal contiene una cantidad de hidratos de carbono
insuficiente para reemplazar los utilizados durante la actividad. Sin embargo,
cuando la dieta es rica en hidratos de carbono, hay suficiente consumo de ellos
para restituir el glucógeno utilizado. Esto es muy importante en fútbol cuando los
jugadores compiten en un plazo menor de 24 horas entre partido y partido. Un
consumo inadecuado de hidratos de carbono provocará una mayor lentitud en el
jugador durante el siguiente partido. Desde el punto de vista estratégico, si su
oponente tuvo partido ayer y usted no, su equipo juega con ventaja, asumiendo
que no comieran grandes cantidades de hidratos de carbono en el intervalo. El
otro equipo se cansará antes y no será capaz de seguir el ritmo de su equipo.

NECESIDADES ENERGÉTICAS EN EL FÚTBOL


El cuerpo puede utilizar grasas o hidratos de carbono como fuentes de ener-
gía para el ejercicio. La mezcla de estos componentes se basa en la intensidad de
la actividad. Cuanto menor sea la intensidad (caminar), mayor será el consumo
Documento1 14/2/05 17:06 Página 99

NUTRICIÓN Y RENDIMIENTO
99

GLUCÓGENO EN EL MÚSCULO (mmoles/kg)

DIETA RICA EN HIDRATOS DE CARBONO

DIETA BAJA EN
HIDRATOS DE CARBONO

TURNOS DE
ENTRENAMIENTO
(2 HORAS)

TIEMPO (horas)

Figura 6-1. Los efectos de la dieta en el glucógeno del músculo durante días seguidos de
ejercicio.

de grasa. Por el contrario, cuanto mayor sea la intensidad (correr un esprint),


mayor será el consumo de hidratos de carbono. Ninguna actividad deportiva
requiere tan sólo grasas o hidratos de carbono. Los ejercicios de baja intensidad
durante el fútbol, como caminar y correr a ritmo lento (casi los 2/3 de la distan-
cia total recorrida durante el juego) pueden efectuarse con una mayor parte de
grasas. El tercio restante del partido es de alta intensidad y la energía está sumi-
nistrada principalmente por hidratos de carbono. La parte del partido que requie-
re alta intensidad reduce el glucógeno en los músculos.
En 1970, una serie de jugadores determinaron sus niveles de glucógeno en
músculo antes del partido, a media parte y después del encuentro (fig. 6-2). La
figura 6-2 muestra tres puntos. El primero es el nivel de glucógeno antes del par-
tido. Este valor se corresponde con el nivel de glucógeno de una persona no
entrenada. Por lo tanto, estos atletas no son diferentes de los espectadores porque
la combinación de su entrenamiento y una dieta pobre no les permitieron rendir
al máximo. El segundo nivel representa la reducción de glucógeno que sucede
durante la primera parte. Los datos proporcionados por el Dr. Reilly que apare-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 100

100 MEDICINA DEL FÚTBOL

cen en el capítulo 1 demuestran que es durante la primera parte cuando más corre
el jugador. Por consiguiente, el nivel de glucógeno y los datos de rendimiento se
corresponden; cuanto más glucógeno haya almacenado, más resistencia habrá a
la hora de correr. En el tercer nivel, que pertenece al final del partido, los nive-
les de glucógeno en el músculo se corresponden con los niveles observados en el
agotamiento voluntario.

LOS HÁBITOS NUTRITIVOS DE LOS JUGADORES DE FÚTBOL


Los deportistas bien entrenados que siguen una dieta equilibrada almacenan
aproximadamente el 50% o más de glucógeno que sus otros compañeros no
entrenados. Véase en la figura 6-2 que los jugadores tenían niveles de glucóge-
no previos al partido similares a los de las personas no entrenadas. La explica-
ción más factible está relacionada con su dieta, no con su nivel de entrenamien-
to. Existe una relación sigmoidea entre el consumo de hidratos de carbono y el
glucógeno almacenado (figura 6-3). Observe que la curva tiende a estabilizarse
a unos 500 g de hidratos de carbono en 24 horas. Por este motivo, para almace-
nar la máxima cantidad de ellos en los músculos, deben ingerirse un total de 500-
600 g de hidratos de carbono en un período de 24 horas.
Un estudio sobre dietética realizado a futbolistas suecos profesionales
demostró que su consumo de hidratos de carbono durante 72 horas después de
un partido era insuficiente para reponer de glucógeno sus músculos. Después de
72 horas, sus niveles de glucógeno estaban todavía por debajo de los de las per-
sonas sedentarias. Su dieta, de aproximadamente 300 g de hidratos de carbono
al día, sería perjudicial para el rendimiento del próximo partido. Una encuesta

mg/100 mg

Antes Durante Después


Figura 6-2. Nivel de glucógeno en el músculo antes, a medio partido y después del encuentro.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 101

NUTRICIÓN Y RENDIMIENTO
101

ALMACENAMIENTO DE GLUCÓGENO
(mmoles gu/kg/24 hrs)

GRAMOS DE CARBOHIDRATOS CONSUMIDOS / 24 HORAS

Figura 6-3. Relación entre la cantidad de hidratos de carbono ingeridos y la cantidad de glu-
cógeno almacenado en el músculo esquelético.

en jugadores de instituto y universitarios (tabla 6-1) demostró que ambos gru-


pos consumían una media aproximada de 250-300 g de hidratos de carbono al
día; una cantidad insuficiente para los requisitos del juego. En ocasiones comían
en bufets durante el viaje. Aunque tenían una serie de alimentos ricos en hidra-
tos de carbono a su alcance, los jugadores eligieron comidas ricas en proteínas
y grasas.
El fútbol es un deporte que reduce el nivel de glucógeno, y el volumen y la
intensidad al correr es inversamente proporcional a la cantidad de glucógeno en
los músculos. Aunque puede parecer que sólo es necesario preocuparse por la
dieta del mismo día del encuentro o como mucho de dos días antes, también
deben considerarse los efectos de períodos continuados de ejercicio sobre los
niveles de glucógeno en el músculo.
Los jugadores deben entender el concepto de una dieta equilibrada para poder
salir al campo al día siguiente con el nivel de glucógeno tan alto como sea posi-
ble. Puede que no sea una coincidencia que la mayoría de lesiones suceden a
finales de semana cuando los niveles de glucógeno están disminuyendo y la dieta
poco equilibrada no suple el glucógeno consumido.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 102

102 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 6-1.

Consumo nutricional de un equipo de fútbol de instituto


durante 5 días

Día 1 Día 2 Día 3 Día 4 Día 5


Calorías 3.326 2.718 3.101 3.027 2.807
Hidratos de 456 g 327 g 394 g 429 g 333 g
carbono (54%) (48%) (49%) (56%) (45%)
Grasas 32% 37% 36% 31% 40%
Proteínas 13% 13% 12% 12% 15%

RENDIMIENTO Y NUTRICIÓN EN FÚTBOL

Un estudio realizado sobre dos equipos de fútbol examinó la siguiente cues-


tión, ¿cómo influye la cantidad de glucógeno en el músculo sobre la velocidad y
la resistencia al correr durante los partidos? Estos equipos se enfrentaron en un
partido que se filmó en vídeo. La distancia y las intensidades de los jugadores
individuales se estimaron a partir de la filmación. Los jugadores con un nivel
bajo de glucógeno en el músculo tenían unos niveles que eran aproximadamen-
te la mitad que los de los demás jugadores. Los jugadores con un nivel de glucó-
geno alto en el músculo tenían unos niveles similares a los de las personas seden-
tarias. Los jugadores con bajos niveles de glucógeno se quedaron sin energías
hacia el final del partido y cubrieron más o menos el 25% menos de la distancia
que los otros jugadores. Aproximadamente la mitad de esa distancia fue recorri-
da caminando (fig. 6-4). Por consiguiente, estos jugadores corrieron menos dis-
tancia a menor velocidad. La relación está clara; cuanto mayor es el glucógeno
en el músculo, más tiempo y más rápido podrá correr el jugador.
Los hábitos nutritivos son difíciles de cambiar y los jugadores deben recurrir
a los suplementos alimentarios para disfrazar los desajustes nutritivos. El suple-
mento más frecuente es el polímero de glucosa, una cadena de aproximadamen-
te seis moléculas de glucosa. Una vez ingerido, los niveles de glucosa en la san-
gre empiezan a ascender en aproximadamente cinco minutos y proporcionan una
fuente adicional de hidratos de carbono al músculo en funcionamiento. Al sumi-
nistrarlo a los jugadores antes de un partido, sus niveles de glucógeno en el mús-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 103

NUTRICIÓN Y RENDIMIENTO
103

culo eran superiores después del partido que cuando no tenían el polimero. Los
niveles de glucógeno no se reducían y tenían un mayor valor energético en los
músculos. Los jugadores corrieron más en la segunda parte y a mayor velocidad,
y fueron capaces de mantener la intensidad de la primera parte durante más tiem-
po en la segunda. Estos hechos también han sido constatados durante un torneo
simulado en la liga local.

metros
alto
bajo

Correr Caminar

Figura 6-4. Los efectos de los niveles de glucógeno en el músculo antes del partido sobre el
volumen de ejercicio y la intensidad.

Tabla 6-2.

Recomendaciones para un consumo nutricional y un


nivel de glucógeno óptimos

1. Guiar la selección alimentaria de los jugadores


2. Aconsejar a los jugadores con hábitos alimentarios poco saludables (v. los capítulos
4 y 5 donde aparecen las pautas recomendadas)
3. Remarcar la importancia de ingerir hidratos de carbono inmediatamente después del
partido
4. El uso puntual de un polímero de glucosa puede ser un suplemento nutritivo razonable
Documento1 14/2/05 17:06 Página 104

104 MEDICINA DEL FÚTBOL

LOS PERÍODOS DE CONSUMO DE HIDRATOS DE CARBONO


En muchos de los estudios mencionados, el consumo de hidratos de carbono
se extendía a un período de 24 horas. El mejor momento para ingerirlos sería
probablemente después del ejercicio, cuando ha disminuido el nivel de glucóge-
no en el músculo. De hecho, después de haber transcurrido dos horas desde el
ejercicio, el nivel de glucógeno almacenado disminuye. El período para empe-
zar a preparar las reservas energéticas para el próximo partido o entrenamiento
es inmediatamente después del ejercicio. Los hidratos de carbono deberían estar
disponibles justo después del ejercicio para que los jugadores puedan empezar
a prepararse para la próxima sesión de entrenamiento o el próximo partido. Las
sugerencias para la selección de hidratos de carbono durante el día y en el ves-
tuario están explicadas en el capítulo 5.

RESUMEN
Es importante mantener el consumo adecuado de hidratos de carbono para
obtener un buen rendimiento en las actividades deportivas como el fútbol.
Durante el partido se gastan unas energías que deben reemplazarse con variedad
de hidratos de carbono durante el transcurso de un período de 24 horas, empe-
zando inmediatamente después del entrenamiento o del partido. Para satisfacer
las demandas del equipo y del partido es necesario seguir una dieta equilibrada.
Siga las recomendaciones (tabla 6-2) y su equipo afrontará el partido con plenas
energías. Recuerde, cuanto más glucógeno y glucosa haya disponibles para el
músculo, más rápido y durante más tiempo podrán correr sus jugadores.

LECTURAS RECOMENDADAS

Agnevik G. Fotball: Indrottsfysiologi Rapport Nr 7. Stockholm: Trygg-Hansa,


1970.
Costill DL, Bowers RW, Branam G, y cols. Muscle glycogen utilization during
prolonged exercise on successive days. J Appl Physiol 1971;31:834-838.
Ekblom B. Applied physiology of soccer. Sports Med 1986;3:50-60.
Ivy JL, Katz AL, Cutler CL. Muscle glycogen and diet in elite soccer players.
J Appl Physiol 1988;64:1480-1485.
Jacobs I, Wrestlin J, Karlsson J. Muscle glycogen and diet in elite soccer players.
Eur J Appl Physiol. 1986;48:297-302.
Kirkendall DT. The applied sport science of soccer. Physician and Sportsmed
1985;13:53-59.
Kirkendall DT. Effects of nutrition on performance in soccer. Med Sci Sports
Exerc 1993;25:1370-1374.
Saltin B. Metabolic fundamentals of exercise. Med Sci Sports 1973;5:137-146.
Sherman WM, Costill DL. The marathon: dietary manipulation to optimize per-
formance. Am J Sports Med 1984;12:44-51.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 105

7 LÍQUIDOS Y
ELECTRÓLITOS

Donald T. Kirkendall

La primera investigación sobre los efectos del calor durante el ejercicio se


realizó durante la construcción de Hoover Dam cerca de Boulder City, Nevada.
Se publicó en los años treinta el primer estudio sobre el consumo de líquidos, la
transpiración y las consecuencias del ejercicio bajo temperaturas que oscilaban
entre los 34-48OC. Durante la década siguiente, el gobierno militar analizó las
características de la actividad física en condiciones de calor e investigó las con-
diciones del ejercicio bélico en el desierto. Este trabajo fue resumido en 1947 en
Physiology of Man in the Desert. Los efectos y las consecuencias del trabajo físi-
co en condiciones de calor, el nivel de transpiración, la deshidratación, la pérdi-
da de sal y la ingestión de líquidos han sido temas de estudio durante más de
medio siglo.
Ningún texto sobre la fisiología del ejercicio publicado antes de 1970 men-
cionaba los riesgos potenciales del ejercicio en condiciones de calor y las conse-
cuencias de la restricción de agua. Los corredores de maratón ingerían tan sólo
una o dos bebidas durante una carrera. Los corredores de fondo pueden retener
reservas de agua hasta las tres cuartas partes de una carrera de 160 km.
La restricción de agua durante el ejercicio carece de sentido y debe conside-
rarse como una negligencia. Sin embargo, en el mundo del deporte, se ha come-
tido el error de pensar que mientras los atletas ganen las carreras, no hay necesi-
dad de motivar el consumo de líquidos durante el ejercicio.
Este capítulo analiza los factores del ejercicio en condiciones de calor que
afectan el rendimiento deportivo, las consecuencias de la ingestión de líquidos
durante el ejercicio y los efectos generales de jugar a fútbol en condiciones de
calor. Los efectos de la restricción de agua antes del ejercicio (hipohidratación)
no será un tema de análisis en este apartado. En cambio, se revisarán principal-
mente los efectos de la ingestión o de la restricción de líquidos que se observan
cuando una persona con un buen nivel de hidratación realiza ejercicio físico en
condiciones de calor.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 106

106 MEDICINA DEL FÚTBOL

EN CONDICIONES DE CALOR

El ejercicio en los lugares cálidos provoca dos exigencias competitivas sobre


el sistema circulatorio. El sistema intenta regular el aporte de oxígeno a los
músculos implicados con la necesidad de conducir la sangre a la piel para refres-
car el cuerpo. La regulación de la temperatura es una interacción de cuatro
procesos: conducción (contacto directo con superficies frías; como saltos de
natación), convección (moléculas frías fluyendo sobre moléculas calientes; como
estar en un lugar con aire acondicionado), evaporación (convirtiendo las molécu-
las de agua de un estado líquido a un estado gaseoso) y radiación (intercambio
de calor con ondas caloríficas electromagnéticas).
Durante el ejercicio, la evaporación es el mecanismo principal de la transpi-
ración y de la pérdida de calor. Por cada gramo de agua que se convierte en esta-
do gaseoso, se pierden 0,58 kcal. La evaporación, y no el sudor en sí, es lo que
enfría el organismo.
El ejercicio requiere energía. La descomposición del adenosintrifosfato
(ATP) libera energía, que se emplea para el ejercicio y el calentamiento. La ener-
gía que se desprende cuando la temperatura calienta los tejidos adyacentes, inclu-
yendo la sangre.
La temperatura del organismo empieza a aumentar y sigue subiendo si no hay
reposición de líquidos (las temperaturas rectales tienden a estabilizarse si se
ingieren líquidos durante el ejercicio). La sangre caliente circula a través del
cuerpo irrigando eventualmente el hipotálamo; donde está albergado nuestro ter-
mostato, que está situado en nuestro cerebro. Cuando la sangre caliente riega el
hipotálamo, tienen lugar una serie de reacciones para disminuir la temperatura
sanguínea. La sangre es desplazada de la zona caliente interna del cuerpo a las
zonas externas más frías (en casos de calor extremo, puede desviarse a la piel el
15-25% del riego sanguíneo cardíaco). El desvío de la sangre a la piel provoca
una pérdida de calor en el entorno mediante la interacción de los procesos defi-
nidos anteriormente.
La evaporación empieza unos segundos antes del inicio del ejercicio y tiende
a estabilizarse después de aproximadamente 30 minutos de ejercicio a un nivel
proporcional a la intensidad del mismo (puesto que el ejercicio de alta intensidad
requiere más energía, la temperatura interna puede aumentar más incluso al ser
forzada debido a la elevada producción de calor). La sangre enfriada puede vol-
ver en este instante a la zona interna caliente del organismo donde puede reini-
ciarse el proceso de enfriamiento. Además, tienen lugar cambios hormonales en
un intento por conservar el agua (hormona antidiurética) y para prevenir la pér-
dida de sodio (aldosterona).
Documento1 14/2/05 17:06 Página 107

LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
107

FACTORES AMBIENTALES QUE INFLUYEN EN LA


REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA

Calor

El gradiente, o diferencia, entre el núcleo del organismo, la piel y el aire es


un factor crucial en la pérdida de la temperatura. Cuanto mayor es el gradiente,
más rápida es la pérdida de calor. Por lo tanto, el ejercicio en condiciones de
calor provoca una pérdida de calor más lenta que el ejercicio realizado a tempe-
raturas más frías.

Humedad

La saturación del aire con agua también puede afectar la pérdida de calor,
especialmente la evaporación, que está determinada por el gradiente. Si el aire es
seco (humedad baja), el agua puede eliminarse fácilmente de la piel saturada y
convertirse en gas. Sin embargo, si el aire está muy saturado de agua (humedad
alta), el nivel de evaporación y la pérdida de calor se producen con mayor lenti-
tud. Si se mantiene el nivel de ejercicio, la temperatura interna aumenta antes de
que el proceso de enfriamiento permita hacer bajar la temperatura.

Ropa

Llevar ropa limita la pérdida de calor porque actúa como una barrera y crea
un microclima entre el tejido y la piel. El agua debe pasar antes de la piel al teji-
do para conseguir un entorno más amplio. El nivel de pérdida de calor depende
de las fibras del tejido. El algodón es una fibra cilíndrica que se expande cuando
está húmeda y limita la pérdida de calor. Los nuevos tejidos de poliester con
mayores áreas de superficie permiten unos niveles más rápidos de evaporación.
Las ropas de tejidos plastificados crean un entorno entre ellas mismas y la piel
que está saturado de agua y que restringe altamente la evaporación y el enfria-
miento.

CONSECUENCIAS DE LA DESHIDRATACIÓN
La pérdida de líquidos por causa del ejercicio tiene muchas consecuencias. La
pérdida de peso de menos del 2% del peso corporal de una persona con un buen
nivel de hidratación tiene pocos efectos sobre el rendimiento. Cuando la pérdida
de peso es superior al 3%, se produce un declive progresivo en la capacidad físi-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 108

108 MEDICINA DEL FÚTBOL

ca. La temperatura del núcleo asciende y pueden provocar calambres debido al


calor, síncopes, agotamiento extremo (por reducción drástica del nivel de hidra-
tación) y golpes de calor.

INGESTIÓN DE LÍQUIDOS
El objetivo principal consiste en cómo minimizar las posibles consecuencias
que pueden dañar gravemente el organismo debido a la deshidratación grave.
Para enfriar el cuerpo, el sudor debe evaporarse (principalmente el agua con un
poco de sal y de otros electrólitos). El sudor (que no deja de ser un líquido) que
se desprende debe reponerse. Éste un simple concepto que los organismos mili-
tares adoptaron antes que la comunidad deportiva. La prescripción ideal para la
ingestión de fluidos es ahora el tema de interés.

Factores que afectan el líquido ingerido

Existen diversos factores que pueden influir en la utilización de los líquidos


ingeridos por el cuerpo durante el ejercicio, como son las características de la
bebida y el proceso que tiene lugar cuando ésta abandona el estómago para ser
absorbida por el intestino.

La bebida
Hay muchos factores relacionados con las características de una bebida.
Algunas de las variables son el volumen ingerido, la concentración de electróli-
tos, y el tipo y la cantidad de hidratos de carbono y la temperatura de la bebida.

Volumen
Los animales como el burro, el perro, la cabra beduina y el mono ingieren
líquidos en aproximadamente la misma proporción que la pérdida de fluidos;
pierden 2,5 kg de líquido y beben la cantidad equivalente de agua. El mecanis-
mo de sed de los humanos no permite una equivalencia tan exacta de pérdida y
reposición; ya que no puede compensar la pérdida de sudor, se desarrolla un esta-
do conocido como deshidratación voluntaria. El intento por equiparar la pérdida
de peso con la ingestión de líquidos provoca una sensación de saciedad durante
el ejercicio.
La cantidad de líquido vaciado del estómago en el intestino delgado aumen-
ta con el volumen añadido hasta aproximadamente 600 ml (120 g). El estómago
debería poder albergar unos 100-200 ml de líquido cada 15 minutos. Un volumen
mayor no puede vaciarse más rápidamente. El volumen adicional permanece en
Documento1 14/2/05 17:06 Página 109

LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
109

el estómago dejando al atleta con una incómoda sensación de saciedad. Si se


ingiere demasiado líquido, el volumen puede exceder la capacidad de absorción
del intestino y provocar diarrea.
El intestino delgado parece poder absorber el líquido a razón de aproximada-
mente 350-450 ml/hora. Este nivel también es el límite del volumen aproximado
que la mayoría de personas beben voluntariamente durante el ejercicio. Por con-
siguiente, debe haber una válvula que controle la ingestión de líquidos para que
el intestino no se sature.
El Colegio Americano de Medicina Deportiva ofrece las siguientes directri-
ces. El volumen de líquido ingerido debe ser de aproximadamente 400-600 ml
(390-600 g) durante la hora previa al ejercicio. Éste debe ir seguido de 100-
200 ml (90-180 g) cada 10-15 minutos durante el ejercicio. La tabla 7-1 es una
modificación de la directriz basada en la cantidad aproximada de la pérdida de
peso durante el período de ejercicio. El deportista puede pesarse antes y después
del ejercicio para calcular el volumen de peso perdido y para determinar cuánto
líquido debería ingerir antes del entrenamiento. Por cada 450 g de peso perdidos,
el deportista debería beber dos vasos de agua.

Composición de los electrólitos


El objetivo es reemplazar el sudor que se ha evaporado. El sudor es en gran
parte agua con una pequeña concentración de sales y de otros electrólitos. La
bebida y el sudor deben ser similares en concentración de sales. De hecho, las

Tabla 7-1.

Esquema recomendado para la ingestión de líquidos


durante una sesión de entrenamiento de 90 minutos*

Pérdida de peso Minutos entre la Cantidad de líquido en


estimada (g) ingestión de agua cada descanso (g)

1 45 6
2 30 8
3 20 9-10
4 15 8-9
5 15 10-11
6 10 8-9
7 10 8-10

* Modificada de: McArdle WD, Katch FI, Katch VL. Exercise physiology: energy, nutrition,
and human performance. 3ª ed. Filadelfia: Lea & Febiger, 1991:563.)
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110 MEDICINA DEL FÚTBOL

primeras bebidas tenían una composición de electrólitos y de agua que era la


misma que la del sudor.
El sudor evaporado debería reemplazarse antes del próximo período de ejer-
cicio. La mayoría de investigaciones demuestran que, a través de la dieta, las per-
sonas pueden reemplazar los electrólitos perdidos sin la necesidad de las sales
que se encuentran en las bebidas. No obstante, los electrólitos de las bebidas tie-
nen ventajas, además de la restitución de las sales perdidas.

Tipos y contenido de los hidratos de carbono


Los estudios científicos demuestran que añadir hidratos de carbono a la bebi-
da mejora el rendimiento físico. Las cuestiones principales giran en torno al tipo
y a la cantidad. Una variable añadida que debe tenerse en cuenta es la osmolari-
dad de la bebida. Resumiendo, la osmolaridad es el número de partículas que hay
en la solución. Cuantas menos partículas haya, menor será la osmolaridad, y
cuantas más partículas, mayor será el nivel de osmolaridad. Si una bebida tiene
menos partículas de las que normalmente se encuentran en los fluidos corpora-
les, la bebida se llama hipotónica. Si la bebida tiene más partículas, se denomi-
na hipertónica. Si tiene el mismo número de partículas, se considera isotónica.
Hay muchos tipos de hidratos de carbono que pueden añadirse a una bebida.
La glucosa es la forma primaria del transporte de hidratos de carbono en la san-
gre. Las maltodextrinas (polímeros de glucosa) son cortas cadenas de moléculas
de glucosa. La fructosa es el azúcar que se encuentra en la fruta. La sacarosa es
el azúcar de mesa (1 molécula de glucosa + 1 molécula de fructosa).
La glucosa, los polímeros y la sacarosa estimulan la absorción de líquidos en
el intestino y pueden mejorar el rendimiento. Muchas personas prefieren bebidas
aromatizadas con un polímero porque contienen más hidratos de carbono.
Recuerde, la osmolaridad es el número de partículas, no el tamaño de las partí-
culas. De este modo, una molécula de glucosa y una molécula de un polímero
ejercen la misma presión osmótica. Sin embargo, el polímero puede contener seis
moléculas de glucosa individuales. Por tanto, cada molécula de polímero absor-
bida eventualmente produce más glucosa.
La fructosa, por otra parte, ralentiza la absorción intestinal de líquidos. Las
bebidas ricas en fructosa pueden provocar desequilibrios gastrointestinales y
diarrea osmótica. Aun así, es aceptable consumir algo de fructosa porque mejo-
ra el sabor de la bebida.
La cantidad de hidratos de carbono en una bebida debería ser del 6-8%. Las
bebidas que contienen esta cantidad son absorbidas en el sistema tan rápidamen-
te como el agua con el beneficio adicional de proporcionar una fuente de ener-
gía, es decir, de combustible, para nuestro organismo. Las bebidas con menos del
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LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
111

6% no proporcionan la suficiente energía. La mayoría de bebidas refrescantes


comerciales (tabla 7-2) pueden provocar calambres, diarrea y náuseas.

Temperatura
A volúmenes constantes de bebidas, los fluidos fríos son vaciados por el estó-
mago tan rápido como se beben a la temperatura del cuerpo. Las bebidas frescas
son las preferidas por los atletas y son más efectivas.

Vaciado gástrico
Todas las variables explicadas interactúan para influir en la capacidad del
intestino para vaciar los líquidos del estómago y en la absorción de estos líqui-
dos en el intestino. Durante unos cuantos años, el papel del estómago como puer-
ta de entrenada se consideró como el mecanismo de limitación del proceso ente-
ro. Las investigaciones anteriores demostraron que el nivel de vaciado gástrico
durante el reposo era más lento cuando la bebida tenía más del 2,5% de glucosa.
Cualquier bebida más concentrada sería perjudicial para el vaciado gástrico.

Tabla 7-2.

Una comparación de bebidas seleccionadas*

Bebida Fuente de Concentración Sodio Osmolaridad Calorías (por


hidratos de de hidratos de (mg) cada ración
carbono carbono (%) de 240 g)

Agua – – Bajo 10-20 0


Gatorade Sacarosa / gluco- 6 110 280-360 50
sa en polvo
Exceed® Polímero de glu- 7,2 50 250 70
cosa, fructosa
All Sport® Sirope de maíz
alto en fructosa 6,1 55 – 240
Coca-Cola® Sirope de maíz
alto en fructosa / 10,7-11,3 9,2 600-715 105
sacarosa
Zumo de Fructosa,
naranja sacarosa, 10-12 5,0 690 100
glucosa
* Modificada de: Coleman E. “Sports drink update”. Sports Science Exchange, vol. 1, agosto
1988.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 112

112 MEDICINA DEL FÚTBOL

El contenido calórico también influye en el vaciado gástrico. Cuando mayor


es el número de calorías, más lento es el proceso de vaciado. El estómago sólo
permitirá que un determinado número de calorías/minuto vaya hacia el intestino.
Sobrecargar el estómago con calorías puede ralentizar el vaciado, pero el núme-
ro de calorías que entran en el intestino permanecerá constante.
La osmolaridad, definida anteriormente, es también un factor que influye en
el vaciado gástrico. Muchas personas tienen la noción errónea de que los líqui-
dos deben ser isotónicos antes de abandonar el estómago y de que la osmolari-
dad es el máximo determinante del vaciado gástrico. En primer lugar, la mayo-
ría de los líquidos abandonan el estómago con aproximadamente la misma osmo-
laridad con la que llegaron a él. La disolución de los contenidos gástricos por el
flujo de agua hacia las membranas gástricas no ha sido demostrada. Una menor
disolución de contenidos gástricos puede deberse a otras secreciones gástricas,
pero no al agua. En segundo lugar, los estudios que probaron la osmolaridad
como el factor que controla el vaciado gástrico mostraron que la osmolaridad
aumentaba por la adición de azúcar a la bebida, incrementando efectivamente el
contenido calórico, un factor determinando del vaciado gástrico.

Absorción intestinal
La zona anatómica más importante es el intestino, donde son absorbidas la
bebida y sus contenidos. En relación a los líquidos, la presencia de glucosa y de
sodio potencia la absorción de líquido intestinal. Cuando son transportados a tra-
vés de la pared del intestino, las células se vuelven hipertónicas y el agua es
absorbida para desequilibrar la osmolaridad. Éste es el concepto base que subya-
ce en la utilización de líquidos que contienen glucosa y sodio para combatir la
diarrea. La absorción de agua es mayor cuando el contenido de glucosa en el
intestino es del 1-3% y el sodio es de entre 90-120 mmol/l. La mayoría de bebi-
das son ricas en glucosa y bajas en sodio. La glucosa es diluida por las secrecio-
nes constantes (de las glándulas salivales, el estómago, el páncreas y la vejiga)
en el tracto gastrointestinal y el sodio aumenta porque algunas de las secreciones
gástricas tienen un alto contenido de sodio.

Intensidad del ejercicio


El vaciado gástrico y la absorción intestinal están relacionados con la sangre
a través del estómago. A intensidades bajas de ejercicio, hay poca competición
entre el músculo que se está ejercitando y el tracto gastrointestinal para atraer el
volumen limitado de flujo cardíaco. A medida que aumenta la intensidad del ejer-
cicio a aproximadamente el 70% de la capacidad de la persona, el riego sanguí-
neo en el estómago se desvía progresivamente hacia los músculos en funciona-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 113

LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
113

miento. La función del tracto gastrointestinal debe reducirse relación con las
necesidades de los músculos activos. Así pues, cuanto más duro es el ejercicio,
menos líquido puede ser absorbido.

FÚTBOL EN CONDICIONES DE CALOR


Un análisis de la relación entre el fútbol y las condiciones de calor aplicará
los conceptos de este capítulo al juego y a los jugadores. Los capítulos 1 y 2 des-
tacan las exigencias del fútbol sobre los jugadores. También es bien sabido que
el juego puede desarrollarse en condiciones climáticas extremas y que la natu-
raleza del juego limita los descansos necesarios para ingerir agua. Aun así, hay
tan sólo unos pocos informes sobre los efectos del calor sobre los jugadores de
fútbol.
En África, se estudiaron una serie de partidos en una variedad de condiciones
climáticas para analizar el nivel de deshidratación en el fútbol. El margen de pér-
dida de peso era de aproximadamente un 2-3% con relación al peso anterior al
partido. En Illinois durante la primavera, un equipo de fútbol perdió una media
de sólo el 2% de su peso corporal. A mayor escala, el torneo de la Liga Juve-
nil de EE.UU. que se disputa anualmente en Blaine, Minnesota, alrededor del 4
de julio, registró un año unas de las mayores temperaturas alcanzadas en los años
noventa. Durante los dos primeros días hubo numerosos casos de enfermedades
o crisis relacionadas con el calor. Los médicos pidieron a los organizadores que
cambiaran el formato del torneo para reducir posibles problemas en un futuro. Se
recortaron algunos minutos de partido y hubo más tiempo para el descanso de la
media parte para que los jugadores tuvieran más tiempo para ingerir líquidos.
Durante los cuatro días restantes del torneo, sucedieron menos de cinco casos de
dolencias debidas al calor.
Es recomendable que en casos extremos de calor y de humedad se reduzca el
tiempo de juego. La copa del mundo de 1994 celebrada en Estados Unidos se
jugó en condiciones un tanto cuestionables. La media de tiempo de juego real fue
de casi cinco minutos más que en el anterior campeonato en Italia y las tempera-
turas no influyeron en el tiempo de juego. Los árbitros fueron indulgentes al per-
mitir tomar agua en los momentos en que el balón estaba fuera de juego o había
un breve paro por lesión de un jugador.

RESUMEN
Uno de los cambios más importantes para mejorar el rendimiento en el depor-
te es el consumo de líquidos para prevenir problemas inducidos por el calor. Para
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114 MEDICINA DEL FÚTBOL

lograrlo y mejorar con ello el rendimiento, deben ingerirse líquidos. Para optimi-
zar la absorción de líquidos por el intestino, el líquido debe ser una solución
diluida de glucosa y de sodio que sea baja en calorías. Es aconsejable seguir un
esquema de ingestión de líquidos, y para ello deben colaborar los organizadores
de los torneos consiguiendo más oportunidades para beber durante los partidos.
Pueden utilizarse recipientes con líquidos alrededor del campo o en las redes de
las porterías para tener al alcance los líquidos necesarios durante el partido.

LECTURAS RECOMENDADAS

Coleman E. Sports drink update. En: Sports Science Exchange. Vol. 1.


Barrington, IL: Gatorade Sports Science Institute, 1988.
Coyle EF, Montain SJ. Carbohydrate and fluid ingestion during exercise: are
there trade offs? Med Sci Sports Exerc 1992;24:671-678.
Fox EF, Foss ML, Bowers RW. Physiological basis for exercise and sport. 5ª ed.
Dubuque, IA: Brown & Benchmark, 1993.
Gisolfi CV, Duchman SM. Guidelines for optimal replacement beverages for dif-
ferent athletic events. Med Sci Sports Exerc 1992;24:679-687.
Maughan RJ, Noakes TD. Fluid replenishment and exercise stress: a brief review
of studies on fluid replacement and some guidelines for the athlete. Sports
Med 1991;12:16-31.
McArdle WD, Katch FI, Katch VL. Exercise physiology: energy, nutrition, and
human performance. 3ª ed. Filadelfia: Lea & Febiger, 1991.
Murray R. The effects of consuming carbohydrate-electrolyte beverages on gas-
tric emptying and fluid absorbtion during and following exercise. Sports Med
1987;4:322-351.
Noakes TD. Fluid replacement during exercise. Exerc Sport Sci Rev
1993;21:297-330.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 115

II
BIOMECÁNICA
Documento1 14/2/05 17:06 Página 116
Documento1 14/2/05 17:06 Página 117

8 REMATES DE
CABEZA

James M. Lynch
Jeffrey A. Bauer
Rematar un balón de fútbol con la cabeza implica una serie de actos dinámi-
cos que deben coordinarse con precisión para garantizar el lanzamiento correcto
de la pelota. El cuerpo entero debe estar preparado para que el impulso dé resul-
tado. Esta habilidad se vuelve más difícil cuando el jugador debe rematar el
balón mientras corre o salta en presencia de sus adversarios y en combinación
con otros factores diversos.

BIOMECÁNICA DE LOS REMATES DE CABEZA


Rematar correctamente el balón es una operación compleja que requiere
mucha práctica. El balón debe golpearse con la parte de la frente donde empieza
el cabello, en la región que utilizamos para comprobar la presencia de fiebre. Los
remates conllevan un movimiento activo; es decir, el jugador debería golpear el
balón en lugar de ser el balón quien golpea al jugador a fin de dirigir adecuada-
mente la jugada.
Cuando se remata el balón, el movimiento inicial del tronco se realiza en una
extensión hacia atrás. La cabeza y el cuerpo se extienden como una misma uni-
dad con la barbilla posicionada hacia la zona pectoral. Esta inclinación hacia
atrás permitirá una mayor velocidad hacia delante mediante la subsiguiente
acción de la cadera y de los flexores de la cintura. Los brazos se extienden hacia
delante alejándose del tronco para equilibrar y proteger al jugador que remata de
los otros participantes que puedan salir a su encuentro. Si el acto del testarazo
está incorporado en un movimiento de salto, las piernas deben adoptar una posi-
ción hacia atrás y ligeramente hacia arriba en preparación para rematar el balón.
Es necesario calcular con precisión el tiempo y el momento para rematar el
balón. La cabeza y los hombros se inclinan hacia delante como una única unidad
durante el acercamiento al balón. Esto requiere la activación de los flexores de
las caderas y del tronco. Los ojos permanecen abiertos y centrados en el balón
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118 MEDICINA DEL FÚTBOL

durante la acción de rematar. El cuello debe estar rígido en el momento del


impacto y la velocidad de la cabeza debe ser relativa a la del cuerpo, es decir, casi
cero. Los brazos se mueven hacia atrás y hacia los lados rápidamente mientras se
realiza el movimiento. Los ojos deben seguir el balón después del contacto para
reducir la velocidad de la cabeza y controlar así el movimiento del cuerpo duran-
te la recuperación del remate. La cadera y los flexores del tronco son los encar-
gados de mantener el movimiento translacional del tronco y de las extremidades
superiores, produciendo un momento preciso de transferencia entre la cabeza y
el balón. Es entonces cuando debe obtenerse una recuperación eficaz del equili-
brio y del movimiento para permitir al jugador continuar el partido. Tras el
impacto, se produce un considerable movimiento del tronco que permite al juga-
dor seguir tácticamente involucrado en el partido.
La acción de rematar un balón de fútbol puede dividirse en tres fases: prepa-
ración, contacto y recuperación.

Preparación

La fase de preparación difiere según las circunstancias del juego (esto es,
posición de pie, correr o saltar). Esta fase es de crucial importancia para garanti-
zar el momento preciso para la técnica adecuada. El tronco domina la acción de
rematar el balón puesto que abarca la mayoría del peso total de todos los segmen-
tos del cuerpo.
Nuestro equipo llevó a cabo una investigación mediante un análisis electro-
miográfico (EMG) del trapecio (parte superior de la espalda) y de los músculos
esternocleidomastoideos (cuello) durante los remates de cabeza. Se colocó una
unidad móvil EMG a la cintura de cada jugador.
Se adhirieron asimismo electrodos al músculo esternocleidomastoideo y al
trapecio bilateralmente, y se colocó un sensor de presión en la frente debajo de
un gorro de natación. Tanto los músculos del trapecio como los esternocleido-
mastoideos se activan durante la fase de preparación, haciendose en primer lugar
el músculo esternocleidomastoideo. La activación se inicia antes en los jugado-
res que rematan saltando.

Impacto

El impacto puede defonirse como un contacto inicial con una deformación


del balón resultante y la inercia que ésta produce en la cabeza. El tiempo total del
contacto ha sido estimado en una escala de 10-23 milisegundos (ms) por los
investigadores, utilizando acelerómetros o análisis cinematográficos. Hemos
Documento1 14/2/05 17:06 Página 119

REMATES DE CABEZA
119

obtenido unos valores similares a partir del análisis de videograbaciones o de


medidas registradas por un sensor de presión situado en la frente del jugador.
Muchos investigadores han calculado o estimado la fuerza de impacto efec-
tuada durante el remate de cabeza. La fuerza es una medida que aumenta cuan-
do se incrementan la masa y la aceleración. La relación equivale a la fórmula F =
m a, donde la fuerza (F), es igual al producto de la masa, (m), del objeto multi-

plicado por su aceleración, (a), en cualquier momento del tiempo. Se calcula


suponiendo que la masa del balón de fútbol no varía a lo largo del partido. Sin
embargo, la aceleración, o el cambio en la velocidad a través del tiempo, del
balón de un momento al siguiente varía en muchas ocasiones. Al hablar de fuer-
zas de impacto, una medida que proporciona una noción del hecho de rematar
combinando los factores de fuerza y tiempo, no sólo nos referimos a la magnitud
de fuerzas experimentadas durante el remate de un balón, sino también a la dura-
ción durante la cual se aplica la fuerza. La relación mecánica que combina fuer-
za y tiempo se denomina impulso. El impulso equivale a la fuerza multiplicada
por el tiempo de aplicación de la fuerza y se expresa como I = F x t, donde I es
igual a impulso, F es igual a fuerza y t representa el tiempo de aplicación de la
fuerza. La mayoría de estudios acerca de los remates de cabeza se han centrado
en las fuerzas de impacto medio o de impacto extremo más que en los valores del
impulso.
El contacto del balón con la cabeza puede desglosarse en tres fases diferen-
tes. La fase 1 consiste en el contacto y la deformación del balón en el instante en
que la cabeza transfiere al balón el cambio en la dirección de movimiento.
Durante la fase 2, el balón sigue estando deformado e inicia el movimiento en la
misma dirección que la cabeza del jugador. La fase 3 implica un retroceso del
balón, durante el cual recupera la forma normal y pierde el contacto con la cabe-
za. Todos los cálculos del impulso presuponen que la masa del balón permanece
estable y que el cambio de velocidad durante este momento de impacto determi-
na la magnitud del impulso experimentado por la cabeza del jugador.

Recuperación

El trapecio permanece activo durante más tiempo que el esternocleidomastoi-


deo después del impacto a fin de desacelerar la cabeza. Cuando el balón es diri-
gido hacia el suelo, el esternocleidomastoideo se recupera antes tras el impacto
que en cualquier otra situación, ya que la barbilla se posiciona previamente al
impacto para poder dirigir el balón hacia abajo con la cabeza.
Se han utilizado grabaciones, acelerómetros, simulaciones por ordenador y el
modelo matemático de la Tercera ley de Newton de la conservación del momen-
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120 MEDICINA DEL FÚTBOL

to para analizar los elementos relacionados con los remates de cabeza. Las velo-
cidades relativamente lentas utilizadas durante la compilación de datos reflejaron
valores similares. Aunque las fuerzas de impacto han sido determinadas a través
de análisis de cinética inversa y cálculos empíricos, todavía queda por realizar
una investigación que reproduzca verídicamente las situaciones de juego y que
publique los resultados.
Las características físicas del balón varían según su tamaño, su peso y sus
propiedades elásticas. La masa de un balón de fútbol es diferente dependiendo de
la edad de los jugadores (tabla 8-1).
Desde el punto de vista científico, el coeficiente de restitución (CR) de un
balón se determina calculando la razón entre la distancia que recorre el balón y
la altura desde la que se impulsa. El CR puede verse modificado por el material
del balón, la presión de inflado y las condiciones atmosféricas (por ejemplo, en
partidos con el césped húmedo). Las normativas de presión de inflado del balón
permiten un margen de 0,6-1,1 atmósferas (lo que equivale a 6.975 Pascales [P]).
Los balones de fútbol moldeados tienen paneles que están unidos por revesti-
mientos de goma o bien la cubierta entera está moldeada con paneles pintados.
Los balones de fútbol cosidos tienen paneles cosidos a mano de piel o de otro
material sintético parecido a la piel de cuero.
Algunas de las características de los balones cosidos son un tiempo de ele-
vación más lento y más tiempo para disipar las fuerzas que actúan. Los balones
cosidos presentan una mayor fuerza máxima, pero también pesan más que los
balones moldeados. En una comparación de balones cosidos y otros moldeados
bajo diversas condiciones de humedad y de inflado, los balones húmedos e
inflados en exceso tienen mayores fuerzas de impacto. Los balones húmedos
tienen más masa mientras que los balones inflados en exceso tienen un tiempo
de elevación más rápido y, por tanto, menos tiempo para disipar la fuerza. Los
balones cosidos secos tienen un tiempo de elevación más lento mientras que
los balones cosidos húmedos ganan masa bajo condiciones de humedad. No está
claro si en este estudio el peso ganado por el balón se debió a la absorción del
cosido o al material del balón.
Tabla 8-1.

Características del balón

Tamaño Masa Circunferencia Grupo de edad


#5 396-453 g 68-71 cm 14 o más
#4 312-369 g 61-64 cm 10-13
#3 312-340 g 56-59 cm 6-9
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REMATES DE CABEZA
121

El tiempo de contacto entre un balón y la cabeza de un jugador oscila entre


10-23 ms. Las velocidades del balón durante un partido de elite pueden alcanzar
los 25 m/s. Los valores de fuerzas de impacto registrados varían entre 200-1.200
Newtons. Estos valores difieren básicamente debido a la velocidad del balón. La
extrapolación de las condiciones del partido produce valores similares en la esca-
la de 2.000-3.000 Newton (N). La otra cifra utilizada en este estudio es la acele-
ración. La unidad de medida es la unidad gravitacional (G), que es el aumento de
la velocidad debido a la gravedad. La escala de valores obtenidos va de 20-55 G.
Un criterio de lesión de cabeza (CLC) se ha calculado en una escala de 1,40-
10,98, con una media de 5,80, con datos de acelerómetro utilizando velocidades
de balón de 15,5 m/s. El 2% de la población sufriría una lesión cerebral grave
con un valor de CLC de 500 o más y el 15% sufrirían una lesión cerebral con un
CLC de 1.000. Una simulación por ordenador de los remates de cabeza calculó
valores de CLC de 0-2.362 y aceleraciones angulares de cabeza de 138-6.986 ra-
dianes (rad)/s. Las aproximaciones de la tolerancia humana oscilan entre los
3.000-18.000 rad/s.
Los valores de impacto han sido descritos en muchos otros deportes. En fút-
bol americano se han registrado impactos de una duración de 200-350 ms con
máximas de 150-450 G. Los boxeadores pertenecientes a categorías de pesos
pesados pueden realizar un golpe de 6.000 N y 100 G durante un período de 14
ms. En un estudio de boxeadores voluntarios durante unas competiciones duran-
te las cuales no se produjo ninguna lesión, el tiempo de impacto ascendió hasta
18 ms con aceleraciones lineales de 20-159 G y aceleraciones angulares de hasta
16.234 rad/s.
Los valores de CLC calculados en este estudio fueron 5-348. Las patadas en
la cabeza y el karate full-contact pueden generar 90-120 G (tabla 8-2).

Tabla 8-2.

Biomecánica del disparo y biomecánica del balón

Actividad Duración Fuerza


Remate de cabeza en fútbol 10-23 ms 2.000-3.000 N
Fútbol americano 200-350 ms 30-55 G
150-450 G

Boxeo 14-18 ms 6.000 N


100 G
Patada en karate 8-10 ms 90-120 G
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122 MEDICINA DEL FÚTBOL

AGRADECIMIENTOS
Los autores quieren agradecer sus esfuerzos a nuestro equipo de investiga-
ción: Nigel Sparks, Susan Mulligan, Sarah Richardson, Richard Park y Joseph
Leluga. También desearíamos dar las gracias al entrenador Barry Gorman, al
equipo de fútbol del estado de Penn y a Paromed por su cooperación.

LECTURAS RECOMENDADAS

Levendusky RA, Armstrong CW, Eck JS, y cols. Impact characteristics of two
types of soccer balls. En: Science and Football: proceedings of the first world
congress of science and football. Londres: E & F.N. Spon, 1988;385-393.
Mawdsley HP. A biomechanical analysis of heading (resumen de tesis de
Masters en la Universidad de Massachusetts). Edimburgo: Momentum,
1978;3:30-40.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 123

9 BIOMECÁNICA
DEL DISPARO
Y DEL BALÓN

William R. Barfield
La biomecánica se emplea para definir los métodos anatómicos y mecánicos
que describen el movimiento. La biomecánica del fútbol, sus técnicas, material y
el balón en sí han sido investigados a fondo desde hace varios años. Este capítu-
lo resume áreas de interés para la comunidad del fútbol, incluyendo a aquellos
que están interesados en medicina deportiva, enseñanza y entrenamiento. Las
principales áreas de interés incluyen: niveles de desarrollo, cinemática y dinámi-
ca del disparo, ángulo de aproximación, reacción de fuerza en el terreno durante
el disparo, pauta temporal, contacto con la pelota, actividad muscular, medidas
de fuerza evaluadas isocinéticamente y el balón en sí. Finalmente unas cuantas
sugerencias para futuras investigaciones.
En el fútbol, la principal habilidad empleada por los jugadores es la de dispa-
rar. Dada su importancia fundamental en el juego, esta técnica ha sido investiga-
da con frecuencia en la literatura.

NIVELES DE DESARROLLO
Las investigaciones acerca de los niveles de desarrollo (en cuanto a disparar)
llevados a cabo con jugadores de 2 a 5 años demuestran que prácticamente no
cogen impulso al lanzar un balón estático. Con niños de 6-12 años, hay una
mayor tendencia a hacer aproximaciones rápidas y con más ángulo, y con
una coordinación parcial más idónea con respecto a la velocidad de impulso de
la extremidad. Sin embargo, el hallazgo más importante es la amplia gama de
habilidades expuestas entre jugadores de la misma edad.
Ya que el fútbol es un deporte de parar y arrancar, podría suponerse que la
fuerza de las piernas sería superior entre los jugadores de fútbol que en otro tipo
de atletas. Se sometieron a niños de sexto curso a pruebas antes y después de
nueve semanas de temporada, para determinar si la naturaleza de parar y arran-
car del fútbol incrementaba la fuerza de sus piernas. Los resultados fueron poco
concluyentes ya que tanto los controles como los sujetos del estudio incrementa-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 124

124 MEDICINA DEL FÚTBOL

ron su fuerza. Los hallazgos pudieron ser desconcertantes debido a factores como
la maduración y el hecho de que la intensidad del entrenamiento de los chicos
pudo ser poco adecuada como para producir diferencias significativas en los pro-
pósitos del estudio.

CINEMÁTICA Y DINÁMICA
Disparar es la cuestión biomecánica que más atención científica ha recibido.
Disparar se diferencia de andar y correr porque la fuerza del disparo procede
mayoritariamente del impulso, no de la extremidad de apoyo. Además, la veloci-
dad de movimiento de las extremidades es más rápida que la que se usa para
andar y correr.
La mayoría de investigaciones llegan a la conclusión de que hay dos compo-
nentes básicos en el disparo: (1) desarrollo de velocidad en la extremidad que
toma impulso, particularmente el impacto de la espinilla y el pie con el balón y
(2) lo que ocurre con el pie durante el contacto con la pelota. Disparar con éxito,
cuando se evalúa por el resultado de la velocidad del balón y/o la velocidad de
impulso del movimiento de la extremidad, se basa en la óptima aceleración y
desaceleración de distintas partes del cuerpo adyacentes, con unas dominando
en una fases y otras en fases más tardías. Factores que contribuyen a la veloci-
dad del impulso durante el disparo con el empeine incluyen la velocidad del juga-
dor, el ángulo de aproximación y la coordinación. La colocación del pie sobre el
balón y la rigidez del pie y el tobillo son variables decisivas en el impacto para
poder predecir el éxito al disparar el balón con fuerza.

ÁNGULO DE APROXIMACIÓN
Pueden observarse jugadores de distintas edades y niveles de habilidad mien-
tras se acercan al balón desde diversos ángulos. En aproximaciones de un paso,
la velocidad máxima se logra con un ángulo de 45O. La máxima velocidad de
tobillo y puntera, pero no de balón, se consigue con un ángulo de aproximación
de 30O. Una relación significativa entre la velocidad de impulso de la extremidad
y la velocidad del balón implica que los dos ángulos de aproximación deben
determinar iguales velocidades de balón. La explicación más plausible para la
diferencia entre ángulos de aproximación es el incremento de fuerza en el golpe
como resultado de una mayor fijación de las articulaciones de la rodilla y el tobi-
llo en un ángulo de aproximación de 45o. Todavía faltan investigaciones en cuan-
to a los ángulos y velocidad de aproximación, así como del resultado deseado del
disparo (saque de puerta, disparo, pase).
Documento1 14/2/05 17:06 Página 125

BIOMECÁNICA DEL DISPARO Y BIOMECÁNICA DEL BALÓN


125

Fuerza de reacción del terreno

En los análisis sobre la fuerza de reacción del terreno (FRT), el máximo com-
ponente vertical es mayor que el medio-lateral o el anterior-posterior y no está
muy influido por el ángulo de aproximación. Aun así, cuando el ángulo de apro-
ximación es mayor, el impacto de fricción se orienta hacia una dirección más
lateral, menos anterior. También es de esperar esta relación a la inversa, en fuer-
zas laterales y frontales.
Al comparar diferencias entre lados dominantes y no dominantes, la FRT
medio-lateral va muy correlacionada con la fuerza del balón para el lado domi-
nante. Los jugadores con destreza generan mayor FRT y velocidad de balón que
aquellos que tienen menos habilidad. La conclusión es que la mayor velocidad
de balón entre jugadores con destreza se debe en parte a una mayor fuerza gene-
rada en la extremidad de soporte. Podemos pues suponer que el disparo lateral
dominante determina un modelo ideal y que el disparo no dominante produce un
resultado menos deseado, similar a las diferencias entre jugadores habilidosos y
no habilidosos. La figura 9.1 muestra la típica FRT de la extremidad de soporte
al disparar en un ángulo de aproximación de 45-60O. La fuerza máxima medio-
lateral (Fy) bloquea la velocidad de la fuerza máxima anterior-posterior.
La torsión en el soporte del impacto del pie es una medida del giro vertical
del cuerpo producida por la acción de impulso de la pierna. Esta torsión se redu-
ce al incrementar el ángulo de aproximación. En un acercamiento directo no se
produce torsión. En un ángulo de aproximación 45-60O, la torsión activa, lleva-
da a cabo por el movimiento asimétrico del impulso de la extremidad, equilibra
la torsión resistente en la planta del pie mediante la reacción del terreno, y puede
considerarse una excelente técnica para prevenir lesiones.

Patrón temporal

Parece ser que una de las claves principales para disparar con éxito es la
coordinación de los distintos segmentos del cuerpo. El traslado preciso de ener-
gía de un segmento del cuerpo a otro y el mecanismo exacto mediante el cual
esto ocurre no está del todo claro. Varios autores han investigado el movimien-
to sucesivo del muslo y la espinilla durante el puntapié. Los resultados demues-
tran que el muslo empieza a girar hacia delante mientras la pierna (desde el tobi-
llo hasta la rodilla) continúa girando hacia atrás. Cuando la pierna empieza a
girar hacia delante, el muslo disminuye la velocidad y durante el impacto per-
manece prácticamente estático, mientras que la pierna y el pie llegan a su máxi-
ma aceleración.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 126

126 MEDICINA DEL FÚTBOL

Fuerza (N)

1,13 1,17 1,21 1,25 1,29 1,33 1,37 1,41 1,45

Tiempo (s)
Contacto de pie Contacto del
de apoyo balón

Figura 9-1. Fuerzas de reacción del terreno (FRT) sobre la planta del pie cuando el miembro
delantera del cuerpo realiza el lanzamiento (Fz = FRT vertical, Fy = FRT medio-lateral, Fx =
FRT anterior-posterior).

Patrón constante

El patrón temporal parece no variar demasiado entre grupos de personas de


distintas edades. Esto podría indicar que el método a seguir en disparos habilido-
sos es parecido en cuanto a tipo y coordinación. Además, la coordinación relati-
va de la pelvis, muslo y parte inferior de la pierna varía muy poco. La espinilla
sigue sucesivamente rotaciones pélvicas y flexiones de la cadera.
Una de las diferencias entre un lanzador de puntera y un lanzador de fútbol
es que estos últimos muestran parámetros de distancia temporal más consisten-
tes que los lanzadores de puntera. Desde la perspectiva de las lesiones, el 15%
de la energía del disparo pasa al balón, mientras que el resto se dispersa a tra-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 127

BIOMECÁNICA DEL DISPARO Y BIOMECÁNICA DEL BALÓN


127

vés de los tejidos blandos de la pierna después del contacto con la pelota. Una
óptima ejecución dependerá de la prevención de pérdida de energía propia en la
parte inferior de la extremidad, antes del contacto con el balón. Esto reduce el
tiempo necesario para dispersar energía y la fuerza muscular que se requiere
para que la extremidad vaya más despacio al seguir el golpe. Inmediatamente
después del contacto, la flexión de torsión de la rodilla (280 N/m) puede exce-
der la extensión de flexión (230 N/m), lo cual protege de la hiperextensión. Si
la flexión de torsión se inicia demasiado pronto, la pierna va más despacio, lo
cual determina un resultado poco deseado. Los músculos sufren mayor peligro
de lesión después de disparar. Las cargas adicionales anteriores o intermedias,
producidas durante el impacto, crean las condiciones idóneas para una lesión de
rodilla.
Hay diferencias sensibles entre la pierna dominante y la no dominante. La
velocidad lineal del quinto metatarso (dedo del pie) y del maléolo lateral (tobi-
llo) en contacto con la pelota se corresponde con la velocidad de balón resultan-
te en el lado dominante. La figura 9-2 es un ejemplo de velocidad del dedo del
pie, rodilla y cadera para la extremidad dominante. La velocidad lineal del dedo
del pie se acerca a su punto máximo al entrar en contacto con el balón. La velo-
cidad máxima angular en la rodilla se alcanza casi simultáneamente al contacto
con el balón en el lado dominante, lo cual es un buen hallazgo. La velocidad
máxima angular de la rodilla ocurre después del contacto con el balón en el lado
no dominante. La figura 9-3 muestra la posición angular, velocidad y aceleración
en la rodilla.

Contacto con el balón

Los estudios demuestran que la rigidez del pie durante el contacto con el
balón es un factor crítico en disparos fuertes. Se ha encontrado una relación sig-
nificativa entre la velocidad del pie con el que se dispara y la velocidad del balón.
Los jugadores con técnica normalmente mantienen el balón más cercano al tobi-
llo (así ceden menos las articulaciones) y ponen la planta del pie cerca del balón
en lugar de detrás. La posición entre el pie que efectúa el disparo y el balón dife-
rencia a un jugador con técnica de uno que no la tiene. El desplazamiento del
tobillo (“ceder”) durante el contacto con el balón en el lado dorsal les ocurre
hasta a los jugadores con más destreza, tal como se muestra en la figura 9-4.
Fíjense en la oscilación después del contacto con el balón. El impacto plantar fle-
xiona el pie hasta que las estructuras de soporte llegan al extremo del rango de
movimiento. Para lograr un disparo óptimo, los jugadores deben golpear el balón
con la parte más cercana al tobillo.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 128

128 MEDICINA DEL FÚTBOL

Electromiografía (EMG)

Durante la fase de preparación para el disparo y en la aceleración de la espi-


nilla durante la extensión de la rodilla; el cuádriceps juega un papel fundamen-
tal. La flexión de la rodilla y la rotación hacia atrás de la pierna generan carga
para los músculos de la rodilla, esta carga se utiliza más tarde para acelerar la
pierna hacia delante. Los datos de la EMG confirman esta opinión.
Parece ser que hay una “paradoja del disparo”; los músculos del cuádriceps
están en el punto de mayor actividad durante la flexión de la rodilla (cuando son
antagonistas en el movimiento) mientras que los isquiotibiales están en máxima
actividad durante la extensión de la rodilla (cuando son antagonistas en el movi-
miento). Basándose en estudios EMG, el vasto lateral y el medial (dos de los cua-
tro músculos que forman el cuádriceps) están en máxima actividad al finalizar la
flexión de la rodilla (fase de carga). Comparados con jugadores aficionados, los
jugadores de fútbol iniciados parecen utilizar mejor los músculos de la extremi-
dad que dispara, incrementando así la importancia de la habilidad de la técnica
motriz.
Durante las revisiones médicas de los entrenamientos de fútbol hay discusio-
nes acerca de dónde procede la fuerza para disparar con el empeine. Para los
miembros del Equipo Olímpico de Fútbol Canadiense, el 90% del empleo de
fuerza para disparar con el empeine proviene de los músculos de la cadera. Los
flexores de la cadera dominaban el movimiento del muslo durante la mayor parte
de la fase del impulso, pero justo antes del contacto con el balón, los músculos
extensores de la cadera (isquiotibiales) dominan la desaceleración de la pierna,
lo cual parece contradecir lo que cabría esperar. Los músculos extensores de la
rodilla, que parecían ser tan importantes en el impulso de contacto con el balón,
demostraron tener poca actividad en el momento anterior al contacto con el
balón. De hecho, los flexores dominaban y actuaban de manera excéntrica para
desacelerar la extensión de la rodilla. Las razones para la desaceleración de los
músculos de la rodilla antes del contacto con el balón son: (1) los flexores traba-
jan para prevenir la hiperextensión de la rodilla, y (2) dada la velocidad de la
extensión de la rodilla, la relación fuerza-velocidad evita una contracción forzo-
sa de los músculos extensores de la rodilla.

Impacto del balón

Se han llevado a cabo investigaciones sobre el tipo de balón, presión del infla-
do, y el aumento de la masa debido a la humedad. En una investigación, los balo-
nes moldeados y los cosidos (9 psi) se dejaron caer desde una cierta altura para
Documento1 14/2/05 17:06 Página 129

BIOMECÁNICA DEL DISPARO Y BIOMECÁNICA DEL BALÓN


129

vlc (m/s)

1,12 1,15 1,18 1,21 1,24 1,27 1,3


vlr (m/s)

1,12 1,15 1,18 1,21 1,24 1,27 1,3


vld (m/s)

1,12 1,15 1,18 1,21 1,24 1,27 1,3


Tiempo (s)
Contacto de pie Contacto del
de apoyo balón

Figura 9-2. Velocidad lineal de los dedos del pie (vld), de la rodilla (vlr), y de la cadera (vlc)
del miembro del cuerpo dominante durante el lanzamiento.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 130

130 MEDICINA DEL FÚTBOL

kas (grados)

1,12 1,15 1,18 1,21 1,24 1,27 1,3


kav (grados/s)

1,12 1,15 1,18 1,21 1,24 1,27 1,3


kaa (grados/s2)

1,12 1,15 1,18 1,21 1,24 1,27 1,3


Tiempo (s)
Contacto de pie Contacto del
de apoyo balón

Figura 9-3. Curva dominante que representa una posición angular (kap), velocidad (kav) y
aceleración (kaa) en la rodilla.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 131

BIOMECÁNICA DEL DISPARO Y BIOMECÁNICA DEL BALÓN


131

(grados)

1,12 1,15 1,18 1,21 1,24 1,27 1,3


Tiempo (s)

Contacto de pie Contacto del


de apoyo balón

Figura 9-4. Desplazamiento del tobillo durante el contacto con el balón.

asegurar una velocidad constante (17-18 m/s) durante el impacto. La pelota cosi-
da ejerció una fuerza de 912 N, mientras que la moldeada produjo una fuerza de
851 N. Los dos balones ejercieron claramente suficiente fuerza como para cau-
sar conmociones y fracturas.
El balón moldeado mostró 12,43 N/s de fuerza de impulso (fuerza tiempo) ●

en el impacto, y el balón cosido, 13,72 N/s, aunque los dos están por debajo de
la fuerza que se necesita para causar una lesión de cabeza. Como la cabeza está
en movimiento, el cambio de velocidad es distinto al observado en el laborato-
rio, con la probabilidad de un mayor impulso. Ya que el impulso es producto de
la fuerza y el tiempo, cuanto mayor es la variable temporal, mayores son las posi-
bilidades de reducir lesiones ya que la fuerza se puede disipar en un período de
tiempo más largo.
La media de aumento de tiempo (el tiempo que se necesita para desarrollar
las fuerzas de impacto) fue de 33 segundos en el balón moldeado y de 4,2 segun-
dos en el cosido. Cuanto menor es el aumento de tiempo, más posibilidades hay
Documento1 14/2/05 17:06 Página 132

132 MEDICINA DEL FÚTBOL

de lesión. El aumento de tiempo del balón cosido era un 28% superior al del
balón moldeado, lo cual mantiene que es mejor utilizar balones cosidos para evi-
tar lesiones y para procurar a los jugadores el “efecto” o “toque” deseado con la
pelota.
Cuando se pusieron a prueba tres tamaños diferentes de balones de fútbol, la
fuerza máxima de impacto fue superior en los balones de mayor tamaño. Las
fuerzas de impacto del tamaño 5 sobrepasaban las del tamaño 4 y 3 en un 26% y
35%, respectivamente. Ya que tener menos masa reduce la cantidad de fuerza,
probablemente también disminuye la posibilidad de lesiones. A medida que se
reducía el tamaño del balón, también disminuía el impulso total, limitando así la
posibilidad de lesión por impacto. Esto se aplica en particular a jugadores jóve-
nes y entrenadores, ya que los niños tienen menos masa corporal. Así pues, un
balón más pequeño reduce la posibilidad de lesiones.

Humedad del balón

Al jugar sobre un terreno mojado, un balón puede adquirir humedad, lo cual


incrementa su masa y afecta sus características de impacto. En el estudio men-
cionado previamente, la máxima fuerza de impacto de un balón cosido mojado
incrementaba un 8,5%, mientras que la de un balón moldeado, incrementaba un
2,8%. El impulso también aumentó cuando llovía debido al incremento de la
masa (7,5% para cosido y 1,3% para moldeado), ya que la variante del tiempo en
la ecuación del impulso parece no quedar afectada por la humedad.
Cuando se aumenta el nivel de inflado, se producen mayores niveles de fuer-
za máxima debido a un descenso en el tiempo de elevación, indicando un nivel
elevado de desaceleración. Los balones moldeados presentaban tiempos de
elevación más bajos (17,96%) que los cosidos, lo cual sugiere que los balones
moldeados generan una mayor fuerza máxima. Sin embargo, los resultados
demuestran que los balones cosidos de mayor tamaño anulaban las diferencias en
la desaceleración.
Aunque otros estudios han demostrado que el tipo de balón es más importan-
te que la presión del inflado, a menor presión y peso del balón, menor es la fuer-
za del impacto.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

A pesar del numero de estudios sobre la biomecánica del disparo y del balón,
se requiere aún más investigación. Áreas de futuro interés incluyen la influencia
de la edad y el sexo en la mecánica del disparo, y la influencia total de la parte
Documento1 14/2/05 17:06 Página 133

BIOMECÁNICA DEL DISPARO Y BIOMECÁNICA DEL BALÓN


133

superior del cuerpo durante el disparo. Cada una de estas áreas puede conducir a
nuevos caminos de investigación que podrían tener repercusión en los entrena-
mientos desde la perspectiva de la enseñanza y la preparación, y mejorar los
métodos de prevención de lesiones.

LECTURAS RECOMENDADAS

Asami T, Nolte V. Analysis of powerful ball kicking. En: Matsui H, Kobayashi


K (Eds). Biomecanics VIII-B. Champaign, II: Human Kinetic Publishers,
1983;685-700.
Barfield WR. Effects os selected biomechanical variables on a coordinated
human movement: instep kicking with dominant and nondominant feet.
Dissertation Abstracts International 1993;54, 08-A. (University Microfilms
No. AAD94-02068).
Brady EC, O’Regan M, McCormack B. Isokinetic assessment of uninjures soc-
cer players. En: Reilly T, Clarys J, Stibbe A (Eds). Science and football II.
Londres: E. & F.N. Spon, 1993;351-356.
De Proft E, Clarys JP, Bollens E, y cols. Muscle activity in the soccer kick. In
Reilly T, Lees A, Davids K (Eds). y cols Science and football. Nueva York:
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Hirsh AH. Current problems En head protection. En: Caveness WF, Walker AE
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Huang TC, Roberts EM, Youm Y. Biomechanics of kicking. En: Ghissta DN
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Isokawa M, Lees A. A biomechanical analysis of the instep kick motion in soc-
cer. En: Reilly T, Lees A, Davids K (Eds). y cols. Science and football Nueva
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Levendusky TA, Armstrong CW, Eck JS, y cols. Science and football. Nueva
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Narici MV, Sirtori MD, Mongnoni P. Maximal ball velocity and peak torques o
hip flexor and knee extensor muscles. En: Reilly T, Lees A, Davids K (Eds),
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Rodano R, Tabana R. Three-dimensional analysis of instep kick in professional
soccer players. En: Reilly T, Clarys J, Stibbe A (Eds). Science and football II.
Nueva York: E. & F.N. Spon, 1993:357-361.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 134
Documento1 14/2/05 17:06 Página 135

10 CALZADO
DE FÚTBOL
Y SUPERFICIES
DE JUEGO
Raymond Rocco Monto

Aunque el calzado de fútbol ha sufrido una transformación impresionante


durante las dos últimas décadas, ha permanecido muy olvidado. Dado el creci-
miento a nivel internacional del juego, los fabricantes de calzado deportivo se
están concentrando en el desarrollo del calzado y el material para el fútbol. Como
resultado, no paran de llegar nuevos diseños de calzado al mercado futbolístico.
El propósito de este capítulo es preparar a jugadores, entrenadores y preparado-
res para esta revolución en el material para fútbol.

EPIDEMIOLOGÍA
Durante el transcurso de un entrenamiento o partido de fútbol normal, depen-
diendo de la posición, un jugador correrá aproximadamente 10 km. Dada
la media de las zancadas, la mayoría de jugadores efectúan aproximadamente
4.200 taconazos por partido y más de 75.000 taconazos durante un típico mes de
entrenamiento. La fuerza en el pie mientras corremos es aproximadamente 50
veces superior a la que usamos para andar, y debe absorverse cinco veces esta
cantidad. Si añadimos a esto la carga habitual de las extremidades inferiores,
entre 3 y 6 veces el peso del cuerpo en cada taconazo, es comprensible que los
jugadores de fútbol tengan un alto riesgo de lesiones por uso excesivo.
Un balón de fútbol estándar pesa 400-450 gramos y puede ser disparado a
velocidades por encima de los 120 km/hora. Los estudios biomecánicos del dis-
paro han demostrado una significativa traslación y rotación en las cargas de tor-
sión de la rodilla y el pie durante el disparo. La mayor parte de esta torsión es
generada por los flexores de la cadera actuando concéntricamente, con los
músculos extensores de la rodilla como agonistas para acelerar la parte inferior
de la pierna hacia la pelota. Estas torsiones han sido calculadas a 2.000 Newton
(N)/m con la parte inferior de la pierna absorbiendo apenas un 15% de esta ener-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 136

136 MEDICINA DEL FÚTBOL

gía cinética. El cuerpo absorbe estos niveles excesivos mediante una cadena de
violentas cocontracciones que empiezan en el pie y se extienden hacia los isquio-
tibiales y músculos aductores para desacelerar la pierna después del contacto con
el balón.
El índice general de lesiones en el fútbol es de entre 4 y 20 lesiones por cada
mil horas de juego. Aunque este índice es la media para la mayoría de juegos de
contacto, el índice de lesiones del fútbol sala es siete veces superior. Las lesio-
nes de pie y tobillo constituyen un porcentaje desproporcionado de este trauma-
tismo y son responsables de la mayor parte de tiempo que se pierde durante el
juego. Una encuesta radiológica reciente entre jóvenes jugadores de elite
demuestra que el 98% muestran cambios en los huesos del pie y del tobillo. Estos
cambios radiológicos van desde fracturas a huesos astillados y pueden ser los
resultados de años de acumulación de microtraumatismos en el pie y el tobillo
durante el juego.

EVOLUCIÓN
El fútbol moderno nació en el crisol de la Revolución Industrial. Como juego
diseñado para entretener a las masas de trabajadores, es natural que adquiriese su
material del lugar de trabajo. El primer calzado de fútbol era rígido, con la parte
superior de piel o botas de minero de lona y con púas de madera tachonadas a
mano en la suela. Aunque con el tiempo los fabricantes de calzado industrializa-
ron su producción, hubo poco cambio en el calzado básico de fútbol durante casi

Figura 10-1. A y B. El 98% de jugadores de fútbol pueden desarrollar anomalías radioglógi-


cas a la edad de 23 años.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 137

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


137

100 años.
A mediados de los años 1950 el creciente interés por el control del balón y las
habilidades individuales condujo a que el calzado adquiriera mayor flexibilidad.
El aumento de la práctica del fútbol en Sudamérica y otros climas cálidos tam-
bién llevó a crear calzado más ligero, menos restrictivo. Gradualmente, apareció
el calzado de fútbol de corte bajo, siendo prácticamente universal hacía mitad de
los años 1960. Los años 1970 se caracterizaron por el dominio de clavos de plás-
tico moldeados y el aumento de una nueva y problemática superficie de juego: el
césped artificial (al que primero se llamó “astrocésped” ya que provenía del
Astródomo de Houston). Sin embargo, el diseño en general y el orden de los
clavos cambió poco y los años 1980 ofrecieron pocas modificaciones a pesar de
la revolución que se estaba llevando a cabo en el calzado para correr y jugar al
básquet.
Actualmente los nuevos conceptos están reformando la función y la forma del
antiguo calzado minero de fútbol. La conservación de energía y la disipación de
carga han sido incorporadas a la ecuación del diseño, y se han utilizado desde
aletas hasta cuchillas metálicas para mejorar el rendimiento y las ventas.
A fin de distinguir los elementos importantes de los nuevos diseños de los
cambios ineficaces o cosméticos, es necesario entender la forma y la función del
pie y del tobillo humano.

ANATOMÍA DEL PIE Y DEL TOBILLO


La articulación del tobillo está compuesta por la tibia, el peroné y el astrágalo
que forman un conjunto estable mecánicamente de “mortaja y almilla”. La mor-
taja está formada por el maléolo medio y lateral del tobillo con el astrágalo en
forma de calza actuando como la almilla (fig. 10-2). Cuando la articulación del
tobillo está en dorsiflexión, la porción anterior más amplia del astrágalo llena la
mortaja y estabiliza la articulación. Cuando el tobillo y el pie están en flexión
plantar, la almilla se libera de la mortaja y el tobillo pasa a ser principalmente
dependiente de sus apoyos ligamentarios para adoptar una posición de estabilidad.
En este punto el tobillo es muy vulnerable a la lesión. El riesgo del ligamento del-
toideo disminuye medialmente por la longitud extra del peroné lateral porque
ayuda a prevenir una eversión excesiva del tobillo. A la inversa, la relativa corte-
dad del maléolo medial permite una inversión forzosa y un riesgo de lesión del
ligamento lateral. La laxitud normal del tobillo permite una inversión que equiva-
le a dos veces la eversión (fig. 10-3). Para más información, véase el capítulo 32.
Los ligamentos primarios laterales del tobillo están compuestos por los liga-
mentos peroneoastragalinos anterior y por el posterior y calcaneoperoneo. El
Documento1 14/2/05 17:06 Página 138

138 MEDICINA DEL FÚTBOL

Mortaja

Tibia Peroné

Astrágalo Almilla

Figura 10-2. El tobillo gana estabilidad mecánica debido a su arquitectura de “mortaja y almilla”.

Inversión

Eversión del tobillo Inversión del tobillo

Figura 10-3. La inversión normal del tobillo es dos veces mayor que la eversión.

ligamento peroneoastragalino anterior y la cápsula de la articulación anterior se


lesionan normalmente cuando el ángulo es flexionado hacia abajo e invertido
(fig. 10-4A). Cuando el tobillo es invertido forzadamente y flexionado hacia arri-
ba, como si pisara en un agujero, el ligamento calcaneoperoneo está expuesto a
lesión (fig. 10-4B). Una rotación externa forzada del tobillo puede dañar la parte
Documento1 14/2/05 17:06 Página 139

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


139

anterior del tobillo con desgarro del ligamento tibioperoneo. Estas lesiones sin-
desmóticas son menos frecuentes que las lesiones por inversión, pero su curación
es mucho más lenta. Las investigaciones recientes destacan la propiocepción
debilitada como un factor recurrente en las torceduras de tobillo. Otros estudios
muestran la inversión disminuida del tobillo con la elevada altura del empeine,
lo que puede perjudicar la flexibilidad y los niveles de rendimiento.
La cinemática, o la anatomía dinámica, de la articulación del tobillo también
juega un papel importante en el modo de andar. El astrágalo es irregular en su
borde medial debido a que articula con el calcáneo para formar la articulación
subtalar. Esto crea una disfunción entre los ejes de movimiento medial y lateral.
Como resultado, el astrágalo se tambalea sobre el calcáneo como un neumático

Figura 10-4. A. El ligamento peroneoastragalino anterior se tuerce cuando el tobillo es flexio-


nado hacia abajo. B. El ligamento peroneocalcáneo se tuerce cuando el tobillo es flexionado
hacia arriba, C. Los ligamentos sindesmóticos tibioperoneos se tuercen cuando el tobillo efec-
túa una rotación.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 140

140 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 10-5. El eje irregular de la articulación subtalar crea una bisagra oblicua.

mal montado (fig. 10-5). La bisagra oblicua creada en la articulación subtalar


ayuda a prevenir la lesión del pie y del tobillo de muchas formas. Su papel prin-
cipal es actuar como un par de torsión conversor para convertir verticalmente las
cargas directas en fuerzas longitudinales bien distribuidas. Junto con la rotación
interna normal de la tibia, la bisagra oblicua de la articulación subtalar conduce
la pronación y supinación del pie en cada paso.
Cuando el pie efectúa el contacto inicial con el suelo, está normalmente en
supinación (fig. 10-6). Cuando el peso es transferido al pie, la tibia que gira inter-

Rotación interna

Bisagra
oblicua

Pronación

Figura 10-6. La bisagra oblicua de la articulación subtalar dirige la pronación progresiva del pie.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 141

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


141

Supinación del pie /


inversión calcánea

Ángulo del
talón Velocidad de pronación
relativa
(pendiente de la curva)

Pronación del
pie / eversión
calcánea

Tiempo

Figura 10-7. La velocidad de pronación relativa puede medirse por la eversión calcánea (del
talón). Adaptado de Nike, Inc. Beaverton, Oregon.

Radios metatarsianos centrales

Figura 10-8. Los dos huesos metatarsianos centrales permanecen fijos durante un paso nor-
mal. Esto puede aumentar el riesgo de fractura por presión.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 142

142 MEDICINA DEL FÚTBOL

namente y la juntura subtalar de bisagra oblicua se combinan para iniciar la pro-


nación. La pronación de la parte delantera del pie actúa como una fuerza activa
amortiguadora para el pie y el tobillo. Cuando el peso es transferido al pie y al
tobillo después de posar el talón, la pronación atenúa la fuerza de impacto
aumentando el período de tiempo y el área sobre la cual puede ser absorbido. Por
este motivo, la velocidad de pronación elevada puede jugar un papel importante
en producir lesiones por uso excesivo como resultado de la exposición a excesi-
vas fuerzas de participación.
Los niveles anormales de magnitud o velocidad de pronación pueden contri-
buir a crear otros problemas al correr como tendinitis rotuliana, síndrome de fric-
ción de la banda iliotibial y dolor rotulofemoral. Para propósitos de investi-
gación, la velocidad relativa de la pronación puede estudiarse examinando el
nivel de eversión calcánea (fig. 10-7). Los efectos de la altura del talón y la orien-
tación de la velocidad máxima de pronación serán analizados más adelante en
este capítulo.
Los dos huesos centrales metatarsianos de la parte delantera del pie están fija-
dos en posición. Los metatarsianos del borde se mueven libremente y se curvan
con la carga al pisar (fig. 10-8). Esto puede ser el motivo por el cual los metatar-
sianos segundo y tercero participan frecuentemente en reacciones de presión y

Entramado

Pieza
clave

Arco transversal Arco estructural

Arco medial (interno) Arco lateral (externo)

Figura 10-9. El pie delantera contiene arcos tanto longitudinales como transversales para el
apoyo.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 143

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


143

fracturas. La anatomía de la parte delantera del pie delantero también delinea la


formación de tres arcos discretos (fig. 10-9). El astrágalo, el cuboides y los hue-
sos centrales cuneiformes funcionan como piezas clave para apoyar estos arcos,
mientras que el ligamento móvil situado debajo proporciona un tejido blando
para mejorar la distribución de la presión. Durante muchos años se pensó que las
personas con pies planos flexibles estaban expuestas a un mayor riesgo de lesión.
Este proceso llevó a descartar a reclutas sanos del ejército de Estados Unidos
durante la Segunda Guerra Mundial. Las investigaciones recientes muestran que
los jugadores con pies planos flexibles tienen un menor riesgo de lesión que los
que tienen arcos rígidos y altos (pies cavos).
Los estudios recientes sugieren que la musculatura extrínseca e intrínseca del
pie y del tobillo pueden también participar en el apoyo dinámico del arco. La
aponeurosis plantar fascial también actúa como un mecanismo de “torno” para
acortar y elevar el arco durante la flexión hacia arriba de los dedos del pie
(fig. 10-10). Se ha sugerido que el arco funciona como una eficaz reserva de
energía cinética al pisar y puede proporcionar un retorno de energía como resul-
tado. Las revisiones de los pies descalzos de los corredores demuestran una ele-
vación del arco activo durante el entrenamiento. Se cree que es un resultado de
una actividad elevada en los músculos del pie.
Algunos investigadores recomiendan realizar ocasionalmente entrenamientos
con los pies descalzos para mejorar la función muscular del pie. Esto contras-
ta con las creencias tradicionales de que los músculos del pie juegan un papel
limitado al pisar.
La morfología del pie humano tiene un efecto directo sobre el diseño del cal-
zado. Se ha reconocido que existe un dimorfismo sexual (diferencias en la forma
del pie masculino y del femenino) en el pie y el tobillo, que ha determinado la
introducción de diseños diferentes en la suela externa del calzado. El pie mascu-
lino es proporcionalmente más ancho y grueso que el pie femenino de cualquier
longitud. Otra característica morfológica importante del pie radica en su papel
como palanca biomecánica del tipo 1 con el fulcro en la articulación del tobillo.
La longitud del pie aumenta con el tamaño del cuerpo en una escala isométri-
ca, proporcional, para mantener una ventaja mecánica constante. Es similar a la
relación entre altura corporal y peso, en la que la amplitud y la altura del pie
aumentan en una escala alométrica, con aumentos desproporcionadamente más
lentos en la estatura del cuerpo. Esto puede permitir el mantenimiento de presio-
nes plantares relativamente estáticas con aumentos de la masa corporal. Para
conseguir una mayor comodidad y adaptación, el diseño moderno de calzado de
fútbol debe incorporar el dimorfismo sexual y combinar la escala isométrica y
alométrica.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 144

144 MEDICINA DEL FÚTBOL

ANATOMÍA DEL CALZADO DE FÚTBOL

Torno

Pie en posición neutral


Pie con los dedos flexionados
hacia arriba (arco elevado)

Figura 10-10. Fascia plantar actuando como “torno” funcional para elevar el arco.

Aunque no es tan complejo como el pie y el tobillo, el calzado moderno de


fútbol tiene diversos componentes universales que se han desarrollado (fig. 10-
11). El calzado empieza con una puntera para los dedos hecha normalmente de
piel suave y flexible. La parte superior del calzado debería estar ventilada para
permitir que las aproximadamente 250.000 glándulas sudoríparas del pie respi-
ren. La ventilación también acelera la disipación del calor y evita la formación
de humedad dentro del calzado. Algunas compañías están utilizando materiales
sintéticos impermeables al agua para impedir que el pie acumule más peso por el
agua en campos húmedos o fangosos.
La parte superior se extiende a una lengüeta acolchada que protege al pie de
los cordones. Hay varios tipos de lengüetas disponibles, incluyendo las que se
desatan de un tirón, las convencionales, las de una sola lengüeta y los diseños de
lengüeta interna. La plantilla interna es una pieza de tela inmóvil que proporcio-
na amortiguación y un apoyo adicional al pie. Puede sustituirse por una plantilla
especial para deportistas. El uso de plantillas ortopédicas ha sido limitado en el
calzado para fútbol debido a su baja altura y a su apretado ajuste. Algunos fabri-
cantes ofrecen actualmente un calzado relativamente caro, con una profundidad
extra que pretende acomodar la adición de plantillas ortopédicas. Esta solución
no compensa las muchas deficiencias de la actual bota de fútbol.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 145

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


145

La suela posterior está debajo de la plantilla y es un determinante importante


de la flexibilidad del calzado. Un calzado con una suela posterior ancha es bas-
tante rígido pero a la vez estable. Esto se debe a que la parte superior está unida
a una pieza entera uniforme por dentro. Las suelas posteriores de una sola pieza
no son muy frecuentes en el calzado deportivo actualmente. Un calzado con

Lengüeta
Parte
superior

Plantilla
Protector
Puntera del talón
de los
dedos
Suela
media

Suela posterior
Taco Suela externa

Figura 10-11. Anatomía del calzado de fútbol.

suela posterior que pueda deslizarse es mucho más flexible. La mayoría de los
diseños de calzado moderno utilizan un híbrido o una combinación de suela pos-
terior para ganar estabilidad y control de pronación de la suela de pieza única, a
la vez que mantienen la flexibilidad y la comodidad de las suelas deslizables. El
protector del talón está acolchado para proteger la parte posterior del pie. Suele
tener un diseño en forma de V para acomodar el talón de Aquiles durante la
hiperflexión del tobillo.
La suela media es el núcleo del calzado deportivo. Aunque ésta ha sido el cen-
tro de atención de la investigación durante más de dos décadas en otros deportes,
ha sido por lo general ignorada en fútbol. Muchas de las lecciones aprendidas del
Documento1 14/2/05 17:06 Página 146

146 MEDICINA DEL FÚTBOL

estudio del baloncesto y de las carreras de atletismo se están aplicando ahora al


fútbol con diferentes niveles de éxito. La mayoría del impacto al chutar es absor-
bido por la suela media. Esto también crea un sistema de guía para controlar la
cantidad y el nivel de pronación del pie tras el golpe de talón. Estas dos caracte-
rísticas se consideran elementos clave en la prevención de lesiones. Se han utili-
zado muchos tipos y combinaciones diferentes de materiales en la elaboración de
la suela media (tabla 10-1). Estos materiales han sido elegidos por su capacidad
de amortiguación y por su resistencia en calzado para actividades de alto desgas-
te. Los aspectos óptimos del diseño de la suela media se describirán más amplia-
mente en las secciones sobre amortiguación, guía y apoyo.
Los fabricantes de calzado han dedicado gran parte de su tiempo y recursos a
la suela externa. Se han utilizado múltiples estilos de formas y diseños de tacos.
El uso de diseños y fabricación asistidos por ordenador (CAD / CAM) se ha con-
vertido en una parte integral de este trabajo. A pesar de estas innovaciones, la
mayoría de los diseños de suela externa siguen siendo derivativos y apenas se
distinguen unos de otros. La mayoría de tacos extraíbles mantienen un poste cen-
tral de metal, que pueden representar un punto de concentración de presión plan-
tar alta (fig. 10-12). Los últimos diseños de suela externa han respondido ante
este problema utilizando placas protectores de materiales compuestos para mejo-
rar la distribución de la presión. El éxito factible de estos cambios aún está por
verse.
La longitud del taco también es un factor importante. Los tacos largos aumen-
tan la longitud y el recorrido del movimiento del calzado en relación con el cuer-
po y pueden crear inestabilidad potencial si no se distribuyen uniformemente en

Tabla 10-1.

Composición del material de la suela media

Espuma de poliuretano
Acetato de viniloetileno
Celdas de aire
Gel
Hexalite
Espuma de plástico
Hidroflujo
Densidad dual (híbrido)
Documento1 14/2/05 17:06 Página 147

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


147

Figura 10-12. El poste central de los tacos puede concentrar la presión de la planta y provo-
car dolor.

toda la suela externa. Para las superficies naturales duras se recomienda un cal-
zado con múltiples clavos diseñado con un perfil bajo. Los zapatos con largos
tacos de metal deben reservarse para su uso sobre césped natural blando o húme-
do para mantener la tracción. En referencia a los jugadores adolescentes o a los
niños, los tacos suelen ser un problema ya que son demasiado largos para su altu-
ra corporal. Esto origina un desajuste potencial que crea un mayor movimiento
de brazos. Algunos diseños para jóvenes han intentado combinar las suelas exter-
nas lisas con suelas externas con tacos para mejorar la estabilidad. Estos intentos
pueden empeorar la situación creando conflictos de tracción dentro de la suela
externa misma y seguir provocando la inestabilidad de los tacos largos. En gene-
ral, los niños menores de 12 años deberían evitar utilizar calzado con clavos de
alto perfil y llevar calzado deportivo cómodo para fútbol con suela lisa o rugosa.

PLANTILLAS ORTOPÉDICAS
Las plantillas ortopédicas funcionan como sustitutas de las suelas internas y
están moldeadas para ajustar y apoyar el pie. Están disponibles en modelos per-
sonalizados, semipersonalizados o estándar. Las plantillas ortopédicas tienen
precios, ajuste y efectividad muy diferentes. Se emplean básicamente para pro-
porcionar una amortiguación y un apoyo adicional al arco longitudinal del pie
Documento1 14/2/05 17:06 Página 148

148 MEDICINA DEL FÚTBOL

flexible en posición de sobrepronación. Los pies rígidos, con un arco alto o cavo
son más difíciles de tratar eficazmente con plantillas ortopédicas. Los diseños
avanzados de ortopedia parecen mejorar la distribución de la presión en la plan-
ta del pie y pueden ayudar a mejorar pequeñas irregularidades en la forma de
andar. Hay muchas plantillas en venta a un precio relativamente módico que fun-
cionan tan bien como la mayoría de versiones semipersonalizadas o personaliza-
das. A medida que avance y evolucione el diseño del calzado para fútbol, se redu-
cirá la necesidad de estos tipos de mecanismos adicionales.

CONSIDERACIONES SOBRE LA SUPERFICIE


El campo ideal para un partido de fútbol es un campo de hierba natural bien
acondicionado. En realidad, se juega a fútbol sobre todo tipo de superficie y en
condiciones climáticas extremas. Desde los campos de tierra que hay en muchas
ciudades al estadio avanzado de césped sintético, cada tipo de superficie y con-
dición climática crea un reto único para los diseñadores de calzado. El juego en
interior también presenta nuevas demandas con el uso extendido de materiales
duros y superficies artificiales. Para aumentar el rendimiento y disminuir el ries-
go de lesión, debe considerarse cada uno de estos retos a medida que el calzado
deportivo evoluciona hacia formas más especializadas.
El césped artificial es un clásico ejemplo de cómo la introducción de un
nuevo tipo de superficie puede afectar a los jugadores. La rápida extensión ini-
cial de los campos de césped sintético se debió a su mayor versatilidad, durabi-
lidad y coste económico en comparación con el césped natural. El ahorro po-
tencial de coste económico era impresionante. El coste de mantener un campo
de césped artificial representa sólo un 15% del coste real de mantener un campo de
césped natural. La capacidad de multiusos de los campos sintéticos permite una
mayor utilización que los campos de césped natural, por lo que se les puede sacar
más partido.
A pesar de estas ventajas obvias, el problema de que presenta un elevado índi-
ce de lesiones ha reducido la aceptación del césped artificial. Se consideraba que
una fricción rotacional elevada era la causa de este aumento de esguinces de rodi-
lla y torceduras de tobillo. De hecho, el problema real no era el tipo de superfi-
cie, sino los zapatos. Tanto los jugadores de fútbol como los de fútbol america-
no utilizaron sus zapatos con tacos para jugar sobre césped artificial. Los largos
tacos les daban una mayor tracción y muchos se sentían más veloces sobre la
nueva superficie. El problema era que había un desajuste entre los perfiles de
fricción y el calzado. Esto condujo a niveles excesivamente altos de tracción, con
el calzado plano clavado firmemente sobre el césped mientras el resto del cuer-
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CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


149

po giraba en una nueva dirección. Se produjeron múltiples lesiones por torsión


del tobillo y de la rodilla. El uso de tacos sobre superficies sintéticas duras tam-
bién condujo a un incremento relativo del movimiento de brazos y a una inesta-
bilidad de la plataforma. Las lesiones empezaron a disminuir notablemente cuan-
do los jugadores utilizaron suelas externas con un perfil liso o bajo sobre el cés-
ped artificial.
Aparte de un ligero aumento de heridas por abrasión, la investigación actual
no indica ninguna diferencia significativa en las proporciones de lesión entre el
césped artificial y el natural. Muchos jugadores se cubren actualmente los brazos
y las piernas con vaselina y llevan pantalones de compresión para combatir el
problema de la abrasión. Otra dificultad única del césped artificial es la excesiva
formación de calor en condiciones climáticas cálidas. En otros campos, esto
puede provocar un encogimiento de la alfombra de césped artificial, así como
brechas abiertas y pliegues visibles.
Las proporciones de lesiones en el fútbol en interiores son de 6 a 8 veces
mayores que las del fútbol en exteriores. Esto sucede como resultado de las
superficies duras y de los espacios limitados del juego en interiores. Las entradas
a ras de césped son especialmente peligrosas en condiciones de juego en interior
y algunas ligas han prohibido este tipo de jugadas. Los niveles de lesión han dis-
minuido a niveles comparables con los del juego en exterior al restringir las
entradas a ras de césped. El uso de balones más pequeños, de espinilleras obliga-
torias y de protectores también ha disminuido los niveles de lesión del fútbol en
exterior.

BIOMECÁNICA
Uno de los centros de atención del diseño de calzado deportivo moderno es
la teoría de que la reducción de carga implica una prevención de lesiones.
Aunque esta ecuación todavía está por demostrar, las investigaciones han justifi-
cado modificaciones extensivas del diseño para alcanzar este objetivo. Un núme-
ro cada vez mayor de estudios científicos vincula la carga por contacto repetiti-
vo y excesiva con los traumatismos de pie y de tobillo. Las fracturas por estrés,
la osteoartritis y la anemia también han sido algunos factores considerados. Un
estudio informa sobre el descubrimiento de anemia en corredores por elevados
niveles hemolíticos, especialmente en jugadores que llevan calzado con suela
dura.
Los efectos de una carga de presión cíclica no son en absoluto perjudiciales.
Si se mantiene dentro de los límites razonables, la carga repetitiva puede refor-
zar los biomateriales como el colágeno. Esto se observa mejor en el uso adecua-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 150

150 MEDICINA DEL FÚTBOL

do de protocolos de rehabilitación intensiva en el tratamiento de esguinces de


tobillo y de rodilla. La investigación de la fuerza en el laboratorio es difícil, en
parte debido a las muchas formas y orientación que puede adoptar la fuerza. La
magnitud y la orientación de las fuerzas de tensión que participan siguen frus-
trando las expectativas de los investigadores. La presencia de fuerzas generadas
internamente arroja dudas sobre el trabajo actual.
La revisión de los niveles de fuerza de impacto se realiza de formas muy dis-
tintas. La fuerza de impacto puede valorarse calculando la fuerza neta que actúa
en el centro del organismo mediante un suelo con placas montadas. Un método
alternativo utiliza una serie de varas de metal con pesos que estimulan el impac-
to de fuerza sobre el calzado deportivo al correr y al saltar. Las celdas de carga
unidas al extremo de la vara miden la fuerza de impacto. Una valoración más
aproximada de la fuerza relativa se obtiene utilizando acelerómetros compuestos.
Otra técnica es examinar los modelos de distribución de fuerza en el calzado
mismo. Esto se consigue colocando redes flexibles transductoras de presión den-
tro de la suela interna para controlar la presión máxima vertical de la planta (fig.
10-13).
El acolchamiento del interior del calzado está ideado para atenuar las ondas
de golpe violento creadas en el pie y el tobillo al correr y al saltar. Aunque la
magnitud real de la fuerza de impacto sólo se reduce modestamente por el cojín
de la suela media, la fuerza se absorbe durante períodos de tiempo más largos.
Este retraso en el principio de la fuerza de impacto máximo atenúa los efectos de
carga de impacto repetitiva mejorando su absorción y su distribución. Las prue-
bas de impacto conducen a la creación de curvas de deflexión de fuerza, que son
equivalentes a los modelos de impacto y presión. La atenuación del golpe
mediante el cojín está representada por un descenso en la inclinación de esta
curva de deflexión de fuerza (fig. 10-14A). El área bajo esta curva es equivalen-
te a la cantidad de fuerza absorbida por la suela media. Esto se denomina impul-
so. El modelo de esta curva durante la descarga permite la generación de un grá-
fico de histéresis que valora la cantidad de energía perdida por el calzado duran-
te la transferencia (fig. 10-14B). Aparecen muchas irregularidades de estas cur-
vas cuando el calzado toca fondo y se pierde la amortiguación funcional.
Una característica importante del material acolchado es el efecto del nivel de
aplicación de fuerza. Esto se debe a la naturaleza viscoelástica de la mayoría
de materiales acolchados (y biológicos). Cuando la carga se aplica más rápida-
mente, los materiales viscoelásticos se vuelven funcionalmente más rígidos. A la
inversa, la aplicación lenta de la fuerza conduce a un comportamiento más blan-
do y flexible. Debido a los diferentes perfiles viscoelásticos de los diversos mate-
riales acolchados, los diseñadores utilizan de forma extensa los materiales com-
Documento1 14/2/05 17:07 Página 151

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


151

Figura 10-13. Las redes flexibles transductoras de presión se utilizan para controlar la pre-
sión de la planta.

Energía perdida
F F
U U
E E
R R
Z Z
A A

Tiempo Deflexión

Figura 10-14. A. El material acolchado atenúa el impacto. La curva B representa un calzado


mejor acolchado que el representado por la curva A. B. Se pierde energía durante el ciclo del
paso y se disipa en forma de calor.

puestos y de ingeniería híbrida. Otra ventaja de utilizar material compuesto es


que limita los efectos de la vibración debido a un mayor acolchamiento. Los
beneficios reales de amortiguar la vibración en los calzados deportivos no están
claros, puesto que no hay suficientes datos sobre el tipo y la cantidad de la fuer-
za interna generada por el pie y por el tobillo.
Documento1 14/2/05 17:07 Página 152

152 MEDICINA DEL FÚTBOL

Hay algunos problemas adicionales asociados con un elevado acolchamiento


del calzado. Independientemente la cantidad de material acolchado presente, la
magnitud última de la fuerza de impacto varía muy poco (fig. 10-15).
Hay dos motivos por los que se produce este hecho. En primer lugar, la tec-
nología de placas de fuerza limita la sensibilidad. Las placas de fuerza miden
la fuerza reactiva del suelo asociada con la aceleración del centro de masa cor-
poral, y no son capaces de distribuir el impacto del golpe local en el pie y en
el tobillo. Los acelerómetros de impacto en la pierna y los transductores de pre-
sión en la planta son más eficaces. El segundo motivo para la consistencia de
los impactos de golpear con diferentes niveles de acolchamiento depende de la
adaptación cinemática.

Sin Dura Blanda


suela

Figura 10-15. El material acolchado tiene poco efecto sobre los niveles globales de la fuerza
de impacto

La adaptación cinemática se refiere a los ajustes subconscientes que realiza el


cuerpo al correr o saltar con calzado deportivo de diferente dureza. Los corredo-
res que llevan calzado poco acolchado tienden a flexionar más la rodilla al gol-
pear con el pie y más rápidamente tras el golpe de talón que los corredores con
Documento1 14/2/05 17:07 Página 153

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


153

calzado mejor acolchado. Con un mejor acolchamiento, la extremidad inferior es


más flexible y reduce las fuerzas de impacto máximo. Esto, no obstante, puede
desembocar en condiciones que requieran elevada energía, y es uno de los incon-
venientes del acolchamiento.
Otro inconveniente es el peso adicional que aporta al calzado. El cuerpo es
sensible a una altura elevada del pie al correr. De hecho, las zapatillas deportivas
son responsables de un aumento del consumo de energía del 3-5% en compara-
ción con la energía consumida al correr con los pies descalzos. Hay una media
de aumento del 1% en el consumo de energía corriendo a velocidades modera-
das por cada 100 g añadidos al peso del calzado. Otros problemas adicionales de
un elevado acolchamiento son un volumen incrementado, una flexibilidad redu-
cida y una menor estabilidad en la suela. A pesar de estos factores, los deportis-
tas más grandes necesitan proporcionalmente más material acolchado en su cal-
zado que los deportistas de menor estatura, puesto que la masa corporal se mide
alométricamente. Una flexibilidad reducida de pie y de tobillo tiene como resul-
tado una progresiva degradación. La inestabilidad de la parte posterior del pie
produce una deformación excesiva del talón medio y posterior. Estos factores
dependerán a su vez de la variación indidual de la pronación y la supinación.

Estabilidad

La estabilidad de la parte posterior del pie es un factor muy importante en el


control eficaz de la transferencia y la absorción de carga. La altura de la suela
media, la amplitud, la curva y la composición del material contribuyen a la esta-
bilidad de la parte posterior del pie y a la iniciación de una pronación controla-
da. La magnitud y el grado de pronación deben ser controlados para permitir una
transferencia eficaz y una distribución de la fuerza de impacto. Las suelas medias
compuestas de materiales más rígidos o menos acolchados se comprimen menos
al contacto que las suelas medias más blandas. Esto produce una orientación más
medial-lateral del eje de fuerza reactiva con el suelo al tener lugar el golpe de
talón. Ello conlleva un movimiento de brazos más largo en relación con el eje
subtalar, lo que produce un apalancamiento lateral elevado del talón. Esto desen-
cadena niveles altos de eversión calcánea y una velocidad de pronación máxima
elevada, que aumenta potencialmente el riesgo de una lesión de pie acumulativa.
A la inversa, las suelas medias blandas disminuyen la eversión y ralentizan la
velocidad de pronación máxima. Las suelas medias extremadamente blandas o
poco acolchadas tocan fondo al posar el talón y se comportan como las suelas
medias rígidas. Las zapatillas deportistas se están fabricando actualmente para
cubrir todas estas necesidades.
Documento1 14/2/05 17:07 Página 154

154 MEDICINA DEL FÚTBOL

Las suelas medias compuestas utilizan material más blando y flexible en los
laterales. Los materiales más rígidos se utilizan para crear un peso funcional. Con
la fuerza de impacto alterada medialmente, el movimiento de brazos decrece y el
nivel de pronación se ralentiza. El calzado de fútbol todavía tiene mucho que
aplicar en la tecnología de la suela media. La curva del diseño de una suela media
es otro elemento que todavía no se ha aplicado en fútbol. La curva lateral del
talón tiende a aumentar la pronación, mientras que la curva del talón medio
decrece la pronación. Éste es el motivo por el que los jugadores con seria tenden-
cia a la pronación deben llevar calzado con la parte posterior recta. La rigidez
de la suela media tiene un mayor efecto sobre la velocidad de pronación que
sobre la curva del talón. Una amplitud de la suela media elevada (hasta 90 mm)
ha demostrado reducir la velocidad y la magnitud de pronación. Sin embargo,
mayores amplitudes, aumentan el apalancamiento lateral y la velocidad de pro-
nación.
La altura del talón también tiene influencia sobre la pronación. Cuando se uti-
lizan materiales duros en la suela media, el aumento de la altura del talón incre-
menta el apalancamiento lateral y la velocidad de pronación (fig. 10-16). Se cree
que el uso de materiales más blandos que se deforman más por el impacto redu-
cirán los efectos negativos de una elevada altura del talón debido al acolchado
añadido.
En resumen, el objetivo del diseño moderno de las suelas medias es crear
un talón con la altura mínima, la amplitud moderada, la curva mínima y una
composición de bidensidad. El material acolchado blando debe utilizarse late-
ralmente y el material más rígido en la posición media para ralentizar la pro-
nación y mejorar la distribución del impacto. Estos factores deberían combi-
narse teóricamente para atenuar el impacto de la fuerza y permitir una absor-
ción eficaz.
Un determinante único de la estabilidad del calzado de fútbol es la forma de
los tacos y su longitud. Cuanto más largo es un taco, más inestable es la platafor-
ma. Esto se debe a que el taco produce un mayor movimiento en todo el sistema.
Muchas veces los tacos están situados en el centro de la suela externa, aumentan-
do así el riesgo de inestabilidad potencial. Puede mejorarse la estabilidad colo-
cando los tacos periféricamente sobre la suela externa. La mayoría de los dise-
ños de tacos utilizan un poste metálico central, que puede provocar posibles con-
centraciones de presión sobre los huesos sesamoideos y la articulación metatar-
sofalángica del dedo gordo del pie (fig. 10-17). El dolor de pies es normal en los
jugadores de fútbol y los estudios radiológicos han revelado un alto porcentaje
de fractura de los huesos sesamoideos. Se desconoce si ésta es patológica o adap-
tativa por naturaleza.
Documento1 14/2/05 17:07 Página 155

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


155

Los últimos diseños de suela externa están diseñados con materiales com-
puestos con polidensidad para mejorar la distribución de la fuerza y disminuir el
dolor de pies.

Orientación

El papel de la orientación en el pie es controlar la carga y el movimiento des-


pués del golpe de talón. Un enfoque es crear una flexibilidad elevada de torsión
o giro a través de la parte media del pie. De este modo se puede mejorar la esta-
bilidad de la parte posterior del pie y el control dinámico de la pronación. Una
torsión elevada no es bien aceptada por los futbolistas, quienes, en general, pre-
fieren una mayor estabilidad de la plataforma de la parte media del pie. A medi-
da que avanza la investigación en esta área, se van probando y aplicando al cal-
zado deportivo los nuevos métodos de orientación de la parte posterior y media
del pie. Los nuevos diseños intentan conseguir una orientación dinámica del pie
a través de una plataforma de contorno y con un acolchamiento estratégico.

Tibia

Peroné
Astrágalo

Eje Suela
Calcáneo subtalar media

Apalancamiento
lateral

Sin suela media Suela media Suela media


blanda dura
Talón bajo Talón alto
No hay curva Curva lateral
lateral

Figura 10-16. Una suela media dura sirve para crear un apalancamiento lateral del talón y
acelera la pronación. Adaptado de Nike, Inc. Beaverton, Oregon.
Documento1 14/2/05 17:07 Página 156

156 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 10-17. Hueso sesamoideo del pie roto observado con frecuencia en futbolistas.

Fricción

El papel de la fricción (tracción) es muy importante en el equilibrio entre la


prevención de lesiones y la optimización del rendimiento. La fricción se divide
generalmente en dos componentes primarios: la traslación y la rotación. Se con-
sidera que la fricción traslacional dicta la capacidad de un jugador para hacer
paradas rápidas, arranques y cortes de balón potentes. El coeficiente de la fric-
ción translacional depende de la interacción entre la suela externa y el terreno de
juego. El coeficiente también está influido por la velocidad relativa de contacto
entre el calzado y la superficie.
La fricción rotacional depende del momento de rotación, que está en relación
con la distribución de la presión en el área de contacto y su tamaño. La rela-
ción aumenta el nivel de la lesión cuando los niveles de fricción rotacional son
altos. El diseño del calzado tradicional ha intentado minimizar la presencia y los
efectos de la fricción rotacional. Esto ha sido bastante difícil de conseguir, pues-
to que ésta aumenta cuando se eleva la fricción traslacional. Cuando la primera
es limitada, la segunda también disminuye y el rendimiento empeora.
Si los niveles de fricción son demasiado altos, la pierna sobre la que recae la
carga puede permanecer clavada en el suelo durante demasiado tiempo tras el
contacto con el suelo mientras el cuerpo gira para cambiar la dirección. Esto pro-
duce una elevada torsión y presión de fuerzas sobre el pie, el tobillo y la rodilla,
pudiendo ocasionar una lesión. Cuando la fricción es limitada, el hecho de res-
balar puede provocar un bajo rendimiento. El nivel óptimo de fricción varía con-
siderablemente según el calzado, la superficie y las condiciones de juego. Por
ejemplo, el coeficiente óptimo de fricción de una bota de fútbol sobre un campo
Documento1 14/2/05 17:07 Página 157

CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


157

de césped artificial seco debería ser de entre 0,8-1,2. En contraste, el coeficiente


óptimo de fricción para un jugador de tenis sobre una pista dura es de tan sólo el
0,5. Con la evolución de la suelas externas, el tema de la fricción seguirá siendo
un reto.

Flexibilidad

La flexibilidad de la bota de fútbol es otro tema importante. La mayoría de


jugadores prefieren llevar una bota flexible y cómoda que les permita sentir el
balón. Algunos diseñadores de calzado deportivo han intentado hacer el interior
de la bota más rígido para aumentar la velocidad del balón en el lanzamiento,
pero sin éxito. La rigidez de los huesos medios del pie es muy superior a la de
los materiales y controla la ejecución de velocidad durante el disparo. A pesar del
fracaso de estos materiales rígidos, otras compañías importantes continúan expe-
rimentando en esta área. Uno de los principales fabricantes ha añadido aletas y
estribaciones en la parte del empeine y de los dedos para maximizar la potencia
de tiro. Los resultados de este experimento todavía deben demostrarse, y los
científicos y jugadores son reacios a aceptar su uso.
También puede ser que la bota sea demasiado flexible. Los aumentos en la
flexibilidad de torsión no fueron bien recibidos por la mayoría de jugadores, y el
riesgo de lesión demostró ser alto con unas punteras tan flexibles. Los microtrau-
matismos repetitivos y el macrotraumatismo de los dedos y de la parte delantera
del pie son algunas de las lesiones más frecuentes en fútbol, puesto que suceden
al 40% de los jugadores. Las lesiones se deben a una hiperextensión crónica del
dedo gordo (fig. 10-18A). También hay una variante de la dislocación del dedo
gordo llamada “dedo de futbolista” (fig. 10-18B). El dedo de futbolista resulta de
la lesión articular causada por la hiperflexión de la articulación metatarsofalán-
gica del dedo gordo. Ambas lesiones están provocadas por el contacto violento
del pie con las botas normales flexibles de fútbol. Otro problema crónico de un
calzado muy ligero y flexible es que permite la formación de hematomas subun-
gueales provocados por golpes o por la presión. Este hecho se observa en el 60%
de los jugadores y pueden presentarse con aparición de ampollas en condiciones de
esfuerzo máximo. Una puntera ancha pero más rígida podría solucionar algunos
de estos problemas.

CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA
La suposición de que el rendimiento puede maximizarse gracias a unas botas
que mejoren la conservación de la energía está por demostrarse. Llevar calzado
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158 MEDICINA DEL FÚTBOL

le cuesta al cuerpo una reducción de oxígeno del 3-5%. Cada 100 g adicionales
de material acolchado aumenta este porcentaje un 1%. Los últimos diseños de
calzado inteligente pueden recortar algunas de estas pérdidas por una eficaz
transferencia de energía. La eficacia del rendimiento deportivo es el resultado del
intercambio de energía entre los segmentos del cuerpo que contienen los múscu-
los, tendones y ligamentos. Al correr, este intercambio de energía potencial y
cinética es de más de 500 Julios (J) por paso. El ciclo de los cuádriceps es de
70 J, mientras que otros 70 J son almacenados y transferidos por el tendón de
Aquiles para iniciar el paso siguiente. Una cantidad desconocida se absorbe y se
transfiere mediante el mecanismo de torno del arco (fig. 10-10). En contraste, el
calzado deportivo absorbe menos de 10 J durante cada paso y retorna sólo 6 J.
Aproximadamente el 40% de la energía transferida del calzado se pierde, con su
mayor parte disipada en forma de calor. Otros temas preocupantes son la incapa-
cidad del calzado para convertir fácilmente la fuerza dirigida axialmente en fuer-
za de distribución horizontal. Ésta es una tarea compleja que la articulación sub-
talar humana realiza sin complicaciones al dar un paso.
Eventualmente, muchas de las lecciones de conservación de energía aprendi-
das de los diseños protésicos para minusválidos se aplicarán al diseño del calza-
do deportivo. Por el momento, las expectativas de maximización del rendimien-
to mediante la conservación de la energía por parte del calzado son limitadas. El
retorno de energía es incluso menos probable y requerirá tecnologías avanzadas
en el diseño y el material de fabricación.
Es más probable que la maximización del rendimiento mediante la conserva-
ción de la energía y el retorno provengan antes de los avances en las superficies
artificiales, porque esto ya se puede observar en atletismo e influirá seguramen-
te en deportes de contacto como el fútbol. Estas nuevas superficies plantearán
nuevos retos a los diseñadores de calzado deportivo.

CONCLUSIONES
Con el progreso del calzado y el material deportivo, los jugadores y entrena-
dores se enfrentan a la labor de encontrar aquellos productos que limitan real-
mente el riesgo de lesión y que mejoran el rendimiento. Como hemos podido
observar, estos objetivos son a menudo contradictorios y requieren un diseño y
una ejecución sofisticados. Las futuras investigaciones darán como resultado
nuevos diseños de las suelas media y externa. Esperamos que este capítulo haya
aportado o planteado cuestiones interesantes en el mundo del fútbol, como son el
rendimiento y el diseño del calzado.
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CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO


159

Figura 10-18. A. “Dedo de futbolista” que resulta de la hiperextensión crónica del dedo
gordo. B. “Dedo de futbolista” que también puede deberse a la hiperflexión del dedo gordo.

LECTURAS RECOMENDADAS

Eichner ER. The epidemiology of running injuries. Techniques in Orthopedics


1990;5:1-7.
Ekstrand J, Nigg BM. Surface-related injuries in soccer, Sports Med 1989;8:56-
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Fu FH, Feldman A. The biomechanics of running: practical considerations.
Techniques in Orthopedics 1990;5:8-14.
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Sports injuries –mechanisms, prevention, treatment. Baltimore: Williams &
Wilkins, 1994;603-624.
Lufter LD. Shoes and orthoses in the runner. Techniques in Orthopedics
1990;5:57-63.
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Nike Research Review. Rearfoot Stability. November / December, 1989.
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Documento2 14/2/05 17:05 Página 161

III
EL MÉDICO
DE EQUIPO
Documento2 14/2/05 17:05 Página 162
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11 ELROL DEL
MÉDICO DE
EQUIPO

Douglas W. Brown

INTRODUCCIÓN
El rol del médico de equipo varía según el tipo, la situación y la organización
del equipo, y depende además de muchos otros factores. Este capítulo tratará
sobre el rol del médico de equipo desde una perspectiva general y también desde
la perspectiva específica de un médico de equipo nacional que ha viajado a com-
peticiones internacionales. El autor tiene 10 años de experiencia en viajes con
varios equipos nacionales de Estados Unidos durante competiciones internacio-
nales, y acompañó al equipo nacional femenino a la Copa del Mundo en Suecia
en 1995, y al equipo nacional masculino en la Copa del Mundo en Italia en 1990.

CUALIDADES PERSONALES DE UN MÉDICO DE EQUIPO


Es importante que el médico de equipo quiera formar parte del mismo. Un
médico de equipo con éxito debe adoptar una actitud de colaboración. En algu-
nos aspectos, es el miembro menos esencial del equipo, dado que los jugadores,
preparadores físicos y el entrenador contribuyen de forma más directa y asidua a
la misión del equipo. No obstante, cuando alguien está enfermo o tiene una lesión
grave, el médico del equipo es esencial. En este contexto, es necesario que éste
asuma un rol de liderazgo y de responsabilidad. El mejor médico de equipo es
aquel que respeta a los jugadores, entrenadores y directivos como profesional de
la salud competente y que se adapta fácilmente al rol de apoyo y colaboración
con los jugadores del equipo.
El médico debe comprometerse a ayudar al equipo. A menudo, las delegacio-
nes de viaje del equipo internacional son pocas, y hay muchas obligaciones y
tareas que realizar. Aunque muchas de estas tareas no son del campo habitual del
médico, él / ella debe estar dispuesto a ayudar siempre que sea posible. Los infor-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 164

164 MEDICINA DEL FÚTBOL

mes de los entrenadores, directivos y jugadores indican que los mejores médicos
de equipo son aquellos que desean ayudar de cualquier otro modo cuando no
están ejerciendo la medicina. Recoger pelotas durante el entrenamiento, trasladar
material o hacer encargos son algunas de las formas en las que un médico de
equipo puede ser de ayuda. El pecado capital para un médico de equipo es no
estar a la disposición de los jugadores o entrenadores. Otras actividades como
hacer compras o visitar lugares turísticos deben estar limitadas y programadas a
conciencia. Cuando se viaja con equipos, los jugadores son la principal prioridad,
mientras que las necesidades de entrenadores, directivos y personal de otros
equipos se atenderán cuando ya estén cubiertas las de los jugadores.
Los esfuerzos por mantener una comunicación óptima con los entrenadores,
jugadores y administradores también son importantes. Es esencial trabajar estre-
chamente con el entrenador para mantener un enfoque profesional y unificado
para el tratamiento de lesiones y enfermedades. Sería inaceptable competir o
subestimar el rol del entrenador, porque su credibilidad en el equipo es esencial
para que sus recursos funcionen eficazmente. En la mayoría de situaciones, el
entrenador ha trabajado con los jugadores durante más tiempo y los conoce mejor
que el médico de equipo. Por consiguiente, éste no debe hacer nada que desme-
rezca la valoración del entrenador ante todos los miembros del equipo. Es impen-
sable que haya competición o rivalidad médica en ningún equipo.
El médico debe mantener una conducta profesional y al mismo tiempo encon-
trar el equilibrio entre ser demasiado amistoso y demasiado reservado. Siempre
es apropiado ser optimista y positivo. Los viajes largos de las competiciones
internacionales causan estrés, por lo que los jugadores necesitan buen humor y
energía positiva.
Finalmente, el rol del médico de equipo no es hacer valoraciones o juicios
sobre los jugadores o entrenadores. Aunque es importante comprender algunos
aspectos del funcionamiento del equipo y de las relaciones interpersonales para
rendir más eficaz y profesionalmente, es arriesgado implicarse demasiado. Es
mejor que el médico del equipo sea neutral respecto al funcionamiento y la polí-
tica del equipo.

RESPONSABILIDADES
La responsabilidad principal del médico de equipo es la seguridad y el bien-
estar de cada deportista.
Una preparación consciente y exhaustiva es la mejor herramienta del médico
de equipo. La siguiente lista resume los puntos más importantes que ayudan a
efectuar una buena preparación:
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EL ROL DEL MÉDICO DE EQUIPO


165

1. Conozca la historia del equipo: logros, victorias, derrotas, jugadores y entre-


nadores anteriores.
2. Aprenda los nombres de todos los jugadores y su trayectoria personal y
deportiva en la medida de lo posible.
3. Infórmese del lugar al que viajará, especialmente en lo que se refiere a temas
de salud pública local. Puede consultar con el Centro de Control de
Enfermedades en Atlanta para saber más detalles sobre temas como las con-
diciones sanitarias locales y recomendaciones para vacunaciones. El
Departamento de Estado de EE.UU. también puede proporcionar información
sobre embajadas y consulados. Estas fuentes pueden ser una información útil
sobre la calidad médica local, personal y facilidades. La investigación sobre
estos temas debe realizarse antes de empezar el viaje.
4. Seleccione los medicamentos y el material adecuado para su viaje. El doctor
William Heinz desarrolló un botiquín médico estándar para futbolistas
(v. capítulo 12) basándose en su amplia experiencia en medicina deportiva.
Revisar los contenidos de este botiquín, u otras fuentes similares, puede ser
útil para anticipar sus necesidades médicas y de material. Si viaja a una loca-
lidad donde es frecuente la diarrea del viajero, necesitará llevar suficientes
medicamentos para tratar un brote y suministrar profilaxis a todo el equipo o
delegación. Será necesario conocer la información de prescripción y los efec-
tos secundarios de todos los medicamentos del botiquín. A este respecto,
están disponibles los textos médicos Physicians Desk Reference y
Washington Manual of Medical Therapeutics en formato de libro electrónico.
5. Hable con personas que han estado con el equipo anteriormente o que han
viajado al mismo lugar. Es muy importante hablar con el preparador físico (y
entrenadores si conviene) y con otros médicos que han estado con el equipo
recientemente.
6. Infórmese sobre cualquier problema médico especial, lesiones frecuentes y
lesiones importantes anteriores de cada componente del equipo y la delega-
ción. La efectividad mejorará disponiendo de esta información a tiempo. La
mayoría de equipos tienen informes de cada jugador que incluyen toda la
información médica pertinente, el historial médico, medicamentos, alergias,
hospitalizaciones, operaciones y otros datos. Asegúrese de llevar estos infor-
mes o bien unos resúmenes personalizados cuando viaje con el equipo para
poder consultar las referencias. Sería ideal el contacto previo con los jugado-
res, incluyendo una revisión periódica o antes de la participación para fami-
liarizar al médico con los jugadores.
7. Por último, sepa qué test farmacológico de dopaje puede realizarse. Muchos
preparados y hierbas medicinales disponibles en establecimientos contienen
Documento2 14/2/05 17:05 Página 166

166 MEDICINA DEL FÚTBOL

sustancias prohibidas, por lo que hay que instruir y aconsejar a los jugadores
para evitar que se produzcan pruebas farmacológicas positivas accidentales.
En todas las situaciones de pruebas farmacológicas, preste especial atención
a no recetar accidentalmente medicamentos que las contengan. Es recomen-
dable familiarizarse con todas las categorías de sustancias prohibidas y con
todos los medicamentos del botiquín que puedan contenerlas. Es útil marcar
estos medicamentos con etiquetas y reseñas de aviso bien visibles (para recor-
dar a los médicos, entrenador y jugadores) y separarlos del resto de los medi-
camentos. Puede obtenerse información actualizada sobre pruebas farmaco-
lógicas y sustancias prohibidas en el Comité Olímpico de EE.UU. en
Colorado Springs, CO.

En el país del encuentro

Al llegar al lugar donde se realizará el encuentro es necesario pensar en posi-


bles rutas de escape rápidas y en servicios médicos y personal de emergencia. Si
un jugador sufre una lesión grave musculosquelética, abdominal, cardíaca, en el
pecho, en el ojo, en el cuello, o en la cabeza durante un entrenamiento o un par-
tido, conviene saber con antelación dónde y cómo trasladarle para que reciba la
asistencia médica necesaria. El idioma y la comunicación suelen representar un
problema importante en países extranjeros, pero afortunadamente la mayoría de
competiciones internacionales tienen comités de organización locales que asig-
nan delegados para facilitar las relaciones con el equipo. Asegúrese de llegar a
un acuerdo con ellos para que estén a la disposición del equipo en caso de nece-
sitar asistencia médica local o para acompañar a un componente lesionado al
hospital.
Aparte de las lesiones graves de los jugadores, pueden surgir otras situacio-
nes médicas que también requieran ayuda. A veces puede agravarse la enferme-
dad de un jugador o miembro de la delegación del equipo. Durante el viaje a los
diferentes países pueden producirse casos de apendicitis, colecistitis, problemas
cardíacos, gastroenteritis grave o prolongada, y puede ser necesaria la hospitali-
zación y la revisión del paciente por un especialista. No hay que olvidar que
siempre cabe la opción de llamar a especialistas expertos de confianza del país
de origen para pedir consejo.
En el caso de lesiones o enfermedades graves, el médico de equipo debe pro-
porcionar la asistencia médica adecuada, incluso cuando haya más personal
médico involucrado directamente. A veces la mejor solución es enviar al pacien-
te en avión a su país de origen, mediante ambulancia aérea internacional si es
necesario. Normalmente, la elección más acertada es autorizar a los especialistas
Documento2 14/2/05 17:05 Página 167

EL ROL DEL MÉDICO DE EQUIPO


167

médicos locales a que traten al paciente. En este caso, el médico de equipo debe
estar preparado a dirigir y ayudar en la manera que más convenga al paciente.
Algunos médicos que viajan con equipos de Estados Unidos han sido llamados
para supervisar un caso de cirugía abdominal en la Unión Soviética, una hospi-
talización por lesión grave en la cabeza en China, una operación de cirugía ocu-
lar urgente en Hong Kong, y un caso de tetraplejia transitoria acompañada de
lesión cervical de la columna vertebral en México. Todas estas situaciones se
resolvieron satisfactoriamente porque el médico del equipo actuó apropiadamen-
te y de forma responsable para asegurar y dirigir la asistencia médica local espe-
cializada.

Comida y agua

Comer bien y beber agua en buen estado son dos prioridades esenciales para
todos los equipos que viajan. Aunque no suele ser necesario, puede que el equi-
po tenga que llevarse su propia comida y agua. El personal y el médico del
equipo deben trabajar juntos para garantizar los recursos y las provisiones ade-
cuadas en cada localidad. Por norma general, es mejor beber agua envasada en
cualquier lugar. La gastroenteritis puede desarrollarse tras haber ingerido agua
del grifo, incluso en hoteles de primera clase en países desarrollados.
El problema del agua en mal estado es más grave en los climas tropicales o
subtropicales, donde es muy importante que los jugadores tengan una buena
hidratación. Los jugadores deben tener el suministro de agua necesario (a veces
2 litros o más por jugador) durante los entrenamientos y partidos. También deben
conocer los riesgos de lavarse la boca o incluso cepillarse los dientes con fuen-
tes de agua potencialmente contaminada. El hielo también es un problema, por-
que procede normalmente de fuentes dudosas, por lo que los jugadores deben
procurar beber líquidos calientes.
Además de ser el responsable de garantizar que el agua esté en buen estado y
de educar a los jugadores para que eviten todas las posibles fuentes de contami-
nación, el médico de equipo debe tener un amplio conocimiento de la fisiología
del deporte y la hidratación en cuanto al ejercicio atlético, para poder aconsejar
a los jugadores y preparadores físicos sobre qué deberían beber y cuándo.
Aunque no es uno de los temas a desarrollar en este capítulo, es también conve-
niente que el médico esté bien informado sobre el uso correcto de bebidas depor-
tivas de hidratos de carbono, la función y la frecuencia de la ingesta de los mis-
mos para mejorar o intensificar el rendimiento físico, y que tenga un extenso
conocimiento de los temas de nutrición en general. La experiencia personal
demuestra que todos los deportistas están dispuestos a recibir consejos respecto
Documento2 14/2/05 17:05 Página 168

168 MEDICINA DEL FÚTBOL

a la nutrición, especialmente en lo que se refiere a mejorar el rendimiento.


Durante el transcurso de los viajes hay muchas ocasiones para informar y hablar
sobre estos temas.
La comida también puede ser una fuente de contaminación y provocar gastro-
enteritis. En la mayoría de lugares, especialmente en climas cálidos y en países
en vías de desarrollo, hay que evitar la verdura cruda. Aunque las ensaladas pue-
den ser tentadoras, hay que tener en cuenta que algunos jugadores han estado
indispuestos con gastroenteritis por comer verdura cruda en ensaladas en un
entorno que parecía perfectamente saludable.
La comida puede ser un problema simplemente porque no resulta familiar y,
por lo tanto, los jugadores no la consumen en cantidades suficientes para man-
tener el intenso ejercicio físico. Es aconsejable hablar con el hotel para que pro-
porcione platos de dieta mediterránea que los jugadores puedan consumir
correctamente en cantidades suficientes y en las proporciones idóneas de hidra-
tos de carbono, proteínas y materia grasa. El equipo nacional femenino de
Estados Unidos practica una buena nutrición y reconoce la relación entre una
dieta adecuada y los resultados, especialmente en competiciones intensas. Por
ejemplo, en la Copa de Suecia en junio de 1995, tuvieron que jugar 6 partidos
agotadores en 11 días. La dirección del equipo colaboró estrechamente con el
personal de cada hotel de Suecia para que sirvieran platos familiares, populares
y pertinentes en cada comida.
En resumen, la comida y el agua son dos factores muy importantes en los
viajes del equipo que el médico debe revisar. Hay que prestar toda la atención
posible para garantizar que la hidratación y nutrición durante el viaje y la com-
petición nacional del equipo son las correctas. Un buen médico debe conocer en
profundidad todos los problemas médicos y nutricionales. Los largos viajes
en avión y los cambios de clima pueden provocar rápidamente la deshidrata-
ción. El médico debe evitar que los jugadores sufran enfermedades innecesarias
(o tratarlas cuando éstas se produzcan) y proporcionar un informe nutricional
para optimizar el rendimiento. El médico de equipo deberá tomar la decisión de
tratar a los jugadores con antibióticos profilácticos para prevenir la diarrea sope-
sando el coste y los efectos secundarios de la profilaxis con el riesgo de enfer-
medad.

VESTUARIO Y CONDUCTA
Las siguientes reflexiones están basadas en experiencias personales y de com-
pañeros. Éstos son algunos puntos clave para el éxito del médico de equipo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 169

EL ROL DEL MÉDICO DE EQUIPO


169

El aspecto personal es un tema importante para los médicos, ya sea en el hos-


pital, en la empresa o como médicos de equipo. Cuando se viaja con un equipo
es preferible no parecer un jugador más o un aficionado. El médico debe vestir
de acuerdo con su imagen profesional, especialmente cuando el equipo no le
conoce (en cuyo caso es más probable que los jugadores le juzguen por su aspec-
to). La informalidad en el vestir y en la conducta es más normal entre deportis-
tas. Cuando los jugadores tienen una buena valoración del médico y le conocen
y le aceptan, el tono informal fomentará la comunicación. Por el contrario, cuan-
do los jugadores interpretan la conducta informal y familiar del médico como que
quiere ser uno más de ellos, o bien que intenta impresionar, tendrán una valora-
ción negativa del mismo. Es mejor que la persona sea abierta y accesible, y que
reconozca la distinción entre jugadores y médico. La situación del médico en el
equipo es única, ya que no es ni jugador, ni entrenador, ni directivo. El médico
debe tener un comportamiento amable y abierto para aumentar su eficacia, pero
también debe recordar que la capacidad de ser eficaz requiere el respeto de los
jugadores. En los partidos y entrenamientos el médico debe participar y vestir
adecuadamente. Muchos médicos de equipos nacionales visten con traje de eje-
cutivo o con chaqueta y corbata. Esta forma de vestir es correcta y beneficia su
imagen profesional, mientras que vestir como los entrenadores o preparadores
físicos no sería adecuado.
El médico del equipo no se identificará con los jugadores, entrenadores, direc-
tivos y demás personal, pero mantendrá una buena comunicación con todos ellos.
Los conflictos por problemas interpersonales entre el médico y los jugadores serí-
an perjudiciales para el equipo, y los entrenadores tampoco tolerarían tales des-
avenencias. Es conveniente que el médico de equipo adopte la aptitud que le
corresponde como persona que atenderá las necesidades médicas de los jugadores
y de los entrenadores. No es aconsejable intentar impresionar a los jugadores,
entrenadores y demás personas relacionadas con el equipo. Esto suele ocurrir en
situaciones médicas. Los médicos de equipo más eficaces son siempre personas
honestas. Ante una situación poco familiar, debe admitir su falta de conocimiento
y realizar una investigación a fondo para obtener una respuesta. La mayoría de
atletas de elite han tenido mucha experiencia con doctores. En ocasiones, algunas
de estas experiencias han sido negativas, pero generalmente son positivas. Es
necesario que el médico de equipo valore el nivel de los doctores favoritos de los
jugadores en sus países natales. Puesto que los jugadores no han elegido a su
médico de equipo, sino que éste les ha sido asignado, la situación requiere hones-
tidad y humildad por parte del médico. Mostrarse atento y estar predispuesto a ir
siempre más allá mejorará las posibilidades de aceptación del médico.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 170

170 MEDICINA DEL FÚTBOL

CUALIDADES DE UN BUEN MÉDICO DE EQUIPO

Se comentó el rol del médico de equipo con muchos jugadores de elite del
equipo nacional de fútbol de EE.UU. Se les pidió su opinión sobre cuáles creían
que eran las cualidades principales de un buen médico de equipo. Sus opiniones
confluyeron en las tres categorías generales descritas a continuación.
En primer lugar, se reconoció la amabilidad, o las aptitudes sociales en gene-
ral, como una cualidad importante en un médico de equipo. Estas aptitudes socia-
les incluyen la confianza con la que los jugadores pueden hablar con el médico,
y su capacidad de comunicarse positivamente con los componentes y la dirección
del equipo.
La disponibilidad también se citó como un factor importante. El médico debe
estar presente cuando los jugadores le necesitan por razones médicas o por otras
cuestiones. El médico no será eficaz ni útil si sale por la noche o va todo el día
de compras. La mejor manera de estar a la disposición del equipo es ir a menu-
do a la sala de entrenamiento (ya sea en la calle o en la habitación del hotel asig-
nada como sala de entrenamiento). En este entorno, el médico puede observar
cómo interactúan los jugadores entre ellos y con el entrenador, y formar parte de
esta interacción. Es conveniente fijar las horas concretas en que la sala de entre-
namiento estará abierta para los jugadores que deseen ver al médico o al en-
trenador. Antes del entrenamiento, cuando el entrenador está haciendo la prepa-
ración, es un momento adecuado. Las comidas son también una buena ocasión,
ya que el médico puede anunciar su disponibilidad o fijar reuniones con jugado-
res específicos en el transcurso de ella. Es preferible que el médico asista a las
comidas del equipo, porque son un buen momento para la comunicación. El con-
tacto con el entrenador durante las comidas es igualmente importante para ase-
gurar una comunicación continua.
La capacidad no sólo se refiere a la eficacia, sino a la confianza expresada de
manera no verbal cuando el médico examina a los jugadores. Una jugadora expli-
có que había sido examinada tantas veces por tantos doctores diferentes que llegó
a adquirir una cierta competencia en el campo médico gracias al modo en que fue
examinada y a la claridad con la que le explicaron las cosas. Al igual que los
jugadores son observados y evaluados cuando juegan, el médico de equipo tam-
bién es observado y evaluado en su labor médica.

