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Primera edición
ISBN: 84-8019-808-7
Fotocomposición: Bartolomé Sánchez de Haro
bartez@telefonica.net
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mas informáticos.
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COLABORADORES
PAOLO AGLIETTI, MD DOUGLAS W. BROWN, MD
Clínica Ortopédica Práctica privada, Cirugía Ortopédica
Universidad de Florencia y Medicina del Deporte
Florencia, Italia Asociados en Ortopedia de Pórtland
Comité Médico Asociado de Fútbol
MICHELLE AKERS-STAHL, MD de EE.UU.
USSF Nacional Board of Directors Preparador Físico del Equipo
Oveido, Florida Femenino de Fútbol de EE.UU.
Portland, Maine
ELIZABETH A. ARENDT, MD
Profesora adjunta de Cirugía WILLIAM G. CLANCY, JR., MD
Ortopédica Profesor de Cirugía Ortopédica
Directora médica de los equipos uni- Universidad de Virginia
versitarios de atletismo Charlottesville, Virginia
Directora del Instituto de Medicina Profesor de Cirugía
del Deporte UAB, Escuela de Medicina,
Minneapolis, Minnesota Departamento de Cirugía
Miembro del equipo de cirujanos del
WILLIAM R. BARFIELD, Ph.D Centro Ortopédico y Medicina del
Educación Física y Salud, Colegio de Deporte de Alabama
Charlesto Birmingham, Alabama
Charleston, Carolina del Sur
KRISTINE CLARK, Ph.D, RD
JEFFREY A. BAUER, Ph.D Directora de Nutrición deportiva aso-
Profesor adjunto de Ejercicio y ciada al American College of Sports
Ciencias del Deporte Medicine
Director del Laboratorio de Ex presidenta de la American
Biomecánica Dietetics Assoc.
Universidad de Florida Universidad Park, Pensilvania
Miembro de la Sociedad Americana
de Biomecánica EDUARDO HENRIQUE DE ROSE, M.D.
Gianesville, Florida Ph.D., FACSM
Profesor de Medicina del Deporte
BARRY P. BODEN, MD Universidad del Estado de Rio
Asociado en Medicina del Deporte Grande do Sul
Centro Médico de la Universidad Presidente de la Federación
Duke Internacional de Medicina del
Departamento de Cirugía Ortopédica Deporte
Dirham, Carolina del Norte Porto Alegre, Brasil
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COLABORADORES 7
ÍNDICE
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
I. MEDICINA DEPORTIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13
1. Perfil fisiológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15
2. Metabolismo de la energía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .25
3. Fuerza, rapidez y flexibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35
4. Aplicaciones dietéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51
5. Necesidades nutricionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73
6. Nutrición y rendimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .97
7. Líquidos y electrólitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .105
PREFACIO
La copa del mundo de fútbol se celebró por primera vez en EE.UU. durante
el verano de 1994. La Federación de Fútbol de los EE.UU. aprovechó esta opor-
tunidad para reunir a un número de autoridades mundiales en el área de la medi-
cina deportiva y la ciencia del fútbol. Se celebró una conferencia internacional
desde el 11 hasta el 15 de junio en el Dolphin Resort en Orlando, Florida, antes
de la apertura de la Copa del Mundo.
Las presentaciones realizadas en esta conferencia multidisciplinaria forman el
núcleo de este libro.
Nuestra intención al escribir este libro era hacer accesible para todos un com-
plejo material científico; desde el entrenador amateur sin conocimientos científi-
cos o médicos, hasta el médico practicante.
Hemos intentado cubrir la fisiología y biomecánica básica del fútbol, aplica-
das a aspectos de nutrición, tratamientos comprensibles de lesiones enfocando el
mecanismo de las lesiones y su tratamiento, y temas selectos como la jugadora
de fútbol femenino, los jóvenes y aspectos psicológicos del deporte.
La Federación de Fútbol de EE.UU., a través de su Comité de Medicina
Deportiva, es responsable de la conferencia y de este libro.
Es importante agradecer a los patrocinadores que ayudaron a hacer posible
tanto la conferencia como este libro: Snickers, Gatorade y Aircast. Tambien
expresamos nuestro agradecimiento especialmente a Patty Butterfield y Patty
Marchak (Federación de Fútbol de EE.UU.); Gerry Newton y John Lohnes
(Duke University Medical Center), y Darlene Cooke, Sharon Zinner y Paula
Mueller (Williams y Wilkins); sin su apoyo, ni la conferencia ni este libro ha-
brían sido posibles.
I
MEDICINA
DEPORTIVA
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Documento1 14/2/05 17:06 Página 15
1 PERFIL
FISIOLÓGICO
Thomas Reilly
PERFIL FISIOLÓGICO
17
Carrera
20
Esprint
11
Paseo
24
Retroceso
7
Figura 1-1. Porcentaje de la distancia total cubierta por categorías durante un partido.
Posición de juego
POSICIÓN
Figura 1-2. Distancias abiertas según la posición de juego. (Datos de: Reilly T., Thomas V.
An Analysis of work-rate in different positional roles in professional football match-play. J.
Hum Movement Sci 1976;2:87-98.)
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PERFIL FISIOLÓGICO
19
Estilo de juego
Equipos con alta habilidad pueden dictar el ritmo de juego; así pues será el
estilo de juego el que determine el índice de esfuerzo. Jugadores de gran habili-
dad pueden usar sus niveles físicos para presionar en la posesión del balón y for-
zar al contrario a cometer errores. El método “directo” de juego evita una lenta
concentración desde la defensa e impone un alto índice de esfuerzo a los jugado-
res; los defensas se agrupan con los centrocampistas para apoyar al jugador-obje-
tivo o a los jugadores atacantes.
Un ejemplo de este estilo fue usado por la selección de la República de
Irlanda en la Eurocopa de 1988 y la Copa del Mundo en 1990 y 1994. Un análi-
sis conductual en el partido Irlanda- Inglaterra mostró que los jugadores irlande-
ses raramente perdían la posesión del balón en su área del campo. Esto contras-
ta con la mayor frecuencia de pérdida del balón por parte de los jugadores ingle-
ses en su área. Aunque el estilo irlandés ha sido criticado por su forma directa,
éste ha evolucionado para acomodar tanto a jugadores con altísimos índices de
esfuerzo como a jugadores habilidosos con bajos índices de esfuerzo. Noruega y
Suecia, ambos clasificados para la Copa del Mundo de 1994, usan una misma
variante del método “directo”.
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Paseo
Trote
Zancada
Esprint
Retroceso/
ladeo
En posesión
Distancia (km)
Figura 1-3. Índice de esfuerzo de un delantero de la Copa del Mundo mientras juega en un
partido de la primera división inglesa.
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PERFIL FISIOLÓGICO
21
Los jugadores también toman parte en pugnas por la posesión del balón,
incluyendo cabeceos y entradas. También deben correr con el balón. Los análisis
de las consecuencias energéticas de regateos con el balón se han realizado en
condiciones de laboratorio. Sin tener en cuenta la velocidad, el regateo supone
una constante elevación del coste energético. La desviación del lactato con un
aumento de la intensidad del ejercicio ocurre a una velocidad menor que al correr
normalmente. Esto demuestra que entrar corriendo con el balón proporciona un
mayor estímulo de entrenamiento que correr a la misma velocidad. La zancada
es menor e irregular al llevar el balón. Esto sirve para controlar el balón y enga-
ñar al contrario.
Los movimientos hacia atrás y de lado también elevan el consumo de oxíge-
no en comparación con la carrera normal. En estos casos, las elevaciones son
desproporcionadas si se aumenta la velocidad del movimiento.
ESFUERZOS EN EL ENTRENAMIENTO
Tabla 1-1.
Calentamiento 120 ± 2
Flexibilidad/calistenia 112 ± 3
Carrera 144 ± 3
Entrenamiento de circuito y de peso 125 ± 4
Práctica de habilidades 128 ± 5
Simulacros 137 ± 4
Partidos 157 ± 7
Períodos de recuperación 102 ± 3
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Los jugadores son reacios a entrenar a alta intensidad en simulacros sin balón.
Las prácticas cronometradas tienen poca fiabilidad cuando están dirigidas por el
equipo técnico. Por ello, las tareas de campo que incorporan carreras en zigzag,
giros rápidos y ejercicios con el balón es más probable que motiven a los juga-
dores a un máximo esfuerzo.
La carga de entrenamiento tiene que estar distribuida de manera cíclica
durante la semana para preparar los partidos de fin de semana.
La energía utilizada llega al máximo a mediados de la semana antes de
aumentar para el partido. Esto evita una reducción de las reservas de glucógeno
antes de la competición. La intensidad del entrenamiento debe reducirse si se jue-
gan dos partidos a la semana. Se debe enfatizar la seguridad y la prevención de
lesiones en épocas de intensos compromisos deportivos.
Se ha de tener cuidado con los entrenamientos de pretemporada para evitar
lesiones debido al repetitivo aumento de carga física. Los jugadores pueden
haber dejado todo ejercicio físico durante las vacaciones y volver con sobrepeso.
Poner demasiado énfasis en los ejercicios aeróbicos y de resistencia en la pre-
temporada puede suponer una reducción de la fuerza muscular al comienzo
de temporada. Los elementos del programa de entrenamiento deben equilibrarse,
especialmente en la pretemporada.
El estado aeróbico debe mantenerse durante toda la temporada. Esto depen-
derá de cómo los jugadores se mantienen unidos y sin lesiones. Apor demostró
cómo el nivel medio aeróbico de los equipos de la primera división se correla-
cionaba con la clasificación final de la liga. Las victorias significan mejor esta-
do físico y a su vez una moral más elevada de equipo, mientras que las derrotas
y las lesiones desencadenan un círculo vicioso de malestar físico y moral.
La predominante preparación aeróbica de los jugadores de fútbol se refleja en
muestras de músculos tomados de futbolistas de elite. Éstos tienden a poseer
enzimas oxidativas de atletas de alta resistencia. No obstante, deben tener en
cuenta el entrenamiento de la fuerza física, en vista de los componentes de con-
tacto y sus elementos anaeróbicos.
La fuerza muscular a altas velocidades parece ser lo más relevante para el fút-
bol. Es muy importante que estén muy equilibrados los músculos isquiotibiales
y los cuádriceps, especialmente para la acción excéntrica del último en el control
del tiro.
El entrenamiento de la fuerza muscular puede mejorar el rendimiento del tiro,
siempre que sea funcionalmente relevante y añadido más que reemplazado por el
entrenamiento normal de fuerza física. Los mejores jugadores belgas mejoraron
sus habilidades de tiro cuando utilizaron un programa especialmente diseñado
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PERFIL FISIOLÓGICO
23
LECTURAS RECOMENDADAS
Apor P. Successful formula for fitness training. En: Reilly T, Lees A, Davids K,
(Eds.). Science & Football Londres: E & FN Spon, 1988:95-107.
Caterall C, Reilly T, Atkinson G y cols. Analysis of the work-rates and heart-rates
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Perceptual Motor Skills 1984;58:49-50.
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2 METABOLISMO
DE LA ENERGÍA
Björn Ekblom
Frecuencia cardíaca
mente, la frecuencia cardíaca, estos datos indican que durante el partido de fút-
bol se produce una considerable sobrecarga en la cadena de transmisión de oxí-
geno. Las mediciones correspondientes no publicadas realizadas en nuestro labo-
ratorio con mujeres futbolistas mostraron que la frecuencia cardíaca media de
cinco jugadoras de campo con una frecuencia media máxima de 195 (± 9) duran-
te tres partidos fue de 177 (± 11), 174 (± 11) y 173 (± 10). Estos datos muestran
que, en lo que respecta a la competición futbolística, no existen diferencias en la
respuesta de la frecuencia cardíaca y, en consecuencia, en las demandas aeróbi-
cas, entre los hombres y las mujeres.
Lactato
sanguí-
neo
mmol
METABOLISMO DE LA ENERGÍA
27
Temperatura corporal
Las mediciones de la temperatura rectal después del partido pueden ser utili-
zadas para la evaluación de la demanda media de oxígeno durante el ejercicio.
Cuando la absorción de oxígeno se sitúa entre el 50% y el 75% de la potencia
aeróbica máxima, la temperatura media rectal durante el ejercicio continuado es
de 38,0 OC y 38,8 OC respectivamente. En estudios realizados con futbolistas sue-
cos, la temperatura media corporal en cuatro equipos de cuatro divisiones distin-
tas fluctuó entre los 39,0 OC y 39,5 OC. En 9 de los 125 jugadores, la temperatu-
ra rectal después del partido fue >40 OC. Las mediciones de la temperatura rec-
tal durante un partido de fútbol femenino mostraron temperaturas inferiores; los
valores medios se situaron entre los 38,0 OC y los 38,8 OC. No obstante, tanto
LACTATO SANGUÍNEOS
1.a mitad
2.a mitad
intervalo
Lactato sanguíneo
Resumen
METABOLISMO DE LA ENERGÍA
29
CONSIDERACIONES ANAERÓBICAS
Déficit de oxígeno
Bases bioquímicas
METABOLISMO DE LA ENERGÍA
31
Limitaciones
• Cantidad de espacio libre. Este hecho está limitado tanto por la oxidación del
piruvato en la fibra activa y la fibra adyacente del músculo como por el trans-
porte del lactato al espacio intersticial y la sangre. El primero se ve incremen-
tado por los niveles más elevados de enzimas mitocondriales oxidativas, y el
segundo por el aumento de la capilarización, perfusión periférica y absorción
en otros tejidos.
METABOLISMO DE LA ENERGÍA
33
LECTURAS RECOMENDADAS
Balsom P, Soderlund K, Ekblom B. Creatine and creatine supplementation. Sport
Med 1994;18:268-280.
Balsom PD, Seger JY, Sjodin B, y cols. Maximal-intensity intermittent exercise:
effect of recovery duration. Int J Sports Med 1992;13:528-533.
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exercise dehydration in man. Acta Physiol Scand 1970;79:475-483.
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Saltin B, Hermansen L. Esophageal, rectal and muscle temperature during exer-
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Tumilty D. Physiological characteristics of elite soccer players. Sports Med
1993;16:80-96.
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3 FUERZA,
RAPIDEZ Y
FLEXIBILIDAD
Gilbert W. Gleim
FUERZA
Probablemente, la fuerza es el más estudiado de todos los factores de rendi-
miento. Los factores que influyen sobre la fuerza son el área de sección cruzada
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Tabla 3-1.
FLEXIBILIDAD
Dado que, en el fútbol, el pie es el principal agente de contacto con el balón,
la necesidad de lograr una máxima movilidad somete a las extremidades inferio-
res a demandas elevadas. Aunque no disponemos de métodos para lograr medi-
ciones fiables de la flexibilidad dinámica en los humanos, la necesidad de ésta es
imperativa. Las roturas ligamentarias o los desgarros musculares son algunos de
los posibles resultados de las demandas ejercidas sobre las articulaciones. Por
consiguiente, la mayoría de nuestra información sobre la flexibilidad en los
humanos es resultado de mediciones estáticas, en las que es poco probable que
se produzcan lesiones. Este hecho desemboca en posibles malinterpretaciones de
los hallazgos por lo que respecta a su aplicación a los deportes.
La flexibilidad es una función de factores fisiológicos y mecánicos (fig. 3-1).
El músculo esquelético posee propiedades materiales que exhiben un comporta-
miento viscoso y elástico, y, en consecuencia, se denomina viscoelástico. Si el
músculo es estirado, se alarga progresivamente, un ejemplo de su comportamien-
to viscoso. Un músculo estirado con rapidez retrocederá en cierta medida, un
ejemplo de su comportamiento elástico. El grado del tono muscular subyacente
también puede repercutir sobre la flexibilidad. A este fenómeno contribuyen
tanto el grado de superposición del miofilamento como el de actividad de la
motoneurona gamma. Finalmente, la conformación de las superficies óseas de la
articulación, y quizá de las estructuras capsulares, puede limitar la flexibilidad en
los extremos del intervalo de movimiento.
La resistencia al estiramiento del músculo esquelético es a la vez activa y
pasiva. El reflejo del eje muscular, que está suscitado por el estiramiento del ten-
dón, es un ejemplo de resistencia activa. Las teorías sobre las técnicas de con-
tracción-relajación están basadas hasta cierto punto en la desensibilización de
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esta actividad refleja, de manera que el músculo pueda ser estirado en mayor
grado antes de suscitar una contracción refleja. No obstante, esta contención
carece de pruebas concluyentes.
La resistencia pasiva al estiramiento es una propiedad del tejido conectivo del
músculo.
FACTORES NEURONALES
Aferentes Eferentes
(órgano axial, GTO) (motoneurona
gamma)
FACTORES MECÁNICOS
Normal
Laxo
Test de Ober
Dedos del pie fuera
Rodillas al pecho
Laxo
Laxo Normal Rígido
Rígido
Rígido
Figura 3-2. Pruebas de flexibilidad estática divididas en las amplias categorías de laxo, nor-
mal o rígido.
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movimiento normal sea mayor en el caso de los músculos rígidos que en el de los
músculos flexibles. Como consecuencia, la rigidez muscular puede conllevar
ventajas (con respecto a la economía del movimiento) y desventajas (con respec-
to a la lesión). En cualquier caso, esta zona fundamental del movimiento huma-
no requiere más investigaciones.
La meta de los programas de estiramiento consiste en producir una deforma-
ción plástica del tejido conectivo en el interior del músculo. La duración del efec-
to, tanto del estiramiento agudo como del estiramiento crónico, no se conoce
bien.
En el examen de la disminución de la tensión de los isquiotibiales durante una
elevación frontal de la pierna, se produce una ostensible relajación no lineal al
cabo de 45 segundos. Los primeros 20 segundos de un estiramiento producen la
mayor disminución de la tensión. Asimismo, el estiramiento agudo reiterado está
asociado con disminuciones reducidas. Como la relajación viscoelástica depen-
de de la temperatura, la mayor deformación plástica se produce después de la
actividad que ha calentado el músculo. Aunque se trata de un hecho no probado,
es probable que los programas de estiramiento realizados después de la actividad
física den como resultado el mayor incremento de la flexibilidad a corto plazo.
Además del estiramiento estático, también se utilizan las así llamadas técni-
cas de estiramiento de contracción-relajación y de contracción-relajación-agonis-
ta-contracción (reunidas bajo el nombre de técnicas de facilitación muscular pro-
pioceptiva). En estos casos, lo razonable es inhibir la actividad refleja contráctil
del músculo que está siendo estirado. Aunque los estudios electromiográficos no
corroboran esta creencia, los individuos pueden experimentar menos dolor, desde
un punto de vista subjetivo, mientras están realizando el estiramiento. Es proba-
ble que, cuanto mayor sea la fuerza de estiramiento aplicada al elemento vis-
coelástico, mayor será la subsiguiente disminución de la tensión. Con frecuencia,
el dolor en el interior del músculo que está siendo estirado limita la cantidad de
fuerza que se puede aplicar.
VELOCIDAD
La velocidad es de gran importancia en el fútbol. Tanto si se trata de un error
en el posicionamiento, de la recuperación de un balón robado, de entrar a rema-
tar de cabeza o de superar a un defensa, la velocidad es necesaria en todos los
casos. La velocidad puede convertir a un jugador dotado en un jugador excepcio-
nal, y a un jugador por debajo de la media en un jugador útil. La velocidad es una
de las características que distingue de manera clara al futbolista de elite de los
jugadores de otros deportes.
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Tabla 3-2.
Fútbol Nacional
de EE.UU. Corriendo 4,33
AGILIDAD
El cambio de dirección a elevadas velocidades en reacción a un estímulo que
tiene lugar durante un partido es la esencia de la agilidad. Por definición, la agi-
lidad depende de la velocidad. Además, también depende de la coordinación neu-
romuscular y de la retroalimentación propioceptiva de los receptores articulares.
Quizá más que cualquier otro factor, la agilidad se ve comprometida por la ines-
tabilidad de la articulación, que probablemente afecta la propiocepción.
Como factor de rendimiento, la agilidad difiere del resto de factores discuti-
dos, ya que también depende de un factor ambiental, en concreto la interacción
bota-superficie. Cuando el cuerpo cambia de dirección, es preciso tener un con-
tacto firme con el suelo. Para que esto suceda, deben establecerse elevados coe-
ficientes de fricción en la interacción bota-superficie. Cuando esto ocurre, las
fuerzas de fricción incrementadas se transmiten a la rodilla. Como resultado del
esfuerzo por mejorar el rendimiento a través del calzado, las probabilidades de
sufrir una rotura ligamentaria se han visto incrementadas, ya que al pie le resul-
ta imposible liberarse.
Aunque existen un gran número de pruebas de agilidad, sólo hemos consegui-
do localizar una directamente aplicable al fútbol. Consiste en correr en zigzag
describiendo una figura en forma de ocho alrededor de pequeños conos coloca-
dos en una zona de 3 5 metros (fig. 3-3). Los atletas completan tres circuitos sin
●
fueron invitados a valorar la capacidad del jugador para moverse sin balón, para
entrar y defender al oponente y para replegarse a la posición defensiva después
de haber perdido el balón (v. Gleim, 1988). Es preciso realizar más pruebas espe-
cíficas sobre las características de agilidad de los futbolistas y sobre el modo en
que estas habilidades se modifican al aumentar los niveles de juego.
La cuestión referente al desarrollo de un entrenamiento específico para la agi-
lidad en el fútbol puede ser discutida, ya que se trata de una parte integral de cada
partido o entrenamiento, entren o no los jugadores en contacto con la pelota y se
trate de futbolistas ofensivos o defensivos.
Aunque no hay pruebas al respecto, los ejercicios para incrementar la agilidad
con la pelota pueden aumentar las probabilidades de lesión. Es un hecho acepta-
do que, a causa de la disminución de fuerza, flexibilidad y del tiempo de reacción,
la agilidad tiende a disminuir con la edad. No obstante, no disponemos de una
prueba definitiva de esta afirmación. Ciertamente, antes de volver a la competi-
ción tras una lesión, el preparador físico debería utilizar ejercicios de flexibilidad
para poner en forma al atleta y para verificar su capacidad para competir.
CARRERA EN ZIGZAG
Salida
5 metros
Meta
3 metros
Figura 3-3. Se toma el tiempo que tardan los atletas en dar 3 vueltas consecutivas descri-
biendo un 8 en un circuito de las dimensiones indicadas.
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RESUMEN
En el caso de los futbolistas, no disponemos de pruebas científicas relativas
al impacto de los métodos de entrenamiento que actúan sobre los factores de ren-
dimiento. Algunos entrenadores están deseando entrenar a la mitad de su equipo,
con la otra mitad actuando como controladores. Como consecuencia, no es pro-
bable que sepamos cuáles de las intervenciones actuales ayudan a aumentar el
rendimiento. La tabla 3-3 es una especulación sobre el modo en que los factores
discutidos se relacionan con el fútbol.
La designación de (+) o (-) en la tabla es la afirmación cualitativa del modo
en que un factor está presente en una categoría dada. Es probable que los incre-
mentos de fuerza tengan un gran efecto sobre el rendimiento, y un efecto inclu-
so mayor en la prevención de las lesiones. En general, la medición de fuerza es
buena, pero la reproducibilidad de la fuerza de alta velocidad, en los niveles de
movimiento del fútbol, es pobre. El entrenamiento de flexibilidad puede aumen-
tar el rendimiento, pero también puede disminuirlo mediante el consumo de más
energía. Es probable que el entrenamiento de flexibilidad tenga un efecto bene-
ficioso en la prevención de lesiones, si bien éste es un hecho que sólo podemos
medir de manera estadística, no dinámica.
Tabla 3-3. Esta tabla describe cualitativamente el modo en que un factor dado afecta el rendi-
miento y previene las lesiones, así como la fiabilidad de su medición. (+) y (-) se refieren a los
atributos positivos o negativos del factor.
Fuerza (+ +) (+ + +) (+ + / -)
Flexibilidad (+ / -) (+ +) (+ / -)
Velocidad (+ + +) (+ + / -) (+ + +)
Agilidad (+ + +) (+ + +) (+ / -)
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LECTURAS RECOMENDADAS
McHugh MP, Gleim GW, Magnusson, SP, y cols. A Cross-sectional study of age-
related musculoskeletal and physiological changes in soccer players. Med
Exerc Nutr Health 1993;2:261-268.
Narcici MV, Sirtori MD, Mognoni P. Maximal ball velocity and peak torques of
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Oberg B, Moller M, Gillquist J, y cols. Isokinetic torque levels for knee exten-
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Vandewalle H, Peres G, Monod H. Standard anaerobic exercise tests. Sport Med
1987;4:268-269.
AGRADECIMIENTOS
Me gustaría hacer constar mi agradecimiento a James A. Nicholas, doctor en
Medicina, por inculcarme las perspectivas temáticas de este trabajo. Asimismo,
quisiera dar las gracias en especial a Arnold Trachtenberg, A.T.C., que ha sido la
persona clave en mi educación sobre el deporte, el fútbol y la naturaleza de las
lesiones futbolísticas.
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4 APLICACIONES
DIETÉTICAS
Charlotte C. McIntosh
Michael K. McIntosh
LA NECESIDAD DE NUTRIENTES
La comida es algo más que una sustancia que consumimos para satisfacer las
papilas gustativas o combatir el hambre. La comida, especialmente en la canti-
dad y variedad adecuadas, es esencial para sobrevivir. Nadie puede vivir sólo de
agua con azúcar: aunque proporcione las calorías y los líquidos suficientes, apor-
ta poca nutrición. La muerte provocada por desnutrición sería la consecuencia
final de la falta de los nutrientes esenciales en la comida y de la cantidad nece-
saria de líquidos. La comida proporciona sustancias nutritivas denominadas
nutrientes, imprescindibles para el crecimiento y el desarrollo, un buen estado de
salud, la prevención de enfermedades y la optimización del rendimiento físico y
mental. Un cuerpo bien alimentado es fuerte, resistente, eficaz y capaz de adap-
tarse rápidamente a los cambios de su estado fisiológico. Mejorar los hábitos ali-
mentarios implica pensar en la comida como algo más que un simple combusti-
ble para el cuerpo. En definitiva, en cada trozo de carne, pieza de fruta, plato de
pasta o ración de verduras se encuentran los nutrientes que hacen posible la vida.
¿Por qué deben preocuparse los deportistas por estar bien alimentados? ¿No
podrán funcionar igual comiendo donuts, hamburguesas y pizza? Claro está que
los atletas pueden obtener las calorías suficientes consumiendo estas comidas,
pero sólo con ellas no podrían conseguir los nutrientes vitales necesarios para un
rendimiento máximo. Las personas necesitamos vitaminas y minerales como los
que se encuentran en los cereales, las frutas, las verduras, los productos lácteos
y las carnes para estar en buena forma física. El cuerpo humano es resistente y
puede tolerar muchas deficiencias nutritivas antes de que los síntomas obvios de
una mala nutrición sean visibles. Sin embargo, un nivel nutritivo pobre limita la
actividad diaria tanto en atletas como en personas sedentarias. No podemos espe-
rar que un coche funcione bien si en el depósito hay agua en lugar de la gasoli-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 52
na, o si se ha lubricado con aceite vegetal en vez de con aceite para coches. Las
reacciones químicas en el motor del coche requieren los combustibles y los lubri-
cantes pertinentes. Cada respiración, latido del corazón, contracción muscular y
todas las demás funciones del cuerpo humano son resultado de una reacción quí-
mica en la que intervienen los nutrientes. La comida proporciona los nutrientes
que se transforman en compuestos químicos. Éstos suministran la energía y son
necesarios para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento del cuerpo
humano. Tener una buena nutrición es vital para alcanzar un alto rendimiento
deportivo.
Hidratos de carbono
APLICACIONES DIETÉTICAS
53
Lípidos
Tabla 4-1.
APLICACIONES DIETÉTICAS
55
Proteínas
Tabla 4-2.
Carnes Carne magra selecta, pollo y pavo Filetes de carne magra, costillas,
sin piel, filete o costillas de cerdo, chuletas, marisco frito, bacon,
marisco (cocido, asado a la parrilla salchichas, salsas y aliños de
o al grill), carnes 95% bajas en ensaladas, carne a la boloñesa,
calorías, salchichas frankfurt bajas frankfurts, hamburguesas
en calorías
Féculas Pasta con salsa de tomate, arroz, Donuts, pastas, galletas, patatas
judías secas, rebanadas de pan, fritas, galletas saladas fritas,
bollos, patatas, tostadas, tortitas, snacks de aperitivo fritos, barras
gofres bajos en calorías, cereales, de granola normales, pasteles
galletas cocidas o bajas en calo-
rías, barras de granola bajas en
calorías, pan ácimo, magdalenas
APLICACIONES DIETÉTICAS
57
vos y productos lácteos) y también incluyendo una variedad de legumbres (p. ej.,
judías secas, guisantes, lentejas y tofu), fibra (como pan, arroz y cereales), nue-
ces y frutos secos energéticos (como cacahuetes, anacardos y pipas de girasol) en
la dieta diaria. Las proteínas de la verdura y de la fibra también son una buena
fuente de hidratos de carbono complejos. Las verduras son bajas en grasas siem-
pre y cuando no vayan acompañadas de margarina, salsa de nata líquida, salsas
normales u otras salsas para ensaladas.
Las raciones dietéticas recomendadas (RDR) de proteínas están determinadas
por el peso corporal y por la edad. La mayoría de personas en buena forma físi-
ca en edades comprendidas entre 4-6, 7-14, 15-18 años y mayores de 18 años
necesitan consumir a diario un 1,2, 1,0, 0,9 y 0,8 % de proteínas por kilogramo
de peso corporal, respectivamente. La cantidad de proteínas necesaria para per-
sonas con una alta actividad deportiva no es muy diferente de la que necesitan
las personas normales sanas, y se puede obtener consumiendo porciones extra de
proteínas de alimentos de buena calidad. A menos que un suplemento adicional
de aminoácidos contenga los nueve aminoácidos esenciales, estos costosos
suplementos se emplearán más probablemente para producir energía o serán
almacenados como grasa, dependiendo del balance de energía de la persona.
Además, esta conversión del exceso de aminoácidos en energía o grasa contribu-
ye a la deshidratación y puede provocar problemas de riñón debido al alto volu-
men de trabajo que supone excretar el exceso de amoníaco. Para garantizar que
la proporción de proteínas se utiliza para la síntesis de proteínas y no para las
necesidades energéticas, se deben consumir diariamente las calorías suficientes,
especialmente en forma de hidratos de carbono complejos.
Tabla 4-3.
Vitaminas
Minerales
APLICACIONES DIETÉTICAS
59
Tabla 4-4.
Agua
Las personas no podemos vivir sin agua. El cuerpo humano contiene un 50-
70% de su peso en agua, dependiendo claro está de la edad, del género y de la
masa muscular. Además de la función vital del agua en el metabolismo energéti-
co, el equilibrio osmótico, el transporte de nutrientes y la eliminación de resi-
duos, también evita que el cuerpo se sobrecaliente. De hecho, la reposición de
agua es el factor nutricional más importante durante el ejercicio prolongado,
especialmente cuando hace calor. Sudar es el mecanismo para enfriar el cuerpo
que disipa el calor corporal central producido durante el ejercicio y en condicio-
nes de altas temperaturas. La pérdida excesiva de sudor, del 4-10% del peso cor-
poral, durante el ejercicio intenso en climas calientes o húmedos puede provocar
temperaturas centrales elevadas, deshidratación y pérdidas de electrólitos. Estos
factores causan mareos, desmayos, calambres, fatiga y, si no se tratan debida-
mente, problemas cardíacos. Una pérdida de agua del 20% del peso corporal
puede provocar coma o incluso la muerte. Para compensar las pérdidas de agua
debe consumirse ésta antes, durante y después del ejercicio físico, así como evi-
tar tomar diuréticos. Una regla de oro es beber dos vasos de líquido por cada
Documento1 14/2/05 17:06 Página 60
APLICACIONES DIETÉTICAS
61
1.600 60 220 53
1.800 68 248 60
2.000 75 275 67
2.200 83 303 73
2.400 90 330 80
2.600 98 358 87
2.800 105 385 93
3.000 113 413 100
Documento1 14/2/05 17:06 Página 62
Tabla 4-5.
APLICACIONES DIETÉTICAS
63
Grasas,
aceites y
dulces
CONSUMIR EN
PEQUEÑAS
CANTIDADES
Grupo Pescado,
lácteo: leche, huevos, carne,
yogur y queso aves, legumbres
y judías secas
2-3 RACIONES
2-3 RACIONES
Grupo de Grupo
verduras de frutas
6-11 RACIONES
Siguiendo las pautas anteriores sobre las proporciones recomendadas, las per-
sonas sanas, entre ellos los deportistas, tendrán una buena alimentación sin nece-
sidad de complejos vitamínicos, minerales o proteínicos adicionales. Las llama-
das “píldoras mágicas”, que proclaman (falsamente) añadir vigor y salud al cuer-
po, no sólo no son necesarias, sino que incluso pueden ser perjudiciales. La pirá-
mide de la guía de la buena alimentación defiende el consumo de hidratos de car-
bono (pan, cereales, arroz y pasta), de fruta y verdura, y también de alimentos
ricos en proteínas (carnes, aves, pescado, legumbres, huevos, nueces) y de pro-
ductos lácteos. Actualmente, los estadounidenses tienden a consumir muchas
carnes grasas, pocas féculas, patatas con mucha mantequilla y nata líquida o
patatas fritas, pan blanco con mucha miga, una o dos raciones de frutas y verdu-
ras, y muchas comidas con exceso de calorías y poco valor nutritivo como pata-
Tabla 4-6.
APLICACIONES DIETÉTICAS
65
tas fritas en bolsa, productos de bollería, galletas, refrescos con azúcar y postres
lácteos con muchas grasas (que a su vez proporcionan muy poco calcio). Éste es,
sin duda, el motivo por el que muchas personas tienen problemas para aprender
nuevos hábitos alimentarios que contribuirían a mantener una dieta mucho más
saludable. La pirámide de la guía de la buena alimentación recomienda reducir
las grasas, los aceites y los dulces, así como aumentar los alimentos ricos en
hidratos de carbono y mantener una dieta equilibrada en general.
tentempiés sanos como la fruta fresca o los frutos secos, las barras de cereales, el
yogur o las galletas de chocolate son mucho más recomendables. Siguiendo las
directrices presentadas en la pirámide de la guía de la buena alimentación, es
posible tener una amplia variedad de alimentos para escoger los tentempiés.
Pueden resultar muy reconfortante tomar un tentempié a media mañana y a
media tarde y todos conocemos la sensación de bienestar que produce una buena
comida. ¿Qué sucede cuando un deportista tiene hambre? Suele sentirse débil,
irritable e impaciente. Puede resultarle difícil pensar con claridad y rapidez. No
es tan difícil sentirse mejor, sólo hace falta un pequeño bocadillo y una pieza de
fruta, una magdalena, unas galletas o un tazón de cereales.
El hambre no es algo que se deba combatir ni ignorar. Es una señal de que el
cuerpo necesita energía. Cuando el cuerpo recibe la energía necesaria, una varie-
dad de alimentos equilibrada y comidas bajas en calorías, nuestros mecanismos
de control innatos pueden regular lo que comemos. Es importante prestar aten-
ción a las señales del cuerpo; comer cuando se tiene hambre y beber cuando se
tiene sed (o antes de hacer ejercicio o de trabajar a altas temperaturas). Uno de
los motivos por los que sentimos hambre es porque el nivel de azúcar en la san-
gre es menor que de costumbre. Cuando se ingieren alimentos, se digieren y la
energía y los nutrientes de la comida se absorben en la sangre. El azúcar en
la sangre (glucosa) aumenta y el deseo de comer desaparece. Tener el estómago
lleno también produce satisfacción. Aunque hay muchas teorías sobre la regula-
ción del hambre y del apetito, también hay otros factores que controlan de forma
natural los alimentos que consumimos. Por este motivo, un deportista que sigue
una dieta relativamente sana y que lleva una dieta ordenada de comidas y tentem-
piés no necesita contar las calorías para mantener un peso satisfactorio. Requiere
un esfuerzo llegar a un punto en que la mente, las papilas gustativas y los sínto-
mas del hambre funcionen bien en conjunto, y por ello, el deportista debe apren-
der a comer los alimentos adecuados a las horas correctas, teniendo en cuenta la
cantidad mínima de raciones de cada uno de los cinco grupos de alimentos de
la píramide de la guía de la alimentación.
Una persona activa no necesita comer una dieta alta en grasas para obtener las
calorías y la energía necesarias. Por otra parte, tampoco hay necesidad de redu-
cir estrictamente ni de eliminar todos los alimentos con grasas, como el pollo
frito o la pizza pepperoni. Puesto que las necesidades calóricas de los atletas tien-
den a ser mayores que las de las personas sedentarias, puede resultar difícil man-
tener el peso con una dieta estricta. Es importante seguir una alimentación mode-
rada y variada, incrementar el consumo de alimentos altos en hidratos de carbo-
no, comer más a menudo y llevar una dieta equilibrada para garantizar un consu-
mo calórico adecuado. Para ayudar a la población a mantener una línea sana y
Documento1 14/2/05 17:06 Página 67
APLICACIONES DIETÉTICAS
67
Por ejemplo:
Juan mide 1,76, por lo que su peso ideal es:
48 kg + (2,70 kg 8) =70 kg +/- 10%
●
El +/- 10% del peso ideal se emplea para ajustar el PI para personas con una
estructura ósea pequeña (-10%) o grande (+10%). Algunas personas tienen unos
huesos ligeros, por lo que deberían pesar proporcionalmente menos que las per-
sonas con la misma talla y un peso óseo medio. Asimismo, otras personas pue-
den tener los huesos más gruesos y pesados y deberían pesar más que la persona
media por su estatura. Por este motivo, es correcto considerar este margen en el
peso ideal; por ello el margen del PI de Juan es de 70 kg +/-10%. En relación a
su estatura, el PI de Juan es:
Huesos medios = 70 kg
Huesos grandes = 77,5 kg [70 + (0,1 70)]
●
Por ejemplo:
Josefina mide 1,61 metros, por lo que su peso ideal es:
45,3 kg + (2,2 kg 3,2) = 52,2 kg +/- 10 %
●
Un deportista con una gran masa muscular, como por ejemplo un culturista,
puede pesar más de lo que indica su peso ideal. El músculo pesa más que la grasa
y los cálculos del PI se basan en el individuo medio, no deportista. Conseguir estar
en forma es estupendo, pero en lo que se refiere al peso, si un deportista está den-
tro de su margen de peso, aunque tenga un poco más de grasa de lo debido o que
sus compañeros de equipo, no debería obsesionarse con perder o controlar su peso.
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APLICACIONES DIETÉTICAS
69
Hombres 11-14 55
15-18 45
19-24 40
25-50 37
Mujeres 11-14 47
15-18 40
19-24 38
25-50 36
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RESUMEN
Este capítulo ha expuesto las bases para mantener una dieta equilibrada, que
puede conseguirse consumiendo las proporciones adecuadas de cada uno de los
cinco grupos de alimentos detallados en la pirámide de la guía de la alimenta-
ción. No existe ninguna receta ni dieta mágica para aumentar el rendimiento
físico: el único secreto es mantener una dieta equilibrada y variada. Los hábitos
alimentarios erróneos pueden tener un efecto negativo sobre los niveles de entre-
namiento y rendimiento. La dieta del deportista debe ser parecida en su compo-
sición a la de los individuos corrientes. Las diferencias básicas son las necesida-
des de calorías y de fluidos, que, para algunos atletas, pueden ser el doble depen-
diendo del tipo y de la duración de sus niveles de actividad. En estos casos de
actividad física continuada deben consumirse cantidades adicionales de alimen-
tos y líquidos ricos en hidratos de carbono. Por lo tanto, comer platos ricos en
hidratos de carbono complejos (pan integral, de fibra, cereales, pasta, arroz, pata-
tas, legumbres, frutas y verduras) y bajas en calorías (productos lácteos desnata-
dos y carnes magras) y beber muchos líquidos contribuirán a que el individuo
alcance unos niveles de rendimiento y de forma física máximos. Los capítulos
siguientes proporcionan interesantes consideraciones que conciernen a los futbo-
listas. Unos hábitos alimentarios adecuados son imprescindibles para el buen
funcionamiento diario de un individuo y son fáciles de aprender. Al principio
puede suponer esfuerzo mentalizarse, pero siempre hay que pensar que es con-
veniente aplicar estos cambios positivos en nuestra alimentación. Los entrenado-
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APLICACIONES DIETÉTICAS
71
res que trabajan para fomentar unos hábitos alimentarios correctos no sólo logran
mejorar el rendimiento de los deportistas, sino que ayudan a establecer las bases
para una buena forma física. El objetivo más importante es hacer que los buenos
hábitos alimentarios se conviertan en un comportamiento instintivo. Gracias a
ellos los deportistas recibirán la recompensa por una buena forma física y un
cuerpo sano: una mayor resistencia y un rendimiento elevado en todos los aspec-
tos.
LECTURAS RECOMENDADAS
5 NECESIDADES
NUTRICIONALES
NECESIDADES ENERGÉTICAS
El fútbol está considerado como un deporte de alta intensidad y de actividad
intermitente. Los niños menores de 10 años participan en partidos divididos en
cuatro partes de 12 minutos cada una. Tiene lugar un descanso de 5 minutos entre
cada cuarto del partido, y un descanso de 10 minutos después de los dos prime-
ros cuartos. Los jóvenes mayores de 10 años participan en partidos divididos en
dos partes, de 25 minutos de duración cada parte, y de 45 minutos por cada parte
Documento1 14/2/05 17:06 Página 74
NECESIDADES NUTRICIONALES
75
Aportaciones proteínicas
Tabla 5-1.
Grupo de lácteos
Leche entera, 1 taza 99 8 12 2
Queso americano, 1 loncha 106 6 - 9
Queso Cheddar, 1 loncha 114 7 - 9
Queso Cottage, 1/2 taza 109 13 3 5
Queso suizo, 1 loncha 107 8 1 8
Cacao 1/2 taza 164 7 19 7
Helado de vainilla, 1 taza 135 2 16 7
Leche, 1 taza 150 8 11 8
Leche con chocolate, 1 taza 208 8 26 8
Leche desnatada (2%), 1 taza 121 8 12 5
Leche descremada, 1 taza 86 8 12 -
Batido de chocolate, 1/2 taza 356 9 63 8
Pudding de chocolate, 1/2 taza 161 4 30 4
Yogurt de fresa, 1 taza 225 9 42 3
Grupo cárnico
92 5 1 8
Bacon, 2 tiras
142 9 26 1
Judías, sofritas, 1/2 taza
182 26 0 8
Roastbeef, 90 g
195 23 5 9
Hígado de cordero, 90 g.
201 26 2 9
Pollo frito, 90 g
83 5 1 6
Huevo frito grande
79 6 1 6
Huevo hervido grande
95 6 1 7
Huevo revuelto grande
172 7 1 15
Salchicha de frankfurt 60 g
179 26 0 8
Jamón cocido, 90 g
230 15 13 12
Corte de carne, 90 g
186 23 0 10
Empanada de carne, 90 g
186 9 6 16
Mantequilla de cachuete, 1 cucharada
211 9 7 18
Cacahuetes salados, 1/2 taza
134 10 22 1
Guisantes, alcaparras (verdes) 1/2 taza
94 6 17 -
Guisantes, alcaparras (maduros) 1/2 taza
193 16 6 11
Percal frito, 90 g
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NECESIDADES NUTRICIONALES
77
Grupo de cereales
Pan ácimo 165 6 28 2
Galleta, levadura 103 2 13 5
Pan blanco, 1 rebanada 61 2 12 1
Pan de harina, 1 rebanada 55 2 11 1
Pan de trigo, 2 rebanadas 191 6 30 5
Cereales, 3/4 taza 72 2 16 -
Galletas Graham 2 54 1 10 1
Galletas saladas 5 60 1 10 2
Granos de maíz molido, 1/2 taza 62 2 14 -
Fideos con huevo, 1/2 taza 100 3 19 1
Harina de avena 66 2 12 1
Pancake pequeño 61 2 9 2
Arroz, 1/2 taza 112 2 25 -
Bollo de frankfurt 119 3 21 2
Bollo de hamburguesa 119 3 21 2
Bollo duro 156 5 30 2
Tostada 61 2 12 1
Tortita de maíz pequeña 63 2 14 1
NECESIDADES NUTRICIONALES
79
Otras categorías
(grasas, dulces y alcohol)
Chocolate con leche 30 g 147 2 16 9
Cerveza 1/3 l 151 1 14 0
Mantequilla 1 cucharadita 36 - - 4
Pastelito picante, 1/16 de pastel 234 3 40 9
Bizcocho, 1/12 de pastel 196 5 36 4
Crema de chocolate, 2 cucharadas 93 1 24 1
Café negro, 1/2 taza 2 - - -
Galleta dulce 89 1 14 3
Donut 125 2 17 6
Salsa francesa, 1 cucharadita 66 - 3 6
Postre de gelatina, 1/2 taza 71 2 17 0
Gelatina de pasas de Corinto, 49 0 13 0
1 cucharadita
Mayonesa, 1 cucharadita 101 - - 11
Pastel de manzana, 1/6 de pastel 403 4 60 18
Palomitas, 1 taza 23 1 5 -
Patatas fritas de bolsa 114 1 10 8
Bollo danés 274 5 30 15
Sorbete de naranja, 1/2 taza 135 1 29 2
Refresco de cola, 1 vaso 96 0 25 0
Azúcar, 1 cucharadita 14 0 4 0
Vino rosado, un vaso 87 - 4 0
NECESIDADES NUTRICIONALES
81
Tabla 5-2.
Grupo de
pan, cereales,
arroz y pasta
6-11 raciones
NECESIDADES NUTRICIONALES
83
Grupo de
pan, cereales,
arroz y pasta
6-11 raciones
NECESIDADES NUTRICIONALES
85
mediodía, deben consumirse 1/3 de las calorías necesarias durante el día. Entre
la hora del mediodía al atardecer debe consumirse otro 1/3 de las calorías diarias,
y el último tercio debe consumirse antes de ir a dormir. Es importante que las
calorías adecuadas de una variedad de alimentos que ofrecen una mezcla de
hidratos de carbono, proteínas y grasas se consuman a lo largo del día. Pue-
de observarse un ejemplo de este modelo, basado en el consumo calórico diario
de 2.500 calorías y el número recomendado de raciones de la pirámide de la guía
alimentariaa, en la tabla 5-3.
Aunque llevar una dieta sana durante todo el día es un consejo inteligente, los
adolescentes suelen saltarse el desayuno, y cuando deciden comer algo, escogen
alimentos con niveles bajos de vitaminas y minerales.
En una encuesta realizada en 1995 a los nadadores y las nadadoras adolescen-
tes del Campo deportivo de la Penn State University, la mayoría sabían cómo
comer adecuadamente, pero respondieron que no tenían tiempo para poner en
práctica sus conocimientos sobre nutrición. De hecho, la mayoría reconoció que
no comían adecuadamente porque les gustaba demasiado la llamada “comida
basura”. Estas modas no sorprenden. Los deportistas estudiantes tienen unos
hábitos alimenticios pobres debido a la falta de tiempo y a su preferencia por las
comidas rápidas y por la “comida basura”.
Los gajos de naranja suelen estar presentes en todos los partidos de fútbol y
aportan dos nutrientes importantes que los jugadores pueden necesitar a mitad de
partido o entre partidos. El primer nutriente es el hidrato de carbono en forma
de azúcar de fruta o fructosa. El segundo es el agua que se encuentra en el
zumo de la fruta. Dependiendo de la selección del alimento y de la cantidad de
calorías que el futbolista haya consumido antes del partido, se determina si se
necesitan hidratos de carbono, pero el agua siempre es un elemento imprescindi-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 86
Tabla 5-3.
10:00 horas
Pan 2 rebanadas H. carbono, proteína 140
Crema de cacahuete 2 cucharadas Grasas, proteínas, h. carbono 185
Mermelada 1 cucharada H. carbono 48
Zumo de naranja 1 vaso H. carbono 112
Documento1 14/2/05 17:06 Página 87
NECESIDADES NUTRICIONALES
87
12:00 horas
Fideos 2 tazas, cocidos H. carbono, proteínas 280
Espagettis en salsa 1 ración Proteínas, h. carbono, grasas 160
con ternera
Refresco 1 lata H. carbono 70
13:00 horas
Yogurt (bajo en 1 taza Proteína, h. carbono, grasas 200
calorías)
Cucurucho de helado 1 cucurucho H. carbono, proteínas 45
normal
15:00 horas
Barrita de cereales 1 barra H. carbono, proteínas, 140
grasas
18:00 horas
Hamburguesa 120 g Proteína, grasa 280
Bollo 1 unidad H. carbono, proteínas 140
Queso no graso 1 loncha Proteínas, grasa, h. carbono 90
Patatas fritas de
bolsa 1 bolsa pequeña Grasa, H. carbono, proteínas 110
Zanahorias 5 ó6 H. carbono, proteínas 25
Apio 5 ó6 H. carbono, proteínas 25
Leche desnatada 1 vaso Proteínas, h. carbono 80
21:00 horas
Manzana 1 mediana H. carbono 80
* Las calorías están basadas en Bowes and Church’s Food Values of Portions Commonly, de
Bowes y Church, 14 ª edición, 1985.
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Líquidos
NECESIDADES NUTRICIONALES
89
Tabla 5-4.
Tabla 5-5.
1. Acudir a un dietista diplomado que colabore con los padres y con el jugador.
Puede contactar con este tipo de especialistas en centros de medicina depor-
tiva, hospitales y clínicas.
2. El jugador de fútbol debería anotar todo lo que come durante aproximada-
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NECESIDADES NUTRICIONALES
91
Tabla 5-7.
Calcio (mg)
300-350 Leche sola o con chocolate,
1 taza
1 yogur, 240 g
Batido, 300 g
200-275 Zumo de naranja con concentra- Queso manchego, Mozzarella,
do de calcio, 180 g queso suizo, 30 g
Sardinas o salmón en lata (con Pizza, 1 porción
espinas 90 g Burrito
Tofu crudo, 1/2 taza Tostada con huevo
150-175 Ruibarbo, cocido y edulcorado,
1/2 taza Gelatina, pastel de queso, 1/8 del
Harina de avena instantánea, pastel
1 paquete Pudding, casero o instantáneo
Loncha de queso, 30 g (preparado con leche), 1/2 taza
Macarrones con queso, 3/4 de taza
Crema de tomate en lata y sopas
de champiñones (preparadas con
leche), 1 taza
100-125 Brécol con salsa de queso, Torta de crema
1/2 taza
Brecol cocido, 1/2 taza Taco
Patatas gratinadas, preparadas o Hamburguesa con queso
caseras, 1/2 taza Bocadillos fríos, 1 unidad
Judías secas, 1/2 taza Pan de maíz, 1 pieza
Fruta de la pasión, 1/2 de taza 2 rebanadas de pan francés con-
Queso fresco, 30 grs. gelado
Helado de vainilla o de nata, Bollos y gofres con condimentos
1/2 taza Magdalenas inglesas
50-75 Pudding de maíz, 1/2 taza Pastel de pan de jengibre, 1 pieza
Habichuelas cocidas, 1/2 taza Pudding de maíz, 1 porción
Kimbombó, 1/2 taza Sorbete de naranja, 1/2 taza
Puré de patatas instantáneo, Judías cocidas, 1/2 taza
1/2 taza Salchicha de pavo
1 taza de cereales Queso de granja, bajo en grasas,
Pan de trigo, 1 taza 1/2 taza
Pastel de calabaza, 1/8 de pas- Pastel picante, 1/12 de pastel
tel
Menos de 50 Leche de soja, 1 taza
Judías cocidas, 1/2
Los adolescentes necesitan 1.200 mg de calcio al día.
Todas las cifras están redondeadas a los 25 mg.
Todos los vegetales con hojas de color verde oscuro (espinacas, berzas, etc.) han sido excluidos porque el calcio no puede
ser absorbido.
Fuente: Food Values of Portions Commonly Used. J. Pennington, J.B. Lippincot Co., Filadelfia, 1989.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 93
NECESIDADES NUTRICIONALES
93
Tabla 5-8.
Aunque las carnes no son necesariamente mucho más ricas en hierro que los alimentos vegetales, la absorción de hierro
de los alimentos animales es mejor.
(Fuente: Bowes and Churh Food Values of Portions Commonly, de Bowe y Church, 14ª edición)
10.Reducir las porciones de carne. Comer un solo plato de carne como máximo
en cada comida y recortar toda la grasa de la carne de vaca, del cerdo, del pes-
cado y de las aves. Recuerde, la piel es grasa, por lo que es aconsejable no
comer la piel del pollo o del pavo.
El interés por aumentar peso es más frecuente entre los deportistas varones
que entre las mujeres y puede llegar a provocar frustración cuando el atleta no
Documento1 14/2/05 17:06 Página 94
logra ganar algo de peso a pesar de sus intentos. Al contrario que con la pérdida
de peso, el aumento de peso implica que deben consumirse al día más calorías de
las que vamos a quemar con el ejercicio o la actividad cotidiana. Deben ingerir-
se aproximadamente entre 500-1.000 calorías adicionales por día para maximi-
zar el aumento de peso. Si la actividad aumenta en un momento determinado,
será necesario aumentar también el consumo de comida.
Cualquier comida nutritiva ingerida normalmente puede ayudar a ganar peso
si se come en grandes cantidades. Por ejemplo, si consume una taza de pasta con
media taza de salsa, sólo tiene que añadir una taza adicional de pasta y otra media
taza de salsa. El resultado será de 140 calorías adicionales de la pasta y aproxi-
madamente 50-80 calorías de la salsa (dependiendo de los ingredientes). Si toma
una taza de leche a la hora del desayuno, deberá tomar dos para aumentar peso
progresivamente. Procure llevar siempre encima comida y comer tentempiés
entre horas. En la tabla 5-10 aparecen algunos ejemplos de comidas poco costo-
sas y fáciles de transportar que puede ingerir para aumentar la cantidad de calo-
rías y, con ello, ganar peso.
El tipo de peso que desea ganar un futbolista joven es en forma de tejido
muscular, no de grasa. Junto con las calorías adicionales, el deportista debería
levantar pesos para promover el crecimiento de los tejidos musculares y la hiper-
trofia de la célula muscular.
Tabla 5-9.
4-6 10 800
7-10 10 800
Hombres
11-14 12 1.200
15-18 12 1.200
Mujeres
11-14 15 1.200
15-18 15 1.200
NECESIDADES NUTRICIONALES
95
Tabla 5-10.
Comida Calorías
Resumen
El tipo y la cantidad de comida que un futbolista coma puede influir en los
niveles de fatiga, el nivel de hidratación y el rendimiento global durante el entre-
namiento y la competición. Los padres y los entrenadores de los deportistas ado-
lescentes deben prestar atención a las comidas y a las bebidas que eligen para
garantizar un consumo adecuado de calorías, teniendo en cuenta la fase de creci-
miento de la persona y la energía que necesita. Aunque el 55% de la dieta de un
deportista debe incluir alimentos ricos en hidratos de carbono, las proteínas y las
grasas son nutrientes igualmente importantes, pero que se requieren en menores
cantidades.
La pirámide de la buena alimentación es un punto de referencia para los
deportistas jóvenes que necesitan la información pertinente para elegir una dieta
saludable. Una dieta equilibrada incluye comidas de los cinco grupos de alimen-
tos, es decir, hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Cualquier deportista que esté interesado en llevar una dieta vegetariana o baja en
calorías debe informarse de las calorías y de los nutrientes necesarios. Debe pres-
tarse especial atención a las cantidades de calcio y de hierro, especialmente en
las deportistas femeninas.
Finalmente, cabe reconocer que tomar tentempiés entre horas es aceptable.
Aun así, los deportistas jóvenes deben asimilar que los snacks o aperitivos deben
ser más ricos en nutrientes y en minerales que en sabor. Es muy importante orien-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 96
tar a los jóvenes deportistas hacia una combinación de comidas tradicionales con
comidas rápidas y recordarles que la moderación, el equilibrio y la variedad de
todos los alimentos es la clave para una buena alimentación y para un rendimien-
to deportivo óptimo.
LECTURAS RECOMENDADAS
6 NUTRICIÓN Y
RENDIMIENTO
Donald T. Kirkendall
NUTRICIÓN Y RENDIMIENTO
99
DIETA BAJA EN
HIDRATOS DE CARBONO
TURNOS DE
ENTRENAMIENTO
(2 HORAS)
TIEMPO (horas)
Figura 6-1. Los efectos de la dieta en el glucógeno del músculo durante días seguidos de
ejercicio.
cen en el capítulo 1 demuestran que es durante la primera parte cuando más corre
el jugador. Por consiguiente, el nivel de glucógeno y los datos de rendimiento se
corresponden; cuanto más glucógeno haya almacenado, más resistencia habrá a
la hora de correr. En el tercer nivel, que pertenece al final del partido, los nive-
les de glucógeno en el músculo se corresponden con los niveles observados en el
agotamiento voluntario.
mg/100 mg
NUTRICIÓN Y RENDIMIENTO
101
ALMACENAMIENTO DE GLUCÓGENO
(mmoles gu/kg/24 hrs)
Figura 6-3. Relación entre la cantidad de hidratos de carbono ingeridos y la cantidad de glu-
cógeno almacenado en el músculo esquelético.
Tabla 6-1.
NUTRICIÓN Y RENDIMIENTO
103
culo eran superiores después del partido que cuando no tenían el polimero. Los
niveles de glucógeno no se reducían y tenían un mayor valor energético en los
músculos. Los jugadores corrieron más en la segunda parte y a mayor velocidad,
y fueron capaces de mantener la intensidad de la primera parte durante más tiem-
po en la segunda. Estos hechos también han sido constatados durante un torneo
simulado en la liga local.
metros
alto
bajo
Correr Caminar
Figura 6-4. Los efectos de los niveles de glucógeno en el músculo antes del partido sobre el
volumen de ejercicio y la intensidad.
Tabla 6-2.
RESUMEN
Es importante mantener el consumo adecuado de hidratos de carbono para
obtener un buen rendimiento en las actividades deportivas como el fútbol.
Durante el partido se gastan unas energías que deben reemplazarse con variedad
de hidratos de carbono durante el transcurso de un período de 24 horas, empe-
zando inmediatamente después del entrenamiento o del partido. Para satisfacer
las demandas del equipo y del partido es necesario seguir una dieta equilibrada.
Siga las recomendaciones (tabla 6-2) y su equipo afrontará el partido con plenas
energías. Recuerde, cuanto más glucógeno y glucosa haya disponibles para el
músculo, más rápido y durante más tiempo podrán correr sus jugadores.
LECTURAS RECOMENDADAS
7 LÍQUIDOS Y
ELECTRÓLITOS
Donald T. Kirkendall
EN CONDICIONES DE CALOR
LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
107
Calor
Humedad
La saturación del aire con agua también puede afectar la pérdida de calor,
especialmente la evaporación, que está determinada por el gradiente. Si el aire es
seco (humedad baja), el agua puede eliminarse fácilmente de la piel saturada y
convertirse en gas. Sin embargo, si el aire está muy saturado de agua (humedad
alta), el nivel de evaporación y la pérdida de calor se producen con mayor lenti-
tud. Si se mantiene el nivel de ejercicio, la temperatura interna aumenta antes de
que el proceso de enfriamiento permita hacer bajar la temperatura.
Ropa
Llevar ropa limita la pérdida de calor porque actúa como una barrera y crea
un microclima entre el tejido y la piel. El agua debe pasar antes de la piel al teji-
do para conseguir un entorno más amplio. El nivel de pérdida de calor depende
de las fibras del tejido. El algodón es una fibra cilíndrica que se expande cuando
está húmeda y limita la pérdida de calor. Los nuevos tejidos de poliester con
mayores áreas de superficie permiten unos niveles más rápidos de evaporación.
Las ropas de tejidos plastificados crean un entorno entre ellas mismas y la piel
que está saturado de agua y que restringe altamente la evaporación y el enfria-
miento.
CONSECUENCIAS DE LA DESHIDRATACIÓN
La pérdida de líquidos por causa del ejercicio tiene muchas consecuencias. La
pérdida de peso de menos del 2% del peso corporal de una persona con un buen
nivel de hidratación tiene pocos efectos sobre el rendimiento. Cuando la pérdida
de peso es superior al 3%, se produce un declive progresivo en la capacidad físi-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 108
INGESTIÓN DE LÍQUIDOS
El objetivo principal consiste en cómo minimizar las posibles consecuencias
que pueden dañar gravemente el organismo debido a la deshidratación grave.
Para enfriar el cuerpo, el sudor debe evaporarse (principalmente el agua con un
poco de sal y de otros electrólitos). El sudor (que no deja de ser un líquido) que
se desprende debe reponerse. Éste un simple concepto que los organismos mili-
tares adoptaron antes que la comunidad deportiva. La prescripción ideal para la
ingestión de fluidos es ahora el tema de interés.
La bebida
Hay muchos factores relacionados con las características de una bebida.
Algunas de las variables son el volumen ingerido, la concentración de electróli-
tos, y el tipo y la cantidad de hidratos de carbono y la temperatura de la bebida.
Volumen
Los animales como el burro, el perro, la cabra beduina y el mono ingieren
líquidos en aproximadamente la misma proporción que la pérdida de fluidos;
pierden 2,5 kg de líquido y beben la cantidad equivalente de agua. El mecanis-
mo de sed de los humanos no permite una equivalencia tan exacta de pérdida y
reposición; ya que no puede compensar la pérdida de sudor, se desarrolla un esta-
do conocido como deshidratación voluntaria. El intento por equiparar la pérdida
de peso con la ingestión de líquidos provoca una sensación de saciedad durante
el ejercicio.
La cantidad de líquido vaciado del estómago en el intestino delgado aumen-
ta con el volumen añadido hasta aproximadamente 600 ml (120 g). El estómago
debería poder albergar unos 100-200 ml de líquido cada 15 minutos. Un volumen
mayor no puede vaciarse más rápidamente. El volumen adicional permanece en
Documento1 14/2/05 17:06 Página 109
LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
109
Tabla 7-1.
1 45 6
2 30 8
3 20 9-10
4 15 8-9
5 15 10-11
6 10 8-9
7 10 8-10
* Modificada de: McArdle WD, Katch FI, Katch VL. Exercise physiology: energy, nutrition,
and human performance. 3ª ed. Filadelfia: Lea & Febiger, 1991:563.)
Documento1 14/2/05 17:06 Página 110
LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
111
Temperatura
A volúmenes constantes de bebidas, los fluidos fríos son vaciados por el estó-
mago tan rápido como se beben a la temperatura del cuerpo. Las bebidas frescas
son las preferidas por los atletas y son más efectivas.
Vaciado gástrico
Todas las variables explicadas interactúan para influir en la capacidad del
intestino para vaciar los líquidos del estómago y en la absorción de estos líqui-
dos en el intestino. Durante unos cuantos años, el papel del estómago como puer-
ta de entrenada se consideró como el mecanismo de limitación del proceso ente-
ro. Las investigaciones anteriores demostraron que el nivel de vaciado gástrico
durante el reposo era más lento cuando la bebida tenía más del 2,5% de glucosa.
Cualquier bebida más concentrada sería perjudicial para el vaciado gástrico.
Tabla 7-2.
Absorción intestinal
La zona anatómica más importante es el intestino, donde son absorbidas la
bebida y sus contenidos. En relación a los líquidos, la presencia de glucosa y de
sodio potencia la absorción de líquido intestinal. Cuando son transportados a tra-
vés de la pared del intestino, las células se vuelven hipertónicas y el agua es
absorbida para desequilibrar la osmolaridad. Éste es el concepto base que subya-
ce en la utilización de líquidos que contienen glucosa y sodio para combatir la
diarrea. La absorción de agua es mayor cuando el contenido de glucosa en el
intestino es del 1-3% y el sodio es de entre 90-120 mmol/l. La mayoría de bebi-
das son ricas en glucosa y bajas en sodio. La glucosa es diluida por las secrecio-
nes constantes (de las glándulas salivales, el estómago, el páncreas y la vejiga)
en el tracto gastrointestinal y el sodio aumenta porque algunas de las secreciones
gástricas tienen un alto contenido de sodio.
LÍQUIDOS Y ELECTRÓLITOS
113
miento. La función del tracto gastrointestinal debe reducirse relación con las
necesidades de los músculos activos. Así pues, cuanto más duro es el ejercicio,
menos líquido puede ser absorbido.
