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N° 4759-2007-La Libertad
3. Considerando:
Primero: Que, por los efectos de la sentencia a emitirse, previamente se
examina la causal del error in procedendo.
Segundo: La fundamentación de la causal de contravención de las normas
que garantizan el derecho a un debido proceso, se limita a describir las
normas que invoca, pero no puntualiza ni identifica el vicio procesal en que
habría incurrido la sentencia de vista. Por otro lado, los dispositivos de la
Ley de Procedimiento Administrativo General número 27444, relativos al
debido procedimiento administrativo no son pertinentes a este proceso, que
es judicial y en el que se ventila una pretensión indemnizatoria. Por esta
razón tampoco lo son las normas del Código Procesal Constitucional. En
casación, los jueces no pueden suplir a las partes en la fundamentación de
los agravios de su recurso, en virtud del principio de iniciativa de parte que
lo rige.
Tercero: Las instancias de mérito han establecido que con fecha diecisiete
de junio del dos mil tres, en la localidad de Shorey, Santiago de Chuco, el
vehículo de placa WH- seis dos siete seis conducido por Pedro Pablo
Colmenares Alvarado, que transportaba quinientas cajas de dinamita hasta
la Mina Panamerican Silver, fue atacado por delincuentes, produciéndose
un enfrentamiento con armas de fuego con el personal policial que
custodiaba el vehículo, lo cual ocasionó la explosión de la dinamita,
produciendo la muerte de todos los ocupantes, entre ellos del conductor
Pedro Pablo Colmenares Alvarado.
Cuarto: El artículo 1970 del Código Civil regula la responsabilidad
denominada objetiva, y establece que al producirse un daño con un bien o
una actividad riesgosa o peligrosa, no es necesario determinar la culpa o
dolo del agente. La sociedad ha creado este tipo de responsabilidad, diferente
a la denominada subjetiva, pues los progresos materiales han traído como
consecuencia el crecimiento de los riesgos que deben sufrir las personas y
sus bienes, y se aplica en aquellos casos en que se produce daño empleando
un instrumento o un quehacer que por sí solo es riesgoso o peligroso, que
encuentra sustento además en el aforismo latino cujus commodum est, ejus
est periculum.
Quinto: La doctrina italiana propone la distinción entre una responsabilidad
objetiva por riesgo de una responsabilidad objetiva por exposición al
peligro. Así lo explican en nuestro medio los profesores Gastón Fernández
Cruz y Leysser León Hilario, quienes sostienen que la responsabilidad por
riesgo aparecería siempre vinculada a una actividad humana reflejando una
valoración esencialmente económica del alea que un sujeto asume al
emprender una empresa o un negocio, mientras que la responsabilidad por
exposición al peligro importa una amenaza notable de daño a terceros
derivada de una determinada actividad o de un determinado
comportamiento o situación. Al final, estos profesores concluyen que cuesta
diferenciar los conceptos de riesgo y peligro y que el principio que
sustentaría la responsabilidad objetiva es aquel que ejercita actividades
peligrosas debe responder de todos los daños que tal actividad cause a
terceros (En Código Civil comentado por los cien mejores especialistas, Tomo
X, primera edición, Editorial Gaceta Jurídica, Lima, dos mil cinco, páginas
setenta y cinco y ciento treintiséis).
Sexto: En este caso, no se corrobora la interpretación errónea del artículo
1970 del Código Civil, porque la recurrida ha concluido en la fractura del
nexo causal, específicamente en el hecho de un tercero, que es el asalto por
delincuente a mano armada del camión cargado con dinamita y que luego
explotó. En general, la fractura del nexo causal se configura cada vez que, en
un determinado supuesto se presenta un conflicto entre dos conductas o
causas sobre la realización de un daño, el mismo que será resultado de una
sola de dichas conductas. Demostrada la fractura o ruptura del nexo causal
implica la exoneración de la responsabilidad civil. Así resulta de lo dispuesto
en el artículo 1972 del mismo cuerpo legal, cuando hace la salvedad que no
hay obligación de reparar el daño, cuando este fue consecuencia, entre
otros, de hecho determinante de tercero. En este caso la intervención de los
terceros delincuentes configura un nuevo elemento que lleva decisivamente a
la producción del daño y que es ajeno al agente primitivo, por lo que esa
intervención es la determinante del daño.
Sétimo: En lo concerniente a la inaplicación del artículo 219 inciso 1 del
Código Civil, se observa que en esta causal el recurrente debe demostrar la
pertinencia de la norma legal con el juicio de hecho establecido en la
instancia, y en este proceso no se encuentra en discusión la nulidad de un
acto jurídico, razón por la cual se debe desestimar este motivo.