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INTRODUCCIÓN

Durante el tiempo que laboré para el Ministerio Público, en mi calidad de auxiliar


fiscal, tuve la oportunidad de descubrir todas aquellas vicisitudes por las cuales se atraviesa
al momento de iniciar la persecución penal al acaecer un hecho delictivo, en especial,
cuando se solicita autorización judicial para la práctica de una orden de allanamiento,
inspección y registro y revestir de legalidad la actuación del ente investigador, tomando en
cuenta que el derecho a la inviolabilidad de la residencia, es un derecho fundamental
establecido desde el año 1824, en la Constitución Federal de Centro América, en el Artículo
158, y de ahí en las demás Constituciones promulgadas en Guatemala.

Las diligencias de Allanamiento, Inspección y Registro de viviendas o lugares


cerrados, es una de las pruebas más recurrentes que ha utilizado el Ministerio Público para
la persecución de infinidad de hechos ilícitos, con los cuales ha logrado desarticular a las
bandas delincuenciales que han cometido delitos de trascendencia social, ya que es al ente
investigador del Estado a quien le compete esta actividad y sobre cuya institución recae la
persecución penal de aquellos delitos de acción pública o de acción pública dependiente de
instancia particular, donde se haya autorizado su intervención.

Comúnmente sucede que el fiscal del Ministerio Público, solicita la práctica de esta
diligencia por tener conocimiento que en el lugar se hallan armas de fuego de calibre
prohibido, o que en dicho lugar se encuentra oculta la persona evadida o con orden de
aprehensión librada por juez competente, pero al efectuar el registro se encuentra con
elementos de prueba (drogas o estupefacientes u otros objetos que con anterioridad fueron
sustraídos en otro hecho delictivo) que acreditan la comisión o existencia de otro delito
distinto al que se investiga o que afectan a un tercero no inicialmente investigado y que se
descubre por casualidad o en forma ocasional, cuyo hecho obviamente no estaba incluido en
la resolución judicial que habilita una medida restrictiva de derechos, y el fiscal en ese
momento necesita realizar el levantamiento de indicios, el secuestro de cosas, el cierre de un
establecimiento, etcétera, que tienen relación con el nuevo hecho descubierto casualmente,
es en estos particulares casos en que el fiscal del Ministerio Público, a cargo de la
investigación, se encuentra ante una incertidumbre, respecto a la manera en que va
encaminar su actuación en lo que atañe al nuevo hecho descubierto por casualidad y
revestir de legalidad esta actuación ministerial y pueda constituirse en una prueba
contundente y valorada positivamente en la sentencia respectiva.
2
Lo anterior ha llamado poderosamente la atención, razón por la cual
decidí trabajar la tesis de graduación que he intitulado: “EL TRATAMIENTO DE LOS
HALLAZGOS OCASIONALES EN LAS DILIGENCIAS DE ALLANAMIENTO,
INSPECCIÓN Y REGISTRO PRACTICADAS POR EL MINISTERIO PÚBLICO” y
brindar las recomendaciones que sean atinentes a la actuación ministerial a efecto
que las diligencias practicadas revistan de legalidad y además se propondrán
mecanismos para propiciar que las mismas puedan ser valorada positivamente en el
juicio respectivo, caso contrario, tales diligencias serían desestimadas por el tribunal
que conozca del debate oral y público, por no reunir los requisitos que establece el
ordenamiento jurídico.

La hipótesis que planteo es la siguiente: “El Ministerio Público, le da el


tratamiento adecuado a aquellos casos donde se practican las diligencias de
allanamiento, inspección y registro de viviendas, y se producen los denominados
hallazgos ocasionales o casuales”. De la adecuada actuación ministerial en este tipo
de diligencias depende en gran medida que los delincuentes sean llevados a juicio y
se logre la condena de los mismos con las penas asignadas para cada delito en el
Código Penal y demás leyes afines.

En la realización de este trabajo de tesis, se utilizó el método científico,


mediante el cual se señala la dirección para la solución del problema que se va a
investigar o estudiar.