CALIFICACIONES DE UN MÉDICO DE EQUIPO


Dado que muchas lesiones en fútbol son de carácter musculosquelético, un
médico de equipo debe tener un amplio conocimiento y experiencia en diagnós-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 171

EL ROL DEL MÉDICO DE EQUIPO


171

tico y tratamiento traumatológico. Al mismo tiempo, el médico de equipo puede


encontrarse con muchos problemas de medicina general, como infecciones de las
vías respiratorias superiores, gastroenteritis, asma, migrañas y reacciones alérgi-
cas agudas. Por tanto, un buen médico de equipo deberá tener conocimientos
tanto de traumatología como de medicina general. Es conveniente que también
tenga experiencia en el trato con atletas y equipos en situaciones de viaje. Así
mismo, es importante que el entrenador deportivo trabaje con personas con una
competencia y unas aptitudes similares.

ENTRENADORES
Es imprescindible que los técnicos y el médico mantengan una buena relación
basada en el respeto mutuo, puesto que sin el respeto del entrenador el médico de
equipo no podría trabajar eficazmente. Un buen entrenador se comunicará direc-
ta y abiertamente con el médico (y viceversa) y mostrará deferencia al médico en
términos de diagnósticos médicos y de seguridad de los jugadores. En una rela-
ción adecuada no es necesario que el médico sea agresivo. Aun así, el médico
debe ser firme en sus decisiones para proteger a los jugadores de lesiones, riesgo
inapropiado, o abuso. Cuando el entrenador y el médico comprenden y asumen las
responsabilidades, la profesionalidad, los roles de cada uno y el valor del equipo,
es posible trabajar juntos para resolver los problemas de manera eficaz.

CONSEJOS ÚTILES
1. Utilice pequeños sobres de papel para dispensar la medicación. Puede escri-
bir en el sobre los nombres y las dosis diarias para ayudar a los jugadores ocu-
pados y olvidadizos a recordar tomar su medicina.
2. Dispense medicamentos sólo durante 1 o 2 días por vez y redacte informes
detallados de quién toma qué medicamentos. Este método garantiza una
comunicación continua con los atletas en tratamiento.
3. Anote quién está en tratamiento, por qué motivo y con qué medicación. Es
fácil distraerse y olvidar completar una medicación o pasar por alto medica-
mentos que podrían ser útiles. Los jugadores pueden tornarse olvidadizos
bajo circunstancias de estrés. El médico puede prevenir descuidos mediante
una buena organización.
4. Las comidas son un buen momento para dispensar la medicación, especial-
mente los fármacos antiinflamatorios no esteroideos porque se toman mejor
con las comidas. Muchos jugadores los toman y es fácil que los olviden en
sus habitaciones.
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172 MEDICINA DEL FÚTBOL

5. Como muchos jugadores están acostumbrados a tomar fármacos antiinflama-


torios no esteroideos por su cuenta, y como hay múltiples variedades dispo-
nibles, puede ser necesario advertir a los jugadores del peligro de tomar agen-
tes múltiples al mismo tiempo y del riesgo de sobredosis.

LECTURAS RECOMENDADAS

Bangsbo J. Fitness training in football. A scientific approach. Dinamarca:


August Krogh Institute, University of Copenhagen, 1994.
Bangsbo J. The physiology of soccer: with special reference to intense intermit-
tent exercise. Dinamarca: August Krogh Institute, University of Copenhagen,
1993.
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DuPont H, Ericsson CD. Prevention and treatment of traveller’s diarrhea. N Engl
J Med 1993:328:1821-1827.
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Documento2 14/2/05 17:05 Página 173

12 MATERIAL CLÍNICO
DEL MÉDICO
DE EQUIPO

William J. Heinz

Puede resultar difícil decidir qué medicamentos y suministros llevar a un


evento deportivo. Algunos de los factores que deben tenerse en consideración
son el tipo y el lugar del evento, las condiciones climáticas, el número de juga-
dores y su sexo. La complejidad aumenta en los viajes internacionales con un
equipo grande. En estas situaciones, el médico de equipo debe actuar como una
sala de emergencia portátil porque tal vez no se puede contar con la comunidad
médica local en caso de enfermedad o lesión. Preparar un botiquín médico de
esta magnitud puede ser complicado incluso para un médico de equipo con expe-
riencia, debido al alcance y a la cantidad de medicamentos necesarios. Los cos-
tes iniciales y los costes para mantener y reponer el botiquín pueden ser increí-
bles. Como se asume que los médicos que viajan con equipos nacionales tienen
un importante bagaje en el campo de la traumatología, no se debaten estos temas.
También se da por hecho que los médicos son competentes para proporcionar la
asistencia médica primaria. A causa de las limitaciones de espacio y de su uso
poco frecuente, los medicamentos y materiales necesarios para problemas cardí-
acos graves no están incluidos.
Los médicos del equipo de la selección de fútbol de EE.UU. tuvieron que
hacer frente a una multitud de problemas potenciales cuando viajaban con los
equipos nacionales. Por este motivo, el comité médico de deportes de fútbol de
Estados Unidos. decidió desarrollar botiquines médicos estándares para que los
equipos nacionales los utilizaran en sus viajes al extranjero. Estos botiquínes son
financiados por la asociación de fútbol de Estados Unidos y son transportados
junto con el material del equipo, minimizando así los problemas de transporte y
aduanas. Una característica única del botiquín médico de fútbol de Estados
Unidos es su diseño, basado en una guía médica (v. apéndice de este capítulo).
Esta guía describe las opciones de tratamiento para muchos problemas médicos
urgentes que pueden surgir cuando se viaja con un equipo. Está editado al estilo
de los libros de cocina, utilizando los principales sistemas corporales como cate-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 174

174 MEDICINA DEL FÚTBOL

gorías. Incluye información y advertencias sobre las dosis de la medicación, los


efectos secundarios habituales y la interacción de los diferentes fármacos.
También identifica todos los medicamentos en el botiquín que están sujetos a
pruebas de doping. Todos los medicamentos descritos en la guía médica están
incluidos en el botiquín médico.
El botiquín médico de fútbol de Estados Unidos es demasiado grande como
para llevarlo en un simple maletín. Consta de una maleta grande y muchas bol-
sas más pequeñas (fig. 12-1). La maleta es portátil, con cierre de seguridad, a
prueba de agua, y supuestamente indestructible. Facilita un acceso rápido y fácil,
y protege el contenido de cualquier daño externo. Las bolsas contienen tablillas
grandes y materiales voluminosos, como piezas de escayola. El kit tropical con-
tiene soluciones intravenosas con instrumentos clínicos y medicamentos adicio-
nales en caso de diarrea del viajero. Un pack de primeros auxilios, llamado “kit
de fuga”, permite tener un acceso directo a los medicamentos utilizados con más
frecuencia. Es especialmente útil cuando el botiquín principal está fuera del
alcance, como por ejemplo en un avión.
Cuando se abre la primera maleta, el contenido aparenta ser un caos total
(fig. 12-2). Sin embargo, hay un orden lógico en la colocación de los contenidos.
Las bolsas de plástico de encima contienen medicamentos y materiales agrupa-

Fig. 12-1. Botiquines médicos de fútbol de Estados Unidos.


Documento2 14/2/05 17:05 Página 175

MATERIAL CLÍNICO DEL MÉDICO DE EQUIPO


175

dos por sistemas corporales específicos (es decir: kit para ojos, kit para orejas,
nariz y garganta; kit dental, kit de traumatismos; kit de sutura; cremas /lociones;
artículos de vestir). Estos kits están diseñados para permitir el acceso a todos los
suministros y los medicamentos necesarios para tratar un problema especifíco,
como laceración o epistaxis.
Bajo las bolsas de plástico están los frascos de medicamentos (fig. 12-3).
Cada uno lleva una etiqueta en la parte superior delantera, para que puedan iden-
tificarse fácilmente dentro y fuera de la caja. En la etiqueta aparece también la

Fig. 12-2. Maleta médica principal abierta


Documento2 14/2/05 17:05 Página 176

176 MEDICINA DEL FÚTBOL

Fig. 12-3. Lista de medicamentos.

acción y fecha de caducidad del medicamento. Toda la medicación está reenva-


sada en frascos de igual tamaño para ganar espacio. Los medicamentos están
agrupados por categorías (por ejemplo, antiinflamatorios y antibióticos) a la
izquierda de la maleta. Los instrumentos (p. ej., kit de diagnóstico y tensiómetro)
y las botellas grandes de líquidos están situadas a mano derecha. Hay una copia
de la guía médica y las listas de todos los medicamentos y materiales incluidos
en los botiquines bajo la espuma de la pestaña de la maleta.
La estandarización de los kits médicos y la disposición de una guía médica
garantizan, en definitiva, que todos los equipos nacionales de fútbol de Estados
Unidos estén bien protegidos desde el punto de vista médico cuando viajen.
Sin embargo, estas guías y estos botiquines no son del todo perfectos. Es
imposible que contengan todos los medicamentos o materiales que el médico
necesita para tratar un problema médico determinado. La guía médica trata sólo
de situaciones médicas y dentales.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 177

MATERIAL CLÍNICO DEL MÉDICO DE EQUIPO


177

Es conveniente que cada médico personalice los botiquines. Algunas peque-


ñas modificaciones en los tipos o marcas de los medicamentos pueden hacer que
los kits sean más fáciles de usar y que el médico se sienta más cómodo. Por ejem-
plo, si el médico trata epistaxis traumática con un pack nasal de gasas quirúrgi-
cas empapadas en una solución de cocaína, es necesario incluir la cocaína, por-
que ésta no forma parte del botiquín estándar. También se recomienda que el
médico incluya guantes quirúrgicos a medida, así como medicamentos antiinfla-
matorios no esteroideos. Todos los médicos que utilizan los botiquines y la guía
médica de fútbol Estados Unidos comentan su opinión para poder mejorar el
botiquín.
La tabla 12-1 muestra la lista de medicamentos y materiales incluidos en los
botiquines médicos. Estas listas se dividen en (a) medicamentos con receta, (b)
medicamentos sin receta, (c) equipo/ materiales, (d) kit tropical, (e) kit de fuga.
La guía médica de fútbol de Estados Unidos está elaborada conforme a la lista de
medicamentos y materiales.
Esta información sobre la guía y los botiquines médicos de fútbol de Estados
Unidos puede ayudar al médico de equipo a idear y desarrollar su propio male-
tín personalizado. Con el botiquín y la organización adecuada, el médico deberá
ser capaz de resolver la mayoría de situaciones médicas y de solucionar las difi-
cultades emergentes en eventos deportivos y durante los viajes.

Tabla 12-1.

Lista de medicamentos incluidos en los botiquines médicos


de fútbol de Estados Unidos

Medicamentos con receta

Medicamento Genérico Cantidad


Augmentin Amoxicilina, 500 mg; ácido clavulánico, 50
125 mg
Bactrim DS cápsulas Trimetoprim, 160 mg; sulfametoxazol, 50
800 mg
Benadryl inyectable 50 difenidramina 2
mg/ml 1 ml
Cipro, 500 mg Ciprofloxacina, 500 mg 50
Documento2 14/2/05 17:05 Página 178

178 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lista de medicamentos incluidos en los botiquines médicos


de fútbol de Estados Unidos (continuación)

Medicamentos con receta

Medicamento Genérico Cantidad


Cleocin T-Gel, packs Clindamicina 30
Compazine inyectable, Proclorperacina, 10 mg/2 ml 2 viales
10 mg/2 ml*
Cortisporin ótico Polimixin B-neomicina-hidrocortisona 1 botella
suspensión 10 ml*
Decadron comprimidos Dexametasona, 1,5 mg 100
1,5 mg*
Depo-Medrol, 40 mg/ Metilprednisolona, 40 mg/ml 1 ml 2 viales
ml, 1 ml*
Doxycycline 100 mg Doxiciclina, 100 mg 50
comprimidos
Entex-LA* Fenylpropanolamina HCI, 75 mg; 50
guaifenesin, 400 mg
Epinephrine ampolla Adrenalina 2
1:1000, 1 ml*
Flagyl 250 mg comprimidos Metronidazol, 250 mg 30
Flexeril 10 mg Ciclobenzaprina, 10 mg 25
Halcion 0,25 mg Triazolam, 0,25 mg 50
comprimidos*
Hismanal 10 mg Astemizol, 10 mg 50
Hidrocortisona pomada Hidrocortisona pomada 2
1% 30 gr**
Indocin 25 mg Indometacina, 25 mg 30
Lidex pomada 0,05% tubo** Fluocinonida, 0,05 % 50
Lidocaína 1% sin Lidocaína, 1 %, sin adrenalina, 10 ml 2 viales
adrenalina, 10 ml vial*
Lidocaína 2% con Lidocaína, 2 % con adrenalina, 10 ml 1 vial
adrenalina, 10 ml vial*
Marcaína 0,5%-10 cc vial ** Bupivacaína 0,5 % 1
Monistat 3 supositorios Miconazol 3
Morfina, ampolla 10 mg/ Morfina, 10 mg/ml, 1 ml 2
ml, 1 ml*
Motrin 800 mg cápsulas Ibuprofeno, 800 mg 30
Naprosyn 500 mg cápsulas Naproxeno, 500 mg 30

* Sustancias prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.


** Sustancias que necesitan una notificación escrita para los organismos de pruebas farmacológicas.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 179

MATERIAL CLÍNICO DEL MÉDICO DE EQUIPO


179

Lista de medicamentos incluidos en los kits médicos


de fútbol de Estados Unidos (continuación)

Medicamentos con receta

Medicamento Genérico Cantidad

Nasalide spray nasal Flunisolida, 25 ml 2


25 ml**
Neosporin loción oftálmica, Polimixin B-bacitracina-neosporina 2
tubo 30/240 g
Neosporin solución Polimixin B-bacitracina-neosporina 2
oftálmica, 10 ml botella
Nizoral pomada 2% tubo Ketoconazol 2% 50
PCE cápsulas 500 mg Eritromicina, 500 mg 50
Pen-VEE K, 500 mg Penicilina i.v., 500 mg 50
Pepcid, 40 mg Famotidina, 40 mg 30
Procardia 10 mg Nifedipina, 10 mg 12
Proventil inhalador 17 g Albuterol, 17 gm 2
Pyridium 200 mg comprimi- Fenazopiridina 15
dos
Rocephin, 1000 mg vial Ceftriaxone, 1000 mg vial 1
Silvadene pomada 20 g Sulfadiazine de argéntica 2
tubo 1%
Nitrato de plata en barra Nitrato de plata en barras 1 bote
Sulf-10 solución oftálmica Sulfacetamida 4
10%, 1 ml
Tetracaína oftálmica 0,5%, Tetracaína oftálmica 4
1 ml**
Tigan supositorios 200 mg* Trimethabenzamida 5
Tylenol #3* Codeína, 30 mg; acetaminofeno, 50
300 mg
Tylox cápsulas* Oxycodona, 5 mg; acetaminofeno, 25
500 mg
Valium inyectable vial-5 Diacepam, 5 mg/ml 2 ml 2 viales
mg/ml-2 ml*

Valium comprimidos, 5 mg* Diacepam, 5 mg 20


Zovirax pomada 5%, 3 g Aciclovir 5 % 1
tubo

* Sustancias prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.


** Sustancias que necesitan una notificación escrita para los organismos de pruebas farmacológicas.
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180 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lista de medicamentos incluidos en los kits médicos


de fútbol de EE.UU. (continuación)

Sin receta

Producto Genérico Cantidad


Advil packs de 2 Ibuprofeno 30
comprimidos
Alterna GEL, 150 mg Hidróxido de aluminio 1 botella
Anbesol gel 0,25 oz Benzocaína 1 tubo
Aspirina, 325 mg, entérica Ácido acetilsalicílico, 325 mg, entérico 50
Benadryl 25 mg Difenidramina, 25 mg 30
Benadryl pomada 0,5 oz Difenidramina 1 tubo
Betadina loción 30 g Povidona, 10% 1
Chapstick 10 g Crema de labios 1 tubo
Ex-Lax comprimidos Fenoltaleína 18
Gaviscon grageas mastica- Hidróxido de aluminio 80 mg; trisilicato 42 (1 caja)
bles de magnesio, 20 mg
Hibiclens 120 g Limpiador cutáneo antimicrobiano 1
Imodium cápsulas, 2 mg Loperamida 24
Kaopectate comprimidos Atapulgite 40
Mastisol Gasa adherente 2 ampollas
Mycitracin loción Ploimixin B-bacitracina-neomicina 30
Neo-Synephrine Fenilefrina 1 botella
Spray nasal 1%, 15 ml*
NIX loción 1% Permetrina 1 botella
Pepto-Bismol comprimidos Subsalicilato de bismuto 30
Philips’ Milk de comprimidos Hidróxido de magnesio 24
de magnesio
Pre-Sun 39 filtro solar Ácido paraaminobenzoico 1
120 mg
Robitussin DM, 240 mg Guaifenesín, dextrometropán 1
botella*
Salina, estéril, sin conservar Salina, estéril 2
240 mg
Solarcaína spray 90 mg Benzocaína 1 botella
Tear Plus, 15 ml Lágrimas lubricantes 2
Tinactin polvos 45 mg Tolnaftato 1
Tylenol Extra-Fuerza, 2 Acetaminofeno 50
packs, cápsulas

* Sustancias prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.


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MATERIAL CLÍNICO DEL MÉDICO DE EQUIPO


181

Lista de medicamentos incluidos en los kits médicos


de fútbol de EE.UU. (continuación)

Kit de fuga

Producto Genérico Cantidad

Advil, packs Ibuprofeno 20


Band-Aids, gasas Gasas 20
Benadryl, 25 mg Difenidramina 10
Cipro, 500 mg Ciprofloxacina 10
Dramamine comprimidos* Dimenidrinato 36
Epi-pen Kit de emergencia para picaduras de 1
insectos
Gaviscon grageas mastica- Hidróxido de aluminio, 80 mg; trisilicato 6
bles de magnesio, 20 mg
Imodium, 2 mg Loperamida, 2 mg 20
Lidex, 0,005% pomada, Fluocinonida 10 tubos
muestra**
NTG, 1/150 g Nitroglicerina 1/150 gr 1 botella
Sudafida comprimidos Seudoadrenalina 48
Navaja suiza multiusos Parches de escopolamina, 1,5 mg 1
Transderm Scop, 1,5 mg Acetaminofeno 1 caja
Tylenol Extra-Fuerza packs Codeína, 30 mg; 20
Tylenol núm. 3 acetaminofeno, 300 mg 10

Kit tropical

Producto Genérico Cantidad

Compresas con alcohol 10


Angiocath, calibre 18 2
Angiocath, calibre 20 2
Alambre de cobre, calibre 40 cm
12 (para colgar bolsa i.v.)
D5 Ringer lactate, 1.000 ml 4 bolsas
bolsas
Esponjas de gasa, 3 x 3 10
Tubo i.v., extensión y punta 2 prepara-
ciones
* Sustancias prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.
** Sustancias que necesitan una notificación escrita para los organismos de pruebas farmacológicas.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 182

182 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lista de medicamentos incluidos en los kits médicos


de fútbol de EE.UU. (continuación)

Kit tropical

Producto Genérico Cantidad

Guantes no estériles 2
Cinta, Dermacel, 3 cm 1
Cinta, Dermacel, 1,5 cm 1
Torniquete de goma 1
Bactrim DS (Bactrim DS) Trimetoprim, 50
sulfametoxazol de doble acción
Cipro, 500 mg Ciprofloxacina, 500 mg 300
Imodium AD cápsulas, 2 mg Loperamida, 2 mg 100
kaopectate comprimidos Atapulgite 100
Pepto-Bismol comprimidos Subsalicilato de bismuto 60

Material

Producto Cantidad

Adáptico 3 X 3 5
Cinta adhesiva retira-tampones (Clinipad) 5
Esponjas con alcohol 20
Tablilla para dedos rotos de aluminio y espuma, 2 cm 1
Band-Aids gasas elásticas 30
Tensiómetro 1
Cinta rígida – fibra de cristal 5 cm 4
Cinta rígida – fibra de cristal 10 cm 4
Cauterio, con batería 1
Collar cervical blando 1
Chux 5
Coban –10 cm 2
Aplicadores estériles con punta de algodón 10
Cinta aislante estéril 2
Cinta con rejilla estéril 2
Venda, Surgipad 12 x 20 cm 2
Parches para ojos 4
Flúor – 1 banda (oftálmico) 5
Fórceps, angular, nasal 1

* Sustancias prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.


** Sustancias que necesitan una notificación escrita para los organismos de pruebas farmacológicas.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 183

MATERIAL CLÍNICO DEL MÉDICO DE EQUIPO


183

Lista de medicamentos incluidos en los kits médicos


de fútbol de EE.UU. (continuación)

Material

Producto Cantidad

Esponjas de gasa, 7 x 7 cm 20
Guantes, látex médico, estéril 2 pares
Guantes, látex no estéril 10
Tablilla inflable para el antebrazo 1
Tablilla inflable para la pierna 1
Inventario
Sobres de medicación 5 x 10 cm 50
Espéculo nasal 1
Tubos faringonasales para adultos 1
Globo nasal hemostatico Nasostat 1
Aguja – calibre 18 G 5
Aguja – calibre 22 G 5
Aguja – calibre 27 G 5
Otoscopio /oftalmoscopio, kit (Welch Allen) 1
Bolsas de plástico 5
Máscara de bolsillo con válvula de flujo unidireccional 1
Cuchillas, desechables 2
Reflex 1
Escalpelo, desechable, estéril # 11 3
Escalpelo, desechable, estéril # 15 3
Tijeras y vendas multiusos 1
Inmovilizador de hombro, grande 1
Steri-strips –1/ 10 x 10 cm packs 5
Codman, gasas estériles de algodón 1 envase
Estetoscopio – Littman 1
Stockinette, elástico – 7 x 85 cm 1
Stockinette, elástico – 9 x 85 cm 1
Kit de sutura, estéril (5 piezas*) reutilizable 1
Sutura, 0 Etileno 2
Sutura, 4-0 Etileno 3
Sutura, 4-0 Seda 3
Sutura, 4-0 Vicryl 3
Sutura, 6-0 Etileno 3
Jeringa – 12 ml 5

* Sustancias prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.


** Sustancias que necesitan una notificación escrita para los organismos de pruebas farmacológicas.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 184

184 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lista de medicamentos incluidos en los kits médicos


de fútbol de EE.UU. (continuación)

Material

Producto Cantidad

Jeringa – 3 ml con aguja de 22 G incorporada 5


Jeringa – 35 ml 2
Cinta 1
Cinta, Dermacel, 2,5 cm 1
Cinta, Dermacel, 1,2 cm 2
Cinta, Elasticon, 5 cm 1
Gasa Telfa, 7,5 x 10 cm 5
Termómetro, oral 1
Depresores de la lengua, estériles 10
Banda de vaselina (nasal) 1,2 x 26,5 cm 1
Torniquete de velcro 1
Pads Webril – rollo 5 cm 4
Pads Webril – rollo 7,5 cm 4
Pads Webril – rollo 10 cm 4

* El kit de sutura contiene:


1. Soporte de aguja – 12 cm.
2. Tijeras Iris – 10 cm.
3. Fórceps de sutura.
4. Tijeras de sutura.
5. Abrazadera Mosquito.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 185

APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA


SELECCIÓN DE FÚTBOL DE ESTADOS UNIDOS

La guía médica y los botiquines de viaje se juntaron en un intento de hacer


la vida un poco más fácil a los médicos que viajaban con el equipo de fútbol de
Estados Unidos. Intenté incluir todo lo que se necesita normalmente cuando se
viaja con equipos de fútbol. No obstante, no todos los kits están completos, por
lo que es importante que el médico revise la lista de fármacos y materiales antes
de partir para ver si hay algo que desea añadir o sustituir. Además, debería con-
sultar primero con el entrenador del equipo antes de partir para saber si alguno
de los jugadores presenta problemas clínicos que requieran medicación no
incluida en los kits (como Ventolín para el asma). Le recomendamos llevar bas-
tantes hojas con el encabezamiento de su departamento y un bloc de recetas
médicas (cuando sea necesario).
Esta guía médica pretende ser sólo eso: una guía que proporcione sugerencias
para el tratamiento de problemas urgentes y trastornos médicos (no de problemas
traumatológicos). Hay diferentes formas de tratar los problemas, de modo que las
sugerencias no son de obligado cumplimiento. Generalmente, se recomienda que
siga las pautas de atención primaria a excepción de casos de alergia o contrain-
dicación. Agradecería recibir opiniones y comentarios (ya sean positivos o nega-
tivos) acerca de la guía y de los kits. Buena suerte, y disfrute del viaje.

William M. Heinz, M.D.

BOTIQUINES
Los botiquines médicos se dividen en secciones: (a) medicamentos con rece-
ta; (b) medicamentos sin receta; (c) materiales/equipo; (d) kit para países en vías
de desarrollo, y (e) kit de fuga (kit rápido). Los medicamentos con receta, sin
receta y los materiales/equipo (maletín grande) deberían ir con el médico/equipo
a todos los entrenamientos y partidos. Los materiales como la escayola deberán
estar en el kit del entrenador. El kit de fuga está pensado para ser utilizado como
acceso fácil a la medicación durante el viaje y en los días de salidas. El kit para
países del tercer mundo incluye aparatos y fluidos i.v., y antibióticos y medica-
mentos adicionales para combatir la diarrea. Este kit sólo se incluirá en viajes a
países en vías de desarrollo. Cuando se viaja a países del tercer mundo, se reco-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 186

186 MEDICINA DEL FÚTBOL

mienda contactar con el Centro de Información de Salud para Viajes


Internacionales, Superintendencia de documentos o con el Departamento de
Estado de antemano para obtener información sobre antibióticos para el paludis-
mo y/u otros problemas médicos locales, así como las ayudas con que se puede
contar en caso de producirse un problema importante.

Por favor, observe. Todas las sustancias prohibidas o “sólo bajo autorización”
constarán como:
* Sustancias que están prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.
** Sustancias que requieren una notificación escrita a entregar a los organis-
mos de control.

El médico de equipo debe declarar por escrito el uso de estas sustancias (en
el caso del Comite Olímpico de EE.UU., vía la Oficina Central de Medicina al
Comité Olímpico Internacional). Debe proporcionar la siguiente información: el
compuesto utilizado, la fecha de utilización, la posología, la vía de administra-
ción y la cantidad administrada. Para preguntas sobre medicamentos prohibidos
por el Comité Olímpico Internacional, de contactar con línea de medicamentos
del Comité Olímpico Internacional al 1-800-233-0393.

GUÍA MÉDICA
Cabeza

Esta guía para la evaluación y el tratamiento de lesiones de cabeza fue de-


sarrollada por la Sociedad Médica de Colorado y parece ser muy útil y correcta.
La hemos reproducido a continuación para su información. Pueden obtener
copias escribiendo a la Sociedad Médica de Colorado al apartado postal P.O. Box
17550, Denver, Colorado 80217-0550.

Ojo
1. Las abrasiones de córnea se manifiestan normalmente con síntomas de foto-
fobia y un fuerte dolor. Se diagnostican mediante tinte de fluoresceína y una luz
filtrada de azul cobalto, que se encuentra en las aberturas oftalmoscópicas. El
epitelio dañado se tiñe de un color amarillo verdoso brillante. Aplique el tinte de
fluoresceína, aplicando primero a ésta una gota de solución salina; a continua-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 187

APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE ESTADOS UNIDOS 187

ción retire el párpado inferior hacia abajo, y coloque la punta de la banda de fluo-
resceína en el fondo de saco inferior. La fluoresceína puede picar un poco, de
modo que es mejor avisar antes al paciente. Recuerde comprobar si hay algún
cuerpo extraño. Le recomiendo que no cubra con un parche el ojo, pero si es muy
necesario, cúbralo por un tiempo no superior a 8 horas.

Tratamiento
Primario. Sulf-10 (sulfacetamida), 2 gotas cada 2 horas, en vigilia; pomada
Sulf-10.
Alternativo. Neosporin (polimixina B-bacitracina-neomicina) solución oftálmi-
ca, 2 gotas, cada 2 horas en vigilia; pomada oftálmica neosporina.
Duración. Los tratamientos primarios / alternativos serán consecutivos durante
dos días.
Analgesia. Tal vez se necesiten analgésicos, porque las abrasiones suelen ser
muy dolorosas.
Material. Gafas de sol (para proteger de la fotofobia).

2. La conjuntivitis suele manifestarse por el enrojecimiento y la sensación de


escozor, pero no por un dolor intenso. La conjuntivitis bacteriana presenta pus
mucopurulenta, y la conjuntivitis vírica, pus acuosa. Normalmente son suficien-
tes de 3 a 5 días de tratamiento. Debe evitarse cubrir el ojo con un parche; hay
que procurar no meter los dedos en los ojos, y aislar al paciente para evitar el
contagio a sus compañeros.

Tratamiento
Primario: Dos gotas de Neosporin oftálmico (polimixina B-bacitracina-neomici-
na), 2 gotas cada 2 horas en vigilia; pomada oftlámica Neosporin.
Alternativo: Sulf-10 /sulfacetamida), 2 gotas, cada 2 horas en vigilia; pomada
Sulf-10, qhs.
Duración. Tanto el tratamiento primario como el alternativo deben ser continuos
durante 3 días.

3. Los cuerpos extraños se presentan con dolor, enrojecimiento y derrame lacri-


mal. Aplique gotas oftálmicas de tetracaína** en el ojo afectado como anestési-
co tópico. Estas gotas pican, por lo que le aconsejo que advierta primero al
paciente. Levante el párpado superior para mirar el culo de saco; retire el cuerpo
extraño alojado con una aguja hipodérmica de calibre 18 G en el extremo de un
aplicador con punta de algodón.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 188

188 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 12-1.

Guía médica: esquema de las conmociones cerebrales

Grados de conmoción cerebral en deporte y directrices para la vuelta al juego

Gravedad Síntomas Primera Segunda Tercera


conmoción conmoción conmoción
Grado I Confusión sin Puede volver al Abandonar parti- Abandonar la
(Leve) amnesia. No hay juego si no hay do/entrenamien- temporada.
pérdida de síntomas* durante to. Puede volver a Puede volver a
conciencia al menos 20 jugar después de jugar después de
minutos una semana sin tres meses sin
síntomas* síntomas*

Grado II Confusión con Abandonar el Posibilidad de Abandonar la


(Moderado) amnesia**. No partido o entrena- abandonar la temporada.
hay pérdida de miento. Puede vol- temporada pero Puede volver a
conciencia ver a jugar des- puede volver a jugar la próxima
pués de una jugar después de temporada si los
semana sin sínto- un mes sin sínto- síntomas han
mas* mas* desaparecido*

Grado III Pérdida de Abandonar el Abandonar la Altamente reco-


(Grave) conciencia partido o entrena- temporada. mendado no vol-
miento y transpor- Puede volver a ver a deportes de
tar al hospital. jugar la próxima contacto /colisión
Puede volver a temporada si los
jugar un mes des- síntomas han
pués de dos desaparecido*
semanas sin
síntomas*
Condicionamiento
permitido tras una
semana sin sínto-
mas*

(Adaptado de la Sociedad Médica de Colorado. Directrices para el tratamiento de conmociones cerebra-


les en deportes. Comité de Medicina Deportiva, Sociedad Médica de Colorado, mayo 1990.)
* No presenta dolor de cabeza, confusión, mareos, desorientación, pérdida de conciencia ni alteración de
la memoria en reposo o durante el ejercicio.
** Amnesia postraumática: amnesia de los acontecimientos posteriores al impacto.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 189

APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE EEUU 189

Tratamiento
Anestesiar la córnea y la conjuntiva, retirar el cuerpo extraño y administrar
antibiótico.
Primario. Pomada oftálmica Neosporin (polimixina B-bacitracina-neomicina).
Alternativo. Sulf-10 (sulfacetamida), 2 gotas, cada 2 horas en vigilia; poma-
da Sulf-10.
Duración. Parche en ambos ojos durante 8 horas, y después parche disconti-
nuo.
Continuar con las gotas oftálmicas de Neosporin (polimixina B-bacitracina-
neomicina), 2 gotas, cada 2 horas, en vigilia; pomada oftálmica Neosporin,
durante 48 horas.

4. Hordeolum (orzuelo). Es una inflamación de las glándulas de Meibomio del


párpado superior.

Tratamiento
Primario. Ungüentos calientes, incisión con la punta de la aguja y drenaje, no
se necesitan antibióticos a menos que haya una celulitis difusa, en cuyo caso
hay que tratar como infección por S. aureus: Augmentin (amoxicilina, ácido
clavulánico), 500 mg, p.o., cada 8 horas, 10 días.
Alternativo. PCE (eritromicina) 500 mg, cada 12 horas durante 10 días.

C. Oído

1. Otitis externa (“oídos de nadador”). Síntomas: picor, dolor y pus en el canal


auditivo.

Tratamiento
Cortisporin** (polimixina B-neosporina-hidrocortisona) suspensión ótica,
4 gotas en el canal auditivo, durante 10 días. Utilice un tapón de algodón para
evitar que las gotas resbalen cuando el paciente se levante. Si la aurícula está
roja o existe linfadenopatía, aumente la dosis de Augmentin (amoxicilina,
ácido clavulánico), 500 mg, cada 8 horas durante 10 días. (Alternativo: PCE
[eritromicina], 500 mg, cada 12 horas durante 10 días).

2. Otitis media. Síntomas: fiebre, dolor, infección respiratoria superior reciente o


congestión por sinusitis, pérdida de audición. Membrana del tímpano normal-
mente roja e inflamada. Puede haber segregación de pus si la membrana del tím-
pano presenta rotura.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 190

190 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento
Primario. Augmentin (amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, cada 8 horas
durante 10 días.
Alternativo. Bactrim DS (trimetoprim, sulfametoxazol), 1, cada12 horas
durante 10 días.
Nota. Añadir Cortisporin** (polimixina B-neosporina-hidrocortisona) sus-
pensión ótica, 4 gotas, durante 10 días para el canal auditivo si la membrana
del tímpano presenta rotura. Utilice un tapón de algodón para evitar que las
gotas se deslicen cuando el paciente se levante.

3. Hematoma auricular (hemorragia entre el cartílago y el pericondrio).

Tratamiento
Primario. Aspiración aséptica y vendaje con compresa para prevenir la rea-
cumulación del hematoma.

D. Nariz

1. Hemorragia nasal

Tratamiento
Primario. Presión manual en los orificios nasales durante 4 o 5 minutos.
Utilice cauterio de nitrato de plata si puede localizar el área de hemorragia.
Si no se puede controlar la hemorragia, utilice gasas quirúrgicas empapadas
de Epinefrine* 1:1.000 o spray nasal 1% Neo-Synephrine* (fenilefrina) y
llene la cámara nasal anterior. Deje el relleno en su sitio durante 30 minu-
tos o más. Si todavía no se puede controlar la hemorragia, utilice el globo
nasal hemostático Nasostat. Debe inflarlo con 15-20 ml de aire o solución
salina. Si se presenta una hemorragia nasal posterior, debe solicitarse el
ingreso en el hospital para realizar una cura ulterior. (No intente hacer esto
usted sólo, es necesario acudir a una consulta de otorrinolaringología para
el control de las vías respiratorias.)

2. Sinusitis. Normalmente sensible a la percusión sobre la vía respiratoria afec-


tada.

Tratamiento
Primario. Septra DS ( trimetoprim, sulfametoxazol), 1 cada 12 horas, duran-
te 10 días.
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APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE EEUU 191

Alternativo. Augmentin (amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, cada 8


horas, durante 10 días.
Nota. Además puede utilizar aerosol nasal Neo-Synephrine* (fenilefrina)
para rebajar la hinchazón. Evite los descongestionantes porque pueden secar
demasiado las vías respiratorias e interferir en el tratamiento de la infección.

3. Rinitis alérgica. Degranulación mediada por IgE de células mastoideas y


basófilos. Los síntomas incluyen congestión, picor, rinorrea e hinchazón de las
membranas nasales.

Tratamiento
Hismanal (astemizol), 10 mg, a diario (antihistamínico H-1) [NOTA. El uso de
Hismanal con eritromicina o ketoconazol está contraindicado por posibles
reacciones cardíacas: alargamiento de QT, y paro cardíaco]; Nasalide** (fluni-
solida) 2 inhalaciones en cada orificio nasal. (Éste es un fármaco esteroideo y
debe utilizarse profilácticamente; la mejoría terapéutica tarda unos cuantos días
o semanas en ser evidente. Avise al paciente de que el fármaco le escocerá
durante algunos minutos tras su administración.) Utilice Entex LA* (fenilpro-
panolamina hidroclorida, 75 mg y guaifenesin, 400 mg), para la congestión.

E. Boca/Garganta

1. Traumatismo dental
a) Fractura que afecta sólo el esmalte. Este problema es básicamente estéti-
co. Emplee papel de esmeril para alisar el contorno.
b) Fractura que afecta el esmalte y la dentina o caries sensibles al frío/calor
o la presión. El material restaurador intermedio (MRI) es un compuesto que
contiene clavo y es útil como analgésico cuando hay bulbos sensitivos o ner-
vios al descubierto. Se mezcla 1 gota de líquido en 1 cuchara de polvo hasta
hacer una pasta, y se introduce la mezcla en la cavidad o fractura. El com-
puesto estará fijado después de bastantes horas y es un material de relleno
temporal hasta que pueda aplicarse el tratamiento definitivo. Si la lesión o
caries no es sensible y sólo desea rellenar una cavidad, puede utilizar Cavit-
G que ya está premezclado como pasta, pero no tiene efecto analgésico.
c) Diente arrancado. Si un jugador se arranca completamente un diente por
causa de una lesión, debe recuperarse el diente delicadamente, con cuidado de
no tocar las raíces. Debe enjuagarse con agua del grifo o solución salina, y
recolocarse en la cavidad bucal prestando atención a la orientación del diente.
Éste deberá estabilizarse. Para lograrlo, se mezclarán partes iguales de Dycal
Documento2 14/2/05 17:05 Página 192

192 MEDICINA DEL FÚTBOL

(base de marfil más base de dentina) y se aplicará la mezcla a la parte delan-


tera y posterior de los dientes entre los que se encuentra el diente arrancado,
formando así un puente que ayude a estabilizarlo. Éste es un método de esta-
bilización temporal, y la permanente tardará unos cuantos días en producirse.
d) Coronas y puentes flojos. Pueden estabilizarse mezclando proporciones igua-
les de Dycal (base de marfil y base de dentina) y aplicando la mezcla alrededor
de los lados de la corona o puente para fijarlo en su sitio. Ésta es sólo una solu-
ción temporal; la reparación permanente tardará unos días en producirse.
e) Diente partido. El tratamiento definitivo es quitar el diente. El paciente
debe seguir un tratamiento con antibiótico. Primario: Pen Vee K (penicilina
V, 500 mg, cada 6 horas con el estómago vacío, durante 7 días). Alternativo:
Cipro (ciprofloxacina) 500 mg, durante 7 días.

2. Lesión del tejido oral blando

Tratamiento
Cierre las laceraciones de mucosas con sutura de seda (para evitar la irrita-
ción). Las laceraciones reiteradas o prolongadas deben tratarse con Augmentin
(amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, cada 8 horas, durante 7 días.
Alternativo. Cipro (ciprofloxacina) 500 mg, durante 7 días.

3. Dolor de garganta (faringitis exudativa). Las debidas a estreptococos del


grupo A / grupo C, la “vírica” y las mononucleosis infecciosas son las etiologías
más comunes.

Tratamiento
Primario. Pen-Vee K (penicilina V), 500 mg, cada 6 horas con el estómago
vacío durante 10 días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, cada 12 horas, durante 10 días.
Nota. Evite ampicilina/amoxicilina (Augmentin [amoxicilina y ácido clavu-
lánico] si hay riesgo de mononucleosis, ya que sería una imprudencia. No uti-
lice Bactrim DS (trimetoprim-sulfametoxazol).

F. Respiratorio

1. Asma. Recuerde que no todas las respiraciones sibilantes son asma. La obs-
trucción de las vías respiratorias superiores, los productos químicos irritantes y
las reacciones alérgicas también pueden provocar las sibilancias. Además, el
asma puede manifestarse con tos.
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APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE EEUU 193

Tratamiento
Inhalador Proventil* (albuterol), 2 aplicaciones, cada 5 minutos, hasta que
desaparezcan las sibilancias. Proventil es un medicamento beta-2 simpatomi-
mético utilizado normalmente para el asma provocada por el ejercicio.
Algunos jugadores pueden estar tomando otra medicación para el asma,
incluyendo diferentes agentes beta-2 simpatomiméticos como Ventolin (albu-
terol), Bethaire (terbutalina), Maxair (pirbuterol) o Alupent (metaproterenol).
Todos estos medicamentos sirven para relajar los músculos blandos de los
bronquios. Existe alguna reacción adversa a los receptores beta-1 que puede
provocar taquicardia. Otros medicamentos recetados para el asma inducida
por el ejercicio incluyen Intal (cromoglicato sódico), que inhibe la liberación
de mediadores de hipersensibilidad en el pulmón evitando la desgranulación
de las células mastoideas (debe emplearse profilácticamente). Los corticoste-
roides inhalados se usan normalmente como profilácticos para tratar el asma
provocada por el ejercicio, incluyendo Beclovent* (beclometasona) y
Azmacort* (triamcinolona). Los preparados de teofilina orales (Theo-Dur,
Slo-bid) también se utilizan para el tratamiento del asma. Ninguno de estos
otros medicamentos está incluido en el kit ya que no tienen un efecto tan
rápido como los agonistas beta-2. Si las sibilancias no desaparecen con
Proventil, puede ser debido a una reacción alérgica.
Si las sibilancias se deben a una reacción alérgica, utilice (ver también
Reacciones alérgicas):
a) EpiPen* (adrenalina), 0,3 ml,1:1000, subcutánea o i.m. (muslo).
b) Benadryl (difenhidramina), 50 mg, i.v. o i.m. profunda; (antihistamínico
H-1)
c) Pepcid (famotidina), 40 mg, p.o. (antihistamínico H-2).
d) Esteroides sistémicos*.
e) Control de las vías respiratorias.

2. Bronquitis aguda. Etiología normalmente vírica, pero causada también por


Mycoplasma, Chlamydia y Pertussis.

Tratamiento
Primario. PCE (erithomicina), 500 mg, cada 12 horas, durante 14 días.
Alternativo. Doxiciclina, 100 mg., cada 12 horas, durante 14 días.
Para la tos, tratamiento con Robitussin DM*, 10 ml, cada 4-6 horas La code-
ína* también es un medicamento muy eficaz contra la tos (Tylenol Núm 3*).

3. Neumonía. Las etiologías más comunes son víricas, Mycoplasma y S. pneu-


moniae.
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194 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento
Primario: PCE (eritromicina), 500 mg, cada12 horas durante 14 días.
Alternativo: Doxiciclina, 100 mg, cada12 horas, durante 14 días.
Si la neumonía es húmeda, añada Rocephin (ceftriaxona, 500 mg, i.m./i.v.
cada 12 horas) o Augmentin (amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, p.o.
cada 8 horas, durante 14 días.

G. Cardíaco

1. Dolor pectoral. El infarto de miocardio se presenta normalmente con


dolor/presión en el lado izquierdo del pecho y se extiende al cuello, mandíbula,
hombro o brazo izquierdo, dificultades respiratorias, náuseas, diaforesis o ansie-
dad. Intente calmar el dolor. Consiga ayuda.

Tratamiento
Paso 1
Primario. Nitroglicerina 1/150, sublingual, cada 3 minutos, hasta 3 tomas.
Alternativo. Procardia (nifedipina), 10 mg, sublingual (utilice una aguja para
perforar la cápsula e inyecte el contenido bajo la lengua).
Paso 2
Sulfato de morfina*, 2 mg, i.v. para controlar el dolor y la ansiedad
Paso 3
Fluido i.v. y oxígeno cuando sea posible.

H. Gastrointestinal

1. Diarrea del viajero

Profilaxis
Primaria: Bactrim DS (trimetoprim-sulfametoxazol), 1 diario.
Alternativa: Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, 1 diario.

En viajes a países del tercer mundo, suelo recetar antibióticos profilácticos a


todos los jugadores, entrenadores y directivos desde el primer día de viaje, y con-
tinúo el tratamiento hasta el final del viaje. El tratamiento de Bactrim DS debe
interrumpirse inmediatamente a los primeros síntomas de erupción cutánea o
reacción adversa. Si aparece diarrea, debe interrumpirse el antibiótico profilácti-
co y empezar un nuevo tratamiento (v. más adelante). No permita a los jugado-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 195

APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE EEUU 195

res que consuman agua no embotellada ni hielo. Tampoco les permita ingerir
comida de vendedores ambulantes ni de mercados en la calle, tampoco ensaladas
o verduras sin cocer. En cambio sí se les permite que beban bebidas no alcohóli-
cas, o cerveza / vino y bebidas preparadas con agua hervida.

Tratamiento
Primario. (a) Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, más (b) Imodium (loperamida),
4 mg inicialmente, seguidos de 2 mg por cada cámara informe (hasta 16 mg
cada 24 horas [en sustitución del Lomotil], y (c) Kaopectate (atapulgite), 2 al
día.
Alternativo. (a) Septra DS (trimetoprim, sulfamethoxazol), más (b) Imodium
(loperamida), 4 mg inicialmente, seguidos de 2 mg por cada cámara informe
(hasta 16 mg cada 24 horas) y (c) Kaopectate (atapulgite), 2 cápsulas al día.
Nota. Asegúrese de mantener el nivel de hidratación y no tema usar fluidos
i.v. Cuando cese la diarrea, puede interrumpir las dosis más altas de antibió-
ticos y reanudar el tratamiento profiláctico.

2. Náuseas / Vómitos

Tratamiento. Añada más medicamentos, según convenga, para controlar las


náuseas / vómitos.
a) El pepto-Bismol (bismuto subsalicilato de bismuto) está indicado, depende
de la elección. También ayuda a combatir la diarrea en caso de producirse.
b) Supositorios Tigan* (trimetobenzamida), 1 vía rectal.
c) Compazine* (proclorpenacina) inyectable, 5-10 mg, inyección profunda
i.m. (en el cuadrante superoexterior de las nalgas), cada 3-4 horas. Puede
suministrarse Compazine* muy lento i.v. (no exceder de 5 mg/min porque
podría causar hipotensión). Dosis total de Compazine*: i.m. y/o i.v., no supe-
rior a 40 mg cada 24 horas.

3. Mareo
a) Parches Scop transdérmicos (parches de escopolamina). Sirven para la pre-
vención del mareo. Pueden causar vértigo y algunas personas no los toleran.
Debe aplicarse un parche 4 horas antes de empezar el viaje y cada parche dura
3 días. Recuerde lavarse las manos después de la aplicación, porque la esco-
polamina puede dilatar sus pupilas.
b) También pueden utilizarse comprimidos de Dramamine* (dimenhidrinato),
1-2 pastillas, cada 4-6 horas, según convenga.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 196

196 MEDICINA DEL FÚTBOL

4. Gastritis / Acidez
Los antiácidos son muy eficaces y funcionan rápidamente. Las opciones del
kit son Gaviscon (hidróxido de aluminio, trisilicato de magnesio) y
AlternaGel (hidróxido de aluminio). El Pepcid (famotidina) también es muy
eficaz en 40 mg, según sea necesario (los antihistamínicos H-2 funcionan blo-
queando la producción de HCl en el estómago).

I. Genitourinario

1. Enfermedades de transmisión sexual.

a) Gonorrea. Los síntomas son pus espontánea en la uretra y disuria.

Tratamiento
Primario. Rocephine (ceftriaxona), 250 mg, i.m. (dosis única), y Doxiciclina,
100 mg, p.o. durante 7 días (para el tratamiento de Chlamydia).
Alternativo. Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, p.o. durante 1 dosis, más
Doxiciclina, 100 mg, p.o. durante 7 días (para el tratamiento de Chlamydia).

b) Uretritis no gonocócica. Las etiologías son Chlamydia, ureaplasma,


Trichomonas; sólo la gonorrea produce pus espontánea en la uretra.

Tratamiento
Primario. Doxycycline, 100 mg, p.o. durante 7 días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, p.o. durante 7 días.

2. Prostatitis

Tratamiento
Primario. Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, p.o. durante 14 días.
Alternativo. Septra DS (trimetoprim, sulfametoxazol) o Doxiciclina, 100 mg,
p.o. durante 14 días.

3. Infección del tracto urinario (cistitis/uretritis)

Tratamiento
Primario. Septra DS (trimetroprim, sulfametoxazol), 1 comprimido, p.o
durante 3 días.
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APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE EEUU 197

Alternativo. Doxiciclina, 100 mg, p.o. durante 3 días.


Nota. Si el paciente no mejora con un tratamiento de 3 días, cultive la orina
y trátela durante 2 semanas. Además, para el tratamiento local de disuria, uti-
lice Pyridium (fenazopiridina), 200 mg, p.o., hasta que los síntomas desapa-
rezcan. Tiene un efecto analgésico tópico sobre la mucosa de la región urina-
ria. Vuelve la orina de color naranja y puede manchar las mudas y la ropa.

4. Infecciones vaginales superficiales. Síntomas: prurito, pus espesa y abundante.

Tratamiento
Primario. Monistat 3 (miconazol), un supositorio intravaginalmente durante
3 días.

5. Parásitos púbicos (ladillas / sarna)

Tratamiento
Primario. NIX (permetrina) loción al 1% aplicada en las áreas afectadas
durante 10 minutos, aclarar a continuación. Utilizar un cepillo fino de dientes
para cepillar el vello púbico y retirar así los residuos.

J. Tejido blando/cutáneo

1. Abrasiones menores/ laceraciones menores / quemaduras

Tratamiento
En caso leve, tratar tópicamente con pomada Silvadene (sulfadiacina de
plata) y cambiar el vendaje a diario. Si se produce celulitis, aplicar Pen-Vee
K (penicilina V), 500 mg, cada 6 horas con el estómago vacío, durante 10
días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, cada 12 horas, durante 10 días.
Nota. Todos los jugadores deberán tener su vacuna antitetánica actualizada
antes de salir de viaje y el entrenador deberá tener conocimiento de ello. Por
este motivo, la vacuna del tétanos no está incluida en los kits.

2. Heridas profundas / laceraciones /mordeduras humanas. La limpieza, irri-


gación y desinfección constituyen el tratamiento más importante. Si es posible,
no cierre estas heridas (excepto en la cara por razones esteticas). Trate todas estas
heridas profilácticamente con antibióticos.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 198

198 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento
Primario. Augmentin (amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, cada 8
horas, durante 10 días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, cada 12 horas durante 10 días.

3. Dermatitis de contacto. Síntomas: prurito, eritema, ampollas serosas.

Tratamiento local
Primario. Lidex** (fluocinonida), pomada al 0,5% en las áreas afectadas. Es
demasiado fuerte para aplicarla sobre la cara. Para el rostro, utilice poma-
da al 1% de hidrocortisona**.
Nota. También puede emplearse un antihistamínico para reducir el picor.
Primario. Hismanal (astemizol), 10 mg, p.o., diariamente. (NOTA. El uso de
Hismanal con eritromicina o ketoconazol está contraindicado debido a posi-
bles reacciones cardíacas, QT elevado, paro cardíaco.)
Alternativo. Benadryl (difenidramina), 25 mg., p.o.

En caso de dermatitis de contacto extendida, tratar con esteroides sistémicos,


utilizando una dosis de dexametasona*, utilizando las tablas 2 y 3 de la guía
médica que aparecen a continuación.

4. Infección por hongos (pie de atleta / sarna / tiña versicolor)

Tratamiento
Primario. Nizoral (ketoconazol) pomada al 2%, aplicar diariamente en las
áreas afectadas durante 14 días.
Alternativo. Aplicar Tinactin (tolnaftato) en los pies y en las ingles.

Tabla 12-2.

Potencias relativas de los esteroides (los siguientes


esteroides orales y las dosis tienen la misma potencia)
Esteroide Dosis

Hidrocortisona* 20 mg
Cortisona* 25 mg
Prednisona* 5 mg
Metilprednisona* 4 mg
Dexametasona* 0,75 mg
Betametasona* 0,6 mg
Documento2 14/2/05 17:05 Página 199

APÉNDICE: GUÍA MÉDICA DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE EEUU 199

Tabla 12-3.

Guía médica: dosis de dexametasona


(Decadron* dexametasona), 1,5 mg. Los comprimidos
deben tomarse en las siguientes cantidades, y pueden
ingerirse a la vez, cada 24 horas.
(El número total de comprimidos tomados será de 63)

Día Número de pastillas Total

1 6 6
2 6 12
3 6 18
4 6 24
5 6 30
6 6 36
7 5 41
8 5 46
9 4 50
10 4 54
11 3 57
12 3 60
13 2 62
14 1 63
Documento2 14/2/05 17:05 Página 200

200 MEDICINA DEL FÚTBOL

K. General

1. Reacciones alérgicas. Tratar según el nivel de gravedad.

Tratamiento
a) Reacción leve. incluye una ligera erupción, picor, no muestra sibilancias ni
falta de aire: Hismanal (astemizole [antihistamínico H-1]), 10 mg, p.o., a dia-
rio.
(NOTA. El uso de Hismanal con eritromicina o ketoconazol está contraindi-
cado debido a posibles reacciones cardíacas: elevación de QT, paro cardíaco.)
b) Reacción moderada con una erupción difusa y más picor, pero tampoco
ahogo manifiesto ni falta de aire: recete Pepcid, 40 mg, (famotidina [antihis-
tamínico H-2]). Considere una dosis de esteroides orales (Decadron* [dexa-
metasona] y vea Dermatitis de contacto en el apartado]) “Tejido
Blando/Cutáneo”, para las dosis y la posología.
c) La reacción alérgica grave con erupción, picor, sibilancias y obstrucción
de las vías respiratorias requerirá:
1) EpiPen* (adrenalina), 0,3 ml i.m. (muslo), cada 5 minutos hasta que las
sibilancias desaparezcan.
2) Control de las vías respiratorias.
3) Fluidos i.v.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 201

13 EXÁMENES
FÍSICOS DE
PREPARTICIPACIÓN

W. Benjamin Kibler
G. Naessens

4) Esteroides sistémicos (Decadron* [dexametasona], una dosis).


Los exámenes físicos de preparticipación (EFPP) deben analizarse en térmi-
nos de qué utilidad tienen, quién debe realizarlos (un doctor en medicina, un
fisioterapéuta físico, un entrenador deportivo, un médico de asistencia primaria
o el médico del equipo), qué aspectos de la forma física se deben valorar y cuá-
les son los requisitos legales de los exámenes. Este capítulo tratará sobre estos
puntos e intentará crear un marco de trabajo para los exámenes físicos de prepar-
ticipación para los jugadores de fútbol que beneficiará tanto a entrenadores y
jugadores, como a médicos de equipo.

PROPÓSITOS
Los propósitos de los exámenes EFPP son realizar una evaluación específica
de las necesidades del fútbol, preparar a los deportistas para jugar a fútbol y
minimizar el riesgo de lesiones. Para alcanzar plenamente estos objetivos, es
necesario crear un marco de trabajo para reunir los datos pertinentes.

MARCO DE TRABAJO
El marco de trabajo debe basarse en el modelo del “punto crítico” de interac-
ción del atleta con el deporte. En este modelo, el “punto crítico” en la actividad
deportiva que determina el punto máximo de rendimiento y de lesión se produce
cuando las exigencias específicas de la actividad interactúan con la constitución
musculosquelética del individuo en respuesta a tales exigencias (fig. 13-1). En
Documento2 14/2/05 17:05 Página 202

202 MEDICINA DEL FÚTBOL

EXIGENCIAS
INHERENTES ESPECÍFICAS RENDIMIENTO
DEL DEPORTE

ACTIVIDAD
DEPORTIVA

CONSTITUCIÓN PUNTO
MUSCULOSQUELÉTICA CRÍTICO LESIÓN
DEL INDIVIDUO

Figura. 13-1. Punto crítico de interacción entre el deporte y el atleta.

fútbol, esto implicaría el conocimiento de las actividades anatómicas (correr, sal-


tar, arrancar/parar, chutar), biomecánicas (cadenas cinéticas de chuts y saltos) y
fisiológicas (reclutamiento de la unidad metabólica y motora) inherentes al
deporte en las diferentes edades y niveles de capacidad. Incluiría también un plan
de evaluación de la forma física y musculosquelética del atleta destacando las
áreas que tendrán un mayor grado de actividad durante el juego.

OBJETIVOS
Uno de los objetivos básicos de los EFPP es identificar deportistas “de ries-
go”. Un atleta “de riesgo” puede ser aquel susceptible a dificultades médicas, no
rehabilitado totalmente de una antigua lesión, o con predisposición a una nueva
lesión por alteraciones biomecánicas o fisiológicas. Puesto que el fútbol actúa
como tensor de muchos órganos de la anatomía, todo el cuerpo debe estar prepa-
rado para responder de forma fisiológica normal a las exigencias deportivas
mediante la adaptación funcional y estructural.
Por consiguiente, deberán revisarse todos los sistemas de complicaciones
médicas que podrían empeorar a causa de las altas exigencias del deporte, o
aquellos que tienen un mayor riesgo de lesión en un deporte de contacto y de
resistencia como el fútbol. Algunos de estos procesos incluyen anomalías cardio-
vasculares y factores de riesgo, fatiga inducida por mononucleosis, esplenome-
galia, espasmos bronquiales o diabetes. Debe prestarse atención sobre todo al sis-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 203

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


203

tema musculosquelético, ya que es el sistema que presentan más lesiones o dis-


funciones en fútbol. Además de la evaluación de lesiones que no están comple-
tamente curadas, es necesario buscar otros procesos musculosqueléticos que pue-
dan predisponer a un jugador a lesionarse, como son la flexibilidad, fuerza y ali-
neación. Tan sólo un pequeño porcentaje de atletas tendrán alteraciones médicas
que puedan descalificarles para jugar a fútbol. Un gran número de atletas tendrán
desajustes biomecánicos o fisiológicos que deberán corregirse para alcanzar el
rendimiento máximo. Para la mayoría de deportistas, sin embargo, el objetivo de
los EFPP es proporcionar un punto de partida para programas de adaptación
específicos del fútbol. Los EFPP, al definir las capacidades de los atletas en tér-
minos de fuerza, flexibilidad y base aeróbica, pueden servir como punto de ini-
cio para mejorar o perfeccionar estas habilidades.

MÉTODOS
Historia

Todos los participantes en los EFPP deben completar unos cuestionarios


sobre su historial médico, musculosquelético y familiar. Las respuestas determi-
narán las áreas de interés durante el examen físico. Aun así, esta información
debe ser revisada por el personal médico porque puede que los atletas no tengan
toda la información o duden de parte de ella. Se citan muchos ejemplos de for-
mularios de historial médico, familiar y traumatológico en las lecturas recomen-
dadas. Las cuestiones deben seguir un formato simple de respuesta Sí/No. Las
tablas 13-1 a 13-5 son ejemplos de algunos de estos formularios.
El historial personal debe incluir preguntas acerca de todos los problemas
médicos que pueda padecer un deportista, así como cuestiones sobre síntomas
relacionados con la salud que no pueden considerarse enfermedades, como son
la pérdida de peso, los desmayos o los mareos. Debe prestarse especial atención
a los síntomas relacionados con el ejercicio como cansancio anómalo o vértigo,
y factores de riesgo como mononucleosis (agrandamiento del órgano), síntomas
víricos (miocarditis) y hábito tabáquico (capacidad de resistencia reducida,
enfermedades cardíacas y pulmonares). El cuestionario sobre el historial trauma-
tológico está organizado por áreas anatómicas y sirve para enfocar el examen clí-
nico sobre las áreas anatómicas propensas a lesiones. El valor del historial fami-
liar médico reside en la identificación de problemas potenciales que pueden des-
atarse con el ejercicio. Entre los ejemplos estarían el historial familiar de arte-
riosclerosis coronaria, diabetes, hipertensión, muerte súbita durante el ejercicio
físico y espasmos bronquiales inducidos por el ejercicio.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 204

204 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 13-1.

Cuestionario sobre el historial médico personal

Nombre
¿Ha sufrido personalmente alguno de estos problemas médicos?

sí no Comentarios del médico

Alergias
Asma
Tos crónica
Neumonía
Tuberculosis
Enfermedad cardíaca
Dolores en el pecho
Dificultades respiratorias
Soplo cardíaco
Presión sanguínea alta
Epilepsia
Desmayos
Diabetes
Cáncer
Hernia
Falta de un riñón o de otro órgano
dual
Crisis emocional
Pérdida excesiva de peso
Mononucleosis
Contusiones
Problemas de visión
Problemas auditivos
Operaciones
Períodos menstruales irregulares
Intolerancia al calor
Dolores de cabeza frecuentes
Documento2 14/2/05 17:05 Página 205

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


205

Tabla 13-2.

Cuestionario sobre el historial traumatológico

Nombre
¿Ha padecido personalmente alguno de los siguientes problemas traumatológicos?
sí no Comentarios del médico

Lesión de cuello
Lesión de espalda
Lesión de hombro
Lesión de codo
Lesión de muñeca
Lesión de mano
Otras lesiones de brazo
Lesión de costilla
Lesión de cadera o pelvis
Lesión de rodilla
Lesión de tobillo
Lesión de pie
Otras lesiones de pierna

Tabla 13-3.

Cuestionario sobre el historial médico familiar

Nombre
¿Algún miembro inmediato de su familia (padre, madre, abuelos, hermanos)
ha padecido alguna de estos procesos médicos?
sí no Comentarios del médico

Muerte antes de los 40 años por paro


cardíaco
Enfermedad cardíaca
Diabetes
Presión sanguínea alta
Tuberculosis
Abuso de alcohol o drogas
Desmayos
Asma
Documento2 14/2/05 17:05 Página 206

206 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 13-4.

Revisión anual del estado de salud

Nombre Escuela

Edad Fecha de nacimiento Sexo

Fecha de la evaluación médica inicial


Fecha de la revisión médica actual

Por favor, conteste las siguientes preguntas. SÍ NO


1. ¿Alguna vez ha estado hospitalizado o ha tenido
una operación o una enfermedad grave desde su
evaluación médica inicial citada anteriormente?
2. ¿Padece alguna enfermedad de cualquier tipo SÍ NO
actualmente?
3. ¿Ha sufrido una lesión grave (incluyendo conmoción SÍ NO
cerebral) desde la evaluación médica inicial citada
anteriormente?
4. ¿Tiene actualmente alguna lesión no curada SÍ NO
completamente?
5. ¿Toma alguna medicación en una base regular o SÍ NO
continuada?
6. ¿Está tomando algún medicamento a corto plazo por SÍ NO
alguna enfermedad específica actual o por algún
otro motivo?
7. ¿Cree que hay alguna razón de salud por la que no SÍ NO
deba participar en el programa atlético (A - escolar)
o (B - deportivo) en la actualidad?

A.
B.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 207

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


207

Tabla 13-5.

Cuestionario de espasmos bronquiales inducidos por


el ejercicio (EBE)

Nombre
Indicaciones. En las repuestas afirmativas “sí”, indique si ha experimentado
alguno de estos síntomas recientemente, si se producen con un resfriado o infec-
ción, o bien si tienen alguna relación con el ejercicio físico.

Recientemente Con infección Con el


(en los dos por resfriado ejercicio (antes,
últimos meses) durante, después)
sí no

1. Ojos
A. Con picor
B. Llorosos
C. Hinchados

2. Nariz
A. Con picor
B. Taponada
C. Con estornudos
D. Con mucosidades
E. Fiebre del heno
F. Con rinorrea

3. Infección de las
vías respiratorias
A. Pus
amarillo/verde por
vía nasal
B. Vías respiratorias
sensibles / dolor de
cabeza

4. Orejas
A. Sensación de
tapón
Documento2 14/2/05 17:05 Página 208

208 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 13-5.

Cuestionario de espasmos bronquiales inducidos por


el ejercicio (EBE) (continuación)

Recientemente Con infección Con el


(en los dos por resfriado ejercicio (antes,
últimos meses) durante, después)
sí no
B. Sensación de
tener las orejas lle-
nas o congestiona-
das
C. Sensación de
estar en un ascensor
en marcha

5. Pecho (después de
hacer ejercicio)
A. Tos
B. Sibilancias
C. Respiración
ruidosa
D. Congestión
pectoral
E. Opresión en el
pecho
F. Imposibilidad de
respirar profunda-
mente
G. Asma

6. Reacciones
cutáneas
A. Urticaria
B. Escozor en la piel
C. Piel seca
D. Hinchazón de la
piel
E. Eccema
Documento2 14/2/05 17:05 Página 209

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


209

Tabla 13-5.

Cuestionario de espasmos bronquiales inducidos por


el ejercicio (EBE) (continuación)

Recientemente Con infección Con el


(en los dos por resfriado ejercicio (antes,
últimos meses) durante, después)
sí no
F. Dermatitis atópica

7. Dermatitis de con-
tacto (reacción de la
piel a las cosas que
toca)
A. Vendaje
B. Esparadrapo
C. Toallitas perfuma-
das
D. Desodorantes
E. Loción after-shave
F. Goma
G. Otros

8. Comida y medica-
ción
A. Aspirina
B. Penicilina
C. Sulfamidas
D. Otros medicamen-
tos
E. Alergia a la comi-
da

9. Alergia o sensibili-
dad a lo siguiente:
A. Polvo
B. Animales (en
general y domésti-
cos)
C. Moho
D. Polen/hierba
Documento2 14/2/05 17:05 Página 210

210 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 13-5.

Cuestionario de espasmos bronquiales inducidos por


el ejercicio (EBE) (continuación)

Recientemente Con infección Con el


(en los dos por resfriado ejercicio (antes,
últimos meses) durante, después)
sí no
E. Contaminación
ambiental

10. Reacciones pro-


blemáticas graves
(sistémicas) que
requieren hospitaliza-
ción.
A. Shock por picadu-
ra de abeja
B. Dificultades respi-
ratorias

11. Si corre 1,5 km


y luego descansa 15
minutos
A.¿ Siente presión en
el pecho?
B. ¿Tiene tos?
Si la respuesta es
afirmativa en A o B,
¿es propenso a
padecer estas sensa-
ciones en...
A. un clima frío?
B. ciertas estaciones
del año?
C. períodos de más
contaminación?

12. ¿Ha realizado


alguna prueba de aler-
gias en el pasado?
Documento2 14/2/05 17:05 Página 211

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


211

Tabla 13-5.

Cuestionario de espasmos bronquiales inducidos por


el ejercicio (EBE) (continuación)

Recientemente Con infección Con el


(en los dos por resfriado ejercicio (antes,
sí no últimos meses) durante, después)

13. ¿Ha sido vacu-


nado contra la aler-
gia? (inmunotera-
pia)

14. Resfriados o
catarros recientes

15. Dolor de cabe-


za tras el ejercicio

16. Dolor de estó-


mago tras el ejerci-
cio

17. ¿Ha tomado


alguno de estos
medicamentos?

A. Antihistamínicos
B. Descongestionante
/medicamentos para
el resfriado
C. Antibióticos
D. Broncodilatadores
(para abrir los con-
ductos respiratorios)
E. Otros
F. ¿Está tomando
alguno de estos
medicamentos
actualmente?
Documento2 14/2/05 17:05 Página 212

212 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 13-5.

Cuestionario de espasmos bronquiales inducidos por


el ejercicio (EBE) (continuación)

Recientemente Con infección Con el


(en los dos por resfriado ejercicio (antes,
últimos meses) durante, después)
sí no

18. ¿Alguna vez ha


sido hospitalizado
por alguno de estos
motivos?

A. Neumonía
B. Asma
C. Bronquitis/bron-
quiolitis
D. Otros problemas
pulmonares

(Nota. El cuestionario EBE fue desarrollado, editado y distribuido por el Comité Olímpico de Estados
Unidos, Colorado Springs, CO Copyright 1990 por el COEEUU. Reeditado bajo autorización.)

Los historiales familiares de abuso de alcohol y drogas indican factores de


riesgo en la salud fisiológica y la interacción socioeconómica y cultural del
deportista. Esto afecta especialmente a los niños, porque puede influir en su acti-
tud ante el deporte. Hay un cuestionario específico para los espasmos bronquia-
les inducidos por el ejercicio (EBE) (tabla 13-5) porque son frecuentes (8-10%
en los adolescentes), no se diagnostican adecuadamente y son a menudo el moti-
vo de un rendimiento reducido en actividades de resistencia. Esto puede ser
importante en fútbol, puesto que es un deporte con un alto componente de resis-
tencia y se juega en la mayoría de los casos sobre campos de césped.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 213

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


213

Batería de pruebas

El conjunto de pruebas para los exámenes físicos de preparticipación se


compone de un examen médico de investigación, un examen musculosqueléti-
co y postural, y un examen de los parámetros de ejecución de la flexibilidad, la
fuerza y la resistencia. Este examen médico no debe considerarse como una sus-
titución del examen físico anual. Por desgracia, éste a veces es el único examen
exhaustivo que realiza un atleta durante el año, por lo que deberá cubrir todos
los sistemas de órganos principales y realizar una inspección a conciencia para
identificar problemas graves. Una vez más, es conveniente emplear los formu-
larios (tablas 13-1 a 13-5). En el área de la cabeza, el ojo, el oído y la nariz
(COON) es necesario comprobar si hay una función ocular normal, unos dien-
tes sanos, adenopatía, bultos o restricción del movimiento de la cabeza. El exa-
men del pecho se centra en murmullos del corazón u otros sonidos, presión san-
guínea (especialmente en los deportistas de más edad), sibilancias y espasmos
bronquiales, deformidades en el pecho, ginecomastia y desarrollo del pecho en
las chicas jóvenes, que puede dar una visión de la madurez ósea. Todos los mur-
mullos diastólicos y sistólicos que aumentan con la maniobra de Valsalva o que
no remiten con el cambio de una posición estirada a una posición de pie debe-
rían investigarse más a fondo. El examen abdominal debe centrarse en bultos
intraabdominales y hernias. Un examen de los testículos, de la disposición del
vello púbico, y del pene puede determinar la edad de maduración y detectar tes-
tículos no desarrollados. Una inspección de la piel para evitar enfermedades
contagiosas, del pulso arterial de las ingles y las piernas, y un chequeo neuroló-
gico rutinario completarán el examen general médico.
El chequeo musculosquelético es un examen de investigación de las alteracio-
nes que pueden predisponer a una lesión o de las alteraciones de una rehabilita-
ción incompleta que pueden volver a provocar la lesión. En el cuestionario sobre
el historial musculosquelético puede obtenerse la información para guiar el exá-
men. Algunos ejemplos de problemas de rehabilitaciones incompletas son: tor-
cerduras de tobillo frecuentes, inestabilidad de la rodilla por lesión del ligamen-
to cruzado anterior (LCA) o tensión crónica de los isquiotibiales. Las alteracio-
nes de predisposición a la lesión pueden estar relacionadas con características
antropométricas como la constitución corporal (altura, peso, distribución de la
grasa, tipo somático), el desajuste en la alineación de las articulaciones, la debi-
lidad de los ligamentos, la poca flexibilidad muscular debida a malformaciones
específicas del deporte o los problemas óseos como la torsión de tibia o los pies
cavos.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 214

214 MEDICINA DEL FÚTBOL

Primero se debe inspeccionar la columna vertebral para ver si hay escoliosis


o hiperlordosis y luego estudiar la postura general en posición vertical. En esta
posición, se observará la alineación de las extremidades inferiores. Debe prestar-
se especial atención a las diferencias de longitud de las piernas, genu recurva-
tum, varus o valgus en la rodilla, pies planos, cavos o con prominencias excesi-
vas. Deben examinarse todas las articulaciones mayores para comprobar la
extensión de movimiento, la alineación y la fuerza muscular general. El alcance
de este estudio estará determinado por el cuestionario y la cantidad y tipo de
requisitos que se exijan al atleta. Las pruebas de laboratorio no son recomenda-
das como exámenes EFPP rutinarios. Los análisis de orina, así como las pruebas
renales y análisis de sangre son difíciles de justificar en una revisión rutinaria y
deben reservarse para indicaciones específicas como posible diabetes, rendi-
miento bajo prolongado, anemia o dolor de garganta crónico.
Las pruebas de parámetros del rendimiento deben incluirse en los EFPP.
Pueden ser tan sencillas como las pruebas de campo: estiramientos, flexiones y
una carrera de 1,5 km. Sin embargo, puede obtenerse más información sobre la
capacidad de un deportista para resistir las exigencias físicas del fútbol median-
te un examen más exhaustivo y específico del deporte, relacionado con las alte-
raciones y el riesgo de lesión. El primer parámetro que deberá examinarse es la
flexibilidad. La poca flexibilidad puede ser una mala adaptación muscular rela-
cionada con los deportes, o con las lesiones y el tratamiento. Hay muchas áreas
anatómicas que pueden ser poco flexibles como resultado de jugar a fútbol. Las
zonas menos flexibles se localizan en los isquiotibiales, psoas y aductores de
cadera. Los cuádriceps, rotadores de cadera, banda iliotibial y gastrocnemio sue-
len estar menos afectados. Aunque pueda parece que la poca flexibilidad sitúa al
deportista en desventaja biomecánica, no hay consenso sobre el papel que juega
la poca flexibilidad en el riesgo de sufrir una lesión. La combinación de poca fle-
xibilidad y debilidad creciente de ligamentos hace que los jugadores de fútbol y
otros atletas que corren sean más propensos a lesiones musculares y otras lesio-
nes derivadas del sobreuso.
Las pruebas específicas de flexibilidad consisten en ejercicios como tocar la
puntas de los pies (zona lumbar e isquiotibiales), dorsiflexión de la pantorrilla
con la rodilla estirada (gastrocnemio), estiramientos en posición sentada (aduc-
tores mayores de la cadera), estiramientos con piernas cruzadas (aductores meno-
res de la cadera), máxima aducción de cadera en posición estirada lateral (banda
iliotibial), máxima flexión de rodilla en posición prona con estabilización pélvi-
ca (cuádriceps), máxima extensión de cadera en la misma situación con la rodi-
lla flexionada (psoas), máxima flexión de la cadera con la rodilla extendida
(isquiotibiales), y rotación máxima interna y externa de cadera en flexión de 90o
Documento2 14/2/05 17:05 Página 215

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


215

(rotadores de la cadera). La flexibilidad de los ligamentos se examina por medio


del grado de hiperextensión y movilidad de la rodilla, dedo y codo, hiperabduc-
ción del pulgar e inversión del tobillo. Las articulaciones de las extremidades
inferiores, como la rodilla y el tobillo, deben examinarse en términos de inesta-
bilidad postraumática. La evaluación de la flexibilidad es importante en los juga-
dores de fútbol porque puede mejorar fácilmente. Su poca flexibilidad se debe al
rápido crecimiento óseo durante la adolescencia.
El segundo parámetro de la revisión es la fuerza. La fuerza se compone de
diversos factores (p. ej. fuerza estática, fuerza dinámica, fuerza explosiva, capa-
cidad de resistencia, fuerza máxima) y depende de la masa muscular y de la coor-
dinación neuromuscular. Los jugadores de fútbol necesitan fuerza para chutar la
pelota, y para realizar ejercicios de esprint y actividades de contacto corporal. La
evaluación de la fuerza es específica de los músculos y del movimiento, y está
relacionada con el rendimiento y la prevención del riesgo de lesión. Los múscu-
los examinados principalmente en pruebas para deportes como el fútbol son los
cuádriceps, isquiotibiales y glúteos. Pueden examinarse mediante pruebas mus-
culares manuales, la cantidad de peso máximo en una repetición o 10 repeticio-
nes (1 rep. o 10 rep. máx), y mecanismos isocinéticos (torsión máxima, esfuerzo
total, nivel de resistencia y razón cuádriceps/isquitibiales [C:I]). Aunque no hay
un consenso sobre los valores de las pruebas isocinéticas, las cifras (especial-
mente la razón C:I) son objetivas y tienen algún tipo de relación con la produc-
ción de fuerza y la estabilización de las articulaciones. Además, los jugadores de
fútbol presentan a menudo debilidad de los isquitibiales, abdominales y de los
músculos de la espalda. Por tanto, los estiramientos de piernas y las flexiones
también deberían formar parte del programa de evaluación de la fuerza.
El tercer parámetro de evaluación es la potencia (fuerza por unidad de tiem-
po y fuerza explosiva). El fútbol es un juego de intensidad elevada y explosiva,
y de arranques de potencia de corta duración. Existen más diferencias entre los
jugadores de fútbol de alto nivel y de bajo nivel en las características de la poten-
cia anaeróbica que en la potencia aeróbica de resistencia. La potencia puede
medirse a través de la prueba de salto vertical (más adecuada para exámenes ruti-
narios a los futbolistas), saltos de altura, saltos de longitud y lanzamiento de
pelota. Otras pruebas incluyen el desarrollo de la potencia máxima mediante una
prueba de bicicleta estática durante 10 segundos, la prueba del salto de escalera
de Margaria o los cálculos de tiempo de máxima torsión para las mediciones iso-
cinéticas.
El cuarto parámetro de evaluación es la resistencia anaeróbica, especialmen-
te el componente aláctico. El análisis del movimiento muestra que los jugadores
de fútbol normalmente recorren distancias cortas a gran velocidad, aunque
Documento2 14/2/05 17:05 Página 216

216 MEDICINA DEL FÚTBOL

recorren un total de 9 km por partido. Las pruebas utilizadas para examinar este
parámetro son el ritmo en una carrera de 20 metros, carrera con puntos de lanza-
miento de 3 por 5 con o sin pelota, o el ejercicio de 5 puntos (figs. 13-2 y 13-3).
Aunque la carrera con lanzamientos es más específica del fútbol, el ejercicio
repetitivo o drill (práctica consistente en la repetición continuada de un mismo
ejercicio) de 5 puntos también servirá para evaluar la agilidad.

EJERCICIO DRILL DE 5 PUNTOS

PIERNA PIERNA AMBOS


DERECHA IZQUIERDA PIES

3
PASOS

2
PASOS

Realice cada secuencia 5 veces

Figura 13-2. Ejercicio de los 5 puntos. Los puntos se distribuyen tal como aparece en el dia-
grama. Cada secuencia debe realizarse en el orden indicado y repetirse cinco veces.

EJERCICIO DRILL DE 3 X 5

5 metros

INICIO
3 metros
Figura 13-3. Ejercicio de 3 x 5. Empiece en una esquina del recorrido y dé la vuelta en el
centro como muestran las flechas. Puede hacerse corriendo o regateando la pelota.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 217

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


217

Otras pruebas que utilizan el principio de producción de lactato para medir las
características de potencia son más sofisticadas, pero no proporcionan informa-
ción adicional a la que ofrecen las pruebas mencionadas anteriormente. El resul-
tado total del test Wingate de rendimiento máximo en 30 segundos se basa más
en el sistema aláctico, que es menos importante en fútbol.
El último parámetro por examinar es la resistencia aeróbica. Teniendo en
cuenta la distancia media recorrida durante un partido (unos 9 km), el ritmo car-
díaco medio durante un partido (aproximadamente 170) y las estimaciones del
laboratorio del promedio de consumo de oxígeno máximo (VO2máx) de los juga-
dores de fútbol (55-65 ml/kg/min), este parámetro tiene un papel realmente
importante en el rendimiento y en las lesiones. Este parámetro puede ser
más importante en fases de recuperación tras la actividad anaeróbica durante el
partido. Por consiguiente, es necesaria una capacidad mínima de resistencia y
debería evaluarse y acondicionarse porque puede mejorar fácilmente. La evalua-

RECORRIDO EN EL CAMPO DE FÚTBOL

1. Esprint
2. Saltar y tocar una pelota con
la cabeza
3. Correr sorteando los conos
4. Correr hacia atrás
5. Recoger la pelota de fútbol
6. Regatear los conos
7. Tres saltos corriendo
8. Saltos en zigzag sobre las
líneas
9. Esprint

INICIO
Figura 13-4. Recorrido en el campo de fútbol. Siga las instrucciones del recorrido para pro-
bar las habilidades y resistencia en fútbol.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 218

218 MEDICINA DEL FÚTBOL

ción puede realizarse mediante pruebas en el campo o en condiciones de labora-


torio. La distancia recorrida durante la prueba de Cooper, el cronometraje en una
carrera de 1,5 km o en una carrera sobre un campo de fútbol más específico (fig.
l3-4) son factores útiles para hacer una valoración general, aunque también pue-
den basarse en la contribución del sistema láctico. La medición de la recupera-
ción del ritmo cardíaco tras el ejercicio, las mediciones indirectas de VO2máx por
tests submáximos (tests de pasos, capacidad física de rendimiento a un ritmo car-
díaco de 170 [CFR170], el nomograma de ritmos Astrand) o las estimaciones de
los tests de rendimiento máximo (Rmáx) para probar la resistencia son represen-
tativas para el examen médico. Las valoraciones del laboratorio del volumen
máximo de oxígeno y el margen de lactato o la cantidad de lactato en el campo
con determinación del tiempo máximo de recorrido puede caracterizar mejor los
sistemas metabólicos que participan, y puede beneficiar a los niveles más altos
de competición. Es necesaria una correcta interpretación de estas pruebas para
realizar una evaluación adecuada.

Formato de posición
La organización de los EFPP depende de muchos factores médicos y no
médicos. Uno de los factores principales es la estructura médica de la comuni-
dad local. Mientras que algunas comunidades ofrecen unos programas y proto-
colos muy organizados, otras tienen una organización pobre, y algunas incluso
carecen de ella. La organización de los EFPP debería llevarse a cabo como una
“investigación en masa” en un formato de posición, especialmente para los
deportistas jóvenes involucrados en actividades deportivas organizadas como el
fútbol. El formato de posición también puede emplearse a menor escala para
grupos menos numerosos de atletas altamente cualificados. Este formato facili-
ta la fluidez y la mejor utilización del tiempo, del material, del espacio y del per-
sonal. Deben utilizarse las grandes áreas como centros de medicina deportiva,
una escuela local o los locales facilitados para el entrenamiento. Es necesario
determinar unas líneas claras de autoridad. Puesto que un doctor en medicina es
el responsable de la parte médica del examen, deberá hacerse cargo de ello. El
programa de posición puede orientarse según un sistema del espacio disponible
o de un método directo (fig. 13-5). Esto requiere el compromiso de un grupo
diverso de personas incluyendo médicos, fisioterapeutas físicos, entrenadores
atléticos, enfermeras, padres interesados y otros estudiantes. Las pruebas deben
realizarse de manera correcta y de modo que puedan reproducirse los resulta-
dos. Por tanto, tanto los examinadores como la persona examinada deben estar
bien informados.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 219

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


219

Examen Flexibilidad Fuerza Potencia Resistencia


(cuestionarios) anaeróbica
Examen Revisión Resultados
Resistencia
médico músculosquelética
aeróbica
Examen (cuestionarios)

Flexibilidad Fuerza Potencia Resistencia anaeróbica Resistencia aeróbica

Evaluación médica general

Resultados

Figura 13-5. Organización de las posiciones: línea recta (superior) o espacio disponible
(inferior).

Sólo se permitirá pasar a la siguiente posición después de haber completado


las posiciones anteriores. Esto se consigue más fácilmente si cada examinador
firma la hoja de datos que lleva el atleta. Finalmente, todos los datos se recoge-
rán en la inspección final, donde serán analizados y comentados por el médico y
por las personas relacionadas directamente con la atención al deportista.
Los EFPP individuales pueden realizarse en las consultas individuales de un
médico. Aunque la privacidad y una mayor atención individual pueden tener
como resultado un examen médico mejor, esta situación no proporcionará infor-
mación sobre los parámetros de rendimiento, que son un componente clave para
alcanzar la máxima eficacia de los EFPP.

Selección de pruebas específicas según la edad y el


nivel de aptitudes

La reflexión anterior destaca la importancia del marco de trabajo y de los


métodos de los EFPP. La edad, la madurez, el nivel de capacidad, y el género
requieren el uso de una evaluación específica de las necesidades y exigencias
asociadas con cada categoría. La valoración de la madurez ósea (clínica o radio-
lógicamente), que es un factor determinante del perfil fisiológico del joven que
está creciendo, necesita ajustarse a las normas y necesidades específicas de la
edad. Los niños en la edad previa a la pubertad tienen un sistema de capacidad
de resistencia bien desarrollado, un bajo sistema glucolítico y un patrón de movi-
miento menos eficaz. Por consiguiente, la pubertad ejerce una importante
influencia en el perfil fisiológico de cada persona.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 220

220 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los problemas de flexibilidad y algunas lesiones por el uso continuado, como


son la apofisitis de Sever y la de Sinding-Larsen, son frecuentes en deportistas
en la edad previa a la pubertad, especialmente aquellos que participan en compe-
ticiones de alto nivel. Debe realizarse un EFPP básico a estos atletas, que debe
iniciarse prestando atención a la posición axial del esqueleto. Hay que examinar
la flexibilidad en la zona lumbar (estiramientos hacia delante), isquiotibiales,
cuádriceps y pantorrillas. La fuerza muscular del abdomen puede probarse
mediante ejercicios abdominales. La fuerza de los hombros y de los músculos
axiales puede probarse mediante flexiones. Es conveniente realizar un test de
resistencia aeróbica general para el grupo de esta edad, como por ejemplo, una
carrera de 1,5 km para la práctica del fútbol y de modo educativo hacia una acti-
tud general positiva de la forma física. Los niños obesos con una forma física
poco favorable deben recibir información en este contexto. Durante la pubertad,
una flexibilidad reducida se debe a las diferentes fases del crecimiento de los
huesos y de los músculos. Puesto que los jugadores de fútbol en general tienen
una flexibilidad reducida de los músculos de la pierna, debe prestarse especial
atención a estas características en este grupo de edad.
Aunque el aumento de fuerza durante y después de la pubertad puede ser
impresionante debido al efecto de la testosterona, son frecuentes los desequili-
brios musculares, y deben evaluarse detenidamente. La agilidad puede seguir
siendo reducida hasta que se alcance la coordinación con el aumento de fuerza.
Las medidas de resistencia aeróbica son importantes porque pueden disminuir
durante la pubertad. Para deportistas de instituto o universitarios, debe realizar-
se todo el conjunto de pruebas. Es el momento de rendimiento máximo y tam-
bién de la base musculosquelética máxima.
A una cierta edad, se manifiesta un descenso en las características del perfil
físico. Esto encamina los exámenes EFPP hacia una mayor atención a la revisión
médica, que incluye la investigación de enfermedades cardiovasculares, trastor-
nos del metabolismo y patología musculosteoarticular degenerativa. Debemos
centrarnos en la prevención de problemas potenciales mediante el entrenamien-
to, el fortalecimiento y la consolidación de una buena base aeróbica.
Las atletas femeninas también requieren una atención específica. Antes de la
pubertad pueden competir con sus compañeros masculinos. Tras la pubertad, las
diferencias de estatura y potencia imponen que el juego se divida específicamen-
te por sexos. Hay tres áreas de evaluación en las deportistas femeninas, que son
una mayor debilidad de las articulaciones (p. ej., problemas patelofemorales, lesio-
nes del LCA), la tríada de la deportista (amenorrea, osteoporosis, trastornos ali-
mentarios) y un mayor riesgo de desarrollar anemia. Es importante detectar estos
factores en los EFPP, puesto que una detección a tiempo de estas anomalías y una
Documento2 14/2/05 17:05 Página 221

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


221

serie de medidas correctivas pueden prevenir problemas en un futuro. Los análisis


de las debilidades, los cuestionarios específicos de la tríada de la deportista feme-
nina y un análisis de sangre (cuando sea necesario) son útiles para el diagnóstico.
De manera similar a sus compañeros masculinos, las deportistas desarrollan poca
flexibilidad muscular y deberían evaluarse con el mismo tipo de pruebas.
Las baterías de pruebas propuestas para los futbolistas según el grupo de edad
se ilustran en la tabla 13-6.

Compilación y organización de datos


Los datos resultantes de los EFPP deben organizarse de manera fácil y acce-
sible. Los formularios de examen específicos rellenados a mano pueden ordenar-
se por orden alfabético de nombres, por actividad deportiva, por colegio o por
equipo. Lo ideal es almacenar los datos en un programa informático. Un buen
sistema de organización de datos hace posible analizarlos uniformemente y pro-
porciona más fácilmente un seguimiento longitudinal del jugador de fútbol. Los
examinadores pueden utilizar todos los datos para la investigación deportiva
médica, estableciendo normas de actuación y detectando factores de riesgo de
lesión. De esta forma, pueden elaborarse programas específicos para maximizar
los resultados o reducir el riesgo de lesión.

Feedback y almacenamiento de datos


En la evaluación final, deben comentarse los resultados de las pruebas de
manera adecuada. El médico tiene que juzgar la capacidad del atleta para partici-
par en el equipo de fútbol basándose en los mejores criterios de la atención sani-
taria. La decisión final puede ir desde la aprobación con o sin restricciones, a la
aprobación aplazada, o bien a la descalificación. La aprobación con restricciones
conllevará alguna modificación para que el deportista pueda cumplir los requisi-
tos físicos. Algunos ejemplos serían problemas serios de tobillo o de rodilla, gafas
de alto impacto para deportistas con un ojo, o protección del riñón para atletas con
un solo riñón. La aprobación aplazada implicaría una evaluación o tratamiento
posterior, por ejemplo, en el caso de existencia de presión sanguínea alta, de un
soplo cardíaco sin explicación o del proceso de rehabilitación de una lesión.
Aunque es poco frecuente, puede que sea necesaria la descalificación debido a car-
diomiopatías, hemorragias, diabetes no controlada o hipertensión. Esta decisión se
basará principalmente en la acumulación de información “negativa” de los exáme-
nes EFPP. Deberían potenciarse otras opciones deportivas y de acondicionamien-
to físico para estos deportistas descalificados por su base musculosquelética.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 222

222 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 13-6.

Batería de pruebas recomendada


Equipos juveniles menores de 15 años
Flexibilidad Fuerza Salto vertical
Abdominales tocando la Abdominales
punta del pie Flexiones Resistencia aeróbica
Cuádriceps Carrera alrededor del campo
Tendones de fútbol
Carrera de 1,5 km
Resistencia anaeróbica
Carrera de 400 metros
Test 3 X 5
Equipos juveniles de 15-19 años
Flexibilidad Fuerza Todas las pruebas
Todas las pruebas Ejercicios para los
cuádriceps Resistencia aeróbica
Resistencia anaeróbica Estiramientos Carrera de 1,5 km
Carrera de 400 metros Carrera alrededor del campo
Test 3 X 5 de fútbol
Ejercicio drill de 5 puntos
Equipo universitario o de elite
Flexibilidad Fuerza Todas las pruebas
Todas las pruebas Todas las pruebas Otras pruebas de laboratorio

Resistencia anaeróbica Resistencia aeróbica


Todas las pruebas Carrera de 1,5 km
Carrera alrededor del campo
de fútbol
Otras pruebas de laboratorio
Adulto
Flexibilidad Fuerza Salto vertical
Abdominales tocando la 5 Rep Max agacharse en
punta del pie cuclillas Evaluación médica
Cuádriceps Examen apropiado según la
Tendones edad
Abdomen
Flexores de cadera Resistencia aeróbica
Carrera alrededor del campo
Resistencia anaeróbica de fútbol
Carrera de 400 metros
Documento2 14/2/05 17:05 Página 223

EXÁMENES FÍSICOS DE PREPARTICIPACIÓN


223

La mayoría de los datos recogidos son información “positiva” y no se utili-


zan para restringir la participación en la competición. Por el contrario, al utilizar
normas y criterios para los jugadores de fútbol, los puntos débiles de las capaci-
dades del atleta pueden enfocarse para proporcionar unas reglas básicas para la
prevención de lesiones y para maximizar los resultados. Las recomendaciones
deben explicarse y remarcarse a los deportistas y a sus entrenadores, especial-
mente cuando es fácil corregir las deficiencias. La poca flexibilidad, la falta de
resistencia, la debilidad o el desequilibrio muscular y las heridas no curadas com-
pletamente son algunos ejemplos de deficiencias. Los programas especiales de
ejercicios (p. ej., ejercicios de estiramiento) descritos en una publicación ilustra-
da ayudan al deportista a alcanzar estas metas.

CONSIDERACIONES ECONÓMICAS
Y RESPONSABILIDADES LEGALES
Los exámenes EFPP deberían ser relativamente asequibles y rentables. Por
esta razón, el examen detallado no debe realizarse cada año a cada deportista.
Cada atleta debe pasar el examen médico general cuando entra a formar parte del
programa deportivo. El nivel de competición, edad e historial médico del juga-
dor, que puede conocerse a través del cuestionario de revisión del estado de salud
anual, determinará la necesidad del examen detallado. El examen de rendimien-
to físico debería hacerse cada año para ayudar al deportista a mantener las máxi-
mas condiciones de forma física. La mayoría de los exámenes de preparticipa-
ción de los atletas jóvenes se realizan bajo el patrocinio de la escuela u otra orga-
nización (p. ej., asociación juvenil de fútbol). Aunque el EFPP es necesario en
todos los estados para actividades deportivas interescolares, no es uniforme en su
contenido. Debe obtenerse el consentimiento por el posible (bajo) riesgo de acci-
dentes durante los exámenes EFPP y debe informarse al deportista que los EFPP
no son una sustitución del examen físico anual. Es necesaria una buena organi-
zación de los datos y la documentación de procedimiento adecuada para dismi-
nuir las posibilidades de pleito. Las descripciones de las responsabilidades lega-
les de los EFPP están expresadas por escrito.

CONCLUSIONES
Los EFPP desempeñan un papel importante en la evaluación y en la fase pre-
via de los deportistas para su participación en el fútbol. Para jugar a fútbol el atle-
ta debe reunir las condiciones fisiológicas y psicológicas adecuadas. Los EFPP
deben considerar estos propósitos para permitir o restringir las actividades futbo-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 224

224 MEDICINA DEL FÚTBOL

lísticas y para evaluar el punto crítico de interacción de las exigencias específi-


cas del fútbol y de la forma musculosquelética del individuo para mejorar el ren-
dimiento y prevenir las lesiones. Para alcanzar estas metas, los exámenes EFPP
deben personalizarse por edades, sexo y nivel de capacidad. Los comentarios y
retroalimentación de los datos recogidos son esenciales para el deportista y los
entrenadores.

LECTURAS RECOMENDADAS

Ekstrand J, Gillquist J. The avoidability of soccer injuries. Int J Sports Med


1983;4:124-128.
Herbert W. Legal considerations in sports medicine. En: Kibler WB (Ed)
Handbook for the team physician. Baltimore: Williams & Wilkins, 1996.
Jackson DL, Nyland J. Club lacrosse: A physiological and injury profile. Ann
Sports Med 1990;5:114-117.
Kibler WB, Chandler TJ, Uhl T, y cols. A musculoskeletal approach to the pre-
participation physical examination: preventing injury and improving performan-
ce. Am J Sport Med 1989;17:525-531.
Kibler WB. Advances in conditioning. En: Griffin LY (Eds). Orthopaedic
Knowledge update sports medicine. Illinois: American Academic of Orthopaedic
Surgeons, 1994:65-72.
Kibler WB. The sport preparticipation fitness examination. Champaign, Illinois:
Human Kinetic Books, 1990.
Knapik JJ, Bauman CL, Jones BH, y cols. Preseason strength and flexibility
imbalances associated with athletic injuries in female collegiate athletes. Am J
Sport Med 1991;19:76-81.
Lombardo J. Preparticipation examination. En: Cantu RC, Micheli LJ (Eds).
ACSM guidelines for the team physician. Filadelfia: Lea and Febiger, 1191:127-
132.
Smith B. Preparticipation physical examination. Sp Med Arthro Rev 1995;3:84-
94.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 225

14 ASISTENCIA
MÉDICA
DURANTE EL
CAMPEONATO
W. Ben Kibler
Beven Pace Livingston
John McMullen
Los campeonatos juveniles de fútbol son una parte importante del Programa
de la Federación de Fútbol de EE.UU. Estos torneos, que normalmente duran 3
o 4 días, reúnen entre 200 y 2.000 jóvenes que juegan 25 partidos por competi-
ción. Según la probabilidad estadística, muchas de las lesiones que se producen
son de esperar. Pueden ir desde lesiones musculosqueléticas a problemas médi-
cos o enfermedades relacionadas con el calor que pueden afectar a los jugadores,
árbitros y aficionados. Debido a estos riesgos, los organizadores del torneo deben
asignar una alta prioridad a la asistencia médica en el lugar del encuentro. Llevar
a cabo apropiadamente esta asistencia médica es complejo: requiere organiza-
ción, plan de acción, personal y recursos para hacer posible la participación segu-
ra de todos los deportistas. Este capítulo desarrolla los principios básicos de pla-
nificación y de ejecución de la asistencia médica en torneos de fútbol juvenil.

PLANIFICACIÓN
Organizaciones

La planificación de la asistencia médica requiere la participación de la orga-


nización de fútbol patrocinadora y de la organización médica responsable. Cada
organización debe definir detalladamente las obligaciones y las responsabilida-
des específicas. Deben llegar a un acuerdo de cooperación e iniciar las reuniones
al principio del proceso de planificación de cada torneo. La ejecución de la asis-
tencia médica es más eficaz si el proceso de planificación incluye un acuerdo
entre las organizaciones sobre las metas, los objetivos y los métodos.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 226

226 MEDICINA DEL FÚTBOL

La organización de fútbol patrocinadora controla todos los aspectos de la


competición. Para garantizar la máxima seguridad de sus participantes, los orga-
nizadores deben reconocer la importancia de la asistencia sanitaria. En algunos
torneos, la asistencia médica es una idea adicional, que tiene como resultado una
asistencia o cooperación pobre. La organización patrocinadora debe poner énfa-
sis en la importancia y disponibilidad de la asistencia médica a directivos, juga-
dores y entrenadores en el lugar mismo del torneo. Los organizadores deben
emplear los recursos para proporcionar la asistencia médica necesaria y el perso-
nal adecuado para llevar a cabo esta asistencia. La organización deportiva debe
designar un coordinador de servicios médicos para que actúe como enlace con la
organización médica.
La organización médica responsable debe ser coherente y tener capacidad de
dirección. En ningún caso debe ser una mera colección de individuos que se ofre-
cen voluntarios porque sus hijos juegan en el equipo. Debe haber un director de
servicios médicos, un coordinador designado formalmente y una lista de recur-
sos disponibles que incluya doctores, terapeutas, entrenadores, directores de hos-
pital y servicios para tratamientos de urgencia. Esta organización debe responsa-
bilizarse de reunir y proporcionar la entrega de los servicios médicos.

Acuerdo

Debe redactarse un acuerdo por escrito que describa las responsabilidades de


cada organización para garantizar que las responsabilidades se reparten correcta-
mente y que cada organización individual asume su papel. El acuerdo debe espe-
cificar qué organización es responsable de proporcionar ciertos materiales o
recursos incluyendo la publicidad, carpas, pancartas, teléfonos, material de emer-
gencia, suministros para los tratamientos médicos y transporte. Debe establecer
líneas de comunicación entre las dos organizaciones y una jerarquía de autoridad
para las decisiones difíciles sobre el juego como la interrupción, alteración y
vuelta a los criterios de juego en condiciones meteorológicas extremas como tor-
menta, lluvia, calor o frío extremos. Cada organización puede entonces reunir y
utilizar los recursos basándose en sus responsabilidades concretas. La tabla 14-1
muestra un ejemplo de este acuerdo.

Responsabilidades específicas

La organización de fútbol patrocinadora es responsable de proporcionar el


material y los servicios para respaldar los servicios médicos (tabla 14-2). El
material básico necesario son carpas o salas designadas para el cuidado médico.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 227

ASISTENCIA MÉDICA DURANTE EL CAMPEONATO


227

Tabla 14-1.

Líneas generales del acuerdo entre la organización patroci-


nadora de fútbol y la organización médica responsable

Obligaciones
A. Director médico

• Revisar todos los criterios y procedimientos


• Establecer contacto con hospitales
• Proporcionar asistencia médica in situ

B. Médicos
• Proporcionar asistencia médica in situ
• Determinar la categoría de juego

C. Coordinador de asistencia médica


• Coordinar todas las actividades de asistencia médica
• Planificar el material y el personal en el campo de juego

D. Entrenadores, técnicos médicos de urgencia, terapeutas


• Asistencia médica de atletas, entrenadores y jugadores
• Compilar datos referentes a las lesiones
• Garantizar el cuidado médico básico y avanzado
• Proporcionar el tratamiento definitivo para las lesiones leves

E. Coordinador de servicios médicos


• Enlace con la organización patrocinadora
• Proporcionar los materiales para la asistencia médica
CHEQUEO DE CONTACTO
Esta lista deberá revisarse durante el proceso de planificación. Será firma-
da por los representantes de enlace de cada organización antes del torneo

LOCALIZACIÓN DEL CAMPO FECHA

Estos espacios no se compartirán con árbitros, entrenadores o promotores. Los


organizadores deben suministrar teléfonos móviles o walkie-talkies para facilitar
la comunicación entre el campo y la carpa médica o el personal de emergencia.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 228

228 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 14-1. Continuación

Líneas generales del acuerdo entre la organización patroci-


nadora de fútbol y la organización médica responsable

Completado No completado Problemas

1. Lista de teléfonos de emergen-


cia
2. Establecer la comunicación
(tipo)
3. Material médico de apoyo
informado y confirmado
4. Material de atención primaria
organizado y asegurado
5. Entrenador
6. Botiquín del entrenador
7. Carpa o sala con mesa de
revisión médica
8. Neveras portátiles con hielo y
agua
9. Acceso identificado al agua
10. Formularios de lesiones
11. Protocolo de emergencia
Revisión de la atención y acti-
vación de los técnicos médicos
de urgencia (TMU)
12. Permiso de formulario de asis-
tencia médica
13. Información dada a los entre-
nadores
14. Asistencia médica
15. Material de estabilización
16. Material de transporte

Deberán proporcionarse coches-camilla o algún otro medio de transporte en el


campo. Por último, debe haber un lugar de almacenamiento seguro para el mate-
rial médico durante la noche.
Además del coordinador de servicios médicos designado, la organización de
fútbol proporcionará un número adecuado de delegados para cubrir todos los
campos durante la competición. Estos delegados son normalmente asignados a
Documento2 14/2/05 17:05 Página 229

ASISTENCIA MÉDICA DURANTE EL CAMPEONATO


229

Tabla 14-2.

Responsabilidades específicas de cada ógano

Organización patrocinadora de fútbol


Equipo
• Designación - uso de tiendas o habitaciones
• Teléfonos móviles
• Transmisor receptor portátil
• Espacios seguros para almacén

Personal
• Coordinador
• Vigilante de campo

Publicidad
• Disponibilidad y grado de cobertura
• Responsable médico de la organización

Equipo y suministros
• Equipo resucitador de emergencia
• Camillas
• Muletas
• Camilla de exploración
• Cinta
• Mantas
• Medicamentos
• Suministros de primeros auxilios

Personal
• Entrenadores certificados
• Fisioterapeutas
• Enfermeros
• Médicos

Cobertura médicos
• Evaluación inmediata y control temprano
• Tratamiento final
• Estabilización
• Referencia
• Evaluación para regresar al juego

Soporte médico
• Hospitales
• Otros especialistas
• Ambulancia
Documento2 14/2/05 17:05 Página 230

230 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 14-3.

Equipo y suministros médicos para cada sitio del equipo

Camillas de exploración
Nevera, hielo y bolsas
Agua fría
Desfibrilador y fármacos cardíacos
Tablillas para brazos y piernas
Muletas
Camillas
Vendajes
Tensiómetro y estetoscopio
Termómetros
Bandas elásticas
Suministros de primeros auxilios
• Gasa
• Desinfectantes
• Limpiador de heridas
• Pomadas con antibióticos
• Cintas adhesivas
• Bandas para cerrar heridas
• Guantes
• Bolsas para material de riesgo biológico
• Accesorios de relleno

dos campos para resolver problemas, y son siempre las primeras personas de
contacto en caso de surgir un problema médico. Los delegados de campo deben
poder comunicarse con la carpa médica para dar una idea aproximada de la lesión
acontecida y del personal necesario.
Finalmente, la organización de fútbol debe dar publicidad de la disponibili-
dad y del alcance de la asistencia médica, y reconocer la participación de la orga-
nización médica. Esto puede hacerse a través de folletos antes del torneo y en
pancartas y señalización durante su transcurso.
La organización médica responsable debe suministrar las facilidades básicas
y avanzadas para resolver los problemas médicos que puedan surgir en torneos
de fútbol. Debe realizarse una evaluación inmediata y una resolución rápida de
Documento2 14/2/05 17:05 Página 231

ASISTENCIA MÉDICA DURANTE EL CAMPEONATO


231

las lesiones graves, así como un tratamiento definitivo para las lesiones leves y
su estabilización, y establecer contactos para tratar todas estas lesiones. Deben
programarse puestas al día para la posible vuelta al juego de un jugador tras la
recuperación de una lesión leve. La organización médica debe proporcionar todo
el suministro y el material médico para alcanzar estas metas.
Esto incluye equipo de atención de emergencia, camillas, muletas, camillas
de exploración, cinta, vendas, cualquier medicamento desde aspirina y otros fár-
macos antiinflamatorios no esteroideos hasta kits para la picadura de abeja. En la
tabla 14-3 se muestra una lista completa de existencias para todos los campos.
El personal médico disponible debe reunir una amplia gama de conocimien-
tos prácticos. Los entrenadores atléticos certificados son un prerrequisito de cada
sitio. Los fisioterapeutas, las enfermeras, los técnicos médicos de emergencia
(TME) y el personal auxiliar deben implicarse conforme a la disponibilidad del
campo, la ubicación y la experiencia en el pasado. Los doctores en medicina
deben asignarse a cada campo en una base de rotación. Deben tener experiencia
en la asistencia sobre el campo, así como en actividades de emergencia, y ser
capaces de colaborar con el personal médico local.
El soporte médico debe organizarse por adelantado. Los hospitales con espe-
cialización de traumatología deben ser informados de que está teniendo lugar el
torneo y que éste puede generar una serie de problemas médicos. La asistencia
de traumatismos musculosqueléticos, de lesiones craneales y de problemas médi-
cos deben organizarse con los médicos locales que han aceptado la convocatoria.
Finalmente, el transporte de urgencia en ambulancia debe acordarse con ésta en
el lugar mismo del encuentro o como máximo a 5 minutos de distancia. Deben
facilitarse también los mapas y las direcciones de los campos de fútbol a los
transportistas de la ambulancia.

Coordinación

Las sesiones de preparación regulares deben iniciarse 3 o 4 meses antes del


acontecimiento. En cada torneo las sesiones serán cada vez más fáciles y efica-
ces. Una preparación con antelación implica reunir la información sobre el
número de equipos, los cambios y la ubicación de los campos, la hora de inicio
de los partidos y los recursos físicos (p. ej., carpas, coches-camillas, teléfonos,
provisiones médicas necesarias en cada sede). Debe conocerse cualquier peculia-
ridad física sobre la ubicación de los campos, como la distancia a otras localida-
des, el acceso en vehículo limitado o la distancia a un lugar con agua. De este
modo podrán desarrollarse y designarse los recursos médicos adecuados para
cada uno de los campos.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 232

232 MEDICINA DEL FÚTBOL

EJECUCIÓN
Pretorneo
El personal médico debe asistir a las reuniones de entrenadores durante el
pretorneo, donde se describirán el alcance de los servicios y la localización de las
áreas de tratamiento. Se debatirá cómo se evaluarán y tratarán las lesiones en el
campo. Se exige a los entrenadores que informen al director médico de los pro-
blemas médicos en curso, como lesiones musculares no curadas completamente,
fracturas que todavía requieren escayola o diabéticos que necesitan insulina.
Todo esto es imprescindible para una preparación adecuada. Los primeros entre-
nadores deben ser conscientes de los problemas climáticos potenciales. La pre-
sentación de apertura por parte del director médico debe destacar siempre la
importancia de medidas preventivas durante el entrenamiento, la nutrición y
la hidratación. Finalmente, es importante confirmar que todos los permisos de
formularios de tratamiento, que permiten una evaluación y estabilización preci-
sa de urgencia, son vigentes y están en posesión de los entrenadores.
La espina dorsal de la asistencia médica durante los torneos de fútbol juvenil
es el entrenador atlético certificado. Ésta es la primera persona con quien se con-
tacta cuando se produce una lesión. El número de entrenadores debe ser propor-
cional al número de campos y al número, edad y nivel de capacidad de los juga-
dores. Una proporción adecuada es 1-2 entrenadores atléticos por cada 6-10 cam-
pos y por lo menos uno por estadio. Se necesita una mayor asistencia de perso-
nal en áreas con un mayor riesgo de lesión. Según los datos de lesiones de tor-
neos pasados, los mayores riesgos suceden en campos donde juegan jugadoras de
13 años y de 18 años, o jugadores de 16 a 19 años.
Las enfermeras o los técnicos médicos de emergencia pueden destinarse a
donde sean de más ayuda. Suelen situarse en el área de la carpa para cubrir los
servicios de urgencia, reanimación y observación en casos de contusiones leves,
lipotimias, mareos o reacciones diabéticas.
Los fisioterapeutas ayudan en los diagnósticos y proporcionan tratamiento
definitivo de problemas musculosqueléticos leves como rotura de ligamentos de
primer grado y debilidad muscular. También ofrecen el tratamiento adecuado al
proceso, instrucciones de fortalecimiento o flexibilidad en caso de rehabilitación
por lesión, o una prescripción de ejercicio para que el deportista la lleve a su país
de origen para que la vea su terapeuta personal.
Los doctores en medicina deben ser asignados para supervisar la asistencia
médica en los campos. Deben permanecer in situ la mayor parte del tiempo.
Deben tener también experiencia sobre el campo o como médicos de equipo y
tener conocimiento de los problemas musculosqueléticos, médicos y del entorno
Documento2 14/2/05 17:05 Página 233

ASISTENCIA MÉDICA DURANTE EL CAMPEONATO


233

que pueden surgir en un torneo de fútbol. Los médicos normalmente sirven de


apoyo al entrenador atlético en la evaluación y el tratamiento de las lesiones mus-
culosqueléticas leves. No obstante, en casos más serios, los médicos deben asu-
mir el control total de la situación. Los médicos también se personarán en una
visita clínica cada mañana durante el torneo para la evaluación de las lesiones y
para permitir la vuelta al juego a ciertos jugadores tras la recuperación de viejas
lesiones.

Evaluación de lesiones

El entrenador atlético atiende normalmente en la carpa médica y responde a


la revisión directa de la lesión o a la llamada del delegado de campo. El entrena-
dor tiene total autoridad para ver al individuo lesionado y atender o proporcionar
cuidado médico en el lugar donde se produce la lesión. El entrenador también
tiene autoridad para suspender el partido, si es necesario, y para decidir cuándo
y cómo puede moverse al jugador lesionado de forma segura. Tras la evaluación
inicial debe realizarse el transporte de estabilización a un lado del campo, a la
carpa médica o al hospital. El entrenador puede transportarlo a pie, con muletas
o en coche-camilla.
La consulta médica es necesaria para todas aquellas lesiones con un diagnós-
tico dudoso o para cualquier lesión que requiera la aprobación de un doctor para
la vuelta al juego. La consulta también se solicita para lesionados enviados al
hospital.
El entrenador puede activar el sistema de servicios médicos de urgencia
(SMU) si la lesión es lo suficientemente grave como para solicitar un transporte
controlado o supervisado al hospital y se ha establecido una normativa para este
proceso. El transporte mediante los SMU o en coche privado es obligatorio en
caso de cualquier fractura con una deformidad obvia o posible obstrucción neu-
rovascular, fracturas con síntomas clínicos de riesgo que requieran una radiogra-
fía, conmociones cerebrales con amnesia retrógrada, pérdida de conciencia, dolo-
res de cabeza persistentes y laceraciones que necesiten un cierre profundo.
El entrenador, terapeuta, o médico deben proporcionar un tratamiento defini-
tivo a los procesos o contusiones musculosqueléticas leves en el campo local o
durante el torneo, y tener a su disposición tablillas, cabestrillos u otros utensilios
en el campo de juego.
Antes de empezar cualquier tratamiento que no sea la evaluación y estabili-
zación de urgencia, debe obtenerse permiso legal ya que la mayoría de deportis-
tas son menores de edad. El permiso puede obtenerse directamente de los padres
o tutores legales in situ, de otro adulto que tenga permiso para la hoja de trata-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 234

234 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 14-4.

Formulario de informe de lesiones

NOMBRE: EDAD: FECHA:


DIRECCIÓN:
(calle) (ciudad) (estado) (código postal)

FECHA
DE LA LESIÓN: DEPORTE: ESCUELA:

ÁREA DEL CUERPO: CABEZA / CUELLO / EXTR. SUPERIORES / EXTR. INFERIORES /


TORSO / GENERAL / GENITALES
ESTRUCTURA ESPECIAL: LADO: DERECHO / IZQUIERDO/ BILATE-
RAL / MEDIO /
LESIÓN: CONTUSIÓN / CONMOCIÓN CEREBRAL / FRACTURA / TORCEDURA /
OTROS

MECANISMO: FLEXIÓN VARUS HIPERFLEXIÓN CONTACTO


PLANTAR VALGUS HIPEREXTENSIÓN DIRECTO
DORSI FLEXIÓN INVERSIÓN SUPINACIÓN CONGÉNIT
ROT. INTERNA EVERSIÓN PRONACIÓN AMBIENTAL
ROT. EXTERNA TORSIÓN PINZAMIENTO ESTRÉS REPETITIVO
FLEXIÓN LATERAL
OTROS
DIAGNÓSTICO: LESIÓN AGUDA/ 2.ª LESIÓN AGUDA / GRADUAL / 2.ª LESIÓN
CRÓNICA
CAUSA: MEDIOAMBIENTAL: CALOR / FRÍO DEFECTO CONGÉNITO CONTACTO
CON PERSONAS CONTACTO CON INSTRUMENTO DEPORTIVO SOBRECARGA
DINÁMICA USO EXCESIVO
CÉSPED: ARTIFICIAL / NATURAL DESEQUILIBRIO MUSCULAR OTROS
GRAVEDAD:
1: LESIONADO PERO CAPAZ DE VOLVER AL EJERCICIO / JUEGO. DAÑO MÍNIMO
O NULO.
1+: GRAVEDAD CERCANA AL NIVEL 2. PUEDE O NO VOLVER A LA ACTIVIDAD.
DAÑO MÍNIMO CON LIGERA HINCHAZÓN.
2: INCAPAZ DE VOLVER A LA ACTIVIDAD DURANTE AL MENOS UN DÍA. DAÑO
MODERADO CON HINCHAZÓN MODERADA.
2+: ALGUNA O TOTAL ROTURA DE TEJIDOS. REQUIERE EVALUACIÓN MÉDICA. HIN-
CHAZÓN PROMINENTE.
3: ROTURA TOTAL CON HINCHAZÓN GRAVE. REQUIERE ASISTENCIA ESPECIAL.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 235

ASISTENCIA MÉDICA DURANTE EL CAMPEONATO


235

Tabla 14-4.

Formulario de informe de lesiones


SITUACIÓN DEL DEPORTISTA:

ACTIVIDAD: FUERA DE JUEGO EJERCICIO REPETI- INTRAMUROS


TEMPORADA ENFRENTA- TIVO (DRILL) INDI- MANTENIMIENTO
NO DEPORTIVO MIENTO VIDUAL ENTRENAMIENTO
MEDICINA CARRERA DRILL SIN CON-
GENERAL TACTO
DRILL DEFENSIVO

OTROS
TIEMPO: PRÁCTICA / JUEGO / NO DEPORTIVO / CRÓNICO / OTROS
SECCIÓN: DEFENSIVA / OFENSIVA / INDIVIDUAL / NO DEPORTIVA / OTROS
DISPOSICIÓN: HOSPITAL CUÁL
DOCTOR ESPECIALIDAD
REAPARICIÓN RECUPERACIÓN OTROS
ESTADO: PLENO - ACTIVIDAD NORMAL
EN LA MEDIDA DE LAS - PARTICIPA PLENAMENTE EXCEPTO CUAN-
POSIBILIDADES DO SUFRE DOLOR, ENTONCES SE RETI-
RA
PRÁCTICA ALTERADA - LIMITADA A LA PARTICIPACIÓN ESPECIFI-
CADA POR EL DOCTOR O MÉDICO DE
EQUIPO
NINGUNA PRÁCTICA - DE BAJA A CAUSA DE ENFERMEDAD O
LESIÓN
FLEXIBILIDAD: ROM NORMAL
ROM LIMITADO / DE QUÉ MODO
FUERZA:
ACTIVIDAD NO ASISTIDA: NÚMERO DE DÍAS: NÚMERO DE PARTIDOS:
HISTORIAL:

INSPECCIÓN:

PALPACIÓN:

PRUEBAS FUNCIONALES:

PRUEBAS ESPECIALES:
PLANIFICACIÓN:
SEGUIMIENTO:
COMPLETADO POR: FECHA:
Documento2 14/2/05 17:05 Página 236

236 MEDICINA DEL FÚTBOL

miento (como el entrenador) o bien contactando con los padres. Las leyes del
“buen samaritano” se aplican normalmente en situaciones graves, pero no nece-
sariamente en situaciones leves.
Toda lesión observada por un miembro del personal de asistencia médica, ya
sea en el campo o en la carpa médica, se registra en una hoja de informe de lesio-
nes estándar (tabla 14-4). El formato de este formulario es compatible con el sis-
tema de informe de lesiones computerizado. Este formulario permite clasificar la
información en múltiples variables de lesiones, incluyendo posición, tipo, meca-
nismo y gravedad de la lesión, tratamiento, resultados del tratamiento, y estatus
de juego. Después de cada torneo, se revisan los datos de las lesiones y se com-
paran con los informes de años anteriores. Este tipo de seguimiento muestra qué
tipos y mecanismos de lesiones son más frecuentes para determinar las tenden-
cias y los cambios en los tipos de lesiones. Los resultados de los cambios de cual-
quier norma o de las técnicas de entrenamiento realizados en el pasado son inme-
diatamente visibles. Pueden proponerse sugerencias para futuros torneos en tér-
minos de material, campos o arbitraje. Por ejemplo, se observan menos lesiones
causadas por zancadillas por detrás cuando las penalizaciones son más severas y
el arbitraje más estricto. El número creciente de lesiones por contusión en la parte
inferior de la pierna, debidas a las patadas o atropellos deliberados, ha incitado al
comité de arbitraje del torneo a observar este mecanismo de lesión atentamente.

RESUMEN
La asistencia médica en los campeonatos de fútbol juvenil es una parte impor-
tante del éxito del programa y requiere atención al detalle, organización y com-
promiso para cooperar. El éxito se consigue a través de un proceso de planifica-
ción que empieza mucho antes del torneo. Aunque la logística de organización
de los recursos para esta tarea puede resultar difícil en un principio, permitir que
cada organización emplee sus mejores voluntades y esfuerzos hace que se pue-
dan superar la mayoría de dificultades. Los factores económicos juegan un papel
importante en la asistencia y deben acordarse de antemano. Los posibles acuer-
dos incluyen que cada organización pague su propia contribución, que la organi-
zación de fútbol financie la asistencia médica o que la organización médica actúe
como patrocinador que subvenciona el torneo.
Ambas organizaciones se benefician de este tipo de cooperación. La organi-
zación de fútbol recibe un servicio in situ a tiempo total para problemas médicos
inevitables que sucedan durante un torneo largo. La provisión de asistencia médi-
ca eficaz por parte del comité organizador del torneo es considerada por los equi-
pos que participan como un beneficio y es un factor significativo en su decisión
Documento2 14/2/05 17:05 Página 237

EL ROL DEL MÉDICO DE EQUIPO DE FÚTBOL


237

de volver al torneo un año tras otro. La organización médica ofrece un servicio a


la comunidad, puede recibir alguna compensación económica y tiene acceso a un
gran número de datos clínicos importantes que pueden analizarse y registrarse.
El beneficio más importante para cada organización es, sin duda, la consecu-
ción de su objetivo principal en un torneo competitivo, pero con unas condicio-
nes médicas seguras.

AGRADECIMIENTOS
Nos gustaría dar las gracias al personal del Lexington Clinic Sports Medicine
Center, de ahora y del pasado, que participaron en la asistencia prestada a los tor-
neos y contribuyeron al conocimiento colectivo que se presenta en este capítulo.

LECTURAS RECOMENDADAS

Kibler, WB. Injuries in Youth Soccer. Med Sci Sports Exerc 1993;25:1330-
1332.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 238
Documento2 14/2/05 17:05 Página 239

IV
LESIONES
Documento2 14/2/05 17:05 Página 240
Documento2 14/2/05 17:05 Página 241

15 LESIONES
AGUDAS

Werner Muller
Este capítulo pone a disposición del lector 25 años de experiencia en el cuida-
do ortopédico de jugadores de fútbol profesional. Los datos han sido recopilados
desde 1967-1991 durante la actividad del autor como cirujano ortopédico del
Fútbol Club Basel 1893; un equipo que estuvo en primera división durante 20 de
estos 25 años. Todos los datos presentados conciernen a los 22 jugadores del pri-
mer equipo. Del año 1967 al 1991, de más de 3.000 lesiones comunicadas al segu-
ro del club, 83 lesiones concretas necesitaron tratamiento quirúrgico primario.
Los datos indican la parte del cuerpo donde se producen con más frecuencia
las lesiones y el porcentaje total de éstas según su ubicación (p. ej., extremidades
superiores o inferiores). Hay algunas cuestiones de interés: ¿dónde encontramos
estas lesiones?, ¿cuáles son las lesiones benignas con un buen pronóstico que
permiten volver al terreno de juego?, ¿cuáles son tan graves que no permiten la
vuelta al campo?

MATERIAL Y MÉTODOS

Muchas de las lesiones menores, que no se registraron en el seguro, fueron


tratadas por los médicos y fisioterapeutas del club en el estadio. Estas lesiones
menores no fueron comunicadas. Si el jugador lesionado necesitaba radiografías,
tenía que ver al médico del club o necesitaba tratamiento más específico y no
podía jugar (compensación por indisposición laboral), la lesión se comunicaba a
la compañía de seguros y se registraba en su documentación. Todas las lesiones
informadas y documentadas entre 1987 y 1991 fueron analizadas. La estimación
del número total de lesiones durante una carrera de 25 años se basó en este pe-
ríodo de 4 años.

Interpolación, interpretación y estimación

Hubo 485 lesiones en 4 años. Se extrapoló que hubo más de 3.000 accidentes
graves registrados en el seguro (AGRS) en estos 25 años. Estas lesiones requi-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 242

242 MEDICINA DEL FÚTBOL

rieron 83 operaciones en el mismo período. El porcentaje de lesiones tratadas


operativamente fue del 2,7%. Las lesiones que necesitaban cirugía eran casos
en que la lesión era tan grave que sin operar no se podía esperar una restitución
total o el período de rehabilitación hubiera sido mucho mayor. La tabla 15-1
muestra los casos que requirieron cirugía según el tipo de lesión. La tabla 15-2 mues-
tra el número y el porcentaje total de lesiones no quirúrgicas según la zona del
cuerpo.
Todos los casos de lesión dentro del grupo de tratamiento no quirúrgico
pudieron volver al mismo nivel de competición en la primera división. El perío-
do de curación fue en cualquier caso de unos pocos días a algunas semanas o
incluso de muchos meses. La cirugía se eligió en casos de lesión grave de urgen-
cia o cuando el tratamiento no quirúrgico no tuvo resultados positivos (menos del
10% de las 83 intervenciones).
Hubo ocho lesiones tratadas sin cirugía que merecen especial atención: cua-
tro fracturas de clavícula, una dislocación de codo (portero) y tres fracturas del
radio (localización clásica). No hubo fracturas del antebrazo en todos estos años.
La dislocación del codo se trató con una tablilla extraible, la cual se retiraba
sólo para permitir el movimiento diario controlado y el entrenamiento muscular
temprano. Las tres fracturas de radio se redujeron y fijaron de yeso, que se reem-
plazó de 7 a 10 días después con una abrazadera de piel anatómicamente adapta-
da para los partidos. Esto fue necesario debido a las normas del fútbol, que no

Tabla 15-1.

Distribución global de todas las lesiones, 1987-1991 (N = 485)

Lesión Número Porcentaje

Contusiones 188 38,8


Torcedura de ligamentos 127 26,2
Lesiones musculares 87 17,9
Heridas 40 8,2
Columna vertebral 18 3,7
Distensión de ligamentos 11 2,3
Dientes 4 0,8
Nariz 2 0,4
Otras 8 1,7
Documento2 14/2/05 17:05 Página 243

LESIONES AGUDAS
243

Tabla 15-2.

Distribución por áreas de las partes del cuerpo implicadas

Localización Número Porcentaje

Cabeza 55 11,3
Cuello 6 1,2
Tronco 28 5,8
Extremidad superior - -
hombro / brazo 13 2,7
mano 51 10,5
Ingle 22 4,5
Extremidad inferior - -
Muslo 79 16,4
Rodilla 64 13,3
Pierna 38 7,8
Pie 129 26,6
Total 485 100

permiten ningún soporte de yeso o cualquier otra fijación dura en los partidos por
razones de seguridad. Los jugadores tuvieron que mostrar su abrazadera al árbi-
tro junto con un informe médico para su aprobación antes del juego. Debido a las
normas del juego, todos los tratamientos excluían la posibilidad de utilizar abra-
zaderas. Esto fue especialmente conflictivo en el tratamiento de lesiones de rodi-
lla, que tuvieron que ser tratadas quirúrgicamente en muchos casos.
La tabla 15-3 describe las 83 lesiones que se trataron mediante cirugía. Estos
casos están registrados según su localización y el tipo específico de lesión. En la
lista aparece el porcentaje total de accidentes graves registrados en el seguro
(AGRS).

LA PIERNA
El tiempo de curación de una fractura transversal de tibia puede ser muy largo
y el riesgo de una segunda fractura alto en los jugadores de fútbol. Incluso se
pueden doblar y romper los clavos. Los deportistas no suelen esperar el tiempo
suficiente antes de volver a jugar. Por este motivo, después de 6 a 8 semanas se
añade una decorticación de Judet abierta cuidadosamente adaptada a la fijación
Documento2 14/2/05 17:05 Página 244

244 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 15-3.

Distribución por áreas de las partes del cuerpo implicadas

Hombro / brazo / mano 13,2% del total de AGRS 11 de 83 = 13,3%


Dislocación de hombro frecuente 3
Dislocación A-C 2
Fractura lateral de clavícula 1
Fractura del húmero 1
Dislocación perilunar de muñeca 1
Fractura del metacarpio 1
Dislocación del dedo 2
Columna vertebral 3,7% del total de AGRS 1 de 83 = 1,2%
Hernia discal 1
Se aplicó tratamiento no quirúrgico a un jugador con dolor por espondilolistesis. El
jugador permaneció en el primer equipo más de una década y jugó 28 veces en el
equipo nacional sueco.

Pelvis 4,5% del total de AGRS 8 de 83 = 10,3%


Tenoplastia del recto interno del 5
muslo
Tenoplastia de recto femoral 3
Extremidades inferiores 64,1% del total de AGRS 65 de 83 = 78,3%
Rotura de músculo cuádriceps 1
Rotura del tendón semimembra- 1
noso 41
Rodilla 5
Pierna 17
Pie
Lesiones de rodilla 13,5% del total de AGRS 41 de 83 = 49,4%
Menisco, artroscópico o abierto 18
15 menisectomías parciales
3 rehabilitaciones
Ligamento cruzado anterior
(LCA) reconstrucción primaria 7
Lesiones cartilaginosas 6
Ligamento colateral interno (LCI) 4
LCI + fijación de menisco 3
Ligamento cruzado posterior (LCP) 1
Dislocación frecuente de la rótula 1
Plica 1
Documento2 14/2/05 17:05 Página 245

LESIONES AGUDAS
245

Tabla 15-3.

Distribución por áreas de las partes del cuerpo implicadas

De las lesiones de rodilla que se registraron (contusiones AGRS, torceduras, etc.), hubo
una rotura de LCI, una de LCP y una de LCA (un portero) que fueron tratadas no qui-
rúrgicamente.