RESUMEN
Uno de los cambios más importantes para mejorar el rendimiento en el depor-
te es el consumo de líquidos para prevenir problemas inducidos por el calor. Para
Documento1 14/2/05 17:06 Página 114
lograrlo y mejorar con ello el rendimiento, deben ingerirse líquidos. Para optimi-
zar la absorción de líquidos por el intestino, el líquido debe ser una solución
diluida de glucosa y de sodio que sea baja en calorías. Es aconsejable seguir un
esquema de ingestión de líquidos, y para ello deben colaborar los organizadores
de los torneos consiguiendo más oportunidades para beber durante los partidos.
Pueden utilizarse recipientes con líquidos alrededor del campo o en las redes de
las porterías para tener al alcance los líquidos necesarios durante el partido.
LECTURAS RECOMENDADAS
II
BIOMECÁNICA
Documento1 14/2/05 17:06 Página 116
Documento1 14/2/05 17:06 Página 117
8 REMATES DE
CABEZA
James M. Lynch
Jeffrey A. Bauer
Rematar un balón de fútbol con la cabeza implica una serie de actos dinámi-
cos que deben coordinarse con precisión para garantizar el lanzamiento correcto
de la pelota. El cuerpo entero debe estar preparado para que el impulso dé resul-
tado. Esta habilidad se vuelve más difícil cuando el jugador debe rematar el
balón mientras corre o salta en presencia de sus adversarios y en combinación
con otros factores diversos.
Preparación
La fase de preparación difiere según las circunstancias del juego (esto es,
posición de pie, correr o saltar). Esta fase es de crucial importancia para garanti-
zar el momento preciso para la técnica adecuada. El tronco domina la acción de
rematar el balón puesto que abarca la mayoría del peso total de todos los segmen-
tos del cuerpo.
Nuestro equipo llevó a cabo una investigación mediante un análisis electro-
miográfico (EMG) del trapecio (parte superior de la espalda) y de los músculos
esternocleidomastoideos (cuello) durante los remates de cabeza. Se colocó una
unidad móvil EMG a la cintura de cada jugador.
Se adhirieron asimismo electrodos al músculo esternocleidomastoideo y al
trapecio bilateralmente, y se colocó un sensor de presión en la frente debajo de
un gorro de natación. Tanto los músculos del trapecio como los esternocleido-
mastoideos se activan durante la fase de preparación, haciendose en primer lugar
el músculo esternocleidomastoideo. La activación se inicia antes en los jugado-
res que rematan saltando.
Impacto
REMATES DE CABEZA
119
Recuperación
to para analizar los elementos relacionados con los remates de cabeza. Las velo-
cidades relativamente lentas utilizadas durante la compilación de datos reflejaron
valores similares. Aunque las fuerzas de impacto han sido determinadas a través
de análisis de cinética inversa y cálculos empíricos, todavía queda por realizar
una investigación que reproduzca verídicamente las situaciones de juego y que
publique los resultados.
Las características físicas del balón varían según su tamaño, su peso y sus
propiedades elásticas. La masa de un balón de fútbol es diferente dependiendo de
la edad de los jugadores (tabla 8-1).
Desde el punto de vista científico, el coeficiente de restitución (CR) de un
balón se determina calculando la razón entre la distancia que recorre el balón y
la altura desde la que se impulsa. El CR puede verse modificado por el material
del balón, la presión de inflado y las condiciones atmosféricas (por ejemplo, en
partidos con el césped húmedo). Las normativas de presión de inflado del balón
permiten un margen de 0,6-1,1 atmósferas (lo que equivale a 6.975 Pascales [P]).
Los balones de fútbol moldeados tienen paneles que están unidos por revesti-
mientos de goma o bien la cubierta entera está moldeada con paneles pintados.
Los balones de fútbol cosidos tienen paneles cosidos a mano de piel o de otro
material sintético parecido a la piel de cuero.
Algunas de las características de los balones cosidos son un tiempo de ele-
vación más lento y más tiempo para disipar las fuerzas que actúan. Los balones
cosidos presentan una mayor fuerza máxima, pero también pesan más que los
balones moldeados. En una comparación de balones cosidos y otros moldeados
bajo diversas condiciones de humedad y de inflado, los balones húmedos e
inflados en exceso tienen mayores fuerzas de impacto. Los balones húmedos
tienen más masa mientras que los balones inflados en exceso tienen un tiempo
de elevación más rápido y, por tanto, menos tiempo para disipar la fuerza. Los
balones cosidos secos tienen un tiempo de elevación más lento mientras que
los balones cosidos húmedos ganan masa bajo condiciones de humedad. No está
claro si en este estudio el peso ganado por el balón se debió a la absorción del
cosido o al material del balón.
Tabla 8-1.
REMATES DE CABEZA
121
Tabla 8-2.
AGRADECIMIENTOS
Los autores quieren agradecer sus esfuerzos a nuestro equipo de investiga-
ción: Nigel Sparks, Susan Mulligan, Sarah Richardson, Richard Park y Joseph
Leluga. También desearíamos dar las gracias al entrenador Barry Gorman, al
equipo de fútbol del estado de Penn y a Paromed por su cooperación.
LECTURAS RECOMENDADAS
Levendusky RA, Armstrong CW, Eck JS, y cols. Impact characteristics of two
types of soccer balls. En: Science and Football: proceedings of the first world
congress of science and football. Londres: E & F.N. Spon, 1988;385-393.
Mawdsley HP. A biomechanical analysis of heading (resumen de tesis de
Masters en la Universidad de Massachusetts). Edimburgo: Momentum,
1978;3:30-40.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 123
9 BIOMECÁNICA
DEL DISPARO
Y DEL BALÓN
William R. Barfield
La biomecánica se emplea para definir los métodos anatómicos y mecánicos
que describen el movimiento. La biomecánica del fútbol, sus técnicas, material y
el balón en sí han sido investigados a fondo desde hace varios años. Este capítu-
lo resume áreas de interés para la comunidad del fútbol, incluyendo a aquellos
que están interesados en medicina deportiva, enseñanza y entrenamiento. Las
principales áreas de interés incluyen: niveles de desarrollo, cinemática y dinámi-
ca del disparo, ángulo de aproximación, reacción de fuerza en el terreno durante
el disparo, pauta temporal, contacto con la pelota, actividad muscular, medidas
de fuerza evaluadas isocinéticamente y el balón en sí. Finalmente unas cuantas
sugerencias para futuras investigaciones.
En el fútbol, la principal habilidad empleada por los jugadores es la de dispa-
rar. Dada su importancia fundamental en el juego, esta técnica ha sido investiga-
da con frecuencia en la literatura.
NIVELES DE DESARROLLO
Las investigaciones acerca de los niveles de desarrollo (en cuanto a disparar)
llevados a cabo con jugadores de 2 a 5 años demuestran que prácticamente no
cogen impulso al lanzar un balón estático. Con niños de 6-12 años, hay una
mayor tendencia a hacer aproximaciones rápidas y con más ángulo, y con
una coordinación parcial más idónea con respecto a la velocidad de impulso de
la extremidad. Sin embargo, el hallazgo más importante es la amplia gama de
habilidades expuestas entre jugadores de la misma edad.
Ya que el fútbol es un deporte de parar y arrancar, podría suponerse que la
fuerza de las piernas sería superior entre los jugadores de fútbol que en otro tipo
de atletas. Se sometieron a niños de sexto curso a pruebas antes y después de
nueve semanas de temporada, para determinar si la naturaleza de parar y arran-
car del fútbol incrementaba la fuerza de sus piernas. Los resultados fueron poco
concluyentes ya que tanto los controles como los sujetos del estudio incrementa-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 124
ron su fuerza. Los hallazgos pudieron ser desconcertantes debido a factores como
la maduración y el hecho de que la intensidad del entrenamiento de los chicos
pudo ser poco adecuada como para producir diferencias significativas en los pro-
pósitos del estudio.
CINEMÁTICA Y DINÁMICA
Disparar es la cuestión biomecánica que más atención científica ha recibido.
Disparar se diferencia de andar y correr porque la fuerza del disparo procede
mayoritariamente del impulso, no de la extremidad de apoyo. Además, la veloci-
dad de movimiento de las extremidades es más rápida que la que se usa para
andar y correr.
La mayoría de investigaciones llegan a la conclusión de que hay dos compo-
nentes básicos en el disparo: (1) desarrollo de velocidad en la extremidad que
toma impulso, particularmente el impacto de la espinilla y el pie con el balón y
(2) lo que ocurre con el pie durante el contacto con la pelota. Disparar con éxito,
cuando se evalúa por el resultado de la velocidad del balón y/o la velocidad de
impulso del movimiento de la extremidad, se basa en la óptima aceleración y
desaceleración de distintas partes del cuerpo adyacentes, con unas dominando
en una fases y otras en fases más tardías. Factores que contribuyen a la veloci-
dad del impulso durante el disparo con el empeine incluyen la velocidad del juga-
dor, el ángulo de aproximación y la coordinación. La colocación del pie sobre el
balón y la rigidez del pie y el tobillo son variables decisivas en el impacto para
poder predecir el éxito al disparar el balón con fuerza.
ÁNGULO DE APROXIMACIÓN
Pueden observarse jugadores de distintas edades y niveles de habilidad mien-
tras se acercan al balón desde diversos ángulos. En aproximaciones de un paso,
la velocidad máxima se logra con un ángulo de 45O. La máxima velocidad de
tobillo y puntera, pero no de balón, se consigue con un ángulo de aproximación
de 30O. Una relación significativa entre la velocidad de impulso de la extremidad
y la velocidad del balón implica que los dos ángulos de aproximación deben
determinar iguales velocidades de balón. La explicación más plausible para la
diferencia entre ángulos de aproximación es el incremento de fuerza en el golpe
como resultado de una mayor fijación de las articulaciones de la rodilla y el tobi-
llo en un ángulo de aproximación de 45o. Todavía faltan investigaciones en cuan-
to a los ángulos y velocidad de aproximación, así como del resultado deseado del
disparo (saque de puerta, disparo, pase).
Documento1 14/2/05 17:06 Página 125
En los análisis sobre la fuerza de reacción del terreno (FRT), el máximo com-
ponente vertical es mayor que el medio-lateral o el anterior-posterior y no está
muy influido por el ángulo de aproximación. Aun así, cuando el ángulo de apro-
ximación es mayor, el impacto de fricción se orienta hacia una dirección más
lateral, menos anterior. También es de esperar esta relación a la inversa, en fuer-
zas laterales y frontales.
Al comparar diferencias entre lados dominantes y no dominantes, la FRT
medio-lateral va muy correlacionada con la fuerza del balón para el lado domi-
nante. Los jugadores con destreza generan mayor FRT y velocidad de balón que
aquellos que tienen menos habilidad. La conclusión es que la mayor velocidad
de balón entre jugadores con destreza se debe en parte a una mayor fuerza gene-
rada en la extremidad de soporte. Podemos pues suponer que el disparo lateral
dominante determina un modelo ideal y que el disparo no dominante produce un
resultado menos deseado, similar a las diferencias entre jugadores habilidosos y
no habilidosos. La figura 9.1 muestra la típica FRT de la extremidad de soporte
al disparar en un ángulo de aproximación de 45-60O. La fuerza máxima medio-
lateral (Fy) bloquea la velocidad de la fuerza máxima anterior-posterior.
La torsión en el soporte del impacto del pie es una medida del giro vertical
del cuerpo producida por la acción de impulso de la pierna. Esta torsión se redu-
ce al incrementar el ángulo de aproximación. En un acercamiento directo no se
produce torsión. En un ángulo de aproximación 45-60O, la torsión activa, lleva-
da a cabo por el movimiento asimétrico del impulso de la extremidad, equilibra
la torsión resistente en la planta del pie mediante la reacción del terreno, y puede
considerarse una excelente técnica para prevenir lesiones.
Patrón temporal
Parece ser que una de las claves principales para disparar con éxito es la
coordinación de los distintos segmentos del cuerpo. El traslado preciso de ener-
gía de un segmento del cuerpo a otro y el mecanismo exacto mediante el cual
esto ocurre no está del todo claro. Varios autores han investigado el movimien-
to sucesivo del muslo y la espinilla durante el puntapié. Los resultados demues-
tran que el muslo empieza a girar hacia delante mientras la pierna (desde el tobi-
llo hasta la rodilla) continúa girando hacia atrás. Cuando la pierna empieza a
girar hacia delante, el muslo disminuye la velocidad y durante el impacto per-
manece prácticamente estático, mientras que la pierna y el pie llegan a su máxi-
ma aceleración.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 126
Fuerza (N)
Tiempo (s)
Contacto de pie Contacto del
de apoyo balón
Figura 9-1. Fuerzas de reacción del terreno (FRT) sobre la planta del pie cuando el miembro
delantera del cuerpo realiza el lanzamiento (Fz = FRT vertical, Fy = FRT medio-lateral, Fx =
FRT anterior-posterior).
Patrón constante
vés de los tejidos blandos de la pierna después del contacto con la pelota. Una
óptima ejecución dependerá de la prevención de pérdida de energía propia en la
parte inferior de la extremidad, antes del contacto con el balón. Esto reduce el
tiempo necesario para dispersar energía y la fuerza muscular que se requiere
para que la extremidad vaya más despacio al seguir el golpe. Inmediatamente
después del contacto, la flexión de torsión de la rodilla (280 N/m) puede exce-
der la extensión de flexión (230 N/m), lo cual protege de la hiperextensión. Si
la flexión de torsión se inicia demasiado pronto, la pierna va más despacio, lo
cual determina un resultado poco deseado. Los músculos sufren mayor peligro
de lesión después de disparar. Las cargas adicionales anteriores o intermedias,
producidas durante el impacto, crean las condiciones idóneas para una lesión de
rodilla.
Hay diferencias sensibles entre la pierna dominante y la no dominante. La
velocidad lineal del quinto metatarso (dedo del pie) y del maléolo lateral (tobi-
llo) en contacto con la pelota se corresponde con la velocidad de balón resultan-
te en el lado dominante. La figura 9-2 es un ejemplo de velocidad del dedo del
pie, rodilla y cadera para la extremidad dominante. La velocidad lineal del dedo
del pie se acerca a su punto máximo al entrar en contacto con el balón. La velo-
cidad máxima angular en la rodilla se alcanza casi simultáneamente al contacto
con el balón en el lado dominante, lo cual es un buen hallazgo. La velocidad
máxima angular de la rodilla ocurre después del contacto con el balón en el lado
no dominante. La figura 9-3 muestra la posición angular, velocidad y aceleración
en la rodilla.
Los estudios demuestran que la rigidez del pie durante el contacto con el
balón es un factor crítico en disparos fuertes. Se ha encontrado una relación sig-
nificativa entre la velocidad del pie con el que se dispara y la velocidad del balón.
Los jugadores con técnica normalmente mantienen el balón más cercano al tobi-
llo (así ceden menos las articulaciones) y ponen la planta del pie cerca del balón
en lugar de detrás. La posición entre el pie que efectúa el disparo y el balón dife-
rencia a un jugador con técnica de uno que no la tiene. El desplazamiento del
tobillo (“ceder”) durante el contacto con el balón en el lado dorsal les ocurre
hasta a los jugadores con más destreza, tal como se muestra en la figura 9-4.
Fíjense en la oscilación después del contacto con el balón. El impacto plantar fle-
xiona el pie hasta que las estructuras de soporte llegan al extremo del rango de
movimiento. Para lograr un disparo óptimo, los jugadores deben golpear el balón
con la parte más cercana al tobillo.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 128
Electromiografía (EMG)
Se han llevado a cabo investigaciones sobre el tipo de balón, presión del infla-
do, y el aumento de la masa debido a la humedad. En una investigación, los balo-
nes moldeados y los cosidos (9 psi) se dejaron caer desde una cierta altura para
Documento1 14/2/05 17:06 Página 129
vlc (m/s)
Figura 9-2. Velocidad lineal de los dedos del pie (vld), de la rodilla (vlr), y de la cadera (vlc)
del miembro del cuerpo dominante durante el lanzamiento.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 130
kas (grados)
Figura 9-3. Curva dominante que representa una posición angular (kap), velocidad (kav) y
aceleración (kaa) en la rodilla.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 131
(grados)
asegurar una velocidad constante (17-18 m/s) durante el impacto. La pelota cosi-
da ejerció una fuerza de 912 N, mientras que la moldeada produjo una fuerza de
851 N. Los dos balones ejercieron claramente suficiente fuerza como para cau-
sar conmociones y fracturas.
El balón moldeado mostró 12,43 N/s de fuerza de impulso (fuerza tiempo) ●
en el impacto, y el balón cosido, 13,72 N/s, aunque los dos están por debajo de
la fuerza que se necesita para causar una lesión de cabeza. Como la cabeza está
en movimiento, el cambio de velocidad es distinto al observado en el laborato-
rio, con la probabilidad de un mayor impulso. Ya que el impulso es producto de
la fuerza y el tiempo, cuanto mayor es la variable temporal, mayores son las posi-
bilidades de reducir lesiones ya que la fuerza se puede disipar en un período de
tiempo más largo.
La media de aumento de tiempo (el tiempo que se necesita para desarrollar
las fuerzas de impacto) fue de 33 segundos en el balón moldeado y de 4,2 segun-
dos en el cosido. Cuanto menor es el aumento de tiempo, más posibilidades hay
Documento1 14/2/05 17:06 Página 132
de lesión. El aumento de tiempo del balón cosido era un 28% superior al del
balón moldeado, lo cual mantiene que es mejor utilizar balones cosidos para evi-
tar lesiones y para procurar a los jugadores el “efecto” o “toque” deseado con la
pelota.
Cuando se pusieron a prueba tres tamaños diferentes de balones de fútbol, la
fuerza máxima de impacto fue superior en los balones de mayor tamaño. Las
fuerzas de impacto del tamaño 5 sobrepasaban las del tamaño 4 y 3 en un 26% y
35%, respectivamente. Ya que tener menos masa reduce la cantidad de fuerza,
probablemente también disminuye la posibilidad de lesiones. A medida que se
reducía el tamaño del balón, también disminuía el impulso total, limitando así la
posibilidad de lesión por impacto. Esto se aplica en particular a jugadores jóve-
nes y entrenadores, ya que los niños tienen menos masa corporal. Así pues, un
balón más pequeño reduce la posibilidad de lesiones.
RESUMEN Y CONCLUSIONES
A pesar del numero de estudios sobre la biomecánica del disparo y del balón,
se requiere aún más investigación. Áreas de futuro interés incluyen la influencia
de la edad y el sexo en la mecánica del disparo, y la influencia total de la parte
Documento1 14/2/05 17:06 Página 133
superior del cuerpo durante el disparo. Cada una de estas áreas puede conducir a
nuevos caminos de investigación que podrían tener repercusión en los entrena-
mientos desde la perspectiva de la enseñanza y la preparación, y mejorar los
métodos de prevención de lesiones.
LECTURAS RECOMENDADAS
10 CALZADO
DE FÚTBOL
Y SUPERFICIES
DE JUEGO
Raymond Rocco Monto
EPIDEMIOLOGÍA
Durante el transcurso de un entrenamiento o partido de fútbol normal, depen-
diendo de la posición, un jugador correrá aproximadamente 10 km. Dada
la media de las zancadas, la mayoría de jugadores efectúan aproximadamente
4.200 taconazos por partido y más de 75.000 taconazos durante un típico mes de
entrenamiento. La fuerza en el pie mientras corremos es aproximadamente 50
veces superior a la que usamos para andar, y debe absorverse cinco veces esta
cantidad. Si añadimos a esto la carga habitual de las extremidades inferiores,
entre 3 y 6 veces el peso del cuerpo en cada taconazo, es comprensible que los
jugadores de fútbol tengan un alto riesgo de lesiones por uso excesivo.
Un balón de fútbol estándar pesa 400-450 gramos y puede ser disparado a
velocidades por encima de los 120 km/hora. Los estudios biomecánicos del dis-
paro han demostrado una significativa traslación y rotación en las cargas de tor-
sión de la rodilla y el pie durante el disparo. La mayor parte de esta torsión es
generada por los flexores de la cadera actuando concéntricamente, con los
músculos extensores de la rodilla como agonistas para acelerar la parte inferior
de la pierna hacia la pelota. Estas torsiones han sido calculadas a 2.000 Newton
(N)/m con la parte inferior de la pierna absorbiendo apenas un 15% de esta ener-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 136
gía cinética. El cuerpo absorbe estos niveles excesivos mediante una cadena de
violentas cocontracciones que empiezan en el pie y se extienden hacia los isquio-
tibiales y músculos aductores para desacelerar la pierna después del contacto con
el balón.
El índice general de lesiones en el fútbol es de entre 4 y 20 lesiones por cada
mil horas de juego. Aunque este índice es la media para la mayoría de juegos de
contacto, el índice de lesiones del fútbol sala es siete veces superior. Las lesio-
nes de pie y tobillo constituyen un porcentaje desproporcionado de este trauma-
tismo y son responsables de la mayor parte de tiempo que se pierde durante el
juego. Una encuesta radiológica reciente entre jóvenes jugadores de elite
demuestra que el 98% muestran cambios en los huesos del pie y del tobillo. Estos
cambios radiológicos van desde fracturas a huesos astillados y pueden ser los
resultados de años de acumulación de microtraumatismos en el pie y el tobillo
durante el juego.
EVOLUCIÓN
El fútbol moderno nació en el crisol de la Revolución Industrial. Como juego
diseñado para entretener a las masas de trabajadores, es natural que adquiriese su
material del lugar de trabajo. El primer calzado de fútbol era rígido, con la parte
superior de piel o botas de minero de lona y con púas de madera tachonadas a
mano en la suela. Aunque con el tiempo los fabricantes de calzado industrializa-
ron su producción, hubo poco cambio en el calzado básico de fútbol durante casi
100 años.
A mediados de los años 1950 el creciente interés por el control del balón y las
habilidades individuales condujo a que el calzado adquiriera mayor flexibilidad.
El aumento de la práctica del fútbol en Sudamérica y otros climas cálidos tam-
bién llevó a crear calzado más ligero, menos restrictivo. Gradualmente, apareció
el calzado de fútbol de corte bajo, siendo prácticamente universal hacía mitad de
los años 1960. Los años 1970 se caracterizaron por el dominio de clavos de plás-
tico moldeados y el aumento de una nueva y problemática superficie de juego: el
césped artificial (al que primero se llamó “astrocésped” ya que provenía del
Astródomo de Houston). Sin embargo, el diseño en general y el orden de los
clavos cambió poco y los años 1980 ofrecieron pocas modificaciones a pesar de
la revolución que se estaba llevando a cabo en el calzado para correr y jugar al
básquet.
Actualmente los nuevos conceptos están reformando la función y la forma del
antiguo calzado minero de fútbol. La conservación de energía y la disipación de
carga han sido incorporadas a la ecuación del diseño, y se han utilizado desde
aletas hasta cuchillas metálicas para mejorar el rendimiento y las ventas.
A fin de distinguir los elementos importantes de los nuevos diseños de los
cambios ineficaces o cosméticos, es necesario entender la forma y la función del
pie y del tobillo humano.
Mortaja
Tibia Peroné
Astrágalo Almilla
Figura 10-2. El tobillo gana estabilidad mecánica debido a su arquitectura de “mortaja y almilla”.
Inversión
Figura 10-3. La inversión normal del tobillo es dos veces mayor que la eversión.
anterior del tobillo con desgarro del ligamento tibioperoneo. Estas lesiones sin-
desmóticas son menos frecuentes que las lesiones por inversión, pero su curación
es mucho más lenta. Las investigaciones recientes destacan la propiocepción
debilitada como un factor recurrente en las torceduras de tobillo. Otros estudios
muestran la inversión disminuida del tobillo con la elevada altura del empeine,
lo que puede perjudicar la flexibilidad y los niveles de rendimiento.
La cinemática, o la anatomía dinámica, de la articulación del tobillo también
juega un papel importante en el modo de andar. El astrágalo es irregular en su
borde medial debido a que articula con el calcáneo para formar la articulación
subtalar. Esto crea una disfunción entre los ejes de movimiento medial y lateral.
Como resultado, el astrágalo se tambalea sobre el calcáneo como un neumático
Figura 10-5. El eje irregular de la articulación subtalar crea una bisagra oblicua.
Rotación interna
Bisagra
oblicua
Pronación
Figura 10-6. La bisagra oblicua de la articulación subtalar dirige la pronación progresiva del pie.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 141
Ángulo del
talón Velocidad de pronación
relativa
(pendiente de la curva)
Pronación del
pie / eversión
calcánea
Tiempo
Figura 10-7. La velocidad de pronación relativa puede medirse por la eversión calcánea (del
talón). Adaptado de Nike, Inc. Beaverton, Oregon.
Figura 10-8. Los dos huesos metatarsianos centrales permanecen fijos durante un paso nor-
mal. Esto puede aumentar el riesgo de fractura por presión.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 142
Entramado
Pieza
clave
Figura 10-9. El pie delantera contiene arcos tanto longitudinales como transversales para el
apoyo.
Documento1 14/2/05 17:06 Página 143
Torno
Figura 10-10. Fascia plantar actuando como “torno” funcional para elevar el arco.
Lengüeta
Parte
superior
Plantilla
Protector
Puntera del talón
de los
dedos
Suela
media
Suela posterior
Taco Suela externa
suela posterior que pueda deslizarse es mucho más flexible. La mayoría de los
diseños de calzado moderno utilizan un híbrido o una combinación de suela pos-
terior para ganar estabilidad y control de pronación de la suela de pieza única, a
la vez que mantienen la flexibilidad y la comodidad de las suelas deslizables. El
protector del talón está acolchado para proteger la parte posterior del pie. Suele
tener un diseño en forma de V para acomodar el talón de Aquiles durante la
hiperflexión del tobillo.
La suela media es el núcleo del calzado deportivo. Aunque ésta ha sido el cen-
tro de atención de la investigación durante más de dos décadas en otros deportes,
ha sido por lo general ignorada en fútbol. Muchas de las lecciones aprendidas del
Documento1 14/2/05 17:06 Página 146
Tabla 10-1.
Espuma de poliuretano
Acetato de viniloetileno
Celdas de aire
Gel
Hexalite
Espuma de plástico
Hidroflujo
Densidad dual (híbrido)
Documento1 14/2/05 17:06 Página 147
Figura 10-12. El poste central de los tacos puede concentrar la presión de la planta y provo-
car dolor.
toda la suela externa. Para las superficies naturales duras se recomienda un cal-
zado con múltiples clavos diseñado con un perfil bajo. Los zapatos con largos
tacos de metal deben reservarse para su uso sobre césped natural blando o húme-
do para mantener la tracción. En referencia a los jugadores adolescentes o a los
niños, los tacos suelen ser un problema ya que son demasiado largos para su altu-
ra corporal. Esto origina un desajuste potencial que crea un mayor movimiento
de brazos. Algunos diseños para jóvenes han intentado combinar las suelas exter-
nas lisas con suelas externas con tacos para mejorar la estabilidad. Estos intentos
pueden empeorar la situación creando conflictos de tracción dentro de la suela
externa misma y seguir provocando la inestabilidad de los tacos largos. En gene-
ral, los niños menores de 12 años deberían evitar utilizar calzado con clavos de
alto perfil y llevar calzado deportivo cómodo para fútbol con suela lisa o rugosa.
PLANTILLAS ORTOPÉDICAS
Las plantillas ortopédicas funcionan como sustitutas de las suelas internas y
están moldeadas para ajustar y apoyar el pie. Están disponibles en modelos per-
sonalizados, semipersonalizados o estándar. Las plantillas ortopédicas tienen
precios, ajuste y efectividad muy diferentes. Se emplean básicamente para pro-
porcionar una amortiguación y un apoyo adicional al arco longitudinal del pie
Documento1 14/2/05 17:06 Página 148
flexible en posición de sobrepronación. Los pies rígidos, con un arco alto o cavo
son más difíciles de tratar eficazmente con plantillas ortopédicas. Los diseños
avanzados de ortopedia parecen mejorar la distribución de la presión en la plan-
ta del pie y pueden ayudar a mejorar pequeñas irregularidades en la forma de
andar. Hay muchas plantillas en venta a un precio relativamente módico que fun-
cionan tan bien como la mayoría de versiones semipersonalizadas o personaliza-
das. A medida que avance y evolucione el diseño del calzado para fútbol, se redu-
cirá la necesidad de estos tipos de mecanismos adicionales.
BIOMECÁNICA
Uno de los centros de atención del diseño de calzado deportivo moderno es
la teoría de que la reducción de carga implica una prevención de lesiones.
Aunque esta ecuación todavía está por demostrar, las investigaciones han justifi-
cado modificaciones extensivas del diseño para alcanzar este objetivo. Un núme-
ro cada vez mayor de estudios científicos vincula la carga por contacto repetiti-
vo y excesiva con los traumatismos de pie y de tobillo. Las fracturas por estrés,
la osteoartritis y la anemia también han sido algunos factores considerados. Un
estudio informa sobre el descubrimiento de anemia en corredores por elevados
niveles hemolíticos, especialmente en jugadores que llevan calzado con suela
dura.
Los efectos de una carga de presión cíclica no son en absoluto perjudiciales.
Si se mantiene dentro de los límites razonables, la carga repetitiva puede refor-
zar los biomateriales como el colágeno. Esto se observa mejor en el uso adecua-
Documento1 14/2/05 17:06 Página 150
Figura 10-13. Las redes flexibles transductoras de presión se utilizan para controlar la pre-
sión de la planta.
Energía perdida
F F
U U
E E
R R
Z Z
A A
Tiempo Deflexión
Figura 10-15. El material acolchado tiene poco efecto sobre los niveles globales de la fuerza
de impacto
Estabilidad
Las suelas medias compuestas utilizan material más blando y flexible en los
laterales. Los materiales más rígidos se utilizan para crear un peso funcional. Con
la fuerza de impacto alterada medialmente, el movimiento de brazos decrece y el
nivel de pronación se ralentiza. El calzado de fútbol todavía tiene mucho que
aplicar en la tecnología de la suela media. La curva del diseño de una suela media
es otro elemento que todavía no se ha aplicado en fútbol. La curva lateral del
talón tiende a aumentar la pronación, mientras que la curva del talón medio
decrece la pronación. Éste es el motivo por el que los jugadores con seria tenden-
cia a la pronación deben llevar calzado con la parte posterior recta. La rigidez
de la suela media tiene un mayor efecto sobre la velocidad de pronación que
sobre la curva del talón. Una amplitud de la suela media elevada (hasta 90 mm)
ha demostrado reducir la velocidad y la magnitud de pronación. Sin embargo,
mayores amplitudes, aumentan el apalancamiento lateral y la velocidad de pro-
nación.
La altura del talón también tiene influencia sobre la pronación. Cuando se uti-
lizan materiales duros en la suela media, el aumento de la altura del talón incre-
menta el apalancamiento lateral y la velocidad de pronación (fig. 10-16). Se cree
que el uso de materiales más blandos que se deforman más por el impacto redu-
cirán los efectos negativos de una elevada altura del talón debido al acolchado
añadido.
En resumen, el objetivo del diseño moderno de las suelas medias es crear
un talón con la altura mínima, la amplitud moderada, la curva mínima y una
composición de bidensidad. El material acolchado blando debe utilizarse late-
ralmente y el material más rígido en la posición media para ralentizar la pro-
nación y mejorar la distribución del impacto. Estos factores deberían combi-
narse teóricamente para atenuar el impacto de la fuerza y permitir una absor-
ción eficaz.
Un determinante único de la estabilidad del calzado de fútbol es la forma de
los tacos y su longitud. Cuanto más largo es un taco, más inestable es la platafor-
ma. Esto se debe a que el taco produce un mayor movimiento en todo el sistema.
Muchas veces los tacos están situados en el centro de la suela externa, aumentan-
do así el riesgo de inestabilidad potencial. Puede mejorarse la estabilidad colo-
cando los tacos periféricamente sobre la suela externa. La mayoría de los dise-
ños de tacos utilizan un poste metálico central, que puede provocar posibles con-
centraciones de presión sobre los huesos sesamoideos y la articulación metatar-
sofalángica del dedo gordo del pie (fig. 10-17). El dolor de pies es normal en los
jugadores de fútbol y los estudios radiológicos han revelado un alto porcentaje
de fractura de los huesos sesamoideos. Se desconoce si ésta es patológica o adap-
tativa por naturaleza.
Documento1 14/2/05 17:07 Página 155
Los últimos diseños de suela externa están diseñados con materiales com-
puestos con polidensidad para mejorar la distribución de la fuerza y disminuir el
dolor de pies.
Orientación
Tibia
Peroné
Astrágalo
Eje Suela
Calcáneo subtalar media
Apalancamiento
lateral
Figura 10-16. Una suela media dura sirve para crear un apalancamiento lateral del talón y
acelera la pronación. Adaptado de Nike, Inc. Beaverton, Oregon.
Documento1 14/2/05 17:07 Página 156
Figura 10-17. Hueso sesamoideo del pie roto observado con frecuencia en futbolistas.
Fricción
Flexibilidad
CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA
La suposición de que el rendimiento puede maximizarse gracias a unas botas
que mejoren la conservación de la energía está por demostrarse. Llevar calzado
Documento1 14/2/05 17:07 Página 158
le cuesta al cuerpo una reducción de oxígeno del 3-5%. Cada 100 g adicionales
de material acolchado aumenta este porcentaje un 1%. Los últimos diseños de
calzado inteligente pueden recortar algunas de estas pérdidas por una eficaz
transferencia de energía. La eficacia del rendimiento deportivo es el resultado del
intercambio de energía entre los segmentos del cuerpo que contienen los múscu-
los, tendones y ligamentos. Al correr, este intercambio de energía potencial y
cinética es de más de 500 Julios (J) por paso. El ciclo de los cuádriceps es de
70 J, mientras que otros 70 J son almacenados y transferidos por el tendón de
Aquiles para iniciar el paso siguiente. Una cantidad desconocida se absorbe y se
transfiere mediante el mecanismo de torno del arco (fig. 10-10). En contraste, el
calzado deportivo absorbe menos de 10 J durante cada paso y retorna sólo 6 J.
Aproximadamente el 40% de la energía transferida del calzado se pierde, con su
mayor parte disipada en forma de calor. Otros temas preocupantes son la incapa-
cidad del calzado para convertir fácilmente la fuerza dirigida axialmente en fuer-
za de distribución horizontal. Ésta es una tarea compleja que la articulación sub-
talar humana realiza sin complicaciones al dar un paso.
Eventualmente, muchas de las lecciones de conservación de energía aprendi-
das de los diseños protésicos para minusválidos se aplicarán al diseño del calza-
do deportivo. Por el momento, las expectativas de maximización del rendimien-
to mediante la conservación de la energía por parte del calzado son limitadas. El
retorno de energía es incluso menos probable y requerirá tecnologías avanzadas
en el diseño y el material de fabricación.
Es más probable que la maximización del rendimiento mediante la conserva-
ción de la energía y el retorno provengan antes de los avances en las superficies
artificiales, porque esto ya se puede observar en atletismo e influirá seguramen-
te en deportes de contacto como el fútbol. Estas nuevas superficies plantearán
nuevos retos a los diseñadores de calzado deportivo.
CONCLUSIONES
Con el progreso del calzado y el material deportivo, los jugadores y entrena-
dores se enfrentan a la labor de encontrar aquellos productos que limitan real-
mente el riesgo de lesión y que mejoran el rendimiento. Como hemos podido
observar, estos objetivos son a menudo contradictorios y requieren un diseño y
una ejecución sofisticados. Las futuras investigaciones darán como resultado
nuevos diseños de las suelas media y externa. Esperamos que este capítulo haya
aportado o planteado cuestiones interesantes en el mundo del fútbol, como son el
rendimiento y el diseño del calzado.
Documento1 14/2/05 17:07 Página 159
Figura 10-18. A. “Dedo de futbolista” que resulta de la hiperextensión crónica del dedo
gordo. B. “Dedo de futbolista” que también puede deberse a la hiperflexión del dedo gordo.
LECTURAS RECOMENDADAS
III
EL MÉDICO
DE EQUIPO
Documento2 14/2/05 17:05 Página 162
Documento2 14/2/05 17:05 Página 163
11 ELROL DEL
MÉDICO DE
EQUIPO
Douglas W. Brown
INTRODUCCIÓN
El rol del médico de equipo varía según el tipo, la situación y la organización
del equipo, y depende además de muchos otros factores. Este capítulo tratará
sobre el rol del médico de equipo desde una perspectiva general y también desde
la perspectiva específica de un médico de equipo nacional que ha viajado a com-
peticiones internacionales. El autor tiene 10 años de experiencia en viajes con
varios equipos nacionales de Estados Unidos durante competiciones internacio-
nales, y acompañó al equipo nacional femenino a la Copa del Mundo en Suecia
en 1995, y al equipo nacional masculino en la Copa del Mundo en Italia en 1990.
mes de los entrenadores, directivos y jugadores indican que los mejores médicos
de equipo son aquellos que desean ayudar de cualquier otro modo cuando no
están ejerciendo la medicina. Recoger pelotas durante el entrenamiento, trasladar
material o hacer encargos son algunas de las formas en las que un médico de
equipo puede ser de ayuda. El pecado capital para un médico de equipo es no
estar a la disposición de los jugadores o entrenadores. Otras actividades como
hacer compras o visitar lugares turísticos deben estar limitadas y programadas a
conciencia. Cuando se viaja con equipos, los jugadores son la principal prioridad,
mientras que las necesidades de entrenadores, directivos y personal de otros
equipos se atenderán cuando ya estén cubiertas las de los jugadores.
Los esfuerzos por mantener una comunicación óptima con los entrenadores,
jugadores y administradores también son importantes. Es esencial trabajar estre-
chamente con el entrenador para mantener un enfoque profesional y unificado
para el tratamiento de lesiones y enfermedades. Sería inaceptable competir o
subestimar el rol del entrenador, porque su credibilidad en el equipo es esencial
para que sus recursos funcionen eficazmente. En la mayoría de situaciones, el
entrenador ha trabajado con los jugadores durante más tiempo y los conoce mejor
que el médico de equipo. Por consiguiente, éste no debe hacer nada que desme-
rezca la valoración del entrenador ante todos los miembros del equipo. Es impen-
sable que haya competición o rivalidad médica en ningún equipo.
El médico debe mantener una conducta profesional y al mismo tiempo encon-
trar el equilibrio entre ser demasiado amistoso y demasiado reservado. Siempre
es apropiado ser optimista y positivo. Los viajes largos de las competiciones
internacionales causan estrés, por lo que los jugadores necesitan buen humor y
energía positiva.
Finalmente, el rol del médico de equipo no es hacer valoraciones o juicios
sobre los jugadores o entrenadores. Aunque es importante comprender algunos
aspectos del funcionamiento del equipo y de las relaciones interpersonales para
rendir más eficaz y profesionalmente, es arriesgado implicarse demasiado. Es
mejor que el médico del equipo sea neutral respecto al funcionamiento y la polí-
tica del equipo.
RESPONSABILIDADES
La responsabilidad principal del médico de equipo es la seguridad y el bien-
estar de cada deportista.
Una preparación consciente y exhaustiva es la mejor herramienta del médico
de equipo. La siguiente lista resume los puntos más importantes que ayudan a
efectuar una buena preparación:
Documento2 14/2/05 17:05 Página 165
sustancias prohibidas, por lo que hay que instruir y aconsejar a los jugadores
para evitar que se produzcan pruebas farmacológicas positivas accidentales.
En todas las situaciones de pruebas farmacológicas, preste especial atención
a no recetar accidentalmente medicamentos que las contengan. Es recomen-
dable familiarizarse con todas las categorías de sustancias prohibidas y con
todos los medicamentos del botiquín que puedan contenerlas. Es útil marcar
estos medicamentos con etiquetas y reseñas de aviso bien visibles (para recor-
dar a los médicos, entrenador y jugadores) y separarlos del resto de los medi-
camentos. Puede obtenerse información actualizada sobre pruebas farmaco-
lógicas y sustancias prohibidas en el Comité Olímpico de EE.UU. en
Colorado Springs, CO.
médicos locales a que traten al paciente. En este caso, el médico de equipo debe
estar preparado a dirigir y ayudar en la manera que más convenga al paciente.
Algunos médicos que viajan con equipos de Estados Unidos han sido llamados
para supervisar un caso de cirugía abdominal en la Unión Soviética, una hospi-
talización por lesión grave en la cabeza en China, una operación de cirugía ocu-
lar urgente en Hong Kong, y un caso de tetraplejia transitoria acompañada de
lesión cervical de la columna vertebral en México. Todas estas situaciones se
resolvieron satisfactoriamente porque el médico del equipo actuó apropiadamen-
te y de forma responsable para asegurar y dirigir la asistencia médica local espe-
cializada.
Comida y agua
Comer bien y beber agua en buen estado son dos prioridades esenciales para
todos los equipos que viajan. Aunque no suele ser necesario, puede que el equi-
po tenga que llevarse su propia comida y agua. El personal y el médico del
equipo deben trabajar juntos para garantizar los recursos y las provisiones ade-
cuadas en cada localidad. Por norma general, es mejor beber agua envasada en
cualquier lugar. La gastroenteritis puede desarrollarse tras haber ingerido agua
del grifo, incluso en hoteles de primera clase en países desarrollados.
El problema del agua en mal estado es más grave en los climas tropicales o
subtropicales, donde es muy importante que los jugadores tengan una buena
hidratación. Los jugadores deben tener el suministro de agua necesario (a veces
2 litros o más por jugador) durante los entrenamientos y partidos. También deben
conocer los riesgos de lavarse la boca o incluso cepillarse los dientes con fuen-
tes de agua potencialmente contaminada. El hielo también es un problema, por-
que procede normalmente de fuentes dudosas, por lo que los jugadores deben
procurar beber líquidos calientes.
Además de ser el responsable de garantizar que el agua esté en buen estado y
de educar a los jugadores para que eviten todas las posibles fuentes de contami-
nación, el médico de equipo debe tener un amplio conocimiento de la fisiología
del deporte y la hidratación en cuanto al ejercicio atlético, para poder aconsejar
a los jugadores y preparadores físicos sobre qué deberían beber y cuándo.
Aunque no es uno de los temas a desarrollar en este capítulo, es también conve-
niente que el médico esté bien informado sobre el uso correcto de bebidas depor-
tivas de hidratos de carbono, la función y la frecuencia de la ingesta de los mis-
mos para mejorar o intensificar el rendimiento físico, y que tenga un extenso
conocimiento de los temas de nutrición en general. La experiencia personal
demuestra que todos los deportistas están dispuestos a recibir consejos respecto
Documento2 14/2/05 17:05 Página 168
VESTUARIO Y CONDUCTA
Las siguientes reflexiones están basadas en experiencias personales y de com-
pañeros. Éstos son algunos puntos clave para el éxito del médico de equipo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 169
Se comentó el rol del médico de equipo con muchos jugadores de elite del
equipo nacional de fútbol de EE.UU. Se les pidió su opinión sobre cuáles creían
que eran las cualidades principales de un buen médico de equipo. Sus opiniones
confluyeron en las tres categorías generales descritas a continuación.
En primer lugar, se reconoció la amabilidad, o las aptitudes sociales en gene-
ral, como una cualidad importante en un médico de equipo. Estas aptitudes socia-
les incluyen la confianza con la que los jugadores pueden hablar con el médico,
y su capacidad de comunicarse positivamente con los componentes y la dirección
del equipo.
La disponibilidad también se citó como un factor importante. El médico debe
estar presente cuando los jugadores le necesitan por razones médicas o por otras
cuestiones. El médico no será eficaz ni útil si sale por la noche o va todo el día
de compras. La mejor manera de estar a la disposición del equipo es ir a menu-
do a la sala de entrenamiento (ya sea en la calle o en la habitación del hotel asig-
nada como sala de entrenamiento). En este entorno, el médico puede observar
cómo interactúan los jugadores entre ellos y con el entrenador, y formar parte de
esta interacción. Es conveniente fijar las horas concretas en que la sala de entre-
namiento estará abierta para los jugadores que deseen ver al médico o al en-
trenador. Antes del entrenamiento, cuando el entrenador está haciendo la prepa-
ración, es un momento adecuado. Las comidas son también una buena ocasión,
ya que el médico puede anunciar su disponibilidad o fijar reuniones con jugado-
res específicos en el transcurso de ella. Es preferible que el médico asista a las
comidas del equipo, porque son un buen momento para la comunicación. El con-
tacto con el entrenador durante las comidas es igualmente importante para ase-
gurar una comunicación continua.
La capacidad no sólo se refiere a la eficacia, sino a la confianza expresada de
manera no verbal cuando el médico examina a los jugadores. Una jugadora expli-
có que había sido examinada tantas veces por tantos doctores diferentes que llegó
a adquirir una cierta competencia en el campo médico gracias al modo en que fue
examinada y a la claridad con la que le explicaron las cosas. Al igual que los
jugadores son observados y evaluados cuando juegan, el médico de equipo tam-
bién es observado y evaluado en su labor médica.
ENTRENADORES
Es imprescindible que los técnicos y el médico mantengan una buena relación
basada en el respeto mutuo, puesto que sin el respeto del entrenador el médico de
equipo no podría trabajar eficazmente. Un buen entrenador se comunicará direc-
ta y abiertamente con el médico (y viceversa) y mostrará deferencia al médico en
términos de diagnósticos médicos y de seguridad de los jugadores. En una rela-
ción adecuada no es necesario que el médico sea agresivo. Aun así, el médico
debe ser firme en sus decisiones para proteger a los jugadores de lesiones, riesgo
inapropiado, o abuso. Cuando el entrenador y el médico comprenden y asumen las
responsabilidades, la profesionalidad, los roles de cada uno y el valor del equipo,
es posible trabajar juntos para resolver los problemas de manera eficaz.
CONSEJOS ÚTILES
1. Utilice pequeños sobres de papel para dispensar la medicación. Puede escri-
bir en el sobre los nombres y las dosis diarias para ayudar a los jugadores ocu-
pados y olvidadizos a recordar tomar su medicina.
2. Dispense medicamentos sólo durante 1 o 2 días por vez y redacte informes
detallados de quién toma qué medicamentos. Este método garantiza una
comunicación continua con los atletas en tratamiento.
3. Anote quién está en tratamiento, por qué motivo y con qué medicación. Es
fácil distraerse y olvidar completar una medicación o pasar por alto medica-
mentos que podrían ser útiles. Los jugadores pueden tornarse olvidadizos
bajo circunstancias de estrés. El médico puede prevenir descuidos mediante
una buena organización.
4. Las comidas son un buen momento para dispensar la medicación, especial-
mente los fármacos antiinflamatorios no esteroideos porque se toman mejor
con las comidas. Muchos jugadores los toman y es fácil que los olviden en
sus habitaciones.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 172
LECTURAS RECOMENDADAS
12 MATERIAL CLÍNICO
DEL MÉDICO
DE EQUIPO
William J. Heinz
dos por sistemas corporales específicos (es decir: kit para ojos, kit para orejas,
nariz y garganta; kit dental, kit de traumatismos; kit de sutura; cremas /lociones;
artículos de vestir). Estos kits están diseñados para permitir el acceso a todos los
suministros y los medicamentos necesarios para tratar un problema especifíco,
como laceración o epistaxis.
Bajo las bolsas de plástico están los frascos de medicamentos (fig. 12-3).
Cada uno lleva una etiqueta en la parte superior delantera, para que puedan iden-
tificarse fácilmente dentro y fuera de la caja. En la etiqueta aparece también la
Tabla 12-1.
Sin receta
Kit de fuga
Kit tropical
Kit tropical
Guantes no estériles 2
Cinta, Dermacel, 3 cm 1
Cinta, Dermacel, 1,5 cm 1
Torniquete de goma 1
Bactrim DS (Bactrim DS) Trimetoprim, 50
sulfametoxazol de doble acción
Cipro, 500 mg Ciprofloxacina, 500 mg 300
Imodium AD cápsulas, 2 mg Loperamida, 2 mg 100
kaopectate comprimidos Atapulgite 100
Pepto-Bismol comprimidos Subsalicilato de bismuto 60
Material
Producto Cantidad
Adáptico 3 X 3 5
Cinta adhesiva retira-tampones (Clinipad) 5
Esponjas con alcohol 20
Tablilla para dedos rotos de aluminio y espuma, 2 cm 1
Band-Aids gasas elásticas 30
Tensiómetro 1
Cinta rígida – fibra de cristal 5 cm 4
Cinta rígida – fibra de cristal 10 cm 4
Cauterio, con batería 1
Collar cervical blando 1
Chux 5
Coban –10 cm 2
Aplicadores estériles con punta de algodón 10
Cinta aislante estéril 2
Cinta con rejilla estéril 2
Venda, Surgipad 12 x 20 cm 2
Parches para ojos 4
Flúor – 1 banda (oftálmico) 5
Fórceps, angular, nasal 1
Material
Producto Cantidad
Esponjas de gasa, 7 x 7 cm 20
Guantes, látex médico, estéril 2 pares
Guantes, látex no estéril 10
Tablilla inflable para el antebrazo 1
Tablilla inflable para la pierna 1
Inventario
Sobres de medicación 5 x 10 cm 50
Espéculo nasal 1
Tubos faringonasales para adultos 1
Globo nasal hemostatico Nasostat 1
Aguja – calibre 18 G 5
Aguja – calibre 22 G 5
Aguja – calibre 27 G 5
Otoscopio /oftalmoscopio, kit (Welch Allen) 1
Bolsas de plástico 5
Máscara de bolsillo con válvula de flujo unidireccional 1
Cuchillas, desechables 2
Reflex 1
Escalpelo, desechable, estéril # 11 3
Escalpelo, desechable, estéril # 15 3
Tijeras y vendas multiusos 1
Inmovilizador de hombro, grande 1
Steri-strips –1/ 10 x 10 cm packs 5
Codman, gasas estériles de algodón 1 envase
Estetoscopio – Littman 1
Stockinette, elástico – 7 x 85 cm 1
Stockinette, elástico – 9 x 85 cm 1
Kit de sutura, estéril (5 piezas*) reutilizable 1
Sutura, 0 Etileno 2
Sutura, 4-0 Etileno 3
Sutura, 4-0 Seda 3
Sutura, 4-0 Vicryl 3
Sutura, 6-0 Etileno 3
Jeringa – 12 ml 5
Material
Producto Cantidad
BOTIQUINES
Los botiquines médicos se dividen en secciones: (a) medicamentos con rece-
ta; (b) medicamentos sin receta; (c) materiales/equipo; (d) kit para países en vías
de desarrollo, y (e) kit de fuga (kit rápido). Los medicamentos con receta, sin
receta y los materiales/equipo (maletín grande) deberían ir con el médico/equipo
a todos los entrenamientos y partidos. Los materiales como la escayola deberán
estar en el kit del entrenador. El kit de fuga está pensado para ser utilizado como
acceso fácil a la medicación durante el viaje y en los días de salidas. El kit para
países del tercer mundo incluye aparatos y fluidos i.v., y antibióticos y medica-
mentos adicionales para combatir la diarrea. Este kit sólo se incluirá en viajes a
países en vías de desarrollo. Cuando se viaja a países del tercer mundo, se reco-
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Por favor, observe. Todas las sustancias prohibidas o “sólo bajo autorización”
constarán como:
* Sustancias que están prohibidas por el Comité Olímpico de EE.UU./NCAA.
** Sustancias que requieren una notificación escrita a entregar a los organis-
mos de control.
El médico de equipo debe declarar por escrito el uso de estas sustancias (en
el caso del Comite Olímpico de EE.UU., vía la Oficina Central de Medicina al
Comité Olímpico Internacional). Debe proporcionar la siguiente información: el
compuesto utilizado, la fecha de utilización, la posología, la vía de administra-
ción y la cantidad administrada. Para preguntas sobre medicamentos prohibidos
por el Comité Olímpico Internacional, de contactar con línea de medicamentos
del Comité Olímpico Internacional al 1-800-233-0393.
GUÍA MÉDICA
Cabeza
Ojo
1. Las abrasiones de córnea se manifiestan normalmente con síntomas de foto-
fobia y un fuerte dolor. Se diagnostican mediante tinte de fluoresceína y una luz
filtrada de azul cobalto, que se encuentra en las aberturas oftalmoscópicas. El
epitelio dañado se tiñe de un color amarillo verdoso brillante. Aplique el tinte de
fluoresceína, aplicando primero a ésta una gota de solución salina; a continua-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 187
ción retire el párpado inferior hacia abajo, y coloque la punta de la banda de fluo-
resceína en el fondo de saco inferior. La fluoresceína puede picar un poco, de
modo que es mejor avisar antes al paciente. Recuerde comprobar si hay algún
cuerpo extraño. Le recomiendo que no cubra con un parche el ojo, pero si es muy
necesario, cúbralo por un tiempo no superior a 8 horas.
Tratamiento
Primario. Sulf-10 (sulfacetamida), 2 gotas cada 2 horas, en vigilia; pomada
Sulf-10.
Alternativo. Neosporin (polimixina B-bacitracina-neomicina) solución oftálmi-
ca, 2 gotas, cada 2 horas en vigilia; pomada oftálmica neosporina.
Duración. Los tratamientos primarios / alternativos serán consecutivos durante
dos días.
Analgesia. Tal vez se necesiten analgésicos, porque las abrasiones suelen ser
muy dolorosas.
Material. Gafas de sol (para proteger de la fotofobia).
Tratamiento
Primario: Dos gotas de Neosporin oftálmico (polimixina B-bacitracina-neomici-
na), 2 gotas cada 2 horas en vigilia; pomada oftlámica Neosporin.
Alternativo: Sulf-10 /sulfacetamida), 2 gotas, cada 2 horas en vigilia; pomada
Sulf-10, qhs.
Duración. Tanto el tratamiento primario como el alternativo deben ser continuos
durante 3 días.
Tabla 12-1.
Tratamiento
Anestesiar la córnea y la conjuntiva, retirar el cuerpo extraño y administrar
antibiótico.
Primario. Pomada oftálmica Neosporin (polimixina B-bacitracina-neomicina).
Alternativo. Sulf-10 (sulfacetamida), 2 gotas, cada 2 horas en vigilia; poma-
da Sulf-10.
Duración. Parche en ambos ojos durante 8 horas, y después parche disconti-
nuo.
Continuar con las gotas oftálmicas de Neosporin (polimixina B-bacitracina-
neomicina), 2 gotas, cada 2 horas, en vigilia; pomada oftálmica Neosporin,
durante 48 horas.
Tratamiento
Primario. Ungüentos calientes, incisión con la punta de la aguja y drenaje, no
se necesitan antibióticos a menos que haya una celulitis difusa, en cuyo caso
hay que tratar como infección por S. aureus: Augmentin (amoxicilina, ácido
clavulánico), 500 mg, p.o., cada 8 horas, 10 días.
Alternativo. PCE (eritromicina) 500 mg, cada 12 horas durante 10 días.
C. Oído
Tratamiento
Cortisporin** (polimixina B-neosporina-hidrocortisona) suspensión ótica,
4 gotas en el canal auditivo, durante 10 días. Utilice un tapón de algodón para
evitar que las gotas resbalen cuando el paciente se levante. Si la aurícula está
roja o existe linfadenopatía, aumente la dosis de Augmentin (amoxicilina,
ácido clavulánico), 500 mg, cada 8 horas durante 10 días. (Alternativo: PCE
[eritromicina], 500 mg, cada 12 horas durante 10 días).
Tratamiento
Primario. Augmentin (amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, cada 8 horas
durante 10 días.
Alternativo. Bactrim DS (trimetoprim, sulfametoxazol), 1, cada12 horas
durante 10 días.
Nota. Añadir Cortisporin** (polimixina B-neosporina-hidrocortisona) sus-
pensión ótica, 4 gotas, durante 10 días para el canal auditivo si la membrana
del tímpano presenta rotura. Utilice un tapón de algodón para evitar que las
gotas se deslicen cuando el paciente se levante.
Tratamiento
Primario. Aspiración aséptica y vendaje con compresa para prevenir la rea-
cumulación del hematoma.
D. Nariz
1. Hemorragia nasal
Tratamiento
Primario. Presión manual en los orificios nasales durante 4 o 5 minutos.
Utilice cauterio de nitrato de plata si puede localizar el área de hemorragia.
Si no se puede controlar la hemorragia, utilice gasas quirúrgicas empapadas
de Epinefrine* 1:1.000 o spray nasal 1% Neo-Synephrine* (fenilefrina) y
llene la cámara nasal anterior. Deje el relleno en su sitio durante 30 minu-
tos o más. Si todavía no se puede controlar la hemorragia, utilice el globo
nasal hemostático Nasostat. Debe inflarlo con 15-20 ml de aire o solución
salina. Si se presenta una hemorragia nasal posterior, debe solicitarse el
ingreso en el hospital para realizar una cura ulterior. (No intente hacer esto
usted sólo, es necesario acudir a una consulta de otorrinolaringología para
el control de las vías respiratorias.)
Tratamiento
Primario. Septra DS ( trimetoprim, sulfametoxazol), 1 cada 12 horas, duran-
te 10 días.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 191
Tratamiento
Hismanal (astemizol), 10 mg, a diario (antihistamínico H-1) [NOTA. El uso de
Hismanal con eritromicina o ketoconazol está contraindicado por posibles
reacciones cardíacas: alargamiento de QT, y paro cardíaco]; Nasalide** (fluni-
solida) 2 inhalaciones en cada orificio nasal. (Éste es un fármaco esteroideo y
debe utilizarse profilácticamente; la mejoría terapéutica tarda unos cuantos días
o semanas en ser evidente. Avise al paciente de que el fármaco le escocerá
durante algunos minutos tras su administración.) Utilice Entex LA* (fenilpro-
panolamina hidroclorida, 75 mg y guaifenesin, 400 mg), para la congestión.
E. Boca/Garganta
1. Traumatismo dental
a) Fractura que afecta sólo el esmalte. Este problema es básicamente estéti-
co. Emplee papel de esmeril para alisar el contorno.
b) Fractura que afecta el esmalte y la dentina o caries sensibles al frío/calor
o la presión. El material restaurador intermedio (MRI) es un compuesto que
contiene clavo y es útil como analgésico cuando hay bulbos sensitivos o ner-
vios al descubierto. Se mezcla 1 gota de líquido en 1 cuchara de polvo hasta
hacer una pasta, y se introduce la mezcla en la cavidad o fractura. El com-
puesto estará fijado después de bastantes horas y es un material de relleno
temporal hasta que pueda aplicarse el tratamiento definitivo. Si la lesión o
caries no es sensible y sólo desea rellenar una cavidad, puede utilizar Cavit-
G que ya está premezclado como pasta, pero no tiene efecto analgésico.
c) Diente arrancado. Si un jugador se arranca completamente un diente por
causa de una lesión, debe recuperarse el diente delicadamente, con cuidado de
no tocar las raíces. Debe enjuagarse con agua del grifo o solución salina, y
recolocarse en la cavidad bucal prestando atención a la orientación del diente.
Éste deberá estabilizarse. Para lograrlo, se mezclarán partes iguales de Dycal
Documento2 14/2/05 17:05 Página 192
Tratamiento
Cierre las laceraciones de mucosas con sutura de seda (para evitar la irrita-
ción). Las laceraciones reiteradas o prolongadas deben tratarse con Augmentin
(amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, cada 8 horas, durante 7 días.
Alternativo. Cipro (ciprofloxacina) 500 mg, durante 7 días.
Tratamiento
Primario. Pen-Vee K (penicilina V), 500 mg, cada 6 horas con el estómago
vacío durante 10 días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, cada 12 horas, durante 10 días.
Nota. Evite ampicilina/amoxicilina (Augmentin [amoxicilina y ácido clavu-
lánico] si hay riesgo de mononucleosis, ya que sería una imprudencia. No uti-
lice Bactrim DS (trimetoprim-sulfametoxazol).
F. Respiratorio
1. Asma. Recuerde que no todas las respiraciones sibilantes son asma. La obs-
trucción de las vías respiratorias superiores, los productos químicos irritantes y
las reacciones alérgicas también pueden provocar las sibilancias. Además, el
asma puede manifestarse con tos.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 193
Tratamiento
Inhalador Proventil* (albuterol), 2 aplicaciones, cada 5 minutos, hasta que
desaparezcan las sibilancias. Proventil es un medicamento beta-2 simpatomi-
mético utilizado normalmente para el asma provocada por el ejercicio.
Algunos jugadores pueden estar tomando otra medicación para el asma,
incluyendo diferentes agentes beta-2 simpatomiméticos como Ventolin (albu-
terol), Bethaire (terbutalina), Maxair (pirbuterol) o Alupent (metaproterenol).
Todos estos medicamentos sirven para relajar los músculos blandos de los
bronquios. Existe alguna reacción adversa a los receptores beta-1 que puede
provocar taquicardia. Otros medicamentos recetados para el asma inducida
por el ejercicio incluyen Intal (cromoglicato sódico), que inhibe la liberación
de mediadores de hipersensibilidad en el pulmón evitando la desgranulación
de las células mastoideas (debe emplearse profilácticamente). Los corticoste-
roides inhalados se usan normalmente como profilácticos para tratar el asma
provocada por el ejercicio, incluyendo Beclovent* (beclometasona) y
Azmacort* (triamcinolona). Los preparados de teofilina orales (Theo-Dur,
Slo-bid) también se utilizan para el tratamiento del asma. Ninguno de estos
otros medicamentos está incluido en el kit ya que no tienen un efecto tan
rápido como los agonistas beta-2. Si las sibilancias no desaparecen con
Proventil, puede ser debido a una reacción alérgica.
Si las sibilancias se deben a una reacción alérgica, utilice (ver también
Reacciones alérgicas):
a) EpiPen* (adrenalina), 0,3 ml,1:1000, subcutánea o i.m. (muslo).
b) Benadryl (difenhidramina), 50 mg, i.v. o i.m. profunda; (antihistamínico
H-1)
c) Pepcid (famotidina), 40 mg, p.o. (antihistamínico H-2).
d) Esteroides sistémicos*.
e) Control de las vías respiratorias.
Tratamiento
Primario. PCE (erithomicina), 500 mg, cada 12 horas, durante 14 días.
Alternativo. Doxiciclina, 100 mg., cada 12 horas, durante 14 días.
Para la tos, tratamiento con Robitussin DM*, 10 ml, cada 4-6 horas La code-
ína* también es un medicamento muy eficaz contra la tos (Tylenol Núm 3*).
Tratamiento
Primario: PCE (eritromicina), 500 mg, cada12 horas durante 14 días.
Alternativo: Doxiciclina, 100 mg, cada12 horas, durante 14 días.
Si la neumonía es húmeda, añada Rocephin (ceftriaxona, 500 mg, i.m./i.v.
cada 12 horas) o Augmentin (amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, p.o.
cada 8 horas, durante 14 días.
G. Cardíaco
Tratamiento
Paso 1
Primario. Nitroglicerina 1/150, sublingual, cada 3 minutos, hasta 3 tomas.
Alternativo. Procardia (nifedipina), 10 mg, sublingual (utilice una aguja para
perforar la cápsula e inyecte el contenido bajo la lengua).
Paso 2
Sulfato de morfina*, 2 mg, i.v. para controlar el dolor y la ansiedad
Paso 3
Fluido i.v. y oxígeno cuando sea posible.
H. Gastrointestinal
Profilaxis
Primaria: Bactrim DS (trimetoprim-sulfametoxazol), 1 diario.
Alternativa: Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, 1 diario.
res que consuman agua no embotellada ni hielo. Tampoco les permita ingerir
comida de vendedores ambulantes ni de mercados en la calle, tampoco ensaladas
o verduras sin cocer. En cambio sí se les permite que beban bebidas no alcohóli-
cas, o cerveza / vino y bebidas preparadas con agua hervida.
Tratamiento
Primario. (a) Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, más (b) Imodium (loperamida),
4 mg inicialmente, seguidos de 2 mg por cada cámara informe (hasta 16 mg
cada 24 horas [en sustitución del Lomotil], y (c) Kaopectate (atapulgite), 2 al
día.
Alternativo. (a) Septra DS (trimetoprim, sulfamethoxazol), más (b) Imodium
(loperamida), 4 mg inicialmente, seguidos de 2 mg por cada cámara informe
(hasta 16 mg cada 24 horas) y (c) Kaopectate (atapulgite), 2 cápsulas al día.
Nota. Asegúrese de mantener el nivel de hidratación y no tema usar fluidos
i.v. Cuando cese la diarrea, puede interrumpir las dosis más altas de antibió-
ticos y reanudar el tratamiento profiláctico.
