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BULLYING

A pesar de los esfuerzos por darle visibilidad al acoso escolar, la mayoría de los
casos de bullying aun pasan inadvertidos. Según una encuesta realizada por el
Observatorio de la Convivencia Escolar de la UCA, 1 de cada 4 alumnos entre 10 y
18 años manifestó tenerle miedo a alguno de sus compañeros.

Frente a la violencia indirecta, el 46% dice sufrirla “a veces” y el 11%, “mucho”. En


las edades más tempranas interviene más la agresión física directa y verbal,
mientras que en el secundario se transforma en indirecto (murmuraciones,
amenazas, robos) y lo social (rechazo y aislamiento), algo muy preocupante, ya que
la aceptación en el grupo es crucial.

El 32% dice sufrir a veces agresiones físicas y el 62%, agresiones verbales. Aunque
también hacen autocrítica: el 62% confió haber maltratado a sus compañeros a
veces y el 6% continuamente.

Uno de los principales desafíos para los docentes y padres es distinguir este
problema, definirlo y poder entender sus implicancias.

Por lo general los maestros y padres son los últimos en enterarse del problema,
ante reiterados hechos de violencia, el 57% de los niños se calla y, del resto, el 70%
se lo comunica a sus amigos, después a los padres y finalmente, al docente. Esto
hace que se incremente su invisibilidad, sea tan difícil de prevenir y mucho más
complejo delinear estrategias para tratarlo.

¿Qué es el bullying?

Es una forma grave y específica de violencia escolar, un maltrato normalmente


intencionado y perjudicial de un estudiante hacia otro compañero, generalmente
más débil, al que convierte en su víctima habitual. Suele ser persistente y reiterado,
puede durar semanas, meses e incluso años. La mayoría de los agresores actúan
movidos por un abuso de poder y un deseo de intimidar y dominar. No es un conflicto
normal entre pares, sino que se trata de un problema sobre el que todos los adultos
debemos involucrarnos y detener con urgencia.

Si bien hay determinados rasgos que nos hacen pensar que un chico tiene más
posibilidades de verse involucrado en una situación de bullying, como hostigado o
como hostigador, todos los que participan en alguna medida están siendo afectados.

“Creemos firmemente que el bullying se aprende y, por lo tanto, también puede


desaprenderse. No se trata de etiquetar ni humillar a los estudiantes que acosan,
sino de ayudarlos a abandonar esa manera de comportarse.
Para esto, es necesario que los adultos responsables (padres y docentes) asuman
que el problema existe, que es más frecuente de lo que parece, que tengan
conciencia de su importancia y de las consecuencias graves que puede tener y,
especialmente que ellos deben intervenir lo más pronto posible porque las
situaciones de malestar crónico si no se detienen, crecen”, enfatiza la especialista.

CÓMO DARTE CUENTA SI TU HIJO SUFRE BULLYING

* Señales de alerta en la escuela y en las tareas escolares

- Cambio repentino en la asistencia a clase o en el rendimiento académico.

- Éxito académico, parece el niño mimado o la niña mimada del profesor o de la


profesora.

- Le cuesta concentrarse en clase, se distrae con facilidad.

- Se va tarde al recreo y regresa pronto al aula.

- Tiene algún tipo de dificultad en el aprendizaje.

- Falta de interés en las actividades o en actos de la escuela.

- Deja de asistir a actividades de la escuela que le gustaban.

* Señales de alerta en cuanto a lo social

- Solitario, retraído, aislado.

- Escasas o nulas habilidades sociales/ interpersonales.

- No tiene amigos ni amigas o tiene menos que otros estudiantes; poco popular,
suelen elegirlo último o última para formar grupos o equipos.

- No tiene sentido del humor o tiene un humor inapropiado.

- Otros estudiantes suelen burlarse o reírse de él o de ella, le toman el pelo, lo


menosprecian y/o insultan. No sabe hacerse valer.

- Otros estudiantes lo molestan, y le dan patadas o golpes a menudo. No sabe


defenderse.
- Utiliza un lenguaje corporal característico: hombros encorvados, cabeza gacha, no
mira a las otras personas a los ojos, los rehúye.

- Tiene una diferencia ostensible que lo aparta de sus compañeros o compañeras.

- Prefiere la compañía de los adultos en los tiempos libres.

