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La libertad critica en las discusiones entre los socialistas y demócratas de todos los

países. para nadie es un secreto que, en el seno de la socialdemocracia internacional,


se han formado dos tendencias cuya lucha ora se reaviva y levanta llamas ora se
calma y consume bajo las cenizas de impresionantes “resoluciones de armisticio”. La
socialdemocracia debe dejar de ser el partido de la revolución social para convertirse
en un partido democrático de reformas sociales, el socialismo no se debe basar en
argumentos científicos. la “nueva” tendencia “crítica” no ha tenido que desarrollarse ni
formarse: ha sido trasplantada directamente de las publicaciones burguesas a las
publicaciones socialistas.
Precisamente esta consigna “libertad de crítica” ha sido en los últimos tiempos por
Rabócheie Dielo, órganos de la Unión de Socialdemócratas Rusos en el Extranjero.
Los socialdemócratas alemanes, se dice, reconocen la completa libertad de crítica;
pero los franceses no. Francia es el único país donde los bernsteinianos han intentado
actuar de forma independiente.
Rusia se distinguió por la unión de elementos a todas luces heterogéneos bajo una
bandera común para combatir a un enemigo común. la unión con los marxistas legales
fue una especie de primera alianza verdaderamente política concertada por la
socialdemocracia rusa. Los socialdemócratas tienen planteada ahora una tarea difícil
que es la tarea de combatir la nueva corriente. contradicción en que se halla la
reivindicación de “libertad de crítica” con las peculiaridades de la crítica patria y del
“economismo” ruso. En Alemania, los socialdemócratas revolucionarios, están a favor
de mantener lo que existe: el viejo programa y la vieja táctica, que todo el mundo
conoce en cambio los “críticos”, quieren introducir modificaciones; en Rusia, en
cambio, son los críticos y los “economistas” quienes desean mantener lo que existe;
en cambio, a los socialdemócratas revolucionarios les molesta lo que existe en el
momento actual.
El ejemplo de los socialdemócratas rusos ilustra con particular evidencia un fenómeno
europeo general: la famosa libertad de crítica no significa sustituir una teoría con otra,
sino liberarse de toda teoría íntegra y meditada. los últimos tiempos se han distinguido
por una reanimación de las tendencias revolucionarias no socialdemócratas. En
segundo lugar, el movimiento socialdemócrata es internacional por naturaleza.
Significa también que el movimiento incipiente en un país joven sólo puede
desarrollarse con éxito a condición de que aplique la experiencia de otros países. En
tercer lugar, ningún otro partido socialista del mundo ha tenido que afrontar tareas
nacionales como las que tiene planteadas la socialdemocracia rusa.
Engels reconoce tres formas de la gran lucha de la socialdemocracia, y no dos (la
política y la económica), colocando también a su lado la lucha teórica. las
peculiaridades insulares del movimiento inglés y la represión violenta del francés
hacen que los obreros alemanes se encuentren ahora a la cabeza de la lucha
proletaria. Sobre todo, los jefes deberán instruirse cada vez más en todas las
cuestiones teóricas, desembarazarse cada vez más de la influencia de la fraseología
tradicional, propia de la vieja concepción del mundo, y tener siempre presente que el
socialismo, desde que se ha hecho ciencia, exige que se le trate como tal, es decir,
que se le estudie y se debe cimentar cada vez más fuertemente la organización del
partido, así como la de los sindicatos.
Si bien es verdad que los motines eran simples levantamientos de gente oprimida, no
lo es menos que las huelgas sistemáticas representaban ya embriones de lucha de
clases. En cambio, la doctrina del socialismo ha surgido de teorías filosóficas,
históricas y económicas elaboradas por intelectuales, por hombres instruidos de las
clases poseedoras. Por su posición social, los propios fundadores del socialismo
científico moderno, Marx y Engels, pertenecían a la intelectualidad burguesa. De igual
modo, la doctrina teórica de la socialdemocracia ha surgido en Rusia independiente
por completo del crecimiento espontáneo del movimiento obrero. señalaron también
desde el primer momento las más amplias tareas históricas de la socialdemocracia
rusa, en general, y la tarea de dar al traste con la autocracia, en particular.
El lema del movimiento obrero debe ser: “lucha por la situación económica”. Importa
señalar aquí tres circunstancias que nos serán de gran utilidad para seguir
examinando las divergencias actuales. En primer lugar, el sometimiento de la
conciencia a la espontaneidad, antes mencionado, se produjo también por vía
espontánea. En segundo lugar, El fenómeno consistente en que los partidarios del
“movimiento puramente obrero”, los admiradores del contacto más estrecho y más
“orgánico” con la lucha proletaria, los adversarios de todos los intelectuales no obreros
se ven obligados a recurrir, para defender su posición, a los argumentos de los
“exclusivamente tradeunionistas” burgueses; la tarea de la socialdemocracia, consista
en combatir la espontaneidad, en apartar el movimiento obrero de este afán
espontáneo; a ideología socialdemócrata ha podido conquistar esta supremacía y
podrá mantenerla sólo en lucha tenaz contra todas las demás ideologías. La ideología
burguesa es, por su origen, mucho más antigua que la ideología socialista, porque su
elaboración es más completa y porque posee medios de difusión incomparablemente
mayores. En tercer lugar, Mysl nos muestra que la denominación de “economismo” no
expresa con suficiente exactitud la esencia de la nueva corriente, es muy frecuente
que la lucha económica de los obreros esté ligada a la política burguesa.
Al reconocer plenamente la lucha política que surge en forma espontánea del propio
movimiento obrero, renuncia por completo a elaborar independientemente una política
socialdemócrata específica que corresponda a los objetivos generales del socialismo y
a las condiciones actuales de Rusia. El movimiento obrero de masas surgido en los
últimos años es, a juicio nuestro, un fenómeno de la mayor importancia de la vida rusa
y está llamado principalmente a determinar las tareas y el carácter de la actividad
literaria de la Unión”. Es indiscutible que el movimiento de masas representa un
fenómeno de la mayor importancia. Puede concebirse de dos maneras: o bien en el
sentido del culto a la espontaneidad de ese movimiento, o bien en el sentido de que el
movimiento de masas nos plantea nuevas tareas teóricas, políticas y orgánicas

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