Sei sulla pagina 1di 5

El centro de toda política educativa debe ser el derecho a aprender de los niños,

niñas y jóvenes de México.

Con chantaje, violencia, desinformación y mentiras sobre falsos pagos que los
padres tendrían que hacer, la cúpula de la CNTE quiere regresarnos a la época de
plazas vendidas, heredadas o entregadas en automático, así como al manejo por
parte de los líderes de los nombramientos y pagos de los maestros.

Con un descarado oportunismo y nostalgia por el co-gobierno con el que medraron


en el pasado, ahora también la cúpula del SNTE quiere imponer sus términos.

Por ingenuidad, cinismo o ventaja política, algunas fracciones de los partidos


coquetean también con cambios a modo.

Este desdén por el orden democrático genera el riesgo de cancelar la


transformación del sistema educativo, y con ello un mejor futuro para la joven
generación. A México le cuesta caro la aplicación selectiva de la ley.

El cambio al Artículo 3º de la Constitución permitió recuperar la rectoría del Estado


democrático sobre el proyecto educativo del país, que se había perdido ante las
cúpulas sindicales del SNTE y de la CNTE.

No se puede echar por la borda, sin dañar nuestra democracia, la aprobación del
Legislativo federal y de los estados, ni las decisiones de la Suprema Corte de
Justicia que reiteraron su legalidad y congruencia con el interés superior de la
infancia. La reforma educativa no tiene dueño; no es de esta administración, es de
México y para los mexicanos.

Los problemas no se resuelven desquiciando las leyes para satisfacción de las


clientelas. Se resuelven con la corrección de algunos instrumentos incompletos y
procesos que no rinden su fruto por omisión, negligencia o impericia en su
implementación.

Por ello, exigimos que:

1. La SEP reconozca los errores y faltantes en la implementación. Estos van


desde el descuido en la comunicación con las familias, los maestros y la
sociedad, hasta los retrasos y omisiones en la transformación de las normales.
La SEP y los estados deben activar el sistema de quejas y denuncias previsto
en la ley, con folios para monitorear la atención y avance, y cortes mensuales
de resolución y reparación.
2. Las autoridades de cada estado se responsabilicen por la
implementación transparente y presenten una ruta de enmienda para las
distorsiones más graves. Entre ellas están las plazas no entregadas, el
orden de prelación burlado, las tutorías omitidas y los aumentos escatimados.
3. Los funcionarios federales y estatales aseguren la entrega oportuna y
equitativa de los beneficios establecidos. Esto incluye el apoyo a la
formación docente, los nombramientos y promociones ganados, los aumentos
de horas y salario alcanzados, la regularización de infraestructura digna y la
gratuidad comprobada de la escuela pública.
4. El INEE asuma su papel como máxima autoridad sobre la evaluación del
sistema educativo. La evaluación no sólo debe consistir en exámenes
masivos e impersonales, sino incluir obligatoriamente observación en el aula,
realizada por evaluadores certificados que sean maestros frente a grupo. Así
también, se debe estudiar cómo ir dando voz a los alumnos en todo el proceso.
5. La SEP convoque ya a la revisión del Modelo Educativo. No se trata de
centrarse en un simple cambio de programas, sino lograr una discusión
pertinente sobre aprendizaje basado en la colaboración y el diálogo,
evaluación formativa y superación de la inequidad en el derecho a aprender
relacionada con identidad étnica, plurilingüismo, necesidades educativas
especiales o arreglo multigrado.
La transformación educativa es una necesidad sentida por toda la población. Se
dio un enorme paso adelante cuando una coalición reformadora, que incluyó a
organizaciones de sociedad civil, investigadores, representantes de todos los
partidos y autoridades en funciones, se convencieron de dejar atrás la postración,
la mediocridad y el abuso institucionalizados.

Hoy se necesita dar un paso más: exigir a la autoridad que no claudique por
cálculo político, que no se deje amedrentar ni cooptar de nuevo. Pactar con las
cúpulas sindicales no es dialogar con los maestros. Las familias, los maestros, y
todos los ciudadanos necesitamos salir del rumor y verificar lo que establece la ley
y el horizonte que abre para los niños y niñas. Sí al diálogo, pero con todos los
actores.

