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Universidad Santiago de Chile

Facultad de Humanidad
Magister en Filosofía política
Filosofía Política Moderna y Contemporánea

Marxismo e Indigenismo en el pensamiento de José Carlos Mariátegui


(Marcelo Obligado)

José Carlos Mariátegui, es considerado por muchos intelectuales como el primer marxista
de Latinoamérica. Y no es que no existieran lectores, escritores o pensadores marxistas,
antes de su aparición, de hecho podrían nombrarse intelectuales como Juan Bautista Justo
(1865-1928), Farías Brito (1862-1917) o José Ingenieros (1877-1925), sin embargo, es
Mariátegui el primer intelectual “que ha inculturado el marxismo en Latinoamérica” como
teoría y praxis revolucionaria1 (Ribas, 2008, p. 85).
Resulta complejo entender el indigenismo de Mariátegui, si no entendemos la
influencia del marxismo en su pensamiento. Para él, el marxismo es una herramienta de
análisis que debe ser adaptada a las particularidades latinoamericanas, para lograr
comprender la realidad del continente según su propio materialismo histórico. Bajo esa
perspectiva, se debe poner atención a la realidad de la nación peruana, compuesta en sus
tres cuartas partes por indígenas que han sufrido el despojo de su tierra y que han sido
relegados a la servidumbre y la miseria. “Los indígenas deben levantarse en una lucha
reivindicativa”, esta es la consigna que da origen al indigenismo de Mariátegui. (Chang-
Rodríguez, 2009, p. 104)
El pensamiento de Mariátegui sigue vigente en la actualidad, sobre todo en
sociedades que no han sabido enfrentar las problemáticas indígenas, y que buscan imponer
“soluciones” desde las modernas perspectivas de integración “socio-Estatal”. Bajo mi punto

1
La cursiva es mía.
de vista, a las naciones les ha faltado entender estos problemas desde sus propias realidades
histórico-materiales, por lo que una relectura del pensamiento de José Carlos Mariátegui se
hace urgentemente necesaria. Ese es el sentido de esta monografía, en la que expondré, a
grandes rasgos, la vida de Mariátegui con el fin de contextualizar su pensamiento, y
posteriormente, me enfocaré en desarrollar las nociones del marxismo y del indigenismo
propuestas por este pensador peruano.

Entre Perú y Europa: las experiencias que marcaron la obra de Mariátegui.

José Carlos Mariátegui nació en Perú, en la localidad de Moquegua el 14 de junio de 1894.


Hijo de Francisco José Mariátegui, empleado en el Tribunal Mayor de Cuentas y de Amalia
La Chira, una modista que se desempeñó esta labor para poder superar las necesidades de la
familia, pasó su infancia en Lima y en Huacho (Massardo, 2011) (Alarcón, 2017).
Aprendió a leer a temprana edad, y siendo muy pequeño, estuvo internado en la
clínica Maisón de Santé en Lima, a causa de un accidente escolar que daño una de sus
piernas. Durante su estadía en el internado, tuvo que guardar reposo por cerca de tres años,
dedicándose a leer como única forma de entretención. (Alarcón, 2017).
En 1909 con 15 años de edad, inicia su vida laboral, trabajando como ayudante en el
taller de linotipia2 en el diario “La Prensa” en Lima, y un año después es ascendido a
“ayudante de linotipista y corrector de pruebas” (Flores, 1989, p. 25).
En 1911 escribe su primer artículo y en 1914, adoptará el pseudónimo de Juan
Croniqueur, redactando numerosos escritos sobre arte y literatura. (Alarcón, 2017, p. 13)
Entre 1916 y 1918, participa en varias revistas, como “El Tiempo”, “El Turf” y
“Nuestra Época”. En 1917 gana un premio periodístico de la Municipalidad de Lima y es
electo como vicepresidente del círculo de periodistas (Massardo, 2011). Cabe señalar que
Mariátegui se ha formado como periodista de forma autodidacta, y no cuenta con estudios
superiores formales, sin embargo fue capaz de lograr todo esto, solo con 21 años de edad.