- Toma el pelo, molesta o irrita a otros, los provoca y no sabe cuándo parar.

- Empezó de pronto a acosar a otros estudiantes.

* Señales de alerta en lo físico

- Frecuentemente enfermo.

- Se queja frecuentemente de dolores de cabeza, de panza, etc.

- Arañazos, moretones, ropa u objetos personales rotos o dañados sin una


explicación obvia.

- Repentino tartamudeo.

- Tiene una diferencia de carácter físico que lo aparta de sus iguales: lleva anteojos,
tiene sobrepeso o pesa menos de lo que debería, es más alto o más bajo que sus
compañeros, habla raro o tiene un aspecto raro.

- Cambió su pauta de comidas, pérdida repentina de apetito.

- Torpe, descoordinado, le va mal en los deportes.

* Señales de alerta en lo emocional, conductual

- Cambio repentino de humor o de comportamiento.

- Pasivo, huraño, callado, tímido, retraído, irritable.

- Baja o nula autoestima y confianza en sí mismo.

- En exceso sensible, cauto, apegado.

- Nervioso, ansioso, preocupado, temeroso, inseguro.

- Llora con facilidad, y a menudo, se angustia, sufre cambios de humor extremos.


- Irritable, problemático, agresivo, irascible, se revela contra otros (pero siempre
pierde).

- Se culpa de los problemas/ dificultades.

- Excesivamente preocupado por su seguridad personal; dedica mucho tiempo y


esfuerzos a pensar/ preocuparse por ir y volver a salvo del comedor escolar, del
baño, del recreo, evita siempre ciertos lugares de la escuela.

- Menciona la posibilidad de salir corriendo.

- Menciona la posibilidad de suicidio.

CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS FRENTE A UNA POSIBLE SITUACIÓN DE


ACOSO ESCOLAR

* Alrededor de los 9 ó 10 años, la conexión con el grupo de pares es fundamental,


el aislamiento es una de las situaciones sociales más dolorosas para los chicos y
puede estar acompañada de situaciones de maltrato de los pares. A través del
deporte o un hobby se puede ayudar a los chicos a conectarse con sus pares y
reducir el aislamiento. Este tipo de actividades ofrece a los chicos, la chance de
encontrar refugio y una posible plataforma para la consolidación de la autoestima y
la confianza personal.

* Enseñar a los niños a calmarse y controlar el llanto a través de ejercicios de


respiración. Esto les permite tener más dominio sobre sus conductas y no quedar
tan a la merced del acosador.

* Respirar y no tomárselo tan seriamente. Que los chicos puedan ver que “ese chico
es malo con todos, no es solo contigo”.

* Descatastrofizar: catastrofizar lleva al pánico.

* Escuchar. Cuando los chicos escuchan de un adulto que el bullying está mal, eso
ya ayuda a la autoestima y la confianza en si mismos.

* Educar las emociones. Ayudar a que los chicos puedan nombrar y registrar la
gama de emociones.

* No usar frases como “no le hagas caso”, “aguántatela”. Esto cierra los canales de
comunicación. Utilizá esta oportunidad para sostener conversaciones abiertas en
donde puedas enterarte lo que esta ocurriendo en el colegio y así poder armar un
plan de acción.

* Enseñar al niño a hacerle frente a la intimidación sin exponerse a ser maltratado


ni derrotado en una pelea. Practicar en casa para que el niño aprenda a ignorar al
acosador y/o crear estrategias enérgicas para saber que hacer frente a la situación
de acoso (por ejemplo decir “¡NO!”). Ayudar al niño a identificar maestros y amigos
que pudieran ayudarlo en caso de ser víctima de maltrato.

* Establecer límites en relación a la tecnología: los chicos necesitan la mirada a


largo plazo de un adulto acerca de las consecuencias que sus acciones pueden
tener. “¿Qué pasa si un futuro empleador ve tu Facebook?”

* En las pantallas y en los videojuegos no aparecen las consecuencias inmediatas


por agresiones o crueldades, no surge la capacidad de reparar el daño causado. La
sobreexposición a las pantallas genera menos empatía. Los padres deben colaborar
a construir esta habilidad emocional básica para los vínculos sanos y responsables.