Lesiones de pierna 7,8% del total de AGRS 5 de 83 = 6,0%


Fractura transversal de tibia +
peroné 1
Fractura directa y aislada del
peroné 1
Fractura maleolar Weber tipo C 3
Lesiones de pie 26,6% del total de AGRS 17 de 83 = 20,5%
Rotura de los ligamentos tarso-
peroneos 10
Rotura del ligamento deltoideo 2
Dislocación primaria habitual de
los tendones del peroné 2
Rotura anterior de sindesmosis 1
Fractura / dislocación cuneiforme 1

primaria interna para estimular una pronta formación de una callo fuerte, que
permita al jugador volver a la competición meses antes de lo que lo hubiera podi-
do hacer sin este tratamiento.

EL PIE
Las lesiones de pie representan más del 26% de los AGRS, pero sólo el 20%
de las operaciones. Muchas de las lesiones pueden tratarse con éxito sin operar.
Entre este tipo de lesiones se encuentran las fracturas de dedos, el desprendi-
miento de las uñas de los pies, algunas fracturas metatartasianas, y muchas lesio-
nes de los ligamentos tarsoperoneos.
En tres casos hubo rotura de la aponeurosis plantar (fascia plantar). Estos
casos necesitaron un tiempo de recuperación de 8 a 12 semanas. Los jugadores
de fútbol de alto nivel necesitan unos pies móviles y estables para jugar con una
Documento2 14/2/05 17:05 Página 246

246 MEDICINA DEL FÚTBOL

buena técnica. Las inestabilidades de los ligamentos del tobillo pueden crear pro-
blemas adicionales en el tendón de Aquiles o en los tendones del peroné con pro-
cesos secundarios degenerativos y roturas crónicas.
En algunos casos de lesiones graves complejas del ligamento tarsoperoneo, el
período de recuperación fue menor cuando se realizó una sutura anatómica con
tratamiento postoperativo plenamente funcional. Desde 1976, los autores no han
utilizado ninguna fijación rígida circular en el tratamiento postoperatorio de liga-
mento de tobillo; por este motivo, no se permitía a los jugadores moverse o
correr tempranamente, de modo que volvían al campo a jugar partidos enteros
después de 8 semanas. Esta experiencia ha resultado ser muy positiva para todos
los pacientes.

EL LIGAMENTO DELTOIDEO
La función estabilizadora del ligamento deltoideo es importante para los juga-
dores de fútbol y los bailarines de ballet. Si tiene lugar una rotura clínicamente
evidente de este ligamento, se realiza una cura anatómica abierta primaria. En
muchos otros casos, es necesario operar para restaurar la insuficiencia de los
ligamentos deltoideos y colocar los ligamentos tibiales posteriores en la vaina
correspondiente del tendón para aliviar el dolor.
Esta vaina está formada principalmente por la capa superficial y por la capa
profunda del ligamento deltoideo.
A menudo, pequeños fragmentos desprendidos son arrancados del maléolo
tibial medial por la banda de fibra isométrica más importante, fuerte y corta del
ligamento deltoideo. Esto puede crear inflamación crónica con dolor y posterior
deterioro del ligamento. En este caso, puede ser necesario eliminar los pequeños
fragmentos, además de desbridar el ligamento, con refijación precisa del princi-
pal punto de unión del ligamento.
Por estas razones, la afirmación de Watson Jone “es peor torcerse un tobillo
que rompérselo” sigue siendo válida. Las lesiones de tobillo, especialmente en
los jugadores de fútbol, requieren un examen a fondo, un diagnóstico conciso y
un tratamiento correcto.

ÍNDICE DE ÉXITOS Y FRACASOS


DEL TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Todos menos tres de los 83 pacientes operados volvieron al primer equipo del
FC Basel. Esos tres jugadores no pudieron volver a su nivel anterior en primera
división.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 247

LESIONES AGUDAS
247

El primer jugador era un portero con una rotura de grado IV de la articulación


acromioclavicular derecha. Hubo una variación anatómica de Palma tipo III con
una inclinación en el área de contacto de la articulación. Incluso después de una
segunda operación, el dolor residual en las acciones con el brazo elevado estaba
limitando la capacidad de lanzar la pelota desde el corner superior derecho de la
portería.
El segundo paciente operado que no pudo volver a jugar tenía 28 años, con
un dolor residual anterior en la rodilla tras un traumatismo con la rodilla en hipe-
rextensión. El ligamento transverso y el menisco lateral se rompieron en el hueco
poplíteo (sulcus terminal en hiperextensión). Los ligamentos cruzados no presen-
taron distensión ni rotura y nunca hubo más de 3 mm de juego anteroposterior en
comparación con la rodilla no lesionada. Aun así, la rodilla estaba dolorida y el
menisco se había curado tras varias revisiones con resonancia magnética, pero
las cicatrices negras en la parte delantera eran visibles y probablemente el moti-
vo del aumento del dolor después de jugar media parte.
El tercer jugador, también de 28 años, era un jugador de la más alta categoría
con un ligamento cruzado anterior (LCA) bien conocido, con insuficiencia ante-
rior, en su etapa como jugador con el FC Basel. Este jugador sufrió un nuevo
traumatismo con desinserción completa del menisco. Tras una meticulosa resu-
tura, el menisco se curó y el jugador pudo jugar de nuevo en el mismo nivel
durante otros 4 años. Pero a la edad de 33 años, el menisco se rompió otra vez y
quedó atrapado al sufrir un nuevo traumatismo grave. No hubo posibilidad de
reparar el menisco, de modo que se extrajo. Esta rodilla osteoartrítica con lesio-
nes visibles graves del cartílago no le permitió jugar más en el primer equipo de
fútbol.
Cuando los jugadores de más de 28 años sufren lesiones, es más difícil recu-
perarles para el fútbol profesional. Éste puede ser el momento ideal para que ter-
minen sus carreras, especialmente si el contrato del seguro ofrece una buena
compensación.

PORCENTAJE DE JUGADORES CON LESIONES GRAVES


QUE REQUIEREN OPERACIÓN
De 1967 a 1992 el traspaso de jugadores entre equipos no era tan intenso
como lo es actualmente. Aproximadamente 200 jugadores participaron en el pri-
mer equipo durante esta época. De los 200 primeros jugadores, 83 lesiones nece-
sitaron cirugía, con una media de aproximadamente 0,4 operaciones por jugador.
Pero estas 83 operaciones se realizaron sólo a 58 jugadores. Por lo tanto, estos
jugadores tuvieron un promedio de 1,4 operaciones principales. Esto demuestra
Documento2 14/2/05 17:05 Página 248

248 MEDICINA DEL FÚTBOL

que algunos jugadores eran propensos a lesiones graves debido a sus personali-
dades y condiciones físicas. Un total de seis jugadores tuvieron 20 lesiones gra-
ves que requerían cirugía, comprendiendo casi el 25% del total de operaciones
(tabla 15-4).

CONCLUSIONES
Para alcanzar el mejor nivel de recuperación en un breve período de tiem-
po, es necesario que haya una amplia gama de experiencia en campos diagnós-
ticos extensos. Es imprescindible tener un gran conocimiento de la anatomía
funcional para realizar un diagnóstico preciso y una buena planificación del
tratamiento.
Las lesiones de pie, que representan más del 26% de las lesiones, desempeña
un papel importante. La carrera de un jugador de fútbol famoso puede acabar a
causa de una fractura con dislocación maleolar de Weber de tipo C o por la rotu-
ra de un ligamento deltoideo con fragmentos de cartílago muy pequeños. La
artroscopia no suele solucionar el problema porque la causa del dolor y la disfun-
ción están fuera de la articulación. Los porteros necesitan tener unas articulacio-
nes tarsianas estables con un excelente sentido proprioceptivo para saltar y
“aterrizar”. Pueden sufrir graves lesiones de tobillo cuando caen sobre un pie
y son simultáneamente golpeados por otro jugador.
Las lesiones de rodilla representan el grupo más importantes de traumatismos
en el equipo de fútbol (el 49,4% de las 83 operaciones). Aparte de las lesiones de
cartílago graves, las lesiones del ligamento cruzado son las que más destacan en
términos de período de recuperación y resultado. Los autores practicaron por pri-
mera vez una reconstrucción total LCA con un injerto de tendón rotuliano autólo-
go en 1976 a un delantero centro del equipo. El jugador volvió al juego después
de 4 meses. Jugó al mismo nivel durante un par de años más hasta el final de su
carrera como jugador, a la edad de 32 años. Incluso ahora, 19 años después, sigue
siendo un árbitro internacional muy activo con una rodilla perfectamente estable.
Posteriormente, cuando se publicaron los datos científicos sobre la remodela-
ción de injertos, no se permitió a los pacientes con reconstrucción del LCA vol-
ver al deporte antes de 6 a 9 meses. En ocasiones necesitaron 1 año hasta su total
rehabilitación. El criterio actual es permitir a los deportistas volver a jugar y a
realizar actividades deportivas de nivel superior mucho antes, normalmente des-
pués de 5-6 meses. Esto refleja cómo la experiencia clínica y los datos científi-
cos de laboratorio pueden diferir y a veces retrasar el progreso durante años. Es
obligatorio un seguimiento controlado de todos los tratamientos de lesiones fut-
bolísticas y de medicina deportiva.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 249

LESIONES AGUDAS
249

Tabla 15-4

Los jugadores con más operaciones

Jugador A: 4 operaciones
Rotura de menisco
Fractura / dislocación de la articulación talar superior tipo C
Dislocación acromioclavicular, grado IV
Gran fragmento de cartílago, bloqueo de la rodilla
Jugador B: 4 operaciones
Ligamento colateral interno (LCI) + refijación del menisco de la rodilla izquierda
Ligamento cruzado anterior (LCA) + LCI pierna derecha
Lesión crónica del tendón aductor
Defecto de cartílago de la rodilla izquierda
Jugador C: 3 operaciones
LCA y rotura de menisco
Roturas del ligamento tarsoperoneo
Rotura de cuádriceps, quiste doloroso crónico
Jugador E (portero): 3 operaciones
LCI + refijación del menisco grado III
Rotura del ligamento tartasiano del peroné
Dislocación acromioclavicular, grado IV de Palma tipo III
Jugador D: 3 operaciones
Fractura/dislocación del 1.er cuneiforme
Fractura de la caña del húmero
Fractura transversa de la tibia y el peroné
Documento2 14/2/05 17:05 Página 250

250 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 15-4. (Continuación)

Los jugadores con más operaciones (continuación)

Jugador F: 3 operaciones
LCI + refijación del menisco
Inestabilidad tarsoperonea crónica
Tendonitis de aductor + recto
Jugador G: 2 operaciones
Bolsa meniscal
Rotura de ligamentos tarsoperoneos
Jugador H: 2 operaciones
Dislocación frecuente del hombro
Dislocación crónica de los tendones del peroné
Jugador I: 2 operaciones
Dislocación crónica de los tendones del peroné
Rotura de menisco
Jugador K: 2 operaciones
Dislocación frecuente del hombro
Roturas de ligamento tarsoperoneo
Jugador L: 2 operaciones
Dislocación abierta del dedo
Dislocación perilunar de ambas muñecas
Jugador M: 2 operaciones
Refijación del menisco interno
Menisectomía interna
Jugador N: 2 operaciones
Menisectomía
Dislocación del dedo
Resumen:
4 operaciones 2 jugadores
3 operaciones 4 jugadores
2 operaciones 7 jugadores
1 operación 45 jugadores
Documento2 14/2/05 17:05 Página 251

16 LESIONES AGUDAS
DE CABEZA
Y DE CUELLO
James M. Lynch
Jeffrey A. Bauer
Uno de los muchos aspectos únicos del fútbol es el uso consciente de la cabe-
za para dirigir la pelota. Los remates de cabeza son un componente recurrente del
juego. La cabeza puede emplearse para pasar una pelota, fijarla en el suelo para
poder controlarla o marcar un gol. Un análisis de los partidos de primera división
presentó un promedio de 100 cabezazos por partido. Si le añadimos un número
desconocido de cabezazos durante los entrenamientos, el resultado podría ser de
miles de cabezazos a lo largo de una carrera futbolística con éxito. Numerosos
informes han planteado la cuestión de las lesiones graves y crónicas relacionadas
con los testarazos continuados.

EPIDEMIOLOGÍA
Las lesiones de cabeza y de cuello representan aproximadamente el 10% de
las lesiones que se producen en el fútbol. Esto se corresponde con el hecho
de que la cabeza y el cuello concentran aproximadamente el 10% del área total de
superficie corporal. Los informes muestran una variedad de un 4% a un 22%
de lesiones en fútbol relacionadas con el cuello y la cabeza. Se ha afirmado que
el mecanismo de lesiones en la cabeza en fútbol ha cambiado a través de los años.
Antes de 1960, la mayoría de los informes parecían ser de lesiones por contacto
cabeza-pelota. Se añadió una funda de plástico a la pelota para reducir la satura-
ción de agua y el consecuente aumento de peso. Los informes después de 1980
parecen identificar el contacto de cabeza con cabeza como el principal mecanis-
mo de lesión.
En un estudio realizado en Noruega, las lesiones de cabeza y de cuello repre-
sentaron el 8,2% de las lesiones en fútbol en un período de más de 1 año; el 8,5%
en jugadores , y el 5,5% en jugadoras. Las lesiones de cabeza sucedieron más fre-
cuentemente en partidos que en entrenamientos, y representaron el 28,4% de las
lesiones en todos los deportes durante este largo proyecto de un año. Un estudio
Documento2 14/2/05 17:05 Página 252

252 MEDICINA DEL FÚTBOL

finlandés que examinó fuentes del seguro informó que las lesiones de cabeza y
de cuello representaban el 14% de las lesiones en fútbol masculino y el 9% en
fútbol femenino. Las fracturas de huesos faciales o del cráneo representaron el
9% de las fracturas totales de este estudio. Un estudio prospectivo nigeriano de
un campo de entrenamiento de 8 semanas informó de una incidencia del 20% de
lesiones de cabeza y cuello. El promedio de conmociones cerebrales reflejado en
este estudio fue del 15%, lo que representa un alto porcentaje en comparación
con otros informes. En un estudio de un equipo de fútbol profesional de Estados
Unidos en el que participaron 15 jugadores durante una temporada de 4 meses
abarcando 24 partidos, una fractura nasal fue la única lesión relacionada con el
cuello o con la cabeza.
Durante un torneo de fútbol juvenil en Dinamarca con 6.600 participantes, el
5,2% de los jugadores se lesionaron con una incidencia de 19,1 por 1.000 horas
de juego. De estas lesiones, el 4,9% estaban relacionadas con la cabeza y la cara,
siendo el 1,2% conmociones cerebrales. Durante el torneo de 5 días Dana Cup,
en el que participaron 12.907 jugadores, se registró un 9% de incidencia de lesio-
nes de cabeza y cara. Un importante torneo juvenil en Estados Unidos registró
una incidencia de 2,38 lesiones en 1.000 horas de juego con lesiones de cabeza
que constituían el 8% del total. La Norway Cup registró una incidencia de lesio-
nes de 14 por 1.000 horas de juego en los chicos y 32 lesiones en 1.000 horas de
juego en las chicas. El 10% de estas lesiones estaban relacionadas con la cabeza
y la cara.
Un club de fútbol masculino juvenil (de 12 a 18 años) de Dinamarca registró
una incidencia de lesión de 3,7 por 1.000 horas de juego durante un año. Las
lesiones de cabeza sumaron un total del 4,3%, siendo el 1,2% conmociones cere-
brales y el 1,9% relacionadas con la región ocular. Se realizó un sondeo semanal
en una liga juvenil de Estados Unidos en la que participaron 80 equipos y
1.272 jugadores para calcular las lesiones. El porcentaje de lesiones fue del 0,51
por 1.000 horas de juego para los chicos, y del 1,10 para las chicas. Hubo un total
de 34 lesiones, cinco (un 14,7%) de las cuales estaban relacionadas con la cabe-
za o el cuello. Una de estas lesiones era conjuntivitis provocada por el contacto
con la cal empleada para marcar el campo. Otro estudio en Estados Unidos rea-
lizó una investigación semanal de 253 equipos con 4.018 participantes. Un total
de 176 lesiones sucedieron durante los 4 meses de primavera. Cinco (el 2,8%)
fueron conmociones cerebrales, una fue una lesión de cuello y cinco estaban rela-
cionadas con la cara. Un estudio retrospectivo, que comparaba las ligas juveni-
les fuera y en casa en el mediooeste de Estados Unidos, obtuvo un porcentaje de
respuesta del 63% de los jugadores (455/723). Las lesiones de cabeza y cara
representaron el 22% de las lesiones fuera y el 8% de las lesiones en casa. Una
Documento2 14/2/05 17:05 Página 253

LESIONES AGUDAS DE CABEZA Y DE CUELLO


253

revisión de las reclamaciones al seguro por lesiones en fútbol en la escuela supe-


rior en el noroeste de Estados Unidos mostró 436 reclamaciones de entre 10.634
jugadores durante 2 años. Las lesiones de cabeza y cuello representaron el 9,2%
de las lesiones y constituyeron el 12,4% de los costes.

Un estudio sobre las lesiones de cabeza y cuello en el fútbol entregado a un


servicio italiano de otorrinolaringología durante un período de 8 años indicó que
la mayoría (130/135) fueron causadas por contacto con otro jugador. Se realizó
una encuesta entre los jugadores masculinos de fútbol de elite activos para eva-
luar la incidencia acumulativa de lesiones de cabeza. El 89% había sufrido un
traumatismo en la cabeza durante su carrera como futbolista. De las 60 lesiones
de las que se informaron los mecanismos, 14 (el 23%) eran debidas al contacto
con la pelota; 36 fueron secundarias al contacto con otro jugador, siete por con-
tacto con el suelo y tres con el poste de la portería.

MECANISMOS DE LAS LESIONES DE CABEZA

La cabeza consiste en un cráneo, cubierto por el pericráneo, que contiene el


cerebro, la duramadre, el complejo piamadre-aracnoides, vasos sanguíneos y
líquido cefalorraquídeo. El cráneo puede considerarse como un recipiente rígido
bajo las condiciones que se dan al golpear con la cabeza una pelota de fútbol. El
cerebro es una estructura gelatinosa que contiene células nerviosas (materia gris)
y sus axones (materia blanca), que están sostenidos por las células glía. En tér-
minos de mecánica, el sistema nervioso central (SNC) puede considerarse como
una masa viscoelástica con montura de descarga hidráulica en un recipiente rígi-
do con dispositivos externos atenuantes de la descarga.
Las lesiones de cabeza abarcan tres categorías principales. Las lesiones foca-
les causan daño local y consisten en hematomas subdurales, epidurales o intra-
cerebrales, y contusiones de la corteza cerebral. Los hematomas epidurales suce-
den entre la duramadre y la meseta interior del cráneo, y suelen producirse por la
laceración de la arteria meníngea media. Los hematomas subdurales tienen lugar
entre la duramadre y el delgado complejo piamadre-aracnoides, y suelen ser de
carácter venoso. Las lesiones difusas están asociadas con la rotura amplia de la
estructura o función del cerebro. Una fractura craneal puede ocurrir con o sin
lesión cerebral.
La potencia física de entrada a la cabeza puede ser lenta (carga estática) o más
frecuentemente rápida (carga dinámica). La carga estática de la cabeza implica
que la fuerza se aplica gradualmente durante un período de 200 a 500 milésimas
Documento2 14/2/05 17:05 Página 254

254 MEDICINA DEL FÚTBOL

de segundo o más. La carga dinámica sucede más frecuentemente en deportes


con una aplicación de fuerza que dura menos de 200 milésimas de segundo.
Las lesiones de la cabeza pueden producirse a través de dos mecanismos
principales. El primero lo constituyen los fenómenos de contacto y el segundo
los efectos de inercia o aceleración. Los fenómenos de contacto son un grupo de
hechos mecánicos que tienen lugar tanto localmente como a distancia del sitio
del impacto. Éstos causan deformación craneal y propagación de la onda de cho-
que a través del cerebro. Esta propagación suele provocar impactos de menos de
5 milésimas de segundo de duración. La carga de inercia de la cabeza acelera o
desacelera la cabeza. Desde un punto de vista mecánico, se considera que la
potencia física de aceleración y desaceleración difieren sólo en un sentido. La
carga de inercia puede resultar de la carga de impacto o de la impulsiva. La carga
impulsiva sucede cuando la cabeza no es golpeada directamente, sino que se
pone en movimiento a través de otros medios, como el impacto con el cuerpo.
La aceleración de la cabeza puede ser de traslación (en un plano de movimien-
to) o angular (de rotación). Los efectos fisiológicos de estos dos tipos de acele-
raciones son diferentes. Las lesiones focales suelen producirse por la aceleración
de traslación, mientras que las aceleraciones angulares causarán lesiones más
difusas.
Aunque las lesiones de cabeza incluyen técnicamente cualquier daño estruc-
tural en la cabeza, el término se ha convertido en sinónimo del concepto más
limitado de lesión cerebral. El grupo de bajo riesgo incluye aquellas personas
asintomáticas, que tienen síntomas mínimos o que tienen lesiones en el pericrá-
neo pero sin anomalías neurológicas. El grupo de riesgo moderado son aquellos
que tienen un cambio en el nivel de conciencia, bajo la influencia de drogas o
alcohol, con traumatimos múltiples o con fracturas craneales. El grupo de alto
riesgo incluye pacientes con un nivel bajo o en disminución de conciencia, sín-
tomas neurológicos focales o fracturas craneales deprimidas. Documentar el
nivel de conciencia del jugador es el paso inicial más importante cuando se pro-
duce una lesión de cabeza. La escala del coma de Glasgow es casi universalmen-
te aceptada y requiere la gradación de la abertura del ojo, y las respuestas verba-
les y motrices. La duración de la alteración de la conciencia, la amnesia postrau-
mática y la presencia de síntomas neurológicos focales son también considera-
ciones importantes.
De las lesiones de cabeza y de cuello en fútbol registradas en el seguro en
Finlandia, el 40% estaban relacionadas con lesiones dentales, el 7% eran conmo-
ciones cerebrales y el 6% lesiones oculares.
Se han registrado lesiones de cuello en jugadores de fútbol. Una hiperexten-
sión de la columna cervical puede causar una lesión vascular que podría provo-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 255

LESIONES AGUDAS DE CABEZA Y DE CUELLO


255

car un síndrome medilar. También se ha registrado una hernia discal cervical en


un jugador de fútbol. Sin embargo, no hay ningún informe que comente el histo-
rial de las anteriores lesiones de estos jugadores.
Las lesiones faciales deben ser evaluadas mediante un método paso a paso. El
jugador debe explicar cómo encajan los dientes cuando cierra fuerte las mandí-
bulas. Si los dientes están desencajados, es posible que haya una fractura de man-
díbula. También debe intentar morderse la punta de la lengua. Si existe fractura
de mandíbula, puede sufrir dolor local. También es necesario realizar una palpa-
ción sistemática y una inspección de las características faciales para comparar los
dos lados. Debe prestarse especial atención a la órbita del ojo. La agudeza visual
y la presencia de visión borrosa o doble debe examinarse siempre. Las lesiones
dentales pueden curarse temporalmente hasta que se produzca el tratamiento
definitivo. Una fractura dental en la que sólo se ha dañado el esmalte es básica-
mente un problema cosmético que requiere una lija de esmeril para alisar las pun-
tas afiladas. Una fractura de esmalte y dentina requerirá utilizar un material de
relleno temporal para cubrir los nervios sensibles. En caso de haber un diente
totalmente arrancado, debe recuperarse sin tocar ninguna de las raíces. El diente
puede enjuagarse en solución salina o agua corriente y volver a colocarse en su
alvéolo siguiendo atentamente su orientación. El diente deberá fijarse a los dien-
tes contiguos hasta que se alcance una estabilización permanente.
Las lesiones oculares registradas en un estudio durante 5 años son 24 contu-
siones oculares causadas por el impacto de la pelota de fútbol. Se observaron
lesiones como hipema (50%), hemorragia vítrea (29%), abrasión de córnea
(21%), recesión de ángulo (8%) y desgarro de retina (4%). Todas las lesiones
fueron unilaterales. Catorce pacientes (58%) fueron inicialmente diagnosticados
con más de una lesión identificable en la revisión. Diez (el 42%) tenían lesiones
en la cámara ocular anterior y en la posterior. El 70% de los pacientes tenían ini-
cialmente una pérdida visual de al menos una línea. Todos ellos, excepto dos,
alcanzaron una agudeza visual final de 20/20. Sólo los pacientes con hipema fue-
ron hospitalizados, pero no experimentaron más hemorragias. En comparación
con los informes sobre otros deportes, las lesiones reflejadas en este estudio fue-
ron mucho menos graves. Esto se debe probablemente al gran diámetro de la
pelota de fútbol. Los objetos con un diámetro superior a 10 centímetros que
impactan descargan casi toda su energía en los bordes de la órbita ocular. El
globo y la órbita ocular son de tamaño adulto a la edad de 7 años, mientras que
el crecimiento de los bordes de la órbita es paralelo al de los senos paranasales
que se expanden lentamente hasta la pubertad y luego alcanzan rápidamente el
tamaño adulto. Por este motivo, los jugadores más jóvenes tendrán menos pro-
tección de la anatomía ósea normal. Muchas lesiones oculares observadas duran-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 256

256 MEDICINA DEL FÚTBOL

te este estudio fueron secundarias al contacto de cabeza con cabeza, pero sólo se
registraron las lesiones derivadas directamente de la pelota de fútbol.
Se realizó un estudio retrospectivo de jugadores masculinos de elite en
Estados Unidos en un torneo nacional. Sesenta y cuatro de los 72 encuestados (el
89%) habían sufrido lesiones de cabeza durante su carrera como futbolistas.
Hubo 65 conmociones cerebrales en 36 jugadores, 15 fracturas en 10 jugadores,
27 laceraciones en 18 jugadores, 30 hemorragias nasales en 25 jugadores, 6 lesio-
nes oculares en 5 jugadores, y 20 lesiones de boca en 16 jugadores.

TRATAMIENTO DE LAS LESIONES


DE CABEZA Y DE CUELLO
Una conmoción cerebral es una alteración de conciencia inducida traumática-
mente, que no incluye necesariamente una pérdida de conciencia. Una conmo-
ción cerebral puede considerarse como un trastorno en el procesamiento de infor-
mación. Esta lesión cerebral difusa a menudo es provocada por una aceleración
rotacional con una fuerza de recorte aplicada al cerebro. La confusión y la amne-
sia pueden aparecer si las fuerzas de recorte afectan las estructuras cortica, sub-
cortica o diencefálicas profundas. La pérdida de conciencia tendrá lugar si inter-
viene el sistema activador reticular. Se han propuesto muchos sistemas de grada-
ción que permiten la clasificación de las conmociones cerebrales y ofrecen pau-
tas prácticas para la vuelta al juego.
La clasificación de una conmoción cerebral depende del desarrollo de los sín-
tomas con el tiempo. Los síntomas no tienen por qué producirse en el momento
del impacto. El hecho de que los síntomas de la amnesia o tras una conmoción
cerebral pueden tener lugar muchos minutos después de la lesión sugiere que el
proceso patológico se produce gradualmente. Por consiguiente, son importantes
los exámenes neurológicos en serie a la hora de decidir la vuelta al entrenamien-
to o la competición.
El examen neuropsicológico debería centrarse en tres áreas principales: sínto-
mas poscontusión, eficacia en el procesamiento de la información y las funciones
de memoria. La amnesia anterógrada o postraumática se produce cuando no hay
un recuerdo del período inmediatamente posterior a la lesión. La amnesia retró-
grada implica la pérdida de memoria de los acontecimientos anteriores a la lesión.
Un deportista con síntomas continuos no debe volver a la actividad. Un deportis-
ta que ha perdido la conciencia debe ser evaluado atentamente y no presentar los
síntomas durante un cierto período de tiempo antes de volver a la actividad.
Puede producirse un síndrome posconmoción cerebral. Se asocia con dolores
de cabeza, dolores de cabeza por esfuerzo excesivo, mareos, fatiga, irritabilidad,
Documento2 14/2/05 17:05 Página 257

LESIONES AGUDAS DE CABEZA Y DE CUELLO


257

y una concentración y memoria deterioradas. Los diversos síntomas pueden


agruparse en categorías físicas, cognitivas, integradoras, y afectivas. El síndrome
del segundo impacto es una consideración importante en deportistas que todavía
tienen síntomas. Este síndrome provoca una hinchazón cerebral rápida después
de un traumatismo de cabeza aparentemente menor y puede ser fatal. Se conje-
tura que la autorregulación vascular en el cerebro se interrumpe con la lesión ini-
cial y que una segunda lesión tiene como resultado el deterioro vascular. Se han
registrado migrañas en jugadores de fútbol como resultado de los remates de
cabeza. Aunque la fisiopatología de las lesiones graves se entiende perfectamen-
te, las lesiones cerebrales traumáticas leves siguen sin estar claras. La conmoción
cerebral parece ser acumulativa. El punto en que el traumatismo de conmoción
cerebral acumulativa llega a ser clínicamente importante todavía no está claro.
Los efectos a largo plazo de las lesiones de cabeza en jugadores de fútbol se exa-
minan en el capítulo 17.

RESUMEN
En el fútbol se producen las lesiones de cabeza y de cuello graves así como
en cualquier otro deporte de contacto. Aproximadamente el 10% de las lesiones
en el fútbol afectan la cabeza y el cuello. Esta región no parece ser de especial
riesgo ya que comprende sólo el 10% del área de la superficie del cuerpo. Un
gran número de lesiones de cabeza y de cuello en fútbol se producen por meca-
nismos que no son los propios de rematar de cabeza, y que son de menor magni-
tud que las fuerzas que actúan en otros deportes. La masa de la pelota y la dura-
ción del impacto son importantes para determinar la magnitud de estas fuerzas.
Ningún material de protección (por ejemplo, un casco) parece ser una estrategia
eficaz, aunque la utilización de protección dental y otras normas de seguridad
pueden ser útiles.

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean agradecer los esfuerzos de nuestro equipo de investiga-


ción: Nigel Sparks, Susan Mulligan, Sarah Richardson, Richard Park y Joseph
Leluga. También quisiéramos dar las gracias al entrenador Barry Gorman, al
equipo de fútbol de Penn State y a Paromed por su cooperación.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 258

258 MEDICINA DEL FÚTBOL

LECTURAS RECOMENDADAS

Fields KB. Head injuries in soccer. Physician and Sportsmedicine 1989;17:69-


73.
Hugenholz H, Richard MT. The on-site management of athletes with head inju-
ries. Physician and Sportsmedicine 1983;11:71-78.
LeBlanc KE. Concussions in sports: guidelines for return to competition. Am
Fam Physician 1994;50:801-806.
Nelson WE, Jane JA, Gieck JH. Minor head injury in sports: a new system of
classification and management. Physician and Sportsmedicine 1984;12:103-
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Tysvaer AT. Head and neck injuries in soccer: impact of minor trauma. Sports
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White RJ, Likavec MJ. The diagnosis and initial management of head injury. N
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Documento2 14/2/05 17:05 Página 259

17 LESIONES
CRÓNICAS
DE CABEZA
Y CUELLO
Gary A. Green
Sheldon E. Jordan
INTRODUCCIÓN
Aunque el futbolista medio golpea el balón con la cabeza hasta diez veces por
partido, hay pocos estudios que hayan examinado los efectos que se producen
sobre la cabeza y el cuello. Parece como si la cabeza no corriera el mismo tipo
de riesgo de lesión que otras partes del cuerpo, como son las extremidades infe-
riores, que han sido estudiadas más extensamente. Sin embargo, la cabeza y el
cuello corren el riesgo de sufrir lesiones graves y crónicas. Este capítulo destaca
los tipos de lesiones que se producen, y la gestión, el tratamiento y la prevención
de tales lesiones. En comparación con otros deportes como el boxeo y el fútbol
americano, el fútbol (soccer en inglés) se considera relativamente seguro para la
cabeza y el cuello, a pesar de ser clasificado como deporte de contacto/colisión
por la Academia Americana de Pediatría. En este capítulo se examinarán las for-
mas en que se pueden producir lesiones de cuello y de cabeza durante un parti-
do de fútbol. La primera forma de lesión tiene como resultado un traumatismo
agudo y sucede cuando hay un impacto importante con otro jugador, el suelo o
un objeto fijo como es el poste de la portería. El siguiente tipo de lesión es con-
secuencia de lesiones agudas de cuello y de cabeza que los jugadores han sufri-
do durante su carrera deportiva y que conducen al desarrollo de síntomas cróni-
cos de cuello y cabeza. Finalmente, los impactos menores y repetitivos de cabe-
za con el balón pueden causar una encefalopatía acumulativa.

EPIDEMIOLOGÍA
Un análisis de los estudios médicos a nivel mundial ofrece numerosas des-
cripciones de casos de lesiones agudas de cuello y cabeza. La tabla 17-1 resume
Documento2 14/2/05 17:05 Página 260

260 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 17-1.

Informes de casos de lesiones agudas de cuello y


de cabeza en fútbol

Dos casos de disección de la arteria carótida interna


Ataque epiléptico tras lesión occipital aguda
Pérdida de audición bilateral tras lesión con el balón
Lesión de cabeza penetrante fatal por colisión con valla
Coma prolongado, fractura temporal por lesión de cabeza
Síndrome de médula espinal central tras golpe de cabeza
Hernia discal cervical aguda
Fractura craneal temporal y edema cerebral

los muchos tipos de lesiones catastróficas descritas en la información médica que


se han producido durante partidos de fútbol. Estas lesiones son serias, pero no
parecen frecuentes teniendo en cuenta la gran cantidad de partidos y entrena-
mientos (exposiciones potenciales a lesión) que tienen lugar cada año en fútbol.
A pesar de que el fútbol es un deporte popular en todo el mundo, existen
pocos estudios que hayan examinado detenidamente la incidencia real de lesio-
nes en la cabeza y en el cuello. La frecuencia de lesiones de cabeza agudas se ha
cifrado normalmente entre el 9% y el 12%, aunque un estudio calculó una alta
frecuencia del 24%. Otro estudio sobre futbolistas en Nigeria reveló que las con-
mociones cerebrales representaban aproximadamente el 15% de las lesiones en
fútbol. Un estudio noruego determinó que el 60% de 43 exjugadores de fútbol
con lesiones de cuello tenían una capacidad cervical de movimiento reducida y
que cinco de estos jugadores se habían recuperado de fracturas cervicales.
Un estudio realizado en 1981 sobre 128 jugadores noruegos en activo deter-
minó que el 5% se aquejaban de síntomas de dolor de cuello prolongado.
Todos estos estudios proporcionan información sobre la epidemiología de las
lesiones de cabeza, pero son de valor limitado para establecer una incidencia. Las
cifras citadas en estos estudios se expresan típicamente como un porcentaje de
lesiones registradas. Para averiguar la incidencia real de lesiones de cabeza y
de cuello en el fútbol es necesario determinar un denominador común, como
puede ser la exposición del deportista. La National Collegiate Athletic
Association (NCAA) desarrolló un sistema de vigilancia de lesiones para todos
los deportes que clasifica las lesiones en términos de la exposición y del riesgo
de los atletas a sufrirlas.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 261

LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


261

Durante la temporada de fútbol colegiado 1993-1994, el promedio de conmo-


ciones cerebrales en hombres y mujeres fue del 0,14 y 0,15, respectivamente, por
cada 1.000 atletas. Aunque esta cifra representa la mitad de la cifra registrada en
fútbol americano intercolegiado, puede ser significativo para un futbolista profe-
sional que está expuesto a más de 200 entrenamientos y partidos por año duran-
te una carrera de 20 años (equivalente a una exposición de 4.000 atletas). La
NCAA también calculó la cifra de lesiones de cuello importantes y desveló que
éstas suceden en menor medida que las lesiones de cabeza agudas. El promedio
de lesiones de cuello en hombres y mujeres futbolistas entre 1933-1994 fue del
0,07 y 0,08 por 1.000 atletas expuestos.

MECANISMO DE LAS LESIONES DE CABEZA


Las lesiones de cabeza agudas no son inusuales entre futbolistas y se produ-
cen normalmente como resultado de una colisión violenta, más que por los rema-
tes de cabeza repetitivos. Un estudio italiano examinó las consecutivas admisio-
nes en un Servicio de otorrinolaringología por traumatismo facial acontecido en
una actividad deportiva. Se descubrió que el 7% de las lesiones se produjeron
en el fútbol. Se determinó que la causa de las lesiones era el contacto con otro
jugador (97%), el contacto con algún material fijo (2%) o el contacto con el suelo
(1%). Aunque este estudio examinó el traumatismo facial, los mecanismos de la
lesión son similares a las observaciones de las lesiones de cabeza y cuello.
Muchas de las lesiones graves de cabeza se producen en el fútbol como resulta-
do de un juego peligroso y podrían prevenirse a través de la aplicación estricta
de las normas. Renstrom y Peterson descubrieron que las lesiones de cabeza son
frecuentes en los porteros como resultado del contacto con otros jugadores o la
colisión con el poste de la portería. Janda y cols. trataron este último punto en un
estudio de postes de portería acolchados y observaron una importante reducción
de traumatismos agudos provocados por la colisión con los postes.
Informe del caso. En el transcurso de un partido de la Copa del Mundo se
entrecruzaron dos jugadores. Tuvo lugar una lesión cuando el jugador oponente
utilizó el codo para golpear al otro jugador en la sien. Tras el golpe en la cabeza,
el jugador quedó inconsciente unos instantes y sufrió una convulsión. Fue trasla-
dado inmediatamente al hospital donde le realizaron una resonancia magnética
(RM) y una tomografía axial computerizada (TAC). Éstas se muestran en las
tablas 17-1 a 17-3. Fue hospitalizado para su observación y una revisión neuro-
quirúrgica. Después de recibir el tratamiento adecuado le dieron el alta. Esto
demuestra el daño que puede hacerse en una situación ajena a las normas del
juego legal. Como consecuencia de este incidente, el jugador que cometió el fla-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 262

262 MEDICINA DEL FÚTBOL

grante acto recibió una tarjeta roja y fue expulsado del torneo. El jugador lesio-
nado sufrió fractura craneal temporal, conmoción cerebral grado III, edema cere-
bral y no pudo volver a jugar a fútbol durante 6 meses. Volvió a jugar eventual-
mente sin ninguna secuela.
No es de extrañar que los jugadores sufran muchos traumatismos agudos de
cabeza a lo largo de su carrera. Los efectos a largo plazo de estas lesiones se han
debatido en la comunidad de la medicina deportiva, especialmente en deportes
con altas tasas de conmociones cerebrales, como el boxeo y el fútbol americano.
Probablemente es necesario un examen neuropsiquiátrico exhaustivo para detec-
tar los síntomas leves de encefalopatía crónica que pueden resultar de las lesio-
nes de cabeza agudas reiteradas. El estudio de Alves sobre jugadores de fútbol
americano intercolegiado que experimentaron conmociones cerebrales encontró
que no parecía haber ningún desajuste duradero tras la primera conmoción cere-
bral, como lo demostraron las pruebas neuropsiquiátricas. Aun así, el estudio
sonó como una advertencia de que una segunda lesión de cabeza cerca de la pri-
mera tendría como resultado un mayor deterioro que si la lesión sucediera en un
punto más lejano. Evidentemente, es necesario un estudio longitudinal más
extenso en este área.
Los efectos de los golpes repetitivos del balón con la cabeza y el cuello es
también otro tema de interés. Se ha postulado que el impacto acumulativo de gol-
pear el balón con la cabeza puede provocar una encefalopatía crónica, similar a
la que se observa en el boxeo. Este síndrome que aparece frecuentemente en
boxeo ha sido clasificado como demencia pugilística o encefalopatía traumática
progresiva crónica de los boxeadores, y se detectó por primera vez en el boxeo
profesional en 1928. Puesto que la frecuencia de este síndrome se correlaciona
con la duración de la carrera de un boxeador, se cree que el síndrome tiene lugar
como consecuencia de los golpes repetitivos en la cabeza. Es un síndrome
progresivo que empieza de 7 a 35 años después del inicio de la carrera de un
boxeador, y la incidencia puede alcanzar hasta el 25% en los luchadores profe-
sionales. Se caracteriza por manifestaciones tempranas como leves desórdenes
afectivos y descoordinación. Evoluciona hacia un funcionamiento cognitivo
reducido y unos síntomas psiquiátricos crecientes, como son la demencia y el
parkinsonismo. Los descubrimientos neurorradiológicos de la demencia pugilís-
tica incluyen atrofia central y cortical, ensanchamiento ventricular y posiblemen-
te una mayor incidencia de cavum septum pellucidum. A pesar de la frecuencia
de este síndrome, no queda claro si está provocado por las lesiones agudas de
cabeza actuales (knock-outs, KO), los microtraumatismos repetitivos de los gol-
pes que no causan conmociones cerebrales, o una combinación de ambas causas.
Los múltiples estudios de boxeadores amateurs de muchos países no han logra-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 263

LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


263

CONTUSIÓN

Figura 17-1. TAC de una lesión por golpe de codo en el área temporal con contusión.

do demostrar los descubrimientos clínicos o neurorradiológicos de la demencia


pugilística. Esto sugiere que debido a que el boxeo amateur está estrictamente
regulado en cuanto a la vuelta a la competición después de knock-outs, hay una
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264 MEDICINA DEL FÚTBOL

SANGRE

Figura 17-2. Imagen en T-1 de RM de la lesión con contusión en el lóbulo temporal.

menor incidencia de demencia pugilística. Los estudios sobre los boxeadores y


la encefalopatía crónica son importantes en la investigación de repetitivos trau-
matismos potenciales de cabeza en los jugadores de fútbol.
Muchos investigadores en medicina futbolística han propuesto que se puede
producir un síndrome similar en los jugadores de fútbol a causa de los microtrau-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 265

LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


265

SANGRE
Y EDEMA

Figura 17-3. Imagen en T-2 de RM de la lesión con contusión en el lóbulo temporal.

matismos repetitivos sufridos por el cerebro debido al contacto con el balón.


Tysvaer realizó una gran cantidad de estudios sobre exjugadores y jugadores acti-
vos y encontró extensas anomalías de encefalograma (EEG), incluyendo atrofia
cerebral en un tercio de los jugadores y el 81% observó desequilibrios neuropsi-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 266

266 MEDICINA DEL FÚTBOL

cológicos de leves a graves. Estos resultados no han sido confirmados por otros
autores y se ha cuestionado su afirmación de que los golpes de cabeza repetiti-
vos producen encefalopatía crónica.
Entre las limitaciones que se observan en los estudios de Tysvaer destacan
que no haya un grupo de control apropiado, la falta de control de lesiones de
cabeza agudas, un control de alcohol adecuado y la falta de transparencia de las
investigaciones. Un reciente estudio de Witol y Webbe reveló que los futbolistas
que registraron una mayor frecuencia de remates tenían el mayor porcentaje de
déficits en un test de coeficiente intelectual y en varios tests neuropsiquiátricos.
Sin embargo, el estudio estaba limitado por el reducido número de representan-
tes, la falta de un grupo de control, un registro inadecuado de traumatismos de
cabeza agudos, y un posible sesgo en la selección.
Además, los descubrimientos neuropsiquiátricos y neurorradiológicos de
estos estudios no se corresponden con el modelo de encefalopatía traumática cró-
nica observada en la demencia pugilística. Por último, si los testarazos repetiti-
vos conducen a una lesión cerebral crónica, es de esperar que aquellos que pre-
sentan mayor número de cabezazos a lo largo de su carrera sufran los mayores
cambios neurológicos. Los estudios anteriores no han logrado examinar adecua-
damente esta importante variable.
Hay muchas diferencias entre el fútbol y el boxeo en lo que concierne a las
lesiones cerebrales crónicas. En primer lugar, las fuerzas que participan en un
golpe de boxeo son mucho mayores que las asociadas con golpear con la cabeza
un balón de fútbol. Los estudios han demostrado que un balón de fútbol puede
viajar a 26,82-53,64 m/s, aunque la velocidad suele disminuir cuando el balón
alcanza la cabeza del jugador. Los estudios de la Universidad de Delaware que
emplearon una velocidad del balón de 15,5 m/s demostraron unas fuerzas de
aceleración de la cabeza de 20 gs con fuerzas máximas que alcanzaban los
1.200 N. Esto representa una magnitud de fuerza muy inferior a la de las obser-
vadas en boxeo, donde un golpe puede producir una fuerza suficiente para ace-
lerar la cabeza a 100 gs. Un estudio inglés realizado por Townend en 1987 con-
firma estas consideraciones. Y lo que es más importante, un puñetazo en boxeo
puede generar una fuerza de rotación en la cabeza y el cerebro. Estas fuerzas
de rotación (fig. 17-4) pueden ser muy destructivas para las venas que actúan de
puente en el cerebro. En contraste, los futbolistas experimentan una fuerza
más lineal cuando golpean un balón con la cabeza. La figura 17-5 ilustra una
fuerza lineal directa, que se amortigua mejor y produce menos daño al cerebro.
Las fuerzas generadas en la columna cervical no son plenamente comprendi-
das. Golpear con la cabeza un balón de fútbol es una tarea compleja que implica
la posición de los músculos de las extremidades inferiores, el tronco y el cuello
Documento2 14/2/05 17:05 Página 267

LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


267

para alcanzar el balón. Los estudios biomecánicos de la Universidad de Penn


State midieron el tiempo de impacto y los análisis electromiográficos (EMG) de
los músculos durante el cabezazo. Los estudios hallaron que los flexores de la
cadera y el tronco se combinaban con los flexores del cuello para golpear el
balón debidamente. Tysvaer también descubrió que los flexores del cuello son
una parte activa para evitar que la cabeza se mueva bruscamente hacia delante
tras golpear el balón.
Todas estas fuerzas pueden ser las responsables de una desviación de la fle-
xión cervical y de la compresión de las vértebras cervicales. El cuello es un área
en la que una técnica incorrecta de golpe con la cabeza puede contribuir a oca-
sionar una lesión por la incorrecta disipación de las fuerzas.
El último tipo de lesión es una fractura / luxación traumática de la columna
cervical. En Estados Unidos, el fútbol americano es el responsable de la mayoría
de estas lesiones relacionadas con los deportes. Esto no sucede en otros países
donde el fútbol es el deporte más practicado. Un estudio procedente de Escocia
reveló que el 6% de todos los casos de parapléjicos y tetrapléjicos sucedían a
consecuencia de jugar a fútbol. Aunque ocurren lesiones de hiperflexión y hiper-
extensión en el cuello, la investigación actual de Torg y cols. ha señalado la carga
axial forzada como el principal mecanismo en el desarrollo de la fractura / luxa-
ción de la columna cervical. Como sucede con las lesiones de cabeza agudas,
muchas de éstas tienen lugar fuera de los límites del juego legal.

FUERZA ROTACIONAL

Figura 17-4. El impacto del golpe en boxeo suele producir una fuerza de rotación.
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268 MEDICINA DEL FÚTBOL

FUERZA LINEAL

Figura 17-5. Los testarazos en fútbol producen normalmente una fuerza lineal en la cabeza.

TRATAMIENTO DE TRAUMATISMOS
DE CABEZA Y DE CUELLO
Lesiones de cabeza graves

Hay varios factores importantes a tener en cuenta en el tratamiento de las


lesiones deportivas. En primer lugar, es necesario evaluar la gravedad de la
lesión para llevar a cabo un traslado de emergencia al hospital y una revisión
urgente del cerebro y el cuello. Además, es importante decidir si el jugador nece-
sita o no una estabilización de la posible lesión grave en el cuello. En casos
menos graves de lesión de cabeza, la vuelta a la competición es un tema de con-
siderable importancia.
El conocimiento del historial de un jugador por parte del entrenador o del
médico en el campo es vital. A través de la observación directa o del historial, es
importante establecer si el jugador ha perdido la conciencia y si existe amnesia
provocada por el impacto. La convulsión en el momento del impacto tiene rele-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 269

LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


269

vancia para entender por qué un jugador puede estar confuso o hallarse en un
estado de amnesia inmediatamente después del impacto. Las molestias típicas de
una conmoción cerebral son dolores de cabeza, zumbido en las orejas, mareos,
náuseas, y vómitos. La presencia de doble visión, pérdida de audición o vértigo
extremo indican la presencia de una lesión en los nervios craneales y/o la posi-
bilidad de una fractura de la base del cráneo. El paciente debe responder sobre si
hay dolor en el cuello, si el dolor se transmite a los brazos, y sobre una posible
debilidad o insensiblidad en los brazos o piernas. Si se produce una lesión de
cuello, debe estabilizarse inmediatamente éste con un mecanismo de inmoviliza-
ción y el paciente debe ser transportado debidamente.
La revisión debe incluir pruebas de orientación en el tiempo, espacio, y per-
sona. El jugador debe responder sobre acontecimientos recientes y también debe
comprobarse su memoria inmediata y a corto plazo. El nivel de concentración y
la presencia o ausencia de un estado amnésico debe reevaluarse cada 5 minutos
durante un período de observación de 20 minutos como mínimo.
La pérdida de líquido cefalorraquideo (LCR) por la nariz y las orejas signifi-
ca que existe una fístula de LCR e indica una lesión grave en la base del cráneo.
Normalmente, la presencia de sangre detrás de la membrana del tímpano o a lo
largo de la apófisis mastoidea alrededor de los tejidos periorbitarios no es visible
hasta unas horas después de una fractura de cráneo basilar. Una acusada asime-
tría en los reflejos de tendones profundos, en la fuerza, la sensación o presencia
de síntomas de Babinski, movimiento asimétrico de los ojos o anomalías en las
respuestas de la pupila significan también la presencia de una urgencia neuro-
quirúrgica e indican la necesidad de trasladar urgentemente y de hacer una pron-
ta revisión y tratamiento neuroquirúrgico.
Hay mucho sistemas diferentes que señalan los criterios para permitir el retor-
no de un jugador a la competición. Las recomendaciones de la Sociedad Médica
de Colorado son uno de los sistemas más utilizados. De acuerdo con estas direc-
trices, una conmoción cerebral de grado I no implica una pérdida de conciencia
pero incluye un estado de confusión sin amnesia. Un jugador que sufre una con-
moción cerebral de grado I debe retirarse de la competición y ser reexaminado
cada 5 minutos para observar si hay síntomas de amnesia o postconmoción cere-
bral en estado de reposo y sin esfuerzo excesivo.
Una lesión de grado II no presenta pérdida de conciencia pero sí confusión y
amnesia. En este caso, el jugador deberá ser sacado del juego y no permitírsele
regresar. El jugador deberá ser reexaminado con frecuencia y al día siguiente se
examinará si por déficit neurológico, la participación en la práctica se deberá
considerar sólo después de pasar una semana sin síntomas y se realizará sin tra-
bajo excesivo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 270

270 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 17-2

Recomendaciones de la Sociedad Médica de Colorado para


el tratamiento de la conmoción en los deportes

Grado I: Estado de confusión sin amnesia, no hay pérdida de conciencia


Retirar al jugador de la competición
Examinar inmediatamente y cada 5 minutos por si aparece amnesia o sínto-
mas posconmoción cerebral en posición de descanso total
Permitir la vuelta a la competición si no se observa amnesia ni síntomas rela-
cionados durante al menos 20 minutos

Grado II: Estado de confusión sin amnesia, no hay pérdida de conciencia


Retirar al jugador de la competición y prohibir la vuelta al juego
Comprobar frecuentemente si hay síntomas de patología intracraneal
Reexaminar al día siguiente
Permitir la vuelta a la actividad tras una semana sin síntomas

Grado III: Pérdida de conciencia


Trasladar del campo al hospital más cercano en ambulancia (con inmoviliza-
ción de la columna cervical en caso necesario)
Realizar una evaluación neurológica extensa inmediatamente
Ingresar en el hospital si se detectan síntomas de patología
Si las condiciones son normales, dar instrucción a la familia de que se le
observe durante la noche
Permitir la vuelta a la actividad sólo si han pasado dos semanas sin síntomas

Adaptado de: Kelly JP, Nichols JS y cols. Concussion in sports: guidelines for prevention of
catastrophic outcome. JAMA 1991; 266:2867-2869.

Una conmoción cerebral grado III se asocia con pérdida de conciencia. El


jugador debe ser trasladado en ambulancia al hospital utilizando un inmoviliza-
dor de la columna. Debe realizarse una revisión neurológica o neuroquirúrgica
en el hospital. El jugador no debe regresar a la actividad hasta después de dos
semanas sin síntomas. En general, se debe realizar una TAC a cualquier pacien-
te que sufra una pérdida de conciencia. Las directrices de la Sociedad Médica de
Colorado están resumidas en la tabla 17-2.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 271

LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


271

Estos criterios han sido establecidos para evitar los efectos de un segundo
impacto antes de que el jugador haya podido recuperarse de la pérdida de capa-
cidades vasculares o regulatorias después de una conmoción cerebral inicial. Se
han registrado muchos casos de edema cerebral, en los que el jugador volvió a la
competición antes de recuperarse totalmente de la conmoción inicial. Existen
motivos de preocupación cuando un jugador que sufre una conmoción cerebral
no parece recuperarse como estaba previsto. En la revisión física, es difícil dife-
renciar un síndrome posconmoción cerebral o una migraña traumática de un
hematoma subdural. En estos casos, es prudente realizar una TAC o una RM para
descartar la posibilidad de una patología intracranial.

Lesiones de cabeza crónicas


Hay posibilidades de que las conmociones cerebrales reiteradas conduzcan a
una lesión cerebral. Sin embargo, la capacidad de predecir certeramente las pro-
babilidades y alcance de tal síndrome no está dentro de nuestras capacidades
actuales. Como consecuencia, un jugador que vuelve a la competición tras una
conmoción cerebral estará corriendo un riesgo indefinido en términos de sufrir
un síndrome cerebral acumulativo retrasado potencial. En nuestras propias inves-
tigaciones, no hemos podido establecer la presencia de un síndrome cerebral acu-
mulativo debido específicamente a los cabezazos reiterados. No obstante, las
colisiones de cabeza con cabeza o de cabeza contra el suelo pueden ser una fuen-
te posible de lesión cerebral acumulativa.
Hay unas directrices generales para el retorno de un atleta al juego después
de sufrir conmociones cerebrales múltiples. Las directrices de Cantu son las más
aplicadas en futbolistas, y dictan que la temporada ha finalizado para el jugador
que ha sufrido tres conmociones de grado I o II o dos conmociones de grado III.
Un futbolista que sufre múltiples conmociones en una temporada necesita una
evaluación neurológica total antes de volver a jugar. El mecanismo de lesión y
las fuerzas que participan en cada incidente deben ser examinados. Es un sínto-
ma peligroso que un pequeño golpe provoque una conmoción. Además de esto,
debe evaluarse el estilo de juego personal cuando se produzcan múltiples lesio-
nes de cabeza. Según nuestra investigación, se recomienda que un futbolista que
ha sufrido una conmoción cerebral no golpee el balón con la cabeza hasta
que hayan desaparecido los síntomas.
Las directrices difundidas deben entenderse sólo como sugerencias. Todo
jugador que sufra una lesión de cabeza debe ser evaluado individualmente por el
médico del equipo y el equipo experto apropiado antes de tomar la decisión
de volver a jugar. Son necesarias las revisiones periódicas durante el período de
Documento2 14/2/05 17:05 Página 272

272 MEDICINA DEL FÚTBOL

control de la conmoción, y deben repetirse a medida que el jugador se incorpore


gradualmente al juego. Volver a jugar tras sufrir una conmoción cerebral debe
considerarse como un estado condicionado determinado por la presencia de los
síntomas. Aunque hay muchas directrices publicadas respecto a la vuelta a la
actividad deportiva tras un traumatismo grave de cabeza, no hay suficientes datos
para hacer recomendaciones en relación con la prevención de lesiones cerebrales
causadas por los cabezazos repetitivos.

Lesiones de cuello
La lesión de columna cervical es probablemente la consecuencia más temi-
da en la actividad deportiva. Aunque estas lesiones no son frecuentes, es impor-
tante estar siempre preparados. Una preparación adecuada en cuanto al material
y equipo médicos es la clave para el tratamiento de esta lesión. Los protocolos
del transporte deben revisarse al principio de cada temporada para que el perso-
nal tenga conocimiento de los procedimientos. El paso siguiente es el reconoci-
miento de la lesión. Debe considerarse la posibilidad de lesión de columna cer-
vical en cualquier incidente en el que se produzca pérdida de conciencia.
Debido a la posibilidad de lesión de columna cervical en el jugador inconscien-
te, nunca deberán utilizarse cápsulas de amoníaco en esta situación. Es necesa-
rio realizar una evaluación inmediata de las vías respiratorias, la respiración y
la circulación. En cualquier situación en que pueda existir una lesión de cuello
o columna cervical, debe estabilizarse el cuello y el deportista debe ser trasla-
dado sobre una tabla médica a un centro traumatológico para realizar una eva-
luación más extensa.

Secuelas a largo plazo


Para determinar si existe una encefalopatía crónica en los futbolistas, Jordan,
Green, Galanty, Mandelbaum y Jabour realizaron una investigación. El estudio
examinó la hipótesis de que si los cabezazos reiterados provocan una lesión cere-
bral, debería existir un efecto de respuesta por el cual aquellos jugadores con más
exposición acumulativa experimentarían los mayores cambios neurológicos. La
investigación también intentó corregir los factores que han limitado los estudios
anteriores, como son los previos traumatismos graves de cabeza, el abuso de
alcohol y unos investigadores debidamente informados. El grupo de sondeo con-
sistió en 25 futbolistas invitados a asistir al Campo de Entrenamiento del Equipo
Nacional Masculino de EE.UU. Fueron comparados con 20 deportistas de atle-
tismo de elite sin antecedentes de competición futbolística.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 273

LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


273

Ambos grupos respondieron sobre sus condiciones demográficas, historial


médico anterior, participación deportiva y lesiones graves de cabeza. También
completaron un cuestionario sobre el abuso de alcohol. A continuación contesta-
ron un cuestionario sobre 10 síntomas relacionados con las molestias de cuello y
cabeza, tanto de síntomas presentes como pasados. Estas cuestiones fueron de-
sarrolladas a partir de las molestias comunes registradas entre los futbolistas en
otros estudios.
Para evaluar el efecto acumulativo de los cabezazos con el balón, se desarro-
lló una escala de exposición a los golpes de cabeza. Se creó un sistema de gra-
dación junto con los entrenadores y preparadores físicos del equipo nacional de
EE.UU. Este sistema se sopesó en consideración a la duración de una temporada
concreta y al potencial de exposición a golpes de cabeza. Por ejemplo, se asignó
una puntuación de 1,0 a una temporada de una liga profesional europea en el
extranjero porque en la mayoría de entrenamientos y partidos se anima a golpear
el balón con la cabeza. A un futbolista local que participó en una temporada ente-
ra se le asignó 0,25 porque se dan relativamente pocos cabezazos durante los par-
tidos locales normales. Se redujo la escala para las temporadas de escuela supe-
rior y de instituto porque el número de partidos era menor. El sistema de grada-
ción se muestra en la tabla 17-3. Multiplicando el número de años a cada nivel
de juego por la puntuación de gradación y sumando las respectivas puntuaciones
en cada nivel se obtiene una puntuación total de participación de cada jugador,
denominada índice de exposición a golpes de cabeza. Los entrenadores conside-
raron estas puntuaciones como una estimación razonable de la participación en
fútbol y de la experiencia con los golpes de cabeza.
La parte final del estudio incluyó una RM para ambos grupos que fue anali-
zada independientemente por dos neurólogos que desconocían la identidad y el
grupo del sujeto. Basándose en unos estudios con análisis neurorradiológicos de
boxeadores y jugadores de fútbol, se desarrolló un sistema de puntuación para
verificar cualquier descubrimiento neurorradiológico positivo asociado al trau-
matismo cerebral.
Los resultados del estudio demostraron que no había diferencias estadísticas
entre los deportistas de atletismo y los jugadores de fútbol respecto a la puntua-
ción de los síntomas o de la RM. El abuso del alcohol fue similar en ambos gru-
pos. Entre los jugadores de fútbol, el cuestionario de síntomas y la RM no se
correspondían con la edad, años de juego, número estimado de golpes de cabeza
o índice de exposición a los golpes de cabeza.
El estudio mostró que un historial con traumatismo de cabeza agudo tenía una
gran correspondencia con los síntomas de cabeza registrados actualmente, espe-
cialmente en los jugadores de fútbol (0,63). Aunque se había observado la misma
Documento2 14/2/05 17:05 Página 274

274 MEDICINA DEL FÚTBOL

tendencia en deportistas de atletismo, la cifra no era significativa estadísticamen-


te. Estos resultados parecen indicar que todos los casos de encefalopatía entre los
jugadores de fútbol pueden suceder a consecuencia de una lesión grave de cabe-
za más que por los golpes de balón repetitivos con la cabeza. También sugiere
que los próximos estudios que examinen los efectos de los golpes de cabeza
deberían considerar el historial anterior de lesiones graves de cabeza.

Tabla 17-3.

Gradación de participación en fútbol

Liga Puntuación / Temporada

Instituto 0,5
Equipo universitario 0,75
Liga europea 1,0
Liga de EE.UU. en el extranjero 0,8
Liga de EE.UU. en casa 0,25
Equipo nacional de EE.UU. (equipo entero) 1,0
Partidos del equipo nacional 5 partidos = 0,1

RESUMEN
Aunque las lesiones agudas de cabeza en el fútbol se producen colisiones al
azar, suceden a un nivel predecible en los partidos organizados. Es necesario que
el personal médico esté presente en los entrenamientos y partidos de fútbol y que
tenga experiencia en el reconocimiento de lesiones de cabeza y de cuello graves.
Debe haber disponible el material de emergencia adecuado, como tablas para la
columna, junto con el transporte apropiado a un centro de traumatología.
Pueden tomarse algunas medidas para reducir la posibilidad de lesión de
cabeza en el fútbol. La aplicación uniforme de principios de arbitraje estrictos
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LESIONES CRÓNICAS DE CABEZA Y DE CUELLO


275

reducirían la posibilidad de un juego peligroso. Los chuts altos, los saltos contra
otro jugador y los golpes de cabeza delante de otro jugador deberían estar pena-
lizados según los principios de juego peligroso. Las peleas deberían ser penali-
zadas con la expulsión para desalentar tales arrebatos violentos. Aunque algunos
campos de fútbol juvenil han acolchado los postes de las porterías, no se ha
tomado ninguna acción para aplicar esta medida de seguridad a otros niveles de
juego.
En términos de lesiones crónicas de cabeza o cuello en fútbol, hay más pre-
guntas que respuestas definitivas. Este hecho tiene el doble efecto de proporcio-
nar un área para una investigación potencial, mientras que al mismo tiempo difi-
culta hacer recomendaciones concretas. La investigación futura necesita exami-
nar la influencia de la técnica adecuada de golpes de cabeza desde un punto de
vista biomecánico en relación con las diversas edades y niveles de juego. El uso
de un balón seco y ligero también reduciría las probabilidades aparentemente
menores de lesión acumulativa asociada con los golpes de cabeza. Unos estudios
realizados en Escandinavia sugieren que los balones de fútbol húmedos y pesa-
dos pueden ser la causa del posible desarrollo de un síndrome cerebral acumula-
tivo asociado con los golpes de cabeza. Los nuevos balones forrados de plástico
reducen este peligro, incluso cuando están húmedos.
Los futuros estudios podrían basarse en un examen longitudinal de jugadores
de fútbol a lo largo de sus carreras y que ya estén retirados. Jordan y Green de-
sarrollaron un índice de exposición a los golpes de cabeza que puede aplicarse a
varios sectores de jugadores de fútbol para determinar si hay alguna evidencia de
que los golpes de cabeza repetitivos tienen un efecto adverso sobre el cerebro.
También puede ser útil incorporar tests neuropsiquiátricos y exámenes funciona-
les, tales como la tomografía de emisión de positrones (PET) en futuros estudios.
Estudiar a un gran número de jugadores de fútbol puede revelar distinciones
importantes que contribuyen a las lesiones en la cabeza, como es el estilo de gol-
pear con la cabeza. El estudio de Jordan y Green reveló la importancia de con-
trolar el traumatismo de cabeza agudo estudiando el efecto de golpear el balón
con la cabeza. Con la colaboración de múltiples especialistas, como epidemioló-
gos, neurólogos, neuropsicólogos, biomecánicos y médicos de equipo, puede
establecerse definitivamente la identificación, el tratamiento y la prevención de
lesiones de cabeza y cuello en los futbolistas.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 276

276 MEDICINA DEL FÚTBOL

LECTURAS RECOMENDADAS

Cantu RC. Guidelines for return to contact sports after a cerebral concussion.
Physician and Sports Med 1986;14:75-83.
Haglund Y, Eriksson E. Does amateur boxing lead to chronic brain damage?
American J of Sports Med 1993;21:97-109.
Janda DH, Bir C, Wild B. y cols. Al. Goal post injuries in soccer. American J of
Sports Med 1995;23:340-344.
Jordan SE, Green GA, Galanty HL, Mandelbaum BR, Jabour BA. Acute and
chronic brain injury in United States national team soccer players. Am J
Sports Med 1996;24:205-209.
Kelly JP, Nichols JS, Filley CM. y cols. Concussion in sports: guidelines for the
prevention of catastrophic outcome. JAMA 1991;266:2867-2869.
Scoppetta C, Vaccario ML. Central cerival cord syndrome after heading a foot-
ball. Lancet 1978;1:1269.
Smodlaka VN. Medical aspects of heading the ball in soccer. Physician and
Sports Med 1984;12:127-131.
Sortland O, Tysvaer AT, Storli OV. Changes in the cervical spine in association
football players. Brit J of Sports Med 1982;16:80-84.
Townend MS. Is heading the ball a dangerous activity? En: Reilly T (Ed).
Proceeding of the First World Congress of Science and Football. Nueva York:
E & F.N. Spon, 1987.
Tysvaer AT, Storli O. Soccer injuries to the brain: a neurologic and EEG study of
active football players. American J of Sports Med 1989;17:573-578.
Tysvaer AT, Lochen EA. Soccer injuries to the brain: a neuropsychologic study
of former soccer players. American J of Sports Med 1991;19:56-60.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 277

18 LESIONES EN LAS
EXTREMIDADES
SUPERIORES
James Gilbert

INTRODUCCIÓN
En el fútbol, las lesiones en las extremidades superiores no son tan comunes
como las de las extremidades inferiores. Se calcula que comprenden entre el 10%
y el 15% del total. Las lesiones en las extremidades superiores suelen producir-
se cuando tiene lugar una colisión entre jugadores, o cuando un jugador se gol-
pea en el suelo con la parte exterior del hombro o con la mano extendida
(fig. 18-1). Lo habitual es que sean los porteros los que sufren lesiones en las
manos, mientras que el resto de lesiones en las extremidades superiores suelen
repartirse por igual entre los demás jugadores.
Algunas lesiones, en especial las de la zona del hombro, pueden revestir cier-
ta gravedad a causa de la potencia del impacto. Hay otras lesiones causadas por
impactos de elevada potencia que no deben ser ignoradas, ya que pueden causar
serios daños. Los traumatismos en la zona de la cabeza y el cuello deben ser con-
siderados como tales hasta que se demuestre lo contrario, y dado que este tipo de
lesiones suele implicar un elevado índice de riesgo para las estructuras neurovas-
culares, la posibilidad de un traumatismo no deberá descartarse en ningún
momento. La articulación situada por encima y por debajo del golpe deberá ser
examinada, pues la potencia del impacto puede causar daños colaterales que
necesiten urgente tratamiento quirúrgico.
Tras un detenido examen, la mayoría de las lesiones pueden ser inmoviliza-
das con un cabestrillo o una tablilla. Las lesiones con complicaciones vasculares
o acusadas deformaciones deben ser reducidas, en primer lugar, mediante una
suave tracción longitudinal. A continuación, lo normal es efectuar radiografías de
la zona lesionada y, si es preciso, consultar con un traumatólogo. Finalmente, al
jugador se le permitirá volver a la competición sólo cuando su traumatismo neu-
rovascular haya desaparecido por completo y demuestre que es capaz de desarro-
llar su gama de movimientos funcionales con un nivel de fuerza prácticamente
normal.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 278

278 MEDICINA DEL FÚTBOL

Este capítulo es un resumen, y durante el mismo se estudiarán los tipos más


comunes de lesiones de las extremidades superiores que pueden afectar a los
jugadores de fútbol. Si desea profundizar en el tema, consulte las lecturas reco-
mendadas al final del capítulo.

FRACTURAS EN LA ZONA DEL HOMBRO


Fracturas de clavícula

Mecanismo de la lesión
Las fracturas de clavícula son muy comunes. Lo normal es que sean el resul-
tado de un impacto directo, pero también pueden producirse a raíz de una caída
sobre el hombro o sobre la mano extendida.

Figura 18-1. Mecanismo habitual de la lesión de hombro.


Documento2 14/2/05 17:05 Página 279

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


279

El tercio central de la clavícula es la parte más comúnmente afectada (fig. 18-2).


La deformación causada por la fractura suele ser visible por el hecho de que el
hombro lesionado está a un nivel más bajo que el hombro sano. La inspección
táctil causará flaccidez y crepitación. El jugador puede entablillarse el hombro
presionando hacia el codo con la mano contraria.

Tratamiento de la lesión
El tratamiento inmediato de la lesión debe iniciarse con la búsqueda de posi-
bles lesiones asociadas. Aunque no son frecuentes, pueden poner en peligro la
vida de los afectados, como cuando se producen heridas en los pulmones o en los
vasos subclaviculares.
Para garantizar la comodidad, debe colocarse el hombro en cabestrillo o ser
inmovilizado de algún modo, y deben efectuarse radiografías para confirmar el
diagnóstico. La intervención quirúrgica no suele ser necesaria. Aunque algunos
médicos recomiendan un entablillado en forma de ocho, un simple cabestrillo es
suficiente para la mayoría de los atletas hasta que las radiografías prueben que se
ha producido la unión. En los atletas jóvenes esto suele ocurrir entre 3 y 6 sema-
nas después, mientras que en los atletas de más edad puede tardar entre 6 y
8 semanas.
El atleta deberá abandonar la actividad física vigorosa hasta que se demues-
tre que puede desarrollar de manera indolora una amplia gama de movimientos
con el hombro y éste haya recuperado su fuerza casi por completo. Esto suele
producirse al cabo de 3 o 4 meses.
Aunque el callo causado por la fractura puede ser prominente, no suelen pro-
ducirse limitaciones funcionales a largo plazo. Si la clavícula no se ha curado
entre 4 y 6 meses después, quizá sea necesario llevar a cabo una reducción abier-
ta y una fijación interna (ORIF) con un injerto para el hueso.

Acromion

Esternón

Tercio lateral Tercio central Tercio medial

Figura 18-2. El tercio central de la clavícula es el que resulta dañado con mayor frecuencia.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 280

280 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lesiones acromioclaviculares

Mecanismo de la lesión
La fractura acromioclavicular (AC) es un tipo frecuente de lesión que se pre-
senta con mayor frecuencia en los adultos y que suele estar causada por una caída
sobre el extremo del hombro. Hay seis tipos de fracturas AC (fig. 18-3). Lo fun-
damental es distinguir entre las distensiones o subluxaciones AC incompletas
(tipos I y II), que son las más comunes, y las lesiones en las que el desplazamien-
to es total (tipos III, IV, V y VI).

Tratamiento de la lesión
Las lesiones parciales no necesitan cirugía, y las lesiones totales la necesitan
en contadas ocasiones. Los atletas con separaciones AC completas sufrirán flac-
cidez al tacto en la zona de la articulación AC, caída del hombro lesionado y cla-
vícula distal prominente (fig. 18-4). Es preciso distinguir entre una fractura de
clavícula y una dislocación de hombro. Para hacerlo, las radiografías pueden
resultar útiles. Quizá sea necesario efectuar radiografías de tensión colgando
unos pesos de los brazos para acentuar la separación entre ambos. En las disten-
siones o subluxaciones incompletas basta con un cabestrillo, que puede ser eli-
minado en cuanto el atleta se sienta bien.
Este tipo de fracturas no suele causar disfunciones a largo plazo, y el depor-
tista puede volver a desarrollar plenamente su actividad en cuanto cumpla las
condiciones requeridas. Los ataques artríticos postraumáticos necesitarán trata-
miento en muy contadas ocasiones. Respecto a las separaciones AC completas,
también es posible curarlas sin necesidad de recurrir a la intervención quirúrgi-
ca. El historial de una separación AC completa tratada de manera conservadora
suele ser tan satisfactorio como el de una fractura tratada quirúrgicamente, y ade-
más no hay peligro de que se produzcan complicaciones. Si los síntomas persis-
ten, existen procedimientos de estabilización que pueden ser aplicados al cabo de
un tiempo.
No obstante, algunas lesiones pueden necesitar tratamiento quirúrgico.
Algunas clases de separaciones totales con grandes desplazamientos, o de sepa-
raciones en las que la clavícula distal está atrapada posteriormente dentro del
músculo trapecio o bajo la apófisis coracoides de la escápula, pueden necesitar
cirugía. Por este motivo, todas las separaciones AC completas deberán ser exa-
minadas por un traumatólogo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 281

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


281

Tipo I Tipo II

Tipo III Tipo IV

Tendón asociado del


bíceps y el
coracobraquial

Tipo V Tipo VI

Figura 18-3. Grados de lesión acromioclavicular.


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282 MEDICINA DEL FÚTBOL

Luxaciones de hombro

Mecanismo de la lesión
Las luxaciones de hombro son lesiones comunes en los adolescentes y los
jóvenes que practican deportes en los que existe el contacto. La articulación gle-
nohumeral puede luxarse por su parte anterior, posterior, inferior o superior. Las
dislocaciones anteriores constituyen aproximadamente entre el 95% y el 98% del
total de las luxaciones glenohumerales. Las dislocaciones posteriores constitu-

Figura. 18-4. Los efectos del peso en una luxación acromioclavicular de grado III.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 283

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


283

yen entre un 2% y un 4%. Las luxaciones inferiores y superiores son raras. Las
dislocaciones anteriores de hombro suelen ocurrir cuando se produce un impac-
to en el brazo y éste se encuentra en posición de abducción (brazo extendido) y
de rotación externa. Aunque los porteros sufren una cantidad desproporcionada-
mente elevada de luxaciones de hombro, los jugadores de campo también están
expuestos a este tipo de lesiones.

Tratamiento de la lesión
La dislocación aguda del hombro es dolorosa porque se produce un espasmo
muscular para estabilizar la articulación. El atleta puede entablillarse el hombro
afectado con una ligera abducción y mediante la rotación externa del brazo con-
trario. El hombro está decoaptado y la cabeza del húmero es palpable en la parte
anterior e inferior de la apófisis coracoides. La función del nervio axilar debe ser
comprobada, ya que puede verse afectada por este tipo de lesiones (fig. 18-5).
Sentir la piel sobre la parte lateral del hombro y una sensación de quemazón en
el deltoides indica que el nervio axilar está intacto.

Figura 18-5. Antes de reducir una luxación anterior, deberán valorarse los daños en los ner-
vios axilares y musculocutáneos. El nivel de la función nerviosa se determina a partir de la
sensibilidad de la piel.
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284 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los pacientes con dislocaciones recurrentes o subluxación anterior pueden


sufrir el síndrome del brazo muerto, en el cual el dolor y el entumecimiento se
producen cuando el brazo se encuentra estirado y girado hacia el exterior.
Aunque lo normal es que el dolor remita cuando el hombro está en posición neu-
tra, el hombro puede permanecer inflamado y débil durante unos días.
El tratamiento de las dislocaciones anteriores de hombro y de su inestabilidad
recurrente es un tema controvertido. El tratamiento agudo implica la reducción
mediante algún tipo de método de acción y reacción seguido de un breve perío-
do de inmovilización (fig. 18-6). Aunque es posible discutir cuánto debe prolon-
garse el tiempo de inmovilización, la mayoría de traumatólogos recomiendan un
período de entre 4 y 6 semanas. Las dislocaciones recurrentes son consecuencia
de una lesión inicial, y hay estudios que documentan un porcentaje de redisloca-
ción de entre el 55% y el 90% en atletas menores de 20 años.

Figura 18-6. Tres métodos para reducir una dislocación anterior del hombro. A: el método
Kocher; B: el método Stimson; C: el método de elevación.
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LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


285

En los atletas de más edad, el porcentaje de redislocación es mucho menor.


En el caso de los atletas jóvenes que sufren su primera dislocación, la mayoría
de los traumatólogos todavía recomiendan inmovilización seguida por un agre-
sivo programa de rehabilitación, que tiene por objetivo fortalecer los músculos y
el manguito de los rotadores. Algunos estudios apoyan el uso de la rehabilitación
para prevenir la dislocación recurrente. Si la rehabilitación fracasa, lo más con-
veniente suele ser el tratamiento quirúrgico. La inestabilidad recurrente suele
obligar a algunos atletas a abandonar la práctica deportiva durante un largo pe-
ríodo de tiempo. Aunque no se produzca apenas ningún contacto entre la pelota
y las manos de los jugadores de campo durante el partido, es fácil que los atletas
aquejados de inestabilidad recurrente sufran dislocaciones mientras juegan al fút-
bol. El tratamiento de la inestabilidad recurrente debe ser individualizado. La
temprana utilización de técnicas artroscópicas o de cirugía puede brindar la
mejor oportunidad para volver al terreno de juego la temporada siguiente.

FRACTURAS DE HÚMERO
Fracturas proximal del húmero

Mecanismo de la lesión
Aunque estas fracturas se dan con mayor frecuencia en individuos de más
edad aquejados de osteoporosis, también pueden afectar a los atletas. Es muy
raro que se den entre los niños antes de que éstos hayan completado su ciclo de
crecimiento. Se producen a raíz de la caída sobre el hombro o sobre la mano
extendida. La deformidad suele ser visible, con crepitaciones provocadas por la
inspección táctil y dolores intensos cuando se intenta hacer algún movimiento.

Tratamiento de la lesión
Las lesiones neurovasculares no son infrecuentes. El funcionamiento del ner-
vio axilar debe ser comprobado minuciosamente. Antes del traslado del paciente
a un servicio de urgencias en el que puedan realizarse las correspondientes radio-
grafías, será necesario efectuar sobre el terreno una inmovilización con cabestri-
llo. La clasificación Neer es una herramienta útil para el tratamiento de estas
lesiones. Las fracturas del húmero proximal se dividen en fracturas no desplaza-
das de dos, tres o cuatro partes.
Las partes empleadas para clasificar estas fracturas son las tuberosidades de
mayor o menor tamaño, el cuerpo humeral y la cabeza humeral. En este sistema,
un desplazamiento de 1 cm o una inclinación que forme un ángulo menor de 45o
se clasifican como una parte (fig. 18-7). Las fracturas de dos partes y las fractu-
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286 MEDICINA DEL FÚTBOL

ras sin desplazamiento pueden ser tratadas con un aparato para inmovilizar el
hombro, dando prioridad, si es preciso, a la reducción antes que a la inmoviliza-
ción.
La zona lesionada debe moverse tan pronto como el dolor lo permita. En los
pacientes jóvenes provistos de huesos en buen estado, la cabeza humeral debe ser
preservada, si bien existe el riesgo de necrosis avascular o de una disminución
del flujo sanguíneo dirigido hacia la cabeza humeral. Por consiguiente, en los
jóvenes atletas todas las fracturas de tres y cuatro partes deberán ser sometidas a
reducción abierta y fijación interna. En el caso de deportistas de más edad con
huesos menos resistentes, la mayoría de fracturas de tres y cuatro partes deben
ser tratadas con la colocación de una hemiartroplastia. En los pacientes más jóve-
nes también es importante estabilizar las fracturas de dos partes que afectan la
tuberosidad de mayor tamaño, con el objetivo de estabilizar la función del man-
guito de los rotadores y evitar la infiltración subacromial. Las fracturas de dos
partes de la tuberosidad menor, raras y a menudo asociadas con dislocaciones
posteriores y con convulsiones, pueden provocar heridas en el tendón subesca-
pular.

Fracturas del cuerpo humeral

Mecanismo de la lesión
Las fracturas del cuerpo humeral pueden producirse a raíz de un golpe direc-
to sobre el húmero o por una caída sobre la mano abierta.

Tratamiento de la lesión
Las fracturas del cuerpo humeral pueden ser tratadas sin cirugía en casi todos
los casos. La principal complicación reside en los daños en el nervio radial, que
discurre por el canal en espiral estrechamente ligado al cuerpo del húmero.
Los daños en el nervio radial suelen curarse sin necesidad de ningún trata-
miento en la mayoría de los casos y, por tanto, las exploraciones quirúrgicas sue-
len posponerse de 3 a 4 meses. Si el nervio no se recupera, entonces debe ser exa-
minado. Por otra parte, si el nervio radial funciona antes de la reducción y sólo
después se detecta una disfunción en él, la mayoría de especialistas recomenda-
rían practicar un examen quirúrgico. Las fracturas del cuerpo humeral pueden
ser reducidas por medio de la tracción longitudinal, y a continuación pueden ser
inmovilizadas con un tipo especial de entablillado que consiste en una escayola
colocada como unas tenacillas desde el extremo del hombro y alrededor del
codo, y sujetada bajo la axila. La inclinación puede ser de hasta 30o, lo que deja
un amplio margen de maniobra. Cuando la fractura ha empezado a soldarse, es
Documento2 14/2/05 17:05 Página 287

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


287

posible utilizar un cabestrillo. Éste utiliza las partes blandas para mantener la
reducción al tiempo que permite la movilidad del codo.

Tuberosidad mayor Cuello anatómico

Tuberosidad menor
Cabeza
Cuello quirúrgico

Figura 18-7. Principales estructuras del húmero proximal.

Figura 18-8. Fracturas intraarticulares del húmero distal. A: fractura en forma de T; B: frac-
tura en forma de Y.
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288 MEDICINA DEL FÚTBOL

Fracturas distales del humero en los adultos

Mecanismo de la lesión
Las fracturas distales de húmero son poco comunes en los adultos. Suelen
producirse en personas de edad avanzada aquejadas de osteoporosis. No obstan-
te, los atletas también pueden verse afectados por ellas como resultado de un
impacto de elevada potencia, como una caída sobre un brazo extendido. A menu-
do siguen el patrón de fracturas intraarticulares del tipo Y o T (fig. 18-8). Como
era de esperar, las lesiones neurovasculares son habituales.

Tratamiento de la lesión
Las fracturas en que no se ha producido desplazamiento pueden ser tratadas
con inmovilización seguida de ejercicios tempranos de movilidad. En los indivi-
duos que cumplan las condiciones para ser intervenidos quirúrgicamente, las
fracturas con desplazamiento deberán ser tratadas con reducción abierta y fija-
ción interna.

LESIONES EN EL CODO
En el fútbol, las lesiones en el codo no son frecuentes. No obstante, el ele-
vado índice de congruencia de la articulación ósea hace que, en ocasiones, sean
difíciles de tratar. Además de las lesiones en los huesos, también pueden presen-
tarse lesiones en las articulaciones, los músculos, los tendones y los ligamentos.
Las lesiones y su tratamiento difieren en el caso de los niños y de los adultos.
El tratamiento agudo debe consistir en un exhaustivo examen neurovascular y
en la inmovilización. Se comprobará si existen lesiones colaterales. El hombro
y la muñeca deberán ser examinados. Aunque el tratamiento depende de la
lesión, en general se recomienda mover el codo en un estadio temprano para
prevenir la contractura. Finalmente, estas lesiones deben ser examinadas por un
traumatólogo. Un diagnóstico y un tratamiento erróneos tendrían desastrosas
consecuencias.

Fracturas de la cabeza radial

Mecanismo de la lesión
La fractura ósea de codo más común es la fractura de la cabeza radial. Está
causada por la caída sobre la mano abierta. Se caracteriza por la hinchazón y por
el dolor asociado al movimiento.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 289

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


289

Tratamiento de la lesión
Se puede sospechar la existencia de una fractura en la cabeza radial cuando
en las radiografías es visible el desplazamiento de las almohadillas grasas del
codo con el fluido intraarticular. Un signo positivo respecto a las almohadillas
grasas no acompañado por la evidencia de una fractura debe ser tratado, en pri-
mer lugar, como una fractura no desplazada.
Las fracturas de la cabeza radial se clasifican en tres tipos (fig. 18-9). El tipo I
consiste en fracturas no desplazadas que pueden ser tratadas con un corto perío-
do de inmovilización. Las fracturas del tipo II están desplazadas. Para este tipo
de fracturas, se recomienda la reducción abierta y la fijación interna en el caso de
que la fractura esté hundida más de 3 mm, si afecta a más de un 30% de la super-
ficie articular o si la fractura forma un ángulo de más de 30o. El tercer tipo de
fracturas debe ser fijado mediante la reducción abierta y la fijación interna. Si
esto no es posible, entonces deberá practicarse una escisión. No obstante, la esci-
sión de la cabeza radial está contraindicada si se ha producido, de forma simul-
tánea, una lesión de los ligamentos del codo o una lesión de la muñeca. La colo-
cación de una prótesis en la cabeza radial tras la escisión es una opción contro-
vertida.

Fracturas supracondíleas del codo (pediátricas)

Mecanismo de la lesión
Las fracturas supracondíleas del codo son fracturas extraarticulares que afec-
tan el húmero distal. Raramente se producen después de la finalización del ciclo
de crecimiento. Sin embargo, estas fracturas están consideradas como el segun-
do tipo de fracturas más comunes en los niños, en especial en aquellos con una
edad comprendida entre los 5 y los 10 años. La fractura tiene lugar en la metáfi-
sis de la apófisis coronoides y en las fosas olecranianas del húmero después de
una caída sobre la mano abierta, y por lo general es una lesión del tipo extensión
(fig. 18-10). La deformidad suele ser evidente.

Tratamiento de la lesión
Las fracturas supracondíleas están relacionadas con las lesiones neurovascu-
lares de las estructuras que rodean el codo, incluyendo la arteria braquial media,
el cúbito y los nervios radiales. Si este diagnóstico es erróneo o recibe un trata-
miento erróneo, pueden producirse contracturas isquémicas del brazo y de la
mano.
Las fracturas supracondíleas del codo se clasifican en tres tipos. En el tipo I
se incluyen las fracturas no desplazadas. El tipo II incluye las fracturas desplaza-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 290

290 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tipo I

Tipo II

Tipo III

Figura 18-9. Grados de fractura de la cabeza radial.

das con el córtex posterior intacto. En el tipo III se incluyen las fracturas despla-
zadas sin contacto cortical. El tratamiento para las lesiones del tipo I requiere la
inmovilización con flexión en una escayola para el brazo o en una tablilla. La fle-
xión creciente del codo estabiliza la fractura, pero también aumenta el riesgo vas-
cular. Por consiguiente, la mayoría de los traumatólogos recomiendan una
flexión del codo de unos 90o para las fracturas no desplazadas. Las fracturas
desplazadas del tipo II pueden ser reducidas mediante la tracción, corrección del
desplazamiento lateral y medio, y flexión para que los fragmentos distales que-
den colocados en su sitio, en el extremo distal del húmero. Después de la reduc-
ción, debe realizarse un examen neurovascular y radiológico. Si existe peligro
neurovascular tras la reducción y la flexión del codo, este deberá ser flexionado
en menor medida hasta que vuelva a funcionar de manera normal. La imposibi-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 291

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


291

lidad de lograr un funcionamiento normal o a una reducción estable indica que


será necesaria una intervención quirúrgica. Todas las fracturas de tipo III y las
inestables de tipo II requieren bien la fijación percutánea, o bien reducción abier-
ta y fijación interna ejecutadas con un fluoroscopio. Cualquier atleta tratado de
una fractura supracondílea desplazada debe ser ingresado entre 24 y 48 horas
para mantener bajo control su estado neurovascular.

Luxaciones de codo

Mecanismo de la lesión
El codo es la articulación que se luxa con mayor frecuencia entre los atletas
menores de 10 años. En los adultos, la del hombro es más común. Las luxacio-
nes del codo se producen a raíz de la hiperextensión causada por una caída sobre
la mano abierta.

Fosa olecraniana

Fosa coronoides

Figura 18-10. La fractura supracondílea suele producirse en la parte más débil del hueso.
Esta sección transversal del húmero distal muestra el lugar donde es probable que se produz-
ca la fractura.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 292

292 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento de la lesión
Las luxaciones de codo se clasifican de acuerdo con la dirección de la apófi-
sis olecraniana luxada del cúbito. Las luxaciones posteriores son más comunes
que las anteriores, menos frecuentes. Es común que se produzcan fracturas cola-
terales en la cabeza radial, el capítulo del húmero, la apófisis coronoides y los
epicóndilos. También pueden producirse lesiones en el nervio cubital, así como
un incremento de la presión intraósea. Examine siempre la muñeca y el hombro
y practique un minucioso examen cardiovascular. El tratamiento implica la
reducción seguida de un período de inmovilización que será determinado por una
prueba de estabilidad. La maniobra de reducción consiste en la tracción longitu-
dinal, seguida de la manipulación del olécranon posterior hacia el anterior sobre
el húmero distal, y, finalmente, de la flexión con el fin de asegurar la reducción
(fig. 18-11). Para dislocaciones sencillas que se mantienen estables cuando son
extendidas, es recomendable una inmovilización en tablilla de 7 a 10 días. No
obstante, si al llevar a cabo la extensión se detectan signos de inestabilidad, eso

Figura. 18-11 El método Meyn y Quigley para reducir una luxación de codo. El antebrazo
está suspendido y se aplica una suave tracción en la muñeca. El médico guía el olecranon
con la otra mano.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 293

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


293

significa que se ha producido una fisura en la cara anterior del ligamento colate-
ral del cúbito medial, y que será preciso efectuar un entablillado que bloquee la
extensión. El ligamento colateral tarda unas 3 semanas en sanar. Tras ese tiem-
po, el entablillado podrá ir reduciéndose progresivamente. La plena movilidad
suele alcanzarse entre 6 y 8 semanas después. Incluso en los casos menos proble-
máticos, debe esperarse un cierta pérdida en la extensión total. El resultado no es
tan satisfactorio en los casos más complicados. Algunas heridas pueden necesi-
tar de 16 a 18 meses para sanar. Es muy raro que la gama de movilidad funcio-
nal y la estabilidad se pierdan.

Fracturas del olécranon

Mecanismo de la lesión
Las fracturas del olécranon tienen su origen en una caída sobre el codo, por
lo general flexionado. El tirón del tríceps causa el desplazamiento de los frag-
mentos de la fractura (fig. 18-12).

Tratamiento de la lesión
Las fracturas no desplazadas tienen menos de 2 mm de separación y se man-
tienen estables con una flexión de 90o. Ocasionalmente, estas fracturas pueden
tratarse con una escayola para el brazo en la cual el codo se encuentre extendi-
do. Para las fracturas desplazadas, el tratamiento recomendado es la reducción
abierta y la fijación interna. Respecto a las fracturas conminutas, lo mejor es tra-
tarlas con placas fijadoras. Para las fracturas conminutas graves en individuos no
atletas, puede efectuarse la escisión de dos terceras partes del olécranon seguida
de la recolocación del tríceps sin pérdida de estabilidad.

Otras fracturas del codo

Las fracturas aisladas en el capítulo del húmero, la tróclea y la apófisis coro-


noides son raras. Suelen estar asociadas con otras lesiones de codo. Las fracturas
desplazadas y las fracturas que impiden el movimiento del codo suelen tratarse
quirúrgicamente. Las fracturas no desplazadas pueden ser inmovilizadas, permi-
tiendo una amplia gama de movimientos.
Las fracturas del epicóndilo medial son más comunes en los jóvenes lanzado-
res que someten sus codos a elevadas tensiones (el codo del lanzador). Las frac-
turas del cóndilo lateral son raras y pueden producirse a causa de un golpe direc-
to en el codo o de una sobrecarga en varo. También pueden ir asociadas a una
lesión de la cabeza radial.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 294

294 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura. 18-12 Fracturas del olécranon y de la apófisis coronoides del cúbito. Obsérvese que
la contracción muscular puede separar los fragmentos.

FRACTURAS DEL ANTEBRAZO

Fracturas del radio y del cúbito

Mecanismo de la lesión
Estas lesiones son poco habituales en el fútbol. Cuando suceden, con frecuen-
cia son causadas por el contacto directo con un jugador contrario o con el poste
de una portería. Otra posible causa de lesión es una caída directa sobre la mano
extendida, a través de la cual se transmite la fuerza suficiente para fracturar el
radio y el cúbito.

Tratamiento de la lesión
Las fracturas del radio y del cúbito son conocidas como la fractura de ambos
doble del antebrazo. En los adultos, las fracturas del radio y el cúbito deben ser
tratadas con reducción abierta y fijación interna. En el caso de los niños, bastará
con la inmovilización con una escayola. Para niños menores de 10 años es acep-
table un ángulo de hasta 10o, ya que la reestructuración del antebrazo, unida a su
crecimiento, aumentará la inclinación. Respecto a los adultos, existe una contro-
versia sobre el momento en que hay que quitarles las placas. Estudios recientes
sugieren que las placas deberían mantenerse al menos 2 años. Después de la
extracción, el antebrazo necesitará ser protegido durante 6 semanas, ya que los
Documento2 14/2/05 17:05 Página 295

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


295

orificios de las fijaciones actúan como puntos que aumentan la tensión. Una frac-
tura aislada del hueso del cúbito se conoce como una fractura de adhesión noc-
turna. Con un mínimo desplazamiento, esta fractura puede ser tratada con un apa-
rato de recuperación funcional.

LESIONES EN LA MUÑECA Y LA MANO


Aunque las lesiones en la muñeca y la mano son más comunes en otros depor-
tes de contacto, también se producen en el fútbol. Lo más probable es que afec-
ten al portero, si bien cualquier jugador puede sufrir una caída sobre la mano
abierta. Las lesiones en las partes blandas, como las torceduras y las distensio-
nes, son muy comunes. Las fracturas en el radio distal, en el escafoides y en las
falanges también se producen con mucha frecuencia en el fútbol.
Un detallado historial médico y un examen físico seguidos de las oportunas
radiografías permitirán, por lo general, emitir un diagnóstico y poner en práctica
el tratamiento adecuado. El tratamiento agudo puede realizarse con una escayo-
la. Sólo en contadas ocasiones es necesaria la inmovilización durante un período
superior a 3 semanas. La mayoría de las heridas deben ser examinadas por un
traumatólogo para que puedan recibir el tratamiento más adecuado.

Fracturas del radio distal

Mecanismo de la lesión
Las fracturas del radio distal se producen con frecuencia. Pueden tener varias
causas, como las caídas y otros tipos de colisiones.

Tratamiento de la lesión
El tratamiento de la clásica fractura de Colles, con su fragmento distal en
ángulo dorsal, no es el mismo en el caso de un atleta que cuando se trata de una
mujer de más edad aquejada de osteoporosis. En el caso del atleta, el objetivo es
restaurar las condiciones anatómicas normales. La reducción cerrada y la inmo-
vilización con una escayola larga de 3 a 4 semanas, con el cambio de la escayo-
la larga por una corta durante 3 o 4 semanas más, constituía el modo usual de tra-
tamiento. Para las fracturas no desplazadas, puede tratarse de la opción apropia-
da. No obstante, cuando se trata de fracturas desplazadas es importante restaurar
la longitud y la inclinación radiales y la inclinación palmar del radio distal. En
caso de que no se produzca la restauración de dichos parámetros, el resultado
será una disminución de la movilidad de la muñeca, cambios degenerativos avan-
zados e imbricación de la muñeca con el radio distal. Además, se ha demostrado
Documento2 14/2/05 17:05 Página 296

296 MEDICINA DEL FÚTBOL

que una dislocación articular superior a 2 mm estimula los cambios degenerati-


vos. En la actualidad, las opciones más comunes de tratamiento consisten en la
fijación externa, la reducción abierta y la fijación interna con placas y tornillos.
Estudios recientes apoyan el uso del fijador externo en lugar de los métodos tra-
dicionales. A través de la taxis de los ligamentos, la fijación externa mantiene la
longitud radial y la inclinación, y restaura la inclinación palmar y la congruencia
de la articulación con un bajo índice de complicaciones.

Fracturas del escafoides

Mecanismo de la lesión
Las fracturas del escafoides son las fracturas más comunes relacionadas con
los huesos de la muñeca (fig. 18-13). Suelen producirse a raíz de una caída sobre
la mano extendida, y se manifiestan por la flaccidez del orificio anatómico situa-
do en la base del pulgar.

Tratamiento de la lesión
Las fracturas del escafoides deben ser inmovilizadas en una espica para el
pulgar que deje libre la articulación interfalángica. La mayoría de los traumató-
logos están de acuerdo en que, cuando se trata de una fractura documentada o
cuando existen profundas sospechas respecto a la existencia de una fractura, la
escayola debería llegar por encima del codo para proporcionar un control de
la rotación más estrecho. La razón por la que se toman tales precauciones en las
fracturas del escafoides es la posibilidad de desarrollar una necrosis avascular o
de no conseguir la unión. Este hecho está relacionado con el característico riego
vascular que penetra distalmente en el escafoides.
Por tanto, las fracturas a través del tercio medio y proximal del escafoides tie-
nen una elevado índice de desunión y necrosis avascular. Además de las radio-
grafías anteroposteriores (AP) y laterales, una vista del escafoides con la muñe-
ca en desviación cubital a menudo ayuda a detectar la fractura. Para determinar
con exactitud su desplazamiento, algunos traumatólogos recomiendan practicar
una tomografía axial computerizada (TAC) en todas las fracturas de las que se
tenga constancia. En las fracturas no desplazadas, deberá aplicarse tratamiento
cerrado. Ante todo, una fractura de escafoides debe ser inmovilizada con una
espica larga de escayola en el dedo pulgar, con la muñeca en ligera flexión pal-
mar y desviación radial, durante 6 semanas. La espica larga puede ser sustituida
por una espica corta hasta que haya pruebas clínicas y radiológicas de la unión,
que suele producirse entre 15 y 18 semanas después. Existen escayolas sintéticas
y acolchadas que permiten la práctica del fútbol. En el caso del deportista de
Documento2 14/2/05 17:05 Página 297

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


297

Articulación carpometacarpiana

Articulación mesocarpiana

Piramidal Capitatum

Ganchoso
Trapecio
Trapezoide
Escafoides (navicular)
Cúbito
Radio Articulación
radiocarpiana

Pisiforme
Hueso semilunar

Figura 18-13. Huesos de la muñeca.

elite, efectuar una reducción abierta y una fijación interna (ORIF) permitirá una
rápida vuelta al terreno de juego. Una separación de más de 2 mm se considera
una fractura desplazada. Estas fracturas necesitan reducción anatómica para evi-
tar las complicaciones de la necrosis avascular, falta de unión y mala unión, que
pueden desembocar en una artritis que debilitaría la muñeca. El método de reduc-
ción anatómica más aconsejable es el ORIF, en el que se emplean diversos torni-
llos óseos. El injerto y la fijación interna suelen ser necesarios si al cabo de
6 meses no hay signos de unión. También existen algunas técnicas efectivas de
revascularización.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 298

298 MEDICINA DEL FÚTBOL

Fracturas de los metacarpianos y las falanges

Mecanismo de la lesión
Las caídas y los choques pueden causar la fractura de los metacarpianos y las
falanges. En los deportes, las lesiones producidas por el aplastamiento (pisotones
sobre las manos y los dedos) son comunes.

Tratamiento de la lesión
Las fracturas de los huesos largos de la mano pueden ser tratadas, en general,
con reducción cerrada e inmovilización, siempre que la fractura se mantenga
estable y no exista rotación defectuosa o angulación. El fracaso en la corrección
de la rotación defectuosa puede tener como resultado unos dedos infra o super-
puestos. Las uñas deben estar en el mismo plano, y los dedos, cuando estén fle-
xionados, deben apuntar al hueso escafoides (fig. 18-14). En general, cuando las
fracturas intraarticulares constituyen menos del 30% de la superficie total, puede
aplicarse el tratamiento cerrado. El ORIF debe ser considerado cuando se ha pro-
ducido la subluxación palmar de la falange más alejada. Los mejores tratamien-
tos para las fracturas intraarticulares graves son los tratamientos cerrados con
una temprana gama de movimientos. Para el tratamiento cerrado, la mano está
inmovilizada en una posición de seguridad (fig. 18-15). Las articulaciones meta-
carpofalángicas (MF) son inmovilizadas en flexión con un ángulo de 70o a 90o, y

Figura 18-14. A: para la correcta alineación de los huesos, las uñas deberían estar paralelas
a los dedos; B: al flexionarlos, los dedos deberían apuntar al escafoides.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 299

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


299

las articulaciones de los dedos se inmovilizan en un ángulo de 10o a 20o.


Aproximadamente, ésta es la posición necesaria para sostener una lata de bebida.
Si no se moviliza la mano en posición funcional, pueden producirse contracturas
en los ligamentos colaterales. Es muy raro que los dedos tengan que permanecer
inmovilizados durante más de 3 semanas. Es recomendable dar suaves golpeci-
tos con los dedos u efectuar movimientos tempranos en todas las fracturas esta-
bles. Para las fracturas inestables, como las fracturas metacarpianas largas en
espiral, o para las grandes fracturas intraarticulares que afectan a los cóndilos,
suelen emplearse la reducción cerrada y la fijación percutánea. La fijación intra-
medular de las fracturas transversales inestables, así como la fijación de los
metacarpianos adyacentes con mecanismos externos, son otras opciones a consi-
derar.

Las fracturas de Bennett y Rolando

Mecanismo de la lesión
El mecanismo es esencialmente el mismo que en el resto de fracturas de las
manos y los dedos.

Tratamiento de la lesión
La fractura de Bennett se produce en la base metacarpiana del pulgar. Un
pequeño fragmento cubital permanece pegado al trapecio y el metacarpiano del

Figura 18-15. Posición de seguridad para entablillar la mano.


Documento2 14/2/05 17:05 Página 300

300 MEDICINA DEL FÚTBOL

pulgar suele luxarse en la parte proximal y radial a causa de la presión del


músculo abductor del pulgar. La fractura intraarticular conminuta que afecta la
base del metacarpiano del pulgar se denomina fractura de Rolando (fig. 18-16).
El tratamiento común para estas fracturas es la reducción y la estabilización
mediante fijación percutánea al metacarpiano adyacente.

Figura 18-16. Fracturas intraarticulares del pulgar. El tipo I es una fractura-luxación de


Bennett, y el tipo II es una fractura Rolando.

Lesiones ligamentaria y luxaciones de las


articulaciones de los dedos

Mecanismo de la lesión
Las luxaciones de la articulación interfalángica proximal suelen estar causa-
das por una hiperextensión excesiva. Las luxaciones de la articulación palmar
son raras.

Tratamiento de la lesión
Aunque la deformidad es visible, con frecuencia se da el caso de que la lesión
se reduce por sí misma en el momento en que el atleta se dirige a las líneas de la
banda. Si existe la posibilidad de que se haya producido una fractura, debe rea-
lizarse una radiografía. En la mayoría de los casos, la luxación puede ser reduci-
da repitiendo la circunstancia que dio origen a la lesión. Para ello, es preciso lle-
var a cabo una hiperextensión extrema de la zona deformada para desbloquear la
falange media, y luego hay que flexionar la falange central sobre la falange pro-
ximal. En algunos casos, la interposición del cartílago palmar puede bloquear la
Documento2 14/2/05 17:05 Página 301

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


301

reducción (fig. 18-17). Una nueva radiografía ayudará a solucionar una fractura
complicada. A continuación, la articulación se coloca en posición extendida y se
inmoviliza con una tablilla de aluminio acolchado durante 4 o 5 días, tras los cua-
les el atleta reemprenderá el movimiento dando suaves golpecitos con los dedos
hasta que se sienta cómodo. Las complicaciones a largo plazo son raras, y no sue-
len tener importancia desde el punto de vista clínico. Los desgarros y las roturas
de los ligamentos colaterales también son frecuentes.

Estas lesiones están causadas por fuerzas radiales o cubitales. En los dedos,
la lesión suele afectar el ligamento lateral del radio, y cuando se trata del pulgar
el ligamento afectado suele ser el ligamento lateral del cúbito. Estas lesiones pue-
den ser tratadas efectuando ligeros golpecitos con los dedos hasta que el atleta se
sienta cómodo, lo que suele ocurrir de 10 a 14 días después.

Figura 18-17. A: posición normal del cartílago palmar; B: interposición del cartílago palmar
entre el dedo y el metacarpiano.

El pulgar del portero

Mecanismo de la lesión
Esta lesión frecuente en el esquí suele afectar a los porteros, y es la conse-
cuencia de la tensión en valgo sobre la articulación metacarpofalángica del pul-
gar, que da como resultado una lesión del ligamento lateral del cúbito.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 302

302 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento de la lesión
El examen físico muestra flaccidez en la zona del ligamento lateral del cúbi-
to, combinada con una falta de respuesta a la tensión en valgo. En estos casos,
las radiografías se utilizan para distinguir entre una rotura parcial y una rotura
total del ligamento lateral del cúbito. Una abertura mayor de 35o a 45o es un indi-
cio de que la lesión es total. Cuando se produce la interposición del tendón aduc-
tor entre los extremos del ligamento lateral del cúbito, este hecho es conocido
como la lesión de Stener. Las roturas parciales pueden ser tratadas con la inmo-
vilización de la zona afectada. La recomendación usual es tratar quirúrgicamen-
te las roturas totales y las lesiones de Stener (fig. 18-18).

Figura 18-18. La lesión de Stener consiste en la interposición del tendón aductor entre los
extremos del ligamento lateral del cúbito.

LECTURAS RECOMENDADAS

Browner BD, Jupiter JB, Levine AM, y cols. (Eds). Skeletal trauma. Filadelfia:
WB Saunders, 1992.
Charnley JS. The closed treatment of common fractures. Edinburgh: E. y S.
Livingston, 1968.
Green DP (Ed). Operative hand surgery. 3a ed. Nueva York: Churchill
Livingstone, 1991.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 303

LESIONES EN LAS EXTREMIDADES SUPERIORES


303

Greenspan A (Ed). Orthopedic radiology. 2a ed. Nueva York: Raven Press, 1992.
Orthopaedic Knowledge Update 4. Home study Syllabus. Chicago: American
Academy of Orthopaedic Surgeons, 1993.
Orthopaedic Knowledge Update. Sports Medicine. Chicago: American Academy
of Orthopaedic Surgeons, 1994.
Rockwood CA, Green DP, Bucholz RW (Eds). Fractures in adults. 3a ed.
Filadelfia: J.B. Lippincott, 1991.
Rockwood CA, Wilkins KE, King RE (Eds). Fractures in children. Filadelfia:
Lippincott, 1991.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 304
Documento2 14/2/05 17:05 Página 305

19 LESIONES EN
EL TRONCO Y
EN LA ESPALDA
John R. McCarroll

EPIDEMIOLOGÍA
Las lesiones por encima de la cintura no son comunes en el fútbol. La suma
de las lesiones de tórax, espalda, abdomen, pelvis e ingles no llega al 10% del
total de lesiones que causan pérdida de tiempo de juego. Según la literatura exis-
tente sobre las lesiones en el fútbol, la incidencia de las lesiones de tronco está
entre el 0% y el 13% (tabla 19-1). Según la base de datos sobre las lesiones de la
National Collegiate Athletic Association (NCAA), la incidencia de las lesiones
de tórax y de espalda es, en los hombres, de 0,41 por cada 1.000 situaciones posi-
bles, y, en las mujeres, de 0,43 por 1.000.
Hace poco se publicó un informe con todas las lesiones de tronco sufridas por
los jugadores de fútbol de la Universidad de Indiana desde 1975 (tabla 19-2). La
lesión más común era la que afectaba la columna lumbar, seguida de lesiones en
la cadera, la columna torácica y el abdomen. La mayoría de estas lesiones eran
contusiones, desgarros de gravedad media y distensiones. Muy pocos necesita-
ron atención médica. Se perdió muy poco tiempo de juego, y tan sólo un caso
relacionado con los discos lumbares tuvo que ser tratado quirúrgicamente.

LESIONES ABDOMINALES
Órganos internos

Aunque en el fútbol se producen pocas lesiones abdominales, se trata de


lesiones potencialmente graves que pueden tener consecuencias fatales si no son
detectadas de inmediato.

Mecanismo de la lesión
A causa de la protección proporcionada por la pelvis, las costillas y los
músculos asociados, el abdomen puede soportar la mayoría de los golpes que
Documento2 14/2/05 17:05 Página 306

306 MEDICINA DEL FÚTBOL

recibe en el contacto normal. El grado en que los músculos y los huesos prote-
gen las estructuras abdominales internas depende de la fuerza del impacto, del
ángulo del golpe, de la fortaleza de los músculos y de si se produce una penetra-
ción del impacto a través de los músculos.
La mayoría de las lesiones se producen a raíz de la colisión de dos jugadores,
del golpe de un objeto móvil a un jugador o del choque de un jugador contra la
portería (fig. 19-1). Los órganos más comúnmente afectados en este tipo de
impactos son órganos sólidos como los riñones, el bazo, el hígado y el páncreas.

Tratamiento de la lesión
Las heridas contusas son más difíciles de diagnosticar y pueden no ser detec-
tadas en un principio. Si existe el más mínimo indicio de herida interna, el atle-
ta deberá ser reconocido inmediatamente por un médico. En caso contrario, la
situación puede agravarse e incluso desembocar en la muerte.
La sospecha de hemorragia intraabdominal puede ser confirmada con el lava-
do peritoneal o laparoscopia. En la mayoría de centros médicos, la detección de
lesiones en los órganos abdominales se realiza mediante la tomografía axial com-
puterizada (TAC). Las radiografías comunes no suelen ser de gran ayuda.
Cuando se sospecha que existe una lesión en el riñón, la realización de un pielo-

Tabla 19-1.

Porcentaje de lesiones totales según la región del cuerpo

Región corporal Porcentaje*

Cabeza 10
Extremidades superiores 13
Tronco y pelvis 22
Extremidades inferiores 66
Muslo 16
Rodilla 17
Pierna 16
Tobillo 24
Pie 12

*Media de porcentajes procedente de diversos estudios. La suma de los porcentajes no es del 100%.
(Tomado de: Lohnes J y cols.. Soccer injuries. En: Fu FH, Stone DA (Eds). Sports injuries. Williams &
Wilkins, 1991; 607.)
Documento2 14/2/05 17:05 Página 307

LESIONES EN EL TRONCO Y EN LA ESPALDA


307

Tabla 19-2.

Lesiones de tronco en los practicantes de fútbol de la


Universidad de Indiana

Parte lesionada Jugadores Jugadores que Jugadores


lesionados perdieron días visitados por el
de juego médico

Columna lumbar 81 19/51 días 14


Contusión de cadera 42 4/22 días 3
Equilibrio de cadera 10 1/1 día 0
Columna torácica 26 8/21 días 6
Músculo abdominal 16 4/8 días 3
Costilla 15 5/11 días 3
Cóccix 2 1/ 2 días 1
Romboides 3 1/5 días 1
Riñón 1 1/6 días 1
Dorsal ancho 3 0/0 días 0
Pectorales 2 0/0 días 0

grama intravenoso puede aportarnos una valiosa información. La resonancia


magnética proporciona una buena imagen de los tejidos blandos, pero no resulta
práctica en caso de emergencia.
A causa de su ubicación, el bazo suele ser el órgano que sufre daños con
mayor frecuencia. Cuando dicho órgano ha aumentado su tamaño como conse-
cuencia de una mononucleosis, entonces el atleta está particularmente expuesto
a sufrir una rotura. No existe acuerdo respecto al tiempo que un atleta en proce-
so de recuperación de una mononucleosis debe permanecer alejado de los depor-
tes de contacto. Dado que no disponemos de un estudio definitivo, un período de
6 meses parece lo más adecuado para garantizar la seguridad del atleta amateur
(así como la protección legal del especialista en medicina deportiva). Sin embar-
go, hay que decir que esta recomendación no se respeta en todos los casos.
Las lesiones de bazo pueden ir desde una pequeña desgarradura subcapsular
hasta la rotura total, que puede tener consecuencias fatales. La rapidez del diag-
nóstico, unida al lavado peritoneal y la TAC, es fundamental. En la actualidad, y
a diferencia de lo que solía hacerse en el pasado, ya no se practica la extirpación
Documento2 14/2/05 17:05 Página 308

308 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 19-1. Contacto en el área de los riñones y el bazo.

del bazo. Éste es un componente importante en el sistema inmunológico de una


persona joven, y puede ser salvado mediante el uso combinado de agentes coa-
gulantes de la sangre y sutura hemostática. En última instancia, se puede envol-
ver el bazo en una malla.
No es raro que el bazo sufra una rotura retardada. Si existe algún indicio de
que el impacto sufrido por un atleta en la parte superior izquierda del abdomen
o en la parte izquierda del tórax puede ser una lesión grave, lo más conveniente
es trasladarle a un centro médico.
En el fútbol, el riñón suele sufrir daños con casi tanta frecuencia como el
bazo. Sintomáticamente, los pacientes presentan flaccidez moderada en el abdo-
men superior o en el costado. Además, pueden presentar hematuria visible o
microscópica, tumefacción progresiva, hipotensión y dolor creciente. En los
casos menos evidentes, la TAC puede ser una buena ayuda a la hora de emitir un
diagnóstico. Los corredores pueden sufrir hematuria transitoria. Aproxi-
madamente, uno de cada 5 corredores de maratón sufre hematuria tras una carre-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 309

LESIONES EN EL TRONCO Y EN LA ESPALDA


309

ra. Por tanto, para no incurrir en un diagnóstico erróneo será preciso tomar pre-
cauciones.
Cuando se ha producido un golpe en la zona de los riñones seguido de un
dolor en el costado, hay motivos para sospechar la existencia de una lesión renal.
Una manera sencilla de comprobarlo sin tener que acudir a una consulta médica
es tomar una muestra de orina del atleta y examinar, primero visualmente y luego
mediante la impregnación de un bastoncillo higiénico, si hay restos de sangre en
la orina. Si el primer examen da un resultado negativo, espere 10 minutos y repí-
talo. Si el test da un resultado positivo, el atleta debe ser hospitalizado. Allí se
llevará a cabo el examen definitivo. Si se sospecha la existencia de una lesión en
el bazo, ante todo deberá considerarse la posibilidad de que el atleta haya sufri-
do una mononucleosis en el pasado. Los estudios muestran que al menos un 44%
de las lesiones en el bazo están relacionadas con esta enfermedad.
En muchos casos, las lesiones renales pueden ser tratadas de manera conser-
vadora, que consiste en guardar cama, administración de líquidos i.v. y antibió-
ticos, y atenta observación. No obstante, si los síntomas son agudos, deberá rea-
lizarse una exploración quirúrgica del riñón.
Si para el tratamiento de la lesión no fue necesaria una intervención quirúrgi-
ca, la vuelta del jugador a la competición deberá estar avalada por sucesivos exá-
menes y por la evidencia de que la lesión ha desaparecido por completo. El médi-
co será el encargado de determinar el momento en que la vuelta al terreno de
juego es posible. Si hay que realizar una operación de cirugía en el abdomen, la
recuperación puede prolongarse durante 8 semanas en los deportes sin contacto
y durante 12 semanas en los deportes de contacto.

Lesiones en los músculos abdominales

Mecanismo de la lesión
Las contusiones en la pared abdominal y los desgarros musculares son lesio-
nes frecuentes en el fútbol. Un giro brusco puede causar un desgarro en el
músculo recto abdominal. El resultado es un hematoma y la correspondiente res-
tricción de las actividades deportivas.

Tratamiento de la lesión
El tratamiento debe iniciarse con aplicación de hielo, compresión de la
zona y reposo. Cuando el dolor disminuya, la fisioterapia hará que los mús-
culos abdominales recobren su fuerza. El dolor o la inflamación marcarán la
pauta para saber el momento en que el atleta puede efectuar ejercicios más
intensos.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 310

310 MEDICINA DEL FÚTBOL

LESIONES EN EL PECHO

Lesiones en las costillas

Mecanismo de la lesión
Las fracturas o contusiones en las costillas son las lesiones de pecho más fre-
cuentes. Las costillas que se fracturan con mayor frecuencia son las medias (4.ª-
7.ª), por lo general, como resultado de un golpe directo.

Tratamiento de la lesión
Cuando se sospecha la existencia de una lesión en las costillas, debe efectuar-
se una radiografía del tórax para descartar la posibilidad de que se trate de una
lesión intratorácica que pueda poner en peligro la vida del atleta, como neumo-
tórax, hemotórax y las contusiones pulmonares. Quizá sea necesario realizar exá-
menes adicionales para detectar si hay otras costillas fracturadas.
El tratamiento de las fracturas aisladas de costilla es sintomático. Las reco-
mendaciones más extendidas incluyen el descanso, una prenda de compresión
(un cinturón torácico) y la protección de la zona lesionada al toser o estornudar,
por ejemplo, entablillando la zona con una almohada o cogiendo el húmero por
un lado y utilizándolo como tablilla.
Cuando el dolor disminuya, puede utilizarse un aparato protector de las cos-
tillas para volver a la práctica deportiva. Deberá advertirse al atleta que un
nuevo impacto puede causar una lesión torácica o abdominal en caso de que una
costilla fracturada penetre en un órgano. Si se produce la fractura, deberá pasar
algún tiempo antes de que el paciente pueda volver a practicar deportes de con-
tacto. En el caso de una contusión en las costillas, el dolor es el indicador más
apropiado.
Otras lesiones de la zona pectoral y torácica, como las fracturas de escápula,
de esternón, las costocondrales y las de clavícula, y las lesiones graves de los pul-
mones y la región cardíaca, también deben ser tenidas en cuenta, si bien no son
frecuentes en el fútbol.

LESIONES DE COLUMNA
Columna torácica

Mecanismo de la lesión
En el fútbol, las lesiones de la columna torácica deben ser tenidas en cuenta,
en especial si el atleta ha sufrido una violenta colisión con otro jugador o con el
Documento2 14/2/05 17:05 Página 311

LESIONES EN EL TRONCO Y EN LA ESPALDA


311

poste de la portería. En cualquier caso, se trata de lesiones raras de las que no hay
constancia en la literatura médica común.

Columna lumbar

Mecanismo de la lesión
La mayoría de los problemas que hemos tratado (tabla 19-3) están relaciona-
dos con la columna lumbar. Los factores que predisponen a los atletas a padecer
dolor en la columna lumbar son la elevada longitud del tronco y la rigidez de las
extremidades inferiores. Los datos revelan que un elevado porcentaje de los
pacientes que desarrollan defectos espondilíticos en la zona lumbar están aque-
jados de espina bífida oculta. Respecto a la relación entre el ejercicio y el dolor
de espalda, la comparación de los atletas con el resto de la población no demues-
tra que los primeros sufran esta dolencia en mayor grado. De hecho, un estudio
afirma que el dolor de espalda está más extendido entre los estudiantes que no
practican ningún deporte.
Los datos de la Universidad de Indiana muestran que el 80% de las lesiones
de espalda ocurren durante la práctica deportiva, el 6% durante la competición y
el 14% durante el entrenamiento de pretemporada. Un total del 80% de los hom-
bres y un 6% de las mujeres sufren lesiones. La naturaleza de éstas es aguda en
un 59% de los casos, causada por el desgaste en el 12% y por el agravamiento de
las condiciones preexistentes en un 29%.

Tratamiento de la lesión
Al igual que en otros casos, la emisión de un diagnóstico adecuado debe pre-
ceder a cualquier tipo de tratamiento agresivo. En el momento de diagnosticar la
exacta etiología del dolor de columna lumbar, la edad es un factor de gran impor-
tancia. Los atletas jóvenes están más expuestos a sufrir desgarros y fracturas de
estrés o por sobrecarga que afectan los cartílagos en fase de crecimiento (p. ej, la
enfermedad de Scheuermann). En los atletas de edad madura, el dolor suelen
estar causados por problemas discales.
Cuando un atleta sufre dolor en las piernas y en la espalda, puede deberse a
una lesión del nervio periférico y al hecho de que dicho nervio ha quedado atra-
pado, es decir, al síndrome del piriforme. Esta posibilidad debe ser meditada y
descartada antes de considerar seriamente la existencia de una lesión discal.
Las radiografías sirven para diagnosticar un gran número de estados patoló-
gicos. El escáner óseo y la tomografía computerizada por emisión de unidades de
fotones son herramientas indispensables para que el especialista en problemas
lumbares pueda emitir un diagnóstico adecuado, en especial en el caso de atletas
Documento2 14/2/05 17:05 Página 312

312 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 19-3.

Localización de las lesiones en el fútbol (porcentaje del total)

Cabeza Extremid. Tronco Pelvis Extremid. Muslo Rodilla Pierna Tobillo Pie
superiores inferiores

7 8 -- 20 -- -- 18 29 -- --
7 5 3 3 71 8 13 16 19 10
12 13 [ 7 ] 61 -- -- -- -- --
-- 2 -- -- -- -- 59 -- 9 --
-- -- -- 13 -- 14 20 29 -- 12
-- -- -- 6 -- 15 23 9 26 9
22 6 -- 8 63 -- -- -- -- --
8 20 -- 15 58 -- -- -- -- --
2 27 -- -- 57 -- -- -- 33 --
17 14 [ 7,5 ] 61 -- -- -- -- --
-- -- -- -- -- -- -- -- -- --
9 7 5 6 17 18 7 21 9,5
7 7 6 4 18 17 9 22 10
-- -- -- -- 84 22 18
(incluye
la ingle)
10 15 7 -- 68 12 14 13 16 13
9 26 -- 4 58 -- 12 -- -- --
-- -- -- -- 59 -- -- -- -- --
14 12 9 -- 64 -- -- -- -- --
9 16 7 -- 68 -- -- -- -- --
5 -- [ 4 ] 81 -- -- -- [ 44 ]
15 17 -- -- 65 -- 12 -- 41 --
4 -- -- -- -- 24 19 -- 27 19

Reimpreso con autorización de: Lohnes J, Garrett WE. Soccer injuries. En: Fu FH, Stone
DA (Eds). Sports injuries. Williams & Wilkins, 1991.
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LESIONES EN EL TRONCO Y EN LA ESPALDA


313

jóvenes. La RM y la TAC son útiles en el diagnóstico de ciertas patologías de la


columna, como las hernias de los núcleos pulposos. Tras la realización de un
exhaustivo historial clínico y del correspondiente examen físico, la mayoría de
las lesiones deportivas de la columna lumbar pueden ser divididas en mecánicas,
actuales y causantes de dolor de espalda o de piernas. Las lesiones de la colum-
na lumbar se dividen en cuatro categorías o síndromes principales.

Desgarro anular del disco intravertebral


Por lo general, suele producirse a raíz de una lesión rotatoria compresiva, que
causa un agudo espasmo y dolor de espalda. El dolor aumenta cuando el sujeto
tose, se suena, se sienta o permanece de pie. La elevación de la pierna suele dar
un signo positivo, y existe la posibilidad de que se produzcan complicaciones
neurológicas. La RM es de utilidad en el diagnóstico de estos problemas.

Síndrome de la cara intervertebral


Las lesiones que se producen al realizar una extensión o una rotación pueden
afectar las articulaciones de la cara intervertebral de la columna lumbar. Los sín-
tomas pueden reproducirse por extensión durante el reconocimiento físico, y la
flaccidez localizada en el área paraespinosa puede llevar asociado dolor de espal-
da. La elevación recta de la pierna puede dar un signo negativo, y en general no
se producen complicaciones neurológicas. El tratamiento conservador suele dar
buenos resultados en este tipo de lesiones.

Distensiones y contusiones lumbares


Las distensiones y contusiones de los músculos lumbares son, con toda pro-
babilidad, las lesiones más extendidas, y responden bien al tratamiento conser-
vador (en el que no se llevan a cabo intervenciones quirúrgicas).

Dolor en la articulación sacroilíaca


A causa de la gama de movimientos de rotación e hiperextensión implicados
en el juego, el dolor en la articulación sacroilíaca puede darse con frecuencia en
el fútbol. Esta patología responde bien al tratamiento no quirúrgico. Tras un diag-
nóstico correcto, el tratamiento no quirúrgico de las lesiones en la columna lum-
bar debe tener por objetivo disminuir la inflamación mediante el reposo, hielo,
agentes antiinflamatorios y técnicas de movilización de las partes blandas con el
fin de mitigar el espasmo producido por la lesión.
El siguiente paso consiste en poner en marcha una fisioterapia que permita
restaurar la fuerza y la flexibilidad. Cuando llegue el momento en que los ejerci-
cios terapéuticos puedan ser realizados con facilidad y sin dolor, entonces podrá
Documento2 14/2/05 17:05 Página 314

314 MEDICINA DEL FÚTBOL

iniciarse la práctica del entrenamiento aeróbico, tomando precauciones respecto


a la columna. Los levantamientos de pesas y el resto de ejercicios comprendidos
en el programa no deben afectar la zona lumbar, ya que ésta podría sufrir una
nueva lesión. El deportista puede volver a jugar a pleno rendimiento si los sínto-
mas han desaparecido y si los movimientos implicados en la práctica del fútbol
pueden ser realizados sin que se produzca un apreciable dolor de espalda.
Si el tratamiento conservador no da resultado y, sin embargo, el diagnóstico
es correcto, el paso siguiente es la intervención quirúrgica. En el listado de lesio-
nes de columna de la Universidad de Indiana, sólo uno de los jugadores de fút-
bol acabó necesitando cirugía.

FRACTURAS CAUSADAS POR SOBRECARGA


La espondilólisis en los jugadores de fútbol

En general, la espondilólisis es un defecto causado por la sobrecarga de las


carillas intraarticulares (fig. 19-2).
La literatura médica europea describe este defecto como espondilólisis con-
génita, lo que significa que se presenta tan sólo a una edad temprana y que no
está vinculada con la actividad atlética. En dicha literatura, las fracturas de las
carillas intraarticulares causadas por la sobrecarga apenas son mencionadas.

Mecanismo de la lesión
La espondilólisis, o fractura por sobrecarga de las carillas intraarticulares,
puede afectar a los porteros a causa de su repetida hiperextensión lumbar
durante las paradas en salto. Muchos creen que el mecanismo que causa la frac-
tura por sobrecarga de las carillas intraarticulares se debe a la creciente sobre-
carga axial que tiene lugar durante la hiperextensión, así como a los movimien-
tos del tarso y a los repetidos ciclos de flexión y extensión. Los escáneres óseos
de más de un tercio de los jóvenes atletas aquejados de dolores lumbares sig-
nificativos muestran la existencia de fracturas por sobrecarga de las carillas
intraarticulares. En el informe de Indiana, 30 futbolistas fueron tratados de
dicha fractura.
El empleo de la cámara de vídeo de alta velocidad, las placas de presión y los
estudios electromiográficos han permitido estudiar la distribución de las fuerzas
biomecánicas en los lineman del fútbol americano, los golfistas y los jugadores
de fútbol. La sobrecarga en las partes intraarticulares de los jugadores de fútbol
era similar a la que sufrían los lineman. Numerosos estudios muestran una mayor
incidencia de las fracturas por sobrecarga de las carillas intraarticulares cuando
Documento2 14/2/05 17:05 Página 315

LESIONES EN EL TRONCO Y EN LA ESPALDA


315

ESPONDILÓLISIS

Figura 19-2. Dibujo de la espondilólisis.

se produce una compresión sobre ellas, siendo dicha compresión equivalente a


7,4 veces el peso del cuerpo, unida a fuerzas de impacto elevadas.
En el fútbol, el acto de chutar (fig. 19-3) puede dividirse en varias fases: apro-
ximación, contacto y finalización. Durante la finalización, los músculos rotan el
tronco dando como resultado la rotación e hiperextensión de la columna lumbar,
causante de la sobrecarga de la columna lumbar.

Tratamiento de la lesión
La mayoría de los pacientes con espondilólisis tienen un historial de dolor en
la zona lumbar con una duración desde unas pocas semanas hasta algunos meses.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 316

316 MEDICINA DEL FÚTBOL

El dolor puede ser unilateral o bilateral. En general, no suele afectar a las pier-
nas. El dolor de espalda obliga a limitar la actividad deportiva.
El examen físico no suele revelar alteraciones neurológicas o limitaciones en
la gama de movimientos. La clave suele estar en el dolor producido por la hiper-
extensión. Estos pacientes pueden dar resultados positivos cuando se somete una
sola pierna a un test de hiperextensión (fig. 19-4). Para reproducir el dolor, el
paciente puede sostenerse sobre la pierna correspondiente al lado afectado de la
espalda o inclinarse hacia atrás. El paciente también puede sufrir rigidez en los
isquiotibiales.
Estos pacientes deben ser sometidos a una exploración radiológica rutinaria
que incluya las vistas anteroposterior, lateral y oblicua de la columna lumbar. Si
estas radiografías dan resultados negativos, el paciente deberá someterse a un
escáner óseo. Si el resultado vuelve a ser negativo, entonces deberá practicarse
una tomografía computerizada por emisión de unidades de fotones, ya que con
esta técnica se detectan el 10-15% de patologías que escapan al escáner óseo con-
vencional.
En el Centro Metodista de Medicina Deportiva hemos podido ver, entre 1989
y 1995, 30 fracturas por sobrecarga de las carillas intraarticulares en los jugado-
res de fútbol, detectadas con un escáner óseo o con TAC. Los afectados eran

Figura 19-3. Las tres fases del chute. A: aproximación; B: finalización con sobrecarga en la
columna.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 317

LESIONES EN EL TRONCO Y EN LA ESPALDA


317

28 hombres y 2 mujeres, con edades comprendidas entre los 12 y los 20 años y


una edad promedio de 16 años. Veintinueve de ellos eran jugadores de campo, y
uno era portero.
Estos pacientes fueron tratados con un corsé antilordótico Boston durante 12
semanas. Durante las primeras 10 semanas, los pacientes llevaron el corsé 23
horas al día. Durante las 2 semanas siguientes, los pacientes llevaron el corsé
12 horas al día. Si el dolor desaparecía al cabo de 3 semanas, los pacientes reci-
bían autorización para volver a jugar llevando el corsé. Si el dolor volvía a pre-
sentarse, esperaban 3 semanas antes de intentar volver al terreno de juego.
Después de 6 semanas, daba comienzo la fisioterapia, que incluía ejercicios anti-
lordóticos.
Si el dolor persistía más de 3 meses, los pacientes llevaban el corsé durante 3
meses más. Si seguían sintiendo dolor, teníamos en cuenta otras ayudas para el
diagnóstico, como la TAC.
Durante nuestro trabajo, tomamos radiografías a los 3 meses, a los 6 meses y
al año. Veintinueve de los 30 atletas afectados volvieron a jugar en la misma tem-
porada. Veintiocho de las 30 lesiones se encontraban en el nivel de L5, y las dos
restantes en el nivel de L4, es decir, a nivel de la quinta y cuarta vértebras lum-

Figura 19-4. Test de hiperextensión de una pierna.