2
Según la RAE La linotipia es una “Máquina de componer, provista de matrices,

de la cual sale la línea formando una sola pieza.”

(Extraído de http://dle.rae.es/?id=NNb5AWv consultado el 18 de noviembre a las 17:37 horas.)


A principios del siglo XX, surgieron en Perú, numerosos movimientos sociales, a
raíz de las malas condiciones de vida y laborales que debían enfrentar los trabajadores
portuarios, obreros y campesinos. En este contexto, Mariátegui, en compañía de su amigo
Cesar Falcón, funda en 1919 la revista “La Razón”, en la que escribe artículos en apoyo al
movimiento obrero, defendiendo todas sus formas de lucha. El presidente del Perú,
Augusto Leguía, consideró que esta revista era una amenaza para su gobierno, así que la
clausuró, y además ofreció a sus directores la posibilidad de viajar a Europa en calidad de
agentes de propaganda del Perú, con el fin de alejarlos del país y proteger su mandato
(Alarcón, 2017, p.8).
En Europa, Mariátegui observa las consecuencias sociales, políticas y económicas
de la primera guerra mundial. Se establece en Italia, se casa con Ana Chiappe, y comienza a
estudiar a Marx, Benedetto Croce, Georges Sorel, Piero Gobetti y sigue animosamente las
publicaciones que llevaba a cabo Antonio Gramsci, e ingresa al Partido Socialista Italiano.
Todos estos intelectuales van a marcar profundamente su forma de pensar, llevándolo a
abrazar la perspectiva italiana del marxismo, caracterizada por defender una praxis
historicista (Massardo, 2011). Imbuido de todo ese conocimiento, José Mariátegui vuelve al
Perú en 1923.
En 1924, Mariátegui vuelve a tener problemas con una de sus piernas, la que
termina siendo amputada, debido a esto “pasa por una crisis emocional, que logra superar
gracias a su vocación intelectual y política. Empieza a colaborar con la revista Mundial. El
año 1925, es propuesto por los estudiantes para una cátedra universitaria, pero no es
aceptado por el rector, toda vez que no poseía título académico” (Alarcón, 2017, p.16).
En octubre de 1925, Mariátegui publica su primer libro “La escena Contemporánea”
bajo el sello editorial Minerva. Luego comienza a radicalizar sus posturas políticas al
participar en el A.P.R.A. (Alianza Popular Revolucionaria Americana) y en la creación del
Partido Socialista Peruano, luego de romper relaciones con el APRA y su fundador Víctor
Raúl Haya de la Torre. Además desarrolla sus visiones indigenistas, polemizando con
Alberto Sánchez y presentando sus ideas en el Congreso Constituyente de la Confederación
Sindical de Latino América y la primera Conferencia comunista Latinoamericana, realizada
en Buenos Aires. (Alarcón, 2017, p.16).
En septiembre de 1926, Mariátegui sacó a la luz, el primer ejemplar de la revista
Amauta, señalando que el origen de su revista se debe a que:
“En el Perú se siente desde hace algún tiempo una corriente, cada día más vigorosa y
definida, de renovación. A los fautores de esta renovación se les llama vanguardistas,
socialistas, revolucionarios, etc. La historia no los ha bautizado definitivamente todavía.
Existen entre ellos algunas discrepancias formales, algunas diferencias psicológicas. Pero
por encima de lo que los diferencia, todos estos espíritus ponen lo que los aproxima y
mancomuna: su voluntad de crear un Perú nuevo dentro del mundo nuevo. Las
inteligencias, la coordinación de los más volitivos de estos elementos, progresan
gradualmente. El movimiento -intelectual y espiritual adquiere poco a poco organicidad.
Con la aparición de “Amauta” entra en una fase de definiciones.” (Sciorra y Gálvez, s.f., p.
3-4)
Amauta existirá entre 1926 y 1930, y en esta revista, Mariátegui expondrá su
adherencia al socialismo y además ahondará en la temática indígena acompañando la
revista con ilustraciones indoamericanas. (Sciorra y Gálvez, s.f.)
En 1928, publica su mayor obra "7 Ensayos de Interpretación de la Realidad
Peruana", en la que expone su visión sobre la realidad de su país, y propone posibles
soluciones a las problemáticas que la aquejan. (Alarcón, 2017, p.19).
Mariátegui Fallece el 16 de abril de 1930, luego de haber tenido problemas de salud,
a raíz de la eterna molestia que sufría en una de sus piernas. (Alarcón, 2017, p.17).