2. Náuseas / Vómitos
3. Mareo
a) Parches Scop transdérmicos (parches de escopolamina). Sirven para la pre-
vención del mareo. Pueden causar vértigo y algunas personas no los toleran.
Debe aplicarse un parche 4 horas antes de empezar el viaje y cada parche dura
3 días. Recuerde lavarse las manos después de la aplicación, porque la esco-
polamina puede dilatar sus pupilas.
b) También pueden utilizarse comprimidos de Dramamine* (dimenhidrinato),
1-2 pastillas, cada 4-6 horas, según convenga.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 196
4. Gastritis / Acidez
Los antiácidos son muy eficaces y funcionan rápidamente. Las opciones del
kit son Gaviscon (hidróxido de aluminio, trisilicato de magnesio) y
AlternaGel (hidróxido de aluminio). El Pepcid (famotidina) también es muy
eficaz en 40 mg, según sea necesario (los antihistamínicos H-2 funcionan blo-
queando la producción de HCl en el estómago).
I. Genitourinario
Tratamiento
Primario. Rocephine (ceftriaxona), 250 mg, i.m. (dosis única), y Doxiciclina,
100 mg, p.o. durante 7 días (para el tratamiento de Chlamydia).
Alternativo. Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, p.o. durante 1 dosis, más
Doxiciclina, 100 mg, p.o. durante 7 días (para el tratamiento de Chlamydia).
Tratamiento
Primario. Doxycycline, 100 mg, p.o. durante 7 días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, p.o. durante 7 días.
2. Prostatitis
Tratamiento
Primario. Cipro (ciprofloxacina), 500 mg, p.o. durante 14 días.
Alternativo. Septra DS (trimetoprim, sulfametoxazol) o Doxiciclina, 100 mg,
p.o. durante 14 días.
Tratamiento
Primario. Septra DS (trimetroprim, sulfametoxazol), 1 comprimido, p.o
durante 3 días.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 197
Tratamiento
Primario. Monistat 3 (miconazol), un supositorio intravaginalmente durante
3 días.
Tratamiento
Primario. NIX (permetrina) loción al 1% aplicada en las áreas afectadas
durante 10 minutos, aclarar a continuación. Utilizar un cepillo fino de dientes
para cepillar el vello púbico y retirar así los residuos.
J. Tejido blando/cutáneo
Tratamiento
En caso leve, tratar tópicamente con pomada Silvadene (sulfadiacina de
plata) y cambiar el vendaje a diario. Si se produce celulitis, aplicar Pen-Vee
K (penicilina V), 500 mg, cada 6 horas con el estómago vacío, durante 10
días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, cada 12 horas, durante 10 días.
Nota. Todos los jugadores deberán tener su vacuna antitetánica actualizada
antes de salir de viaje y el entrenador deberá tener conocimiento de ello. Por
este motivo, la vacuna del tétanos no está incluida en los kits.
Tratamiento
Primario. Augmentin (amoxicilina, ácido clavulánico), 500 mg, cada 8
horas, durante 10 días.
Alternativo. PCE (eritromicina), 500 mg, cada 12 horas durante 10 días.
Tratamiento local
Primario. Lidex** (fluocinonida), pomada al 0,5% en las áreas afectadas. Es
demasiado fuerte para aplicarla sobre la cara. Para el rostro, utilice poma-
da al 1% de hidrocortisona**.
Nota. También puede emplearse un antihistamínico para reducir el picor.
Primario. Hismanal (astemizol), 10 mg, p.o., diariamente. (NOTA. El uso de
Hismanal con eritromicina o ketoconazol está contraindicado debido a posi-
bles reacciones cardíacas, QT elevado, paro cardíaco.)
Alternativo. Benadryl (difenidramina), 25 mg., p.o.
Tratamiento
Primario. Nizoral (ketoconazol) pomada al 2%, aplicar diariamente en las
áreas afectadas durante 14 días.
Alternativo. Aplicar Tinactin (tolnaftato) en los pies y en las ingles.
Tabla 12-2.
Hidrocortisona* 20 mg
Cortisona* 25 mg
Prednisona* 5 mg
Metilprednisona* 4 mg
Dexametasona* 0,75 mg
Betametasona* 0,6 mg
Documento2 14/2/05 17:05 Página 199
Tabla 12-3.
1 6 6
2 6 12
3 6 18
4 6 24
5 6 30
6 6 36
7 5 41
8 5 46
9 4 50
10 4 54
11 3 57
12 3 60
13 2 62
14 1 63
Documento2 14/2/05 17:05 Página 200
K. General
Tratamiento
a) Reacción leve. incluye una ligera erupción, picor, no muestra sibilancias ni
falta de aire: Hismanal (astemizole [antihistamínico H-1]), 10 mg, p.o., a dia-
rio.
(NOTA. El uso de Hismanal con eritromicina o ketoconazol está contraindi-
cado debido a posibles reacciones cardíacas: elevación de QT, paro cardíaco.)
b) Reacción moderada con una erupción difusa y más picor, pero tampoco
ahogo manifiesto ni falta de aire: recete Pepcid, 40 mg, (famotidina [antihis-
tamínico H-2]). Considere una dosis de esteroides orales (Decadron* [dexa-
metasona] y vea Dermatitis de contacto en el apartado]) “Tejido
Blando/Cutáneo”, para las dosis y la posología.
c) La reacción alérgica grave con erupción, picor, sibilancias y obstrucción
de las vías respiratorias requerirá:
1) EpiPen* (adrenalina), 0,3 ml i.m. (muslo), cada 5 minutos hasta que las
sibilancias desaparezcan.
2) Control de las vías respiratorias.
3) Fluidos i.v.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 201
13 EXÁMENES
FÍSICOS DE
PREPARTICIPACIÓN
W. Benjamin Kibler
G. Naessens
PROPÓSITOS
Los propósitos de los exámenes EFPP son realizar una evaluación específica
de las necesidades del fútbol, preparar a los deportistas para jugar a fútbol y
minimizar el riesgo de lesiones. Para alcanzar plenamente estos objetivos, es
necesario crear un marco de trabajo para reunir los datos pertinentes.
MARCO DE TRABAJO
El marco de trabajo debe basarse en el modelo del “punto crítico” de interac-
ción del atleta con el deporte. En este modelo, el “punto crítico” en la actividad
deportiva que determina el punto máximo de rendimiento y de lesión se produce
cuando las exigencias específicas de la actividad interactúan con la constitución
musculosquelética del individuo en respuesta a tales exigencias (fig. 13-1). En
Documento2 14/2/05 17:05 Página 202
EXIGENCIAS
INHERENTES ESPECÍFICAS RENDIMIENTO
DEL DEPORTE
ACTIVIDAD
DEPORTIVA
CONSTITUCIÓN PUNTO
MUSCULOSQUELÉTICA CRÍTICO LESIÓN
DEL INDIVIDUO
OBJETIVOS
Uno de los objetivos básicos de los EFPP es identificar deportistas “de ries-
go”. Un atleta “de riesgo” puede ser aquel susceptible a dificultades médicas, no
rehabilitado totalmente de una antigua lesión, o con predisposición a una nueva
lesión por alteraciones biomecánicas o fisiológicas. Puesto que el fútbol actúa
como tensor de muchos órganos de la anatomía, todo el cuerpo debe estar prepa-
rado para responder de forma fisiológica normal a las exigencias deportivas
mediante la adaptación funcional y estructural.
Por consiguiente, deberán revisarse todos los sistemas de complicaciones
médicas que podrían empeorar a causa de las altas exigencias del deporte, o
aquellos que tienen un mayor riesgo de lesión en un deporte de contacto y de
resistencia como el fútbol. Algunos de estos procesos incluyen anomalías cardio-
vasculares y factores de riesgo, fatiga inducida por mononucleosis, esplenome-
galia, espasmos bronquiales o diabetes. Debe prestarse atención sobre todo al sis-
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MÉTODOS
Historia
Tabla 13-1.
Nombre
¿Ha sufrido personalmente alguno de estos problemas médicos?
Alergias
Asma
Tos crónica
Neumonía
Tuberculosis
Enfermedad cardíaca
Dolores en el pecho
Dificultades respiratorias
Soplo cardíaco
Presión sanguínea alta
Epilepsia
Desmayos
Diabetes
Cáncer
Hernia
Falta de un riñón o de otro órgano
dual
Crisis emocional
Pérdida excesiva de peso
Mononucleosis
Contusiones
Problemas de visión
Problemas auditivos
Operaciones
Períodos menstruales irregulares
Intolerancia al calor
Dolores de cabeza frecuentes
Documento2 14/2/05 17:05 Página 205
Tabla 13-2.
Nombre
¿Ha padecido personalmente alguno de los siguientes problemas traumatológicos?
sí no Comentarios del médico
Lesión de cuello
Lesión de espalda
Lesión de hombro
Lesión de codo
Lesión de muñeca
Lesión de mano
Otras lesiones de brazo
Lesión de costilla
Lesión de cadera o pelvis
Lesión de rodilla
Lesión de tobillo
Lesión de pie
Otras lesiones de pierna
Tabla 13-3.
Nombre
¿Algún miembro inmediato de su familia (padre, madre, abuelos, hermanos)
ha padecido alguna de estos procesos médicos?
sí no Comentarios del médico
Tabla 13-4.
Nombre Escuela
A.
B.
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Tabla 13-5.
Nombre
Indicaciones. En las repuestas afirmativas “sí”, indique si ha experimentado
alguno de estos síntomas recientemente, si se producen con un resfriado o infec-
ción, o bien si tienen alguna relación con el ejercicio físico.
1. Ojos
A. Con picor
B. Llorosos
C. Hinchados
2. Nariz
A. Con picor
B. Taponada
C. Con estornudos
D. Con mucosidades
E. Fiebre del heno
F. Con rinorrea
3. Infección de las
vías respiratorias
A. Pus
amarillo/verde por
vía nasal
B. Vías respiratorias
sensibles / dolor de
cabeza
4. Orejas
A. Sensación de
tapón
Documento2 14/2/05 17:05 Página 208
Tabla 13-5.
5. Pecho (después de
hacer ejercicio)
A. Tos
B. Sibilancias
C. Respiración
ruidosa
D. Congestión
pectoral
E. Opresión en el
pecho
F. Imposibilidad de
respirar profunda-
mente
G. Asma
6. Reacciones
cutáneas
A. Urticaria
B. Escozor en la piel
C. Piel seca
D. Hinchazón de la
piel
E. Eccema
Documento2 14/2/05 17:05 Página 209
Tabla 13-5.
7. Dermatitis de con-
tacto (reacción de la
piel a las cosas que
toca)
A. Vendaje
B. Esparadrapo
C. Toallitas perfuma-
das
D. Desodorantes
E. Loción after-shave
F. Goma
G. Otros
8. Comida y medica-
ción
A. Aspirina
B. Penicilina
C. Sulfamidas
D. Otros medicamen-
tos
E. Alergia a la comi-
da
9. Alergia o sensibili-
dad a lo siguiente:
A. Polvo
B. Animales (en
general y domésti-
cos)
C. Moho
D. Polen/hierba
Documento2 14/2/05 17:05 Página 210
Tabla 13-5.
Tabla 13-5.
14. Resfriados o
catarros recientes
A. Antihistamínicos
B. Descongestionante
/medicamentos para
el resfriado
C. Antibióticos
D. Broncodilatadores
(para abrir los con-
ductos respiratorios)
E. Otros
F. ¿Está tomando
alguno de estos
medicamentos
actualmente?
Documento2 14/2/05 17:05 Página 212
Tabla 13-5.
A. Neumonía
B. Asma
C. Bronquitis/bron-
quiolitis
D. Otros problemas
pulmonares
(Nota. El cuestionario EBE fue desarrollado, editado y distribuido por el Comité Olímpico de Estados
Unidos, Colorado Springs, CO Copyright 1990 por el COEEUU. Reeditado bajo autorización.)
Batería de pruebas
recorren un total de 9 km por partido. Las pruebas utilizadas para examinar este
parámetro son el ritmo en una carrera de 20 metros, carrera con puntos de lanza-
miento de 3 por 5 con o sin pelota, o el ejercicio de 5 puntos (figs. 13-2 y 13-3).
Aunque la carrera con lanzamientos es más específica del fútbol, el ejercicio
repetitivo o drill (práctica consistente en la repetición continuada de un mismo
ejercicio) de 5 puntos también servirá para evaluar la agilidad.
3
PASOS
2
PASOS
Figura 13-2. Ejercicio de los 5 puntos. Los puntos se distribuyen tal como aparece en el dia-
grama. Cada secuencia debe realizarse en el orden indicado y repetirse cinco veces.
EJERCICIO DRILL DE 3 X 5
5 metros
INICIO
3 metros
Figura 13-3. Ejercicio de 3 x 5. Empiece en una esquina del recorrido y dé la vuelta en el
centro como muestran las flechas. Puede hacerse corriendo o regateando la pelota.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 217
Otras pruebas que utilizan el principio de producción de lactato para medir las
características de potencia son más sofisticadas, pero no proporcionan informa-
ción adicional a la que ofrecen las pruebas mencionadas anteriormente. El resul-
tado total del test Wingate de rendimiento máximo en 30 segundos se basa más
en el sistema aláctico, que es menos importante en fútbol.
El último parámetro por examinar es la resistencia aeróbica. Teniendo en
cuenta la distancia media recorrida durante un partido (unos 9 km), el ritmo car-
díaco medio durante un partido (aproximadamente 170) y las estimaciones del
laboratorio del promedio de consumo de oxígeno máximo (VO2máx) de los juga-
dores de fútbol (55-65 ml/kg/min), este parámetro tiene un papel realmente
importante en el rendimiento y en las lesiones. Este parámetro puede ser
más importante en fases de recuperación tras la actividad anaeróbica durante el
partido. Por consiguiente, es necesaria una capacidad mínima de resistencia y
debería evaluarse y acondicionarse porque puede mejorar fácilmente. La evalua-
1. Esprint
2. Saltar y tocar una pelota con
la cabeza
3. Correr sorteando los conos
4. Correr hacia atrás
5. Recoger la pelota de fútbol
6. Regatear los conos
7. Tres saltos corriendo
8. Saltos en zigzag sobre las
líneas
9. Esprint
INICIO
Figura 13-4. Recorrido en el campo de fútbol. Siga las instrucciones del recorrido para pro-
bar las habilidades y resistencia en fútbol.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 218
Formato de posición
La organización de los EFPP depende de muchos factores médicos y no
médicos. Uno de los factores principales es la estructura médica de la comuni-
dad local. Mientras que algunas comunidades ofrecen unos programas y proto-
colos muy organizados, otras tienen una organización pobre, y algunas incluso
carecen de ella. La organización de los EFPP debería llevarse a cabo como una
“investigación en masa” en un formato de posición, especialmente para los
deportistas jóvenes involucrados en actividades deportivas organizadas como el
fútbol. El formato de posición también puede emplearse a menor escala para
grupos menos numerosos de atletas altamente cualificados. Este formato facili-
ta la fluidez y la mejor utilización del tiempo, del material, del espacio y del per-
sonal. Deben utilizarse las grandes áreas como centros de medicina deportiva,
una escuela local o los locales facilitados para el entrenamiento. Es necesario
determinar unas líneas claras de autoridad. Puesto que un doctor en medicina es
el responsable de la parte médica del examen, deberá hacerse cargo de ello. El
programa de posición puede orientarse según un sistema del espacio disponible
o de un método directo (fig. 13-5). Esto requiere el compromiso de un grupo
diverso de personas incluyendo médicos, fisioterapeutas físicos, entrenadores
atléticos, enfermeras, padres interesados y otros estudiantes. Las pruebas deben
realizarse de manera correcta y de modo que puedan reproducirse los resulta-
dos. Por tanto, tanto los examinadores como la persona examinada deben estar
bien informados.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 219
Resultados
Figura 13-5. Organización de las posiciones: línea recta (superior) o espacio disponible
(inferior).
Tabla 13-6.
CONSIDERACIONES ECONÓMICAS
Y RESPONSABILIDADES LEGALES
Los exámenes EFPP deberían ser relativamente asequibles y rentables. Por
esta razón, el examen detallado no debe realizarse cada año a cada deportista.
Cada atleta debe pasar el examen médico general cuando entra a formar parte del
programa deportivo. El nivel de competición, edad e historial médico del juga-
dor, que puede conocerse a través del cuestionario de revisión del estado de salud
anual, determinará la necesidad del examen detallado. El examen de rendimien-
to físico debería hacerse cada año para ayudar al deportista a mantener las máxi-
mas condiciones de forma física. La mayoría de los exámenes de preparticipa-
ción de los atletas jóvenes se realizan bajo el patrocinio de la escuela u otra orga-
nización (p. ej., asociación juvenil de fútbol). Aunque el EFPP es necesario en
todos los estados para actividades deportivas interescolares, no es uniforme en su
contenido. Debe obtenerse el consentimiento por el posible (bajo) riesgo de acci-
dentes durante los exámenes EFPP y debe informarse al deportista que los EFPP
no son una sustitución del examen físico anual. Es necesaria una buena organi-
zación de los datos y la documentación de procedimiento adecuada para dismi-
nuir las posibilidades de pleito. Las descripciones de las responsabilidades lega-
les de los EFPP están expresadas por escrito.
CONCLUSIONES
Los EFPP desempeñan un papel importante en la evaluación y en la fase pre-
via de los deportistas para su participación en el fútbol. Para jugar a fútbol el atle-
ta debe reunir las condiciones fisiológicas y psicológicas adecuadas. Los EFPP
deben considerar estos propósitos para permitir o restringir las actividades futbo-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 224
LECTURAS RECOMENDADAS
14 ASISTENCIA
MÉDICA
DURANTE EL
CAMPEONATO
W. Ben Kibler
Beven Pace Livingston
John McMullen
Los campeonatos juveniles de fútbol son una parte importante del Programa
de la Federación de Fútbol de EE.UU. Estos torneos, que normalmente duran 3
o 4 días, reúnen entre 200 y 2.000 jóvenes que juegan 25 partidos por competi-
ción. Según la probabilidad estadística, muchas de las lesiones que se producen
son de esperar. Pueden ir desde lesiones musculosqueléticas a problemas médi-
cos o enfermedades relacionadas con el calor que pueden afectar a los jugadores,
árbitros y aficionados. Debido a estos riesgos, los organizadores del torneo deben
asignar una alta prioridad a la asistencia médica en el lugar del encuentro. Llevar
a cabo apropiadamente esta asistencia médica es complejo: requiere organiza-
ción, plan de acción, personal y recursos para hacer posible la participación segu-
ra de todos los deportistas. Este capítulo desarrolla los principios básicos de pla-
nificación y de ejecución de la asistencia médica en torneos de fútbol juvenil.
PLANIFICACIÓN
Organizaciones
Acuerdo
Responsabilidades específicas
Tabla 14-1.
Obligaciones
A. Director médico
B. Médicos
• Proporcionar asistencia médica in situ
• Determinar la categoría de juego
Tabla 14-2.
Personal
• Coordinador
• Vigilante de campo
Publicidad
• Disponibilidad y grado de cobertura
• Responsable médico de la organización
Equipo y suministros
• Equipo resucitador de emergencia
• Camillas
• Muletas
• Camilla de exploración
• Cinta
• Mantas
• Medicamentos
• Suministros de primeros auxilios
Personal
• Entrenadores certificados
• Fisioterapeutas
• Enfermeros
• Médicos
Cobertura médicos
• Evaluación inmediata y control temprano
• Tratamiento final
• Estabilización
• Referencia
• Evaluación para regresar al juego
Soporte médico
• Hospitales
• Otros especialistas
• Ambulancia
Documento2 14/2/05 17:05 Página 230
Tabla 14-3.
Camillas de exploración
Nevera, hielo y bolsas
Agua fría
Desfibrilador y fármacos cardíacos
Tablillas para brazos y piernas
Muletas
Camillas
Vendajes
Tensiómetro y estetoscopio
Termómetros
Bandas elásticas
Suministros de primeros auxilios
• Gasa
• Desinfectantes
• Limpiador de heridas
• Pomadas con antibióticos
• Cintas adhesivas
• Bandas para cerrar heridas
• Guantes
• Bolsas para material de riesgo biológico
• Accesorios de relleno
dos campos para resolver problemas, y son siempre las primeras personas de
contacto en caso de surgir un problema médico. Los delegados de campo deben
poder comunicarse con la carpa médica para dar una idea aproximada de la lesión
acontecida y del personal necesario.
Finalmente, la organización de fútbol debe dar publicidad de la disponibili-
dad y del alcance de la asistencia médica, y reconocer la participación de la orga-
nización médica. Esto puede hacerse a través de folletos antes del torneo y en
pancartas y señalización durante su transcurso.
La organización médica responsable debe suministrar las facilidades básicas
y avanzadas para resolver los problemas médicos que puedan surgir en torneos
de fútbol. Debe realizarse una evaluación inmediata y una resolución rápida de
Documento2 14/2/05 17:05 Página 231
las lesiones graves, así como un tratamiento definitivo para las lesiones leves y
su estabilización, y establecer contactos para tratar todas estas lesiones. Deben
programarse puestas al día para la posible vuelta al juego de un jugador tras la
recuperación de una lesión leve. La organización médica debe proporcionar todo
el suministro y el material médico para alcanzar estas metas.
Esto incluye equipo de atención de emergencia, camillas, muletas, camillas
de exploración, cinta, vendas, cualquier medicamento desde aspirina y otros fár-
macos antiinflamatorios no esteroideos hasta kits para la picadura de abeja. En la
tabla 14-3 se muestra una lista completa de existencias para todos los campos.
El personal médico disponible debe reunir una amplia gama de conocimien-
tos prácticos. Los entrenadores atléticos certificados son un prerrequisito de cada
sitio. Los fisioterapeutas, las enfermeras, los técnicos médicos de emergencia
(TME) y el personal auxiliar deben implicarse conforme a la disponibilidad del
campo, la ubicación y la experiencia en el pasado. Los doctores en medicina
deben asignarse a cada campo en una base de rotación. Deben tener experiencia
en la asistencia sobre el campo, así como en actividades de emergencia, y ser
capaces de colaborar con el personal médico local.
El soporte médico debe organizarse por adelantado. Los hospitales con espe-
cialización de traumatología deben ser informados de que está teniendo lugar el
torneo y que éste puede generar una serie de problemas médicos. La asistencia
de traumatismos musculosqueléticos, de lesiones craneales y de problemas médi-
cos deben organizarse con los médicos locales que han aceptado la convocatoria.
Finalmente, el transporte de urgencia en ambulancia debe acordarse con ésta en
el lugar mismo del encuentro o como máximo a 5 minutos de distancia. Deben
facilitarse también los mapas y las direcciones de los campos de fútbol a los
transportistas de la ambulancia.
Coordinación
EJECUCIÓN
Pretorneo
El personal médico debe asistir a las reuniones de entrenadores durante el
pretorneo, donde se describirán el alcance de los servicios y la localización de las
áreas de tratamiento. Se debatirá cómo se evaluarán y tratarán las lesiones en el
campo. Se exige a los entrenadores que informen al director médico de los pro-
blemas médicos en curso, como lesiones musculares no curadas completamente,
fracturas que todavía requieren escayola o diabéticos que necesitan insulina.
Todo esto es imprescindible para una preparación adecuada. Los primeros entre-
nadores deben ser conscientes de los problemas climáticos potenciales. La pre-
sentación de apertura por parte del director médico debe destacar siempre la
importancia de medidas preventivas durante el entrenamiento, la nutrición y
la hidratación. Finalmente, es importante confirmar que todos los permisos de
formularios de tratamiento, que permiten una evaluación y estabilización preci-
sa de urgencia, son vigentes y están en posesión de los entrenadores.
La espina dorsal de la asistencia médica durante los torneos de fútbol juvenil
es el entrenador atlético certificado. Ésta es la primera persona con quien se con-
tacta cuando se produce una lesión. El número de entrenadores debe ser propor-
cional al número de campos y al número, edad y nivel de capacidad de los juga-
dores. Una proporción adecuada es 1-2 entrenadores atléticos por cada 6-10 cam-
pos y por lo menos uno por estadio. Se necesita una mayor asistencia de perso-
nal en áreas con un mayor riesgo de lesión. Según los datos de lesiones de tor-
neos pasados, los mayores riesgos suceden en campos donde juegan jugadoras de
13 años y de 18 años, o jugadores de 16 a 19 años.
Las enfermeras o los técnicos médicos de emergencia pueden destinarse a
donde sean de más ayuda. Suelen situarse en el área de la carpa para cubrir los
servicios de urgencia, reanimación y observación en casos de contusiones leves,
lipotimias, mareos o reacciones diabéticas.
Los fisioterapeutas ayudan en los diagnósticos y proporcionan tratamiento
definitivo de problemas musculosqueléticos leves como rotura de ligamentos de
primer grado y debilidad muscular. También ofrecen el tratamiento adecuado al
proceso, instrucciones de fortalecimiento o flexibilidad en caso de rehabilitación
por lesión, o una prescripción de ejercicio para que el deportista la lleve a su país
de origen para que la vea su terapeuta personal.
Los doctores en medicina deben ser asignados para supervisar la asistencia
médica en los campos. Deben permanecer in situ la mayor parte del tiempo.
Deben tener también experiencia sobre el campo o como médicos de equipo y
tener conocimiento de los problemas musculosqueléticos, médicos y del entorno
Documento2 14/2/05 17:05 Página 233
Evaluación de lesiones
Tabla 14-4.
FECHA
DE LA LESIÓN: DEPORTE: ESCUELA:
Tabla 14-4.
OTROS
TIEMPO: PRÁCTICA / JUEGO / NO DEPORTIVO / CRÓNICO / OTROS
SECCIÓN: DEFENSIVA / OFENSIVA / INDIVIDUAL / NO DEPORTIVA / OTROS
DISPOSICIÓN: HOSPITAL CUÁL
DOCTOR ESPECIALIDAD
REAPARICIÓN RECUPERACIÓN OTROS
ESTADO: PLENO - ACTIVIDAD NORMAL
EN LA MEDIDA DE LAS - PARTICIPA PLENAMENTE EXCEPTO CUAN-
POSIBILIDADES DO SUFRE DOLOR, ENTONCES SE RETI-
RA
PRÁCTICA ALTERADA - LIMITADA A LA PARTICIPACIÓN ESPECIFI-
CADA POR EL DOCTOR O MÉDICO DE
EQUIPO
NINGUNA PRÁCTICA - DE BAJA A CAUSA DE ENFERMEDAD O
LESIÓN
FLEXIBILIDAD: ROM NORMAL
ROM LIMITADO / DE QUÉ MODO
FUERZA:
ACTIVIDAD NO ASISTIDA: NÚMERO DE DÍAS: NÚMERO DE PARTIDOS:
HISTORIAL:
INSPECCIÓN:
PALPACIÓN:
PRUEBAS FUNCIONALES:
PRUEBAS ESPECIALES:
PLANIFICACIÓN:
SEGUIMIENTO:
COMPLETADO POR: FECHA:
Documento2 14/2/05 17:05 Página 236
miento (como el entrenador) o bien contactando con los padres. Las leyes del
“buen samaritano” se aplican normalmente en situaciones graves, pero no nece-
sariamente en situaciones leves.
Toda lesión observada por un miembro del personal de asistencia médica, ya
sea en el campo o en la carpa médica, se registra en una hoja de informe de lesio-
nes estándar (tabla 14-4). El formato de este formulario es compatible con el sis-
tema de informe de lesiones computerizado. Este formulario permite clasificar la
información en múltiples variables de lesiones, incluyendo posición, tipo, meca-
nismo y gravedad de la lesión, tratamiento, resultados del tratamiento, y estatus
de juego. Después de cada torneo, se revisan los datos de las lesiones y se com-
paran con los informes de años anteriores. Este tipo de seguimiento muestra qué
tipos y mecanismos de lesiones son más frecuentes para determinar las tenden-
cias y los cambios en los tipos de lesiones. Los resultados de los cambios de cual-
quier norma o de las técnicas de entrenamiento realizados en el pasado son inme-
diatamente visibles. Pueden proponerse sugerencias para futuros torneos en tér-
minos de material, campos o arbitraje. Por ejemplo, se observan menos lesiones
causadas por zancadillas por detrás cuando las penalizaciones son más severas y
el arbitraje más estricto. El número creciente de lesiones por contusión en la parte
inferior de la pierna, debidas a las patadas o atropellos deliberados, ha incitado al
comité de arbitraje del torneo a observar este mecanismo de lesión atentamente.
RESUMEN
La asistencia médica en los campeonatos de fútbol juvenil es una parte impor-
tante del éxito del programa y requiere atención al detalle, organización y com-
promiso para cooperar. El éxito se consigue a través de un proceso de planifica-
ción que empieza mucho antes del torneo. Aunque la logística de organización
de los recursos para esta tarea puede resultar difícil en un principio, permitir que
cada organización emplee sus mejores voluntades y esfuerzos hace que se pue-
dan superar la mayoría de dificultades. Los factores económicos juegan un papel
importante en la asistencia y deben acordarse de antemano. Los posibles acuer-
dos incluyen que cada organización pague su propia contribución, que la organi-
zación de fútbol financie la asistencia médica o que la organización médica actúe
como patrocinador que subvenciona el torneo.
Ambas organizaciones se benefician de este tipo de cooperación. La organi-
zación de fútbol recibe un servicio in situ a tiempo total para problemas médicos
inevitables que sucedan durante un torneo largo. La provisión de asistencia médi-
ca eficaz por parte del comité organizador del torneo es considerada por los equi-
pos que participan como un beneficio y es un factor significativo en su decisión
Documento2 14/2/05 17:05 Página 237
AGRADECIMIENTOS
Nos gustaría dar las gracias al personal del Lexington Clinic Sports Medicine
Center, de ahora y del pasado, que participaron en la asistencia prestada a los tor-
neos y contribuyeron al conocimiento colectivo que se presenta en este capítulo.
LECTURAS RECOMENDADAS
Kibler, WB. Injuries in Youth Soccer. Med Sci Sports Exerc 1993;25:1330-
1332.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 238
Documento2 14/2/05 17:05 Página 239
IV
LESIONES
Documento2 14/2/05 17:05 Página 240
Documento2 14/2/05 17:05 Página 241
15 LESIONES
AGUDAS
Werner Muller
Este capítulo pone a disposición del lector 25 años de experiencia en el cuida-
do ortopédico de jugadores de fútbol profesional. Los datos han sido recopilados
desde 1967-1991 durante la actividad del autor como cirujano ortopédico del
Fútbol Club Basel 1893; un equipo que estuvo en primera división durante 20 de
estos 25 años. Todos los datos presentados conciernen a los 22 jugadores del pri-
mer equipo. Del año 1967 al 1991, de más de 3.000 lesiones comunicadas al segu-
ro del club, 83 lesiones concretas necesitaron tratamiento quirúrgico primario.
Los datos indican la parte del cuerpo donde se producen con más frecuencia
las lesiones y el porcentaje total de éstas según su ubicación (p. ej., extremidades
superiores o inferiores). Hay algunas cuestiones de interés: ¿dónde encontramos
estas lesiones?, ¿cuáles son las lesiones benignas con un buen pronóstico que
permiten volver al terreno de juego?, ¿cuáles son tan graves que no permiten la
vuelta al campo?
MATERIAL Y MÉTODOS
Hubo 485 lesiones en 4 años. Se extrapoló que hubo más de 3.000 accidentes
graves registrados en el seguro (AGRS) en estos 25 años. Estas lesiones requi-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 242
Tabla 15-1.
LESIONES AGUDAS
243
Tabla 15-2.
Cabeza 55 11,3
Cuello 6 1,2
Tronco 28 5,8
Extremidad superior - -
hombro / brazo 13 2,7
mano 51 10,5
Ingle 22 4,5
Extremidad inferior - -
Muslo 79 16,4
Rodilla 64 13,3
Pierna 38 7,8
Pie 129 26,6
Total 485 100
permiten ningún soporte de yeso o cualquier otra fijación dura en los partidos por
razones de seguridad. Los jugadores tuvieron que mostrar su abrazadera al árbi-
tro junto con un informe médico para su aprobación antes del juego. Debido a las
normas del juego, todos los tratamientos excluían la posibilidad de utilizar abra-
zaderas. Esto fue especialmente conflictivo en el tratamiento de lesiones de rodi-
lla, que tuvieron que ser tratadas quirúrgicamente en muchos casos.
La tabla 15-3 describe las 83 lesiones que se trataron mediante cirugía. Estos
casos están registrados según su localización y el tipo específico de lesión. En la
lista aparece el porcentaje total de accidentes graves registrados en el seguro
(AGRS).
LA PIERNA
El tiempo de curación de una fractura transversal de tibia puede ser muy largo
y el riesgo de una segunda fractura alto en los jugadores de fútbol. Incluso se
pueden doblar y romper los clavos. Los deportistas no suelen esperar el tiempo
suficiente antes de volver a jugar. Por este motivo, después de 6 a 8 semanas se
añade una decorticación de Judet abierta cuidadosamente adaptada a la fijación
Documento2 14/2/05 17:05 Página 244
Tabla 15-3.
LESIONES AGUDAS
245
Tabla 15-3.
De las lesiones de rodilla que se registraron (contusiones AGRS, torceduras, etc.), hubo
una rotura de LCI, una de LCP y una de LCA (un portero) que fueron tratadas no qui-
rúrgicamente.
primaria interna para estimular una pronta formación de una callo fuerte, que
permita al jugador volver a la competición meses antes de lo que lo hubiera podi-
do hacer sin este tratamiento.
EL PIE
Las lesiones de pie representan más del 26% de los AGRS, pero sólo el 20%
de las operaciones. Muchas de las lesiones pueden tratarse con éxito sin operar.
Entre este tipo de lesiones se encuentran las fracturas de dedos, el desprendi-
miento de las uñas de los pies, algunas fracturas metatartasianas, y muchas lesio-
nes de los ligamentos tarsoperoneos.
En tres casos hubo rotura de la aponeurosis plantar (fascia plantar). Estos
casos necesitaron un tiempo de recuperación de 8 a 12 semanas. Los jugadores
de fútbol de alto nivel necesitan unos pies móviles y estables para jugar con una
Documento2 14/2/05 17:05 Página 246
buena técnica. Las inestabilidades de los ligamentos del tobillo pueden crear pro-
blemas adicionales en el tendón de Aquiles o en los tendones del peroné con pro-
cesos secundarios degenerativos y roturas crónicas.
En algunos casos de lesiones graves complejas del ligamento tarsoperoneo, el
período de recuperación fue menor cuando se realizó una sutura anatómica con
tratamiento postoperativo plenamente funcional. Desde 1976, los autores no han
utilizado ninguna fijación rígida circular en el tratamiento postoperatorio de liga-
mento de tobillo; por este motivo, no se permitía a los jugadores moverse o
correr tempranamente, de modo que volvían al campo a jugar partidos enteros
después de 8 semanas. Esta experiencia ha resultado ser muy positiva para todos
los pacientes.
EL LIGAMENTO DELTOIDEO
La función estabilizadora del ligamento deltoideo es importante para los juga-
dores de fútbol y los bailarines de ballet. Si tiene lugar una rotura clínicamente
evidente de este ligamento, se realiza una cura anatómica abierta primaria. En
muchos otros casos, es necesario operar para restaurar la insuficiencia de los
ligamentos deltoideos y colocar los ligamentos tibiales posteriores en la vaina
correspondiente del tendón para aliviar el dolor.
Esta vaina está formada principalmente por la capa superficial y por la capa
profunda del ligamento deltoideo.
A menudo, pequeños fragmentos desprendidos son arrancados del maléolo
tibial medial por la banda de fibra isométrica más importante, fuerte y corta del
ligamento deltoideo. Esto puede crear inflamación crónica con dolor y posterior
deterioro del ligamento. En este caso, puede ser necesario eliminar los pequeños
fragmentos, además de desbridar el ligamento, con refijación precisa del princi-
pal punto de unión del ligamento.
Por estas razones, la afirmación de Watson Jone “es peor torcerse un tobillo
que rompérselo” sigue siendo válida. Las lesiones de tobillo, especialmente en
los jugadores de fútbol, requieren un examen a fondo, un diagnóstico conciso y
un tratamiento correcto.
LESIONES AGUDAS
247
que algunos jugadores eran propensos a lesiones graves debido a sus personali-
dades y condiciones físicas. Un total de seis jugadores tuvieron 20 lesiones gra-
ves que requerían cirugía, comprendiendo casi el 25% del total de operaciones
(tabla 15-4).
CONCLUSIONES
Para alcanzar el mejor nivel de recuperación en un breve período de tiem-
po, es necesario que haya una amplia gama de experiencia en campos diagnós-
ticos extensos. Es imprescindible tener un gran conocimiento de la anatomía
funcional para realizar un diagnóstico preciso y una buena planificación del
tratamiento.
Las lesiones de pie, que representan más del 26% de las lesiones, desempeña
un papel importante. La carrera de un jugador de fútbol famoso puede acabar a
causa de una fractura con dislocación maleolar de Weber de tipo C o por la rotu-
ra de un ligamento deltoideo con fragmentos de cartílago muy pequeños. La
artroscopia no suele solucionar el problema porque la causa del dolor y la disfun-
ción están fuera de la articulación. Los porteros necesitan tener unas articulacio-
nes tarsianas estables con un excelente sentido proprioceptivo para saltar y
“aterrizar”. Pueden sufrir graves lesiones de tobillo cuando caen sobre un pie
y son simultáneamente golpeados por otro jugador.
Las lesiones de rodilla representan el grupo más importantes de traumatismos
en el equipo de fútbol (el 49,4% de las 83 operaciones). Aparte de las lesiones de
cartílago graves, las lesiones del ligamento cruzado son las que más destacan en
términos de período de recuperación y resultado. Los autores practicaron por pri-
mera vez una reconstrucción total LCA con un injerto de tendón rotuliano autólo-
go en 1976 a un delantero centro del equipo. El jugador volvió al juego después
de 4 meses. Jugó al mismo nivel durante un par de años más hasta el final de su
carrera como jugador, a la edad de 32 años. Incluso ahora, 19 años después, sigue
siendo un árbitro internacional muy activo con una rodilla perfectamente estable.
Posteriormente, cuando se publicaron los datos científicos sobre la remodela-
ción de injertos, no se permitió a los pacientes con reconstrucción del LCA vol-
ver al deporte antes de 6 a 9 meses. En ocasiones necesitaron 1 año hasta su total
rehabilitación. El criterio actual es permitir a los deportistas volver a jugar y a
realizar actividades deportivas de nivel superior mucho antes, normalmente des-
pués de 5-6 meses. Esto refleja cómo la experiencia clínica y los datos científi-
cos de laboratorio pueden diferir y a veces retrasar el progreso durante años. Es
obligatorio un seguimiento controlado de todos los tratamientos de lesiones fut-
bolísticas y de medicina deportiva.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 249
LESIONES AGUDAS
249
Tabla 15-4
Jugador A: 4 operaciones
Rotura de menisco
Fractura / dislocación de la articulación talar superior tipo C
Dislocación acromioclavicular, grado IV
Gran fragmento de cartílago, bloqueo de la rodilla
Jugador B: 4 operaciones
Ligamento colateral interno (LCI) + refijación del menisco de la rodilla izquierda
Ligamento cruzado anterior (LCA) + LCI pierna derecha
Lesión crónica del tendón aductor
Defecto de cartílago de la rodilla izquierda
Jugador C: 3 operaciones
LCA y rotura de menisco
Roturas del ligamento tarsoperoneo
Rotura de cuádriceps, quiste doloroso crónico
Jugador E (portero): 3 operaciones
LCI + refijación del menisco grado III
Rotura del ligamento tartasiano del peroné
Dislocación acromioclavicular, grado IV de Palma tipo III
Jugador D: 3 operaciones
Fractura/dislocación del 1.er cuneiforme
Fractura de la caña del húmero
Fractura transversa de la tibia y el peroné
Documento2 14/2/05 17:05 Página 250
Jugador F: 3 operaciones
LCI + refijación del menisco
Inestabilidad tarsoperonea crónica
Tendonitis de aductor + recto
Jugador G: 2 operaciones
Bolsa meniscal
Rotura de ligamentos tarsoperoneos
Jugador H: 2 operaciones
Dislocación frecuente del hombro
Dislocación crónica de los tendones del peroné
Jugador I: 2 operaciones
Dislocación crónica de los tendones del peroné
Rotura de menisco
Jugador K: 2 operaciones
Dislocación frecuente del hombro
Roturas de ligamento tarsoperoneo
Jugador L: 2 operaciones
Dislocación abierta del dedo
Dislocación perilunar de ambas muñecas
Jugador M: 2 operaciones
Refijación del menisco interno
Menisectomía interna
Jugador N: 2 operaciones
Menisectomía
Dislocación del dedo
Resumen:
4 operaciones 2 jugadores
3 operaciones 4 jugadores
2 operaciones 7 jugadores
1 operación 45 jugadores
Documento2 14/2/05 17:05 Página 251
16 LESIONES AGUDAS
DE CABEZA
Y DE CUELLO
James M. Lynch
Jeffrey A. Bauer
Uno de los muchos aspectos únicos del fútbol es el uso consciente de la cabe-
za para dirigir la pelota. Los remates de cabeza son un componente recurrente del
juego. La cabeza puede emplearse para pasar una pelota, fijarla en el suelo para
poder controlarla o marcar un gol. Un análisis de los partidos de primera división
presentó un promedio de 100 cabezazos por partido. Si le añadimos un número
desconocido de cabezazos durante los entrenamientos, el resultado podría ser de
miles de cabezazos a lo largo de una carrera futbolística con éxito. Numerosos
informes han planteado la cuestión de las lesiones graves y crónicas relacionadas
con los testarazos continuados.
EPIDEMIOLOGÍA
Las lesiones de cabeza y de cuello representan aproximadamente el 10% de
las lesiones que se producen en el fútbol. Esto se corresponde con el hecho
de que la cabeza y el cuello concentran aproximadamente el 10% del área total de
superficie corporal. Los informes muestran una variedad de un 4% a un 22%
de lesiones en fútbol relacionadas con el cuello y la cabeza. Se ha afirmado que
el mecanismo de lesiones en la cabeza en fútbol ha cambiado a través de los años.
Antes de 1960, la mayoría de los informes parecían ser de lesiones por contacto
cabeza-pelota. Se añadió una funda de plástico a la pelota para reducir la satura-
ción de agua y el consecuente aumento de peso. Los informes después de 1980
parecen identificar el contacto de cabeza con cabeza como el principal mecanis-
mo de lesión.
En un estudio realizado en Noruega, las lesiones de cabeza y de cuello repre-
sentaron el 8,2% de las lesiones en fútbol en un período de más de 1 año; el 8,5%
en jugadores , y el 5,5% en jugadoras. Las lesiones de cabeza sucedieron más fre-
cuentemente en partidos que en entrenamientos, y representaron el 28,4% de las
lesiones en todos los deportes durante este largo proyecto de un año. Un estudio
Documento2 14/2/05 17:05 Página 252
finlandés que examinó fuentes del seguro informó que las lesiones de cabeza y
de cuello representaban el 14% de las lesiones en fútbol masculino y el 9% en
fútbol femenino. Las fracturas de huesos faciales o del cráneo representaron el
9% de las fracturas totales de este estudio. Un estudio prospectivo nigeriano de
un campo de entrenamiento de 8 semanas informó de una incidencia del 20% de
lesiones de cabeza y cuello. El promedio de conmociones cerebrales reflejado en
este estudio fue del 15%, lo que representa un alto porcentaje en comparación
con otros informes. En un estudio de un equipo de fútbol profesional de Estados
Unidos en el que participaron 15 jugadores durante una temporada de 4 meses
abarcando 24 partidos, una fractura nasal fue la única lesión relacionada con el
cuello o con la cabeza.
Durante un torneo de fútbol juvenil en Dinamarca con 6.600 participantes, el
5,2% de los jugadores se lesionaron con una incidencia de 19,1 por 1.000 horas
de juego. De estas lesiones, el 4,9% estaban relacionadas con la cabeza y la cara,
siendo el 1,2% conmociones cerebrales. Durante el torneo de 5 días Dana Cup,
en el que participaron 12.907 jugadores, se registró un 9% de incidencia de lesio-
nes de cabeza y cara. Un importante torneo juvenil en Estados Unidos registró
una incidencia de 2,38 lesiones en 1.000 horas de juego con lesiones de cabeza
que constituían el 8% del total. La Norway Cup registró una incidencia de lesio-
nes de 14 por 1.000 horas de juego en los chicos y 32 lesiones en 1.000 horas de
juego en las chicas. El 10% de estas lesiones estaban relacionadas con la cabeza
y la cara.
Un club de fútbol masculino juvenil (de 12 a 18 años) de Dinamarca registró
una incidencia de lesión de 3,7 por 1.000 horas de juego durante un año. Las
lesiones de cabeza sumaron un total del 4,3%, siendo el 1,2% conmociones cere-
brales y el 1,9% relacionadas con la región ocular. Se realizó un sondeo semanal
en una liga juvenil de Estados Unidos en la que participaron 80 equipos y
1.272 jugadores para calcular las lesiones. El porcentaje de lesiones fue del 0,51
por 1.000 horas de juego para los chicos, y del 1,10 para las chicas. Hubo un total
de 34 lesiones, cinco (un 14,7%) de las cuales estaban relacionadas con la cabe-
za o el cuello. Una de estas lesiones era conjuntivitis provocada por el contacto
con la cal empleada para marcar el campo. Otro estudio en Estados Unidos rea-
lizó una investigación semanal de 253 equipos con 4.018 participantes. Un total
de 176 lesiones sucedieron durante los 4 meses de primavera. Cinco (el 2,8%)
fueron conmociones cerebrales, una fue una lesión de cuello y cinco estaban rela-
cionadas con la cara. Un estudio retrospectivo, que comparaba las ligas juveni-
les fuera y en casa en el mediooeste de Estados Unidos, obtuvo un porcentaje de
respuesta del 63% de los jugadores (455/723). Las lesiones de cabeza y cara
representaron el 22% de las lesiones fuera y el 8% de las lesiones en casa. Una
Documento2 14/2/05 17:05 Página 253
te este estudio fueron secundarias al contacto de cabeza con cabeza, pero sólo se
registraron las lesiones derivadas directamente de la pelota de fútbol.
Se realizó un estudio retrospectivo de jugadores masculinos de elite en
Estados Unidos en un torneo nacional. Sesenta y cuatro de los 72 encuestados (el
89%) habían sufrido lesiones de cabeza durante su carrera como futbolistas.
Hubo 65 conmociones cerebrales en 36 jugadores, 15 fracturas en 10 jugadores,
27 laceraciones en 18 jugadores, 30 hemorragias nasales en 25 jugadores, 6 lesio-
nes oculares en 5 jugadores, y 20 lesiones de boca en 16 jugadores.
RESUMEN
En el fútbol se producen las lesiones de cabeza y de cuello graves así como
en cualquier otro deporte de contacto. Aproximadamente el 10% de las lesiones
en el fútbol afectan la cabeza y el cuello. Esta región no parece ser de especial
riesgo ya que comprende sólo el 10% del área de la superficie del cuerpo. Un
gran número de lesiones de cabeza y de cuello en fútbol se producen por meca-
nismos que no son los propios de rematar de cabeza, y que son de menor magni-
tud que las fuerzas que actúan en otros deportes. La masa de la pelota y la dura-
ción del impacto son importantes para determinar la magnitud de estas fuerzas.
Ningún material de protección (por ejemplo, un casco) parece ser una estrategia
eficaz, aunque la utilización de protección dental y otras normas de seguridad
pueden ser útiles.
AGRADECIMIENTOS
LECTURAS RECOMENDADAS
17 LESIONES
CRÓNICAS
DE CABEZA
Y CUELLO
Gary A. Green
Sheldon E. Jordan
INTRODUCCIÓN
Aunque el futbolista medio golpea el balón con la cabeza hasta diez veces por
partido, hay pocos estudios que hayan examinado los efectos que se producen
sobre la cabeza y el cuello. Parece como si la cabeza no corriera el mismo tipo
de riesgo de lesión que otras partes del cuerpo, como son las extremidades infe-
riores, que han sido estudiadas más extensamente. Sin embargo, la cabeza y el
cuello corren el riesgo de sufrir lesiones graves y crónicas. Este capítulo destaca
los tipos de lesiones que se producen, y la gestión, el tratamiento y la prevención
de tales lesiones. En comparación con otros deportes como el boxeo y el fútbol
americano, el fútbol (soccer en inglés) se considera relativamente seguro para la
cabeza y el cuello, a pesar de ser clasificado como deporte de contacto/colisión
por la Academia Americana de Pediatría. En este capítulo se examinarán las for-
mas en que se pueden producir lesiones de cuello y de cabeza durante un parti-
do de fútbol. La primera forma de lesión tiene como resultado un traumatismo
agudo y sucede cuando hay un impacto importante con otro jugador, el suelo o
un objeto fijo como es el poste de la portería. El siguiente tipo de lesión es con-
secuencia de lesiones agudas de cuello y de cabeza que los jugadores han sufri-
do durante su carrera deportiva y que conducen al desarrollo de síntomas cróni-
cos de cuello y cabeza. Finalmente, los impactos menores y repetitivos de cabe-
za con el balón pueden causar una encefalopatía acumulativa.
EPIDEMIOLOGÍA
Un análisis de los estudios médicos a nivel mundial ofrece numerosas des-
cripciones de casos de lesiones agudas de cuello y cabeza. La tabla 17-1 resume
Documento2 14/2/05 17:05 Página 260
Tabla 17-1.
grante acto recibió una tarjeta roja y fue expulsado del torneo. El jugador lesio-
nado sufrió fractura craneal temporal, conmoción cerebral grado III, edema cere-
bral y no pudo volver a jugar a fútbol durante 6 meses. Volvió a jugar eventual-
mente sin ninguna secuela.
No es de extrañar que los jugadores sufran muchos traumatismos agudos de
cabeza a lo largo de su carrera. Los efectos a largo plazo de estas lesiones se han
debatido en la comunidad de la medicina deportiva, especialmente en deportes
con altas tasas de conmociones cerebrales, como el boxeo y el fútbol americano.
Probablemente es necesario un examen neuropsiquiátrico exhaustivo para detec-
tar los síntomas leves de encefalopatía crónica que pueden resultar de las lesio-
nes de cabeza agudas reiteradas. El estudio de Alves sobre jugadores de fútbol
americano intercolegiado que experimentaron conmociones cerebrales encontró
que no parecía haber ningún desajuste duradero tras la primera conmoción cere-
bral, como lo demostraron las pruebas neuropsiquiátricas. Aun así, el estudio
sonó como una advertencia de que una segunda lesión de cabeza cerca de la pri-
mera tendría como resultado un mayor deterioro que si la lesión sucediera en un
punto más lejano. Evidentemente, es necesario un estudio longitudinal más
extenso en este área.
Los efectos de los golpes repetitivos del balón con la cabeza y el cuello es
también otro tema de interés. Se ha postulado que el impacto acumulativo de gol-
pear el balón con la cabeza puede provocar una encefalopatía crónica, similar a
la que se observa en el boxeo. Este síndrome que aparece frecuentemente en
boxeo ha sido clasificado como demencia pugilística o encefalopatía traumática
progresiva crónica de los boxeadores, y se detectó por primera vez en el boxeo
profesional en 1928. Puesto que la frecuencia de este síndrome se correlaciona
con la duración de la carrera de un boxeador, se cree que el síndrome tiene lugar
como consecuencia de los golpes repetitivos en la cabeza. Es un síndrome
progresivo que empieza de 7 a 35 años después del inicio de la carrera de un
boxeador, y la incidencia puede alcanzar hasta el 25% en los luchadores profe-
sionales. Se caracteriza por manifestaciones tempranas como leves desórdenes
afectivos y descoordinación. Evoluciona hacia un funcionamiento cognitivo
reducido y unos síntomas psiquiátricos crecientes, como son la demencia y el
parkinsonismo. Los descubrimientos neurorradiológicos de la demencia pugilís-
tica incluyen atrofia central y cortical, ensanchamiento ventricular y posiblemen-
te una mayor incidencia de cavum septum pellucidum. A pesar de la frecuencia
de este síndrome, no queda claro si está provocado por las lesiones agudas de
cabeza actuales (knock-outs, KO), los microtraumatismos repetitivos de los gol-
pes que no causan conmociones cerebrales, o una combinación de ambas causas.
Los múltiples estudios de boxeadores amateurs de muchos países no han logra-
Documento2 14/2/05 17:05 Página 263
CONTUSIÓN
Figura 17-1. TAC de una lesión por golpe de codo en el área temporal con contusión.
SANGRE
SANGRE
Y EDEMA
cológicos de leves a graves. Estos resultados no han sido confirmados por otros
autores y se ha cuestionado su afirmación de que los golpes de cabeza repetiti-
vos producen encefalopatía crónica.
Entre las limitaciones que se observan en los estudios de Tysvaer destacan
que no haya un grupo de control apropiado, la falta de control de lesiones de
cabeza agudas, un control de alcohol adecuado y la falta de transparencia de las
investigaciones. Un reciente estudio de Witol y Webbe reveló que los futbolistas
que registraron una mayor frecuencia de remates tenían el mayor porcentaje de
déficits en un test de coeficiente intelectual y en varios tests neuropsiquiátricos.
Sin embargo, el estudio estaba limitado por el reducido número de representan-
tes, la falta de un grupo de control, un registro inadecuado de traumatismos de
cabeza agudos, y un posible sesgo en la selección.
Además, los descubrimientos neuropsiquiátricos y neurorradiológicos de
estos estudios no se corresponden con el modelo de encefalopatía traumática cró-
nica observada en la demencia pugilística. Por último, si los testarazos repetiti-
vos conducen a una lesión cerebral crónica, es de esperar que aquellos que pre-
sentan mayor número de cabezazos a lo largo de su carrera sufran los mayores
cambios neurológicos. Los estudios anteriores no han logrado examinar adecua-
damente esta importante variable.
Hay muchas diferencias entre el fútbol y el boxeo en lo que concierne a las
lesiones cerebrales crónicas. En primer lugar, las fuerzas que participan en un
golpe de boxeo son mucho mayores que las asociadas con golpear con la cabeza
un balón de fútbol. Los estudios han demostrado que un balón de fútbol puede
viajar a 26,82-53,64 m/s, aunque la velocidad suele disminuir cuando el balón
alcanza la cabeza del jugador. Los estudios de la Universidad de Delaware que
emplearon una velocidad del balón de 15,5 m/s demostraron unas fuerzas de
aceleración de la cabeza de 20 gs con fuerzas máximas que alcanzaban los
1.200 N. Esto representa una magnitud de fuerza muy inferior a la de las obser-
vadas en boxeo, donde un golpe puede producir una fuerza suficiente para ace-
lerar la cabeza a 100 gs. Un estudio inglés realizado por Townend en 1987 con-
firma estas consideraciones. Y lo que es más importante, un puñetazo en boxeo
puede generar una fuerza de rotación en la cabeza y el cerebro. Estas fuerzas
de rotación (fig. 17-4) pueden ser muy destructivas para las venas que actúan de
puente en el cerebro. En contraste, los futbolistas experimentan una fuerza
más lineal cuando golpean un balón con la cabeza. La figura 17-5 ilustra una
fuerza lineal directa, que se amortigua mejor y produce menos daño al cerebro.
Las fuerzas generadas en la columna cervical no son plenamente comprendi-
das. Golpear con la cabeza un balón de fútbol es una tarea compleja que implica
la posición de los músculos de las extremidades inferiores, el tronco y el cuello
Documento2 14/2/05 17:05 Página 267
FUERZA ROTACIONAL
Figura 17-4. El impacto del golpe en boxeo suele producir una fuerza de rotación.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 268
FUERZA LINEAL
Figura 17-5. Los testarazos en fútbol producen normalmente una fuerza lineal en la cabeza.
TRATAMIENTO DE TRAUMATISMOS
DE CABEZA Y DE CUELLO
Lesiones de cabeza graves
vancia para entender por qué un jugador puede estar confuso o hallarse en un
estado de amnesia inmediatamente después del impacto. Las molestias típicas de
una conmoción cerebral son dolores de cabeza, zumbido en las orejas, mareos,
náuseas, y vómitos. La presencia de doble visión, pérdida de audición o vértigo
extremo indican la presencia de una lesión en los nervios craneales y/o la posi-
bilidad de una fractura de la base del cráneo. El paciente debe responder sobre si
hay dolor en el cuello, si el dolor se transmite a los brazos, y sobre una posible
debilidad o insensiblidad en los brazos o piernas. Si se produce una lesión de
cuello, debe estabilizarse inmediatamente éste con un mecanismo de inmoviliza-
ción y el paciente debe ser transportado debidamente.
La revisión debe incluir pruebas de orientación en el tiempo, espacio, y per-
sona. El jugador debe responder sobre acontecimientos recientes y también debe
comprobarse su memoria inmediata y a corto plazo. El nivel de concentración y
la presencia o ausencia de un estado amnésico debe reevaluarse cada 5 minutos
durante un período de observación de 20 minutos como mínimo.
La pérdida de líquido cefalorraquideo (LCR) por la nariz y las orejas signifi-
ca que existe una fístula de LCR e indica una lesión grave en la base del cráneo.
Normalmente, la presencia de sangre detrás de la membrana del tímpano o a lo
largo de la apófisis mastoidea alrededor de los tejidos periorbitarios no es visible
hasta unas horas después de una fractura de cráneo basilar. Una acusada asime-
tría en los reflejos de tendones profundos, en la fuerza, la sensación o presencia
de síntomas de Babinski, movimiento asimétrico de los ojos o anomalías en las
respuestas de la pupila significan también la presencia de una urgencia neuro-
quirúrgica e indican la necesidad de trasladar urgentemente y de hacer una pron-
ta revisión y tratamiento neuroquirúrgico.
Hay mucho sistemas diferentes que señalan los criterios para permitir el retor-
no de un jugador a la competición. Las recomendaciones de la Sociedad Médica
de Colorado son uno de los sistemas más utilizados. De acuerdo con estas direc-
trices, una conmoción cerebral de grado I no implica una pérdida de conciencia
pero incluye un estado de confusión sin amnesia. Un jugador que sufre una con-
moción cerebral de grado I debe retirarse de la competición y ser reexaminado
cada 5 minutos para observar si hay síntomas de amnesia o postconmoción cere-
bral en estado de reposo y sin esfuerzo excesivo.
Una lesión de grado II no presenta pérdida de conciencia pero sí confusión y
amnesia. En este caso, el jugador deberá ser sacado del juego y no permitírsele
regresar. El jugador deberá ser reexaminado con frecuencia y al día siguiente se
examinará si por déficit neurológico, la participación en la práctica se deberá
considerar sólo después de pasar una semana sin síntomas y se realizará sin tra-
bajo excesivo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 270
Tabla 17-2
Adaptado de: Kelly JP, Nichols JS y cols. Concussion in sports: guidelines for prevention of
catastrophic outcome. JAMA 1991; 266:2867-2869.
Estos criterios han sido establecidos para evitar los efectos de un segundo
impacto antes de que el jugador haya podido recuperarse de la pérdida de capa-
cidades vasculares o regulatorias después de una conmoción cerebral inicial. Se
han registrado muchos casos de edema cerebral, en los que el jugador volvió a la
competición antes de recuperarse totalmente de la conmoción inicial. Existen
motivos de preocupación cuando un jugador que sufre una conmoción cerebral
no parece recuperarse como estaba previsto. En la revisión física, es difícil dife-
renciar un síndrome posconmoción cerebral o una migraña traumática de un
hematoma subdural. En estos casos, es prudente realizar una TAC o una RM para
descartar la posibilidad de una patología intracranial.
Lesiones de cuello
La lesión de columna cervical es probablemente la consecuencia más temi-
da en la actividad deportiva. Aunque estas lesiones no son frecuentes, es impor-
tante estar siempre preparados. Una preparación adecuada en cuanto al material
y equipo médicos es la clave para el tratamiento de esta lesión. Los protocolos
del transporte deben revisarse al principio de cada temporada para que el perso-
nal tenga conocimiento de los procedimientos. El paso siguiente es el reconoci-
miento de la lesión. Debe considerarse la posibilidad de lesión de columna cer-
vical en cualquier incidente en el que se produzca pérdida de conciencia.
Debido a la posibilidad de lesión de columna cervical en el jugador inconscien-
te, nunca deberán utilizarse cápsulas de amoníaco en esta situación. Es necesa-
rio realizar una evaluación inmediata de las vías respiratorias, la respiración y
la circulación. En cualquier situación en que pueda existir una lesión de cuello
o columna cervical, debe estabilizarse el cuello y el deportista debe ser trasla-
dado sobre una tabla médica a un centro traumatológico para realizar una eva-
luación más extensa.
Tabla 17-3.
Instituto 0,5
Equipo universitario 0,75
Liga europea 1,0
Liga de EE.UU. en el extranjero 0,8
Liga de EE.UU. en casa 0,25
Equipo nacional de EE.UU. (equipo entero) 1,0
Partidos del equipo nacional 5 partidos = 0,1
RESUMEN
Aunque las lesiones agudas de cabeza en el fútbol se producen colisiones al
azar, suceden a un nivel predecible en los partidos organizados. Es necesario que
el personal médico esté presente en los entrenamientos y partidos de fútbol y que
tenga experiencia en el reconocimiento de lesiones de cabeza y de cuello graves.
Debe haber disponible el material de emergencia adecuado, como tablas para la
columna, junto con el transporte apropiado a un centro de traumatología.
Pueden tomarse algunas medidas para reducir la posibilidad de lesión de
cabeza en el fútbol. La aplicación uniforme de principios de arbitraje estrictos
Documento2 14/2/05 17:05 Página 275
reducirían la posibilidad de un juego peligroso. Los chuts altos, los saltos contra
otro jugador y los golpes de cabeza delante de otro jugador deberían estar pena-
lizados según los principios de juego peligroso. Las peleas deberían ser penali-
zadas con la expulsión para desalentar tales arrebatos violentos. Aunque algunos
campos de fútbol juvenil han acolchado los postes de las porterías, no se ha
tomado ninguna acción para aplicar esta medida de seguridad a otros niveles de
juego.
En términos de lesiones crónicas de cabeza o cuello en fútbol, hay más pre-
guntas que respuestas definitivas. Este hecho tiene el doble efecto de proporcio-
nar un área para una investigación potencial, mientras que al mismo tiempo difi-
culta hacer recomendaciones concretas. La investigación futura necesita exami-
nar la influencia de la técnica adecuada de golpes de cabeza desde un punto de
vista biomecánico en relación con las diversas edades y niveles de juego. El uso
de un balón seco y ligero también reduciría las probabilidades aparentemente
menores de lesión acumulativa asociada con los golpes de cabeza. Unos estudios
realizados en Escandinavia sugieren que los balones de fútbol húmedos y pesa-
dos pueden ser la causa del posible desarrollo de un síndrome cerebral acumula-
tivo asociado con los golpes de cabeza. Los nuevos balones forrados de plástico
reducen este peligro, incluso cuando están húmedos.
Los futuros estudios podrían basarse en un examen longitudinal de jugadores
de fútbol a lo largo de sus carreras y que ya estén retirados. Jordan y Green de-
sarrollaron un índice de exposición a los golpes de cabeza que puede aplicarse a
varios sectores de jugadores de fútbol para determinar si hay alguna evidencia de
que los golpes de cabeza repetitivos tienen un efecto adverso sobre el cerebro.
También puede ser útil incorporar tests neuropsiquiátricos y exámenes funciona-
les, tales como la tomografía de emisión de positrones (PET) en futuros estudios.
Estudiar a un gran número de jugadores de fútbol puede revelar distinciones
importantes que contribuyen a las lesiones en la cabeza, como es el estilo de gol-
pear con la cabeza. El estudio de Jordan y Green reveló la importancia de con-
trolar el traumatismo de cabeza agudo estudiando el efecto de golpear el balón
con la cabeza. Con la colaboración de múltiples especialistas, como epidemioló-
gos, neurólogos, neuropsicólogos, biomecánicos y médicos de equipo, puede
establecerse definitivamente la identificación, el tratamiento y la prevención de
lesiones de cabeza y cuello en los futbolistas.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 276
LECTURAS RECOMENDADAS
Cantu RC. Guidelines for return to contact sports after a cerebral concussion.
Physician and Sports Med 1986;14:75-83.
Haglund Y, Eriksson E. Does amateur boxing lead to chronic brain damage?
American J of Sports Med 1993;21:97-109.
Janda DH, Bir C, Wild B. y cols. Al. Goal post injuries in soccer. American J of
Sports Med 1995;23:340-344.