Documento2 14/2/05 17:05 Página 318

318 MEDICINA DEL FÚTBOL

bares. En 19 de los 30 atletas la lesión se produjo en el lado que correspondía a


su pierna de chut diestra. En 10 de los 30 casos, las lesiones fueron bilaterales.
En un atleta la lesión se produjo en el lado opuesto al de su pierna diestra.
Finalmente, un atleta sufrió un nuevo percance en las carillas intraarticulares del
lado opuesto al de que se encontraba dañado, dando como resultado una lesión
bilateral.

RESUMEN
En el fútbol, las lesiones en el tronco no son comunes, y no suelen ser graves.
No obstante, si un jugador joven está aquejado de dolores lumbares, es preciso
considerar la posibilidad de que haya sufrido una fractura por sobrecarga en las
carillas intraarticulares. En tal caso, la fractura deberá recibir el tratamiento ade-
cuado.
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20 LESIONES
INGUINALES

Lars Peterson

INTRODUCCIÓN
El fútbol es uno de los deportes más populares y extendidos del mundo. Más
de 400 millones de hombres lo practican con frecuencia, existen aproximada-
mente 200 millones de jugadores federados y otros 200 millones juegan a fútbol
por diversión. El fútbol femenino es uno de los deportes de mayor crecimiento,
y se calcula que existen unos 30 millones de competidoras que participan en tor-
neos organizados. Los Campeonatos del Mundo de Fútbol atraen a una gran can-
tidad de público y a audiencias televisivas de todo el mundo. Pero el fútbol es un
deporte de contacto, y las lesiones por traumatismo y desgaste se producen con
frecuencia. Las lesiones más comunes en la zona de las ingles afectan el aductor
largo, el recto abdominal, el recto femoral y las unidades musculares del tendón
del psoasilíaco. El principal síntoma es el dolor, si bien en las ingles puede tener
otras causas. Cuando el dolor está causado por lesiones en las unidades muscu-
lares de los tendones, la lesión no necesitará ni diagnóstico ni terapia siempre que
sea tratada en las primeras fases de la misma (fig. 20-1). Respecto al dolor de
ingles crónico, los síntomas pueden ser vagos y poco específicos. El tratamiento
de este tipo de dolor exige un detallado análisis del historial clínico del pacien-
te, del modo en que se produjo la lesión y, asimismo, la realización de una
cuidadosa exploración física.

EPIDEMIOLOGÍA
En el fútbol, las lesiones pueden estar causadas por el desgaste o por un
impacto. El porcentaje se sitúa entre 15 y 20 lesiones por cada 1.000 horas de
juego. En los partidos suelen producirse de 3 a 4 veces más lesiones que en los
entrenamientos. La incidencia de las lesiones parece ser superior en las mujeres
que en los hombres. Los hombres sufren 7,6 lesiones por cada 1.000 horas de
Documento2 14/2/05 17:05 Página 320

320 MEDICINA DEL FÚTBOL

juego, hecho que contrasta con las 29,9 lesiones por cada 1.000 horas de juego
que sufren las mujeres. En un estudio prospectivo realizado en Suecia acerca de
las lesiones en el fútbol, las observadas en las ingles se elevaron hasta el 5% del
total. Las lesiones en las ingles causadas por el desgaste parecían producirse con
mayor frecuencia en campos de césped artificial que en los campos de hierba
natural.
El mecanismo de la lesión, el tratamiento más adecuado y las maneras de pre-
venirla se explican en las secciones dedicadas a los diversos tipos de lesiones.

ADUCTOR LARGO
Por lo general, las lesiones en las ingles suelen estar localizadas en el múscu-
lo aductor largo. La lesión puede producirse a raíz del desgaste, que causa micro-
lesiones, inflamación y daños.

M. recto
abdominal

M. psoasilíaco
M. aductor
largo
M. recto femoral

Figura 20-1. La región de la ingle, incluyendo los músculos aductores, recto abdominal, recto
femoral y psoasilíaco.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 321

LESIONES INGUINALES
321

El músculo también puede sufrir una lesión a causa de una sobrecarga fortui-
ta o repetida (o a causa de un golpe), en la que se produce una vigorosa aducción
contra una fuerza contraria (por ejemplo, un contrincante), lo que da como resul-
tado una rotura total o parcial.

Distensión

La lesión suele estar localizada en la inserción tendinosa del tendón o en la


unión entre el tendón y el músculo. En los casos agudos, se siente un dolor pun-
zante en la zona de las ingles. Si el deportista lesionado intenta seguir jugando,
el dolor es constante. Localmente, los síntomas son dolor al palpar la zona afec-
tada, hemorragia e hinchazón. En general, estos síntomas son visibles durante los
dos días que siguen a la lesión. El diagnóstico estará determinado por el historial
de la lesión, la sensibilidad localizada y el dolor que sienta el atleta al realizar
una aducción activa contra resistencia.

Primeros auxilios en caso de lesión


El jugador abandona inmediatamente el terreno de juego. Con un vendaje de
compresión, se aplica hielo en la zona lesionada. Mientras el jugador descansa,
se mantiene el miembro afectado en alto. Cuando el diagnóstico se confirma, el
primer paso es llevar muletas parcialmente lastradas. Los ejercicios de movilidad
pueden empezar pronto. A las contracciones isométricas sin resistencia les siguen
contracciones contra una resistencia creciente, con el dolor como primera instan-
cia de limitación. Cuando el jugador no siente dolor y puede realizar una contrac-
ción dinámica contra resistencia, entonces puede dar comienzo el entrenamiento
dinámico con resistencia creciente. La vuelta a la práctica de la natación, el
ciclismo, la carrera y el fútbol debe ser gradual. Es importante no precipitar la
vuelta a los entrenamientos y a la competición, ya que una de las complicaciones
que se producen con mayor frecuencia es la repetición de los síntomas. Cuando
se trata de una dolencia crónica, los síntomas persistentes o recurrentes están
causados por una lesión grave. En caso contrario, los síntomas surgen de mane-
ra inesperada y el dolor, más difuso, se extiende hacia arriba y hacia abajo desde
el origen del aductor largo. Actos como toser y sonarse son, a menudo, doloro-
sos. Las hinchazones se ven en contadas ocasiones. Es común sentir dolor y entu-
mecimiento por la mañana y después del ejercicio físico. A menudo se produce
flaccidez localizada por encima del origen del aductor largo o de su tendón. La
sensibilidad también puede presentarse en la inserción del músculo recto abdo-
minal del mismo costado. Si el diagnóstico no está claro, debe practicarse una
exploración rectal.
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322 MEDICINA DEL FÚTBOL

Para localizar una hernia, debe llevarse a cabo un examen del escroto y de las
estructuras linfáticas y neurales de la parte inferior de la pierna. Deberán efec-
tuarse las radiografías de rutina (figs. 20-2). Si es necesario, habrá que realizar
un examen por ultrasonidos, un escáner óseo, una resonancia magnética y otras
pruebas. En caso de que se sospeche la existencia de una hernia incipiente, la her-
niografía puede resultar útil. Si se tienen indicios de la existencia de daños en la
articulación de la cadera, (como lesiones condrales, osteocondritis disecante o
desgarros del rodete acetabular ), deberán llevarse a cabo pruebas de laboratorio
y una artroscopia. La posibilidad de que el nervio haya quedado atrapado debe-
rá ser descartada. El tratamiento con medicamentos antiinflamatorios o con
inyecciones locales de esteroides en la zona dolorida puede intentarse en una o
dos ocasiones, junto con un período de descanso de 2 semanas. También debe
practicarse entrenamiento isométrico hasta el límite del dolor, aumento gradual
del entrenamiento dinámico con resistencia y ejercicios de estiramiento.

Tratamiento quirúrgico
Si 6 meses de tratamiento conservador no dan resultados, es probable que sea
necesario recurrir a la cirúgia. Los procedimientos quirúrgicos empleados son
agresivos, por ejemplo, la tenotomía. En nuestra disciplina, la tendencia ha sido
practicar la exéresis de la lesión patológica. La exploración ultrasónica preope-
ratoria, un valioso aliado de la cirugía, puede revelar la localización y las dimen-
siones de la herida. La cirugía se lleva a cabo con anestesia total y la pierna se
coloca de tal modo que pueda se movida libremente. La cadera está flexionada
entre 45o y 60o, y la rodilla forma un ángulo de 90o, posición que permite exami-
nar y palpar el tendón del aductor largo. Sobre el tendón se realiza una incisión
transversal o longitudinal. La incisión en la fascia y el paratendón permite explo-
rar el tendón a partir de la inserción y hasta el punto de unión entre el tendón y
el músculo. El área es palpada e inspeccionada. Sobre dicha área, descolorida e
hinchada, se practica una incisión que permite abrirla como si fueran las páginas
de un libro. Tras la apertura, a veces se descubre una zona descolorida de tejido
cicatrizal. Siguiendo la dirección de las fibras, se practica la escisión de este teji-
do hasta que sale a la luz la resección normal. En ocasiones también es posible
ver un tejido cicatrizal sin estructuras fibrosas; en tal caso, deberá practicarse la
escisión longitudinal de dicho tejido hasta alcanzar las fibras normales. Si la
exploración es negativa o existe una gran cantidad de tejido inflamatorio cicatri-
zal, se practica una tenotomía en el origen del aductor largo. Si se produce una
reacción inflamatoria, deberá realizarse una completa escisión de la zona infla-
mada. Después de la intervención, el paciente puede andar utilizando muletas
lastradas hasta el punto que permita el dolor. El tratamiento de rehabilitación
Documento2 14/2/05 17:05 Página 323

LESIONES INGUINALES
323

incluye ejercicios de movilidad isométricos de resistencia progresiva. Cuando


no causan dolor, las contracciones isométricas, el entrenamiento progresivo con
pesas y el entrenamiento funcional pueden ayudar a progresar al paciente. La
vuelta a los entrenamientos y a la competición suele requerir de 16 a 24 sema-
nas.

Ruptura total

La rotura total del aductor largo puede producirse en el origen del hueso púbi-
co o en la inserción en el fémur. La causa de la lesión es una explosiva sobrecar-
ga de la ingle en un momento de contacto (aducción vigorosa combinada con una
súbita resistencia del oponente). El deportista sufre un repentino dolor y una pér-

Figura 20-2. A: El músculo del aductor largo aquejado de rotura parcial en el tendón cercano
al hueso púbico. B: Fractura en avulsión del origen del aductor largo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 324

324 MEDICINA DEL FÚTBOL

dida de fuerzas. El músculo del aductor largo no puede llevar a cabo una aduc-
ción contra resistencia. Si la lesión está localizada cerca del origen del tendón,
con frecuencia surge una protuberancia blanda cerca de la inserción. El trata-
miento consiste en una intervención quirúrgica para reinsertar o suturar el ten-
dón. Si la rotura es distal, la presión muscular puede verse incrementada por un
gran hematoma. La cirugía puede eliminar el hematoma y reinsertar el músculo
en la inserción en el fémur con suturas óseas. El tratamiento postoperatorio es el
mismo que en el caso del tratamiento quirúrgico de los casos crónicos. Si la rotu-
ra distal se ignora o no es sometida a tratamiento, puede ser el origen de un futu-
ro tumor (fig. 20-3).

Prevención de la lesión
Deberá prestarse especial atención a la preparación general del jugador, en
particular a la fuerza, resistencia y flexibilidad de los muslos. El programa de
entrenamiento deberá incluir ejercicios de fuerza muscular isométricos y dinámi-
cos, sin olvidar los ejercicios de calentamiento al principio de la sesión y los de
enfriamiento al finalizar cada sesión de entrenamiento y cada partido. Durante
las sesiones de calentamiento, o en caso de que el partido vaya a desarrollarse en
un ambiente frío, deberán utilizarse pantalones de neopreno para proporcionar
calor al atleta, ya que el calor incrementa la elasticidad del colágeno.

Figura 20-3. Avulsión distal completa del músculo del aductor largo y resultado posterior con
una hipertrofia tumoral. Izquierda: durante la relajación muscular. Derecha: durante la contrac-
ción muscular.
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LESIONES INGUINALES
325

MÚSCULO RECTO ABDOMINAL

Desgarros

Las microlesiones y las roturas parciales se localizan en la inserción del


músculo y el tendón en el hueso púbico. Pueden tener lugar, a causa del desgas-
te, durante las sentadillas, los entrenamientos de fuerza o durante el entrenamien-
to con tiros a puerta. También pueden sobrevenir a raíz de un cabezazo o de un
saque de banda. Cuando han sido causadas por una sobrecarga explosiva, el dolor
es intenso. Los síntomas son sensibilidad local y dolor al elevar la cabeza y las
dos piernas al mismo tiempo. En los casos agudos, puede producirse decolora-
ción. No obstante, en la mayor parte de los casos no se produce ni decoloración
ni pérdida ostensible de sangre. El tratamiento es conservador, similar al indica-
do para el aductor largo. En los casos crónicos, puede ser necesario el tratamien-
to quirúrgico de nuevo, con idénticas directrices que en el caso del aductor largo.

Figura 20-4. Avulsión de la inserción ósea del recto abdominal en el hueso púbico. Un año
después de la lesión.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 326

326 MEDICINA DEL FÚTBOL

Rotura total

La rotura total o avulsión de la inserción del tendón no es común. Siempre


existe el antecedente de un dolor repentino. A la palpación se detecta un defec-
to en la inserción del recto abdominal, así como la falta de activación de la parte
distal del músculo durante la contracción muscular activa. La rotura total puede
ser verificada por medio de la exploración ultrasónica, y la avulsión ósea,
mediante radiografías. El tratamiento quirúrgico es necesario, e implica la sutu-
ra de la rotura o la reinserción del tendón avulsivo o del fragmento óseo,
(fig. 20-4).

RECTO FEMORAL
Desgarros

El recto femoral suele lesionarse en su tendón de origen, por encima del


acetábulo. Sobre el tendón, en su origen acetabular, es perceptible una flacci-
dez específica. El dolor surge al flexionar la cadera y al extender la rodilla. Las
microlesiones pueden producirse, a raíz del desgaste, durante el entrenamiento
intensivo con tiros a puerta. La causa de las roturas parciales puede ser una
sobrecarga repentina provocada por un movimiento explosivo durante el entre-
namiento, o situaciones de disparos a puerta de elevada intensidad. Las roturas
parciales también pueden sobrevenir como consecuencia de una colisión con
un oponente durante una contracción forzada del músculo recto femoral. El tra-
tamiento indicado suele ser conservador y, en principio, es el mismo que en el
caso del aductor largo. En los casos crónicos, cuando el tratamiento conserva-
dor no da resultado, puede ser necesario el uso de cirugía. Se practica una inci-
sión longitudinal en el origen del tendón, y se procede a la escisión del tejido
granulado según las directrices dadas para el tratamiento quirúrgico del aduc-
tor largo.

Rotura total

La rotura total o avulsión de la inserción del tendón no es frecuente. La rotu-


ra total o avulsión de la unión ósea en el origen del tendón del recto femoral
puede producirse a raíz de un chut realizado en posición forzada, del entrena-
miento explosivo de esprints o de una colisión contra un oponente durante una
contracción forzada del recto femoral. El atleta siente un súbito dolor en la ingle.
Puede producirse decoloración o hinchazón, pero por lo general sólo al cabo de
Documento2 14/2/05 17:05 Página 327

LESIONES INGUINALES
327

Figura 20-5. Formación ósea que limita la gama de movilidad de la cadera después de la avul-
sión del origen tendinoso del recto femoral.

unos días. El jugador es incapaz de activar el músculo recto femoral, y puede


tener un palpable defecto en la parte proximal del tendón, cerca de su origen. Las
radiografías o la exploración por ultrasonidos pueden ser útiles para verificar el
diagnóstico.
A la palpación se detecta un defecto en la inserción del tendón recto abdomi-
nal y la falta de activación de la parte distal del músculo durante la contracción.
El tratamiento quirúrgico consiste en suturar la rotura o reinsertar el tendón des-
garrado o el fragmento óseo (fig. 20-5). En casos tardíos, la calcificación o la
curación ósea de los fragmentos puede causar dolor crónico y limitación de
la gama de movimientos. Si es preciso, esta formación ósea puede ser eliminada
quirúrgicamente en un estadio posterior.
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328 MEDICINA DEL FÚTBOL

PSOASILÍACO
Desgarros

Las lesiones en el psoasilíaco suelen producirse en la unión del músculo y el


tendón, en el propio tendón o en su inserción en el trócanter menor. La práctica
de maniobras de flexión de la cadera repetidas o enérgicas, y el entrenamiento de
saltos, carreras o disparos puede causar microlesiones o roturas parciales del
psoasilíaco. El entrenamiento de fuerza con levantamiento de pesos y sentadillas
puede desembocar en fracturas de desgaste. La cavidad iliopectínea, situada
entre el tendón del psoasilíaco y las extensiones y los límites frontales del ten-
dón, suele estar implicada en estos problemas. Sintomáticamente, se observa sen-
sibilidad local en la zona del trócanter menor, que puede ser difícil de localizar
en la palpación. La realización de un examen con las dos manos desde la parte
frontal y trasera en la cara medial del fémur superior puede servir para localizar
el trócanter inferior y para poner de manifiesto el dolor. Éste también surge con
la flexión pasiva de la cadera contra una resistencia, con la extensión pasiva
de la cadera y con la rotación pasiva interna de la cadera flexionada en ángulo
de 90o. En principio, el tratamiento es el mismo que el indicado en el caso del
aductor largo.

Rotura total

Una rotura total del tendón del psoasilíaco puede estar causada por una fle-
xión forzada de la cadera contra una resistencia. El atleta siente un dolor repen-
tino o un chasquido en la cadera. Aunque ésta sufre una pronunciada debilidad
en el momento de realizar una flexión, no suelen producirse hinchazones o deco-
loraciones. Las radiografías pueden revelar la existencia de la avulsión de un
fragmento óseo. Si el fragmento sufre una dislocación de más de 10 mm, debe
ser reinsertado. La exploración por ultrasonidos puede verificar la existencia de
una rotura total, que deberá ser suturada.
Cuando la región del tendón del psoasilíaco está afectada por dolores cróni-
cos, uno de los efectos secundarios suele ser la bursitis. Ésta puede ser causa de
crujidos en la parte frontal de la ingle, que se ponen de manifiesto al realizar una
flexión contra una resistencia. Por lo general, la causa de este fenómeno suele
ser el engrosamiento hipertrófico de la bolsa sinovial. La bursografía o la explo-
ración por resonancia magnética son algunos métodos de diagnóstico. Si el cru-
jido es doloroso, quizá sea necesario extirpar la bolsa sinovial (fig. 20-6).
Documento2 14/2/05 17:05 Página 329

LESIONES INGUINALES
329

Figura 20-6. El tendón del psoasilíaco y la cavidad iliopectínea.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DEL DOLOR INGUINAL

La información siguiente está elaborada a partir de la experiencia clínica.


Cuarenta y seis pacientes, 36 hombres y 8 mujeres con una edad media de
26 años, fueron operados de unos procesos que les causaban dolor crónico en la
ingle. En 22 pacientes la lesión estaba localizada en el aductor largo, en 14 de
ellos en el recto femoral, en el recto abdominal en 6 casos, en el psoasilíaco
en 3, en el perineo en uno y en el aductor corto en uno. En 44 casos se practica-
ron excisiones locales y suturas de adaptación. Dos pacientes fueron sometidos
a tenotomía y a ecisión del tejido cicatrizal. Exceptuando a 6 pacientes, los
demás pudieron volver al nivel de actividad anterior a la lesión. Los síntomas
desaparecieron por completo en 40 pacientes, aumentaron en 4 casos y permane-
cieron sin cambios en dos de ellos.

DOLOR INGUINAL EN LOS JUGADORES ADOLESCENTES


Los jugadores jóvenes en fase de crecimiento y con las epífisis sin cerrar
están muy expuestos a sufrir fracturas avulsivas en el origen del músculo y el ten-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 330

330 MEDICINA DEL FÚTBOL

dón o en la inserción de ambos. Por consiguiente, la sensación de un dolor agudo


en la zona de las ingles siempre deberá ser evaluada mediante el examen radio-
lógico. El dolor puede producirse, en las ingles, en la zona anterosuperior e infe-
rior de las espinas ilíacas, en el trócanter mayor o menor, o en la tuberosidad.
Cuando se observa sensibilidad en la unión muscular, debe comprobarse si exis-
te una avulsión. Si el fragmento roto sufre una separación mayor de 10 mm, la
cirugía es una posibilidad a considerar (fig. 20-7).

LESIONES EN OTRAS UNIDADES MUSCULOTENDINOSAS


DE LA INGLE
Otros aductores (p. ej., el aductor mayor, el aductor corto, el peroneo o el grá-
cil) también pueden sufrir lesiones en la zona de la ingle. Es importante poner de
manifiesto el dolor y localizarlo mediante un examen muscular funcional. En
principio, el tratamiento es el mismo que el indicado en el caso del aductor largo.

Zonas de crecimiento

Origen del
tensor de la Origen del
fascia lata y músculo recto
del músculo femoral
sartorio

Inserción del
músculo
glúteo medio
Inserción del
músculo
psoasilíaco
Origen de los músculos
isquiotibiales

Figura 20-7. Apófisis en las que debe sospecharse la existencia de fractura avulsiva en juga-
dores adolescentes.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 331

LESIONES INGUINALES
331

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL DOLOR INGUINAL

Fracturas

La tabla 20-1 enumera los posibles diagnósticos en relación con el dolor de


ingle. Las fracturas del hueso púbico y del cuello femoral son raras, pero pueden
producirse tras un impacto. Si se produce el traumatismo adecuado, sensibilidad
y dolor asociado al movimiento de la articulación de la cadera, deberá sospechar-
se la existencia de una fractura y, llegado el caso, descartarla por medio de las
radiografías. En general, el tratamiento de las fracturas del cuello femoral requie-
re cirugía.

Fracturas por sobrecarga

Las fracturas causadas por la fatiga o la sobrecarga pueden afectar la parte


superior del fémur, el cuello femoral y los huesos púbicos. A menudo existe un
historial de dolor durante el ejercicio y el entrenamiento de alta intensidad o de
larga distancia. Aunque no es común entre los jugadores de fútbol, debe tenerse
en cuenta. Si el hueso puede ser palpado, a menudo se detecta una ligera hincha-
zón y dolor. En caso contrario, deben efectuarse radiografías y escáner óseo cuan-
to antes para descartar posibles fracturas por sobrecarga del cuello, del fémur o
del cuerpo femoral superior. Las fracturas por sobrecarga del cuello femoral
sufren una elevada incidencia de necrosis de cabeza y deben ser tratadas quirúr-
gicamente.

Tabla 20-1.

Diagnóstico diferencial del dolor inguinal

Fracturas
Fracturas por sobrecarga
Lesión o enfermedad de la cadera
Osteítis púbica
Atrapamiento nervioso
Hernias
Documento2 14/2/05 17:05 Página 332

332 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lesiones o enfermedades en la articulación


de la cadera

El dolor en la ingle suele tener su origen en la articulación de la cadera y suele


ser el resultado de procesos inflamatorios, como la osteoartritis temprana y la
osteocondritis disecante. Las lesiones traumáticas causantes de desgarros del
rodete acetabular y de lesiones condrales también pueden causar dolor en la
ingle. El movimiento de la cadera suele causar dolor. Las radiografías, incluyen-
do la resonancia magnética, pueden ser necesarias para el diagnóstico. La artros-
copia o la artrografía pueden ser útiles para el diagnóstico de los procesos intraar-
ticulares. En los adolescentes, hay que considerar la posibilidad de luxación de
las epífisis femorales.

Osteítis púbica

Muchos jugadores de fútbol sienten dolor en la zona de las ingles cercana a


la sínfisis del pubis. Las tensiones mecánicas producidas a raíz de un movimien-
to anormal o un impacto pueden causar inflamación y dolor.
En ocasiones se asocian con inestabilidad en la sínfisis. Las radiografías y los
escáneres óseos pueden corroborar el diagnóstico. El tratamiento es conservador.

Atrapamiento nervioso

Cualquier nervio que quede atrapado a lo largo de la zona de la ingle puede


causar dolor. Éste puede surgir a raíz de un impacto directo, dando como resul-
tado un tejido dañado y el atrapamiento de un nervio. El dolor también puede
producirse como consecuencia de una respuesta inflamatoria a alteraciones
anatómicas locales tales como conductos estrechos, ligamentos músculos o res-
trictivos. Los nervios susceptibles de causar sintomatología son el nervio femo-
rocutáneo lateral, las ramas cutáneas anteriores del nervio femoral, el nervio
ilioinguinal, el nervio genitofemoral, el nervio iliohipogástrico y el nervio obtu-
rador. Además del dolor, el jugador tiene con frecuencia una sensación de entu-
mecimiento de la piel. El diagnóstico puede ser confirmado con anestesia local a
lo largo del nervio. Si el dolor no desaparece después del tratamiento conserva-
dor, quizá sea preciso llevar a cabo una lisis quirúrgica. Si los síntomas persis-
ten, puede ser necesaria la resección del nervio (fig. 20-8).
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LESIONES INGUINALES
333

Figura 20-8. Nervios atrapados en la región de las ingles. Las zonas en las que se pierde sen-
sibilidad están marcadas. De medial a lateral nervios genitofemoral, obturador ilioinguinal,
femorocutáneos anterior y lateral e iliohipogástrico.

Hernias

Las hernias inguinales y femorales son causas frecuentes de dolor en las


ingles. Todos los jugadores aquejados de este tipo de dolores deberán ser exami-
nados en busca de posibles hernias. Las incipientes pueden ser diagnosticadas
mediante herniografía. El tratamiento requiere cirugía.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 334

334 MEDICINA DEL FÚTBOL

DOLOR EN LA INGLE ORIGINADO EN OTRO TEJIDO

Cuando el diagnóstico no está claro, hay que considerar la posibilidad de que


el dolor en la ingle tenga su origen en otros tejidos. Las patologías que afectan
los nervios espinales de la pierna, como el síndrome ciático L4-L5, deben ser
tenidas en cuenta, así como otras enfermedades de la columna tales como la
espondilólisis o la espondilolistesis.
Las enfermedades intraabdominales o urogenitales también deben ser inclui-
das en diagnóstico diferencial del dolor de ingle. Tumores como los osteosarco-
mas, los condrosarcomas, los schwannomas malignos o los tumores metastásicos
siempre deberán ser tenidos en cuenta.

RESUMEN
Las lesiones en la ingle suelen afectar el aductor, el recto abdominal, el recto
femoral y las unidades musculotendinosas del psoasilíaco en la zona de la ingle.
El diagnóstico y la terapia son unívocos en las primeras etapas. En casos cróni-
cos, el diagnóstico puede ser difícil de determinar y debe incluir los diagnósticos
diferenciales.
El historial clínico y el análisis del modo en que ha tenido lugar la lesión
deben ir seguidos de un examen clínico y de tests funcionales. Quizá sea necesa-
rio realizar más pruebas, como radiografías, ultrasonidos, resonancia magnética,
escáner óseo y pruebas de laboratorio. Un tratamiento del dolor de ingle efecti-
vo necesita, ante todo, un diagnóstico acertado.

LECTURAS RECOMENDADAS

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Documento3 16/2/05 09:44 Página 337

21 PUBALGIA
ATLÉTICA Y DOLOR
INGUINAL
CRÓNICO
John Lones

En los atletas, el diagnóstico y el tratamiento del dolor persistente de ingles


puede entrañar dificultades. A menudo los síntomas son vagos y poco específi-
cos, y el examen físico no siempre resulta definitivo. La gama de diagnósticos
posibles incluye tendinitis, distensión de los músculos abdominales, de la cade-
ra o del muslo, patologías de la articulación de la cadera, hernias, afecciones
musculares de la superficie pélvica, neuropatía lumbar, trastornos del tracto geni-
tourinario y osteitis púbica.

EPIDEMIOLOGÍA
No disponemos de estadísticas que cuantifiquen la incidencia de este tipo de
lesiones. La mayoría de las estadísticas agrupan las lesiones por zonas y no por
tipos específicos de lesión. Asimismo, es difícil estimar el número de situaciones
de riesgo en relación con los distintos deportes, hecho que impide la obtención de
datos significativos.
La sistemática tensión implicada en el regate, el chut y el pase del balón de
fútbol puede desembocar en una afección llamada pubalgia. Esta patología ha
sido correctamente descrita en Europa: en Francia, su nombre es pubalgie, y en
Gran Bretaña es conocida como “ingle de Gilmore”. También ha sido detectada
en corredores de velocidad, jugadores de fútbol americano y otros atletas de alta
competición.

MECANISMO DE LA LESIÓN
Esta patología se caracteriza por un dolor crónico y persistente en las ingles,
dolor que es consecuencia de una debilidad o de una afección cerca de la inser-
ción púbica del recto abdominal y la aponeurosis oblicua interna. Se cree que los
Documento3 16/2/05 09:44 Página 338

338 MEDICINA DEL FÚTBOL

repetidos esfuerzos en la carrera y el lanzamiento afectan los músculos de la pel-


vis causando microdesgarros o elongaciones cerca del anillo inguinal que ya está
afectado de laxitud. Esta dolencia presenta muchos de los síntomas propios de la
hernia inguinal directa, aunque sin una masa palpable. La causa del dolor es
oscura en estos casos, pero puede ser debida a la irritación o a que hayan queda-
do atrapados el nervio iliohipogástrico, el ilioinguinal o la rama genital de los
nervios genitofemorales. Esta patología afecta casi exclusivamente a los hom-
bres, y raramente a las mujeres. Es probable que ello se deba a la inherente debi-
lidad de la musculatura del canal inguinal en los hombres. Los atletas aquejados
de esta afección han sido tratados, con éxito, con una herniorrafia tipo Bassini
para reforzar la musculatura de la superficie pélvica.
La pubalgia atlética suele afectar a los atletas de elite que llevan a cabo entre-
namientos y competiciones diarias. La patología también se presenta en atletas
de mayor edad que poseen un largo historial deportivo y siguen disputando com-
peticiones. En algunos casos, existe el precedente de una lesión aguda en la que
se produjo una distensión o un tirón de los flexores de la cadera o los aductores.
Más comúnmente, el jugador sufre molestos ataques de dolor. La tabla 21-1 enu-
mera los síntomas de la pubalgia.
Al principio, el dolor está localizado principalmente en el área inguinal. Con
el ejercicio intenso, el dolor puede difundirse proximalmente hacia el interior del
abdomen inferior y distalmente hacia los testículos y/o el muslo interno. Aunque
el dolor puede ser percibido de manera uni o bilateral, uno de los lados suele cau-
sar más dolor que el otro. En el jugador de fútbol, la pierna afectada con mayor
frecuencia es la pierna de chute.
A menudo, los síntomas del dolor son vagos y difíciles de describir para el
jugador. Éste puede experimentar un dolor agudo o una quemazón en el momen-
to del ejercicio, un dolor persistente durante algunas horas tras la finalización de
la actividad física, y una sensación de tensión en las ingles, el abdomen inferior
y la parte interna de los muslos. Los golpes con el pie a toda potencia, los dispa-
ros y los esprints son las acciones más dolorosas. En la mayoría de los casos, los
síntomas desaparecen por completo después de unos días de descanso. No obs-
tante, el dolor retorna invariablemente cuando el jugador intenta correr o jugar
de nuevo, incluso después de semanas o meses de descanso.
La tumefacción u otras diastasis, el dolor agudo o persistente durante el des-
canso, el dolor de espalda y las disfunciones urinarias, intestinales o sexuales no
son frecuentes en la pubalgia atlética. Estos síntomas señalan a otras afecciones
como las causantes del dolor de ingles.
Los síntomas distintivos de la pubalgia atlética son la flaccidez en la espina
del pubis y el dolor al efectuar flexión de cadera, rotación interna y la contrac-
Documento3 16/2/05 09:44 Página 339

PUBALGIA ATLÉTICA Y DOLOR INGUINAL CRÓNICO


339

ción del músculo abdominal contra resistencia. La aducción de cadera contra una
resistencia con las caderas en posición neutra también pone de manifiesto el
dolor en las ingles. Sin embargo, por lo general los músculos y los tendones del
aductor no suelen estar fláccidos. Aunque algunos individuos pueden sufrir de
flaccidez y debilidad palpable en el anillo inguinal, este hecho raras veces impli-
ca la presencia de una hernia. La flexibilidad de la cadera y de la espalda debe
ser completa e indolora. El examen neurológico de las extremidades inferiores
debe arrojar resultados normales.
Con el fin de detectar hernias, masas o zonas fláccidas, deberá palparse el
canal inguinal, el cordón espermática y los testículos. También es recomendable
practicar un examen táctil de las zonas prostática y rectal, en especial en el caso
de los atletas de mayor edad.
El diagnóstico de la pubalgia atlética es, ante todo, un diagnóstico por exclu-
sión. Por este motivo, deberán tenerse en cuenta varias posibilidades para poder
descartar otras causas del dolor de ingles.
Las radiografías comunes de la pelvis, de la zona lumbar y de las caderas
servirán para identificar la osteoartritis, los neoplasias óseas o la osteítis púbi-
ca. Eventualmente, la sospecha de que existe una fractura por sobrecarga o una
reacción a la sobrecarga puede aconsejar la realización de un escáner óseo. La
resonancia magnética detectará la mayoría de las lesiones o inflamaciones de las
partes blandas lumbares o abdominales. En el caso de la pubalgia atlética, la
mayoría de las exploraciones radiológicas arrojan resultados normales. En algu-
nos casos, la señal del incremento medular en la espina del pubis o en la sínfi-
sis púbica puede observarse en la resonancia magnética.

Tabla 21-1.

Síntomas de la pubalgia

Dolor inguinal
uni o bilateral
con difusión hacia el abdomen inferior o el muslo interno
Dolor al:
golpear con el pie
disparar
correr
Documento3 16/2/05 09:44 Página 340

340 MEDICINA DEL FÚTBOL

Aunque las pruebas de laboratorio no suelen ser necesarias, puede practicarse


un análisis de orina para descartar la posibilidad de infección en el tracto urinario.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Distensiones y roturas musculares

La distensión o rotura de los músculos aductor largo, recto abdominal,


psoasilíaco o recto abdominal suele ser el resultado de una lesión aguda por
sobrecarga, en particular un golpe con el pie o disparo en posición forzada. El
jugador recuerda haber sentido súbitamente una dolorosa sensación de desgarro
o de distensión. El examen físico demuestra a menudo la existencia de pérdida
de sangre y edema en el lugar de la lesión y, en el caso de la rotura, hay ocasio-
nes en que es palpable una protuberancia de masa muscular replegada. En los
niños y los adolescentes, debe sospecharse la existencia de fracturas avulsivas,
que deberán descartarse mediante simple radiografía.

Patología de la articulación de la cadera

La osteoartrosis, la necrosis avascular de la cabeza femoral y las fracturas por


sobrecarga del cuello femoral pueden afectar a los jugadores de fútbol. Con fre-
cuencia, se trata de lesiones muy dolorosas. Algunos estudios epidemiológicos
señalan un índice de incidencia de la enfermedad degenerativa de la cadera lige-
ramente mayor en los jugadores de fútbol de edad avanzada. En el caso de los
atletas adolescentes, también debe considerarse la posibilidad de deslizamiento
de la epífisis de la cabeza femoral. La osteítis púbica, o enfermedad degenerati-
va de la sínfisis púbica, no es común, pero debe ser tenida en consideración.
Todas estas afecciones aparecen en la radiografía símple o en el escáner óseo
(tabla 21-2).

Hernias

Las hernias inguinales directas e indirectas y las hernias femorales son comu-
nes en los atletas, y suelen ser causa de dolor de ingles en situaciones de esfuer-
zo. El hidrocele y el varicocele son formaciones herniarias relacionadas, y tam-
bién pueden causar dolor de ingles. Aunque un examen físico detallado suele
revelar la existencia de una hernia, en ocasiones la flaccidez y la protuberancia o
masa asociadas son difíciles de detectar manualmente. La herniografía puede
ayudar a diagnosticar las hernias incipientes.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 341

PUBALGIA ATLÉTICA Y DOLOR INGUINAL CRÓNICO


341

Inflamación intraabdominal o genitourinaria

En el caso de un hombre aquejado de dolor de ingles crónico, debe sospechar-


se la existencia de prostatitis, epididimitis o tumores testiculares. En las mujeres,
debe considerarse la posibilidad de trastornos ginecológicos y debe practicarse
un examen de la pelvis. En ambos sexos, las posibles infecciones del tracto uri-
nario deben ser descartadas basándose en el examen físico y el análisis de orina.

Tabla 21-2.

Diagnóstico diferencial de la pubalgia

Distensiones musculares
Aductor largo
Recto abdominal
Psoasilíaco
Recto femoral
Fractura avulsiva (niños)
Patología de la articulación de la cadera
Osteoartritis
Necrosis avascular
Fracturas por sobrecarga del cuello femoral
Deslizamiento de la epífisis capital femoral
Hernias
Inguinal
Femoral
Hidroceles
Varicoceles
Inflamaciones
Prostatitis
Epididimitis
Tumores testiculares
Infecciones del tracto urinario
Atrapamiento de nervio
Ilioinguinal
Genitofemoral
Iliohipogástrico
Raíz del nervio lumbar
Nervio obturador
Documento3 16/2/05 09:44 Página 342

342 MEDICINA DEL FÚTBOL

Atrapamiento nervioso
Después de un impacto directo sobre la ingle, los nervios periféricos pueden
quedar contusos o atrapados. Los nervios ilioinguinal, genitofemoral e iliohipo-
gástrico suelen ser los principales afectados por este problema.
El pinzamiento de la raíz del nervio lumbar o del nervio obturador en la zona
lumbar puede causar dolor referido a las ingles, por lo que debe ser descartado
mediante exámenes físicos, radiografías y resonancia magnética.

TRATAMIENTO DE LA PUBALGIA ATLÉTICA


Algunos autores han descubierto que la práctica de ejercicios específicos de
estiramiento alivia los síntomas dolorosos. El tratamiento consistente en estira-
mientos de los abdominales y de los aductores/flexores de la cadera contra una
resistencia moderada da buenos resultados si se practica diariamente durante
algunas semanas. El reposo absoluto y la medicación a base de antiinflamatorios
también alivian los síntomas dolorosos, pero en este caso el efecto suele ser tem-
poral.
En los casos en que no se produzca ninguna respuesta al tratamiento conser-
vador tras unos meses, la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica
deberá ser considerada después de haber descartado todas las posibles causas de
dolor en las ingles. Aunque la cirugía aplicada a la pubalgia atlética todavía es
objeto de controversia en Estados Unidos, los cirujanos europeos han obtenido
buenos resultados tratando la patología con una herniorrafia tipo Bassini. El pro-
cedimiento consiste en plegar la fascia transversal y suturar el borde lateral del
recto abdominal al borde saliente del ligamento inguinal. Algunos cirujanos tam-
bién recomiendan practicar una tenotomía en el tendón del aductor largo, pero
sólo en el caso de que el dolor se encuentre claramente localizado en su origen
tendinoso. La mayoría de los jugadores que han pasado por el quirófano pueden
volver a la actividad atlética después de 4 meses. Respecto a la recuperación y la
rehabilitación, lo aconsejable es un reposo de 4 a 6 semanas inmediatamente des-
pués de la cirugía, realizar únicamente actividades cotidianas y evitar las cargas
pesadas y el ejercicio. Deberá prestarse una atención especial al estiramiento de
los músculos abdominales y abductores. La mayoría de jugadores están listos
para correr 3 meses después de la intervención quirúrgica, y a partir de ese
momento podrán reemprender los entrenamientos según su nivel de tolerancia
física. La mayoría de los atletas podrán volver a la competición de 4 a 6 meses
después de la operación.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 343

PUBALGIA ATLÉTICA Y DOLOR INGUINAL CRÓNICO


343

LECTURAS RECOMENDADAS

Abbeele K, Verhelst M, Martens C, y cols. Bassini’s hernial repair and tenotomy


of the adductor longus in the treatment of chronic groin pain in athletes.
Manuscrito no publicado.
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Documento3 16/2/05 09:44 Página 344
Documento3 16/2/05 09:44 Página 345

22 OPCIONES DE
TRATAMIENTO EN
LAS LESIONES DEL
LIGAMENTO
CRUZADO ANTERIOR
Paolo Aglietti
Giovanni Zaccherotti
Pietro DeBiase
EPIDEMIOLOGÍA
En el futbol, las lesiones en la pierna son frecuentes debido al elevado núme-
ro de participantes (unos 22 millones en todo el mundo) y a los mecanismos
específicos implicados en los chuts, los cruces y las entradas. La epidemiología
de las lesiones en el fútbol ha sido estudiada por diversos autores (tabla 22-1). El
grado de incidencia de las lesiones oscila entre 4,0 y 7,6 por jugador y 1.000
horas de juego. Las extremidades inferiores son las más expuestas a sufrir lesio-
nes, y totalizan entre el 64% y el 93% de las lesiones. Las lesiones en la rodilla
representan entre el 18% y el 26% de todas las lesiones en el fútbol, y la mayo-
ría de ellas afectan los ligamentos o el menisco. Es frecuente que dichas lesiones
también afecten el ligamento cruzado anterior. La lesión en esta zona es la más
perjudicial para un jugador de fútbol. Aproximadamente, la mitad de las lesiones
de rodilla afectan dicho ligamento.

DISCAPACIDAD
La discapacidad de un atleta tras un desgarro en el ligamento cruzado ante-
rior se encuentra ampliamente documentada en la literatura médica. Sólo un
reducido número de jugadores de fútbol vuelven a la competición sin haber sido
sometidos a intervención quirúrgica en el ligamento desgarrado. A menudo, este
tipo de lesión aparta a una atleta de la competición durante largo tiempo y, en
Documento3 16/2/05 09:44 Página 346

346 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 22-1.

Incidencia de las lesiones en el fútbol

Autor Año Lesiones/1000 h Observaciones


(partidos)

Ekstrand 1983 16,9 180 jugadores seniors


Jorgensen 1984 4,1 Jugadores de más de 18 años
Nielsen 1989 14,3 Tres niveles de competición
Engstrom 1990 13 64 jugadores de elite
Schmidt-Olsen 1991 3,7 496 chicos de 12 a 18 años
Aglietti 1994 4,0 1.018 jugadores (11 temporadas)
Tres niveles de competición

algunos casos, de forma permanente. Por ejemplo, 36 jugadores de fútbol de


competición con insuficiencia en el ligamento cruzado anterior de la rodilla fue-
ron observados durante una media de 3,5 años tras una meniscectomía parcial
artroscópica. Once (el 36%) de los 36 pudieron volver al mismo nivel compe-
titivo, 7 (el 19%) descendieron a un nivel recreativo, 9 (el 25%) tuvieron que
dedicarse a practicar un deporte menos exigente y 9 (el 25%) tuvieron que aban-
donar la práctica deportiva. El resultado a largo plazo de la meniscectomía
conservadora de los bordes depende ante todo del estado del ligamento cruzado
anterior. Cinco años después de la meniscectomía, los jugadores con rotura de
ligamento cruzado anterior estaban menos implicados en la práctica del fútbol
que los jugadores con el ligamento intacto. Asimismo, los jugadores con rotura
del ligamento también sufrieron ulteriores meniscectomías, más operaciones por
osteoartritis y mostraron más signos radiológicos de degeneración articular.
De estos datos se desprende que, tras una lesión aguda en el ligamento cruza-
do anterior, sólo un número reducido de pacientes podrán reemprender en pleni-
tud de facultades la práctica de un deporte que requiere saltar, cruzarse y pivotar.
Aunque un programa de rehabilitación puede ser útil para disminuir los sín-
tomas, son preceptivos la reducción de la actividad deportiva y el asesoramiento
médico. Los atletas que deseen volver al fútbol de alto nivel se arriesgan a sufrir
una nueva lesión en el menisco y el cartílago.
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OPCIONES DE TRATAMIENTO EN LAS LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR


347

RECONSTRUCCIÓN
La opción del injerto

En la actualidad, la reconstrucción intraarticular del ligamento cruzado ante-


rior es una opción aceptada dentro del tratamiento quirúrgico de las lesiones de
ligamento cruzado. La primera intervención tiene un índice de fracaso que se
sitúa entre el 17% y el 30% de los casos, y que puede ser reducido mediante téc-
nicas de aumento. Lo más común es practicar la operación con varios tejidos
autógenos, técnica que suele dar resultados satisfactorios. En los casos agudos,
es importante elegir el momento adecuado para llevar a cabo la intervención. Los
pacientes operados de dolencias agudas pueden sufrir un grado de artrofibrosis
significativamente mayor que aquellos que fueron operados en fecha más tardía.
Nosotros preferimos operar cuando el paciente ha recuperado su movilidad y su
control muscular casi por completo, y cuando han disminuido el dolor y la hin-
chazón.
Los avances en el instrumental y en la técnica quirúrgica que han tenido lugar
durante la última década han permitido a los cirujanos realizar las reconstruccio-
nes del ligamento cruzado anterior de una manera más precisa, más segura, con
un menor tiempo de rehabilitación y con resultados más previsibles. Los paráme-
tros básicos han sido sometidos a discusión, y se ha llegado a un acuerdo en lo
referente al uso de autotrasplantes resistentes, a la posición correcta, a la seguri-
dad de la fijación del injerto y a la movilización temprana seguida de rehabilita-
ción acelerada.
La selección de un injerto de alta resistencia y de la técnica quirúrgica ade-
cuada son los factores determinantes del resultado de una reconstrucción del
ligamento cruzado anterior. El injerto del tendón rotuliano es considerado como
el mejor estándar a causa de sus propiedades estructurales (tanto por su rigidez
como por su resistencia). Los tendones semitendinoso y grácil muestran buenas
propiedades mecánicas, aunque inferiores a las del tendón rotuliano. Con el fin
de mejorar el área de sección cruzada de los tendones semitendinoso y grácil, los
cirujanos empiezan a utilizarlos en hebras de tres o cuatro tendones.
Aunque se utilizó el mismo programa de rehabilitación, la comparación entre
la reconstrucción artroscópicamente asistida del ligamento cruzado anterior con
injerto de tendón rotuliano y la realizada mediante injerto de tendones semiten-
dinoso y grácil doblados no reveló la existencia de diferencias entre ambos. En
otro proyecto, 72 pacientes fueron evaluados tras la práctica de ambos tipos de
cirugía. Por lo que respecta a las quejas de cada uno de los individuos, el nivel
funcional o la evaluación objetiva de la laxitud, que incluía mediciones
Documento3 16/2/05 09:44 Página 348

348 MEDICINA DEL FÚTBOL

KT-1.000, no se encontraron diferencias significativas entre los grupos.


Diecisiete de los 72 pacientes (el 24%) experimentaron dolor anterior de rodilla
después de la reconstrucción del ligamento cruzado. En total, 46 de los 72
pacientes (un 64%) volvieron al nivel de actividad previo a la lesión. El resulta-
do de las mediciones KT-1.000 fue de 1,6 ± 1,4 mm para el grupo del tendón
rotuliano y de 1,9 ± 1,3 mm para el grupo del tendón semitendinoso y grácil.
Cuando la reconstrucción fue practicada con los tendones semitendinoso y grá-
cil dobles, el resultado fue una debilidad significativa en los isquiotibiales.
En todas las categorías (dolencia aguda frente a crónica y meniscectomía
frente a ausencia de meniscectomía), los pacientes con implante de tendón rotu-
liano disfrutaron de una estabilidad en la rodilla considerablemente superior
comparados con el grupo con tendones semitendinoso y grácil doblados.
Después de 3 años, este grupo tuvo un porcentaje de éxito anual del 94%, 83%
y 81%, comparado con el 98%, 96% y 96% en el grupo del tendón rotuliano. Los
resultados indican que, si bien ambos injertos constituyen elecciones apropiadas
en la reconstrucción del ligamento cruzado anterior, el injerto del tendón rotulia-
no proporciona mayor estabilidad a la rodilla.
En un estudio reciente, los resultados de una reconstrucción intraarticular del
ligamento cruzado anterior con tendón rotuliano o con tendones semitendinoso y
grácil fueron comparados en una serie consecutiva de 60 lesiones crónicas del
ligamento cruzado anterior (tabla 22-2). Un único cirujano practicó una recons-
trucción asistida artroscópicamente en una secuencia alterna (30 injertos de ten-
dón rotuliano y 30 de tendones semitendinoso y grácil). Estos últimos fueron
separados distalmente y a continuación fueron doblados (4 hebras). El segui-
miento de los pacientes se realizó durante un tiempo medio de 28 meses (inter-
valo de 22 a 39 meses). El análisis de los datos pre y postoperatorios no reveló
diferencias significativas entre ambos grupos. No se observaron diferencias
importantes en los síntomas, y tan sólo se presentó un caso de inestabilidad sub-
jetiva en una rodilla tratada con injerto de tendones semitendinoso y grácil. La
vuelta a la práctica deportiva con actividades que requieren agilidad, cruces y
saltos se produjo con mayor frecuencia en el grupo con tendón rotuliano (un
80%) que en el grupo tratado con injerto de tendones semitendinoso y grácil (un
43%). El examen KT-2.000 reveló un desplazamiento tibial anterior superior a 5
mm en el test de 13,60 kg en un 13% de los casos pertenecientes al grupo del ten-
dón rotuliano, y en un 2% de los casos pertenecientes al grupo de los tendones
semitendinoso y grácil. En tan sólo una de las rodillas de este grupo se detectó
un cambio en el apoyo de grado II. Se observó una pérdida de la extensión de
entre 1o y 3o con mayor frecuencia en el grupo del tendón rotuliano (47%) que en
el grupo semitendinoso-grácil (3%). La crepitación femororrotuliana de la rodi-
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OPCIONES DE TRATAMIENTO EN LAS LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR


349

Tabla 22-2.

Reconstrucción mediante tendón rotuliano frente a recons-


trucción mediante doble tendón semitendinoso y grácil

Tendones
Tendón rotuliano semitendinoso-grácil

Síntomas
dolor 13% 10%
hinchazón 3% 3%
desplazamiento 0% 3%
Movilidad
pérdida de extensión (< 3o) 47% 3%
pérdida de flexión (< 6o) 20% 20%
Estabilidad
KT -2000 (13,6 kg) diferencia
estimada
media 3,2 mm 3,8 mm
> 5 mm 13% 20%
desplazamiento del apoyo
inexistente 79% 70%
deslizamiento 21% 27%
desplazamiento 0% 3%
Problemas femororrotulianos
inexistentes 50% 60%
menores 33% 37%
moderados 17% 3%
graves -- --
Cybex II (rodilla operada frente a
rodilla normal)
fuerza rotatoria máxima del extensor
durante la extensión
60o/seg 91,1% 89,3%
180o/seg 94,1% 94,7%
fuerza máxima del extensor
durante la flexión
60o/seg 97,8% 94,0%
180o/seg 98,6% 91,6%

lla se desarrolló en un 17% de los casos tratados con injerto del tendón rotuliano
y en un 3% de las rodillas tratadas con injerto de tendones semitendinoso y grá-
cil. La disminución de la longitud de la rótula afectó al 13% de los casos del
Documento3 16/2/05 09:44 Página 350

350 MEDICINA DEL FÚTBOL

grupo del tendón rotuliano y a un 3% de los con injertos de tendones semitendi-


noso y grácil. La evaluación Cybex II a 60o, 120o y 180o/ seg reveló que no exis-
tía ningún tipo de déficit selectivo en la extensión máxima o en los pares de tor-
sión tras un injerto de tendón rotuliano o de tendones semitendinoso-grácil. En
conclusión, este estudio puso de manifiesto la existencia de sólo dos diferencias
significativas entre los grupos semitendinoso-grácil y rotuliano. El nivel de acti-
vidad era mayor en el grupo rotuliano, y la incidencia de una pérdida de menor
extensión también era más elevada en dicho grupo. El injerto de tendón rotulia-
no parecía ofrecer una estabilidad objetiva ligeramente superior, pero dio como
resultado un mayor número de problemas femororrotulianos. No obstante, estas
diferencias no tenían relevancia estadística.
Quizá lo más sensato sea utilizar el injerto de tendón rotuliano en los indivi-
duos más jóvenes, motivados y con elevadas exigencias, y el injerto semitendi-
noso-grácil para los pacientes menos motivados y de mayor edad. Asimismo,
nosotros también utilizamos el injerto semitendinoso-grácil doblado (cuatro
hebras) en caso de reintervención debida a la reconstrucción fallida con el pro-
cedimiento rotuliano. La fijación de los injertos semitendinoso-grácil con tejidos
de partes blandas suele tener éxito, y es comparable a la fijación obtenida con el
injerto rotuliano y los tornillos de interferencia. Ambos injertos poseen una for-
taleza parecida a la del ligamento cruzado anterior intacto, pero sólo el injerto de
tendón rotuliano asegurado con tornillos de interferencia tiene una rigidez com-
parable.

Técnicas

Se han desarrollado varias técnicas quirúrgicas. La reconstrucción del liga-


mento cruzado anterior asistida artroscópicamente se ha convertido en la técnica
predilecta de muchos cirujanos. Existen diferentes técnicas para realizar el túnel
femoral. Puede ser practicado con dos incisiones de fuera adentro utilizando
guías específicas, o con una incisión desde el interior (a través del túnel tibial)
utilizando un escariador no traumático. Las diferencias entre la incisión doble y
la incisión única han sido evaluadas con KT-2.000 y por medio de los resultados
radiológicos. El centro de la salida del túnel femoral en la articulación se halla-
ba 6 mm antes de la posición ideal en la unión de la superficie y la pared lateral
de la muesca. A 50 pacientes aquejados de problemas crónicos en el ligamento
cruzado anterior de la rodilla se les asignó de manera aleatoria un tratamiento
consistente en la técnica de la incisión doble o simple, que luego fue evaluado
durante un tiempo medio de 12 meses (intervalo de 8 a 16 meses) (tabla 22-3).
Los parámetros radiográficos medidos fueron los siguientes: 1) la dirección de
Documento3 16/2/05 09:44 Página 351

OPCIONES DE TRATAMIENTO EN LAS LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR


351

los túneles femoral y tibial en vistas lateral y anteroposterior; 2) la localización


de la cavidad de salida intraarticular del túnel femoral (expresada como porcen-
taje de anchura sagital de los cóndilos, siendo el 100% el punto más posterior) y
3) la divergencia del tornillo de interferencia femoral con el alineamiento óseo
(considerado significativo si 2:200). Durante el seguimiento, la evaluación de los
resultados se hizo según el protocolo de la Comisión Internacional para la
Documentación de la Rodilla y al test KT-2.000.
Con la técnica de la doble incisión, los túneles femoral y tibial fueron diver-
gentes y cruzaron la articulación en un ángulo de 37o y 72o. Con la técnica de la
incisión simple, los túneles óseos en vista anteroposterior eran casi paralelos y
cruzaban la articulación con un ángulo medio de 68o. La localización de la sali-
da intraarticular del túnel femoral fue posterior tanto con la técnica de incisión
doble como con la técnica de incisión simple (63% y 66%). La divergencia del
tornillo (≥ 20o) en la cara femoral no se produjo en el grupo tratado con doble
incisión, y se presentó en un 12% de los casos en el grupo sometido a incisión

Tabla 22-3.

Comparación de los parámetros radiográficos


de tres técnicas artroscópicas para la reconstrucción
del ligamento cruzado anterior

Incisión doble Incisión simple Incisión simple


modificada

Angulación anteroposterior
(porcentaje)
Túnel femoral 37o 68o 49o
Túnel tibial 72o 69o 67o
Salida del túnel intraarticular
(porcentaje)
Femoral 63% 66% 68%
Tibial 28% 27% 30%
Divergencia del tornillo femoral – 12% –
> 20o)
Pinzamiento
Inexistente 50% 71% 77%
Moderado 50% 29% 23%
Grave – – –
Documento3 16/2/05 09:44 Página 352

352 MEDICINA DEL FÚTBOL

simple. Una pérdida de extensión de menos de 3o fue detectada en el 20% del


grupo de doble incisión, y en un 16% del grupo de incisión simple (tabla 22-4).
En un 20% de los individuos pertenecientes a ambos grupos tuvo lugar una pér-
dida de extensión de entre 3o y 5o. Ningún paciente perdió más de 5o de exten-
sión. En un 8% del grupo de incisión doble y en el 16% del grupo de incisión
simple se presentó una pérdida de flexión de menos de 10o. Respecto al cambio
de apoyo, no se produjeron diferencias entre ambos grupos. Un paciente del
grupo tratado con incisión doble sufrió un espasmo muscular.
La evaluación KT-2.000 dio resultados comparables en los dos grupos. La
media de diferencias reveladas por el test manual máximo fue de 1,98 mm en el
grupo de la incisión doble y de 2,64 mm en el grupo de la incisión simple.
Incluso sin túneles rectos, se logró un grado de estabilidad satisfactorio.
La técnica de incisión simple puede ser preferible, ya que durante el postope-
ratorio el paciente sufre menos dolor y el grado de hinchazón es menor. Con el
fin de evitar la divergencia de los tornillos, lo que requiere una precisa coloca-
ción del túnel femoral mediante una buena pared posterior, y también una perfo-
ración del túnel femoral con independencia del túnel tibial, hace poco que hemos
empezado a utilizar una técnica modificada de incisión simple. La preparación
del túnel femoral se realiza a través del portal artroscópico inferior anteromedial

Tabla 22-4.

Comparación de los resultados clínicos empleando dos


técnicas artroscópicas para la reconstrucción
del ligamento cruzado anterior

Incisión simple Incisión doble

Movilidad
Pérdida de extensión (< 5o) 36% 40%
Pérdida de flexión (< 6o) 16% 8%
Desplazamiento del apoyo
Inexistente 84% 80%
Deslizamiento 16% 16%
Desplazamiento 0% 4%
KT 2.000 (13,6 kg) diferencia
estimada media 2,64 mm 1,98 mm
> 5 mm 0% 4%
Documento3 16/2/05 09:44 Página 353

OPCIONES DE TRATAMIENTO EN LAS LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR


353

con la rodilla completamente flexionada. El tornillo de interferencia femoral se


introduce desde dicho portal, lo que hace más fácil la alineación paralela con el
encaje del hueso. La posición completamente flexionada y el empleo del portal
central (a través del defecto en el tendón rotuliano) permiten una mejor visuali-
zación de la incisión y una incisuroplastia limitada.

RESUMEN
En conclusión, las recientes mejoras de las técnicas quirúrgicas y de los pro-
gramas acelerados de rehabilitación han permitido que disminuya el número
de complicaciones (por ejemplo, los problemas femororrotulianos y la pérdida de
movilidad), mientras siguen manteniendo resultados satisfactorios en lo referen-
te a la estabilidad objetiva (tablas 22-5 y 22-6). Aunque la lesión del ligamento
cruzado anterior es una lesión futbolística grave, puede ser tratada con éxito
hasta conseguir la plena recuperación y el retorno a la práctica deportiva al cabo
de unos 6 meses.

Tabla 22-5.

Complicaciones en las reconstrucciones


del ligamento cruzado anterior: lesiones agudas

Sutura + Reconstrucción Reconstrucción


aumento semitendinoso + semitendinoso +
semitendinoso-grácil grácil grácil
(escayolada) (movilización (rehabilitación
temprana) acelerada)

Artrofibrosis
Pérdida de extensión (> 5o) 2'5% 3% 0%
Pérdida de flexión (>10o) 21% 14% 0%
Problemas femororrotuliano
Crepitación
(moderada y grave) 42% 16% 0%
Rótula interna 17% 8% 0%
Porcentaje de fallo del 7% 11% 12%
injerto
Documento3 16/2/05 09:44 Página 354

354 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 22-6.

Complicaciones en las reconstrucciones


del ligamento cruzado anterior: lesiones crónicas

Tendón rotuliano Tendón rotuliano Tendón rotuliano


abierto (escayolado) cerrado cerrado
(movilización (rehabilitación
temprana) acelerada)

Artrofibrosis
Pérdida de extensión (> 5o) 8% 7% 0%
Pérdida de flexión (>10o) 24% 10% 0%
Problemas femororrotulianos
Crepitación
(moderara y grave) 29% 21% 17%
Rótula interna 32% 14% 13%
Porcentaje de fallo del 17% 12% 13%
injerto

LECTURAS RECOMENDADAS

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OPCIONES DE TRATAMIENTO EN LAS LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR


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23 LESIONES DEL
LIGAMENTO
COLATERAL Y
DEL LIGAMENTO
CRUZADO
POSTERIOR
William G. Clancy, Jr.
Scott E. Strasburger
EL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR

El ligamento cruzado posterior es el ligamento más fuerte de la rodilla, con


una fortaleza dos veces mayor que la del ligamento cruzado anterior. La masa del
ligamento surge de la parte posterolateral del cóndilo femoral medial y se inser-
ta en el surco central posterior de la tibia. Hay dos bandas funcionales: la mayor,
que se tensa con la flexión de la banda anterior, y la menor, tensada al realizarse
la extensión de la banda posterior.
La longitud aproximada de ambos ligamentos –el ligamento cruzado poste-
rior y el ligamento cruzado anterior– es de unos 38 mm. El ligamento cruzado
posterior es unos 2 mm más ancho que el anterior, cuya anchura es de 11 mm.
Aproximadamente el 95% de la fuerza empleada para resistir el desplazamiento
posterior viene dada por el ligamento cruzado posterior. Dicho ligamento tam-
bién es responsable del desplazamiento posterior del fémur durante la flexión. La
insuficiencia del ligamento posterior es causa de desplazamiento tibial creciente
en dirección posterior, dando como resultado una anomalía biomecánica en la
rodilla y rozamiento creciente a través de la superficie articular.

Mecanismo de la lesión
Aunque las lesiones del ligamento cruzado posterior son frecuentes, su inci-
dencia es la décima parte de la del ligamento cruzado anterior. Por lo general, las
lesiones aisladas del ligamento cruzado posterior están causadas por una de
Documento3 16/2/05 09:44 Página 358

358 MEDICINA DEL FÚTBOL

las tres causas siguientes. La más común es la lesión del tablero de mandos, en
la que la tibia es proyectada sobre el tablero y desplazada hacia atrás, hecho que
provoca la rotura del ligamento posterior. La segunda causa más común es una
caída sobre la rodilla flexionada. Si el pie está en posición de flexión dorsal, el
impacto suele transmitirse a la articulación femororrotuliana. Si la flexión del pie
es plantar, el impacto se transmite al tuberosidad tibial, desplazando la tibia pos-
teriormente (fig. 23-1). La tercera causa es una caída sobre la tibia proximal, que
provoca una hiperflexión de la rodilla. A menudo, las dos últimas causas no pro-
ducen una lesión capsular posterior. Este hecho limita la cantidad total de despla-
zamiento tibial, de manera que el ligamento cruzado posterior sufre una defor-
mación sin sufrir por ello una rotura de grandes proporciones. Las lesiones del
ligamento cruzado posterior pueden estar vinculadas y combinadas con otras
lesiones ligamentarias en la zona de la rodilla. Las lesiones por hiperextensión de
la rodilla pueden desembocar en una lesión del ligamento cruzado posterior, pero
por lo general este hecho tiene lugar tras la rotura del ligamento cruzado anterior.
La asociación de las lesiones del ligamento posterior y de las lesiones del liga-
mento colateral medial y a las lesiones posterolaterales se produce con menor
frecuencia.

Figura 23-1. Durante una caída sobre la rodilla, la carga es soportada por la articulación femo-
rorrotuliana (A) si el pie se encuentra en posición de flexión dorsal. Si el pie está en posición
de flexión plantar (B), la tuberosidad tibial puede soportar la mayor parte de la carga, despla-
zando la tibia hacia atrás y provocando una lesión del ligamento cruzado posterior. (Reimpreso
con la autorización de: Clancy WG. Repair and reconstruction of the posterior cruciate liga-
ment. En: Chapman MW, ed. Operative orthopaedic. Vol. 3. Filadelfia: J.B. Lippincott Co.,
1993;2094.)
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LESIONES DEL LIGAMENTO COLATERAL Y DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR


359

Las lesiones aisladas del ligamento cruzado posterior suelen tener como
resultado efusiones moderadas de sangre, muy distintas a las grandes pérdidas de
sangre observadas en los casos agudos de lesiones aisladas del ligamento cruza-
do anterior. En general, la plena extensión causa al paciente un mínimo dolor.
Aunque el paciente puede realizar una flexión de un mínimo de 90o, el dolor se
incrementa si la flexión es más pronunciada. Cuando la rodilla está flexionada
90o, suele producirse un ligero abombamiento posterior debido a la gravedad. Es
posible que dicho abombamiento no tenga lugar si el cuádriceps sufre un espas-
mo. La realización de un desplazamiento anterior con la rodilla a 90o puede ser
interpretado de manera equivocada como un hecho positivo a causa del abomba-
miento posterior causado por la gravedad que está siendo reducido por el exami-
nador (fig. 23-2). Por consiguiente, es importante determinar si la rodilla se
encuentra en una posición neutra en el momento de examinar el desplazamiento
anterior o posterior. Este hecho puede ser determinado mediante la flexión de
ambas rodillas a 90o y la palpación de la meseta tibial anteromedial y anterolate-
ral en la rodilla normal. En este caso, la meseta tibial anterior suele tener un
borde anterior de unos 10 mm. Si en la rodilla lesionada no es posible detectar
el borde y la cresta tibial anterior está al mismo nivel de los cóndilos femorales
medial y lateral, ello denota la existencia de un desplazamiento posterior de un
mínimo de 2+, lo que indica que el ligamento cruzado posterior se halla total-
mente inutilizado. Si la cresta tibial anterior es posterior a los cóndilos femora-
les medial y lateral, esto significa que el desplazamiento posterior es de 3+. Si el
borde es menor que en la rodilla normal pero sigue siendo palpable, entonces es
considerado como un desplazamiento 1+ (fig. 23-3). Esta palpación deberá lle-
varse a cabo con la tibia en posición neutra y rotación tibial interna para limitar
cualquier tipo de rotación posterolateral, que puede presentarse en pacientes con
una lesión combinada de ligamento cruzado posterior y ligamento posterolateral.

Lesiones del ligamento cruzado posterior combinadas con lesiones del


ligamento colateral medial o lateral
En los casos de rodillas aquejadas de lesiones graves, la laxitud en el valgo o
en el varo en el momento de plena extensión de la rodilla indica la rotura de uno
o de los dos ligamentos cruzados. La rotura más común es la que afecta al liga-
mento cruzado anterior. No obstante, también deberá sospecharse la existencia
de una lesión en el ligamento cruzado posterior. La flexión de 90o y la palpación
del borde tibial anterior deberán confirmar –o desmentir– que el ligamento cru-
zado posterior se encuentra intacto.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 360

360 MEDICINA DEL FÚTBOL

Inestabilidad posterolateral y del ligamento cruzado posterior


En el momento de valorar las lesiones del ligamento cruzado, habrá que tener
en cuenta la inestabilidad posterolateral. Si es ignorada, se producirá una grave
inestabilidad funcional aunque la lesión de ligamento cruzado sea sometida a
tratamiento.
Afectada de inestabilidad posterolateral, la tibia rotará posterolateralmente si
se soluciona la insuficiencia del ligamento cruzado posterior o del ligamento cru-
zado anterior. Como consecuencia, la inserción tibial del ligamento cruzado pos-
terior rotará internamente, dando como resultado una distancia acortada entre su
origen en el cóndilo femoral medial y su inserción tibial. Este hecho causará laxi-
tud funcional en los ligamentos cruzados posterior y anterior. La rotura aislada

Figura 23-2. Si hay una insuficiencia del ligamento cruzado posterior y la rodilla está flexio-
nada 90o, la tibia se desplaza posteriormente debido a la gravedad, y reposa en posición sublu-
xada posterior (A).
Afectada de desplazamiento anterior, la tibia se desplaza hacia delante hasta su posición neu-
tra habitual. Este desplazamiento frontal a menudo es interpretado erróneamente como un des-
plazamiento posterior positivo. De hecho, tan sólo se trata de una reducción de la subluxación
posterior. (Reimpreso con la autorización de: Clancy WG. Repair and reconstruction of the
posterior cruciate ligament. En: Chapman MW, ed. Operative orthopaedics Vol. 3. Filadelfia:
J.B. Lippincott Co., 1993;2094.)
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LESIONES DEL LIGAMENTO COLATERAL Y DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR


361

del ligamento cruzado posterior no produce un exceso de rotación tibial externa.


Por tanto, el incremento significativo de la rotación posterolateral debe producir-
se a raíz de la lesión en las estructuras posterolaterales. La lesión en el complejo
de los tendones musculares del poplíteo es la principal causa de inestabilidad
posterolateral.

Tratamiento
El método para tratar las lesiones crónicas y agudas del ligamento cruzado
posterior es objeto de controversia. Numerosos informes enfatizan el éxito del
tratamiento no quirúrgico de los pacientes con deficiencias en el ligamento cru-
zado posterior. Esto implica que, si no existe otro tipo de inestabilidad mayor de
los ligamentos, la inestabilidad funcional acompaña de vez en cuando la lesión
aguda de ligamento cruzado posterior. Otros autores creen que una deficiencia
crónica del ligamento cruzado posterior desembocará en artritis degenerativa y,
en consecuencia, concluyen que el tratamiento más apropiado es una interven-
ción temprana.
Debido a la insuficiencia del seguimiento realizado, la mayoría de los estu-
dios relativos a las técnicas quirúrgicas comunes no demuestran si la cirugía es
capaz de impedir modificaciones articulares a largo plazo asociadas con la lesión
del ligamento cruzado posterior. La completa restauración de la biomecánica del
ligamento debería producir resultados más beneficiosos. La intervención quirúr-
gica debe lograr que la rodilla sea objetivamente estable. Dado que el tratamien-
to no quirúrgico puede lograr la estabilización funcional de la rodilla –hecho que
podría desembocar posteriormente en una significativa destrucción articular–, la
cirugía sólo deberá practicarse en el caso de que se encuentre en condiciones de
proporcionar a la rodilla una estabilidad objetiva.
Con el fin de determinar si existe una disfunción intersticial completa o una
disfunción intersticial en continuidad, deberá efectuarse una resonancia magné-
tica de todas las lesiones aisladas agudas del ligamento cruzado posterior. Si la
disfunción es en continuidad, en general el tratamiento deberá ser no quirúrgi-
co. Con frecuencia, el ligamento se endurecerá, reduciendo un desplazamiento
posterior de 2+ a un desplazamiento de 1+ o a un desplazamiento de rumbo pos-
terior.

Tratamiento de las lesiones agudas del ligamento cruzado posterior


No todos los pacientes aquejados de rotura aguda del ligamento cruzado pos-
terior necesitarán cirugía mayor ligamentaria, ya que pocos desarrollarán inesta-
bilidad funcional. Aunque algunos desarrollarán una significativa incapacidad y
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362 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 23-3. Con la rodilla flexionada 90o, la plataforma tibial anterior tiene un borde anterior
de 8 a 10 mm (A). Si el ligamento cruzado posterior es insuficiente, deberá producirse una
completa pérdida de este borde, y la cara anterior de la meseta tibial (B) deberá estar nivelada
con los cóndilos femorales medial y lateral (D). Esto sería considerado un desplazamiento pos-
terior 2+. Si la meseta tibial anterior (C) está desplazada posteriormente respecto a los cóndi-
los femorales anteriores (D), esto sería considerado un desplazamiento posterior 3+.
(Reimpreso con la autorización de: Clancy WG. Repair and reconstruction of the posterior cru-
ciate ligament. En: Chapman MW, ed. Operative orthopaedics. Vol. 3. Filadelfia: J.B.
Lippincott Co., 1993;2095.)

lesión articular acelerada, ese hecho es imposible de predecir. La reconstrucción


quirúrgica puede proporcionar una mayor estabilidad estática para proteger la
rodilla de la artritis traumática temprana. Si recomienda la cirugía, el cirujano
debe tener la convicción de que la técnica quirúrgica producirá un desplazamien-
to posterior de 0 o un rastro. Un desplazamiento posterior de 1+ debe ser consi-
derado inaceptable por lo que respecta a su capacidad, para proporcionar una
excelente estabilidad biomecánica estática. Un paciente con un desplazamiento
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LESIONES DEL LIGAMENTO COLATERAL Y DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR


363

posterior superior a 2+ tiene algo más que una lesión aislada del ligamento cru-
zado posterior; en tal caso, deberá considerarse la posibilidad de realizar una
intervención quirúrgica y una reconstrucción.

Tratamiento conservador
El enfoque no quirúrgico implica la puesta en marcha de tempranos progra-
mas de rehabilitación funcional. El escayolamiento no está justificado, y puede
ser perjudicial. Durante las primeras dos semanas deberá iniciarse un vigoroso
programa de fortalecimiento del cuádriceps. El fortalecimiento de los isquiotibia-
les deberá empezar de 4 a 6 semanas después de la lesión. Si la movilidad es total
y la fuerza, la potencia y la resistencia son las mismas que las de la rodilla no
lesionada, la vuelta a un ritmo de vida intenso está permitida entre 6 y 8 sema-
nas después de la lesión. Los ejercicios de cuádriceps deberán ser practicados
tres veces por semana. En general, los pacientes que no han sido tratados con
cirugía suelen ser explorados mediante escáner óseo anual. El objetivo es detec-
tar aquellos pacientes que estén empezando a desarrollar degeneración del com-
partimiento medial o de la superficie articular rotuliana.

Tratamiento quirúrgico
La lesión del ligamento cruzado posterior incluye avulsión ósea y lesiones
intersticiales. La estabilidad en dicho ligamento es importante, y la cirugía puede
proporcionarle una consistente estabilidad objetiva. En el caso de las lesiones
óseas avulsivas del ligamento cruzado posterior, la fijación quirúrgica es objeto
de recomendación cuasi universal, y da unos excelentes resultados objetivos con
un seguimiento a largo plazo. El seguimiento debe incluir una completa evalua-
ción ligamentaria realizada bajo anestesia, y una artroscopia diagnóstica que eva-
lúe el menisco y la totalidad de los compartimientos. Una avulsión aislada del
ligamento cruzado posterior desde la tibia puede ser encarada de dos maneras. La
aproximación directa posterior proporciona la mejor vista de la avulsión y hace
que la fijación interna del fragmento con un tornillo resulte más fácil. La segun-
da aproximación combina la artrotomía anteromedial y, cuando es preciso, la
artrotomía posteromedial.
La prueba de tensión de los dispositivos ligamentarios de la rodilla que han
sufrido avulsiones óseas sugiere que puede producirse deformación plástica en el
ligamento, dando como resultado un incremento permanente de su longitud. En
consecuencia, cualquier avulsión ósea deberá ser solucionada en el momento de
la fijación para obtener una correcta longitud funcional.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 364

364 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los resultados de la reparación primaria de los desgarros intersticiales meso-


sustanciales revelan un fracaso a la hora de proporcionar estabilidad objetiva. La
reconstrucción del ligamento cruzado posterior mediante injerto del tendón rotu-
liano tiene un índice de éxito aproximado del 90% en términos de resultados
estáticos. Esta técnica ha sido mejorada con posterioridad. Probablemente, la uti-
lización del indicador de tensión para encontrar el área más fisiométrica en el
cóndilo femoral medial y en la tibia posterior ha sido la contribución más impor-
tante al incremento de la estabilidad estática. La correcta colocación del túnel
femoral y tibial es el factor técnico de mayor importancia para lograr buenos
resultados. Un injerto de tendón rotuliano de 10 mm posee la fuerza suficiente
para reconstruir la banda anterior lateral del ligamento cruzado posterior. Para
reconstruir la banda posterior medial, se practica un segundo túnel a través del
cóndilo femoral y se utiliza una tira de 6 mm del tendón del cuadríceps o un
injerto del semitendinoso para la reconstrucción.

Fisioterapia
El paciente es colocado en un movilizador de rodilla en extensión completa.
Al segundo día dan comienzo los ejercicios para la práctica de diversos grados
de movilidad (0o–90o) y el arrastre de todo su peso con muletas. Al cabo de 6 se-
manas se abandona el movilizador de rodilla, se estimula el movimiento adicio-
nal y el paciente empieza a utilizar una bicicleta estática. Asimismo, a las 6 sema-
nas también se inicia un programa de fortalecimiento del cuádriceps basado en
el incremento progresivo del nivel de movilidad. El fortalecimiento isquiotibial
empieza a los 4 meses. Correr está permitido a partir de los 4 meses, siempre que
dicha actividad se lleve a cabo cada 3 días. La participación en deportes en que
no existe contacto está permitida a partir de los 6 meses, y la participación en los
deportes de contacto a los 9 meses.

LOS LIGAMENTOS LATERALES DE LA RODILLA


El complejo ligamentario lateral de la rodilla tiene tres capas. La capa super-
ficial consiste en la banda iliotibial y el tendón del bíceps femoral. El retináculo
rotuliano configura la capa media, y la capa profunda está compuesta por el cola-
teral peroneo, el poplíteo arqueado, y la cápsula articular.
La cara lateral de la rodilla está íntimamente asociada con las estructuras
posterolaterales, que incluyen el tendón poplíteo y el complejo capsular arquea-
do-posterolateral. El complejo ligamentario sólo soporta la rotación en varo de
la rodilla. Las estructuras posterolaterales estabilizan la rodilla frente a la rota-
Documento3 16/2/05 09:44 Página 365

LESIONES DEL LIGAMENTO COLATERAL Y DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR


365

ción en varo, la rotación externa y, en menor grado, el desplazamiento posterior.


La lesión aislada del ligamento colateral lateral causa una máxima inestabilidad
en varo con la rodilla flexionada 30o. La inestabilidad en varo puede incremen-
tarse de manera significativa si se producen heridas en las estructuras postero-
laterales. La laxitud del varo en extensión indica insuficiencia de la estructura
posterolateral. Las lesiones de las estructuras posterolaterales provocan un
incremento significativo de la rotación externa de la tibia, alcanzándose la rota-
ción máxima a los 30o de flexión. Otra función importante de las estructuras
laterales es su papel de controladores secundarios del desplazamiento tibial
anterior cuando dicho desplazamiento está asociado con insuficiencia del liga-
mento cruzado anterior.

Mecanismo de la lesión
Las lesiones aisladas de los ligamentos laterales de la rodilla no son frecuen-
tes. Tienen lugar cuando en varo, a raíz de un impacto directo en la cara interna
de la rodilla, se produce la tensión necesaria para causar la lesión. Por lo gene-
ral, la rodilla contralateral protege contra este mecanismo de lesión, previnien-
do los impactos aislados sobre la cara interna de la rodilla. Este tipo de lesión
suele ocurrir cuando el contrincante intenta interceptar la pelota e impacta en el
interior de la pierna. La lesión de la cara lateral de la rodilla suele estar asociada
con la rotura de uno o de los dos ligamentos cruzados. Para evitar resultados
insatisfactorios, las lesiones de los ligamentos laterales deben ser tratadas duran-
te la reconstrucción del ligamento cruzado. Este hecho es particularmente signi-
ficativo cuando los pacientes sufren una lesión concomitante en el ligamento cru-
zado posterior y en las estructuras posterolaterales.
Con frecuencia, la lesión del complejo ligamentario colateral lateral está
acompañada de rotura extensa del complejo posterolateral y del ligamento cru-
zado posterior. Todas estas lesiones pueden ser detectadas clínicamente. A causa
de la considerable fuerza necesaria para causar estas lesiones, deberá considerar-
se la posibilidad de luxación oculta de la rodilla y practicarse un completo exa-
men neurovascular. Un significativo número de pacientes presentan signos de
lesión común del nervio peroneo.
La inestabilidad en varo con la rodilla flexionada 30o indica la existencia de
una lesión del complejo ligamentario colateral lateral. La inestabilidad en varo
con la rodilla flexionada 0o indica una lesión más extendida, que afecta las estruc-
turas posterolaterales y los ligamentos cruzados. El ligamento cruzado posterior
suele estar afectado en este tipo de lesiones. Un acusado incremento de la rota-
ción externa de la tibia –comparada con la extremidad sana– a 30o de flexión se
asocia con una lesión de las estructuras posterolaterales. Con la rodilla flexiona-
Documento3 16/2/05 09:44 Página 366

366 MEDICINA DEL FÚTBOL

da 90o, también se asocia un considerable incremento de la rotación externa con


una lesión del ligamento cruzado posterior.
Generalmente, una lesión parcial aislada del ligamento colateral lateral no
suele causar extravasación sanguínea, mientras que un desgarro completo aisla-
do suele producir una extravasación de pequeñas dimensiones. La flaccidez a lo
largo del ligamento colateral lateral confirmará el diagnóstico. La imposibilidad
de palpar la estructura laxa en varo a 30o de flexión confirma la existencia de la
lesión.

Tratamiento
Tratamiento conservador
La lesión aislada del ligamento colateral lateral es poco común. Las lesiones
no asociadas con la avulsión del ligamento colateral lateral de la estiloides pero-
neal pueden ser tratadas de manera conservadora. Los pacientes pueden iniciar
un programa de rehabilitación a medida que el dolor se lo permita, y los atletas
podrán volver a la práctica deportiva cuando la fuerza y la resistencia sean idén-
ticas a las de la pierna sana.

Tratamiento quirúrgico
Las lesiones del ligamento colateral lateral asociadas a fractura avulsiva des-
plazada de la estiloides peroneal requieren tratamiento quirúrgico. Si el fragmen-
to fracturado tiene la longitud suficiente, el fragmento del hueso puede ser rein-
tegrado en la zona fracturada empleando un tornillo eliminable de 4,5 mm y un
irrigador suave. Si el fragmento fracturado es pequeño, puede asegurarse una
sutura trenzada a través del extremo roto del ligamento y del hueso mediante per-
foraciones en el peroneo proximal.

Fisioterapia
Tras la operación, el paciente es tratado con una rodillera articulada y arras-
tre de todo su peso de 3 a 6 semanas. Al cabo de 6 semanas, el programa de reha-
bilitación avanza y da comienzo el nivel pasivo de movilidad limitada.
Las lesiones del ligamento colateral lateral asociadas con inestabilidad poste-
rolateral y lesión del ligamento cruzado posterior requieren intervención quirúr-
gica. Además de la reparación del ligamento colateral lateral, es aconsejable
practicar reparación primaria de las estructuras posterolaterales y reconstrucción
del ligamento cruzado posterior.
Después de la operación, empieza el pleno arrastre de peso y la amplitud de
movimientos pasivos de 0o a 60o, que se prolongará durante 6 semanas. En este
Documento3 16/2/05 09:44 Página 367

LESIONES DEL LIGAMENTO COLATERAL Y DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR


367

momento, está permitido realizar toda la gama de movimientos. Los ejercicios de


resistencia de los isquiotibiales suelen posponerse hasta 3 meses después de la
operación, pero los ejercicios de cuádriceps dan comienzo 6 semanas después. El
retorno a la práctica deportiva requiere un mínimo de 6 meses de agresiva reha-
bilitación.

LOS LIGAMENTOS MEDIALES DE LA RODILLA


En los deportes, la lesión medial de la rodilla es una de las más frecuentes.
Las mejoras en la evaluación y una técnica de diagnóstico más exacta han
permitido mejorar los protocolos de tratamiento. En el caso de lesión medial ais-
lada aguda de la rodilla, los resultados no quirúrgicos no difieren de aquellos
obtenidos mediante intervención quirúrgica. La insistencia en el tratamiento no
quirúrgico de las lesiones mediales de rodilla no debe llevarnos a infravalorar la
importancia de dicha lesión. Antes de que el paciente pueda volver a desarrollar
un nivel competitivo satisfactorio, será necesario llevar a cabo una rehabilitación
apropiada y proteger adecuadamente la lesión.

Mecanismo de la lesión
El ligamento colateral medial de la rodilla puede lesionarse a raíz de un
impacto directo sobre la cara externa de la rodilla, de torceduras provenientes del
pie que soporta el peso del cuerpo o de caídas en las que el peso del cuerpo trans-
mite la fuerza en valgo a la rodilla en rotación externa. El ligamento colateral
medial es el controlador primario, y su misión es impedir la rotación excesiva en
valgo.
Una anormal laxitud de las estructuras internas puede provocar inestabilidad
funcional ocasional. Esto provocará una sensación de inestabilidad durante el
cambio de dirección, en particular durante la carrera. Este hecho debe diferen-
ciarse del desplazamiento del apoyo, que produce una sensación de inestabilidad
similar. Este último caso está relacionado con la deficiencia del ligamento cruza-
do anterior, que permite la subluxación tibial anterior.
Estudios recientes muestran que hasta un 80% de las lesiones de rodilla que
se producen en los deportes de contacto, en especial el fútbol y el fútbol ameri-
cano, implican la lesión aislada del ligamento colateral medial (fig. 23-4).
La inestabilidad interna, de la que da prueba la apertura de la articulación con
tensión en valgo cuando la rodilla está completamente extendida, indica la exis-
tencia de una lesión del ligamento colateral medial, la cápsula interna, la cápsu-
la posterior y el ligamento cruzado anterior o posterior. Cualquier apertura signi-
ficativa del espacio articular cuando la tensión en valgo se aplica a una extensión
Documento3 16/2/05 09:44 Página 368

368 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 23-4. Partido de fútbol.

de 0o equivale a un desgarro del ligamento cruzado posterior. No obstante, este


hecho no ocurre en todos los casos. El desgarro suele afectar con mayor frecuen-
cia el ligamento cruzado anterior. Una acusada laxitud con la rodilla plenamente
extendida implica el desgarro de uno o de los dos ligamentos cruzados.
Una flexión de 300 hace que la cápsula posterior no pueda desempeñar su
papel de estructura estabilizadora, y ello permite la evaluación aislada del liga-
mento colateral medial. Los grados de lesión del ligamento colateral medial
dependen del grado de apertura a la tensión en valgo y de la firmeza del punto
final (tabla 23-1). El tratamiento gradual del ligamento colateral medial se
encuentra detallado en la tabla 23-2.
Debido a su inconsistente descripción del complejo proceso de reparación
del ligamento colateral medial, la literatura médica es incapaz de proporcionar
una explicación coherente de la gradación de las lesiones de dicho ligamento. El
Documento3 16/2/05 09:44 Página 369

LESIONES DEL LIGAMENTO COLATERAL Y DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR


369

Tabla 23-1.

Grados de lesión del ligamento colateral medial

Grado 1: Abertura de 0 a 5 mm con punto final


Grado 2: Abertura de 6 a 10 mm con punto final
Grado 3: Abertura de más de 10 mm sin punto final

ligamento colateral medial consta de dos partes. La mitad anterior está com-
puesto de fibras paralelas que se insertan en el epicóndilo femoral interno y que,
vistas distal y anteriormente, se insertan en la meseta tibial interna anterior,
aproximadamente a una anchura de tres dedos por debajo de la línea de la arti-
culación.
La mitad posterior del ligamento colateral medial, llamado ligamento poste-
rior oblicuo, consta de fibras colocadas en la dirección diagonal opuesta: inser-
ción de anterior a posterior en la sección posterointerno de la tibia. No se trata
de un ligamento independiente, sino de la parte posterior del ligamento colate-
ral medial.

Tabla 23-2.

Grados de lesión del ligamento colateral medial

Grado 1
Fallo de una cantidad reducida de fibras con pérdida mínima de fuerza,
mínima elongación y laxitud anormal no significativa
Grado 2
Rotura parcial de las fibras, con pérdida de fuerza en los tejidos y elonga-
ción del ligamento. Se produce apertura anormal de la cara interna, pero se
reconoce un punto final definido
Grado 3
Apertura superior a 10 mm sin punto final a la vista, coherente con la rotura
completa del ligamento.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 370

370 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los hallazgos quirúrgicos indican que los desgarros aislados de la sección


oblicua posterior ocurren raras veces, y que las fibras anteriores deben romperse
antes que las posteriores. Cuando una rodilla se abre entre 6 y 10 mm con ten-
sión en valgo a 30o de flexión, entonces es que al menos una parte de las fibras
oblicuas permanecen intactas. Cuando existe laxitud significativa a 30o de fle-
xión, entonces es que ambas partes del ligamento colateral medial están rotas y
que se ha producido una verdadera lesión de grado III.
El atleta suele asociar el modo en que se produce la lesión a partir del valgo
con un ruido seco y una sensación de inestabilidad. En el estadio agudo, se pro-
duce efusión o hinchazón localizada y flaccidez en la cara interna de la rodilla.
La flaccidez suele presentarse por encima del ligamento colateral medial, y
puede ser localizada mediante palpación, en sentido descendente, desde el epi-
cóndilo medial del fémur hasta la inserción. La inmediata hinchazón de la rodi-
lla indica un posible desgarro del ligamento cruzado anterior. Un bloqueo de la
extensión o de la flexión puede ser indicio de rotura de menisco, aunque esto
puede ser difícil de asegurar debido al espasmo muscular en el estadio agudo.
En un día, un desgarro parcial aislado puede sufrir una pérdida de entre 15o y
30 de flexión, ya que la mayor laxitud del ligamento colateral medial tiene lugar
o

entre los 20o y los 30o de flexión, que es la posición menos dolorosa.
Estudios recientes revelan que, en algunos casos, la distensión aislada del liga-
mento colateral medial va acompañada del desgarro del menisco interno. Este
hecho es coherente con el mecanismo de la lesión, en el cual una fuerza aparta,
más que comprime, la articulación interna. Un desgarro de grado II o III siempre
está acompañado de un desgarro de la cápsula meniscofemoral o meniscotibial.
Aunque es posible que se produzcan desgarros laterales de menisco y fracturas de
la meseta tibial lateral, estas lesiones ocurren con poca frecuencia. La laxitud
interna crónica produce una sensación de inestabilidad a medida que el paciente
deja de apoyarse en la pierna que soporta su peso. Este hecho se acentúa con los
giros y los pivotes realizados durante la carrera. Los pacientes se quejan a menu-
do de que la rodilla parece “moverse”. Este fenómeno es distinto al del desplaza-
miento del apoyo, en el cual el problema es más serio y se pone de manifiesto por
el hecho de que la rodilla “se desencaja”. Es necesario realizar un examen físico
para detectar una posible lesión del ligamento colateral medial de la rodilla
mediante la prueba de abducción o de tensión en valgo con la rodilla flexionada.
En tal caso, el ligamento colateral medial es el primer freno sometido a examen.
Una abertura superior a 10-15 mm sugiere la implicación de un freno secundario,
como el ligamento cruzado anterior. Las lesiones están graduadas del I al III.
La prueba de abducción con la rodilla flexionada 0o evalúa las restricciones
del ligamento colateral medial, de la cápsula y de la cápsula posteromedial. Por
Documento3 16/2/05 09:44 Página 371

LESIONES DEL LIGAMENTO COLATERAL Y DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR


371

lo general, una tensión abductora en esta posición no causa ningún tipo de aber-
tura de la articulación interna. Una ligera abertura de hasta 5 mm indica un des-
garro del ligamento colateral medial y, posiblemente, de la cápsula posterome-
dial. Una abertura de entre 5 y 10 mm indica que la cápsula posterior ya no man-
tiene su fijación secundaria. Una abertura superior a 10 mm sugiere la implica-
ción de los ligamentos cruzados.

Tratamiento
Una lesión aislada aguda del ligamento colateral medial no es un problema
que deba ser tratado quirúrgicamente. Al principio, las lesiones de grado I y
grado II son tratadas mediante la restricción de las actividades del paciente,
movilidad activa y sostenimiento de peso –según tolerancia del paciente–, hasta
que se produzca la reacción inflamatoria aguda. En este momento, se inicia un
programa de rehabilitación funcional. El retorno a la plena actividad, incluyendo
la práctica de deportes de contacto, sólo está permitido tras haber llevado a tér-
mino el programa de rehabilitación y si el examen realizado revela que la laxitud
no es significativamente anormal. Las lesiones aisladas de grado III son raras, y
es preciso descartar las lesiones asociadas del ligamento cruzado anterior, poste-
rior o del menisco. Si se ha producido una lesión del ligamento colateral medial
de grado III, el tratamiento indicado sigue siendo no quirúrgico. Lo primero es la
inmovilización de la rodilla en plena extensión y sostenimiento de pesos según
tolerancia, así como movilidad activa temprana. Esta fase debe prolongarse hasta
que la reacción inflamatoria disminuya. En ese momento, se estimula al pacien-
te a practicar movilidad activa y pasiva según tolerancia, y se inicia el entrena-
miento de fuerza. Cuando la movilidad del paciente es completa e indolora, da
comienzo el programa de rehabilitación funcional consistente en correr. Cuando
la rodilla se encuentra clínicamente estable y la rehabilitación es total, el atleta
puede volver a practicar deportes de contacto, lo que suele ocurrir entre 6 y
8 semanas después de la lesión.
El tratamiento quirúrgico está indicado en el caso de la inestabilidad crónica,
hecho que no es frecuente si los dos ligamentos cruzados son normales. A menu-
do, los pacientes aquejados de una problema funcional crónico son los que no
han completado su programa de rehabilitación. La unión de la lesión original con
escasa utilización de la pierna da como resultado la debilidad no corregida del
músculo. Un programa de rehabilitación puede restaurar el apoyo hasta el punto
de permitir alcanzar el nivel deseado de actividad sin sufrir inestabilidad de nin-
gún tipo. En ocasiones, estos pacientes necesitan una rodillera funcional como
alternativa a la reconstrucción quirúrgica. Si la inestabilidad funcional no se
Documento3 16/2/05 09:44 Página 372

372 MEDICINA DEL FÚTBOL

resuelve mediante estas medidas, la reconstrucción quirúrgica permite incremen-


tar el nivel de actividad.
El tratamiento quirúrgico puede incluir reparación del ligamento colateral
medial, mientras que las lesiones crónicas suelen necesitar una técnica recons-
tructiva. La mayoría de las indicaciones referentes al tratamiento quirúrgico de
la inestabilidad interna crónica están relacionadas con deficiencias de los liga-
mentos cruzados, generalmente del ligamento cruzado anterior. Por lo tanto, el
tratamiento quirúrgico debe incluir un procedimiento reconstructivo para el liga-
mento cruzado anterior y la inestabilidad interna.

LECTURAS RECOMENDADAS

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Documento3 16/2/05 09:44 Página 373

24 MENISCO

Barry Boden

El menisco tiene varias funciones, la más importante de las cuales es la trans-


misión de la fuerza desde el fémur a la tibia. Mientras que la pierna y la rodilla
sufren lesiones con frecuencia durante la práctica del fútbol, los giros, cruces y
apoyos inherentes al juego a menudo desembocan en lesiones de menisco. Los
estudios identifican la lesión según su ubicación en la articulación y no según el
tipo de lesión específica. Como consecuencia, existen pocas estadísticas útiles
referentes a las lesiones de menisco.
Las lesiones inestables de menisco a menudo producen síntomas mecánicos
que impiden que la rodilla desarrolle toda su gama de movimientos de manera
fluida. La eliminación del menisco hace que el cartílago articular del fémur y la
tibia soporte una carga excesiva; en consecuencia, es un factor que acelera el de-
sarrollo de la artritis. Dependiendo del tamaño y la ubicación del desgarro de
menisco, el tratamiento puede variar desde una terapia no operatoria hasta una
meniscectomía artroscópica parcial o reparación del menisco. Para el futuro se
barajan modalidades como la inyección de sustancias que estimulen la curación
del menisco o el trasplante de menisco.

ANATOMÍA
Los meniscos medial y lateral son estructuras semilunares fibrocartilaginosas
situadas entre el fémur y la tibia (fig. 24-1). La irrigación sanguínea del menis-
co, que disminuye con la edad, está limitada a un irrigación periférica de entre el
20% y el 30%. Por consiguiente, los únicos desgarros con posibilidad de cura son
los situados en la zona periférica. Aunque el menisco no contiene fibras nervio-
sas, los desgarros inestables de menisco pueden ser dolorosos, ya que el menis-
co puede presionar sobre la cápsula ricamente inervada.
Existen varias diferencias entre el menisco medial y el menisco lateral. El pri-
mero, en forma de C, cubre aproximadamente la mitad de la plataforma tibial
interna, mientras que el segundo, en forma de O, constituye algo más de las tres
Documento3 16/2/05 09:44 Página 374

374 MEDICINA DEL FÚTBOL

cuartas partes de la meseta tibial lateral. En consecuencia, los resultados de una


extracción total (meniscectomía completa) del menisco lateral suelen ser peores
que la meniscectomía medial total. El menisco medial está más firmemente suje-
to a la cápsula que rodea la rodilla que el menisco lateral. La falta de movilidad
del menisco medial da como resultado que presenta una mayor incidencia de des-
garros.

FUNCIÓN
Los meniscos actúan como absorbentes para mitigar las fuerzas transmitidas
del fémur a la tibia. Las fuerzas que cruzan la articulación de la rodilla varían

Figura 24-1. Anatomía normal del menisco.


Documento3 16/2/05 09:44 Página 375

MENISCO 375

entre 2 y 4 veces el peso del cuerpo, dependiendo de la posición de la rodilla y


de la actividad que se está llevando a cabo.
Entre el 50% y el 100% de la carga se transmite al menisco. La meniscecto-
mía puede provocar un incremento de la tensión propia del contacto entre el
fémur y la tibia de entre un 40% y un 60%. Incluso la meniscectomía parcial
puede ser causa de un incremento significativo de las fuerzas articulares de con-
tacto. La relación entre el aumento de las fuerzas y la aparición de procesos arti-
culares degenerativos ha sido probada experimental y clínicamente.

MECANISMO DE LA LESIÓN

Las lesiones de menisco son frecuentes en deportes como el fútbol, que impli-
ca cruces, giros y pivotes. La combinación de compresión con fuerzas rotaciona-
les es la causa más común de las lesiones de menisco. Estas fuerzas pueden pre-
sionar el menisco entre los cóndilos tibial y femoral, provocando un desgarro. A
medida que se flexiona la rodilla, el porcentaje de peso soportado por el menisco
aumenta de forma progresiva debido a la disminución del área de contacto entre el
fémur y la tibia. En consecuencia, la mayoría de desgarros de menisco tienen lugar
cuando la rodilla se encuentra flexionada. Hay pocos estudios que propongan
métodos para reducir las lesiones de menisco. La causa probable de este hecho es
la inevitable sobrecarga de rodilla que tiene lugar durante la práctica del fútbol.
En el caso de las lesiones traumáticas, el mecanismo de la lesión puede ser
recordado entre un 80% y un 90% de los casos. Tras una lesión producida duran-
te un giro, el deportista siente un súbito ataque de dolor en la rodilla. Con fre-
cuencia, se queja de síntomas mecánicos como el atrapamiento o la captura, que
se producen cuando el menisco roto impide a la rodilla desarrollar con normali-
dad su rango de movimientos. Aunque el dolor puede remitir al cabo de unos días
y con ello permitir la vuelta a las actividades cotidianas, pocos pacientes están en
condiciones de reemprender la práctica deportiva al mismo nivel que antes de la
lesión.

CLASIFICACIÓN
Aunque no existe un sistema de clasificación universal para los desgarros de
menisco, la mayoría pueden considerarse como traumáticos o degenerativos, y
ulteriormente dividirse según la geometría del desgarro. Los desgarros traumáti-
cos suelen observarse en los jugadores de fútbol jóvenes y activos, y pueden pro-
ducirse de manera aislada o asociados con otras lesiones ligamentarias o articu-
Documento3 16/2/05 09:44 Página 376

376 MEDICINA DEL FÚTBOL

lares. Los desgarros degenerativos suelen producirse en individuos de más edad,


y son el reflejo de la sobrecarga acumulada, de los cambios relacionados
con la edad o de ambos factores. Las cuatro formas básicas de desgarro tibial
(fig. 24-2) incluyen las configuraciones longitudinal, horizontal, oblicua y radial.
Los desgarros en asa de cubo son desgarros longitudinales extensos en los cua-
les la mitad central puede desplazarse 1800 hacia el centro de la rodilla, a menu-
do con el resultado de una rodilla bloqueada.

TRATAMIENTO
Con frecuencia, el jugador de fútbol con un desgarro de menisco tiene un
pequeño derrame en el epicentro de la lesión, flaccidez a lo largo de la línea arti-
cular medial y lateral y dolor al agacharse. El atrapamiento o la imposibilidad de
extender completamente la rodilla es un indicio de que existe una lesión de
menisco. Los exámenes que se practican con mayor frecuencia no están especí-
ficamente diseñados para el diagnóstico del desgarro de menisco, y suelen tratar
de reproducir los síntomas por medio de la manipulación de la rodilla desde
diversas posiciones. Por lo general, las radiografías no suelen revelar los cambios
debidos a un desgarro aislado agudo de menisco, pero pueden servir para descar-
tar la posibilidad de que exista un defecto óseo. La resonancia magnética es una
técnica no invasiva capaz de proporcionar una excelente vista de las partes blan-
das. Las desventajas de la resonancia magnética son el coste, el hecho de que no
permite clasificar el desgarro y la elevada incidencia defalsos positivos.
Además del menisco, los jugadores de fútbol también pueden lesionarse el
cartílago articular. Esta lesión puede parecer similar a la lesión de menisco. A
menudo, el jugador no recuerda el momento exacto en que se produjo la lesión.
Con frecuencia, el examen revela un dolor generalizado con una menor flaccidez
específica de la línea articular. Los derrames se producen con más frecuencia en
las lesiones crónicas del cartílago articular.

Tratamiento de la lesión
El tratamiento agudo de los desgarros de menisco incluye hielo, compresión y
elevación. Las muletas pueden ser utilizadas para mayor comodidad. La inmovi-
lización no es necesaria, y dará como resultado una rodilla rígida. Las opciones
definitivas de tratamiento para un desgarro de menisco incluyen el tratamiento
quirúrgico y no quirúrgico (tabla 24-1). A no ser que la rodilla se encuentre en
una posición cerrada o no sea capaz de desarrollar por completo su gama de
movimientos, la mayoría de los desgarros aislados de menisco deberán ser trata-
dos con descanso y sostenimiento de pesos protegido.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 377

MENISCO 377

Normal Oblicuo/pico de loro

Vertical-longitudinal Horizontal

Asa de cubo Radial

Figura 24-2. Clasificación de los desgarros de menisco.

Tratamiento quirúrgico
La mayoría de los desgarros de menisco precisan intervención quirúrgica. El
empleo del diagnóstico por artroscopia está ampliamente extendido para deter-
minar la localización, la estabilidad y la configuración del desgarro. Los des-
garros de grosor parcial y los desgarros estables verticales–longitudinales situa-
dos en la sección periférica vascular del menisco poseen un excelente potencial
Documento3 16/2/05 09:44 Página 378

378 MEDICINA DEL FÚTBOL

curativo sin necesidad de ninguna intervención. A menudo, estos desgarros son


descubiertos de manera accidental durante una artroscopia practicada por otros
motivos.
Para conservar la mayor cantidad posible de tejido del menisco, el tratamien-
to para los desgarros inestables y sintomáticos es una menisectomía parcial o una
reparación del menisco. La meniscectomía parcial está indicada en el caso de los
desgarros de menisco sintomáticos e inestables sin posibilidad de curación, situa-
dos en la sección interna, central o avascular, y también en los desgarros perifé-
ricos complejos. El borde del menisco suele ser alisado y torneado con el fin de
prevenir futuras lesiones.
La ventaja de la reparación del menisco es que éste es conservado en su tota-
lidad. Sin embargo, sólo los desgarros en el tercio periférico vascular tienen la
posibilidad de sanar tras la reparación por sutura. En el caso de individuos jóve-
nes, la reparación de los desgarros longitudinales o de asa de cubo suele dar bue-
nos resultados. La reconstrucción concomitante del ligamento cruzado anterior
incrementa las posibilidades de curación del menisco gracias a la hemartrosis. La
extravasión sanguínea baña el menisco con nutrientes que ayudan a su curación.

Rehabilitación
Debido a los avances en las técnicas artroscópicas y en los protocolos anes-
tésicos, la mayoría de los desgarros aislados de menisco pueden ser tratados con
procedimientos propios de pacientes externos. Inmediatamente después del diag-
nóstico por artroscopia o de la meniscectomía parcial, se permite a los pacientes

Tabla 24-1.

Tratamiento de los desgarros de menisco

Tratamiento conservador, desgarros estables en el tercio periférico


Meniscectomía parcial
Desgarros inestables en el segundo tercio del centro
Desgarros complejos
Reparaciones de menisco
Desgarros inestables en el tercio periférico
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MENISCO 379

sostener peso según su nivel de tolerancia. Durante las dos semanas siguientes,
la movilidad deberá recuperarse por completo; asimismo, durante ese tiempo se
iniciará la práctica de actividades como la natación y el ciclismo. Entre 6 y 8
semanas después, la mayoría de atletas han visto desparecer los síntomas, han
recuperado por completo la fuerza y pueden volver a jugar a fútbol.
Después de una reparación de menisco, la rehabilitación es más prolongada.
Los ejercicios de movilidad empiezan de inmediato. Para evitar las altas presio-
nes debidas al contacto durante la flexión de rodilla, durante las 6 primeras sema-
nas la mayoría de cirujanos sólo permite el sostenimiento de pesos con la rodilla
totalmente extendida. Transcurridas 6 semanas desde la operación, puede dar
comienzo un programa de rehabilitación y el pleno sostenimiento del peso. Al
cabo de 3 meses empieza la práctica de ciclismo, natación y jogging. El depor-
tista suele estar listo para volver a la competición 6 meses después de la inter-
vención quirúrgica. Algunos cirujanos abogan por programas de rehabilitación
más agresivos.

Posibilidades futuras de tratamiento


Se están investigando algunas prometedoras técnicas experimentales para los
deportistas aquejados de patologías en el menisco. Conforme los científicos van
adquiriendo una mejor comprensión de los factores biológicos responsables de la
curación del menisco, la curación de su sección avascular empieza a considerar-
se como una posibilidad. Un estudio en el que se emplearon coágulos de fibrina
arrojó resultados prometedores. Para los pacientes aquejados de una incurable
patología de menisco, el trasplante de menisco puede ser una alternativa, si bien
las primeras aplicaciones de esta técnica han tenido un éxito limitado. Los resul-
tados del trasplante de menisco en las rodillas con procesos degenerativos tam-
bién han sido pobres. Finalmente, faltan estudios referentes a los métodos para
reducir la incidencia de las lesiones de menisco.

RESUMEN
Los meniscos son estructuras dinámicas con importantes funciones de trans-
misión de pesos. Debido a las demandas del fútbol, los meniscos se lesionan con
frecuencia. Aunque un número limitado de desgarros de menisco puede ser tra-
tado no quirúrgicamente, la mayoría precisan intervención. La meta de la cirugía
es preservar la máxima cantidad del tejido meniscal para prevenir los procesos
degenerativos de la rodilla. La mejora de las técnicas artroscópicas ha hecho más
asequible este objetivo.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 380

380 MEDICINA DEL FÚTBOL

LECTURAS RECOMENDADAS

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Documento3 16/2/05 09:44 Página 381

25 PROBLEMAS
FEMORORROTULIANOS

Bruce Reider

Los problemas femororrotulianos son frecuentes en todos los deportes inclui-


do el fútbol. No obstante, estos problemas suelen producirse raramente en el fút-
bol de alta competición. Esto puede deberse al desarrollo de los músculos del
cuádriceps, que protegen a los jugadores de elite de muchas de las causas más
comunes de dolor femororrotuliano. Además, estos problemas femororrotulianos
son tan serios que los jugadores con predisposición a padecerlos quizá no lleguen
jamás a la alta competición.
La naturaleza de los trastornos femororrotulianos cambia según la edad del
deportista. Por ejemplo, los problemas rotulianos en los jugadores jóvenes de fút-
bol pueden estar influidos por las variaciones de desarrollo tales como el alinea-
miento de los miembros, la morfología rotuliana, la estabilidad rotuliana y las
variaciones displásicas del desarrollo del cuádriceps. Los deportistas de edad
más avanzada pueden sufrir modificaciones causadas por el desgaste, tales como
ataques, erosión del cartílago articular rotuliano y degeneración del tendón rotu-
liano.
A cualquier edad puede producirse un impacto que cause síntomas femororro-
tulianos. Los impactos agudos, como la caída directa sobre la rodilla, pueden
originar una fractura rotuliana abierta o, más comúnmente, condrosis traumática
del cartílago hialino de la rótula o de la tróclea femoral. El desgaste crónico tam-
bién puede causar condrosis progresiva de la rótula o tendinosis de los tendones
rotuliano o del cuádriceps. El desgaste puede estar relacionado con el chut, la
carrera o el entrenamiento de fuerza y de resistencia.

MECANISMO DE LA LESIÓN
Aunque los pacientes suelen dar descripciones distintas del dolor femororro-
tuliano, lo que normalmente intentan describir es un intenso dolor en la zona
anterior. A menudo se cogen la parte frontal de la rodilla y afirman que el dolor
está “dentro de la rodilla”, “en la parte interna de la rodilla” o “bajo la cápsula
Documento3 16/2/05 09:44 Página 382

382 MEDICINA DEL FÚTBOL

de la rodilla” (fig. 25-1). El dolor suele verse incrementado por actividades que
aumentan la compresión rotuliana, como la contracción del cuádriceps. En el fút-
bol, dichas actividades incluyen la carrera, el chute, el “aterrizaje” tras un salto
o la caída sobre la rodilla. Fuera del campo de juego, el dolor se siente al arrodi-
llarse, al sentarse en cuclillas, al subir escaleras o al sentarse con la rodilla fle-
xionada. Los atletas pueden sufrir episodios de inestabilidad funcional, descritos
como colapsos o fallos de rodilla. Estos fallos tienen lugar cuando el paciente
corre hacia delante, a diferencia de la inestabilidad funcional asociada a la insu-
ficiencia del ligamento cruzado anterior, que tiene lugar cuando el atleta está
cambiando de dirección o pivotando.

Figura 25-1. Sean cuales sean las palabras que empleen para describir sus síntomas, éste es
un gesto frecuente en los atletas con dolor femororrotuliano, con el que tratan de indicar la
existencia de un intenso dolor en la rodilla anterior.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 383

PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
383

En casos más avanzados con presencia evidente de condrosis, el atleta se que-


jará de crujidos o crepitación. Los derrames repetidos también sugieren la exis-
tencia de daños cartilaginosos avanzados. Los jugadores aquejados de luxación
rotuliana sufrirán un episodio agudo (o recurrente) acompañado de dolor inten-
so, hinchazón e incapacidad funcional. Cuando el desarrollo del mecanismo
extensor sea normal, es muy posible que el historial del paciente informe de un
episodio de impacto directo sobre la rodilla.

Figura 25-2. El ángulo Q se forma a partir de una línea que va desde la espina ilíaca antero-
superior hasta el centro de la rótula, y de una línea que va desde el centro de la tuberosidad
tibial hasta el centro de la rótula.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 384

384 MEDICINA DEL FÚTBOL

EXAMEN FÍSICO

El examen físico del atleta con síntomas femororrotulianos empieza con una
evaluación del miembro y del alineamiento del mecanismo extensor. El atleta está
derecho, con los pies juntos y mirando al frente (fig. 25-2). Las rótulas también
deben mirar hacia delante. En algunos pacientes con dolor femororrotuliano, las
rótulas bizquearán o mirarán hacia dentro, una hacia otra. El método del ángulo
Q es un modo tradicional de evaluar el miembro y el alineamiento del mecanis-
mo extensor, y se utiliza cuando el paciente se encuentra en esta posición.
El ángulo está formado por una línea que va desde la espina ilíaca anterosu-
perior hasta el centro de la rótula, y por otra que va desde el centro de la tube-
rosidad tibial hasta el centro de la rótula. Mientras el atleta está de pie, el médico
debe examinar los pies por si existe un relativo exceso de pronación o pérdida
del arco interno longitudinal. Esta deformidad del pie causa la rotación interna
de todo el miembro, que puede agravar cualquier defecto de alineación preexis-
tente.

Figura 25-3. Para medir el ángulo entre la tuberosidad y el surco, el analista dibuja una línea
por debajo del centro del tendón rotuliano, una línea perpendicular al suelo y la línea horizon-
tal creada por los cóndilos femorales cuando el paciente está sentado.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 385

PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
385

El alineamiento preexistente del mecanismo extensor también puede ser valo-


rado cuando el atleta se encuentra en posición sentada mediante la evaluación del
ángulo entre la tuberosidad y el surco (fig. 25-3). El ángulo entre la tuberosidad
y el surco se forma a partir de la línea que desciende del centro del tendón rotu-
liano, de una línea perpendicular al suelo y de la línea horizontal creada por los
cóndilos femorales. La apertura de este ángulo suele ser de aproximadamente
unos 800 en las mujeres y de unos 50o en los hombres.
Durante la inspección inicial del miembro, la prominencia formada por el vasto
oblicuo interno debe ser examinada cuidadosamente. Por lo general, este músculo
está bien desarrollado en los jugadores de fútbol. La falta de esta prominencia
sugiere, de forma bilateral, la existencia de una displasia subyacente en el meca-
nismo del cuádriceps, mientras que una disminución asimétrica en el desarrollo del
vasto oblicuo interno sugiere una atrofia debida por desuso. El siguiente paso con-
siste en verificar el alineamiento rotuliano dinámico. Sentado en el borde de la
mesa, el atleta extiende la rodilla desde los 90o hasta la plena extensión. Durante
la extensión de la rodilla, se observa el camino de la rótula. Lo normal es que la

Figura 25-4. La movilidad pasiva de la rótula (deslizamiento rotuliano) se valora desplazan-


do la rótula medialmente y lateralmente con el cuádriceps en relajación.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 386

386 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 25-5. Durante el test de aprensión, el examinador intenta simular un episodio de ines-
tabilidad presionando la rótula lateralmente mientras flexiona pasivamente la rodilla.

rótula se desplace proximalmente con una ligera desviación o ladeo en la exten-


sión terminal. Cuanto mayor es el desplazamiento lateral o la inclinación en la
extensión terminal, mayor es el potencial de inestabilidad rotuliana.
Este potencial también se verifica a partir de la medición de los deslizamien-
tos rotulianos. El grado de deslizamiento es perceptible cuando la rótula es
empujada de manera pasiva medial y lateralmente (fig. 25-4). El deslizamiento
normal suele ser de 1 cm en cada dirección. Aunque la hipermovilidad hace que
el paciente corra el riesgo de sufrir inestabilidad rotuliana clínica, muchos atle-
tas con rótulas hipermóviles no sufren problemas de inestabilidad clínica. Ésta
no suele producirse con deslizamientos rotulianos firmes.
A continuación se somete a examen la inclinación rotuliana pasiva. La cara
lateral de la rótula es elevada desde el cóndilo lateral femoral. La rigidez que
aparece durante la realización de la maniobra es un indicio del síndrome de pre-
sión lateral, en especial cuando el dolor está localizado en la cara rotuliana late-
ral. En estos casos, el analista debe palpar cuidadosamente el ligamento femo-
rorrotuliano, que puede estar fláccido.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 387

PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
387

Figura 25-6. Unos de los mejores métodos para manifestar la crepitación femororrotuliano es
palpar la rótula mientras el paciente se sube a un pequeño taburete.

El examen dinámico de la inestabilidad rotuliana es conocido como el test de


aprensión (fig. 25-5). El paciente se encuentra relajado en posición supina con la
rodilla plenamente extendida mientras la rótula es sometida a presión pasiva late-
ral y la rodilla es flexionada por encima del borde de la mesa. Esta maniobra
imita la situación de inestabilidad, y por lo general causa aprensión y suspicacia
en el paciente aquejado de subluxación o luxación rotuliana.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 388

388 MEDICINA DEL FÚTBOL

Si existe hundimiento de la superficie articular normal de la rótula o de la tró-


clea femoral, a menudo se producirá una crepitación que será posible detectar.
Una de las mejores maneras para ponerla de manifiesto es palpar la rótula mien-
tras el paciente sube a un pequeño taburete (fig. 25-6). Por lo general, la crepita-
ción será palpable y, en ocasiones, será incluso audible.
El tramo final del examen consiste en la búsqueda de zonas específicas de
flaccidez. Con la rodilla plenamente extendida, la rótula está subluxada pasiva-
mente y es posible palpar la cara medial. A continuación, la rótula es presionada
lateralmente y la cara lateral es examinada de manera similar. El test de compre-
sión rotuliana, que se realiza mediante una ligera presión en la rótula al tiempo
que la rodilla es flexionada pasivamente, puede ser doloroso para el paciente y,
por tanto, debe ser practicado con cuidado.
La presión lateral de la rótula tensará el ligamento lateral femororrotuliano,
que con frecuencia puede ser palpado de manera independiente. La flaccidez de
dicho ligamento, combinada con dolor localizado en la cara lateral de la rótula y
deslizamientos rotulianos firmes, sugiere la existencia del síndrome de compre-
sión rotuliano lateral.
La hinchazón localizada puede ser indicio de un trastorno específico en el
mecanismo extensor. La hinchazón y la flaccidez de la tuberosidad tibial son las
características de la enfermedad de Osgood-Schlatter, propia de la adolescencia.
La enfermedad de Sinding-Larsen-Johanssen es poco frecuente, y se distingue
por la flaccidez y por la prominencia en el polo inferior de la rótula. En los depor-
tista de mayor edad, la hinchazón y la flaccidez en el polo inferior de la rótula
son indicadores de tendinitis rotuliana.

EXAMEN RADIOLÓGICO

En los casos de dolor femororrotuliano moderado, el tratamiento puede ini-


ciarse sobre bases clínicas sin necesidad de hacer radiografías. Éstas suelen rea-
lizarse en caso de dolor permanente o agudo, en especial en el atleta de más edad
o si se producen derrames o crepitación. El propósito de estas radiografías es la
detección de los cambios óseos, tales como la artritis degenerativa o la osteocon-
dritis disecante de la articulación femororrotuliana, la búsqueda de cuerpos libres
u otros fragmentos de fracturas causadas por la inestabilidad rotuliana, el descar-
te de otras patologías óseas y la ayuda en la evaluación clínica del alineamiento
rotuliano (fig. 25-7).
Una radiografía anteroposterior de pie resulta muy útil como herramienta de
evaluación del alineamiento tibiofemoral y de los cambios degenerativos, si bien,
por otra parte, quizá sea la vista menos útil para la detección de anomalías pro-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 389

PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
389

Figura 25-7. Osteocondritis disecante de la rótula en un jugador de fútbol del instituto en


radiografías lateral (A) y de perfil (B) (flechas).
Documento3 16/2/05 09:45 Página 390

390 MEDICINA DEL FÚTBOL

pias de la articulación femororrotuliana. La vista anteroposterior también resulta


de utilidad en la valoración de la rótula bipartita, que suele caracterizarse por el
fragmento óseo supralateral flotante. Aunque este hallazgo puede ser fortuito, la
movilidad patológica en la unión fibrosa del fragmento accesorio de la rótula
principal puede causar dolor localizado.
La proyección radiológica lateral tiene varios usos. Es la mejor proyección
para detectar las osificaciones que pueden formarse en el interior del tendón rotu-
liano cerca del tubérculo tibial en la enfermedad de Osgood-Schlatter o cerca del
polo inferior del rotuliano en la enfermedad de Sinding-Larsen-Johanssen.
Debido a que estas osificaciones pueden perderse de vista con facilidad, estas
zonas deben ser examinadas con una luz brillante en caso de que la presencia de
hinchazón localizada en el adolescente despierte nuestras sospechas.
Los osteófitos rotulianos degenerativos se ven mejor en vista lateral. Los indi-
cios de afilamiento de los costados posterosuperior o posteroinferior de la rótula
vistos lateralmente pueden ser el primer signo de formación de osteófitos. La
altura rotuliana –la relación entre la longitud del tendón rotuliano con el resto de
dimensiones de la rótula y de la rodilla–, también puede ser verificada en la pro-
yección lateral. La rótula alta, o rótula en un nivel más elevado de lo normal, ha
sido relacionada con la inestabilidad rotuliana. Se calcula la relación entre la
medida de longitud más larga de la rótula y la longitud del tendón rotuliano, sien-
do considerada como rótula alta una relación menor de 0,8. Este método puede
ser difícil de utilizar si la forma de la rótula es poco común o si la localización
de la tuberosidad tibial es difícil de determinar en la radiografía.
La proyección tangencial, a menudo llamada vista axial, o de perfil, es impor-
tante en la evaluación radiológica de la articulación femororrotuliana. Por lo
general, es la vista que permite detectar mejor la osteocondritis disecante de la
rótula o de la tróclea femoral. Los osteófitos, los cuerpos libres o las fracturas
avulsivas, que suelen producirse en la cara interna de la rótula durante los epi-
sodios de luxación rotuliana, pueden ser vistos en esta proyección. Asimismo,
también es visible el estrechamiento del espacio articular en presencia de artritis
femororrtuliana avanzada.
Si se obtiene de la manera habitual, la vista tangencial resulta útil en la clasi-
ficación de la morfología rotuliana y en la detección de los elementos causantes
del mal alineamiento. La vista de Merchant es el más popular de los métodos
estándar, y se obtiene cuando el paciente flexiona sus rodillas 45o sobre el borde
de la mesa de reconocimiento mientras el foco radiológico es dirigido a ambas
articulaciones femororrotuliana formando un ángulo de 30o con el eje del fémur.
El ángulo del surco femoral troclear es perfilado y bisectado. El ángulo situado
entre dicho bisector y la línea que une el eje de la rótula y el punto más profun-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 391

PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
391

Medial Lateral

LO
NGU
Á
SUR
CO

Figura 25-8. El ángulo de congruencia de Merchant está formado por la bisectriz del surco
troclear y la línea que va del eje de la rótula al punto más profundo del surco troclear en una
radiografía simple.

do del surco troclear se llama ángulo de congruencia (fig. 25-8). A medida que
la rótula se desplaza lateralmente, se incrementa el ángulo de congruencia. Según
los estudios de Merchant, un ángulo de congruencia lateral o positivo de 16o o
superior indica la existencia de una subluxación lateral rotuliana. Aunque sujeta
a error debido a la colocación rotacional del fémur, la inclinación rotuliana o la
rotación en plano transversal también pueden ser valoradas mediante esta pro-
yección. En condiciones ideales, la cara lateral de la rótula sería paralela a la cara
lateral de la tróclea femoral. Cuanto más converjan lateralmente ambas caras,
más probable resulta la presencia de una inclinación lateral anormal.
Se ha dicho que la tomografía computerizada es un método de evaluación del
mal alineamiento rotuliano más fiable que los demás. La inclinación rotuliana
puede ser determinada de un modo más exacto comparando la orientación de la
cara lateral con la orientación de una línea formada por las caras posteriores de
los cóndilos laterales.
Como se trata de un procedimiento caro y laborioso, la tomografía compute-
rizada suele reservarse para el momento de optar por la cirugía si el seguimien-
to clínico y radiológico de rutina se han mostrado insuficientes.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 392

392 MEDICINA DEL FÚTBOL

TRATAMIENTO DE LA LESIÓN

Conservador

Las opciones de tratamiento conservador deberían ser suficientes para la


mayoría de jugadores de fútbol con problemas femororrotulianos. Aunque la
cirugía es la última opción en caso de dolor, es posible que los jugadores aque-
jados de un dolor lo suficientemente intenso como para necesitar tratamiento qui-
rúrgico no puedan volver a jugar a fútbol incluso tras una intervención exitosa.
De modo similar, es probable que los pacientes con inestabilidad rotuliana debi-
da a una significativa diplasia del cuádriceps no sean los candidatos adecuados
para la práctica del fútbol de alta competición. Por otra parte, los pacientes con
mecanismos extensores normales que sufran una luxación rotuliana tras un
impacto agudo específico quizá puedan volver a la práctica del fútbol después de
una reparación quirúrgica.
Muchos aspectos del tratamiento conservador entran dentro de la categoría de
técnicas de fisioterapia, incluyendo aplicación de vendaje y/o rodillera rotuliana,
ejercicios de fortalecimiento, de flexibilidad, modalidades de fisioterapia y orto-
sis del pie.
Los agentes analgésicos y antiinflamatorios juegan un papel limitado en el
tratamiento de estos trastornos. Las prescripciones rutinarias de antiinflamatorios
no esteroideos no parecen incrementar de manera significativa el estado de los
pacientes aquejados únicamente de dolor. En consecuencia, esta medicación está
reservada para los casos de evidente derrame sinovial. La recomendación a los
atletas suele ser que limiten el uso de ciertos fármacos, como el ibuprofeno, a
los casos en que los episodios específicos de dolor les impongan la necesidad de
emplearlos. Las técnicas de crioterapia también son útiles para lograr efectos
analgésicos.
Diana Gray, terapeuta ortopédica en jefe de la Universidad de Chicago, ha
esbozado los cuatro principios básicos para el tratamiento del dolor femororrotu-
liano:
1. Evaluar y rehabilitar la totalidad de la parte inferior de la extremidad.
2. Entrenar de la manera más funcional posible.
3. Comprender que el control, la resistencia y el equilibrio son más importan-
tes que la fuerza.
4. No permitir que el paciente sienta dolor durante el ejercicio.

No todos los jugadores necesitarán un elaborado programa de tratamiento.


Los deportistas con dolor moderado o intermitente pueden ser tratados de mane-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 393

PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
393

ra apropiada con un simple programa casero, que puede consistir en un ejercicio


modificado de cuádriceps y en el uso de una rodillera funcional rotuliana. El
objetivo del programa de cuádriceps es el fortalecimiento ulterior del músculo a
través de un rango motriz que no cause dolor ni crepitación. Para la mayoría de
los pacientes, esto significa evitar los últimos 30o a 40o de extensión durante los
ejercicios de extensión de la rodilla con resistencia progresiva. Con el fin de
aumentar la flexión de la rodilla, puede colocarse una cuña bajo el muslo, de ese
modo será posible practicar los ejercicios de extensión de rodilla en un ángulo
aproximado de entre 110o y 40o. Si existe un arco de movimiento concreto duran-
te el cual el paciente siente crepitación o dolor femororrotuliano, deberá enseñar-
se al paciente a evitar dicho arco durante los ejercicios de extensión de rodilla.
Si no existe ningún arco doloroso, se insta al paciente a ejercitarse en una gama de
flexión comprendida entre los 110o y los 40o. En cada sesión, los pacientes deben
practicar dos o tres series de 15 a 20 repeticiones, utilizando pesos ligeros de 1
kg para aumentar poco a poco su resistencia. Para impedir que el miembro sano
haga el trabajo del miembro sintomático, cada pierna es ejercitada de manera
independiente.
Si los síntomas son moderados, no es preciso realizar modificaciones en la
actividad deportiva. Si es preciso, la práctica puede ser suavizada o acortada sin
necesidad de interrumpirla por completo. El deportista es equipado con una rodi-
llera rotuliana e instado a llevarla en todas las actividades en las que pudieran
desatarse los síntomas. La rodillera elástica provista de una abertura oval para
la cápsula de la rodilla y una plantilla o una almohadilla circular que rodea dicha
cápsula es la más efectiva. Las rodilleras elásticas de punto suelen ser mejor tole-
radas que las rodilleras de neopreno. Los progresos del deportista son comproba-
dos entre 6 y 12 semanas después del inicio del tratamiento.
Los deportistas aquejados de síntomas más intensos o aquéllos a los que este
sencillo programa casero no aporta resultados son tratados con un programa más
complejo supervisado por un terapeuta o por un entrenador. En el programa
supervisado, la rodillera rotuliana suele verse reemplazada por una funda
McConnell. Ésta puede ser definida como una rodillera rotuliana personalizada
y adaptada a la biomecánica de la rodilla del paciente. Asimismo, el programa
supervisado incluye sostenimiento de pesos por la rodilla, el muslo y el pie, ejer-
cicios de flexibilidad para la banda iliotibial, los isquiotibiales y los gemelos,
biorretroalimentación, estimulación eléctrica del músculo y ortosis del pie.
En el momento de determinar el programa de tratamiento, el terapeuta reali-
za un completo examen del paciente utilizando muchas de las pruebas descritas
en la sección titulada “Examen físico” en la pág. 384. El terapeuta intenta hallar
un retináculo lateral rígido o una banda iliotibial rígida, un vasto oblicuo interno
Documento3 16/2/05 09:45 Página 394

394 MEDICINA DEL FÚTBOL

débil, escasa resistencia del cuádriceps, rotación anormal de la cadera (versión),


excesiva pronación del pie y flexibilidad limitada del cuádriceps, de los isquio-
tibiales o del gastrocnemio y el sóleo.
La de McConnell es una nueva y controvertida modalidad de tratamiento. La
técnica fue desarrollada por la terapeuta australiana Jenny McConnell, y su popu-
laridad se ha extendido por todo el mundo. En la literatura médica de nuestros
días, las investigaciones serias sobre la eficacia de la banda McConnell son esca-
sas. Desde un punto de vista empírico, es un accesorio útil en el tratamiento del
dolor femororrrotuliano. De hecho, la banda McConnell no pretende ser otra
cosa que un elemento beneficioso dentro un programa de tratamiento completo.
Aunque dicha banda puede aliviar temporalmente los síntomas, lo normal es que
éstos vuelvan a producirse en cuanto la banda haya sido retirada. El objetivo del
programa con la banda McConnell es hacer que el paciente deje de sufrir dolor
durante un tiempo para que pueda realizar ejercicios de flexibilidad y otras téc-
nicas de rehabilitación.
No todos los pacientes son buenos candidatos para la aplicación de la banda
McConnell. Ésta debe debe utilizarse cuando el atleta sufra un dolor que pueda
ser reproducido por una prueba estándar. A tal efecto, clínicamente suele emple-
arse el descenso de un taburete, aunque una carrera estándar o unos ejercicios
con pelota pueden ser más apropiados en ciertos casos. Cuando no hay duda de
que la prueba practicada es capaz de suscitar el dolor, la banda McConnell es uti-
lizada de manera sistemática. Tras la aplicación de cada uno de los componentes
de la banda, la prueba se repite para averiguar si el dolor ha remitido. La banda
McConnell se considera completa cuando el dolor desaparece. Si el dolor no
puede ser eliminado por completo mediante la banda, ello indica que el paciente
no es un candidato apropiado para este tipo de técnica.
McConnell describe la aplicación de la banda como un intento de modificar
cuatro componentes de alineamiento rotuliano:

1. El deslizamiento, o traslación medial-lateral del plano coronal.


2. La inclinación, o rotación del plano transversal.
3. La rotación, o rotación del plano coronal.
4. La inclinación anteroposterior, o rotación en el plano sagital.