Marxismo e Indigenismo en en el pensamiento de José Carlos Mariátegui

He afirmado la idea, de que no se puede entender el indigenismo que abrazó


Mariátegui, si no se entienden las lecturas que éste hizo sobre el marxismo. Por tanto,
iniciaré este apartado, exponiendo las influencias y las características del marxismo que
propone Mariátegui, para luego analizar y desarrollar los postulados indigenistas expuestos
por “El Amauta”.
El Marxismo en el pensamiento de Mariátegui

Como ya se ha mencionado, Mariátegui recibió la herencia marxista italiana, que se


caracterizó por centrar el enfoque de las lecturas marxistas en los aspectos culturales e
intelectuales por sobre los económicos (Quijano, 2007), y en poner el énfasis en la praxis
revolucionaria, llenándola de una carga mítica (Massardo, 2011).
El primer elemento que podemos encontrar interesante en el marxismo de
Mariátegui, es su visión sobre el materialismo histórico, puesto que el autor interpreta que
el marxismo no es un “cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los
climas históricos y todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma
de la historia. El marxismo, en cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el
ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades” (Mariategui, 1927,
p.35-36), por lo tanto, cada país tendrá su propia base teórica según las condiciones de su
materialismo histórico.
Otro elemento que incorpora Mariátegui a su interpretación marxista, es dotar la
concepción revolucionaria de una carga mítica, puesto que para él, el mito es el motor de la
historia, porque el “mito mueve al hombre en la historia. Sin un mito la existencia del
hombre no tiene ningún sentido histórico. La historia la hacen los hombres poseídos e
iluminados por una creencia superior, por una esperanza super-humana; los demás hombres
son el coro anónimo del drama.” (Mariátegui, 1925 p. 18). Con esta concepción, queda
claro el rol que ocupa el mito como el impulsor de los actos revolucionarios, puesto que
como afirma Mariátegui (1925), “El proletariado tiene un mito: la revolución social. Hacia
ese mito se mueve con una fe vehemente y activa. La burguesía niega; el proletariado
afirma. La inteligencia burguesa se entretiene en una crítica racionalista del método, de la
teoría, de la técnica de los revolucionarios. ¡Qué incomprensión! La fuerza de los
revolucionarios no está en su ciencia; está en su fe, en su pasión, en su voluntad.” (p. 22)
Como vemos, la convicción de que la revolución tendrá éxito y traerá un futuro mejor está
sostenida en el mito revolucionario. Dicho mito debe ser realizado a través de la voluntad
del obrero. Para Rogelio Cedeño (s.f.) el voluntarismo es central en los postulados de
Mariátegui, pues "Se trata de que la revolución, en sí misma, no consiste en la mera
constatación del cumplimiento de unas leyes de la economía y la sociedad sino de la
determinación del sujeto revolucionario de actuar sobre la realidad en que ordinariamente
se encuentra, sin esperar que se den todas las "condiciones" preestablecidas para el "éxito"
de la acción revolucionaria” (p. 15).
A grandes rasgos, estos son los elementos más importantes del pensamiento
marxista de Mariátegui, que podemos sintetizar uniendo el carácter propio del materialismo
histórico de cada sociedad, con el desarrollo de una noción revolucionaria, basada en el
mito y en la voluntad del revolucionario de actuar sobre su propia realidad. Con esto
observamos que el marxismo de Mariátegui se aleja del marxismo científico y
exacerbádamente teórico abstracto.