Jordan SE, Green GA, Galanty HL, Mandelbaum BR, Jabour BA. Acute and
chronic brain injury in United States national team soccer players. Am J
Sports Med 1996;24:205-209.
Kelly JP, Nichols JS, Filley CM. y cols. Concussion in sports: guidelines for the
prevention of catastrophic outcome. JAMA 1991;266:2867-2869.
Scoppetta C, Vaccario ML. Central cerival cord syndrome after heading a foot-
ball. Lancet 1978;1:1269.
Smodlaka VN. Medical aspects of heading the ball in soccer. Physician and
Sports Med 1984;12:127-131.
Sortland O, Tysvaer AT, Storli OV. Changes in the cervical spine in association
football players. Brit J of Sports Med 1982;16:80-84.
Townend MS. Is heading the ball a dangerous activity? En: Reilly T (Ed).
Proceeding of the First World Congress of Science and Football. Nueva York:
E & F.N. Spon, 1987.
Tysvaer AT, Storli O. Soccer injuries to the brain: a neurologic and EEG study of
active football players. American J of Sports Med 1989;17:573-578.
Tysvaer AT, Lochen EA. Soccer injuries to the brain: a neuropsychologic study
of former soccer players. American J of Sports Med 1991;19:56-60.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 277
18 LESIONES EN LAS
EXTREMIDADES
SUPERIORES
James Gilbert
INTRODUCCIÓN
En el fútbol, las lesiones en las extremidades superiores no son tan comunes
como las de las extremidades inferiores. Se calcula que comprenden entre el 10%
y el 15% del total. Las lesiones en las extremidades superiores suelen producir-
se cuando tiene lugar una colisión entre jugadores, o cuando un jugador se gol-
pea en el suelo con la parte exterior del hombro o con la mano extendida
(fig. 18-1). Lo habitual es que sean los porteros los que sufren lesiones en las
manos, mientras que el resto de lesiones en las extremidades superiores suelen
repartirse por igual entre los demás jugadores.
Algunas lesiones, en especial las de la zona del hombro, pueden revestir cier-
ta gravedad a causa de la potencia del impacto. Hay otras lesiones causadas por
impactos de elevada potencia que no deben ser ignoradas, ya que pueden causar
serios daños. Los traumatismos en la zona de la cabeza y el cuello deben ser con-
siderados como tales hasta que se demuestre lo contrario, y dado que este tipo de
lesiones suele implicar un elevado índice de riesgo para las estructuras neurovas-
culares, la posibilidad de un traumatismo no deberá descartarse en ningún
momento. La articulación situada por encima y por debajo del golpe deberá ser
examinada, pues la potencia del impacto puede causar daños colaterales que
necesiten urgente tratamiento quirúrgico.
Tras un detenido examen, la mayoría de las lesiones pueden ser inmoviliza-
das con un cabestrillo o una tablilla. Las lesiones con complicaciones vasculares
o acusadas deformaciones deben ser reducidas, en primer lugar, mediante una
suave tracción longitudinal. A continuación, lo normal es efectuar radiografías de
la zona lesionada y, si es preciso, consultar con un traumatólogo. Finalmente, al
jugador se le permitirá volver a la competición sólo cuando su traumatismo neu-
rovascular haya desaparecido por completo y demuestre que es capaz de desarro-
llar su gama de movimientos funcionales con un nivel de fuerza prácticamente
normal.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 278
Mecanismo de la lesión
Las fracturas de clavícula son muy comunes. Lo normal es que sean el resul-
tado de un impacto directo, pero también pueden producirse a raíz de una caída
sobre el hombro o sobre la mano extendida.
Tratamiento de la lesión
El tratamiento inmediato de la lesión debe iniciarse con la búsqueda de posi-
bles lesiones asociadas. Aunque no son frecuentes, pueden poner en peligro la
vida de los afectados, como cuando se producen heridas en los pulmones o en los
vasos subclaviculares.
Para garantizar la comodidad, debe colocarse el hombro en cabestrillo o ser
inmovilizado de algún modo, y deben efectuarse radiografías para confirmar el
diagnóstico. La intervención quirúrgica no suele ser necesaria. Aunque algunos
médicos recomiendan un entablillado en forma de ocho, un simple cabestrillo es
suficiente para la mayoría de los atletas hasta que las radiografías prueben que se
ha producido la unión. En los atletas jóvenes esto suele ocurrir entre 3 y 6 sema-
nas después, mientras que en los atletas de más edad puede tardar entre 6 y
8 semanas.
El atleta deberá abandonar la actividad física vigorosa hasta que se demues-
tre que puede desarrollar de manera indolora una amplia gama de movimientos
con el hombro y éste haya recuperado su fuerza casi por completo. Esto suele
producirse al cabo de 3 o 4 meses.
Aunque el callo causado por la fractura puede ser prominente, no suelen pro-
ducirse limitaciones funcionales a largo plazo. Si la clavícula no se ha curado
entre 4 y 6 meses después, quizá sea necesario llevar a cabo una reducción abier-
ta y una fijación interna (ORIF) con un injerto para el hueso.
Acromion
Esternón
Figura 18-2. El tercio central de la clavícula es el que resulta dañado con mayor frecuencia.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 280
Lesiones acromioclaviculares
Mecanismo de la lesión
La fractura acromioclavicular (AC) es un tipo frecuente de lesión que se pre-
senta con mayor frecuencia en los adultos y que suele estar causada por una caída
sobre el extremo del hombro. Hay seis tipos de fracturas AC (fig. 18-3). Lo fun-
damental es distinguir entre las distensiones o subluxaciones AC incompletas
(tipos I y II), que son las más comunes, y las lesiones en las que el desplazamien-
to es total (tipos III, IV, V y VI).
Tratamiento de la lesión
Las lesiones parciales no necesitan cirugía, y las lesiones totales la necesitan
en contadas ocasiones. Los atletas con separaciones AC completas sufrirán flac-
cidez al tacto en la zona de la articulación AC, caída del hombro lesionado y cla-
vícula distal prominente (fig. 18-4). Es preciso distinguir entre una fractura de
clavícula y una dislocación de hombro. Para hacerlo, las radiografías pueden
resultar útiles. Quizá sea necesario efectuar radiografías de tensión colgando
unos pesos de los brazos para acentuar la separación entre ambos. En las disten-
siones o subluxaciones incompletas basta con un cabestrillo, que puede ser eli-
minado en cuanto el atleta se sienta bien.
Este tipo de fracturas no suele causar disfunciones a largo plazo, y el depor-
tista puede volver a desarrollar plenamente su actividad en cuanto cumpla las
condiciones requeridas. Los ataques artríticos postraumáticos necesitarán trata-
miento en muy contadas ocasiones. Respecto a las separaciones AC completas,
también es posible curarlas sin necesidad de recurrir a la intervención quirúrgi-
ca. El historial de una separación AC completa tratada de manera conservadora
suele ser tan satisfactorio como el de una fractura tratada quirúrgicamente, y ade-
más no hay peligro de que se produzcan complicaciones. Si los síntomas persis-
ten, existen procedimientos de estabilización que pueden ser aplicados al cabo de
un tiempo.
No obstante, algunas lesiones pueden necesitar tratamiento quirúrgico.
Algunas clases de separaciones totales con grandes desplazamientos, o de sepa-
raciones en las que la clavícula distal está atrapada posteriormente dentro del
músculo trapecio o bajo la apófisis coracoides de la escápula, pueden necesitar
cirugía. Por este motivo, todas las separaciones AC completas deberán ser exa-
minadas por un traumatólogo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 281
Tipo I Tipo II
Tipo V Tipo VI
Luxaciones de hombro
Mecanismo de la lesión
Las luxaciones de hombro son lesiones comunes en los adolescentes y los
jóvenes que practican deportes en los que existe el contacto. La articulación gle-
nohumeral puede luxarse por su parte anterior, posterior, inferior o superior. Las
dislocaciones anteriores constituyen aproximadamente entre el 95% y el 98% del
total de las luxaciones glenohumerales. Las dislocaciones posteriores constitu-
Figura. 18-4. Los efectos del peso en una luxación acromioclavicular de grado III.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 283
yen entre un 2% y un 4%. Las luxaciones inferiores y superiores son raras. Las
dislocaciones anteriores de hombro suelen ocurrir cuando se produce un impac-
to en el brazo y éste se encuentra en posición de abducción (brazo extendido) y
de rotación externa. Aunque los porteros sufren una cantidad desproporcionada-
mente elevada de luxaciones de hombro, los jugadores de campo también están
expuestos a este tipo de lesiones.
Tratamiento de la lesión
La dislocación aguda del hombro es dolorosa porque se produce un espasmo
muscular para estabilizar la articulación. El atleta puede entablillarse el hombro
afectado con una ligera abducción y mediante la rotación externa del brazo con-
trario. El hombro está decoaptado y la cabeza del húmero es palpable en la parte
anterior e inferior de la apófisis coracoides. La función del nervio axilar debe ser
comprobada, ya que puede verse afectada por este tipo de lesiones (fig. 18-5).
Sentir la piel sobre la parte lateral del hombro y una sensación de quemazón en
el deltoides indica que el nervio axilar está intacto.
Figura 18-5. Antes de reducir una luxación anterior, deberán valorarse los daños en los ner-
vios axilares y musculocutáneos. El nivel de la función nerviosa se determina a partir de la
sensibilidad de la piel.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 284
Figura 18-6. Tres métodos para reducir una dislocación anterior del hombro. A: el método
Kocher; B: el método Stimson; C: el método de elevación.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 285
FRACTURAS DE HÚMERO
Fracturas proximal del húmero
Mecanismo de la lesión
Aunque estas fracturas se dan con mayor frecuencia en individuos de más
edad aquejados de osteoporosis, también pueden afectar a los atletas. Es muy
raro que se den entre los niños antes de que éstos hayan completado su ciclo de
crecimiento. Se producen a raíz de la caída sobre el hombro o sobre la mano
extendida. La deformidad suele ser visible, con crepitaciones provocadas por la
inspección táctil y dolores intensos cuando se intenta hacer algún movimiento.
Tratamiento de la lesión
Las lesiones neurovasculares no son infrecuentes. El funcionamiento del ner-
vio axilar debe ser comprobado minuciosamente. Antes del traslado del paciente
a un servicio de urgencias en el que puedan realizarse las correspondientes radio-
grafías, será necesario efectuar sobre el terreno una inmovilización con cabestri-
llo. La clasificación Neer es una herramienta útil para el tratamiento de estas
lesiones. Las fracturas del húmero proximal se dividen en fracturas no desplaza-
das de dos, tres o cuatro partes.
Las partes empleadas para clasificar estas fracturas son las tuberosidades de
mayor o menor tamaño, el cuerpo humeral y la cabeza humeral. En este sistema,
un desplazamiento de 1 cm o una inclinación que forme un ángulo menor de 45o
se clasifican como una parte (fig. 18-7). Las fracturas de dos partes y las fractu-
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ras sin desplazamiento pueden ser tratadas con un aparato para inmovilizar el
hombro, dando prioridad, si es preciso, a la reducción antes que a la inmoviliza-
ción.
La zona lesionada debe moverse tan pronto como el dolor lo permita. En los
pacientes jóvenes provistos de huesos en buen estado, la cabeza humeral debe ser
preservada, si bien existe el riesgo de necrosis avascular o de una disminución
del flujo sanguíneo dirigido hacia la cabeza humeral. Por consiguiente, en los
jóvenes atletas todas las fracturas de tres y cuatro partes deberán ser sometidas a
reducción abierta y fijación interna. En el caso de deportistas de más edad con
huesos menos resistentes, la mayoría de fracturas de tres y cuatro partes deben
ser tratadas con la colocación de una hemiartroplastia. En los pacientes más jóve-
nes también es importante estabilizar las fracturas de dos partes que afectan la
tuberosidad de mayor tamaño, con el objetivo de estabilizar la función del man-
guito de los rotadores y evitar la infiltración subacromial. Las fracturas de dos
partes de la tuberosidad menor, raras y a menudo asociadas con dislocaciones
posteriores y con convulsiones, pueden provocar heridas en el tendón subesca-
pular.
Mecanismo de la lesión
Las fracturas del cuerpo humeral pueden producirse a raíz de un golpe direc-
to sobre el húmero o por una caída sobre la mano abierta.
Tratamiento de la lesión
Las fracturas del cuerpo humeral pueden ser tratadas sin cirugía en casi todos
los casos. La principal complicación reside en los daños en el nervio radial, que
discurre por el canal en espiral estrechamente ligado al cuerpo del húmero.
Los daños en el nervio radial suelen curarse sin necesidad de ningún trata-
miento en la mayoría de los casos y, por tanto, las exploraciones quirúrgicas sue-
len posponerse de 3 a 4 meses. Si el nervio no se recupera, entonces debe ser exa-
minado. Por otra parte, si el nervio radial funciona antes de la reducción y sólo
después se detecta una disfunción en él, la mayoría de especialistas recomenda-
rían practicar un examen quirúrgico. Las fracturas del cuerpo humeral pueden
ser reducidas por medio de la tracción longitudinal, y a continuación pueden ser
inmovilizadas con un tipo especial de entablillado que consiste en una escayola
colocada como unas tenacillas desde el extremo del hombro y alrededor del
codo, y sujetada bajo la axila. La inclinación puede ser de hasta 30o, lo que deja
un amplio margen de maniobra. Cuando la fractura ha empezado a soldarse, es
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posible utilizar un cabestrillo. Éste utiliza las partes blandas para mantener la
reducción al tiempo que permite la movilidad del codo.
Tuberosidad menor
Cabeza
Cuello quirúrgico
Figura 18-8. Fracturas intraarticulares del húmero distal. A: fractura en forma de T; B: frac-
tura en forma de Y.
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Mecanismo de la lesión
Las fracturas distales de húmero son poco comunes en los adultos. Suelen
producirse en personas de edad avanzada aquejadas de osteoporosis. No obstan-
te, los atletas también pueden verse afectados por ellas como resultado de un
impacto de elevada potencia, como una caída sobre un brazo extendido. A menu-
do siguen el patrón de fracturas intraarticulares del tipo Y o T (fig. 18-8). Como
era de esperar, las lesiones neurovasculares son habituales.
Tratamiento de la lesión
Las fracturas en que no se ha producido desplazamiento pueden ser tratadas
con inmovilización seguida de ejercicios tempranos de movilidad. En los indivi-
duos que cumplan las condiciones para ser intervenidos quirúrgicamente, las
fracturas con desplazamiento deberán ser tratadas con reducción abierta y fija-
ción interna.
LESIONES EN EL CODO
En el fútbol, las lesiones en el codo no son frecuentes. No obstante, el ele-
vado índice de congruencia de la articulación ósea hace que, en ocasiones, sean
difíciles de tratar. Además de las lesiones en los huesos, también pueden presen-
tarse lesiones en las articulaciones, los músculos, los tendones y los ligamentos.
Las lesiones y su tratamiento difieren en el caso de los niños y de los adultos.
El tratamiento agudo debe consistir en un exhaustivo examen neurovascular y
en la inmovilización. Se comprobará si existen lesiones colaterales. El hombro
y la muñeca deberán ser examinados. Aunque el tratamiento depende de la
lesión, en general se recomienda mover el codo en un estadio temprano para
prevenir la contractura. Finalmente, estas lesiones deben ser examinadas por un
traumatólogo. Un diagnóstico y un tratamiento erróneos tendrían desastrosas
consecuencias.
Mecanismo de la lesión
La fractura ósea de codo más común es la fractura de la cabeza radial. Está
causada por la caída sobre la mano abierta. Se caracteriza por la hinchazón y por
el dolor asociado al movimiento.
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Tratamiento de la lesión
Se puede sospechar la existencia de una fractura en la cabeza radial cuando
en las radiografías es visible el desplazamiento de las almohadillas grasas del
codo con el fluido intraarticular. Un signo positivo respecto a las almohadillas
grasas no acompañado por la evidencia de una fractura debe ser tratado, en pri-
mer lugar, como una fractura no desplazada.
Las fracturas de la cabeza radial se clasifican en tres tipos (fig. 18-9). El tipo I
consiste en fracturas no desplazadas que pueden ser tratadas con un corto perío-
do de inmovilización. Las fracturas del tipo II están desplazadas. Para este tipo
de fracturas, se recomienda la reducción abierta y la fijación interna en el caso de
que la fractura esté hundida más de 3 mm, si afecta a más de un 30% de la super-
ficie articular o si la fractura forma un ángulo de más de 30o. El tercer tipo de
fracturas debe ser fijado mediante la reducción abierta y la fijación interna. Si
esto no es posible, entonces deberá practicarse una escisión. No obstante, la esci-
sión de la cabeza radial está contraindicada si se ha producido, de forma simul-
tánea, una lesión de los ligamentos del codo o una lesión de la muñeca. La colo-
cación de una prótesis en la cabeza radial tras la escisión es una opción contro-
vertida.
Mecanismo de la lesión
Las fracturas supracondíleas del codo son fracturas extraarticulares que afec-
tan el húmero distal. Raramente se producen después de la finalización del ciclo
de crecimiento. Sin embargo, estas fracturas están consideradas como el segun-
do tipo de fracturas más comunes en los niños, en especial en aquellos con una
edad comprendida entre los 5 y los 10 años. La fractura tiene lugar en la metáfi-
sis de la apófisis coronoides y en las fosas olecranianas del húmero después de
una caída sobre la mano abierta, y por lo general es una lesión del tipo extensión
(fig. 18-10). La deformidad suele ser evidente.
Tratamiento de la lesión
Las fracturas supracondíleas están relacionadas con las lesiones neurovascu-
lares de las estructuras que rodean el codo, incluyendo la arteria braquial media,
el cúbito y los nervios radiales. Si este diagnóstico es erróneo o recibe un trata-
miento erróneo, pueden producirse contracturas isquémicas del brazo y de la
mano.
Las fracturas supracondíleas del codo se clasifican en tres tipos. En el tipo I
se incluyen las fracturas no desplazadas. El tipo II incluye las fracturas desplaza-
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Tipo I
Tipo II
Tipo III
das con el córtex posterior intacto. En el tipo III se incluyen las fracturas despla-
zadas sin contacto cortical. El tratamiento para las lesiones del tipo I requiere la
inmovilización con flexión en una escayola para el brazo o en una tablilla. La fle-
xión creciente del codo estabiliza la fractura, pero también aumenta el riesgo vas-
cular. Por consiguiente, la mayoría de los traumatólogos recomiendan una
flexión del codo de unos 90o para las fracturas no desplazadas. Las fracturas
desplazadas del tipo II pueden ser reducidas mediante la tracción, corrección del
desplazamiento lateral y medio, y flexión para que los fragmentos distales que-
den colocados en su sitio, en el extremo distal del húmero. Después de la reduc-
ción, debe realizarse un examen neurovascular y radiológico. Si existe peligro
neurovascular tras la reducción y la flexión del codo, este deberá ser flexionado
en menor medida hasta que vuelva a funcionar de manera normal. La imposibi-
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Luxaciones de codo
Mecanismo de la lesión
El codo es la articulación que se luxa con mayor frecuencia entre los atletas
menores de 10 años. En los adultos, la del hombro es más común. Las luxacio-
nes del codo se producen a raíz de la hiperextensión causada por una caída sobre
la mano abierta.
Fosa olecraniana
Fosa coronoides
Figura 18-10. La fractura supracondílea suele producirse en la parte más débil del hueso.
Esta sección transversal del húmero distal muestra el lugar donde es probable que se produz-
ca la fractura.
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Tratamiento de la lesión
Las luxaciones de codo se clasifican de acuerdo con la dirección de la apófi-
sis olecraniana luxada del cúbito. Las luxaciones posteriores son más comunes
que las anteriores, menos frecuentes. Es común que se produzcan fracturas cola-
terales en la cabeza radial, el capítulo del húmero, la apófisis coronoides y los
epicóndilos. También pueden producirse lesiones en el nervio cubital, así como
un incremento de la presión intraósea. Examine siempre la muñeca y el hombro
y practique un minucioso examen cardiovascular. El tratamiento implica la
reducción seguida de un período de inmovilización que será determinado por una
prueba de estabilidad. La maniobra de reducción consiste en la tracción longitu-
dinal, seguida de la manipulación del olécranon posterior hacia el anterior sobre
el húmero distal, y, finalmente, de la flexión con el fin de asegurar la reducción
(fig. 18-11). Para dislocaciones sencillas que se mantienen estables cuando son
extendidas, es recomendable una inmovilización en tablilla de 7 a 10 días. No
obstante, si al llevar a cabo la extensión se detectan signos de inestabilidad, eso
Figura. 18-11 El método Meyn y Quigley para reducir una luxación de codo. El antebrazo
está suspendido y se aplica una suave tracción en la muñeca. El médico guía el olecranon
con la otra mano.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 293
significa que se ha producido una fisura en la cara anterior del ligamento colate-
ral del cúbito medial, y que será preciso efectuar un entablillado que bloquee la
extensión. El ligamento colateral tarda unas 3 semanas en sanar. Tras ese tiem-
po, el entablillado podrá ir reduciéndose progresivamente. La plena movilidad
suele alcanzarse entre 6 y 8 semanas después. Incluso en los casos menos proble-
máticos, debe esperarse un cierta pérdida en la extensión total. El resultado no es
tan satisfactorio en los casos más complicados. Algunas heridas pueden necesi-
tar de 16 a 18 meses para sanar. Es muy raro que la gama de movilidad funcio-
nal y la estabilidad se pierdan.
Mecanismo de la lesión
Las fracturas del olécranon tienen su origen en una caída sobre el codo, por
lo general flexionado. El tirón del tríceps causa el desplazamiento de los frag-
mentos de la fractura (fig. 18-12).
Tratamiento de la lesión
Las fracturas no desplazadas tienen menos de 2 mm de separación y se man-
tienen estables con una flexión de 90o. Ocasionalmente, estas fracturas pueden
tratarse con una escayola para el brazo en la cual el codo se encuentre extendi-
do. Para las fracturas desplazadas, el tratamiento recomendado es la reducción
abierta y la fijación interna. Respecto a las fracturas conminutas, lo mejor es tra-
tarlas con placas fijadoras. Para las fracturas conminutas graves en individuos no
atletas, puede efectuarse la escisión de dos terceras partes del olécranon seguida
de la recolocación del tríceps sin pérdida de estabilidad.
Figura. 18-12 Fracturas del olécranon y de la apófisis coronoides del cúbito. Obsérvese que
la contracción muscular puede separar los fragmentos.
Mecanismo de la lesión
Estas lesiones son poco habituales en el fútbol. Cuando suceden, con frecuen-
cia son causadas por el contacto directo con un jugador contrario o con el poste
de una portería. Otra posible causa de lesión es una caída directa sobre la mano
extendida, a través de la cual se transmite la fuerza suficiente para fracturar el
radio y el cúbito.
Tratamiento de la lesión
Las fracturas del radio y del cúbito son conocidas como la fractura de ambos
doble del antebrazo. En los adultos, las fracturas del radio y el cúbito deben ser
tratadas con reducción abierta y fijación interna. En el caso de los niños, bastará
con la inmovilización con una escayola. Para niños menores de 10 años es acep-
table un ángulo de hasta 10o, ya que la reestructuración del antebrazo, unida a su
crecimiento, aumentará la inclinación. Respecto a los adultos, existe una contro-
versia sobre el momento en que hay que quitarles las placas. Estudios recientes
sugieren que las placas deberían mantenerse al menos 2 años. Después de la
extracción, el antebrazo necesitará ser protegido durante 6 semanas, ya que los
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orificios de las fijaciones actúan como puntos que aumentan la tensión. Una frac-
tura aislada del hueso del cúbito se conoce como una fractura de adhesión noc-
turna. Con un mínimo desplazamiento, esta fractura puede ser tratada con un apa-
rato de recuperación funcional.
Mecanismo de la lesión
Las fracturas del radio distal se producen con frecuencia. Pueden tener varias
causas, como las caídas y otros tipos de colisiones.
Tratamiento de la lesión
El tratamiento de la clásica fractura de Colles, con su fragmento distal en
ángulo dorsal, no es el mismo en el caso de un atleta que cuando se trata de una
mujer de más edad aquejada de osteoporosis. En el caso del atleta, el objetivo es
restaurar las condiciones anatómicas normales. La reducción cerrada y la inmo-
vilización con una escayola larga de 3 a 4 semanas, con el cambio de la escayo-
la larga por una corta durante 3 o 4 semanas más, constituía el modo usual de tra-
tamiento. Para las fracturas no desplazadas, puede tratarse de la opción apropia-
da. No obstante, cuando se trata de fracturas desplazadas es importante restaurar
la longitud y la inclinación radiales y la inclinación palmar del radio distal. En
caso de que no se produzca la restauración de dichos parámetros, el resultado
será una disminución de la movilidad de la muñeca, cambios degenerativos avan-
zados e imbricación de la muñeca con el radio distal. Además, se ha demostrado
Documento2 14/2/05 17:05 Página 296
Mecanismo de la lesión
Las fracturas del escafoides son las fracturas más comunes relacionadas con
los huesos de la muñeca (fig. 18-13). Suelen producirse a raíz de una caída sobre
la mano extendida, y se manifiestan por la flaccidez del orificio anatómico situa-
do en la base del pulgar.
Tratamiento de la lesión
Las fracturas del escafoides deben ser inmovilizadas en una espica para el
pulgar que deje libre la articulación interfalángica. La mayoría de los traumató-
logos están de acuerdo en que, cuando se trata de una fractura documentada o
cuando existen profundas sospechas respecto a la existencia de una fractura, la
escayola debería llegar por encima del codo para proporcionar un control de
la rotación más estrecho. La razón por la que se toman tales precauciones en las
fracturas del escafoides es la posibilidad de desarrollar una necrosis avascular o
de no conseguir la unión. Este hecho está relacionado con el característico riego
vascular que penetra distalmente en el escafoides.
Por tanto, las fracturas a través del tercio medio y proximal del escafoides tie-
nen una elevado índice de desunión y necrosis avascular. Además de las radio-
grafías anteroposteriores (AP) y laterales, una vista del escafoides con la muñe-
ca en desviación cubital a menudo ayuda a detectar la fractura. Para determinar
con exactitud su desplazamiento, algunos traumatólogos recomiendan practicar
una tomografía axial computerizada (TAC) en todas las fracturas de las que se
tenga constancia. En las fracturas no desplazadas, deberá aplicarse tratamiento
cerrado. Ante todo, una fractura de escafoides debe ser inmovilizada con una
espica larga de escayola en el dedo pulgar, con la muñeca en ligera flexión pal-
mar y desviación radial, durante 6 semanas. La espica larga puede ser sustituida
por una espica corta hasta que haya pruebas clínicas y radiológicas de la unión,
que suele producirse entre 15 y 18 semanas después. Existen escayolas sintéticas
y acolchadas que permiten la práctica del fútbol. En el caso del deportista de
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Articulación carpometacarpiana
Articulación mesocarpiana
Piramidal Capitatum
Ganchoso
Trapecio
Trapezoide
Escafoides (navicular)
Cúbito
Radio Articulación
radiocarpiana
Pisiforme
Hueso semilunar
elite, efectuar una reducción abierta y una fijación interna (ORIF) permitirá una
rápida vuelta al terreno de juego. Una separación de más de 2 mm se considera
una fractura desplazada. Estas fracturas necesitan reducción anatómica para evi-
tar las complicaciones de la necrosis avascular, falta de unión y mala unión, que
pueden desembocar en una artritis que debilitaría la muñeca. El método de reduc-
ción anatómica más aconsejable es el ORIF, en el que se emplean diversos torni-
llos óseos. El injerto y la fijación interna suelen ser necesarios si al cabo de
6 meses no hay signos de unión. También existen algunas técnicas efectivas de
revascularización.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 298
Mecanismo de la lesión
Las caídas y los choques pueden causar la fractura de los metacarpianos y las
falanges. En los deportes, las lesiones producidas por el aplastamiento (pisotones
sobre las manos y los dedos) son comunes.
Tratamiento de la lesión
Las fracturas de los huesos largos de la mano pueden ser tratadas, en general,
con reducción cerrada e inmovilización, siempre que la fractura se mantenga
estable y no exista rotación defectuosa o angulación. El fracaso en la corrección
de la rotación defectuosa puede tener como resultado unos dedos infra o super-
puestos. Las uñas deben estar en el mismo plano, y los dedos, cuando estén fle-
xionados, deben apuntar al hueso escafoides (fig. 18-14). En general, cuando las
fracturas intraarticulares constituyen menos del 30% de la superficie total, puede
aplicarse el tratamiento cerrado. El ORIF debe ser considerado cuando se ha pro-
ducido la subluxación palmar de la falange más alejada. Los mejores tratamien-
tos para las fracturas intraarticulares graves son los tratamientos cerrados con
una temprana gama de movimientos. Para el tratamiento cerrado, la mano está
inmovilizada en una posición de seguridad (fig. 18-15). Las articulaciones meta-
carpofalángicas (MF) son inmovilizadas en flexión con un ángulo de 70o a 90o, y
Figura 18-14. A: para la correcta alineación de los huesos, las uñas deberían estar paralelas
a los dedos; B: al flexionarlos, los dedos deberían apuntar al escafoides.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 299
Mecanismo de la lesión
El mecanismo es esencialmente el mismo que en el resto de fracturas de las
manos y los dedos.
Tratamiento de la lesión
La fractura de Bennett se produce en la base metacarpiana del pulgar. Un
pequeño fragmento cubital permanece pegado al trapecio y el metacarpiano del
Mecanismo de la lesión
Las luxaciones de la articulación interfalángica proximal suelen estar causa-
das por una hiperextensión excesiva. Las luxaciones de la articulación palmar
son raras.
Tratamiento de la lesión
Aunque la deformidad es visible, con frecuencia se da el caso de que la lesión
se reduce por sí misma en el momento en que el atleta se dirige a las líneas de la
banda. Si existe la posibilidad de que se haya producido una fractura, debe rea-
lizarse una radiografía. En la mayoría de los casos, la luxación puede ser reduci-
da repitiendo la circunstancia que dio origen a la lesión. Para ello, es preciso lle-
var a cabo una hiperextensión extrema de la zona deformada para desbloquear la
falange media, y luego hay que flexionar la falange central sobre la falange pro-
ximal. En algunos casos, la interposición del cartílago palmar puede bloquear la
Documento2 14/2/05 17:05 Página 301
reducción (fig. 18-17). Una nueva radiografía ayudará a solucionar una fractura
complicada. A continuación, la articulación se coloca en posición extendida y se
inmoviliza con una tablilla de aluminio acolchado durante 4 o 5 días, tras los cua-
les el atleta reemprenderá el movimiento dando suaves golpecitos con los dedos
hasta que se sienta cómodo. Las complicaciones a largo plazo son raras, y no sue-
len tener importancia desde el punto de vista clínico. Los desgarros y las roturas
de los ligamentos colaterales también son frecuentes.
Estas lesiones están causadas por fuerzas radiales o cubitales. En los dedos,
la lesión suele afectar el ligamento lateral del radio, y cuando se trata del pulgar
el ligamento afectado suele ser el ligamento lateral del cúbito. Estas lesiones pue-
den ser tratadas efectuando ligeros golpecitos con los dedos hasta que el atleta se
sienta cómodo, lo que suele ocurrir de 10 a 14 días después.
Figura 18-17. A: posición normal del cartílago palmar; B: interposición del cartílago palmar
entre el dedo y el metacarpiano.
Mecanismo de la lesión
Esta lesión frecuente en el esquí suele afectar a los porteros, y es la conse-
cuencia de la tensión en valgo sobre la articulación metacarpofalángica del pul-
gar, que da como resultado una lesión del ligamento lateral del cúbito.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 302
Tratamiento de la lesión
El examen físico muestra flaccidez en la zona del ligamento lateral del cúbi-
to, combinada con una falta de respuesta a la tensión en valgo. En estos casos,
las radiografías se utilizan para distinguir entre una rotura parcial y una rotura
total del ligamento lateral del cúbito. Una abertura mayor de 35o a 45o es un indi-
cio de que la lesión es total. Cuando se produce la interposición del tendón aduc-
tor entre los extremos del ligamento lateral del cúbito, este hecho es conocido
como la lesión de Stener. Las roturas parciales pueden ser tratadas con la inmo-
vilización de la zona afectada. La recomendación usual es tratar quirúrgicamen-
te las roturas totales y las lesiones de Stener (fig. 18-18).
Figura 18-18. La lesión de Stener consiste en la interposición del tendón aductor entre los
extremos del ligamento lateral del cúbito.
LECTURAS RECOMENDADAS
Browner BD, Jupiter JB, Levine AM, y cols. (Eds). Skeletal trauma. Filadelfia:
WB Saunders, 1992.
Charnley JS. The closed treatment of common fractures. Edinburgh: E. y S.
Livingston, 1968.
Green DP (Ed). Operative hand surgery. 3a ed. Nueva York: Churchill
Livingstone, 1991.
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Greenspan A (Ed). Orthopedic radiology. 2a ed. Nueva York: Raven Press, 1992.
Orthopaedic Knowledge Update 4. Home study Syllabus. Chicago: American
Academy of Orthopaedic Surgeons, 1993.
Orthopaedic Knowledge Update. Sports Medicine. Chicago: American Academy
of Orthopaedic Surgeons, 1994.
Rockwood CA, Green DP, Bucholz RW (Eds). Fractures in adults. 3a ed.
Filadelfia: J.B. Lippincott, 1991.
Rockwood CA, Wilkins KE, King RE (Eds). Fractures in children. Filadelfia:
Lippincott, 1991.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 304
Documento2 14/2/05 17:05 Página 305
19 LESIONES EN
EL TRONCO Y
EN LA ESPALDA
John R. McCarroll
EPIDEMIOLOGÍA
Las lesiones por encima de la cintura no son comunes en el fútbol. La suma
de las lesiones de tórax, espalda, abdomen, pelvis e ingles no llega al 10% del
total de lesiones que causan pérdida de tiempo de juego. Según la literatura exis-
tente sobre las lesiones en el fútbol, la incidencia de las lesiones de tronco está
entre el 0% y el 13% (tabla 19-1). Según la base de datos sobre las lesiones de la
National Collegiate Athletic Association (NCAA), la incidencia de las lesiones
de tórax y de espalda es, en los hombres, de 0,41 por cada 1.000 situaciones posi-
bles, y, en las mujeres, de 0,43 por 1.000.
Hace poco se publicó un informe con todas las lesiones de tronco sufridas por
los jugadores de fútbol de la Universidad de Indiana desde 1975 (tabla 19-2). La
lesión más común era la que afectaba la columna lumbar, seguida de lesiones en
la cadera, la columna torácica y el abdomen. La mayoría de estas lesiones eran
contusiones, desgarros de gravedad media y distensiones. Muy pocos necesita-
ron atención médica. Se perdió muy poco tiempo de juego, y tan sólo un caso
relacionado con los discos lumbares tuvo que ser tratado quirúrgicamente.
LESIONES ABDOMINALES
Órganos internos
Mecanismo de la lesión
A causa de la protección proporcionada por la pelvis, las costillas y los
músculos asociados, el abdomen puede soportar la mayoría de los golpes que
Documento2 14/2/05 17:05 Página 306
recibe en el contacto normal. El grado en que los músculos y los huesos prote-
gen las estructuras abdominales internas depende de la fuerza del impacto, del
ángulo del golpe, de la fortaleza de los músculos y de si se produce una penetra-
ción del impacto a través de los músculos.
La mayoría de las lesiones se producen a raíz de la colisión de dos jugadores,
del golpe de un objeto móvil a un jugador o del choque de un jugador contra la
portería (fig. 19-1). Los órganos más comúnmente afectados en este tipo de
impactos son órganos sólidos como los riñones, el bazo, el hígado y el páncreas.
Tratamiento de la lesión
Las heridas contusas son más difíciles de diagnosticar y pueden no ser detec-
tadas en un principio. Si existe el más mínimo indicio de herida interna, el atle-
ta deberá ser reconocido inmediatamente por un médico. En caso contrario, la
situación puede agravarse e incluso desembocar en la muerte.
La sospecha de hemorragia intraabdominal puede ser confirmada con el lava-
do peritoneal o laparoscopia. En la mayoría de centros médicos, la detección de
lesiones en los órganos abdominales se realiza mediante la tomografía axial com-
puterizada (TAC). Las radiografías comunes no suelen ser de gran ayuda.
Cuando se sospecha que existe una lesión en el riñón, la realización de un pielo-
Tabla 19-1.
Cabeza 10
Extremidades superiores 13
Tronco y pelvis 22
Extremidades inferiores 66
Muslo 16
Rodilla 17
Pierna 16
Tobillo 24
Pie 12
*Media de porcentajes procedente de diversos estudios. La suma de los porcentajes no es del 100%.
(Tomado de: Lohnes J y cols.. Soccer injuries. En: Fu FH, Stone DA (Eds). Sports injuries. Williams &
Wilkins, 1991; 607.)
Documento2 14/2/05 17:05 Página 307
Tabla 19-2.
ra. Por tanto, para no incurrir en un diagnóstico erróneo será preciso tomar pre-
cauciones.
Cuando se ha producido un golpe en la zona de los riñones seguido de un
dolor en el costado, hay motivos para sospechar la existencia de una lesión renal.
Una manera sencilla de comprobarlo sin tener que acudir a una consulta médica
es tomar una muestra de orina del atleta y examinar, primero visualmente y luego
mediante la impregnación de un bastoncillo higiénico, si hay restos de sangre en
la orina. Si el primer examen da un resultado negativo, espere 10 minutos y repí-
talo. Si el test da un resultado positivo, el atleta debe ser hospitalizado. Allí se
llevará a cabo el examen definitivo. Si se sospecha la existencia de una lesión en
el bazo, ante todo deberá considerarse la posibilidad de que el atleta haya sufri-
do una mononucleosis en el pasado. Los estudios muestran que al menos un 44%
de las lesiones en el bazo están relacionadas con esta enfermedad.
En muchos casos, las lesiones renales pueden ser tratadas de manera conser-
vadora, que consiste en guardar cama, administración de líquidos i.v. y antibió-
ticos, y atenta observación. No obstante, si los síntomas son agudos, deberá rea-
lizarse una exploración quirúrgica del riñón.
Si para el tratamiento de la lesión no fue necesaria una intervención quirúrgi-
ca, la vuelta del jugador a la competición deberá estar avalada por sucesivos exá-
menes y por la evidencia de que la lesión ha desaparecido por completo. El médi-
co será el encargado de determinar el momento en que la vuelta al terreno de
juego es posible. Si hay que realizar una operación de cirugía en el abdomen, la
recuperación puede prolongarse durante 8 semanas en los deportes sin contacto
y durante 12 semanas en los deportes de contacto.
Mecanismo de la lesión
Las contusiones en la pared abdominal y los desgarros musculares son lesio-
nes frecuentes en el fútbol. Un giro brusco puede causar un desgarro en el
músculo recto abdominal. El resultado es un hematoma y la correspondiente res-
tricción de las actividades deportivas.
Tratamiento de la lesión
El tratamiento debe iniciarse con aplicación de hielo, compresión de la
zona y reposo. Cuando el dolor disminuya, la fisioterapia hará que los mús-
culos abdominales recobren su fuerza. El dolor o la inflamación marcarán la
pauta para saber el momento en que el atleta puede efectuar ejercicios más
intensos.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 310
LESIONES EN EL PECHO
Mecanismo de la lesión
Las fracturas o contusiones en las costillas son las lesiones de pecho más fre-
cuentes. Las costillas que se fracturan con mayor frecuencia son las medias (4.ª-
7.ª), por lo general, como resultado de un golpe directo.
Tratamiento de la lesión
Cuando se sospecha la existencia de una lesión en las costillas, debe efectuar-
se una radiografía del tórax para descartar la posibilidad de que se trate de una
lesión intratorácica que pueda poner en peligro la vida del atleta, como neumo-
tórax, hemotórax y las contusiones pulmonares. Quizá sea necesario realizar exá-
menes adicionales para detectar si hay otras costillas fracturadas.
El tratamiento de las fracturas aisladas de costilla es sintomático. Las reco-
mendaciones más extendidas incluyen el descanso, una prenda de compresión
(un cinturón torácico) y la protección de la zona lesionada al toser o estornudar,
por ejemplo, entablillando la zona con una almohada o cogiendo el húmero por
un lado y utilizándolo como tablilla.
Cuando el dolor disminuya, puede utilizarse un aparato protector de las cos-
tillas para volver a la práctica deportiva. Deberá advertirse al atleta que un
nuevo impacto puede causar una lesión torácica o abdominal en caso de que una
costilla fracturada penetre en un órgano. Si se produce la fractura, deberá pasar
algún tiempo antes de que el paciente pueda volver a practicar deportes de con-
tacto. En el caso de una contusión en las costillas, el dolor es el indicador más
apropiado.
Otras lesiones de la zona pectoral y torácica, como las fracturas de escápula,
de esternón, las costocondrales y las de clavícula, y las lesiones graves de los pul-
mones y la región cardíaca, también deben ser tenidas en cuenta, si bien no son
frecuentes en el fútbol.
LESIONES DE COLUMNA
Columna torácica
Mecanismo de la lesión
En el fútbol, las lesiones de la columna torácica deben ser tenidas en cuenta,
en especial si el atleta ha sufrido una violenta colisión con otro jugador o con el
Documento2 14/2/05 17:05 Página 311
poste de la portería. En cualquier caso, se trata de lesiones raras de las que no hay
constancia en la literatura médica común.
Columna lumbar
Mecanismo de la lesión
La mayoría de los problemas que hemos tratado (tabla 19-3) están relaciona-
dos con la columna lumbar. Los factores que predisponen a los atletas a padecer
dolor en la columna lumbar son la elevada longitud del tronco y la rigidez de las
extremidades inferiores. Los datos revelan que un elevado porcentaje de los
pacientes que desarrollan defectos espondilíticos en la zona lumbar están aque-
jados de espina bífida oculta. Respecto a la relación entre el ejercicio y el dolor
de espalda, la comparación de los atletas con el resto de la población no demues-
tra que los primeros sufran esta dolencia en mayor grado. De hecho, un estudio
afirma que el dolor de espalda está más extendido entre los estudiantes que no
practican ningún deporte.
Los datos de la Universidad de Indiana muestran que el 80% de las lesiones
de espalda ocurren durante la práctica deportiva, el 6% durante la competición y
el 14% durante el entrenamiento de pretemporada. Un total del 80% de los hom-
bres y un 6% de las mujeres sufren lesiones. La naturaleza de éstas es aguda en
un 59% de los casos, causada por el desgaste en el 12% y por el agravamiento de
las condiciones preexistentes en un 29%.
Tratamiento de la lesión
Al igual que en otros casos, la emisión de un diagnóstico adecuado debe pre-
ceder a cualquier tipo de tratamiento agresivo. En el momento de diagnosticar la
exacta etiología del dolor de columna lumbar, la edad es un factor de gran impor-
tancia. Los atletas jóvenes están más expuestos a sufrir desgarros y fracturas de
estrés o por sobrecarga que afectan los cartílagos en fase de crecimiento (p. ej, la
enfermedad de Scheuermann). En los atletas de edad madura, el dolor suelen
estar causados por problemas discales.
Cuando un atleta sufre dolor en las piernas y en la espalda, puede deberse a
una lesión del nervio periférico y al hecho de que dicho nervio ha quedado atra-
pado, es decir, al síndrome del piriforme. Esta posibilidad debe ser meditada y
descartada antes de considerar seriamente la existencia de una lesión discal.
Las radiografías sirven para diagnosticar un gran número de estados patoló-
gicos. El escáner óseo y la tomografía computerizada por emisión de unidades de
fotones son herramientas indispensables para que el especialista en problemas
lumbares pueda emitir un diagnóstico adecuado, en especial en el caso de atletas
Documento2 14/2/05 17:05 Página 312
Tabla 19-3.
Cabeza Extremid. Tronco Pelvis Extremid. Muslo Rodilla Pierna Tobillo Pie
superiores inferiores
7 8 -- 20 -- -- 18 29 -- --
7 5 3 3 71 8 13 16 19 10
12 13 [ 7 ] 61 -- -- -- -- --
-- 2 -- -- -- -- 59 -- 9 --
-- -- -- 13 -- 14 20 29 -- 12
-- -- -- 6 -- 15 23 9 26 9
22 6 -- 8 63 -- -- -- -- --
8 20 -- 15 58 -- -- -- -- --
2 27 -- -- 57 -- -- -- 33 --
17 14 [ 7,5 ] 61 -- -- -- -- --
-- -- -- -- -- -- -- -- -- --
9 7 5 6 17 18 7 21 9,5
7 7 6 4 18 17 9 22 10
-- -- -- -- 84 22 18
(incluye
la ingle)
10 15 7 -- 68 12 14 13 16 13
9 26 -- 4 58 -- 12 -- -- --
-- -- -- -- 59 -- -- -- -- --
14 12 9 -- 64 -- -- -- -- --
9 16 7 -- 68 -- -- -- -- --
5 -- [ 4 ] 81 -- -- -- [ 44 ]
15 17 -- -- 65 -- 12 -- 41 --
4 -- -- -- -- 24 19 -- 27 19
Reimpreso con autorización de: Lohnes J, Garrett WE. Soccer injuries. En: Fu FH, Stone
DA (Eds). Sports injuries. Williams & Wilkins, 1991.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 313
Mecanismo de la lesión
La espondilólisis, o fractura por sobrecarga de las carillas intraarticulares,
puede afectar a los porteros a causa de su repetida hiperextensión lumbar
durante las paradas en salto. Muchos creen que el mecanismo que causa la frac-
tura por sobrecarga de las carillas intraarticulares se debe a la creciente sobre-
carga axial que tiene lugar durante la hiperextensión, así como a los movimien-
tos del tarso y a los repetidos ciclos de flexión y extensión. Los escáneres óseos
de más de un tercio de los jóvenes atletas aquejados de dolores lumbares sig-
nificativos muestran la existencia de fracturas por sobrecarga de las carillas
intraarticulares. En el informe de Indiana, 30 futbolistas fueron tratados de
dicha fractura.
El empleo de la cámara de vídeo de alta velocidad, las placas de presión y los
estudios electromiográficos han permitido estudiar la distribución de las fuerzas
biomecánicas en los lineman del fútbol americano, los golfistas y los jugadores
de fútbol. La sobrecarga en las partes intraarticulares de los jugadores de fútbol
era similar a la que sufrían los lineman. Numerosos estudios muestran una mayor
incidencia de las fracturas por sobrecarga de las carillas intraarticulares cuando
Documento2 14/2/05 17:05 Página 315
ESPONDILÓLISIS
Tratamiento de la lesión
La mayoría de los pacientes con espondilólisis tienen un historial de dolor en
la zona lumbar con una duración desde unas pocas semanas hasta algunos meses.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 316
El dolor puede ser unilateral o bilateral. En general, no suele afectar a las pier-
nas. El dolor de espalda obliga a limitar la actividad deportiva.
El examen físico no suele revelar alteraciones neurológicas o limitaciones en
la gama de movimientos. La clave suele estar en el dolor producido por la hiper-
extensión. Estos pacientes pueden dar resultados positivos cuando se somete una
sola pierna a un test de hiperextensión (fig. 19-4). Para reproducir el dolor, el
paciente puede sostenerse sobre la pierna correspondiente al lado afectado de la
espalda o inclinarse hacia atrás. El paciente también puede sufrir rigidez en los
isquiotibiales.
Estos pacientes deben ser sometidos a una exploración radiológica rutinaria
que incluya las vistas anteroposterior, lateral y oblicua de la columna lumbar. Si
estas radiografías dan resultados negativos, el paciente deberá someterse a un
escáner óseo. Si el resultado vuelve a ser negativo, entonces deberá practicarse
una tomografía computerizada por emisión de unidades de fotones, ya que con
esta técnica se detectan el 10-15% de patologías que escapan al escáner óseo con-
vencional.
En el Centro Metodista de Medicina Deportiva hemos podido ver, entre 1989
y 1995, 30 fracturas por sobrecarga de las carillas intraarticulares en los jugado-
res de fútbol, detectadas con un escáner óseo o con TAC. Los afectados eran
Figura 19-3. Las tres fases del chute. A: aproximación; B: finalización con sobrecarga en la
columna.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 317
RESUMEN
En el fútbol, las lesiones en el tronco no son comunes, y no suelen ser graves.
No obstante, si un jugador joven está aquejado de dolores lumbares, es preciso
considerar la posibilidad de que haya sufrido una fractura por sobrecarga en las
carillas intraarticulares. En tal caso, la fractura deberá recibir el tratamiento ade-
cuado.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 319
20 LESIONES
INGUINALES
Lars Peterson
INTRODUCCIÓN
El fútbol es uno de los deportes más populares y extendidos del mundo. Más
de 400 millones de hombres lo practican con frecuencia, existen aproximada-
mente 200 millones de jugadores federados y otros 200 millones juegan a fútbol
por diversión. El fútbol femenino es uno de los deportes de mayor crecimiento,
y se calcula que existen unos 30 millones de competidoras que participan en tor-
neos organizados. Los Campeonatos del Mundo de Fútbol atraen a una gran can-
tidad de público y a audiencias televisivas de todo el mundo. Pero el fútbol es un
deporte de contacto, y las lesiones por traumatismo y desgaste se producen con
frecuencia. Las lesiones más comunes en la zona de las ingles afectan el aductor
largo, el recto abdominal, el recto femoral y las unidades musculares del tendón
del psoasilíaco. El principal síntoma es el dolor, si bien en las ingles puede tener
otras causas. Cuando el dolor está causado por lesiones en las unidades muscu-
lares de los tendones, la lesión no necesitará ni diagnóstico ni terapia siempre que
sea tratada en las primeras fases de la misma (fig. 20-1). Respecto al dolor de
ingles crónico, los síntomas pueden ser vagos y poco específicos. El tratamiento
de este tipo de dolor exige un detallado análisis del historial clínico del pacien-
te, del modo en que se produjo la lesión y, asimismo, la realización de una
cuidadosa exploración física.
EPIDEMIOLOGÍA
En el fútbol, las lesiones pueden estar causadas por el desgaste o por un
impacto. El porcentaje se sitúa entre 15 y 20 lesiones por cada 1.000 horas de
juego. En los partidos suelen producirse de 3 a 4 veces más lesiones que en los
entrenamientos. La incidencia de las lesiones parece ser superior en las mujeres
que en los hombres. Los hombres sufren 7,6 lesiones por cada 1.000 horas de
Documento2 14/2/05 17:05 Página 320
juego, hecho que contrasta con las 29,9 lesiones por cada 1.000 horas de juego
que sufren las mujeres. En un estudio prospectivo realizado en Suecia acerca de
las lesiones en el fútbol, las observadas en las ingles se elevaron hasta el 5% del
total. Las lesiones en las ingles causadas por el desgaste parecían producirse con
mayor frecuencia en campos de césped artificial que en los campos de hierba
natural.
El mecanismo de la lesión, el tratamiento más adecuado y las maneras de pre-
venirla se explican en las secciones dedicadas a los diversos tipos de lesiones.
ADUCTOR LARGO
Por lo general, las lesiones en las ingles suelen estar localizadas en el múscu-
lo aductor largo. La lesión puede producirse a raíz del desgaste, que causa micro-
lesiones, inflamación y daños.
M. recto
abdominal
M. psoasilíaco
M. aductor
largo
M. recto femoral
Figura 20-1. La región de la ingle, incluyendo los músculos aductores, recto abdominal, recto
femoral y psoasilíaco.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 321
LESIONES INGUINALES
321
El músculo también puede sufrir una lesión a causa de una sobrecarga fortui-
ta o repetida (o a causa de un golpe), en la que se produce una vigorosa aducción
contra una fuerza contraria (por ejemplo, un contrincante), lo que da como resul-
tado una rotura total o parcial.
Distensión
Para localizar una hernia, debe llevarse a cabo un examen del escroto y de las
estructuras linfáticas y neurales de la parte inferior de la pierna. Deberán efec-
tuarse las radiografías de rutina (figs. 20-2). Si es necesario, habrá que realizar
un examen por ultrasonidos, un escáner óseo, una resonancia magnética y otras
pruebas. En caso de que se sospeche la existencia de una hernia incipiente, la her-
niografía puede resultar útil. Si se tienen indicios de la existencia de daños en la
articulación de la cadera, (como lesiones condrales, osteocondritis disecante o
desgarros del rodete acetabular ), deberán llevarse a cabo pruebas de laboratorio
y una artroscopia. La posibilidad de que el nervio haya quedado atrapado debe-
rá ser descartada. El tratamiento con medicamentos antiinflamatorios o con
inyecciones locales de esteroides en la zona dolorida puede intentarse en una o
dos ocasiones, junto con un período de descanso de 2 semanas. También debe
practicarse entrenamiento isométrico hasta el límite del dolor, aumento gradual
del entrenamiento dinámico con resistencia y ejercicios de estiramiento.
Tratamiento quirúrgico
Si 6 meses de tratamiento conservador no dan resultados, es probable que sea
necesario recurrir a la cirúgia. Los procedimientos quirúrgicos empleados son
agresivos, por ejemplo, la tenotomía. En nuestra disciplina, la tendencia ha sido
practicar la exéresis de la lesión patológica. La exploración ultrasónica preope-
ratoria, un valioso aliado de la cirugía, puede revelar la localización y las dimen-
siones de la herida. La cirugía se lleva a cabo con anestesia total y la pierna se
coloca de tal modo que pueda se movida libremente. La cadera está flexionada
entre 45o y 60o, y la rodilla forma un ángulo de 90o, posición que permite exami-
nar y palpar el tendón del aductor largo. Sobre el tendón se realiza una incisión
transversal o longitudinal. La incisión en la fascia y el paratendón permite explo-
rar el tendón a partir de la inserción y hasta el punto de unión entre el tendón y
el músculo. El área es palpada e inspeccionada. Sobre dicha área, descolorida e
hinchada, se practica una incisión que permite abrirla como si fueran las páginas
de un libro. Tras la apertura, a veces se descubre una zona descolorida de tejido
cicatrizal. Siguiendo la dirección de las fibras, se practica la escisión de este teji-
do hasta que sale a la luz la resección normal. En ocasiones también es posible
ver un tejido cicatrizal sin estructuras fibrosas; en tal caso, deberá practicarse la
escisión longitudinal de dicho tejido hasta alcanzar las fibras normales. Si la
exploración es negativa o existe una gran cantidad de tejido inflamatorio cicatri-
zal, se practica una tenotomía en el origen del aductor largo. Si se produce una
reacción inflamatoria, deberá realizarse una completa escisión de la zona infla-
mada. Después de la intervención, el paciente puede andar utilizando muletas
lastradas hasta el punto que permita el dolor. El tratamiento de rehabilitación
Documento2 14/2/05 17:05 Página 323
LESIONES INGUINALES
323
Ruptura total
La rotura total del aductor largo puede producirse en el origen del hueso púbi-
co o en la inserción en el fémur. La causa de la lesión es una explosiva sobrecar-
ga de la ingle en un momento de contacto (aducción vigorosa combinada con una
súbita resistencia del oponente). El deportista sufre un repentino dolor y una pér-
Figura 20-2. A: El músculo del aductor largo aquejado de rotura parcial en el tendón cercano
al hueso púbico. B: Fractura en avulsión del origen del aductor largo.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 324
dida de fuerzas. El músculo del aductor largo no puede llevar a cabo una aduc-
ción contra resistencia. Si la lesión está localizada cerca del origen del tendón,
con frecuencia surge una protuberancia blanda cerca de la inserción. El trata-
miento consiste en una intervención quirúrgica para reinsertar o suturar el ten-
dón. Si la rotura es distal, la presión muscular puede verse incrementada por un
gran hematoma. La cirugía puede eliminar el hematoma y reinsertar el músculo
en la inserción en el fémur con suturas óseas. El tratamiento postoperatorio es el
mismo que en el caso del tratamiento quirúrgico de los casos crónicos. Si la rotu-
ra distal se ignora o no es sometida a tratamiento, puede ser el origen de un futu-
ro tumor (fig. 20-3).
Prevención de la lesión
Deberá prestarse especial atención a la preparación general del jugador, en
particular a la fuerza, resistencia y flexibilidad de los muslos. El programa de
entrenamiento deberá incluir ejercicios de fuerza muscular isométricos y dinámi-
cos, sin olvidar los ejercicios de calentamiento al principio de la sesión y los de
enfriamiento al finalizar cada sesión de entrenamiento y cada partido. Durante
las sesiones de calentamiento, o en caso de que el partido vaya a desarrollarse en
un ambiente frío, deberán utilizarse pantalones de neopreno para proporcionar
calor al atleta, ya que el calor incrementa la elasticidad del colágeno.
Figura 20-3. Avulsión distal completa del músculo del aductor largo y resultado posterior con
una hipertrofia tumoral. Izquierda: durante la relajación muscular. Derecha: durante la contrac-
ción muscular.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 325
LESIONES INGUINALES
325
Desgarros
Figura 20-4. Avulsión de la inserción ósea del recto abdominal en el hueso púbico. Un año
después de la lesión.
Documento2 14/2/05 17:05 Página 326
Rotura total
RECTO FEMORAL
Desgarros
Rotura total
LESIONES INGUINALES
327
Figura 20-5. Formación ósea que limita la gama de movilidad de la cadera después de la avul-
sión del origen tendinoso del recto femoral.
PSOASILÍACO
Desgarros
Rotura total
Una rotura total del tendón del psoasilíaco puede estar causada por una fle-
xión forzada de la cadera contra una resistencia. El atleta siente un dolor repen-
tino o un chasquido en la cadera. Aunque ésta sufre una pronunciada debilidad
en el momento de realizar una flexión, no suelen producirse hinchazones o deco-
loraciones. Las radiografías pueden revelar la existencia de la avulsión de un
fragmento óseo. Si el fragmento sufre una dislocación de más de 10 mm, debe
ser reinsertado. La exploración por ultrasonidos puede verificar la existencia de
una rotura total, que deberá ser suturada.
Cuando la región del tendón del psoasilíaco está afectada por dolores cróni-
cos, uno de los efectos secundarios suele ser la bursitis. Ésta puede ser causa de
crujidos en la parte frontal de la ingle, que se ponen de manifiesto al realizar una
flexión contra una resistencia. Por lo general, la causa de este fenómeno suele
ser el engrosamiento hipertrófico de la bolsa sinovial. La bursografía o la explo-
ración por resonancia magnética son algunos métodos de diagnóstico. Si el cru-
jido es doloroso, quizá sea necesario extirpar la bolsa sinovial (fig. 20-6).
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LESIONES INGUINALES
329
Zonas de crecimiento
Origen del
tensor de la Origen del
fascia lata y músculo recto
del músculo femoral
sartorio
Inserción del
músculo
glúteo medio
Inserción del
músculo
psoasilíaco
Origen de los músculos
isquiotibiales
Figura 20-7. Apófisis en las que debe sospecharse la existencia de fractura avulsiva en juga-
dores adolescentes.
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LESIONES INGUINALES
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Fracturas
Tabla 20-1.
Fracturas
Fracturas por sobrecarga
Lesión o enfermedad de la cadera
Osteítis púbica
Atrapamiento nervioso
Hernias
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Osteítis púbica
Atrapamiento nervioso
LESIONES INGUINALES
333
Figura 20-8. Nervios atrapados en la región de las ingles. Las zonas en las que se pierde sen-
sibilidad están marcadas. De medial a lateral nervios genitofemoral, obturador ilioinguinal,
femorocutáneos anterior y lateral e iliohipogástrico.
Hernias
RESUMEN
Las lesiones en la ingle suelen afectar el aductor, el recto abdominal, el recto
femoral y las unidades musculotendinosas del psoasilíaco en la zona de la ingle.
El diagnóstico y la terapia son unívocos en las primeras etapas. En casos cróni-
cos, el diagnóstico puede ser difícil de determinar y debe incluir los diagnósticos
diferenciales.
El historial clínico y el análisis del modo en que ha tenido lugar la lesión
deben ir seguidos de un examen clínico y de tests funcionales. Quizá sea necesa-
rio realizar más pruebas, como radiografías, ultrasonidos, resonancia magnética,
escáner óseo y pruebas de laboratorio. Un tratamiento del dolor de ingle efecti-
vo necesita, ante todo, un diagnóstico acertado.
LECTURAS RECOMENDADAS
LESIONES INGUINALES
335
21 PUBALGIA
ATLÉTICA Y DOLOR
INGUINAL
CRÓNICO
John Lones
EPIDEMIOLOGÍA
No disponemos de estadísticas que cuantifiquen la incidencia de este tipo de
lesiones. La mayoría de las estadísticas agrupan las lesiones por zonas y no por
tipos específicos de lesión. Asimismo, es difícil estimar el número de situaciones
de riesgo en relación con los distintos deportes, hecho que impide la obtención de
datos significativos.
La sistemática tensión implicada en el regate, el chut y el pase del balón de
fútbol puede desembocar en una afección llamada pubalgia. Esta patología ha
sido correctamente descrita en Europa: en Francia, su nombre es pubalgie, y en
Gran Bretaña es conocida como “ingle de Gilmore”. También ha sido detectada
en corredores de velocidad, jugadores de fútbol americano y otros atletas de alta
competición.
MECANISMO DE LA LESIÓN
Esta patología se caracteriza por un dolor crónico y persistente en las ingles,
dolor que es consecuencia de una debilidad o de una afección cerca de la inser-
ción púbica del recto abdominal y la aponeurosis oblicua interna. Se cree que los
Documento3 16/2/05 09:44 Página 338
ción del músculo abdominal contra resistencia. La aducción de cadera contra una
resistencia con las caderas en posición neutra también pone de manifiesto el
dolor en las ingles. Sin embargo, por lo general los músculos y los tendones del
aductor no suelen estar fláccidos. Aunque algunos individuos pueden sufrir de
flaccidez y debilidad palpable en el anillo inguinal, este hecho raras veces impli-
ca la presencia de una hernia. La flexibilidad de la cadera y de la espalda debe
ser completa e indolora. El examen neurológico de las extremidades inferiores
debe arrojar resultados normales.
Con el fin de detectar hernias, masas o zonas fláccidas, deberá palparse el
canal inguinal, el cordón espermática y los testículos. También es recomendable
practicar un examen táctil de las zonas prostática y rectal, en especial en el caso
de los atletas de mayor edad.
El diagnóstico de la pubalgia atlética es, ante todo, un diagnóstico por exclu-
sión. Por este motivo, deberán tenerse en cuenta varias posibilidades para poder
descartar otras causas del dolor de ingles.
Las radiografías comunes de la pelvis, de la zona lumbar y de las caderas
servirán para identificar la osteoartritis, los neoplasias óseas o la osteítis púbi-
ca. Eventualmente, la sospecha de que existe una fractura por sobrecarga o una
reacción a la sobrecarga puede aconsejar la realización de un escáner óseo. La
resonancia magnética detectará la mayoría de las lesiones o inflamaciones de las
partes blandas lumbares o abdominales. En el caso de la pubalgia atlética, la
mayoría de las exploraciones radiológicas arrojan resultados normales. En algu-
nos casos, la señal del incremento medular en la espina del pubis o en la sínfi-
sis púbica puede observarse en la resonancia magnética.
Tabla 21-1.
Síntomas de la pubalgia
Dolor inguinal
uni o bilateral
con difusión hacia el abdomen inferior o el muslo interno
Dolor al:
golpear con el pie
disparar
correr
Documento3 16/2/05 09:44 Página 340
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Distensiones y roturas musculares
Hernias
Las hernias inguinales directas e indirectas y las hernias femorales son comu-
nes en los atletas, y suelen ser causa de dolor de ingles en situaciones de esfuer-
zo. El hidrocele y el varicocele son formaciones herniarias relacionadas, y tam-
bién pueden causar dolor de ingles. Aunque un examen físico detallado suele
revelar la existencia de una hernia, en ocasiones la flaccidez y la protuberancia o
masa asociadas son difíciles de detectar manualmente. La herniografía puede
ayudar a diagnosticar las hernias incipientes.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 341
Tabla 21-2.
Distensiones musculares
Aductor largo
Recto abdominal
Psoasilíaco
Recto femoral
Fractura avulsiva (niños)
Patología de la articulación de la cadera
Osteoartritis
Necrosis avascular
Fracturas por sobrecarga del cuello femoral
Deslizamiento de la epífisis capital femoral
Hernias
Inguinal
Femoral
Hidroceles
Varicoceles
Inflamaciones
Prostatitis
Epididimitis
Tumores testiculares
Infecciones del tracto urinario
Atrapamiento de nervio
Ilioinguinal
Genitofemoral
Iliohipogástrico
Raíz del nervio lumbar
Nervio obturador
Documento3 16/2/05 09:44 Página 342
Atrapamiento nervioso
Después de un impacto directo sobre la ingle, los nervios periféricos pueden
quedar contusos o atrapados. Los nervios ilioinguinal, genitofemoral e iliohipo-
gástrico suelen ser los principales afectados por este problema.