Estos cuatro componentes son lo primero que debe verificar un terapeuta en


el momento de tratar a un paciente. La prueba se lleva a cabo para comprobar que
su reproducción del dolor es fiable. Para proteger la piel de las tensiones de roza-
miento causadas por la banda, la parte anterior de la rodilla es protegida con un
esparadrapo adhesivo (fig. 25-9). La corrección del deslizamiento, el cometido
Documento3 16/2/05 09:45 Página 395

PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
395

Figura 25-9. Para proteger la piel de las tensiones de rozamiento causadas por la banda, en
primer lugar se aplica un esparadrapo circular sobre la rodilla.

Figura 25-10. La corrección más común del deslizamiento rotuliano implica la presión inter-
na de la rótula.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 396

396 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 25-11. La corrección de la inclinación rotuliana empieza en la rótula media y con la


presión interna y posterior de la banda.

más útil e importante de la aplicación de la banda, se realiza en primer lugar. Esto


suele llevarse a cabo aplicando la banda en la zona anterior de la rodilla y pre-
sionándola internamente (fig. 25-10). A continuación vuelve a repetirse la prue-
ba del dolor para ver si éste ha remitido. Es frecuente que la acción inicial de la
banda proporcione el alivio suficiente como para que no sea necesario proseguir
su aplicación.
En segundo lugar, se intenta corregir la inclinación rotuliana. Dado que la
inclinación anormal suele producirse lateralmente, la banda es aplicada en el cen-
tro de la rótula y presionada interna y posteriormente en un intento de reducir la
inclinación rotuliana lateral patológica (fig. 25-11). Aunque la existencia de cam-
bios mensurables en la inclinación rotuliana como resultado de la aplicación de
esta banda no ha sido demostrada, es posible que los cambios de posición rotu-
liana necesarios para alterar los síntomas sean tan pequeños que no puedan ser
detectados con las técnicas usuales.
Después de la aplicación del componente de inclinación de la banda, vuelve
a realizarse la prueba de dolor. Nuevamente, el alivio del dolor hace que la apli-
cación ulterior de la banda sea innecesaria.
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PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
397

Figura 25-12. Los dos componentes finales de la banda son la rotación (A) y la inclinación
anteroposterior (B). La meta de esta etapa final del proceso es retraer el polo superior de la
rótula y presionar anteriormente el polo inferior.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 398

398 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 25-13. Durante los ejercicios de rehabilitación, como el que mostramos aquí, puede
colocarse un mecanismo de biorretroalimentación sobre el vasto oblicuo interno para estimu-
larlo durante la realización del ejercicio.

Los dos componentes finales de la banda son la rotación y la inclinación ante-


roposterior (fig. 25-12). Con esta última etapa del proceso suele pretenderse retraer
el polo superior de la rótula y presionar anteriormente sobre el polo inferior. Si el
dolor no aumenta con la aplicación de la banda, o en caso de que la piel no la tole-
re, puede utilizarse una rodillera rotuliana. Si ninguna de estas técnicas tiene éxito,
entonces debe ponerse en práctica el siguiente programa de rehabilitación.
Un objetivo del programa de rehabilitación es fortalecer el vasto oblicuo
interno en relación con el resto del cuádriceps. El vasto oblicuo interno es un
importante estabilizador rotuliano dinámico que puede verse inhibido por
el dolor rotuliano, dando como resultado un potencial círculo vicioso en que el
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PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
399

Figura 25-14. Un ejercicio que intenta aumentar la actividad del vasto oblicuo interno
mediante sentadilla parcial mientras se sostiene una pelota entre las rodillas.

dolor provoca inhibición del vasto oblicuo interno, que a su vez causa mala ali-
neación rotuliana, la cual, por su parte, causa más dolor. Los métodos para incli-
nar el vasto oblicuo interno durante la rehabilitación del cuádriceps incluyen la
práctica de ejercicios de pesas para el cuádriceps, en los que la extensión de
la rodilla se combina con la aducción del muslo y el uso de biorretroalimentación
(fig. 25-13). La figura 25-14 muestra un ejemplo de tal ejercicio. El atleta prac-
tica sentadillas parciales mientras, simultáneamente, sostiene una pesada pelota
de goma entre sus rodillas.
En muchos pacientes, la inclinación patológica lateral de la rótula está asocia-
da a rigidez en la banda iliotibial. La inclinación suele ser corregida mediante la
combinación de técnicas indirectas de estiramiento, que el paciente practica
varias veces al día, y estiramientos manuales realizados por el terapeuta.
Es posible que otros factores con repercusión sobre el alineamiento funcional
de los miembros deban ser corregidos en algunos pacientes. Por ejemplo, la debi-
lidad o la falta de resistencia del glúteo medio puede causar el hundimiento de la
pelvis y la mala alineación del miembro. En el caso de estos pacientes, es impor-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 400

400 MEDICINA DEL FÚTBOL

tante practicar estiramientos del glúteo medio. En otros pacientes, la hiperprona-


ción del pie causa incremento de la rotación interna en toda la parte baja del
miembro. La prescripción de ortopedia funcional neutral puede ayudar a estos
pacientes.
A medida que los síntomas mejoran, los jugadores temporalmente apartados
del fútbol empiezan a correr de manera controlada y a practicar ejercicios con
pelota. Cuando los deportistas estén listos para volver a la práctica del fútbol,
deberán seguir practicando los ejercicios como base de mantenimiento.

RESUMEN
Si un futbolista sufre problemas femororrotulianos, la aplicación de un trata-
miento conservador hará que los síntomas disminuyan y le permitirá, en la mayo-
ría de los casos, seguir en la competición.
Los problemas de inestabilidad moderada también pueden ser receptivos al
tratamiento conservador. En todos los casos, el tratamiento debe ajustarse a cada
paciente en base a sus factores etiológicos anatómicos y funcionales.

LECTURAS RECOMENDADAS

Fulkerson JP, Kalenak A, Rosenberg TD, y cols. Palletofemoral pain.


Instructional Course Lectures. American Academy of Orthopaedic Surgeons
1992;XLI: 577-591.
Fulkerson JP, Shea KP. Disorders of palletofemoral alignment. J Bone Joint Sur
1990;72-A:1424-1429.
Fulkerson JP. Hungerford DS-disorders of the palletofemoral joint, 2ª ed.
Baltimore: Williams & Wilkins, 1990.
Fulkerson JP. The etiology of palletofemoral pain in young, active patients. Clin
Orthop 1983;179:129-133.
Malek MM, Mangine RE. Palletofemoral pain syndromes: a comprehensive and
conservative approach. J Orthop Sports Phys Ther 1981;2:108-116.
McConnell J. The management of chondromalacia patellae: a long-term solution.
Austral J Physioter 1986;332:215-223.
Radin EL. A rational approach to the treatment of palletofemoral pain. Clin
Orthop 1979;144:107-109.
Reider B, ed. Palletofemoral join surgery. Operative Techniques in Sports
Medicine, Vol 2 #4. 1994;237-342.
Shea KP, Fulkerson JP. Rehabilitation of the palletofemoral joint. En: Griffin LY,
ed. Rehabilitation of the injured knee. St. Louis: Mosby Year Book, 1995.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 401

26 LESIONES
CARTILAGINOSAS
DE RODILLA
William E. Garrett, Jr.
Donald T. Kirkendall

Las lesiones en el cartílago articular están suscitando una atención creciente


entre los profesionales de la medicina relacionados con el fútbol. Durante los
últimos años, el interés por los aspectos básicos y clínicos del ligamento cruza-
do en relación con la práctica del fútbol ha dado como resultado un acuerdo
general en lo referente a su diagnóstico y tratamiento. En contraste con ello, se
ha escrito poco acerca de las lesiones del cartílago articular, y no hay acuerdo
respecto al modo de tratar esta patología. Aunque la mayoría de estas lesiones
pueden ser tratadas de una manera que permita el retorno a la práctica deportiva,
algunas de ellas acaban con las carreras de los deportistas.
La rodilla consta de dos tipos de cartílagos. Todas las articulaciones sinovia-
les que pueden moverse libremente tienen una fina capa de cartílago articular que
rodea los extremos de los huesos. Este cartílago hialino posee una notable con-
sistencia, compresión, elasticidad y capacidad para distribuir las cargas. Las
células están separadas por amplios espacios. Estas funciones, unidas a la baja
densidad de las células, permiten minimizar la tensión en el hueso subcartilagi-
noso situado bajo el cartílago. El cartílago contiene una inervación neural relati-
vamente escasa, carece de drenaje linfático y está prácticamente desprovisto de
vasos sanguíneos. Debido a su falta de vascularidad, las inflamaciones causadas
por las lesiones en el cartílago son pequeñas. Las células del cartílago articular
reciben sus nutrientes del líquido sinovial que baña todas las superficies de la
articulación. En muchas personas, el funcionamiento normal de la articulación
puede durar toda la vida.
El segundo tipo de cartílago presente en la rodilla, el menisco, en forma de
dos lunas crecientes, está compuesto de fibrocartílago y resulta muy apropiado
para absorber las cargas de la rodilla. Estas almohadillas están situadas en la cara
plana de la tibia. Cuando un atleta ha sido tratado con artroscopia a causa de una
Documento3 16/2/05 09:45 Página 402

402 MEDICINA DEL FÚTBOL

lesión de rodilla y vuelve a la competición tan sólo unas semanas después, se


puede asumir que el menisco fue sometido a excisión parcial. Se hallará una dis-
cusión más extensa del menisco en el capítulo 24.

EPIDEMIOLOGÍA
Los únicos datos disponibles sugieren que pueden hallarse defectos cartilagi-
nosos en aproximadamente un 4% de las artroscopias, lo que da a entender que
está lesión es poco frecuente. No obstante, y como veremos más adelante, se trata
de una lesión que puede ser pasada por alto con facilidad. Aunque no dispone-
mos de datos fiables referentes a la incidencia de las lesiones cartilaginosas en
los deportes, en el caso del fútbol la incidencia parece ser elevada. Una descrip-
ción reciente de la experiencia clínica con jugadores de fútbol informó que, en
un plazo de entre 5 y 7 años, 13 jugadores de fútbol se vieron afectados por un
total de 21 lesiones de cartílago. Otros informes no proporcionan estimaciones
razonables de la incidencia de la lesión. Sin embargo, las lesiones en el cartílago
relacionadas con la práctica deportiva parecen producirse con mayor frecuencia
en los campos de juego de deportes como el fútbol, el lacrosse, el hockey sobre
hierba, el rugby y los deportes relacionados.

MECANISMO DE LA LESIÓN

Se cree que las lesiones cartilaginosas están relacionadas con determinados


factores que predisponen a sufrir una lesión. La carrera de larga distancia es uno
de ellos. Los profesionales adultos del fútbol suelen correr distancias de 10 km
por partido. Asimismo, el fútbol también obliga al jugador a realizar intensas
acciones de pivote y giro, hecho que puede provocar elevadas fuerzas de roza-
miento en la rodilla. Las zapatillas o botas de fútbol están diseñadas para la trac-
ción y para permitir rápidos cambios de dirección o de ritmo; en consecuencia,
están pobremente acolchadas. Aunque los jugadores de baloncesto también rea-
lizan giros, las distancias que acumulan son distintas, y además sus zapatillas
están mejor acolchadas. En el caso de los jugadores sobre hielo, el impacto tam-
bién se reduce, ya que dichos jugadores patinan en lugar de correr. Los jugado-
res de fútbol americano no cubren las mismas distancias que los jugadores de fút-
bol. Sea como sea, no existen muchos datos provenientes de los deportes men-
cionados que sirvan para confirmar o desmentir estas ideas.
Las lesiones cartilaginosas han sido clasificadas según su apariencia durante
la artroscopia o según un examen superficial (fig. 26-1). A menudo, el cartílago
Documento3 16/2/05 09:45 Página 403

LESIONES CARTILAGINOSAS DE RODILLA


403

Tipo I Tipo II Tipo III

Tipo IV Tipo V Tipo VI

Figura 26-1. Clasificación de las lesiones cartilaginosas. (Reimpreso con autorización de:
Harris JR. Chondral lesions. En Baker C, ed. The Hughston Sports Medicine Book. Fuente:
Williams & Wilkins, 1995.)

se encuentra fibrilado o presenta una superficie anormal, dando la impresión de


que la lesión se produce desde la superficie hacia la base. Otro tipo de lesión con-
siste en una fractura cartilaginosa desde la base articular hasta el cartílago calci-
ficado, con rotura posterior del cartílago en la unión entre el cartílago blando y
el cartílago calcificado. Esta unión se llama punto de enlace. La superficie de la
solapa laminada del cartílago puede parecer normal. No obstante, el examen del
cartílago demuestra la inestabilidad del fragmento cartilaginoso.
Las lesiones cartilaginosas pueden implicar a cualquiera de las superficies
articulares de la rodilla. Las localizaciones más comunes son los cóndilos femo-
rales, la tróclea y la rótula.
El cartílago tiene una limitada capacidad de autorregeneración. En parte, esto
es debido a su falta de riego sanguíneo y a la necesidad de reparación de las célu-
las indiferenciadas (las células pueden diferenciarse en varios tipos mediante las
señales apropiadas). Las células disponibles están perfectamente encajadas en
una matriz, lo que limita su movilidad y el potencial para desplazarse a las zonas
dañadas del cartílago. La baja densidad de las células y su poca capacidad para
Documento3 16/2/05 09:45 Página 404

404 MEDICINA DEL FÚTBOL

desplazarse a las zonas dañadas determina que la reparación del cartílago puede
verse dificultada por la falta de tejido vivo. El desgarro puede extenderse al rica-
mente vascularizado hueso subcartilaginoso, permitiendo el acceso del riego san-
guíneo a la zona dañada.
Las fracturas han sido clasificadas según su apariencia artroscópica (fig. 26-1).
La tabla 26-1 esboza la apariencia descriptiva de las lesiones. La figura 26-2
muestra una vista artroscópica de un tipo de defecto cartilaginoso. Algunos de
estos defectos pueden ser difíciles de detectar en la artroscopia. Para ilustrarlo,
imagínese una rotura en una alfombra. Si la rotura ha sido alisada, puede ser
imposible de detectar a no ser que previamente exista una sospecha de rotura.
Éste es precisamente el caso de las lesiones cartilaginosas. La cirugía debe ser
practicada con las máximas precauciones, o el defecto no será detectado. A causa
de esta dificultad, es posible que la cantidad del 4% citada previamente sea exce-
sivamente baja.
El diagnóstico de los defectos cartilaginosas es difícil porque no existen indi-
cios definitivos al respecto. Pueden describirse síntomas vagos que sugieren pro-
blemas de menisco, como el atrapamiento, la captura o el desplazamiento. Con
frecuencia, el paciente siente una sensación dolorosa durante y después del par-
tido. Aunque es posible que meses atrás hubiera tenido lugar un episodio traumá-
tico, una lesión aislada difícilmente se recuerda. Por la mañana, la rodilla puede
estar rígida y tener dificultades para el movimiento. Probablemente, subir esca-
leras será más difícil que bajarlas. El giro o la rotación pueden causar dolor, y
puede aparecer o no derrame en la rodilla. Durante la flexión y la extensión, la
rodilla puede crujir o quedarse atrapada.
Ulteriores prospecciones quirúrgicas pueden sugerir la implicación del
menisco. Dependiendo de la cantidad de tiempo que el jugador haya pasado

Figura 26-1.

Clasificación de los defectos cartilaginosas

Tipo I: rotura lineal


Tipo II: rotura estrellada
Tipo III: solapa cartilaginosa
Tipo IV: cráter cartilaginoso
Tipo V: apariencia fibrilar
Tipo VI: degradada
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LESIONES CARTILAGINOSAS DE RODILLA


405

Figura 26-2. Fotografía artroscópica de una lesión cartilaginosa. (Reimpreso con la autoriza-
ción de: Harris JR. Chondral lesions. En: Baker C, ed. The Hughston Sports Medicine Book.
Media: Williams & Wilkins, 1995.)

aquejado por la lesión, puede existir cierta atrofia del cuádriceps. El derrame
puede estar presente o no, si bien es más común en las lesiones crónicas que en
las lesiones de menisco. Puede observarse flaccidez en la línea de la articulación
que rodea la zona defectuosa. Los movimientos extremos de flexión y extensión
suelen causar dolor. La presión femororrotuliana directa puede poner de mani-
fiesto una cierta flaccidez. En ausencia de lesión en los ligamentos, la articula-
ción no suele estar aquejada de inestabilidad. Las radiografías simples aportan
poco al diagnóstico. La resonancia magnética no es apropiada en el caso de las
lesiones cartilaginosas, aunque sí lo es en las lesiones de menisco. La única
manera de obtener un diagnóstico terminante es la artroscopia, de manera que el
diagnóstico de una lesión cartilaginosa es una diagnóstico clínico confirmado
artroscópicamente.

TRATAMIENTO DE LA LESIÓN
El mejor tratamiento inicial es el conservador. Si no hay razón para sospechar
la existencia de problemas de menisco, el atleta puede volver a jugar. El dolor
será la principal guía en el momento de determinar el grado de participación en
el deporte. Algunos pacientes con dolencias cartilaginosas mejoran de manera
espontánea. Aunque los síntomas pueden persistir durante meses, a veces no son
lo suficientemente graves como para impedir la práctica deportiva. A menudo,
los derrames persistentes son el indicio de una lesión cartilaginosa. Las lesiones
cartilaginosas pueden mejorar con el tiempo. No se ha comprobado si la terapia
física u otras medidas conservadoras aumentan la velocidad de la recuperación.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 406

406 MEDICINA DEL FÚTBOL

Los ejercicios repetitivos de baja intensidad pueden ser la mejor elección para la
terapia, poniendo énfasis en los ejercicios sin impacto, como el ciclismo o la
natación.
En ocasiones, la afección debe ser tratada quirúrgicamente. Se extraen las
piezas sueltas del cartílago hasta conseguir la estabilidad del borde del cartílago
hialino. La base de la lesión (aunque la superficie de la lesión parezca un hueso,
todavía está cubierta por una capa de fibrocartílago) es perforada o raspada para
estimular el crecimiento del fibrocartílago. Si el defecto se localiza exclusiva-
mente en el cartílago, la rotura quirúrgica dará como resultado la proliferación de
células cartilaginosas en la zona que rodea la lesión.
Si la afección se extiende a través del cartílago hacia el hueso vascular sub-
cartilaginoso, tras la intervención suele aparecer inflamación. El defecto óseo y
una parte del defecto cartilaginoso se llenan de nuevas células y de la matriz. En
los 6 meses siguientes, el defecto del hueso subcondral se llena con células óseas
y vasos sanguíneos. La sección cartilaginosa raras veces se llena por completo, y
el tejido resultante es una mezcla de tejido hialino y fibrocartilaginoso.
Básicamente, el pronóstico depende del tamaño de la lesión. Si ésta es peque-
ña y no altera la función normal de la articulación, entonces hay más posibilida-
des de que sane que si se tratara de una afección de mayor tamaño. En estudios
realizados con animales, se practicaron lesiones de entre 2 y 3 mm. Los tejidos
empezaron a regenerarse unas 12 semanas después. En el caso de los humanos,
las lesiones oscilan entre los 5 mm y los 20 mm y necesitan un tiempo de recu-
peración más prolongado. Aunque el factor edad no ha sido investigado de forma
sistemática, las articulaciones sinoviales jóvenes, inmaduras y en fase de creci-
miento se regeneraron más completamente que las pertenecientes a adultos
esqueléticamente maduros.
Sobre el proceso terapéutico adecuado se sabe poco. Tras la intervención, se
inicia un retorno gradual a la actividad atlética. La tabla 26-2 resume los pasos.
Existen discrepancias respecto a los distintos niveles de rehabilitación: unos abo-
gan por la protección de la rodilla, mientras que otros defienden el sostenimien-
to de peso y la movilidad según tolerancia. Durante la primera semana tras la
cirugía, se recomienda movimiento pasivo continuo. Para la mejora de la movi-
lidad, se insta al deportista a practicar movimientos cíclicos (ciclismo, natación),
ya que estas actividades no obligan a soportar peso. El movimiento cíclico esti-
mula la nutrición del cartílago y, más tarde, estimula la diferenciación celular,
hecho que acelera la curación. El estiramiento debe realizarse en arcos de movi-
miento que no causen dolor. Si la lesión es antigua, quizá sea necesario corregir
la atrofia. No obstante, la escasez de fuerza puede deberse a la inhibición causa-
da por el dolor, lo que indicaría que los ejercicios de estiramiento pueden no ser
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LESIONES CARTILAGINOSAS DE RODILLA


407

necesarios. Sea como fuere, la fuerza es importante. Aunque incrementa las fuer-
zas femororrotulianas, la fuerza también aumenta la actividad del cuádriceps, lo
que puede disminuir los impactos articulares. Otra fuente de controversia refe-
rente al entrenamiento de fuerza es la cuestión actividades en cadena abierta fren-
te a actividades en cadena cerrada. Las actividades en cadena abierta incremen-
tan las fuerzas de tensión en la gama comprendida entre los 0o y los 30o, mientras
que las actividades en cadena cerrada aumentan la tensión en la gama compren-
dida entre los 60o y los 90o. Dado que las anomalías pueden producirse en cual-
quier lugar de los cóndilos del fémur o de la rótula, la efectividad de estos méto-
dos es imprevisible. Conocer la localización de la lesión ayuda a saber qué méto-
do hay que usar.
El retorno a las actividades de impacto tiene que ser gradual para permitir la
curación completa, el incremento de fuerza y la absorción del impacto. Hasta que
la rodilla alcance la plenitud funcional, pueden pasar entre 3 y 6 meses. Si la
lesión es inferior a 1 cm, lo normal es que el jugador pueda volver a desarrollar
plenamente su actividad con escasos síntomas residuales. Si la lesión es de
mayor envergadura, en especial aquellas lesiones superiores a 2 cm, sólo puede
esperarse un alivio parcial, e incluso la lesión puede aumentar.
Las lesiones rotulianas pueden no recuperarse tan bien como las lesiones de
los cóndilos femorales o de la tróclea. Se desconoce si la vuelta al fútbol acelera
el progreso de la lesión.
En la actualidad, la cirugía está indicada con el fin de mitigar el dolor y para
preservar la función. Aun considerando la presencia de abrasión subcartilagino-

Tabla 26-2.

Etapas en la rehabilitación posquirúrgica


de los defectos cartilaginosos

Sostenimiento de peso según tolerancia


Movilidad según tolerancia
Movimiento cíclico
Estiramientos (en arcos que no añadan fuerzas compresivas / de rozamiento al
defecto)
Ningún impacto entre 1 y 3 meses
Progresión gradual hacia actividades de impacto
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408 MEDICINA DEL FÚTBOL

sa, se desconoce si los resultados a largo plazo de la cirugía son superiores a los
del tratamiento conservador. El cartílago regenerado no es el cartílago hialino
normal, y los estudios experimentales desmienten el hecho de que la cirugía
pueda conducir a la regeneración del cartílago normal. Por consiguiente, el trata-
miento conservador parece el apropiado cuando los síntomas no impiden la prác-
tica deportiva. Aunque el tratamiento quirúrgico permite la mejora sintomática y
da la posibilidad de volver a la práctica deportiva, es posible que no proporcio-
ne una curación completa.

RESUMEN
Los jugadores de fútbol sufren con frecuencia lesiones cartilaginosas de la
rodilla. Los síntomas son dolor persistente y dolor relacionado con la actividad.
El examen suele revelar derrame y la característica flaccidez lineal de la lesión
de menisco. El diagnóstico se basa en la presentación clínica, ya que las radio-
grafías y resonancia magnética pueden ser insuficientes. Con frecuencia, el tra-
tamiento conservador es el más adecuado. Cuando dicho tratamiento no permite
el retorno a la actividad deportiva, el tratamiento quirúrgico puede ser beneficio-
so. Suele lograrse un alivio sintomático y, en general, es posible volver a jugar.
No obstante, el dolor puede no desaparecer por completo y, asimismo, existe la
posibilidad de que la lesión progrese.

LECTURAS RECOMENDADAS

Buckwalter, JA. Mechanical injuries of the articular cartilage. En: Finerman


GAM, Noyes, FR, eds. Biology and biomechanics of the traumatized synovial
joint: the knee as a model. Rosemont, IL: American Academy of Orthopedic
Surgeons, 1992.
Harris JR. Chondral lesion. En: Baker C, ed. The Hughston Sports Medicine
Book. Fuente: Williams & Wilkins, 1995.
Levy A, Garrett WE. Chondral delamination of the knee in soccer players.
Presentado en el 3er Congreso Mundial sobre Ciencia y Fútbol. Cardiff, Gales,
1995.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 409

27 DISTENSIONES
MUSCULARES

William E. Garrett, Jr.

Las distensiones musculares son bien conocidas por los jugadores de fútbol y
por los profesionales de la medicina implicados en su tratamiento. La lesión indi-
recta del músculo no está causada por un impacto directo, sino más bien por un
estiramiento o una tensión excesivas. Con frecuencia, estas lesiones indirectas
son llamadas distensiones o tirones. En el lenguaje de la ingeniería, la distensión
es una medida precisa del estiramiento. La distensión es citada a menudo como
la lesión más frecuente en las actividades deportivas, y comprende aproximada-
mente el 30% del total de las lesiones tratadas por la medicina deportiva.

EPIDEMIOLOGÍA
Existen numerosos estudios sobre la epidemiología de las lesiones. La pierna
es el miembro que se lesiona con mayor frecuencia, y el tobillo es la zona más
afectada. Estos estudios epidemiológicos calculan que las distensiones constitu-
yen entre el 10% y el 30% de todas las lesiones del fútbol. Aunque pueden cau-
sar la pérdida de tiempo de juego, muchos jugadores lesionados siguen tomando
parte en la competición sin tener en cuenta la significativa disminución de su ren-
dimiento.

MECANISMO DE LA DISTENSIÓN MUSCULAR

Cada deporte está afectado de un tipo de distensión muscular característico.


Los requerimientos fisiológicos del fútbol incluyen la carrera de velocidad, de
resistencia, la aceleración y desaceleración rápidas, los súbitos cambios de direc-
ción, los saltos, los remates de cabeza y muchas otras actividades que someten
los grupos musculares a situaciones de riesgo. Los más expuestos a lesión son los
músculos del muslo. Las distensiones son más frecuentes en el fútbol que en
cualquier otro deporte. Las más comunes son las distensiones de los isqiotibia-
les, seguidas de las distensiones del cuádriceps.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 410

410 MEDICINA DEL FÚTBOL

Las distensiones de los isquiotibiales se producen durante el esprint, al esti-


rar la pierna para disparar o atrapar el balón o durante los chuts altos. Se carac-
terizan por el dolor en la parte posterior del muslo, en cualquier parte entre las
nalgas y la corva. A menudo aparecen hematomas (equimosis) en la parte poste-
rior del muslo y en la corva. La extensión de la rodilla, la flexión del muslo, el
esprint y el acto de chutar causan dolor. Cualquiera de los músculos de los
isquiotibiales puede sufrir una lesión proximal (cerca de las nalgas) o distal
(hacia el hueco poplíteo). Los estudios mediante resonancia magnética muestran
que el riesgo es particularmente elevado en la cabeza larga del bíceps femoral y
en el músculo semimembranosos.
El segundo grupo muscular más afectado por las distensiones es el cuádri-
ceps. Los principales momentos de riesgo del grupo extensor de la rodilla tienen
lugar durante la realización de potentes chuts y en el instante en que el pie entra
en contacto con el suelo, con la consiguiente activación del cuádriceps. El
músculo recto femoral es el único componente del grupo del cuádriceps que
cruza dos articulaciones, y es el músculo que se lesiona con mayor frecuencia.
Puede lesionarse distalmente y comprimirse proximalmente. El resultado es una
prominente masa muscular en el muslo proximal. El músculo también puede
sufrir una lesión interna desde alguna posición de la sujeción proximal. El resul-
tado es una prominente protuberancia muscular proximal.
Los músculos aductores también se lesionan con frecuencia. El aductor largo
es el más expuesto a padecer una lesión. Ésta suele producirse cuando el muslo es
aducido para disputar un balón o forzado a la aducción (por ejemplo, durante un
resbalón en un campo húmedo). La flaccidez suele estar localizada en la zona
interna del muslo, cerca de la ingle. La lesión se sitúa a lo largo de la unión pro-
ximal del músculo y el tendón, si bien también puede localizarse distalmente
cerca de su unión al fémur. La lesión suele ser parcial y no produce una gran asi-
metría. El dolor causado por la lesión impide la aducción del muslo y los chuts
potentes con el empeine.
Hay otros músculos que sufren lesiones, pero en menor medida que los
músculos del muslo. El tríceps sural y la cabeza interna del gastrocnemio pueden
sufrir distensiones durante la práctica del fútbol. La lesión suele estar situada
medialmente en la pantorrilla. La lesión en los músculos de la espalda también
es frecuente. Estas lesiones causan dolor cuando los chuts o los cabezazos poten-
tes obligan a realizar enérgicos movimientos de tronco.
Todas estas lesiones son frecuentes en el fútbol. Los estudios mediante reso-
nancia magnética han definido en cada caso los músculos con mayor índice de
riesgo. En general, el diagnóstico puede elaborarse basándose en el historial con-
creto y el examen físico.
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DISTENSIONES MUSCULARES
411

Las lesiones indirectas o de no contacto sufridas por los músculos esqueléti-


cos incluyen las agujetasa, la distensión parcial y la rotura total del músculo. La
posibilidad de que sobrevengan dichas patologías es mayor cuando se realizan
ejercicios excéntricos. Las agujetas se caracterizan por debilidad e inflamación
muscular generalizadas, que llegan al máximo 1 o 2 días después del ejercicio
excéntrico y que no suelen provocar una afección a largo plazo. Por el contrario,
la distensión parcial y la rotura total del músculo causan un dolor local más inten-
so y dan como resultado una afección más significativa. Se trata del típico tirón
o distensión muscular, que causan un agudo dolor al deportista durante la prácti-
ca del ejercicio. Este capítulo se centra en las distensiones musculares agudas,
incluyendo la lesión parcial y la rotura total. En un esfuerzo por sentar las bases
de un consenso referente a la fisiopatología, el mecanismo y los métodos de pre-
vención y tratamiento de la lesión, se discutirán las observaciones clínicas y los
datos procedentes de la experimentación con animales.

TRATAMIENTO DE LA LESIÓN
Tratamiento conservador

Las estrategias de tratamiento para las distensiones musculares son variables,


y a menudo suelen basarse más en la práctica clínica que en los datos científicos.
El tratamiento inmediato suele consistir en reposo, hielo, compresión de las par-
tes blandas y de las extremidades afectadas. Las modalidades adicionales de tra-
tamiento suelen incluir terapia física estimuladora de la movilidad, ejercicios de
fortalecimiento funcional y medicación. Entre otros, los medicamentos emplea-
dos incluyen anestésicos, analgésicos, relajadores musculares y antiinflamatorios
(agentes esteroideos y no esteroideos). La administración de antiinflamatorios no
esteroideos suele iniciarse lo antes posible y prolongarse durante un breve perí-
odo de tiempo (de 5 a 7 días), ya que pueden interferir en la subsiguiente repara-
ción y remodelación de los tejidos. En caso de que haya tenido lugar una lesión
grave, en ocasiones se recomienda un período de descanso protegido (mediante
una abrazadera o una escayola).
El proceso de reparación de las distensiones implica dos hechos contrapues-
tos: la regeneración de las fibras musculares a partir de las fibras disponibles y las
células circundantes, y la producción simultánea de tejido conectivo cicatrizal.
Los antiinflamatorios no esteroideos, que inhiben la producción de prostaglandi-
na, suelen recetarse para inhibir la respuesta inflamatoria. A pesar de sus conoci-
dos efectos sobre la inhibición de la prostaglandina, los estudios no han consegui-
do demostrar que la administración de antiinflamatorios no esteroideos disminu-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 412

412 MEDICINA DEL FÚTBOL

ya el edema muscular o la hinchazón tras una lesión aguda. Es posible que las
consecuencias de la inhibición de la producción de prostaglandina sean escasas,
ya que otros mediadores inflamatorios como la histamina, la serotonina y los radi-
cales libres oxigenados no se ven afectados por los efectos inhibitorios causados
por los no esteroideos. Respecto al papel de dichos fármacos en el tratamiento de
las distensiones musculares agudas, aún quedan muchas preguntas por responder.
Por ejemplo, no se conocen ni la óptima distribución temporal de la terapia ni la
adecuada periodicidad de la administración. Asimismo, cabe la posibilidad de que
las propiedades analgésicas de los antiinflamatorios no esteroideos promuevan
una rehabilitación más temprana y efectiva tras la lesión debido más a su capaci-
dad para reducir el dolor que por sus efectos sobre la inflamación.
Tradicionalmente, los médicos han aconsejado un período de inmovilización
del músculo y de la extremidad inferior. Cuando las fibras musculares se inmo-
vilizan durante un largo período de tiempo en condiciones de estiramiento, la
consecuencia inmediata es que las fibras se vuelven más grandes y las miofibri-
las que las constituyen aumentan su longitud. En principio, las longitudes de los
sarcómeros también se incrementan, pero vuelven a recuperar su longitud normal
al cabo de unas semanas. Se añaden sarcómeros adicionales a la unión del ten-
dón y el músculo, con lo cual la relación entre longitud y tensión pasa a ser nor-
mal, de manera que la misma elongación genera una menor cantidad de fuerza
pasiva. La inmovilización prolongada puede tener efectos perniciosos, como la
atrofia muscular, la pérdida de extensibilidad y fuerza muscular, y una propen-
sión creciente a volver a lesionarse. En consecuencia, el tratamiento más exten-
dido consiste en un breve período de inmovilización seguido de una temprana
movilización. La base de esta estrategia de tratamiento son ciertos datos experi-
mentales que ponen de manifiesto que, tras una contusión muscular, la moviliza-
ción temprana (de 3 a 5 días después de la lesión en el caso de las ratas) aumen-
ta las propiedades mecánicas del músculo y disminuye la cantidad de tejido mus-
cular necrótico. Respecto a la duración adecuada de la inmovilización y al
momento oportuno para reemprender la movilidad tras una distensión aguda, no
disponemos de datos referidos a los seres humanos. Asimismo, no existen estu-
dios dedicados a evaluar las diferentes técnicas de rehabilitación.

Fisioterapia

En el momento de llevar a cabo la rehabilitación de la mayoría de las disten-


siones, nuestras preferencias se decantan por una terapia en la que participa el
resto del músculo –sin necesidad de inmovilización–, unido a ejercicios de movi-
lidad y estiramiento. Si el control del estiramiento corre a cargo del atleta lesio-
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DISTENSIONES MUSCULARES
413

nado, es poco probable que el propio atleta provoque un aumento de la zona de


la lesión; además, estirará el tejido de la zona afectada. A medida que se restau-
ra la movilidad, se inician unos moderados ejercicios de fortalecimiento. Los
ejercicios isométricos, concéntricos e isocinéticos de baja intensidad son muy
útiles. Cuando el paciente se siente más cómodo, se aumenta la intensidad y
empieza la práctica de la carrera y de ejercicio ligero. La carrera de velocidad,
los cruces y los ejercicios con pelota se añaden cuando el paciente puede tolerar-
los. Una vez reemprendida la competición, estas lesiones suelen volver a produ-
cirse en un elevado número de casos. Antes de volver al terreno de juego, es
aconsejable haber recuperado la práctica totalidad de la fuerza, la habilidad fun-
cional y la movilidad.

Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico ha sido recomendado en casos puntuales de com-
pleta separación de la unidad del músculo y el tendón. La lesión en dicha unión
es difícil de reparar. La necesidad de poner fin al dolor o de recuperar el funcio-
namiento adecuado puede obligar a la rotura total del origen o de la inserción de
todas o de una de las cabezas de una unidad musculotendinosa. Aunque la rotu-
ra total del aductor largo puede provocar la aparición de una masa visible, dicha
rotura no suele causar un gran déficit funcional. No obstante, existe la posibili-
dad de que se produzca la rotura total del tendón de los isquiotibiales a partir del
isquion, hecho que obligaría a practicar una religación que permitiera proseguir
la actividad atlética. De modo similar, una distensión en el recto femoral en la
que se vea afectada la cabeza indirecta puede ser perjudicial para el futbolista,
sobre todo si tiene lugar durante un chut en posición forzada.

PREVENCIÓN DE LA LESIÓN
Hay factores que predisponen al músculo a sufrir distensiones. La mayoría de
atletas realizan estiramientos porque se cree que previenen las lesiones muscula-
res. Otro difundido método de prevención es un calentamiento adecuado. Los
programas de entrenamiento que comprenden los ejercicios apropiados de calen-
tamiento y estiramiento pueden disminuir la incidencia de las lesiones muscula-
res. No obstante, estos programas entrañan un cierto número de variables, y el
efecto de cada uno de estos factores no ha sido determinado.
Los músculos se lesionan con mayor frecuencia durante las acciones excén-
tricas, mientras se resisten a la elongación. Los músculos podrían ser protegidos
mediante la adquisición de una mayor capacidad de estiramiento antes de la
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414 MEDICINA DEL FÚTBOL

lesión, o de resistencia durante la elongación. Los estudios en animales muestran


la importancia de otros factores. Los músculos en contracción excéntrica desace-
leran el movimiento articular para controlar y absorber la energía. La fatiga de-
semboca en una menor absorción de energía antes del fallo. Pero la fuerza per-
mite que el músculo absorba más energía antes de que dicho fallo se produzca.
Este hecho ha sido mostrado por la estimulación diferencial del músculo, de la
que se desprende que una mayor producción de fuerza da como resultado la
absorción de una mayor cantidad de energía antes del fallo.
Una lesión menor predispone a una lesión más importante. Por consiguiente,
el seguimiento médico y la precaución en el momento de volver a la actividad
deportiva pueden impedir la extensión de la lesión. Estudios realizados en Suecia
muestran que una cuidadosa supervisión puede ser un factor de utilidad en la pre-
vención de las lesiones en el fútbol.
Además de las aludidas medidas preventivas de estiramiento y calentamien-
to, existen algunos factores adicionales que pueden evitarse. Se cree que el can-
sancio predispone al músculo a sufrir una lesión. Asimismo, se cree que una
lesión previa predispone al músculo afectado a sufrir una lesión posterior.
Aunque la consideración de estos factores como importantes factores de riesgo
es creencia común, existen pocos datos clínicos o de laboratorio que corroboren
dicha opinión.

ESTUDIOS CLÍNICOS DE LAS DISTENSIONES MUSCULARES


Mecanismo de la lesión en el laboratorio

A pesar del gran número de datos clínicos referidos a las lesiones en los
músculos esqueléticos, se desconoce la manera exacta en que se producen las
distensiones musculares. Desde un punto de vista clínico, se acepta que las dis-
tensiones musculares se producen en respuesta a la elongación forzosa de un
músculo, ya sea pasivamente (sin activación muscular) o, más a menudo, cuan-
do el músculo se encuentra activado (contracción excéntrica). Las contracciones
excéntricas incrementan el riesgo de que el músculo se lesione debido a las fuer-
zas producidas por el elemento contráctil y por las fuerzas extrínsecas que esti-
ran el músculo.
Los músculos más susceptibles a las lesiones son los que abarcan dos articu-
laciones o biarticulares. Estos músculos cruzan dos o más articulaciones y están
sujetos a elongación en más de una. Otra característica de los músculos que
sufren lesiones con mayor frecuencia es su capacidad para limitar la gama de
movimientos de una articulación a causa de la intrínseca rigidez del músculo. Por
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DISTENSIONES MUSCULARES
415

ejemplo, los músculos de los isquiotibiales pueden limitar la extensión de la rodi-


lla cuando el muslo está flexionado. De un modo similar, el gastrocnemio puede
limitar la flexión dorsal del tobillo cuando la rodilla está extendida. Los múscu-
los con riesgo de lesión funcionan a menudo de manera excéntrica para contro-
lar y regular el movimiento. Gran parte de la actividad muscular implicada en la
carrera y en el esprint es excéntrica. Por ejemplo, los isquitibiales actúan en
menor medida flexionando la rodilla que disminuyendo la velocidad de la extre-
midad inferior durante la extensión de la rodilla. De manera similar, el cuádri-
ceps actúa tanto para impedir la flexión de la rodilla como para impulsarla duran-
te la carrera.
Los esprinters o corredores de velocidad son los atletas que sufren distensio-
nes musculares con mayor frecuencia. Estas lesiones son muy comunes en los
deportes y en las posiciones que requieren súbitos cambios de velocidad o de
aceleración y desaceleración, como el fútbol americano, el baloncesto, el rugby,
el fútbol y la carrera de velocidad.

Modificaciones estructurales causadas por la


distensión muscular

Los datos clínicos relativos a los cambios que sufre un músculo afectado de
distensión son relativamente escasos. La lesión puede ser parcial o total depen-
diendo de si la unidad musculotendinosa ha sufrido una rotura considerable. Las
roturas totales se caracterizan por el hecho de que, en reposo, se detecta una asi-
metría muscular en el contorno del miembro lesionado al compararlo con el
miembro sano. Cuando se produce la contracción, el músculo lesionado mostra-
rá una protuberancia hacia el costado afectado, que seguirá estando ligado al
hueso.
La lesión directa o contusión provoca la lesión del músculo en el punto de
contacto. Sin embargo, la localización de los cambios patológicos en un múscu-
lo tras una distensión no ha sido definida con claridad hasta hace poco. El punto
vulnerable de una distensión causada por lesión indirecta parece situarse cerca de
la unión musculotendinosa o la unión oseotendinosa. En algunos músculos, la
extensión de la unión musculotendinosa es a menudo sorprendente. Por ejemplo,
los músculos isquiotibiales tienen una unión musculotendinosa extendida en la
zona posterior del muslo. El tendón proximal y las uniones musculotendinosas
del bíceps femoral y el semimembranoso se extienden a lo largo de la mitad de
la longitud total de estos músculos. Aunque la exploración quirúrgica de las dis-
tensiones musculares no se practica con mucha frecuencia, la literatura médica
recoge un cierto número de resultados provenientes de dichas exploraciones.
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416 MEDICINA DEL FÚTBOL

Estos estudios confirman la existencia de roturas cerca de la unión musculoten-


dinosa en la cabeza interna del gastrocnemio (erróneamente llamadas roturas del
plantar delgado), en el músculo recto femoral, en el músculo tríceps braquial, en
el músculo aductor largo, en el músculo pectoral mayor y en el músculo semi-
membranoso. Más recientemente, los estudios con imágenes de alta resolución
han localizado lesiones de los isquiotibiales en la región de la unión musculoten-
dinosa. La tomografía computerizada revela que, en la zona de la lesión, las áreas
de baja densidad coexisten con los edemas, en todos los casos examinados. En
otro estudio, 50 atletas con distensiones musculares agudas fueron explorados
mediante tomografía computerizada o resonancia magnética dentro de las 96 ho-
ras que siguieron a la lesión. En la resonancia magnética, las imágenes pondera-
das en T2 fueron las más efectivas a la hora de identificar los intercambios libres
de líquidos y diferenciar estas zonas de los tejidos lesionados. Por el contrario,
las imágenes ponderadas en T1 se mostraron más apropiadas como herramientas
para la detección específica de hemorragias. Dentro de un grupo muscular sinér-
gico, algunos músculos tendían a lesionarse más que otros. Por ejemplo, el aduc-
tor largo era el más afectado por las lesiones de todos los músculos aductores, y
el recto femoral era el músculo del cuádriceps que se lesionaba con mayor fre-
cuencia. Se desconocen las causas de estos hechos. En todos los casos, la lesión
se produjo en la unión musculotendinosa, con contingentes fluidos de la zona
lesionada extendiéndose a lo largo del epimisio. El tejido muscular remoto de la
unión musculotendinosa mostró extensas lesiones y cambios junto con edemas e
inflamaciones.
Aunque tras la lesión muscular suele aparecer una extravasación sanguínea,
lo normal es tardar 1 o 2 días en detectar la equimosis subcutánea. Los depósitos
sanguíneos subcutáneos demuestran que la pérdida de sangre no está limitada al
músculo, sino que se escapa a través del perimisio y la fascia hacia el espacio
subcutáneo. En otros casos, la ultrasonografía muestra que puede producirse
extravasación sanguínea y que un hematoma o un seroma pueden colocarse entre
el tejido muscular y el compartimiento fascial circundante. Este hecho contrasta
con las exploraciones de las contusiones musculares directas, en las que la extra-
vasación sanguínea a menudo se produce en el interior del músculo.

DATOS EXPERIMENTALES SOBRE LAS DISTENSIONES


MUSCULARES AGUDAS
Los músculos esqueléticos están sujetos a una amplia gama de situaciones de
carga in vivo, y resulta difícil reproducir experimentalmente la cinemática y la
cinética de estas situaciones. Uno de los primeros estudios sobre las distensiones
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DISTENSIONES MUSCULARES
417

musculares demostró que el tendón normal no se rompía cuando la unidad mus-


culotendinosa fue sometida a una distensión hasta el fallo muscular. Más bien, el
fallo tenía lugar en la unión musculotendinosa, en la unión miotendinosa o en el
interior del músculo. Previamente, nuestro laboratorio estudió la recuperación en
los músculos del miembro posterior de un conejo sometidos a laceración y repa-
ración. Este modelo ha sido adaptado para el estudio de las distensiones muscu-
lares agudas.
Los primeros experimentos mostraron que la activación del músculo normal
por la mera estimulación nerviosa no causaba rotura completa o parcial. La fuer-
za disminuyó y se produjo el fallo en la excitación, pero no se produjo ninguna
rotura. Para conseguir una lesión muscular microscópica o extensa, era necesaria
la elongación del músculo. Las fuerzas producidas en el momento del fallo sin
activación muscular equivalían a varias veces la máxima fuerza isométrica pro-
ducida por el músculo en sí mismo. Estos datos sugieren que, en las distensiones
musculares, el componente pasivo de la fuerza muscular total puede ser tan
importante como el componente activo. Desde estos experimentos iniciales, se
han puesto en marcha varios estudios para investigar diversos aspectos de las dis-
tensiones musculares.

Lugar de la lesión

Los estudios clínicos muestran que la unión musculotendinosa es el lugar más


afectado por las distensiones musculares agudas. Las lesiones en la unión mus-
culotendinosa o cerca de ella han sido reproducidas en laboratorio mediante dis-
positivos de prueba. El motivo por el que la unión musculotendinosa es propen-
sa a las lesiones aún resulta un tanto oscuro. Este hallazgo no hubiera sido pre-
visto por una teoría que atribuyera el fallo a la máxima tensión, ya que la unión
musculotendinosa tiene una sección cruzada de mayor tamaño y las mismas car-
gas que el tendón distal. Los datos recientes sugieren que la predisposición de la
unión musculotendinosa a las lesiones puede deberse a grandes distensiones
situadas localmente en el lugar de la lesión.

Elongación activa

Se idearon unas condiciones para evaluar las poderosas contracciones excén-


tricas durante las cuales se cree que tienen lugar las lesiones. Los músculos fue-
ron estirados hasta el fallo bajo tres condiciones de activación neuromotora: 1)
estimulación tetánica; 2) estimulación submáxima; y 3) no estimulados. La esti-
mulación muscular no modificó el lugar del fallo, la unión musculotendinosa. La
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418 MEDICINA DEL FÚTBOL

deformación total debida al fallo fue la misma en los tres grupos. La fuerza en el
momento del fallo era un 15% más elevada en los músculos estimulados. No obs-
tante, la energía absorbida fue aproximadamente un 100% superior en los múscu-
los estirados hasta el fallo. Estos datos confirman la importancia del papel de los
músculos como absorbentes de energía. Aunque los componentes pasivos del
músculo estirado tienen la capacidad de absorber energía, este potencial se incre-
menta considerablemente con la contracción muscular activa.
El concepto descrito anteriormente puede explicar el modo en que el múscu-
lo puede prevenir tanto una lesión que le afecte a sí mismo como a las estructu-
ras articulares asociadas. La capacidad de absorción del músculo consta de dos
componentes. El componente pasivo no depende de la activación muscular y per-
tenece a los elementos del tejido conectivo del interior del músculo. Esto inclu-
ye las fibras musculares y el tejido conectivo asociado con la superficie celular
y situado entre las fibras. Asimismo, dentro del elemento contráctil del músculo
existe una capacidad adicional para absorber energía (fig. 27-1). Durante los
pequeños desplazamientos musculares, la mayoría de la absorción de energía se
debe al componente activo. En consecuencia, las condiciones que disminuyen la
capacidad contráctil del músculo pueden disminuir su capacidad para absorber
energía. La fatiga y la debilidad musculares se consideran a menudo factores que
predisponen a la lesión muscular.

Lesiones parciales (no rompedoras)

Los estudios previamente citados evaluaban la biomecánica del músculo esti-


rado hasta el fallo para lograr una completa rotura muscular. Muchas de las dis-
tensiones musculares no desembocan en la rotura total y en la disociación de la
unidad musculotendinosa, sino en lesiones parciales o incompletas. En un inten-
to de mejorar la comprensión de las distensiones parciales, se han realizado
diversos experimentos. Se crearon lesiones no rompedoras por medio de la elon-
gación del músculo pasivo hasta un 80% de la fuerza necesaria para provocar el
fallo del músculo contralateral. Los estudios histológicos muestran que las lesio-
nes no rompedoras que afectan músculos enteros causan la rotura de un reduci-
do número de fibras musculares cerca de la unión musculotendinosa (fig. 27-2).
Las fibras no se rompen en la unión de la fibra muscular y el tendón, sino en el
interior de la fibra a poca distancia del tendón.
En principio, las lesiones no rompedoras se caracterizan por la rotura y por
una cierta hemorragia intramuscular. Entre 1 y 2 días después, tiene lugar una
pronunciada reacción inflamatoria. Aparecen las células inflamatorias invasoras
y el edema. A los 7 días, la reacción inflamatoria es sustituida por un incremen-
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DISTENSIONES MUSCULARES
419

DEFORMACIÓN SEGÚN LONGITUD Y TENSIÓN

Músculo estimulado
FUERZA

Músculo pasivo

LONGITUD

Figura 27-1. Las diferencias en la energía relativa absorbida hasta el fallo en los músculos
estimulados frente a los músculos pasivos se muestran en el área comprendida bajo cada curva
de longitud-tensión.

Figura 27-2. Lugar de la distensión (flecha) en el músculo tibial anterior lesionado (I) de un
conejo. A su lado se muestra un músculo sano (C) para permitir la comparación.

to del tejido fibroso cerca del lugar de la lesión. Aunque hay algunas fibras mus-
culares regeneradoras, no bastan para restaurar las condiciones histológicas nor-
males, y la presencia de tejido cicatrizal es persistente.
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420 MEDICINA DEL FÚTBOL

La recuperación funcional del músculo puede ser determinada mediante el


examen fisiológico de la máxima producción de fuerza en respuesta a la estimu-
lación nerviosa.
Inmediatamente después de la lesión, el músculo está en condiciones de pro-
ducir un 70% de la fuerza generada por el músculo sano. Pero 24 horas después,
lo normal es que la capacidad de producción de fuerza haya disminuido hasta
situarse en el 50%. Pasados 7 días, se produce una recuperación de un 90%,
hecho que demuestra que la recuperación del aparato contráctil es relativamente
rápida. Estos resultados han sido confirmados en trabajos posteriores dedicados
a evaluar los efectos de los antiinflamatorios no esteroideos sobre la curación de
las lesiones musculares. Dichos estudios también evaluaron la fuerza tensora del
músculo tras una distensión no rompedora. Siete días después de la lesión, la
fuerza tensora era del 77% respecto a la del músculo sano. Por contraste, la capa-
cidad de generación de fuerza activa se acercó a un 90% de la de dicho múscu-
lo. Según estos datos, la fuerza tensora puede ser un indicador de la susceptibili-
dad del músculo a las lesiones. Por tanto, una lesión previa puede predisponer al
músculo a sufrir una lesión posterior.
Los estudios siguientes emplearon un microscopio electrónico para evaluar
la inmediata respuesta estructural de la unión musculotendinosa a una lesión
aguda. Sesenta minutos después de la lesión, las sarcómeras más cercanas al
lugar en que se produjo la rotura fibrilar estaban hipercontraídas. Asimismo,
tuvo lugar un aumento progresivo de la longitud de la sarcómera, que se norma-
lizó a una distancia de entre 300 y 500 mm del punto de rotura. Seis horas des-
pués de la lesión, se detectó la presencia de necrosis en la zona de transición
entre las sarcómeras normales y las hipercontraídas. Estos descubrimientos
sugieren que, tras una lesión aguda, una barrera intracelular restringe de mane-
ra efectiva la respuesta a la lesión a una distancia inferior a 50 mm del punto ori-
ginal de rotura.
El hecho de que, después de una lesión, la capacidad contráctil del músculo
pueda recuperarse antes que la fuerza tensora sugiere que puede existir un umbral
para la lesión. Al examinar esta hipótesis, conseguimos mostrar que, al aplicar la
menor cantidad de fuerza necesaria para provocar una lesión, la capacidad con-
tráctil del músculo se deterioró, el voltaje electromiográfico disminuyó y se pro-
dujo una lesión variable cerca de la unión musculotendinosa. Cuando los niveles
de fuerza aplicada fueron más elevados, la capacidad contráctil y la amplitud del
voltaje electromiográfico siguieron disminuyendo, mientras que la unión muscu-
lotendinosa y el vientre distal del músculo sufrían lesiones. Las fuerzas que esti-
raban el músculo por encima del 80% de las fuerzas de control del fallo provo-
caron cambios en las propiedades tensoras pasivas y una disminución de la capa-
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DISTENSIONES MUSCULARES
421

cidad contráctil y del voltaje electromiográfico. La histología confirmó la rotura


en la unión musculotendinosa, la lesión en el vientre distal del músculo y los
daños en el tejido conectivo. En consecuencia, parece que existe un umbral para
las lesiones musculares agudas. Además de los datos biomecánicos, hay otras
categorías que pueden constituir eficaces unidades de medida de las lesiones de
la unidad musculotendinosa.

RESUMEN
Las distensiones musculares son frecuentes en el fútbol. Los músculos de las
extremidades inferiores, incluyendo los flexores, los extensores y los aductores
del muslo, son los que sufren lesiones con mayor frecuencia. Las distensiones se
producen en los músculos que están siendo estirados mientras se ven sometidos
a una potente activación destinada a desacelerar o controlar el miembro. Ésta es
una situación frecuente en el fútbol, y se produce al esprintar, al chutar y al esti-
rar la pierna para atrapar o interceptar al contrario. Los estudios clínicos y los
estudios básicos destacan el hecho de que las distensiones se producen en el inte-
rior del músculo, cerca de su unión con el tendón. La extravasación sanguínea
suele extenderse al exterior del epimisio muscular. En el músculo se produce una
reacción inflamatoria, seguida de la regeneración de las fibras musculares y del
tejido conectivo.
El examen de las distensiones mediante resonancia magnética es útil para
determinar las modificaciones patológicas y la localización exacta de la herida.
La prevención de la lesión debe tratar de aumentar la capacidad del músculo
para absorber energía sin necesidad de realizar una elongación excesiva, y debe
permitir el estiramiento muscular sin que sobrevenga una lesión. El entrenamien-
to con vistas a evitar la fatiga y a incrementar la fuerza muscular mejora la capa-
cidad del músculo para absorber energía. Los estiramientos y la flexibilidad se
discuten en el capítulo 36.

LECTURAS RECOMENDADAS

Garrett WE jr, Best TM. Ortho basic science. En: Simon S, ed. Anatomy, physio-
logy and mechanics of skeletal muscle. American Academy of Orthopaedic
Surgeons, 1994;89-126.
Garrett WE jr, Rich FR, Nikolaou PK, y cols. Computed tomography of hams-
tring muscle strains. Med Sci Sports and Exer 1989;21:506-514.
Garrett WE Jr. Muscle strain injuries. Med Sci Sports and Exer 1990;22:436-443.
Hasselman CT, Best TM, Mastey R, y cols. An explanation of various rectus
Documento3 16/2/05 09:45 Página 422

422 MEDICINA DEL FÚTBOL

femoris strain injuries using previously undescribed muscle arquitecture.


Amer J Sports Med 1995;23:493-499.
Sallay PI, Friedman RL, Coogan PG, y cols. Hamstring injuries in water skiing:
functional outcome and prevention. Presentado por Amer J Sports Med, 1994.
Speer KP, Spritzer CE, Goldner JL, y cols. Magnetic resonance imaging of trau-
matic knee articular cartilage injuries. Am J Sports Med 1991;19:396-402.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 423

28 LESIONESAGUDAS
Y CRÓNICAS DEL
TENDÓN
William G. Clancy, Jr.
Gregory M. Fox

INTRODUCCIÓN
Los jugadores de fútbol son particularmente vulnerables a las lesiones agudas
y crónicas del tendón debido a los cruces, los giros, los chuts, las rápidas acele-
raciones y desaceleraciones y la actividad repetitiva e incesante durante el parti-
do. En la mayoría de las lesiones crónicas del tendón, la aparición de los sínto-
mas no suele estar relacionada con un episodio traumático concreto. Los sínto-
mas suelen presentarse de manera insidiosa, y empeoran si se intenta mantener
el nivel previo de juego. Las roturas agudas del tendón tienen lugar cuando el
punto de tensión de un tendón normal o patológico se ve sobrepasado por la
carga aplicada a dicho tendón. En este capítulo nos ocuparemos de la anatomía
del tendón, de sus condiciones patológicas y de los aspectos relacionados con el
tratamiento operatorio y no operatorio de las lesiones de tendón crónicas y agu-
das.

ANATOMÍA DEL TENDÓN


El tendón consiste en una disposición uniforme de colágeno que conecta el
músculo con el hueso. Las fibras de colágeno recorren toda la longitud del ten-
dón en una estructura matricial compuesta de hidratos de carbono complejos lla-
mados poliglucosas. Las fibras de colágeno se agrupan para formar haces prima-
rios. Estos haces primarios se reúnen en una forma hexagonal con un área de sec-
ción cruzada de 0,125-0,375 mm para formar haces secundarios o fascículos. A
continuación, los haces secundarios forman haces terciarios. Los haces están
separados por una envoltura de tejido conectivo suelto que contiene el riego vas-
cular y las estructuras linfáticas y nerviosas. La capa de tejido conectivo que
envuelve directamente cada fascículo es el endotendón. La capa siguiente, bajo la
Documento3 16/2/05 09:45 Página 424

424 MEDICINA DEL FÚTBOL

que se encuentran los grupos de fascículos, es el epitendón. Su composición es


similar a la del endotendón, y entre su superficie interna y el endotenón existe una
continuidad. El epitendón está rodeado por una tercera capa, el paratendón, que
permite al tendón deslizarse a través del tejido circundante con la menor fricción
posible. El tendosinovial es un paratendón de dos capas que contiene una capa
celular sinovial. Las fundas del tendón flexor de la mano y del antebrazo son las
fundas tendosinoviales. En ausencia de alineamiento sinovial, como ocurre en el
caso de la funda del tendón de Aquiles, la capa es llamada tendovaginal. Las
capas perpendiculares del paratendón se llaman mesotendón, y permiten el trán-
sito de la irrigación vascular del paratendón al interior del epitendón (fig. 28-1).

Haz primario

Haz secundario

Endotendón
Epitendón
Paratendón
Parietal
Visceral
Mesotendón

Figura 28-1. Sección cruzada de un tendón típico. El tendón está rodeado por una funda de
doble capa llamada paratendón. La capa exterior o parietal está conectada en ciertos puntos
con la capa interna o visceral por medio de unos puentes llamados mesotendón. El tendón está
formado por haces primarios de colágeno que se agrupan para formar haces secundarios. Los
haces secundarios están firmemente entrelazados gracias a un tejido conectivo llamado endo-
tendón. Asimismo, la totalidad de los haces secundarios está rodeada circularmente por otra
clase de tejido conectivo llamado epitendón, que se encuentra en una posición adyacente a la
capa visceral del paratendón.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 425

LESIONES AGUDAS Y CRÓNICAS DEL TENDÓN


425

PROCESOS PATOLÓGICOS

El conocimiento de la anatomía del tendón y de la nomenclatura universal


permite la utilización de una terminología exacta en la descripción de los proce-
sos patológicos correspondientes. Los términos más descriptivos de las respecti-
vas patologías son paratendinitis, tendinitis, tendinosis, paratendinitis con tendi-
nosis, rotura parcial del tendón, rotura total del tendón y tendinitis de inserción.
El término paratendinitis describe una inflamación de la capa externa del tendón
(paratendón). La primera capa afectada por la directa irritación mecánica del ten-
dón es el paratendón, bien sea una única capa de tejido conectivo suelto (areo-
lar), o una capa doble más definida. El término paratendinitis incluye los térmi-
nos peritendinitis, tendosinovitis y tendovaginitis.
La tendinitis es una respuesta inflamatoria en el tendón. La lesión aguda del
tendón puede propiciar una respuesta inflamatoria secundaria en el paratendón,
si bien este hecho no ha sido probado. El término tendinitis describe una afec-
ción en la que el tendón, lugar original de la lesión, sufre una respuesta inflama-
toria y en la que está presente una paratendinitis reactiva asociada.
La tendinosis alude a una degeneración tendinosa sin respuesta inflamatoria.
La degeneración del tendón se produce sin que la afección se manifieste clínica-
mente. El examen histológico muestra indicios de degeneración tendinosa sin
respuesta inflamatoria en el tendón o el paratendón, hecho que explica la ausen-
cia de síntomas. En casos de rotura del tendón, y más concretamente de rotura
del tendón de Aquiles, las áreas afectadas de tendinosis muestran hipocelurari-
dad, pérdida de la arquitectura normal del colágeno y zonas amorfas con dege-
neración mucinoide del tendón.
Paratendinitis con tendinosis es, probablemente, el término más apropiado
para referirse a la afección descrita como tendinitis crónica. Las muestras de la
biopsia revelan una significativa degeneración del tendón e inflamación del para-
tendón; por otra parte, en el tendón no se observa ninguna respuesta inflamato-
ria celular. La respuesta inflamatoria celular clásica sólo ha sido observada en
pacientes con una ostensible rotura parcial del tendón. Las roturas de tendón
extensas, parciales y espontáneas muestran unas particulares características,
compatibles con la respuesta inflamatoria en las capas del tendón y el paraten-
dón. Además, hay zonas de tendinosis en el punto de rotura.
El término tendinitis de inserción menciona una entidad que puede ser descri-
ta como una subcategoría de la paratendinitis con tendinosis. Estos pacientes
sienten dolor en la unión musculotendinosa. Aunque los resultados de los escá-
neres óseos realizados a los pacientes con síntomas prolongados suelen ser posi-
tivos, es posible que en la biopsia ósea no se muestren indicios de respuesta infla-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 426

426 MEDICINA DEL FÚTBOL

matoria. El tendón da muestras de degeneración del colágeno sin ninguno de los


típicos signos de la respuesta inflamatoria.

LESIONES ESPECÍFICAS DEL TENDÓN


Tendón del cuádriceps: roturas agudas

Mecanismo de la lesión
La lesión en el cuádriceps suele producirse durante una rápida contracción del
mismo cuando la rodilla está flexionada. Otros mecanismos menos comunes
incluyen impactos directos o laceraciones del tendón. Las roturas del tendón del
cuádriceps se producen con mayor frecuencia en deportistas de más de 40 años.
Las roturas del mecanismo extensor suelen estar relacionadas con el uso de este-
roides durante un largo período de tiempo, con la diabetes insulinodependiente,
la uremia, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la gota, el hiper-
paratiroidismo o con microtraumatismos reiterados. En general, en el caso de los
atletas las roturas totales suelen ser el resultado de la alteración de la mecánica
del mecanismo extensor combinada con modificaciones inflamatorias crónicas.
En un informe se discute el caso de una mujer de 16 años que sufrió una contu-
sión del cuádriceps a raíz de un impacto y que poco después se rompió el tendón
del cuádriceps al caer sobre la rodilla flexionada. La rotura del tendón del cuá-
driceps también ha sido observada en el tercio central del tendón rotuliano tras
la reconstrucción del ligamento cruzado anterior.
La rotura del tendón del cuádriceps suele estar asociada con un crujido seco
seguido de una sensación de dolor. Si la rotura es total, el deportista será inca-
paz de sostener ningún peso con la extremidad lesionada. El examen físico
revela una considerable hemartrosis, cavidad palpable, cartílago móvil, pérdi-
da de la función del mecanismo extensor y flaccidez en el tendón distal. La ele-
vación recta de la pierna con la rodilla bloqueada en posición de extensión
puede ser posible gracias a que el retináculo extensor se encuentra intacto. Al
compararla con la rodilla sana, la flexión pasiva de la rodilla lesionada da
muestras de cartílago bajo. Aunque en las roturas parciales puede producirse un
retraso en la extensión, es posible que la función extensora sea prácticamente
normal.

Tratamiento de la lesión
La mejor vista del cartílago bajo se obtiene en las radiografías laterales con
la rodilla flexionada. Es posible que la radiografía muestre una pequeña avul-
sión en el exterior del polo superior del cartílago. Aunque por resonancia mag-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 427

LESIONES AGUDAS Y CRÓNICAS DEL TENDÓN


427

nética muestre indicios de rotura del tendón, el diagnóstico sólo deberá ser con-
firmado en caso de rotura parcial o distensión aguda. En caso de rotura total del
tendón del cuádriceps, el tratamiento apropiado es la reparación quirúrgica.
Después del tratamiento quirúrgico de las roturas agudas o crónicas del ten-
dón del cuádriceps, a los atletas se les permite un pleno e inmediato sostenimien-
to de peso con la rodilla inmovilizada en extensión durante 6 semanas. La movi-
lidad asistida activa y pasiva da comienzo dentro de un arco limitado, determi-
nado por la calidad del tejido y la resistencia de la reparación. La movilidad acti-
va y el fortalecimiento isométrico empieza al cabo de 6-8 semanas. Los atletas
pueden empezar a correr cuando el punto máximo isocinético del par de torsión
a 180o/seg es un 70% del costado sano. La vuelta a la competición es posible una
vez alcanzado un máximo isocinético del 85% del par de torsión y el pleno cum-
plimiento de un programa para correr (fig. 28-2). Dicho programa fue diseñado
para que proporcionase un criterio fiable respecto al momento adecuado para
volver a la competición.
El pleno cumplimiento del programa para correr exige del atleta la realiza-
ción sucesiva e indolora de cada fase. Si el dolor aparece en algún momento
del programa, el atleta deberá detenerse y volver a empezar desde el principio.
Las roturas parciales del tendón del cuádriceps pueden ser tratadas por medio
de un corto período de inmovilización seguido de una agresivo programa de
rehabilitación. Los criterios para la vuelta a la competición son los mismos que
en el caso de la rotura completa del tendón.

Tendón rotuliano: roturas agudas


Mecanismo de la lesión
Por contraste con las roturas del tendón del cuádriceps, las roturas del tendón
rotuliano afectan a los atletas menores de 40 años. Sin embargo, el mecanismo
de la lesión también consiste en una contracción rápida durante una rápida fle-
xión de rodilla.
A menudo, las roturas de los tendones rotulianos están relacionadas con lesio-
nes sistemáticas subyacentes o con el uso de esteroides. Muchos atletas no aque-
jados de dichas lesiones sufren de inflamación previa. Los atletas que no encajan
con los síntomas prodrómicos pueden estar afectados de rotura previa del tendón
a nivel subclínico.
La relación entre la rotura de tendón rotuliano y las inyecciones previas en
tendón ha sido descrita con detalle. Mientras que los ostensibles efectos antiin-
flamatorios de los glucocorticoides son bien conocidos, también se acepta que
éstos actúan como inhibidores de la biosíntesis del colágeno.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 428

428 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento de la lesión
Los deportistas afectados de rotura del tendón rotuliano se quejan de dolor
agudo en la parte anterior de la rodilla y son incapaces de sostener peso. Con fre-
cuencia, existe un historial previo de síntomas inflamatorios. Las radiografías
laterales pueden revelar una pequeña avulsión fuera del polo rotuliano inferior y
cartílago alto (una rótula en posición elevada). El examen revelará hemartrosis,
flaccidez bajo el cartílago, cartílago alto acentuado por la flexión pasiva de la
rodilla y una pérdida de extensión activa de la rodilla.
El tratamiento de las roturas laterales del tendón rotuliano requiere reparación
quirúrgica. El protocolo de rehabilitación y los criterios para la vuelta a la com-
petición son los mismos que los mencionados durante la discusión de las lesio-
nes del tendón del cuádriceps.
El siguiente programa para correr debe ser utilizado como medidor del pro-
greso de un atleta a medida que se recupera de una lesión en la extremidad infe-
rior. Cuando el atleta haya completado TODO el programa, entonces estará listo
para volver a la competición.
El atleta puede empezar el programa cuando pueda subir y bajar
5 veces sobre las puntas de los pies de la extremidad lesionada sin apoyar el peso
sobre la otra pierna.

Exterior
1. Corra 1,6 km. Cuando sienta una cojera o un dolor moderado, deténgase
inmediatamente.
Cuando el atleta pueda recorrer 1,6 km sin sentir dolor:*
a) corra 6 carreras de 72 m a 1/2 velocidad. Si no siente dolor o cojera:
b) corra 6 carreras de 72 m a 3/4 velocidad. Si no siente dolor o cojera:
c) corra 6 carreras de 72 m a toda velocidad. Si no siente dolor:
d) corra 6 carreras de 72 m con giros a 3/4 de velocidad. Si no siente dolor:
e) corra 6 carreras de 72 m con giros a plena velocidad. En el momento de
realizar los giros, apóyese siempre en el pie externo. Si no siente dolor:
2. Corra durante 10 minutos y/o realice ejercicios de salto relacionados con su
deporte. Cuando el atleta haya completado todo el programa, estará listo/a
para volver a la competición.**
Documento3 16/2/05 09:45 Página 429

LESIONES AGUDAS Y CRÓNICAS DEL TENDÓN


429

Interior
1. Dé dieciocho vueltas alrededor de la pista de baloncesto. Cuando sienta una
cojera o un dolor moderado, deténgase inmediatamente. Si no siente dolor:*
a) recorra 15 veces la longitud del gimnasio a 1/2 velocidad. Si no siente
dolor:
b) recorra 15 veces la longitud del gimnasio a 3/4 velocidad. Si no siente
dolor:
c) recorra 15 veces la longitud del gimnasio a toda velocidad. Si no siente
dolor:
d) recorra 15 veces la longitud del gimnasio con giros a 3/4 velocidad.
Asegúrese de apoyarse en el pie externo para realizar los giros. Si no siente
dolor:
2. Corra durante 10 minutos y/o realice ejercicios de salto relacionados con su
deporte. Cuando el atleta haya completado todo el programa de rehabilita-
ción, estará listo para volver a la competición.**

Figura 28-2. Programa de carrera


*Si el atleta no completa todo el programa en un solo día, al día siguiente deberá empezar desde el prin-
cipio.
**Después de cada entrenamiento de carrera, deberá aplicarse hielo durante 15 minutos.

Tendinitis del cuádriceps

Mecanismo de la lesión
La tendinitis del cuádriceps tiene lugar con menor frecuencia que la tendini-
tis cartilaginosa. En los adolescentes, las lesiones avulsivas de la apófisis carti-
laginosa proximal son más comunes que las tendinitis del cuádriceps. En los atle-
tas más jóvenes, los microtraumatismos repetitivos producidos por las rápidas
aceleraciones y desaceleraciones son más frecuentes que la tendinitis del cuádri-
ceps. No obstante, ésta puede presentarse asociada a algunas de las mencionadas
afecciones sistemáticas.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 430

430 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento de la lesión
Los atletas con tendinitis del cuádriceps se quejan a menudo de una aguda
sensación de dolor cerca del polo proximal del cartílago. El examen físico reve-
la flaccidez justo encima del tendón del cuádriceps y dolor en la hiperextensión
pasiva de la rodilla y en la extensión contra una resistencia. Las radiografías sue-
len ser normales. La resonancia magnética puede ser de utilidad si existen indi-
cios de rotura parcial.
El tratamiento primario para la tendinitis del cuádriceps es la rehabilitación
no quirúrgica. Tras un corto período de descanso, el paciente vuelve a desarro-
llar actividades no agresoras y empieza a practicar un exhaustivo programa
de estiramiento concentrado en el cuádriceps, los isquiotibiales y el tendón de
Aquiles. Las modalidades terapéuticas incluyen hielo, calor, ultrasonidos, fono-
foresis, iontoforesis y, por supuesto, medicación antiinflamatoria. El programa
de fortalecimiento tiene como principal objetivo el equilibrio entre el cuádriceps
y los isquiotibiales. Los atletas pueden volver a la práctica deportiva cuando
estén libres de síntomas y hayan completado de manera exitosa el programa de
carreras.
El tratamiento quirúrgico sólo está indicado en casos de tendinitis refractaria
del cuádriceps. El procedimiento quirúrgico consiste en la excisión del tejido
degenerativo y la reparación de ambos lados del tendón.

Tendinitis rotuliana

Mecanismo de la lesión
Los jugadores de fútbol son particularmente vulnerables a la tendinitis rotu-
liana –o rodilla del saltador–, debido a los repetidos impactos que sufren al
correr, saltar y chutar. Las contracciones enérgicas del cuádriceps producen fuer-
zas que superan la fuerza tensora del tendón rotuliano. Este hecho provoca
microrroturas, degeneración focal mucoide y necrosis fibrinoide. La lesión suele
producirse en las fibras internas del tendón rotuliano próximas a su inserción en
el polo inferior del cartílago. Las fuerzas sobre el tendón rotuliano pueden alcan-
zar los 9.000 N durante una carrera rápida, 8.000 N al tomar tierra tras un salto
y 500 N mientras caminamos normalmente.
Los atletas con tendinitis rotuliana suelen quejarse de un dolor localizado en
el polo interior del cartílago o en el propio tendón. Este dolor se incrementa con
actividades que aumentan la tensión del mecanismo extensor, como saltar, correr
o chutar. Los síntomas suelen presentarse sin que medie un episodio traumático
y su aparición suele causar un agudo dolor.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 431

LESIONES AGUDAS Y CRÓNICAS DEL TENDÓN


431

Tratamiento de la lesión
El examen físico revela flaccidez específica localizada sobre el tendón rotu-
liano, por lo general cerca del polo inferior del cartílago. El especialista puede
detectar un engrosamiento del polo inferior del cartílago. La flexión de rodilla en
posición prona puede reproducir el dolor y revelar la existencia de rigidez en el
cuádriceps, asociada específicamente con el recto femoral. También puede pre-
sentarse rigidez en los isquiotibiales y en el tendón de Aquiles. Aunque las radio-
grafías suelen ser normales, pueden mostrar modificaciones óseas en el polo
inferior del cartílago.
El primer paso en el tratamiento de la tendinitis cartilaginosa es un extensivo
programa de rehabilitación. Este programa debería tratar de incrementar gradual-
mente la tensión sobre el tendón rotuliano y, en consecuencia, aumentar la fuer-
za tensora del tendón. También es importante desarrollar un programa de estira-
miento concentrado en el cuádriceps, los isquiotibiales y el tendón de Aquiles. El
fortalecimiento del cuádriceps debe incluir ejercicios excéntricos con incremen-
to gradual de velocidad, peso y número de repeticiones. Asimismo, es necesario
administrar de medicación antiinflamatoria no esteroidea e otras modalidades
terapéuticas como hielo, calor, ultrasonido, fonoforesis y iontoforesis. Las ban-
das infrarrotulianas pueden ser útiles en el tratamiento de la tendinitis rotuliana.
La técnica de vendaje femororrotuliana de McConnell también puede ayudar a
reducir los síntomas. En el tratamiento de la tendinitis rotuliana no deben utili-
zarse inyecciones de esteroides.
Los atletas con tendinitis rotuliana necesitan apoyo. Pueden pasar muchas
semanas hasta que se produzcan mejoras en una tendinitis de larga duración. El
tratamiento quirúrgico está indicado en los casos de atletas cuyos síntomas per-
sisten después de un largo programa de recuperación. En el caso de la tendinitis
rotuliana, hay ciertos procedimientos recomendados. Nosotros abogamos por el
desligamiento de todo el tejido tendinoso anormal y la excisión de una pequeña
porción del cartílago inferior para estimular una respuesta curativa. La rehabili-
tación postoperatoria debe incluir inmediato sostenimiento de peso, movilidad y
un programa para el tratamiento de la tendinitis rotuliana.

Tendinitis de los isquiotibiales

Mecanismo de la lesión
La inflamación causada por el desgaste alrededor de la rodilla no se limita al
mecanismo extensor. En el fútbol, los tendones de los músculos del bíceps femo-
ral, semimembranoso y semitendinoso están sujetos a desgaste e inflamación a
causa de las continuas paradas, inicios y giros durante el juego. La irritación del
Documento3 16/2/05 09:45 Página 432

432 MEDICINA DEL FÚTBOL

tendón del semitendinoso también afecta los tendones gracilis y sartorio, que,
hablando con propiedad, no son verdaderos isquiotibiales. La inserción de estos
tres tendones colectivos en la cara anteromedial de la tibia proximal se conoce
como pata de ganso. Entre la aponeurosis de dichos tendones y el ligamento cola-
teral medial hay una bolsa. La bursitis de la pata de ganso suele estar causada por
el desgaste o por un impacto directo. Aunque es difícil distinguir clínicamente
entre la tendinitis de la pata de ganso y la bursitis, el tratamiento para ambas
dolencias es el mismo.

Tratamiento de la lesión
En la tibia proximal, las fracturas por sobrecarga son más frecuentes que
la tendinitis. Las vistas necesarias para la correcta evaluación radiográfica son la
anteroposterior, la de perfil y las dos vistas oblicuas. Si las radiografías son nor-
males y el proceso dura unas 3 semanas, es aconsejable realizar un escáner óseo.
Las atletas afectados de tendinitis de la pata de ganso o de bursitis se quejan
de dolor e hinchazón en la bolsa de la pata de ganso. El examen físico revela flac-
cidez localizada en la bolsa o a lo largo de los tendones. Es importante descartar
otras patologías intraarticulares de rodilla, ya que pueden ser causa del desgaste
compensatorio de la unidad musculotendinosa de la pata de ganso.
El tratamiento empieza con cambios en la actividad, medicación antiinflama-
toria, modalidades terapéuticas y estiramiento o fortalecimiento de los isquioti-
biales, el cuádriceps y el aductor. Las inyecciones de corticosteroides son útiles
para aliviar la inflamación en la bolsa de la pata de ganso. Los atletas pueden vol-
ver a la competición cuando los síntomas se lo permitan. La presencia de un
dolor agudo y persistente en el lado posteromedial de la rodilla hace sospechar
la existencia de tendinitis del semimembranoso. Dicha tendinitis puede producir-
se como consecuencia de una carga repetitiva de la unidad musculotendinosa
debida a la carrera, la aceleración y la desaceleración, o la compensación de otros
problemas de rodilla. La zona más susceptible al dolor durante la palpación se
encuentra en la zona posteromedial de la rodilla, inmediatamente por debajo de
la línea de la articulación. La palpación directa del tendón del semimembranoso
reproduce e intensifica este dolor. Al igual que con la tendinitis de la pata de
ganso, es preciso descartar la posibilidad de fractura por sobrecarga de la tibia,
ya que se produce con frecuencia en esta zona.
Un 90% de los pacientes afectados de tendinitis del semimembranoso suelen
responder a los cambios introducidos en su actividad, la medicación antiinfla-
matoria no esteroidea, el estiramiento, las modalidades terapéuticas y las inyec-
ciones locales de esteroides. El 10% restante suele ser tratado con exploración
del tendón del semimembranoso, excisión del tejido patológico, perforación del
Documento3 16/2/05 09:45 Página 433

LESIONES AGUDAS Y CRÓNICAS DEL TENDÓN


433

punto de inserción y reconducción del tendón del semimembranoso en paralelo


al borde posterior del ligamento colateral medial. Doce meses después de la
cirugía, el dolor en el semimembranoso suele desaparecer. En algunos casos, el
rodamiento del tendón sobre un reborde óseo en el borde posterior del cóndilo
femoral interno causa dolor y un crujido seco que puede ser oído y sentido. Para
descartar la posibilidad de patología intraarticular, debe practicarse una artros-
copia de rodilla. La tendinitis del bíceps femoral es un tipo poco común de ten-
dinitis de los isquiotibiales, que puede ser el resultado de una compensación
secundaria debida a otra patología intraarticular de la rodilla. El tratamiento es
no quirúrgico.

Tendinitis del poplíteo


Mecanismo de la lesión
La tendinitis del poplíteo es una causa poco frecuente de dolor posterolateral
o lateral de rodilla en los atletas. Las funciones principales del poplíteo son ini-
ciar y mantener la rotación interna de la tibia en el fémur y asistir al ligamento
cruzado posterior. El dolor suele producirse al correr y al soportar peso con una
flexión de entre 15o y 30o.

Tratamiento de la lesión
El examen físico puede ser normal o puede revelar flaccidez a lo largo del
tendón del poplíteo cerca de su inserción en el cóndilo femoral lateral. El diag-
nóstico diferencial incluye desgarros laterales de menisco, síndrome de la banda
tibial ilíaca o tendinitis del bíceps. El tratamiento es el mismo que en el caso de
la tendinitis de los isquiotibiales. Evitar las carreras cuesta abajo puede ser bene-
ficioso. La vuelta a los deportes dependerá de los síntomas.

LECTURAS RECOMENDADAS
Clancy WG Jr. Tendon trauma and overuse injuries. En: Leadbetter WB,
Buckwalter JA, Gordon SL, eds. Sports induced inflammation. Rosemont, IL:
American Academy of Orthopaedic Surgeons, 1990.
Kelly DW, Carter VS, Jobe FW, y cols. Patellar and quadriceps tendon ruptures:
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Documento3 16/2/05 09:45 Página 435

29 CONTUSIONES
Y HEMATOMAS

Tonu Saartok

INTRODUCCIÓN
El fútbol es un deporte de contacto en el que los jugadores corren el riesgo de
sufrir contusiones a causa de entradas intencionadas, antirreglamentarias o coli-
siones accidentales. Las contusiones resultantes pueden ser consideradas como
una parte del juego, como el resultado de una infracción o como un accidente.
Las contusiones musculares son traumatismos en los tejidos musculares
esqueléticos causados por impactos directos no penetrantes cuyo resultado es el
aplastamiento agudo de las fibras musculares, la pérdida de sangre y los hemato-
mas localizados. Aunque las contusiones en la cabeza, el tórax o el abdomen sean
poco frecuentes, estas lesiones pueden ser mortales. Por tanto, la rapidez del
diagnóstico y del tratamiento es fundamental.

CLASIFICACIÓN DE LAS CONTUSIONES MUSCULARES


La hemorragia intramuscular que no se haya extendido fuera del epimisio
(funda rígida de un vientre muscular), puede desembocar en hematomas intra-
musculares osmóticamente activos. Estos hematomas pueden provocar un incre-
mento de la presión intramuscular, dolor agudo y discapacidad. El tratamiento de
esta afección puede requerir intervención quirúrgica.
Los hematomas intermusculares en los que la hemorragia se extiende al exterior
de la fascia muscular y subcutáneamente suelen ser benignos. La equimosis cutá-
nea o extravasación intraarticular bajo el lugar de la herida aparece con frecuencia
de 2 a 3 días después de la lesión. La cirugía es recomendable en algunos casos.

EPIDEMIOLOGÍA
Las contusiones musculares son heridas frecuentes en el fútbol. A causa de la
naturaleza benigna de la mayoría de las contusiones, los datos epidemiológicos
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436 MEDICINA DEL FÚTBOL

no siempre reflejan este hecho, ya que las contusiones son consideradas como
parte del juego. En el fútbol, las contusiones musculosqueléticas significativas
afectan a menudo las extremidades inferiores.
Se calcula que la incidencia de las contusiones en el fútbol se eleva, aproxi-
madamente, a un tercio del total de lesiones. En el fútbol juvenil, las contusiones
constituyen aproximadamente el 50% de las lesiones.

MECANISMO DE LA LESIÓN

La gravedad de una contusión del músculo esquelético se define a partir del


impacto (esto es, la energía por superficie), las propiedades materiales del tejido
contusionado (a saber, grasa subcutánea o músculo esquelético) y el tejido sub-
yacente (esto es, un hueso).
Una pequeña zona de impacto concentra la energía, dando como resultado
una rotura de fibras de mayor gravedad. La aplicación de la misma energía a una
zona más extensa parece causar un hematoma más extenso. La reparación de las
contusiones musculares es similar a otros tipos de regeneración muscular pos-
traumática. A las fibras musculares aplastadas y la aparición de un hematoma en
el lugar de la lesión les siguen un edema, una fase de limpieza inflamatoria y una
fase regeneradora. Con excepción de un incremento del diámetro de las vénulas,
la aplicación de la terapia fría después de una contusión no parece modificar la
reacción de los microvasos musculares. Esto desemboca en un aumento de super-
ficie causado por la reabsorción del fluido extracelular, hecho que provoca la
reducción del edema. De acuerdo con los datos preliminares del laboratorio orto-
pédico de la Universidad de Duke, la terapia fría temprana puede disminuir la
respuesta celular inflamatoria sin causar efectos indeseables a largo plazo.
La respuesta inflamatoria temprana parece ser un requisito previo para la pos-
terior fase de reparación, incluyendo el crecimiento interno del tejido vascular y
conectivo. Por tanto, la conveniencia de utilizar agentes antiinflamatorios como
los antiinflamatorios no esteroideos con el fin de mejorar este tipo de lesiones
puede ser discutida. No obstante, Bazin y cols. afirman que si el proceso infla-
matorio se mantiene más allá de los primeros días, el proceso regenerador puede
desembocar en un exceso de fibrosis. Letho y cols. sostienen que el proceso de
regeneración muscular se completa con la formación de la cicatriz de tejido
conectivo tras las contusiones musculares. La inmovilización temprana y de
corta duración durante aproximadamente 5 días (en el caso de contusión del
músculo gastrocnemio de las ratas) estimula la formación de la matriz de tejido
granulado. Las inmovilizaciones más prolongadas causan un incremento de la
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CONTUSIONES Y HEMATOMAS
437

formación y contracción del tejido cicatrizal y una pobre regeneración muscular.


Aunque la movilización temprana puede aumentar la respuesta curativa, el exce-
so de movilización puede anular los efectos positivos. El estiramiento, así como
otras formas de tensar el tejido muscular lesionado, pueden ser beneficiosos
debido a que dichos ejercicios someten los tejidos a presiones más bajas y, asi-
mismo, hacen posible que el drenaje linfático y venoso se mantenga intacto. El
hecho de someter a tensión un músculo lesionado también puede incrementar la
capacidad regeneradora de la zona lesionada. En suma, tras la lesión el músculo
contusionado debería ser sometido a tensión y estiramiento tempranos para que
pueda adquirir las condiciones óptimas de regeneración y curación de la fibra
muscular.

CUADROS CLÍNICOS
En el fútbol, existen dos modalidades de contusiones musculares que parecen
producirse con mayor frecuencia.

Contusiones del cuádriceps

Esta lesión está considerada como una de las más frecuentes en el fútbol, el
rugby y el fútbol americano. En el fútbol, el impacto sobre el muslo suele prove-
nir de la rodilla o del pie del contrincante. Este hecho puede producirse con fre-
cuencia, dando como resultado la aparición de hematomas subcutáneos. No obs-
tante, una lesión muscular seria sólo puede producirse a raíz de una contusión
significativa, que causa dolor creciente, debilidad progresiva y cojera. A causa de
la continua pérdida de sangre, la lesión puede inhabilitar de forma inmediata al
futbolista, y, asimismo, puede imposibilitar su aparición después del partido. Es
probable que la gravedad y el pronóstico de la lesión puedan ser clasificadas den-
tro de las 24 horas siguientes.

Contusiones del compartimiento anterior de la pierna

De acuerdo con un estudio retrospectivo acerca del fútbol, una de cada cinco
lesiones tiene lugar en la espinilla, y la mitad de dichas lesiones es el resultado
de la ausencia o el uso inadecuado de espinilleras. Tras la introducción de las
espinilleras reglamentarias, esta lesión ha disminuido considerablemente. Esta
lesión puede desarrollarse hasta convertirse en un síndrome compartimental del
compartimento anterior de la pierna.
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438 MEDICINA DEL FÚTBOL

TRATAMIENTO INMEDIATO DE LA LESIÓN

El tratamiento inmediato consta de descanso (a saber, de reducción de la acti-


vidad para impedir la extensión de la zona lesionada), elevación, enfriamiento
y/o compresión de la zona lesionada y terapia RICE (descanso, inmovilización,
frío, elevación), que se aplica sobre el terreno. La inmovilización de un músculo
contuso en una posición de tensión parece ser favorable. Aronen y cols. infor-
man de que la inmediata inmovilización en tensión del músculo contuso del cuá-
driceps con la rodilla flexionada 120o durante las primeras 24 horas, en combina-
ción con RICE y tensión pasiva, puede reducir notablemente el tiempo necesario
para volver a la actividad atlética. Estos prometedores informes preliminares,
confirmados por los datos de otros estudios científicos básicos, deberán ser
corroborados por investigaciones clínicas más extensas y prospectivas, así como
por un seguimiento a largo plazo.

TRATAMIENTO DE LA LESIÓN

Diagnóstico

El historial de la contusión muscular no siempre puede ser separado de las


distensiones y otras lesiones que haya podido sufrir el paciente. No obstante, la
sospecha de una contusión muscular basada en el hecho de haber presenciado
la lesión y en el historial del atleta requiere un tratamiento inmediato, incluyen-
do RICE.
El diagnóstico clínico de una masa muscular fláccida (por ejemplo, un hema-
toma intramuscular) puede ser confirmado mediante ultrasonografía (el método
más costoso y efectivo), tomografía computerizada o resonancia magnética. En
algunos casos, las radiografías pueden mostrar indicios de calcificación intra-
muscular, que pueden causar miositis osificante en un porcentaje no determina-
do de casos. Para diferenciar la masa calcificada de un sarcoma osteogénico
maligno, puede practicarse biopsia quirúrgica y/o extracción.

Tratamiento conservador

Se recomienda mantener la compresión intensa al menos entre 48 y 72 horas.


Durante este tiempo, pueden dar comienzo los ejercicios isométricos y de movi-
lidad pasiva.
El tratamiento farmacológico suele incluir antiinflamatorios no esteroideos,
que pueden aliviar el dolor y, posiblemente, disminuir el riesgo de formación
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CONTUSIONES Y HEMATOMAS
439

ósea heterotópica. Es posible que este tratamiento no sea el idóneo, ya que los
antiinflamatorios no esteroideos disminuyen la coagulación y la formación de
IGF-I (factor de crecimiento insulínico I), uno de los componentes básicos de la
regeneración del músculo esquelético. Dos informes recientes advierten sobre los
efectos perniciosos a largo plazo de los antiinflamatorios no esteroideos en la
regeneración del músculo esquelético.
Con el fin de incrementar la reabsorción del hematoma y disminuir la presión
intracompartimental, se han ensayado la aplicación de inyecciones de hialuroni-
dasa, si bien la evaluación científica de este método sólo se ha realizado de
manera parcial.
La fisioterapia puede incluir ultrasonidos terapéuticos y estimulación galvá-
nica de alto voltaje; no obstante, ninguna de estas terapias ha sido evaluada cla-
ramente. Aunque los ultrasonidos terapéuticos pueden aumentar la proliferación
de células satélites en una contusión muscular, el momento y resultado finales de
la regeneración muscular no se ven afectados por este hecho. Durante el período
postraumático inicial deben evitarse los masajes, ya que pueden aumentar la inci-
dencia de la miositis osificante. La rehabilitación temprana está diseñada para
permitir la recuperación de la plena movilidad por medio del creciente estira-
miento del músculo a partir del mecanismo de movimiento pasivo o terapia físi-
ca. Las extremidades sanas también deberán ser ejercitadas cada día, ya que con
ello se logrará aumentar la circulación y beneficiarse de las propiedades curati-
vas de los factores circulatorios de crecimiento. Antes de recuperar la plena
movilidad, deberían incrementarse los ejercicios de estiramiento activo. El ejer-
cicio isométrico máximo puede dar comienzo en un momento todavía más tem-
prano. Los ejercicios excéntricos deben comenzar pronto, ya que la tensión mus-
cular parece ser el estímulo más importante para la activación de las células saté-
lites en la regeneración muscular.
La tabla 29-1 presenta una sugerencia para el tratamiento inicial de las con-
tusiones musculares del fútbol.

Tratamiento quirúrgico
Con el objetivo de disminuir el tamaño del hematoma y disminuir la presión
intramuscular, la aspiración o evacuación limitada del hematoma es una posibi-
lidad a tener en cuenta. El incremento del dolor y la disminución de la movili-
dad causados por un hematoma intramuscular indican la necesidad de evacua-
ción quirúrgica. No obstante, en esta fase temprana la cirugía presenta un eleva-
do riesgo de infección, y debe ser practicada bajo condiciones de esterilidad y
profilaxis antibiótica.
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440 MEDICINA DEL FÚTBOL

La resuturación del músculo sólo debería ser considerada en caso de que se


haya producido una rotura completa con retracción de ambos extremos. Otras
indicaciones al respecto pueden ser los indicios del síndrome compartimental o
parálisis nerviosa. Después de la intervención, la fisioterapia incrementada es
parecida a la utilizada en el tratamiento conservador.

CRITERIOS PARA EL RETORNO A LA ACTIVIDAD


Además de la recuperación de la agilidad, el retorno al nivel de actividad pre-
vio a la lesión sólo podrá ser recomendado si va precedido de una recuperación
de la fuerza excéntrica entre el 80% y el 90%. Es probable que exista un mayor
riesgo de distensión en la zona muscular afectada, pero, en cualquier caso, no hay
estudios clínicos comparativos que corroboren esta hipótesis.

SECUELAS A LARGO PLAZO


El diagnóstico y tratamiento tardíos de las contusiones musculares puede ser
todo un reto (tabla 29-2).

Formación ósea heterotópica

Existe la posibilidad que las contusiones agudas y las que se encuentran cerca
del periostio causen formación ósea heterotópica y miositis osificante. Se calcu-
la que el grado de incidencia se sitúa entre el 9% y el 20% del total de las con-
tusiones de cuádriceps. Mientras que el hueso heterotópico parece estar deposi-
tado sobre el músculo esquelético, la miositis osificante está en contacto con el
periostio y el hueso.
El masaje intensivo de un músculo contusionado y la localización puramente
intramuscular de una zona contusionada también son factores de riesgo en estas
afecciones. Aunque el mecanismo sigue siendo desconocido, se cree que la dife-
renciación de las células del músculo progenitor en osteoblastos causada por
algunos factores de crecimiento es un proceso que contribuye a la formación. La
calcificación heterotópica aleatoria puede convertirse en una miositis osificante.
Este hecho parece producirse con mayor frecuencia en el brazo y en el muslo a
lo largo del fémur.
Respecto al tratamiento, deberían transcurrir entre 6 y 12 meses de obser-
vación antes de considerar la posibilidad de llevar a cabo una intervención qui-
rúrgica, ya que esta afección tiene tendencia a aparecer de manera recurrente.
Durante los primeros 6 meses, algunas de las calcificaciones benignas hetero-
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CONTUSIONES Y HEMATOMAS
441

Tabla 29-1.

Tratamiento inicial recomendado para las contusiones


musculares

Sobre el terreno:
1. Probable contusión muscular:
Conocer el historial de la lesión según el atleta y los testigos. ¿Cómo se pro-
dujo? ¿Cuál fue su intensidad?
2. Comprimir la zona contusionada con una bolsa fría y con una venda elás-
tica
Llevarse al jugador fuera para comprobar la gravedad de la lesión y la
existencia de posibles lesiones asociadas
Fuera del campo:
3. Contusión del cuádriceps: ¿puede el atleta mover el cuádriceps en toda su
rango de movimientos?
Si es así, el jugador puede correr para examinar su pierna. Si el dolor es
inexistente o muy pequeño, puede intentar jugar de nuevo
Si no es así, o si el jugador siente dolor al correr, vende su rodilla de mane-
ra que ésta se encuentre flexionada 120o o según tolerancia. Muletas
Mantenga la bolsa fría según tolerancia e intercámbiela con una almohadi-
lla compresiva cada media hora durante el primer día
4. Contusión anterior en la espinilla: ¿puede el jugador flexionar dorsalmente
el pie contra una cierta resistencia?
Si es así, el jugador puede intentar correr. Si no siente dolor o éste es míni-
mo, puede intentar jugar de nuevo
Si no es así, o si el jugador siente dolor al correr, coloque la venda elástica
de manera que el pie quede flexionado plantarmente. Muletas. Mantenga
la bolsa fría según tolerancia e intercámbiela con una almohadilla compre-
siva cada media hora durante el primer día
5. Mantenga la tensión creciente en el muslo o en la espinilla durante un míni-
mo de 24 horas. Utilice analgésicos corrientes (por ejemplo, paracetamol) y
evite los antiinflamatorios no esteroideos
Consulta o centro de rehabilitación:
6. Días 1-3 (de 5) después de la lesión:
Inicio de ejercicios isométricos con la rodilla o el tobillo en varios ángulos
de flexión. Ejercicios excéntricos suaves y ejercicios activos de movilidad

(Continúa)
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442 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 29-1.

Tratamiento inicial recomendado para las contusiones


musculares (continuación)

Ejercicios aeróbicos y de fuerza para el resto del cuerpo


7. Entre los períodos de rehabilitación: mantener la extremidad inmovilizada,
preferiblemente en posición de tensión (según tolerancia), y utilizar muletas
8. Después del día 3 (de 5):
Incremento de los ejercicios de movilidad y aumento de la tensión de los
ejercicios excéntricos
Inicio de los ejercicios de sostenimiento de pesos en cadena cerrada activos
y excéntricos
9. Vuelta al entrenamiento y al juego después de la recuperación de la plena
movilidad y una carrera de prueba (sin dolor ni cojera)

Tabla 29-2.

Secuelas a largo plazo de las contusiones

1. Formación ósea heterotópica o miositis osificante


2. Discrasia sanguínea o alteraciones
3. Discrasia yatrógena
4. Tumores de las partes blandas
5. Síndromes compartimentales
6. Parálisis nerviosa

tópicamente localizadas pueden ser reabsorbidas de forma gradual. Un múscu-


lo contuso es propenso a volverse a lesionar, dando como resultado hematomas
musculares recurrentes causados por las distensiones o por las nuevas contu-
siones.

Discrasia sanguínea

Los hematomas recurrentes pueden estar causados por la discrasia sanguínea


subclínica. Un informe reciente cuantificaba la frecuencia de aparición de la
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CONTUSIONES Y HEMATOMAS
443

enfermedad de Von Willebrand en los niños aparentemente sanos en un 1%. En


la población atlética, el uso frecuente de antiinflamatorios no esteroideos puede
desembocar en discrasia yatrógena.

Tumores de partes blandas

Los tumores de partes blandas ricamente vascularizados (por ejemplo, los


histiocitomas fibrosos malignos) pueden adoptar la apariencia de hematomas
musculares recurrentes. La miosotis osificante puede presentar un aspecto muy
parecido a los tumores calcificadores de las partes blandas, como los sarcomas
osteogénicos. Por consiguiente, la presencia repetida de hematomas y el prece-
dente de un historial poco común en un hematoma muscular deben conducir a la
sospecha e investigación de un posible tumor maligno.

Síndromes compartimentales

Los hematomas musculares ocupan espacio, y pueden causar síndromes


compartimentales en las zonas afectadas. Las contusiones de cuádriceps pueden
causar daños en el nervios mayores del muslo (los nervios femorales o safenos).
Las contusiones en los glúteos y en los isquitibiales pueden afectar el nervio
isquiático. Aunque la compresión es parte del tratamiento inicial de las contusio-
nes musculares, la descompresión es ideal cuando el tejido muscular, con todos
sus nervios o vasos, se encuentra comprimido por lesiones invasoras como los
síndromes compartimentales. El uso frecuente de antiinflamatorios no esteroi-
deos en los atletas puede causar el incremento –en cantidad y duración– de la
extravasación sanguínea, hecho que aumenta el riesgo de síndromes comparti-
mentales en las contusiones musculares. No obstante, esta conexión no se ha
visto corroborada por ningún estudio científico. Un síndrome compartimental no
diagnosticado o de larga duración puede causar una contractura muscular con
pérdida de movimiento articular y contractura isquémica de Volkman. El trata-
miento ideal para un síndrome compartimental incluye diagnóstico temprano y
fasciotomía quirúrgica, y por lo tanto la evacuación del hematoma y la reducción
del edema.

Parálisis nerviosa

Los hematomas musculares pueden causar parálisis nerviosa por medio de la


presión indirecta y el tensado del nervio. Se han descrito algunas causas de pará-
lisis nerviosa femoral en atletas jóvenes con mecanismos coaguladores normales.
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444 MEDICINA DEL FÚTBOL

El mecanismo consiste en un hematoma postraumático intramuscular, cuyo


resultado es una protuberancia invasora del espacio del músculo que afecta el
nervio local.

PREVENCIÓN DE LA LESIÓN

Aunque parece claro que las espinilleras protegen de las contusiones en la


espinilla, el papel de las almohadillas rígidas en las contusiones primarias o
secundarias de cuádriceps no ha sido evaluado.
A causa del elevado riesgo de distensión asociado con la contusión muscular,
una contusión en la pierna que cause dolor o cojera durante el movimiento debe-
ría llevar al jugador a suspender momentáneamente su actividad para que pueda
ser evaluado. Si el atleta sigue jugando, las contusiones menores pueden conver-
tirse en lesiones musculares más graves, como distensiones o nuevas contusiones.
Los chuts o las entradas en los que un lance con el contrario da como resul-
tado una contusión deberían ser penalizadas con una exclusión temporal del
juego (entre 10 y 15 minutos).

RESUMEN
Las contusiones musculares menores son frecuentes en el fútbol. La inmovi-
lización temprana y de corta duración (3-5 días) del músculo lesionado parece ser
favorable tanto en posición comprimida como en posición tensada. El objetivo
del tratamiento inicial sobre el terreno es disminuir la zona lesionada y, en con-
secuencia, limitar el riesgo de desarrollar síndromes compartimentales o miosi-
tis osificante. Cuando dichas afecciones se desarrollan, el diagnóstico diferencial
entre tumores en las partes blandas, sarcoma osteogénico y discrasia sanguínea,
así como la elección del tratamiento más adecuado, puede resultar difícil. La
movilidad temprana y algunos ejercicios excéntricos parecen constituir el modo
más rápido y seguro para rehabilitar el músculo contuso. No obstante, dispone-
mos de una escasa cantidad de datos en relación con las diversas modalidades y
modelos de rehabilitación existentes.

LECTURAS RECOMENDADAS

Almekinders LC. Anti-inflammatory treatment of muscular injuries in sports.


Sports Med 1993;15:139-145.
Aronen JA, Chronister R, Ove P, y cols. Thigh contusions: minimizing the length
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CONTUSIONES Y HEMATOMAS
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Documento3 16/2/05 09:45 Página 447

30 FRACTURASPOR
SOBRECARGA

Thomas P. Knapp
Bert R. Mandelbaum

INTRODUCCIÓN
En el año 200 a.C., Aristóteles definió correctamente a los “Vencedores
Olímpicos” diciendo que eran “...aquellos que no malgastan sus fuerzas a causa
de un entrenamiento prematuro y excesivo”. Las fracturas por desgaste localiza-
das en la tibia han recibido diversos nombres, entre los que se cuentan algunos
como el síndrome del esfuerzo del compartimiento posterior, fracturas por fati-
ga, rigidez muscular antiálgica de la espinilla, periostitis tibial anterior y síndro-
me de sobrecarga interna de la tibia.
Pentecost define una fractura por insuficiencia como aquella fractura produ-
cida por sobrecarga habitual o fisiológica aplicada sobre un hueso con una resis-
tencia elástica deficiente. Por contraste, una fractura por fatiga (por sobrecarga)
se produce cuando se aplica una sobrecarga anormal a un hueso con una resis-
tencia elástica normal.
En los jugadores de fútbol amateur y profesional, las fracturas por sobrecar-
ga se están convirtiendo en un hecho corriente. Por ejemplo, 9 de los 24 compo-
nentes del Equipo Nacional de Fútbol de EE.UU. que participó en el
Campeonato del Mundo de 1994 sufrieron fracturas por sobrecarga.
En la actualidad, Estados Unidos cuenta con 18 millones de jugadores de fút-
bol dedicados a la competición y el entrenamiento, incluyendo jugadores de elite,
los que juegan por diversión, jóvenes y mujeres. Cada uno de estos grupos debe-
ría ser considerado separadamente. Si las fracturas por sobrecarga no son diag-
nosticadas a tiempo, pueden causar una significativa pérdida de tiempo de juego
e incluso forzar a abandonar prematuramente la competición. A causa del eleva-
do número de participantes, el mayor tiempo de juego y la intensidad cada vez
mayor del fútbol, los profesionales de la medicina deportiva deben saber cómo
diagnosticar, tratar y prevenir estos problemas de manera adecuada.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 448

448 MEDICINA DEL FÚTBOL

El propósito de este capítulo es examinar la historia, epidemiología y etiología


de las fracturas por sobrecarga. El diagnóstico adecuado, los estudios de confir-
mación y los regímenes de tratamiento serán sometidos a discusión. Finalmente,
se analizará el momento de la vuelta a la práctica deportiva y los medios para pre-
venir las fracturas por sobrecarga.

HISTORIA
La primera descripción de las fracturas por sobrecarga fue realizada en 1855
por Briethaupt, un médico militar prusiano. Briethaupt describió los signos clíni-
cos, los síntomas y el desarrollo temporal de una fractura por sobrecarga del
metatarso. Esta fractura era conocida como fractura de marcha o fractura de
Deutschlander. Transcurrieron 40 años hasta que la aparición de las radiografías
proporcionó la confirmación visual de su teoría.
En 1958, Devas fue el primero que describió esta lesión en los atletas. Desde
entonces, los informes elaborados referentes a fracturas por sobrecarga en los
atletas han sido numerosos.

EPIDEMIOLOGÍA
Las fracturas por sobrecarga han sido descritas en relación con la edad, la
raza, el sexo, el deporte específico y los patrones de localización ósea. En térmi-
nos de edad, el más joven de los pacientes recogidos en los informes era un niño
de 18 meses. Un caso más típico es el del corredor sin información ni experien-
cia que suele trotar en lugar de practicar la carrera desde un punto de vista com-
petitivo o recreativo. En general, estos individuos corren menos de 32 km sema-
nales y se muestran disconformes con el súbito inicio de un programa de entre-
namiento intensivo.
La creencia popular, confirmada por algunos informes de la literatura médi-
ca, es que las fracturas por sobrecarga son poco frecuentes en las poblaciones de
piel oscura. No obstante, Markey descubrió que, en una población con mezcla
de razas sometida al mismo tipo de entrenamiento militar, la incidencia de las
fracturas por sobrecarga fue similar en todas las razas. De dicho informe parece
desprenderse que las fracturas por sobrecarga afectan a los hombres en menor
medida, ya que en ellos la pura masa corporal es mayor y la estructura ósea total
posee un mayor tamaño. Lo contrario es cierto en el caso de las mujeres. De
acuerdo con Markey, la mayor incidencia de las fracturas por sobrecarga en las
mujeres en deportes de carrera puede reflejar el hecho de que las mujeres, de
menor estatura que los hombres, están siendo sobrecargadas.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 449

FRACTURAS POR SOBRECARGA


449

Algunos autores han mostrado que las mujeres desarrollan hasta 10 veces más
fracturas por sobrecarga que los hombres con idéntico programa de entrenamien-
to. En un grupo de más de 300 reclutas de la marina durante 8 semanas de entre-
namiento básico, las mujeres sufrieron una incidencia de lesiones que impedían
desarrollar las propias actividades significativamente mayor (44,6%) que los
hombres (29,0%). Un estudio realizado por Markey en 1987 mostró que en el
caso de los niños con menos de 16 años, el número de fracturas por sobrecarga
en ambos sexos fue el mismo. Esta constatación es importante, ya que el núme-
ro de niñas que participan en actividades que impliquen correr y saltar es menor.
El examen de la literatura médica referente a las fracturas por sobrecarga rela-
cionadas con los deportes revela una incidencia de lesiones relacionadas con el
fútbol de un 2% aproximadamente. En el caso del fútbol, lo más frecuente es que
las fracturas por sobrecarga estén localizadas en los metatarsiano (los más comu-
nes son el segundo y el quinto), la tibia, el peroné, el fémur, la cresta ilíaca ante-
rior y las partes interarticulares. En general, los estudios revelan que la tibia es
el lugar más afectado por las fracturas por sobrecarga. La tabla 30-1 enumera los
huesos más comunes implicados en las actividades deportivas específicas.
El trabajo de Matheson sobre 320 casos de fracturas por sobrecarga cuyo
resultado en el escáner óseo fue positivo mostró que la tibia era el lugar más afec-
tado por las lesiones (49,1%), seguida, en segundo lugar, de los tarsos (25,3%).
El resto de fracturas por sobrecarga se produjeron en los metatarsiano (8,8%), el
fémur (7,2%), el peroné (6,6%), la pelvis (1,6%), los sesamoides (0,9%) y la
espalda (0,6%). De todos los casos, el 16,6% fueron bilaterales. Las fracturas por
sobrecarga femorales y tarsianas estaban más extendidas en los atletas mayores,
mientras que las fracturas peroneas y tibiales eran las más comunes en los atle-
tas jóvenes. Otros informes sostienen que las fracturas se producen con mayor
frecuencia en los metatarsiano (35,2%), seguidos del calcáneo (28,0%), la tibia
(24,0%), las costillas (5,6%), el fémur (3,2%), la columna (0,4%) y la rama púbi-
ca (0,4%).

MECANISMO DE LA LESIÓN
Las lesiones por sobrecarga relacionadas con el fútbol pueden producirse con
frecuencia debido a los duros campos de juego, al diseño inadecuado de las
botas, a errores en el entrenamiento y al exceso de entrenamiento. Para hacerse
cargo del modo en que los citados factores extrínsecos afectan al jugador de fút-
bol, es necesario comprender la fisiología básica del tejido conectivo.
Hay hipótesis que sostienen que el tejido conectivo se adapta a la sobrecarga.
La ley de la transformación de Wolf afirma que el tejido conectivo responde a
Documento3 16/2/05 09:45 Página 450

450 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 30-1.

Tabla de actividades deportivas y huesos más


vulnerables a las fracturas por sobrecarga

Deporte/actividad atlética Hueso comúnmente lesionado

Correr
esprint (raro)
media distancia Peronétibia
larga distancia
Excursionismo Metatarsianos (raro)
Pelvis
Saltar Pelvis, fémur
Tenis Cúbito, metacarpianos
Beisbol
lanzar Húmero, escápula
recibir Costilla
batear Rótula
Baloncesto Rótula, tibia, calcáneo
Jabalina Cúbito
Fútbol Tibia
Natación Tibia, metatarsianos
Patinaje Fíbula
Curling Cúbito
Aeróbic Tibia, cúbito
Baile Tibia
Cricket Húmero
Esgrima Pubis
Balonmano Metacarpianos

fuerzas externas. En consecuencia, cada cambio en la forma y la función del


hueso da como resultado un cambio de su arquitectura interna. La figura 30-1
muestra la curva de dosis-respuesta en relación con la adaptación ósea a la sobre-
carga. El eje y representa la dosis de una actividad dada (incluyendo duración,
intensidad y frecuencia). El eje x es la respuesta a la adaptación. Una fractura por
sobrecarga es una respuesta en forma de mala adaptación a una dosis anormal
de sobrecarga. La lesión puede prevenirse si las sobrecargas se aplican con sen-
tido común. Para que se produzca una respuesta de adaptación correcta, la sobre-
carga debería aplicarse de manera cíclica, alternándola con períodos de reposo.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 451

FRACTURAS POR SOBRECARGA


451

La cantidad de descanso y el grado aplicable de sobrecarga vendrán determi-


nados por el nivel biológico del paciente. La dosificación de la sobrecarga depen-
de de factores intrínsecos, que incluyen variables endocrinas y nutricionales. En
los puntos de la curva situados entre el reposo en cama y la carencia de peso, la
actividad se adapta negativamente, y el resultado es una disminución de la den-
sidad mineral ósea, de la fuerza tensora y de la nueva formación ósea perióstica.
Este hecho se debe a que ambas actividades carecen de fuerzas terrestres reacti-
vas.
El segmento del ejercicio en la curva demuestra que la adaptación cíclica-
mente progresiva del hueso es un hecho esencial. Todos los puntos situados bajo
la curva cíclica permiten una adaptación positiva, minimizando la probabilidad
de lesión. El aumento de la dosis de actividad de un modo inconsistente respec-
to al patrón del atleta y a la calidad de la respuesta de adaptación, como en el caso
de un programa de entrenamiento progresivo, da como resultado una mala adap-
tación y una lesión. En casos de dosis de ejercicios moderadas y elevadas (al
igual que en cualquier programa de entrenamiento específico), la dosis de res-
puesta es la clave para entender e integrar los detalles de la respuesta de adapta-
ción. Éstos incluyen la calidad, la cantidad y las relaciones temporales del pro-
ceso. Las influencias negativas, como las deficiencias hormonales, nutricionales
o el incremento de la duración, la intensidad y la frecuencia por encima de la res-

RESPUESTA D E ADAPTACIÓN
Ejercicio D máx. Deficiencia
intenso nutricional de
estrógenos
LESIÓN
D2
Normal
Dosis
(DIF)
D2

D1
Ejercicio de baja
intensidad
Reposo en cama D0
ACTIVIDAD

Carencia de peso
B1 B2 B3 B4

Figura 30-1. Curva dosis-respuesta de la adaptación ósea a la sobrecarga.


Documento3 16/2/05 09:45 Página 452

452 MEDICINA DEL FÚTBOL

puesta típica, también causarán respuestas negativas a la adaptación. Cuando se


supere la dosis máxima (D máx), la respuesta negativa desembocará en mala
adaptación y fractura por sobrecarga. Esta hipótesis proporciona al profesional
de la medicina un mecanismo conceptual y práctico que le permite interpretar las
malas adaptaciones debidas a la sobrecarga.
Existen diversas teorías que tratan de explicar la etiología de la fractura por
sobrecarga. La opinión más extendida es que la sobrecarga repetida causa una
resorción perióstica que avanza con mayor rapidez que la remodelación ósea,
debilita el córtex y da como resultado una fractura por sobrecarga. Con anterio-
ridad se creía que una fractura por sobrecarga está precedida por fatiga en los
músculos que rodean el hueso, y que a continuación permita que el exceso de
fuerza se transmita al hueso subyacente. Sin embargo, Stanitski creía que lo
correcto era justamente lo contrario. Propuso que la repetida intervención de
fuerzas musculares altamente concentradas a través de un hueso causada por
tareas específicas y repetitivas incrementa la sobrecarga. La acción muscular rít-
mica y repetitiva da como resultado el subumbral, agresiones mecánicas cuya
suma total es superior a la capacidad ósea para soportar la sobrecarga y que
determina una fractura por sobrecarga. Este continuo desgaste de un hueso no
habituado a la sobrecarga causa una resorción perióstica rápida, focalizada y con
forma de circunferencia de la formación ósea de una pequeña cavidad cortical. A
un ritmo inferior, el hueso cortical, más denso y de mayor fortaleza, se extiende
a lo largo de las líneas de sobrecarga de la tibia. A medida que el nivel de resor-
ción perióstica supera la velocidad de formación del hueso cortical –que posee
una mayor fortaleza–, se produce una debilitamiento temporal del córtex, que
puede llegar a romperse si se ve sometido a desgaste y a continua sobrecarga.
Aunque los factores biológicos y mecánicos implicados en una fractura ósea por
sobrecarga son múltiples, el proceso de fractura parece ser parecido en los hue-
sos trabecular y cortical. Este proceso se ve alterado por varios factores. Un
ejemplo de dichos factores son los trastornos en la formación o nutrición del
colágeno, que pueden prolongar el tiempo de curación de la fractura o provocar
desunión en una fractura ósea por sobrecarga.
La mera evaluación mecánica de un hueso no explica el proceso biológico
implicado en el desarrollo de una respuesta de sobrecarga y la posterior fractura.
Según el tipo de fractura, la edad del paciente y su condición física, hay ciertos
huesos y ciertas zonas óseas más propensas a sufrir fracturas. Por ejemplo, entre
los corredores, la tibia suele ser el hueso más afectado, ya que soporta entre 5 y
6 veces el peso del cuerpo (en comparación con lo que sucede al andar, la carre-
ra multiplica por tres las fuerzas terrestres reactivas). Otros ejemplos vienen
dados por atletas con fracturas tarsianas naviculares, que suelen estar sometidas
Documento3 16/2/05 09:45 Página 453

FRACTURAS POR SOBRECARGA


453

a repetidas y elevadas dosis de sobrecarga. Las variables intrínsecas incluyen


anomalías del pie, incluyendo un primer metatarsiano corto y un metatarso abdu-
cido, limitada flexión dorsal del tobillo y movilidad subastragalina limitada. Los
estudios microangiográficos de la irrigación sanguínea del tarso navicular reali-
zados por Torg muestran una relativa avascularidad en el primer tercio del hueso.
Todos estos resultados sugieren que la carga cíclica repetitiva, asociada con cier-
tas variaciones no identificadas de la estructura del pie, puede desembocar en
fallo por fatiga propiciado por la sección central –relativamente avascular– navi-
cular del tarso.
En consecuencia, las fracturas por sobrecarga deben ser consideradas como
una espectro de lesiones (desde la respuesta a la sobrecarga hasta la fractura), ya
que no todas desembocan en una rotura de la cortical ósea y en modificaciones
intramedulares visibles en las radiografías. Por ejemplo, es posible que el único
indicio radiológico sea la hipertrofia cortical simple a lo largo del córtex interno
posterior de la tibia. Un colega realizó un seguimiento de 20 atletas aquejados de
dolor relacionado con esta afección durante más de 5 años; la consecuencia
secundaria de la sobrecarga y el desgaste fue una hipertrofia cortical benigna.
Los errores en el entrenamiento son la causa más frecuente de fracturas por
sobrecarga. De hecho, dichos errores pueden ser la causa de más del 20% de las
lesiones por sobrecarga. La mayoría de los atletas desarrollan fracturas por
sobrecarga durante un período con incremento secuencial escalonado o con una
progresión de dosis crecientes. El mayor número de pies afectados de pronación
fue hallado en las fracturas tibiales por sobrecarga y en las fracturas óseas del
tarso; al respecto, las fracturas del metatarsiano fueron las menos observadas. El
pie cavo apareció con mayor frecuencia en las fracturas por sobrecarga metatar-
sianas y femorales.
En 1987, Jones realizó un estudio sobre las lesiones de las extremidades infe-
riores y descubrió que el 2,4% de los hombres, frente al 12,3% de las mujeres,
sufrían fracturas por sobrecarga. En 1985, Marcus descubrió que las irregulari-
dades menstruales son una factor que predispone a sufrir lesiones por sobrecar-
ga. En concreto, las fracturas que más afectan a las mujeres amenorreicas son las
fracturas relacionadas con la práctica de la carrera. Aunque da la impresión que
el ejercicio que obliga a soportar un peso extremo consigue mitigar parcialmen-
te los efectos, adversos desde un punto de vista esquelético, de la privación de
estrógenos, las corredoras amenorreicas están muy expuestas a sufrir fracturas
relacionadas con la práctica deportiva. Las chicas impúberes que empiezan a
entrenar y a competir seriamente antes de la menstruación pueden sufrir un retra-
so en la misma y un elevado riesgo de amenorrea secundaria y fracturas por
sobrecarga. Las atletas amenorreicas pueden sufrir una disminución de la densi-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 454

454 MEDICINA DEL FÚTBOL

dad mineral en las vertebras lumbares (básicamente, hueso trabecular), pero no


en el radio (principalmente, hueso cortical).
La actividad física desarrollada por las atletas amenorreicas no las protege de
la pérdida de hueso vertebral. La densidad mineral de la columna lumbar de las
corredoras amenorreicas suele ser inferior en el caso de las mujeres menstruan-
tes y en los controles por edad, pero suele ser superior en las corredoras con ame-
norrea secundaria con un nivel menor de actividad física. La densidad mineral
del radio es normal en ambos grupos. Las mujeres afectadas de fracturas por
sobrecarga tienen más posibilidades de tener una baja densidad ósea, un bajo
aporte dietético de calcio, frecuentes irregularidades menstruales y una baja uti-
lización de anticonceptivos oraless. La densidad mineral ósea medida con absor-
ciometría radiográfica de energía dual es significativamente menor en la colum-
na, el cuello femoral, el triángulo de Ward y el trócanter mayor. Por consiguien-
te, la etiología de las fracturas por sobrecarga está basada en las respuestas de
inadaptación a los períodos de incremento escalonado/incremento de las dosis de
actividad, en lugar de basarse en la adecuada progresión cíclica de adaptación.
Las respuestas de adaptación/mala adaptación están modificadas por varios fac-
tores intrínsecos y extrínsecos.

DIAGNÓSTICO DE LA LESIÓN
El diagnóstico temprano de la lesión por sobrecarga es preceptivo, ya que la
dilación podría aumentar la morbosidad. El diagnóstico de fracturas por sobre-
carga del cuello femoral hasta 14 semanas después de la aparición de los sínto-
mas forzó a los atletas a poner punto final a sus carreras a causa del retraso en el
diagnóstico. En consecuencia, la prevención y el diagnóstico temprano son los
objetivos principales del especialista en medicina deportiva.
Los jugadores de fútbol aquejados de fracturas por sobrecarga tienen un his-
torial común y previsible. En la práctica totalidad de los casos se ha producido
una modificación en el nivel de actividad. Este cambio puede prolongarse a lo
largo del tiempo o suceder de una sola vez. Los síntomas afloran gradualmente
durante 2-3 semanas, y en algunos casos durante un período de hasta 5 semanas.
Según Markey, un pródromo de menos de 24 horas suele indicar una afección
ósea descartable.
En 1958, Devas describió la evolución del proceso. “Los síntomas se presen-
tan de manera insidiosa: al principio, el atleta siente un dolor sordo y punzante
en una u otra espinilla, hecho que suele producirse al final de una carrera. La
intensidad del dolor, que en principio es moderada, aumenta gradualmente a
medida que transcurren los días, y acaba siendo tan intenso que ya no es posible
Documento3 16/2/05 09:45 Página 455

FRACTURAS POR SOBRECARGA


455

seguir con la carrera o el esprint. En un principio el dolor desaparece con el des-


canso, pero vuelve a manifestarse cuando el atleta corre de nuevo. Con el trans-
curso de los días, las distancias que causan la aparición del dolor son cada vez
menores, y el dolor persiste durante unas horas tras el cese de la actividad física.
Finalmente, el dolor continúa durante la noche, si bien no impide conciliar el
sueño, y cualquier intento de volver a correr causa de inmediato un agudo dolor,
de manera que el entrenamiento tiene que ser interrumpido. Después de unos días
de descanso, el atleta se siente mejor e intenta correr de nuevo, descubriendo que
el dolor vuelve a estar presente; de esta manera, se echa a perder toda una tem-
porada de entrenamiento.”
Además del historial del atleta, la emisión de un diagnóstico correcto también
necesita basarse en el examen físico. El examinador debe determinar el punto de
flaccidez máxima y, por añadidura, evaluar las variaciones anatómicas intrínse-
cas (esto es, pie cavo o prono, pies planos, nódulos óseos, hiperqueratosis) y
otros problemas que remedan las fracturas por sobrecarga. El diagnóstico dife-
rencial debe incluir el tumor (a saber, osteoma osteoide), el síndrome comparti-
mental crónico, el síndrome de sobrecarga de la tibia interna y la infección.
Cada fractura por sobrecarga posee un historial específico y ciertas caracte-
rísticas físicas que ayudan a emitir el diagnóstico adecuado. En el caso de la tibia,
es importante diferenciar la rigidez muscular antiálgica de la espinilla de las frac-
turas por sobrecarga. La rigidez muscular antiálgica de la espinilla, de acuerdo
con el Informe sobre la Clasificación de las Lesiones Deportivas del Subcomité
de la Asociación Americana de Medicina, se caracteriza por “...dolor y malestar
en la pierna a causa de la práctica repetida de la carrera sobre superficies duras,
o por el uso forzado y excesivo de los dorsiflexores del pie; el diagnóstico debe
limitarse a las inflamaciones musculotendinosas, con exclusión de la fractura y
los trastornos isquémicos”. El dolor causado por la rigidez muscular antiálgica
de la espinilla aparece al principio de un entrenamiento y permanece durante
algunas horas. Suele ser un malestar sordo y agudo con una intensidad de amplio
espectro. Suele existir una zona de entre 3 y 6 cm de flaccidez por encima del
tercio distal posterointerno de la tibia. Las fracturas por sobrecarga muestran un
mayor endurecimiento, eritema, una temperatura más elevada y una zona de flac-
cidez pisiforme más localizada. En ocasiones, la rigidez muscular antiálgica de
la espinilla se ve agravada por la flexión plantar y por la inversión del pie contra
una resistencia manual. Además de la flaccidez y el edema locales, la percusión
en un punto distanciado de la fractura causa la transmisión del dolor al lugar de
la fractura. La fractura por sobrecarga del metatarso suele llevar asociado un
vago dolor en la zona media y delantera del pie. Con frecuencia, es difícil loca-
lizar un punto máximo de flaccidez. A menudo, andar de puntillas hará que el
Documento3 16/2/05 09:45 Página 456

456 MEDICINA DEL FÚTBOL

dolor sea más intenso. En algunos casos se presentará hinchazón moderada de las
partes blandas.
En los atletas jóvenes, las fracturas por sobrecarga del hueso navicular del
tarso son una infradiagnosticada fuente de inestabilidad prolongada en los pies.
Los síntomas de la fractura por sobrecarga del navicular incluyen un súbito ata-
que de dolor vago por encima del dorso de la parte interna del pie medio o de
la cara interna del arco longitudinal. El dolor proviene de una inflamación pa-
tológica o de flaccidez localizada por encima del navicular o a lo largo del arco
longitudinal interno. La hinchazón, si existe, es escasa, y no aparecen ni de-
coloración ni protuberancias. Puede presentarse disminución asociada de la
dorsiflexión o la movilidad subastragalina. El intervalo entre la aparición de los
síntomas y el diagnóstico puede ser de entre 1 y 38 meses, ya que la fractura
puede no ser visible o puede haber sido pasada por alto en las radiografías ruti-
narias del pie.

ESTUDIOS CONFIRMATORIOS
Aunque la mayoría de las fracturas por sobrecarga son diagnosticadas a par-
tir del historial y del examen físico, es importante corroborar el diagnóstico con
estudios confirmatorios. Los criterios clínicos y radiográficos para el diagnósti-
co de una fractura por sobrecarga incluyen normalidad ósea premorborsa, ausen-
cia de impacto directo, una actividad incitadora definida, y dolor y flaccidez
anteriores a la evidencia radiográfica de la fractura. Las imágenes del seguimien-
to deben mostrar la resolución o la remodelación de la zona de la fractura.
Las polifacéticas variables en el desarrollo de la respuesta a la sobrecarga dan
razón de los cambios en la apariencia radiológica. Dado que se trata de una lesión
en continuo desarrollo, el momento en que se tome una radiografía determinará
su apariencia. Es posible que los signos radiológicos de la fractura por sobrecar-
ga no muestren indicio alguno (fig. 30-2), nueva formación ósea perióstica o, en
ocasiones, brillantez (fig. 30-3). El nuevo hueso perióstico llega a su punto máxi-
mo a las 6 semanas. Con las posibilidades de que disponemos en la actualidad,
sólo el 50% de las fracturas por sobrecarga serán detectadas en las imágenes nor-
males (fig. 30-4).
El mejor método de diagnóstico es el difosfonato de tecnecio-99 en tres fases
o el escáner óseo de una fase (figs. 30-5 y 30-6) o el escáner por tomografía de
emisión de fotones.
La tabla 30-2 compara la vistas en escáner de las fracturas por sobrecarga con
las de la rigidez muscular antiálgica de la espinilla.
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FRACTURAS POR SOBRECARGA


457

Dado que este isótopo es absorbido por el osteoblasto durante la nueva for-
mación ósea, la zona de una fractura será detectada con facilidad. Este hecho
puede tener lugar entre 48 y 72 horas después de la aparición de los signos clíni-
cos de lesión.
Los escáneres óseos constituyen una técnica de alta sensibilidad para el diag-
nóstico temprano de las fracturas por sobrecarga. Mediante los escáneres, las
anomalías pueden ser identificadas antes de que sea posible observar modifica-
ciones en las radiografías.
No obstante, aun con su elevada sensibilidad para la detección de las fractu-
ras por sobrecarga, el escáner carece de especificidad. Prather calculó la pro-
porción negativa falsa de las radiografías simples en un 71%, y la proporción
positiva falsa de la escintigrafía en un 24%. La sensibilidad y el grado de preci-
sión de un escáner óseo pueden ser incrementados con vistas de alta resolución
de las áreas sospechosas y mediante escáneres comparativos del miembro sano.

Figura 30-2. Futbolista aquejado de dolor en el tobillo. En las radiografías la situación pare-
ce normal.
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458 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 30-3. Fractura por sobrecarga de la tibia.

Tabla 30-2.

Apariencia del escáner óseo: fracturas por sobrecarga


frente a rigidez muscular antiálgica de espinilla

Característica Fractura por sobrecarga Rigidez muscular antiálgica


de espinilla

Escáner óseo Cualquier fase puede ser positiva Sólo es positiva tras un retraso
Intensidad Puede estar entre 1+ y 4+ Normalmente 1+ o 2+
Forma Circular/fusiforme Lineal/vertical
Localización En cualquier parte en la zona Tibia media-posterior
Inferior de la pierna
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FRACTURAS POR SOBRECARGA


459

Figura 30-4. Vista de una fractura por sobrecarga del quinto metatarsiano en una radiografía
convencional (en la que no se reparó en un principio).

Figura 30-5. Escáner óseo de la misma fractura por sobrecarga de la tibia.