El Indigenismo en el pensamiento de Mariátegui

Cuando José Mariátegui vuelve al Perú, comienza a estudiar su nación,


identificando varios problemas sociales, pero preocupándose fundamentalmente en el
problema del indio. Eugenio Chang-Rodríguez (2009), señala que Mariátegui se vuelve
indigenista el 9 de diciembre de 1924 al escribir “El Problema Primario del Perú” (p.104).
Podemos afirmar, que Mariátegui condensó gran parte de su pensamiento
indigenista en su célebre texto “7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”,
escrito en 1928. En dicho texto, el autor relata el problema que viven los indígenas del Perú
en condición de pobreza, miseria y servidumbre. José Carlos Mariátegui comienza su
análisis, trazando una trayectoria del origen económico del Perú, señalando que “En el
Imperio de los Inkas, (…), lo más interesante era la economía. Todos los testimonios
históricos coinciden en la aserción de que el pueblo inkaico –laborioso, disciplinado,
panteísta y sencillo– vivía con bienestar material” (Mariátegui, 2007, p. 8).
Con la llegada de los españoles todo cambia, ya que estos comienzan “a cultivar el
suelo y a explotar las minas de oro y plata.” y “Sobre las ruinas y los residuos de una
economía socialista, echaron las bases de una economía feudal” (Mariátegui, 2007, p. 8).
Este cambio dañó profundamente la situación de los pueblos originarios de
América, lo que se potenció con la independencia y el establecimiento de la República del
Perú. Porque, “mientras la Conquista engendra totalmente el proceso de la formación de
nuestra economía colonial, la Independencia aparece determinada y dominada por ese
proceso” (Mariátegui, 2007, p. 11) Con el paso del tiempo, Perú fue formando una pequeña
burguesía que convivió con el campesinado ubicado mayoritariamente en la sierra peruana.
En el capítulo “El problema del Indio”, Mariátegui se lanza derechamente a exponer
la situación indígena en el Perú y a proponer su reivindicación. Comienza afirmando que la
crítica socialista es la que mejor descubre el problema del indio, puesto que “La cuestión
indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la
tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas de administración o policía, con
métodos de enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial o adjetivo,
mientras subsista la feudalidad de los “gamonales” (Mariátegui, 2007, p. 26).
Según Mariátegui el problema del indio escapa a las explicaciones de tipo racial,
puesto que estas explicaciones fueron un invento del hombre blanco para legitimar la
conquista. El problema del indio americano es un problema relacionado netamente con la
tierra (Mariátegui, 2007).
La solución de la problemática indígena propuesta por Mariátegui, se basa en la
construcción de vínculos a nivel nacional, de las comunidades indígenas, las que deben ser
motivadas por su propia voluntad: “A los indios les falta vinculación nacional. Sus
protestas han sido siempre regionales. Esto ha contribuido, en gran parte, a su abatimiento.
Un pueblo de cuatro millones de hombres, consciente de su número, no desespera nunca de
su porvenir. Los mismos cuatro millones de hombres, mientras no sean sino una masa
inorgánica, una muchedumbre dispersa, son incapaces de decidir su rumbo histórico.”
(Mariátegui, 2007, p. 38). Además de este postulado, el autor afirma que se debe terminar
con el latifundio y la servidumbre para terminar con la feudalidad y, consecuentemente, con
el problema de la tierra.
Haciendo un análisis del indigenismo de Mariátegui, podemos identificar algunos
elementos desarrollados a partir de su pensamiento marxista. Cuando afirma, por ejemplo,
que el problema del indio es un problema nacional y un problema que se basa en la tierra,
Mariátegui está reconociendo el materialismo histórico y las características propias de su
nación. De ahí que toma sentido el recorrido que hace sobre la economía peruana bajo la
colonia y bajo la república, identificando en ambas estructuras económicas un feudalismo
predominante.
Luego se refiere a la solución de la problemática indígena bajo la premisa de que los
propios indios deben unirse para tomar conciencia de sus problemas y lograr superarlos.
Finalmente podemos identificar en el concepto de “la tierra” una mitificación de
algo material como objeto de lucha, puesto que esta, le pertenece a los indios desde tiempos
ancestrales y deben luchar para recuperarlas.
Otro aspecto marxista podemos observarlo cuando Mariátegui afirma que el indio
en su condición de oprimido, no puede ser creador de su riqueza, por lo tanto, solo cuando
este obtenga para sí, la rendición de su trabajo, podrá ser consumidor y productor, y de esta
forma, emanciparse de su miseria (Mariátegui, 1925).