El acoso escolar, o lo que llamamos bullying, es un tema que hoy despierta mucha
sensibilidad social y genera diferentes interrogantes. Si bien es cierto que no
estamos frente a un fenómeno nuevo, durante mucho tiempo permaneció oculto y
en silencio al dañar no solo a los afectados, sino a toda la comunidad educativa.
Hoy en día la gran difusión de información en torno al tema lo ha convertido en un
asunto prioritario en las agendas de las escuelas y en una preocupación recurrente
para muchos padres y docentes.

Sin embargo, es frecuente escuchar afirmaciones erróneas en torno al tema,


muchas de las cuales reciben poco o ningún apoyo cuando se trata de contrastarlas
con los datos empíricos. Estos falsos argumentos incluyen las hipótesis de que el
bullying es un problema de la escuela en sí, una consecuencia de que el curso sea
numeroso, o por lo contrario, de una clase con pocos alumnos.

Otras hipótesis hacen responsables a la competencia que se pueda crear dentro del
aula como un factor desencadenante, así como a las malas calificaciones, a una
autoestima muy pobre, o una baja sensación de seguridad y confianza. De hecho,
es frecuente atribuir la poca valoración que el hostigador tiene de sí mismo para
explicar su comportamiento.

Desterrar los mitos

Hoy en día, las investigaciones nos dicen que muchos de ellos tienen la autoestima
muy alta, que están satisfechos consigo mismos y que el hecho de molestar a otras
personas los posiciona mejor en su grupo de pertenencia. Es decir que, en la mayor
parte de los casos, el bullying no tiene que ver con una mayor o menor autoestima
sino con el hecho de tener poder y ejercer dominio sobre otros compañeros.

A su vez, se cree erróneamente que son los estudiantes con sobrepeso, aquellos
que usan anteojos, tienen un origen étnico diferente, o hablan en un idioma
desconocido los que con más facilidad se convierten en blancos para ser víctimas.
Lo que se sabe es que estas condiciones físicas y rasgos de dominación no son tan
relevantes a la hora de entender el bullying, como la percepción de debilidad que
tenga el niño hostigado sobre sí mismo. Aquellas explicaciones que ponen el acento
en clásicas apariencias físicas, son sólo prejuicios que hay que erradicar.

Todas estas argumentaciones ponen, en definitiva, foco en una sola causa para
explicar el acoso, cuando lo que sabemos que se trata de un fenómeno multicausal
que se desarrolla a partir de la asociación de diferentes factores de riesgo que,
combinados entre sí, generan más probabilidad que un niño padezca bullying, como
así también que otro se convierta en un hostigador.

Así podríamos enumerar un sin fin de mitos: "el acoso no son más que bromas y
burlas", "los acosadores desaparecen si se los ignora", "la mejor manera de
defenderte es devolver el golpe", entre otras. Hasta incluso afirmaciones tales como
"el bullying es algo normal de los chicos en edad escolar". Estos no son más que
mitos que hay que desterrar a fin de poder comprender la importancia del tema, y
poder así actuar de manera adecuada y sobre todo a tiempo.

El rol de los adultos

Que se burlen de una persona, que se metan con ella, que la avergüencen en
público, la amenacen, la acosen, la insulten, le hagan daño y que se haga de esto
algo reiterado en el tiempo no es algo normal del desarrollo de un niño, ni tampoco
algo que los adultos deberíamos aceptar y normalizar como "algo que dejará de
suceder". La realidad es que como padres, maestros y profesionales: necesitamos
involucrarnos.

A todos aquellos padres que tienen un hijo que está en esta situación, les
recomendamos aplicar la regla de las 3R:

* Refuerzo de información: investigá qué es lo que ocurre, profundizá en la vida


escolar del niño. Si tu hijo te dice que está siendo hostigado, no descalifiques esta
afirmación, preguntale más al respecto. En caso de que tengas alguna prueba (por
ejemplo, algún indicio de cyberbullying) guardá esa información y ponete
rápidamente en contacto con los docentes y directos escolares a fin de trabajar en
conjunto para detener esto que le ocurre. En caso de que el niño esté muy ansioso
o manifieste miedo intenso, es importante que hagas una consulta con un
profesional de la salud.