Documento3 16/2/05 09:45 Página 460

460 MEDICINA DEL FÚTBOL

Un escáner óseo negativo excluye virtualmente el diagnóstico de fractura por


sobrecarga. La tabla 30-3 compara el patrón secuencial de las fracturas por
sobrecarga en relación con los síntomas, el escáner óseo y los resultados de las
imágenes convencionales.
Aunque la tomografía computerizada puede ser útil para confirmar una frac-
tura, su aceptación no es generalizada. Puede ayudar a determinar la ubicación
de la fractura, su morfología y el estadio de la curación.
Los informes tempranos muestran que la imagen de resonancia magnética no
es superior al escáner óseo en el descubrimiento de fracturas por sobrecarga. La
sensibilidad relativa de la imagen de resonancia magnética comparada con la
escintigrafía todavía no ha sido objeto de estudio. A causa de su mayor resolu-
ción en el contraste de las partes blandas, puede permitir una detección tempra-
na (prerradiológica) de las fracturas óseas por sobrecarga. En la resonancia mag-
nética, las respuestas a la sobrecarga anteriores a la fractura son más visibles en
las zonas en que la médula ósea tiene una cantidad abrumadora de grasa (médu-
la ósea amarilla). Este hecho constituye una ventaja en el momento de tomar una
imagen del pie y la extremidad inferior, ya que están casi totalmente compuestos
de médula ósea amarilla.
En la imagen de resonancia magnética, las respuestas por sobrecarga apare-
cen como focos globulares de señal disminuida en las secuencias ponderadas en
T1, visibles contra un fondo de médula ósea amarilla (brillante). La intensidad
de la señal aumenta de manera variable en las secuencias ponderadas en T2. Las
respuestas a la sobrecarga son bien visibles en las secuencias de recuperación por
inversión tau corta [T1], en las que aparecen como áreas de elevada intensidad
de señal contra el fondo suprimido de médula ósea amarilla (fig. 30-7). Aunque
la detección de las respuestas por sobrecarga en la médula ósea amarilla suele ser
inequívoca, el hallazgo de anomalías de la médula hematopoyética puede ser

Tabla 3-3

Patrón secuencial de las fracturas por sobrecarga

Estadio Síntomas Escáner Radiografías

Remodelación ósea normal (sin incidentes)


Remodelación ósea acelerada (remodelación +
tras sobrecarga)
Fatiga ósea (fractura por sobrecarga) + +
Agotamiento óseo (rotura cortical) + +
Documento3 16/2/05 09:45 Página 461

FRACTURAS POR SOBRECARGA


461

difícil. En estos casos, las secuencias de recuperación por inversión tau corta
pueden brindar una considerable ayuda. En consecuencia, la resonancia magné-
tica puede lograr una mayor especificidad que el escáner óseo.

TRATAMIENTO
El tratamiento debe ser multidisciplinario y polifacético. Desde un punto de
vista categorial, el tratamiento se divide en general, psicológico, médico, físico
(duración, intensidad, frecuencia) y quirúrgico.
En general, para evitar las lesiones, los jugadores de fútbol deben seguir unas
pautas nutricionales apropiadas, en especial la atleta joven.
La nutrición correcta debe incluir pocas grasas y una elevada cantidad de
hidratos de carbono. Es importante evitar los fosfatos que contienen sosas (los
estudios sugieren que el consumo excesivo de fosfatos puede ser un factor impor-
tante en la mala adaptación a la sobrecarga). El balance de calcio debe ser el ade-
cuado en todo momento, ya que un balance negativo daría como resultado una
mala adaptación. Debido a que la mayoría de las atletas necesita entre 1.000 y

Figura 30-7. La imagen de resonancia magnética revela fractura por sobrecarga del cuerpo
astragalino.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 462

462 MEDICINA DEL FÚTBOL

1.500 mg de calcio por día, es recomendable el consumo de suplementos dieté-


ticos. Las vitaminas y los oligoelementos se emplean para prevenir deficiencias
(aunque no se ha demostrado que el consumo de dosis elevadas de vitaminas y
oligoelementos sea beneficioso).
Los trastornos alimentarios siempre deberán ser tenidos en cuenta. Este hecho
es particularmente importante en las atletas con múltiples y recurrentes fracturas
por sobrecarga. Cuando se detecte un problema de este tipo, el médico deberá
conseguir que el entrenador, el preparador, el padre, el propio atleta y un psicó-
logo o psiquiatra tomen parte en el tratamiento.
Desde un punto de vista médico, el atleta deberá ser examinado para asegu-
rarse de que no existe una afección concurrente que pueda afectar la integridad
del hueso. En el caso de la mujer atleta, deberán investigarse los patrones mens-
truales anormales. Si se presentan dichos patrones, el médico encargado de la
atención primaria debería considerar la posibilidad de suministrar un suplemen-
to de estrógenos.
Tras la evaluación de estos factores, el tratamiento del atleta se lleva a cabo
siguiendo el algoritmo para el tratamiento óseo específico. Las pruebas han mos-
trado que el factor más efectivo en el tratamiento de la lesión en el individuo sano
es la aplicación de sobrecarga cíclica.
El cese de la sobrecarga (a saber, el descanso) permite que la reparación pre-
domine sobre la resorción, y suele requerir entre 6 y 8 semanas para la mayoría
de las fracturas. Las fracturas de las ramas púbicas sanan entre 2 y 5 meses des-
pués. En un estudio realizado con guardiamarinas, 97 hombres aquejados de rigi-
dez antiálgica en la espinilla fueron divididos en cinco grupos de tratamiento. En
un grado variable, todos fueron efectivos. En todos los tratamientos estaba pro-
hibido correr.
Aunque la colocación de abrazaderas puede ser importante a la hora de limi-
tar el movimiento que agrava la lesión, también puede transmitir la sobrecarga a
otras zonas que, a su vez, pueden desarrollar los síntomas. Se equipó a un grupo
de atletas de competición con abrazaderas neumáticas para la pierna. Todos fue-
ron capaces de moverse sin sentir dolor y, al cabo de 1 semana, se les permitió
reemprender un entrenamiento ligero. Volvieron a la práctica de un entrenamien-
to intensivo tras una media de 3,7 semanas después de la lesión. El retorno a la
competición se produjo una media de 5,3 semanas después de la aplicación de
la abrazadera. El efecto obtenido puede haber sido resultado de una curación ace-
lerada debida a una torniquete venoso.
La cirugía sólo debería ser considerada en caso de que una fractura total del
hueso pudiera tener graves complicaciones. Ejemplos de ello son la tibia
(fig. 30-8), el navicular, el quinto metatarsiano y el cuello femoral.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 463

FRACTURAS POR SOBRECARGA


463

Figura 30-8. Para que una fractura por sobrecarga pueda sanar sin necesidad de medidas qui-
rúrgicas, es preciso realizar fijación tibial tras el fallo.

La figura 30-9 representa nuestro algoritmo de tratamiento para los atletas


presuntamente aquejados de fracturas por sobrecarga en la tibia. Tras haber exa-
minado al atleta y haber obtenido su historial, debe efectuarse una radiografía
simple.
El motivo es el ocasional resultado positivo y la provisión de documentación
para futuras radiografías. Si estas imágenes son negativas, hay que proceder con
un escáner óseo o resonancia magnética. Tras la confirmación del diagnóstico, el
Documento3 16/2/05 09:45 Página 464

464 MEDICINA DEL FÚTBOL

Radigrafía o escáner óseo (+)


Resonancia magnética +/-

PASO 1
Descanso
+/– Muletas
Entrenamiento variado x 6 semanas

¿Dolor?

(+)
(–)
PRadiografía

(+) Repetir paso 1


(–)
x 6 semanas

PASO 2

¿Dolor?

(+)
(–) Tomografía computerizada
¿Brillantez extensa?

Perforación
Progresión cíclica
intramedular

RETORNO A LA
PRÁCTICA
DEPORTIVA

Figura 30-9. Algoritmo para el tratamiento de la fractura por sobrecarga de la tibia.


Documento3 16/2/05 09:45 Página 465

FRACTURAS POR SOBRECARGA


465

atleta descansará durante 6 semanas alejado de toda actividad agravante. En caso


de cojera o dolor significativo, se utilizarán muletas. Durante este tiempo, el atle-
ta podrá mantener su tono cardiovascular mediante la práctica de un entrena-
miento que incluya natación o ciclismo. Pasadas 6 semanas, el atleta vuelve a ser
evaluado. Si no sufre dolor, se le permite volver a la práctica deportiva siguien-
do una progresión cíclica. Si el dolor persiste y las radiografías simples no dan
muestras de propagación de la fractura, se establece la progresión cíclica. Si las
radiografías muestran indicios de propagación de la fractura, el paso 1 se repite
durante 6 semanas más. Al cabo de este tiempo, y una vez realizado un nuevo
examen, el dolor determinará si debe permitirse el retorno a la práctica del fút-
bol. Cuando el dolor persiste solemos practicar una tomografía computerizada
(en caso de que las radiografías sean equívocas). Si se detecta una extensa bri-
llantez o una tomografía es positiva, se realiza la perforación escariadora intra-
medular de la tibia. En ese momento, el atleta está listo para volver a jugar a fút-
bol por medio de la progresión cíclica.
La figura 30-10 representa nuestro algoritmo de tratamiento para las fractu-
ras metatarsianas por sobrecarga. Excepto la intervención quirúrgica, que impli-
ca fijación de tornillos eliminables ± injerto óseo, los conceptos son los mismos
que en el caso de la tibia.
La figura 30-11 es el algoritmo para el tratamiento de las fracturas navicula-
res desarrollado por Torg. Las fracturas sin complicaciones, parciales y no des-
plazadas y completas del navicular deberían ser tratadas mediante inmovilización
con una escayola plástica y nulo sostenimiento de pesos de 6 a 8 semanas. La
vuelta a la actividad y al sostenimiento de peso debería realizarse según el esta-
do clínico del paciente y la prueba radiológica de la unión. Las fracturas comple-
tas o desplazadas pueden ser tratadas por medio de inmovilización en escayola
plástica y nulo sostenimiento de pesos de 6 a 8 semanas, o mediante reducción
abierta y fijación interna seguida de no sostenimiento de pesos durante 6 sema-
nas. El tratamiento de las fracturas complicadas con uniones tardías o falta de
unión debería consistir en corretaje medular e incrustación de injerto óseo. En
estos casos, puede existir una unión fibrosa, y no hay que tratar de reducir los
fragmentos. Si los fragmentos son móviles, la fijación interna debe llevarse a
cabo empleando un tornillo maleolar. Tras el corretaje medular y la incrustación
del injerto óseo con o sin fijación interna, al paciente se le debe colocar una esca-
yola corta para la pierna que le permita no sostener peso entre 6 y 8 semanas. De
nuevo, la movilización y el retorno a la actividad deberían estar en función de la
evidencia clínica y radiológica de curación.
En las fracturas tratadas con injerto óseo, es posible que la unión ósea carez-
ca de firmeza hasta un período de entre 3 y 6 meses después. Las fracturas par-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 466

466 MEDICINA DEL FÚTBOL

Radiografía o escáner óseo (+)


Resonancia magnética +/–

PASO 1
Descanso
+/– Muletas
Entrenamiento variado x 6 semanas

¿Dolor?

(+)
(–)
Radiografía

Brillantez metafisaria / diafisa-


¿Curación? ria
Repetir paso 1 x 4 semanas
PASO 2

Radiografía

¿Curación? ¿No curación?

Tornillo/injerto
Progresión clínica
óseo

RETORNO A LA
PRÁCTICA
DEPORTIVA

Figura 30-10. Algoritmo para el tratamiento de la fractura por sobrecarga del metatarso.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 467

FRACTURAS POR SOBRECARGA


467

Radiografía o escáner óseo (+)


+/- resonancia magnética

Fracturas parciales, Fracturas completas, Fracturas completas,


sin complicaciones no desplazadas desplazadas

Escayolado corto Nota: verificar pico


de la pierna astragalino dorsal Reducción abierta con
No sostenimiento de peso y fractura dorsal fijación interna
de 6 a 8 semanas transversa

Escayolado corto
Sostenimiento de peso
de la pierna
basado en los síntomas Posible excisión
No sostenimiento de
y en rayos X
peso 6 semanas

No unión o
Progresión cíclica unión retrasada

Retorno a la Raspado medular


actividad deportiva Fijación de injerto óseo

Escayolado corto
de la pierna
No sostenimiento de
pesos de 6 a 8 semanas

Figura 30-11. Algoritmo de las fracturas naviculares por sobrecarga.


Documento3 16/2/05 09:45 Página 468

468 MEDICINA DEL FÚTBOL

ciales complicadas con una pequeña fractura dorsal transversal pueden requerir la
excisión del fragmento dorsal. En el caso de fracturas completas complicadas con
una extensa fractura dorsal transversal, la unión vendrá propiciada por la inmovi-
lización, con lo cual la excisión del fragmento no será necesaria. Por el contrario,
los picos astragalinos dorsales asociados y los pequeños fragmentos dorsales
transversales sí deberían ser excindidos. Los fragmentos escleróticos asociados
con la unión y la no unión retrasadas no deberían ser excindidos. Dichos fragmen-
tos deberían ser tratados con corretaje medular e incrustación de injerto óseo,
según se indicó. Respecto a las fracturas tarsianas naviculares, el tratamiento más
apropiado es el escayolado con nulo sostenimiento de peso. Comparativamente,
el tratamiento arrojó resultados favorables en relación con el tratamiento quirúr-
gico al que fueron sometidos los pacientes que no obtuvieron resultados con el
tratamiento de sostenimiento de pesos. La imagen de la tomografía computeriza-
da no mostraba indicios de unión clínica. Se ha sugerido que el tratamiento pos-
terior a la inmovilización debería ser administrado clínicamente, ya que 28 de los
35 pacientes (un 80%) se curaron gracias al escayolado con nulo sostenimiento
de pesos, frente a los 12 de 40 pacientes (un 30%), que lograron curarse median-
te la limitación de la actividad física. De los 5 pacientes que desarrollaron una
continua actividad deportiva, sólo 1 logró curarse.
Aunque los únicos medicamentos necesarios son los analgésicos, las mujeres
amenorreicas delgadas a menudo precisan de sustitución hormonal. En el atleta
cuyo estado de salud sólo se vea alterado por anomalías metabólicas poco comu-
nes, éstas deberían ser tenidas en cuenta. El metabolismo alterado del cobre y del
magnesio puede dar como resultado una estructura cristalina ósea pobre. El
raquitismo osteomalácico, ya sea primario o secundario, necesita el aporte de
suplementos de vitamina D y calcio para prevenir las fracturas causadas por insu-
ficiencia.
Aunque algunos estudios sugieren que puede ayudar en el diagnóstico, los
ultrasonidos están contraindicados, ya que agravan el dolor en la zona de la frac-
tura. La aplicación de hielo y masajes tras un ejercicio suave alivia el dolor e
incrementa el riego sanguíneo de la zona subcutánea gracias a la vasodilatación
refleja.

CRITERIOS PARA EL RETORNO A LA PRÁCTICA DEPORTIVA


La mayoría de atletas podrán volver a jugar a fútbol entre 3 y 8 semanas des-
pués (fig. 30-12). Para poder dar comienzo a la rehabilitación, los atletas no
deben sentir dolor ni siquiera durante la realización de la actividad física.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 469

FRACTURAS POR SOBRECARGA


469

PREVENCIÓN DE LA LESIÓN

En un estudio realizado con aproximadamente 3.000 guardamarinas se


emplearon aproximadamente cuatro programas profilácticos para la rigidez mus-
cular antiálgica de espinilla. Estos incluían almohadillas para el talón, zapatillas
de tenis, ejercicios de estiramiento y un programa gradual para correr. Ninguno
de ellos fue efectivo.
Nosotros hemos desarrollado las siguientes directrices para el tratamiento
preventivo de las fracturas por sobrecarga en los jugadores de fútbol:

1. Educar a los atletas, entrenadores, padres, preparadores y médicos.


2. Utilizar distintas zapatillas para el entrenamiento y para los partidos.
3. Entrenar en progresión cíclica, de manera que sea posible adaptarse a la
nueva intensidad.
4. Realizar un entrenamiento variado con, por ejemplo, la bicicleta, la piscina o
la máquina de subir escaleras.
5. Dar más importancia a la calidad que a la cantidad.

Figura 30-12. La misma fractura por sobrecarga reproducida en la figura 30-6 en la que se
muestra de progresión. La fractura sanó tras la aplicación del algoritmo para el tratamiento.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 470

470 MEDICINA DEL FÚTBOL

6. Controlar cuidadosamente los períodos de actividad y los períodos de descanso.


7. Personalizar los programas de entrenamiento.
8. Ser especialmente cuidadoso con los programas anuales de entrenamiento.
La concentración más alta de fracturas por sobrecarga se encuentra en zonas
como California y Florida.
9. Considere la posibilidad de cambiar de campo si el número de fracturas por
sobrecarga parece ser anormalmente elevado.
10.Tenga en cuenta la advertencia de Aristóteles: “El niño no es un pequeño
hombre”. Personalice los programas según el estadio de la pubertad en que se
encuentra el niño, no según su edad.
11. Evite los trastornos alimentarios. Tenga cuidado con las fracturas múltiples
por sobrecarga.

RESUMEN
Deben realizarse estudios sobre la incidencia y periodicidad de las lesiones en
el fútbol. También deberían diseñarse estudios biomecánicos para examinar el
diseño del calzado y la concentración de fuerza. Algunos entrenadores han habla-
do sobre la posibilidad de fatiga peroneal y sus implicaciones para las lesiones
en el fútbol. Finalmente, deberán estudiarse las cuestiones nutricionales (a saber,
las referentes a las vitaminas, los oligoelementos y los antioxidantes).

LECTURAS RECOMENDADAS

Andrish JT, Bergfeld JA, Walheim J. A prospective study on the management of


shin splints. J Bone Surg 1974;56A:1697-1700.
Deutsch AL, Mink JH, Kerr R. MRI of the foot and ankle. Nueva York: Raven
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Devas MB. Stress fractures of the tibia in athletes or “shin soreness”. J Bone
Joint Surg 1958;40B:227-239.
Jones BH, Bovee MW, Harris JM, y cols. Intrinsic risk factors for exercise-rela-
ted injuries among male and female army trainees. Am J Sports Med
1993;21:705-710.
Marcus R, Cann C, Madvig P, y cols. Menstrual function and bone mass in elite
women distance runners. Ann Intern Med 1985;102:158-163.
Markey, KL. Stress fractures. Clin Sports Med 1987;6:405-425.
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FRACTURAS POR SOBRECARGA


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Pentecost RL, y cols. Fatigue, insufficiency and pathologic fractures. JAMA


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Prather JL, Nusynowitz ML, Snowdy HA, et al. Scintigraphic findings in stress
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Torg JS, Pavlov H, Cooley LH, y cols. Stress fractures of the tarsal navicular.
J Bone Joint Surg 1982;63A:700-712.
Viitasalo JT, Kvist M. Some biomechanical aspects of the foot and ankle in ath-
letes, with and without shin splints. Am J Sports Med 1983;11:125-130.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 472
Documento4 16/2/05 18:03 Página 473

31 LESIONES AGUDAS
EN EL PIE
Y EL TOBILLO

Per A. F. H. Renstrom

En la práctica deportiva, las lesiones en el tobillo y en el pie ocurren con fre-


cuencia. De hecho, en Estados Unidos se produce aproximadamente una lesión
por inversión del ligamento del tobillo por cada 10.000 personas. Estas lesiones
suelen afectar de manera señalada a los jóvenes, probablemente porque muchos
de ellos practican algún deporte o actividad física. Las lesiones de tobillo son las
más comunes en los deportes y las actividades recreativas. El 29% de todas
las lesiones en las extremidades inferiores son lesiones de tobillo, y de éstas, el
75% afectan los ligamentos laterales. En los estudiantes de instituto, las lesiones
de tobillo son las más frecuentes en todos los deportes con la excepción del tenis
y la natación. El mayor porcentaje de lesiones de tobillo tiene lugar en el balon-
cesto, en el cual algo más de la mitad de las lesiones afectan el tobillo.

EPIDEMIOLOGÍA
Los esguinces de tobillo constituyen entre el 17% y el 20% de todas las lesio-
nes en el fútbol. La incidencia de los esguinces de tobillo varía entre 1,7 y el 2,0
por cada mil horas de juego. A pesar de la elevada frecuencia de las lesiones de
tobillo, las diferencias entre las técnicas de diagnóstico clínico y los métodos
de tratamiento son considerables. Aunque durante la práctica del fútbol también
se producen con frecuencia lesiones en el pie, su incidencia no es bien conocida.
En este capítulo se discutirán factores de importancia relacionados con el meca-
nismo de las lesiones en el pie y en el tobillo en el fútbol; asimismo, también se
discutirán dichos factores en relación con las lesiones comunes en el pie.

MECANISMO DE LAS LESIONES DE TOBILLO

Durante 2 años se realizó un estudio prospectivo con 17 equipos de fútbol.


Los equipos registraron las lesiones que se produjeron durante el entrenamiento
Documento4 16/2/05 18:03 Página 474

474 MEDICINA DEL FÚTBOL

y la competición sobre distintas superficies durante el período de 2 años. Las


lesiones fueron definidas desde un punto de vista funcional: una lesión era con-
siderada como tal cuando apartaba al jugador del entrenamiento o la competi-
ción. En total, el número de lesiones que causaron una pérdida de tiempo de
juego superior a 1 semana se elevó a 184. La tabla 31-1 detalla la frecuencia y la
localización de las lesiones durante el estudio. La tabla 31-2 da una relación de
las actividades que causaron las lesiones. El contacto corporal fue la causa
de más del 60% de las lesiones. La realización negligente del calentamiento fue
considerada un factor de importancia en el 4% de las lesiones.
El 79% de las lesiones tuvieron lugar durante los partidos. Los jugadores
entrenaron con una frecuencia 2,5 veces superior a la de la celebración de los
partidos, lo que significa que el riesgo de lesión era mucho más elevado durante
los mismos. Muchas lesiones tendían a producirse al principio de la primera parte
o hacia el final de la segunda. El tipo de lesión no varió de manera significativa
según las posiciones de los jugadores. Las lesiones de tobillo afectaron con
mayor frecuencia a los jugadores en posición de extremos, lo que puede ser
explicado por el hecho de que dichos jugadores suelen realizar centros largos
desde la banda al centro y, además, porque suelen recibir las entradas de los con-
trarios desde la banda mientras se encuentran en una posición rígida. En general,
las lesiones afectaron con mayor frecuencia a los centrales, a causa de las entra-
das de cabeza y a ras de suelo. Las lesiones en la ingle afectaron mayormente a
los centrocampistas y los extremos.
Respecto a las lesiones de pie y tobillo, el diseño de la bota y su relación con
la superficie de juego son dos factores importantes. Comparados con el 43% de

Tabla 31-1.

Tipo de lesión y localización de la lesión en 17 equipos


durante un período de 2 años

Tipo de lesión Incidencia

Distensiones del tendón muscular 30%


Esguinces de ligamento 30%
Fracturas 9%

Localización

24%
Rodilla
19%
Tobillo
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


475

los jugadores lesionados que no llevaban botas de tacos, el 73% de los jugadores
que sufrieron lesiones jugando sobre césped artificial utilizaban botas de tacos.
Estos resultados muestran que los tacos juegan un importante papel en el meca-
nismo de la lesión sobre hierba artificial. En el caso de los terrenos cubiertos de
césped, los jugadores que utilizaban entre 6 y 10 tacos se lesionaron con menor
frecuencia. En conclusión, parece que los jugadores no deberían emplear botas
de tacos al jugar sobre hierba artificial, y que, al jugar sobre césped, la cifra acon-
sejable se sitúa entre 6 y 10 tacos. Es importante utilizar unas botas adaptadas a
la superficie.
Basándose en este conjunto de datos, puede decirse que las lesiones en el
tobillo se producen con mayor frecuencia al jugar sobre césped, que la inciden-
cia de las lesiones en la parte inferior de la pierna y la ingle es mayor cuando la
superficie es de hierba artificial, y que las lesiones de muslo son más comunes al
jugar sobre tierra. Las lesiones de rodilla se producen con una frecuencia similar
en todas las superficies.

LESIONES DE TOBILLO
Los ligamentos peroneoastragalino anterior, peroneocalcáneo y el ligamento
peroneoastragalino posterior funcionan como una unidad del tobillo lateral.
Aunque uno de ellos puede resistir un movimiento específico, el ligamento esta-
bilizador primario depende de la posición del pie. A medida que éste realiza una
flexión plantar, la tensión del ligamento peroneoastragalino anterior aumenta,
mientras que la tensión del ligamento peroneocalcáneo disminuye.

Tabla 31-2.

Acciones causantes de lesiones en el fútbol

Acción Incidencia

Entrar con el cuerpo 16%


Chutar 12%
Cabecear con contacto corporal 10%
Entrada a ras de suelo 9%
Tropezar 8%
Perseguir el balón 8%
Desgaste 9%
Documento4 16/2/05 18:03 Página 476

476 MEDICINA DEL FÚTBOL

Aunque el ligamento peroneoastragalino anterior es el ligamento más débil,


desde un punto de vista clínico es el más relevante. Ante todo, los daños clínicos
en el ligamento están en función de la carga tensora, y las fuerzas de giro y roza-
miento sólo afectan de manera secundaria. El mecanismo de lesión más común
es una combinación de flexión plantar, inversión y un cierto grado de rotación
interna.

Lesiones en el ligamento del tobillo

El resultado de un esguince puede ser la rotura total de uno o más ligamentos


laterales del tobillo. Cuando los atletas lesionados fueron explorados quirúrgica-
mente, se descubrió un desgarro aislado del ligamento peroneoastragalino ante-
rior en aproximadamente dos tercios de los casos examinados. La segunda lesión
más común fue una rotura combinada de ligamento peroneoastragalino anterior
y ligamento peroneocalcáneo, hecho que se produjo en aproximadamente el
20–25% de los casos. El ligamento peroneoastragalino posterior raramente suele
lesionarse, excepto cuando el tobillo ha sufrido un traumatismo considerable.
Cuando el pie está evertido y rotado externamente, puede producirse un
esguince interno de tobillo. Las roturas aisladas del ligamento del deltoide inter-
no son raras, y suelen combinarse con las fracturas del maléolo lateral.
Los ligamentos peroneales anterior y posterior, la sindesmosis, pueden sufrir
ocasionales roturas. Dicha rotura suele combinarse con las fracturas y los des-
garros del ligamento deltoideo. En aproximadamente el 3% de los casos, la rotu-
ra se produce de manera aislada. Si la lesión no es oportunamente reconocida y
tratada de la manera correcta, existe el riesgo de desarrollar artrosis futura e ines-
tabilidad en el tobillo. Por consiguiente, es importante que el médico sea cons-
ciente de este riesgo y que emita un diagnóstico adecuado mediante el uso del
historial, la localización de la flaccidez y los exámenes del algodón y de presión
en rotación externa.

Grados de lesión
Los daños tras una lesión en el ligamento del tobillo pueden ser clasificados de
diversas maneras. No existe un sistema estándar o universalmente aceptado para
calibrar la gravedad de las esguinces de tobillo. La tabla 31-3 resume las directri-
ces de Hamilton al respecto. Otro método clasifica las lesiones en los ligamentos
laterales como desgarros simples o dobles más que como esguinces de primer,
segundo o tercer grado. Una lesión de grado I afectaría únicamente el ligamento
peroneoastragalino anterior, mientras que una de grado II afectaría tanto el liga-
mento peroneoastragalino anterior como el ligamento peroneocalcáneo.
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


477

Examen de la estabilidad
El examen físico de un tobillo aquejado de esguince agudo suele incluir prue-
bas clínicas de estabilidad. Dos de las pruebas más extendidas son la prueba del
desplazamiento anterior y la prueba del desplazamiento astragalino.

Prueba del desplazamiento anterior


Esta prueba valora la integridad del ligamento peroneoastragalino anterior a
través del grado de desplazamiento astragalino anterior que puede producirse en
el plano sagital. La estabilidad del tobillo depende ante todo de la integridad del
ligamento peroneoastragalino anterior, y puede ser medida a partir de la cantidad
de desplazamiento anterior que se produce durante la prueba homónima. Un
resultado positivo indica la rotura del ligamento peroneoastragalino anterior.
Desde un punto de vista biomecánico, el mayor desplazamiento anterior se
produce a 10º de flexión plantar cuando el ligamento peroneoastragalino anterior
se encuentra intacto. El mayor desplazamiento en el seccionamiento del ligamen-
to peroneoastragalino anterior y la posición de mayor elongación de dicho liga-
mento también se produce a 10º de flexión plantar. La prueba del desplazamien-
to anterior debería ser realizada con el tobillo a 10º de flexión plantar. Además,
el pie rota internamente al aumentar la prueba del desplazamiento anterior del pie
flexionado plantarmente con el ligamento peroneoastragalino anterior roto o
relajado. Para cuantificar el desplazamiento por carga durante la prueba del des-
plazamiento anterior, debería evaluarse tanto la laxitud como la rigidez del liga-
mento.

Prueba del desplazamiento astragalino


Esta prueba evalúa la integridad del ligamento peroneoastragalino anterior y
del ligamento calcáneo anterior a partir de la medida del ángulo que se forma

Tabla 31-3.

Grados de los esguinces de tobillo

Grado I (esguince leve). Desgarro parcial del complejo del ligamento lateral
Grado II (esguince moderado). Desgarro del ligamento peroneoastragalino
anterior el con ligamento peroneocalcáneo intacto
Grado III (esguince grave). Desgarro de todo el complejo del ligamento lateral
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478 MEDICINA DEL FÚTBOL

entre la superficie articular del astrágalo y la tibia en respuesta a la fuerza de


supinación aplicada a la parte posterior del pie.

Tratamiento de la lesión
El objetivo del tratamiento inicial de los esguinces agudos de tobillo es pro-
teger los ligamentos de ulteriores lesiones y controlar la cantidad de edema que
puede desarrollarse en la articulación. Cuando ha tenido lugar una rotura com-
pleta de los ligamentos laterales, el tratamiento de los esguinces graves de tobi-
llo deberá ser conservador o quirúrgico. En la literatura médica existen varios
estudios que comparan los resultados obtenidos mediante ambos tratamientos
para determinar cuál es el mejor tratamiento para estabilizar el tobillo. Ante una
rotura del ligamento lateral del tobillo, el tratamiento funcional debería ser la pri-
mera opción a elegir. Este tipo de tratamiento incluye un corto período de pro-
tección del tobillo con vendas o tobilleras, y permite movilidad temprana y sos-
tenimiento de peso. Los ejercicios de rehabilitación son el estadio más importan-
te en el proceso de tratamiento. El objetivo de la rehabilitación es hacer que el
tobillo lesionado recupere las condiciones de estabilidad previas a la lesión por
medio del restablecimiento de la gama de movilidad del tobillo, de la fuerza mus-
cular y el control neuromuscular.
Algunos autores recomiendan reparar quirúrgicamente los esguinces agudos
de tobillo en los atletas jóvenes. La tabla 31-4 proporciona las indicaciones para
la reparación de los casos agudos. La mayoría de las técnicas descritas para la
reparación de las lesiones agudas de ligamento son similares.

Tabla 31-4.

Indicaciones para la reparación quirúrgica


de las lesiones de tobillo

1. Un historial de repentina luxación talocrural con rotura completa de liga-


mento
2. Un informe clínico realizado a partir del incremento de la señal del despla-
zamiento anterior
3. Un desplazamiento de 100º o más en el lado afectado como resultado de
la prueba de la inversión de la sobrecarga
4 Sospechas clínicas o radiológicas tanto en el ligamento peroneoastragalino
anterior como en el peroneocalcáneo.
5. Fractura osteocartilaginosa
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


479

Entre un 10% y un 20% de los casos presentan problemas residuales. Si un


paciente sufre dolores continuos e hinchazón de 3 a 4 meses después del esguin-
ce del ligamento de tobillo, deberá considerarse la posible existencia de lesiones
intraarticulares u otros diagnósticos diferenciales. En estos casos, es importante
estar al corriente de las distintas posibilidades de diagnóstico.

Fracturas del tobillo y desgarros de la sindesmosis


tibioperoneal

Las fracturas de tobillo se producen con frecuencia, y afectan el maléolo late-


ral, interno y posterior. Las apófisis lateral y posterior del astrágalo también pue-
den lesionarse.
Las lesiones aisladas de la totalidad de la sindesmosis sin presencia de frac-
turas son raras, y disponemos de poca información referente a la inestabilidad del
tobillo en ausencia de fractura. En una serie de más de 400 roturas del ligamen-
to del tobillo, sólo se detectaron 12 casos de rotura de las sindesmosis en el fút-
bol y en los deportes de invierno.
Los desgarros parciales del ligamento anterior peroneoastragalino no son
infrecuentes en el fútbol. El mecanismo de la lesión suele ser una violenta rota-
ción externa con el tobillo en flexión plantar.
Este tipo de roturas a menudo están asociadas con la rotura de los ligamentos
deltoideos, con fracturas peroneales o fracturas que afectan el maléolo posteroin-
terno. Las fracturas del tobillo con lesión de la sindesmosis y desplazamiento
mayor deberían ser tratadas quirúrgicamente.

Tabla 31-5.

Estadios de las lesiones cartilaginosas

Estadio I. Lesión por compresión, causante de daños microscópicos en una zona


de hueso subcartilaginoso. Las radiografías comunes son negativas
Estadio II. Fragmento osteocartilaginoso parcialmente desprendido que puede
ser detectado al realizar un cuidadoso examen de las series apropiadas de
radiografías simples
Estadio III. El fragmento osteocartilaginoso está completamente desprendido,
pero mantiene su posición anatómica
Estadio IV. El fragmento desprendido se encuentra desplazado a algún otro lugar
de la articulación
Documento4 16/2/05 18:03 Página 480

480 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lesiones cartilaginosas y fracturas osteocartilaginosas

Las lesiones cartilaginosas se producen en el 60% de todos los esguinces de


tobillo y en el 6,4% de las osteocondritis disecantes. La etiología suele consistir
en un único evento traumático o en múltiples microtraumatismos. La tabla 31-5
enumera los estadios de las lesiones osteocartilaginosas.
El paciente suele tener un historial de esguince de tobillo. En ocasiones se oye
un crujido. En el caso de una lesión reciente, la articulación sufre una hinchazón
que puede ir de moderada a grave. En la mayoría de los casos, y según la locali-
zación de la lesión, la flaccidez suele estar localizada en posición distal a la sin-
desmosis tibioperoneal anterior o detrás del maléolo interno. Tras una lesión por
inversión, los síntomas de una lesión osteocartilaginosa anterolateral concomi-
tante pueden verse ocultados por los indicios del desgarro del ligamento.
Cuando se sospecha la existencia de una lesión osteocartilaginosa, deberá
practicarse un examen radiológico que incluya vistas anteroposteriores, laterales
y oblicuas del tobillo. Las vistas de la mortaja en flexión plantar deberían desve-
lar la existencia de las lesiones posteromediales. La vista correspondiente en fle-
xión dorsal revela la lesión anterolateral. Si el paciente es tratado únicamente de
una lesión del ligamento (por lo general, con inmediata rehabilitación funcional),
los síntomas persisten (a saber, dolor distal a la sindesmosis, hinchazón recu-
rrente y bloqueo o atrapamiento) y la realización de una nueva radiografía da
resultados negativos, será necesario efectuar más pruebas. Aunque el escáner
óseo posee una elevada sensibilidad, carece de especificidad. Si el escáner óseo
detecta la existencia de daños óseos en el astrágalo, en ocasiones es preciso rea-
lizar una ulterior evaluación por medio de tomografía convencional, tomografía
computerizada o resonancia magnética para determinar con precisión la exacta
localización de la lesión.

Tratamiento de la lesión
Una clasificación adecuada y un rápido tratamiento de las lesiones osteocar-
tilaginosas del astrágalo proporciona los mejores resultados. La curación depen-
de de la hipertrofia capilar del cuerpo del astrágalo. Con el fin de prevenir los
efectos de fricción de una superficie articular desigual, que puede hacer que la
lesión progrese hacia estadios más avanzados y desembocar en desunión, parece
necesario inmovilizar la zona.
Las lesiones en los estadios I, II y III sin signos visibles de desunión (escle-
rosis ostensible, superficies articulares abiertamente desiguales u osteoartrosis)
son tratadas con una bota de nulo sostenimiento de peso para la parte inferior de
la pierna durante 4 a 6 semanas, seguida por una bota de sostenimiento de peso
Documento4 16/2/05 18:03 Página 481

LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


481

hasta que se disponga de pruebas radiológicas de curación. En las lesiones del


estadio I, una inyección intraarticular de 10 ml de lidocaína puede dar buenos
resultados. El tratamiento no quirúrgico tardío de las lesiones de los estadios III
fracasa a menudo. Las lesiones del estadio III y IV suelen ser tratadas quirúrgi-
camente para impedir el posterior deterioro de la articulación. Aunque muchas de
estas lesiones pueden ser operadas artroscópicamente (para la extracción de la
sección desprendida y/o el desligamiento del lecho de la lesión), en ocasiones es
preciso realizar una aproximación abierta. En la fase aguda, la religación de las
lesiones osteocartilaginosas puede ser una posibilidad a tener en cuenta. El sos-
tenimiento de peso postoperatorio se posterga entre 2 y 6 semanas (6 semanas en
caso de que se haya practicado una osteotomía del maléolo interno).
El pronóstico que siguió al tratamiento no quirúrgico temprano en los esta-
dios I, II y III fue bueno en el 75% de los pacientes, y en el caso de las lesiones
tardías de los estadios III y IV, la cirugía dio buenos resultados en el 40-80% de
los pacientes. En el caso de las lesiones avanzadas en las que el tratamiento ha
sufrido un retraso de más de un año, los resultados suelen ser pobres.

Síndrome de atrapamiento del tobillo

Los tobillos que presentan osteófitos óseos por encima del borde anterior de
la tibia son llamados tobillos del futbolista. Estas lesiones suelen ser secundarias
a la lesión por tracción de la cápsula articular anterior del tobillo, que se produ-
ce cuando el pie es sometido repetidamente a flexión plantar extrema.
El atrapamiento tibioastragalino anterior es una afección en la que las partes
blandas quedan atrapadas entre la parte lateral anterior de la tibia y el astrágalo
durante la flexión dorsal del tobillo. Las lesiones meniscales están causadas por
el incremento de tejido cicatrizal o por los ligamentos doblados que llenan la cara
lateral anterior de la articulación. Esta lesión suele ser crónica, pero puede verse
reactivada por un traumatismo agudo y causar hinchazón e incomodidad. La
artroscopia es un buen tratamiento en estos casos.

Lesiones tendinosas agudas alrededor del tobillo


Tratamiento de la lesión
Durante la práctica del fútbol puede producirse la subluxación o luxación de
los tendones peroneales. Los tendones de los peroneos largo y corto discurren en
sentido descendente sobre el costado lateral del tobillo y la zona media del pie
hacia sus inserciones en la cara plantar del primer metartasiano, el cuneiforme
interno, el navicular y el extremo proximal del quinto metatarsiano. Los tendo-
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482 MEDICINA DEL FÚTBOL

nes pasan por detrás del maléolo lateral entre los retináculos superior e inferior,
que mantienen los tendones en su posición. Para que tenga lugar una subluxación
o luxación de los tendones peroneales debe producirse un traumatismo de mayor
importancia con rotación interna e inversión. Esta lesión es dolorosa, y se tiene
la sensación de que el tendón se está subluxando o luxando sobre la cara lateral
del maléolo lateral. Las actividades que obligan a realizar giros son dolorosas
para el paciente. Aunque el tratamiento de estas lesiones es a menudo quirúrgi-
co, algunos médicos prefieren un corto período de inmovilización con una bota
para caminar.
Si la subluxación o luxación tendinosa deviene crónica, la cirugía es lo más
aconsejable. Un paciente aquejado de esta lesión no podrá jugar al fútbol sin sen-
tir dolor y sin el temor a sufrir una luxación o una subluxación del tendón. La
cirugía consiste en profundizar en la cavidad peroneal y en la imbricación de los
retináculos. Si la patología crónica afecta el propio tendón, efectuar una incisión
quirúrgica y extracción del tejido patológico puede ser una buena solución, aun-
que hay que señalar que este tipo de cirugía no se practica con frecuencia.
La tendinitis peroneal o tendinosis del tendón peroneal suele ponerse de mani-
fiesto vía estenosis bajo los retináculos subyacentes. El desgarro longitudinal
puede producirse a raíz de un impacto o del desgaste. Un factor común de predis-
posición a la lesión del tendón peroneal es la distorsión de la anatomía local cau-
sada por la fractura del maléolo lateral, del calcáneo o por un esguince del tobillo.
El dolor, la hinchazón y la flaccidez puntual se encuentran posterioroinferiores al
maléolo lateral. Aunque el dolor puede incrementarse con el sostenimiento de peso,
tanto la flexión plantar forzosa, como la inversión y la eversión del tobillo contra
una resistencia son más dolorosas. El examen físico debe incluir una evaluación de
la estabilidad del tendón. La movilidad subastragalina suele disminuir.
El tratamiento es ante todo conservador, con reposo, hielo, fármacos antiin-
flamatorios no esteoroideos y muletas como medidas principales. En algunos
pacientes, la inmovilización a corto plazo puede ser de utilidad. A veces se impo-
ne la realización de cirugía correctora de las causas.
Las roturas del tibial posterior y del tendon flexor cortos del dedo gordo pue-
den producirse ocasionalmente. Su tratamiento es similar a las lesiones tendino-
sas agudas.
La rotura del tendón de Aquiles puede ser total o parcial, y está asociada con
modificaciones degenerativas en el tendón. Las roturas totales pueden estar cau-
sadas por diversos traumatismos, y son más frecuentes en jugadores de fútbol
mayores de 30 años. El tratamiento suele ser quirúrgico, con rehabilitación fun-
cional y movilidad tempranas. El tratamiento de un desgarro parcial es difícil. Se
recomienda tratamiento funcional con una bota para caminar durante 4 semanas.
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


483

LESIONES DEL PIE

Lesiones mesotarsianas

Desgarros mesotarsianos
Estos desgarros no son frecuentes. La articulación mesotarsiana o articula-
ción tarsiana transversal, a menudo llamada articulación de Chopart (a saber, las
articulaciones astragalonavicular y calcaneocuboidea), se encuentra en una posi-
ción clave en los arcos medial y lateral longitudinal. La articulación mesotarsia-
na actúa conjuntamente con las articulaciones subastragalinas en la inversión y
la eversión. Los desgarros mesotarsianos son lesiones potencialmente discapaci-
tadoras cuyo tiempo de curación suele ser más prolongado que el previsto en un
principio. En general, para que se produzca una significativa lesión en estas arti-
culaciones deben intervenir fuerzas considerables. Las botas de fútbol proporcio-
nan una cierta protección.

Tratamiento de la lesión
Además de las radiografías simples, la tomografía computerizada es útil para
delimitar la extensión de las lesiones graves en esta zona. Las lesiones no des-
plazadas suelen ser tratadas de manera no quirúrgica. Debido a la potencial ines-
tabilidad, en ocasiones suele recomendarse un período de entre 4 y 6 semanas
con una bota para caminar que permita un nulo sostenimiento de peso, seguidas
de 2 semanas con creciente sostenimiento de peso. Durante la rehabilitación,
deberá llevarse un zapato con una suela firme y un soporte del arco longitudi-
nal. Las fracturas desplazadas, las subluxaciones y las luxaciones deben ser
reducidas. Aunque en ocasiones la reducción cerrada da buenos resultados, sue-
len necesitarse medios abiertos. Entonces se practica la fijación abierta, segui-
da de escayolado con restricción de sostenimiento de peso durante 3 a 6 sema-
nas.
El pronóstico después de las lesiones mesotarsianas depende en un grado ele-
vado del éxito de la reducción. En las lesiones no reducidas y en las fracturas
extensamente desplazadas, dicho pronóstico es con frecuencia pobre. En tales
casos, debería considerarse la posibilidad de la artrodesis.

Lesiones tarsometatarsianas (articulación de Lisfranc)

La segunda base metatarsiana es el estabilizador óseo primario de la articula-


ción tarsometatarsiana. Se asienta en una rígida mortaja entre las partes distales
del primer y el tercer cuneiformes. Los cuneiformes y las bases metatarsianas tie-
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484 MEDICINA DEL FÚTBOL

nen forma de cuña, y su amplitud dorsal contribuye al arco transversal de los


metatarsianos. La movilidad de las articulaciones es restringida. Juntos, los hue-
sos tarsianos y metatarsianos permiten que el pie desarrolle una cierta pronación
y supinación. Un traumatismo grave en la articulación de Lisfranc causado por
fuerzas directas o indirectas en la zona media del pie puede desembocar en un
patrón variable de fracturas y luxaciones. El resultado de las fuerzas indirectas a
lo largo de los metatarsianos puede ser la luxación de la articulación —con o sin
fracturas—, a través de la cara plantar de la base metatarsiana. Cuando se han
producido luxaciones del complejo articular de Lisfranc, a menudo se acompa-
ñan de extensas lesiones de las partes blandas.

Tratamiento de la lesión
Las lesiones de la articulación de Lisfranc son célebres porque no suelen ser
detectadas en un diagnóstico inicial y a menudo son tratadas de manera errónea.
El signo radiológico que se presenta con mayor constancia y ofrece mayores
garantías es un ligero ensanchamiento entre las bases del primer y el segundo
metatarsiano, entre el segundo y el tercero o entre cualquiera de los cuneiformes.
Es necesario buscar fragmentos fracturados entre la primera y la segunda bases
metatarsianas y entre los cuneiformes medios e internos. Las vistas oblicuas son
necesarias para lograr descripciones adecuadas de los hallazgos radiológicos.
El objetivo del tratamiento es una reducción estable y anatómica. Debido a la
interposición de partes blandas o tejidos fracturados, la reducción por medios
cerrados no suele dar buenos resultados. Por consiguiente, se recomienda reduc-
ción abierta-fijación interna. Tras la intervención, se recomienda sostenimiento
parcial de peso durante 6 semanas, y a continuación durante 4 a 6 semanas lle-
var una bota para caminar.
Pueden producirse combinaciones con fracturas en la zona inferior de la pier-
na, el calcáneo o el tobillo, con el consiguiente riesgo de desarrollar síndrome
compartimental. Es preceptivo tomar la presión intracompartimental, y cuando
sea necesario, debe practicarse una fasciotomía sin demora. El pronóstico es
bueno siempre que la lesión esté cerrada y que la reducción/ fijación sea la ade-
cuada. Aunque existe la posibilidad de artritis degenerativa, ésta será benigna si
se ha logrado una buena reducción primaria. No obstante, las lesiones abiertas y
la reducción inadecuada conducen a resultados insatisfactorios.

Luxación y desgarros metatarsofalángicos

La cargas producidas por la hiperextensión reiterada en la primera articula-


ción metartarsofalángica predisponen a sufrir una lesión a la zona plantar de la
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


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cápsula que circunda la articulación. Alternativamente, la cara dorsal de la arti-


culación se desgarra tras una episodio de hiperflexión. Se produce dolor local,
flaccidez e hinchazón.

Tratamiento de la lesión
El tratamiento de los desgarros metatarsofalángicos es no quirúrgico, y con-
siste en hielo, compresión y elevación. Se precisa inmovilización inicial con
sostenimiento de peso según tolerancia. Los antiinflamatorios no esteroideos
son beneficiosos. El tiempo de recuperación puede extenderse hasta 10 sema-
nas. Las inyecciones de anestésicos locales o esteroides pueden agravar la
lesión, y por tanto deberían ser evitados. Durante la rehabilitación, puede colo-
carse en el zapato una ortesis (ya sea de acero u ortoplastia) limitadora de la fle-
xión dorsal de la primera articulación. Ocasionalmente, se recomienda la repa-
ración quirúrgica de la cápsula y la eliminación de los cuerpos libres. Las acti-
vidades arduas, como correr y saltar, se reemprende cuando el paciente no pre-
senta síntomas.
La hiperextensión forzada de las articulaciones metatarsofalángicas más allá
de los límites fisiológicos puede conducir a la rotura de la superficie plantar, ya
sea a través del sesamoideo a medida que se fractura, ya sea proximalmente. Con
frecuencia se recomienda la cirugía. Las luxaciones con fracturas del sesamoideo
a menudo pueden reducirse por medios cerrados.
Las luxaciones de la articulación metatarsofalángica de los dedos pequeños
del pie pueden ser típicamente reducidas por medios cerrados. Después de la
reducción, la articulación suele ser estable, y un vendaje cruzado es suficiente.

Fracturas metatarsianas
El revestimiento de partes blandas del dorso del pie es tenue y vulnerable, con
un riego sanguíneo casi óptimo. Distalmente, hay fuertes conexiones ligamenta-
rias entre los cuellos metatarsianos, así como fuertes bandas entre las bases,
excepto entre la segunda base y el cuneiforme interno. A menudo, el mecanismo
de la lesión es un impacto directo en el dorso cuando un jugador contrario aterri-
za por el pie (por ejemplo, tras un cabezazo). Las fuerzas directas sobre los meta-
tarsianos suelen desembocar en fracturas transversales del cuello del segundo,
tercer y cuarto metatarsianso, mientras las fuerzas indirectas causan fracturas
espiroideas del cuerpo. El frecuente traumatismo causado por la flexión-inversión
plantar da como resultado una fractura en la base del quinto metatarsianos. Tras
una lesión grave sufrida en esta zona, deberían comprobarse las presiones com-
partimentales en el pie, y cuando sea preciso, debería realizarse una fasciotomía.
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486 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tratamiento de la lesión
El tratamiento de las fracturas no desplazadas que afectan los metatarsianos
menores incluye el empleo de una firme almohadilla metatarsiana, vendaje en
circunferencia y una bota firme con suela de crepé. Tan pronto como el paciente
lo tolere, el sostenimiento de peso está permitido. Las fracturas no desplazadas a
través del primer metatarsiano deben llevar durante 2 semanas una escayola corta
sin sostenimiento de peso cuidadosamente moldeada, y a continuación un pro-
gresivo sostenimiento de peso.
Si tan sólo hay una fractura metatarsiana desplazada, se intenta la reducción
cerrada.
Si tiene éxito, lo siguiente es el escayolado sin sostenimiento de peso duran-
te 6 semanas. En el caso de fracturas múltiples, se recomienda cirugía con torni-
llos y superficies o perforaciones retrógradas intramedulares. Después de una
fijación interna estable, el escayolado es innecesario. En caso de fracturas a tra-
vés del cuello metatarsiano, la reducción cerrada es virtualmente imposible. Lo
más común es la fijación con el cable K.

FRACTURAS POR SOBRECARGA


Fracturas por sobrecarga del pie y del tobillo

Las fracturas por sobrecarga son las fracturas más comunes del pie y del tobi-
llo en los atletas y en los obreros. A menudo son crónicas, y pueden causar un
dolor agudo. Las localizaciones típicas de las fracturas por sobrecarga son el
peroné distal, la tibia, el calcáneo, el hueso navicular y los metatarsianos. El
hueso está adaptándose continuamente a nuevas distribuciones de carga. Una
fractura por sobrecarga o por fatiga es un momento de fallo en un proceso de
adaptación normal. El periostio suele dar tempranas y alarmantes señales
de sobrecarga (dolor). Si los microtraumatismos se producen con excesiva rapi-
dez, el hueso nuevo no puede desarrollarse a un ritmo suficiente, de manera que
se debilita. Gradualmente, se desarrolla una fractura por sobrecarga.
Los músculos juegan un papel preponderante en la absorción de impactos. La
fatiga muscular debilita la absorción del impacto y conduce a una distribución
alterada de la sobrecarga y a un incremento de las cargas compresivas sobre el
hueso, con un elevado riesgo de fractura por sobrecarga. Otro factor coadyuvan-
te en el desarrollo de una fractura por sobrecarga es el desequilibrio biomecáni-
co, como la asimetría esquelética y la diferencia entre la longitud de las dos pier-
nas. La pierna corta es más susceptible de reaccionar a la sobrecarga con una
fractura. Las anomalías anatómicas predisponen a reaccionar a la sobrecarga
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


487

mediante hechos imprevisibles. Por ejemplo, un pie afectado de rigidez incre-


menta la sobrecarga de los metatarsianos. El segundo metatarsiano se encuentra
en situación de riesgo cuando el juego se desarrolla sobre una superficie dura y
con una obstrucción de la cuerda del talón, con un segundo metatarsiano largo o
cuando el dedo gordo del pie es flexible y no puede cumplir funciones de sopor-
te. Otros factores incluyen las botas que no brindan un apoyo adecuado y la
lesión en la extremidad contraria. El paciente protege la extremidad lesionada
desplazando el peso a la otra extremidad.

Tratamiento de la lesión
El desarrollo clínico convencional da comienzo con un ataque agudo de dolor
vago. Si la sobrecarga prosigue, el dolor aumenta y se vuelve más localizado,
con posibilidad de hinchazón de las partes blandas. En el examen clínico, se
detecta flaccidez específica sobre la lesión. El diagnóstico se verifica mediante
escáner óseo. Las radiografías simples suelen dar resultados positivos al cabo de
3-8 semanas. El tratamiento consiste en modificar la actividad y ejercicios agra-
vitatorios. En caso de fractura múltiple, dolor punzante o fragmentación, se reco-
mienda inmovilización. Aunque la curación de una fractura por sobrecarga trata-
da de manera adecuada suele tardar entre 4 y 15 semanas, puede alargarse hasta
6 meses. Una prueba clínica útil para determinar la curación consiste en que el
paciente pueda saltar con el miembro afectado y sin sentir dolor. En las fracturas
por sobrecarga múltiples o recurrentes, se recomienda la detección sistemática
del desequilibrio hormonal o la alteración endocrina. Las opciones de tratamien-
to dependen de la localización de la lesión.

Fractura por sobrecarga de la parte posterior del pie


Las fracturas por sobrecarga del calcáneo son relativamente escasas. Los
informes recogen casos de reclutas militares que realizaban hasta 16 horas dia-
rias de vigoroso entrenamiento físico. Se produce un dolor difuso alrededor del
talón, dolor que se ve agravado por la compresión del talón desde la parte inter-
na hacia la parte lateral. El dolor no está localizado únicamente en la cara plan-
tar del talón. El tratamiento requiere sostenimiento de pesos con muletas según
tolerancia, insertar una talonera para la absorción de los impactos y antiinflama-
torios no esteroideos, todo ello en un período de entre 6 y 8 semanas.

Fracturas metatarsianas por sobrecarga


Hasta el 20% de las fracturas por sobrecarga de las extremidades inferiores se
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488 MEDICINA DEL FÚTBOL

localizan en los metatarsianos. La segunda línea es la ubicación más frecuente de


las fracturas metatarsianas por sobrecarga. La hipermovilidad de los metatarsia-
nos puede predisponer a la fractura metatarsiana por sobrecarga. La base interna
del primer metatarsiano, el cuerpo distal de los metatarsianos segundo y tercero,
el cuerpo medio o distal del cuarto, o proximalmente en el quinto, son localiza-
ciones típicas de las fracturas. Los síntomas progresan lentamente con un efecto
de crescendo. Pueden transcurrir entre 1 y 2 meses, e incluso más, hasta que las
fracturas por sobrecarga sean visibles en las radiografías. El escáner óseo es la
clave para conseguir una confirmación radiológica temprana de las fracturas por
sobrecarga.
Las fracturas metatarsianas por sobrecarga no suelen ser tratadas mediante
cirugía. En las fracturas tempranas no desplazadas, las actividades se limitan
durante 4 semanas. Correr en el agua es beneficioso, ya que protege la zona ante-
rior del pie de cargas pesadas y repetitivas.
Las fracturas por sobrecarga a través del quinto metatarsiano requieren una
especial atención. El tratamiento no quirúrgico precisa de 6 a 8 semanas de esca-
yolado sin sostenimiento de peso. Los tratamientos no quirúrgicos menos restric-
tivos tienen un elevado índice de fracaso. Algunas investigaciones abogan por la
realización temprana de fijación interna porque requiere un menor tiempo de
curación y permite un retorno más temprano a la actividad intensa. Las señales
de fractura crónica (espesamiento cortical o esclerosis intramedular) son indicios
claros de que el éxito sólo se logrará mediante un tratamiento abierto. La condi-
ción para el retorno a las actividades intensas es la constancia clínica y radiográ-
fica de la curación, hecho que se producirá al cabo de 8-12 semanas.

Fracturas por sobrecarga del sesamoideo del dedo


gordo del pie

Las fracturas por sobrecarga del sesamoideo del dedo gordo del pie son más
raras que la sesamoiditis, y en el momento del diagnóstico, resulta difícil distin-
guirlas. Al producirse con no poca frecuencia la bipartición del sesamoideo, las
dificultades para emitir el diagnóstico radiológico son considerables. Por si fuera
poco, el escáner óseo es positivo en ambos casos, tanto en la fractura por sobre-
carga como en la sesamoiditis. No obstante, las fracturas por sobrecarga no sue-
len curarse mediante inmovilización o inactividad prolongada. Si pueden descar-
tarse otras causas de dolor, una fractura por sobrecarga del sesamoideo se trata
mediante excisión, con un buen pronóstico. El acceso quirúrgico al sesamoideo
lateral es difícil. La extracción con garantías del sesamoideo lateral precisa de
una amplia experiencia quirúrgica en dicha zona.
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


489

Fractura por sobrecarga del navicular

Las fracturas naviculares por sobrecarga son poco frecuentes en los no atle-
tas. Esta dolencia se caracteriza por un agudo ataque de vago dolor en el arco,
aumento de dolor en la zona media del pie durante el movimiento y limitada fle-
xión dorsal del tobillo. La sensación de incomodidad se ve incrementada por la
actividad. Típicamente, se detecta flaccidez localizada sobre el hueso navicular.
Las radiografías simples dan resultados normales, y para emitir el diagnóstico
suele necesitarse un escáner óseo. La tomografía convencional o computerizada
reproduce el contorno de la fractura, que está orientada sagitalmente en el tercio
central del hueso. Este hecho puede deberse a una relativa avascularidad en la
parte central del navicular.
El tratamiento de las fracturas con desplazamiento agudo requiere reducción
abierta/ fijación interna con tornillos. Las fracturas no desplazadas deberían ser
tratadas mediante escayola con nulo sostenimiento de peso de 6 a 8 semanas.

METATARSALGIA
La metatarsalgia, es decir, el dolor en la zona metatarsofalángica, es una afec-
ción con diversas etiologías posibles, entre las que se cuentan dolencias crónicas
como bloqueo del dedo gordo del pie, la sesamoiditis y la neuralgia de Morton.
Un factor común de predisposición a la metatarsalgia son las alteraciones biome-
cánicas del pie. Dichas alteraciones pueden ser intrínsecas o extrínsecas, como
las enumeradas en la tabla 31-6.
En la posición en bipedestación estática, todas las cabezas metatarsianas sos-
tienen cargas con una distribución en la que el primer metatarsiano sostiene el
doble que los demás. En la fase dinámica inicial del paseo o la carrera, esta rela-
tiva sobrecarga de la primera línea deviene todavía más ostensible. Un anomalía
en esta distribución de la carga entre los metatarsianos puede estar causada por
una primera línea anormalmente corta o hipermóvil, o por un segundo metatar-
siano largo. Si el primer metatarsiano es hipermóvil, buena parte de la carga se
distribuye a las líneas segunda y tercera.

Tratamiento de la lesión
El tratamiento es conservador en la mayoría de los casos. Las ortopedias de
apoyo que alivian la sobrecarga de las cabezas metatarsianas suelen ser benefi-
ciosas. Con una primera línea hipermóvil, colocar una almohadilla próxima a la
segunda y tercera cabezas metatarsianas y/o debajo de la primera línea puede ser
de utilidad. El estiramiento de la cuerda bloqueada del talón es fundamental. Si
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490 MEDICINA DEL FÚTBOL

al cabo de 6 meses sigue existiendo una significativa incomodidad, la cirugía


deberá considerarse como alternativa al tratamiento con ortopedia y ejercicios de
flexibilidad. Quizá deban practicarse correcciones esqueléticas y de las partes
blandas. La capsulitis de la segunda articulación metatarsofalángica está relacio-
nada con el valgo del dedo gordo del pie, en el que las fuerzas de dicho dedo
fuerzan al dedo índice del pie a subluxarse dorsalmente. Se diagnostica flaccidez
sobre la cápsula dorsal y dolor en la flexión dorsal pasiva de la segunda unión
metatarsofalángica. No se presenta dolor interdigital o flaccidez.
El entablillado del dedo índice del pie en posición reducida, de flexión plan-
tar, suele ser de utilidad. La tenotomía, con o sin capsulotomía, no suele ser nece-
saria.

UÑAS
Uñas de los dedos del pie encarnadas

Las uñas incarnadas son frecuentes y potencialmente inhabilitantes. El pro-


blema puede ponerse de manifiesto a raíz de la deformación postraumática de las
uñas debida a una lesión en la matriz. La forma de las uñas de los pies es congé-
nitamente distinta. Algunas son planas y otras onduladas. Con frecuencia, existe
un conflicto entre los bordes lateral e interno de una uña ondulada y la uña adya-
cente.
El problema se incrementa cuando la presión externa aumenta debido a un
calcetín excesivamente rígido o a una bota de fútbol con una horma estrecha. Si
el borde de la uña penetra en la piel, el resultado será una infección bacteriana y

Tabla 31-6.

Factores que predisponen a la metatarsalgia

Zapatos de tacón alto: desplazan la carga de la parte trasera del pie a la parte
delantera
Pie equino: causado por rigidez en el cordón del talón y/o usurpación anterior
del tobillo, que evita su flexión dorsal
Pie cavo: el apoyo se realiza con las cabezas metatarsianas y el talón, dando
como resultado la sobrecarga de la parte delantera del pie
Distribución irregular de la carga entre las cabezas metatarsianas
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LESIONES AGUDAS EN EL PIE Y EL TOBILLO


491

una voluminosa granulación del tejido. Aunque esta dolorosa afección suele pre-
sentarse en el costado lateral del dedo gordo del pie, cualquier dedo puede verse
afectado.

Tratamiento de la lesión
Una adecuada higiene de los pies, el empleo del calzado correcto y el atento
cuidado de las uñas son factores esenciales en la prevención. Las uñas deberán
ser cortadas transversalmente una vez a la semana, ya que cuando son cortadas
en forma circular pueden crecer hacia el interior del pliegue de la uña. Después
de haber sido descubiertas, las infecciones en fase aguda deberían limpiarse, y
bañar la zona con una solución antiséptica, y a continuación, debería taparse con
una venda seca.
En la fase aguda debe evitarse la cirugía, ya que existe un elevado riesgo de
infección postoperatoria, incluyendo osteomielitis potencial. En casos crónicos,
la parte de la uña que ha crecido hacia dentro, incluyendo la matriz de la uña,
debería ser extraída quirúrgicamente. Normalmente transcurren 3 semanas hasta
que se produce la curación.

Hematoma subungueal

La uña negra, o pie de fútbol, es una extravasación sanguínea del lecho de la


uña resultante de un impacto directo sobre la misma. Esta dolencia puede ser el
resultado de un pisotón o puede estar causada por una horma excesivamente
estrecha. El hematoma brilla a través de la uña, haciendo que aparezca de color
negro o azul oscuro. Esta afección puede ser dolorosa en un estadio agudo.

Tratamiento de la lesión
El hematoma se extrae practicando una pequeña incisión a través de la uña con
un clip enderezado y caliente. El proceso es a menudo indoloro y proporciona un
alivio inmediato. Asimismo, dicho proceso conserva la uña, que en caso contrario
se caería al cabo de 2-3 semanas debido a la interrupción del riego sanguíneo.

Exostosis subungueal
Como resultado de los reiterados impactos directos, puede desarrollarse una
exostosis reactiva en el costado dorsal de la falange externa del dedo situado bajo
la uña afectada. La flaccidez intensa impone un rápido tratamiento, extracción
de la uña y, en ocasiones, extracción de la exostosis. Con frecuencia, los buenos
zapatos protegen el pie.
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492 MEDICINA DEL FÚTBOL

Fisuras

Las fisuras de la zona de sostenimiento de peso pueden ser dolorosas e inha-


bilitantes. Las fisuras están relacionadas con la hiperqueratosis, pero también
pueden verse combinadas con la psoriasis y la infección fúngica. La obesidad y
los zapatos sin contrafuertes también contribuyen al desarrollo de las fisuras. Las
fisuras relacionadas con la hiperqueratosis se tratan con ácido salicílico aplicado
tópicamente. También es posible aplicar pomadas o cremas esteroideas durante
un tiempo limitado. Una infección fúngica concomitante puede requerir la admi-
nistración de medicación oral antifúngica.

RESUMEN
Las articulaciones de la pierna y el tobillo son mecanismos complejos. En el
fútbol, el foco de atención de las lesiones debería concentrarse en el pie y el tobi-
llo. Dichas lesiones pueden ser pequeños y molestos problemas o trastornos
mayores que requieren tratamiento quirúrgico, exhaustiva rehabilitación o una
severa restricción del juego. Con demasiada frecuencia ven los jugadores estas
lesiones como consecuencias menores del juego y, en consecuencia, prescinden
del asesoramiento médico, que podría minimizar la pérdida de tiempo de juego
y mejorar significativamente su estado a largo plazo.

LECTURAS RECOMENDADAS

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Documento4 16/2/05 18:03 Página 495

32 ESGUINCES DE
TOBILLO Y
SÍNDROMES DE
ATRAPAMIENTO

Thomas P. Knapp
Bert R. Mandelbaum
Los esguinces agudos de tobillo y el dolor e inestabilidad crónicos son hechos
comunes y susceptibles de provocar discapacidad en los jugadores de fútbol. La
lesión más común en el fútbol, el deporte más popular del mundo, es el esguin-
ce de tobillo. Los esguinces menores de tobillo son frecuentes, y permiten que el
atleta vuelva a la competición y al entrenamiento con una mínima pérdida de
tiempo de juego. Los esguinces de tobillo moderados y graves pueden causar una
significativa morbosidad, dando como resultado un largo período de inactividad,
dolor crónico y recalcitrante, inestabilidad funcional, debilidad, pérdida de pro-
piocepción y discapacidad atlética. Los objetivos para el tratamiento de los
esguinces de tobillo deberían incluir la prevención, la minimización de la mor-
bosidad y la creación de las condiciones para el retorno al terreno de juego.
En este capítulo se definirá la mecánica y la génesis patológica y el espectro
de los esguinces agudos de tobillo y del síndrome de dolor de tobillo crónico
(atrapamiento). Además, se someterá a discusión un algoritmo que permite el
diagnóstico eficaz, el tratamiento efectivo y la rehabilitación con restauración del
nivel de actividad atlética anterior a la lesión.

EPIDEMIOLOGÍA DE LOS ESGUINCES DE TOBILLO


Los esguinces de los ligamentos laterales son las lesiones más frecuentes
entre los atletas. De hecho, el 85% de todas las lesiones de tobillo son esguinces.
Aproximadamente un tercio de las lesiones del fútbol, la mitad de las del balon-
cesto y una cuarta parte de las del voleibol son esguinces agudos de tobillo. En
consecuencia, los esguinces son una lesión atlética común.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 496

496 MEDICINA DEL FÚTBOL

ANATOMÍA
La base para la comprensión del espectro anatomopatológico es la definición
de la anatomía normal. Este hecho requiere la comprensión de todas las modali-
dades de información anatómica, incluyendo la anatomía mayor, planar, topo-
gráfica y artroscópica. La anatomía mayor incluye: hueso-cartílago en la tibia, el
peroné y el astrágalo; los tendones peroneal, tibial anterior y tibial posterior, y
ligamentos que incluyen el peroneoastragalino anterior, el peroneocalcáneo, el
peroneoastragalino posterior, el deltoideo y la sindesmosis peroneoastragalina
distal (tejido ligamentario que une la tibia al peroné). La anatomía planar es
importante para la interpretación de la tomografía computerizada y la resonancia
magnética en los planos coronal, sagital y axial. La anatomía topográfica identi-
fica los puntos de máxima flaccidez, las discontinuidades y las deformidades
para correlacionarlas con el examen físico. La definición precisa de los portales
artroscópicos es esencial. Finalmente, la anatomía artroscópica se refiere a las
complejas transiciones de superficies, espacios y masas adicionales de las partes
blandas. Por consiguiente, el facultativo deberá pensar de manera lógica y siste-
mática y, asimismo, deberá tener acceso a múltiples fuentes de información ana-
tómica.

ESGUINCES DE TOBILLO
Mecanismo de la lesión

La inversión/flexión plantar es el mecanismo más común del esguince de


tobillo. Los desgarros del ligamento peroneoastragalino anterior son los más fre-
cuentes, seguidos de las lesiones en el ligamento peroneocalcáneo y en el liga-
mento peroneoastragalino posterior. Por distintas razones, el número de lesiones
en el ligamento lateral es superior al número de lesiones en el ligamento interno.
En primer lugar, el maléolo lateral más largo obstruye la eversión del tobillo,
mientras que el maléolo interno más corto proporciona una escasa obstrucción a
la eversión. En segundo lugar, hay una tendencia natural a la inversión. En ter-
cer lugar, el ligamento peroneoastragalino anterior soporta una carga límite
menor que todos los componentes del complejo lateral y, en consecuencia, sufre
lesiones con mayor frecuencia.
Finalmente, el ligamento deltoideo (superficial y profundo) es más fuerte y
más difícil de desgarrar que el complejo de ligamentos laterales. La eversión, o
desgarros sindesmóticos, es menos frecuente, si bien puede presentar una mayor
morbosidad.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 497

ESGUINCES DE TOBILLO Y SÍNDROMES DE ATRAPAMIENTO


497

Tratamiento de la lesión

El diagnóstico de un esguince agudo de tobillo es relativamente unilateral.


Todos los atletas sufren dolor asociado a la movilidad, hinchazón e incapacidad
para el juego. Es necesario obtener un completo historial del atleta. Asimismo,
deben conocerse los detalles del incidente, incluyendo la actividad en el momen-
to de la lesión y la posición/rotación del pie y el tobillo durante el episodio trau-
mático. También es importante recabar información acerca de anteriores esguin-
ces de tobillo.
El examen físico se practica tras obtener un detallado historial. El examen
debe incluir la rodilla y el pie, ya que a menudo se descubren lesiones combina-
das. Dicho examen debería documentar el punto de máxima flaccidez. Debe rea-
lizarse una comparación con el tobillo opuesto. Aunque puede intentarse una
prueba de desplazamiento anterior, lo normal es que ésta sea retrasada unos días
hasta que el dolor disminuya. A causa de su alineamiento, el cambio de posición
del pie respecto a la tibia modifica la contribución de los ligamentos peroneoas-
tragalino anterior y peroneocalcáneo a la rigidez del tobillo. En consecuencia, la
realización de la prueba con el tobillo perpendicular a la tibia (90º) hace que sea
el componente peroneocalcáneo el que sufra la sobrecarga, mientras que la fle-
xión plantar incrementa la contribución del ligamento peroneoastragalino ante-
rior.
Las lesiones en la sindesmosis tibioperoneal distal deben ser evaluadas cui-
dadosamente, ya que a menudo son pasadas por alto. La evaluación se lleva a
cabo mediante la prueba de compresión (la compresión interna del peroné contra
la tibia estabilizada hará que el dolor se manifieste anterolateralmente) y la prue-
ba de sobrecarga por rotación externa (la rotación externa del pie causa dolor
anterolateral).
A continuación se realiza una evaluación radiológica, que incluye vista del
tobillo anteroposterior, lateral y de mortaja, así como vista anteroposterior y late-
ral de la tibia y el peroné (preste atención a las fracturas peroneales proximales,
ya que son indicativas de una fractura de Maisonneuve del tobillo). Si es perti-
nente desde un punto de vista clínico, obtenga una vista anteroposterior, lateral y
oblicua del pie. A no ser que se sospeche la existencia oculta de una fractura por
sobrecarga, en los casos agudos no suelen realizarse pruebas secundarias de diag-
nóstico como escáneres óseos o resonancias magnéticas.
Inmediatamente después de la lesión, la toma de imágenes de la zona afecta-
da por la sobrecarga suele ser excesivamente dolorosa para el atleta. Con fre-
cuencia, las vistas de la zona sobrecargada son imprecisas a causa de la hincha-
zón del tobillo y la protección muscular. Por consiguiente, las vistas de la zona
Documento4 16/2/05 18:03 Página 498

498 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 32-1.

Grados de esguinces de tobillo

Grado I. Implica la elongación o la microrrotura de las fibras de los ligamentos. Puede


producirse una mínima hinchazón, pero no hay indicios de inestabilidad arti-
cular
Grado II. Se detectará un cierto dolor, edema, equimosis y flaccidez sobre las estructu-
ras implicadas. Tendrá lugar una pérdida parcial de movimiento articular.
Aunque algunas fibras ligamentarias pueden estar completamente rotas, la
estabilidad global de la articulación permanece intacta
Grado III. El tobillo dará muestras de gran inestabilidad con rotura total de todas las
fibras ligamentarias. El examen revelará una visible hinchazón y dolor agudo

afectada deben reservarse para el momento en que el atleta se encuentre plena-


mente rehabilitado y presente síntomas recurrentes de inestabilidad.
Es importante no sobrevalorar las radiografías. Muchos se engañan a sí mis-
mos al creer que han descubierto la causa de los síntomas agudos, cuando tan
sólo se trata del agudo descubrimiento de una dolencia crónica. En los jugadores
de fútbol profesionales, las modificaciones radiológicas de los tobillos no sinto-
máticos son continuas. Aproximadamente entre el 50% y el 60% de los tobillos
muestran imágenes radiológicas que parecen indicar la existencia de un fenóme-
no de remodelación ósea en respuesta al desgaste y la sobrecarga del tobillo. Para
describir estas modificaciones radiológicas en el atleta asintomático se ha utili-
zado la expresión “artrosis radiológica del deportista”. Se han descrito cambios
en el cuello del astrágalo (en la superficie de soporte) y en el borde articular ante-
rior de la epífisis distal de la tibia (exostosis tibioastragalina).
Tras la finalización del examen, es importante calibrar el grado de la lesión,
ya que este cálculo determinará el momento en que el jugador podrá regresar a
la práctica deportiva. La escala de grados que goza de mayor aceptación se debe
a O’Donoghue (tabla 32-1).

Tratamiento conservador
La cuestión referente a la conveniencia de tratamiento quirúrgico frente a tra-
tamiento no quirúrgico de los esguinces agudos de tobillo ha estado sujeta a con-
troversia. En 1991, Kannus examinó 12 estudios aleatorios prospectivos que
comparaban el tratamiento quirúrgico de los esguinces agudos de tobillo con el
tratamiento funcional, y llegó a la conclusión de que el tratamiento más adecua-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 499

ESGUINCES DE TOBILLO Y SÍNDROMES DE ATRAPAMIENTO


499

do era la movilidad funcional temprana. Además, descubrió que la reconstruc-


ción secundaria puede ser comparada favorablemente con la reparación aguda,
que sólo debería ser practicada en pacientes cuyos síntomas permanezcan des-
pués de una rehabilitación completa.
La inmovilización y la movilidad temprana también son controvertidas.
Konradsen informó sobre 80 pacientes con distensiones del ligamento lateral de
grado III tratados mediante inmovilización con una escayola que les permitía
andar o con movilización temprana en ortesis estabilizadora. Aunque los pacien-
tes tratados funcionalmente reemprendieron el trabajo y los deportes antes que
los pacientes inmovilizados, no se produjeron diferencias en la estabilidad del
tobillo o en los síntomas después de un año. En ambos grupos, el 95% de los tobi-
llos mostraron estabilidad radiológica tras el tratamiento. Los síntomas residua-
les se presentaron en el 13% de los pacientes tratados funcionalmente y en el 9%
de los tobillos inmovilizados con escayola. Por consiguiente, la rehabilitación
funcional es el tratamiento más apropiado para los esguinces agudos de tobillo.
Cualquiera que sea el nivel de juego, el acondicionamiento y la restauración
proporcionados por la rehabilitación son esenciales en el fútbol. Para el profesio-
nal de la medicina deportiva es importante pensar de manera algorítmica. La reha-
bilitación del esguince agudo de tobillo se divide en cuatro fases (tabla 32-2).
El tratamiento inicial incluye mediciones que limitan la hinchazón de las partes
blandas. El acrónimo popular es PRICE (del inglés Protection [protección], Rest
[descanso], Ice [hielo], Elevation [elevación]). La aplicación temprana de hielo
disminuye el edema postraumático. Asimismo, el hielo puede actuar como anes-
tésico local. Debería ser aplicado 3-4 veces al día durante 15-20 minutos cada
vez. Un vendaje ligero o una escayola de aire añadirán compresión. La progre-

Tabla 32-2.

Rehabilitación de un esguince agudo de tobillo

Objetivos Elementos de rehabilitación

Fase I. Disminuir el dolor y la hin- PRICE


chazón Hielo, compresión, movilidad temprana, sosteni-
Fase II. Movilización miento de peso según tolerancia
Fase III. Rehabilitación Hielo, movilidad, fortalecimiento, ejercicios pro-
pioceptivos
Fase IV. Funcional Progresión funcional adaptada al deporte específi-
co, fortalecimiento, flexibilidad, ejercicios pro-
pioceptivos.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 500

500 MEDICINA DEL FÚTBOL

sión a las fases III y IV se realiza según tolerancia. Con el fin de mantener el tono
cardiovascular, es esencial practicar un entrenamiento variado en todas las fases.
Los vendajes y las tobilleras facilitan la práctica atlética y previenen las lesio-
nes en el tobillo. Los estabilizadores con cordones, con o sin zapatos altos, son
más efectivos y soportables si se los compara con las vendas o con la falta de
medidas preventivas.
Es importante no pasar por alto las lesiones en la sindesmosis. La rotura
aguda de la sindesmosis tibioperonea distal es tratada con un tornillo sindesmó-
tico. Los desgarros crónicos deberían ser tratados con un tornillo sindesmótico o
artrodesis.
Si se siguen estas directrices, el atleta con una esguince agudo de tobillo
debería poder volver a jugar al cabo de 6 semanas (tabla 32-3). Tras emitir el
diagnóstico, este dato debería ser discutido con el atleta, el entrenador y los
padres.

SÍNDROMES DE ATRAPAMIENTO DEL TOBILLO


Epidemiología

Aun contando con los mejores programas de rehabilitación, hay un subgrupo


de atletas aquejados de síntomas residuales. Estos síntomas incluyen dolor, debi-
lidad, inestabilidad funcional e incapacidad para la práctica del fútbol. Entre un
40% y un 50% de los jugadores de baloncesto tienen síntomas residuales proce-
dentes de esguinces de tobillo. En un 15% de los casos los síntomas ponen en
peligro el juego.
Los términos descriptivos para estos síntomas residuales incluyen esguinces
crónicos de tobillo, lesiones meniscales y tobillos inestables. Este espectro sinto-
mático debería ser considerado como una superposición de dolor, inestabilidad y
aprisionamiento. La definición, clasificación, diagnóstico y tratamiento de este
subgrupo de trastornos ocupará el resto del capítulo.

Historia de los síndromes de atrapamiento del tobillo

En 1950, Wolin fue el primero en definir el término “esguince crónico de


tobillo” cuando, tras una esguince de tobillo, 9 pacientes experimentaron un
intratable dolor anterolateral, falta de inestabilidad y una masa palpable en la
articulación anterolateral del tobillo. Wolin lanzó la hipótesis de que la masa con-
sistía en tejido conectivo hialinizado procedente de la cápsula de la articulación
peroneoastragalina. Asimismo, creía que un reiterada presión sobre el tejido cau-
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ESGUINCES DE TOBILLO Y SÍNDROMES DE ATRAPAMIENTO


501

Tabla 32-3

Directrices para la vuelta al fútbol tras


una esguince de tobillo

Esguinces agudos de tobillo Retorno a la actividad

Grado I 10-14 días


Grado II 2-6 semanas
Grado III Más de 6 semanas
Síndromes residuales de atrapamiento 6 semanas-1 año

saba dolor e hinchazón. Estos pacientes fueron sometidos a artrotomía y explo-


ración. El examen quirúrgico reveló masa meniscal entre el peroné y el astrága-
lo en el canal lateral. Las secciones histológicas revelaron una combinación de
tejido ligamentario, fibroso, fibrocartilaginoso e inflamatorio e hipertrofia sino-
vial. La masa de tejido implicada en el aprisionamiento dinámico tiene una
extensión mayor, y no se encuentra localizada en el canal lateral. En la articula-
ción tibioastragalina anterolateral hay una densa masa de tejido hipertrofiado que
se extiende posteriormente desde la cápsula anterior al canal lateral.
Desde un punto de vista histológico, estos estudios han corroborado los des-
cubrimientos de Wolin y han aumentado nuestra comprensión de las modifica-
ciones anatomopatológicas que desembocan en aprisionamiento capsular ante-
rior.
En los jugadores de fútbol se ha detectado el mismo tipo de lesiones. Una
lesión por inversión repetitiva causante de dolor crónico anterolateral fue deno-
minada síndrome de compresión de la zona anterolateral. En 1990, Bassett in-
formó de un aprisionamiento desde una fascia distal separada del ligamento
tibioperoneal anterior. Lanzó la hipótesis que un desgarro en el ligamento tibio-
peroneo anterior provocaba flaccidez creciente, lo que permitía que la cúpula
astragalina se estirase en flexión dorsal, con el resultado de aprisionamiento dor-
sal. El ligamento de Bassett está presente en la mayoría de los tobillos humanos,
y puede ser causa de aprisionamiento astragalino, abrasión del cartílago articular
y dolor en la cara anterior del tobillo. Por lo general, la resección de este liga-
mento aliviará el dolor causado por el aprisionamiento.
¿Cuál es la causa del dolor anterolateral asociado a los esguinces crónicos de
tobillo? La curación de los esguinces de tobillo está acompañada de cicatriza-
ción. Los esguinces recurrentes provocan la aparición de una abundante masa de
tejido cicatrizal en la zona del ligamento peroneoastragalino anterior y en la cáp-
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502 MEDICINA DEL FÚTBOL

sula anterolateral. Esta masa puede estar compuesta de una combinación de cáp-
sula escarificada y tejido ligamentario. Cabe la posibilidad de que una masa en
forma de tallo de tejido cicatrizado y una sinovia hipertrofiada se infiltren en la
articulación. Cuando el aprisionamiento es significativo, la aplicación de medi-
das conservadoras no logra mejorar el estado de los pacientes. Los esguinces
pueden causar flaccidez y atenuación del ligamento del tobillo y, por consiguien-
te, la imposibilidad de limitar los movimientos indeseables. En consecuencia, el
tobillo adquiere una relativa inestabilidad. La combinación de dicha inestabili-
dad oculta con los resultados patológicos de la masa cicatrizal da como resulta-
do quejas clínicas y subjetivas referidas al dolor, inestabilidad funcional y
pérdida de función. Precisamente es este espectro del aprisionamiento a la ines-
tabilidad el que constituye nuestro foco algorítmico.

Tratamiento de la lesión
El diagnóstico se elabora a partir de un enfoque sistemático y manteniendo un
elevado nivel de suspicacia. Si el tobillo ha sido sometido con anterioridad a
algún tipo de tratamiento, éste deberá ser tenido en cuenta. Es propio del síndro-
me de aprisionamiento del tobillo estar asociado con esguinces reiterados e intra-
table dolor de tobillo, y ello aunque se haya puesto en práctica un intensivo pro-
grama de fisioterapia, intervención farmacológica y rehabilitación. Los síntomas
subjetivos incluyen dolor al realizar esfuerzos intensos, como pivotar o quitarle
el balón al contrario. A menudo, los síntomas no aparecen antes o después del
esfuerzo. El examen físico revela flaccidez anterolateral, abombamiento y, en
ocasiones, eritema e hinchazón difusa. Con el fin de corroborar la ausencia de
laxitud ligamentaria patológica, se realizan radiografías comunes e imágenes de

Tabla 32-4.

Diagnóstico diferencial del dolor de


tobillo causado por atrapamiento

1. Lesiones osteocartilaginosas del astrágalo


2. Densidades calcificadas bajo los maléolos interno o lateral
3. Subluxación o dislocación peroneal
4. Coalición del tarso
5. Disfunción de la articulación subastragalina
6. Enfermedad articulatoria degenerativa
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ESGUINCES DE TOBILLO Y SÍNDROMES DE ATRAPAMIENTO


503

la sobrecarga. Además del dolor, de manera secundaria puede presentarse inesta-


bilidad subjetiva funcional, si bien carente de laxitud. Las lesiones del tobillo
pueden dividirse en inestables (con o sin aprisionamiento) y estables (con o sin
aprisionamiento). Las técnicas de diagnóstico (a saber, escáner óseo, tomografía
computerizada y resonancia magnética) pueden facilitar la interpretación y pres-
tar ayuda para el diagnóstico.
Existen diversas entidades causantes de dolor anterolateral de tobillo. Un pro-
fesional de la medicina avispado incluirá las posibilidades enumeradas en la
tabla 32-4 en el diagnóstico diferencial. La tabla 32-5 es una propuesta de clasi-
ficación para los tobillos estables con síntomas de aprisionamiento en las partes
blandas.

Tratamiento conservador
No disponemos de mucha literatura médica dedicada al tratamiento de esta
importante entidad patológica. Afortunadamente, la intervención artroscópica ha
ensanchado el espectro de alternativas terapéuticas. El aprisionamiento capsular
anterior, que debe ser tratado quirúrgicamente mediante artroscopia, representa
un pequeño porcentaje de las lesiones de tobillo.
Durante el desbridamiento artroscópico, el ligamento peroneoastragalino
anterior no debe ser escindido en un intento de separar la masa patológica.
El porcentaje de éxito de un tobillo adecuadamente diagnosticado y tratado
artroscópicamente es sobresaliente. Aproximadamente entre un 75% y un 85%
de los pacientes suelen tener resultados buenos o excelentes tras el desbridamien-
to artroscópico y el retorno a la práctica deportiva al cabo de unas 6 semanas.

Tabla 32-5.

Clasificación del síndrome del tobillo


Grado I. Radiografías normales, engrosamiento capsular
anterolateral visto sobre MRI y verificado
artroscopicamente.
Grado II. Extraarticular o intraarticular osteófilo con superfi-
cies articulares normales
Grado III. Anormalidades óseas que comprometen la superfi-
cie articular (p. ej.: osteocondritis disecante)
Grado IV. Fractura intraarticular previa
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504 MEDICINA DEL FÚTBOL

INESTABILIDAD CRÓNICA DEL TOBILLO

En fecha reciente, Lofvenberg publicó los resultados de un estudio en el que


se realizó un seguimiento de 20 años a pacientes aquejados de inestabilidad late-
ral crónica, no sometidos a intervención quirúrgica y tratados de manera conser-
vadora. Los pacientes fueron examinados entre 18 y 23 años después de su
primera consulta. De los 49 tobillos, 32 continuaban siendo inestables. Se detec-
taron modificaciones degenerativas en 6 de los 46 tobillos examinados radioló-
gicamente. El descubrimiento fundamental de este estudio fue la falta de
correlación de este hecho con la edad o con la inestabilidad persistente. Aunque
la inestabilidad puede seguir manifestándose, los datos muestran que ello no
implica un aumento de la incidencia de las modificaciones degenerativas.

Tratamiento de la lesión
Para que pueda emitirse un diagnóstico de inestabilidad, deben obtenerse vis-
tas radiológicas anormales causadas por la sobrecarga. Sin embargo, las imágenes
de la sobrecarga pueden proporcionar informaciones contradictorias. La prueba de
la sobrecarga puede ser realizada en un mecanismo que controle la posición del pie
y la cantidad de fuerza aplicada durante el examen de la prueba de inversión en el
plano anteroposterior y la prueba del desplazamiento anterior en el plano lateral.
En la prueba de inversión no suelen producirse diferencias entre los tobillos exa-
minados en flexión neutral y plantar. En los tobillos con normalidad funcional, el
intervalo de inversión del desplazamiento astragalino se sitúa entre los 0º y los 8º,
mientras que el máximo de desplazamiento anterior en la prueba homónima es de
3 mm. De ello se desprende que la prueba del desplazamiento anterior evalúa la
integridad ligamentaria lateral con mayor finura crítica que la prueba del despla-
zamiento astragalino. Aunque las vistas de la sobrecarga juegan un papel en la eva-
luación de la inestabilidad crónica, deberían obtenerse vistas comparativas. Por
añadidura, hemos descubierto que las radiografías laterales con prueba de despla-
zamiento lateral son más útiles que la comparación con el desplazamiento astraga-
lino. No obstante, un desplazamiento anterior superior a 3 mm o un desplazamien-
to astragalino mayor de 5º se consideran diagnósticos de inestabilidad.
El primer paso en el tratamiento de un tobillo con inestabilidad crónica es
diferenciar la entidad del tobillo rehabilitado de forma incompleta, el cual tam-
bién puede presentar dolor anterolateral e inestabilidad funcional. El tratamiento
aplicado suele ser un exhaustivo programa de terapia sistemática que incluye
estiramientos, movilización, terapias físicas, antiinflamatorios no esteroideos y
ocasionales inyecciones de esteroides.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 505

ESGUINCES DE TOBILLO Y SÍNDROMES DE ATRAPAMIENTO


505

El primer paso de este programa terapéutico se compone de un programa de


rehabilitación que se sirve de una apreciación básica inicial de la movilidad y de
una prueba isocinética básica. El protocolo de la fisioterapia incluye terapias físi-
cas (hielo, fonofóresis, estimulación eléctrica y muscular), ejercicio y fortaleci-
miento (isométrico, isocinético e isotónico), actividades de movilidad (estiramien-
tos, movilización articular) y progresión funcional según indicaciones, con ejerci-
cios multidireccionales, entrenamiento propioceptivo y simulación deportiva.
Si el primer paso fracasa, entonces hay que proceder con el segundo, que
consta de diagnóstico por artroscopia y reconstrucción modificada Brostrom del
ligamento lateral. El porcentaje de éxito de esta técnica se sitúa entre el 85% y
el 90%.

RESUMEN
En resumen, los esguinces agudos de tobillo deben ser reconocidos y rehabi-
litados de manera agresiva. El tratamiento no quirúrgico con tobillera funcional
es tan efectivo como la intervención quirúrgica, y permite un retorno más tem-
prano a la práctica del fútbol. El síndrome de aprisionamiento capsular anterior
es causa de dolor lateral crónico de tobillo. Ésta es una entidad que se desarrolla
en un subgrupo de tobillos tras repetidos esguinces. Se caracteriza por la forma-
ción de tejido cicatrizal hipertrofiado, sinovia y fibrocartílago en el costado ante-
rolateral de la articulación del tobillo. El resultado es una constelación de sínto-
mas –que incluyen dolor, debilidad, inestabilidad funcional y disminución del
rendimiento– refractarios al tratamiento. El tratamiento quirúrgico mediante des-
bridamiento artroscópico ha dado buenos e incluso excelentes resultados, en
especial en las lesiones de grado I y grado II.

LECTURAS RECOMENDADAS

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Documento4 16/2/05 18:03 Página 507

33 REGLAS Y
ÁRBITROS

Per A. F. H. Renstrom

Las reglas constituyen el marco en el que debe desarrollarse el deporte. Estas


reglas deben establecerse lo antes posible. Las primeras reglas oficiales para el
fútbol se dictaron en 1848 en el Trinity College, en Cambridge, Inglaterra. Las 17
reglas del fútbol no han variado en los últimos 100 años. Las reglas básicas del
fútbol están recogidas en un manual que, con escasas excepciones, es el mismo
desde 1938. Estas reglas sólo pueden ser modificadas por la Comisión de la
Asociación Internacional de Fútbol, que fue fundada en Londres en 1886. Esta
comisión consta de cuatro delegados procedentes las Asociaciones de Gran
Bretaña (Inglaterra, Escocia, Irlanda y el País de Gales) y de cuatro representan-
tes de la FIFA, la Federación Internacional de Fútbol. Las modificaciones en las
reglas sólo pueden realizarse durante la reunión anual de la comisión que se cele-
bra cada junio, y para ello deben contar con la aprobación de al menos el 75% de
los miembros presentes. Con independencia de lo apropiados que sean los cam-
bios propuestos, las asociaciones nacionales dependientes de la FIFA no pueden
realizar cambios en el reglamento sin la previa autorización de la comisión.

REGLAS Y RIESGO DE LESIÓN


Las reglas se ajustan a las exigencias de cada deporte. Uno de los objetivos fun-
damentales de las reglas es hacer que la práctica deportiva sea lo más segura posi-
ble. Este hecho cobra una especial importancia en un deporte de contacto como el
fútbol. En el fútbol internacional de elite, las reglas son a menudo interpretadas y
aplicadas de diferente manera que en el fútbol nacional o de nivel local. El resul-
tado de este hecho es un mayor riesgo de lesión para los jugadores internacionales.
El peligro de la entrada por detrás ha sido objeto de discusión durante muchos
años. No hay reglas suficientemente específicas para controlar este hecho poten-
cialmente traumático. Aunque muchos jugadores entran por detrás con la inten-
ción de alcanzar el balón, no es extraño que lo que pretendan es detener al juga-
dor. Este tipo de entrada por detrás tiene un elevado riesgo de lesión.
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508 MEDICINA DEL FÚTBOL

La entrada por detrás también puede constituir una seria distracción, ya que
con frecuencia impide que el jugador marque un gol. La falta por una entrada de
este tipo suele ser un chut libre directo, y, en ocasiones, un penalti. El gran poten-
cial lesivo de la entrada por detrás hace necesaria la realización de más estudios.
Asimismo, el modo de penalización debería determinarse a partir del grado de la
distracción.
Por tanto, respecto a las entradas por detrás, es preciso modificar las reglas o
reforzar las ya existentes. Cuando estas reglas hayan sido modificadas o reforza-
das, deberían aplicarse estrictamente y del mismo modo en todos los niveles del
fútbol. Finalmente, con motivo de la Copa del Mundo de 1994 la FIFA dio mues-
tras de que reconocía la seriedad de estos problemas e hizo cumplir estrictamen-
te las reglas. Los aficionados al fútbol de todo el mundo agradecieron este cam-
bio de mentalidad de la FIFA.

Sustitución y lesiones

Podrían discutirse otras modificaciones de las reglas. La libre sustitución de


jugadores es posible en la mayoría de los deportes. En el fútbol, la posibilidad
de realizar cambios disminuye el riesgo de lesión. La libre sustitución se defi-
ne como la posibilidad de sustituir jugadores en cualquier momento durante un
partido. Un estudio reciente examinó a un grupo de intervención consistente en
30 equipos de prueba escogidos al azar. El grupo de control constaba de
15 equipos escogidos de manera aleatoria. Ambos grupos fueron observados
durante 2 años. Los resultados no mostraron diferencias significativas entre los
grupos por lo que respecta al porcentaje de lesiones o a la pauta de lesiones por
1.000 horas de juego. No obstante, la duración de las lesiones menores en el
grupo de intervención fue significativamente inferior a la del grupo de control.
Un hecho que cabe destacar es la conformidad de los jugadores, el entrenador
y los árbitros con la posibilidad de libre sustitución. Aunque la conclusión fue
que debería introducirse la regla de libre sustitución en el fútbol internacional,
este estudio debe ser confirmado. Si los resultados son válidos, la FIFA debería
permitir la libre sustitución de jugadores. La inexistencia de resultados negati-
vos indica que, en última instancia, debería permitirse la libre sustitución par-
cial.

Otros problemas

Muchos jugadores internacionales de fútbol juegan en condiciones de calor


extremo o elevada altitud. Pasaron muchos años antes de que la FIFA modificó
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REGLAS Y ÁRBITROS
509

las reglas de manera que los jugadores pudieran beber durante el partido. Los
jugadores deben poder ingerir líquido en cualquier momento del partido.
El hecho de si debería permitirse la utilización de rodilleras funcionales
durante el fútbol es un tema discutido. Aunque las rodilleras funcionales no están
permitidas en el fútbol internacional, en Estados Unidos su uso está permitido en
el instituto y en la universidad. Se cree que las rodilleras funcionales comportan
riesgo de lesión, aunque se necesitan datos científicos que apoyen esta teoría.

LOS ÁRBITROS
Los árbitros son los personajes más importantes en la supervisión médica de un
partido. Ostentan diversas funciones de importancia. Cuando un jugador se ha lesio-
nado, el árbitro debe tomar una rápida decisión. El árbitro debe estar al corriente de
las causas y los síntomas de las lesiones en el fútbol, tales como lesiones en la cabe-
za con o sin pérdida de conocimiento, lesiones en el pecho y en el estómago, lesio-
nes abdominales, lesiones en las articulaciones y fracturas. Asimismo, el árbitro
también debe observar y decidirse de inmediato respecto a la causa del traumatis-
mo, ya se trate de juego antirreglamentario, ataque por parte de un contrario, con-
tacto con la pelota o caída. En situaciones comprometidas, quizá sería aconsejable
dar al árbitro la oportunidad de consultar una reproducción instantánea de la juga-
da en vídeo, con un procedimiento similar al empleado en el hockey sobre hielo.
El árbitro está en condiciones de determinar si las lesiones deben ser tratadas
sobre el terreno. De acuerdo con las nuevas reglas, el árbitro es el único que
puede permitir la entrada del médico o del entrenador en el terreno de juego. Las
normas dicen que el árbitro debería autorizar dicha entrada en el momento en que
esté convencido de que la lesión del jugador es seria. Este hecho supone una tre-
menda responsabilidad para el árbitro. Tras la señal del árbitro, dos asistentes
médicos pueden entrar en el campo y realizar una evaluación del jugador lesio-
nado. Dicha evaluación debería llevarse a cabo lo antes posible. Todos los trata-
mientos mayores deben practicarse fuera de la zona de juego. El tratamiento
sobre el terreno se limita a los casos de lesiones serias, en especial en caso de
inconsciencia, conmoción y pérdida de sangre. Las nuevas reglas establecen que
el jugador debería ser trasladado fuera del campo lo antes posible. Si el jugador
ha sufrido una lesión grave, que en ocasiones puede ser difícil de diagnosticar
hasta por un experimentado profesional de la medicina deportiva, la lesión debe
ser reconocida cuanto antes, ya que en caso contrario existe el riesgo de que el
jugador empeore. En consecuencia, el árbitro está sometido a unas enormes exi-
gencias. Desgraciadamente, los árbitros sufren una carencia de formación por lo
que respecta a la medicina deportiva.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 510

510 MEDICINA DEL FÚTBOL

Algunos jugadores intentan causar la impresión de que han sufrido un trau-


matismo. Cuanto más cerca del punto de penalti ha sucedido la falta, peor es su
aspecto. En ocasiones, estos jugadores yacen tendidos en el campo y se quejan
como si estuvieran afectados por una grave lesión, ya sea cierto o no. Esta clase
de comportamiento es inaceptable. Los jugadores que pretenden hacer creer que
han sufrido una lesión traumática deberían ser amonestados. Una manera de
solucionar este problema es el visionado de la película del partido por parte del
conjunto de árbitros; si la cinta no deja lugar a dudas sobre la simulación del
jugador, entonces éste deberá ser amonestado con tarjeta roja. La simulación de
un traumatismo o de una lesión atenta contra el juego limpio, y hace todavía más
difícil la labor de los árbitros.
Antes de someter la lesión a tratamiento, debe realizarse un diagnóstico
correcto. El tratamiento con hielo que se aplica en casi todas las lesiones es un
analgésico efectivo, y puede enmascarar la extensión y la gravedad de la lesión.
Si un gran hematoma muscular es tratado con hielo, disminuirá el dolor, aunque
es posible que la lesión empeore cuando el jugador vuelva al terreno de juego. La
responsabilidad médica siempre corresponde al médico. No obstante, los árbitros
también pueden ser útiles, en los casos en que posean conocimientos médicos. En
consecuencia, deberían organizarse cursos de medicina deportiva para árbitros.

COMETIDO DEL MÉDICO DEL EQUIPO


A causa de su doble lealtad, los médicos pueden estar sometidos a elevadas
exigencias. Existe un conflicto potencial entre el mandato del directivo y el juga-
dor. Las presiones procedentes del entrenador, los atletas y los directivos debe-
rían ser consideradas en relación con las indicaciones médicas. Con frecuencia,
los especialistas en medicina deportiva no trabajan con arreglo a un contrato
escrito. La cooperación con el equipo se basa a menudo en un pacto entre caba-
lleros. No hay un salario mínimo establecido, y la mayoría del trabajo se realiza
por propia voluntad y sin contraprestación económica.
En el momento de tratar a un atleta, el médico suele enfrentarse con un dile-
ma. Debe considerar tanto el interés del paciente como la ética médica (tabla
33-1). Ésta debería compararse con la ética de la medicina deportiva, que puede
no coincidir con la primera.

RESPONSABILIDADES DE OTROS
Los entrenadores tienen una gran responsabilidad y siempre se encuentran
sometidos a presión. Su posición es difícil, ya que se les atribuye el éxito o el fra-
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REGLAS Y ÁRBITROS
511

Tabla 33-1.

Consideraciones que los médicos deberían tener en cuenta

• El objetivo principal es la salud del atleta


• Las actividades relacionadas con la medicina deportiva jamás deberían
causar lesiones, propiciar su aparición o hacer que una lesión empeorase
• El individuo tiene el derecho a decidir sobre su vida y su cuerpo

caso del equipo. Se sabe que hay entrenadores que han enviado a sus jugadores
al terreno de juego con la instrucción de detener a sus oponentes por todos los
medios a su alcance. Los entrenadores deberían participar en campañas para eli-
minar todas las tácticas deshonestas, antideportivas y las maniobras cuya inten-
ción deliberada es causar lesiones.

MODIFICACIONES DE LAS REGLAS

A medida que el propio deporte se va modificando, las reglas deberían adap-


tarse y ajustarse continuamente a dichos cambios. Opiniones procedentes de
diferentes puntos de vista hacen pensar que quizá sería necesario realizar algu-
nos ajustes en las reglas del fútbol. Al respecto, véase la tabla 33-2.
Cuando las reglas del fútbol sufren cambios, es importante dar a los especia-
listas en medicina ortopédica y a los médicos de equipo la oportunidad de anali-
zar los posibles riesgos de lesión implicados en las nuevas reglas. Aunque una
regla puede modificarse con la mejor intención, esta nueva regla puede entrañar
un incremento del riesgo de lesión. Por tanto, cada nueva regla debe ser analiza-
da por los expertos en medicina deportiva. Con frecuencia, las reglas se modifi-
can para mantener bajo control un peligro excesivo. Con el fin de comprender los
riesgos y los peligros del fútbol, es importante hacer acopio de datos referentes
a lesiones. En la literatura médica hay diversos estudios sobre la incidencia de las
lesiones en el fútbol. Los estudios deberían ser apoyados por la comunidad fut-
bolística y por la FIFA. Sin el conocimiento de las lesiones que se producen en
el fútbol y del modo en que acontecen, es imposible prevenirlas. Asimismo,
debería identificarse a los jugadores de fútbol con un elevado riesgo de lesión.
También es necesario comprender la compleja interacción de posibles facto-
res de riesgo en el fútbol. Es preciso disponer de un conocimiento exhaustivo
sobre la etiología de las lesiones en el fútbol. Los factores intrínsecos de riesgo
Documento4 16/2/05 18:03 Página 512

512 MEDICINA DEL FÚTBOL

incluyen un incremento de la flexibilidad articular y la rigidez muscular, inesta-


bilidad funcional, lesiones previas y una rehabilitación inadecuada.
Aunque se cree que el ciclo menstrual, la utilización de anticonceptivos ora-
les, de la máxima capacidad aeróbica y de ciertas técnicas del fútbol están rela-
cionados con las lesiones, estos hallazgos necesitan ulterior confirmación. Los
factores extrínsecos de riesgo asociados con las lesiones del fútbol incluyen un
equipo inadecuado –por ejemplo, las espinilleras o las botas–, las condiciones del
terreno de juego y las faltas. En nuestra investigación en Goteborg, Suecia, des-
cubrimos una relación entre el riesgo de lesión y el juego en distintas superficies.
Estos resultados muestran que el traumatismo causante de la lesión y el tipo de
lesión varían según las diferentes superficies. Por tanto, las reglas deben ser cla-
ras y específicas. Los ajustes de las reglas pueden realizarse de acuerdo con las
directrices empleadas por la NCAA (tabla 33-3).
Ningún deporte puede estar completamente libre de lesiones. Los atletas conti-
nuarán ignorando las normas, y las lesiones seguirán produciéndose. Las diferencias
técnicas entre los atletas variarán y, por consiguiente, el riesgo de lesión aumentará.

RESUMEN
El fútbol no puede ser jugado y controlado de manera adecuada sin reglas. Si
las reglas son transgredidas o aumentan el riesgo de lesión, deberían ser modifi-
cadas. Si se realizan las modificaciones oportunas, las nuevas reglas pueden dis-

Tabla 33-2.

Posibles modificaciones de las reglas del fútbol

• Aumento del interés en los resultados públicos sobre la demanda de más


goles por partido
• Desplazar la línea del fuera de juego a la mitad del campo de ataque
• En el saque de banda, chutar la pelota en lugar de lanzarla
• Jugar con menos jugadores o aumentar las sustituciones
• Aumentar el tamaño de la portería
• Cambiar el modo en que se decide el resultado de un partido que finaliza
con empate
• Cambiar las reglas según consideraciones económicas y administrativas
• Cambiar las reglas basándose en la prevención de las lesiones y en las
investigaciones de la medicina deportiva
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REGLAS Y ÁRBITROS
513

Tabla 33-3.

Directrices seguidas por la NCAA

1. Seguridad para los atletas


2. Aplicable para todas las instituciones
3. Una regla enseñable
4. Aplicable a todos los jugadores oficiales
5. Equilibrio entre defensa y ataque
6. Interés de los espectadores
7. Impacto económico no prohibido

minuir la frecuencia y la gravedad de las lesiones en el fútbol. Los cambios en


las reglas deberían ser analizados por expertos en medicina deportiva para ase-
gurar que no aumentan el riesgo de lesión. Con las nuevas reglas, se otorga a los
árbitros una amplia autoridad para decidir la gravedad de las lesiones. Este hecho
añade todavía más tensión y responsabilidad a la labor arbitral. Para adaptarse a
este nuevo cometido, los árbitros necesitan formación en medicina deportiva. Por
otra parte, en el fútbol también es importante intentar minimizar y prevenir las
lesiones. La mejor manera de realizarlo es aumentar nuestro conocimiento sobre
las lesiones y los traumatismos existentes. Para ello, es preciso investigar en
medicina deportiva. Esta investigación debería contar con el apoyo de la FIFA y
de todo el mundo futbolístico.

LECTURAS RECOMENDADAS

Eissmann HJ. The referees in football. Ekblom B, ed. Una Publicación de la


Comisión Médica IOC. Oxford, Inglaterra: Blackwell Scientific Publications,
1994:100-101.
Inklaar H. Soccer injuries II: etiology and prevention. Sports Med 1994;18:81-
93.
Jorgensen U, Sorensen J. Free substitution in soccer: a prospective study. En:
Togt van der CR, Kenper ABA, Koornneef M. Actas de la 3ª reunión del
Consejo de Europa. Sports injuries and their prevention. Oosterbeek:
National Institute for Sports Health Care, 1988.
Peterson L, Renstrom P. Soccer injuries: frequency and type. Lakartidningen
1980;77:3621-3626.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 514
Documento4 16/2/05 18:03 Página 515

34 RESULTADOS
Y SECUELAS
A LARGO PLAZO
DE LA PRÁCTICA
DEL FÚTBOL
Ejnar Eriksson
Lars-Ingle Svensson
Tho Kam San
Anders Valentin

El fútbol es popular en todo el mundo. Se calcula que juegan al fútbol un


mínimo de 40 millones de personas. En consecuencia, el fútbol es la fuente de un
gran número de lesiones. La incidencia de los diversos tipos de lesiones en el fút-
bol ha sido determinada por varios estudios. No obstante, existen pocos estudios
dedicados a examinar los efectos a largo plazo de las lesiones en el fútbol. Un
ejemplo es el trabajo de Roos y sus colaboradores, en el que se informa del pre-
dominio de las señales radiológicas de osteoartrosis de la rodilla y de su relación
con las lesiones anteriores de rodilla. Estos investigadores compararon 286 exju-
gadores de fútbol con 572 controles según edad. Los sujetos tenían una edad pro-
medio de 55 años. El predominio de la osteoartrosis de rodilla entre los contro-
les era del 1,6%, del 4,2% en los jugadores de fútbol aficionados y del 15,5% en
los jugadores de elite. De los 71 jugadores estudiados, 7 tenían una lesión en el
ligamento cruzado anterior, y 40 habían sufrido meniscectomías.
Neyret informó sobre un seguimiento mínimo de 20 años realizado a 77 juga-
dores de fútbol que, a raíz de una lesión aislada en el menisco o un combinación
de rotura de menisco y de ligamento cruzado anterior, fueron sometidos a resec-
ción del menisco. El grupo aquejado de lesión aislada en el menisco mostró sig-
nos radiológicos de osteoartritis en un 24% de los casos, mientras que en el grupo
afectado de rotura del ligamento cruzado anterior este porcentaje se elevó hasta
el 77%. En el grupo afectado de lesión aislada, el 49% practicaba algún deporte,
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516 MEDICINA DEL FÚTBOL

mientras que en el grupo del ligamento cruzado anterior este porcentaje no era
superior al 22%.
La mayoría de estudios a largo plazo se ocupan de un grupo de atletas relati-
vamente limitado. Suecia ofrece una oportunidad única para estudiar grupos con
un elevado número de atletas. El fútbol es el deporte más popular en Suecia,
con 165.000 atletas registrados en 1990. Suecia carece de organizaciones depor-
tivas en los institutos y las universidades, como ocurre en Estados Unidos. Por el
contrario, en Suecia todos los jugadores juegan en un equipo de fútbol. Cuando
los jugadores entran en el equipo y pagan la cuota correspondiente, entonces
pasan a estar asegurados en la compañía de seguros Folksam. Esta compañía dis-
pone de una inigualable base de datos sobre lesiones. La mayoría de las lesiones
de las que se informa a la compañía son lesiones graves. Es probable que los
informes sobre lesiones menores –las que obligan al jugador a permanecer apar-
tado de los deportes durante poco tiempo–, sean incompletos. Con frecuencia se
informa sobre lesiones que implican discapacidad permanente, ya que a cambio
los atletas pueden recibir sustanciosas compensaciones económicas.
La compañía de seguros Folksam ha venido publicando regularmente infor-
mes sobre la frecuencia de las lesiones en el fútbol y en muchos otros deportes.
El objetivo de este capítulo es examinar la incidencia de las lesiones en un
amplio grupo de futbolistas suecos, así como estudiar la incidencia y la naturale-
za de las discapacidades permanentes en dicho grupo.

LOS DESCUBRIMIENTOS DE LA COMPAÑÍA FOLKSAM


Entre 1976 y 1983, la compañía Folksam registró una cantidad de 10.659
lesiones en el fútbol. Estos datos fueron divulgados y analizados en un informe
elaborado por la compañía en 1985. De 1986 a 1990, se recopilaron 26.015 casos
de la misma manera. Con el objetivo de comparar las modificaciones en las pau-
tas de las lesiones, los datos de 1986, 1988 y 1990 fueron analizados y publica-
dos por Folksam en 1994. Se analizaron las lesiones producidas entre 1986 y
1990 que desembocaron en discapacidad permanente. Los datos de las lesiones
fueron clasificados por niveles de edad, nivel de juego (elite o juvenil) y sexo.
Con el fin de cuantificar el tiempo medio de juego en jugadores de distintos nive-
les tanto en hombres como en mujeres, se contactó con un gran número de en la
división de honor, en las divisiones primera hasta la séptima, con juveniles y con
equipos infantiles. Estos datos fueron empleados para relacionar la frecuencia de
la lesión con el tiempo de juego.
El número total de lesiones y el número de lesiones analizadas entre 1986 y
1990 figuran en la tabla 34-1. Hay que prestar atención al hecho de que las lesio-
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RESULTADOS Y SECUELAS A LARGO PLAZO DE LA PRÁCTICA DEL FÚTBOL


517

nes sometidas a examen fueron menos de la mitad del total, mientras que las
lesiones causantes de discapacidad permanente fueron examinadas en el 90% de
los casos. La distribución de las lesiones de acuerdo con los niveles de juego se
muestra en la tabla 34-2. Aunque las lesiones sufridas por los jugadores de la
división de honor y la primera división constituyen un 6% del total en los hom-
bres y un 9% en el caso de las mujeres, los jugadores pertenecientes a dichas
categorías sólo representan entre el 1% y el 2% de todos los jugadores asegura-
dos. El tiempo de juego hasta que se produce una lesión en las diferentes catego-
rías en el caso de los hombres y las mujeres se detalla en la tabla 34-3. De estos
datos se desprende que cuanto más elevada es la división, mayor es la incidencia
de las lesiones. Las causas de las lesiones que tuvieron lugar en 1990 se repro-
ducen en la tabla 34-4. En el caso de los hombres, más del 40% de las lesiones
se debieron a una colisión o a un chut o impacto. En el caso de las mujeres, apro-
ximadamente un 50% de las lesiones se debieron a los mismos factores que en
los hombres, además del hecho de que sus pies se quedaran bloqueados en el
suelo. La distribución anatómica de las diferentes lesiones se muestra en la

Tabla 34-1.

Frecuencia relativa de las lesiones por sexos y edades

Año Número Número % Número Frecuencia Hombres Mujeres


de lesio- de lesio- de ase- de lesión/
nes nes exa- gurados 1.000
minadas asegura-
dos

1986 4.605 1.980 43 188.152 24 25 24


1987 4.859 187.042 26
1988 5.128 2.353 46 184.821 28 28 27
1989 5.720 179.618 32
1990 5.703 2.535 44 165.396 34 35 33
Total 26.015 6.868

Año Número Número %


de disca- exami-
pacidades nado
perma-
nentes
1986–1990 1.500 1.312 87
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518 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 34-2.

Distribución de las lesiones en distintas divisiones


futbolísticas en Suecia

Hombres Número de % % de todos


lesiones los asegurados

División de honor y Primera división 126 6 1


2.ª-3.ª división 237 12 3
4.ª división e inferiores 1.175 59 62
Juveniles 259 13 14
Infantiles 157 8 20
Pérdidas 50 2 0
Total 2.004

Mujeres Número de % % de todos


lesiones las aseguradas

División de Honor y Primera división 41 9 2


2.ª división e inferiores 304 64 39
Juveniles 41 9 22
Infantiles 77 16 36
Pérdidas 9 2 0
Total 472

tabla 34-5. En los hombres, el 49% del total de lesiones se produjo en la rodilla
y en el pie. En las mujeres, la rodilla y el pie abarcaron el 62% de todas las lesio-
nes. El porcentaje de discapacidad permanente en las diferentes partes del cuer-
po en los hombres durante el período 1986-1990 se muestra en la tabla 34-6.
Estos datos muestran que la rodilla fue el lugar más afectado por lesiones que
desembocaron en algún grado de discapacidad. Los datos referentes a las lesio-
nes de rodilla en los hombres se clasificaron por tipos específicos de lesiones de
rodilla (tabla 34-7). Estos resultados muestran que las lesiones aisladas o combi-
nadas del ligamento cruzado anterior son la fuente principal de discapacidad.
En relación con las mujeres, los mismos datos se muestran en las tablas 34-8 y
34-9. Cuando se compara el fútbol con otros deportes asegurados por la compa-
ñía Folksam, el fútbol no resulta ser el deporte con un índice más elevado de dis-
capacidad permanente.
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RESULTADOS Y SECUELAS A LARGO PLAZO DE LA PRÁCTICA DEL FÚTBOL


519

Tabla 34-3.

Frecuencia de lesión por 1.000 horas de juego


y entrenamiento por lesión durante 1990

Hombres Lesión/ 1.000 horas Lesión/ 1.000 asegurados

División de honor y Primera


división 0,71 346
2.ª-3.ª división 0,36 121
4.ª división e inferiores 0,14 33
Juveniles 0,13 31
Infantiles 0,06 14

Total 0,14 35

Mujeres Lesión/ 1.000 horas Lesión/ 1.000 asegurados

División de honor y Primera


división 0,37 126
2.ª división e inferiores 0,21 54
Juveniles 0,06 13
Infantiles 0,07 15
Total 0,14 33

QUÉ SIGNIFICAN ESTOS RESULTADOS

El informe Folksam de 1976-1983 puso de manifiesto que las lesiones de


rodilla se hallaban demasiado representadas. Este hecho es todavía más cierto en
referencia al estudio de los años 1986-1990. Aunque el número de jugadores de
fútbol asegurados ha disminuido, el número total de lesiones se ha incrementado
de 10.659 a 20.615. Este hecho puede deberse a la mala situación económica de
Suecia, que probablemente impulsó a un mayor número de jugadores a informar
sobre lesiones de poca importancia. El aumento del número de discapacidades
permanentes, de 427 a 1.500, es más preocupante. No se puede descartar el hecho
de que el fútbol se haya convertido en un deporte más físico.
Suele creerse que, en el fútbol, la incidencia de las lesiones es superior en las
divisiones inferiores, ya que en ellas los jugadores son menos hábiles. Sin embar-
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520 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 34-4.

Causas de las lesiones ocurridas durante 1990

Causa Hombres % Mujeres %


Número de Número de
lesiones lesiones

Colisión 405 20 96 20
Chut o impacto 433 21 77 16
Caída 116 6 28 6
Pie bloqueado en el suelo 187 9 59 12
Entrada 155 8 32 7
Golpeado por una pelota 70 3 35 7
Lesión durante la carrera 7 0 4 0
Giro 134 7 45 9
Llevar 65 3 14 3
Desgaste 88 4 14 3
Chute simultáneo 60 3 15 3
Cabezazo simultáneo 87 4 8 2
Otras causas 137 7 33 7
Sin información 106 5 25 5
Total 2.050 485

Zona lesionada Hombres % Mujeres %


Número de Número de
lesiones lesiones

Cabeza 127 6 35 7
Dientes 211 10 21 4
Hombro 88 4 9 2
Pecho 13 1 4 1
Cuello y espalda 94 5 20 4
Brazo 38 2 10 2
Mano 142 6 31 6
Cadera y abdomen 88 4 13 3
Rodilla 609 30 210 43
Pierna 183 9 24 5
Pie 386 19 91 19
Lesiones múltiples 34 2 8 2
Sin información 37 2 9 2
Total 2.050 485
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RESULTADOS Y SECUELAS A LARGO PLAZO DE LA PRÁCTICA DEL FÚTBOL


521

go, los datos no confirman esta teoría. El riesgo de sufrir una lesión es aproxima-
damente seis veces mayor en los jugadores de elite que en los jugadores de cate-
gorías inferiores.
Cuando se analizan las distintas discapacidades permanentes, resulta eviden-
te que las lesiones de rodilla, en especial las lesiones de ligamento cruzado en
combinación con otras lesiones de rodilla, son la causa del mayor número de dis-
capacidades permanentes. Para estas lesiones, el grado de discapacidad perma-
nente se sitúa entre el 5% y el 10%. Esto suele querer decir que los jugadores
han abandonado sus carreras deportivas o han optado por seguir jugando en cate-
gorías inferiores. No obstante, los deportistas siguen estando en condiciones de
jugar. El mecanismo primario de estas lesiones de ligamento cruzado anterior
parece producirse cuando el pie del jugador queda bloqueado en el suelo y el
cuerpo gira sobre la parte superior de la pierna. Para reducir esta elevada inci-
dencia de las lesiones de ligamento cruzado anterior y disminuir la discapacidad
permanente, ante todo es necesario prevenir dichas lesiones. Es importante rea-
lizar estudios sobre la longitud de las rodilleras y sobre la fricción entre los
diversos tipos de rodilleras y los distintos tipos de superficies. Cabe la posibili-
dad que los distintos métodos de cortar el césped o los diferentes tipos de hier-
ba artificial influyan sobre el porcentaje de lesiones de ligamento cruzado ante-
rior. También deberían emprenderse estudios sobre la posibilidad de prevenir las
lesiones de ligamento cruzado anterior mediante diversos tipos de entrenamien-
to muscular. El diagnóstico y el tratamiento de las lesiones de ligamento cruza-
do anterior también deberían ser mejorados. Roos ha señalado que no hay dife-
rencia entre el resultado de una lesión de ligamento cruzado anterior tratada qui-
rúrgicamente y otra tratada de manera no quirúrgica. Los procedimientos técni-
cos (p. ej., la guía de perforación de túnel) pueden influir sobre esos descubri-
mientos.
Trabajos recientes han mostrado que, en ocasiones, dicha guía de perforación
da como resultado una posición menos ventajosa del ligamento cruzado anterior.
La falta de diferencias entre las lesiones de ligamento cruzado anterior tratadas
quirúrgicamente y las tratadas de manera no quirúrgica pudo deberse a la in-
correcta colocación del injerto del ligamento cruzado anterior en los casos trata-
dos mediante cirugía. En un seguimiento a largo plazo de pacientes con lesiones
en el ligamento cruzado anterior cuyos ligamentos fueron reparados con una téc-
nica isométrica en el hospital de Karolinska, se descubrió que entre 5 y 10 años
después de la reconstrucción del ligamento cruzado anterior aproximadamente el
70% de los jugadores seguían en activo y no habían disminuido su nivel de acti-
vidad.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 522

522 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 34-6.

Grado de discapacidad permanente

Hombres 1-4% 5% 6% 7% 8% 9%

Ojo 3 1 1
Cabeza y rostro 6 7 3
Hombro 1 11 1
Cuello y espalda 4 4
Brazo y codo 2 8 1 1
Muñeca 4 12 3 2
Mano 14 6 3 2
Dedo 1 4 1
1
Cadera, abdomen 45 4
Rodilla 14 435 1 22 67
Pierna 35 4
Muslo 2
Tobillo 9 37 5 4
Pie y talón 7 9 2
Lesiones múltiples 1 6
Pérdidas 4
Total 111 585 1 38 84 1
Documento4 16/2/05 18:03 Página 523

RESULTADOS Y SECUELAS A LARGO PLAZO DE LA PRÁCTICA DEL FÚTBOL


523

según las distintas partes del cuerpo

10% 12% 15% 20% 25% 70% Total

3 1 6
3 1 17
2 20
1 2 8
2 1 17
1 20
2 1 18
19
1 6
149 6 20 746
3 1 1 1 59
2
7 1 3 66
18
1 1 9
4
174 8 28 2 2 1 1.035
Documento4 16/2/05 18:03 Página 524

524 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 34-7.

Distribución de la discapacidad permanente en


los diversos tipos de lesiones de rodilla

Hombres 1-4% 5% 6% 7% 8% 9% 10% 12% 15% Total

Lesión de menisco 5 19 3 3 2 1 33
Ligamento colateral 4 13 30 4 21
Ligamento cruzado
anterior (LCA)
Ligamento cruzado 21 195 1 6 2 55 3 6 317
posterior (LCP) 13 1 6 22
Línea de la articula- 5 1 1 7
ción
Cápsula de la rodilla 3 6 4 13
Menisco y LCA 6 96 8 17 1 37 2 167

LCA + otras lesiones 5 77 4 13 35 2 8 144

Otras lesiones sin 1 11 1 5 1 2 21


LCA

Pérdidas 1 1

Total 45 435 1 22 67 1 149 6 20 746


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RESULTADOS Y SECUELAS A LARGO PLAZO DE LA PRÁCTICA DEL FÚTBOL


525

Tabla 34-8.

Distribución de la discapacidad permanente en


los diversos tipos de lesiones de rodilla
Mujeres 1-4% 5% 6% 7% 8% 10% 12% 15% 20% Total

Ojo 1 1 2
Cabeza y rostro 1 1
Cuello, espalda 1 1
Mano 5 1 6
Dedo 2 1 3
Cadera, abdomen 2 3 5
Rodilla 16 143 2 8 18 45 1 4 1 238
Pierna 4 4 2 8 18 45 1 4 1 8
Muslo 1 1
Tobillo 2 4 1 7
Pie y talón 3 1 4
Pérdida 1 1

Total 35 158 2 9 19 47 2 4 1 277

Tabla 34-9.

Distribución de discapacidad permanente en


diversos tipos de lesiones de rodilla
Mujeres 1-4% 5% 6% 7% 8% 10% 12% 15% 20% Total
Lesión de menisco 3 4 7
Ligamento colateral 1 1
LCA 7 84 2 4 6 24 1 2 1 131
Línea de articulación 2 2

Cápsula de la rodilla 1 3 1 1 6

Menisco y LCA 2 26 1 8 10 1 48

LCA y otras lesiones 2 20 2 1 9 34


Otras lesiones
sin LCA 1 3 1 1 6

Pérdidas 1 1 1 3

Total 16 143 2 8 18 45 1 4 1 238


Documento4 16/2/05 18:03 Página 526

526 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 34-10.

Porcentaje de discapacidades permanentes


en distintos deportes; 1986-1990

Deportes Porcentaje de Discapacidad


discapacidad permanente por cada
permanente 1.000 seguros

Rugby 6,9 3,05


Balonmano 6,3 2,00
Fútbol 6,3 1,66
Baloncesto 7,0 1,10
Bandy 8,1 0,77
Fútbol sala 6,0 0,45
Esquí de estilo libre 6,0 10,33
Esquí alpino 8,0 1,40
Lucha libre 12,9 0,97
Gimnasia 11,2 0,35
Artes marciales 9,2 0,19
Esquí de fondo 9,9 0,13

Las modificaciones de las reglas o el refuerzo de las reglas existentes debe-


rían considerarse como un camino para disminuir las lesiones causadas por las
colisiones, las patadas, los impactos o las entradas duras.
El coste de estas discapacidades permanentes para la compañía sueca está
estimado en 4.000.000$, con una incidencia anual de 500 discapacidades perma-
nentes. Adaptada a los Estados Unidos, está cantidad equivale a 120.000.000$.
Es preocupante ver que en un deporte tan popular como el fútbol se producen
tantas lesiones con un índice tan elevado de discapacidades permanentes. En
consecuencia, es esencial que cuantos se dedican a jugar al fútbol hagan todo lo
posible para reducir la frecuencia de las lesiones.

LECTURAS RECOMENDADAS

Feller JA, Glisson RR, Seaber AV, y cols. Graft isometry in a unitunnel anterior
cruciate ligament reconstruction: analyisis of influential factors using a radio-
graphic model. Knee Surg Sports Traumatol Arthroscopy 1993;1:136-142.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 527

RESULTADOS Y SECUELAS A LARGO PLAZO DE LA PRÁCTICA DEL FÚTBOL


527

Folksam. Idrottsskador (Sports Injuries) 1986-1990. Estocolmo, Suecia:


Folksam, 1985.
Folksam. Sports injuries 1976-1983. A report from Folksam. Estocolmo, Suecia:
Folksam, 1985.
Johnson RJ, Eriksson E, Haggmark T, y cols. Five to ten year follow-up evalua-
tion after reconstruction of the anterior cruciate ligament. Clin Orthop
1984;183:122-140.
Lindberg H, Roos H, Gardsell P. Prevalence of coxarthrosis in former soccer pla-
yers. Acta Orthop Scand 1993;64:165-167.
Neyret P, Simon TD, Dejour D, y cols. Partial meniscetomy and anterior crucia-
te ligament rupture in soccer players: a study with a minimum 20 year follow-
up. Am J Sports Med 1993,21:455-460.
Odensten M, Gillquist J. A modified technique for anterior cruciate ligament
(ACL) surgery using a new drill guide for isometric positioning of the ACL.
Clin Orthop 1986;213:154-158.
Roos H. Exercise, knee injury and osteoarthrosis. Tesis académica. Lund,
Suecia: Universidad de Lund, 1994.
Roos H, Lindberg H, Gardsell P, y cols. The prevalence of gonarthrosis in former
soccer players and its relation to meniscetomy. Am J Sports Med
1994;22:219-222.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 528
Documento4 16/2/05 18:03 Página 529

V
PREVENCIÓN Y
REHABILITACIÓN
DE LAS LESIONES
Documento4 16/2/05 18:03 Página 530
Documento4 16/2/05 18:03 Página 531

35 CALENTAMIENTO
Y ESTIRAMIENTO

William E. Garrett, Jr.

INTRODUCCIÓN
Los estiramientos y el calentamiento están recomendados por la mayoría de
los atletas y las personas relacionadas con la medicina deportiva como medio
para aumentar la flexibilidad, mejorar el nivel competitivo y prevenir las lesio-
nes. Aunque se trata de una creencia ampliamente difundida, la base científica del
estiramiento no se conoce con exactitud. En este caso, el estado de la investiga-
ción es distinto al del entrenamiento anaeróbico, de fuerza y de resistencia, para
los que se dispone de una literatura médica sobre fisiología altamente desarrolla-
da que permite cuantificar las ventajas y conocer las técnicas apropiadas para
desarrollar las distintas zonas. Por lo que respecta al calentamiento y la flexibili-
dad, los principios básicos permanecen en un estadio primitivo de desarrollo, eso
por no hablar de las aplicaciones clínicas, que todavía están más atrasadas.
Podemos definir la flexibilidad como la gama total de movilidad de una arti-
culación o de un segmento corporal compuesto de varias articulaciones conti-
guas. Esta movilidad se verá limitada por la movilidad inherente que una articu-
lación es capaz de desarrollar, así como por las limitaciones que los músculos
que cruzan la articulación imponen a dicha movilidad. Por ejemplo, la rodilla
puede ser extendida totalmente cuando la cadera se encuentra en posición neu-
tra. El ángulo de extensión total está limitado por las estructuras intrínsecas de la
rodilla. No obstante, cuando la cadera está flexionada al máximo, la extensión de
la rodilla se ve sensiblemente reducida en la mayoría de los casos. En tales con-
diciones, las limitaciones se manifiestan en forma de rigidez en los músculos
posteriores de la cadera y isquiotibiales, cuya extensibilidad inherente no permi-
tirá la extensión de la rodilla. En general, la flexibilidad y el calentamiento se lle-
van a cabo con el fin de mejorar o incrementar, más que la gama de movilidad
permitida por las articulaciones en sí mismas, la gama de movilidad permitida
por los músculos. En este capítulo procederemos a examinar las contribuciones
musculares a la flexibilidad y el calentamiento.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 532

532 MEDICINA DEL FÚTBOL

FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS DEL ESTIRAMIENTO MUSCULAR

El calentamiento y el estiramiento pueden ser considerados desde dos puntos


de vista. En primer lugar, deben evaluarse los efectos agudos del calentamiento
y del estiramiento. En segundo lugar, se deben valorar los efectos crónicos del
estiramiento. Los efectos del calentamiento y del estiramiento deberían estudiar-
se de dos maneras: primero, los cambios en el músculo que desarrolla su función,
y segundo, las modificaciones que puedan afectar la propensión del músculo a
sufrir lesiones.
Ciertos textos y manuales subrayan el hecho de que probablemente la res-
puesta muscular a la elongación aguda se debe a la actividad refleja interna del
músculo. Los receptores sensoriales situados en el interior del músculo están
vinculados con la médula espinal, de manera que se inhibe la resistencia acti-
va del músculo a la elongación. Aunque es probable que exista algún compo-
nente de resistencia activa al estiramiento muscular, es mucho más probable
que la mayoría de la resistencia se deba a la viscoelasticidad inherente al mús-
culo no afectado por ninguna activación muscular contráctil del sistema ner-
vioso.
Los estudios electromiográficos del estiramiento muscular muestran un
silencio casi absoluto. No es correcto asumir que un músculo cercano a su lími-
te de flexibilidad está siendo limitado por la resistencia activa. Todas las for-
mas de tejido conectivo, ya se trate de ligamentos, tendones o huesos, poseen
características viscoelásticas inherentes. Entre las propiedades viscoelásticas
del tejido conectivo figuran la relajación ante la sobrecarga, la progresión y
dependencia del nivel de distensión. La propiedad de la relajación ante la
sobrecarga define la respuesta del tejido conectivo que es estirado hasta una
cierta longitud y mantenido en dicha longitud. Aunque no se permite una con-
tracción, la fuerza de la sobrecarga medida en el interior de ese músculo dismi-
nuye o se relaja con el tiempo. Un material perfectamente elástico mantendría
la misma resistencia después del estiramiento. Por lo tanto, esta propiedad es al
mismo tiempo elástica y viscosa. La propiedad de la progresión describe el
estado del músculo cuando se le aplica una carga determinada. En principio,
el músculo se estira hasta una cierta longitud. Tras alcanzarla, se produce un
lento incremento de longitud que está en función del tiempo (fig. 35-1).
En última instancia, la respuesta del músculo a las aplicaciones de fuerzas
o estiramientos depende del nivel de aplicación de dichas fuerzas o estiramien-
tos. Un músculo sometido con rapidez a una carga estará sometido a una carga
más elevada que un músculo al que la carga se le haya administrado lentamen-
te (fig. 35-2).
Documento4 16/2/05 18:03 Página 533

CALENTAMIENTO Y ESTIRAMIENTO
533

% incremento de longitud
EDL
N = 12

Ciclo

Figura 35-1. Aumento de la longitud muscular con estiramiento repetido e idéntica tensión. La
mayor parte del incremento de longitud se produce durante los primeros cuatro estiramientos.
Fuerza tensora (Newtons)

10 cm/s
1 cm/s
0,1 cm/s
0.01 cm/s

Pocentaje de incremento de longitud

Figura 35-2. El efecto del nivel de carga en la relación fuerza-longitud.