No abandonemos el proyecto de transformación educativa, mejoremos su


implementación para alcanzar la siguiente etapa.

¡Pongámonos a trabajar en el “Cómo Sí”!

La participación de la sociedad
en la definición de políticas públicas de educación: el caso
de Observatorio Ciudadano de la Educación
PABLO LATAPÍ SARRE*

Resumen
A partir de la problemática que enfrenta Observatorio Ciudadano de la Educación -ONG
que ejerce la vigilancia crítica de las políticas educativas en México-, se profundiza en
el tema de la participación de la sociedad en la formulación de las políticas educativas.
Se pretende que la participación social deje de ser una "caja negra" en la que se
confunden los diversos actores y procesos. Las reflexiones versan sobre los nuevos
conceptos de la sociedad civil y de ciudadanía que están emergiendo en las sociedades
democráticas modernas, la proliferación de los ONG, los procesos de participación que
pretenden incidir en las políticas educativas (en particular aquellos en los que
participan los investigadores), así como las características del actual contexto
mexicano. Se espera que estas reflexiones, además de ayudar a Observatorio a
esclarecer sus problemas, permitan profundizar en las características de la
participación social en la educación en general.

LA PARTICIPACIÓN SOCIAL DE OCE

Sin duda el nacimiento de OCE se inscribe en el proceso más amplio de emergencia de


la SC en México y en América Latina.Quienes impulsaron su constitución se
propusieron plasmar en una institución concreta aspiraciones que se venían
manifestando en el ámbito de la sociedad mexicana desde hacía varios años; algunos
de ellos participaban activamente en otros OSC de diversa índole, y consta también
que conocían experiencias semejantes en otros países latinoamericanos, especialmente
el Foro Educativo en el Perú.

En su diseño, OCE nace con ciertas características que le son específicas, y que es
necesario comentar.

El conocimiento especializado y la formulación de políticas

En su origen y desarrollo, OCE muestra además un rasgo específico: impulsado por un


grupo de investigadores educativos, pretende aportar un conocimiento especializado al
análisis y discusión de los problemas de la educación. Conviene analizar este hecho,
sobre todo por la aspiración que esta organización tiene de impactar con ese
conocimiento especializado la formulación de las políticas gubernamentales sobre la
educación.

Aunque las ciencias políticas en la corriente anglosajona (policy sciences) han dedicado
creciente atención a su aplicabilidad en el campo del gobierno (government), en
México se ha investigado poco el proceso de formación de las políticas públicas por
parte de los gobiernos federal o estatales.

En el campo de la educación, durante las últimas décadas de los gobiernos priistas, la


costumbre invariable consistía en que cada gobierno federal entrante revisaba lo que
se venía haciendo y preparaba su plan de acción; esto se hacía durante la campaña
electoral y los primeros meses de la nueva administración se elaboraba un plan
nacional de desarrollo y específicamente un plan o programa de desarrollo educativo
(tareas consignadas en una ley especial).

Las decisiones que tomaba el secretario de Educación entrante, aprobadas en lo


general por su presidente, obedecían tanto a las orientaciones políticas o "ideológicas"
de esa administración, como a razones pragmáticas derivadas de consultas con
conocedores de los problemas u actores políticos en este campo. Esta fue la práctica
institucional con la cual los regímenes priistas lograron combinar continuidad, revisión
crítica e innovación en sus políticas educativas.

El insumo de "conocimiento" en este proceso era limitado, y estaba siempre


subordinado a una visión pragmática. Esto no obstante, a medida que la IE cobró
mayor importancia en el país (a partir de los ochenta), paulatinamente sus resultados
fueron tomados en cuenta en la toma de decisiones; pero este proceso no se ha
investigado de modo sistemático.15

Hoy predomina la tesis de que en sociedades modernas y democráticas las decisiones


sobre políticas públicas deben tomar en cuenta el conocimiento derivado de la
investigación, pues así lo requiere la solución de los problemas sociales; en cambio, en
sociedades premodernas esas decisiones son tomadas por personajes políticos en
quienes los ciudadanos depositan su confianza. Los gobiernos de algunos países
avanzados han propuesto que sus políticas sociales tenderán a ser "ilustradas", es
decir, a estar fundadas en investigaciones sólidas que den cuenta de la
realidad.16 Pero es probable que se trate de una tendencia que en la práctica se
compagina con otros requerimientos de la Realpolitik. El conocimiento científico de los
asuntos sociales, por otra parte, no debe verse como desarticulado de la base social
que apoya sus apreciaciones y demandas.