El pinzamiento de la raíz del nervio lumbar o del nervio obturador en la zona
lumbar puede causar dolor referido a las ingles, por lo que debe ser descartado
mediante exámenes físicos, radiografías y resonancia magnética.
LECTURAS RECOMENDADAS
22 OPCIONES DE
TRATAMIENTO EN
LAS LESIONES DEL
LIGAMENTO
CRUZADO ANTERIOR
Paolo Aglietti
Giovanni Zaccherotti
Pietro DeBiase
EPIDEMIOLOGÍA
En el futbol, las lesiones en la pierna son frecuentes debido al elevado núme-
ro de participantes (unos 22 millones en todo el mundo) y a los mecanismos
específicos implicados en los chuts, los cruces y las entradas. La epidemiología
de las lesiones en el fútbol ha sido estudiada por diversos autores (tabla 22-1). El
grado de incidencia de las lesiones oscila entre 4,0 y 7,6 por jugador y 1.000
horas de juego. Las extremidades inferiores son las más expuestas a sufrir lesio-
nes, y totalizan entre el 64% y el 93% de las lesiones. Las lesiones en la rodilla
representan entre el 18% y el 26% de todas las lesiones en el fútbol, y la mayo-
ría de ellas afectan los ligamentos o el menisco. Es frecuente que dichas lesiones
también afecten el ligamento cruzado anterior. La lesión en esta zona es la más
perjudicial para un jugador de fútbol. Aproximadamente, la mitad de las lesiones
de rodilla afectan dicho ligamento.
DISCAPACIDAD
La discapacidad de un atleta tras un desgarro en el ligamento cruzado ante-
rior se encuentra ampliamente documentada en la literatura médica. Sólo un
reducido número de jugadores de fútbol vuelven a la competición sin haber sido
sometidos a intervención quirúrgica en el ligamento desgarrado. A menudo, este
tipo de lesión aparta a una atleta de la competición durante largo tiempo y, en
Documento3 16/2/05 09:44 Página 346
Tabla 22-1.
RECONSTRUCCIÓN
La opción del injerto
Tabla 22-2.
Tendones
Tendón rotuliano semitendinoso-grácil
Síntomas
dolor 13% 10%
hinchazón 3% 3%
desplazamiento 0% 3%
Movilidad
pérdida de extensión (< 3o) 47% 3%
pérdida de flexión (< 6o) 20% 20%
Estabilidad
KT -2000 (13,6 kg) diferencia
estimada
media 3,2 mm 3,8 mm
> 5 mm 13% 20%
desplazamiento del apoyo
inexistente 79% 70%
deslizamiento 21% 27%
desplazamiento 0% 3%
Problemas femororrotulianos
inexistentes 50% 60%
menores 33% 37%
moderados 17% 3%
graves -- --
Cybex II (rodilla operada frente a
rodilla normal)
fuerza rotatoria máxima del extensor
durante la extensión
60o/seg 91,1% 89,3%
180o/seg 94,1% 94,7%
fuerza máxima del extensor
durante la flexión
60o/seg 97,8% 94,0%
180o/seg 98,6% 91,6%
lla se desarrolló en un 17% de los casos tratados con injerto del tendón rotuliano
y en un 3% de las rodillas tratadas con injerto de tendones semitendinoso y grá-
cil. La disminución de la longitud de la rótula afectó al 13% de los casos del
Documento3 16/2/05 09:44 Página 350
Técnicas
Tabla 22-3.
Angulación anteroposterior
(porcentaje)
Túnel femoral 37o 68o 49o
Túnel tibial 72o 69o 67o
Salida del túnel intraarticular
(porcentaje)
Femoral 63% 66% 68%
Tibial 28% 27% 30%
Divergencia del tornillo femoral – 12% –
> 20o)
Pinzamiento
Inexistente 50% 71% 77%
Moderado 50% 29% 23%
Grave – – –
Documento3 16/2/05 09:44 Página 352
Tabla 22-4.
Movilidad
Pérdida de extensión (< 5o) 36% 40%
Pérdida de flexión (< 6o) 16% 8%
Desplazamiento del apoyo
Inexistente 84% 80%
Deslizamiento 16% 16%
Desplazamiento 0% 4%
KT 2.000 (13,6 kg) diferencia
estimada media 2,64 mm 1,98 mm
> 5 mm 0% 4%
Documento3 16/2/05 09:44 Página 353
RESUMEN
En conclusión, las recientes mejoras de las técnicas quirúrgicas y de los pro-
gramas acelerados de rehabilitación han permitido que disminuya el número
de complicaciones (por ejemplo, los problemas femororrotulianos y la pérdida de
movilidad), mientras siguen manteniendo resultados satisfactorios en lo referen-
te a la estabilidad objetiva (tablas 22-5 y 22-6). Aunque la lesión del ligamento
cruzado anterior es una lesión futbolística grave, puede ser tratada con éxito
hasta conseguir la plena recuperación y el retorno a la práctica deportiva al cabo
de unos 6 meses.
Tabla 22-5.
Artrofibrosis
Pérdida de extensión (> 5o) 2'5% 3% 0%
Pérdida de flexión (>10o) 21% 14% 0%
Problemas femororrotuliano
Crepitación
(moderada y grave) 42% 16% 0%
Rótula interna 17% 8% 0%
Porcentaje de fallo del 7% 11% 12%
injerto
Documento3 16/2/05 09:44 Página 354
Tabla 22-6.
Artrofibrosis
Pérdida de extensión (> 5o) 8% 7% 0%
Pérdida de flexión (>10o) 24% 10% 0%
Problemas femororrotulianos
Crepitación
(moderara y grave) 29% 21% 17%
Rótula interna 32% 14% 13%
Porcentaje de fallo del 17% 12% 13%
injerto
LECTURAS RECOMENDADAS
23 LESIONES DEL
LIGAMENTO
COLATERAL Y
DEL LIGAMENTO
CRUZADO
POSTERIOR
William G. Clancy, Jr.
Scott E. Strasburger
EL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR
Mecanismo de la lesión
Aunque las lesiones del ligamento cruzado posterior son frecuentes, su inci-
dencia es la décima parte de la del ligamento cruzado anterior. Por lo general, las
lesiones aisladas del ligamento cruzado posterior están causadas por una de
Documento3 16/2/05 09:44 Página 358
las tres causas siguientes. La más común es la lesión del tablero de mandos, en
la que la tibia es proyectada sobre el tablero y desplazada hacia atrás, hecho que
provoca la rotura del ligamento posterior. La segunda causa más común es una
caída sobre la rodilla flexionada. Si el pie está en posición de flexión dorsal, el
impacto suele transmitirse a la articulación femororrotuliana. Si la flexión del pie
es plantar, el impacto se transmite al tuberosidad tibial, desplazando la tibia pos-
teriormente (fig. 23-1). La tercera causa es una caída sobre la tibia proximal, que
provoca una hiperflexión de la rodilla. A menudo, las dos últimas causas no pro-
ducen una lesión capsular posterior. Este hecho limita la cantidad total de despla-
zamiento tibial, de manera que el ligamento cruzado posterior sufre una defor-
mación sin sufrir por ello una rotura de grandes proporciones. Las lesiones del
ligamento cruzado posterior pueden estar vinculadas y combinadas con otras
lesiones ligamentarias en la zona de la rodilla. Las lesiones por hiperextensión de
la rodilla pueden desembocar en una lesión del ligamento cruzado posterior, pero
por lo general este hecho tiene lugar tras la rotura del ligamento cruzado anterior.
La asociación de las lesiones del ligamento posterior y de las lesiones del liga-
mento colateral medial y a las lesiones posterolaterales se produce con menor
frecuencia.
Figura 23-1. Durante una caída sobre la rodilla, la carga es soportada por la articulación femo-
rorrotuliana (A) si el pie se encuentra en posición de flexión dorsal. Si el pie está en posición
de flexión plantar (B), la tuberosidad tibial puede soportar la mayor parte de la carga, despla-
zando la tibia hacia atrás y provocando una lesión del ligamento cruzado posterior. (Reimpreso
con la autorización de: Clancy WG. Repair and reconstruction of the posterior cruciate liga-
ment. En: Chapman MW, ed. Operative orthopaedic. Vol. 3. Filadelfia: J.B. Lippincott Co.,
1993;2094.)
Documento3 16/2/05 09:44 Página 359
Las lesiones aisladas del ligamento cruzado posterior suelen tener como
resultado efusiones moderadas de sangre, muy distintas a las grandes pérdidas de
sangre observadas en los casos agudos de lesiones aisladas del ligamento cruza-
do anterior. En general, la plena extensión causa al paciente un mínimo dolor.
Aunque el paciente puede realizar una flexión de un mínimo de 90o, el dolor se
incrementa si la flexión es más pronunciada. Cuando la rodilla está flexionada
90o, suele producirse un ligero abombamiento posterior debido a la gravedad. Es
posible que dicho abombamiento no tenga lugar si el cuádriceps sufre un espas-
mo. La realización de un desplazamiento anterior con la rodilla a 90o puede ser
interpretado de manera equivocada como un hecho positivo a causa del abomba-
miento posterior causado por la gravedad que está siendo reducido por el exami-
nador (fig. 23-2). Por consiguiente, es importante determinar si la rodilla se
encuentra en una posición neutra en el momento de examinar el desplazamiento
anterior o posterior. Este hecho puede ser determinado mediante la flexión de
ambas rodillas a 90o y la palpación de la meseta tibial anteromedial y anterolate-
ral en la rodilla normal. En este caso, la meseta tibial anterior suele tener un
borde anterior de unos 10 mm. Si en la rodilla lesionada no es posible detectar
el borde y la cresta tibial anterior está al mismo nivel de los cóndilos femorales
medial y lateral, ello denota la existencia de un desplazamiento posterior de un
mínimo de 2+, lo que indica que el ligamento cruzado posterior se halla total-
mente inutilizado. Si la cresta tibial anterior es posterior a los cóndilos femora-
les medial y lateral, esto significa que el desplazamiento posterior es de 3+. Si el
borde es menor que en la rodilla normal pero sigue siendo palpable, entonces es
considerado como un desplazamiento 1+ (fig. 23-3). Esta palpación deberá lle-
varse a cabo con la tibia en posición neutra y rotación tibial interna para limitar
cualquier tipo de rotación posterolateral, que puede presentarse en pacientes con
una lesión combinada de ligamento cruzado posterior y ligamento posterolateral.
Figura 23-2. Si hay una insuficiencia del ligamento cruzado posterior y la rodilla está flexio-
nada 90o, la tibia se desplaza posteriormente debido a la gravedad, y reposa en posición sublu-
xada posterior (A).
Afectada de desplazamiento anterior, la tibia se desplaza hacia delante hasta su posición neu-
tra habitual. Este desplazamiento frontal a menudo es interpretado erróneamente como un des-
plazamiento posterior positivo. De hecho, tan sólo se trata de una reducción de la subluxación
posterior. (Reimpreso con la autorización de: Clancy WG. Repair and reconstruction of the
posterior cruciate ligament. En: Chapman MW, ed. Operative orthopaedics Vol. 3. Filadelfia:
J.B. Lippincott Co., 1993;2094.)
Documento3 16/2/05 09:44 Página 361
Tratamiento
El método para tratar las lesiones crónicas y agudas del ligamento cruzado
posterior es objeto de controversia. Numerosos informes enfatizan el éxito del
tratamiento no quirúrgico de los pacientes con deficiencias en el ligamento cru-
zado posterior. Esto implica que, si no existe otro tipo de inestabilidad mayor de
los ligamentos, la inestabilidad funcional acompaña de vez en cuando la lesión
aguda de ligamento cruzado posterior. Otros autores creen que una deficiencia
crónica del ligamento cruzado posterior desembocará en artritis degenerativa y,
en consecuencia, concluyen que el tratamiento más apropiado es una interven-
ción temprana.
Debido a la insuficiencia del seguimiento realizado, la mayoría de los estu-
dios relativos a las técnicas quirúrgicas comunes no demuestran si la cirugía es
capaz de impedir modificaciones articulares a largo plazo asociadas con la lesión
del ligamento cruzado posterior. La completa restauración de la biomecánica del
ligamento debería producir resultados más beneficiosos. La intervención quirúr-
gica debe lograr que la rodilla sea objetivamente estable. Dado que el tratamien-
to no quirúrgico puede lograr la estabilización funcional de la rodilla –hecho que
podría desembocar posteriormente en una significativa destrucción articular–, la
cirugía sólo deberá practicarse en el caso de que se encuentre en condiciones de
proporcionar a la rodilla una estabilidad objetiva.
Con el fin de determinar si existe una disfunción intersticial completa o una
disfunción intersticial en continuidad, deberá efectuarse una resonancia magné-
tica de todas las lesiones aisladas agudas del ligamento cruzado posterior. Si la
disfunción es en continuidad, en general el tratamiento deberá ser no quirúrgi-
co. Con frecuencia, el ligamento se endurecerá, reduciendo un desplazamiento
posterior de 2+ a un desplazamiento de 1+ o a un desplazamiento de rumbo pos-
terior.
Figura 23-3. Con la rodilla flexionada 90o, la plataforma tibial anterior tiene un borde anterior
de 8 a 10 mm (A). Si el ligamento cruzado posterior es insuficiente, deberá producirse una
completa pérdida de este borde, y la cara anterior de la meseta tibial (B) deberá estar nivelada
con los cóndilos femorales medial y lateral (D). Esto sería considerado un desplazamiento pos-
terior 2+. Si la meseta tibial anterior (C) está desplazada posteriormente respecto a los cóndi-
los femorales anteriores (D), esto sería considerado un desplazamiento posterior 3+.
(Reimpreso con la autorización de: Clancy WG. Repair and reconstruction of the posterior cru-
ciate ligament. En: Chapman MW, ed. Operative orthopaedics. Vol. 3. Filadelfia: J.B.
Lippincott Co., 1993;2095.)
posterior superior a 2+ tiene algo más que una lesión aislada del ligamento cru-
zado posterior; en tal caso, deberá considerarse la posibilidad de realizar una
intervención quirúrgica y una reconstrucción.
Tratamiento conservador
El enfoque no quirúrgico implica la puesta en marcha de tempranos progra-
mas de rehabilitación funcional. El escayolamiento no está justificado, y puede
ser perjudicial. Durante las primeras dos semanas deberá iniciarse un vigoroso
programa de fortalecimiento del cuádriceps. El fortalecimiento de los isquiotibia-
les deberá empezar de 4 a 6 semanas después de la lesión. Si la movilidad es total
y la fuerza, la potencia y la resistencia son las mismas que las de la rodilla no
lesionada, la vuelta a un ritmo de vida intenso está permitida entre 6 y 8 sema-
nas después de la lesión. Los ejercicios de cuádriceps deberán ser practicados
tres veces por semana. En general, los pacientes que no han sido tratados con
cirugía suelen ser explorados mediante escáner óseo anual. El objetivo es detec-
tar aquellos pacientes que estén empezando a desarrollar degeneración del com-
partimiento medial o de la superficie articular rotuliana.
Tratamiento quirúrgico
La lesión del ligamento cruzado posterior incluye avulsión ósea y lesiones
intersticiales. La estabilidad en dicho ligamento es importante, y la cirugía puede
proporcionarle una consistente estabilidad objetiva. En el caso de las lesiones
óseas avulsivas del ligamento cruzado posterior, la fijación quirúrgica es objeto
de recomendación cuasi universal, y da unos excelentes resultados objetivos con
un seguimiento a largo plazo. El seguimiento debe incluir una completa evalua-
ción ligamentaria realizada bajo anestesia, y una artroscopia diagnóstica que eva-
lúe el menisco y la totalidad de los compartimientos. Una avulsión aislada del
ligamento cruzado posterior desde la tibia puede ser encarada de dos maneras. La
aproximación directa posterior proporciona la mejor vista de la avulsión y hace
que la fijación interna del fragmento con un tornillo resulte más fácil. La segun-
da aproximación combina la artrotomía anteromedial y, cuando es preciso, la
artrotomía posteromedial.
La prueba de tensión de los dispositivos ligamentarios de la rodilla que han
sufrido avulsiones óseas sugiere que puede producirse deformación plástica en el
ligamento, dando como resultado un incremento permanente de su longitud. En
consecuencia, cualquier avulsión ósea deberá ser solucionada en el momento de
la fijación para obtener una correcta longitud funcional.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 364
Fisioterapia
El paciente es colocado en un movilizador de rodilla en extensión completa.
Al segundo día dan comienzo los ejercicios para la práctica de diversos grados
de movilidad (0o–90o) y el arrastre de todo su peso con muletas. Al cabo de 6 se-
manas se abandona el movilizador de rodilla, se estimula el movimiento adicio-
nal y el paciente empieza a utilizar una bicicleta estática. Asimismo, a las 6 sema-
nas también se inicia un programa de fortalecimiento del cuádriceps basado en
el incremento progresivo del nivel de movilidad. El fortalecimiento isquiotibial
empieza a los 4 meses. Correr está permitido a partir de los 4 meses, siempre que
dicha actividad se lleve a cabo cada 3 días. La participación en deportes en que
no existe contacto está permitida a partir de los 6 meses, y la participación en los
deportes de contacto a los 9 meses.
Mecanismo de la lesión
Las lesiones aisladas de los ligamentos laterales de la rodilla no son frecuen-
tes. Tienen lugar cuando en varo, a raíz de un impacto directo en la cara interna
de la rodilla, se produce la tensión necesaria para causar la lesión. Por lo gene-
ral, la rodilla contralateral protege contra este mecanismo de lesión, previnien-
do los impactos aislados sobre la cara interna de la rodilla. Este tipo de lesión
suele ocurrir cuando el contrincante intenta interceptar la pelota e impacta en el
interior de la pierna. La lesión de la cara lateral de la rodilla suele estar asociada
con la rotura de uno o de los dos ligamentos cruzados. Para evitar resultados
insatisfactorios, las lesiones de los ligamentos laterales deben ser tratadas duran-
te la reconstrucción del ligamento cruzado. Este hecho es particularmente signi-
ficativo cuando los pacientes sufren una lesión concomitante en el ligamento cru-
zado posterior y en las estructuras posterolaterales.
Con frecuencia, la lesión del complejo ligamentario colateral lateral está
acompañada de rotura extensa del complejo posterolateral y del ligamento cru-
zado posterior. Todas estas lesiones pueden ser detectadas clínicamente. A causa
de la considerable fuerza necesaria para causar estas lesiones, deberá considerar-
se la posibilidad de luxación oculta de la rodilla y practicarse un completo exa-
men neurovascular. Un significativo número de pacientes presentan signos de
lesión común del nervio peroneo.
La inestabilidad en varo con la rodilla flexionada 30o indica la existencia de
una lesión del complejo ligamentario colateral lateral. La inestabilidad en varo
con la rodilla flexionada 0o indica una lesión más extendida, que afecta las estruc-
turas posterolaterales y los ligamentos cruzados. El ligamento cruzado posterior
suele estar afectado en este tipo de lesiones. Un acusado incremento de la rota-
ción externa de la tibia –comparada con la extremidad sana– a 30o de flexión se
asocia con una lesión de las estructuras posterolaterales. Con la rodilla flexiona-
Documento3 16/2/05 09:44 Página 366
Tratamiento
Tratamiento conservador
La lesión aislada del ligamento colateral lateral es poco común. Las lesiones
no asociadas con la avulsión del ligamento colateral lateral de la estiloides pero-
neal pueden ser tratadas de manera conservadora. Los pacientes pueden iniciar
un programa de rehabilitación a medida que el dolor se lo permita, y los atletas
podrán volver a la práctica deportiva cuando la fuerza y la resistencia sean idén-
ticas a las de la pierna sana.
Tratamiento quirúrgico
Las lesiones del ligamento colateral lateral asociadas a fractura avulsiva des-
plazada de la estiloides peroneal requieren tratamiento quirúrgico. Si el fragmen-
to fracturado tiene la longitud suficiente, el fragmento del hueso puede ser rein-
tegrado en la zona fracturada empleando un tornillo eliminable de 4,5 mm y un
irrigador suave. Si el fragmento fracturado es pequeño, puede asegurarse una
sutura trenzada a través del extremo roto del ligamento y del hueso mediante per-
foraciones en el peroneo proximal.
Fisioterapia
Tras la operación, el paciente es tratado con una rodillera articulada y arras-
tre de todo su peso de 3 a 6 semanas. Al cabo de 6 semanas, el programa de reha-
bilitación avanza y da comienzo el nivel pasivo de movilidad limitada.
Las lesiones del ligamento colateral lateral asociadas con inestabilidad poste-
rolateral y lesión del ligamento cruzado posterior requieren intervención quirúr-
gica. Además de la reparación del ligamento colateral lateral, es aconsejable
practicar reparación primaria de las estructuras posterolaterales y reconstrucción
del ligamento cruzado posterior.
Después de la operación, empieza el pleno arrastre de peso y la amplitud de
movimientos pasivos de 0o a 60o, que se prolongará durante 6 semanas. En este
Documento3 16/2/05 09:44 Página 367
Mecanismo de la lesión
El ligamento colateral medial de la rodilla puede lesionarse a raíz de un
impacto directo sobre la cara externa de la rodilla, de torceduras provenientes del
pie que soporta el peso del cuerpo o de caídas en las que el peso del cuerpo trans-
mite la fuerza en valgo a la rodilla en rotación externa. El ligamento colateral
medial es el controlador primario, y su misión es impedir la rotación excesiva en
valgo.
Una anormal laxitud de las estructuras internas puede provocar inestabilidad
funcional ocasional. Esto provocará una sensación de inestabilidad durante el
cambio de dirección, en particular durante la carrera. Este hecho debe diferen-
ciarse del desplazamiento del apoyo, que produce una sensación de inestabilidad
similar. Este último caso está relacionado con la deficiencia del ligamento cruza-
do anterior, que permite la subluxación tibial anterior.
Estudios recientes muestran que hasta un 80% de las lesiones de rodilla que
se producen en los deportes de contacto, en especial el fútbol y el fútbol ameri-
cano, implican la lesión aislada del ligamento colateral medial (fig. 23-4).
La inestabilidad interna, de la que da prueba la apertura de la articulación con
tensión en valgo cuando la rodilla está completamente extendida, indica la exis-
tencia de una lesión del ligamento colateral medial, la cápsula interna, la cápsu-
la posterior y el ligamento cruzado anterior o posterior. Cualquier apertura signi-
ficativa del espacio articular cuando la tensión en valgo se aplica a una extensión
Documento3 16/2/05 09:44 Página 368
Tabla 23-1.
ligamento colateral medial consta de dos partes. La mitad anterior está com-
puesto de fibras paralelas que se insertan en el epicóndilo femoral interno y que,
vistas distal y anteriormente, se insertan en la meseta tibial interna anterior,
aproximadamente a una anchura de tres dedos por debajo de la línea de la arti-
culación.
La mitad posterior del ligamento colateral medial, llamado ligamento poste-
rior oblicuo, consta de fibras colocadas en la dirección diagonal opuesta: inser-
ción de anterior a posterior en la sección posterointerno de la tibia. No se trata
de un ligamento independiente, sino de la parte posterior del ligamento colate-
ral medial.
Tabla 23-2.
Grado 1
Fallo de una cantidad reducida de fibras con pérdida mínima de fuerza,
mínima elongación y laxitud anormal no significativa
Grado 2
Rotura parcial de las fibras, con pérdida de fuerza en los tejidos y elonga-
ción del ligamento. Se produce apertura anormal de la cara interna, pero se
reconoce un punto final definido
Grado 3
Apertura superior a 10 mm sin punto final a la vista, coherente con la rotura
completa del ligamento.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 370
entre los 20o y los 30o de flexión, que es la posición menos dolorosa.
Estudios recientes revelan que, en algunos casos, la distensión aislada del liga-
mento colateral medial va acompañada del desgarro del menisco interno. Este
hecho es coherente con el mecanismo de la lesión, en el cual una fuerza aparta,
más que comprime, la articulación interna. Un desgarro de grado II o III siempre
está acompañado de un desgarro de la cápsula meniscofemoral o meniscotibial.
Aunque es posible que se produzcan desgarros laterales de menisco y fracturas de
la meseta tibial lateral, estas lesiones ocurren con poca frecuencia. La laxitud
interna crónica produce una sensación de inestabilidad a medida que el paciente
deja de apoyarse en la pierna que soporta su peso. Este hecho se acentúa con los
giros y los pivotes realizados durante la carrera. Los pacientes se quejan a menu-
do de que la rodilla parece “moverse”. Este fenómeno es distinto al del desplaza-
miento del apoyo, en el cual el problema es más serio y se pone de manifiesto por
el hecho de que la rodilla “se desencaja”. Es necesario realizar un examen físico
para detectar una posible lesión del ligamento colateral medial de la rodilla
mediante la prueba de abducción o de tensión en valgo con la rodilla flexionada.
En tal caso, el ligamento colateral medial es el primer freno sometido a examen.
Una abertura superior a 10-15 mm sugiere la implicación de un freno secundario,
como el ligamento cruzado anterior. Las lesiones están graduadas del I al III.
La prueba de abducción con la rodilla flexionada 0o evalúa las restricciones
del ligamento colateral medial, de la cápsula y de la cápsula posteromedial. Por
Documento3 16/2/05 09:44 Página 371
lo general, una tensión abductora en esta posición no causa ningún tipo de aber-
tura de la articulación interna. Una ligera abertura de hasta 5 mm indica un des-
garro del ligamento colateral medial y, posiblemente, de la cápsula posterome-
dial. Una abertura de entre 5 y 10 mm indica que la cápsula posterior ya no man-
tiene su fijación secundaria. Una abertura superior a 10 mm sugiere la implica-
ción de los ligamentos cruzados.
Tratamiento
Una lesión aislada aguda del ligamento colateral medial no es un problema
que deba ser tratado quirúrgicamente. Al principio, las lesiones de grado I y
grado II son tratadas mediante la restricción de las actividades del paciente,
movilidad activa y sostenimiento de peso –según tolerancia del paciente–, hasta
que se produzca la reacción inflamatoria aguda. En este momento, se inicia un
programa de rehabilitación funcional. El retorno a la plena actividad, incluyendo
la práctica de deportes de contacto, sólo está permitido tras haber llevado a tér-
mino el programa de rehabilitación y si el examen realizado revela que la laxitud
no es significativamente anormal. Las lesiones aisladas de grado III son raras, y
es preciso descartar las lesiones asociadas del ligamento cruzado anterior, poste-
rior o del menisco. Si se ha producido una lesión del ligamento colateral medial
de grado III, el tratamiento indicado sigue siendo no quirúrgico. Lo primero es la
inmovilización de la rodilla en plena extensión y sostenimiento de pesos según
tolerancia, así como movilidad activa temprana. Esta fase debe prolongarse hasta
que la reacción inflamatoria disminuya. En ese momento, se estimula al pacien-
te a practicar movilidad activa y pasiva según tolerancia, y se inicia el entrena-
miento de fuerza. Cuando la movilidad del paciente es completa e indolora, da
comienzo el programa de rehabilitación funcional consistente en correr. Cuando
la rodilla se encuentra clínicamente estable y la rehabilitación es total, el atleta
puede volver a practicar deportes de contacto, lo que suele ocurrir entre 6 y
8 semanas después de la lesión.
El tratamiento quirúrgico está indicado en el caso de la inestabilidad crónica,
hecho que no es frecuente si los dos ligamentos cruzados son normales. A menu-
do, los pacientes aquejados de una problema funcional crónico son los que no
han completado su programa de rehabilitación. La unión de la lesión original con
escasa utilización de la pierna da como resultado la debilidad no corregida del
músculo. Un programa de rehabilitación puede restaurar el apoyo hasta el punto
de permitir alcanzar el nivel deseado de actividad sin sufrir inestabilidad de nin-
gún tipo. En ocasiones, estos pacientes necesitan una rodillera funcional como
alternativa a la reconstrucción quirúrgica. Si la inestabilidad funcional no se
Documento3 16/2/05 09:44 Página 372
LECTURAS RECOMENDADAS
Allen WC, Marder RA. Injuries of the lateral ligaments of the knee. En:
Chapman NW, ed. Operative orthopaedics. Filadelfia: J.B. Lippincott Co.,
1993.
Clancy WG, Shelbourne KD, Zoellner GB, y cols. Treatment of knee joint insta-
bility secondary to rupture of the posterior cruciate ligament: report of a new
procedure. J Bone Joint Surg 1983;65A:310-322.
Clancy WG. Repair and reconstruction of the posterior cruciate ligament. En:
Chapman MW, ed. Operative orthopaedics. J.B. Lippincott Co., 1993.
Fowler PJ, Messich SS. Isolated posterior cruciate ligament injuries in athletes.
Am J Sports Med 1987;15:533.
Hughston JC. The importance of the posterior oblique ligament in repairs of
acute tears of the medial ligaments in knees with and without an associated
rupture of the anterior cruciate ligament. J Bone Joint Surg 1994;76A:1328-
1344.
Indelicato PA. Nonoperative treatment of complete tears of the medial collateral
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Gollahon DL, Torzill PA, Warren RF. The role of the posterolateral and cruciate
ligaments. J Bone Joint Surg 1987;69A:233.
Jokl P, Kaplan N, Stovall P, y cols. Nonoperative treatment of severe injuries to
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Linston RC, Indelicato PA. Medial ligament injuries. En: DeLee JC, Drez D, eds.
Orthopaedic sports medicine. Filadelfia: W.B. Saunders, Co., 1994.
Noyes FR, Grood ES, Tarzill PA. The definitions of terms for motion and posi-
tion of the knee and injuries of the ligament. J Bone Joint Surg
1989;71A:465-472.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 373
24 MENISCO
Barry Boden
ANATOMÍA
Los meniscos medial y lateral son estructuras semilunares fibrocartilaginosas
situadas entre el fémur y la tibia (fig. 24-1). La irrigación sanguínea del menis-
co, que disminuye con la edad, está limitada a un irrigación periférica de entre el
20% y el 30%. Por consiguiente, los únicos desgarros con posibilidad de cura son
los situados en la zona periférica. Aunque el menisco no contiene fibras nervio-
sas, los desgarros inestables de menisco pueden ser dolorosos, ya que el menis-
co puede presionar sobre la cápsula ricamente inervada.
Existen varias diferencias entre el menisco medial y el menisco lateral. El pri-
mero, en forma de C, cubre aproximadamente la mitad de la plataforma tibial
interna, mientras que el segundo, en forma de O, constituye algo más de las tres
Documento3 16/2/05 09:44 Página 374
FUNCIÓN
Los meniscos actúan como absorbentes para mitigar las fuerzas transmitidas
del fémur a la tibia. Las fuerzas que cruzan la articulación de la rodilla varían
MENISCO 375
MECANISMO DE LA LESIÓN
Las lesiones de menisco son frecuentes en deportes como el fútbol, que impli-
ca cruces, giros y pivotes. La combinación de compresión con fuerzas rotaciona-
les es la causa más común de las lesiones de menisco. Estas fuerzas pueden pre-
sionar el menisco entre los cóndilos tibial y femoral, provocando un desgarro. A
medida que se flexiona la rodilla, el porcentaje de peso soportado por el menisco
aumenta de forma progresiva debido a la disminución del área de contacto entre el
fémur y la tibia. En consecuencia, la mayoría de desgarros de menisco tienen lugar
cuando la rodilla se encuentra flexionada. Hay pocos estudios que propongan
métodos para reducir las lesiones de menisco. La causa probable de este hecho es
la inevitable sobrecarga de rodilla que tiene lugar durante la práctica del fútbol.
En el caso de las lesiones traumáticas, el mecanismo de la lesión puede ser
recordado entre un 80% y un 90% de los casos. Tras una lesión producida duran-
te un giro, el deportista siente un súbito ataque de dolor en la rodilla. Con fre-
cuencia, se queja de síntomas mecánicos como el atrapamiento o la captura, que
se producen cuando el menisco roto impide a la rodilla desarrollar con normali-
dad su rango de movimientos. Aunque el dolor puede remitir al cabo de unos días
y con ello permitir la vuelta a las actividades cotidianas, pocos pacientes están en
condiciones de reemprender la práctica deportiva al mismo nivel que antes de la
lesión.
CLASIFICACIÓN
Aunque no existe un sistema de clasificación universal para los desgarros de
menisco, la mayoría pueden considerarse como traumáticos o degenerativos, y
ulteriormente dividirse según la geometría del desgarro. Los desgarros traumáti-
cos suelen observarse en los jugadores de fútbol jóvenes y activos, y pueden pro-
ducirse de manera aislada o asociados con otras lesiones ligamentarias o articu-
Documento3 16/2/05 09:44 Página 376
TRATAMIENTO
Con frecuencia, el jugador de fútbol con un desgarro de menisco tiene un
pequeño derrame en el epicentro de la lesión, flaccidez a lo largo de la línea arti-
cular medial y lateral y dolor al agacharse. El atrapamiento o la imposibilidad de
extender completamente la rodilla es un indicio de que existe una lesión de
menisco. Los exámenes que se practican con mayor frecuencia no están especí-
ficamente diseñados para el diagnóstico del desgarro de menisco, y suelen tratar
de reproducir los síntomas por medio de la manipulación de la rodilla desde
diversas posiciones. Por lo general, las radiografías no suelen revelar los cambios
debidos a un desgarro aislado agudo de menisco, pero pueden servir para descar-
tar la posibilidad de que exista un defecto óseo. La resonancia magnética es una
técnica no invasiva capaz de proporcionar una excelente vista de las partes blan-
das. Las desventajas de la resonancia magnética son el coste, el hecho de que no
permite clasificar el desgarro y la elevada incidencia defalsos positivos.
Además del menisco, los jugadores de fútbol también pueden lesionarse el
cartílago articular. Esta lesión puede parecer similar a la lesión de menisco. A
menudo, el jugador no recuerda el momento exacto en que se produjo la lesión.
Con frecuencia, el examen revela un dolor generalizado con una menor flaccidez
específica de la línea articular. Los derrames se producen con más frecuencia en
las lesiones crónicas del cartílago articular.
Tratamiento de la lesión
El tratamiento agudo de los desgarros de menisco incluye hielo, compresión y
elevación. Las muletas pueden ser utilizadas para mayor comodidad. La inmovi-
lización no es necesaria, y dará como resultado una rodilla rígida. Las opciones
definitivas de tratamiento para un desgarro de menisco incluyen el tratamiento
quirúrgico y no quirúrgico (tabla 24-1). A no ser que la rodilla se encuentre en
una posición cerrada o no sea capaz de desarrollar por completo su gama de
movimientos, la mayoría de los desgarros aislados de menisco deberán ser trata-
dos con descanso y sostenimiento de pesos protegido.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 377
MENISCO 377
Vertical-longitudinal Horizontal
Tratamiento quirúrgico
La mayoría de los desgarros de menisco precisan intervención quirúrgica. El
empleo del diagnóstico por artroscopia está ampliamente extendido para deter-
minar la localización, la estabilidad y la configuración del desgarro. Los des-
garros de grosor parcial y los desgarros estables verticales–longitudinales situa-
dos en la sección periférica vascular del menisco poseen un excelente potencial
Documento3 16/2/05 09:44 Página 378
Rehabilitación
Debido a los avances en las técnicas artroscópicas y en los protocolos anes-
tésicos, la mayoría de los desgarros aislados de menisco pueden ser tratados con
procedimientos propios de pacientes externos. Inmediatamente después del diag-
nóstico por artroscopia o de la meniscectomía parcial, se permite a los pacientes
Tabla 24-1.
MENISCO 379
sostener peso según su nivel de tolerancia. Durante las dos semanas siguientes,
la movilidad deberá recuperarse por completo; asimismo, durante ese tiempo se
iniciará la práctica de actividades como la natación y el ciclismo. Entre 6 y 8
semanas después, la mayoría de atletas han visto desparecer los síntomas, han
recuperado por completo la fuerza y pueden volver a jugar a fútbol.
Después de una reparación de menisco, la rehabilitación es más prolongada.
Los ejercicios de movilidad empiezan de inmediato. Para evitar las altas presio-
nes debidas al contacto durante la flexión de rodilla, durante las 6 primeras sema-
nas la mayoría de cirujanos sólo permite el sostenimiento de pesos con la rodilla
totalmente extendida. Transcurridas 6 semanas desde la operación, puede dar
comienzo un programa de rehabilitación y el pleno sostenimiento del peso. Al
cabo de 3 meses empieza la práctica de ciclismo, natación y jogging. El depor-
tista suele estar listo para volver a la competición 6 meses después de la inter-
vención quirúrgica. Algunos cirujanos abogan por programas de rehabilitación
más agresivos.
RESUMEN
Los meniscos son estructuras dinámicas con importantes funciones de trans-
misión de pesos. Debido a las demandas del fútbol, los meniscos se lesionan con
frecuencia. Aunque un número limitado de desgarros de menisco puede ser tra-
tado no quirúrgicamente, la mayoría precisan intervención. La meta de la cirugía
es preservar la máxima cantidad del tejido meniscal para prevenir los procesos
degenerativos de la rodilla. La mejora de las técnicas artroscópicas ha hecho más
asequible este objetivo.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 380
LECTURAS RECOMENDADAS
Arnoczky SP, Warren RF, Spivak JM. Meniscal repair using an exogenous fibrin
clot: an experimental study in dogs. J Bone and Joint Surg 1988;70A:1209-
1217.
Belzer JP, Cannon D, Jr. Meniscus tears-treatment in the stable and unstable
knee. J Amer Acad Ortho Sur 1993;1:41-47.
DeLee JC, Drez D, Jr. Orthopedic sports medicine principles and practice.
Filadelfia: WB Saunders, 1994.
Fu FH, Stone DA. Sports injuries: mechanisms, prevention and treatment.
Baltimore: Williams & Wilkins, 1994.
Hardin GT, Farr J, Bach BR, Jr. Meniscal tears: diagnosis, evaluation and treat-
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Weiss CB, Lundberg M, Hamberg P y cols. Non-operative treatment of meniscal
tears. J Bone and Joint Surg 1989;71A:811-822.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 381
25 PROBLEMAS
FEMORORROTULIANOS
Bruce Reider
MECANISMO DE LA LESIÓN
Aunque los pacientes suelen dar descripciones distintas del dolor femororro-
tuliano, lo que normalmente intentan describir es un intenso dolor en la zona
anterior. A menudo se cogen la parte frontal de la rodilla y afirman que el dolor
está “dentro de la rodilla”, “en la parte interna de la rodilla” o “bajo la cápsula
Documento3 16/2/05 09:44 Página 382
de la rodilla” (fig. 25-1). El dolor suele verse incrementado por actividades que
aumentan la compresión rotuliana, como la contracción del cuádriceps. En el fút-
bol, dichas actividades incluyen la carrera, el chute, el “aterrizaje” tras un salto
o la caída sobre la rodilla. Fuera del campo de juego, el dolor se siente al arrodi-
llarse, al sentarse en cuclillas, al subir escaleras o al sentarse con la rodilla fle-
xionada. Los atletas pueden sufrir episodios de inestabilidad funcional, descritos
como colapsos o fallos de rodilla. Estos fallos tienen lugar cuando el paciente
corre hacia delante, a diferencia de la inestabilidad funcional asociada a la insu-
ficiencia del ligamento cruzado anterior, que tiene lugar cuando el atleta está
cambiando de dirección o pivotando.
Figura 25-1. Sean cuales sean las palabras que empleen para describir sus síntomas, éste es
un gesto frecuente en los atletas con dolor femororrotuliano, con el que tratan de indicar la
existencia de un intenso dolor en la rodilla anterior.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 383
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
383
Figura 25-2. El ángulo Q se forma a partir de una línea que va desde la espina ilíaca antero-
superior hasta el centro de la rótula, y de una línea que va desde el centro de la tuberosidad
tibial hasta el centro de la rótula.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 384
EXAMEN FÍSICO
El examen físico del atleta con síntomas femororrotulianos empieza con una
evaluación del miembro y del alineamiento del mecanismo extensor. El atleta está
derecho, con los pies juntos y mirando al frente (fig. 25-2). Las rótulas también
deben mirar hacia delante. En algunos pacientes con dolor femororrotuliano, las
rótulas bizquearán o mirarán hacia dentro, una hacia otra. El método del ángulo
Q es un modo tradicional de evaluar el miembro y el alineamiento del mecanis-
mo extensor, y se utiliza cuando el paciente se encuentra en esta posición.
El ángulo está formado por una línea que va desde la espina ilíaca anterosu-
perior hasta el centro de la rótula, y por otra que va desde el centro de la tube-
rosidad tibial hasta el centro de la rótula. Mientras el atleta está de pie, el médico
debe examinar los pies por si existe un relativo exceso de pronación o pérdida
del arco interno longitudinal. Esta deformidad del pie causa la rotación interna
de todo el miembro, que puede agravar cualquier defecto de alineación preexis-
tente.
Figura 25-3. Para medir el ángulo entre la tuberosidad y el surco, el analista dibuja una línea
por debajo del centro del tendón rotuliano, una línea perpendicular al suelo y la línea horizon-
tal creada por los cóndilos femorales cuando el paciente está sentado.
Documento3 16/2/05 09:44 Página 385
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
385
Figura 25-5. Durante el test de aprensión, el examinador intenta simular un episodio de ines-
tabilidad presionando la rótula lateralmente mientras flexiona pasivamente la rodilla.
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
387
Figura 25-6. Unos de los mejores métodos para manifestar la crepitación femororrotuliano es
palpar la rótula mientras el paciente se sube a un pequeño taburete.
EXAMEN RADIOLÓGICO
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
389
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
391
0º
Medial Lateral
LO
NGU
Á
SUR
CO
Figura 25-8. El ángulo de congruencia de Merchant está formado por la bisectriz del surco
troclear y la línea que va del eje de la rótula al punto más profundo del surco troclear en una
radiografía simple.
do del surco troclear se llama ángulo de congruencia (fig. 25-8). A medida que
la rótula se desplaza lateralmente, se incrementa el ángulo de congruencia. Según
los estudios de Merchant, un ángulo de congruencia lateral o positivo de 16o o
superior indica la existencia de una subluxación lateral rotuliana. Aunque sujeta
a error debido a la colocación rotacional del fémur, la inclinación rotuliana o la
rotación en plano transversal también pueden ser valoradas mediante esta pro-
yección. En condiciones ideales, la cara lateral de la rótula sería paralela a la cara
lateral de la tróclea femoral. Cuanto más converjan lateralmente ambas caras,
más probable resulta la presencia de una inclinación lateral anormal.
Se ha dicho que la tomografía computerizada es un método de evaluación del
mal alineamiento rotuliano más fiable que los demás. La inclinación rotuliana
puede ser determinada de un modo más exacto comparando la orientación de la
cara lateral con la orientación de una línea formada por las caras posteriores de
los cóndilos laterales.
Como se trata de un procedimiento caro y laborioso, la tomografía compute-
rizada suele reservarse para el momento de optar por la cirugía si el seguimien-
to clínico y radiológico de rutina se han mostrado insuficientes.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 392
TRATAMIENTO DE LA LESIÓN
Conservador
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
393
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
395
Figura 25-9. Para proteger la piel de las tensiones de rozamiento causadas por la banda, en
primer lugar se aplica un esparadrapo circular sobre la rodilla.
Figura 25-10. La corrección más común del deslizamiento rotuliano implica la presión inter-
na de la rótula.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 396
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
397
Figura 25-12. Los dos componentes finales de la banda son la rotación (A) y la inclinación
anteroposterior (B). La meta de esta etapa final del proceso es retraer el polo superior de la
rótula y presionar anteriormente el polo inferior.
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Figura 25-13. Durante los ejercicios de rehabilitación, como el que mostramos aquí, puede
colocarse un mecanismo de biorretroalimentación sobre el vasto oblicuo interno para estimu-
larlo durante la realización del ejercicio.
PROBLEMAS FEMORORROTULIANOS
399
Figura 25-14. Un ejercicio que intenta aumentar la actividad del vasto oblicuo interno
mediante sentadilla parcial mientras se sostiene una pelota entre las rodillas.
dolor provoca inhibición del vasto oblicuo interno, que a su vez causa mala ali-
neación rotuliana, la cual, por su parte, causa más dolor. Los métodos para incli-
nar el vasto oblicuo interno durante la rehabilitación del cuádriceps incluyen la
práctica de ejercicios de pesas para el cuádriceps, en los que la extensión de
la rodilla se combina con la aducción del muslo y el uso de biorretroalimentación
(fig. 25-13). La figura 25-14 muestra un ejemplo de tal ejercicio. El atleta prac-
tica sentadillas parciales mientras, simultáneamente, sostiene una pesada pelota
de goma entre sus rodillas.
En muchos pacientes, la inclinación patológica lateral de la rótula está asocia-
da a rigidez en la banda iliotibial. La inclinación suele ser corregida mediante la
combinación de técnicas indirectas de estiramiento, que el paciente practica
varias veces al día, y estiramientos manuales realizados por el terapeuta.
Es posible que otros factores con repercusión sobre el alineamiento funcional
de los miembros deban ser corregidos en algunos pacientes. Por ejemplo, la debi-
lidad o la falta de resistencia del glúteo medio puede causar el hundimiento de la
pelvis y la mala alineación del miembro. En el caso de estos pacientes, es impor-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 400
RESUMEN
Si un futbolista sufre problemas femororrotulianos, la aplicación de un trata-
miento conservador hará que los síntomas disminuyan y le permitirá, en la mayo-
ría de los casos, seguir en la competición.
Los problemas de inestabilidad moderada también pueden ser receptivos al
tratamiento conservador. En todos los casos, el tratamiento debe ajustarse a cada
paciente en base a sus factores etiológicos anatómicos y funcionales.
LECTURAS RECOMENDADAS
26 LESIONES
CARTILAGINOSAS
DE RODILLA
William E. Garrett, Jr.
Donald T. Kirkendall
EPIDEMIOLOGÍA
Los únicos datos disponibles sugieren que pueden hallarse defectos cartilagi-
nosos en aproximadamente un 4% de las artroscopias, lo que da a entender que
está lesión es poco frecuente. No obstante, y como veremos más adelante, se trata
de una lesión que puede ser pasada por alto con facilidad. Aunque no dispone-
mos de datos fiables referentes a la incidencia de las lesiones cartilaginosas en
los deportes, en el caso del fútbol la incidencia parece ser elevada. Una descrip-
ción reciente de la experiencia clínica con jugadores de fútbol informó que, en
un plazo de entre 5 y 7 años, 13 jugadores de fútbol se vieron afectados por un
total de 21 lesiones de cartílago. Otros informes no proporcionan estimaciones
razonables de la incidencia de la lesión. Sin embargo, las lesiones en el cartílago
relacionadas con la práctica deportiva parecen producirse con mayor frecuencia
en los campos de juego de deportes como el fútbol, el lacrosse, el hockey sobre
hierba, el rugby y los deportes relacionados.
MECANISMO DE LA LESIÓN
Figura 26-1. Clasificación de las lesiones cartilaginosas. (Reimpreso con autorización de:
Harris JR. Chondral lesions. En Baker C, ed. The Hughston Sports Medicine Book. Fuente:
Williams & Wilkins, 1995.)
desplazarse a las zonas dañadas determina que la reparación del cartílago puede
verse dificultada por la falta de tejido vivo. El desgarro puede extenderse al rica-
mente vascularizado hueso subcartilaginoso, permitiendo el acceso del riego san-
guíneo a la zona dañada.
Las fracturas han sido clasificadas según su apariencia artroscópica (fig. 26-1).
La tabla 26-1 esboza la apariencia descriptiva de las lesiones. La figura 26-2
muestra una vista artroscópica de un tipo de defecto cartilaginoso. Algunos de
estos defectos pueden ser difíciles de detectar en la artroscopia. Para ilustrarlo,
imagínese una rotura en una alfombra. Si la rotura ha sido alisada, puede ser
imposible de detectar a no ser que previamente exista una sospecha de rotura.
Éste es precisamente el caso de las lesiones cartilaginosas. La cirugía debe ser
practicada con las máximas precauciones, o el defecto no será detectado. A causa
de esta dificultad, es posible que la cantidad del 4% citada previamente sea exce-
sivamente baja.
El diagnóstico de los defectos cartilaginosas es difícil porque no existen indi-
cios definitivos al respecto. Pueden describirse síntomas vagos que sugieren pro-
blemas de menisco, como el atrapamiento, la captura o el desplazamiento. Con
frecuencia, el paciente siente una sensación dolorosa durante y después del par-
tido. Aunque es posible que meses atrás hubiera tenido lugar un episodio traumá-
tico, una lesión aislada difícilmente se recuerda. Por la mañana, la rodilla puede
estar rígida y tener dificultades para el movimiento. Probablemente, subir esca-
leras será más difícil que bajarlas. El giro o la rotación pueden causar dolor, y
puede aparecer o no derrame en la rodilla. Durante la flexión y la extensión, la
rodilla puede crujir o quedarse atrapada.
Ulteriores prospecciones quirúrgicas pueden sugerir la implicación del
menisco. Dependiendo de la cantidad de tiempo que el jugador haya pasado
Figura 26-1.
Figura 26-2. Fotografía artroscópica de una lesión cartilaginosa. (Reimpreso con la autoriza-
ción de: Harris JR. Chondral lesions. En: Baker C, ed. The Hughston Sports Medicine Book.
Media: Williams & Wilkins, 1995.)
aquejado por la lesión, puede existir cierta atrofia del cuádriceps. El derrame
puede estar presente o no, si bien es más común en las lesiones crónicas que en
las lesiones de menisco. Puede observarse flaccidez en la línea de la articulación
que rodea la zona defectuosa. Los movimientos extremos de flexión y extensión
suelen causar dolor. La presión femororrotuliana directa puede poner de mani-
fiesto una cierta flaccidez. En ausencia de lesión en los ligamentos, la articula-
ción no suele estar aquejada de inestabilidad. Las radiografías simples aportan
poco al diagnóstico. La resonancia magnética no es apropiada en el caso de las
lesiones cartilaginosas, aunque sí lo es en las lesiones de menisco. La única
manera de obtener un diagnóstico terminante es la artroscopia, de manera que el
diagnóstico de una lesión cartilaginosa es una diagnóstico clínico confirmado
artroscópicamente.
TRATAMIENTO DE LA LESIÓN
El mejor tratamiento inicial es el conservador. Si no hay razón para sospechar
la existencia de problemas de menisco, el atleta puede volver a jugar. El dolor
será la principal guía en el momento de determinar el grado de participación en
el deporte. Algunos pacientes con dolencias cartilaginosas mejoran de manera
espontánea. Aunque los síntomas pueden persistir durante meses, a veces no son
lo suficientemente graves como para impedir la práctica deportiva. A menudo,
los derrames persistentes son el indicio de una lesión cartilaginosa. Las lesiones
cartilaginosas pueden mejorar con el tiempo. No se ha comprobado si la terapia
física u otras medidas conservadoras aumentan la velocidad de la recuperación.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 406
Los ejercicios repetitivos de baja intensidad pueden ser la mejor elección para la
terapia, poniendo énfasis en los ejercicios sin impacto, como el ciclismo o la
natación.
En ocasiones, la afección debe ser tratada quirúrgicamente. Se extraen las
piezas sueltas del cartílago hasta conseguir la estabilidad del borde del cartílago
hialino. La base de la lesión (aunque la superficie de la lesión parezca un hueso,
todavía está cubierta por una capa de fibrocartílago) es perforada o raspada para
estimular el crecimiento del fibrocartílago. Si el defecto se localiza exclusiva-
mente en el cartílago, la rotura quirúrgica dará como resultado la proliferación de
células cartilaginosas en la zona que rodea la lesión.
Si la afección se extiende a través del cartílago hacia el hueso vascular sub-
cartilaginoso, tras la intervención suele aparecer inflamación. El defecto óseo y
una parte del defecto cartilaginoso se llenan de nuevas células y de la matriz. En
los 6 meses siguientes, el defecto del hueso subcondral se llena con células óseas
y vasos sanguíneos. La sección cartilaginosa raras veces se llena por completo, y
el tejido resultante es una mezcla de tejido hialino y fibrocartilaginoso.
Básicamente, el pronóstico depende del tamaño de la lesión. Si ésta es peque-
ña y no altera la función normal de la articulación, entonces hay más posibilida-
des de que sane que si se tratara de una afección de mayor tamaño. En estudios
realizados con animales, se practicaron lesiones de entre 2 y 3 mm. Los tejidos
empezaron a regenerarse unas 12 semanas después. En el caso de los humanos,
las lesiones oscilan entre los 5 mm y los 20 mm y necesitan un tiempo de recu-
peración más prolongado. Aunque el factor edad no ha sido investigado de forma
sistemática, las articulaciones sinoviales jóvenes, inmaduras y en fase de creci-
miento se regeneraron más completamente que las pertenecientes a adultos
esqueléticamente maduros.
Sobre el proceso terapéutico adecuado se sabe poco. Tras la intervención, se
inicia un retorno gradual a la actividad atlética. La tabla 26-2 resume los pasos.
Existen discrepancias respecto a los distintos niveles de rehabilitación: unos abo-
gan por la protección de la rodilla, mientras que otros defienden el sostenimien-
to de peso y la movilidad según tolerancia. Durante la primera semana tras la
cirugía, se recomienda movimiento pasivo continuo. Para la mejora de la movi-
lidad, se insta al deportista a practicar movimientos cíclicos (ciclismo, natación),
ya que estas actividades no obligan a soportar peso. El movimiento cíclico esti-
mula la nutrición del cartílago y, más tarde, estimula la diferenciación celular,
hecho que acelera la curación. El estiramiento debe realizarse en arcos de movi-
miento que no causen dolor. Si la lesión es antigua, quizá sea necesario corregir
la atrofia. No obstante, la escasez de fuerza puede deberse a la inhibición causa-
da por el dolor, lo que indicaría que los ejercicios de estiramiento pueden no ser
Documento3 16/2/05 09:45 Página 407
necesarios. Sea como fuere, la fuerza es importante. Aunque incrementa las fuer-
zas femororrotulianas, la fuerza también aumenta la actividad del cuádriceps, lo
que puede disminuir los impactos articulares. Otra fuente de controversia refe-
rente al entrenamiento de fuerza es la cuestión actividades en cadena abierta fren-
te a actividades en cadena cerrada. Las actividades en cadena abierta incremen-
tan las fuerzas de tensión en la gama comprendida entre los 0o y los 30o, mientras
que las actividades en cadena cerrada aumentan la tensión en la gama compren-
dida entre los 60o y los 90o. Dado que las anomalías pueden producirse en cual-
quier lugar de los cóndilos del fémur o de la rótula, la efectividad de estos méto-
dos es imprevisible. Conocer la localización de la lesión ayuda a saber qué méto-
do hay que usar.
El retorno a las actividades de impacto tiene que ser gradual para permitir la
curación completa, el incremento de fuerza y la absorción del impacto. Hasta que
la rodilla alcance la plenitud funcional, pueden pasar entre 3 y 6 meses. Si la
lesión es inferior a 1 cm, lo normal es que el jugador pueda volver a desarrollar
plenamente su actividad con escasos síntomas residuales. Si la lesión es de
mayor envergadura, en especial aquellas lesiones superiores a 2 cm, sólo puede
esperarse un alivio parcial, e incluso la lesión puede aumentar.
Las lesiones rotulianas pueden no recuperarse tan bien como las lesiones de
los cóndilos femorales o de la tróclea. Se desconoce si la vuelta al fútbol acelera
el progreso de la lesión.
En la actualidad, la cirugía está indicada con el fin de mitigar el dolor y para
preservar la función. Aun considerando la presencia de abrasión subcartilagino-
Tabla 26-2.
sa, se desconoce si los resultados a largo plazo de la cirugía son superiores a los
del tratamiento conservador. El cartílago regenerado no es el cartílago hialino
normal, y los estudios experimentales desmienten el hecho de que la cirugía
pueda conducir a la regeneración del cartílago normal. Por consiguiente, el trata-
miento conservador parece el apropiado cuando los síntomas no impiden la prác-
tica deportiva. Aunque el tratamiento quirúrgico permite la mejora sintomática y
da la posibilidad de volver a la práctica deportiva, es posible que no proporcio-
ne una curación completa.
RESUMEN
Los jugadores de fútbol sufren con frecuencia lesiones cartilaginosas de la
rodilla. Los síntomas son dolor persistente y dolor relacionado con la actividad.
El examen suele revelar derrame y la característica flaccidez lineal de la lesión
de menisco. El diagnóstico se basa en la presentación clínica, ya que las radio-
grafías y resonancia magnética pueden ser insuficientes. Con frecuencia, el tra-
tamiento conservador es el más adecuado. Cuando dicho tratamiento no permite
el retorno a la actividad deportiva, el tratamiento quirúrgico puede ser beneficio-
so. Suele lograrse un alivio sintomático y, en general, es posible volver a jugar.
No obstante, el dolor puede no desaparecer por completo y, asimismo, existe la
posibilidad de que la lesión progrese.
LECTURAS RECOMENDADAS
27 DISTENSIONES
MUSCULARES
Las distensiones musculares son bien conocidas por los jugadores de fútbol y
por los profesionales de la medicina implicados en su tratamiento. La lesión indi-
recta del músculo no está causada por un impacto directo, sino más bien por un
estiramiento o una tensión excesivas. Con frecuencia, estas lesiones indirectas
son llamadas distensiones o tirones. En el lenguaje de la ingeniería, la distensión
es una medida precisa del estiramiento. La distensión es citada a menudo como
la lesión más frecuente en las actividades deportivas, y comprende aproximada-
mente el 30% del total de las lesiones tratadas por la medicina deportiva.
EPIDEMIOLOGÍA
Existen numerosos estudios sobre la epidemiología de las lesiones. La pierna
es el miembro que se lesiona con mayor frecuencia, y el tobillo es la zona más
afectada. Estos estudios epidemiológicos calculan que las distensiones constitu-
yen entre el 10% y el 30% de todas las lesiones del fútbol. Aunque pueden cau-
sar la pérdida de tiempo de juego, muchos jugadores lesionados siguen tomando
parte en la competición sin tener en cuenta la significativa disminución de su ren-
dimiento.
DISTENSIONES MUSCULARES
411
TRATAMIENTO DE LA LESIÓN
Tratamiento conservador
ya el edema muscular o la hinchazón tras una lesión aguda. Es posible que las
consecuencias de la inhibición de la producción de prostaglandina sean escasas,
ya que otros mediadores inflamatorios como la histamina, la serotonina y los radi-
cales libres oxigenados no se ven afectados por los efectos inhibitorios causados
por los no esteroideos. Respecto al papel de dichos fármacos en el tratamiento de
las distensiones musculares agudas, aún quedan muchas preguntas por responder.
Por ejemplo, no se conocen ni la óptima distribución temporal de la terapia ni la
adecuada periodicidad de la administración. Asimismo, cabe la posibilidad de que
las propiedades analgésicas de los antiinflamatorios no esteroideos promuevan
una rehabilitación más temprana y efectiva tras la lesión debido más a su capaci-
dad para reducir el dolor que por sus efectos sobre la inflamación.
Tradicionalmente, los médicos han aconsejado un período de inmovilización
del músculo y de la extremidad inferior. Cuando las fibras musculares se inmo-
vilizan durante un largo período de tiempo en condiciones de estiramiento, la
consecuencia inmediata es que las fibras se vuelven más grandes y las miofibri-
las que las constituyen aumentan su longitud. En principio, las longitudes de los
sarcómeros también se incrementan, pero vuelven a recuperar su longitud normal
al cabo de unas semanas. Se añaden sarcómeros adicionales a la unión del ten-
dón y el músculo, con lo cual la relación entre longitud y tensión pasa a ser nor-
mal, de manera que la misma elongación genera una menor cantidad de fuerza
pasiva. La inmovilización prolongada puede tener efectos perniciosos, como la
atrofia muscular, la pérdida de extensibilidad y fuerza muscular, y una propen-
sión creciente a volver a lesionarse. En consecuencia, el tratamiento más exten-
dido consiste en un breve período de inmovilización seguido de una temprana
movilización. La base de esta estrategia de tratamiento son ciertos datos experi-
mentales que ponen de manifiesto que, tras una contusión muscular, la moviliza-
ción temprana (de 3 a 5 días después de la lesión en el caso de las ratas) aumen-
ta las propiedades mecánicas del músculo y disminuye la cantidad de tejido mus-
cular necrótico. Respecto a la duración adecuada de la inmovilización y al
momento oportuno para reemprender la movilidad tras una distensión aguda, no
disponemos de datos referidos a los seres humanos. Asimismo, no existen estu-
dios dedicados a evaluar las diferentes técnicas de rehabilitación.
Fisioterapia
DISTENSIONES MUSCULARES
413
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico ha sido recomendado en casos puntuales de com-
pleta separación de la unidad del músculo y el tendón. La lesión en dicha unión
es difícil de reparar. La necesidad de poner fin al dolor o de recuperar el funcio-
namiento adecuado puede obligar a la rotura total del origen o de la inserción de
todas o de una de las cabezas de una unidad musculotendinosa. Aunque la rotu-
ra total del aductor largo puede provocar la aparición de una masa visible, dicha
rotura no suele causar un gran déficit funcional. No obstante, existe la posibili-
dad de que se produzca la rotura total del tendón de los isquiotibiales a partir del
isquion, hecho que obligaría a practicar una religación que permitiera proseguir
la actividad atlética. De modo similar, una distensión en el recto femoral en la
que se vea afectada la cabeza indirecta puede ser perjudicial para el futbolista,
sobre todo si tiene lugar durante un chut en posición forzada.
PREVENCIÓN DE LA LESIÓN
Hay factores que predisponen al músculo a sufrir distensiones. La mayoría de
atletas realizan estiramientos porque se cree que previenen las lesiones muscula-
res. Otro difundido método de prevención es un calentamiento adecuado. Los
programas de entrenamiento que comprenden los ejercicios apropiados de calen-
tamiento y estiramiento pueden disminuir la incidencia de las lesiones muscula-
res. No obstante, estos programas entrañan un cierto número de variables, y el
efecto de cada uno de estos factores no ha sido determinado.
Los músculos se lesionan con mayor frecuencia durante las acciones excén-
tricas, mientras se resisten a la elongación. Los músculos podrían ser protegidos
mediante la adquisición de una mayor capacidad de estiramiento antes de la
Documento3 16/2/05 09:45 Página 414
A pesar del gran número de datos clínicos referidos a las lesiones en los
músculos esqueléticos, se desconoce la manera exacta en que se producen las
distensiones musculares. Desde un punto de vista clínico, se acepta que las dis-
tensiones musculares se producen en respuesta a la elongación forzosa de un
músculo, ya sea pasivamente (sin activación muscular) o, más a menudo, cuan-
do el músculo se encuentra activado (contracción excéntrica). Las contracciones
excéntricas incrementan el riesgo de que el músculo se lesione debido a las fuer-
zas producidas por el elemento contráctil y por las fuerzas extrínsecas que esti-
ran el músculo.
Los músculos más susceptibles a las lesiones son los que abarcan dos articu-
laciones o biarticulares. Estos músculos cruzan dos o más articulaciones y están
sujetos a elongación en más de una. Otra característica de los músculos que
sufren lesiones con mayor frecuencia es su capacidad para limitar la gama de
movimientos de una articulación a causa de la intrínseca rigidez del músculo. Por
Documento3 16/2/05 09:45 Página 415
DISTENSIONES MUSCULARES
415
Los datos clínicos relativos a los cambios que sufre un músculo afectado de
distensión son relativamente escasos. La lesión puede ser parcial o total depen-
diendo de si la unidad musculotendinosa ha sufrido una rotura considerable. Las
roturas totales se caracterizan por el hecho de que, en reposo, se detecta una asi-
metría muscular en el contorno del miembro lesionado al compararlo con el
miembro sano. Cuando se produce la contracción, el músculo lesionado mostra-
rá una protuberancia hacia el costado afectado, que seguirá estando ligado al
hueso.