* Refuerzo del vínculo: planificá y aumentá los momentos de atención positiva a


tu hijo. Es fundamental no criticarlo si no estás de acuerdo en cómo manejó una
determinada situación. En cambio, animalo a expresar sus sentimientos, dale
permiso para desahogarse y comentarte con sinceridad como se siente. Es my
importante que el niño sienta que cuenta con el apoyo de sus padres, y que estos
son empáticos con su dolor y su problema. Establecé un canal de comunicación y
confianza. Todos los niños (aún los que demuestran lo contrario) necesitan sentir
que sus padres los escuchan y que se preocupan por ellos.

* Refuerzo de la autoestima: un niño que está siendo hostigado tiene una visión
disminuida de sí mismo. Por lo tanto, el padre debe encargarse de demostrarle lo
contrario. Una de las maneras es ayudando a que pueda encontrar y desarrollar
amistades y otras relaciones con pares fuera de la escuela a través de actividades
y grupos. También, poné especial atención en sus habilidades y virtudes y no
pierdas la oportunidad de reforzarlas y potenciarlas.

Contar con la información adecuada respecto de la naturaleza del bullying para


desterrar sus mitos es un paso fundamental para poder intervenir correctamente.
Es necesario, que los adultos responsables (padres y docentes) se concienticen de
que el problema existe, que es mucho más frecuente de lo que parece, que tomen
conciencia de que puede traer consecuencias y que debemos intervenir, hacerlo
con precisión y en el momento adecuado, ya que como otras situaciones donde hay
malestar crónico si no se detienen a tiempo pueden crecer aún más.

El acoso escolar (en inglés llamado bullying) es un tipo de violencia que se


produce entre niños y adolescentes. Se caracteriza por el maltrato psicológico,
físico o verbal dentro del colegio. Si bien no es un fenómeno nuevo, en la
actualidad se muestra con mayor frecuencia.

Por lo general, el bullying se presenta en el nivel primario y en los primeros años


del colegio secundario. No diferencia niveles socioeconómicos.

Es difícil de detectar porque se caracteriza por la clandestinidad. El niño que


acosa a otro suele estar acompañado de una “pandilla” y usan lugares
estratégicos como el recreo, la salida del colegio o los baños de los
establecimientos, para que los adultos queden fuera del circuito.

Burlas, desprecio e insultos reiterados son algunas de las manifestaciones. En el


consultorio es muy frecuente escuchar las quejas de los chicos: “me dicen que soy
gorda y las chicas no quieren jugar conmigo” o “me sacan lo que compro en el
kiosco”.

Síntomas de un niño que padece bullying

* No quiere ir a la escuela sin motivo aparente.


* Pierde el dinero dado para el almuerzo, merienda o para el colectivo.
* Tiene frecuentes cambios en el humor.
* Se manifiesta muy ansioso.
* Le cuesta conciliar el sueño.
* Se manifiesta más sensible que de costumbre (llora o se queja).
* Aparecen dolores psicosomáticos de panza o de cabeza.
Efectos posibles del bullying

* Inseguridad.
* Ansiedad.
* Miedo.
* Baja autoestima.
* Disminución del rendimiento escolar.
* Aislamiento.
* Trastornos del sueño.
* Trastornos del humor.

Cómo actuar en estos casos

En la clínica se puede ver que lo más difícil frente a un caso de bullying es poder
detectarlo. El niño debe romper el silencio y dejar a un costado cierto espíritu que
lo lleva a conservar el “secreto”.

Una vez detectado el caso, el adulto responsable, sea padre o docente, puede
alojar al niño para que se sienta contenido y le brinde información concreta sobre
los acosadores, para posibilitar un posterior trabajo.

En la escuela los gabinetes psicológicos muchas veces trabajan con los agresores
y la víctima para resolver el acoso. Resulta importante poder integrar en este
proceso a los educadores y a los padres de ambas partes para poder crear una
red de sostén y diálogo.

En muchas familias, algunos padres piensan: “son cosas de chicos”, “qué quiere
que haga, tiene alma de líder” o “los hombres se hacen a golpes”. En estos casos,
el trabajo con los padres es esclarecedor y los resultados son asombrosos.