Yendo más allá de las preguntas anteriores, podría avanzarse la siguiente conclusión:
la misión o identidad de OCE no está definida suficientemente:

 ni por ser OSC que brota de la SC, pues hemos visto las ambigüedades de éstos
en cuanto expresiones de la SC;
 ni por intentar consolidar "ciudadanía", concepto demasiado genérico y sujeto a
cuestionamientos;
 ni por su apelación a valores éticos, que también son demasiado generales e
interpretables subjetivamente;
 ni siquiera por su propósito de aportar un conocimiento especializado, como
argumento justificativo de su participación, porque esta característica, si bien le
otorga especificidad a sus acciones, no pasa de ser adjetiva sin que afecte su
identidad de OSC.

Si lo anterior es sostenible, la solución tiene que venir de una "sobredeterminación"


subjetiva del propio OCE que implicaría varias autorrestricciones:

 Asumirse como un organismo de "valor relativo", es decir que no pretende


demostrar su identidad ni legitimidad representativa de manera absoluta sino
demostrar con su operación misma que cuenta con ambas en grado razonable.
 Autoubicarse respecto a la gama de políticas públicas y, por tanto, de "actores"
que le interesan.
 Autolimitarse también en el espectro de las "posiciones sociales o políticas" que
asuma.
 Y seleccionar ciertos valores humanos y éticos a los que sus miembros quieren
ser particularmente sensibles (como la equidad e inclusión, la formación
humana integral, la responsabilidad por el futuro de México a largo plazo, etc.),
que constituyan el fundamento de su "pensamiento educativo".
Responder a las preguntas anteriores y a la "conclusión tentativa" implica realizar un
ejercicio colectivo de reflexión que no haremos aquí. En el Anexo se presentan algunas
herramientas útiles para realizarlo.

Surgimiento:
Se constituyó a finales de 1998, por iniciativa de Pablo Latapí Sarre, como una instancia de participación y análisis
de los temas vinculados al desarrollo educativo. Sus miembros, la mayoría investigadores, proceden de distintas
universidades mexicanas, públicas y privadas; con el tiempo algunos salieron para reintegrarse posteriormente,
mientras otros continúan colaborando, y año con año se suman nuevos miembros. El primer comunicado del
organismo apareció en enero de 1999. Desde entonces, OCE convoca a los ciudadanos para que participen del
objetivo de abrir un nuevo canal de interlocución con la sociedad y las autoridades educativas, iniciativa a la que se
han sumado también maestros de escuelas públicas y particulares, periodistas y comunicadores, padres de familia,
líderes sociales y ciudadanos en general.

Descripción:
Espacio social para la observancia crítica y el análisis de la política educativa, contribuyendo a la formación de una
opinión pública mejor informada, responsable y crítica promoviendo la participación activa en la discusión de
asuntos relacionados con la educación nacional, así como el acercamiento con las autoridades educativas
demandando el esclarecimiento de sus políticas y acciones.

OCE es un grupo de ciudadanos comprometidos con el desarrollo de la educación nacional (investigadores,


maestros, comunicadores, líderes sociales, padres de familia, estudiantes y ciudadanos en general), que promueve
la reflexión, la discusión y la responsabilidad pública sobre la educación.

OCE difunde (a través de distintas publicaciones) el estado que guarda la educación en México, buscando que los
resultados de estas investigaciones sean tomados en cuenta en las decisiones políticas y en la practica educativa.

Objetivos:
- Abrir un espacio social, de carácter plural, para la reflexión de los problemas educativos del país y formular
propuestas para resolverlos.
- Ejercer una vigilancia crítica de las políticas educativas.
- Contribuir a consolidar una opinión pública mejor informada, responsable y crítica que participe activamente en la
discusión de asuntos relacionados con la educación nacional.
- Establecer un diálogo con las autoridades educativas demandando esclarecimiento de sus políticas y acciones o el
cumplimiento de metas prometidas, buscando conjuntamente con ellas propuestas pertinentes.

Potrebbero piacerti anche