La lesión directa o contusión provoca la lesión del músculo en el punto de
contacto. Sin embargo, la localización de los cambios patológicos en un múscu-
lo tras una distensión no ha sido definida con claridad hasta hace poco. El punto
vulnerable de una distensión causada por lesión indirecta parece situarse cerca de
la unión musculotendinosa o la unión oseotendinosa. En algunos músculos, la
extensión de la unión musculotendinosa es a menudo sorprendente. Por ejemplo,
los músculos isquiotibiales tienen una unión musculotendinosa extendida en la
zona posterior del muslo. El tendón proximal y las uniones musculotendinosas
del bíceps femoral y el semimembranoso se extienden a lo largo de la mitad de
la longitud total de estos músculos. Aunque la exploración quirúrgica de las dis-
tensiones musculares no se practica con mucha frecuencia, la literatura médica
recoge un cierto número de resultados provenientes de dichas exploraciones.
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DISTENSIONES MUSCULARES
417
Lugar de la lesión
Elongación activa
deformación total debida al fallo fue la misma en los tres grupos. La fuerza en el
momento del fallo era un 15% más elevada en los músculos estimulados. No obs-
tante, la energía absorbida fue aproximadamente un 100% superior en los múscu-
los estirados hasta el fallo. Estos datos confirman la importancia del papel de los
músculos como absorbentes de energía. Aunque los componentes pasivos del
músculo estirado tienen la capacidad de absorber energía, este potencial se incre-
menta considerablemente con la contracción muscular activa.
El concepto descrito anteriormente puede explicar el modo en que el múscu-
lo puede prevenir tanto una lesión que le afecte a sí mismo como a las estructu-
ras articulares asociadas. La capacidad de absorción del músculo consta de dos
componentes. El componente pasivo no depende de la activación muscular y per-
tenece a los elementos del tejido conectivo del interior del músculo. Esto inclu-
ye las fibras musculares y el tejido conectivo asociado con la superficie celular
y situado entre las fibras. Asimismo, dentro del elemento contráctil del músculo
existe una capacidad adicional para absorber energía (fig. 27-1). Durante los
pequeños desplazamientos musculares, la mayoría de la absorción de energía se
debe al componente activo. En consecuencia, las condiciones que disminuyen la
capacidad contráctil del músculo pueden disminuir su capacidad para absorber
energía. La fatiga y la debilidad musculares se consideran a menudo factores que
predisponen a la lesión muscular.
DISTENSIONES MUSCULARES
419
Músculo estimulado
FUERZA
Músculo pasivo
LONGITUD
Figura 27-1. Las diferencias en la energía relativa absorbida hasta el fallo en los músculos
estimulados frente a los músculos pasivos se muestran en el área comprendida bajo cada curva
de longitud-tensión.
Figura 27-2. Lugar de la distensión (flecha) en el músculo tibial anterior lesionado (I) de un
conejo. A su lado se muestra un músculo sano (C) para permitir la comparación.
to del tejido fibroso cerca del lugar de la lesión. Aunque hay algunas fibras mus-
culares regeneradoras, no bastan para restaurar las condiciones histológicas nor-
males, y la presencia de tejido cicatrizal es persistente.
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DISTENSIONES MUSCULARES
421
RESUMEN
Las distensiones musculares son frecuentes en el fútbol. Los músculos de las
extremidades inferiores, incluyendo los flexores, los extensores y los aductores
del muslo, son los que sufren lesiones con mayor frecuencia. Las distensiones se
producen en los músculos que están siendo estirados mientras se ven sometidos
a una potente activación destinada a desacelerar o controlar el miembro. Ésta es
una situación frecuente en el fútbol, y se produce al esprintar, al chutar y al esti-
rar la pierna para atrapar o interceptar al contrario. Los estudios clínicos y los
estudios básicos destacan el hecho de que las distensiones se producen en el inte-
rior del músculo, cerca de su unión con el tendón. La extravasación sanguínea
suele extenderse al exterior del epimisio muscular. En el músculo se produce una
reacción inflamatoria, seguida de la regeneración de las fibras musculares y del
tejido conectivo.
El examen de las distensiones mediante resonancia magnética es útil para
determinar las modificaciones patológicas y la localización exacta de la herida.
La prevención de la lesión debe tratar de aumentar la capacidad del músculo
para absorber energía sin necesidad de realizar una elongación excesiva, y debe
permitir el estiramiento muscular sin que sobrevenga una lesión. El entrenamien-
to con vistas a evitar la fatiga y a incrementar la fuerza muscular mejora la capa-
cidad del músculo para absorber energía. Los estiramientos y la flexibilidad se
discuten en el capítulo 36.
LECTURAS RECOMENDADAS
Garrett WE jr, Best TM. Ortho basic science. En: Simon S, ed. Anatomy, physio-
logy and mechanics of skeletal muscle. American Academy of Orthopaedic
Surgeons, 1994;89-126.
Garrett WE jr, Rich FR, Nikolaou PK, y cols. Computed tomography of hams-
tring muscle strains. Med Sci Sports and Exer 1989;21:506-514.
Garrett WE Jr. Muscle strain injuries. Med Sci Sports and Exer 1990;22:436-443.
Hasselman CT, Best TM, Mastey R, y cols. An explanation of various rectus
Documento3 16/2/05 09:45 Página 422
28 LESIONESAGUDAS
Y CRÓNICAS DEL
TENDÓN
William G. Clancy, Jr.
Gregory M. Fox
INTRODUCCIÓN
Los jugadores de fútbol son particularmente vulnerables a las lesiones agudas
y crónicas del tendón debido a los cruces, los giros, los chuts, las rápidas acele-
raciones y desaceleraciones y la actividad repetitiva e incesante durante el parti-
do. En la mayoría de las lesiones crónicas del tendón, la aparición de los sínto-
mas no suele estar relacionada con un episodio traumático concreto. Los sínto-
mas suelen presentarse de manera insidiosa, y empeoran si se intenta mantener
el nivel previo de juego. Las roturas agudas del tendón tienen lugar cuando el
punto de tensión de un tendón normal o patológico se ve sobrepasado por la
carga aplicada a dicho tendón. En este capítulo nos ocuparemos de la anatomía
del tendón, de sus condiciones patológicas y de los aspectos relacionados con el
tratamiento operatorio y no operatorio de las lesiones de tendón crónicas y agu-
das.
Haz primario
Haz secundario
Endotendón
Epitendón
Paratendón
Parietal
Visceral
Mesotendón
Figura 28-1. Sección cruzada de un tendón típico. El tendón está rodeado por una funda de
doble capa llamada paratendón. La capa exterior o parietal está conectada en ciertos puntos
con la capa interna o visceral por medio de unos puentes llamados mesotendón. El tendón está
formado por haces primarios de colágeno que se agrupan para formar haces secundarios. Los
haces secundarios están firmemente entrelazados gracias a un tejido conectivo llamado endo-
tendón. Asimismo, la totalidad de los haces secundarios está rodeada circularmente por otra
clase de tejido conectivo llamado epitendón, que se encuentra en una posición adyacente a la
capa visceral del paratendón.
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PROCESOS PATOLÓGICOS
Mecanismo de la lesión
La lesión en el cuádriceps suele producirse durante una rápida contracción del
mismo cuando la rodilla está flexionada. Otros mecanismos menos comunes
incluyen impactos directos o laceraciones del tendón. Las roturas del tendón del
cuádriceps se producen con mayor frecuencia en deportistas de más de 40 años.
Las roturas del mecanismo extensor suelen estar relacionadas con el uso de este-
roides durante un largo período de tiempo, con la diabetes insulinodependiente,
la uremia, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la gota, el hiper-
paratiroidismo o con microtraumatismos reiterados. En general, en el caso de los
atletas las roturas totales suelen ser el resultado de la alteración de la mecánica
del mecanismo extensor combinada con modificaciones inflamatorias crónicas.
En un informe se discute el caso de una mujer de 16 años que sufrió una contu-
sión del cuádriceps a raíz de un impacto y que poco después se rompió el tendón
del cuádriceps al caer sobre la rodilla flexionada. La rotura del tendón del cuá-
driceps también ha sido observada en el tercio central del tendón rotuliano tras
la reconstrucción del ligamento cruzado anterior.
La rotura del tendón del cuádriceps suele estar asociada con un crujido seco
seguido de una sensación de dolor. Si la rotura es total, el deportista será inca-
paz de sostener ningún peso con la extremidad lesionada. El examen físico
revela una considerable hemartrosis, cavidad palpable, cartílago móvil, pérdi-
da de la función del mecanismo extensor y flaccidez en el tendón distal. La ele-
vación recta de la pierna con la rodilla bloqueada en posición de extensión
puede ser posible gracias a que el retináculo extensor se encuentra intacto. Al
compararla con la rodilla sana, la flexión pasiva de la rodilla lesionada da
muestras de cartílago bajo. Aunque en las roturas parciales puede producirse un
retraso en la extensión, es posible que la función extensora sea prácticamente
normal.
Tratamiento de la lesión
La mejor vista del cartílago bajo se obtiene en las radiografías laterales con
la rodilla flexionada. Es posible que la radiografía muestre una pequeña avul-
sión en el exterior del polo superior del cartílago. Aunque por resonancia mag-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 427
nética muestre indicios de rotura del tendón, el diagnóstico sólo deberá ser con-
firmado en caso de rotura parcial o distensión aguda. En caso de rotura total del
tendón del cuádriceps, el tratamiento apropiado es la reparación quirúrgica.
Después del tratamiento quirúrgico de las roturas agudas o crónicas del ten-
dón del cuádriceps, a los atletas se les permite un pleno e inmediato sostenimien-
to de peso con la rodilla inmovilizada en extensión durante 6 semanas. La movi-
lidad asistida activa y pasiva da comienzo dentro de un arco limitado, determi-
nado por la calidad del tejido y la resistencia de la reparación. La movilidad acti-
va y el fortalecimiento isométrico empieza al cabo de 6-8 semanas. Los atletas
pueden empezar a correr cuando el punto máximo isocinético del par de torsión
a 180o/seg es un 70% del costado sano. La vuelta a la competición es posible una
vez alcanzado un máximo isocinético del 85% del par de torsión y el pleno cum-
plimiento de un programa para correr (fig. 28-2). Dicho programa fue diseñado
para que proporcionase un criterio fiable respecto al momento adecuado para
volver a la competición.
El pleno cumplimiento del programa para correr exige del atleta la realiza-
ción sucesiva e indolora de cada fase. Si el dolor aparece en algún momento
del programa, el atleta deberá detenerse y volver a empezar desde el principio.
Las roturas parciales del tendón del cuádriceps pueden ser tratadas por medio
de un corto período de inmovilización seguido de una agresivo programa de
rehabilitación. Los criterios para la vuelta a la competición son los mismos que
en el caso de la rotura completa del tendón.
Tratamiento de la lesión
Los deportistas afectados de rotura del tendón rotuliano se quejan de dolor
agudo en la parte anterior de la rodilla y son incapaces de sostener peso. Con fre-
cuencia, existe un historial previo de síntomas inflamatorios. Las radiografías
laterales pueden revelar una pequeña avulsión fuera del polo rotuliano inferior y
cartílago alto (una rótula en posición elevada). El examen revelará hemartrosis,
flaccidez bajo el cartílago, cartílago alto acentuado por la flexión pasiva de la
rodilla y una pérdida de extensión activa de la rodilla.
El tratamiento de las roturas laterales del tendón rotuliano requiere reparación
quirúrgica. El protocolo de rehabilitación y los criterios para la vuelta a la com-
petición son los mismos que los mencionados durante la discusión de las lesio-
nes del tendón del cuádriceps.
El siguiente programa para correr debe ser utilizado como medidor del pro-
greso de un atleta a medida que se recupera de una lesión en la extremidad infe-
rior. Cuando el atleta haya completado TODO el programa, entonces estará listo
para volver a la competición.
El atleta puede empezar el programa cuando pueda subir y bajar
5 veces sobre las puntas de los pies de la extremidad lesionada sin apoyar el peso
sobre la otra pierna.
Exterior
1. Corra 1,6 km. Cuando sienta una cojera o un dolor moderado, deténgase
inmediatamente.
Cuando el atleta pueda recorrer 1,6 km sin sentir dolor:*
a) corra 6 carreras de 72 m a 1/2 velocidad. Si no siente dolor o cojera:
b) corra 6 carreras de 72 m a 3/4 velocidad. Si no siente dolor o cojera:
c) corra 6 carreras de 72 m a toda velocidad. Si no siente dolor:
d) corra 6 carreras de 72 m con giros a 3/4 de velocidad. Si no siente dolor:
e) corra 6 carreras de 72 m con giros a plena velocidad. En el momento de
realizar los giros, apóyese siempre en el pie externo. Si no siente dolor:
2. Corra durante 10 minutos y/o realice ejercicios de salto relacionados con su
deporte. Cuando el atleta haya completado todo el programa, estará listo/a
para volver a la competición.**
Documento3 16/2/05 09:45 Página 429
Interior
1. Dé dieciocho vueltas alrededor de la pista de baloncesto. Cuando sienta una
cojera o un dolor moderado, deténgase inmediatamente. Si no siente dolor:*
a) recorra 15 veces la longitud del gimnasio a 1/2 velocidad. Si no siente
dolor:
b) recorra 15 veces la longitud del gimnasio a 3/4 velocidad. Si no siente
dolor:
c) recorra 15 veces la longitud del gimnasio a toda velocidad. Si no siente
dolor:
d) recorra 15 veces la longitud del gimnasio con giros a 3/4 velocidad.
Asegúrese de apoyarse en el pie externo para realizar los giros. Si no siente
dolor:
2. Corra durante 10 minutos y/o realice ejercicios de salto relacionados con su
deporte. Cuando el atleta haya completado todo el programa de rehabilita-
ción, estará listo para volver a la competición.**
Mecanismo de la lesión
La tendinitis del cuádriceps tiene lugar con menor frecuencia que la tendini-
tis cartilaginosa. En los adolescentes, las lesiones avulsivas de la apófisis carti-
laginosa proximal son más comunes que las tendinitis del cuádriceps. En los atle-
tas más jóvenes, los microtraumatismos repetitivos producidos por las rápidas
aceleraciones y desaceleraciones son más frecuentes que la tendinitis del cuádri-
ceps. No obstante, ésta puede presentarse asociada a algunas de las mencionadas
afecciones sistemáticas.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 430
Tratamiento de la lesión
Los atletas con tendinitis del cuádriceps se quejan a menudo de una aguda
sensación de dolor cerca del polo proximal del cartílago. El examen físico reve-
la flaccidez justo encima del tendón del cuádriceps y dolor en la hiperextensión
pasiva de la rodilla y en la extensión contra una resistencia. Las radiografías sue-
len ser normales. La resonancia magnética puede ser de utilidad si existen indi-
cios de rotura parcial.
El tratamiento primario para la tendinitis del cuádriceps es la rehabilitación
no quirúrgica. Tras un corto período de descanso, el paciente vuelve a desarro-
llar actividades no agresoras y empieza a practicar un exhaustivo programa
de estiramiento concentrado en el cuádriceps, los isquiotibiales y el tendón de
Aquiles. Las modalidades terapéuticas incluyen hielo, calor, ultrasonidos, fono-
foresis, iontoforesis y, por supuesto, medicación antiinflamatoria. El programa
de fortalecimiento tiene como principal objetivo el equilibrio entre el cuádriceps
y los isquiotibiales. Los atletas pueden volver a la práctica deportiva cuando
estén libres de síntomas y hayan completado de manera exitosa el programa de
carreras.
El tratamiento quirúrgico sólo está indicado en casos de tendinitis refractaria
del cuádriceps. El procedimiento quirúrgico consiste en la excisión del tejido
degenerativo y la reparación de ambos lados del tendón.
Tendinitis rotuliana
Mecanismo de la lesión
Los jugadores de fútbol son particularmente vulnerables a la tendinitis rotu-
liana –o rodilla del saltador–, debido a los repetidos impactos que sufren al
correr, saltar y chutar. Las contracciones enérgicas del cuádriceps producen fuer-
zas que superan la fuerza tensora del tendón rotuliano. Este hecho provoca
microrroturas, degeneración focal mucoide y necrosis fibrinoide. La lesión suele
producirse en las fibras internas del tendón rotuliano próximas a su inserción en
el polo inferior del cartílago. Las fuerzas sobre el tendón rotuliano pueden alcan-
zar los 9.000 N durante una carrera rápida, 8.000 N al tomar tierra tras un salto
y 500 N mientras caminamos normalmente.
Los atletas con tendinitis rotuliana suelen quejarse de un dolor localizado en
el polo interior del cartílago o en el propio tendón. Este dolor se incrementa con
actividades que aumentan la tensión del mecanismo extensor, como saltar, correr
o chutar. Los síntomas suelen presentarse sin que medie un episodio traumático
y su aparición suele causar un agudo dolor.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 431
Tratamiento de la lesión
El examen físico revela flaccidez específica localizada sobre el tendón rotu-
liano, por lo general cerca del polo inferior del cartílago. El especialista puede
detectar un engrosamiento del polo inferior del cartílago. La flexión de rodilla en
posición prona puede reproducir el dolor y revelar la existencia de rigidez en el
cuádriceps, asociada específicamente con el recto femoral. También puede pre-
sentarse rigidez en los isquiotibiales y en el tendón de Aquiles. Aunque las radio-
grafías suelen ser normales, pueden mostrar modificaciones óseas en el polo
inferior del cartílago.
El primer paso en el tratamiento de la tendinitis cartilaginosa es un extensivo
programa de rehabilitación. Este programa debería tratar de incrementar gradual-
mente la tensión sobre el tendón rotuliano y, en consecuencia, aumentar la fuer-
za tensora del tendón. También es importante desarrollar un programa de estira-
miento concentrado en el cuádriceps, los isquiotibiales y el tendón de Aquiles. El
fortalecimiento del cuádriceps debe incluir ejercicios excéntricos con incremen-
to gradual de velocidad, peso y número de repeticiones. Asimismo, es necesario
administrar de medicación antiinflamatoria no esteroidea e otras modalidades
terapéuticas como hielo, calor, ultrasonido, fonoforesis y iontoforesis. Las ban-
das infrarrotulianas pueden ser útiles en el tratamiento de la tendinitis rotuliana.
La técnica de vendaje femororrotuliana de McConnell también puede ayudar a
reducir los síntomas. En el tratamiento de la tendinitis rotuliana no deben utili-
zarse inyecciones de esteroides.
Los atletas con tendinitis rotuliana necesitan apoyo. Pueden pasar muchas
semanas hasta que se produzcan mejoras en una tendinitis de larga duración. El
tratamiento quirúrgico está indicado en los casos de atletas cuyos síntomas per-
sisten después de un largo programa de recuperación. En el caso de la tendinitis
rotuliana, hay ciertos procedimientos recomendados. Nosotros abogamos por el
desligamiento de todo el tejido tendinoso anormal y la excisión de una pequeña
porción del cartílago inferior para estimular una respuesta curativa. La rehabili-
tación postoperatoria debe incluir inmediato sostenimiento de peso, movilidad y
un programa para el tratamiento de la tendinitis rotuliana.
Mecanismo de la lesión
La inflamación causada por el desgaste alrededor de la rodilla no se limita al
mecanismo extensor. En el fútbol, los tendones de los músculos del bíceps femo-
ral, semimembranoso y semitendinoso están sujetos a desgaste e inflamación a
causa de las continuas paradas, inicios y giros durante el juego. La irritación del
Documento3 16/2/05 09:45 Página 432
tendón del semitendinoso también afecta los tendones gracilis y sartorio, que,
hablando con propiedad, no son verdaderos isquiotibiales. La inserción de estos
tres tendones colectivos en la cara anteromedial de la tibia proximal se conoce
como pata de ganso. Entre la aponeurosis de dichos tendones y el ligamento cola-
teral medial hay una bolsa. La bursitis de la pata de ganso suele estar causada por
el desgaste o por un impacto directo. Aunque es difícil distinguir clínicamente
entre la tendinitis de la pata de ganso y la bursitis, el tratamiento para ambas
dolencias es el mismo.
Tratamiento de la lesión
En la tibia proximal, las fracturas por sobrecarga son más frecuentes que
la tendinitis. Las vistas necesarias para la correcta evaluación radiográfica son la
anteroposterior, la de perfil y las dos vistas oblicuas. Si las radiografías son nor-
males y el proceso dura unas 3 semanas, es aconsejable realizar un escáner óseo.
Las atletas afectados de tendinitis de la pata de ganso o de bursitis se quejan
de dolor e hinchazón en la bolsa de la pata de ganso. El examen físico revela flac-
cidez localizada en la bolsa o a lo largo de los tendones. Es importante descartar
otras patologías intraarticulares de rodilla, ya que pueden ser causa del desgaste
compensatorio de la unidad musculotendinosa de la pata de ganso.
El tratamiento empieza con cambios en la actividad, medicación antiinflama-
toria, modalidades terapéuticas y estiramiento o fortalecimiento de los isquioti-
biales, el cuádriceps y el aductor. Las inyecciones de corticosteroides son útiles
para aliviar la inflamación en la bolsa de la pata de ganso. Los atletas pueden vol-
ver a la competición cuando los síntomas se lo permitan. La presencia de un
dolor agudo y persistente en el lado posteromedial de la rodilla hace sospechar
la existencia de tendinitis del semimembranoso. Dicha tendinitis puede producir-
se como consecuencia de una carga repetitiva de la unidad musculotendinosa
debida a la carrera, la aceleración y la desaceleración, o la compensación de otros
problemas de rodilla. La zona más susceptible al dolor durante la palpación se
encuentra en la zona posteromedial de la rodilla, inmediatamente por debajo de
la línea de la articulación. La palpación directa del tendón del semimembranoso
reproduce e intensifica este dolor. Al igual que con la tendinitis de la pata de
ganso, es preciso descartar la posibilidad de fractura por sobrecarga de la tibia,
ya que se produce con frecuencia en esta zona.
Un 90% de los pacientes afectados de tendinitis del semimembranoso suelen
responder a los cambios introducidos en su actividad, la medicación antiinfla-
matoria no esteroidea, el estiramiento, las modalidades terapéuticas y las inyec-
ciones locales de esteroides. El 10% restante suele ser tratado con exploración
del tendón del semimembranoso, excisión del tejido patológico, perforación del
Documento3 16/2/05 09:45 Página 433
Tratamiento de la lesión
El examen físico puede ser normal o puede revelar flaccidez a lo largo del
tendón del poplíteo cerca de su inserción en el cóndilo femoral lateral. El diag-
nóstico diferencial incluye desgarros laterales de menisco, síndrome de la banda
tibial ilíaca o tendinitis del bíceps. El tratamiento es el mismo que en el caso de
la tendinitis de los isquiotibiales. Evitar las carreras cuesta abajo puede ser bene-
ficioso. La vuelta a los deportes dependerá de los síntomas.
LECTURAS RECOMENDADAS
Clancy WG Jr. Tendon trauma and overuse injuries. En: Leadbetter WB,
Buckwalter JA, Gordon SL, eds. Sports induced inflammation. Rosemont, IL:
American Academy of Orthopaedic Surgeons, 1990.
Kelly DW, Carter VS, Jobe FW, y cols. Patellar and quadriceps tendon ruptures:
jumper’s knee. Am J Sports Med 1984;12:375-380.
Ferretti A, Ippolito E, Mariani P, y cols. Jumper’s knee. Am J Sports Med
1983;11:58-62.
Curwin S, Stanish WD. Tendinitis: its etiology and treatment. Lexington, MA:
Collamare Press, 1984.
Ray JM, Clancy WG Jr, Lemon RA. Semimembranosus tendinitis: an over-
looked cause of medial knee pain. Am J Sports Med 1984;16:347-351
Documento3 16/2/05 09:45 Página 434
Documento3 16/2/05 09:45 Página 435
29 CONTUSIONES
Y HEMATOMAS
Tonu Saartok
INTRODUCCIÓN
El fútbol es un deporte de contacto en el que los jugadores corren el riesgo de
sufrir contusiones a causa de entradas intencionadas, antirreglamentarias o coli-
siones accidentales. Las contusiones resultantes pueden ser consideradas como
una parte del juego, como el resultado de una infracción o como un accidente.
Las contusiones musculares son traumatismos en los tejidos musculares
esqueléticos causados por impactos directos no penetrantes cuyo resultado es el
aplastamiento agudo de las fibras musculares, la pérdida de sangre y los hemato-
mas localizados. Aunque las contusiones en la cabeza, el tórax o el abdomen sean
poco frecuentes, estas lesiones pueden ser mortales. Por tanto, la rapidez del
diagnóstico y del tratamiento es fundamental.
EPIDEMIOLOGÍA
Las contusiones musculares son heridas frecuentes en el fútbol. A causa de la
naturaleza benigna de la mayoría de las contusiones, los datos epidemiológicos
Documento3 16/2/05 09:45 Página 436
no siempre reflejan este hecho, ya que las contusiones son consideradas como
parte del juego. En el fútbol, las contusiones musculosqueléticas significativas
afectan a menudo las extremidades inferiores.
Se calcula que la incidencia de las contusiones en el fútbol se eleva, aproxi-
madamente, a un tercio del total de lesiones. En el fútbol juvenil, las contusiones
constituyen aproximadamente el 50% de las lesiones.
MECANISMO DE LA LESIÓN
CONTUSIONES Y HEMATOMAS
437
CUADROS CLÍNICOS
En el fútbol, existen dos modalidades de contusiones musculares que parecen
producirse con mayor frecuencia.
Esta lesión está considerada como una de las más frecuentes en el fútbol, el
rugby y el fútbol americano. En el fútbol, el impacto sobre el muslo suele prove-
nir de la rodilla o del pie del contrincante. Este hecho puede producirse con fre-
cuencia, dando como resultado la aparición de hematomas subcutáneos. No obs-
tante, una lesión muscular seria sólo puede producirse a raíz de una contusión
significativa, que causa dolor creciente, debilidad progresiva y cojera. A causa de
la continua pérdida de sangre, la lesión puede inhabilitar de forma inmediata al
futbolista, y, asimismo, puede imposibilitar su aparición después del partido. Es
probable que la gravedad y el pronóstico de la lesión puedan ser clasificadas den-
tro de las 24 horas siguientes.
De acuerdo con un estudio retrospectivo acerca del fútbol, una de cada cinco
lesiones tiene lugar en la espinilla, y la mitad de dichas lesiones es el resultado
de la ausencia o el uso inadecuado de espinilleras. Tras la introducción de las
espinilleras reglamentarias, esta lesión ha disminuido considerablemente. Esta
lesión puede desarrollarse hasta convertirse en un síndrome compartimental del
compartimento anterior de la pierna.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 438
TRATAMIENTO DE LA LESIÓN
Diagnóstico
Tratamiento conservador
CONTUSIONES Y HEMATOMAS
439
ósea heterotópica. Es posible que este tratamiento no sea el idóneo, ya que los
antiinflamatorios no esteroideos disminuyen la coagulación y la formación de
IGF-I (factor de crecimiento insulínico I), uno de los componentes básicos de la
regeneración del músculo esquelético. Dos informes recientes advierten sobre los
efectos perniciosos a largo plazo de los antiinflamatorios no esteroideos en la
regeneración del músculo esquelético.
Con el fin de incrementar la reabsorción del hematoma y disminuir la presión
intracompartimental, se han ensayado la aplicación de inyecciones de hialuroni-
dasa, si bien la evaluación científica de este método sólo se ha realizado de
manera parcial.
La fisioterapia puede incluir ultrasonidos terapéuticos y estimulación galvá-
nica de alto voltaje; no obstante, ninguna de estas terapias ha sido evaluada cla-
ramente. Aunque los ultrasonidos terapéuticos pueden aumentar la proliferación
de células satélites en una contusión muscular, el momento y resultado finales de
la regeneración muscular no se ven afectados por este hecho. Durante el período
postraumático inicial deben evitarse los masajes, ya que pueden aumentar la inci-
dencia de la miositis osificante. La rehabilitación temprana está diseñada para
permitir la recuperación de la plena movilidad por medio del creciente estira-
miento del músculo a partir del mecanismo de movimiento pasivo o terapia físi-
ca. Las extremidades sanas también deberán ser ejercitadas cada día, ya que con
ello se logrará aumentar la circulación y beneficiarse de las propiedades curati-
vas de los factores circulatorios de crecimiento. Antes de recuperar la plena
movilidad, deberían incrementarse los ejercicios de estiramiento activo. El ejer-
cicio isométrico máximo puede dar comienzo en un momento todavía más tem-
prano. Los ejercicios excéntricos deben comenzar pronto, ya que la tensión mus-
cular parece ser el estímulo más importante para la activación de las células saté-
lites en la regeneración muscular.
La tabla 29-1 presenta una sugerencia para el tratamiento inicial de las con-
tusiones musculares del fútbol.
Tratamiento quirúrgico
Con el objetivo de disminuir el tamaño del hematoma y disminuir la presión
intramuscular, la aspiración o evacuación limitada del hematoma es una posibi-
lidad a tener en cuenta. El incremento del dolor y la disminución de la movili-
dad causados por un hematoma intramuscular indican la necesidad de evacua-
ción quirúrgica. No obstante, en esta fase temprana la cirugía presenta un eleva-
do riesgo de infección, y debe ser practicada bajo condiciones de esterilidad y
profilaxis antibiótica.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 440
Existe la posibilidad que las contusiones agudas y las que se encuentran cerca
del periostio causen formación ósea heterotópica y miositis osificante. Se calcu-
la que el grado de incidencia se sitúa entre el 9% y el 20% del total de las con-
tusiones de cuádriceps. Mientras que el hueso heterotópico parece estar deposi-
tado sobre el músculo esquelético, la miositis osificante está en contacto con el
periostio y el hueso.
El masaje intensivo de un músculo contusionado y la localización puramente
intramuscular de una zona contusionada también son factores de riesgo en estas
afecciones. Aunque el mecanismo sigue siendo desconocido, se cree que la dife-
renciación de las células del músculo progenitor en osteoblastos causada por
algunos factores de crecimiento es un proceso que contribuye a la formación. La
calcificación heterotópica aleatoria puede convertirse en una miositis osificante.
Este hecho parece producirse con mayor frecuencia en el brazo y en el muslo a
lo largo del fémur.
Respecto al tratamiento, deberían transcurrir entre 6 y 12 meses de obser-
vación antes de considerar la posibilidad de llevar a cabo una intervención qui-
rúrgica, ya que esta afección tiene tendencia a aparecer de manera recurrente.
Durante los primeros 6 meses, algunas de las calcificaciones benignas hetero-
Documento3 16/2/05 09:45 Página 441
CONTUSIONES Y HEMATOMAS
441
Tabla 29-1.
Sobre el terreno:
1. Probable contusión muscular:
Conocer el historial de la lesión según el atleta y los testigos. ¿Cómo se pro-
dujo? ¿Cuál fue su intensidad?
2. Comprimir la zona contusionada con una bolsa fría y con una venda elás-
tica
Llevarse al jugador fuera para comprobar la gravedad de la lesión y la
existencia de posibles lesiones asociadas
Fuera del campo:
3. Contusión del cuádriceps: ¿puede el atleta mover el cuádriceps en toda su
rango de movimientos?
Si es así, el jugador puede correr para examinar su pierna. Si el dolor es
inexistente o muy pequeño, puede intentar jugar de nuevo
Si no es así, o si el jugador siente dolor al correr, vende su rodilla de mane-
ra que ésta se encuentre flexionada 120o o según tolerancia. Muletas
Mantenga la bolsa fría según tolerancia e intercámbiela con una almohadi-
lla compresiva cada media hora durante el primer día
4. Contusión anterior en la espinilla: ¿puede el jugador flexionar dorsalmente
el pie contra una cierta resistencia?
Si es así, el jugador puede intentar correr. Si no siente dolor o éste es míni-
mo, puede intentar jugar de nuevo
Si no es así, o si el jugador siente dolor al correr, coloque la venda elástica
de manera que el pie quede flexionado plantarmente. Muletas. Mantenga
la bolsa fría según tolerancia e intercámbiela con una almohadilla compre-
siva cada media hora durante el primer día
5. Mantenga la tensión creciente en el muslo o en la espinilla durante un míni-
mo de 24 horas. Utilice analgésicos corrientes (por ejemplo, paracetamol) y
evite los antiinflamatorios no esteroideos
Consulta o centro de rehabilitación:
6. Días 1-3 (de 5) después de la lesión:
Inicio de ejercicios isométricos con la rodilla o el tobillo en varios ángulos
de flexión. Ejercicios excéntricos suaves y ejercicios activos de movilidad
(Continúa)
Documento3 16/2/05 09:45 Página 442
Tabla 29-1.
Tabla 29-2.
Discrasia sanguínea
CONTUSIONES Y HEMATOMAS
443
Síndromes compartimentales
Parálisis nerviosa
PREVENCIÓN DE LA LESIÓN
RESUMEN
Las contusiones musculares menores son frecuentes en el fútbol. La inmovi-
lización temprana y de corta duración (3-5 días) del músculo lesionado parece ser
favorable tanto en posición comprimida como en posición tensada. El objetivo
del tratamiento inicial sobre el terreno es disminuir la zona lesionada y, en con-
secuencia, limitar el riesgo de desarrollar síndromes compartimentales o miosi-
tis osificante. Cuando dichas afecciones se desarrollan, el diagnóstico diferencial
entre tumores en las partes blandas, sarcoma osteogénico y discrasia sanguínea,
así como la elección del tratamiento más adecuado, puede resultar difícil. La
movilidad temprana y algunos ejercicios excéntricos parecen constituir el modo
más rápido y seguro para rehabilitar el músculo contuso. No obstante, dispone-
mos de una escasa cantidad de datos en relación con las diversas modalidades y
modelos de rehabilitación existentes.
LECTURAS RECOMENDADAS
CONTUSIONES Y HEMATOMAS
445
30 FRACTURASPOR
SOBRECARGA
Thomas P. Knapp
Bert R. Mandelbaum
INTRODUCCIÓN
En el año 200 a.C., Aristóteles definió correctamente a los “Vencedores
Olímpicos” diciendo que eran “...aquellos que no malgastan sus fuerzas a causa
de un entrenamiento prematuro y excesivo”. Las fracturas por desgaste localiza-
das en la tibia han recibido diversos nombres, entre los que se cuentan algunos
como el síndrome del esfuerzo del compartimiento posterior, fracturas por fati-
ga, rigidez muscular antiálgica de la espinilla, periostitis tibial anterior y síndro-
me de sobrecarga interna de la tibia.
Pentecost define una fractura por insuficiencia como aquella fractura produ-
cida por sobrecarga habitual o fisiológica aplicada sobre un hueso con una resis-
tencia elástica deficiente. Por contraste, una fractura por fatiga (por sobrecarga)
se produce cuando se aplica una sobrecarga anormal a un hueso con una resis-
tencia elástica normal.
En los jugadores de fútbol amateur y profesional, las fracturas por sobrecar-
ga se están convirtiendo en un hecho corriente. Por ejemplo, 9 de los 24 compo-
nentes del Equipo Nacional de Fútbol de EE.UU. que participó en el
Campeonato del Mundo de 1994 sufrieron fracturas por sobrecarga.
En la actualidad, Estados Unidos cuenta con 18 millones de jugadores de fút-
bol dedicados a la competición y el entrenamiento, incluyendo jugadores de elite,
los que juegan por diversión, jóvenes y mujeres. Cada uno de estos grupos debe-
ría ser considerado separadamente. Si las fracturas por sobrecarga no son diag-
nosticadas a tiempo, pueden causar una significativa pérdida de tiempo de juego
e incluso forzar a abandonar prematuramente la competición. A causa del eleva-
do número de participantes, el mayor tiempo de juego y la intensidad cada vez
mayor del fútbol, los profesionales de la medicina deportiva deben saber cómo
diagnosticar, tratar y prevenir estos problemas de manera adecuada.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 448
HISTORIA
La primera descripción de las fracturas por sobrecarga fue realizada en 1855
por Briethaupt, un médico militar prusiano. Briethaupt describió los signos clíni-
cos, los síntomas y el desarrollo temporal de una fractura por sobrecarga del
metatarso. Esta fractura era conocida como fractura de marcha o fractura de
Deutschlander. Transcurrieron 40 años hasta que la aparición de las radiografías
proporcionó la confirmación visual de su teoría.
En 1958, Devas fue el primero que describió esta lesión en los atletas. Desde
entonces, los informes elaborados referentes a fracturas por sobrecarga en los
atletas han sido numerosos.
EPIDEMIOLOGÍA
Las fracturas por sobrecarga han sido descritas en relación con la edad, la
raza, el sexo, el deporte específico y los patrones de localización ósea. En térmi-
nos de edad, el más joven de los pacientes recogidos en los informes era un niño
de 18 meses. Un caso más típico es el del corredor sin información ni experien-
cia que suele trotar en lugar de practicar la carrera desde un punto de vista com-
petitivo o recreativo. En general, estos individuos corren menos de 32 km sema-
nales y se muestran disconformes con el súbito inicio de un programa de entre-
namiento intensivo.
La creencia popular, confirmada por algunos informes de la literatura médi-
ca, es que las fracturas por sobrecarga son poco frecuentes en las poblaciones de
piel oscura. No obstante, Markey descubrió que, en una población con mezcla
de razas sometida al mismo tipo de entrenamiento militar, la incidencia de las
fracturas por sobrecarga fue similar en todas las razas. De dicho informe parece
desprenderse que las fracturas por sobrecarga afectan a los hombres en menor
medida, ya que en ellos la pura masa corporal es mayor y la estructura ósea total
posee un mayor tamaño. Lo contrario es cierto en el caso de las mujeres. De
acuerdo con Markey, la mayor incidencia de las fracturas por sobrecarga en las
mujeres en deportes de carrera puede reflejar el hecho de que las mujeres, de
menor estatura que los hombres, están siendo sobrecargadas.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 449
Algunos autores han mostrado que las mujeres desarrollan hasta 10 veces más
fracturas por sobrecarga que los hombres con idéntico programa de entrenamien-
to. En un grupo de más de 300 reclutas de la marina durante 8 semanas de entre-
namiento básico, las mujeres sufrieron una incidencia de lesiones que impedían
desarrollar las propias actividades significativamente mayor (44,6%) que los
hombres (29,0%). Un estudio realizado por Markey en 1987 mostró que en el
caso de los niños con menos de 16 años, el número de fracturas por sobrecarga
en ambos sexos fue el mismo. Esta constatación es importante, ya que el núme-
ro de niñas que participan en actividades que impliquen correr y saltar es menor.
El examen de la literatura médica referente a las fracturas por sobrecarga rela-
cionadas con los deportes revela una incidencia de lesiones relacionadas con el
fútbol de un 2% aproximadamente. En el caso del fútbol, lo más frecuente es que
las fracturas por sobrecarga estén localizadas en los metatarsiano (los más comu-
nes son el segundo y el quinto), la tibia, el peroné, el fémur, la cresta ilíaca ante-
rior y las partes interarticulares. En general, los estudios revelan que la tibia es
el lugar más afectado por las fracturas por sobrecarga. La tabla 30-1 enumera los
huesos más comunes implicados en las actividades deportivas específicas.
El trabajo de Matheson sobre 320 casos de fracturas por sobrecarga cuyo
resultado en el escáner óseo fue positivo mostró que la tibia era el lugar más afec-
tado por las lesiones (49,1%), seguida, en segundo lugar, de los tarsos (25,3%).
El resto de fracturas por sobrecarga se produjeron en los metatarsiano (8,8%), el
fémur (7,2%), el peroné (6,6%), la pelvis (1,6%), los sesamoides (0,9%) y la
espalda (0,6%). De todos los casos, el 16,6% fueron bilaterales. Las fracturas por
sobrecarga femorales y tarsianas estaban más extendidas en los atletas mayores,
mientras que las fracturas peroneas y tibiales eran las más comunes en los atle-
tas jóvenes. Otros informes sostienen que las fracturas se producen con mayor
frecuencia en los metatarsiano (35,2%), seguidos del calcáneo (28,0%), la tibia
(24,0%), las costillas (5,6%), el fémur (3,2%), la columna (0,4%) y la rama púbi-
ca (0,4%).
MECANISMO DE LA LESIÓN
Las lesiones por sobrecarga relacionadas con el fútbol pueden producirse con
frecuencia debido a los duros campos de juego, al diseño inadecuado de las
botas, a errores en el entrenamiento y al exceso de entrenamiento. Para hacerse
cargo del modo en que los citados factores extrínsecos afectan al jugador de fút-
bol, es necesario comprender la fisiología básica del tejido conectivo.
Hay hipótesis que sostienen que el tejido conectivo se adapta a la sobrecarga.
La ley de la transformación de Wolf afirma que el tejido conectivo responde a
Documento3 16/2/05 09:45 Página 450
Tabla 30-1.
Correr
esprint (raro)
media distancia Peronétibia
larga distancia
Excursionismo Metatarsianos (raro)
Pelvis
Saltar Pelvis, fémur
Tenis Cúbito, metacarpianos
Beisbol
lanzar Húmero, escápula
recibir Costilla
batear Rótula
Baloncesto Rótula, tibia, calcáneo
Jabalina Cúbito
Fútbol Tibia
Natación Tibia, metatarsianos
Patinaje Fíbula
Curling Cúbito
Aeróbic Tibia, cúbito
Baile Tibia
Cricket Húmero
Esgrima Pubis
Balonmano Metacarpianos
RESPUESTA D E ADAPTACIÓN
Ejercicio D máx. Deficiencia
intenso nutricional de
estrógenos
LESIÓN
D2
Normal
Dosis
(DIF)
D2
D1
Ejercicio de baja
intensidad
Reposo en cama D0
ACTIVIDAD
Carencia de peso
B1 B2 B3 B4
DIAGNÓSTICO DE LA LESIÓN
El diagnóstico temprano de la lesión por sobrecarga es preceptivo, ya que la
dilación podría aumentar la morbosidad. El diagnóstico de fracturas por sobre-
carga del cuello femoral hasta 14 semanas después de la aparición de los sínto-
mas forzó a los atletas a poner punto final a sus carreras a causa del retraso en el
diagnóstico. En consecuencia, la prevención y el diagnóstico temprano son los
objetivos principales del especialista en medicina deportiva.
Los jugadores de fútbol aquejados de fracturas por sobrecarga tienen un his-
torial común y previsible. En la práctica totalidad de los casos se ha producido
una modificación en el nivel de actividad. Este cambio puede prolongarse a lo
largo del tiempo o suceder de una sola vez. Los síntomas afloran gradualmente
durante 2-3 semanas, y en algunos casos durante un período de hasta 5 semanas.
Según Markey, un pródromo de menos de 24 horas suele indicar una afección
ósea descartable.
En 1958, Devas describió la evolución del proceso. “Los síntomas se presen-
tan de manera insidiosa: al principio, el atleta siente un dolor sordo y punzante
en una u otra espinilla, hecho que suele producirse al final de una carrera. La
intensidad del dolor, que en principio es moderada, aumenta gradualmente a
medida que transcurren los días, y acaba siendo tan intenso que ya no es posible
Documento3 16/2/05 09:45 Página 455
dolor sea más intenso. En algunos casos se presentará hinchazón moderada de las
partes blandas.
En los atletas jóvenes, las fracturas por sobrecarga del hueso navicular del
tarso son una infradiagnosticada fuente de inestabilidad prolongada en los pies.
Los síntomas de la fractura por sobrecarga del navicular incluyen un súbito ata-
que de dolor vago por encima del dorso de la parte interna del pie medio o de
la cara interna del arco longitudinal. El dolor proviene de una inflamación pa-
tológica o de flaccidez localizada por encima del navicular o a lo largo del arco
longitudinal interno. La hinchazón, si existe, es escasa, y no aparecen ni de-
coloración ni protuberancias. Puede presentarse disminución asociada de la
dorsiflexión o la movilidad subastragalina. El intervalo entre la aparición de los
síntomas y el diagnóstico puede ser de entre 1 y 38 meses, ya que la fractura
puede no ser visible o puede haber sido pasada por alto en las radiografías ruti-
narias del pie.
ESTUDIOS CONFIRMATORIOS
Aunque la mayoría de las fracturas por sobrecarga son diagnosticadas a par-
tir del historial y del examen físico, es importante corroborar el diagnóstico con
estudios confirmatorios. Los criterios clínicos y radiográficos para el diagnósti-
co de una fractura por sobrecarga incluyen normalidad ósea premorborsa, ausen-
cia de impacto directo, una actividad incitadora definida, y dolor y flaccidez
anteriores a la evidencia radiográfica de la fractura. Las imágenes del seguimien-
to deben mostrar la resolución o la remodelación de la zona de la fractura.
Las polifacéticas variables en el desarrollo de la respuesta a la sobrecarga dan
razón de los cambios en la apariencia radiológica. Dado que se trata de una lesión
en continuo desarrollo, el momento en que se tome una radiografía determinará
su apariencia. Es posible que los signos radiológicos de la fractura por sobrecar-
ga no muestren indicio alguno (fig. 30-2), nueva formación ósea perióstica o, en
ocasiones, brillantez (fig. 30-3). El nuevo hueso perióstico llega a su punto máxi-
mo a las 6 semanas. Con las posibilidades de que disponemos en la actualidad,
sólo el 50% de las fracturas por sobrecarga serán detectadas en las imágenes nor-
males (fig. 30-4).
El mejor método de diagnóstico es el difosfonato de tecnecio-99 en tres fases
o el escáner óseo de una fase (figs. 30-5 y 30-6) o el escáner por tomografía de
emisión de fotones.
La tabla 30-2 compara la vistas en escáner de las fracturas por sobrecarga con
las de la rigidez muscular antiálgica de la espinilla.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 457
Dado que este isótopo es absorbido por el osteoblasto durante la nueva for-
mación ósea, la zona de una fractura será detectada con facilidad. Este hecho
puede tener lugar entre 48 y 72 horas después de la aparición de los signos clíni-
cos de lesión.
Los escáneres óseos constituyen una técnica de alta sensibilidad para el diag-
nóstico temprano de las fracturas por sobrecarga. Mediante los escáneres, las
anomalías pueden ser identificadas antes de que sea posible observar modifica-
ciones en las radiografías.
No obstante, aun con su elevada sensibilidad para la detección de las fractu-
ras por sobrecarga, el escáner carece de especificidad. Prather calculó la pro-
porción negativa falsa de las radiografías simples en un 71%, y la proporción
positiva falsa de la escintigrafía en un 24%. La sensibilidad y el grado de preci-
sión de un escáner óseo pueden ser incrementados con vistas de alta resolución
de las áreas sospechosas y mediante escáneres comparativos del miembro sano.
Figura 30-2. Futbolista aquejado de dolor en el tobillo. En las radiografías la situación pare-
ce normal.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 458
Tabla 30-2.
Escáner óseo Cualquier fase puede ser positiva Sólo es positiva tras un retraso
Intensidad Puede estar entre 1+ y 4+ Normalmente 1+ o 2+
Forma Circular/fusiforme Lineal/vertical
Localización En cualquier parte en la zona Tibia media-posterior
Inferior de la pierna
Documento3 16/2/05 09:45 Página 459
Figura 30-4. Vista de una fractura por sobrecarga del quinto metatarsiano en una radiografía
convencional (en la que no se reparó en un principio).
Tabla 3-3
difícil. En estos casos, las secuencias de recuperación por inversión tau corta
pueden brindar una considerable ayuda. En consecuencia, la resonancia magné-
tica puede lograr una mayor especificidad que el escáner óseo.
TRATAMIENTO
El tratamiento debe ser multidisciplinario y polifacético. Desde un punto de
vista categorial, el tratamiento se divide en general, psicológico, médico, físico
(duración, intensidad, frecuencia) y quirúrgico.
En general, para evitar las lesiones, los jugadores de fútbol deben seguir unas
pautas nutricionales apropiadas, en especial la atleta joven.
La nutrición correcta debe incluir pocas grasas y una elevada cantidad de
hidratos de carbono. Es importante evitar los fosfatos que contienen sosas (los
estudios sugieren que el consumo excesivo de fosfatos puede ser un factor impor-
tante en la mala adaptación a la sobrecarga). El balance de calcio debe ser el ade-
cuado en todo momento, ya que un balance negativo daría como resultado una
mala adaptación. Debido a que la mayoría de las atletas necesita entre 1.000 y
Figura 30-7. La imagen de resonancia magnética revela fractura por sobrecarga del cuerpo
astragalino.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 462
Figura 30-8. Para que una fractura por sobrecarga pueda sanar sin necesidad de medidas qui-
rúrgicas, es preciso realizar fijación tibial tras el fallo.
PASO 1
Descanso
+/– Muletas
Entrenamiento variado x 6 semanas
¿Dolor?
(+)
(–)
PRadiografía
PASO 2
¿Dolor?
(+)
(–) Tomografía computerizada
¿Brillantez extensa?
Perforación
Progresión cíclica
intramedular
RETORNO A LA
PRÁCTICA
DEPORTIVA
PASO 1
Descanso
+/– Muletas
Entrenamiento variado x 6 semanas
¿Dolor?
(+)
(–)
Radiografía
Radiografía
Tornillo/injerto
Progresión clínica
óseo
RETORNO A LA
PRÁCTICA
DEPORTIVA
Figura 30-10. Algoritmo para el tratamiento de la fractura por sobrecarga del metatarso.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 467
Escayolado corto
Sostenimiento de peso
de la pierna
basado en los síntomas Posible excisión
No sostenimiento de
y en rayos X
peso 6 semanas
No unión o
Progresión cíclica unión retrasada
Escayolado corto
de la pierna
No sostenimiento de
pesos de 6 a 8 semanas
ciales complicadas con una pequeña fractura dorsal transversal pueden requerir la
excisión del fragmento dorsal. En el caso de fracturas completas complicadas con
una extensa fractura dorsal transversal, la unión vendrá propiciada por la inmovi-
lización, con lo cual la excisión del fragmento no será necesaria. Por el contrario,
los picos astragalinos dorsales asociados y los pequeños fragmentos dorsales
transversales sí deberían ser excindidos. Los fragmentos escleróticos asociados
con la unión y la no unión retrasadas no deberían ser excindidos. Dichos fragmen-
tos deberían ser tratados con corretaje medular e incrustación de injerto óseo,
según se indicó. Respecto a las fracturas tarsianas naviculares, el tratamiento más
apropiado es el escayolado con nulo sostenimiento de peso. Comparativamente,
el tratamiento arrojó resultados favorables en relación con el tratamiento quirúr-
gico al que fueron sometidos los pacientes que no obtuvieron resultados con el
tratamiento de sostenimiento de pesos. La imagen de la tomografía computeriza-
da no mostraba indicios de unión clínica. Se ha sugerido que el tratamiento pos-
terior a la inmovilización debería ser administrado clínicamente, ya que 28 de los
35 pacientes (un 80%) se curaron gracias al escayolado con nulo sostenimiento
de pesos, frente a los 12 de 40 pacientes (un 30%), que lograron curarse median-
te la limitación de la actividad física. De los 5 pacientes que desarrollaron una
continua actividad deportiva, sólo 1 logró curarse.
Aunque los únicos medicamentos necesarios son los analgésicos, las mujeres
amenorreicas delgadas a menudo precisan de sustitución hormonal. En el atleta
cuyo estado de salud sólo se vea alterado por anomalías metabólicas poco comu-
nes, éstas deberían ser tenidas en cuenta. El metabolismo alterado del cobre y del
magnesio puede dar como resultado una estructura cristalina ósea pobre. El
raquitismo osteomalácico, ya sea primario o secundario, necesita el aporte de
suplementos de vitamina D y calcio para prevenir las fracturas causadas por insu-
ficiencia.
Aunque algunos estudios sugieren que puede ayudar en el diagnóstico, los
ultrasonidos están contraindicados, ya que agravan el dolor en la zona de la frac-
tura. La aplicación de hielo y masajes tras un ejercicio suave alivia el dolor e
incrementa el riego sanguíneo de la zona subcutánea gracias a la vasodilatación
refleja.
PREVENCIÓN DE LA LESIÓN
Figura 30-12. La misma fractura por sobrecarga reproducida en la figura 30-6 en la que se
muestra de progresión. La fractura sanó tras la aplicación del algoritmo para el tratamiento.
Documento3 16/2/05 09:45 Página 470
RESUMEN
Deben realizarse estudios sobre la incidencia y periodicidad de las lesiones en
el fútbol. También deberían diseñarse estudios biomecánicos para examinar el
diseño del calzado y la concentración de fuerza. Algunos entrenadores han habla-
do sobre la posibilidad de fatiga peroneal y sus implicaciones para las lesiones
en el fútbol. Finalmente, deberán estudiarse las cuestiones nutricionales (a saber,
las referentes a las vitaminas, los oligoelementos y los antioxidantes).
LECTURAS RECOMENDADAS
31 LESIONES AGUDAS
EN EL PIE
Y EL TOBILLO
Per A. F. H. Renstrom
EPIDEMIOLOGÍA
Los esguinces de tobillo constituyen entre el 17% y el 20% de todas las lesio-
nes en el fútbol. La incidencia de los esguinces de tobillo varía entre 1,7 y el 2,0
por cada mil horas de juego. A pesar de la elevada frecuencia de las lesiones de
tobillo, las diferencias entre las técnicas de diagnóstico clínico y los métodos
de tratamiento son considerables. Aunque durante la práctica del fútbol también
se producen con frecuencia lesiones en el pie, su incidencia no es bien conocida.
En este capítulo se discutirán factores de importancia relacionados con el meca-
nismo de las lesiones en el pie y en el tobillo en el fútbol; asimismo, también se
discutirán dichos factores en relación con las lesiones comunes en el pie.
Tabla 31-1.
Localización
24%
Rodilla
19%
Tobillo
Documento4 16/2/05 18:03 Página 475
los jugadores lesionados que no llevaban botas de tacos, el 73% de los jugadores
que sufrieron lesiones jugando sobre césped artificial utilizaban botas de tacos.
Estos resultados muestran que los tacos juegan un importante papel en el meca-
nismo de la lesión sobre hierba artificial. En el caso de los terrenos cubiertos de
césped, los jugadores que utilizaban entre 6 y 10 tacos se lesionaron con menor
frecuencia. En conclusión, parece que los jugadores no deberían emplear botas
de tacos al jugar sobre hierba artificial, y que, al jugar sobre césped, la cifra acon-
sejable se sitúa entre 6 y 10 tacos. Es importante utilizar unas botas adaptadas a
la superficie.
Basándose en este conjunto de datos, puede decirse que las lesiones en el
tobillo se producen con mayor frecuencia al jugar sobre césped, que la inciden-
cia de las lesiones en la parte inferior de la pierna y la ingle es mayor cuando la
superficie es de hierba artificial, y que las lesiones de muslo son más comunes al
jugar sobre tierra. Las lesiones de rodilla se producen con una frecuencia similar
en todas las superficies.
LESIONES DE TOBILLO
Los ligamentos peroneoastragalino anterior, peroneocalcáneo y el ligamento
peroneoastragalino posterior funcionan como una unidad del tobillo lateral.
Aunque uno de ellos puede resistir un movimiento específico, el ligamento esta-
bilizador primario depende de la posición del pie. A medida que éste realiza una
flexión plantar, la tensión del ligamento peroneoastragalino anterior aumenta,
mientras que la tensión del ligamento peroneocalcáneo disminuye.
Tabla 31-2.
Acción Incidencia
Grados de lesión
Los daños tras una lesión en el ligamento del tobillo pueden ser clasificados de
diversas maneras. No existe un sistema estándar o universalmente aceptado para
calibrar la gravedad de las esguinces de tobillo. La tabla 31-3 resume las directri-
ces de Hamilton al respecto. Otro método clasifica las lesiones en los ligamentos
laterales como desgarros simples o dobles más que como esguinces de primer,
segundo o tercer grado. Una lesión de grado I afectaría únicamente el ligamento
peroneoastragalino anterior, mientras que una de grado II afectaría tanto el liga-
mento peroneoastragalino anterior como el ligamento peroneocalcáneo.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 477
Examen de la estabilidad
El examen físico de un tobillo aquejado de esguince agudo suele incluir prue-
bas clínicas de estabilidad. Dos de las pruebas más extendidas son la prueba del
desplazamiento anterior y la prueba del desplazamiento astragalino.
Tabla 31-3.
Grado I (esguince leve). Desgarro parcial del complejo del ligamento lateral
Grado II (esguince moderado). Desgarro del ligamento peroneoastragalino
anterior el con ligamento peroneocalcáneo intacto
Grado III (esguince grave). Desgarro de todo el complejo del ligamento lateral
Documento4 16/2/05 18:03 Página 478
Tratamiento de la lesión
El objetivo del tratamiento inicial de los esguinces agudos de tobillo es pro-
teger los ligamentos de ulteriores lesiones y controlar la cantidad de edema que
puede desarrollarse en la articulación. Cuando ha tenido lugar una rotura com-
pleta de los ligamentos laterales, el tratamiento de los esguinces graves de tobi-
llo deberá ser conservador o quirúrgico. En la literatura médica existen varios
estudios que comparan los resultados obtenidos mediante ambos tratamientos
para determinar cuál es el mejor tratamiento para estabilizar el tobillo. Ante una
rotura del ligamento lateral del tobillo, el tratamiento funcional debería ser la pri-
mera opción a elegir. Este tipo de tratamiento incluye un corto período de pro-
tección del tobillo con vendas o tobilleras, y permite movilidad temprana y sos-
tenimiento de peso. Los ejercicios de rehabilitación son el estadio más importan-
te en el proceso de tratamiento. El objetivo de la rehabilitación es hacer que el
tobillo lesionado recupere las condiciones de estabilidad previas a la lesión por
medio del restablecimiento de la gama de movilidad del tobillo, de la fuerza mus-
cular y el control neuromuscular.
Algunos autores recomiendan reparar quirúrgicamente los esguinces agudos
de tobillo en los atletas jóvenes. La tabla 31-4 proporciona las indicaciones para
la reparación de los casos agudos. La mayoría de las técnicas descritas para la
reparación de las lesiones agudas de ligamento son similares.
Tabla 31-4.
Tabla 31-5.
Tratamiento de la lesión
Una clasificación adecuada y un rápido tratamiento de las lesiones osteocar-
tilaginosas del astrágalo proporciona los mejores resultados. La curación depen-
de de la hipertrofia capilar del cuerpo del astrágalo. Con el fin de prevenir los
efectos de fricción de una superficie articular desigual, que puede hacer que la
lesión progrese hacia estadios más avanzados y desembocar en desunión, parece
necesario inmovilizar la zona.
Las lesiones en los estadios I, II y III sin signos visibles de desunión (escle-
rosis ostensible, superficies articulares abiertamente desiguales u osteoartrosis)
son tratadas con una bota de nulo sostenimiento de peso para la parte inferior de
la pierna durante 4 a 6 semanas, seguida por una bota de sostenimiento de peso
Documento4 16/2/05 18:03 Página 481
Los tobillos que presentan osteófitos óseos por encima del borde anterior de
la tibia son llamados tobillos del futbolista. Estas lesiones suelen ser secundarias
a la lesión por tracción de la cápsula articular anterior del tobillo, que se produ-
ce cuando el pie es sometido repetidamente a flexión plantar extrema.
El atrapamiento tibioastragalino anterior es una afección en la que las partes
blandas quedan atrapadas entre la parte lateral anterior de la tibia y el astrágalo
durante la flexión dorsal del tobillo. Las lesiones meniscales están causadas por
el incremento de tejido cicatrizal o por los ligamentos doblados que llenan la cara
lateral anterior de la articulación. Esta lesión suele ser crónica, pero puede verse
reactivada por un traumatismo agudo y causar hinchazón e incomodidad. La
artroscopia es un buen tratamiento en estos casos.
nes pasan por detrás del maléolo lateral entre los retináculos superior e inferior,
que mantienen los tendones en su posición. Para que tenga lugar una subluxación
o luxación de los tendones peroneales debe producirse un traumatismo de mayor
importancia con rotación interna e inversión. Esta lesión es dolorosa, y se tiene
la sensación de que el tendón se está subluxando o luxando sobre la cara lateral
del maléolo lateral. Las actividades que obligan a realizar giros son dolorosas
para el paciente. Aunque el tratamiento de estas lesiones es a menudo quirúrgi-
co, algunos médicos prefieren un corto período de inmovilización con una bota
para caminar.
Si la subluxación o luxación tendinosa deviene crónica, la cirugía es lo más
aconsejable. Un paciente aquejado de esta lesión no podrá jugar al fútbol sin sen-
tir dolor y sin el temor a sufrir una luxación o una subluxación del tendón. La
cirugía consiste en profundizar en la cavidad peroneal y en la imbricación de los
retináculos. Si la patología crónica afecta el propio tendón, efectuar una incisión
quirúrgica y extracción del tejido patológico puede ser una buena solución, aun-
que hay que señalar que este tipo de cirugía no se practica con frecuencia.
La tendinitis peroneal o tendinosis del tendón peroneal suele ponerse de mani-
fiesto vía estenosis bajo los retináculos subyacentes. El desgarro longitudinal
puede producirse a raíz de un impacto o del desgaste. Un factor común de predis-
posición a la lesión del tendón peroneal es la distorsión de la anatomía local cau-
sada por la fractura del maléolo lateral, del calcáneo o por un esguince del tobillo.
El dolor, la hinchazón y la flaccidez puntual se encuentran posterioroinferiores al
maléolo lateral. Aunque el dolor puede incrementarse con el sostenimiento de peso,
tanto la flexión plantar forzosa, como la inversión y la eversión del tobillo contra
una resistencia son más dolorosas. El examen físico debe incluir una evaluación de
la estabilidad del tendón. La movilidad subastragalina suele disminuir.
El tratamiento es ante todo conservador, con reposo, hielo, fármacos antiin-
flamatorios no esteoroideos y muletas como medidas principales. En algunos
pacientes, la inmovilización a corto plazo puede ser de utilidad. A veces se impo-
ne la realización de cirugía correctora de las causas.
Las roturas del tibial posterior y del tendon flexor cortos del dedo gordo pue-
den producirse ocasionalmente. Su tratamiento es similar a las lesiones tendino-
sas agudas.
La rotura del tendón de Aquiles puede ser total o parcial, y está asociada con
modificaciones degenerativas en el tendón. Las roturas totales pueden estar cau-
sadas por diversos traumatismos, y son más frecuentes en jugadores de fútbol
mayores de 30 años. El tratamiento suele ser quirúrgico, con rehabilitación fun-
cional y movilidad tempranas. El tratamiento de un desgarro parcial es difícil. Se
recomienda tratamiento funcional con una bota para caminar durante 4 semanas.
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Lesiones mesotarsianas
Desgarros mesotarsianos
Estos desgarros no son frecuentes. La articulación mesotarsiana o articula-
ción tarsiana transversal, a menudo llamada articulación de Chopart (a saber, las
articulaciones astragalonavicular y calcaneocuboidea), se encuentra en una posi-
ción clave en los arcos medial y lateral longitudinal. La articulación mesotarsia-
na actúa conjuntamente con las articulaciones subastragalinas en la inversión y
la eversión. Los desgarros mesotarsianos son lesiones potencialmente discapaci-
tadoras cuyo tiempo de curación suele ser más prolongado que el previsto en un
principio. En general, para que se produzca una significativa lesión en estas arti-
culaciones deben intervenir fuerzas considerables. Las botas de fútbol proporcio-
nan una cierta protección.
Tratamiento de la lesión
Además de las radiografías simples, la tomografía computerizada es útil para
delimitar la extensión de las lesiones graves en esta zona. Las lesiones no des-
plazadas suelen ser tratadas de manera no quirúrgica. Debido a la potencial ines-
tabilidad, en ocasiones suele recomendarse un período de entre 4 y 6 semanas
con una bota para caminar que permita un nulo sostenimiento de peso, seguidas
de 2 semanas con creciente sostenimiento de peso. Durante la rehabilitación,
deberá llevarse un zapato con una suela firme y un soporte del arco longitudi-
nal. Las fracturas desplazadas, las subluxaciones y las luxaciones deben ser
reducidas. Aunque en ocasiones la reducción cerrada da buenos resultados, sue-
len necesitarse medios abiertos. Entonces se practica la fijación abierta, segui-
da de escayolado con restricción de sostenimiento de peso durante 3 a 6 sema-
nas.
El pronóstico después de las lesiones mesotarsianas depende en un grado ele-
vado del éxito de la reducción. En las lesiones no reducidas y en las fracturas
extensamente desplazadas, dicho pronóstico es con frecuencia pobre. En tales
casos, debería considerarse la posibilidad de la artrodesis.
Tratamiento de la lesión
Las lesiones de la articulación de Lisfranc son célebres porque no suelen ser
detectadas en un diagnóstico inicial y a menudo son tratadas de manera errónea.
El signo radiológico que se presenta con mayor constancia y ofrece mayores
garantías es un ligero ensanchamiento entre las bases del primer y el segundo
metatarsiano, entre el segundo y el tercero o entre cualquiera de los cuneiformes.