El estiramiento suele practicarse en series. Estudios de laboratorio realizados


con animales han mostrado que el estiramiento reiterado de un músculo hasta un
determinado umbral de fuerza, tras el cual el músculo se relajaba y volvía a ser
sometido a estiramiento, desembocó en un incremento progresivo de la longitud
del músculo. El cambio parece estabilizarse después de entre 3 y 5 estiramientos
mantenidos durante no más de 30 segundos. Finalmente, un músculo forzado
Documento4 16/2/05 18:03 Página 534

534 MEDICINA DEL FÚTBOL

hasta una determinada longitud entre ejercicios de estiramiento dará muestras de


una continua disminución de fuerzas en los estiramientos subsiguientes. Estas
propiedades dejan claro que la viscoelasticidad existente en el músculo es simi-
lar a la que se puede encontrar en otros tejidos conectivos, como los ligamentos
y los tendones.
De estos estudios también se desprendía que cortar los nervios que irrigan el
músculo no introducía modificaciones en la respuesta muscular.
Por añadidura, el interior del músculo sin activación refleja no mostró signos
de actividad eléctrica.
La detección de estos cambios agudos en respuesta al estiramiento significa
que el músculo es menos rígido tras la elongación. Puede alcanzar la misma lon-
gitud desarrollando una tensión menor en el interior del músculo. Ciertamente,
este hecho puede estar causado por la flexibilidad.

Estiramiento y prevención de lesiones

Aunque se cree que el estiramiento agudo disminuye la susceptibilidad del


músculo a las lesiones agudas, esta creencia carece de una base científica firme.
No obstante, estudios recientes han mostrado que los músculos sujetos a una ruti-
na de estiramiento cíclico y activación activa seguida de examen biomecánico
hasta el fallo parecen estar protegidos frente a las lesiones. Los músculos que no
pasaron por un proceso de estiramiento y calentamiento dieron muestras de
microfallos a una longitud muy inferior a la del músculo acondicionado, y alcan-
zaron el macrofallo a una longitud superior. Estos estudios de laboratorio confir-
man la creencia común de que el estiramiento puede prevenir la lesión muscular
aguda.
Los efectos crónicos del estiramiento también han sido evaluados por medio
de modelos científicos básicos. En general, estos estudios no se han limitado a la
realización de meros ejercicios rutinarios de estiramiento. En su lugar, se ha
investigado la respuesta muscular al estiramiento crónico, como el que se produ-
ce durante una inmovilización, tanto en una posición extendida como contraída.
La inmovilización en posición extendida o contraída provoca un crecimiento
longitudinal del músculo. En los animales inmaduros, las fibras musculares
aumentaron su longitud a medida que se alargaban en la región de la unión mus-
culotendinosa.
El músculo esquelético no tiene una meseta de crecimiento como el esquele-
to. El factor fundamental de aumento de longitud en el músculo puede ser la
elongación impuesta por el crecimiento del esqueleto. El músculo alargado tam-
bién desarrolla una mayor tensión antes del fallo.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 535

CALENTAMIENTO Y ESTIRAMIENTO
535

ENTRENAMIENTO DE FLEXIBILIDAD

En la práctica clínica y atlética, la flexibilidad se define como el grado de


movilidad posible en una articulación. En sí misma, la articulación dispone
de un grado de movilidad. Además, bajo ciertas condiciones los músculos pue-
den limitar la movilidad articular. Como se dijo anteriormente, con máxima fle-
xión de la cadera lo usual es no poder extender completamente la rodilla debido
a la rigidez en los isquiotibiales. En general, el entrenamiento de flexibilidad está
diseñado para alargar los músculos que limitan la movilidad.
La flexibilidad puede incrementarse por medio de un entrenamiento específi-
co. Si se practican de manera adecuada y con regularidad, los ejercicios de esti-
ramiento pueden dar buenos resultados. Al respecto, existen diversas técnicas.

Técnicas de estiramiento

Balísticas
Las técnicas balísticas de estiramiento se componen de enérgicos movimien-
tos y rápidos estiramientos musculares. Esta técnica no está muy extendida debi-
do al potencial riesgo de lesión que implica para el músculo.

Estáticas
El estiramiento estático implica un lento y constante estiramiento del múscu-
lo. Los estiramientos sostenidos de 5 a 30 segundos permiten que se produzcan
las aludidas modificaciones viscoelásticas en los grupos musculares estirados.
La realización de algunos estiramientos lentos parece ser beneficiosa, si bien
la mayoría del alargamiento tiene lugar con los primeros estiramientos.

Facilitación neuromuscular propiopioceptiva (FNP)


Existen diversas técnicas de FNP. Se cree que ayudan a inhibir la contractibi-
lidad del músculo estirado. Aunque la contractilidad muscular no suele limitar la
elongación muscular, la práctica rutinaria de FNP ha dado como resultado un
incremento de la flexibilidad.
Las tres técnicas han conseguido producir aumentos de la flexibilidad muscu-
lar inmediatamente después del estiramiento. La mejora de la flexibilidad mus-
cular inherente sobre bases diarias precisa de una práctica regular y diligente. La
flexibilidad muscular también aumenta con el calor. En consecuencia, el calen-
tamiento pasivo del músculo o un calentamiento activo con el fin de incrementar
la temperatura muscular también resultan de utilidad. Para que el programa de
estiramiento logre la máxima efectividad, el músculo debería estar caliente,
Documento4 16/2/05 18:03 Página 536

536 MEDICINA DEL FÚTBOL

hecho que no puede conseguirse mediante el simple estiramiento. El programa


para aumentar la flexibilidad debería ser practicado aproximadamente tres veces
por semana. El mantenimiento de las mejoras de la flexibilidad requiere la prác-
tica regular de estiramientos.
Antes de empezar la práctica deportiva, probablemente lo mejor sea realizar
un calentamiento suave con ejercicio moderado seguido de estiramiento de los
músculos musculares apropiados. También es útil calentar y realizar estiramien-
tos después de haberse enfriado o después de largos períodos de inactividad en
la competición. Asimismo, un estiramiento final tras el ejercicio también es reco-
mendable.

LA FLEXIBILIDAD Y EL FÚTBOL
También se han llevado a cabo investigaciones centradas en el fútbol.
Ekstrand y cols. han mostrado que los jugadores de fútbol son menos flexibles
que las personas normales en la abducción del muslo, la extensión, la flexión de
rodilla y la flexión dorsal del tobillo. Los jugadores de fútbol son más flexibles
únicamente en la flexión del muslo. Dos terceras partes de los jugadores tienen
uno o más grupos musculares menos flexibles.
También se ha demostrado que un programa supervisado de prevención de
lesiones que incluya entrenamiento de flexibilidad consigue reducir el número
de lesiones. Tras un duro ejercicio, se produce una disminución de la flexibilidad
muscular durante algunos días. Hay evidencias de que, en estos casos, el segui-
miento de un programa de estiramientos postejercicio conseguía eliminar esta
pérdida de flexibilidad.
En resumen, parece que los ejercicios de estiramiento y flexibilidad pueden
producir modificaciones en el músculo que incrementan la inmediata flexibili-
dad. Los períodos prolongados de estiramiento o las rutinas de estiramiento regu-
lares pueden aumentar la flexibilidad muscular. Hay buenas razones teóricas para
creer que la flexibilidad puede disminuir el potencial de lesión muscular.
Además, un programa regular de flexibilidad parece ser beneficioso para reducir
de lesiones en el fútbol y en los deportes en general.

LECTURAS RECOMENDADAS

Ekstrand J, Gillquist J. Soccer injuries and their mechanisms: a prospective


study. Med and Science in Sports and Exer 1983;15:267-270.
Ekstrand J, Gillquist J. The frequency of muscle tightness and injuries in soccer
players. Amer J Sports Med 1982;10:75-78.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 537

CALENTAMIENTO Y ESTIRAMIENTO
537

Ekstrand J, Gillquist J, Möller M, y cols. Incidence of soccer injuries and their


relation to training and team success. Amer J Sports Med 1983;11:63-67.
Hughes GC IV, Hasselman CT, Best TM, y cols. The effect of a combined regi-
men of stretching and muscle activation on prevention of experimental mus-
cle strain injury.
Kime RC III, Seaber AV, Garrett WE Jr. Effect of passive tension during immo-
bilization on muscle biomechanical properties. Surg Forum 1989;4:518.
Taylor DC, Dalton JD jr, Seaber AV, y cols. Viscoelastic properties of muscle-
tendon units: the biomechanical effects of stretching. Amer J Sports Med
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Wiktorsson-Möller M, Öberg B, Ekstrand J, y cols. Effects of warming up, mas-
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extremity. Amer J Sports Med 1983;11:249-252.
Zachazewski JE. Flexibility in sports. En: Sanous B, ed. Physical therapy.
Stanford, CT: Appleton Lange Publishers, 1991;201-238.
Zachazewski JE. Improving flexibility. En: Barnes ME, Scully RM, eds.
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Documento4 16/2/05 18:03 Página 539

36 VENDAJES,
TOBILLERAS
Y EQUIPAMIENTO
PROTECTOR
Ray Jaffet
Richard Lopez
TOBILLO
Como cualquier deporte de contacto, el fútbol tiene un riesgo inherente de
lesión. La incidencia de las lesiones de fútbol durante una temporada fluctúa entre
el 70% y el 90%. La mayoría de estas lesiones (64%-88%) afectan a los miembros
inferiores, siendo el tobillo la parte que sufre lesiones con mayor
frecuencia. A consecuencia de este fenómeno, los preparadores físicos y los profe-
sionales de la medicina deportiva han intentado reducir la incidencia de las lesio-
nes, tanto las iniciales como las recurrentes. A lo largo de los años, se ha
empleado una amplia gama de estrategias de prevención. En un esfuerzo por mejo-
rar la estabilidad dinámica del tobillo, se han realizado ejercicios de fortalecimien-
to muscular, de estiramiento de la cuerda del talón y de calentamiento; también se
han utilizado vendajes, y se ha diseñado un calzado especial. A pesar de estos
esfuerzos, la incidencia de los esguinces de tobillo ha seguido siendo muy eleva-
da. Recientemente, se han adaptado nuevas medidas profilácticas. Estas medidas
incluyen el desarrollo de tobilleras con cordones y tobilleras semirrígidas.

Vendajes

Tradicionalmente, los vendajes adhesivos no elásticos han constituido el


método más utilizado para reducir el número y la gravedad de las lesiones de
tobillo. Recientemente, su efectividad como medida profiláctica ha sido cuestio-
nada. Aunque la creencia en el valor profiláctico de los vendajes se basa en
hechos anecdóticos y en ciertos datos clínicos, su capacidad para proporcionar
apoyo a lo largo del tiempo es discutible. Algunos estudios han mostrado que la
venda pierde tensión al cabo de 10 minutos de ejercicio, proporcionando tan sólo
Documento4 16/2/05 18:03 Página 540

540 MEDICINA DEL FÚTBOL

entre un 50% y un 60% de la sujeción original. Por otra parte, hay estudios que
sugieren una significativa capacidad de retención del soporte. Las razones que
explican las diferencias entre los resultados aluden a las variaciones en los pro-
cedimientos de vendaje, al tipo de ejercicio realizado y a las condiciones en las
que tuvo lugar el ejercicio.
Las variaciones en los procedimientos de vendaje incluyen el tipo de venda,
la orientación de las tiras de la venda en relación con el eje del movimiento del
tobillo, el grado de tensión aplicado a las tiras, la experiencia del preparador en
la colocación de vendajes, la utilización o ausencia de un vendaje previo, el uso
de benzocaína y el grado de adherencia de la piel. Las variaciones en la intensi-
dad del ejercicio y el tipo de movimiento empleado también podrían afectar la
laxitud del vendaje. Finalmente, y dado que la transpiración reduce la adheren-
cia del vendaje a la piel, los factores ambientales, como el calor y la humedad,
también pueden afectar la retención del soporte.
Aunque el vendaje pierde algo de sujeción con el tiempo, existen pruebas epi-
demiológicas que muestran que su aplicación es beneficiosa para reducir la inci-
dencia de los esguinces de tobillo. Las conclusiones de un estudio fueron que, si
bien el vendaje del tobillo puede perder algo de sujeción, sigue siendo efectivo
como limitador de los extremos de movilidad asociados con las esguinces de
tobillo por inversión. Otra explicación de la efectividad del vendaje es que puede
alterar la función propioceptiva de la articulación del tobillo por medio de la esti-
mulación del músculo peroneo corto.
Un aspecto a criticar del vendaje del tobillo es su coste y la laboriosidad que
implica. La tabla 36-1 muestra el ahorro que sería posible realizar si un equipo
de baloncesto de 12 personas fuera equipado con tobilleras en lugar de con ven-
dajes. De dicha tabla se desprende que el coste de aplicar vendajes a un jugador
de baloncesto durante un temporada de 25 semanas de duración se elevaría a
435$, mientras que el coste de las tobilleras (contando dos pares por temporada)
sería aproximadamente de 160$.

Tobilleras

Las abrazaderas del tobillo o tobilleras son una alternativa a los vendajes. La
creciente popularidad de las tobilleras se debe en parte a su superioridad sobre
los vendajes en la reducción de las lesiones de tobillo. Al contrario de los venda-
jes, las tobilleras semirrígidas limitan la inversión del tobillo antes y después del
ejercicio. Asimismo, en el curso de una temporada las tobilleras resultan consi-
derablemente menos costosas, y pueden colocarse sin ayuda de un preparador.
Este hecho aumenta la cantidad de tiempo de juego disponible, lo que constitu-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 541

VENDAJES, TOBILLERAS Y EQUIPAMIENTO PROTECTOR


541

ye un factor importante cuando los atletas llegan a un lugar en el que el tiempo


de práctica disponible es limitado.
Un objetivo común en el diseño de las tobilleras es la restricción de los movi-
mientos de eversión e inversión mientras se permite la máxima flexión plantar y
la máxima flexión dorsal. Existen diversas clases de tobilleras (tabla 36-2). Las
tobilleras con cordones y las tobilleras tipo manga tienen una apariencia similar
a las polainas. Suelen estar hechas de material de lona y cubren la parte media
del pie y el tobillo. Se llevan por encima de los calcetines y se atan de manera
parecida a los zapatos. La ortesis semirrígida bimaleolar está elaborada con
material termoplástico, y generalmente contiene células de aire preinfladas. Las
células de aire están colocadas sobre las paredes internas de los soportes para
proteger el tobillo de las lesiones causadas por la presión, así como para incre-
mentar su estabilidad. Esta tobillera se lleva por encima del calcetín y se mantie-
ne en su lugar gracias a unas tiras de velcro. La ortesis tipo riostra consiste en un
puntal posterior de plástico duro, que se coloca directamente a lo largo del eje
posterior de la tibia. El puntal está conectado con la cúpula del talón y asegura-
do en la zona del talón del zapato mediante tiras de velcro. Una tira de velcro
situada en la pantorrilla fija la tobillera proximalmente.

Tabla 36-1.

Ahorro estimado de costes utilizando tobilleras


en lugar de vendajes en un equipo de baloncesto

Vendajes Tobilleras

$ por jugador $435 $160


x 12 jugadores $5.220 $1.920
Ahorro $3.300

Tabla 36-2

Tipos de tobilleras para la rodilla

• Tobilleras con cordones


• Tobilleras tipo manga hechas de tela
• Ortesis rígidas semimaleolares
• Ortesis tipo riostra posteriores con cúpulas de talón rígidas
Documento4 16/2/05 18:03 Página 542

542 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tobilleras frente a vendajes


Las investigaciones sugieren que las tobilleras con cordones son más efecti-
vas que los vendajes en la prevención de las lesiones de tobillo. El vendaje mos-
tró una efectividad relativamente baja en la prevención de las lesiones iniciales
y recurrentes durante seis temporadas de práctica futbolística y partidos colegia-
dos. La escasa efectividad del vendaje puede ser debida al hecho de que su apli-
cación puede realizarse hasta 6 horas antes de la práctica o partido, lo que da
como resultado una venda suelta antes de que una u otro hayan siquiera empeza-
do. Por contraste, los propios jugadores pueden colocarse los estabilizadores con
cordones, y éstos, además, pueden volver a tensarse hasta su nivel máximo de
sujeción.
En el caso de los jugadores con tobillos previamente lesionados, las tobille-
ras semirrígidas pueden ser efectivas para reducir la incidencia de los esguinces
de tobillo. Estas tobilleras también disminuyen el número de esguinces graves de
tobillo en los jugadores con un historial de esguinces previos. No obstante, su
papel no parece tan importante en los atletas que no han sufrido anteriormente
lesiones en esa zona. Otros datos sugieren que el riesgo de que los atletas sin
tobilleras sufran lesiones en el tobillo es tres veces mayor que el de los atletas
con tobilleras.
Una parte de la literatura médica que compara la efectividad de las tobille-
ras (con cordones y maleolares semirrígidas) con los vendajes ha demostrado
sus efectos en la restricción del movimiento articular. Tanto las tobilleras como
los vendajes restringen la eversión y la inversión antes del ejercicio. Sin embar-
go, después del ejercicio ambas permiten una considerable eversión, aunque
la tobillera semirrígida semimaleolar es la más efectiva en la restricción de la
inversión. Otros datos apoyan el empleo de tobilleras en lugar de vendajes para
limitar la inversión tras el ejercicio (andar y correr en una cinta rodante inclina-
da hacia un lado).
Hasta hace poco, los beneficios de la aplicación de tobilleras y vendajes se
atribuían a la estabilidad que proporcionaban al restringir la eversión y la inver-
sión. De ese modo, aunque seguían proporcionando una cierta protección contra
las lesiones, los vendajes y las tobilleras con cordones perdían una significativa
porción de su capacidad restrictiva, ya que se creía que otros mecanismos juga-
ban un papel en su efecto protector. El vendaje puede alterar la función propio-
ceptiva de la articulación del tobillo a través de la estimulación del músculo pero-
neo corto durante la fase de oscilación de la carrera. Aunque este hecho ha sido
estudiado en el caso del vendaje y no en el caso de la tobillera, es probable que
este efecto se aplique a cualquier soporte externo cuya proximidad a la piel sea
suficiente para estimular sus mecanismos mecanorreceptores. Es posible que, en
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VENDAJES, TOBILLERAS Y EQUIPAMIENTO PROTECTOR


543

particular en el tobillo aquejado de lesiones previas, el apoyo externo de la arti-


culación del tobillo pueda disminuir la incidencia de la lesión mediante el incre-
mento de la estabilidad funcional del tobillo.

Comparación de tobilleras según la restricción de la movilidad


Gran parte de la investigación reciente relacionada con la profilaxis del tobi-
llo pone énfasis en la comparación de las diferentes tobilleras disponibles. Se
comparó el apoyo proporcionado antes y después del ejercicio por una tobillera
con cordones, una tobillera bimaleolar y una tobillera tipo riostra. La tobillera con
cordones perdió una cantidad significativamente mayor de apoyo con el ejerci-
cio, mientras que la tobillera tipo riostra no perdió apoyo, y la tobillera bimaleo-
lar perdió una prte de él.
La tobillera bimaleolar y la tobillera tipo riostra restringen la inversión y la
eversión antes del ejercicio. Ambas tobilleras permiten una eversión importante
después del ejercicio, y proporcionan un apoyo en eversión significativamente
mayor que cuando no se cuenta con tobilleras. No obstante, la tobillera tipo rios-
tra brinda un mayor apoyo contra la inversión que la tobillera bimaleolar semirrí-
gida.
Se comparó la capacidad de las cuatro tobilleras más difundidas comercial-
mente –es decir, la tobillera con cordones, la tobillera bimaleolar semirrígida, la
tobillera tipo riostra y la tobillera de neopreno con tiras de velcro– para limitar
la eversión y la inversión antes y después del ejercicio. Todas las tobilleras res-
tringieron la eversión y la inversión antes del ejercicio. La efectividad de la tobi-
llera tipo riostra y de la tobillera bimaleolar semirrígida en la restricción de la
movilidad fue mayor que la de las tobilleras con cordones y la de la tobillera de
neopreno con tiras de velcro.
Por lo visto, el vendaje proporciona un buen apoyo inicial, un apoyo incluso
superior al de la tobillera, si bien dicho apoyo disminuye considerablemente con
el tiempo. Con el ejercicio, tanto la tobillera con cordones como la tobillera de
neopreno con tiras de velcro también perdieron mucha de su capacidad restricti-
va. La tobillera tipo riostra y la tobillera bimaleolar semirrígida son las más efec-
tivas para restringir los movimientos de inversión tras el ejercicio.
En el momento de realizar la selección de las tobilleras hay otro aspecto que
se debe tener en cuenta, y es la receptividad del atleta a la tobillera. La mayoría
de los atletas afirman que las tobilleras tipo riostra y las tobilleras bimaleolares
semirrígidas proporcionan un mayor apoyo, mientras que la tobillera de neopre-
no y la tobillera con cordones son las más confortables. Podría ser que entre la
comodidad y la estabilidad existiera una relación inversamente proporcional.
Durante el transcurso de una temporada, las opiniones de los atletas respecto a la
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544 MEDICINA DEL FÚTBOL

efectividad y los efectos beneficiosos de las tobilleras suelen cambiar desde una
consideración negativa hasta una consideración positiva. Este cambio de actitud
es importante a causa de sus implicaciones respecto a la conformidad. Los resul-
tados también sugieren que cuanto más utiliza la tobillera un atleta, mayores son
las probabilidades de que reconozca su utilidad. En cualquier caso, la comodidad
y la conformidad son dos factores a tener en cuenta.

El efecto de las tobilleras y de los vendajes en el rendimiento


Los efectos de los vendajes y de las tobilleras en los músculos del tobillo
deberían ser tenidos en cuenta. Se compararon los efectos de cuatro tobilleras
comerciales, un vendaje y la ausencia de apoyo sobre la fuerza isométrica de
ciertos músculos específicos del pie. Durante la inversión trasera del pie y la
eversión, no se observaron diferencias en las fuerzas isométricas registradas, lo
que indica que ni el vendaje ni la tobillera constriñeron la musculatura de la parte
inferior de la pierna.
La aplicación de vendajes no parece disminuir la velocidad, el equilibrio, la
agilidad o la capacidad de salto. Por otra parte, algunos estudios muestran que el
vendaje puede disminuir significativamente el rendimiento en el salto vertical, en
el salto de longitud de pie, en la carrera de agilidad y en la carrera de velocidad.
Se realizaron comparaciones entre los efectos de diversas tobilleras (con cordo-
nes y de neopreno) y los del vendaje sobre el rendimiento en el salto de longitud,
el salto vertical, la carrera de velocidad de 90 m y la carrera de 360 m.
Comparado con casos que no disponían de ningún apoyo, el vendaje del tobillo
dio como resultado un rendimiento significativamente menor en el salto vertical,
en la carrera de 90 m y en la carrera de 360 m. La tobillera con cordones redujo
el rendimiento en el salto vertical, en el salto de longitud y en la carrera. La tobi-
llera de neopreno sólo afectó el rendimiento en el salto vertical. La tobillera que
redujo en menor medida el rendimiento, la tobillera de neopreno, fue considera-
da como la más confortable. Es probable que la causa de que la tobillera más con-
fortable fuera la que provocara una menor reducción sea que dicha tobillera pro-
porcionaba el menor apoyo. El empleo de la tobillera bimaleolar semirrígida
parece disminuir la velocidad de base de la carrera.
Se llevó a cabo una prueba con futbolistas de elite, con los cuales se realiza-
ron pruebas de velocidad, equilibrio, agilidad y salto vertical en condiciones de
ausencia de apoyo, apoyo con vendaje y apoyo con tobillera. La tobillera sólo
provocó una significativa disminución del rendimiento en el salto vertical.
Debido a la pequeña disminución del rendimiento con la tobillera o con el ven-
daje, estos métodos parece estar injustificado como medios para proteger el
tobillo.
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VENDAJES, TOBILLERAS Y EQUIPAMIENTO PROTECTOR


545

RODILLA
Rodilleras
En los deportes, la rodilla es el segundo miembro más lesionado. Los daños
en los ligamentos de la rodilla constituyen la lesión grave que con mayor fre-
cuencia afecta a los jugadores de fútbol. A menudo, las lesiones en los ligamen-
tos de la rodilla desembocan en discapacidad prolongada o total incapacidad para
la vuelta a la competición. En un intento de prevenir las lesiones iniciales y re-
currentes de rodilla, se han desarrollado diversos mecanismos ortóticos (es decir,
rodilleras). La efectividad de estas rodilleras reviste interés no sólo a causa de sus
beneficios potenciales, sino también a causa de aspectos relacionados con la res-
ponsabilidad legal en caso de que no sean utilizadas.
En 1984, el Comité de Medicina Deportiva de la Academia Americana de
Cirujanos Ortopédicos celebró un simposio sobre la utilización de las rodilleras
con el fin de examinar el estado de la cuestión y recomendar ciertas directrices
para las investigaciones futuras. Un importante resultado del simposio fue la cla-
sificación de las rodilleras con distribución comercial en tres categorías: profi-
lácticas, rehabilitadoras y funcionales.

Rodilleras profilácticas
Ante todo, estas rodilleras están construidas para impedir las lesiones de los
ligamentos colaterales internos producidas a raíz de fuerzas de impacto aplicadas
lateralmente cerca de la línea de la articulación. Aunque el diseño de cada rodi-
llera se distingue por aspectos específicos, todas están elaboradas para propor-
cionar estabilidad a la rodilla y, al mismo tiempo, para permitir el movimiento
funcional. Se cree que previenen el exceso de movimiento lateral y limitan la

Tabla 36-3.

Tipos de rodilleras

1. Profiláctica Para prevenir o reducir las lesiones iniciales de rodilla


2. Rehabilitadora Para sujetar los ligamentos reconstruidos quirúrgica-
mente
3. Funcional Para proporcionar estabilidad a la rodilla afectada de
inestabilidad debido a la rotura, reparación o a la ciru-
gía reconstructora de una o más de las estructuras esta-
bilizadoras de las partes blandas
Documento4 16/2/05 18:03 Página 546

546 MEDICINA DEL FÚTBOL

hiperextensión y la rotación. Aunque pueden variar, la mayoría de estas rodille-


ras consisten en un puntal de una sola cara hecha de metal o de plástico pesado.
Algunas rodilleras poseen dos puntales. El puntal suele tener un solo gozne, pero
también es posible conseguir algunos puntales de doble gozne. El puntal puede
ser colocado externamente sobre una funda elástica o encajado en dicha funda.
A nivel de institutos y universidades, las rodilleras profilácticas son populares
entre los jugadores de fútbol americano. Son utilizadas mayoritariamente por
jugadores en situaciones de máximo riesgo que pueden permitirse una ligera pér-
dida de velocidad o de maniobrabilidad. En consecuencia, sus principales usua-
rios son los delanteros ofensivos y defensivos y los tight end. Los linebackers las
utilizan con menor frecuencia, y los defensas y los delanteros retrasados todavía
las utilizan menos.
La información disponible en referencia a la capacidad de estas rodilleras
para prevenir o reducir la gravedad de las lesiones de rodilla está sujeta a contro-
versia. Aunque algunos estudios han informado de una disminución del número
y la gravedad de las lesiones, otros estudios afirman que las rodilleras pueden no
reducir las lesiones, y es posible que puedan incluso aumentarlas.
La seguridad de las rodilleras profilácticas puede cuestionarse, ya que existen
datos que muestran que el uso de rodilleras puede aumentar las lesiones en la
rodilla y, asimismo, que puede tener efectos perniciosos sobre las estructuras
adyacentes. Hay estudios que informan de un incremento en la incidencia de las
lesiones en la parte inferior de la pierna, incluyendo esguinces de tobillo, fractu-
ras por sobrecarga del peroné, rotura del tendón de Aquiles y fracturas en el astrá-
galo y los metatarsianos. Las rodilleras pueden alterar el modo en que las cargas
biomecánicas actúan sobre la rodilla, y pueden causar el desplazamiento de las
fuerzas traumáticas a las estructuras de apoyo cercanas.
En 1987, la Asociación Americana de Cirujanos Ortopédicos redactó un
informe relativo a la efectividad de las rodilleras profilácticas de la rodilla. En él
se afirmaba que la efectividad del uso rutinario de rodilleras profilácticas en la
reducción del número y la gravedad de las lesiones de rodilla no había sido
demostrada. La Academia Americana de Pediatría lanzó la recomendación de
que las rodilleras de rodilla laterales unidireccionales no debían ser empleadas
por los jóvenes jugadores de fútbol. Sin embargo, a pesar de su discutible efica-
cia a ojos de muchos profesionales, la utilización de rodilleras profilácticas sigue
siendo popular entre los futbolistas adolescentes y universitarios.

Rodilleras rehabilitadoras
Se trata de rodilleras de mayor longitud provistas de mecanismos que propor-
cionan un control selectivo de la movilidad. Su utilización está muy extendida en
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VENDAJES, TOBILLERAS Y EQUIPAMIENTO PROTECTOR


547

la ciencia ortopédica, y su efectividad durante el estadio temprano de la recupe-


ración está ampliamente aceptada. La Academia Americana de Cirujanos
Ortopédicos ha recomendado su uso en estos casos.

Rodilleras funcionales
En principio, estas rodilleras estaban diseñadas para proporcionar estabilidad
en casos de ligamentos reparados y no reconstruidos. Hay pocas dudas sobre la
conveniencia de su aplicación en estas situaciones. Con el avance de las técnicas
quirúrgicas, la utilización de rodilleras funcionales se ha incrementado. En la
actualidad, estas rodilleras se emplean en los casos de déficit ligamentario y en
las rodillas reconstruidas. Las rodilleras funcionales se han empleado a menudo
como mecanismos profilácticos para brindar protección a los ligamentos recons-
truidos, reparados o a injertos o ligamentos curativos.
El uso de rodilleras funcionales es relativamente reciente. La rodillera de des-
rotación Lennox Hill, que surgió a finales de 1960, fue la primera rodillera con
distribución comercial. Tras la aparición de dicha rodillera, a principios de los
años setenta, se inició la comercialización de otras rodilleras. La aparición en el
mercado de diversos tipos de rodilleras impulsó a la Academia Americana de
Cirujanos Ortopédicos a solicitar la realización de investigaciones que evaluaran
su eficacia.
La efectividad de una rodillera funcional como mecanismo de rehabilitación
ha sido escasamente discutida. Al respecto, la Academia Americana de Cirujanos
Ortopédicos ha recomendado su uso. Actualmente, estas rodilleras se utilizan en
un estadio temprano del tratamiento de rehabilitación como mecanismo de con-
trol de la movilidad.
La controversia surge cuando la rodillera funcional es empleada como meca-
nismo profiláctico para ayudar a los atletas lesionados a volver a la competición.
En un intento de reducir la probabilidad de volver a sufrir una lesión, muchos
atletas han utilizado rodilleras funcionales de rodilla mientras la laxitud residual
de la rodilla todavía persistía. Los entrenadores, los administradores y los prepa-
radores físicos están sometidos a una cierta presión para utilizar estas rodilleras
con el objetivo de reducir el riesgo de una nueva lesión y para que sea posible
que el atleta pueda volver a la competición antes de lo previsto.

Efectividad de la rodillera funcional

Gran parte de la investigación relacionada con la eficacia de las rodilleras


funcionales está relacionado con consideraciones biomecánicas. La mayoría de
las rodilleras funcionales estudiadas parecen reducir la traslación tibial anterior
Documento4 16/2/05 18:03 Página 548

548 MEDICINA DEL FÚTBOL

en condiciones de reducida carga clínica. Su efectividad en el control de los des-


plazamientos rotacionales internos-externos de la tibia sobre el fémur está más
sujeta a variación. En general, la mayoría de los estudios biomecánicos demues-
tran que las rodilleras funcionales aumentan la estabilidad mecánica de la rodi-
lla en condiciones de carga reducida. Parece ser que las rodilleras funcionales
eliminan la actividad muscular compensatoria en la rodilla con deficiencia del
ligamento cruzado anterior, y por tanto restauran la cinemática normal de la
rodilla. Asimismo, hay indicios de que las rodilleras funcionales protegen el
injerto de ligamento cruzado anterior sometido a cargas reducidas contra posi-
bles esguinces.
Además de examinar los efectos de la rodillera funcional en la traslación y
rotación tibial, algunos estudios han tratado de investigar sus efectos en las pau-
tas funcionales de movimiento. Los efectos de la rodillera funcional durante las
maniobras de la carrera y los giros pueden evaluarse mediante el empleo de pla-
taformas de fuerza y fotografía de alta velocidad. Los sujetos con una rodilla
aquejada de deficiencia de ligamento cruzado anterior provista de rodillera pue-
den generar fuerzas de rozamiento y de torsión similares a las producidas por
aquellos no afectados por deficiencias en el ligamento cruzado anterior. Este
hecho es particularmente importante en el caso de las maniobras de giro. Las
rodillas equipadas con rodilleras experimentaron unas fuerzas de torsión consi-
derablemente superiores a las rodillas desprovistas de rodilleras. En la mayoría
de los casos, la utilización de la rodillera permitió al sujeto correr a más veloci-
dad. La rodillera puede resultar beneficiosa en sujetos con déficit de fuerza en el
cuádriceps.
La comparación de la rodilla con deficiencia de ligamento cruzado anterior
desprovista de rodillera con la rodilla aquejada de deficiencia equipada con rodi-
llera puso de manifiesto la existencia de modificaciones cinemáticas en el primer
caso. En la rodilla con rotura de ligamento cruzado anterior, existen una serie de
mecanismos compensatorios evidenciados por pautas de activación muscular
significativamente diferentes. Lo más probable es que estas modificaciones en
las pautas de activación muscular constituyan ajustes intuitivos compensatorios
que se sirven de las contracciones musculares para estabilizar la rodilla. Las rodi-
lleras pueden eliminar la necesidad de estas contracciones compensatorias incre-
mentando la estabilidad mecánica o creando una mayor sensación de estabilidad.
Las rodilleras funcionales aumentan el coste energético de una actividad y
disminuyen ligeramente la resistencia. Los corredores que fueron equipados con
una rodillera de desrotación Lennox Hill para la realización de una carrera hori-
zontal en una cinta rodante, mostraron un incremento aproximado del 5% en el
consumo de oxígeno respecto a la carrera realizada sin ayuda de la rodillera.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 549

VENDAJES, TOBILLERAS Y EQUIPAMIENTO PROTECTOR


549

Otro estudio examinó los efectos de una carrera provista de rodillera a cuatro
velocidades distintas. Las rodilleras provocaron un incremento de entre el 3% y
el 8% en el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca y la ventilación en rela-
ción con la carrera realizada sin rodilleras. Aunque las rodilleras pueden dismi-
nuir el rendimiento e incrementar las demandas metabólicas, la mayoría de suje-
tos se adaptan o compensan la pérdida, ya que continúan utilizando las rodilleras
después de la rehabilitación.
En el fútbol hay períodos de actividad sostenida, períodos que requieren súbi-
tos arranques de velocidad y períodos con escasa o ninguna actividad. Al respec-
to, las rodilleras funcionales parecen ejercer un reducido efecto sobre la fuerza y
sobre el rendimiento motor, aunque pueden disminuir la velocidad de la carrera
hacia delante. Cuando el paciente consigue acostumbrarse a ellas, parece ser que
las rodilleras no disminuyen ni la agilidad ni la velocidad en la carrera hacia
atrás.
Otro campo de investigación relacionado con el empleo de rodilleras son sus
efectos sobre la propiocepción. La propiocepción es un mecanismo de retroali-
mentación neurosensorial, no un sistema de control neuromuscular. Las lesiones
del ligamento capsular llevan asociadas una significativa deficiencia propiocep-
tiva. En principio, la investigación relacionada con los efectos de las rodilleras
funcionales sobre la propiocepción arroja resultados contradictorios. Como los
receptores del ligamento desarrollan una acción refleja muy escasa –lo que indi-
ca que se trata ante todo de receptores sensoriales, débiles en cuanto controlado-
res del movimiento–, todo indica que la diferencia entre las pautas de activación
muscular entre los pacientes desprovistos de rodilleras y los pacientes equipados
con ellas debería ser pequeña. En consecuencia, las rodilleras no tienen un signi-
ficativo efecto propioceptivo sobre la rodilla. No obstante, la aplicación de rodi-
lleras funcionales puede incrementar tanto la capacidad de equilibrio dinámico
como la capacidad de equilibrio estático en la rodilla afectada de deficiencia en
el ligamento cruzado anterior. Un mecanismo aplicado de manera correcta, como
una rodillera, puede incrementar la disponibilidad cinestésica por medio de la
estimulación cutánea sobre los canales sensoriales normales interrumpidos. La
aplicación de una rodillera funcional sirve para proteger de la sobrecarga al liga-
mento lesionado, reparado o reconstruido durante el lapso del período de recupe-
ración en el que la capacidad propioceptiva está sometida a un cierto riesgo.
Además de los datos objetivos concernientes a la aplicación de rodilleras fun-
cionales, la valoración de la efectividad de la rodillera debe realizarse teniendo
en cuenta las respuestas subjetivas del paciente. No obstante, estas respuestas
deben compararse con los datos objetivos. Aproximadamente el 90% de los
pacientes informan de un significativo incremento funcional como consecuencia
Documento4 16/2/05 18:03 Página 550

550 MEDICINA DEL FÚTBOL

de la utilización de las rodilleras, un número de episodios de desplazamiento


considerablemente menor y una mayor sensación de confianza y estabilidad. Esta
mayor sensación de confianza puede desmpeñar un papel positivo en su confor-
midad con el programa de rehabilitación.
La utilización de rodilleras también puede tener efectos psicológicos indese-
ables. Por ejemplo, puede desembocar en una dependencia exagerada de la rodi-
llera. En algunos casos esta dependencia puede extenderse a la totalidad de las
actividades, mientras que otros pueden seguir utilizando la rodillera después de
haber recuperado la estabilidad. Asimismo, si un atleta usa la rodillera en todo
momento, cabe la posibilidad de que su capacidad propioceptiva no recupere
jamás el nivel previo a la lesión. Otra desventaja es la posibilidad de que el
paciente sienta una sensación de invulnerabilidad e intente llevar a cabo accio-
nes de elevado riesgo.
Otro aspecto relativo a la utilización de rodilleras funcionales es que, al
aumentar la rigidez de la rodilla, el tobillo y el pie corran una situación de ries-
go en deportes de no contacto, como el fútbol. Los jugadores que usan rodillera
deberían recibir apoyo adicional en el tobillo, como, por ejemplo, vendajes u
otros mecanismos protectores. Finalmente, otro aspecto es que la rodillera puede
convertirse en el blanco de un jugador poco deportivo. En tal caso, en lugar de
una aceleración de la recuperación se produce un incremento del riesgo de vol-
ver a sufrir una lesión.

LECTURAS RECOMENDADAS

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Documento4 16/2/05 18:03 Página 553

37 CRITERIOS DE
REHABILITACIÓN
Y DE RETORNO
A LA PRÁCTICA
DEPORTIVA
Bruce J. Snell

En muchas ocasiones, las decisiones más difíciles de tomar para el equipo


médico son las referentes a la vuelta de un atleta lesionado a la práctica deporti-
va. El proceso de decisión debe contar con todos los miembros del equipo médi-
co, incluyendo el doctor, el entrenador y el jugador. Se examinarán a continua-
ción los diversos factores implicados en esta decisión. No obstante, para que la
determinación sea lo más objetiva posible, deberá enfocarse desde un punto de
vista sistemático. La progresión funcional es la herramienta empleada para enca-
rar el proceso de manera objetiva.
Históricamente, el tratamiento de un atleta lesionado se ha dividido en la
rehabilitación de la lesión seguida de la valoración de la capacidad del atleta para
volver a la competición. En la actualidad, la rehabilitación es un proceso conti-
nuo que culmina en la decisión de volver a jugar. Por consiguiente, la rehabilita-
ción debe integrarse en el proceso de determinación del momento de vuelta a la
competición. Esto se consigue por medio de la progresión funcional.

DETERMINACIÓN DEL MOMENTO EN QUE UN ATLETA


DEBERÍA REEMPRENDER LA PRÁCTICA DEPORTIVA
Es posible que los éxitos clínicos por sí solos no garanticen una práctica
deportiva segura. El objetivo de la rehabilitación y del proceso subsiguiente de
toma de decisión debería ser la seguridad de la práctica y la efectividad del ren-
dimiento. Si la rehabilitación se limita al marco clínico, el resultado puede ser
una recuperación incompleta de la capacidad atlética. En el proceso de rehabili-
tación hay tres aspectos determinantes.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 554

554 MEDICINA DEL FÚTBOL

Parámetros clínicos

Se trata de las medidas tradicionales de movilidad, fuerza, resistencia, dolor


e hinchazón.

Estabilidad funcional

Las pruebas de laxitud por sí solas no proporcionan predicciones fiables de la


estabilidad funcional. Estabilidad funcional es un término acuñado por Frank
Noyes, doctor en Medicina. Existen cuatro factores relativos a la estabilidad fun-
cional de una articulación (tabla 37-1).

Progresión funcional
Este concepto está diseñado para incrementar no sólo los parámetros clínicos
y la estabilidad funcional sino también, en primera instancia, la coordinación
neuromuscular y la agilidad. Una progresión funcional se define como una
secuencia planificada de actividades de dificultad progresivamente mayor adap-
tadas a las demandas del deporte en cuestión. La disciplina deportiva se divide
en partes, y el atleta empieza realizando las actividades más sencillas hasta lle-
gar a las más difíciles. De ese modo, el atleta empieza a adaptarse a las deman-
das específicas que se producen durante un partido. Los tres beneficios de la pro-
gresión funcional son el psicológico, la determinación del estadio de rehabilita-
ción y la decisión objetiva sobre la participación.
Desde un punto de vista psicológico, los atletas reaccionan ante las lesiones
de distintas maneras. Algunos pueden experimentar el síndrome del animal heri-
do, que lleva al atleta a apartarse de sus compañeros de equipo y de sus entrena-

Tabla 37-1.

Factores relativos a la estabilidad de una articulación

1. Limitaciones pasivas de los ligamentos


2. Geometría de la articulación
3. Limitaciones activas de los músculos
4 Fuerzas compresoras de la articulación que tienen lugar durante la
actividad y aproximan la articulación
Documento4 16/2/05 18:03 Página 555

CRITERIOS DE REHABILITACIÓN Y DE RETORNO A LA PRÁCTICA DEPORTIVA


555

dores y despierta en él la sensación de que es dejado de lado. La participación


parcial en el entrenamiento, ya sea en ejercicios sin contacto o en ejercicios con
la colaboración del entrenador, mantiene al jugador implicado en el equipo. Esta
implicación estimula la recuperación de las relaciones sociales. Por añadidura,
los atletas suelen preguntarse si la lesión les permitirá soportar las demandas de
las sesiones de entrenamiento y los partidos. Si los atletas cumplen metódica-
mente todas las fases de la progresión, lograrán demostrarse a sí mismos que
están preparados para reemprender los entrenamientos y la competición. La
ansiedad relativa a la pérdida potencial de facultades durante un largo período de
inactividad es una preocupación frecuente, en especial en los atletas de alto nivel.
En este caso, la progresión funcional será útil en dos sentidos. En primer lugar,
el retorno a la práctica de ciertas actividades en un estadio temprano de la reha-
bilitación minimizará la pérdida de facultades. En segundo lugar, durante la pro-
gresión el atleta tiene la posibilidad de recuperar sus facultades antes de volver a
implicarse en la competición al máximo nivel junto a su equipo o sus oponentes.
La progresión funcional también es beneficiosa porque determina el estadio
de la rehabilitación. A medida que el atleta progresa hacia actividades más difí-
ciles, se llega a un punto de fallo. En ese punto, la rehabilitación empieza con la
última actividad tolerada, y continúa con el desarrollo de las actividades realiza-
das previamente. La prueba del punto de fallo vuelve a realizarse periódicamen-
te con el fin de evaluar el progreso.
Finalmente, puede que el beneficio más importante de la progresión funcio-
nal sea la decisión objetiva de volver a la competición. Cuando el jugador com-
pleta con éxito la progresión, tanto el entrenador como el médico, el preparador
y el atleta son conscientes de que ha llegado el momento de reemprender la prác-
tica deportiva normal. Este hecho alivia la presión a la que el entrenador o el
médico pueden someter al jugador o al preparador físico en relación con el retor-
no del deportista al terreno de juego.

ADAPTACIÓN ESPECÍFICA A LAS DEMANDAS IMPUESTAS


Cuando se diseña una progresión funcional, se utiliza el principio AEDI
(Adaptación Específica a las Demandas Impuestas) como línea conductora. El
cuerpo se adapta o acomoda a sobrecargas variables. Un ejemplo podría ser el de
las fibras de colágeno de un ligamento en proceso de curación alineándose a sí
mismas a lo largo de las líneas de sobrecarga. En consecuencia, es necesario
introducir demandas específicas que puedan producirse durante el transcurso del
partido. El primer paso es analizar dichas demandas.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 556

556 MEDICINA DEL FÚTBOL

Deporte

Cada deporte tiene sus propias demandas. En el fútbol, las demandas físicas
pueden variar respecto a la posición del jugador. Por ejemplo, los centrocampis-
tas y los delanteros tienen demandas físicas diferentes. Consulte el capítulo 1
para un explicación más detallada de las demandas del juego.

Contacto físico

Este análisis incluye la posición y la personalidad del jugador. La agresividad


del deportista debería ser tenida en cuenta. ¿Disputa el jugador cada pelota, o
más bien trata de eludir el contacto?

Fuerza frente resistencia

En este análisis, se examina la fuerza individual del jugador. Deberían deter-


minarse las áreas en las que el deportista destaca. Estas áreas incluyen resisten-
cia, fuerza, velocidad y habilidad.

Nivel de habilidad

El nivel de habilidad alude al nivel que tiene el deportista en la práctica del


fútbol. Éste puede ser un menor de 14 años que juega por placer o un jugador de
primera división.

Consideraciones adicionales

En el momento de desarrollar una progresión funcional, es preciso tener en


cuenta otros factores importantes. Por ejemplo, la curación de las partes blandas
es un tema incluido en los protocolos quirúrgicos (o programas) y el tratamiento
conservador de los desgarros y las distensiones. Otra cuestión a considerar debe-
ría ser la fuerza muscular general. Muchos médicos exigen la posesión de un 70%
de fuerza antes de iniciar una progresión funcional. La coordinación neuromuscu-
lar puede evaluarse determinando si la recuperación del equilibrio y la propiocep-
ción ha sido la adecuada. Las consideraciones psicosociales también tienen
importancia. En muchos casos, el jugador se ve afectado por consideraciones
secundarias (tanto positivas como negativas). El jugador puede ser un principian-
te que intenta volver a jugar demasiado pronto, o alguien que ha estado jugando
mal y está buscando una excusa para no volver a jugar. En estos casos, la intui-
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CRITERIOS DE REHABILITACIÓN Y DE RETORNO A LA PRÁCTICA DEPORTIVA


557

ción del médico también puede ser un factor importante. La experiencia adquiri-
da a través de los éxitos y los fracasos puede ser un herramienta de gran utilidad.
A medida que el jugador vaya cumpliendo los estadios de la progresión, la
evaluación debe ser continua. El médico deberá comprobar el porte, el control y
la confianza del jugador. ¿Son simétricos los movimientos (porte)? ¿Puede el
atleta empezar y terminar el movimiento sin brusquedad y realizar giros sin verse
sometido a una sobrecarga (control)? ¿Da la impresión se sentirse cómodo e ilu-
sionado (confianza)?
Durante el proceso de rehabilitación funcional, la progresión debería detener-
se antes de producirse el fallo, incluso en el caso de que el médico y el atleta
crean que no es necesario. Este hecho hace que el atleta se sienta cómodo con el
proceso y sienta deseos de reemprenderlo al día siguiente. El método de la pro-
gresión debería detenerse en algún punto entre el deseo de volver al proceso y el
punto de fallo del atleta (empeoramiento del porte o pérdida del control o con-
fianza).

PROGRESIONES FUNCIONALES ESPECÍFICAS DEL FÚTBOL


Secuencia de carreras

La carrera es un requisito en todos los estadios. Por consiguiente, es un buen


punto de partida para todos los jugadores. Otras progresiones específicas para
determinadas posiciones también pueden empezar con el programa de carreras.

Pleno sostenimiento de peso


Esta progresión funcional consta de ejercicios realizados con la pauta de
andar normal, y, en consecuencia, puede ser dolorosa.

Secuencia paseo-trote
Durante la práctica de esta progresión funcional, las distancias deberán ser
estrictamente controladas. En principio, se empieza andando 200 m y realizando
un trote ligero de otros 200 m hasta un total de 1.600 m. A continuación, se
aumenta la distancia de trote y se disminuye progresivamente la distancia andan-
do hasta que la totalidad de la distancia se recorre mediante el trote.

Carrera en figura de ocho


El atleta empieza describiendo un amplio círculo (el círculo central) como si
se tratara de la mitad de un ocho, y va describiendo progresivamente ochos de
menor tamaño.
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558 MEDICINA DEL FÚTBOL

La velocidad empieza siendo de trote y aumenta hasta llegar a 3/4 de la veloci-


dad máxima.

Secuencia de giros
Esta progresión empieza con giros de 45º y aumenta hasta 90º mientras la velo-
cidad se incrementa hasta 3/4 de la velocidad máxima. Los giros deben realizarse
dando un paso hacia un lado (esto es, apoyándose en el pie derecho para girar a la
izquierda) y cruzándose (es decir, apoyándose en el pie izquierdo para girar a
la izquierda). Los giros deberían empezar en un estadio predeterminado e ir
aumentando según las demandas progresivas estipuladas por el preparador físico.

Carreras cariocas
Consiste en un carrera de un lado a otro con giros alternativos de cintura (fig.
37-1).

Secuencia de chuts
En estas secuencias (tablas 37-2 a 37-4), un balón en movimiento suele ser
más fácil de chutar cuando está dirigido directamente al jugador. El balón ya
lleva energía y el jugador sólo tiene que cambiar su dirección.

Figura 37-1. Secuencia de carreras cariocas.


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CRITERIOS DE REHABILITACIÓN Y DE RETORNO A LA PRÁCTICA DEPORTIVA


559

Figura 37-2. Chutando un pelota con la parte interior del pie.

Figura 37-3. Chutando a balón parado. Figura 37-4. Defensa de sombra. Defensa
pasiva sobre un atacante que se desplaza
de un lado a otro.
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560 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 37-5. Entradas. Empezar con el Figura 37-6. Control del balón con distintas
balón contra un muro y progresar hasta lle- partes del cuerpo.
gar a un oponente.

Figura 37-7. Protección del balón frente a un oponente cada vez más combativo.
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CRITERIOS DE REHABILITACIÓN Y DE RETORNO A LA PRÁCTICA DEPORTIVA


561

Tabla 37-2.

Secuencia de chuts

1. Chutar un balón en movimiento con la parte interior del pie


2. Chutar sin demasiada potencia un balón en movimiento
3. Chutar a balón parado con la parte interior del pie (fig. 37-2)
4. Chutar a balón parado sin excesiva potencia
5. Chutar con fuerza un balón en movimiento
6. Chutar con fuerza a balón parado (fig. 37-3)

Tabla 37-3.

Secuencia de posiciones (defensor)

1. Marcha atrás: el jugador debe colocarse y zafarse del defensor en todas


las direcciones
2. Giros (ambos lados): da comienzo con un giro predeterminado y progresa
hacia demandas más altas
3. Sombra: defensa pasiva sobre un jugador atacante que se desplaza de un
lado a otro con el balón (fig. 37-4)
4. Saltar: saltar para rematar el balón con la cabeza
5. Entrar: empezar con el balón contra un muro (controlado) y progresar
hasta llegar a un oponente con balón (fig. 37-5)

CONCLUSIÓN
La rehabilitación es un continuo (es decir, una progresión funcional) que
culmina en la decisión de volver a jugar. Las actividades atléticas deberían ser
divididas y ordenadas según las distintas habilidades requeridas. Asimismo,
debería mantenerse un equilibrio entre el tratamiento clínico y la rehabilitación
funcional.
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562 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 37-4.

Secuencia de posiciones (delantero)

1. Regatear: empezar pasivamente y con un defensor pasivo


2. Control: controlar la pelota con distintas partes del cuerpo. Empezar con
chuts ligeros, seguir hasta chutar balones con fuerza y, finalmente, añadir
presión defensiva (fig. 37-6)
3. Girar: control y a continuación girar hacia posiciones ofensivas (en ambas
direcciones)
4. Protección: con defensores ejerciendo un presión creciente (fig. 37-7)
5. Disparar: con ambas piernas y desde distintas posiciones

LECTURAS RECOMENDADAS

Kegeffeis S. The construction and implimentation of functional progressions


as component of athletic rehabilitation. J Orthop Sports Phys Ther
1983;5:14-19.
Kegeffeis S, Malone T, McCarrol J. Functional progressions: an aid to athletic
rehabilitation. Phys Sports Med 1984;12:67-71.
Kegeffeis S, Weatheraid T. Utilization of functional progressions in rehabilitation
of injured wrestlers. Athl Training 1987;22:32-35.
Noyes FR, Grood ES, Butler DL, y cols. Clinical laxity tests and functional sta-
bility of the knee-biomechanical concepts. Clin Orthop 1980;146:84-89.
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VI
LOS JÓVENES
Y EL FÚTBOL
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Documento4 16/2/05 18:03 Página 565

38 EPIDEMIOLOGÍA
DE LAS LESIONES
DE LOS JÓVENES
John Lohnes

El fútbol es el deporte de más rápido crecimiento entre los jóvenes america-


nos. Se trata de un deporte muy recomendable para los chicos en edad escolar,
ya que es relativamente seguro, no precisa de un equipo especial o excesivamen-
te caro, es fácil de aprender y no hay que poseer unas características físicas sin-
gulares para practicarlo.
La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) informa que en 1984 estaban
registrados más de 60 millones de jugadores, y que otros 60 millones de jugado-
res no registrados practicaban el fútbol en todo el mundo. En el caso de los
Estados Unidos, aunque el fútbol recibe menos atención por parte de los espec-
tadores que en otros países, se ha convertido en un deporte extremadamente
popular entre los más jóvenes. Es difícil conocer las cifras exactas sobre la par-
ticipación, ya que hay programas municipales, programas recreativos y equipos
que no están afiliados a ninguna escuela, ni tampoco registrados en la Federación
Juvenil de Fútbol de Estados Unidos. No obstante, el Consejo de la Industria del
Fútbol de América calcula que más de 6 millones de chicos menores de 12 años
jugaron en un equipo de fútbol en un 1990. En la Asociación Americana de
Fútbol hay registrados más de 1,6 millones de jugadores menores de 18 años, y
otros 300.000 están registrados en la Organización Americana de Fútbol Juvenil.

INCIDENCIA DE LAS LESIONES


A pesar de su enorme popularidad, se han llevado a cabo pocos estudios epi-
demiológicos sobre las lesiones en el fútbol, y en particular sobre las lesiones en
los jugadores jóvenes. En los últimos años, se han publicado algunos estudios al
respecto en lengua inglesa. Los resultados de estas investigaciones están resumi-
dos en la tabla 38-1.
Cuatro estudios informaron sobre las lesiones acontecidas en grandes campe-
onatos para jóvenes. Aunque las poblaciones eran extensas y las condiciones
estaban controladas, hubo discrepancias respecto a la definición de lo que debía
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566 MEDICINA DEL FÚTBOL

ser considerado como lesión. La incidencia de las lesiones reflejada en estos cua-
tro estudios era superior a la observada en otros informes. Esto puede deberse a
la disponibilidad de tratamiento médico sobre el terreno, hecho que aumentaba
las probabilidades de que los participantes solicitasen asistencia médica en caso
de lesión. Cuatro estudios examinaron las lesiones en el fútbol por medio de los
informes de las consultas de urgencias, las visitas clínicas o las compañías de
seguros. Aunque las cantidades de población eran bastante elevadas, las dispari-
dad entre los distintos estudios fue considerable, de manera que la determinación
de la incidencia de las lesiones se reveló imposible. La mayoría de los estudios
restantes examinaron las lesiones sufridas por uno o varios equipos durante una
temporada.

Tabla 38-1.

Estudios epidemiológicos de las lesiones en el fútbol

Año del Autores Edad Sexo Número Cantidad Porcentaje


estudio del del de total de lesión/
jugador jugador jugadores de 1.000
lesiones horas

Europa
1978 Nilsson & adolescente H/M 25.000 1.534 23 H
Roaas 44 M
(Noruega)
1980 Sandelin 10-58 H ? 1.989 ?
y cols. M ? 83
(Finlandia)
1983 Ekstrand 17-38 H 180 256 ?
y Gillquist
(Suecia)
1985 Schmidt- 9-19 H/M 6.600 343 19
Olsen y cols.

1986 (Dinamarca) 10-35 H 123.175 6.153 1,7


Berger-
Vachon
y cols.
(Francia) (Continúa)
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EPIDEMIOLOGÍA DE LAS LESIONES DE LOS JÓVENES


567

Tabla 38-1.

Estudios epidemiológicos de las lesiones en el fútbol

Año del Autores Edad Sexo Número Cantidad Porcentaje


estudio del del de total de lesión/
jugador jugador jugadores de 1.000
lesiones horas

1986 Maehlum 12-18 H/M 14.800 411 11,7 total


y cols. 8,9 H/17,6 M
(Noruega)
1989 Nielsen & 16+ H 123 109 14,3 por
Yde partido
(Dinamarca)
1990 Hunt & 10-45 H ? 200 ?
Fulford
(Reino
Unido)
1990 Yde & 10-18 H 152 62 5’6
Nielsen
(Dinamarca)
1991 Engstrom 16-28 M 41 78 ?
y cols.
(Suecia)
1992 Høy y cols. 5-54 H/M ? 715 ?
(Dinamarca)

Estados
Unidos
1980 Sullivan y 7-18 H/M 1.272 34 0,51 H1,1 M
cols. 10.634 436 ?
1981 Pritchett 14-18 H/M no 111
disponible ?
1986 DeHaven todas las H/M 455 al aire 46
& Lintner edades libre
1986 Hoff & 8-18 H/M 587 fútbol 74 ?
Martin sala
1988 Backous 6-17 H 681 109 7,3
y cols. M 458 107 10,6
1993 Kibler 12-19 H/M 74.900 179 2,4
horas de
juego
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568 MEDICINA DEL FÚTBOL

El único estudio en curso sobre las lesiones en el fútbol en Estados Unidos


está siendo realizado por la Asociación Atlética Nacional Colegiada (NCAA), si
bien dicho estudio sólo representa a los atletas en edad universitaria.
Existen considerables variaciones en la cantidad de población, la demografía,
el nivel de juego, la definición de las lesiones y los métodos para informar sobre
las mismas. Este hecho hace que sea imposible comparar o computar directamen-
te los porcentajes de las estadísticas sobre lesiones por medio de la utilización
conjunta de los distintos resultados de los estudios. A pesar de todo, existen cier-
tas tendencias recurrentes (tabla 38-2).

TIPOS DE LESIONES
En todos los grupos, la mayoría de las lesiones cuyo resultado era la pérdida
de tiempo de juego y de entrenamiento pertenecían al grupo formado por las con-
tusiones, las distensiones musculares y los desgarros de ligamento. En los niños,
las contusiones y las abrasiones son las lesiones más frecuentes, de las cuales un
75% no tienen consecuencias (es decir, no causan la pérdida de tiempo de juego).
Gran parte de estas lesiones afectan las extremidades inferiores. Las fracturas
constituyen aproximadamente el 10% de todas las lesiones, y lo más común es
que afecten las extremidades inferiores como consecuencia de una caída. En apa-
riencia, las fracturas no son más frecuentes en los jugadores jóvenes, a pesar de
la escasa fuerza de las placas epifisarias en fase de crecimiento. Menos de una
cuarta parte de las lesiones que afectan las placas ya formadas se producen en los
deportes de equipo. El fútbol es el tercer deporte en términos de frecuencia de
lesiones, detrás del fútbol americano y del baloncesto. Las lesiones graves, como
los traumatismos en la cabeza y en la médula espinal, constituyen menos del
0,1% de la totalidad de las lesiones.

Cabeza y cuello

A pesar de la ausencia de casco protector, las lesiones de cabeza, boca y cara


en el fútbol representan aproximadamente un 10% de todas las lesiones sufridas
por los jóvenes. Esta cantidad es mayor que en el caso de los adultos. La diferen-
cia puede estar vinculada con la menor destreza de los jóvenes, con una relación
cabeza-peso del cuerpo más elevada o con una proporción balón-tamaño del
cuerpo superior. Aunque las conmociones cerebrales graves, las fracturas cranea-
les y los traumatismos en la columna vertebral son raros, las laceraciones facia-
les y las fracturas nasales no son infrecuentes. Los porteros están más expuestos
a sufrir lesiones en la cabeza y en el cuello, ya que lo más probable es que su
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EPIDEMIOLOGÍA DE LAS LESIONES DE LOS JÓVENES


569

aproximación a la jugada se realice con la cabeza por delante. Las lesiones en la


cabeza y en el rostro pueden producirse a raíz de un cabezazo desafortunado o en
una colisión con el terreno, los postes u otros jugadores.

Tabla 38-2.

Tendencias de las lesiones en el fútbol

1. Con la edad, el nivel de juego y la frecuencia de competición, la incidencia


y la gravedad de las lesiones aumenta hasta diez veces en los jugadores de
instituto
2. Es más probable que los jugadores se lesionen durante un partido que
durante un entrenamiento, si bien en los equipos escolares se producen más
lesiones durante entrenamiento de pretemporada que a mediados de la
misma
3. Las lesiones en los jugadores menores de 12 años no son frecuentes, y sue-
len producirse en menos del 5% de los participantes
4. Cuando las lesiones afectan a jugadores de este grupo de edad, suele tra-
tarse de lesiones menores sin pérdidas significativas de tiempo de juego
5. Aunque se desconoce el motivo, en los grupos de edad más jóvenes las
mujeres tienen más probabilidades de lesionarse que los hombres. La dife-
rencia tienda a desaparecer a medida que los jugadores llegan a la edad
adulta (con la notable excepción de las lesiones de rodilla, que se producen
con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres)
6. Los centrocampistas y los delanteros se lesionan más a menudo que los
defensas
7. Los porteros jóvenes están más expuestos a sufrir lesiones en las extremida-
des superiores que sus equivalentes adultos
8. Las contusiones, los desgarros ligamentarios (en especial los esguinces de
tobillo) y las distensiones musculares constituyen aproximadamente tres
cuartas partes del total de lesiones
9. Las lesiones en las extremidades inferiores constituyen entre la mitad y dos
tercios del total de lesiones
10.Por fortuna, las discapacidades totales o las lesiones fatales son muy raras,
representando menos del 0,1% de las lesiones en todas las poblaciones
estudiadas
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570 MEDICINA DEL FÚTBOL

Las lesiones causadas por la hiperflexión-extensión de la rodilla pueden pro-


ducirse cuando a un jugador le dan una patada o es golpeado por el balón. Las
lesiones maxilofaciales y dentales constituyen aproximadamente el 6% de todas
las lesiones, y afectan los dientes, los sistemas alveolares y el tercio inferior o
central del esqueleto facial. La causa más común de estas lesiones es el contacto
directo con otro jugador. Los jugadores menores de 20 años están menos expues-
tos a sufrir lesiones dentales y maxilofaciales que los jugadores de más edad; tan
sólo un 4,3% de estas lesiones afecta a niños menores de 15 años. Debido al alto
coste y al riesgo de daños permanentes implicado en las lesiones dentales, se
recomienda el uso de protectores bucales. Las ligas de Instituto del Estado de
Minnesota establecieron una regla que obligaba a los participantes en las compe-
ticiones a llevar protectores bucales. No obstante, la regla fue anulada reciente-
mente a causa del coste y de la falta de pruebas que apoyaran la utilización de
dichos protectores.
Las afecciones más comunes producto de las lesiones oculares causadas
por la práctica del fútbol son el hipema y el edema retiniano. También pueden
producirse hemorragia vítrea, hemorragia retiniana, abrasión de la córnea, iri-
tis traumática, recesión angular, desgarro retiniano y retinopatía pigmentaria
traumática. Aunque los daños no han sido permanentes en ninguno de los
casos estudiados, la utilización de gafas protectoras es recomendable. En el
caso de futbolistas principiantes, debería insistirse en el aprendizaje de la téc-
nica correcta para el remate de cabeza.
Se sabe poco sobre los efectos crónicos de los cabezazos repetidos. Un estu-
dio observó una mayor incidencia de los cambios en el electroencefalograma de
un grupo de jugadores de fútbol comparado con un grupo de control. En dicho
estudio, los cambios más significativos tuvieron lugar entre los jugadores jóve-
nes (16-20 años). Lo más probable es que esto se deba a cambios neuronales cau-
sados por reiterados traumatismos menores en la cabeza. Aunque la efectividad
del casco está comprobada en los casos del fútbol americano, el hockey y el
lacrosse, ningún estudio ha evaluado la efectividad del protector craneal en
el fútbol.

Extremidades superiores

La incidencia de las lesiones en las extremidades superiores en los jóvenes


jugadores de fútbol ha sido cuantificada entre el 15% y el 20%. Este hecho con-
trasta con el 10% de la mayoría de las series de los adultos. Estas lesiones sue-
len implicar torceduras, fracturas o dislocaciones del pulgar o los dedos. A causa
de las demandas específicas de su posición, los porteros están más expuestos a
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EPIDEMIOLOGÍA DE LAS LESIONES DE LOS JÓVENES


571

sufrir lesiones en esta zona. Las caídas frecuentes, los contactos antirreglamen-
tarios con el balón, la falta de experiencia técnica y la mayor fragilidad de las epí-
fisis de las extremidades superiores pueden explicar el mayor índice de inciden-
cia de las lesiones en las extremidades superiores en los jugadores jóvenes.

Cadera, pelvis e ingles

La mayoría de los estudios combinan las lesiones en el tronco, la espalda, la


pelvis y las ingles. Al respecto, se ha descubierto un grado de incidencia de entre
el 3% y el 10% para el fútbol al aire libre y de un 15% para el fútbol sala. En el
fútbol, las lesiones más comunes en la cadera, la pelvis y las ingles son el seña-
lador de cadera, las fracturas avulsivas de la pelvis y las distensiones inguinales.
La luxación de la apófisis de la cresta ilíaca y de la epífisis de la cabeza femo-
ral son menos frecuentes.

Extremidades inferiores

Las lesiones en las extremidades inferiores son las más frecuentes, y consti-
tuyen entre el 51% y el 81% del total de lesiones en los estudios publicados para
todas las edades. Asimismo, se ha descubierto que las contusiones son las lesio-
nes más comunes entre los futbolistas jóvenes, aproximadamente un 30-40% del
total.
La mayoría de estas lesiones afectan la zona anterior del muslo, la pantorri-
lla, la espinilla o el pie. Estas lesiones no suelen ser graves, y no causan pérdida
de tiempo de juego. La utilización de espinilleras, obligatorias en la mayoría
de las competiciones ligueras, ha hecho que disminuya la gravedad de las con-
tusiones en las extremidades inferiores. Los desgarros de ligamentos y las disten-
siones musculares alrededor de la rodilla, el tobillo y el pie son las segundas
lesiones más comunes entre los jóvenes futbolistas. Los esguinces de tobillo
son las lesiones más frecuentes, y provocan la pérdida de tiempo de juego en
todas las edades y en todos los niveles competitivos. En el estudio de la
Asociación Atlética Nacional Colegiada, el esguince de tobillo fue la lesión más
repetida en cada una de las seis temporadas observadas.
En el fútbol, los pies están expuestos a sufrir traumatismos debido a las
sobrecargas implicadas en el regate y el chut, y también a causa de la escasa
protección que proporcionan las botas. Las fracturas metatarsianas, el dedo de
futbolista, la sesamoiditis, los hematomas subungulares, la fascitis plantar, la
tendinitis tibial posterior y los desgarros en la zona media del pie se producen
con frecuencia.
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572 MEDICINA DEL FÚTBOL

Las radiografías de los pies de los integrantes del Equipo Nacional de Estados
Unidos (tanto del equipo que disputó la Copa del Mundo como del equipo olím-
pico) permitieron observar los efectos crónicos de la práctica del fútbol en el pie
y el tobillo.
Se detectaron anomalías en un 97% de las radiografías de estos jóvenes juga-
dores (con una edad media de 22 años). Estas anomalías incluían osteófitos del
tobillo, de la zona media del pie y de las articulaciones de los dedos del pie, así
como una incidencia mayor de la normal de huesecillos accesorios, hueso trian-
gular y sesamoideos divididos. La mayoría de estas anomalías óseas no mostra-
ban síntomas clínicos. Se desconoce si estas anomalías adquieren relevancia clí-
nica a medida que la edad aumenta. La mayor incidencia de las lesiones sobre los
huesos accesorios y bipartitos puede ser el resultado de las sobrecargas crónicas
sobre el pie durante la niñez y la adolescencia a medida que los centros de creci-
miento se osifican.

OTRAS PAUTAS DE LESIÓN EN EL FÚTBOL JUVENIL


Fútbol sala

Se calcula que la incidencia de las lesiones en el fútbol sala es 4,5 veces


mayor que la observada en el fútbol al aire libre. Los métodos de estudio son
variables, y se basan más en la respuesta a la investigación que en el análisis
prospectivo. Por consiguiente, las cantidades pueden ser imprecisas. Las diferen-
cias en el tamaño del campo y su superficie, en la velocidad del juego, el arbitra-
je y el número de jugadores son causas posibles de la mayor incidencia observa-
da en el fútbol sala.

Superficie de juego

La mayoría de los autores sostienen que el juego sobre hierba artificial no


causa un incremento de la frecuencia de las lesiones. Cabe la posibilidad de que
los jugadores que alternan frecuentemente el juego sobre césped y sobre hierba
artificial tengan una mayor probabilidad de sufrir lesiones. Un período de adap-
tación y el empleo de las botas adecuadas puede disminuir dicho riesgo.
Se desconoce el riesgo asociado con las superficies de juego en relación con
los futbolistas jóvenes. Se ha sugerido que éstos deberían llevar botas sin tacos
para reducir el riesgo de lesión, si bien no existen pruebas científicas que apoyen
esta tesis.
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EPIDEMIOLOGÍA DE LAS LESIONES DE LOS JÓVENES


573

LECTURAS RECOMENDADAS

Backhous DD, Friedl KE, Smith NJ, y cols. Soccer injuries and their relation to
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Ekstrand J, Gillquist J. Soccer injuries and their mechanisms: a prospective
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Documento4 16/2/05 18:03 Página 575

39 LAS LESIONES EN
EL FÚTBOL Y LOS
ADOLESCENTES
Peter Krumins
Bruce Reider
INTRODUCCIÓN
Los profesionales de la medicina encargados de tratar a los jugadores de fút-
bol adolescentes deben saber en qué se diferencia este grupo de edad de los niños
y los mayores en lo relativo al desarrollo físico y los patrones de lesiones poten-
ciales. Los factores que concurren en este especial período de susceptibilidad son
diversos. En primer lugar, los adolescentes se ven afectados por ciertas vulnera-
bilidades relacionadas con su estadio de crecimiento. Sus cartílagos epifisarios y
apofisarios todavía están abiertos, expuestos a sufrir una rotura traumática. Sus
ligamentos y tendones están, probablemente, en su punto máximo de fuerza ten-
sora, una fuerza que puede ser superior a la del hueso al que están ligados y que
puede desembocar en fracturas avulsivas. Debido a ello hay otros factores
que sitúan su esqueleto en situación de riesgo. Estos factores predisponen a los
adolescentes a dolencias como la espondilólisis ístmica y la osteocondritis dise-
cante, que alcanzan su máxima incidencia en este grupo de edad por razones que
todavía deben ser explicadas.
El segundo factor importante en la epidemiología de las lesiones de los ado-
lescentes son las anomalías menores congénitas o desarrolladas. Estas anomalías
pueden adoptar la forma de un navicular accesorio, un menisco discoide o ano-
malías del mecanismo extensor que predisponen a la inestabilidad rotuliana.
El tercer factor que influye sobre los patrones de lesión adolescentes es el
importante incremento de las fuerzas a las que se somete el esqueleto inmaduro.
Este incremento se debe a la hipertrofia muscular causada por la abundancia de
hormonas adolescentes y a presiones culturales que prescriben la realización de
unas sesiones de entrenamiento más prolongadas y más intensas. En pocas pala-
bras, el esqueleto del niño entra a formar parte del mundo de los adultos.
En este capítulo se describen algunos de los diversos tipos de lesiones que
afectan al atleta adolescente cuando se enfrenta a las demandas del fútbol.
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576 MEDICINA DEL FÚTBOL

LESIONES EN LA PLACA EPIFISARIA

Los miembros del equipo médico deben ser conscientes de la existencia de un


esqueleto inmaduro y del potencial de fractura en los cartílagos epifisarios y alre-
dedor de ellos. Los mecanismos de lesión que causarían un desgarro en el atleta
esqueléticamente maduro pueden causar una fractura epifisaria en el adolescente.

Fracturas de tobillo

Las fracturas que afectan los cartílagos epifisarios del tobillo son frecuentes
durante la niñez y la adolescencia. A medida que el crecimiento somático llega a
su fin, la clausura secuencial de secciones del cartílago epifisario tibial distal
puede desembocar en pautas de lesión peculiares. Entre los 12 y los 15 años, el
cartílago epifisario tibial distal empieza a cerrarse. Este proceso tiene lugar apro-
ximadamente 18 meses antes de la finalización del crecimiento tibial. El cartíla-

Figura 39-1. En esta radiografía lateral puede verse cómo se proyecta anteriormente un frag-
mento Tilloux desplazado en una chica de 14 años de edad.
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


577

Lateral

medial

Fractura en tres planos

Figura 39-2. Dos modelos diferentes de fractura en tres planos.

go epifisario tibial distal se cierra de manera asimétrica. Empieza en la sección


central, sigue en la sección interna y finalmente se cierra a lo largo de la cara
anterolateral. El cartílago epifisario lateral posterior se cierra antes que su homó-
logo anterolateral. Con frecuencia, la lesión por rotación externa durante este
período puede fragmentar el cartílago epifisario. Este hecho se produce primor-
dialmente a lo largo de la sección lateral de la epífisis distal de la tibia, debido a
la unión del ligamento inferior tibioperoneal.
La fractura de Tillaux sigue la epífisis distal anterolateral de la tibia (fig.
39-1). La fractura se produce a través de esta zona del cartílago epifisario, pues-
to que la sección interna del cartílago ya se ha cerrado. El fragmento avulsivo de
la epífisis está unido al ligamento tibioperoneal inferoanterior. En caso de que el
fragmento tenga un tamaño reducido o su desplazamiento sea mínimo –lo que
ocurre en la mayoría de los casos–, la reducción no es necesaria. Con el despla-
zamiento, no obstante, la rotura del cartílago articular exige una cuidadosa reduc-
ción. Esta reducción puede llevarse a cabo por medio de métodos cerrados, com-
binando la rotación interna con la presión directa sobre el fragmento. En caso de
que tras el tratamiento subsista un desplazamiento de 1-2 mm, entonces se prac-
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578 MEDICINA DEL FÚTBOL

tica una reducción abierta con fijación interna. El fragmento es reducido median-
te una incisión anterolateral y fijado con un tornillo rezagado. Cuando el cartíla-
go epifisario está casi cerrado, el tornillo puede cruzarlo. En caso contrario,
debería ser colocado en paralelo a la epífisis.
La fractura en tres planos del tobillo también se produce entre los 12 y los
15 años (fig. 39-2). Esta fractura afecta tres planos a través de la epífisis, el car-
tílago epifisario y la metáfisis. Combina aspectos de una fractura de Salter III
–ya que cruza la epífisis– y de una fractura de Salter II, que afecta a la metáfisis
distal tibial.
El aspecto radiológico de esta inusual fractura puede llevar a confusión. En las
radiografías anteroposteriores, la fractura parece ser una fractura de Salter tipo III.
En las vistas laterales, es posible distinguir el fragmento metafisario, de manera
que la fractura pasa a ser una fractura de Salter tipo IV. Según las descripciones,
el resultado de la fractura en tres planos son dos o tres fragmentos mayores.
Como la línea de fractura cruza la meseta tibial, la reducción anatómica es
esencial. Las fracturas no desplazadas pueden ser tratadas con métodos cerrados.
En ocasiones, las fracturas desplazadas pueden ser reducidas, aun estando cerra-
das, con rotación interna y reducción confirmada por tomografía computerizada.
Las mayoría de las fracturas desplazadas precisan reducción abierta y fijación
interna para lograr y mantener una reducción satisfactoria. La fijación interna se
realiza con pernos y/o tornillos, tomando precauciones para no cruzar el cartíla-
go epifisario abierto.

Lesiones de rodilla

El médico también debe estar al corriente de las lesiones fisarias de rodilla


(fig. 39-3). Estas lesiones no deben ser diagnosticadas erróneamente como
esguinces. A causa de su potencial de implicación neurovascular, deberá prestar-
se atención a las fracturas del cartílago epifisario femoral distal y el cartílago epi-
fisario tibial proximal, en particular cuando están desplazados.
Aunque la naturaleza y la gravedad de las lesiones podrá apreciarse en la
mayoría de los casos, en ocasiones las radiografías presentarán un aspecto benig-
no. Cuando se sospecha la existencia de una fractura fisaria, pero no es posible
probarla mediante radiografía simple, es necesario efectuar de unas tomas con
sobrecarga moderada, una tomografía computerizada o una resonancia magnéti-
ca para confirmar el diagnóstico (fig. 39-4). El tratamiento para estas lesiones
incluye reducción abierta o cerrada con fijación interna según necesidades. La
consecución y el mantenimiento de la reducción anatómica es esencial en este
tipo de lesiones.
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


579

FRACTURAS APOFISARIAS

Las apófisis son placas accesorias de crecimiento que van desde los orígenes
inserciones de los tendones mayores hacia el interior del hueso. Al igual que los
cartílagos epifisarios, se trata de zonas relativamente débiles en el esqueleto del
adolescente y, en consecuencia, lugares donde suelen producirse fallos estructu-
rales. Ésta es realmente una situación en la que el esqueleto del niño entra en con-
tacto con el mundo adulto a medida que los hipertrofiados músculos del adoles-
cente, en particular del varón adolescente, fragmentan la apófisis a través de la
placa apofisaria.
En los jugadores de fútbol, la mayoría de las avulsiones apofisarias se produ-
ce cerca de la pelvis y el fémur proximal, en los puntos de unión con los múscu-
los del muslo. Estas lesiones son más frecuentes en los hombres, en especial a
medida que se aproximan apofisario –entre los 14 y los 16 años (fig. 39-5)–.
Lugares comunes de avulsión son la espina ilíaca anterosuperior (en el origen del
sartorio), la espina ilíaca anteroinferior (en el origen recto femoral), la apófisis
isquiática (en el origen de los isquitibiales), la cresta ilíaca (en el origen del
abductor y en la inserción abdominal) y en el trócanter menor (en inserción del
psoasilíaco).
La mayoría de estas lesiones están moderadamente desplazadas y pueden ser
tratadas de manera conservadora. Como los músculos implicados suelen
ser grandes y desempeñar un papel importante en la locomoción, es posible que
se necesiten muletas durante 1-2 semanas después de la lesión. La curación ósea
requiere aproximadamente 8 semanas, un tiempo durante el cual el atleta puede
incrementar gradualmente sus actividades de rehabilitación al ritmo que le dicte
la resolución de los síntomas. La plena recuperación de la fuerza y la coordina-
ción muscular puede llevar algunos meses.
Estas lesiones raramente precisan reducción y fijación interna. Los candida-
tos potenciales son los fragmentos grandes y desplazados, en particular los que
provienen del isquion, ya que podrían causar incomodidad en el momento de
sentarse.
Como suelen producirse en situaciones de no contacto en las que es difícil
anticipar la posible existencia de una lesión, las fracturas avulsivas pueden ser
pasadas por alto. Debería sospecharse su existencia cuando el adolescente se ve
afectado por tirones musculares alrededor de la cadera y la pelvis. Para asegurar
el diagnóstico, deberían efectuarse radiografías. En estos casos, el diagnóstico
diferencial también debería contemplar la posibilidad de que haya tenido lugar
una luxación de la cabeza femoral de la epífisis, una lesión más grave que suele
producirse cerca de la cadera.
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580 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 39-3. Una fractura mal desplazada a través del cartílago epifisario femoral distal de un
varón de 13 años (A). A pesar de la reducción anatómica, tuvo lugar una detención fisaria pre-
matura (B).
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


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La avulsión del cóndilo tibial es una seria fractura avulsiva que puede produ-
cirse en las rodillas de los futbolistas adolescentes (fig. 39-6). El cóndilo tibial es
peculiar en el sentido de que empieza como un centro separado de osificación
que a la postre se fusiona con la epífisis tibial proximal antes del cierre de la
placa epifisaria. En consecuencia, las fracturas avulsivas pueden afectar única-
mente el cóndilo tibial o extenderse a través de la epífisis. Ogden ha clasificado
las fracturas avulsivas como tipo 1 (fractura a través de la apófisis), tipo 2 (frac-
tura a través de la unión apofisaria-fisaria) y tipo 3 (avulsión de un gran fragmen-
to, incluyendo la totalidad de la apófisis y la epífisis anterior adyacente). Dado
que esta lesión constituye una avulsión de la inserción del complejo del cuádri-
ceps, las fracturas desplazadas deberían ser reducidas y rígidamente fijadas. Los
fragmentos no desplazados pueden tratarse con una escayola cilíndrica.

Figura 39-4. Tras un impacto directo causado por otro jugador, este varón de 16 años tenía
una rodilla hinchada sin indicios de anomalía radiológica (A y B). La resonancia magnética
mostró una fractura de Salter tipo III del fémur distal con rotura de la sustancia interna del liga-
mento cruzado anterior (C y D).
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582 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 39-4. Continuación.


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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


583

Apofisitis

La apofisitis puede considerarse como una variación en forma de fractura por


sobrecarga de la fractura avulsiva apofisaria. En lugar de un único episodio vio-
lento de fuerza, se produce por la acumulación de sobrecargas repetitivas causa-
das por la práctica deportiva. La apofisitis, de gran importancia en el jugador
joven, afecta a la cresta ilíaca y a la tuberosidad calcánea.
La apofisitis de la cresta ilíaca suele producirse antes de la edad de cierre de
la apófisis ilíaca: a los 14 años en las mujeres y a los 16 años en los hombres. Por
lo general, afecta del tercio a la mitad anterior de la cresta ilíaca. El ataque de
dolor es insidioso, con una intensidad que puede obligar a utilizar muletas. El
diagnóstico se basa en la cuidadosa palpación de la pelvis y la detección de flac-

Figura 39-5. Fracturas avulsivas del trócanter menor en un varón de 15 años (flecha).
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584 MEDICINA DEL FÚTBOL

Figura 39-6. Avulsión Ogden tipo 3 del cóndilo tibial en un varón de 15 años.

cidez localizada en la cresta ilíaca anterior. Las radiografías convencionales pue-


den mostrar indicios de ensanchamiento de la línea apofisaria en la zona impli-
cada.
Este hecho suele manifestarse de manera sutil, y es frecuente que la aparien-
cia de las radiografías sea normal. El tratamiento es sintomático.
Dado que la carrera debería evitarse hasta que la flaccidez remitiera, el acon-
dicionamiento cardiovascular debería mantenerse mediante entrenamiento varia-
do. Pueden utilizarse antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, con-
tra el dolor. En general, el entrenamiento de fútbol puede ser reemprendido al
cabo de 1-2 meses, si bien en ocasiones se requieren tiempos de curación más
largos.
Con frecuencia, la apofisitis de la tuberosidad calcánea es llamada enferme-
dad de Sever. Afecta típicamente a los jóvenes jugadores, y se manifiesta a una
edad tan temprana como los 7 u 8 años. La lesión se caracteriza por el dolor
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


585

moderado en la cara posterior del calcáneo. Su causa se atribuye a las crecientes


sobrecargas que atraviesan esa región durante el juego en pista cubierta o sobre
superficies duras. La palpación revela flaccidez en la parte posterior del talón.
Las radiografías pueden ser normales. No obstante, si la afección es grave, puede
detectarse esclerosis y fragmentación. Estos cambios pueden ser difíciles de dis-
tinguir de las variaciones normales en la osificación de la apófisis calcánea. El
tratamiento de este problema incluye estiramiento del tendón de Aquiles y utili-
zación de una cuña para el talón con el fin de aliviar la sobrecarga de esa zona
durante el juego. A menudo los síntomas son lo suficientemente moderados como
para permitir al futbolista desarrollar su juego, si bien en algunos casos más
serios puede ser necesario un abandono temporal de la competición.

ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER
La enfermedad de Osgood-Schlatter es una dolorosa afección que se produce
en la inserción del tendón rotuliano en la tuberosidad tibial. Aunque con frecuen-
cia es considerada como una apofisitis, Ogden ha demostrado que la dolencia no
se produce en la placa apofisaria. En lugar de eso, se produce en la unión entre
el tendón y la tuberosidad aproximadamente en el momento en que la tuberosi-

Figura 39-7. Típica zona de hinchazón y flaccidez en la enfermedad de Osgood-Schlatter (fle-


cha).
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586 MEDICINA DEL FÚTBOL

dad se está transformando de cartílago en hueso. Esta patología parece justificar


el concepto de avulsión localizada de las secciones de la inserción del tendón con
pequeños fragmentos de cartílago o hueso.
La enfermedad de Osgood-Schlatter afecta de manera típica a los varones
entre 11 y 15 años y a las mujeres de 9 a 13. Es más común en los varones. El
atleta suele describir un dolor sordo y agudo en el cóndilo tibial, un dolor que
aumenta con la carrera y al chutar. El examen revela hinchazón localizada y flac-
cidez en la tuberosidad tibial (fig. 39-7). El examen físico suele ser tan útil para
la elaboración de un diagnóstico que las radiografías no son necesarias. Si se
efectúan, las radiografías suelen mostrar fragmentación de la tuberosidad e hin-
chazón de las partes blandas. El tratamiento es sintomático, e incluye estiramien-
to del cuádriceps y fortalecimiento, modificaciones en la actividad y aplicación
de hielo tras el ejercicio. Los antiinflamatorios no esteroideos se utilizan con
mesura, y sólo cuando son necesarios para calmar el dolor. Si el dolor y la disca-
pacidad son considerables, será preciso abandonar el fútbol durante unas sema-
nas para mantener los síntomas bajo control. No obstante, las modificaciones de
la actividad, como la reducción de la duración o la intensidad de las sesiones

Figura 39-8. Vista de un huesecillo de la enfermedad de Osgood-Schlatter de considerable


tamaño y efectos dolorosos en un varón de 19 años.
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


587

de entrenamiento, suelen ser suficientes. El atleta debería ser informado de que


los síntomas suelen resolverse a medida que avanza la maduración esquelética,
si bien la característica prominencia del tubérculo tibial es permanente. En oca-
siones, el jugador esqueléticamente maduro a finales de la decena o en los pri-
meros años de la veintena puede quejarse de dolor persistente o recurrente con
flaccidez localizada asociada con un voluminoso huesecillo en la inserción del
tendón (fig. 39-8). En estos casos, la excisión del huesecillo a través de una hen-
didura longitudinal en el tendón suele aliviar los síntomas.
La enfermedad de Sinding-Larden-Johansson es un afección de característi-
cas parecidas que se produce en la unión del tendón rotuliano y el polo distal de
la rótula. Suele afectar típicamente a niños de entre 10 y 13 años. Los atletas se
quejan de dolor en el polo inferior de la rótula. Puede producirse hinchazón loca-
lizada, flaccidez y dolor causado por la contracción del cuádriceps. Las radiogra-
fías pueden mostrar indicios de calcificación en el polo inferior de la rótula.
El tratamiento para esta dolencia es similar al de la enfermedad de Osgood-
Schlatter. La intervención quirúrgica se recomienda en contadas ocasiones. No
obstante, si los síntomas persisten y se localizan en el huesecillo, puede practi-
carse la excisión del fragmento calcificado.

AVULSIÓN DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR

Otra lesión común en el atleta esqueléticamente inmaduro es la avulsión ósea


del ligamento cruzado anterior, que suele denominarse avulsión de las tuberosi-
dades de la tibia. La legitimidad de esta asociación ha sido puesta en entredicho,
ya que los adolescentes, en particular los que se acercan a la madurez esqueléti-
ca, suelen verse sometidos con frecuencia a desgarros de la sustancia media del
ligamento cruzado anterior; además, hay ocasiones en que los adultos sufren
avulsiones óseas. En cualquier caso, la presencia de grandes fragmentos avulsi-
vos que pueden incluir significativas porciones de la meseta tibial adyacente, es
típica de los atletas esqueléticamente inmaduros.
Meyers y McKenzie clasificaron las avulsiones del ligamento cruzado ante-
rior en tres tipos. En el tipo I, el fragmento no ha sufrido desplazamiento; en el
tipo II, el fragmento está elevado desde su lecho sobre una bisagra de tejido pos-
terior; en el tipo III, el fragmento se encuentra completamente desplazado de su
lecho. En todos los casos, puede intentarse la reducción cerrada por medio de la
inmovilización de la rodilla en extensión completa de 4 a 6 semanas. En el tipo
III, probablemente será necesario practicar reducción quirúrgica artroscópica
o reducción a través de una pequeña artrotomía con fijación mediante tornillos o
Documento4 16/2/05 18:03 Página 588

588 MEDICINA DEL FÚTBOL

suturas. Si antes de la avulsión se produce una significativa elongación del liga-


mento, quizá sea preciso excavar el lecho y avanzar el fragmento avulsivo para
restablecer la longitud funcional.

OSTEOCONDRITIS DISECANTE
La osteocondritis disecante (OD) es una patología que afecta la rodilla y que
se caracteriza por la separación o el colapso de un segmento de hueso subcarti-
laginoso y por la fragmentación secundaria del cartílago articular superpuesto.
Como la naturaleza o causa de esta dolencia no es bien conocida, tampoco está
claro el motivo por el que su incidencia llega al máximo en la adolescencia. De
hecho, tanto la disminución de la incidencia de la lesión como la disminución del
potencial curativo observados con el incremento de la edad, sugieren que los
casos que aparecen en la edad adulta pueden haberse originado en una edad más
temprana.
Aunque se suele considerar que un traumatismo es el factor etiológico de la
osteocondritis disecante, su elevada incidencia durante la adolescencia impulsa a
preguntarse por la participación de los factores de desarrollo, por ejemplo, un des-
conocido factor esquelético de riesgo. La proporción de 2 a 1 entre los hombres
y las mujeres puede estar relacionada con factores hormonales o con la mayor
exposición a los periódicos traumatismos de la práctica deportiva por parte de los
hombres. La ubicación típica de la osteocondritis disecante se sitúa en la cara late-
ral del cóndilo femoral interno. No obstante, las lesiones pueden producirse en el
cóndilo femoral lateral, en la meseta tibial o en la articulación femororrotuliana.
También pueden existir subclases de osteocondritis disecante. En algunos casos,
hay un fragmento óseo que ha sido seccionado del cóndilo circundante. En otros,
el hueso parece evaporarse, dejando una cavidad vacía en el cóndilo.
El atleta describe un vago dolor que puede estar acompañado de síntomas
mecánicos o derrame en el fragmento que ha empezado a separarse. Los resulta-
dos del examen físico suelen carecer de especificidad. Puede producirse flacci-
dez del cóndilo afectado, derrame o resultados positivos en la prueba de Wilson
(dolor asociado a la rotación interna de la rodilla en extensión).
Las radiografías son una ayuda imprescindible para el diagnóstico (fig.
39-9A). En las proyecciones anteroposteriores, la lesión puede estar localizada
en el lateral y el túnel, dependiendo de la exacta localización del cóndilo femo-
ral. Las lesiones posteriores se distinguen mejor en la proyección de túnel, mien-
tras que las lesiones anteriores se ven mejor en la proyección anteroposterior. La
resonancia magnética puede ayudar a determinar la extensión de la lesión, y tam-
bién puede documentar la presencia de líquido sinovial en el interior del frag-
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


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Figura 39-9. Fragmento de grandes proporciones de osteocondritis disecante en un varón de


16 años (A y B). Durante la artroscopia, se descubrió que el fragmento estaba empezando a
separarse, de manera que se aplicó tratamiento de perforación y fijación interna con tornillos
Herbert (C y D).
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590 MEDICINA DEL FÚTBOL

mento, lo que implica un cierto grado de fallo del cartílago articular en los bor-
des del fragmento.
En esta dolencia, el objetivo del tratamiento es lograr la unión ósea. Este
hecho no podrá producirse si en el momento de la aparición de la lesión se detec-
ta la presencia de una cavidad vacía. En los pacientes jóvenes, algunas lesiones
se curan de manera espontánea cuando son tratadas con reducción de la activi-
dad y sostenimiento restringido de peso. A medida que se acerca el momento del
cierre fisario, el potencial para desarrollar una curación espontánea parece decli-
nar.
Los fragmentos que no muestran signos de curación o que parecen estar en
peligro de separarse en el momento de realizar el diagnóstico deberían ser trata-
dos quirúrgicamente. Dependiendo del estado del cartílago articular superpuesto
y de la estabilidad del fragmento, este hecho puede requerir la práctica de perfo-
ración in situ, fijación interna y aplicación de injerto óseo.

ESPONDILÓLISIS
La espondilólisis es una afección bastante común que puede observarse con
frecuencia en el deportista adolescente. Aunque se cree que afecta a los atletas
que participan en deportes que requieren la hiperextensión de la columna lumbar,
como los gimnastas y los linemen del fútbol americano, hemos hallado casos
relacionados con el fútbol y con otros deportes menos traumáticos.
Espondilólisis es un término general para designar un heterogéneo grupo de
dolencias que pueden tener etiologías congénitas, relativas al desarrollo, degene-
rativas o traumáticas. Wiltse y cols. desarrollaron un completo sistema de clasi-
ficación para el amplio espectro de afecciones conocido como espondilólisis. El
tipo que solemos hallar en los atletas adolescentes es la espondilólisis ístmica,
que consiste en un defecto en las partes intraarticulares de una vértebra lumbar,
en la mayoría de los casos L5. Su incidencia llega al punto máximo en el grupo
de edad comprendido entre los 13 y los 16 años, en especial en los varones.
Algunas espondilólisis adolescentes están relacionadas con anomalías displási-
cas en la unión lumbosacra. El tipo de espondilólisis que suele afectar a los atle-
tas se produce en lo que parece ser una columna vertebral normal. La elevada
incidencia en un estrecho grupo de edad sugiere que existe un factor de riesgo
esquelético en la anatomía o la fisiología del adolescente. Quizá sea éste otro
caso en el que un esqueleto casi infantil se ve abrumado por fuerzas musculares
y fuerzas de impacto adultas.
La patología suele aparecer como una fractura por sobrecarga, con un insidio-
so ataque de dolor que puede llegar a inhabilitar al paciente. En la mayoría de los
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


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Figura 39-9. En la espondilólisis el dolor se localiza típicamente en la zona posterior de la cin-


tura y se exacerba con la hiperextensión.

casos, el atleta localiza el dolor en la zona posterior de la cintura, en la línea


media o de manera unilateral (fig. 39-10). Aunque las actividades que requieren
hiperextensión pueden exacerbar el dolor, este hecho también puede ser causado
por el mero hecho de correr.
El examen suele revelar la existencia de dolor localizado exacerbado por la
hiperextensión pasiva o activa. Como se trata de un cuadro típico, su detección
debería sugerir un diagnóstico de presunta espondilólisis hasta que se demostra-
se lo contrario. También puede presentarse rigidez de los isquiotibiales. En un
atleta, es raro que la espondilólisis vaya asociada con una espondilolistesis
mayor de grado I. Si se presenta una espondilolistesis de grado II o mayor, es
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592 MEDICINA DEL FÚTBOL

posible que pueda detectarse un desplazamiento entre las apófisis espinosas de


L4 y L5.
La evaluación radiológica debería incluir proyecciones anteroposteriores,
laterales y oblicuas. Las proyecciones oblicuas deberían permitir la visualización
de las anomalías de las partes intraarticulares. El terrier de Lachapele con un
collar en el cuello es una imagen radiológica perfectamente definida, y muestra
un defecto en las partes intraarticulares (fig. 39-11). En muchos casos, el defec-
to es más fácil de ver en proyección lateral que en las proyecciones oblicuas.
Si las radiografías presentan resultados normales, pero existen profundas
sospechas desde el punto de vista clínico, debería practicarse un escáner óseo
radionuclear con tecnecio-99 para evaluar la actividad metabólica de la zona
implicada. En algunos casos, puede ser necesaria la realización de una tomogra-
fía de emisión de fotones para documentar el aumento de la absorción en las par-
tes intraarticulares.
El tratamiento de un atleta con defecto sintomático de las partes intraarticu-
lares está sujeto a controversia. Si en la imagen clínica aparece una incipiente
fractura por sobrecarga, entonces la meta debería ser la obtención de una sólida
unión ósea. Existen dos escuelas de pensamiento en relación con el tratamiento
de estos casos. Una de ellas recomienda la inmovilización con una ortesis lum-
bosacra, mientras que la otra restringe la actividad hasta el nivel en que el pacien-
te deje de mostrar los síntomas. Si las condiciones económicas lo permiten, y si
el atleta adolescente da su consentimiento, nosotros recomendamos la ortesis.
Nosotros mantenemos la ortesis durante un mínimo de 3 meses. Si durante
este período las radiografías dan resultados normales y el dolor de espalda des-
aparece, hacemos que el atleta inicie un programa de rehabilitación y la vuelta
progresiva a la práctica deportiva. Debido al coste, en lugar de volver a realizar
un escáner óseo seguimos los síntomas clínicos y las imágenes proporcionadas
por las radiografías simples. Si el dolor no desaparece al cabo de 6 meses, enton-
ces eliminamos la ortesis, ya que creemos que una inmovilización todavía más
prolongada no daría buenos resultados.
En los casos en que en las radiografías o durante la observación se descubra
que la espondilólisis está bien definida, el objetivo del tratamiento debe ser el ali-
vio sintomático, ya que la unión ósea es poco probable. Según las necesidades, se
utilizan analgésicos y se realizan modificaciones activas con el fin de minimizar
los síntomas. Se inicia un programa de fisioterapia que pone énfasis en la flexi-
bilidad, en particular la de los flexores de la cadera, con estiramientos de la
fascia lumbodorsal y los isquiotibiales y fortalecimiento de la musculatura abdo-
minal. En caso de que los síntomas dolorosos no remitan en el curso de las
primeras semanas, suelen emplearse corsés u ortesis rígidas. Si los síntomas lo
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LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


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Figura 39-11. Un defecto espondilolítico bien delimitado en la parte intraarticular de L4 en un


varón de 18 años tiene el aspecto de un collar del terrier de Lachapelle en la radiografía obli-
cua (flecha).

permiten, puede reemprenderse la práctica deportiva. El tratamiento quirúrgico


del dolor intratable o de la espondilólisis progresiva se precisa en raras ocasiones.

NAVICULAR ACCESORIO SINTOMÁTICO

En el atleta adolescente, existen cierto número de anomalías congénitas o


relativas al desarrollo que pueden convertirse en sintomáticas. Entre ellas se
incluyen el menisco discoide, el menisco lateral hipermóvil, la rótula bipartita y
el espectro de variantes displásicas cuyo resultado puede ser inestabilidad rotu-
liana. El navicular accesorio sintomático, un ejemplo de este tipo de anomalía, es
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594 MEDICINA DEL FÚTBOL

una afección que puede convertirse en una molestia para los jugadores de fútbol
y para otros atletas dedicados al salto o la carrera.
Sella describió tres tipos de naviculares accesorios. El tipo I consiste en un
pequeño hueso accesorio de contorno circular bien definido. El tipo II es
un hueso triangular y está unido al navicular por medio de una sindocondrosis
fibrocartilaginosa. El tipo III está tipificado por un puente óseo parcialmente
fusionado entre el hueso accesorio y el cuerpo navicular.
El atleta joven suele localizar el dolor a lo largo del arco interno del pie en la
inserción con el tendón tibial posterior. Los síntomas pueden manifestarse tras un
episodio de traumatismo agudo o aumentar insidiosamente a causa del desgaste.
El examen revela hinchazón localizada y flaccidez sobre la cara interna del navi-
cular. Cuando la zona está hinchada e inflamada, incluso los zapatos pueden cau-
sar problemas. Con frecuencia, el navicular y su hueso accesorio se muestran
prominentes en la palpación. Cuando la aparición del dolor es altamente traumá-
tica, es fácil diagnosticar erróneamente la lesión como esguince en el pie o en el
tobillo si no se practica una cuidadosa palpación del pie. La evaluación radioló-
gica muestra la lesión del navicular accesorio, por lo común una lesión del tipo
II (fig. 39-12).

Figura. 39-12. Navicular accesorio Sella tipo II en una mujer de 16 años (flechas). A pesar de
un tratamiento conservador prolongado, este fragmento siguió causando un agudo dolor y
requirió excisión.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 595

LAS LESIONES EN EL FÚTBOL Y LOS ADOLESCENTES


595

La lesión parece ser una rotura parcial de la sincondrosis previamente asinto-


mática. Si se ha producido un traumatismo agudo, nosotros tratamos la lesión
como fractura aguda, e inmovilizamos la zona con una escayola bien ajustada
bajo el arco. El paciente permanece escayolado durante 6 semanas, con nulo sos-
tenimiento de peso durante las dos primeras semanas y pleno sostenimiento de
peso durante las cuatro últimas. Cuando se extrae la escayola, se provee al atle-
ta de una ortesis de apoyo para el arco. El estiramiento general de la pierna y del
tobillo da comienzo en ese momento, dando prioridad al desarrollo del tibial pos-
terior; asimismo, se permite que el atleta retorne progresivamente a la actividad
deportiva. Cuando la aparición de los síntomas es más insidiosa o la afección es
crónica o recurrente, prescindimos de la escayola y aplicamos un tratamiento
mediante ortesis y/o vendaje para proporcionar apoyo al arco. Y, si es preciso,
suministramos antiinflamatorios no esteroideos durante cortos períodos.
Cuando el tratamiento conservador no consigue controlar los síntomas,
debería tenerse en cuenta la posibilidad de la cirugía. La intervención suele con-
sistir en la extracción del fragmento mientras se mantiene la integridad del
tendón tibial posterior y de su inserción. La inserción del tendón es seccionada
longitudinalmente para practicar la excisión del fragmento. La hendidura longi-
tudinal suele ser religada para compensar el vacío dejado por la extracción del
fragmento accesorio. La porción de la inserción tendinosa que estaba unida al
fragmento escindido es firmemente anclada al navicular restante. Tras la opera-
ción, suele utilizarse la escayola para permitir la completa curación de la zona
implicada. También se emplea un mecanismo ortético y se realizan ejercicios de
rehabilitación.

CONCLUSIÓN
Los miembros de un equipo médico encargados de tratar a los jugadores de
fútbol adolescentes deben conocer las diferencias entre un esqueleto adolescen-
te y un esqueleto adulto. Aunque los cartílagos epifisarios abiertos contribuyen
al crecimiento esquelético, constituyen zonas vulnerables susceptibles a ciertas
pautas específicas de lesión. De manera similar, los jóvenes atletas pueden tener
ligamentos y tendones más fuertes que los huesos, hecho que puede dar lugar a
nuevas variaciones en los tipos de lesión. Durante este período de crecimiento y
actividad creciente, pueden manifestarse anomalías congénitas menores. Los
médicos encargados de evaluar y tratar a estos jóvenes atletas deben estar al
corriente de estos hechos, del modo en que pueden afectar la capacidad de juego
del atleta a corto plazo, y, todavía más importante, de su potencial para afectar a
largo plazo el rendimiento y el desarrollo físico del atleta.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 596

596 MEDICINA DEL FÚTBOL

LECTURAS RECOMENDADAS
Cahill B. Treatment of juvenile osteochondritis dissecans and osteochondritis
dissecans of the knee. Clin Sports Med 1985;4:367-384.
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Documento4 16/2/05 18:03 Página 597

VII
LAS MUJERES
EN EL FÚTBOL
Documento4 16/2/05 18:03 Página 598
Documento4 16/2/05 18:03 Página 599

40 LA JUGADORA
DE FÚTBOL

Michelle Akers

A medida que los roles de la mujer han ido cambiando en todo el mundo,
tanto desde un punto de vista social como desde un punto de vista cultural, se ha
producido un aumento de popularidad y de participación en el fútbol por parte de
las mujeres. Hoy existen programas para equipos nacionales y ligas para muje-
res, así como entrenadoras femeninas, árbitros y directivas, y todo ello en un
deporte que ha sido considerado tradicionalmente como exclusivamente mascu-
lino. Las figuras 40-1 y 40-2 recogen algunas estadísticas referentes al nivel de
participación de las mujeres en el fútbol. Tratándose del deporte de más rápido
crecimiento en Estados Unidos, en 10 años el fútbol ha visto incrementado en un
83% su número de participantes a nivel de instituto y, respecto a los adultos, su
participación se ha incrementado en un 34% desde 1987 (tanto en hombres como
en mujeres). Con el aumento del número de jugadoras, no obstante, surge la
necesidad de contar con entrenadoras cualificadas. La tabla 40-1 informa sobre
el número aproximado de entrenadoras licenciadas en la escuela técnica de
Fútbol de Estados Unidos y en la Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol
de América.

LAS MUJERES Y EL JUEGO

Este capítulo expresa el punto de vista de una atleta femenina. He formado


parte del Equipo Nacional de Fútbol de Estados Unidos desde la creación del
equipo en 1985. En su corta historia, el equipo ha cosechado varios éxitos. En
1991, Estados Unidos ganó el primer Campeonato Mundial Femenino de Fútbol
organizado por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) celebrado en
Suecia; asimismo, en fecha reciente consiguieron el tercer lugar en la Copa del
Mundo de 1995, también celebrada en Suecia.
En la actualidad, no existen ligas femeninas profesionales o semiprofesiona-
les en Estados Unidos. Después de licenciarse en la universidad, las jugadoras de
elite que desean proseguir su carrera se ven obligadas a jugar en distintos países
Documento4 16/2/05 18:03 Página 600

600 MEDICINA DEL FÚTBOL

16.000.000

12.000.000

Hombres
8.000.000 Mujeres
Total

4.000.000

Figura 40-1. Número estimado de jugadores de fútbol en Estados Unidos.

Juveniles federados
Adultos federados

Hombres Mujeres

Figura. 40-2 Número de equipos de fútbol federados por sexos y edades.


Documento4 16/2/05 18:03 Página 601

LA JUGADORA DE FÚTBOL
601

(por ejemplo, Suecia, Japón o Alemania). Si no se producen cambios en un futu-


ro inmediato, este hecho puede perjudicar la rápida expansión del fútbol en
Estados Unidos.
Para modificar esta situación, la Liga de Fútbol Interregional de Estados
Unidos ha empezado a organizar equipos de futbolistas femeninas en colabora-
ción con los equipos masculinos de dicha liga. Asimismo, la decisión de iniciar
la Liga Mayor de Fútbol en 1996 permite abrigar esperanzas respecto al de-
sarrollo de un plan que coordine la liga femenina con la Liga Mayor. Si los
Estados Unidos desean convertirse en una potencia mundial en fútbol, la crea-
ción de una liga competitiva tanto para hombres como para mujeres es un requi-
sito esencial.
El primer Campeonato Mundial de Fútbol Femenino, organizado por la FIFA
en 1991, marcó el principio de la aceptación internacional del fútbol femenino.
Este torneo supuso un examen del nivel de habilidad, el nivel atlético y la popu-
laridad del fútbol femenino. El Campeonato Mundial fue un éxito, y sentó las
bases para los Campeonatos Mundiales del futuro y para el posterior crecimien-
to del fútbol femenino.
Aproximadamente el 22% de los jugadores que practican fútbol en todo el
mundo son mujeres, y este porcentaje está incrementándose con rapidez. En
Estados Unidos, la cifra de jugadoras constituye el 40% de la cifra total de prac-
ticantes de fútbol, es decir, casi la mitad de los 15 millones de jugadores que exis-
ten en Estados Unidos.

Perspectivas comerciales

Los fabricantes de productos deportivos para el fútbol reconocen la gran par-


ticipación femenina en el juego, de manera que contratan a mujeres como prota-
gonistas y agentes para aumentar el rendimiento de sus campañas. Algunas com-
pañías han desarrollado agresivas campañas de publicidad con la participación
de jugadoras de alto nivel. Ente otras, estas compañías incluyen a Umbro
(Michelle Akkers), Reebok (Julie Foudy), Nike (Mia Hamm, Tisha Venturini,
Briana Scurry y otras) y Diadora (Carin Gabarra y Joy Fawcett). Por añadidura,
compañías destacadas como Procter & Gamble, General Motors Corporation,
Master Card, Snickers y Sprint se han dado cuenta de la enorme ventaja que con-
lleva la presencia de personajes femeninos en sus campañas de marketing.
Asimismo, los periódicos y las revistas de fútbol incluyen en sus páginas a un
mayor número de jugadoras, entrenadoras y columnistas, en un intento de acer-
carse al creciente número de mujeres futbolistas y de responder a la demanda de
igualdad en la información y el reconocimiento.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 602

602 MEDICINA DEL FÚTBOL

La parte médica del juego

Hay muchas personas que no están directamente implicadas en el fútbol


femenino y que necesitan estar al corriente de las exigencias físicas que conlle-
va el juego, tanto para los hombres como para las mujeres. Por ejemplo, yo he
sufrido ocho intervenciones artroscópicas, cuatro en cada pierna, practicadas con
motivo de varios desgarros de menisco y de ligamento. Además, he seguido pro-
gramas de rehabilitación para recuperarme de un mínimo de cinco lesiones más
de rodilla que no requirieron tratamiento quirúrgico. Tengo un historial de
esguinces en el tobillo, contusiones, puntos de sutura y dientes rotos. Éstas son
las dificultades con las que debe lidiar un jugador de elite si desea tener éxito.

PROGRAMAS DEL EQUIPO NACIONAL FEMENINO DE


ESTADOS UNIDOS
Desde su creación, el Equipo Nacional Femenino de Estados Unidos ha
logrado conquistas importantes. El equipo se fundó en 1985, y siete años des-
pués se convirtió en el primer Campeón Mundial de la FIFA. En 1994, el equi-
po consiguió quedar en primera posición en el Torneo de Clasificación CON-
CACAF para el Campeonato del Mundo celebrado en Montreal, Canadá.
Asimismo, el equipo estadounidense quedó en tercer lugar en los Campeonatos
Mundiales disputados en Suecia en 1995.
El número de entrenadoras femeninas en Estados Unidos también ha aumen-
tado en número, en oportunidades y en programas de estudio (tabla 40-1).
Aunque las cifras siguen estando del lado de los hombres, una mejor educación,
organización y oportunidad harán que las oportunidades de las entrenadoras se
vean incrementadas.

EL PRIMER SIMPOSIO FIFA SOBRE EL FÚTBOL


FEMENINO
En octubre de 1992 asistí al Primer Seminario sobre Fútbol Femenino orga-
nizado por la FIFA. Fue una experiencia provechosa, y la información que reci-
bí me pareció positiva y alentadora. El seminario inspiró un renovado entusias-
mo por el juego y por los progresos que estaban teniendo lugar. No obstante,
algunas ponencias eran sorprendentes e intrigantes. Muchos de los temas discu-
tidos durante los debates ya habían sido resueltos en Estados Unidos, y fue tur-
bador descubrir que ciertos dirigentes médicos todavía se preocupaban de tales
asuntos.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 603

LA JUGADORA DE FÚTBOL
603

Tabla 40-1.

Número de entrenadores titulados en los Estados Unidos

Programas para titularse USSF NSCAA


como entrenador

Total de licenciados A, B y C 9.000 1.729 (sólo A y B)


Mujeres licenciadas 450 143 (sólo A y B)
Licencia A 28 41
Licencia B 95 102
Licencia C 325 No disponible
Total de licenciados C, D y F 50.000 No disponible
Total de instructores 40 22
(sólo A, B y C)
Instructoras 3 4

Todas las estadísticas fueron facilitadas por la USSF y la NSCAA. Agradecimiento especial para
Eva Ferrara (Umbro USA), Paula Martin (USSF) y Steven Veal (Director del Programa de la NSCAA).

Por ejemplo, hubo un funcionario médico que puso de manifiesto su sorpre-


sa por el hecho de que en los primeros Campeonatos Mundiales de 1991 sólo un
equipo dispusiera de ginecólogo. De hecho, su opinión era que durante la com-
petición las jugadoras deberían llevar una protección almohadillada para resguar-
dar el útero y el pecho. En mis 20 años de experiencia sobre el terreno de juego,
jamás he visto que un ginecólogo viaje con ningún equipo. Y, durante la compe-
tición, nunca he visto una lesión o algún tipo de complicación que afectara los
órganos reproductores femeninos y que estuviera provocada por la colisión con
otras jugadoras o con el balón.
La escasas lesiones menores en el pecho que he podido presenciar, así como
las reacciones de las jugadoras lesionadas, fueron en cualquier caso menos gra-
ves que las reacciones de los jugadores masculinos cuando éstos habían sufrido
codazos, rodillazos o golpes en las ingles. De hecho, el órgano reproductor mas-
culino está más expuesto a sufrir lesiones que el órgano femenino. No obstante,
los equipos masculinos no viajan con un urólogo, y tampoco llevan almohadillas
protectoras.
Los equipos de fútbol (masculinos y femeninos) deben viajar con un médico
(ortopeda o de medicina general), un preparador físico y un masajista para cubrir
Documento4 16/2/05 18:03 Página 604

604 MEDICINA DEL FÚTBOL

las diversas necesidades médicas. Las mujeres no precisan de la atención espe-


cializada de un ginecólogo cuando viajan o juegan al fútbol.

EL CICLO MENSTRUAL

Circulan algunos mitos sobre el ciclo menstrual en las atletas. En primer


lugar, la menstruación no limita la capacidad de la mujer para participar en una
competición. Tanto los récords como las actuaciones deportivas de primer orden
han sido llevados a cabo por mujeres que se encontraban en cualquier estadio del
ciclo menstrual. No hay ninguna investigación que permita afirmar que el rendi-
miento está influido por el ciclo menstrual. Aunque la menstruación puede ser
incómoda (por ejemplo, a causa de los calambres), en la mayoría de los casos la
actividad física y el ejercicio reducen los síntomas asociados al ciclo menstrual.
Los problemas de los que hay que preocuparse cuando se trata de mujeres fut-
bolistas se resumen en la tríada de la atleta: disfunción menstrual, osteoporosis y
trastornos alimentarios. La amenorrea (cese) o oligomenorrea (infrecuente) son
el resultado de la interacción de un bajo nivel de grasa, una alimentación pobre,
estrés psicológico y altos niveles de ejercicio intenso. Aunque muchas atletas
aceptan la disfunción menstrual como una consecuencia del entrenamiento, cual-
quier cambio debería ser evaluado por un especialista. Si bien el peligro para los
órganos reproductores es escaso, la posibilidad de que una disminución de la
densidad ósea pueda conducir a un incremento de las fracturas por sobrecarga y
provocar osteoporosis en una edad más tardía es motivo para preocuparse. Si una
jugadora siente estos síntomas, es importante que reciba atención médica. El pro-
blema suele remediarse con una prescripción de píldoras anticonceptivas, suple-
mentos vitamínicos y minerales y las directrices para una dieta adecuada.
Los trastornos alimentarios son más comunes en los deportes “estéticos” (a
saber, la gimnasia, el patinaje y la danza) que en los deportes femeninos de equi-
po. Sin embargo, no debería creerse que dichos trastornos no existen. Aunque
son raras, la anorexia y la bulimia pueden producirse en cualquier deporte. Los
problemas alimentarios más comunes en las jugadoras de fútbol son las restric-
ciones calóricas y las prácticas nutricionales alternativas. Las atletas deberían ser
instruidas sobre la importancia de la correcta nutrición, la importancia del ciclo
menstrual y los problemas potenciales asociados con el entrenamiento intensivo.

LESIONES DE RODILLA
Se han realizado estudios referentes a las diferencias en la anatomía femeni-
na que pueden causar una mayor incidencia de las lesiones en el ligamento cru-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 605

LA JUGADORA DE FÚTBOL
605

zado anterior y de la cirugía reconstructora en las mujeres. No obstante, a raíz de


mi propio historial de lesiones de rodilla, así como de los historiales de mis com-
pañeras, he llegado a la creencia de que no son tan sólo las diferencias anatómi-
cas las que dan como resultado el aumento de la incidencia de las lesiones de
rodilla. Creo que es una combinación de anatomía, de una preparación física
de baja calidad y de un conjunto de errores en lo relativo a la técnica, al ejerci-
cio y a la toma de decisiones durante la competición.
En el pasado, las atletas femeninas no recibieron el mejor de los entrenamien-
tos posibles, ya que el fútbol femenino no constituía una prioridad. Como conse-
cuencia, las mujeres no obtuvieron la información necesaria para desarrollar una
técnica adecuada, y tampoco pudieron desarrollar su capacidad para tomar deci-
siones; asimismo, no se les proporcionó la preparación física básica que permite
a los jugadores mantenerse a salvo de las lesiones. Si a todo esto añadimos un
incremento de oportunidades de juego y un aumento de los niveles competitivos,
el resultado es un aumento de la cantidad de lesiones.
La pregunta de por qué se produce un porcentaje tan elevado de lesiones en
la rodilla entre las mujeres sigue sin ser contestada. Los médicos disponen de
varias teorías para explicar este fenómeno. Sin embargo, el progresivo aumen-
to de las lesiones hace que el descubrimiento de la verdadera causa de este
fenómeno sea una tarea de gran importancia. Por consiguiente, insto a la FIFA
a iniciar un estudio acerca de las causas de las lesiones graves de rodilla en las
futbolistas.

RESUMEN
Desde las atletas de elite hasta las mujeres que empiezan a practicar este
deporte, las jugadoras de fútbol necesitan ser tratadas con idéntica consideración
y respeto a todos los niveles con el fin de prevenir lesiones, crear ambientes ade-
cuados de entrenamiento y desarrollar el talento de las jóvenes jugadoras. Las
atletas, los padres, los preparadores y los médicos deben ser educados de mane-
ra que sepan proteger a la atleta de las lesiones mediante el ejercicio apropiado,
el entrenamiento de fuerza, las técnicas y tácticas adecuadas, el cuidado médico
apropiado y la información nutricional.
Todos deben trabajar unidos para educar y preparar a la atleta joven para la
dureza del deporte. Los médicos y los entrenadores deben transmitir a las atletas
y a los preparadores toda la información necesaria para que la deportista pueda
mantenerse sana y, al mismo tiempo, competir al máximo nivel posible.
Finalmente, es importante que la profesión médica y el resto del mundo tra-
ten el fútbol femenino como un deporte serio en el que participan atletas dotadas
Documento4 16/2/05 18:03 Página 606

606 MEDICINA DEL FÚTBOL

y ambiciosas. Lo cierto es que las mujeres siguen jugando al fútbol, y que ésta
es una tendencia que está creciendo rápidamente en todo el mundo. Es nuestra
responsabilidad, en beneficio de nuestro futuro liderato en el fútbol, educar, pre-
parar y apoyar a estas atletas en los asuntos relacionados con la salud, la compe-
tición, el entrenamiento y el desarrollo de sus capacidades.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 607

41 LESIONESDE
LAS JUGADORAS
FEDERADAS
Elizabeth A. Arendt
Randall Dick
El fútbol es el deporte más popular del mundo. Hasta la década de 1970, fue
un deporte casi exclusivamente masculino. El Primer Campeonato Europeo
Femenino de Fútbol se celebró en 1983-1984. Desde entonces, el interés y la par-
ticipación en el deporte han ido incrementándose progresivamente. En nuestros
días, el fútbol femenino se practica en 50 países.
El fútbol es un deporte de aceptación creciente en Estados Unidos, en parti-
cular entre las mujeres. En los varones en edad de instituto, la participación se ha
quintuplicado entre 1972 y 1995. Por lo que respecta a las mujeres, los niveles
de participación de 1995 eran 237 veces superiores a los de 1972, lo que signifi-
ca el mayor crecimiento de la última década.
El crecimiento del fútbol federado, en especial entre las mujeres, también
muestra una rápida tendencia al alza. Este crecimiento está reflejado en el incre-
mento de la participación en el fútbol por parte de instituciones pertenecientes a
la Asociación Atlética Nacional Colegiada (NCAA). Gracias a la integración de
los deportes femeninos en la esfera de la NCAA en 1982, es posible realizar un
atento seguimiento y comparación de la participación de sus instituciones desde
esa fecha. En 1982 había 521 equipos masculinos, con un total de 13.000 atletas
participantes, frente a los 80 equipos femeninos con una participación total de
1.855 atletas. En la actualidad, hay más de 600 programas de fútbol NCAA para
hombres y, aproximadamente, 450 programas de fútbol para mujeres. Este hecho
refleja un incremento en la participación de aproximadamente un 17% en los
hombres, frente a un 458% en las mujeres (figs. 41-1 y 41-2). Estos hechos indi-
can que los programas para las jugadoras federadas está viendo incrementada su
popularidad de manera considerable, hecho que se refleja en el número de insti-
tuciones de la NCAA que patrocinan dichos programas.
Aunque las lesiones futbolísticas masculinas han sido objeto de diversas
investigaciones, existen pocos estudios dedicados a las lesiones femeninas. Este
capítulo examina los datos actuales relativos a las lesiones en el colectivo de
Documento4

Patrocinio del fútbol femenino


608
16/2/05

MEDICINA
18:03

DEL FÚTBOL

División I
División II
División III
Página 608

Total

Figura 41-1. Porcentaje de universidades americanas que patrocinan equipos de fútbol


femenino por división NCAA y año.
Patrocinio del fútbol masculino
Documento4
16/2/05
18:03
Página 609

División I
División II
LESIONES

División III
Total
DE LAS JUGADORAS FEDERADAS
609

Figura 41-2. Porcentaje de universidades americanas que patrocinan el fútbol masculino por
división NCAA y año.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 610

610 MEDICINA DEL FÚTBOL

jugadoras de nivel universitario en Estados Unidos según los informes propor-


cionados por el Sistema de Vigilancia de Lesiones de la NCAA. La NCAA des-
arrolló un Sistema de Vigilancia de Lesiones en 1982. Dicho sistema de vigilan-
cia fue diseñado para recopilar datos fiables relativos a las tendencias de las
lesiones en la práctica deportiva federada en Estados Unidos. El Sistema de
Vigilancia de Lesiones lleva recogiendo información referente al fútbol desde
1986. Este capítulo examina el material y los métodos del Sistema de Detección
de Lesiones, informa sobre ciertos datos interesantes al respecto y reflexiona
sobre algunos de sus descubrimientos.

MÉTODOS
Muestreo

La participación en el Sistema de Vigilancia de Lesiones es voluntaria y está


limitada a las 906 instituciones NCAA (según datos de septiembre de 1994). Las
selecciones son aleatorias, con la única restricción de un representación mínima
del 10% de cada división de la NCAA (I, II, III) y de cada región (este, sur,
medio oeste y oeste). La finalidad de este esquema de muestreo es asegurar una
selección característica que exprese unos niveles de lesión representativos de la
población total de las instituciones de la NCAA que patrocinan un deporte espe-
cífico.

Sujetos

Los atletas controlados por el Sistema de Vigilancia de Lesiones participan en


programas federativos organizados por las instituciones pertenecientes a la
NCAA. La edad de dichos participantes se sitúa entre los 17 y los 23 años.

Aporte de datos

Los datos relativos a las lesiones y a la exposición de los jugadores a las mis-
mas son recogidos por preparadores físicos diplomados y estudiantes de prepara-
ción física pertenecientes a las instituciones participantes. Este sistema está dise-
ñado para permitir que estos preparadores den respuestas precisas a cada una de
las preguntas relativas a lesiones o a su exposición. Las lesiones no relacionadas
con la actividad deportiva en curso no son recopiladas. La información se recoge
desde el primer día oficial de pretemporada hasta el último día de competición.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 611

LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


611

Lesiones

En la literatura médica no existe una definición común de lesión, de su nivel de


gravedad o una valoración de la exposición. La información discutida en este capí-
tulo deberá ser evaluada en base a la metodología desplegada por el Sistema de
Vigilancia de Lesiones. En el sistema, una lesión computable se define como aque-
lla que tiene lugar como resultado de la participación en un evento o encuentro
federativo, que precisa de atención médica a cargo de un preparador físico o un
médico, y que tiene como resultado la limitación de la participación durante uno o
más días a partir del día de la lesión. Cada una de las lesiones computadas se cla-
sifica por categorías en base a la respuesta simple que mejor describa la lesión.
Existe una categoría para el mecanismo de la lesión, con cuatro respuestas posi-
bles, que incluyen ausencia de contacto aparente y contacto con otro jugador.

Exposiciones

Una exposición atlética, unidad de riesgo en el Sistema de Vigilancia de


Lesiones, se define como la participación de un atleta en una actividad o partido
en la que él o ella esté expuesto a la posibilidad de sufrir una lesión. La recopi-
lación de datos referentes a las exposiciones se lleva a cabo mediante un formu-
lario de periodicidad semanal, en el que se recogen el número de actividades y
encuentros, el tipo de superficies de juego y el número de participantes en las
actividades diarias.

Porcentaje de lesión

El porcentaje de lesión se determina mediante la comparación del número de


lesiones de una categoría específica respecto al número de atletas en situación
de riesgo pertenecientes a dicha categoría. En el Sistema de Vigilancia de
Lesiones, el valor se expresa en lesiones por cada 1.000 exposiciones atléticas.
Los primeros resultados del Sistema de Vigilancia de Lesiones ponen de
manifiesto que la rodilla es una de las tres partes más afectadas por las lesiones
en 14 de los 16 deportes sometidos a control. Con el fin de lograr una informa-
ción más profunda sobre las lesiones de rodilla, en 1989 se añadió al Sistema de
Vigilancia de Lesiones una pregunta referida específicamente a las estructuras de
la rodilla. Esta cuestión pregunta qué estructuras de la rodilla sufrieron la lesión,
e incluye las categorías del ligamento colateral, el ligamento cruzado anterior, al
ligamento cruzado posterior, el cartílago (incluyendo el menisco), la rótula y el
tendón rotuliano.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 612

612 MEDICINA DEL FÚTBOL

RESULTADOS DE LOS DATOS DE SISTEMA DE VIGILANCIA


DE LESIONES EN EL FÚTBOL (1986-1994)
El examen de las lesiones de los hombres y las lesiones de las mujeres mues-
tra un patrón similar en el índice de lesión en los partidos respecto a los entrena-
mientos (figs. 41-3 y 41-4). A pesar de la gran exposición a las lesiones en los
entrenamientos, la incidencia de las lesiones en los partidos es más elevada.
También se cuantificó la relación entre el tipo de superficie de juego y el por-
centaje de lesión. Aunque los datos pusieron de manifiesto un pequeño número
de exposiciones sobre hierba artificial, se trata de cantidades sesgadas. El total de
datos mostró una incidencia en las lesiones similar en hierba artificial y en hier-
ba natural. No obstante, el porcentaje total de lesión fue ligeramente inferior para
las mujeres que para los hombres (figs. 41-5 y 41-6).
Al examinar las partes del cuerpo que se lesionan con mayor frecuencia,
surge una pauta consistente en el caso de las lesiones que afectan a los hombres.