A Modo de Conclusión

La vida de Mariátegui, estuvo marcada en gran medida, por su acción política.


Incluso antes de abrazar al marxismo, participó en revistas de divulgación política. Muestra
de esto fue su elección como vicepresidente del círculo de periodistas y su participación en
la revista “La Razón”, en la que apoyó abiertamente al movimiento obrero y que le valió
ser “trasladado” a Europa. En el viejo continente, se nutrió de ideales socialistas,
participando del próspero y particular Partido Socialista Italiano con todo lo que eso
conllevaba. De vuelta en el Perú, reveló un “secreto a voces”, afirmando que el problema
indígena era un problema nacional, pero que nadie quería ver o asumir. Utilizando el
marxismo o el socialismo, logró adecuar un ideal emancipatorio a las comunidades
indígenas, a través de un elemento que los indígenas conocían muy bien: el Mito.
Fomentó la lucha política lejos del reformismo parlamentario, participó en la
creación del Partido Socialista Peruano. Abogó por la unión de los oprimidos, y acusó la
vigencia en plena república, de un colonialismo que fundó su estructura en una mezcla
destructora entre feudalismo y capitalismo.
La principal herramienta de lucha de Mariátegui, fue el periodismo, publicando
numerosos artículos en diferentes revistas que él mismo creó y dirigió. Me llama
poderosamente la atención, el hecho de que Mariátegui nunca pisó una universidad en
calidad de estudiante. La formación de su intelectualidad y pensamiento es de carácter
autodidacta, lo que aumenta enormemente sus méritos, considerando la enorme cantidad de
escritos que produjo en sus cortos 36 años de edad.
Esta monografía, dejó gran parte de la extensa obra de Mariátegui sin análisis. Estas
pueden articularse como otras posibles monografías. El amauta fue crítico de arte y
literatura, poeta e incluso escribió novelas y obras de teatro.
Dentro de las temáticas que se abordaron en esta monografía, se pueden desprender
investigaciones enfocadas a identificar la influencia del marxismo italiano en el
indigenismo de Mariátegui, o realizar un análisis exhaustivo de las ideas que fueron
expuestas en la revista Amauta. Otro tema que puede ser analizado, es el enfrentamiento
que tiene José Mariátegui con Alberto Sánchez, en torno a la problemática indígena, o la
ruptura que experimenta con Haya de la Torre.
Me gustaría terminar esta monografía, señalando que Mariátegui propone un
método de análisis con posibilidades de prosperar en el tiempo, al defender la flexibilidad
de un marxismo que se ampara en un materialismo histórico característico de cada grupo
humano. Creo que por esta senda, debiese ir el análisis político, Estatal y social, que le
debemos como nación al pueblo Mapuche.

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Mariátegui. Amnis [En ligne], 2 | 2002, mis en ligne le 30 juin 2002, consulté el 20
noviembre 2017. URL: http://amnis.revues.org/172 ; DOI : 10.4000/amnis.172

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