Es necesario buscar fragmentos fracturados entre la primera y la segunda bases
metatarsianas y entre los cuneiformes medios e internos. Las vistas oblicuas son
necesarias para lograr descripciones adecuadas de los hallazgos radiológicos.
El objetivo del tratamiento es una reducción estable y anatómica. Debido a la
interposición de partes blandas o tejidos fracturados, la reducción por medios
cerrados no suele dar buenos resultados. Por consiguiente, se recomienda reduc-
ción abierta-fijación interna. Tras la intervención, se recomienda sostenimiento
parcial de peso durante 6 semanas, y a continuación durante 4 a 6 semanas lle-
var una bota para caminar.
Pueden producirse combinaciones con fracturas en la zona inferior de la pier-
na, el calcáneo o el tobillo, con el consiguiente riesgo de desarrollar síndrome
compartimental. Es preceptivo tomar la presión intracompartimental, y cuando
sea necesario, debe practicarse una fasciotomía sin demora. El pronóstico es
bueno siempre que la lesión esté cerrada y que la reducción/ fijación sea la ade-
cuada. Aunque existe la posibilidad de artritis degenerativa, ésta será benigna si
se ha logrado una buena reducción primaria. No obstante, las lesiones abiertas y
la reducción inadecuada conducen a resultados insatisfactorios.
Tratamiento de la lesión
El tratamiento de los desgarros metatarsofalángicos es no quirúrgico, y con-
siste en hielo, compresión y elevación. Se precisa inmovilización inicial con
sostenimiento de peso según tolerancia. Los antiinflamatorios no esteroideos
son beneficiosos. El tiempo de recuperación puede extenderse hasta 10 sema-
nas. Las inyecciones de anestésicos locales o esteroides pueden agravar la
lesión, y por tanto deberían ser evitados. Durante la rehabilitación, puede colo-
carse en el zapato una ortesis (ya sea de acero u ortoplastia) limitadora de la fle-
xión dorsal de la primera articulación. Ocasionalmente, se recomienda la repa-
ración quirúrgica de la cápsula y la eliminación de los cuerpos libres. Las acti-
vidades arduas, como correr y saltar, se reemprende cuando el paciente no pre-
senta síntomas.
La hiperextensión forzada de las articulaciones metatarsofalángicas más allá
de los límites fisiológicos puede conducir a la rotura de la superficie plantar, ya
sea a través del sesamoideo a medida que se fractura, ya sea proximalmente. Con
frecuencia se recomienda la cirugía. Las luxaciones con fracturas del sesamoideo
a menudo pueden reducirse por medios cerrados.
Las luxaciones de la articulación metatarsofalángica de los dedos pequeños
del pie pueden ser típicamente reducidas por medios cerrados. Después de la
reducción, la articulación suele ser estable, y un vendaje cruzado es suficiente.
Fracturas metatarsianas
El revestimiento de partes blandas del dorso del pie es tenue y vulnerable, con
un riego sanguíneo casi óptimo. Distalmente, hay fuertes conexiones ligamenta-
rias entre los cuellos metatarsianos, así como fuertes bandas entre las bases,
excepto entre la segunda base y el cuneiforme interno. A menudo, el mecanismo
de la lesión es un impacto directo en el dorso cuando un jugador contrario aterri-
za por el pie (por ejemplo, tras un cabezazo). Las fuerzas directas sobre los meta-
tarsianos suelen desembocar en fracturas transversales del cuello del segundo,
tercer y cuarto metatarsianso, mientras las fuerzas indirectas causan fracturas
espiroideas del cuerpo. El frecuente traumatismo causado por la flexión-inversión
plantar da como resultado una fractura en la base del quinto metatarsianos. Tras
una lesión grave sufrida en esta zona, deberían comprobarse las presiones com-
partimentales en el pie, y cuando sea preciso, debería realizarse una fasciotomía.
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Tratamiento de la lesión
El tratamiento de las fracturas no desplazadas que afectan los metatarsianos
menores incluye el empleo de una firme almohadilla metatarsiana, vendaje en
circunferencia y una bota firme con suela de crepé. Tan pronto como el paciente
lo tolere, el sostenimiento de peso está permitido. Las fracturas no desplazadas a
través del primer metatarsiano deben llevar durante 2 semanas una escayola corta
sin sostenimiento de peso cuidadosamente moldeada, y a continuación un pro-
gresivo sostenimiento de peso.
Si tan sólo hay una fractura metatarsiana desplazada, se intenta la reducción
cerrada.
Si tiene éxito, lo siguiente es el escayolado sin sostenimiento de peso duran-
te 6 semanas. En el caso de fracturas múltiples, se recomienda cirugía con torni-
llos y superficies o perforaciones retrógradas intramedulares. Después de una
fijación interna estable, el escayolado es innecesario. En caso de fracturas a tra-
vés del cuello metatarsiano, la reducción cerrada es virtualmente imposible. Lo
más común es la fijación con el cable K.
Las fracturas por sobrecarga son las fracturas más comunes del pie y del tobi-
llo en los atletas y en los obreros. A menudo son crónicas, y pueden causar un
dolor agudo. Las localizaciones típicas de las fracturas por sobrecarga son el
peroné distal, la tibia, el calcáneo, el hueso navicular y los metatarsianos. El
hueso está adaptándose continuamente a nuevas distribuciones de carga. Una
fractura por sobrecarga o por fatiga es un momento de fallo en un proceso de
adaptación normal. El periostio suele dar tempranas y alarmantes señales
de sobrecarga (dolor). Si los microtraumatismos se producen con excesiva rapi-
dez, el hueso nuevo no puede desarrollarse a un ritmo suficiente, de manera que
se debilita. Gradualmente, se desarrolla una fractura por sobrecarga.
Los músculos juegan un papel preponderante en la absorción de impactos. La
fatiga muscular debilita la absorción del impacto y conduce a una distribución
alterada de la sobrecarga y a un incremento de las cargas compresivas sobre el
hueso, con un elevado riesgo de fractura por sobrecarga. Otro factor coadyuvan-
te en el desarrollo de una fractura por sobrecarga es el desequilibrio biomecáni-
co, como la asimetría esquelética y la diferencia entre la longitud de las dos pier-
nas. La pierna corta es más susceptible de reaccionar a la sobrecarga con una
fractura. Las anomalías anatómicas predisponen a reaccionar a la sobrecarga
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Tratamiento de la lesión
El desarrollo clínico convencional da comienzo con un ataque agudo de dolor
vago. Si la sobrecarga prosigue, el dolor aumenta y se vuelve más localizado,
con posibilidad de hinchazón de las partes blandas. En el examen clínico, se
detecta flaccidez específica sobre la lesión. El diagnóstico se verifica mediante
escáner óseo. Las radiografías simples suelen dar resultados positivos al cabo de
3-8 semanas. El tratamiento consiste en modificar la actividad y ejercicios agra-
vitatorios. En caso de fractura múltiple, dolor punzante o fragmentación, se reco-
mienda inmovilización. Aunque la curación de una fractura por sobrecarga trata-
da de manera adecuada suele tardar entre 4 y 15 semanas, puede alargarse hasta
6 meses. Una prueba clínica útil para determinar la curación consiste en que el
paciente pueda saltar con el miembro afectado y sin sentir dolor. En las fracturas
por sobrecarga múltiples o recurrentes, se recomienda la detección sistemática
del desequilibrio hormonal o la alteración endocrina. Las opciones de tratamien-
to dependen de la localización de la lesión.
Las fracturas por sobrecarga del sesamoideo del dedo gordo del pie son más
raras que la sesamoiditis, y en el momento del diagnóstico, resulta difícil distin-
guirlas. Al producirse con no poca frecuencia la bipartición del sesamoideo, las
dificultades para emitir el diagnóstico radiológico son considerables. Por si fuera
poco, el escáner óseo es positivo en ambos casos, tanto en la fractura por sobre-
carga como en la sesamoiditis. No obstante, las fracturas por sobrecarga no sue-
len curarse mediante inmovilización o inactividad prolongada. Si pueden descar-
tarse otras causas de dolor, una fractura por sobrecarga del sesamoideo se trata
mediante excisión, con un buen pronóstico. El acceso quirúrgico al sesamoideo
lateral es difícil. La extracción con garantías del sesamoideo lateral precisa de
una amplia experiencia quirúrgica en dicha zona.
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Las fracturas naviculares por sobrecarga son poco frecuentes en los no atle-
tas. Esta dolencia se caracteriza por un agudo ataque de vago dolor en el arco,
aumento de dolor en la zona media del pie durante el movimiento y limitada fle-
xión dorsal del tobillo. La sensación de incomodidad se ve incrementada por la
actividad. Típicamente, se detecta flaccidez localizada sobre el hueso navicular.
Las radiografías simples dan resultados normales, y para emitir el diagnóstico
suele necesitarse un escáner óseo. La tomografía convencional o computerizada
reproduce el contorno de la fractura, que está orientada sagitalmente en el tercio
central del hueso. Este hecho puede deberse a una relativa avascularidad en la
parte central del navicular.
El tratamiento de las fracturas con desplazamiento agudo requiere reducción
abierta/ fijación interna con tornillos. Las fracturas no desplazadas deberían ser
tratadas mediante escayola con nulo sostenimiento de peso de 6 a 8 semanas.
METATARSALGIA
La metatarsalgia, es decir, el dolor en la zona metatarsofalángica, es una afec-
ción con diversas etiologías posibles, entre las que se cuentan dolencias crónicas
como bloqueo del dedo gordo del pie, la sesamoiditis y la neuralgia de Morton.
Un factor común de predisposición a la metatarsalgia son las alteraciones biome-
cánicas del pie. Dichas alteraciones pueden ser intrínsecas o extrínsecas, como
las enumeradas en la tabla 31-6.
En la posición en bipedestación estática, todas las cabezas metatarsianas sos-
tienen cargas con una distribución en la que el primer metatarsiano sostiene el
doble que los demás. En la fase dinámica inicial del paseo o la carrera, esta rela-
tiva sobrecarga de la primera línea deviene todavía más ostensible. Un anomalía
en esta distribución de la carga entre los metatarsianos puede estar causada por
una primera línea anormalmente corta o hipermóvil, o por un segundo metatar-
siano largo. Si el primer metatarsiano es hipermóvil, buena parte de la carga se
distribuye a las líneas segunda y tercera.
Tratamiento de la lesión
El tratamiento es conservador en la mayoría de los casos. Las ortopedias de
apoyo que alivian la sobrecarga de las cabezas metatarsianas suelen ser benefi-
ciosas. Con una primera línea hipermóvil, colocar una almohadilla próxima a la
segunda y tercera cabezas metatarsianas y/o debajo de la primera línea puede ser
de utilidad. El estiramiento de la cuerda bloqueada del talón es fundamental. Si
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UÑAS
Uñas de los dedos del pie encarnadas
Tabla 31-6.
Zapatos de tacón alto: desplazan la carga de la parte trasera del pie a la parte
delantera
Pie equino: causado por rigidez en el cordón del talón y/o usurpación anterior
del tobillo, que evita su flexión dorsal
Pie cavo: el apoyo se realiza con las cabezas metatarsianas y el talón, dando
como resultado la sobrecarga de la parte delantera del pie
Distribución irregular de la carga entre las cabezas metatarsianas
Documento4 16/2/05 18:03 Página 491
una voluminosa granulación del tejido. Aunque esta dolorosa afección suele pre-
sentarse en el costado lateral del dedo gordo del pie, cualquier dedo puede verse
afectado.
Tratamiento de la lesión
Una adecuada higiene de los pies, el empleo del calzado correcto y el atento
cuidado de las uñas son factores esenciales en la prevención. Las uñas deberán
ser cortadas transversalmente una vez a la semana, ya que cuando son cortadas
en forma circular pueden crecer hacia el interior del pliegue de la uña. Después
de haber sido descubiertas, las infecciones en fase aguda deberían limpiarse, y
bañar la zona con una solución antiséptica, y a continuación, debería taparse con
una venda seca.
En la fase aguda debe evitarse la cirugía, ya que existe un elevado riesgo de
infección postoperatoria, incluyendo osteomielitis potencial. En casos crónicos,
la parte de la uña que ha crecido hacia dentro, incluyendo la matriz de la uña,
debería ser extraída quirúrgicamente. Normalmente transcurren 3 semanas hasta
que se produce la curación.
Hematoma subungueal
Tratamiento de la lesión
El hematoma se extrae practicando una pequeña incisión a través de la uña con
un clip enderezado y caliente. El proceso es a menudo indoloro y proporciona un
alivio inmediato. Asimismo, dicho proceso conserva la uña, que en caso contrario
se caería al cabo de 2-3 semanas debido a la interrupción del riego sanguíneo.
Exostosis subungueal
Como resultado de los reiterados impactos directos, puede desarrollarse una
exostosis reactiva en el costado dorsal de la falange externa del dedo situado bajo
la uña afectada. La flaccidez intensa impone un rápido tratamiento, extracción
de la uña y, en ocasiones, extracción de la exostosis. Con frecuencia, los buenos
zapatos protegen el pie.
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Fisuras
RESUMEN
Las articulaciones de la pierna y el tobillo son mecanismos complejos. En el
fútbol, el foco de atención de las lesiones debería concentrarse en el pie y el tobi-
llo. Dichas lesiones pueden ser pequeños y molestos problemas o trastornos
mayores que requieren tratamiento quirúrgico, exhaustiva rehabilitación o una
severa restricción del juego. Con demasiada frecuencia ven los jugadores estas
lesiones como consecuencias menores del juego y, en consecuencia, prescinden
del asesoramiento médico, que podría minimizar la pérdida de tiempo de juego
y mejorar significativamente su estado a largo plazo.
LECTURAS RECOMENDADAS
Kannus P, Renstrom P. Treatment for acute tears of the lateral ligaments of the
ankle: operation, cast, or early controlled mobilization. J Bone Joint Surg Am
1991;73:305-312.
Leach RE, Schepsis AA. Acute injury to ligaments of the ankle. En: Evarts CM,
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Documento4 16/2/05 18:03 Página 494
Documento4 16/2/05 18:03 Página 495
32 ESGUINCES DE
TOBILLO Y
SÍNDROMES DE
ATRAPAMIENTO
Thomas P. Knapp
Bert R. Mandelbaum
Los esguinces agudos de tobillo y el dolor e inestabilidad crónicos son hechos
comunes y susceptibles de provocar discapacidad en los jugadores de fútbol. La
lesión más común en el fútbol, el deporte más popular del mundo, es el esguin-
ce de tobillo. Los esguinces menores de tobillo son frecuentes, y permiten que el
atleta vuelva a la competición y al entrenamiento con una mínima pérdida de
tiempo de juego. Los esguinces de tobillo moderados y graves pueden causar una
significativa morbosidad, dando como resultado un largo período de inactividad,
dolor crónico y recalcitrante, inestabilidad funcional, debilidad, pérdida de pro-
piocepción y discapacidad atlética. Los objetivos para el tratamiento de los
esguinces de tobillo deberían incluir la prevención, la minimización de la mor-
bosidad y la creación de las condiciones para el retorno al terreno de juego.
En este capítulo se definirá la mecánica y la génesis patológica y el espectro
de los esguinces agudos de tobillo y del síndrome de dolor de tobillo crónico
(atrapamiento). Además, se someterá a discusión un algoritmo que permite el
diagnóstico eficaz, el tratamiento efectivo y la rehabilitación con restauración del
nivel de actividad atlética anterior a la lesión.
ANATOMÍA
La base para la comprensión del espectro anatomopatológico es la definición
de la anatomía normal. Este hecho requiere la comprensión de todas las modali-
dades de información anatómica, incluyendo la anatomía mayor, planar, topo-
gráfica y artroscópica. La anatomía mayor incluye: hueso-cartílago en la tibia, el
peroné y el astrágalo; los tendones peroneal, tibial anterior y tibial posterior, y
ligamentos que incluyen el peroneoastragalino anterior, el peroneocalcáneo, el
peroneoastragalino posterior, el deltoideo y la sindesmosis peroneoastragalina
distal (tejido ligamentario que une la tibia al peroné). La anatomía planar es
importante para la interpretación de la tomografía computerizada y la resonancia
magnética en los planos coronal, sagital y axial. La anatomía topográfica identi-
fica los puntos de máxima flaccidez, las discontinuidades y las deformidades
para correlacionarlas con el examen físico. La definición precisa de los portales
artroscópicos es esencial. Finalmente, la anatomía artroscópica se refiere a las
complejas transiciones de superficies, espacios y masas adicionales de las partes
blandas. Por consiguiente, el facultativo deberá pensar de manera lógica y siste-
mática y, asimismo, deberá tener acceso a múltiples fuentes de información ana-
tómica.
ESGUINCES DE TOBILLO
Mecanismo de la lesión
Tratamiento de la lesión
Tabla 32-1.
Tratamiento conservador
La cuestión referente a la conveniencia de tratamiento quirúrgico frente a tra-
tamiento no quirúrgico de los esguinces agudos de tobillo ha estado sujeta a con-
troversia. En 1991, Kannus examinó 12 estudios aleatorios prospectivos que
comparaban el tratamiento quirúrgico de los esguinces agudos de tobillo con el
tratamiento funcional, y llegó a la conclusión de que el tratamiento más adecua-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 499
Tabla 32-2.
sión a las fases III y IV se realiza según tolerancia. Con el fin de mantener el tono
cardiovascular, es esencial practicar un entrenamiento variado en todas las fases.
Los vendajes y las tobilleras facilitan la práctica atlética y previenen las lesio-
nes en el tobillo. Los estabilizadores con cordones, con o sin zapatos altos, son
más efectivos y soportables si se los compara con las vendas o con la falta de
medidas preventivas.
Es importante no pasar por alto las lesiones en la sindesmosis. La rotura
aguda de la sindesmosis tibioperonea distal es tratada con un tornillo sindesmó-
tico. Los desgarros crónicos deberían ser tratados con un tornillo sindesmótico o
artrodesis.
Si se siguen estas directrices, el atleta con una esguince agudo de tobillo
debería poder volver a jugar al cabo de 6 semanas (tabla 32-3). Tras emitir el
diagnóstico, este dato debería ser discutido con el atleta, el entrenador y los
padres.
Tabla 32-3
sula anterolateral. Esta masa puede estar compuesta de una combinación de cáp-
sula escarificada y tejido ligamentario. Cabe la posibilidad de que una masa en
forma de tallo de tejido cicatrizado y una sinovia hipertrofiada se infiltren en la
articulación. Cuando el aprisionamiento es significativo, la aplicación de medi-
das conservadoras no logra mejorar el estado de los pacientes. Los esguinces
pueden causar flaccidez y atenuación del ligamento del tobillo y, por consiguien-
te, la imposibilidad de limitar los movimientos indeseables. En consecuencia, el
tobillo adquiere una relativa inestabilidad. La combinación de dicha inestabili-
dad oculta con los resultados patológicos de la masa cicatrizal da como resulta-
do quejas clínicas y subjetivas referidas al dolor, inestabilidad funcional y
pérdida de función. Precisamente es este espectro del aprisionamiento a la ines-
tabilidad el que constituye nuestro foco algorítmico.
Tratamiento de la lesión
El diagnóstico se elabora a partir de un enfoque sistemático y manteniendo un
elevado nivel de suspicacia. Si el tobillo ha sido sometido con anterioridad a
algún tipo de tratamiento, éste deberá ser tenido en cuenta. Es propio del síndro-
me de aprisionamiento del tobillo estar asociado con esguinces reiterados e intra-
table dolor de tobillo, y ello aunque se haya puesto en práctica un intensivo pro-
grama de fisioterapia, intervención farmacológica y rehabilitación. Los síntomas
subjetivos incluyen dolor al realizar esfuerzos intensos, como pivotar o quitarle
el balón al contrario. A menudo, los síntomas no aparecen antes o después del
esfuerzo. El examen físico revela flaccidez anterolateral, abombamiento y, en
ocasiones, eritema e hinchazón difusa. Con el fin de corroborar la ausencia de
laxitud ligamentaria patológica, se realizan radiografías comunes e imágenes de
Tabla 32-4.
Tratamiento conservador
No disponemos de mucha literatura médica dedicada al tratamiento de esta
importante entidad patológica. Afortunadamente, la intervención artroscópica ha
ensanchado el espectro de alternativas terapéuticas. El aprisionamiento capsular
anterior, que debe ser tratado quirúrgicamente mediante artroscopia, representa
un pequeño porcentaje de las lesiones de tobillo.
Durante el desbridamiento artroscópico, el ligamento peroneoastragalino
anterior no debe ser escindido en un intento de separar la masa patológica.
El porcentaje de éxito de un tobillo adecuadamente diagnosticado y tratado
artroscópicamente es sobresaliente. Aproximadamente entre un 75% y un 85%
de los pacientes suelen tener resultados buenos o excelentes tras el desbridamien-
to artroscópico y el retorno a la práctica deportiva al cabo de unas 6 semanas.
Tabla 32-5.
Tratamiento de la lesión
Para que pueda emitirse un diagnóstico de inestabilidad, deben obtenerse vis-
tas radiológicas anormales causadas por la sobrecarga. Sin embargo, las imágenes
de la sobrecarga pueden proporcionar informaciones contradictorias. La prueba de
la sobrecarga puede ser realizada en un mecanismo que controle la posición del pie
y la cantidad de fuerza aplicada durante el examen de la prueba de inversión en el
plano anteroposterior y la prueba del desplazamiento anterior en el plano lateral.
En la prueba de inversión no suelen producirse diferencias entre los tobillos exa-
minados en flexión neutral y plantar. En los tobillos con normalidad funcional, el
intervalo de inversión del desplazamiento astragalino se sitúa entre los 0º y los 8º,
mientras que el máximo de desplazamiento anterior en la prueba homónima es de
3 mm. De ello se desprende que la prueba del desplazamiento anterior evalúa la
integridad ligamentaria lateral con mayor finura crítica que la prueba del despla-
zamiento astragalino. Aunque las vistas de la sobrecarga juegan un papel en la eva-
luación de la inestabilidad crónica, deberían obtenerse vistas comparativas. Por
añadidura, hemos descubierto que las radiografías laterales con prueba de despla-
zamiento lateral son más útiles que la comparación con el desplazamiento astraga-
lino. No obstante, un desplazamiento anterior superior a 3 mm o un desplazamien-
to astragalino mayor de 5º se consideran diagnósticos de inestabilidad.
El primer paso en el tratamiento de un tobillo con inestabilidad crónica es
diferenciar la entidad del tobillo rehabilitado de forma incompleta, el cual tam-
bién puede presentar dolor anterolateral e inestabilidad funcional. El tratamiento
aplicado suele ser un exhaustivo programa de terapia sistemática que incluye
estiramientos, movilización, terapias físicas, antiinflamatorios no esteroideos y
ocasionales inyecciones de esteroides.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 505
RESUMEN
En resumen, los esguinces agudos de tobillo deben ser reconocidos y rehabi-
litados de manera agresiva. El tratamiento no quirúrgico con tobillera funcional
es tan efectivo como la intervención quirúrgica, y permite un retorno más tem-
prano a la práctica del fútbol. El síndrome de aprisionamiento capsular anterior
es causa de dolor lateral crónico de tobillo. Ésta es una entidad que se desarrolla
en un subgrupo de tobillos tras repetidos esguinces. Se caracteriza por la forma-
ción de tejido cicatrizal hipertrofiado, sinovia y fibrocartílago en el costado ante-
rolateral de la articulación del tobillo. El resultado es una constelación de sínto-
mas –que incluyen dolor, debilidad, inestabilidad funcional y disminución del
rendimiento– refractarios al tratamiento. El tratamiento quirúrgico mediante des-
bridamiento artroscópico ha dado buenos e incluso excelentes resultados, en
especial en las lesiones de grado I y grado II.
LECTURAS RECOMENDADAS
Attarian DE, McCracken HJ, DeVito DP, y cols. Biomechanical study of human
lateral ankle ligaments and autogenous reconstructive grafts. Am J Sports
Med 1985;13:377-381.
Baiduini FC, Teztlaff J. Historical perspectives on injuries of the ligaments of the
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Boruta PM, Bishop JO, Braley WG, y cols. Ankle acute lateral ligament injuries:
a literature review. Foot Ankle 1990;11:107-113.
Cox JS. Surgical and nonsurgical treatment of acute ankle sprains. Clin Orthop
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Documento4 16/2/05 18:03 Página 506
33 REGLAS Y
ÁRBITROS
Per A. F. H. Renstrom
La entrada por detrás también puede constituir una seria distracción, ya que
con frecuencia impide que el jugador marque un gol. La falta por una entrada de
este tipo suele ser un chut libre directo, y, en ocasiones, un penalti. El gran poten-
cial lesivo de la entrada por detrás hace necesaria la realización de más estudios.
Asimismo, el modo de penalización debería determinarse a partir del grado de la
distracción.
Por tanto, respecto a las entradas por detrás, es preciso modificar las reglas o
reforzar las ya existentes. Cuando estas reglas hayan sido modificadas o reforza-
das, deberían aplicarse estrictamente y del mismo modo en todos los niveles del
fútbol. Finalmente, con motivo de la Copa del Mundo de 1994 la FIFA dio mues-
tras de que reconocía la seriedad de estos problemas e hizo cumplir estrictamen-
te las reglas. Los aficionados al fútbol de todo el mundo agradecieron este cam-
bio de mentalidad de la FIFA.
Sustitución y lesiones
Otros problemas
REGLAS Y ÁRBITROS
509
las reglas de manera que los jugadores pudieran beber durante el partido. Los
jugadores deben poder ingerir líquido en cualquier momento del partido.
El hecho de si debería permitirse la utilización de rodilleras funcionales
durante el fútbol es un tema discutido. Aunque las rodilleras funcionales no están
permitidas en el fútbol internacional, en Estados Unidos su uso está permitido en
el instituto y en la universidad. Se cree que las rodilleras funcionales comportan
riesgo de lesión, aunque se necesitan datos científicos que apoyen esta teoría.
LOS ÁRBITROS
Los árbitros son los personajes más importantes en la supervisión médica de un
partido. Ostentan diversas funciones de importancia. Cuando un jugador se ha lesio-
nado, el árbitro debe tomar una rápida decisión. El árbitro debe estar al corriente de
las causas y los síntomas de las lesiones en el fútbol, tales como lesiones en la cabe-
za con o sin pérdida de conocimiento, lesiones en el pecho y en el estómago, lesio-
nes abdominales, lesiones en las articulaciones y fracturas. Asimismo, el árbitro
también debe observar y decidirse de inmediato respecto a la causa del traumatis-
mo, ya se trate de juego antirreglamentario, ataque por parte de un contrario, con-
tacto con la pelota o caída. En situaciones comprometidas, quizá sería aconsejable
dar al árbitro la oportunidad de consultar una reproducción instantánea de la juga-
da en vídeo, con un procedimiento similar al empleado en el hockey sobre hielo.
El árbitro está en condiciones de determinar si las lesiones deben ser tratadas
sobre el terreno. De acuerdo con las nuevas reglas, el árbitro es el único que
puede permitir la entrada del médico o del entrenador en el terreno de juego. Las
normas dicen que el árbitro debería autorizar dicha entrada en el momento en que
esté convencido de que la lesión del jugador es seria. Este hecho supone una tre-
menda responsabilidad para el árbitro. Tras la señal del árbitro, dos asistentes
médicos pueden entrar en el campo y realizar una evaluación del jugador lesio-
nado. Dicha evaluación debería llevarse a cabo lo antes posible. Todos los trata-
mientos mayores deben practicarse fuera de la zona de juego. El tratamiento
sobre el terreno se limita a los casos de lesiones serias, en especial en caso de
inconsciencia, conmoción y pérdida de sangre. Las nuevas reglas establecen que
el jugador debería ser trasladado fuera del campo lo antes posible. Si el jugador
ha sufrido una lesión grave, que en ocasiones puede ser difícil de diagnosticar
hasta por un experimentado profesional de la medicina deportiva, la lesión debe
ser reconocida cuanto antes, ya que en caso contrario existe el riesgo de que el
jugador empeore. En consecuencia, el árbitro está sometido a unas enormes exi-
gencias. Desgraciadamente, los árbitros sufren una carencia de formación por lo
que respecta a la medicina deportiva.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 510
RESPONSABILIDADES DE OTROS
Los entrenadores tienen una gran responsabilidad y siempre se encuentran
sometidos a presión. Su posición es difícil, ya que se les atribuye el éxito o el fra-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 511
REGLAS Y ÁRBITROS
511
Tabla 33-1.
caso del equipo. Se sabe que hay entrenadores que han enviado a sus jugadores
al terreno de juego con la instrucción de detener a sus oponentes por todos los
medios a su alcance. Los entrenadores deberían participar en campañas para eli-
minar todas las tácticas deshonestas, antideportivas y las maniobras cuya inten-
ción deliberada es causar lesiones.
RESUMEN
El fútbol no puede ser jugado y controlado de manera adecuada sin reglas. Si
las reglas son transgredidas o aumentan el riesgo de lesión, deberían ser modifi-
cadas. Si se realizan las modificaciones oportunas, las nuevas reglas pueden dis-
Tabla 33-2.
REGLAS Y ÁRBITROS
513
Tabla 33-3.
LECTURAS RECOMENDADAS
34 RESULTADOS
Y SECUELAS
A LARGO PLAZO
DE LA PRÁCTICA
DEL FÚTBOL
Ejnar Eriksson
Lars-Ingle Svensson
Tho Kam San
Anders Valentin
mientras que en el grupo del ligamento cruzado anterior este porcentaje no era
superior al 22%.
La mayoría de estudios a largo plazo se ocupan de un grupo de atletas relati-
vamente limitado. Suecia ofrece una oportunidad única para estudiar grupos con
un elevado número de atletas. El fútbol es el deporte más popular en Suecia,
con 165.000 atletas registrados en 1990. Suecia carece de organizaciones depor-
tivas en los institutos y las universidades, como ocurre en Estados Unidos. Por el
contrario, en Suecia todos los jugadores juegan en un equipo de fútbol. Cuando
los jugadores entran en el equipo y pagan la cuota correspondiente, entonces
pasan a estar asegurados en la compañía de seguros Folksam. Esta compañía dis-
pone de una inigualable base de datos sobre lesiones. La mayoría de las lesiones
de las que se informa a la compañía son lesiones graves. Es probable que los
informes sobre lesiones menores –las que obligan al jugador a permanecer apar-
tado de los deportes durante poco tiempo–, sean incompletos. Con frecuencia se
informa sobre lesiones que implican discapacidad permanente, ya que a cambio
los atletas pueden recibir sustanciosas compensaciones económicas.
La compañía de seguros Folksam ha venido publicando regularmente infor-
mes sobre la frecuencia de las lesiones en el fútbol y en muchos otros deportes.
El objetivo de este capítulo es examinar la incidencia de las lesiones en un
amplio grupo de futbolistas suecos, así como estudiar la incidencia y la naturale-
za de las discapacidades permanentes en dicho grupo.
nes sometidas a examen fueron menos de la mitad del total, mientras que las
lesiones causantes de discapacidad permanente fueron examinadas en el 90% de
los casos. La distribución de las lesiones de acuerdo con los niveles de juego se
muestra en la tabla 34-2. Aunque las lesiones sufridas por los jugadores de la
división de honor y la primera división constituyen un 6% del total en los hom-
bres y un 9% en el caso de las mujeres, los jugadores pertenecientes a dichas
categorías sólo representan entre el 1% y el 2% de todos los jugadores asegura-
dos. El tiempo de juego hasta que se produce una lesión en las diferentes catego-
rías en el caso de los hombres y las mujeres se detalla en la tabla 34-3. De estos
datos se desprende que cuanto más elevada es la división, mayor es la incidencia
de las lesiones. Las causas de las lesiones que tuvieron lugar en 1990 se repro-
ducen en la tabla 34-4. En el caso de los hombres, más del 40% de las lesiones
se debieron a una colisión o a un chut o impacto. En el caso de las mujeres, apro-
ximadamente un 50% de las lesiones se debieron a los mismos factores que en
los hombres, además del hecho de que sus pies se quedaran bloqueados en el
suelo. La distribución anatómica de las diferentes lesiones se muestra en la
Tabla 34-1.
Tabla 34-2.
tabla 34-5. En los hombres, el 49% del total de lesiones se produjo en la rodilla
y en el pie. En las mujeres, la rodilla y el pie abarcaron el 62% de todas las lesio-
nes. El porcentaje de discapacidad permanente en las diferentes partes del cuer-
po en los hombres durante el período 1986-1990 se muestra en la tabla 34-6.
Estos datos muestran que la rodilla fue el lugar más afectado por lesiones que
desembocaron en algún grado de discapacidad. Los datos referentes a las lesio-
nes de rodilla en los hombres se clasificaron por tipos específicos de lesiones de
rodilla (tabla 34-7). Estos resultados muestran que las lesiones aisladas o combi-
nadas del ligamento cruzado anterior son la fuente principal de discapacidad.
En relación con las mujeres, los mismos datos se muestran en las tablas 34-8 y
34-9. Cuando se compara el fútbol con otros deportes asegurados por la compa-
ñía Folksam, el fútbol no resulta ser el deporte con un índice más elevado de dis-
capacidad permanente.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 519
Tabla 34-3.
Total 0,14 35
Tabla 34-4.
Colisión 405 20 96 20
Chut o impacto 433 21 77 16
Caída 116 6 28 6
Pie bloqueado en el suelo 187 9 59 12
Entrada 155 8 32 7
Golpeado por una pelota 70 3 35 7
Lesión durante la carrera 7 0 4 0
Giro 134 7 45 9
Llevar 65 3 14 3
Desgaste 88 4 14 3
Chute simultáneo 60 3 15 3
Cabezazo simultáneo 87 4 8 2
Otras causas 137 7 33 7
Sin información 106 5 25 5
Total 2.050 485
Cabeza 127 6 35 7
Dientes 211 10 21 4
Hombro 88 4 9 2
Pecho 13 1 4 1
Cuello y espalda 94 5 20 4
Brazo 38 2 10 2
Mano 142 6 31 6
Cadera y abdomen 88 4 13 3
Rodilla 609 30 210 43
Pierna 183 9 24 5
Pie 386 19 91 19
Lesiones múltiples 34 2 8 2
Sin información 37 2 9 2
Total 2.050 485
Documento4 16/2/05 18:03 Página 521
go, los datos no confirman esta teoría. El riesgo de sufrir una lesión es aproxima-
damente seis veces mayor en los jugadores de elite que en los jugadores de cate-
gorías inferiores.
Cuando se analizan las distintas discapacidades permanentes, resulta eviden-
te que las lesiones de rodilla, en especial las lesiones de ligamento cruzado en
combinación con otras lesiones de rodilla, son la causa del mayor número de dis-
capacidades permanentes. Para estas lesiones, el grado de discapacidad perma-
nente se sitúa entre el 5% y el 10%. Esto suele querer decir que los jugadores
han abandonado sus carreras deportivas o han optado por seguir jugando en cate-
gorías inferiores. No obstante, los deportistas siguen estando en condiciones de
jugar. El mecanismo primario de estas lesiones de ligamento cruzado anterior
parece producirse cuando el pie del jugador queda bloqueado en el suelo y el
cuerpo gira sobre la parte superior de la pierna. Para reducir esta elevada inci-
dencia de las lesiones de ligamento cruzado anterior y disminuir la discapacidad
permanente, ante todo es necesario prevenir dichas lesiones. Es importante rea-
lizar estudios sobre la longitud de las rodilleras y sobre la fricción entre los
diversos tipos de rodilleras y los distintos tipos de superficies. Cabe la posibili-
dad que los distintos métodos de cortar el césped o los diferentes tipos de hier-
ba artificial influyan sobre el porcentaje de lesiones de ligamento cruzado ante-
rior. También deberían emprenderse estudios sobre la posibilidad de prevenir las
lesiones de ligamento cruzado anterior mediante diversos tipos de entrenamien-
to muscular. El diagnóstico y el tratamiento de las lesiones de ligamento cruza-
do anterior también deberían ser mejorados. Roos ha señalado que no hay dife-
rencia entre el resultado de una lesión de ligamento cruzado anterior tratada qui-
rúrgicamente y otra tratada de manera no quirúrgica. Los procedimientos técni-
cos (p. ej., la guía de perforación de túnel) pueden influir sobre esos descubri-
mientos.
Trabajos recientes han mostrado que, en ocasiones, dicha guía de perforación
da como resultado una posición menos ventajosa del ligamento cruzado anterior.
La falta de diferencias entre las lesiones de ligamento cruzado anterior tratadas
quirúrgicamente y las tratadas de manera no quirúrgica pudo deberse a la in-
correcta colocación del injerto del ligamento cruzado anterior en los casos trata-
dos mediante cirugía. En un seguimiento a largo plazo de pacientes con lesiones
en el ligamento cruzado anterior cuyos ligamentos fueron reparados con una téc-
nica isométrica en el hospital de Karolinska, se descubrió que entre 5 y 10 años
después de la reconstrucción del ligamento cruzado anterior aproximadamente el
70% de los jugadores seguían en activo y no habían disminuido su nivel de acti-
vidad.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 522
Tabla 34-6.
Hombres 1-4% 5% 6% 7% 8% 9%
Ojo 3 1 1
Cabeza y rostro 6 7 3
Hombro 1 11 1
Cuello y espalda 4 4
Brazo y codo 2 8 1 1
Muñeca 4 12 3 2
Mano 14 6 3 2
Dedo 1 4 1
1
Cadera, abdomen 45 4
Rodilla 14 435 1 22 67
Pierna 35 4
Muslo 2
Tobillo 9 37 5 4
Pie y talón 7 9 2
Lesiones múltiples 1 6
Pérdidas 4
Total 111 585 1 38 84 1
Documento4 16/2/05 18:03 Página 523
3 1 6
3 1 17
2 20
1 2 8
2 1 17
1 20
2 1 18
19
1 6
149 6 20 746
3 1 1 1 59
2
7 1 3 66
18
1 1 9
4
174 8 28 2 2 1 1.035
Documento4 16/2/05 18:03 Página 524
Tabla 34-7.
Lesión de menisco 5 19 3 3 2 1 33
Ligamento colateral 4 13 30 4 21
Ligamento cruzado
anterior (LCA)
Ligamento cruzado 21 195 1 6 2 55 3 6 317
posterior (LCP) 13 1 6 22
Línea de la articula- 5 1 1 7
ción
Cápsula de la rodilla 3 6 4 13
Menisco y LCA 6 96 8 17 1 37 2 167
Pérdidas 1 1
Tabla 34-8.
Ojo 1 1 2
Cabeza y rostro 1 1
Cuello, espalda 1 1
Mano 5 1 6
Dedo 2 1 3
Cadera, abdomen 2 3 5
Rodilla 16 143 2 8 18 45 1 4 1 238
Pierna 4 4 2 8 18 45 1 4 1 8
Muslo 1 1
Tobillo 2 4 1 7
Pie y talón 3 1 4
Pérdida 1 1
Tabla 34-9.
Cápsula de la rodilla 1 3 1 1 6
Menisco y LCA 2 26 1 8 10 1 48
Pérdidas 1 1 1 3
Tabla 34-10.
LECTURAS RECOMENDADAS
Feller JA, Glisson RR, Seaber AV, y cols. Graft isometry in a unitunnel anterior
cruciate ligament reconstruction: analyisis of influential factors using a radio-
graphic model. Knee Surg Sports Traumatol Arthroscopy 1993;1:136-142.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 527
V
PREVENCIÓN Y
REHABILITACIÓN
DE LAS LESIONES
Documento4 16/2/05 18:03 Página 530
Documento4 16/2/05 18:03 Página 531
35 CALENTAMIENTO
Y ESTIRAMIENTO
INTRODUCCIÓN
Los estiramientos y el calentamiento están recomendados por la mayoría de
los atletas y las personas relacionadas con la medicina deportiva como medio
para aumentar la flexibilidad, mejorar el nivel competitivo y prevenir las lesio-
nes. Aunque se trata de una creencia ampliamente difundida, la base científica del
estiramiento no se conoce con exactitud. En este caso, el estado de la investiga-
ción es distinto al del entrenamiento anaeróbico, de fuerza y de resistencia, para
los que se dispone de una literatura médica sobre fisiología altamente desarrolla-
da que permite cuantificar las ventajas y conocer las técnicas apropiadas para
desarrollar las distintas zonas. Por lo que respecta al calentamiento y la flexibili-
dad, los principios básicos permanecen en un estadio primitivo de desarrollo, eso
por no hablar de las aplicaciones clínicas, que todavía están más atrasadas.
Podemos definir la flexibilidad como la gama total de movilidad de una arti-
culación o de un segmento corporal compuesto de varias articulaciones conti-
guas. Esta movilidad se verá limitada por la movilidad inherente que una articu-
lación es capaz de desarrollar, así como por las limitaciones que los músculos
que cruzan la articulación imponen a dicha movilidad. Por ejemplo, la rodilla
puede ser extendida totalmente cuando la cadera se encuentra en posición neu-
tra. El ángulo de extensión total está limitado por las estructuras intrínsecas de la
rodilla. No obstante, cuando la cadera está flexionada al máximo, la extensión de
la rodilla se ve sensiblemente reducida en la mayoría de los casos. En tales con-
diciones, las limitaciones se manifiestan en forma de rigidez en los músculos
posteriores de la cadera y isquiotibiales, cuya extensibilidad inherente no permi-
tirá la extensión de la rodilla. En general, la flexibilidad y el calentamiento se lle-
van a cabo con el fin de mejorar o incrementar, más que la gama de movilidad
permitida por las articulaciones en sí mismas, la gama de movilidad permitida
por los músculos. En este capítulo procederemos a examinar las contribuciones
musculares a la flexibilidad y el calentamiento.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 532
CALENTAMIENTO Y ESTIRAMIENTO
533
% incremento de longitud
EDL
N = 12
Ciclo
Figura 35-1. Aumento de la longitud muscular con estiramiento repetido e idéntica tensión. La
mayor parte del incremento de longitud se produce durante los primeros cuatro estiramientos.
Fuerza tensora (Newtons)
10 cm/s
1 cm/s
0,1 cm/s
0.01 cm/s
CALENTAMIENTO Y ESTIRAMIENTO
535
ENTRENAMIENTO DE FLEXIBILIDAD
Técnicas de estiramiento
Balísticas
Las técnicas balísticas de estiramiento se componen de enérgicos movimien-
tos y rápidos estiramientos musculares. Esta técnica no está muy extendida debi-
do al potencial riesgo de lesión que implica para el músculo.
Estáticas
El estiramiento estático implica un lento y constante estiramiento del múscu-
lo. Los estiramientos sostenidos de 5 a 30 segundos permiten que se produzcan
las aludidas modificaciones viscoelásticas en los grupos musculares estirados.
La realización de algunos estiramientos lentos parece ser beneficiosa, si bien
la mayoría del alargamiento tiene lugar con los primeros estiramientos.
LA FLEXIBILIDAD Y EL FÚTBOL
También se han llevado a cabo investigaciones centradas en el fútbol.
Ekstrand y cols. han mostrado que los jugadores de fútbol son menos flexibles
que las personas normales en la abducción del muslo, la extensión, la flexión de
rodilla y la flexión dorsal del tobillo. Los jugadores de fútbol son más flexibles
únicamente en la flexión del muslo. Dos terceras partes de los jugadores tienen
uno o más grupos musculares menos flexibles.
También se ha demostrado que un programa supervisado de prevención de
lesiones que incluya entrenamiento de flexibilidad consigue reducir el número
de lesiones. Tras un duro ejercicio, se produce una disminución de la flexibilidad
muscular durante algunos días. Hay evidencias de que, en estos casos, el segui-
miento de un programa de estiramientos postejercicio conseguía eliminar esta
pérdida de flexibilidad.
En resumen, parece que los ejercicios de estiramiento y flexibilidad pueden
producir modificaciones en el músculo que incrementan la inmediata flexibili-
dad. Los períodos prolongados de estiramiento o las rutinas de estiramiento regu-
lares pueden aumentar la flexibilidad muscular. Hay buenas razones teóricas para
creer que la flexibilidad puede disminuir el potencial de lesión muscular.
Además, un programa regular de flexibilidad parece ser beneficioso para reducir
de lesiones en el fútbol y en los deportes en general.
LECTURAS RECOMENDADAS
CALENTAMIENTO Y ESTIRAMIENTO
537
36 VENDAJES,
TOBILLERAS
Y EQUIPAMIENTO
PROTECTOR
Ray Jaffet
Richard Lopez
TOBILLO
Como cualquier deporte de contacto, el fútbol tiene un riesgo inherente de
lesión. La incidencia de las lesiones de fútbol durante una temporada fluctúa entre
el 70% y el 90%. La mayoría de estas lesiones (64%-88%) afectan a los miembros
inferiores, siendo el tobillo la parte que sufre lesiones con mayor
frecuencia. A consecuencia de este fenómeno, los preparadores físicos y los profe-
sionales de la medicina deportiva han intentado reducir la incidencia de las lesio-
nes, tanto las iniciales como las recurrentes. A lo largo de los años, se ha
empleado una amplia gama de estrategias de prevención. En un esfuerzo por mejo-
rar la estabilidad dinámica del tobillo, se han realizado ejercicios de fortalecimien-
to muscular, de estiramiento de la cuerda del talón y de calentamiento; también se
han utilizado vendajes, y se ha diseñado un calzado especial. A pesar de estos
esfuerzos, la incidencia de los esguinces de tobillo ha seguido siendo muy eleva-
da. Recientemente, se han adaptado nuevas medidas profilácticas. Estas medidas
incluyen el desarrollo de tobilleras con cordones y tobilleras semirrígidas.
Vendajes
entre un 50% y un 60% de la sujeción original. Por otra parte, hay estudios que
sugieren una significativa capacidad de retención del soporte. Las razones que
explican las diferencias entre los resultados aluden a las variaciones en los pro-
cedimientos de vendaje, al tipo de ejercicio realizado y a las condiciones en las
que tuvo lugar el ejercicio.
Las variaciones en los procedimientos de vendaje incluyen el tipo de venda,
la orientación de las tiras de la venda en relación con el eje del movimiento del
tobillo, el grado de tensión aplicado a las tiras, la experiencia del preparador en
la colocación de vendajes, la utilización o ausencia de un vendaje previo, el uso
de benzocaína y el grado de adherencia de la piel. Las variaciones en la intensi-
dad del ejercicio y el tipo de movimiento empleado también podrían afectar la
laxitud del vendaje. Finalmente, y dado que la transpiración reduce la adheren-
cia del vendaje a la piel, los factores ambientales, como el calor y la humedad,
también pueden afectar la retención del soporte.
Aunque el vendaje pierde algo de sujeción con el tiempo, existen pruebas epi-
demiológicas que muestran que su aplicación es beneficiosa para reducir la inci-
dencia de los esguinces de tobillo. Las conclusiones de un estudio fueron que, si
bien el vendaje del tobillo puede perder algo de sujeción, sigue siendo efectivo
como limitador de los extremos de movilidad asociados con las esguinces de
tobillo por inversión. Otra explicación de la efectividad del vendaje es que puede
alterar la función propioceptiva de la articulación del tobillo por medio de la esti-
mulación del músculo peroneo corto.
Un aspecto a criticar del vendaje del tobillo es su coste y la laboriosidad que
implica. La tabla 36-1 muestra el ahorro que sería posible realizar si un equipo
de baloncesto de 12 personas fuera equipado con tobilleras en lugar de con ven-
dajes. De dicha tabla se desprende que el coste de aplicar vendajes a un jugador
de baloncesto durante un temporada de 25 semanas de duración se elevaría a
435$, mientras que el coste de las tobilleras (contando dos pares por temporada)
sería aproximadamente de 160$.
Tobilleras
Las abrazaderas del tobillo o tobilleras son una alternativa a los vendajes. La
creciente popularidad de las tobilleras se debe en parte a su superioridad sobre
los vendajes en la reducción de las lesiones de tobillo. Al contrario de los venda-
jes, las tobilleras semirrígidas limitan la inversión del tobillo antes y después del
ejercicio. Asimismo, en el curso de una temporada las tobilleras resultan consi-
derablemente menos costosas, y pueden colocarse sin ayuda de un preparador.
Este hecho aumenta la cantidad de tiempo de juego disponible, lo que constitu-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 541
Tabla 36-1.
Vendajes Tobilleras
Tabla 36-2
efectividad y los efectos beneficiosos de las tobilleras suelen cambiar desde una
consideración negativa hasta una consideración positiva. Este cambio de actitud
es importante a causa de sus implicaciones respecto a la conformidad. Los resul-
tados también sugieren que cuanto más utiliza la tobillera un atleta, mayores son
las probabilidades de que reconozca su utilidad. En cualquier caso, la comodidad
y la conformidad son dos factores a tener en cuenta.
RODILLA
Rodilleras
En los deportes, la rodilla es el segundo miembro más lesionado. Los daños
en los ligamentos de la rodilla constituyen la lesión grave que con mayor fre-
cuencia afecta a los jugadores de fútbol. A menudo, las lesiones en los ligamen-
tos de la rodilla desembocan en discapacidad prolongada o total incapacidad para
la vuelta a la competición. En un intento de prevenir las lesiones iniciales y re-
currentes de rodilla, se han desarrollado diversos mecanismos ortóticos (es decir,
rodilleras). La efectividad de estas rodilleras reviste interés no sólo a causa de sus
beneficios potenciales, sino también a causa de aspectos relacionados con la res-
ponsabilidad legal en caso de que no sean utilizadas.
En 1984, el Comité de Medicina Deportiva de la Academia Americana de
Cirujanos Ortopédicos celebró un simposio sobre la utilización de las rodilleras
con el fin de examinar el estado de la cuestión y recomendar ciertas directrices
para las investigaciones futuras. Un importante resultado del simposio fue la cla-
sificación de las rodilleras con distribución comercial en tres categorías: profi-
lácticas, rehabilitadoras y funcionales.
Rodilleras profilácticas
Ante todo, estas rodilleras están construidas para impedir las lesiones de los
ligamentos colaterales internos producidas a raíz de fuerzas de impacto aplicadas
lateralmente cerca de la línea de la articulación. Aunque el diseño de cada rodi-
llera se distingue por aspectos específicos, todas están elaboradas para propor-
cionar estabilidad a la rodilla y, al mismo tiempo, para permitir el movimiento
funcional. Se cree que previenen el exceso de movimiento lateral y limitan la
Tabla 36-3.
Tipos de rodilleras
Rodilleras rehabilitadoras
Se trata de rodilleras de mayor longitud provistas de mecanismos que propor-
cionan un control selectivo de la movilidad. Su utilización está muy extendida en
Documento4 16/2/05 18:03 Página 547
Rodilleras funcionales
En principio, estas rodilleras estaban diseñadas para proporcionar estabilidad
en casos de ligamentos reparados y no reconstruidos. Hay pocas dudas sobre la
conveniencia de su aplicación en estas situaciones. Con el avance de las técnicas
quirúrgicas, la utilización de rodilleras funcionales se ha incrementado. En la
actualidad, estas rodilleras se emplean en los casos de déficit ligamentario y en
las rodillas reconstruidas. Las rodilleras funcionales se han empleado a menudo
como mecanismos profilácticos para brindar protección a los ligamentos recons-
truidos, reparados o a injertos o ligamentos curativos.
El uso de rodilleras funcionales es relativamente reciente. La rodillera de des-
rotación Lennox Hill, que surgió a finales de 1960, fue la primera rodillera con
distribución comercial. Tras la aparición de dicha rodillera, a principios de los
años setenta, se inició la comercialización de otras rodilleras. La aparición en el
mercado de diversos tipos de rodilleras impulsó a la Academia Americana de
Cirujanos Ortopédicos a solicitar la realización de investigaciones que evaluaran
su eficacia.
La efectividad de una rodillera funcional como mecanismo de rehabilitación
ha sido escasamente discutida. Al respecto, la Academia Americana de Cirujanos
Ortopédicos ha recomendado su uso. Actualmente, estas rodilleras se utilizan en
un estadio temprano del tratamiento de rehabilitación como mecanismo de con-
trol de la movilidad.
La controversia surge cuando la rodillera funcional es empleada como meca-
nismo profiláctico para ayudar a los atletas lesionados a volver a la competición.
En un intento de reducir la probabilidad de volver a sufrir una lesión, muchos
atletas han utilizado rodilleras funcionales de rodilla mientras la laxitud residual
de la rodilla todavía persistía. Los entrenadores, los administradores y los prepa-
radores físicos están sometidos a una cierta presión para utilizar estas rodilleras
con el objetivo de reducir el riesgo de una nueva lesión y para que sea posible
que el atleta pueda volver a la competición antes de lo previsto.
Otro estudio examinó los efectos de una carrera provista de rodillera a cuatro
velocidades distintas. Las rodilleras provocaron un incremento de entre el 3% y
el 8% en el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca y la ventilación en rela-
ción con la carrera realizada sin rodilleras. Aunque las rodilleras pueden dismi-
nuir el rendimiento e incrementar las demandas metabólicas, la mayoría de suje-
tos se adaptan o compensan la pérdida, ya que continúan utilizando las rodilleras
después de la rehabilitación.
En el fútbol hay períodos de actividad sostenida, períodos que requieren súbi-
tos arranques de velocidad y períodos con escasa o ninguna actividad. Al respec-
to, las rodilleras funcionales parecen ejercer un reducido efecto sobre la fuerza y
sobre el rendimiento motor, aunque pueden disminuir la velocidad de la carrera
hacia delante. Cuando el paciente consigue acostumbrarse a ellas, parece ser que
las rodilleras no disminuyen ni la agilidad ni la velocidad en la carrera hacia
atrás.
Otro campo de investigación relacionado con el empleo de rodilleras son sus
efectos sobre la propiocepción. La propiocepción es un mecanismo de retroali-
mentación neurosensorial, no un sistema de control neuromuscular. Las lesiones
del ligamento capsular llevan asociadas una significativa deficiencia propiocep-
tiva. En principio, la investigación relacionada con los efectos de las rodilleras
funcionales sobre la propiocepción arroja resultados contradictorios. Como los
receptores del ligamento desarrollan una acción refleja muy escasa –lo que indi-
ca que se trata ante todo de receptores sensoriales, débiles en cuanto controlado-
res del movimiento–, todo indica que la diferencia entre las pautas de activación
muscular entre los pacientes desprovistos de rodilleras y los pacientes equipados
con ellas debería ser pequeña. En consecuencia, las rodilleras no tienen un signi-
ficativo efecto propioceptivo sobre la rodilla. No obstante, la aplicación de rodi-
lleras funcionales puede incrementar tanto la capacidad de equilibrio dinámico
como la capacidad de equilibrio estático en la rodilla afectada de deficiencia en
el ligamento cruzado anterior. Un mecanismo aplicado de manera correcta, como
una rodillera, puede incrementar la disponibilidad cinestésica por medio de la
estimulación cutánea sobre los canales sensoriales normales interrumpidos. La
aplicación de una rodillera funcional sirve para proteger de la sobrecarga al liga-
mento lesionado, reparado o reconstruido durante el lapso del período de recupe-
ración en el que la capacidad propioceptiva está sometida a un cierto riesgo.
Además de los datos objetivos concernientes a la aplicación de rodilleras fun-
cionales, la valoración de la efectividad de la rodillera debe realizarse teniendo
en cuenta las respuestas subjetivas del paciente. No obstante, estas respuestas
deben compararse con los datos objetivos. Aproximadamente el 90% de los
pacientes informan de un significativo incremento funcional como consecuencia
Documento4 16/2/05 18:03 Página 550
LECTURAS RECOMENDADAS
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37 CRITERIOS DE
REHABILITACIÓN
Y DE RETORNO
A LA PRÁCTICA
DEPORTIVA
Bruce J. Snell
Parámetros clínicos
Estabilidad funcional
Progresión funcional
Este concepto está diseñado para incrementar no sólo los parámetros clínicos
y la estabilidad funcional sino también, en primera instancia, la coordinación
neuromuscular y la agilidad. Una progresión funcional se define como una
secuencia planificada de actividades de dificultad progresivamente mayor adap-
tadas a las demandas del deporte en cuestión. La disciplina deportiva se divide
en partes, y el atleta empieza realizando las actividades más sencillas hasta lle-
gar a las más difíciles. De ese modo, el atleta empieza a adaptarse a las deman-
das específicas que se producen durante un partido. Los tres beneficios de la pro-
gresión funcional son el psicológico, la determinación del estadio de rehabilita-
ción y la decisión objetiva sobre la participación.
Desde un punto de vista psicológico, los atletas reaccionan ante las lesiones
de distintas maneras. Algunos pueden experimentar el síndrome del animal heri-
do, que lleva al atleta a apartarse de sus compañeros de equipo y de sus entrena-
Tabla 37-1.
Deporte
Cada deporte tiene sus propias demandas. En el fútbol, las demandas físicas
pueden variar respecto a la posición del jugador. Por ejemplo, los centrocampis-
tas y los delanteros tienen demandas físicas diferentes. Consulte el capítulo 1
para un explicación más detallada de las demandas del juego.
Contacto físico
Nivel de habilidad
Consideraciones adicionales
ción del médico también puede ser un factor importante. La experiencia adquiri-
da a través de los éxitos y los fracasos puede ser un herramienta de gran utilidad.
A medida que el jugador vaya cumpliendo los estadios de la progresión, la
evaluación debe ser continua. El médico deberá comprobar el porte, el control y
la confianza del jugador. ¿Son simétricos los movimientos (porte)? ¿Puede el
atleta empezar y terminar el movimiento sin brusquedad y realizar giros sin verse
sometido a una sobrecarga (control)? ¿Da la impresión se sentirse cómodo e ilu-
sionado (confianza)?
Durante el proceso de rehabilitación funcional, la progresión debería detener-
se antes de producirse el fallo, incluso en el caso de que el médico y el atleta
crean que no es necesario. Este hecho hace que el atleta se sienta cómodo con el
proceso y sienta deseos de reemprenderlo al día siguiente. El método de la pro-
gresión debería detenerse en algún punto entre el deseo de volver al proceso y el
punto de fallo del atleta (empeoramiento del porte o pérdida del control o con-
fianza).
Secuencia paseo-trote
Durante la práctica de esta progresión funcional, las distancias deberán ser
estrictamente controladas. En principio, se empieza andando 200 m y realizando
un trote ligero de otros 200 m hasta un total de 1.600 m. A continuación, se
aumenta la distancia de trote y se disminuye progresivamente la distancia andan-
do hasta que la totalidad de la distancia se recorre mediante el trote.
Secuencia de giros
Esta progresión empieza con giros de 45º y aumenta hasta 90º mientras la velo-
cidad se incrementa hasta 3/4 de la velocidad máxima. Los giros deben realizarse
dando un paso hacia un lado (esto es, apoyándose en el pie derecho para girar a la
izquierda) y cruzándose (es decir, apoyándose en el pie izquierdo para girar a
la izquierda). Los giros deberían empezar en un estadio predeterminado e ir
aumentando según las demandas progresivas estipuladas por el preparador físico.
Carreras cariocas
Consiste en un carrera de un lado a otro con giros alternativos de cintura (fig.
37-1).
Secuencia de chuts
En estas secuencias (tablas 37-2 a 37-4), un balón en movimiento suele ser
más fácil de chutar cuando está dirigido directamente al jugador. El balón ya
lleva energía y el jugador sólo tiene que cambiar su dirección.
Figura 37-3. Chutando a balón parado. Figura 37-4. Defensa de sombra. Defensa
pasiva sobre un atacante que se desplaza
de un lado a otro.
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Figura 37-5. Entradas. Empezar con el Figura 37-6. Control del balón con distintas
balón contra un muro y progresar hasta lle- partes del cuerpo.
gar a un oponente.
Figura 37-7. Protección del balón frente a un oponente cada vez más combativo.
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Tabla 37-2.
Secuencia de chuts
Tabla 37-3.
CONCLUSIÓN
La rehabilitación es un continuo (es decir, una progresión funcional) que
culmina en la decisión de volver a jugar. Las actividades atléticas deberían ser
divididas y ordenadas según las distintas habilidades requeridas. Asimismo,
debería mantenerse un equilibrio entre el tratamiento clínico y la rehabilitación
funcional.
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Tabla 37-4.
LECTURAS RECOMENDADAS
VI
LOS JÓVENES
Y EL FÚTBOL
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38 EPIDEMIOLOGÍA
DE LAS LESIONES
DE LOS JÓVENES
John Lohnes
ser considerado como lesión. La incidencia de las lesiones reflejada en estos cua-
tro estudios era superior a la observada en otros informes. Esto puede deberse a
la disponibilidad de tratamiento médico sobre el terreno, hecho que aumentaba
las probabilidades de que los participantes solicitasen asistencia médica en caso
de lesión. Cuatro estudios examinaron las lesiones en el fútbol por medio de los
informes de las consultas de urgencias, las visitas clínicas o las compañías de
seguros. Aunque las cantidades de población eran bastante elevadas, las dispari-
dad entre los distintos estudios fue considerable, de manera que la determinación
de la incidencia de las lesiones se reveló imposible. La mayoría de los estudios
restantes examinaron las lesiones sufridas por uno o varios equipos durante una
temporada.
Tabla 38-1.
Europa
1978 Nilsson & adolescente H/M 25.000 1.534 23 H
Roaas 44 M
(Noruega)
1980 Sandelin 10-58 H ? 1.989 ?
y cols. M ? 83
(Finlandia)
1983 Ekstrand 17-38 H 180 256 ?
y Gillquist
(Suecia)
1985 Schmidt- 9-19 H/M 6.600 343 19
Olsen y cols.
Tabla 38-1.
Estados
Unidos
1980 Sullivan y 7-18 H/M 1.272 34 0,51 H1,1 M
cols. 10.634 436 ?
1981 Pritchett 14-18 H/M no 111
disponible ?
1986 DeHaven todas las H/M 455 al aire 46
& Lintner edades libre
1986 Hoff & 8-18 H/M 587 fútbol 74 ?
Martin sala
1988 Backous 6-17 H 681 109 7,3
y cols. M 458 107 10,6
1993 Kibler 12-19 H/M 74.900 179 2,4
horas de
juego
Documento4 16/2/05 18:03 Página 568
TIPOS DE LESIONES
En todos los grupos, la mayoría de las lesiones cuyo resultado era la pérdida
de tiempo de juego y de entrenamiento pertenecían al grupo formado por las con-
tusiones, las distensiones musculares y los desgarros de ligamento. En los niños,
las contusiones y las abrasiones son las lesiones más frecuentes, de las cuales un
75% no tienen consecuencias (es decir, no causan la pérdida de tiempo de juego).
Gran parte de estas lesiones afectan las extremidades inferiores. Las fracturas
constituyen aproximadamente el 10% de todas las lesiones, y lo más común es
que afecten las extremidades inferiores como consecuencia de una caída. En apa-
riencia, las fracturas no son más frecuentes en los jugadores jóvenes, a pesar de
la escasa fuerza de las placas epifisarias en fase de crecimiento. Menos de una
cuarta parte de las lesiones que afectan las placas ya formadas se producen en los
deportes de equipo. El fútbol es el tercer deporte en términos de frecuencia de
lesiones, detrás del fútbol americano y del baloncesto. Las lesiones graves, como
los traumatismos en la cabeza y en la médula espinal, constituyen menos del
0,1% de la totalidad de las lesiones.
Cabeza y cuello
Tabla 38-2.
Extremidades superiores
sufrir lesiones en esta zona. Las caídas frecuentes, los contactos antirreglamen-
tarios con el balón, la falta de experiencia técnica y la mayor fragilidad de las epí-
fisis de las extremidades superiores pueden explicar el mayor índice de inciden-
cia de las lesiones en las extremidades superiores en los jugadores jóvenes.
Extremidades inferiores
Las lesiones en las extremidades inferiores son las más frecuentes, y consti-
tuyen entre el 51% y el 81% del total de lesiones en los estudios publicados para
todas las edades. Asimismo, se ha descubierto que las contusiones son las lesio-
nes más comunes entre los futbolistas jóvenes, aproximadamente un 30-40% del
total.
La mayoría de estas lesiones afectan la zona anterior del muslo, la pantorri-
lla, la espinilla o el pie. Estas lesiones no suelen ser graves, y no causan pérdida
de tiempo de juego. La utilización de espinilleras, obligatorias en la mayoría
de las competiciones ligueras, ha hecho que disminuya la gravedad de las con-
tusiones en las extremidades inferiores. Los desgarros de ligamentos y las disten-
siones musculares alrededor de la rodilla, el tobillo y el pie son las segundas
lesiones más comunes entre los jóvenes futbolistas. Los esguinces de tobillo
son las lesiones más frecuentes, y provocan la pérdida de tiempo de juego en
todas las edades y en todos los niveles competitivos. En el estudio de la
Asociación Atlética Nacional Colegiada, el esguince de tobillo fue la lesión más
repetida en cada una de las seis temporadas observadas.