Porcentaje
de lesión Juego
(por 1.000
Entrenamiento
exposiciones
atléticas)

1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994


Todos
los años

Figura 41-3. Porcentaje de lesión según partidos y entrenamientos por años en el fútbol mas-
culino federado.
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LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


613

En la práctica totalidad de los años muestreados, el tobillo es la parte del cuerpo


que sufre lesiones con mayor frecuencia (tabla 41-1). Por lo que respecta a las
mujeres, la parte más afectada por las lesiones es variable, con un mayor porcen-
taje de lesiones en la rodilla y en la parte superior de la pierna que en el caso de
los hombres (tabla 41-2).
La tabla 41-3 ilustra la cantidad total de lesiones y la cantidad de lesiones de
rodilla, por géneros, en el fútbol. Entre 1989 y 1993, se recogieron datos sumi-
nistrados por 461 equipos masculinos (una media de 92 por año) y 278 equipos
femeninos (una media de 56 por año). Los valores de participación reflejan que
cada año patrocinaban las competiciones de fútbol un 15% de las instituciones
pertenecientes a la NCAA. El elevado número de equipos masculinos participan-
tes es un reflejo del gran número de escuelas de la NCAA dedicadas al patroci-
nio del fútbol, con el resultado de un mayor número de exposiciones atléticas.
Las lesiones de rodilla son más frecuentes en las jugadoras de fútbol que en
los jugadores (tabla 41-4). Este hecho es cierto tanto si se expresa en forma de

Porcentaje
de lesión
(por 1.000 Juego
exposiciones Entrenamiento
atléticas)

1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Todos los
años

Figura 41-4. Porcentaje de lesión según partidos y entrenamientos por año en el fútbol feme-
nino federado.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 614

614 MEDICINA DEL FÚTBOL

porcentaje de lesiones (número de lesiones de rodilla/exposiciones atléticas) o


como porcentaje de todas las lesiones (número de lesiones de rodilla frente al
total de lesiones futbolísticas).
En la figura 41-7 se muestran las estructuras lesionadas de rodilla según el
sexo. El porcentaje de lesión del ligamento cruzado anterior en el fútbol femeni-
no (0,31) es más de dos veces superior al del fútbol masculino (0,13), una dife-
rencia significativa desde el punto de vista estadístico. La rotura de cartílago,
incluyendo el menisco, también es significativamente elevada en el fútbol feme-
nino (0,34 frente a 0,19). Posteriores análisis revelan que 48 de las 81 lesiones
del ligamento cruzado anterior en los hombres (un 59%) y 66 de las 97 de las
lesiones en el ligamento cruzado anterior en el caso de las mujeres (un 68%) fue-

Fútbol masculino
Porcentaje de lesión según el tipo de superficie

21,0
Porcentaje
20,3
de lesión
(por 1.000
exposiciones
atléticas)

Natural

Artificial

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Todos los años

Figura 41-5. Porcentaje de lesiones por año según el tipo de superficie en el fútbol federado
masculino.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 615

LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


615

ron tratadas quirúrgicamente. La diferencia en el porcentaje de lesión en el liga-


mento cruzado anterior entre los dos sexos se mantiene tanto en los entrenamien-
tos como en los partidos.
La diferencia del porcentaje de lesión en el ligamento cruzado anterior entre
los dos sexos a lo largo del período de cinco años se muestra en la figura 41-8.
El mecanismo de la lesión en el ligamento cruzado que tiene lugar en el fút-
bol se muestra en la figura 41-9. En el fútbol femenino, la falta de contacto es el
primer mecanismo de lesión, seguido del contacto con otra jugadora. El contac-
to entre jugadores, seguido por las situaciones en las que dicho contacto no pare-
ce tener lugar, es el primer mecanismo de lesión del ligamento cruzado anterior
en el fútbol masculino.

Fútbol femenino
Porcentaje de lesiones según el tipo de superficie

17,8

17,5
Porcentaje
de lesión
(por 1.000
exposiciones
atléticas)
Natural

Artificial

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Todos los años

Figura 41-6. Porcentaje de lesiones por año según el tipo de superficie en el fútbol femenino
federado.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 616

616 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 41-1.

Las tres partes del cuerpo lesionadas con mayor


frecuencia (fútbol masculino)

Número Número 1 2 3
de de
equipos lesiones

1986-87 62 729 Rodilla (19%) Tobillo (18%) Parte (13%)


superior de
la pierna
1987-88 76 823 Tobillo (21%) Rodilla (17%) Parte (15%)
superior de
la pierna
1988-89 45 527 Tobillo (21%) Parte (20%) Rodilla (17%)
superior de
la pierna
1989-90 75 898 Tobillo (20% Parte (17%) Rodilla (14%)
superior de
la pierna
1990-91 88 981 Tobillo (17%) Parte (17%) Rodilla (16%)
superior de
la pierna
1991-92 106 1.236 Tobillo (21% Rodilla (17%) Parte (17%)
superior de
la pierna
1992-93 110 1.203 Tobillo (20%) Parte (17%) Rodilla (15%)
superior de
la pierna
1993-94 83 773 Tobillo (22%) Parte (16%) Rodilla (12%)
superior de
la pierna
1994-95 102 1.106 Tobillo (20%) Parte (17%) Rodilla (15%)
superior de
la pierna
Documento4 16/2/05 18:03 Página 617

LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


617

Tabla 41-2.

Las tres partes del cuerpo lesionadas con mayor


frecuencia (fútbol femenino)

Número Número 1 2 3
de de
equipos lesiones

1986-87 33 288 Parte (20%) Tobillo (20%) Rodilla (15%)


superior de
la pierna
1987-88 43 418 Parte (22%) Tobillo (18%) Rodilla (17%)
superior de
la pierna
1988-89 39 391 Tobillo (27%) Parte (16%) Rodilla (16%)
superior de
la pierna
1989-90 42 362 Tobillo (20%) Rodilla (20%) Parte (14%)
superior de
la pierna
1990-91 52 476 Parte (21%) Tobillo (21%) Rodilla (17%)
superior de
la pierna
1991-92 63 605 Tobillo (21%) Parte (18%) Rodilla (16%)
superior de
la pierna
1992-93 62 569 Rodilla (24%) Tobillo (21%) Parte (16%)
superior de
la pierna
1993-94 59 530 Parte (19%) Rodilla (16%) Tobillo (15%)
superior de
la pierna
1994-95 82 910 Tobillo (21%) Rodilla (18%) Parte (15%)
superior de
la pierna
Documento4 16/2/05 18:03 Página 618

618 MEDICINA DEL FÚTBOL

Tabla 41-3.

Resumen de la cantidad total de lesiones y de lesiones


de rodilla (1989-1993)

Fútbol masculino Fútbol Femenino

461 (92) Equipos suministradores de datos 278 (56)


(media/ año)
5100 Total de lesiones 2.542
788 Lesiones de rodilla 485
(16%) (% del total de lesiones) (19%)
626.223 Exposiciones atléticas 308.748
(aproximadamente 2:1)
1,3 Porcentaje de lesiones de rodilla 1,6
(por cada 1.000 Exposiciones atléticas)

Tabla 41-4.

Estructuras de la rodilla lesionadas (1989-1993)

Fútbol Porcentajea Fútbol Porcentajea Pb


masculino femenino
Número Número

316 0,51 Colateral 192 0,62 0’02


119 0,19 Cartílago roto 105 0,34 0’00
130 0,21 (menisco) 92 0,30 0’01
81 0,13 Rótula y/o tendón rotuliano 97 0,31 0’00
22 0,04 Cruzado anterior 97 0,04
626.223 Cruzado posterior 12
Exposiciones atléticas 308.748

a Porcentaje = Lesiones por cada 1.000 exposiciones atléticas.


b Resultado de la tabla x2 (véase Materiales y métodos).
Documento4 16/2/05 18:03 Página 619

LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


619

Lesiones por cada 1.000 exposiciones atléticas

Géneros
difieren a
partir de
p< 0,05

Hombres
Mujeres

Colateral Cartílago Rótula / Ligamento Ligamento


tendón cruzado cruzado
rotuliano anterior posterior

Figura 41-7. Porcentaje de lesión por géneros de ciertas estructuras seleccionadas de la rodi-
lla en el fútbol federado entre 1989 y 1993.
Porcentaje de lesión (1.000
exposiciones atléticas)

Mujeres
Hombres

Todos los años

Figura 41-8. Porcentaje de lesión en el ligamento cruzado anterior por año y género en el fút-
bol federado entre 1989 y 1993
Documento4 16/2/05 18:03 Página 620

620 MEDICINA DEL FÚTBOL

Lesiones por cada 1.000 exposiciones


Diferencias de sexo
a partir de p < 0,05

Hombres
Mujeres
deportivas

Contacto/ Ningún con- Contacto con Contacto con


Colisión con tacto apa- la superficie el balón
otro jugador rente

Figura 41-9. Porcentaje de lesión del ligamento cruzado anterior por mecanismo y sexo en el
fútbol federado entre 1989 y 1993.
Porcentaje de lesión (por cada 1.000
exposiciones atléticas)

Mujeres

Hombres

Todos los años

Figura 41-10. Porcentaje de lesión del ligamento cruzado anterior por año y sexo en el balon-
cesto federado entre 1989 y 1993.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 621

LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


621

La etiología del aumento del porcentaje de lesiónes en las mujeres, en parti-


cular del riesgo de una lesión del ligamento cruzado anterior, está poco clara. Ha
habido muchas discusiones respecto al aumento del porcentaje de lesiones en el
ligamento cruzado anterior entre las mujeres. Los factores pueden dividirse en
factores extrínsecos (grado de habilidad, nivel de experiencia, fuerza muscular y
coordinación) y factores intrínsecos (tamaño del ligamento, tamaño de la fisura,
alineamiento de los miembros y laxitud de la articulación). Respecto a este tema,
pueden hallarse completos informes y discusiones en la literatura médica.
Algunos aspectos son dignos de mención.
De acuerdo con los datos del Sistema de Vigilancia de Lesiones, las jugado-
ras de baloncesto tuvieron un porcentaje de lesiones en el ligamento cruzado
anterior un mínimo de tres veces superior al de los hombres durante los cinco
años del muestreo; asimismo, durante dicho período el número de lesiones en el
ligamento cruzado anterior fue 4,1 veces superior al de sus homólogos masculi-
nos (fig. 41-10). El examen de las fuerzas de fricción existentes en la rodilla
durante la interacción entre el zapato y la superficie y la fuerza muscular son dos
datos relevantes en la lesión del ligamento cruzado anterior, y deberían ser obje-
to de futuras investigaciones. La incidencia de la lesión de ligamento cruzado
anterior en el informe sobre el Sistema de Vigilancia de las Lesiones de la NCAA
es elevada en dos deportes (baloncesto y fútbol) que comparten una mecánica
corporal parecida (desaceleración, apoyo y pivote), pero con distintas demandas
calzado-superficie (terreno de césped con botas de tacos frente a pista con botas
sin tacos).
Un estudio sobre el balonmano de equipo realizado en Noruega también tuvo
en cuenta la incidencia de la fricción calzado-superficie. Dicho estudio concluyó
que cierto tipo de calzado, en contacto con ciertas superficies, se vio sometido a
una mayor índice de fricción, hecho que estaba relacionado con una mayor inci-
dencia de las lesiones de ligamento cruzado anterior sobre dichas superficies.
Existen pocas investigaciones científicas específicas que desarrollen un aná-
lisis y una evaluación del modo en que los hombres y las mujeres juegan a fút-
bol. Los informes existentes sugieren que las demandas del juego, incluyendo la
distancia recorrida, la intensidad del ejercicio y las características físicas y psi-
cológicas, son similares en el caso de los hombres y las mujeres. No obstante, en
esta área de investigación todavía subsiste un extenso campo que deberá ser estu-
diado en el futuro.
Tanto en los hombres como en las mujeres, el nivel de habilidad ha sido con-
siderado como un factor que incrementa la incidencia de las lesiones.
Existe una cierta preocupación por el hecho de que el reciente aumento del
número de practicantes de fútbol pueda disminuir el nivel medio de habilidad de
Documento4 16/2/05 18:03 Página 622

622 MEDICINA DEL FÚTBOL

los jugadores. Un reciente estudio procedente de Noruega, en el que se examina-


ban las lesiones que tuvieron lugar durante la celebración de la Copa de Noruega,
mostró una disminución de 32 lesiones por semana a 17 lesiones semanales en el
caso de las jugadoras a lo largo de 3 años. Es probable que el incremento de su
habilidad fuera la razón de la disminución de las lesiones. Por lo que respecta a
las lesiones de rodilla en general, y a las lesiones de ligamento cruzado anterior
en particular, el nivel de lesión en el caso de las mujeres se ha mantenido relati-
vamente constante a lo largo de los 5 años recogidos en los datos del Sistema de
Vigilancia de Lesiones de la NCAA.
Los datos relativos a lesiones basados en medidas o cuantificaciones del nivel
de habilidad más directas, emparejados según los niveles de habilidad de los par-
ticipantes en las competiciones, ayudarán a corroborar o descartar esta creencia.
Aunque en este informe se ha confirmado la existencia de diferencias de sexo
en las lesiones de ligamento cruzado anterior, las lesiones de dicho ligamento en
niveles universitarios son poco frecuentes incluso en un deporte de alto riesgo
como el fútbol. Considerando la participación de 20 personas en cada entrena-
miento o en cada partido, el índice de lesión en el ligamento cruzado anterior se
sitúa en una lesión por cada 385 sesiones de actividad deportiva (entrenamiento
o partido competitivo) en el caso del fútbol masculino, y de una lesión en el liga-
mento cruzado anterior por cada 161 sesiones de actividad deportiva en el caso
del fútbol femenino. En ambos casos, la posibilidad de sufrir una lesión en el
ligamento cruzado anterior durante los encuentros competitivos es nueve veces
superior a la de los entrenamientos.
El estudio de los mecanismos de la lesión puede ser instructivo, ya que puede
permitir el desarrollo de medidas preventivas o de posibles modificaciones de
las reglas. En ambos géneros, el contacto y la colisión con otro jugador son fac-
tores determinantes en las lesiones de ligamento cruzado anterior. Por consi-
guiente, el examen específico de estos mecanismos de contacto puede ser uno de
los objetivos de la investigación futura. El papel del contacto y la colisión como
mecanismos lesivos es coherente con el estudio realizado por Engstrom, en el
que se examinaban un cierto número de lesiones sufridas por jugadoras de elite.
Este estudio reveló que la mayoría de las lesiones traumáticas se producían
durante un contacto con una oponente. Asimismo, el estudio también descubrió
que los factores extrínsecos, como el tiempo, la superficie de juego, la tempera-
tura o la posición del jugador, no influían en el número de lesiones. Durante el
año estudiado, el 17% de las jugadoras de elite sufrieron lesiones mayores de
rodilla, si bien las lesiones de ligamento cruzado anterior no fueron analizadas
de manera específica.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 623

LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


623

Un dato de la mayor importancia en este estudio fue el número de lesiones de


ligamento cruzado anterior que no se produjeron a raíz del contacto. Las jugado-
ras de baloncesto y de fútbol tuvieron un índice de lesiones de ligamento cruza-
do anterior no causadas por contacto significativamente mayor que sus homólo-
gos masculinos. La etiología de las lesiones de ligamento cruzado anterior no
causadas por contacto es especulativa, y puede incluir muchos de los factores
extrínsecos e intrínsecos discutidos con anterioridad.
Los datos del Sistema de Vigilancia de las Lesiones de la NCAA muestran
que los mecanismos de lesión en el ligamento cruzado anterior pueden diferir en
el caso de deportes masculinos y femeninos comparables. Las lesiones de liga-
mento cruzado anterior producidas sin contacto aparente constituyen el principal
mecanismo de lesión en el fútbol femenino, y comprenden la mitad de las lesio-
nes recogidas en el informe. En el fútbol masculino, el contacto entre jugadores
es el principal mecanismo de lesión de ligamento cruzado anterior. Estos descu-
brimientos sugieren que ciertas fuerzas generadas internamente pueden ser res-
ponsables de este tipo de lesión. Este hecho podría implicar la explicación ana-
tómica de las lesiones de ligamento cruzado anterior. En consecuencia, la poste-
rior realización de investigaciones relativas a las dimensiones de la escotadura y
el ligamento cruzado anterior puede ser de utilidad.

CONCLUSIONES
Los datos recogidos por el Sistema de Vigilancia de Lesiones de la NCAA en
un muestreo nacional de jugadores de fútbol federados desarrollado entre 1989 y
1993 revela que las atletas femeninas sufrieron un índice de lesión en la rodilla
y en el ligamento cruzado anterior significativamente mayor que el de sus homó-
logos masculinos. Con la excepción de la lesión de cartílago y menisco, ninguna
de las estructuras examinadas pertenecientes a la rodilla (colateral, cruzado pos-
terior, rótula, tendón rotuliano) exhibió una diferencia genérica tan significativa.
Con las lesiones de ligamento cruzado anterior se produjo un número significa-
tivo de lesiones de menisco. En el caso del fútbol femenino, el principal meca-
nismo de lesión del ligamento cruzado anterior fue la ausencia de contacto.
Otras clases de lesiones no revelaron grandes diferencias entre sexos. Esto
incluye el índice de lesiones durante los entrenamientos y los partidos, así como
las lesiones en otras partes del cuerpo.
El mayor riesgo de lesiones de ligamento cruzado anterior en las mujeres se
debe probablemente a multitud de factores, sin que exista un único aspecto
estructural, anatómico o biomecánico que sea responsable de este hecho. Las
fuerzas que contribuyen a incrementar la incidencia de la lesión pueden estar
Documento4 16/2/05 18:03 Página 624

624 MEDICINA DEL FÚTBOL

compuestas de factores extrínsecos, como la fuerza muscular, la interacción cal-


zado-superficie, el nivel de habilidad, la experiencia y la condición física. Los
factores intrínsecos pueden ser, entre otros, el tamaño del ligamento, la variación
de la escotadura intercondílea, el alineamiento de los miembros y la laxitud arti-
cular.
Este informe confirma la existencia de un mayor riesgo de lesiones en el liga-
mento cruzado anterior en las jugadoras de fútbol pertenecientes a la población
estudiada. A pesar de las diversas hipótesis que se barajan para explicar este
fenómeno, no disponemos de ninguna explicación concluyente. Aunque una
lesión de estas características no ocurre con frecuencia, si se produce puede dar
lugar a una prolongada discapacidad.
En la actualidad, el reto consiste en proporcionar una explicación de las dife-
rencias genéricas asociadas con la lesión de ligamento cruzado anterior y de-
sarrollar medidas para solventar el problema.

LECTURAS RECOMENDADAS

Albert M. Descriptive three-year data study of outdoor and indoor profesional


soccer injuries. Athletic Training 1983;18:218-220.
Arendt L, Dick R. Gender specific knee injury pattern in collegiate basketball
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physical maturity. Am J Dis Child 1988;142:839-842.
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LESIONES DE LAS JUGADORAS FEDERADAS


625

McMaster WC, Walter M. Soccer injuries in adolescents. Am J Sports Med


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Myklebust G, Strand T, Engebretsen L. Registration of ACL injuries in
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National Collegiate Athletic Association. Injury Surveillance System, Women’s
Soccer 1994-1995.
National Collegiate Athletic Association. Participation Statistics Report. 10 de
abril de 1995.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 626
Documento4 16/2/05 18:03 Página 627

42 ASPECTOS
NUTRICIONALES
EN LA MUJER
Emily M. Haymes

La nutrición puede desempeñar un importante papel en la práctica deportiva.


Los deportes de equipo, como el fútbol, que incluyen carreras intermitentes y de
elevada intensidad, necesitan el aporte de hidratos de carbono como primera
fuente de energía. Los deportes de resistencia requieren una cantidad adecuada
de hemoglobina en la sangre para poder transportar el oxígeno a los músculos
con el fin de producir energía. La baja ingestión de hierro puede desembocar en
deficiencia y anemia, que disminuye la resistencia.
Disponemos de poca información referente a los hábitos nutricionales de las
jugadoras de fútbol. La mayoría de los datos relativos a la ingestión de nutrien-
tes que figuran en este capítulo proceden de estudios realizados sobre mujeres
que participan en deportes de equipo, en especial el hockey sobre hierba y el
lacrosse. Estos dos deportes fueron seleccionados a causa de sus similitudes con
el fútbol, tanto en su modo de juego como en la energía consumida durante el
partido.

NECESIDADES ENERGÉTICAS
Las características tempomotrices del fútbol femenino muestran unas pautas
similares a las del fútbol masculino, si bien en una distancia ligeramente inferior.
Un estudio mostró que, durante un partido de 80 minutos, el 13% del tiempo
transcurría estando de pie, el 38% andando, el 23% trotando, el 17% corriendo a
baja potencia, el 6% corriendo a media potencia, el 2% corriendo a elevada
potencia y el 1% corriendo a toda potencia (fig. 42-1). El porcentaje de tiempo
empleado en cada una de las actividades era similar al de los jugadores de elite
daneses que disputaban los partidos de la Liga Danesa. La distancia recorrida por
una centrocampista en un partido internacional fue de 9.500 m. La distancia
media cubierta por la jugadoras suecas de elite durante la competición apenas se
situaba por debajo de los 8.500 m.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 628

628 MEDICINA DEL FÚTBOL

El gasto de energía durante un partido de fútbol puede ser estimado a partir


de los datos de la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca media de una fut-
bolista danesa internacional llegó hasta 171 latidos por minuto durante la prime-
ra parte, y a 168 latidos por minuto durante la segunda. En el caso concreto de
esta atleta, el consumo estimado de oxígeno (VO2) fue de 2,79 y 2,63 l/min res-
pectivamente. Si asumimos una equivalencia calórica de 5 kcal/l de O2, el con-
sumo estimado de energía para esta atleta
. fue de 1084 kcal en todo el partido.
Esta centrocampista danesa .tenía un V O2 máximo relativamente elevado (61 ml/
kg/min) comparado con el V O2 máximo de la futbolista de elite típica, que varía
entre
. 47-58 ml/kg/min. Se calculó que una futbolista con un peso de 60 kg con
un VO2 máximo de 50 ml/kg/min consumiría
. aproximadamente 1.100 kcal duran-
te un partido. Las atletas con un VO2 máximo inferior y un peso inferior consu-
men una cantidad ligeramente menor de energía.
La frecuencia cardíaca durante los partidos también es utilizada para determi-
nar la intensidad del ejercicio. En el fútbol femenino, hay informes que hablan
de una frecuencia cardíaca media de entre 173-177 latidos por minuto durante los
partidos. Este hecho corresponde a una media de intensidad del ejercicio de apro-

De pie

Andando

Trotando

Carrera a baja potencia

Carrera a media potencia

Carrera a alta potencia

Figura 42-1. Cantidad (%) de tiempo empleado realizando distintas actividades durante un
partido de la Liga Danesa por parte de una centrocampista. (Adaptado de: Bangsbo J. The
physiology of soccer –with special reference to intense intermittent exercise. Acta
Physiologica Scandinavica (supl) 1994;619:1-155.)
Documento4 16/2/05 18:03 Página 629

ASPECTOS NUTRICIONALES EN LA MUJER


629

.
ximadamente el 70% del V O2 máx. . La jugadora danesa de elite mencionada ante-
riormente se ejercitó al 84% .del V O2 máx durante la primera parte del encuentro
internacional, y al 79% del V O2 máx durante la segunda parte.

Hidratos de carbono
.
A medida que el ejercicio se intensifica hasta rebasar el 65% del V O2 máx, el
glucógeno muscular se convierte en la fuente principal de hidratos de carbono
empleados con finalidades energéticas. Estudios realizados con futbolistas
masculinos muestran que la mayor cantidad de glucógeno muscular se utiliza
durante la primera parte del partido, y que hacia el final de un encuentro de 90
minutos el músculo está casi completamente desprovisto de glucógeno. Para

Tabla 42-1.

Ingesta nutricional en las atletas participantes


en deportes de equipo

Deporte Energía Hidratos de Grasa Proteínas


carbono
kcal gramos % kcal gramos % kcal gramos g/ kg % kcal

Hockey sobre
hierba
Wake Forest a 1.513 204 54 45 27 56,7 0,95 15
Estado de Ohio b 1.956 228 47 84 39 76,0 1,26 16
Dutch National c 2.151 253 47 81 34 62,1 1,0 12
Lacrosse d 2.219 257 50 95 35 89,0 16
Baloncesto e 1.797 227 50 52 26 69,4 1,0 15
Voleibol e 1.608 216 54 54 30 69,7 1,05 17

Adaptado de:
aNutter J. Seasonal changes in female atheltes’ diets. Int J Sports Nutr 1991;1:395-407.
bTilgner SA, Schiller MR. Dietary intakes of female collegiate athletes: the need for nutrition education.
J. Amer Diet Assoc 1989;89:967-969.
cVan Erp-Bart AMJ, Saris WHM, Binkharst RA, y cols. Nationwide survey on nutritional habits in elite
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dShort SH, Short WR. Four year study of university athlete’s intake. J Amer Diet Assoc 1983;82:632-645.
eRisser WL, Lee EJ, LeBlanc A, y cols. Bone density in eumenorrheic female college athletes. Med Sci in
Sports Exer 1990;22:570-574.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 630

630 MEDICINA DEL FÚTBOL

mantener los niveles de glucógeno muscular, la dieta debe incluir una cantidad
adecuada de hidratos de carbono (> 55% de las calorías totales).
Estudios referentes a la ingestión de hidratos de carbono en las atletas parti-
cipantes en deportes de equipo sugieren que dichas atletas no consumen una can-
tidad suficiente de hidratos de carbono (tabla 42-1). Los datos publicados refe-
rentes a las jugadoras de hockey sobre hierba, lacrosse, baloncesto y voleibol
informan de una ingestión de hidratos de carbono que se sitúa entre el 47% y el
54% del aporte total de energía. La Tabla 42-1 muestra que las ingestiones de
hidratos de carbono por parte de las atletas participantes en deportes de equipo
oscila entre 204 y 257 g/día. Gran parte de estas atletas parece tener aportes
energéticos relativamente bajos, con cantidades que van de las 1.512 a las
2.219 kcal/día. El fútbol precisa aproximadamente 1.100 de dichas calorías. Un
bajo nivel de energía, así como una baja ingestión de hidratos de carbono, redu-
cen la cantidad de glucógeno almacenado, hecho que puede repercutir negativa-
mente sobre el rendimiento. En 1982, Jacobs mostró que las reservas musculares
de glucógeno no habían vuelto a sus niveles normales 48 horas después del par-
tido (fig. 42-2). En 1973, Saltin informó que los jugadores que empezaban un
partido con bajas reservas de glucógeno muscular utilizaban la mayor parte de
dicho glucógeno durante la primera parte, y recorrían una menor distancia y
pasaban más tiempo caminando durante la segunda.
Debería instarse a las atletas a aumentar su ingestión de hidratos de carbono
en un mínimo de 6 g de hidratos de carbono por kilogramo de peso corporal y
por día. Existen muchos alimentos ricos en hidratos de carbono. El azúcar es
hidrato de carbono prácticamente puro. Los dulces de chocolate, los cereales, la
harina, las galletas, los aperitivos, las gelatinas y las frutas secas también son
muy ricas en hidratos de carbono. Otras fuentes son el pan, el arroz, la pasta y las
féculas (a saber, las patatas). El aporte apropiado de hidratos de carbono puede
lograrse mediante la ingestión de hidratos de carbono simples e hidratos de car-
bono complejos. La tabla 42-2 enumera las cantidades de hidratos de carbono
simples y complejos que deben consumirse para lograr un total de 50 g de hidra-
tos de carbono. Dado que la mayoría de las bebidas refrescantes tienen una con-
centración de azúcar más elevada que las bebidas isotónicas, el atleta tiene que
beber una mayor cantidad de bebidas isotónicas para conseguir 50 g de hidratos
de carbono.

Proteínas

La proteína es necesaria para el crecimiento y reparación de los tejidos cor-


porales, así como para la formación de nuevas células, enzimas, ciertas hormo-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 631

ASPECTOS NUTRICIONALES EN LA MUJER


631

nas y anticuerpos. Durante los ejercicios prolongados de resistencia, los atletas


pueden utilizar proteínas como fuente de energía alternativa. La cantidad diaria
recomendada de proteína es de 0,8 g/kg de peso corporal en los adultos, tanto
para los hombres como para las mujeres. La cantidad recomendada puede no ser
suficiente para algunos atletas, incluyendo a los futbolistas. No obstante, esta
creencia está basada en estudios sobre atletas de fuerza y de resistencia más que
sobre futbolistas. Si los atletas ingieren un número adecuado de calorías y una
alimentación variada, su aporte proteínico excederá la cantidad diaria recomen-
dada en la mayoría de los casos.
La ingestión de proteínas por parte de las atletas participantes en deportes de
equipo varía entre 0,95 y los 1,26 g/kg de peso corporal (tabla 42-1). Las prote-
ínas constituyen entre el 12% y el 17% del aporte calórico total de estas atletas.
Las mejores fuentes de proteínas son la carne, el pescado, las aves y el queso, con
una cantidad de proteína equivalente al 19%-30% de su peso. Otras fuentes de
proteínas son el requesón, las nueces, los huevos (13-16% de proteínas), los
cereales (7-14%), el pan y las legumbres (7-8% de proteínas).
Glucógeno muscular (mmol/kg)

Después del partido 24 horas 48 horas

Figura 42-2. Resíntesis del glucógeno muscular en futbolistas de elite después de un partido.
(Adaptado de: Jacobs I, Westlin N, Karlsson J, y cols. Europ J Appl Physiol 1982;48:297-302.)
Documento4 16/2/05 18:03 Página 632

632 MEDICINA DEL FÚTBOL

INGESTA Y REPOSICIÓN DE LÍQUIDOS

La pérdida de líquidos durante un partido de fútbol varía según la tempera-


tura ambiental y la humedad. Los jugadores masculinos pierden el 3% de su
peso corporal (>2 kg) durante los partidos de fútbol disputados en condiciones
de calor seco (32 ºC con un 40% de humedad) y de calor húmedo (22 ºC con un
78% de humedad), y un 1,2% de su peso corporal durante los partidos con
un ambiente fresco (13 ºC). La cantidad de líquidos ingerida durante estos
encuentros no fue suficiente para reponer los fluidos perdidos. La inadecuada
reposición de líquidos durante el ejercicio puede dar lugar a deshidratación y al
golpe de calor. Cuando se consumen fluidos durante el ejercicio, la temperatura
interna corporal aumenta durante los primeros 30-40 minutos, y a continuación
se estabiliza. Si durante el ejercicio no se consumen líquidos, la temperatura cor-
poral sigue subiendo a causa de la deshidratación. La toma de temperatura rec-
tal realizada en ambientes térmicos neutros después de los partidos dio un resul-
tado medio de 39,5 ºC en el caso de los jugadores masculinos, y de 38,7 ºC en
las futbolistas femeninas. La diferencia en las temperaturas rectales tras el
encuentro puede ser debida a una menor intensidad del ejercicio en el caso de
las jugadoras femeninas.

Tabla 42-2.

Equivalentes alimentarios que contienen 50 g


de hidratos de carbono

Azúcares simples Hidratos de carbono complejos

3 cucharadas de miel 4 rebanadas de pan


3 donuts 50 patatas fritas
450 ml de bebida refrescante 1,5 patatas cocidas
790 ml de bebida isotónica 1 1/3 tazas de arroz hervido
85 g de chocolate con leche (tableta) 1,5 tazas de pasta hervida
2 manzanas grandes 2 porciones de pizza
2 plátanos 2 bagles
425 ml de zumo de naranja 2 gofres
1/6 de pastel de merengue de limón 2,5 tazas de copos de maíz
Documento4 16/2/05 18:03 Página 633

ASPECTOS NUTRICIONALES EN LA MUJER


633

Cuando el fútbol se practica en ambientes calurosos, siempre debe contarse


con el riesgo de deshidratación y golpe del calor. Elias y sus colaboradores
(1991) hicieron un seguimiento del Torneo de Fútbol Juvenil de Estados Unidos
en julio de 1988, cuando las temperaturas se acercaron a los 38 ºC y la humedad
rebasó el 80%. Se produjeron 34 casos de agotamiento por calor, distribuidos en
cifras similares entre los participantes masculinos y femeninos. En el torneo
tomaron parte el doble de participantes masculinos que de femeninos, lo que sig-
nifica que las jugadoras tenían el doble de probabilidades de sufrir agotamiento
por calor. Tras el segundo día de competición, los tiempos de los partidos se acor-
taron, y, con el fin de permitir una mayor ingestión de fluidos, se prolongaron las
pausas. El número de casos de agotamiento por calor disminuyó después del
segundo día, hecho que sugiere que las modificaciones introducidas en el juego
lograron reducir la incidencia del golpe de calor.
Los jugadores de fútbol deberían consumir entre 300-500 ml de líquidos de
15 a 30 minutos antes del entrenamiento y la competición. Durante el entre-
namiento, las atletas deberían consumir entre 150 y 250 ml de líquidos cada
15-20 minutos. Durante la competición, el volumen y la composición de los
líquidos consumidos durante el descanso dependerán de los requerimientos y las
preferencias de cada uno de los individuos. Cuando el calor sea elevado, los lí-
quidos deberían estar al alcance de los jugadores a ambos lados del terreno de
juego, y éstos deberían poder beber en los momentos en que el juego esté dete-
nido. Después del entrenamiento y la competición, los atletas deben beber sufi-
ciente cantidad de líquido para reponer las pérdidas a través de la sudoración.
Después del ejercicio, el consumo de líquidos y alimentos que contengan hidra-
tos de carbono y electrólitos estimulará el proceso de recuperación.

CALCIO
El calcio es de gran importancia durante el crecimiento, ya que es un elemen-
to clave en la formación del hueso (el 99% del calcio corporal está almacenado
en los huesos). Las bajas ingestiones de calcio pueden conducir a una reducción
de la masa ósea máxima, que se alcanza alrededor de los 30 años. Un aporte insu-
ficiente de calcio también puede incrementar el riesgo de sufrir fracturas por
sobrecarga. Los estudios muestran que los atletas adultos jóvenes (hombres y
mujeres) afectados de fracturas por sobrecarga en las extremidades inferiores
tenían densidades óseas minerales inferiores a las de los atletas no afectados de
fracturas por sobrecarga. Comparados con los atletas que no habían sufrido frac-
turas por sobrecarga, los atletas lesionados tenían unos aportes de calcio signifi-
cativamente menores.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 634

634 MEDICINA DEL FÚTBOL

Cantidad
diaria
recomendada

No atletas
Hockey sobre hierba

Voleibol

Baloncesto

Lacrosse

Estado de
Ohio

Wake
Forest

Calcio (mg/día)

Figura 42-3. Ingesta diaria de calcio en atletas femeninas participantes en deportes de equipo
y la cantidad diaria recomendada, edades de 11 a 24 años. (Adaptado de: Nutre J. Seasonal
changes in female athletes diets. Int J Sports Nutr 1991;1:395-407. Risser WL, Lee EJ,
LeBlanc A, y cols. Bone density in eumenorrheic female college athletes. Med Sci Sports Exer
1990;22:570-574. Short WR. Four year study of university athlete’s dietary intake. J Am Diet
Assoc 1983;82:632-645. Tilgner SA, Schiller MR. Dietary intake of female collegiate athle-
tes: the need for nutrition education. J Amer Diet Asocc 1989;89:967-969).

La cantidad diaria recomendada de calcio, para hombres y mujeres de edades


comprendidas entre los 11 y los 24 años, es de 1.200 mg/día. Las atletas univer-
sitarias participantes en deportes de equipo informan sobre unas ingestas medias
de calcio entre 744 y 830 mg/día, lo que constituye un 62%-69% de la cantidad
diaria recomendada (fig. 42-3). Una de las razonas por las que muchas mujeres
jóvenes tienen bajos aportes de calcio es la restricción de su ingesta calórica,
acompañada de la restricción o eliminación de sus dietas de ciertos productos
lácticos. Los productos lácticos se cuentan entre las mejores fuentes de calcio.
Otras fuentes de calcio incluyen la mayoría de vegetales de hojas verdes (por
ejemplo, el brécol), las sardinas y el salmón (con espinas), los gofres, las tortitas
hechas con leche y los alimentos reforzados con calcio (por ejemplo, el zumo de
naranja).
Documento4 16/2/05 18:03 Página 635

ASPECTOS NUTRICIONALES EN LA MUJER


635

HIERRO
El hierro se encuentra primordialmente en la hemoglobina, que transporta la
mayoría del oxígeno de la sangre. Un aporte inadecuado de hierro durante un
prolongado período de tiempo puede disminuir las reservas y reducir los nive-
les de hemoglobina. La cantidad diaria recomendada de hierro para las mujeres
de edad comprendida entre 11 y 50 años es de 15 mg/día. Debido a la pérdida de
hierro que tiene lugar durante la menstruación, la cantidad diaria recomendada
de hierro es superior en las mujeres entre la menarquía y la menopausia. Muchas
mujeres adolescentes y adultas siguen dietas bajas en hierro a causa de las res-
tricciones en su ingestión de carne. La carne, el pescado, y las aves son las fuen-
tes más ricas de hierro. Los estudios sobre deportistas femeninas participantes
en deportes de equipo informan de unas ingestas de hierro procedentes de los
alimentos de entre 9,4 y 14,0 mg por día (fig. 42-4). No obstante, el equipo de
hockey sobre hierba Dutch National tuvo una ingesta media de hierro de 11,5
mg por día. Dado que sus integrantes femeninas tomaban suplementos de hie-
rro, su ingestión diaria total excedía los 50 mg/día.
Muchas atletas femeninas tenían bajas reservas de hierro. El mejor indicador
de unos niveles reducidos de hierro es la presencia de un bajo nivel de ferritina
(< 12 mg/l). Los bajos niveles de hierro pueden deberse a un aporte inadecuado de
hierro o a un aumento de la pérdida de hierro a través de la menstruación, la pér-
dida de sangre gastrointestinal o la sudoración. La disminución de los depósitos de
hierro puede producirse a lo largo de una temporada de entrenamiento y competi-
ción. En un equipo universitario de hockey sobre hierba observado durante tres
temporadas, se produjeron disminuciones en el nivel de ferritina durante las tem-
poradas segunda y tercera. La ingesta media de hierro en las jugadoras de hockey
durante estas dos temporadas fue de 10,1 y 13,9 mg/día. Por contraste, las jugado-
ras de hockey sobre hierba y de fútbol con aportes de hierro de 16 mg/día incre-
mentaron su nivel de hemoglobina a lo largo de la temporada de competición.
Cuando las atletas tienen niveles bajos de ferritina durante los entrenamien-
tos, la ingesta de suplementos de hierro aumentará las reservas ferruginosas. En
el caso de las mujeres, el consumo de suplementos durante ocho semanas incre-
menta significativamente los niveles de ferritina, lo que a su vez aumenta el
transporte máximo de oxígeno en sangre y reduce el lactato sanguíneo después
del tratamiento. Si un atleta sufre anemia, la ingestión de suplementos de hierro
mejorará su rendimiento. El estado de los depósitos de hierro de la atleta feme-
nina debería evaluarse como una parte más del examen físico anual. En el caso
de la atleta con bajos niveles de hierro o anemia, debería recomendársele la
ingesta de suplementos de hierro.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 636

636 MEDICINA DEL FÚTBOL

Hockey sobre hier-


ba & Fútbol

Cantidad
diaria
recomendada

Lacrosse
Hockey sobre hierba

Dutch National

Estado de Ohio

Estado de
Plymouth

Wake Forest

Hierro alimentario (mg/día)

Figura 42-4. Ingesta diaria de hierro en atletas femeninas participantes en un deporte de


equipo y cantidad diaria recomendada para las mujeres de edades comprendidas entre 11 y
50 años. (Adaptado de: Diehl DM, Lohman TG, Smith SC, y cols. Effects of physical trai-
ning and competition on the iron status of female field hockey players. Int J Sports Med
1986;7:264-270. Douglas PD. Effect of a season of competition and training on hematolo-
gical status of women field hockey and soccer players. J Sports Med and Phys Fitness
1989;29:179-183. Nutter J. Seasonal changes in female athletes diets. Int J Sports Med
1991;1:395-407. Short SA, Short WR. Four year study of university athletes dietary intake.
J Amer Diet Assoc 1983;82:632-645. Tilgner SA, Schiller MR. Dietary intake of female
collegiate athletes: the need for nutrition education. J Am Diet Assoc 1989;89:967-969. van
Erp-Bart AMJ, Saris WHM, Binkhorst RA, y cols. Nationwide survey on nutritional habits
in elite athletes. Part I. Energy, carbohydrate, protein, and fat intake. Int J Sports Med
1989;10:S3-S10.)

DESÓRDENES ALIMENTARIOS

Algunas atletas desarrollan trastornos alimentarios, como la anorexia o la


bulimia nerviosa. Los estudios muestran que los trastornos alimentarios (anore-
xia nerviosa, bulimia y anorexia atlética) se producen con mayor frecuencia en
los deportes que dependen de la estética y del peso, seguidos de los deportes
de resistencia. La frecuencia de los trastornos alimentarios en deportes de juego
Documento4 16/2/05 18:03 Página 637

ASPECTOS NUTRICIONALES EN LA MUJER


637

de pelota (en los que se incluye el fútbol) es del 11%, una cantidad que no difie-
re de manera significativa del porcentaje de la población no atlética. El tipo de
control de peso patogénico practicado con mayor frecuencia por los atletas dedi-
cados a deportes de juego de pelota se produce mediante el vómito, el ayuno, los
atracones y el exceso de ejercicio.
Las atletas con trastornos alimentarios suelen comer una cantidad de ciertos
nutrientes inferior a la adecuada, en especial de hidratos de carbono, calcio y
hierro. Las atletas diagnosticadas con anorexia nerviosa y anorexia atlética tie-
nen un aporte energético inferior al requerido para las mujeres con un elevado
nivel de actividad. Aunque la ingesta de nutrientes parece adecuada para la
mayoría de las atletas dedicadas a los juegos de pelota, la práctica del vómito por
parte de las atletas bulímicas reduce la cantidad de nutrientes absorbidos.
Los trastornos alimentarios son una parte de la tríada de trastornos que tam-
bién incluyen la amenorrea y la osteoporosis, y que ha sido llamada la tríada de
la mujer atleta. En dichas mujeres, los trastornos alimentarios pueden conducir a
problemas menstruales y amenorrea. Aproximadamente dos de cada 3 atletas
femeninas con trastornos alimentarios sufren irregularidades menstruales o ame-
norrea. Tanto los problemas menstruales como la amenorrea pueden conducir a
reducciones de la densidad mineral ósea y a una prematura osteoporosis.
Comparadas con las atletas eumenorreicas, cuyos niveles suelen variar cíclica-
mente, las atletas amenorreicas suelen tener una menor densidad mineral ósea en
las vértebras lumbares y en el fémur que sus homólogas. Drinkwater y sus cola-
boradores (1984) observaron que la densidad mineral ósea de la zona lumbar de
las atletas amenorreicas (26 años) era similar a la de las mujeres posmenopáusi-
cas. La baja densidad ósea en las atletas amenorreicas puede aumentar el riesgo
de fracturas por sobrecarga.
Los trastornos alimentarios que no reciben tratamiento pueden causar la muer-
te debido a problemas cardíacos, desequilibrios electrolíticos u otras problemas
relacionados con la malnutrición. Deberían realizarse esfuerzos para identificar a
los atletas aquejados de trastornos alimentarios. El tratamiento debería incluir
intervenciones médicas y nutricionales, así como asesoramiento psicológico.

RESUMEN
Aunque disponemos de poca información relativa a los aportes nutricionales
de las jugadoras de fútbol, otras jugadores de deportes de equipo consumen die-
tas bajas en hidratos de carbono, calcio y hierro. Las bajas ingestas de hidratos
de carbono reducen los depósitos musculares de glucógeno, que pueden afectar
negativamente el rendimiento en el fútbol. La dieta recomendada de entrena-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 638

638 MEDICINA DEL FÚTBOL

miento para las jugadoras debería contener el 55-65% de las calorías en forma de
hidratos de carbono, el 25-30% de grasa y el 10-15% de proteínas. La inclusión
en la dieta de productos frescos, carne, pescado y aves asegurará los adecuados
aportes de calcio y hierro. Un método para asegurar la adecuada ingesta de
nutrientes es seguir la Guía de Alimentos Pirámide en el momento de seleccio-
nar los alimentos. El atleta debería comer alimentos variados del grupo del pan,
los cereales, el arroz y la pasta (6-11 raciones), de los vegetales (3-5 raciones) y
la fruta (2-4 raciones), ya que se trata de magníficas fuentes de hidratos de car-
bono. Los alimentos lácticos, como la leche, el yogur y el queso (2-3 raciones),
son las mejores fuentes de calcio, mientras que los alimentos del grupo de las
carnes, las aves y el pescado (2-3 raciones) son las mejores fuentes de hierro.

LECTURAS RECOMENDADAS

Bangsbo J. The physiology of soccer –with special reference to intense intermit-


tent exercise. Acta Physiologica Scandinavica 1994;619:1-155.
Davis JA, Brewer J. Applied physiology of female soccer players. Sports Med
1993;16:180-189.
Drinkwater BL, Nilson K, Chestnut CH III, y cols. Bone mineral content of ame-
norrheic and eumenorrheic athletes. New England J Med 1984;311:277-281.
Ekblom B. Applied physiology of soccer. Sports Med 1986;3:50-60.
Elias SR, Roberts WB, Thorson DC. Team sports in hot weather: guidelines for
modifying youth soccer. Phys Sportsmed 1991;19:67-80.
Haymes EM. Dietary iron needs in exercising women: a rational plan to follow
in evaluating iron status. Medicine, Exercise, Nutrition and Health
1993;2:203-212.
Saltin B. Metabolic fundamentals in exercise. Med Sci Sports 1973;5:137-146.
Short SH, Short WR. Four-year study of university athletes’ dietary intake.
Journal of the American Dietetic Association 1983;82:632-645.
Sundgot-Borgen J. Nutrient intake of female elite athletes suffering from eating
disorders. Int J Sport Nutrition 1993;3:431-442.
van Erp-Bart AMJ, Saris WHM, Binkhorst RA, y cols. Nationwide survey on
nutritional habits in elite athletes. Part I. Energy, carbohydrate, protein, and
fat intake. Int J Sports Med 1989;10:S3-S10.
Yeager KK; Agostini R, Nattiv A, y cols. The female athlete triad: disordered
eating, amenorrhea, osteoporosis. Medicine and Science in Sports and
Exercise 1993;25:775-777.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 639

VIII
ASPECTOS
SOCIOLÓGICOS
Y PSICOLÓGICOS
Documento4 16/2/05 18:03 Página 640
Documento4 16/2/05 18:03 Página 641

43 CUESTIONES
DE PSICOLOGÍA
DEPORTIVA EN EL
FÚTBOL JUVENIL
Robert A. Swoap

El fútbol es un deporte muy popular entre los niños de todo el mundo. En los
Estados Unidos, varios millones de niños participan en programas de fútbol orga-
nizados. El fútbol permite a los niños experimentar diversas experiencias. La
participación de los niños en el fútbol no es inherentemente beneficiosa o perju-
dicial, pues depende de un gran número de factores, incluyendo el modo en que
se estructura y se supervisa su participación.
En este capítulo se informará sobre la naturaleza y la cualidad de la experien-
cia constituida por el fútbol juvenil a partir del examen de las tres áreas más
importantes de la psicología deportiva del fútbol juvenil: la motivación para la
participación, el estrés causado por la competición y el entrenamiento.

MOTIVACIÓN PARA LA PARTICIPACIÓN


Por qué los niños juegan a fútbol

La participación en el fútbol juvenil, y en los deportes juveniles en general,


puede ser beneficiosa. Los beneficios físicos incluyen el desarrollo de la coordi-
nación, el incremento de la fuerza y la resistencia muscular y la adquisición de
habilidades específicamente deportivas. Los beneficios psicosociales incluyen el
desarrollo de la capacidad de liderazgo, del espíritu cooperativo y de la deporti-
vidad, el hecho de entablar amistades, y la diversión y el fortalecimiento de la
confianza en uno mismo, de la autodisciplina y de la perseverancia.
Para conocer los motivos por los que los jóvenes se implican en la práctica
deportiva, los investigadores han preguntado a los niños acerca de sus motivos
para jugar. Las razones mencionadas con mayor frecuencia son la diversión, el
estar con los amigos o la posibilidad de poder hacer nuevas amistades, el apren-
dizaje y desarrollo de habilidades, el éxito o el triunfo y la excitación propia de
Documento4 16/2/05 18:03 Página 642

642 MEDICINA DEL FÚTBOL

la competición. Los niños suelen hacer referencia a más de una razón para justi-
ficar su participación. Aunque no existen diferencias genéricas claras en los
motivos que impulsan a la práctica deportiva, las chicas suelen considerar la
diversión y las relaciones como motivos más importantes que los niños.
Las influencias de la socialización son un aspecto integral de la participación
deportiva de los jóvenes. En el deporte, la socialización es “el conjunto de
influencias sociales y psicológicas que dan como resultado la atracción inicial de
un individuo por el deporte.” La influencia de los compañeros, hermanos y
padres es decisiva en la iniciación de un niño al fútbol. Los factores sociales
y comunitarios también desempeñan un importante papel en la motivación de la
participación (de ahí la esperanza de que el Equipo Nacional de Estados Unidos
participante en la Copa del Mundo de 1994 aumente el interés y la participación
de los americanos en el fútbol). Por consiguiente, las influencias de la socializa-
ción deben ser integradas en la investigación sobre los motivos de la participa-
ción en la práctica deportiva.
Si se pretende examinar los motivos que impulsan a los niños a participar en
el fútbol, es necesario comprender sus estadios de desarrollo y sus necesidades.
La investigación en este terreno destaca la necesidad de los niños de demostrar
su competencia, habilidad y capacidad para alcanzar metas en los deportes. El
fútbol juvenil proporciona a los niños un fértil campo de pruebas para descubrir
sus habilidades, compararlas con las de sus compañeros y ser conscientes de su
capacidad. No obstante, algunos niños pueden tener dificultades tanto para de-

Tabla 43-1.

Orientación competitiva entre los jóvenes


participantes del fútbol

Hombres (N = 1236) Mujeres (N = 1096)

Rendimiento personal 51,0% 48,3%


Juego limpio 24,4 37,6
Orientación ganadora 13,5 4,6
Participación total 11,0 9,4
100,0% 100’0%

(Adaptado de: McElroy, Kinkendall, 1980.)


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CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


643

sarrollar esa conciencia de las propias habilidades como para ser conscientes de
los logros obtenidos en el terreno de juego.
Para ayudar a los niños en sus intentos por incrementar su habilidad y por
alcanzar metas deportivas, el fútbol juvenil debería concentrarse en el desarrollo
de las habilidades más que en la competición. Con frecuencia, los deportes com-
petitivos prestan más atención al resultado que al proceso necesario para desarro-
llar las habilidades y llegar a la maestría. Por ejemplo, es probable que los entre-
nadores cuya principal preocupación sea llegar a las finales no dejen jugar a
todos sus jugadores, limitando de ese modo el desarrollo de sus habilidades. Las
situaciones altamente competitivas hacen difícil el desarrollo de la habilidad de
los niños y la diversión en el juego. Para los niños es difícil jugar e incrementar
su nivel si llegan a estar tan preocupados por el resultado que temen cometer
algún error.
Los niños parecen estar más interesados por el desarrollo de sus habilidades
y su mejora personal que por el triunfo. Por ejemplo, para establecer la orienta-
ción competitiva de más de 2.000 participantes en el Programa Nacional de
Deporte Juvenil (con una edad media de 12 años), se preguntó a dichos partici-
pantes qué era lo más importante a la hora de jugar un partido. Los jugadores dis-
ponían de las siguientes opciones: a) derrotar a tu oponente o al equipo contra-
rio; b) jugar tan bien como puedas (tanto desde el punto de vista de la capacidad
como del rendimiento personal); c) jugar limpio, respetando las reglas en todo
momento (juego limpio), y d) que jugaran todos los jugadores del equipo (parti-
cipación total).
Como se desprende con claridad de la tabla 43-1, los encuestados considera-
ron el rendimiento personal como el aspecto más importante del deporte.
Los niños también deben pasar por el proceso de maduración neurosesorial
que les permita comprender, identificar y hacer frente a las demandas del deporte
(por ejemplo, a la velocidad y la trayectoria de un balón en el aire), y responder
de una manera que maximice las oportunidades de éxito. Si el niño no ha alcan-
zado el suficiente nivel de desarrollo cognitivo para entender y seguir las directri-
ces del juego, como un saque de corner, entonces el niño tendrá menos probabili-
dades de experimentar sentimientos competitivos y de consecución de metas. Se
ha demostrado que la adición de elementos cognitivamente exigentes durante un
regate causa una significativa disminución en el rendimiento, en especial en los
jugadores principiantes. La falta de éxito deportivo puede estar asociada con pro-
blemas de autoestima y confianza en uno mismo, con un estrés excesivo y un
eventual deseo de abandonar el juego. Como consecuencia, las decisiones relati-
vas al hecho de si un niño está o no preparado para implicarse en la práctica del
fútbol, así como las decisiones referentes a las modificaciones que deben ser intro-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 644

644 MEDICINA DEL FÚTBOL

ducidas en el juego (por ejemplo, un tamaño inferior del campo o una medida ade-
cuada para la portería) deberán ser meditadas cuidadosamente.

Por qué los niños abandonan

La participación en los deportes juveniles, incluyendo el fútbol, se incrementa


típicamente hasta los 12 o 13 años, y luego disminuye con rapidez. Diversos estu-
dios sitúan el porcentaje de abandonos entre el 25% y el 80%. En un seguimien-
to realizado sobre aproximadamente 3.000 jugadores con edades comprendidas
entre 10 y 18 años, el 57% de los hombres y el 41% de las mujeres habían deja-
do de jugar o habían abandonado el juego al año siguiente (tabla 43-2).
En el momento de indagar sobre el abandono de los deportes, los investiga-
dores suelen partir de un enfoque descriptivo y retrospectivo. Preguntan a los
niños que han abandonado la práctica deportiva acerca de sus motivos para dejar
dicha práctica. Por ejemplo, en los abandonos de chicos con edades comprendi-
das entre 10 y 15 años, el 33% de los encuestados atribuyó su renuncia a un énfa-
sis excesivo en la competición combinado con un entrenamiento negativo (esto
es, críticas frecuentes). Las típicas razones que arguyen los niños para justificar
su abandono incluyen tener otras cosas que hacer (problemas con el tiempo y con
las actividades realizadas), falta de éxito o de mejora de las habilidades deporti-
vas (“no era lo suficientemente bueno”), falta de diversión (“los entrenamientos
eran aburridos”), estrés derivado de la competición (“el entrenador me gritaba
cuando cometía un error”), falta de tiempo de juego, excesivo énfasis en el triun-
fo y lesiones.
Los conflictos con otras actividades son comúnmente citados como los prin-
cipales motivos para el abandono de la participación en actividades deportivas.

Tabla 43-2.

Razones por las que los niños abandonan los deportes

• Un énfasis excesivo en la competición y el rendimiento


• Dureza de la preparación física
• Presión de los padres para que participen
• Sensación de fracaso
• Entrenadores excesivamente severos
• Actitud negativa por parte de sus compañeros
Documento4 16/2/05 18:03 Página 645

CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


645

En el caso de niños que están obteniendo buenos resultados en el deporte, que


desarrollan sus habilidades y que se divierten, estos conflictos suelen producirse
con menos frecuencia. Los niños que aluden a otros intereses como justificación
de su abandono pueden haber descubierto los aspectos negativos de su participa-
ción, haber experimentado un cambio natural de intereses y, como consecuencia,
han renunciado a seguir jugando a fútbol. Además, es preciso tener en cuenta que
un importante número de abandonos se producen porque los niños juzgan que la
participación en el fútbol es desagradable.
Otro importante factor a tener en cuenta en el momento de examinar la parti-
cipación en el fútbol es la tendencia de atribución del niño. ¿Cómo justifica el
joven jugador de fútbol sus éxitos y sus fracasos? Como se muestra en la tabla
43-3, los niños que disfrutan y continúan con la práctica del fútbol pueden tener
tendencias atributivas distintas a las de aquellos que abandonan el deporte.
Tras haber logrado el éxito, los niños que atribuyen sus resultados positivos a
factores internos, como un gran esfuerzo y una elevada capacidad, experimentan
sentimientos respecto a su propia capacidad y a la consecución de los objetivos,
y, en consecuencia, es probable que continúen su participación. Los niños que
atribuyen sus resultados a factores externos e inestables, como la suerte o un par-
tido fácil, tienen más probabilidades de abandonar el juego. Sin embargo, cuan-
do los niños tienen la sensación de haber fracasado, se produce el fenómeno con-
trario. Con frecuencia, el participante veterano atribuye los resultados negativos
a factores inestables, como la dificultad de la tarea (es decir, la superioridad del

Tabla 43-3.

Atribuciones de los resultados: participantes activos


frente a participantes que abandonan

Resultado Participante activo Abandono

Éxito Capacidad elevada Suerte


Esfuerzo elevado Partido fácil
Interno Inestable, externo
Fracaso Escaso esfuerzo Escasa capacidad
Elevada dificultad de la tarea Interno, estable
Inestable “Soy un jugador pésimo”
“Nunca mejoraré”
Documento4 16/2/05 18:03 Página 646

646 MEDICINA DEL FÚTBOL

oponente), o la escasez del propio esfuerzo, más que a su bajo nivel de habilidad.
Por otra parte, el jugador que desea abandonar puede ver en el fracaso la confir-
mación esperada, y atribuir los resultados negativos a factores internos y estables
(es decir, “soy un jugador pésimo”, “nunca mejoraré”). Aunque esta tendencia
atributiva está apoyada por la investigación psicológica tradicional y por la
investigación en psicología deportiva, la relación de estas diferencias en las ten-
dencias atributivas con la participación de los jóvenes futbolistas requiere inves-
tigaciones empíricas.

ESTIMULAR Y MANTENER LA PARTICIPACIÓN


Desde el momento en que los niños experimentan sensaciones respecto a la
propia habilidad y a la consecución de metas, los entrenamientos deberían esti-
mular el desarrollo de las habilidades y el aprendizaje. Para que la motivación y
el nivel de participación se mantengan altos, la mejora de las habilidades debe
extenderse a todos los niños del equipo, y no sólo a los mejores. Asimismo, es
preciso que las prácticas estructuradas sean divertidas. Dado que uno de los moti-
vos principales de los niños para participar en los deportes es la diversión, las
habilidades se desarrollan mejor por medio de programas y ejercicios realizados
en una atmósfera excitante y divertida. La creatividad en los entrenamientos es
una cualidad fundamental. Otro factor a promover es el apoyo social a los miem-
bros del equipo. Como muchos chicos juegan a fútbol para poder estar con sus
amigos, debería permitirse un tiempo de interacción social. La realización de
pausas estratégicas durante los entrenamientos, tomarse una pizza juntos después

Tabla 43-4.

Indicios de estrés competitivo

• Jugar sistemáticamente mejor en los entrenamientos que en los partidos


• Tener problemas para conciliar el sueño la noche antes de la competición
• Proferir frases negativas respecto a uno mismo (como, “No soy un buen
jugador”)
• Tener poca confianza en uno mismo
• Experimentar molestias gastrointestinales (“nervios en el estómago”)
• Sufrir ostensibles cambios de personalidad antes de un partido (p. ej.,
volverse tímido e introvertido)
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CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


647

de un partido y la estimulación del apoyo mutuo entre los miembros del equipo
son estrategias que mejorarán los aspectos positivos de la participación.
Asimismo, los niños deben jugar en los partidos. Muchas ligas de fútbol tienen
una regla que obliga a que los niños jueguen el 50% o más de cada partido.
Muchos niños permanecen motivados si toman parte en los encuentros, en lugar
de estar sentados en el banquillo.
Siempre que sea posible, deberían tomarse decisiones en equipo. Dar a los
jugadores la oportunidad de tomar decisiones (a saber, respecto a su posición o a
la estrategia a seguir) que influyan sobre su participación puede aumentar la
capacidad de autodeterminación del jugador. Asimismo, los adultos no deberían
ejercer presión sobre un niño para que participe en el juego. Los niños pueden
decidir mejor que nadie si desean jugar y cuándo.

ESTRÉS COMPETITIVO

Además de proporcionar diversión y desarrollar las habilidades y las aptitu-


des sociales, los deportes juveniles pueden brindar a los niños las oportunidades
para hacer frente a los desafíos de la competición. Hacer frente a estos desafíos
no es en gran medida un problema psicológico, ya que muchos niños muestran
un mínimo estrés pre y poscompetitivo. Desafortunadamente, un número signi-
ficativo de niños están expuestos a las elevadas presiones de una situación com-
petitiva plenamente orientada hacia la victoria antes de que estén preparados para
ello desde el punto de vista de su desarrollo. En estos casos, los niños pueden ver
la competición como algo estresante, amenazador, algo que suscita en ellos
ansiedad y aversión antes que un sentimiento de excitación o desafío.
La experiencia del estrés competitivo es el resultado de una combinación de
factores ambientales (esto es, modelos deportivos orientados hacia la victoria,
presión de los padres, entrenadores excesivamente severos) y factores individua-
les (a saber, la conciencia de las propias habilidades, experiencias pasadas y baja
autoestima). Para ilustrar esta naturaleza interactiva del estrés competitivo, es
útil examinar el proceso en cuatro etapas.

Etapas del estrés competitivo

La figura 43-1 muestra el modelo de las cuatro etapas del estrés competitivo
que experimentan los atletas. La primera etapa representa el contexto en que
compite el niño, esto es, los factores situacionales (es decir, la situación del par-
tido, los contrincantes, las demandas de los padres, la importancia del encuen-
tro). Los mayores niveles de ansiedad competitiva se producen en condiciones
Documento4 16/2/05 18:03 Página 648

648 MEDICINA DEL FÚTBOL

competitivas (comparadas con las condiciones de los entrenamientos) y en los


momentos críticos del encuentro (comparados con los momentos no críticos).
Por ejemplo, un partido entre los miembros del equipo causará menos estrés que
una final.

Situación futbolística competitiva


Etapa 1 (demanda)

Percepción del niño/visión de la


situación competitiva
(percepción e intensidad de la
Etapa 2 amenaza, desequilibrio entre las
demandas competitivas y la capacidad para
hacerles frente)
(importancia para el niño de demostrar su
competencia)

Respuesta fisiológica y emocional


Etapa 3 (esto es, incremento de la frecuencia cardíaca,
“nervios en el estómago”, miedo, deseo de no
tomar parte en la competición)

Etapa 4 Comportamiento, rendimiento y resultado

Figura 43-1. Un modelo del estrés competitivo en el fútbol juvenil. (Adaptado de McGrath,
1970.)
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CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


649

La etapa 2 hace referencia a la percepción de la situación competitiva por


parte del niño. El modo en que los niños perciban su capacidad para hacer fren-
te a las demandas de la situación competitiva determinará en gran medida tanto
su comportamiento como sus respuestas psicológicas y emocionales. Los niños
que crean que las exigencias de la situación son desmesuradas en relación con
sus habilidades pueden percibir la situación como amenazante. Si los niños per-
ciben las situaciones competitivas como amenazantes y responden a ellas con un
incremento de la ansiedad, se dice que sufren ansiedad competitiva. En otras
palabras, cuando la competición es vista como una amenaza en relación con cier-
tos objetivos importantes (a saber, aptitudes, autoestima), la competición consti-
tuirá, con toda probabilidad, una experiencia negativa. Por ejemplo, cuando se
comparan los futbolistas masculinos (con edades entre 9 y 15 años) con un alto
grado de ansiedad competitiva con los jugadores con un menor nivel de ansie-
dad, los jugadores con un rasgo de ansiedad más acusado vieron más amenaza-
das sus aptitudes y su capacidad para lograr sus metas competitivas.
La etapa 3 se refiere a la respuesta emocional y psicológica a la estimación
cognitiva o percepción de la competición. Cuando se ha percibido la amenaza,
entonces el cuerpo y la mente reaccionan de maneras previsibles: incremento de
la frecuencia cardíaca, tensión muscular, cambios en la conductividad de la piel
(sudor en las palmas de las manos), síntomas gastrointestinales (nervios en el
estómago), dilatación de la pupila, ansiedad o temor. Un niño que percibe esta
situación como un desafío en lugar de una amenaza también puede experimentar
cambios psicológicos, pero en este caso se tratará de sentimientos de excitación
en lugar de sentimientos de temor.
La etapa 4 alude a los resultados del comportamiento en la competición. Los
niños que se vean negativamente afectados por la ansiedad competitiva pueden
tener un rendimiento pobre durante algunas temporadas. Desde un punto de vista
biomecánico, su motricidad puede verse aquejada de cierta rigidez. En condicio-
nes competitivas, en las que el rendimiento del jugador está siendo sometido a
juicio, los mecanismos del tobillo que regulan el paso de los niños pueden fun-
cionar de manera menos suave y eficaz. Lo más probable es que esto se deba a
la ansiedad asociada con la amenaza potencial que supone ser evaluado durante
la competición.
El rendimiento en condiciones de estrés también puede verse afectado por
una escasa capacidad para tomar decisiones, por la disminución de la percepción
y de la atención y, asimismo, por el olvido parcial de los conocimientos aprendi-
dos. La última explicación resulta especialmente pertinente en el caso del chico
que ha adquirido las habilidades necesarias para la práctica del fútbol en fecha
muy reciente. A medida que los niños experimentan un incremento de los nive-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 650

650 MEDICINA DEL FÚTBOL

les de estrés, se resienten tanto su retentiva como su capacidad para poner en


práctica sus habilidades. Cuando la competición da comienzo, la valoración cog-
noscitiva de la misma se realiza a partir de la retroproyección de ciertos aspectos
del comportamiento de los niños (etapa 2), hecho que puede provocar un poste-
rior incremento de la ansiedad. Por ejemplo, si los niños no están jugando bien
durante un partido, pueden sentir una ansiedad mayor, sentirse más amenazados
y seguir cometiendo errores. Esto puede desembocar en un círculo vicioso com-
puesto de una espiral de estrés, bajo rendimiento y disminución de los sentimien-
tos de competencia y diversión.

Antecedentes del estrés competitivo

La experiencia del estrés competitivo está asociada con varios factores inde-
pendientes, que incluyen los factores propios del niño, las interacciones entre el
niño y sus padres y los estilos de entrenamiento. El entrenamiento será examina-
do en la sección siguiente.

Factores propios del niño


El grado en que los niños sufren estrés competitivo puede venir determinado
por un mínimo de cuatro factores.

Percepción de la propia habilidad


Como demuestra el modelo del estrés competitivo (fig. 43-1), cuando un niño
se da cuenta de que su habilidad es inferior a las demandas de la situación, enton-
ces se produce un incremento de la probabilidad de experimentar estrés compe-
titivo. Un bajo nivel de habilidad está asociado con elevados niveles de ansiedad
competitiva.

Expectativas de éxito
Los niños que experimentan un exceso de ansiedad competitiva suelen tener
la sensación de poseer unas aptitudes físicas tan buenas como los jugadores
menos ansiosos. La principal diferencia es que afirman tener menores expectati-
vas de lograr el éxito.

Expectativas de evaluación negativa


Además de evaluarse a sí mismos, los niños buscan la aprobación y la eva-
luación procedente de fuentes externas, como sus compañeros, hermanos,
padres y entrenadores. Los niños que esperan recibir evaluaciones negativas de
las personas –ya se trate de personas significativas o no significativas–, tienden
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CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


651

a sufrir mayores niveles de ansiedad competitiva. La situación se convierte


entonces en una amenaza para la competencia y para la autoestima (a saber, “Me
preocupa decepcionar a mis padres o a mi entrenador”, “Me preocupa qué pen-
sarán o dirán mis compañeros de equipo”), en lugar de constituir un reto y una
diversión. Cuando cometen un error, los atletas jóvenes suelen mirar a las gra-
das en busca de los padres. Por lo general, la expectativa de evaluaciones nega-
tivas puede ser confirmada mediante signos verbales o no verbales de desacuer-
do o desaprobación.

Expectativas negativas desde el punto de vista afectivo


Los niños que experimentan altos niveles de ansiedad competitiva esperan
que los resultados de una mala actuación tengan peores consecuencias desde el
punto de vista emocional que los niños con una menor ansiedad competitiva. Por
ejemplo, los sentimientos de vergüenza y preocupación son los más frecuentes
entre los niños con una elevada ansiedad competitiva que han tenido una mala
actuación. Es muy probable que los niños que esperan tener una mala actuación
(con independencia de su habilidad), que esperan ser criticados y sentirse mal
tras una competición vean la situación competitiva como algo amenazante,
adverso y estresante.

Factor paternal
Los padres juegan un papel importante en la creación y el mantenimiento de
un ambiente deportivo positivo. Los padres suelen disfrutar con la participación
de su hijo en los deportes, y son vitales en la colaboración, el entrenamiento y el
apoyo al programa. Desafortunadamente, la implicación de los padres puede ser
una fuente de estrés para los futbolistas jóvenes. Muchos padres excesivamente
implicados se convierten en una distracción cuando discuten con el árbitro o gri-
tan a sus hijos. En ciertos casos, los niños y los entrenadores pueden verse obli-
gados a pactar con padres que se muestren desinteresados, hipercríticos, excesi-
vamente protectores, que tengan la costumbre de gritar desde las gradas o se
comporten como si fueran entrenadores.
Para prevenir el estrés excesivo debido a unos padres demasiado implicados,
puede ser necesario establecer directrices sobre el modo en que los padres deben
comportarse durante los entrenamientos y los partidos. Los padres con escasos
conocimientos sobre el fútbol deberían ser animados a leer acerca de este depor-
te, a asistir a los entrenamientos en los que se enseñen las bases del juego y a
demostrar a sus hijos lo que han aprendido. Lo más importante es que los padres
reconozcan que el deporte es para los niños, y que no se practica por motivos gre-
garios.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 652

652 MEDICINA DEL FÚTBOL

Reconocimiento del estrés competitivo en los niños

Cuando los niños experimentan estrés competitivo, pueden dar muestras de


falta de diversión, de una disminución del desarrollo de sus habilidades, de una
excesiva ansiedad, quejas somáticas, lesiones y abandono. Los niños pueden
quejarse sobre el exceso de estrés competitivo de manera directa o, con mayor
frecuencia, pueden exhibir varios síntomas que revelan que están sintiendo dicho
estrés. La tabla 43-4 enumera los signos de estrés competitivo. Si estos síntomas
tienen lugar al mismo tiempo, es probable que el niño esté sufriendo un exceso
de estrés relacionado con su rendimiento.

Reducción del estrés competitivo en el fútbol juvenil

La reducción del estrés competitivo debería pasar por la aceptación de una


sana filosofía del triunfo, tanto para la liga de fútbol como para los entrenadores,
los padres y los propios niños (es decir, debería adoptarse una “filosofía del triun-
fo” para los deportes juveniles). Una filosofía del triunfo pone de manifiesto que
ganar no lo es todo. Los atletas jóvenes no podrán aprovechar todos los benefi-
cios que proporciona la práctica deportiva si creen que el único objetivo es derro-
tar a sus oponentes. La filosofía del triunfo también afirma que el fracaso no es
equivalente a la derrota, y que el éxito no es equivalente al triunfo. Los atletas
jóvenes no deberían contemplar la derrota como un signo de fracaso personal o
como una amenaza para su valía personal. Mientras que el ganar y el perder for-
man parte del resultado de una competición, no ocurre lo mismo con respecto al
éxito y el fracaso. Por el contrario, el éxito se consigue en la lucha por la victo-
ria y la excelencia. Al éxito se logra a través de un esfuerzo pleno y mediante la
mejora de las propias habilidades. Dado que una de las principales fuentes de
estrés para los niños es el miedo al fracaso, es importante que los niños sepan que
el hecho de cometer un error o perder un partido puede ser aceptado por los
entrenadores, por los padres y por sí mismos.
El establecimiento de directrices ligueras que destaquen los aspectos positi-
vos de la competición (a saber, la diversión y el desarrollo de las habilidades) y
minimicen las demandas situacionales causantes de estrés (esto es, la formación
de “equipos de las estrellas”, la mentalidad del “triunfo a cualquier precio”) tam-
bién pueden reducir el estrés competitivo. Por ejemplo, algunas ligas de depor-
tes juveniles que acentúan la diversión y el desarrollo de las habilidades no man-
tienen estadísticas referentes a los datos de la liga, ni tampoco estadísticas rela-
tivas al rendimiento individual de cada jugador. Las directrices para las interac-
ciones padres-niños-entrenadores deberían ser establecidas antes del comienzo
Documento4 16/2/05 18:03 Página 653

CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


653

de la temporada. Esta reunión entre las partes interesadas debería concentrarse en


los objetivos deportivos del niño, en los detalles del programa del fútbol, en el
papel y las relaciones del entrenador, en el cometido y la responsabilidad de los
padres y en las relaciones entre los padres y el entrenador. Hay que destacar el
respeto y la comunicación recíproca, y también se establecen las directrices para
el comportamiento de los padres en las gradas (a saber, dar muestras de deporti-
vidad, no realizar comentarios despectivos y no interferir en las labores del entre-
nador).
Asimismo, no deberían realizarse comparaciones entre los jugadores jóvenes.
Todos los niños tienen su propio nivel de habilidad, con sus puntos fuertes y sus
debilidades. Los adultos pueden ayudar a los niños a aprender y desarrollar sus
habilidades, pero deben evitar pronunciar frases poco consideradas como “Si
Susana puede hacerlo, ¿por qué tú no?”. Es importante reconocer que los niños
destacan a diferentes niveles en los deportes. Por añadidura, los atletas juveniles
de la misma edad pueden tener una diferencia de hasta 4 años en su edad bioló-
gica o en su grado de desarrollo. Por consiguiente, los miembros de un mismo
equipo pueden diferenciarse enormemente por lo que respecta a sus habilidades.
Está claro que las comparaciones entre los compañeros de equipo pueden ser
injustas y potencialmente dañinas para los niños.

ENTRENAR A FUTBOLISTAS JUVENILES


Valoración del entrenamiento

El entrenador es una figura básica en el ambiente deportivo juvenil, y es el


encargado de proporcionar instrucción técnica y una valoración retroactiva. La
mayoría de los entrenadores actúan sobre una base voluntaria. Aunque gran parte
de estos hombres y mujeres tienen motivos estimables para dedicarse a la tarea,
algunos pueden carecer del conocimiento técnico o de la capacidad comunicati-
va necesaria para convertirse en entrenadores eficientes.
El proceso de entrenamiento ha sido evaluado empleando las directrices para
entrenar y comunicarse de manera efectiva. Tanto el examen de los comporta-
mientos de liderato como los efectos de los comportamientos de los entrenado-
res en los deportes juveniles han sido examinados mediante diversas técnicas
de evaluación. Una de estas técnicas es el Sistema de Valoración del
Comportamiento del Entrenador, desarrollado por investigadores de la
Universidad de Washington. Estos investigadores empezaron observando a los
entrenadores con el fin de determinar la gama de comportamientos que tenían
lugar durante los entrenamientos y los partidos. El Sistema de Valoración del
Documento4 16/2/05 18:03 Página 654

654 MEDICINA DEL FÚTBOL

Comportamiento del Entrenador demostró ser un sistema de observación fiable


y eficaz, que desde entonces ha sido utilizado como herramienta de valoración
en diversos deportes. En dicho sistema, los observadores competentes valoran y
registran una amplia gama de comportamientos de los entrenadores, que pueden
ser clasificados en tres categorías generales: apoyo, instrucción y punición.
El apoyo incluye la felicitación tras haber dado muestras de un apreciable
comportamiento (por ejemplo, una palmada en la espalda después de una buena
actuación) y dar ánimos tras haber cometido un error puntual (es decir, animar a
un jugador que ha cometido un error).
La instrucción incluye la enseñanza técnica general relativa a las técnicas o
estrategias del partido (esto es, cómo colocarse en el lanzamiento de un corner)
y la instrucción en caso de errores puntuales (a saber, decirle de manera no ofen-
siva a un jugador que ha cometido un error el modo correcto de realizar la juga-
da).
La punición incluye el castigo o una respuesta negativa del entrenador des-
pués de una mala actuación (esto es, dando muestras de disgusto o realizando
observaciones sarcásticas después de que el jugador haya golpeado el balón de
manera incorrecta), y la instrucción técnica punitiva, que es una instrucción
impartida de manera negativa (a saber, “Cuántas veces tengo que decirte que uti-
lices las dos manos en un saque de banda”).

Los efectos de los comportamientos de los entrenado-


res en los niños

Los efectos de los comportamientos de los entrenadores en la diversión de los


niños, su autoestima y la participación han sido examinados por medio del
Sistema de Valoración del Comportamiento del Entrenador. Se ha demostrado
que los niños responden de manera más positiva a los entrenadores que destacan
el apoyo y la instrucción. Este hecho es especialmente cierto en el caso de
los niños con una baja autoestima y fuertes necesidades de autoafirmación. Los
niños con un bajo nivel de autoestima quieren jugar para entrenadores que los
apoyen y les instruyan, y no desean jugar para entrenadores que carezcan de estas
cualidades. Parece ser que, si bien el apoyo y la instrucción son importantes para
todos los niños, aquéllos con una baja autoestima son muy receptivos a la ins-
trucción, evaluación y reciprocidad (positiva y negativa). Otro dato del que se
tiene constancia es que, en los equipos con entrenadores que apoyan a sus juga-
dores, las relaciones entre compañeros de equipo son mejores. Asimismo, los
sentimientos que los jugadores albergan respecto a sus entrenadores o a sus com-
pañeros de equipo no están relacionados con el balance de victorias y derrotas.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 655

CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


655

Aunque ganar puede no ser importante para los atletas juveniles, los niños
reconocen su importancia para los adultos. En el caso de los entrenadores, esto
significa que no se trata de si uno gana o pierde, sino del modo en que uno pla-
nifica el partido. Los niños tienen la impresión de que a sus padres les gusta más
el entrenador cuando el equipo gana, y que a los entrenadores de equipos gana-
dores les gustan más los jugadores que a los entrenadores de equipos perdedores.
Los efectos de los comportamientos de los entrenadores han sido demostra-
dos en diversos deportes. Un estudio realizado con nadadores de entre 10 y
18 años evaluó las impresiones respecto a los comportamientos de los entrena-
dores y la percepción del atleta respecto a su propia habilidad y motivación. De
acuerdo con las informaciones proporcionadas por los atletas, los entrenadores
que parecen proporcionar más ánimos, apoyo e instrucción técnica tras una mala
actuación están asociados con atletas que tienen una mejor opinión de las propias
capacidades y de la diversión del juego. Asimismo, dichos atletas sienten una
predilección por las actividades que impliquen un desafío.
En otro conjunto de estudios, los entrenadores participaron en un Programa
de Efectividad del Entrenamiento. Entre otras cosas, el programa enseña a los
entrenadores a ser conscientes de sus propios comportamientos por medio de la
observación de sí mismos, a felicitar a los jugadores que se esfuerzan y tienen
buenas actuaciones, a responder a los errores de manera no punitiva mediante el
apoyo y la instrucción técnica, y a emplear una instrucción técnica clara y con-
cisa. Un año después de la intervención del Programa de Efectividad del
Entrenamiento para jugadores, el porcentaje de abandono en los jugadores a
cargo de entrenadores no instruidos era cinco veces mayor (26%) que el porcen-
taje de abandono de los jugadores a cargo de entrenadores instruidos (5%). Por
añadidura, los niños con una autoestima baja que se hallaron bajo la tutela de
entrenadores instruidos en el programa mostraron un significativo aumento en su
nivel de autoestima.
Los resultados de estos estudios indican que se puede enseñar a los entrena-
dores a relacionarse de manera más provechosa con los jóvenes atletas, y que la
instrucción de los entrenadores tiene un efecto positivo sobre la experiencia
deportiva de los niños. Un entrenador que da a los niños una imagen positiva de
sí mismos, alentador y capaz de brindar una instrucción técnica de elevada cali-
dad, ayuda a los niños a adquirir tanto habilidades atléticas como habilidades
generales. Los entrenadores también pueden ayudar a los niños con una pobre
opinión de sí mismos a sentir más confianza en ellos y a ser más conscientes de
su propia valía a través de la práctica deportiva.
La investigación sobre los comportamientos de los entrenamientos se ha de-
sarrollado sobre todo en entrenadores masculinos de niños varones en la Pequeña
Documento4 16/2/05 18:03 Página 656

656 MEDICINA DEL FÚTBOL

Liga de Béisbol. No obstante, el examen del impacto de los comportamientos de


los entrenadores en diversos deportes y según los géneros requiere de una inves-
tigación más exhaustiva. Por ejemplo, se desconoce si las jugadoras de fútbol
valoran el apoyo y el ánimo más que los futbolistas masculinos. Anson Dorance,
el último entrenador del Equipo Nacional de Fútbol Femenino de Estados
Unidos, declaró que “en el caso de las mujeres, se trata de un proceso continuo
de construcción del ego. Siempre me sorprende la poca confianza en sí mismas
que demuestran hasta mis jugadoras más dotadas”. Otro aspecto que debe ser
evaluado es el modo en que las necesidades de apoyo e instrucción se modifican
en los diversos estadios del desarrollo de los niños. De todo ello se desprende la
necesidad de realizar más investigaciones que permitan responder estas y otras
preguntas relativas al entrenamiento en los deportes juveniles.

Implicaciones del entrenamiento del fútbol juvenil

De acuerdo con las recomendaciones para la reducción del estrés competiti-


vo, los entrenadores deberían promover una sana filosofía del triunfo que enfati-
zara el esfuerzo y la mejora de la habilidad. Los entrenadores deberían elogiar y
animar a sus jugadores libremente, pero con sinceridad. Aunque dar ánimos es
importante, para un jugador joven significa poco oír “bien hecho” si él o ella tie-
nen la certeza de que han jugado mal. Por otra parte, los jugadores deberían ser
recompensados. Aunque no todos los jugadores pueden ser la estrella del equipo,
cada uno de los niños puede aumentar tanto sus esfuerzos como sus habilidades,
y eso es algo por lo que deberían ser recompensados. Cuando los niños cometen
errores, los entrenadores deberían ayudarles a comprender que pueden mejorar.
Son necesarios tanto el apoyo (el apoyo ante un error puntual) como la instruc-
ción técnica. Los entrenadores puede ayudar a los niños a ver los fallos y los erro-
res como oportunidades y desafíos, en lugar de verlos como amenazas a su bien-
estar personal o a su autoestima. Finalmente, el deporte debería ser divertido para
todos los implicados en él.

CONCLUSIONES
En este capítulo, hemos resumido la investigación sobre la motivación para la
participación, el estrés competitivo y el entrenamiento. Según este breve resu-
men, está claro que los niños juegan a fútbol por diversos motivos, pero ante todo
para divertirse. Cuando se juega en las circunstancias adecuadas, el fútbol es un
deporte magnífico y divertido. Desafortunadamente, algunos niños tienen estre-
santes experiencias atléticas cuando esperan (y reciben) valoraciones negativas,
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CUESTIONES DE PSICOLOGÍA DEPORTIVA EN EL FÚTBOL JUVENIL


657

cuando se sienten apabullados o simplemente no se divierten. De vez en cuando,


las presiones externas de los espectadores, los padres y los entrenadores pueden
crear un ambiente no del todo propicio para el desarrollo de las habilidades fut-
bolísticas y personales. En algunas ocasiones, los niños se divierten menos y no
tienen la oportunidad de desarrollar sus habilidades debido a un énfasis excesivo
en el triunfo. Cuando el triunfo se convierte en el elemento más importante de la
participación, las necesidades de los niños devienen secundarias. Si los senti-
mientos de autoestima de los niños dependen del rendimiento o del elogio de los
padres y los entrenadores, entonces hay algo que no marcha bien.
Si los niños se divierten, desarrollan habilidades futbolísticas, aumentan sus
habilidades sociales y adquieren conciencia de sus propias aptitudes y autoesti-
ma, el programa puede ser considerado un éxito. En ese caso, habrá más niños
que disfrutarán y seguirán participando en los deportes que proporcionan ese tipo
de experiencias. A pesar de la gran cantidad de investigaciones sobre el papel de
los niños en el deporte, necesitamos más estudios sobre la participación en los
deportes juveniles. Este hecho es especialmente cierto para la investigación que
integra campos adyacentes como la sociología, la psicología, el desarrollo infan-
til y la medicina. Asimismo, también son necesarias investigaciones relativas a
la participación femenina en el deporte. Para terminar, la colaboración entre los
investigadores de psicología deportiva, los expertos en medicina deportiva y las
organizaciones de fútbol juvenil proporcionarían excelentes oportunidades tanto
para la realización de estudios teóricos como prácticos, enriqueciendo así los
conocimientos sobre el fútbol juvenil.

LECTURAS RECOMENDADAS

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44 EL ABUSO DE
MEDICAMENTOS
EN EL FÚTBOL

Eduardo Enrique de Rose

ASPECTOS HISTÓRICOS

Según Filóstrato, los atletas de los antiguos Juegos Olímpicos creían que el
consumo de infusiones de hierbas y de setas podía incrementar sus niveles de
rendimiento. Otra interesante forma de dopaje consistía en preparar una solución
con aceite, polvo y sudor tomado de la piel del atleta después de la competición.
Esta mezcla se extraía en los vestuarios con un estrígilo, un instrumento metáli-
co en forma de L. El atleta lo vendía a otros participantes, los cuales creían que
bebiéndose la mezcla podrían llegar a tener las mismas capacidades físicas del
campeón.
Los modernos Juegos Olímpicos fueron inaugurados por Pierre de Coubertin
en la ciudad de Atenas en 1896. Entre 1896 y 1932, y con la excepción de los
años de la Primera Guerra Mundial, se celebraron nueve Juegos Olímpicos. En
aquel momento, el dopaje no era frecuente, exceptuando el uso de ciertas drogas
entre los ciclistas. La mezcla más común que se utilizaba para aumentar el ren-
dimiento era una cóctel de cocaína, cafeína y estricnina.
Entre 1936 y 1964 se celebraron seis Juegos Olímpicos, con excepción del
período de la Segunda Guerra Mundial. En este punto de la historia, los Juegos
eran utilizados como un instrumento propagandístico para la promoción de cier-
tos regímenes políticos. Este hecho modificó el ideal original de Coubertin, de
manera que el hecho de ganar empezó a convertirse en algo más importante que
competir. Durante este período, las sustancias empleadas con mayor frecuencia
fueron las anfetaminas y, después de 1954, los esteroides anabólicos. Con el
objetivo de controlar el uso de los agentes de dopaje, el Comité Olímpico
Internacional nombró una Comisión Médica. Dicha Comisión empezó a realizar
controles médicos, bajo la supervisión del príncipe Alejandro de Merode, duran-
te los Juegos Olímpicos de 1968.
Entre 1968 y 1980 se celebraron cuatro Juegos Olímpicos. Se introdujo la pri-
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660 MEDICINA DEL FÚTBOL

mera lista de tipos farmacológicos prohibidos, que incluía estimulantes psicomo-


tores, aminas simpatomiméticas, estimulantes del sistema nervioso central y
analgésicos narcóticos. Después de 1975, justo antes de los Juegos Olímpicos de
Montreal, los esteroides anabólicos fueron añadidos a la lista. Durante este pe-
ríodo, se detectaron casos positivos en un pequeño número de atletas en cada uno
de los Juegos Olímpicos, con la excepción de los de Moscú en 1980.
Los Juegos Olímpicos celebrados entre 1984 y 1992 deberían ser considera-
dos separadamente, ya que se detectó un elevado número de casos positivos, se
realizaron importantes modificaciones en la lista de las clases farmacológicas
prohibidas y se introdujeron mejoras en los métodos por parte de la Comisión
Médica del Comité Olímpico Internacional.
En Los Ángeles los casos de dopaje se incrementaron, hecho que probable-
mente se debió a la profesionalización y a la progresiva comercialización de los
Juegos. Los atletas estaban obligados a ganar a cualquier precio. Como conse-
cuencia, se produjo un gran número de casos positivos (11) y de falsos certifica-
dos médicos de hipertensión con el fin de justificar el uso de betabloqueantes en
el tiro, de transfusiones en el caso del ciclismo y la manipulación de la orina a
través de medios físicos, químicos y farmacológicos. Por este motivo, en 1987 la
Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional modificó la lista de tipos
farmacológicos prohibidos e incluyó en ella los betabloqueantes y los diuréticos.
En un intento por impedir el uso de anestésicos locales, corticosteroides, trans-
fusiones sanguíneas y manipulación de la orina, también se incluyeron las sus-
tancias de uso restringido y los métodos prohibidos.
En Seúl, se detectaron un total de nueve casos de dopaje, y la exclusión de la
competición del atleta Ben Johnson causó un gran impacto en la prensa mundial.
Después de estos juegos, se tuvo constancia del empleo de la eritropoyetina y de
la hormona del crecimiento. Como consecuencia, la Comisión Médica del
Comité Olímpico Internacional incluyó las hormonas peptídicas en la lista de
tipos farmacológicos prohibidos. En la lista de sustancias restringidas también se
incluyó la marihuana.
En Barcelona, los casos de clembuterol dieron pie a nuevos cambios en la lista
de tipos farmacológicos y métodos prohibidos. El concepto de sustancias relacio-
nadas fue modificado con la finalidad de incluir estructuras químicas y acción
farmacológica. Por este motivo, se estableció un nuevo tipo de agentes anabóli-
cos, incluyendo los esteroides anabólico-androgénicos y los beta-2-agonistas. El
tipo farmacológico de los betabloqueantes fue desplazado de la zona prohibida a
la zona restringida. Después de esta competición, la decisión más importante fue
incluir la posibilidad de tomar muestras de sangre en conjunción con muestras de
orina para permitir una mejor determinación del uso de hormonas.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 661

EL ABUSO DE MEDICAMENTOS EN EL FÚTBOL


661

CONTROL DEL DOPAJE EN EL FÚTBOL

El control de dopaje realizado por la Federación Internacional de Fútbol


(FIFA) dio comienzo en Méjico, en 1970. Desde entonces, tan sólo dos atletas han
sido descalificados. El primer caso estuvo relacionado con el uso de estimulantes
por parte de un atleta escocés que jugaba en Córdoba, Argentina, en 1978. El
segundo caso implicó a un jugador argentino que fue descalificado por utilizar
estimulantes durante la Copa del Mundo de 1994 celebrada en Estados Unidos.
En la Copa del Mundo de Estados Unidos participarán 24 equipos, y se toma-
ran 240 muestras de sangre. En la actualidad, la FIFA utiliza la misma lista de
tipos de sustancias prohibidas que la Comisión Médica del Comité Olímpico
Internacional. Los métodos para la toma de muestras y para su análisis químicos
son los mismos en todos los deportes.
La práctica regular del control antidopaje se realiza con regularidad única-
mente en Europa occidental, Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia. En el
resto de zonas del mundo, y debido en gran parte a la ausencia de una regulación
nacional o de laboratorios acreditados por el Comité Olímpico Internacional, el
control de dopaje sólo se lleva a cabo en competiciones internacionales bajo
supervisión de la FIFA.
Según los datos presentados en el informe de la Comisión Médica del Comité
Olímpico Internacional, editado anualmente por el profesor Manfred Donike, en
el fútbol existe el dopaje, si bien en una grado menor que en otras modalidades
deportivas. La tabla 44-1 muestra el número de controles realizados durante los
juegos de 1992 y la incidencia de los casos positivos detectados en seis deportes
olímpicos.
Aproximadamente un 5% del número total de los controles realizados en el fút-
bol eran pruebas realizadas fuera de competición. Basándose en la cantidad total
de controles, el 0,39% de los casos positivos representan la media ponderada. Para
las pruebas en competición, el número de casos positivos fue del 0,24%, y para las
pruebas fuera de competición anunciadas los resultados positivos se elevan al
0,50%.
La tabla 44-2 muestra la gama de agentes de dopaje detectados en los casos
positivos según un informe de la Comisión Médica del Comité Olímpico
Internacional. Sólo se tienen en cuenta los estimulantes y los esteroides anabólicos.
Los tipos de dopaje utilizados son los estimulantes y los esteroides anabóli-
cos. El estimulante más utilizado es la seudoefedrina, y el agente anabólico más
frecuente es la testosterona. Los agentes anabólicos fueron detectados principal-
mente en las pruebas fuera de competición anunciadas, mientras los estimulan-
tes fueron detectados durante las pruebas en competición.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 662

662 MEDICINA DEL FÚTBOL

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Aunque en el fútbol se utiliza el dopaje, la incidencia es menor que en otras


modalidades deportivas. Los tipos de dopaje empleados son, en proporciones
similares, los estimulantes y los esteroides anabólicos. El estimulante más utili-
zado es la seudoefedrina, y el agente anabólico más difundido es la testosterona.
El hecho de que, en el fútbol, en las pruebas fuera de competición anunciadas
se detecten más del doble de casos positivos que en los controles en competición
indica que es fundamental desplazar el centro de atención de las comisiones
médicas a las pruebas fuera de competición, ya se trate de pruebas anunciadas o
inminentes.
Por lo que respecta a los casos positivos que figuran en estas páginas, se trata
de los casos detectados por los laboratorios acreditados por el Comité Olímpico
Internacional en 12 de los 28 países participantes. El control antidopaje no es un
problema importante en la Copa del Mundo de la FIFA. Es importante realizar
este tipo de pruebas tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Por añadi-
dura, para incrementar la extensión de las pruebas también es necesario realizar
controles en laboratorios independientes y acreditados.
Basándose en la historia del control antidopaje, es posible concluir que las
hormonas pépticas pronto serán detectadas en la orina y la sangre de los atletas
olímpicos. No obstante, es probable que en ese momento ya se hayan desarrolla-
do otros métodos poco éticos para incrementar el rendimiento del atleta, méto-
dos que, con toda probabilidad, no podrán ser detectados mediante los controles
habituales.

Tabla 44-1.

Incidencia de los casos de dopaje en distintos deportes


en los Juegos Olímpicos de 1992

Deportes Controles Positivos Porcentaje

Halterofilia 4.164 86 2,07


Atletismo 11.266 108 0,96
Ciclismo 11.606 87 0,75
Natación 2.262 9 0,40
Fútbol 9.936 39 0,39
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EL ABUSO DE MEDICAMENTOS EN EL FÚTBOL


663

Tabla 44-2.

Tipos de agentes de dopaje utilizados en el fútbol

Estimulantes (n = 15) Agentes anabólicos (n = 12)

6 seudoefedrinas 11 testosteronas
3 efedrinas 1 metandienona
3 PPA
4 amineptinas

LECTURAS RECOMENDADAS

Coombs R, West JW. Drug testing: issues and opinions. Nueva York: Oxford
University Press, 1991.
Dirix A, Knuttgen H, Tittel K. The olympic book of sports medicine. Champaign,
IL: Human Kinetics, 1988.
Donike M. Statistics of the IOC accredited laboratories. Colonia: DSHS, 1992.
Drug Use and Sports: Current Issues and Implications for Public Health.
Ginebra: World Health Organization, 1993.
Strauss R. Drugs and performance in sports. Filadelfia: WB Saunders, 1987.
The Fourth Permanent World Conference on Anti-Doping Sports. Actas de la
Conferencia. Sports Council, Londres, 1993.
XV FIFA World Cup, USA 1994. Doping Control Regulations. Zurich: FIFA,
1994.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 664
Documento5 16/2/05 19:06 Página 665

ÍNDICE ALFABÉTICO
Las páginas en cursiva indican figuras; las páginas con t indican tablas.

Abandono, motivos, 644, 644t riesgo de síndromes comparti-


Abducción con la rodilla, test de sobre- mentales, 443
carga, 370 Apófisis coronoides, fractura, 293
Aceleración Apofisitis
angular, 254 cresta ilíaca, 583
de traslación, 254 de Sever, 220
rotacional, 256 de Sinding-Larsen, 220
Acidez, 195 jugadores adolescentes, 583
Ácido/s tuberosidad calcánea, 583
linoleico, 55 Aprensión, test, 387
grasos, 53-54 Árbitros, función, 509
insaturados, 53-54 Articulación/es
monoinsaturados, 53-54 acromioclavicular, lesiones, 280
poliinsaturados, 53-54 de Lisfranc, traumatismo, 483
omega-3, 55 de los dedos, lesiones en los liga-
Adaptación específica a las demandas mentos y luxaciones, 300
impuestas, 555 Artroscopia, desgarro de menisco, 377
Adolescentes. V. Fútbol juvenil Artrosis radiológica, 497
Agilidad, 45-46, 47t Asma, 192
Agua, 59-60 Asociación Atlética Nacional Colegiada
privación durante el ejercicio, 106 (NCAA), 260
restricción antes del ejercicio, 106 Atrapamiento tibioastragalino anterior,
segura, médico de equipo, 167 481
Agujetas, crisis, 411 Atrofia por desuso, 385
Amenorrea, 604 Babinski, respuestas, 269
Aminoácidos, 55 Balón
suplementos, 80 humedad, 132
Amnesia, 256 impacto, 128-132
anterógrada, 256 rigidez del pie al contacto, 127
postraumática, 256 Banco de los niveles de impacto de
Ángulo fuerza, prueba, 150
de aproximación, 124 Banda iliotibial, síndrome de fricción,
Q, 384 142
Anorexia nerviosa, 636 Bassett, ligamento, 501
Antebrazo, fractura, 294 Bazo, lesión, 307
Antiinflamatorios no esteroideos Bebidas deportivas, 59-60
contusiones, 438 Bennett, fractura, 299
distensiones musculares, 411 Biomecánica
problemas femororrotulianos, 392 botas de fútbol, 149-153
Documento5 16/2/05 19:06 Página 666

666 REGATEAR CON EFICACIA

del cabezazo, 117-122 de recuperación, 119-121, 120t,


del chut, 124 121t
ángulo de aproximación, 124 repetitivamente, 262
contacto con el balón, 127 Cabeza
electromiografía, 128 Guía Médica de fútbol de Estados
estudios, 135 Unidos lesión
fuerzas terrestres reactivas, 125 boca/garganta, 191-192
humedad del balón, 132 cardíaca, 194
impacto con el balón, 128-132 gastrointestinal, 194-196
patrón constante, 126-127 genitourinaria, 196-197
patrón temporal, 125 nariz, 190-191
utilización del término, 123 ojo, 186-189
Boca, lesión de las partes blandas, 192 oreja, 189-190
Botas de fútbol piel/partes blandas, 197-198
almohadillado y diseño, 150-153 respiratoria, 192-194
anatomía, 144-147, 146t lesiones en el fútbol juvenil, 568
del pie y el tobillo, 137-143 y cuello,
biomecánica, 149-153 lesiones agudas, 251
conservación de la energía, 157-158 epidemiología, 251-252
consideraciones sobre la superficie, mecanismo, 253-256
148 tratamiento, 256, 268-275,
control, 155 270t, 274t
epidemiología, 135-136 lesiones crónicas epidemiología,
estabilidad, 153-155 259-261, 260t
evolución, 136-137 mecanismo, 261-267
flexibilidad, 157 secuelas a largo plazo, 272-
horma estrecha, 146 274, 274t
fricción, 156 tratamiento, 271
ortopedia, 147 Cabezazos repetitivos, 262
Botiquín Cadera
administración de medicamentos, lesiones o enfermedades, 332
171 fútbol juvenil, 571
medicamentos, 177, 177-184t patología, 340
Bronquitis, 193 Calambres, 59-60
Bulimia nerviosa, 636 Calcio, 58, 88
Cabecear, 251, 266 cantidades diarias recomendadas,
biomecánica, 117-118 90, 94t
efecto acumulativo, 273 fuentes, 92t, 90, 94t
efectos crónicos de la repetición, necesidades en las futbolistas, 633
568 Calentamiento y estiramiento, 531. V.
fase también Estiramiento
de impacto, 118-119 Calor
de preparación, 118 efectos sobre la regulación de tem-
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ÍNDICE ALFABÉTICO
667

peratura, 107 torácica, 310


ejercicio en condiciones de, 107 Comida, 51. V. también Necesidades
en el fútbol, 113 nutricionales,
Campeonato Mundial femenino, 599 basura, 65
Canola, aceite, 53-54 médico de equipo, 167
Cantidades diarias recomendadas, 60-61 pauta, 65
calcio, 90, 94t trastornos en las futbolistas, 604,
hierro, 90, 94t 636
proteínas, 57 Comisión de la Asociación
vitaminas, 58 Internacional de Fútbol, 507
Capítulo del húmero, fracturas, 293 Conducción, 106
Cavum septum pellucidum, 262 Conjuntivitis, 186-189
Cera, 53-54 Conmoción cerebral, 256
Cerebro, 252 directrices de la Sociedad Médica
Cinc, 58 de Colorado para el tratamiento,
Cinemática, adaptación, 153 269, 270t
Cistitis, 196 Conservación de la energía, diseño del
Clavícula fractura, 278-279 calzado, 157-158
Clembuterol, prohibición, 660 Contacto
Cloruro, 58 dermatitis, 198
Cobertura de la competición fenómenos, 254
mejora de la evaluación de la Contracción-relajación y contracción-
lesión, 232-233, 234-235t relajación-agonista-contracción, técni-
precompetición, 232-233 cas de estiramiento, 42
planes Control antidopaje en el fútbol, 661,
acuerdo, 226, 227-2228t 662t, 663t
coordinación, 231 Contusiones. V. también Hematomas
organizaciones, 225-226 aspecto clínico del compartimiento
responsabilidades específicas, anterior de la parte inferior de la pierna,
226-231, 229t, 230t 437
Cobre, 58 clasificación del músculo, 435
Codo criterios para la vuelta a la activi-
luxación, 291 dad deportiva, 440
pediátrico fractura supracondílea, definición, 435
289 epidemiología, 435
lesión, 288-295 mecanismo de la lesión, 436
Colesterol, 53-54 musculares lumbares, 313
Columna prevención de la lesión, 444
cervical secuelas a largo plazo, 440-444,
central, síndrome, 255 442t
fractura traumática/luxación, 267 tratamiento
lesión, 272 de la lesión, 438, 441-442t
lesiones, 310 inmediato, 438
Documento5 16/2/05 19:06 Página 668

668 REGATEAR CON EFICACIA

Convección, 106 Desplazamiento anterior en el diagnós-


Cooper, prueba, 217 tico de la inestabilidad del tobillo, prue-
Córnea, abrasión, 186, 255, 570 ba, 365
Correr al esprint, 16, 17-18 Dextrinas, 52-53
Cráneo, 252 Dextrosa, 52-53
fractura, 254 Diarrea del viajero, 194
Cresta ilíaca, apofisitis, 583 Dieta. V. Necesidades nutricionales
Cromo, 58 Dinamometría isocinética, 23
Crujidos, 532 Disacáridos, 52-53
Cruzar, 16 Discapacidad tras una rotura de liga-
Cúbito, fracturas, 294 mento cruzado anterior, 345
Cuerpos extraños en el ojo, 187 Disco intravertebral, desgarro anular,
Chut 313
ángulo de aproximación, 124 Discrasia sanguínea, contusiones cau-
biomecánica, 124 santes, 442
componentes fundamentales, 124 Distensión/es
con el empeine, potencia, 128-132 lumbares, 313
contacto con el balón, 127 musculares, 340
electromiografía, 128 datos experimentales sobre lesio-
estudios, 135 nes agudas, 416-421
fuerzas terrestres de reacción, 125 epidemiología, 409
humedad del balón, 132 mecanismo de la lesión, 409
impacto con el balón, 128-132 prevención de la lesión, estudios
niveles de desarrollo, 123 clínicos sobre, 413
patrón constante, 126-127 tratamiento
patrón temporal, 125 conservador, 411
Dedo gordo del pie fisioterapia, 412
rígido, 489 quirúrgico, 413
pie, fracturas por sobrecarga del parcial, 410
sesamoideo, 488 Diuréticos, 59-60
Demencia pugilística, 262 Dolor
Dermatitis de contacto, 198 de cabeza, migraña, 256
Descanso, pausas, 16 inguinal crónico, 337
Desgarro/s diagnóstico diferencial, 341t
anular del disco intravertebral, 313 articulación de la cadera,
de menisco, diagnóstico artroscópi- patología, 340
co, 376 atrapamiento nervioso, 342
y luxaciones metatarsofalángicas, distensiones y roturas muscu-
484 lares, 340
Desgaste en las lesiones femororrotulia- hernias, 340
nas, 381 inflamación, 341
Deshidratación, 88 epidemiología, 337
consecuencias, 107 mecanismo de la lesión, 337-
Documento5 16/2/05 19:06 Página 669

ÍNDICE ALFABÉTICO
669

340, 339t en los jugadores adolescentes, 590


tratamiento, 342 ístmica, 575
Edema retiniano, 570 mecanismo de la lesión, 314
Efecto psicológico de las rodilleras, 550 tratamiento de la lesión, 315
Ejercicio en condiciones calurosas, 107, Estabilidad funcional, 554, 554t
113 Esteroides, 53-54
Ejercicio-descanso, proporción, 15 anabólicos, prohibición, 660
Electrólitos, 109. V. también Líquidos y Estiramiento. V. también Calentamiento
electrólitos y estiramiento
Electromiografía, estudios, 42 balístico, 535
Encefalopatía crónica, 266 entrenamiento de flexibilidad, 535
traumática, 266 estático, 42, 535
progresiva, 262 objetivo de los programas, 42
Endotendón, 423 prevención de las lesiones, 534
Entrenador principios básicos, 532
en el fútbol juvenil, 653 Estrés competitivo, 646t, 647
relación con el médico del equipo, antecedentes, 650
171 etapas, 647
responsabilidades, 510 indicios, 646t
sistema de valoración del comporta- reconocimiento en los niños, 646t,
miento, 653 652
Entrenamiento reducción en el fútbol juvenil, 652
cargas, 22 Evaporación, 107
de rebotes, 44-45 Eversión calcánea, 142-143
de resistencia, 43 Examen
para el fútbol competitivo, 21-23, previo a la participación
21t consideraciones sobre el coste e
Epitendón, 423 implicaciones legales, 223
Equipamiento médico para el médico de marco, 201-202
equipo, 173-177, 177-184t métodos
Eritropoyetina, prohibición, 660 almacenamiento y procesa-
Escafoides, fractura, 296 miento retroactivo de los
Escala de coma de Glasgow, 254 datos, 221
Esguince por eversión, 496 batería de pruebas, 213-218
Espalda y tronco, lesiones compilación y almacenamien-
abdominales, 305 to de los datos, 221
columna, 310 formato de estación, 218-219
epidemiología, 306t, 306t historia, 203, 204-213t, 213
fracturas por sobrecarga, 314-318 selección de exámenes especí-
pecho, 310 ficos según edad y nivel de
Espina bífida, 311 habilidad, 220, 222t
Espinilleras, necesidad, 438, 571 objetivos, 202-203
Espondilólisis, 314 propósitos, 201
Documento5 16/2/05 19:06 Página 670

670 REGATEAR CON EFICACIA

radiológico de las lesiones femoro- Formación ósea heterotópica, contusio-


rrotulianas, 388-391 nes causantes, 440
Exostosis subungueal, 491 Fosfolípidos, 53-54
hematoma, 491 Fósforo, 58
Extremidad superior, lesión, 277 Fractura
antebrazo, fractura, 294 apofisaria, jugadores adolescentes,
clavícula, fractura, 278-279 579
codo, 288-295 apófisis coronoides, 293
húmero, fractura, 294 Bennett, 299
incidencia en el fútbol juvenil, 570 calcánea por sobrecarga, 487
muñeca y mano, 295-302 capítulo del húmero, 293
Facilitación neuromuscular propiocepti- codo pediátrico supracondíleo, 289
va, 535 cráneo, 254
técnicas, 42 escafoides, 296
Factores ambientales con influencia en falange, 298
la regulación de la temperatura, 107 húmero, 285-288
Falange fractura, 298 cuerpo, 286
Faringitis exudativa, 192 distal, 288
Fármacos, abuso en el fútbol mandíbula, 255
aspectos históricos, 659 metacarpianos, 298
control antidopaje, 661, 662t, 663t metatarsianos, 485
Federación Internacional de Fútbol olécranon, 293
(FIFA), 507 radio, 294
Femororrotuliano/s distal, 295
dolor, 142 cabeza, 288
problemas, 381 Rolando, 299
examen tróclea, 293
físico, 384-388 Frecuencia cardíaca, 25, 26
radiológico, 388-391 Fructosa, 52-53, 110
mecanismo de la lesión, 381 Fuerza, 35-38, 37t
tratamiento, 392-400 abdominal, 220
Fibra, 52-53 de impacto, prueba en banco, 150
Fisioterapia entrenamiento, 44-45
contusiones, 439 isocinética, 36
distensiones musculares, 412 isométrica, 35-36
lesiones de rodilla, 366 isotónica, 36
Fisuras, 492 medida, 47
Flexibilidad, 38-42, 47t muscular, 22-23
definición, 531 producción máxima, 43
entrenamiento, 47-48, 535 prueba, en el examen físico previo
prueba de la flexibilidad en el exa- a la participación, 215
men físico previo a la participación, 214 reactiva terrestre, 125
Fluoruro, 58 Fuerza-deflexión, curvas, 150
Documento5 16/2/05 19:06 Página 671

ÍNDICE ALFABÉTICO
671

Fútbol juvenil polímero, 102


aspectos sobre la psicología depor- Grasas, 80, 99
tiva en la dieta, 53-54
estimular y mantener la partici- para reducirlas, 56t
pación, 646 monoinsaturadas, 80
estrés competitivo, 646t, 647 poliinsaturadas, 80
motivación para la participación, saturadas, 53-54, 80
641-644, 642t, 644t Guía Médica de Fútbol de Estados
beneficios psicosociales, 641 Unidos, 185
cadera lesiones o enfermedades, lesiones
571 cabeza, 186-187, 188t
entrenadores, 653 oculares, 186-189
entrenamiento, 653 genitourinarias, 196-197
epidemiología de las lesiones, 565 respiratorias, 192-194
fútbol sala, 572 botiquín, 185-186
incidencia, 565-568, 566-567t, Hambre, 65-67
569t Hematoma. V. también Contusiones
superficie de juego, 572 auricular, 190
tipos de lesiones, 568 epidural, 254
lesiones intermuscular, 435
apofisarias, fracturas, 579 intracerebral, 254
cabeza, 568 subdural, 254
dolor inguinal, 329 subungueal, 491
espondilólisis, 590 Hemorragia intraabdominal, 306
ligamento cruzado anterior, avul- Hernia, 340
sión, 587 femoral, 333
navicular accesorio sintomático, inguinal, 333
593 Hernioplastia tipo Bassini en el trata-
Osgood-Schlatter, enfermedad, miento de la pubalgia, 337
585 Hidratos de carbono, 52-53, 97, 99
osteocondritis disecante, 588 e ingesta de líquidos, 110
placa epifisaria, 576 necesidades, 74, 76-79t
rodilla, 578 en las futbolistas, 629, 629t, 632t
tobillo, fracturas, 576 periodicidad de la ingesta, 104
necesidades nutricionales, 86 Hierba artificial, 137, 148
Fútbol sala juvenil, lesiones, 572 Hierro, 58, 88
Galactosa, 52-53 cantidades diarias recomendadas,
Gastritis, 195 90, 94t
Gilmore, ingle de, 337 fuentes dietéticas, 90, 93t
Giro, velocidad, 124 necesidades en las futbolistas, 635
Glucógeno, 97 Hipema, 255
pérdida, 99 Hiperpronación del pie, 399
Glucosa, 52-53 Hiperqueratosis, fisuras relacionadas,
Documento5 16/2/05 19:06 Página 672

672 REGATEAR CON EFICACIA

492 329
Hipoglucemia, 59-60 Injerto óseo en el tratamiento de las
Hipohidratación, 106 fracturas por sobrecarga, 465
Hombro, luxación, 282-285 Iritis traumática, 570
Hormona del crecimiento, prohibición, Johnson, Ben, 660
660 Juegos Olímpicos, prohibición del
Humedad, efectos sobre la regulación dopaje, 659
de temperatura, 107 L4-L5, síndrome del nervio ciático, 332
Húmero fractura, 285-288 Lactatos sanguíneos, 28
diafisaria, 286 Lactosa, 52-53
distal, 288 Ladillas, 197
proximal, 285-286 Lesión/es
Infección por hongos, 198 aguda. V. también Zona específica
Inflamación materiales y métodos
de garganta, 191-192 interpolación, interpretación y
genitourinaria, 341 estimación, 241-243, 242t,
intraabdominal, 341 243t, 244-245t
Ingestas diarias de referencia, 61 ligamento deltoideo, 246
Ingle pie, 245
dolor, diagnóstico diferencial, 331- pierna, 243
333, 331t porcentaje
lesiones, 319. V. también Pubalgia de éxito y de fracaso del trata-
y dolor inguinal crónico miento quirúrgico, 247
distensión, 321 de jugadores con lesiones gra-
dolor ves que precisan intervención,
en el jugador adolescente, 329 247, 249-250t
que surge de los tejidos cartilaginosas
extrainguinales, 334 de rodilla, 401
epidemiología, 319 epidemiología, 402, 404t
incidencia en el fútbol juvenil, mecanismo, 402-405
571 tratamiento, 405-408, 407t
músculo de tobillo, 480
aductor largo, 320 dentales, 255
psoasilíaco difusas, 254
distensión, 328 en la columna lumbar, 310
rotura completa, 328 focal, 254
recto abdominal incidencia en las extremidades infe-
distensión, 326 riores en el fútbol juvenil, 571
rotura total, 326 inguinales
otras unidades musculotendino- musculosqueléticas, 42
sas, 330 placa epifisaria, 576
rotura total, 323 tobillo
tratamiento quirúrgico del dolor, epidemiología, 473
Documento5 16/2/05 19:06 Página 673

ÍNDICE ALFABÉTICO
673

esguince 349t
anatomía, 496 técnicas, 350-353, 351t
epidemiología, 495 seguida de discapacidad,
grados, 499t 3445
mecanismo, 496 longitud, 357
tratamiento conservador, 498, posterior
499t e inestabilidad posterolateral,
tratamiento objetivo, 495 360
tratamiento, 497 longitud, 357
eversión, 137-138 mecanismo de la lesión, 357-
fractura 359
cartilaginosa y osteocartilagi- tratamiento, 361
nosa, 480 fisioterapia, 364
de la sindesmosis tibiopero- quirúrgico, 363
nea, 479 deltoideo, lesiones agudas, 246
por sobrecarga, 486 laterales de la rodilla, 364-367
futbolistas adolescentes, 576 mecanismo de la lesión, 365
incidencia en el fútbol juvenil, tratamiento, 366
571 fisioterapia, 366
inestabilidad crónica, 504 quirúrgico, 366
inversión, 137-138 Lípidos, 53-55, 54t, 56t
lesión aguda de los tendones cir- Líquido/s
cundantes, 481 cefalorraquídeo, fístula, 269
mecanismo, 473-475 ingestión, factores que afectan, 108-
síndrome de atrapamiento, 481 113
tratamiento, 500, 502t, 503t y electrólitos
conservador, 502 calor en el fútbol, 113
epidemiología, 500 consecuencias de la deshidrata-
historia, 500 ción, 107
Liga Interregional de Fútbol de EE.UU., ejercicio en condiciones caluro-
organización de los equipos femeninos, sas, 107
599 ingesta, 108-113
Ligamento/s y reposición en las futbolistas,
cruzado 632
anterior, Luxación/es
lesiones codo, 291
avulsión en jugadores ado- hombro, 282
lescentes, 587 Magnesio, 58
epidemiología, 345, 346t Maltosa, 52-53
porcentaje de lesiones en el Mandíbula fractura, 255
fútbol femenino, 621 Manganeso, 58
reconstrucción Manguito de desrotación Lennox Hill,
injerto, opción, 347, 547
Documento5 16/2/05 19:06 Página 674

674 REGATEAR CON EFICACIA

Mareo, 195 base bioquímica, 29-30


Marihuana, prohibición, 660 capacidad de los futbolistas, 32-
McConnell, técnica de vendaje femoro- 33
rrotuliano, 431 déficit de oxígeno, 29
en el tratamiento de las lesiones limitaciones, 31
femororrotulianas, 393 medición, 31-32
Médico de equipo Metacarpianos fractura, 298
administración de medicamentos, Metatarsalgia, 490t, 489
171 Metatarsianos,
agua segura, 167 fracturas, 485
apariencia personal, 168-169 por sobrecarga, 487
botiquín, 173-177, 177-184t tratamiento, 465
cualidades personales, 163-164 Método directo de juego, 19
cualidades, 170 Migrañas, 256
indumentaria y conducta, 168-169 Minerales, 59t, 58-59
relación con el entrenador, 171 suplementos, 88, 92t, 90, 93t
responsabilidades, 164-168 Miositis osificante, 440
responsabilidades, 510, 511t Molibdeno, 58
seguridad del agua y la comida Monosacáridos, 52-53
como uno de sus cometidos, 167 Morton, neuralgia, 489
viajes al extranjero, 166 Mujeres
Medida goniométrica de la movilidad futbolistas, 599
articular, 40 ciclo menstrual, 604
Meniscectomía, 378 federadas, lesiones, 607-624,
Menisco 616t, 617t, 618t
anatomía, 373 juego, 599
función, 374 primer Simposio FIFA, 602
lesión rodilla, lesiones, 605
clasificación, 375 necesidades
tratamiento, 376, 378t energéticas, 627-631
quirúrgico, 377 nutricionales
posibilidades futuras, 379 calcio, 633
rehabilitación, 378 hierro, 635
mecanismo, 375 ingesta y reposición de líqui-
Menstrual, ciclo, 604 dos, 632
Mesotarso, lesiones, 483 trastornos alimentarios, 636
Mesotendón, 423 Músculo/s
Metabolismo energético, 25-33 abdominales, lesiones, 305
aeróbico aductor largo, 320
frecuencia cardíaca, 25, 26 distensión, 321
lactatos sanguíneos, 28 lesión, 410
temperaturas corporales, 27 rotura total, 323
anaeróbico cuádriceps
Documento5 16/2/05 19:06 Página 675

ÍNDICE ALFABÉTICO
675

contusiones, 437 líquidos, 88


distensiones, 409 suplementos vitamínicos y
tendinitis, 429 minerales, 058, 92t, 90, 93t
tendón roturas agudas, 426 comer
isquiotibiales antes de la competición, 85,
distensión, 409 89t, 90t
tendinitis, 431 en el descanso, 85
poplíteo de las mujeres calcio, 633
tendinitis, 433 demandas energéticas de las fut-
tendinosis, 433 bolistas, 627-631
psoasilíaco distensiones, 328 determinación
rotura total, 328 de las necesidades diarias, 67-
tratamiento quirúrgico del dolor 70
inguinal, 329 del peso corporal ideal, 67-68
recto abdominal hábitos de los jugadores de
distensiones, 326 fútbol, 98-100, 102t
lesión, 415 hidratos de carbono, 52-53
rotura total, 326 hierro, 635
vasto oblicuo interno, 385, 398 información, 60-61
Musculosquelético, examen en el exa- cantidades diarias recomenda-
men físico previo a la participación, 213 das, 57, 60-61, 75, 90, 94t
Nadador, oído, 189 hábitos alimentarios nutricio-
Nariz, hemorragia, 190 nales, 65-67
Náuseas, 195 pirámide de la guía alimenta-
Navicular ria, 63, 64, 64t, 64-65
accesorio sintomático en el futbolis- lípidos / grasas, 53-55, 54t, 56t
ta adolescente, 593 minerales, 59t, 58-59
fracturas por sobrecarga, 489 pérdida e incremento de peso,
tratamiento, 465 90-94, 95t
Necesidades proteínas, 57, 57t, 75-80, 81t,
energéticas, 73-74 82-83
determinación, 67-70 trastornos alimentarios, 636
en el fútbol, 99 vitaminas, 58
grasas, 80 y rendimiento, 97-104
hidratos de carbono, 74, 76-79t Neer, clasificación, 285
para las futbolistas, 627-631 Nervio atrapado en la región inguinal,
proteínas, 75-80, 81t, 82-83 332
nutricionales, 51, 73-96 Neumonía, 193-194
absorción y reposición de líqui- Nivel
do, 632 de distensión, dependencia, 532
agua, 59-60 de trabajo, perfiles, 15-16, 16, 19,
alimentos después del partido, 20
88, 90t Ojo, lesiones y trastornos, 186-189, 255
Documento5 16/2/05 19:06 Página 676

676 REGATEAR CON EFICACIA

Olécranon fractura, 293 19


Oligomenorrea, 604 Peroneo, tendinitis, 482
Omega-3, ácidos grasos, 55 Peso
Onda de choque propagación, 254 corporal idóneo, determinación, 67-
Ortopedia y diseño de la bota de fútbol, 68
147 pérdida y aumento, 90-94, 95t
Orzuelo, 189 Pie
Osgood-Schlatter, enfermedad, 388, 585 de atleta, 198
Osmolaridad, 110 fracturas
como factor de vaciamiento gástri- por sobrecarga, 486
co, 111 de la parte anterior, 488
Osteítis púbica, 332 metatarsianas, 485
Osteocondritis disecante en el jugador lesiones. V. también Tobillo, lesio-
adolescente, 575, 588 nes
Osteófitos rotulianos degenerativos, 390 agudas, 245
Otitis anatomía, 137-143
externa, 189 desgarros metatarsofalángicos y
media, 189-190 luxación, 484
Par de torsión en el apoyo del impacto epidemiología, 473
del pie, 125 incidencia en el fútbol juvenil,
Parálisis nerviosa por contusiones, 443 571
Paratendinitis, 425 ligamentos, 476-479, 477t, 478t
con tendinosis, 425 mecanismo de la lesión, 473-475
Paratendón, 423 mesotarsianas, 483
Participación, motivación en el fútbol tarsometatarsianas, 483
juvenil, 641-644, 642t, 644t Pierna
Patrón constante, 126-127 acelerómetros del impacto en la,
Pauta de la alimentación, 65 153
Pecho lesiones agudas, 243
dolor, 194 longitud en los jugadores de fútbol,
lesiones, 310 123
Pelvis, incidencia de las lesiones en el Piojos, 197
fútbol juvenil, 571 Pirámide de la guía alimentaria, 63, 64,
Peptídicas, prohibición de las hormo- 64t, 64-67
nas, 660 Placa de fuerza, tecnología, 153
Perfil fisiológico Pliométrico, entrenamiento, 44-45
esfuerzo en el entrenamiento, 21- Poliglucosa, 423
23, 21t Polisacáridos, 52-53
factores que afectan el nivel de Potasio, 58
estilo de juego, 19-20 Potencia
trabajo, 15-16, 16 prueba en el examen previo a la
posición de juego, 17-18 participación, 215
preparación física y la fatiga, 17- rendimientos máximos, 43
Documento5 16/2/05 19:06 Página 677

ÍNDICE ALFABÉTICO
677

PRICE (protección, descanso, hielo, Pulgar del portero, 301


compresión, elevación), en el tratamien- Radiación, 106
to del esguince de tobillo, 499 Radio, fracturas, 294
Programa/s distal, 295
de efectividad del entrenamiento, de la cabeza, 288
653 Raquitismo osteomalácico, 465
Nacional de Deporte Juvenil, 643 Reacciones alérgicas, 200
para correr, 427 Recesión angular, 255, 570
del Equipo Nacional Reflejo del eje muscular, 38
de Estados Unidos, 602, 603t Reglas
Femenino de Estados Unidos, modificaciones, 512t, 511, 513t
602, 603t riesgo de lesión, 507
Progresión funcional, 554 Regulación de la temperatura, 106
Propiocepción, efectos de las rodilleras, factores ambientales que influyen
549 en ella, 107
Prostatitis, 196 Rehabilitación y retorno a la práctica
Proteínas, 57, 57t deportiva, criterios
cantidades diarias recomendadas, adaptación específica a las deman-
57 das impuestas, 555
en las futbolistas, 630 determinación del momento
necesidades, 75-80, 81t, 82-83 parámetros clínicos, 553
suplementos, 80 estabilidad funcional, 554, 554t
Prueba sentarse y alcanzar, 40 progresión funcional, 554
Psicología deportiva progresiones funcionales específi-
estimular y mantener la participa- cas del fútbol
ción, 646 secuencia
estrés competitivo en el fútbol juve- de carreras, 557
nil, 646t, 647 de chuts, 558, 561t
motivación para la participación, de posiciones, 561t
641-644, 642t, 644t Relajación, 532
Pubalgia, 337 Rendimiento
atlética, antiinflamatorios, 342 físico previo a la participación, 214
diagnóstico diferencial, 341t prueba de los parámetros en el exa-
atrapamiento nervioso, 342 men
cadera, patología, 340 y nutrición, 97-104
distensiones y roturas muscula- Reposición hormonal en el tratamiento
res, 340 de las fracturas por sobrecarga, 462,
hernias, 340 465
inflamación, 341 Resistencia
epidemiología, 337 aeróbica, 17-19, 21-22, 25-29
lesión, mecanismo, 337-340, 339t prueba de la resistencia en el
tratamiento, 342 examen físico previa a la partici-
Púbicos, piojos, 197 pación, 217
Documento5 16/2/05 19:06 Página 678

678 REGATEAR CON EFICACIA

anaeróbica, 29-33 Rolando fractura, 299


metabolismo, 29-33 Ropa, efecto sobre la regulación de la
durante el fútbol, 32-33 temperatura, 107
medida, 31-32 Rotación externa, sobrecarga, 496
potencia, 43 Rótula
prueba de la potencia en el exa- alta, 390
men físico previa a la participa- baja, 427
ción, 215-216 desplazamiento, 396
pasiva al estiramiento, 38-42 en la comprobación del mal ali-
Retina neamiento rotuliano, 390
edema, 570 prueba, 386
desgarros, 255, 570 injerto del tendón, 347
hemorragia, 570 potencial inestabilidad, 385
Retinopatía traumática pigmentaria, 570 tendinitis, 142, 430
RICE (descanso, hielo, compresión, ele- tendón roturas agudas, 427
vación), en el tratamiento de las contu- test de aprensión, 387
siones, 438 Roturas musculares, 340
Rigidez del pie en contacto con el Sacroilíaca, dolor en la articulación,
balón, 128 313
Rinitis alérgica, 191 Sarna, 197, 198
Riñón, lesiones, 308 Scheuermann, enfermedad, 311
Rodilla Secuelas y resultados del fútbol a largo
lesiones plazo, 515
cartilaginosas, 401 descubrimientos de Folksam, 515,
en jugadores adolescentes, 578 516, 517t, 518t, 519t, 520t, 522t,
en las futbolistas, 605, 612, 618t 523t, 524t, 525t, 526t
epidemiología, 402, 404t significado de los descubrimientos,
extensión y contacto con el 519-526
balón, 128-132 Segundo impacto, síndrome del, 256
mecanismo de la lesión, 402-405 Selenio, 58
rodilleras, 545, 545t Sesamoideo fracturas por sobrecarga,
funcionales, 547 488
profilácticas, 545 Sesamoiditis, 487
rehabilitadoras, 546 Sever
tratamiento, 405-408, 407t apofisitis, 220, 584
ligamentos mediales enfermedad, 220, 584
lesión, mecanismo, 367-372 Simposio sobre el fútbol femenino, 602
tratamiento, 371 Sindesmosis
Rodilleras, 545, 545t tibioperoneal
funcionales, 547 distal
rehabilitadoras, 547 lesiones, 496
profilácticas, 545 tratamiento, 499
rehabilitadoras, 546 desgarros, 479
Documento5 16/2/05 19:06 Página 679

ÍNDICE ALFABÉTICO
679

lesión, 479 del futbolista, 157-158, 491


Sindesmótico, tornillo, 499 erupción, 153-154
Sindesmótico, desgarro, 496 Tarsometatarso, lesiones, 483
Sinding-Larsen, apofisitis, 220 Temperatura
Sinding-Larsen-Johansson en el jugador corporal, 27
adolescente, 587 regulación, factores ambientales
Síndrome influyentes, 107
de la superficie articular, 313 Tempomotriz, características en las fut-
postraumático, 256 bolistas, 627
compartimental, contusiones, 443 Temporal, patrón, 125
Sinusitis, 190 Tendinitis
Sistema nervioso central, 252 de inserción, 425
Sobrecarga rotuliana, 430
fracturas Tendinosis, 425
epidemiología, 448, 450t Tendón
espondilólisis, 447 afecciones patológicas, 425
estudios confirmativos, 449, anatomía, 423
456-461, 458t, 460t cuádriceps, 426
historia, 448 de Aquiles, rotura, 482
mecanismo, 449-454 isquiotibiales, 431
por del pie y el tobillo, 486 poplíteo, 433
por en la zona inguinal, 331 rotuliano, 427, 430
por espondilólisis, 314-318 Tendosinovial, 423
tratamiento, 461-468 Tentempié, 86
relajación ante, 532 Tillaux, fractura atletas adolescentes,
Socialización, influencias en el fútbol 577
juvenil, 641 Tiña versicolor, 198
Sociedad Médica de Colorado, directri- Tobilleras, 391, 541t
ces para el tratamiento de las conmocio- efecto sobre el rendimiento, 544
nes cerebrales en los deportes, 269, frente a vendaje, 542
270t Tobillo
Sodio, 58 anatomía, 137-143
Sucrosa, 52-53 lesión osteocartilaginosa, 480
Sudoración, 59-60 tobilleras, 391, 541t
Sulfuro, 58 efectos sobre el rendimiento, 544
Superficie de juego, 148 frente a vendajes, 542
diseño de las botas, 148 vendaje, 539, 541t
lesiones Tomografía computerizada, 391
de las futbolistas federadas, 612 Tracto urinario, infección, 196
juveniles, 572 Transductores de la presión plantar, 153
Sustitución y riesgo de lesión, 508 Transmisión sexual, enfermedades, 196
Talón Tres planos, fractura del tobillo, 578
del césped, 157-158 Tríada de la mujer atleta, 636
Documento5 16/2/05 19:06 Página 680

680 REGATEAR CON EFICACIA

Triglicéridos, 53-54 Vegetarianos, 79


Tróclea, fracturas, 293 Velocidad, 42-45, 44t, 47t
Tronco, lesiones. V. Lesiones en la incremento, 48
espalda y en el tronco lineal del dedo gordo del pie, 127
Tuberosidad calcánea, apofisitis, 583 Vendaje del tobillo, 539, 541t
Tumores de partes blandas, contusiones, efecto sobre el rendimiento, 544
443 frente a tobilleras, 542
Uña Viajar al extranjero, responsabilidades
exostosis subungueal, 491 del médico de equipo, 166
fisuras, 492 Viajero, diarrea, 194
hematoma subungueal, 491 Viscoelástica, relajación, 42,
incarnada, 490 Vitamina C, 58
del dedo del pie, 490 Vitaminas, 58
Uretritis, 196 cantidades diarias recomendadas,
Vaciamiento gástrico, 110 58
contenido calórico, 111 hidrosolubles, 58
Vagina, infecciones, 197 liposolubles, 58
Valores diarios de referencia de suplementos, 88, 92t, 90, 93t
Coubertin, 659 Vítreo, hemorragia, 255, 570
Valores diarios de referencia de Vómitos, 195
Merode, 659 Von Willebrand, enfermedad sanguínea,
Valores diarios de referencia, 61 443
Varo Wingate, prueba, 217
inestabilidad, 365 Yodo, 58
laxitud, 365 Zapato gastado, 146

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