CIBERACOSO

Otra manera de presenciarse el bullying es el ciberacoso (también conocido como


ciberbullying )que es el uso de información electrónica y medios de comunicación
tales como correo electrónico, redes sociales, blogs, mensajería instantánea,
mensajes de texto, teléfonos móviles, y websites difamatorios para acosar a
un individuo o grupo, mediante ataques personales u otros medios. Puede constituir
un delito penal.
El ciberacoso es voluntarioso e implica un daño recurrente y repetitivo infligido a
través del medio del texto electrónico.
El acoso pretende causar angustia emocional, preocupación, y no tiene propósito
legítimo para la elección de comunicaciones. El ciberacoso puede ser tan simple
como continuar mandando e-mails a alguien que ha dicho que no quiere
permanecer en contacto con el remitente. El ciberacoso puede también incluir
amenazas, connotaciones sexuales, etiquetas peyorativas.

Características del ciberacoso


Esats son algunas características de cómo se practica el cieberbullying
*Requiere destreza y conocimientos sobre Internet. Esta información la obtiene
principalmente de foros informáticos.
*Falsa acusación: La mayoría de los acosadores intentan dañar la reputación de la
víctima manipulando a gente contra él.
*Publicación de información falsa sobre las víctimas en sitios web. Pueden crear sus
propias webs, páginas de redes sociales (páginas de Facebook), blogs o fotologs
para este propósito. Mientras el foro donde se aloja no sea eliminado, puede
perpetuar el acoso durante meses o años. Y aunque se elimine la web, todo lo que
se publica en Internet se queda en la red.
*Recopilación de información sobre la víctima: Los ciberacosadores pueden espiar
a los amigos de la víctima, su familia y compañeros de trabajo para obtener
información personal. De esta forma saben el resultado de los correos difamatorios,
y averiguan cuales son los rumores más creíbles de los que no crean ningún
resultado.
*A menudo monitorizarán las actividades de la víctima e intentarán rastrear
su dirección de IP en un intento de obtener más información sobre ésta.
*Envían de forma periódica correos difamatorios al entorno de la víctima para
manipularlos.
*Manipulan a otros para que acosen a la víctima. La mayoría tratan de implicar a
terceros en el hostigamiento. Si consigue este propósito, y consigue que otros
hagan el trabajo sucio hostigándole, haciéndole fotos o vídeos comprometidos, es
posible que use la identidad de éstos en las siguientes difamaciones,
incrementando así la credibilidad de las falsas acusaciones, y manipulando al
entorno para que crean que se lo merece. A menudo la víctima desconoce la
existencia de estos hechos, debido al silencio de los testigos. Incluso el acosador
puede decir que la víctima ya conoce estas fotos/vídeos, para intentar evitar que
algún testigo le informe; incrementando así las sospechas y creando una falsa
paranoia en la víctima.
*El acosador puede trasladar a Internet sus insultos y amenazas haciendo pública
la identidad de la víctima en un foro determinado (blogs, websites), incluso
facilitando en algunos casos sus teléfonos, de manera que gente extraña se puede
adherir a la agresión.
*Quizá acuse a la víctima de haberle ofendido a él o a su familia de algún modo, o
quizá publique su nombre y teléfono para animar a otros a su persecución.
*Falsa victimización. El ciberacosador puede alegar que la víctima le está acosando
a él.
*Ataques sobre datos y equipos informáticos. Ellos pueden tratar de dañar el
ordenador de la víctima enviando virus.
*Sin propósito legitimo: quiere decir que el acoso no tiene un propósito válido, sino
aterrorizar a la víctima y algunos acosadores están persuadidos de que tienen una
causa justa para acosarla, usualmente en la base de que la víctima merece ser
castigada por algún error que dicen que ésta ha cometido.
*Repetición: quiere decir que el ataque no es un sólo un incidente aislado.
Repetición es la clave del acoso en línea. Un ataque en línea aislado, aún cuando
pueda estresar, no puede ser definido como acoso cibernético.
*Desamparo legal de estas formas de acoso, ya que aunque cierren una Web con
contenido sobre la víctima, puede abrirse otra inmediatamente.
*Es un modo de acoso encubierto.
*Es un acto de crueldad encubierta.
*El acoso invade ámbitos de privacidad y aparente seguridad como es el hogar
familiar, desarrollando el sentimiento de desprotección total.
*El acoso se hace público, se abre a más personas rápidamente.
*No necesita la proximidad física con la víctima. El 'ciberacoso' es un tipo de acoso
psicológico que se puede perpretar en cualquier lugar y momento sin necesidad de
que el acosador y la víctima coincidan ni en el espacio ni en el tiempo. Por ejemplo,
quien abusa puede mandar una amenaza desde cientos de kilómetros a
medianoche y quien lo recibe lo hará a la mañana siguiente cuando abra su correo
electrónico.
Para recordar!!