En el fútbol, los pies están expuestos a sufrir traumatismos debido a las
sobrecargas implicadas en el regate y el chut, y también a causa de la escasa
protección que proporcionan las botas. Las fracturas metatarsianas, el dedo de
futbolista, la sesamoiditis, los hematomas subungulares, la fascitis plantar, la
tendinitis tibial posterior y los desgarros en la zona media del pie se producen
con frecuencia.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 572
Las radiografías de los pies de los integrantes del Equipo Nacional de Estados
Unidos (tanto del equipo que disputó la Copa del Mundo como del equipo olím-
pico) permitieron observar los efectos crónicos de la práctica del fútbol en el pie
y el tobillo.
Se detectaron anomalías en un 97% de las radiografías de estos jóvenes juga-
dores (con una edad media de 22 años). Estas anomalías incluían osteófitos del
tobillo, de la zona media del pie y de las articulaciones de los dedos del pie, así
como una incidencia mayor de la normal de huesecillos accesorios, hueso trian-
gular y sesamoideos divididos. La mayoría de estas anomalías óseas no mostra-
ban síntomas clínicos. Se desconoce si estas anomalías adquieren relevancia clí-
nica a medida que la edad aumenta. La mayor incidencia de las lesiones sobre los
huesos accesorios y bipartitos puede ser el resultado de las sobrecargas crónicas
sobre el pie durante la niñez y la adolescencia a medida que los centros de creci-
miento se osifican.
Superficie de juego
LECTURAS RECOMENDADAS
Backhous DD, Friedl KE, Smith NJ, y cols. Soccer injuries and their relation to
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Documento4 16/2/05 18:03 Página 574
Documento4 16/2/05 18:03 Página 575
39 LAS LESIONES EN
EL FÚTBOL Y LOS
ADOLESCENTES
Peter Krumins
Bruce Reider
INTRODUCCIÓN
Los profesionales de la medicina encargados de tratar a los jugadores de fút-
bol adolescentes deben saber en qué se diferencia este grupo de edad de los niños
y los mayores en lo relativo al desarrollo físico y los patrones de lesiones poten-
ciales. Los factores que concurren en este especial período de susceptibilidad son
diversos. En primer lugar, los adolescentes se ven afectados por ciertas vulnera-
bilidades relacionadas con su estadio de crecimiento. Sus cartílagos epifisarios y
apofisarios todavía están abiertos, expuestos a sufrir una rotura traumática. Sus
ligamentos y tendones están, probablemente, en su punto máximo de fuerza ten-
sora, una fuerza que puede ser superior a la del hueso al que están ligados y que
puede desembocar en fracturas avulsivas. Debido a ello hay otros factores
que sitúan su esqueleto en situación de riesgo. Estos factores predisponen a los
adolescentes a dolencias como la espondilólisis ístmica y la osteocondritis dise-
cante, que alcanzan su máxima incidencia en este grupo de edad por razones que
todavía deben ser explicadas.
El segundo factor importante en la epidemiología de las lesiones de los ado-
lescentes son las anomalías menores congénitas o desarrolladas. Estas anomalías
pueden adoptar la forma de un navicular accesorio, un menisco discoide o ano-
malías del mecanismo extensor que predisponen a la inestabilidad rotuliana.
El tercer factor que influye sobre los patrones de lesión adolescentes es el
importante incremento de las fuerzas a las que se somete el esqueleto inmaduro.
Este incremento se debe a la hipertrofia muscular causada por la abundancia de
hormonas adolescentes y a presiones culturales que prescriben la realización de
unas sesiones de entrenamiento más prolongadas y más intensas. En pocas pala-
bras, el esqueleto del niño entra a formar parte del mundo de los adultos.
En este capítulo se describen algunos de los diversos tipos de lesiones que
afectan al atleta adolescente cuando se enfrenta a las demandas del fútbol.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 576
Fracturas de tobillo
Las fracturas que afectan los cartílagos epifisarios del tobillo son frecuentes
durante la niñez y la adolescencia. A medida que el crecimiento somático llega a
su fin, la clausura secuencial de secciones del cartílago epifisario tibial distal
puede desembocar en pautas de lesión peculiares. Entre los 12 y los 15 años, el
cartílago epifisario tibial distal empieza a cerrarse. Este proceso tiene lugar apro-
ximadamente 18 meses antes de la finalización del crecimiento tibial. El cartíla-
Figura 39-1. En esta radiografía lateral puede verse cómo se proyecta anteriormente un frag-
mento Tilloux desplazado en una chica de 14 años de edad.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 577
Lateral
medial
tica una reducción abierta con fijación interna. El fragmento es reducido median-
te una incisión anterolateral y fijado con un tornillo rezagado. Cuando el cartíla-
go epifisario está casi cerrado, el tornillo puede cruzarlo. En caso contrario,
debería ser colocado en paralelo a la epífisis.
La fractura en tres planos del tobillo también se produce entre los 12 y los
15 años (fig. 39-2). Esta fractura afecta tres planos a través de la epífisis, el car-
tílago epifisario y la metáfisis. Combina aspectos de una fractura de Salter III
–ya que cruza la epífisis– y de una fractura de Salter II, que afecta a la metáfisis
distal tibial.
El aspecto radiológico de esta inusual fractura puede llevar a confusión. En las
radiografías anteroposteriores, la fractura parece ser una fractura de Salter tipo III.
En las vistas laterales, es posible distinguir el fragmento metafisario, de manera
que la fractura pasa a ser una fractura de Salter tipo IV. Según las descripciones,
el resultado de la fractura en tres planos son dos o tres fragmentos mayores.
Como la línea de fractura cruza la meseta tibial, la reducción anatómica es
esencial. Las fracturas no desplazadas pueden ser tratadas con métodos cerrados.
En ocasiones, las fracturas desplazadas pueden ser reducidas, aun estando cerra-
das, con rotación interna y reducción confirmada por tomografía computerizada.
Las mayoría de las fracturas desplazadas precisan reducción abierta y fijación
interna para lograr y mantener una reducción satisfactoria. La fijación interna se
realiza con pernos y/o tornillos, tomando precauciones para no cruzar el cartíla-
go epifisario abierto.
Lesiones de rodilla
FRACTURAS APOFISARIAS
Las apófisis son placas accesorias de crecimiento que van desde los orígenes
inserciones de los tendones mayores hacia el interior del hueso. Al igual que los
cartílagos epifisarios, se trata de zonas relativamente débiles en el esqueleto del
adolescente y, en consecuencia, lugares donde suelen producirse fallos estructu-
rales. Ésta es realmente una situación en la que el esqueleto del niño entra en con-
tacto con el mundo adulto a medida que los hipertrofiados músculos del adoles-
cente, en particular del varón adolescente, fragmentan la apófisis a través de la
placa apofisaria.
En los jugadores de fútbol, la mayoría de las avulsiones apofisarias se produ-
ce cerca de la pelvis y el fémur proximal, en los puntos de unión con los múscu-
los del muslo. Estas lesiones son más frecuentes en los hombres, en especial a
medida que se aproximan apofisario –entre los 14 y los 16 años (fig. 39-5)–.
Lugares comunes de avulsión son la espina ilíaca anterosuperior (en el origen del
sartorio), la espina ilíaca anteroinferior (en el origen recto femoral), la apófisis
isquiática (en el origen de los isquitibiales), la cresta ilíaca (en el origen del
abductor y en la inserción abdominal) y en el trócanter menor (en inserción del
psoasilíaco).
La mayoría de estas lesiones están moderadamente desplazadas y pueden ser
tratadas de manera conservadora. Como los músculos implicados suelen
ser grandes y desempeñar un papel importante en la locomoción, es posible que
se necesiten muletas durante 1-2 semanas después de la lesión. La curación ósea
requiere aproximadamente 8 semanas, un tiempo durante el cual el atleta puede
incrementar gradualmente sus actividades de rehabilitación al ritmo que le dicte
la resolución de los síntomas. La plena recuperación de la fuerza y la coordina-
ción muscular puede llevar algunos meses.
Estas lesiones raramente precisan reducción y fijación interna. Los candida-
tos potenciales son los fragmentos grandes y desplazados, en particular los que
provienen del isquion, ya que podrían causar incomodidad en el momento de
sentarse.
Como suelen producirse en situaciones de no contacto en las que es difícil
anticipar la posible existencia de una lesión, las fracturas avulsivas pueden ser
pasadas por alto. Debería sospecharse su existencia cuando el adolescente se ve
afectado por tirones musculares alrededor de la cadera y la pelvis. Para asegurar
el diagnóstico, deberían efectuarse radiografías. En estos casos, el diagnóstico
diferencial también debería contemplar la posibilidad de que haya tenido lugar
una luxación de la cabeza femoral de la epífisis, una lesión más grave que suele
producirse cerca de la cadera.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 580
Figura 39-3. Una fractura mal desplazada a través del cartílago epifisario femoral distal de un
varón de 13 años (A). A pesar de la reducción anatómica, tuvo lugar una detención fisaria pre-
matura (B).
Documento4 16/2/05 18:03 Página 581
La avulsión del cóndilo tibial es una seria fractura avulsiva que puede produ-
cirse en las rodillas de los futbolistas adolescentes (fig. 39-6). El cóndilo tibial es
peculiar en el sentido de que empieza como un centro separado de osificación
que a la postre se fusiona con la epífisis tibial proximal antes del cierre de la
placa epifisaria. En consecuencia, las fracturas avulsivas pueden afectar única-
mente el cóndilo tibial o extenderse a través de la epífisis. Ogden ha clasificado
las fracturas avulsivas como tipo 1 (fractura a través de la apófisis), tipo 2 (frac-
tura a través de la unión apofisaria-fisaria) y tipo 3 (avulsión de un gran fragmen-
to, incluyendo la totalidad de la apófisis y la epífisis anterior adyacente). Dado
que esta lesión constituye una avulsión de la inserción del complejo del cuádri-
ceps, las fracturas desplazadas deberían ser reducidas y rígidamente fijadas. Los
fragmentos no desplazados pueden tratarse con una escayola cilíndrica.
Figura 39-4. Tras un impacto directo causado por otro jugador, este varón de 16 años tenía
una rodilla hinchada sin indicios de anomalía radiológica (A y B). La resonancia magnética
mostró una fractura de Salter tipo III del fémur distal con rotura de la sustancia interna del liga-
mento cruzado anterior (C y D).
Documento4 16/2/05 18:03 Página 582
Apofisitis
Figura 39-5. Fracturas avulsivas del trócanter menor en un varón de 15 años (flecha).
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Figura 39-6. Avulsión Ogden tipo 3 del cóndilo tibial en un varón de 15 años.
ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER
La enfermedad de Osgood-Schlatter es una dolorosa afección que se produce
en la inserción del tendón rotuliano en la tuberosidad tibial. Aunque con frecuen-
cia es considerada como una apofisitis, Ogden ha demostrado que la dolencia no
se produce en la placa apofisaria. En lugar de eso, se produce en la unión entre
el tendón y la tuberosidad aproximadamente en el momento en que la tuberosi-
OSTEOCONDRITIS DISECANTE
La osteocondritis disecante (OD) es una patología que afecta la rodilla y que
se caracteriza por la separación o el colapso de un segmento de hueso subcarti-
laginoso y por la fragmentación secundaria del cartílago articular superpuesto.
Como la naturaleza o causa de esta dolencia no es bien conocida, tampoco está
claro el motivo por el que su incidencia llega al máximo en la adolescencia. De
hecho, tanto la disminución de la incidencia de la lesión como la disminución del
potencial curativo observados con el incremento de la edad, sugieren que los
casos que aparecen en la edad adulta pueden haberse originado en una edad más
temprana.
Aunque se suele considerar que un traumatismo es el factor etiológico de la
osteocondritis disecante, su elevada incidencia durante la adolescencia impulsa a
preguntarse por la participación de los factores de desarrollo, por ejemplo, un des-
conocido factor esquelético de riesgo. La proporción de 2 a 1 entre los hombres
y las mujeres puede estar relacionada con factores hormonales o con la mayor
exposición a los periódicos traumatismos de la práctica deportiva por parte de los
hombres. La ubicación típica de la osteocondritis disecante se sitúa en la cara late-
ral del cóndilo femoral interno. No obstante, las lesiones pueden producirse en el
cóndilo femoral lateral, en la meseta tibial o en la articulación femororrotuliana.
También pueden existir subclases de osteocondritis disecante. En algunos casos,
hay un fragmento óseo que ha sido seccionado del cóndilo circundante. En otros,
el hueso parece evaporarse, dejando una cavidad vacía en el cóndilo.
El atleta describe un vago dolor que puede estar acompañado de síntomas
mecánicos o derrame en el fragmento que ha empezado a separarse. Los resulta-
dos del examen físico suelen carecer de especificidad. Puede producirse flacci-
dez del cóndilo afectado, derrame o resultados positivos en la prueba de Wilson
(dolor asociado a la rotación interna de la rodilla en extensión).
Las radiografías son una ayuda imprescindible para el diagnóstico (fig.
39-9A). En las proyecciones anteroposteriores, la lesión puede estar localizada
en el lateral y el túnel, dependiendo de la exacta localización del cóndilo femo-
ral. Las lesiones posteriores se distinguen mejor en la proyección de túnel, mien-
tras que las lesiones anteriores se ven mejor en la proyección anteroposterior. La
resonancia magnética puede ayudar a determinar la extensión de la lesión, y tam-
bién puede documentar la presencia de líquido sinovial en el interior del frag-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 589
mento, lo que implica un cierto grado de fallo del cartílago articular en los bor-
des del fragmento.
En esta dolencia, el objetivo del tratamiento es lograr la unión ósea. Este
hecho no podrá producirse si en el momento de la aparición de la lesión se detec-
ta la presencia de una cavidad vacía. En los pacientes jóvenes, algunas lesiones
se curan de manera espontánea cuando son tratadas con reducción de la activi-
dad y sostenimiento restringido de peso. A medida que se acerca el momento del
cierre fisario, el potencial para desarrollar una curación espontánea parece decli-
nar.
Los fragmentos que no muestran signos de curación o que parecen estar en
peligro de separarse en el momento de realizar el diagnóstico deberían ser trata-
dos quirúrgicamente. Dependiendo del estado del cartílago articular superpuesto
y de la estabilidad del fragmento, este hecho puede requerir la práctica de perfo-
ración in situ, fijación interna y aplicación de injerto óseo.
ESPONDILÓLISIS
La espondilólisis es una afección bastante común que puede observarse con
frecuencia en el deportista adolescente. Aunque se cree que afecta a los atletas
que participan en deportes que requieren la hiperextensión de la columna lumbar,
como los gimnastas y los linemen del fútbol americano, hemos hallado casos
relacionados con el fútbol y con otros deportes menos traumáticos.
Espondilólisis es un término general para designar un heterogéneo grupo de
dolencias que pueden tener etiologías congénitas, relativas al desarrollo, degene-
rativas o traumáticas. Wiltse y cols. desarrollaron un completo sistema de clasi-
ficación para el amplio espectro de afecciones conocido como espondilólisis. El
tipo que solemos hallar en los atletas adolescentes es la espondilólisis ístmica,
que consiste en un defecto en las partes intraarticulares de una vértebra lumbar,
en la mayoría de los casos L5. Su incidencia llega al punto máximo en el grupo
de edad comprendido entre los 13 y los 16 años, en especial en los varones.
Algunas espondilólisis adolescentes están relacionadas con anomalías displási-
cas en la unión lumbosacra. El tipo de espondilólisis que suele afectar a los atle-
tas se produce en lo que parece ser una columna vertebral normal. La elevada
incidencia en un estrecho grupo de edad sugiere que existe un factor de riesgo
esquelético en la anatomía o la fisiología del adolescente. Quizá sea éste otro
caso en el que un esqueleto casi infantil se ve abrumado por fuerzas musculares
y fuerzas de impacto adultas.
La patología suele aparecer como una fractura por sobrecarga, con un insidio-
so ataque de dolor que puede llegar a inhabilitar al paciente. En la mayoría de los
Documento4 16/2/05 18:03 Página 591
una afección que puede convertirse en una molestia para los jugadores de fútbol
y para otros atletas dedicados al salto o la carrera.
Sella describió tres tipos de naviculares accesorios. El tipo I consiste en un
pequeño hueso accesorio de contorno circular bien definido. El tipo II es
un hueso triangular y está unido al navicular por medio de una sindocondrosis
fibrocartilaginosa. El tipo III está tipificado por un puente óseo parcialmente
fusionado entre el hueso accesorio y el cuerpo navicular.
El atleta joven suele localizar el dolor a lo largo del arco interno del pie en la
inserción con el tendón tibial posterior. Los síntomas pueden manifestarse tras un
episodio de traumatismo agudo o aumentar insidiosamente a causa del desgaste.
El examen revela hinchazón localizada y flaccidez sobre la cara interna del navi-
cular. Cuando la zona está hinchada e inflamada, incluso los zapatos pueden cau-
sar problemas. Con frecuencia, el navicular y su hueso accesorio se muestran
prominentes en la palpación. Cuando la aparición del dolor es altamente traumá-
tica, es fácil diagnosticar erróneamente la lesión como esguince en el pie o en el
tobillo si no se practica una cuidadosa palpación del pie. La evaluación radioló-
gica muestra la lesión del navicular accesorio, por lo común una lesión del tipo
II (fig. 39-12).
Figura. 39-12. Navicular accesorio Sella tipo II en una mujer de 16 años (flechas). A pesar de
un tratamiento conservador prolongado, este fragmento siguió causando un agudo dolor y
requirió excisión.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 595
CONCLUSIÓN
Los miembros de un equipo médico encargados de tratar a los jugadores de
fútbol adolescentes deben conocer las diferencias entre un esqueleto adolescen-
te y un esqueleto adulto. Aunque los cartílagos epifisarios abiertos contribuyen
al crecimiento esquelético, constituyen zonas vulnerables susceptibles a ciertas
pautas específicas de lesión. De manera similar, los jóvenes atletas pueden tener
ligamentos y tendones más fuertes que los huesos, hecho que puede dar lugar a
nuevas variaciones en los tipos de lesión. Durante este período de crecimiento y
actividad creciente, pueden manifestarse anomalías congénitas menores. Los
médicos encargados de evaluar y tratar a estos jóvenes atletas deben estar al
corriente de estos hechos, del modo en que pueden afectar la capacidad de juego
del atleta a corto plazo, y, todavía más importante, de su potencial para afectar a
largo plazo el rendimiento y el desarrollo físico del atleta.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 596
LECTURAS RECOMENDADAS
Cahill B. Treatment of juvenile osteochondritis dissecans and osteochondritis
dissecans of the knee. Clin Sports Med 1985;4:367-384.
Clancy WG, Foltz AS. Iliac apophysitis and stress fractures in adolescent run-
ners. Am J Sports Med 1976;4:214-218.
Gronkvist J, Hirsch G, Johansson L. Fracture of the anterior tibial spine in chil-
dren. J Pediatr Orthop 1984;4:465-468.
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Ogden JA, Southwick WO. Osgood-Schlatter' s disease and tibial tuberosity
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Ogden JA, Tross RB, Murphy MJ. Fractures of the tibial tuberosity in adoles-
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Wiltse LL, Newman PH, Macnab L. Classification of spondylolysis and spondy-
lolisthesis. Clin Orthop 1976;117:23.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 597
VII
LAS MUJERES
EN EL FÚTBOL
Documento4 16/2/05 18:03 Página 598
Documento4 16/2/05 18:03 Página 599
40 LA JUGADORA
DE FÚTBOL
Michelle Akers
A medida que los roles de la mujer han ido cambiando en todo el mundo,
tanto desde un punto de vista social como desde un punto de vista cultural, se ha
producido un aumento de popularidad y de participación en el fútbol por parte de
las mujeres. Hoy existen programas para equipos nacionales y ligas para muje-
res, así como entrenadoras femeninas, árbitros y directivas, y todo ello en un
deporte que ha sido considerado tradicionalmente como exclusivamente mascu-
lino. Las figuras 40-1 y 40-2 recogen algunas estadísticas referentes al nivel de
participación de las mujeres en el fútbol. Tratándose del deporte de más rápido
crecimiento en Estados Unidos, en 10 años el fútbol ha visto incrementado en un
83% su número de participantes a nivel de instituto y, respecto a los adultos, su
participación se ha incrementado en un 34% desde 1987 (tanto en hombres como
en mujeres). Con el aumento del número de jugadoras, no obstante, surge la
necesidad de contar con entrenadoras cualificadas. La tabla 40-1 informa sobre
el número aproximado de entrenadoras licenciadas en la escuela técnica de
Fútbol de Estados Unidos y en la Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol
de América.
16.000.000
12.000.000
Hombres
8.000.000 Mujeres
Total
4.000.000
Juveniles federados
Adultos federados
Hombres Mujeres
LA JUGADORA DE FÚTBOL
601
Perspectivas comerciales
LA JUGADORA DE FÚTBOL
603
Tabla 40-1.
Todas las estadísticas fueron facilitadas por la USSF y la NSCAA. Agradecimiento especial para
Eva Ferrara (Umbro USA), Paula Martin (USSF) y Steven Veal (Director del Programa de la NSCAA).
EL CICLO MENSTRUAL
LESIONES DE RODILLA
Se han realizado estudios referentes a las diferencias en la anatomía femeni-
na que pueden causar una mayor incidencia de las lesiones en el ligamento cru-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 605
LA JUGADORA DE FÚTBOL
605
RESUMEN
Desde las atletas de elite hasta las mujeres que empiezan a practicar este
deporte, las jugadoras de fútbol necesitan ser tratadas con idéntica consideración
y respeto a todos los niveles con el fin de prevenir lesiones, crear ambientes ade-
cuados de entrenamiento y desarrollar el talento de las jóvenes jugadoras. Las
atletas, los padres, los preparadores y los médicos deben ser educados de mane-
ra que sepan proteger a la atleta de las lesiones mediante el ejercicio apropiado,
el entrenamiento de fuerza, las técnicas y tácticas adecuadas, el cuidado médico
apropiado y la información nutricional.
Todos deben trabajar unidos para educar y preparar a la atleta joven para la
dureza del deporte. Los médicos y los entrenadores deben transmitir a las atletas
y a los preparadores toda la información necesaria para que la deportista pueda
mantenerse sana y, al mismo tiempo, competir al máximo nivel posible.
Finalmente, es importante que la profesión médica y el resto del mundo tra-
ten el fútbol femenino como un deporte serio en el que participan atletas dotadas
Documento4 16/2/05 18:03 Página 606
y ambiciosas. Lo cierto es que las mujeres siguen jugando al fútbol, y que ésta
es una tendencia que está creciendo rápidamente en todo el mundo. Es nuestra
responsabilidad, en beneficio de nuestro futuro liderato en el fútbol, educar, pre-
parar y apoyar a estas atletas en los asuntos relacionados con la salud, la compe-
tición, el entrenamiento y el desarrollo de sus capacidades.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 607
41 LESIONESDE
LAS JUGADORAS
FEDERADAS
Elizabeth A. Arendt
Randall Dick
El fútbol es el deporte más popular del mundo. Hasta la década de 1970, fue
un deporte casi exclusivamente masculino. El Primer Campeonato Europeo
Femenino de Fútbol se celebró en 1983-1984. Desde entonces, el interés y la par-
ticipación en el deporte han ido incrementándose progresivamente. En nuestros
días, el fútbol femenino se practica en 50 países.
El fútbol es un deporte de aceptación creciente en Estados Unidos, en parti-
cular entre las mujeres. En los varones en edad de instituto, la participación se ha
quintuplicado entre 1972 y 1995. Por lo que respecta a las mujeres, los niveles
de participación de 1995 eran 237 veces superiores a los de 1972, lo que signifi-
ca el mayor crecimiento de la última década.
El crecimiento del fútbol federado, en especial entre las mujeres, también
muestra una rápida tendencia al alza. Este crecimiento está reflejado en el incre-
mento de la participación en el fútbol por parte de instituciones pertenecientes a
la Asociación Atlética Nacional Colegiada (NCAA). Gracias a la integración de
los deportes femeninos en la esfera de la NCAA en 1982, es posible realizar un
atento seguimiento y comparación de la participación de sus instituciones desde
esa fecha. En 1982 había 521 equipos masculinos, con un total de 13.000 atletas
participantes, frente a los 80 equipos femeninos con una participación total de
1.855 atletas. En la actualidad, hay más de 600 programas de fútbol NCAA para
hombres y, aproximadamente, 450 programas de fútbol para mujeres. Este hecho
refleja un incremento en la participación de aproximadamente un 17% en los
hombres, frente a un 458% en las mujeres (figs. 41-1 y 41-2). Estos hechos indi-
can que los programas para las jugadoras federadas está viendo incrementada su
popularidad de manera considerable, hecho que se refleja en el número de insti-
tuciones de la NCAA que patrocinan dichos programas.
Aunque las lesiones futbolísticas masculinas han sido objeto de diversas
investigaciones, existen pocos estudios dedicados a las lesiones femeninas. Este
capítulo examina los datos actuales relativos a las lesiones en el colectivo de
Documento4
MEDICINA
18:03
DEL FÚTBOL
División I
División II
División III
Página 608
Total
División I
División II
LESIONES
División III
Total
DE LAS JUGADORAS FEDERADAS
609
Figura 41-2. Porcentaje de universidades americanas que patrocinan el fútbol masculino por
división NCAA y año.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 610
MÉTODOS
Muestreo
Sujetos
Aporte de datos
Los datos relativos a las lesiones y a la exposición de los jugadores a las mis-
mas son recogidos por preparadores físicos diplomados y estudiantes de prepara-
ción física pertenecientes a las instituciones participantes. Este sistema está dise-
ñado para permitir que estos preparadores den respuestas precisas a cada una de
las preguntas relativas a lesiones o a su exposición. Las lesiones no relacionadas
con la actividad deportiva en curso no son recopiladas. La información se recoge
desde el primer día oficial de pretemporada hasta el último día de competición.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 611
Lesiones
Exposiciones
Porcentaje de lesión
Porcentaje
de lesión Juego
(por 1.000
Entrenamiento
exposiciones
atléticas)
Figura 41-3. Porcentaje de lesión según partidos y entrenamientos por años en el fútbol mas-
culino federado.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 613
Porcentaje
de lesión
(por 1.000 Juego
exposiciones Entrenamiento
atléticas)
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Todos los
años
Figura 41-4. Porcentaje de lesión según partidos y entrenamientos por año en el fútbol feme-
nino federado.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 614
Fútbol masculino
Porcentaje de lesión según el tipo de superficie
21,0
Porcentaje
20,3
de lesión
(por 1.000
exposiciones
atléticas)
Natural
Artificial
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Todos los años
Figura 41-5. Porcentaje de lesiones por año según el tipo de superficie en el fútbol federado
masculino.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 615
Fútbol femenino
Porcentaje de lesiones según el tipo de superficie
17,8
17,5
Porcentaje
de lesión
(por 1.000
exposiciones
atléticas)
Natural
Artificial
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Todos los años
Figura 41-6. Porcentaje de lesiones por año según el tipo de superficie en el fútbol femenino
federado.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 616
Tabla 41-1.
Número Número 1 2 3
de de
equipos lesiones
Tabla 41-2.
Número Número 1 2 3
de de
equipos lesiones
Tabla 41-3.
Tabla 41-4.
Géneros
difieren a
partir de
p< 0,05
Hombres
Mujeres
Figura 41-7. Porcentaje de lesión por géneros de ciertas estructuras seleccionadas de la rodi-
lla en el fútbol federado entre 1989 y 1993.
Porcentaje de lesión (1.000
exposiciones atléticas)
Mujeres
Hombres
Figura 41-8. Porcentaje de lesión en el ligamento cruzado anterior por año y género en el fút-
bol federado entre 1989 y 1993
Documento4 16/2/05 18:03 Página 620
Hombres
Mujeres
deportivas
Figura 41-9. Porcentaje de lesión del ligamento cruzado anterior por mecanismo y sexo en el
fútbol federado entre 1989 y 1993.
Porcentaje de lesión (por cada 1.000
exposiciones atléticas)
Mujeres
Hombres
Figura 41-10. Porcentaje de lesión del ligamento cruzado anterior por año y sexo en el balon-
cesto federado entre 1989 y 1993.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 621
CONCLUSIONES
Los datos recogidos por el Sistema de Vigilancia de Lesiones de la NCAA en
un muestreo nacional de jugadores de fútbol federados desarrollado entre 1989 y
1993 revela que las atletas femeninas sufrieron un índice de lesión en la rodilla
y en el ligamento cruzado anterior significativamente mayor que el de sus homó-
logos masculinos. Con la excepción de la lesión de cartílago y menisco, ninguna
de las estructuras examinadas pertenecientes a la rodilla (colateral, cruzado pos-
terior, rótula, tendón rotuliano) exhibió una diferencia genérica tan significativa.
Con las lesiones de ligamento cruzado anterior se produjo un número significa-
tivo de lesiones de menisco. En el caso del fútbol femenino, el principal meca-
nismo de lesión del ligamento cruzado anterior fue la ausencia de contacto.
Otras clases de lesiones no revelaron grandes diferencias entre sexos. Esto
incluye el índice de lesiones durante los entrenamientos y los partidos, así como
las lesiones en otras partes del cuerpo.
El mayor riesgo de lesiones de ligamento cruzado anterior en las mujeres se
debe probablemente a multitud de factores, sin que exista un único aspecto
estructural, anatómico o biomecánico que sea responsable de este hecho. Las
fuerzas que contribuyen a incrementar la incidencia de la lesión pueden estar
Documento4 16/2/05 18:03 Página 624
LECTURAS RECOMENDADAS
42 ASPECTOS
NUTRICIONALES
EN LA MUJER
Emily M. Haymes
NECESIDADES ENERGÉTICAS
Las características tempomotrices del fútbol femenino muestran unas pautas
similares a las del fútbol masculino, si bien en una distancia ligeramente inferior.
Un estudio mostró que, durante un partido de 80 minutos, el 13% del tiempo
transcurría estando de pie, el 38% andando, el 23% trotando, el 17% corriendo a
baja potencia, el 6% corriendo a media potencia, el 2% corriendo a elevada
potencia y el 1% corriendo a toda potencia (fig. 42-1). El porcentaje de tiempo
empleado en cada una de las actividades era similar al de los jugadores de elite
daneses que disputaban los partidos de la Liga Danesa. La distancia recorrida por
una centrocampista en un partido internacional fue de 9.500 m. La distancia
media cubierta por la jugadoras suecas de elite durante la competición apenas se
situaba por debajo de los 8.500 m.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 628
De pie
Andando
Trotando
Figura 42-1. Cantidad (%) de tiempo empleado realizando distintas actividades durante un
partido de la Liga Danesa por parte de una centrocampista. (Adaptado de: Bangsbo J. The
physiology of soccer –with special reference to intense intermittent exercise. Acta
Physiologica Scandinavica (supl) 1994;619:1-155.)
Documento4 16/2/05 18:03 Página 629
.
ximadamente el 70% del V O2 máx. . La jugadora danesa de elite mencionada ante-
riormente se ejercitó al 84% .del V O2 máx durante la primera parte del encuentro
internacional, y al 79% del V O2 máx durante la segunda parte.
Hidratos de carbono
.
A medida que el ejercicio se intensifica hasta rebasar el 65% del V O2 máx, el
glucógeno muscular se convierte en la fuente principal de hidratos de carbono
empleados con finalidades energéticas. Estudios realizados con futbolistas
masculinos muestran que la mayor cantidad de glucógeno muscular se utiliza
durante la primera parte del partido, y que hacia el final de un encuentro de 90
minutos el músculo está casi completamente desprovisto de glucógeno. Para
Tabla 42-1.
Hockey sobre
hierba
Wake Forest a 1.513 204 54 45 27 56,7 0,95 15
Estado de Ohio b 1.956 228 47 84 39 76,0 1,26 16
Dutch National c 2.151 253 47 81 34 62,1 1,0 12
Lacrosse d 2.219 257 50 95 35 89,0 16
Baloncesto e 1.797 227 50 52 26 69,4 1,0 15
Voleibol e 1.608 216 54 54 30 69,7 1,05 17
Adaptado de:
aNutter J. Seasonal changes in female atheltes’ diets. Int J Sports Nutr 1991;1:395-407.
bTilgner SA, Schiller MR. Dietary intakes of female collegiate athletes: the need for nutrition education.
J. Amer Diet Assoc 1989;89:967-969.
cVan Erp-Bart AMJ, Saris WHM, Binkharst RA, y cols. Nationwide survey on nutritional habits in elite
athletes. Part I. Energy, carbohydrate, and fat intake. Int J Sports Med 1989;10:S3-S10.
dShort SH, Short WR. Four year study of university athlete’s intake. J Amer Diet Assoc 1983;82:632-645.
eRisser WL, Lee EJ, LeBlanc A, y cols. Bone density in eumenorrheic female college athletes. Med Sci in
Sports Exer 1990;22:570-574.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 630
mantener los niveles de glucógeno muscular, la dieta debe incluir una cantidad
adecuada de hidratos de carbono (> 55% de las calorías totales).
Estudios referentes a la ingestión de hidratos de carbono en las atletas parti-
cipantes en deportes de equipo sugieren que dichas atletas no consumen una can-
tidad suficiente de hidratos de carbono (tabla 42-1). Los datos publicados refe-
rentes a las jugadoras de hockey sobre hierba, lacrosse, baloncesto y voleibol
informan de una ingestión de hidratos de carbono que se sitúa entre el 47% y el
54% del aporte total de energía. La Tabla 42-1 muestra que las ingestiones de
hidratos de carbono por parte de las atletas participantes en deportes de equipo
oscila entre 204 y 257 g/día. Gran parte de estas atletas parece tener aportes
energéticos relativamente bajos, con cantidades que van de las 1.512 a las
2.219 kcal/día. El fútbol precisa aproximadamente 1.100 de dichas calorías. Un
bajo nivel de energía, así como una baja ingestión de hidratos de carbono, redu-
cen la cantidad de glucógeno almacenado, hecho que puede repercutir negativa-
mente sobre el rendimiento. En 1982, Jacobs mostró que las reservas musculares
de glucógeno no habían vuelto a sus niveles normales 48 horas después del par-
tido (fig. 42-2). En 1973, Saltin informó que los jugadores que empezaban un
partido con bajas reservas de glucógeno muscular utilizaban la mayor parte de
dicho glucógeno durante la primera parte, y recorrían una menor distancia y
pasaban más tiempo caminando durante la segunda.
Debería instarse a las atletas a aumentar su ingestión de hidratos de carbono
en un mínimo de 6 g de hidratos de carbono por kilogramo de peso corporal y
por día. Existen muchos alimentos ricos en hidratos de carbono. El azúcar es
hidrato de carbono prácticamente puro. Los dulces de chocolate, los cereales, la
harina, las galletas, los aperitivos, las gelatinas y las frutas secas también son
muy ricas en hidratos de carbono. Otras fuentes son el pan, el arroz, la pasta y las
féculas (a saber, las patatas). El aporte apropiado de hidratos de carbono puede
lograrse mediante la ingestión de hidratos de carbono simples e hidratos de car-
bono complejos. La tabla 42-2 enumera las cantidades de hidratos de carbono
simples y complejos que deben consumirse para lograr un total de 50 g de hidra-
tos de carbono. Dado que la mayoría de las bebidas refrescantes tienen una con-
centración de azúcar más elevada que las bebidas isotónicas, el atleta tiene que
beber una mayor cantidad de bebidas isotónicas para conseguir 50 g de hidratos
de carbono.
Proteínas
Figura 42-2. Resíntesis del glucógeno muscular en futbolistas de elite después de un partido.
(Adaptado de: Jacobs I, Westlin N, Karlsson J, y cols. Europ J Appl Physiol 1982;48:297-302.)
Documento4 16/2/05 18:03 Página 632
Tabla 42-2.
CALCIO
El calcio es de gran importancia durante el crecimiento, ya que es un elemen-
to clave en la formación del hueso (el 99% del calcio corporal está almacenado
en los huesos). Las bajas ingestiones de calcio pueden conducir a una reducción
de la masa ósea máxima, que se alcanza alrededor de los 30 años. Un aporte insu-
ficiente de calcio también puede incrementar el riesgo de sufrir fracturas por
sobrecarga. Los estudios muestran que los atletas adultos jóvenes (hombres y
mujeres) afectados de fracturas por sobrecarga en las extremidades inferiores
tenían densidades óseas minerales inferiores a las de los atletas no afectados de
fracturas por sobrecarga. Comparados con los atletas que no habían sufrido frac-
turas por sobrecarga, los atletas lesionados tenían unos aportes de calcio signifi-
cativamente menores.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 634
Cantidad
diaria
recomendada
No atletas
Hockey sobre hierba
Voleibol
Baloncesto
Lacrosse
Estado de
Ohio
Wake
Forest
Calcio (mg/día)
Figura 42-3. Ingesta diaria de calcio en atletas femeninas participantes en deportes de equipo
y la cantidad diaria recomendada, edades de 11 a 24 años. (Adaptado de: Nutre J. Seasonal
changes in female athletes diets. Int J Sports Nutr 1991;1:395-407. Risser WL, Lee EJ,
LeBlanc A, y cols. Bone density in eumenorrheic female college athletes. Med Sci Sports Exer
1990;22:570-574. Short WR. Four year study of university athlete’s dietary intake. J Am Diet
Assoc 1983;82:632-645. Tilgner SA, Schiller MR. Dietary intake of female collegiate athle-
tes: the need for nutrition education. J Amer Diet Asocc 1989;89:967-969).
HIERRO
El hierro se encuentra primordialmente en la hemoglobina, que transporta la
mayoría del oxígeno de la sangre. Un aporte inadecuado de hierro durante un
prolongado período de tiempo puede disminuir las reservas y reducir los nive-
les de hemoglobina. La cantidad diaria recomendada de hierro para las mujeres
de edad comprendida entre 11 y 50 años es de 15 mg/día. Debido a la pérdida de
hierro que tiene lugar durante la menstruación, la cantidad diaria recomendada
de hierro es superior en las mujeres entre la menarquía y la menopausia. Muchas
mujeres adolescentes y adultas siguen dietas bajas en hierro a causa de las res-
tricciones en su ingestión de carne. La carne, el pescado, y las aves son las fuen-
tes más ricas de hierro. Los estudios sobre deportistas femeninas participantes
en deportes de equipo informan de unas ingestas de hierro procedentes de los
alimentos de entre 9,4 y 14,0 mg por día (fig. 42-4). No obstante, el equipo de
hockey sobre hierba Dutch National tuvo una ingesta media de hierro de 11,5
mg por día. Dado que sus integrantes femeninas tomaban suplementos de hie-
rro, su ingestión diaria total excedía los 50 mg/día.
Muchas atletas femeninas tenían bajas reservas de hierro. El mejor indicador
de unos niveles reducidos de hierro es la presencia de un bajo nivel de ferritina
(< 12 mg/l). Los bajos niveles de hierro pueden deberse a un aporte inadecuado de
hierro o a un aumento de la pérdida de hierro a través de la menstruación, la pér-
dida de sangre gastrointestinal o la sudoración. La disminución de los depósitos de
hierro puede producirse a lo largo de una temporada de entrenamiento y competi-
ción. En un equipo universitario de hockey sobre hierba observado durante tres
temporadas, se produjeron disminuciones en el nivel de ferritina durante las tem-
poradas segunda y tercera. La ingesta media de hierro en las jugadoras de hockey
durante estas dos temporadas fue de 10,1 y 13,9 mg/día. Por contraste, las jugado-
ras de hockey sobre hierba y de fútbol con aportes de hierro de 16 mg/día incre-
mentaron su nivel de hemoglobina a lo largo de la temporada de competición.
Cuando las atletas tienen niveles bajos de ferritina durante los entrenamien-
tos, la ingesta de suplementos de hierro aumentará las reservas ferruginosas. En
el caso de las mujeres, el consumo de suplementos durante ocho semanas incre-
menta significativamente los niveles de ferritina, lo que a su vez aumenta el
transporte máximo de oxígeno en sangre y reduce el lactato sanguíneo después
del tratamiento. Si un atleta sufre anemia, la ingestión de suplementos de hierro
mejorará su rendimiento. El estado de los depósitos de hierro de la atleta feme-
nina debería evaluarse como una parte más del examen físico anual. En el caso
de la atleta con bajos niveles de hierro o anemia, debería recomendársele la
ingesta de suplementos de hierro.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 636
Cantidad
diaria
recomendada
Lacrosse
Hockey sobre hierba
Dutch National
Estado de Ohio
Estado de
Plymouth
Wake Forest
DESÓRDENES ALIMENTARIOS
de pelota (en los que se incluye el fútbol) es del 11%, una cantidad que no difie-
re de manera significativa del porcentaje de la población no atlética. El tipo de
control de peso patogénico practicado con mayor frecuencia por los atletas dedi-
cados a deportes de juego de pelota se produce mediante el vómito, el ayuno, los
atracones y el exceso de ejercicio.
Las atletas con trastornos alimentarios suelen comer una cantidad de ciertos
nutrientes inferior a la adecuada, en especial de hidratos de carbono, calcio y
hierro. Las atletas diagnosticadas con anorexia nerviosa y anorexia atlética tie-
nen un aporte energético inferior al requerido para las mujeres con un elevado
nivel de actividad. Aunque la ingesta de nutrientes parece adecuada para la
mayoría de las atletas dedicadas a los juegos de pelota, la práctica del vómito por
parte de las atletas bulímicas reduce la cantidad de nutrientes absorbidos.
Los trastornos alimentarios son una parte de la tríada de trastornos que tam-
bién incluyen la amenorrea y la osteoporosis, y que ha sido llamada la tríada de
la mujer atleta. En dichas mujeres, los trastornos alimentarios pueden conducir a
problemas menstruales y amenorrea. Aproximadamente dos de cada 3 atletas
femeninas con trastornos alimentarios sufren irregularidades menstruales o ame-
norrea. Tanto los problemas menstruales como la amenorrea pueden conducir a
reducciones de la densidad mineral ósea y a una prematura osteoporosis.
Comparadas con las atletas eumenorreicas, cuyos niveles suelen variar cíclica-
mente, las atletas amenorreicas suelen tener una menor densidad mineral ósea en
las vértebras lumbares y en el fémur que sus homólogas. Drinkwater y sus cola-
boradores (1984) observaron que la densidad mineral ósea de la zona lumbar de
las atletas amenorreicas (26 años) era similar a la de las mujeres posmenopáusi-
cas. La baja densidad ósea en las atletas amenorreicas puede aumentar el riesgo
de fracturas por sobrecarga.
Los trastornos alimentarios que no reciben tratamiento pueden causar la muer-
te debido a problemas cardíacos, desequilibrios electrolíticos u otras problemas
relacionados con la malnutrición. Deberían realizarse esfuerzos para identificar a
los atletas aquejados de trastornos alimentarios. El tratamiento debería incluir
intervenciones médicas y nutricionales, así como asesoramiento psicológico.
RESUMEN
Aunque disponemos de poca información relativa a los aportes nutricionales
de las jugadoras de fútbol, otras jugadores de deportes de equipo consumen die-
tas bajas en hidratos de carbono, calcio y hierro. Las bajas ingestas de hidratos
de carbono reducen los depósitos musculares de glucógeno, que pueden afectar
negativamente el rendimiento en el fútbol. La dieta recomendada de entrena-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 638
miento para las jugadoras debería contener el 55-65% de las calorías en forma de
hidratos de carbono, el 25-30% de grasa y el 10-15% de proteínas. La inclusión
en la dieta de productos frescos, carne, pescado y aves asegurará los adecuados
aportes de calcio y hierro. Un método para asegurar la adecuada ingesta de
nutrientes es seguir la Guía de Alimentos Pirámide en el momento de seleccio-
nar los alimentos. El atleta debería comer alimentos variados del grupo del pan,
los cereales, el arroz y la pasta (6-11 raciones), de los vegetales (3-5 raciones) y
la fruta (2-4 raciones), ya que se trata de magníficas fuentes de hidratos de car-
bono. Los alimentos lácticos, como la leche, el yogur y el queso (2-3 raciones),
son las mejores fuentes de calcio, mientras que los alimentos del grupo de las
carnes, las aves y el pescado (2-3 raciones) son las mejores fuentes de hierro.
LECTURAS RECOMENDADAS
VIII
ASPECTOS
SOCIOLÓGICOS
Y PSICOLÓGICOS
Documento4 16/2/05 18:03 Página 640
Documento4 16/2/05 18:03 Página 641
43 CUESTIONES
DE PSICOLOGÍA
DEPORTIVA EN EL
FÚTBOL JUVENIL
Robert A. Swoap
El fútbol es un deporte muy popular entre los niños de todo el mundo. En los
Estados Unidos, varios millones de niños participan en programas de fútbol orga-
nizados. El fútbol permite a los niños experimentar diversas experiencias. La
participación de los niños en el fútbol no es inherentemente beneficiosa o perju-
dicial, pues depende de un gran número de factores, incluyendo el modo en que
se estructura y se supervisa su participación.
En este capítulo se informará sobre la naturaleza y la cualidad de la experien-
cia constituida por el fútbol juvenil a partir del examen de las tres áreas más
importantes de la psicología deportiva del fútbol juvenil: la motivación para la
participación, el estrés causado por la competición y el entrenamiento.
la competición. Los niños suelen hacer referencia a más de una razón para justi-
ficar su participación. Aunque no existen diferencias genéricas claras en los
motivos que impulsan a la práctica deportiva, las chicas suelen considerar la
diversión y las relaciones como motivos más importantes que los niños.
Las influencias de la socialización son un aspecto integral de la participación
deportiva de los jóvenes. En el deporte, la socialización es “el conjunto de
influencias sociales y psicológicas que dan como resultado la atracción inicial de
un individuo por el deporte.” La influencia de los compañeros, hermanos y
padres es decisiva en la iniciación de un niño al fútbol. Los factores sociales
y comunitarios también desempeñan un importante papel en la motivación de la
participación (de ahí la esperanza de que el Equipo Nacional de Estados Unidos
participante en la Copa del Mundo de 1994 aumente el interés y la participación
de los americanos en el fútbol). Por consiguiente, las influencias de la socializa-
ción deben ser integradas en la investigación sobre los motivos de la participa-
ción en la práctica deportiva.
Si se pretende examinar los motivos que impulsan a los niños a participar en
el fútbol, es necesario comprender sus estadios de desarrollo y sus necesidades.
La investigación en este terreno destaca la necesidad de los niños de demostrar
su competencia, habilidad y capacidad para alcanzar metas en los deportes. El
fútbol juvenil proporciona a los niños un fértil campo de pruebas para descubrir
sus habilidades, compararlas con las de sus compañeros y ser conscientes de su
capacidad. No obstante, algunos niños pueden tener dificultades tanto para de-
Tabla 43-1.
sarrollar esa conciencia de las propias habilidades como para ser conscientes de
los logros obtenidos en el terreno de juego.
Para ayudar a los niños en sus intentos por incrementar su habilidad y por
alcanzar metas deportivas, el fútbol juvenil debería concentrarse en el desarrollo
de las habilidades más que en la competición. Con frecuencia, los deportes com-
petitivos prestan más atención al resultado que al proceso necesario para desarro-
llar las habilidades y llegar a la maestría. Por ejemplo, es probable que los entre-
nadores cuya principal preocupación sea llegar a las finales no dejen jugar a
todos sus jugadores, limitando de ese modo el desarrollo de sus habilidades. Las
situaciones altamente competitivas hacen difícil el desarrollo de la habilidad de
los niños y la diversión en el juego. Para los niños es difícil jugar e incrementar
su nivel si llegan a estar tan preocupados por el resultado que temen cometer
algún error.
Los niños parecen estar más interesados por el desarrollo de sus habilidades
y su mejora personal que por el triunfo. Por ejemplo, para establecer la orienta-
ción competitiva de más de 2.000 participantes en el Programa Nacional de
Deporte Juvenil (con una edad media de 12 años), se preguntó a dichos partici-
pantes qué era lo más importante a la hora de jugar un partido. Los jugadores dis-
ponían de las siguientes opciones: a) derrotar a tu oponente o al equipo contra-
rio; b) jugar tan bien como puedas (tanto desde el punto de vista de la capacidad
como del rendimiento personal); c) jugar limpio, respetando las reglas en todo
momento (juego limpio), y d) que jugaran todos los jugadores del equipo (parti-
cipación total).
Como se desprende con claridad de la tabla 43-1, los encuestados considera-
ron el rendimiento personal como el aspecto más importante del deporte.
Los niños también deben pasar por el proceso de maduración neurosesorial
que les permita comprender, identificar y hacer frente a las demandas del deporte
(por ejemplo, a la velocidad y la trayectoria de un balón en el aire), y responder
de una manera que maximice las oportunidades de éxito. Si el niño no ha alcan-
zado el suficiente nivel de desarrollo cognitivo para entender y seguir las directri-
ces del juego, como un saque de corner, entonces el niño tendrá menos probabili-
dades de experimentar sentimientos competitivos y de consecución de metas. Se
ha demostrado que la adición de elementos cognitivamente exigentes durante un
regate causa una significativa disminución en el rendimiento, en especial en los
jugadores principiantes. La falta de éxito deportivo puede estar asociada con pro-
blemas de autoestima y confianza en uno mismo, con un estrés excesivo y un
eventual deseo de abandonar el juego. Como consecuencia, las decisiones relati-
vas al hecho de si un niño está o no preparado para implicarse en la práctica del
fútbol, así como las decisiones referentes a las modificaciones que deben ser intro-
Documento4 16/2/05 18:03 Página 644
ducidas en el juego (por ejemplo, un tamaño inferior del campo o una medida ade-
cuada para la portería) deberán ser meditadas cuidadosamente.
Tabla 43-2.
Tabla 43-3.
oponente), o la escasez del propio esfuerzo, más que a su bajo nivel de habilidad.
Por otra parte, el jugador que desea abandonar puede ver en el fracaso la confir-
mación esperada, y atribuir los resultados negativos a factores internos y estables
(es decir, “soy un jugador pésimo”, “nunca mejoraré”). Aunque esta tendencia
atributiva está apoyada por la investigación psicológica tradicional y por la
investigación en psicología deportiva, la relación de estas diferencias en las ten-
dencias atributivas con la participación de los jóvenes futbolistas requiere inves-
tigaciones empíricas.
Tabla 43-4.
de un partido y la estimulación del apoyo mutuo entre los miembros del equipo
son estrategias que mejorarán los aspectos positivos de la participación.
Asimismo, los niños deben jugar en los partidos. Muchas ligas de fútbol tienen
una regla que obliga a que los niños jueguen el 50% o más de cada partido.
Muchos niños permanecen motivados si toman parte en los encuentros, en lugar
de estar sentados en el banquillo.
Siempre que sea posible, deberían tomarse decisiones en equipo. Dar a los
jugadores la oportunidad de tomar decisiones (a saber, respecto a su posición o a
la estrategia a seguir) que influyan sobre su participación puede aumentar la
capacidad de autodeterminación del jugador. Asimismo, los adultos no deberían
ejercer presión sobre un niño para que participe en el juego. Los niños pueden
decidir mejor que nadie si desean jugar y cuándo.
ESTRÉS COMPETITIVO
La figura 43-1 muestra el modelo de las cuatro etapas del estrés competitivo
que experimentan los atletas. La primera etapa representa el contexto en que
compite el niño, esto es, los factores situacionales (es decir, la situación del par-
tido, los contrincantes, las demandas de los padres, la importancia del encuen-
tro). Los mayores niveles de ansiedad competitiva se producen en condiciones
Documento4 16/2/05 18:03 Página 648
Figura 43-1. Un modelo del estrés competitivo en el fútbol juvenil. (Adaptado de McGrath,
1970.)
Documento4 16/2/05 18:03 Página 649
La experiencia del estrés competitivo está asociada con varios factores inde-
pendientes, que incluyen los factores propios del niño, las interacciones entre el
niño y sus padres y los estilos de entrenamiento. El entrenamiento será examina-
do en la sección siguiente.
Expectativas de éxito
Los niños que experimentan un exceso de ansiedad competitiva suelen tener
la sensación de poseer unas aptitudes físicas tan buenas como los jugadores
menos ansiosos. La principal diferencia es que afirman tener menores expectati-
vas de lograr el éxito.
Factor paternal
Los padres juegan un papel importante en la creación y el mantenimiento de
un ambiente deportivo positivo. Los padres suelen disfrutar con la participación
de su hijo en los deportes, y son vitales en la colaboración, el entrenamiento y el
apoyo al programa. Desafortunadamente, la implicación de los padres puede ser
una fuente de estrés para los futbolistas jóvenes. Muchos padres excesivamente
implicados se convierten en una distracción cuando discuten con el árbitro o gri-
tan a sus hijos. En ciertos casos, los niños y los entrenadores pueden verse obli-
gados a pactar con padres que se muestren desinteresados, hipercríticos, excesi-
vamente protectores, que tengan la costumbre de gritar desde las gradas o se
comporten como si fueran entrenadores.
Para prevenir el estrés excesivo debido a unos padres demasiado implicados,
puede ser necesario establecer directrices sobre el modo en que los padres deben
comportarse durante los entrenamientos y los partidos. Los padres con escasos
conocimientos sobre el fútbol deberían ser animados a leer acerca de este depor-
te, a asistir a los entrenamientos en los que se enseñen las bases del juego y a
demostrar a sus hijos lo que han aprendido. Lo más importante es que los padres
reconozcan que el deporte es para los niños, y que no se practica por motivos gre-
garios.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 652
Aunque ganar puede no ser importante para los atletas juveniles, los niños
reconocen su importancia para los adultos. En el caso de los entrenadores, esto
significa que no se trata de si uno gana o pierde, sino del modo en que uno pla-
nifica el partido. Los niños tienen la impresión de que a sus padres les gusta más
el entrenador cuando el equipo gana, y que a los entrenadores de equipos gana-
dores les gustan más los jugadores que a los entrenadores de equipos perdedores.
Los efectos de los comportamientos de los entrenadores han sido demostra-
dos en diversos deportes. Un estudio realizado con nadadores de entre 10 y
18 años evaluó las impresiones respecto a los comportamientos de los entrena-
dores y la percepción del atleta respecto a su propia habilidad y motivación. De
acuerdo con las informaciones proporcionadas por los atletas, los entrenadores
que parecen proporcionar más ánimos, apoyo e instrucción técnica tras una mala
actuación están asociados con atletas que tienen una mejor opinión de las propias
capacidades y de la diversión del juego. Asimismo, dichos atletas sienten una
predilección por las actividades que impliquen un desafío.
En otro conjunto de estudios, los entrenadores participaron en un Programa
de Efectividad del Entrenamiento. Entre otras cosas, el programa enseña a los
entrenadores a ser conscientes de sus propios comportamientos por medio de la
observación de sí mismos, a felicitar a los jugadores que se esfuerzan y tienen
buenas actuaciones, a responder a los errores de manera no punitiva mediante el
apoyo y la instrucción técnica, y a emplear una instrucción técnica clara y con-
cisa. Un año después de la intervención del Programa de Efectividad del
Entrenamiento para jugadores, el porcentaje de abandono en los jugadores a
cargo de entrenadores no instruidos era cinco veces mayor (26%) que el porcen-
taje de abandono de los jugadores a cargo de entrenadores instruidos (5%). Por
añadidura, los niños con una autoestima baja que se hallaron bajo la tutela de
entrenadores instruidos en el programa mostraron un significativo aumento en su
nivel de autoestima.
Los resultados de estos estudios indican que se puede enseñar a los entrena-
dores a relacionarse de manera más provechosa con los jóvenes atletas, y que la
instrucción de los entrenadores tiene un efecto positivo sobre la experiencia
deportiva de los niños. Un entrenador que da a los niños una imagen positiva de
sí mismos, alentador y capaz de brindar una instrucción técnica de elevada cali-
dad, ayuda a los niños a adquirir tanto habilidades atléticas como habilidades
generales. Los entrenadores también pueden ayudar a los niños con una pobre
opinión de sí mismos a sentir más confianza en ellos y a ser más conscientes de
su propia valía a través de la práctica deportiva.
La investigación sobre los comportamientos de los entrenamientos se ha de-
sarrollado sobre todo en entrenadores masculinos de niños varones en la Pequeña
Documento4 16/2/05 18:03 Página 656
CONCLUSIONES
En este capítulo, hemos resumido la investigación sobre la motivación para la
participación, el estrés competitivo y el entrenamiento. Según este breve resu-
men, está claro que los niños juegan a fútbol por diversos motivos, pero ante todo
para divertirse. Cuando se juega en las circunstancias adecuadas, el fútbol es un
deporte magnífico y divertido. Desafortunadamente, algunos niños tienen estre-
santes experiencias atléticas cuando esperan (y reciben) valoraciones negativas,
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LECTURAS RECOMENDADAS
44 EL ABUSO DE
MEDICAMENTOS
EN EL FÚTBOL
ASPECTOS HISTÓRICOS
Según Filóstrato, los atletas de los antiguos Juegos Olímpicos creían que el
consumo de infusiones de hierbas y de setas podía incrementar sus niveles de
rendimiento. Otra interesante forma de dopaje consistía en preparar una solución
con aceite, polvo y sudor tomado de la piel del atleta después de la competición.
Esta mezcla se extraía en los vestuarios con un estrígilo, un instrumento metáli-
co en forma de L. El atleta lo vendía a otros participantes, los cuales creían que
bebiéndose la mezcla podrían llegar a tener las mismas capacidades físicas del
campeón.
Los modernos Juegos Olímpicos fueron inaugurados por Pierre de Coubertin
en la ciudad de Atenas en 1896. Entre 1896 y 1932, y con la excepción de los
años de la Primera Guerra Mundial, se celebraron nueve Juegos Olímpicos. En
aquel momento, el dopaje no era frecuente, exceptuando el uso de ciertas drogas
entre los ciclistas. La mezcla más común que se utilizaba para aumentar el ren-
dimiento era una cóctel de cocaína, cafeína y estricnina.
Entre 1936 y 1964 se celebraron seis Juegos Olímpicos, con excepción del
período de la Segunda Guerra Mundial. En este punto de la historia, los Juegos
eran utilizados como un instrumento propagandístico para la promoción de cier-
tos regímenes políticos. Este hecho modificó el ideal original de Coubertin, de
manera que el hecho de ganar empezó a convertirse en algo más importante que
competir. Durante este período, las sustancias empleadas con mayor frecuencia
fueron las anfetaminas y, después de 1954, los esteroides anabólicos. Con el
objetivo de controlar el uso de los agentes de dopaje, el Comité Olímpico
Internacional nombró una Comisión Médica. Dicha Comisión empezó a realizar
controles médicos, bajo la supervisión del príncipe Alejandro de Merode, duran-
te los Juegos Olímpicos de 1968.
Entre 1968 y 1980 se celebraron cuatro Juegos Olímpicos. Se introdujo la pri-
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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Tabla 44-1.
Tabla 44-2.
6 seudoefedrinas 11 testosteronas
3 efedrinas 1 metandienona
3 PPA
4 amineptinas
LECTURAS RECOMENDADAS
Coombs R, West JW. Drug testing: issues and opinions. Nueva York: Oxford
University Press, 1991.
Dirix A, Knuttgen H, Tittel K. The olympic book of sports medicine. Champaign,
IL: Human Kinetics, 1988.
Donike M. Statistics of the IOC accredited laboratories. Colonia: DSHS, 1992.
Drug Use and Sports: Current Issues and Implications for Public Health.
Ginebra: World Health Organization, 1993.
Strauss R. Drugs and performance in sports. Filadelfia: WB Saunders, 1987.
The Fourth Permanent World Conference on Anti-Doping Sports. Actas de la
Conferencia. Sports Council, Londres, 1993.
XV FIFA World Cup, USA 1994. Doping Control Regulations. Zurich: FIFA,
1994.
Documento4 16/2/05 18:03 Página 664
Documento5 16/2/05 19:06 Página 665
ÍNDICE ALFABÉTICO
Las páginas en cursiva indican figuras; las páginas con t indican tablas.
ÍNDICE ALFABÉTICO
667
ÍNDICE ALFABÉTICO
669
ÍNDICE ALFABÉTICO
671
492 329
Hipoglucemia, 59-60 Injerto óseo en el tratamiento de las
Hipohidratación, 106 fracturas por sobrecarga, 465
Hombro, luxación, 282-285 Iritis traumática, 570
Hormona del crecimiento, prohibición, Johnson, Ben, 660
660 Juegos Olímpicos, prohibición del
Humedad, efectos sobre la regulación dopaje, 659
de temperatura, 107 L4-L5, síndrome del nervio ciático, 332
Húmero fractura, 285-288 Lactatos sanguíneos, 28
diafisaria, 286 Lactosa, 52-53
distal, 288 Ladillas, 197
proximal, 285-286 Lesión/es
Infección por hongos, 198 aguda. V. también Zona específica
Inflamación materiales y métodos
de garganta, 191-192 interpolación, interpretación y
genitourinaria, 341 estimación, 241-243, 242t,
intraabdominal, 341 243t, 244-245t
Ingestas diarias de referencia, 61 ligamento deltoideo, 246
Ingle pie, 245
dolor, diagnóstico diferencial, 331- pierna, 243
333, 331t porcentaje
lesiones, 319. V. también Pubalgia de éxito y de fracaso del trata-
y dolor inguinal crónico miento quirúrgico, 247
distensión, 321 de jugadores con lesiones gra-
dolor ves que precisan intervención,
en el jugador adolescente, 329 247, 249-250t
que surge de los tejidos cartilaginosas
extrainguinales, 334 de rodilla, 401
epidemiología, 319 epidemiología, 402, 404t
incidencia en el fútbol juvenil, mecanismo, 402-405
571 tratamiento, 405-408, 407t
músculo de tobillo, 480
aductor largo, 320 dentales, 255
psoasilíaco difusas, 254
distensión, 328 en la columna lumbar, 310
rotura completa, 328 focal, 254
recto abdominal incidencia en las extremidades infe-
distensión, 326 riores en el fútbol juvenil, 571
rotura total, 326 inguinales
otras unidades musculotendino- musculosqueléticas, 42
sas, 330 placa epifisaria, 576
rotura total, 323 tobillo
tratamiento quirúrgico del dolor, epidemiología, 473
Documento5 16/2/05 19:06 Página 673
ÍNDICE ALFABÉTICO
673
esguince 349t
anatomía, 496 técnicas, 350-353, 351t
epidemiología, 495 seguida de discapacidad,
grados, 499t 3445
mecanismo, 496 longitud, 357
tratamiento conservador, 498, posterior
499t e inestabilidad posterolateral,
tratamiento objetivo, 495 360
tratamiento, 497 longitud, 357
eversión, 137-138 mecanismo de la lesión, 357-
fractura 359
cartilaginosa y osteocartilagi- tratamiento, 361
nosa, 480 fisioterapia, 364
de la sindesmosis tibiopero- quirúrgico, 363
nea, 479 deltoideo, lesiones agudas, 246
por sobrecarga, 486 laterales de la rodilla, 364-367
futbolistas adolescentes, 576 mecanismo de la lesión, 365
incidencia en el fútbol juvenil, tratamiento, 366
571 fisioterapia, 366
inestabilidad crónica, 504 quirúrgico, 366
inversión, 137-138 Lípidos, 53-55, 54t, 56t
lesión aguda de los tendones cir- Líquido/s
cundantes, 481 cefalorraquídeo, fístula, 269
mecanismo, 473-475 ingestión, factores que afectan, 108-
síndrome de atrapamiento, 481 113
tratamiento, 500, 502t, 503t y electrólitos
conservador, 502 calor en el fútbol, 113
epidemiología, 500 consecuencias de la deshidrata-
historia, 500 ción, 107
Liga Interregional de Fútbol de EE.UU., ejercicio en condiciones caluro-
organización de los equipos femeninos, sas, 107
599 ingesta, 108-113
Ligamento/s y reposición en las futbolistas,
cruzado 632
anterior, Luxación/es
lesiones codo, 291
avulsión en jugadores ado- hombro, 282
lescentes, 587 Magnesio, 58
epidemiología, 345, 346t Maltosa, 52-53
porcentaje de lesiones en el Mandíbula fractura, 255
fútbol femenino, 621 Manganeso, 58
reconstrucción Manguito de desrotación Lennox Hill,
injerto, opción, 347, 547
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ÍNDICE ALFABÉTICO
675
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677
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