Quien observa aprende aunque parezca difícil de creer uno de los principales
aportadores a la violencia escolar es la televisión. Ya que la exposición a la violencia
aumenta las interacciones agresivas entre extraños, compañeros de clases y
amigos.

En Colombia, los niños pasan más de 21 horas semanales viendo televisión y el


consumo de medios de comunicación inicia desde antes de los 2 años, ya que las
mamas tienden a poner a sus hijos frente al televisor para que se queden tranquilos.
Los estudios muestran que los escolares expuestos a videojuegos y películas de
carácter violento presentan un comportamiento posterior similar al contenido de
estos. Mientras que se muestra el mismo resultado cuando eran expuestos a estos
mismos pero de carácter tranquilo. Lo que quiere decir que los niños imitan lo que
ven. En muchas escenas de acción los que matan sin ningún remordimiento suelen
ser atractivos lo que distorsiona la internalización de ciertos valores. Lo que quiere
decir que no es necesario que haya violencia en casa para que un niño sea violento.

La familia es el primer gran paso para lograr erradicar este problema y aunque es
muy difícil identificarlo, ya sea el hijo un agresor o un acosado.

Para poder identificarlo hay que estar al pendiente de su comportamiento y los


cambios que tengan en la conducta.

¿qué pasaría si su hijo es el acosador?

Lo primero es no dejar pasar esta conducta ya que está comprobado que si se sigue
con esto tendrá grandes probabilidades de ser un delincuente. Lo primero es dejarle
claro que no se van a tolerar el acoso, se debe ser un modelo positivo ante el ya
que casi todo lo que aprende lo hace de sus padres. Por último para ambos casos
es necesario buscar ayuda profesional ya que ellos están especializados.

En la escuela se deben establecer reglas para evitar el acoso. Lo principal es tener


vigiladas las áreas de la escuela, ya que es el primer paso para detectar si existe o
no este problema. Los profesores deben evitar que los alumnos se comporten de
forma agresiva, reprendiéndolos cada vez que lo hagan.

Los profesores también deben tratar de identificar un caso de una acosado.


También deben tener en cuenta que en ocasiones el acoso no es real y que el niño
solo lo imagina. Esto se debe a que es muy sensible y con una baja autoestima lo
que provoca que las más mínimas acciones hagan que se sienta mal. También se
da el caso de acusar solo por que castiguen a los demás, esto es muy común. Los
maestros deben tratar de inculcar valores, uno de los principales valores es la
asertividad este valor es la clave para erradicar este problema.

CONCLUSIÓN

El bullying es algo común en esta sociedad, es algo importante porque destruye la


autoestima, y la confianza de los niños. Puede llegar a la depresión y la ansiedad.
Y le crearán dificultades para adaptarse a la sociedad, comenzará a sacar malas
notas y, como mucho, puede llegar al suicidio.
Es por eso que debemos estar atentos, dedicarnos cien por ciento en esta tarea, ya
que como futuros docentes estamos en la obligación de tomar medidas para generar
cambios.
Para que no existan más casos como el de Pamela, para que ningún niño sufra más
y el agresor cambie su actitud, es algo difícil, pero no imposible, ya que vivimos en
una sociedad que cada día es mas violenta.
Reflexionemos en la forma de entregar nuestros valores, amor, respeto. No seamos
indiferentes frente a esto, ya es hora de hacer algo, algunos dirán que es solo un
sueño, pero los sueños se pueden hacer realidad.
Con esfuerzo se puede crear conciencia y así callar los gritos silenciosos de quienes
padecen este terrible mal, llamado bullying.
BULLYING

VICTOR MANUEL REDONDO FIGUEROA

Profesor: Coordinadora de desarrollo humano


Grado : 8B

SAN JOSE DE CÚCUTA


COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE FATIMA
2018
BULLYING

VICTOR MANUEL REDONDO FIGUEROA

Profesor: Coordinadora de desarrollo humano


Grado : 8B

SAN JOSE DE CÚCUTA


COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE FATIMA
2018

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