En el primer capítulo, se analizan aspectos relativos al concepto de proceso


penal, su etimología y naturaleza jurídica, desarrollando temas sobre los principios
procesales y la diferencia entre proceso y procedimiento, entre otros. En el capítulo
dos se realiza un estudio somero sobre los sujetos procesales y la capacidad para
ser parte en el proceso penal guatemalteco, la actuación del Ministerio Público, como
auxiliar de la administración de justicia, el querellante adhesivo, la intervención del
querellante exclusivo en los juicios por acción privada, el actor civil, el tercero
civilmente demandado, el sindicado o acusado y la actividad que desarrolla la
defensa técnica. En el capítulo tres, se aborda el tema que atañe a las fases del
proceso penal y se desarrollan conceptos en relación a los actos introductorios como
la denuncia, la denuncia obligatoria, la querella, el conocimiento de oficio, la
3
prevención policial, la certificación de lo conducente y la manera cómo el Ministerio
Público, puede desestimar un caso sometido a investigación y por último se hace una
síntesis de cada una de etapas del proceso penal. En lo que concierne al capítulo
cuatro, en este se aborda el tema sobre los distintos medios de prueba establecidos
en la legislación, iniciando con la inspección y registro de lugares o cosas, el
reconocimiento corporal, el reconocimiento judicial, la prueba testimonial, la prueba
pericial, la prueba material, la interceptación de llamadas telefónicas, la prueba del
ácido desoxirribonucleico, entre otros. El capítulo quinto, se considera el capítulo
nodal de este trabajo de tesis, porque en él se hace un análisis sobre el tratamiento
de los hallazgos ocasionales que se producen en las diligencias de allanamiento,
inspección y registro que practica el Ministerio Público, se realiza un examen
doctrinario acerca a este tema, los principios doctrinarios del hallazgo ocasional,
verbigracia: el principio de los frutos del árbol envenenado, la excepción de la
atenuación, la excepción de la fuente independiente, la excepción del hallazgo o
descubrimiento inevitable, la teoría de la buena fe y la excepción del acto de voluntad
propia. Para complementar el estudio se hizo un trabajo de campo desarrollado en
varias dependencias del sector justicia, principalmente en algunas sedes del
Ministerio Público, Juzgados de Primera Instancia Penal y Tribunal de Sentencia
Penal, con sede en Cobán, Alta Verapaz, donde se consultó a agentes fiscales y
jueces, y se enriqueció con entrevistas realizadas a abogados litigantes, lo que
contribuyó para la elaboración de las conclusiones y la presentación de las
recomendaciones, además se incluye la bibliografía utilizada en este trabajo de
tesis.
4

CAPÍTULO 1

EL PROCESO PENAL

1.1. Consideraciones Previas

A partir de la comisión de un hecho delictivo se pone en marcha todo el


andamiaje estatal para la investigación del caso, que se inicia con un cúmulo
de actividades principiando con la intervención de la Policía Nacional Civil, a
donde comúnmente se acude a interponer la denuncia respectiva, el
Ministerio Público que tiene a su cargo la averiguación del hecho, practicando
las diligencias que sean pertinentes y urgentes, el Instituto Nacional de
Ciencias Forenses, para examinar y dictaminar en el caso de personas
heridas o fallecidas u otras pericias pertinentes, para posteriormente requerir
la intervención de los organos jurisdiccionales y demás sujetos procesales,
para solicitar la práctica de diferentes diligencias que necesitan por imperativo
legal de una autorización judicial, a efecto de revestir de legalidad las
diligencias que practique el ente acusador del Estado, y luego llevar a juicio
penal a la persona sindicada de un hecho delictivo con todas las formalidades
que exige el ordenamiento jurídico y poder dictar una sentencia, ya sea
absolutoria o condenatoria, en contra de la persona sindicada. Lo anterior es
parte de lo que conlleva el proceso penal, con todas sus vicisitudes o
incidencias que plantean las partes procesales para el cumplimiento del
debido proceso, como se percibirá en el transcurso del presente trabajo de
tesis.
Toda persona al tener conocimiento por cualquier medio de la comisión
de un delito, acude inmediatamente a la sede de la Subestación de Policía
Nacional Civil más cercana, a interponer la denuncia respectiva, y dicha
institución tiene la obligación de elaborar el acta correspondiente, es decir, la
prevención policial, que puede remitir a un Juzgado de Paz o bien
directamente al Ministerio Público, con lo cual se inicia la investigación del
5
hecho. Muchas veces no existe o no se interpone la denuncia de los hechos
ilícitos, por lo que el Ministerio Público, al tener conocimiento de los mismos,
debe actuar de oficio, que es otra manera de iniciar una investigación, aunque
existen otras formas introductorias del proceso penal, pero se analizarán más
adelante con más precisión y profundidad.

1.2. Etimología del término Proceso

Para establecer el significado del proceso penal, se hace necesario


determinar el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma.

“Proceso deriva del latín, en concreto “Procesus”, que puede traducirse


como “avance” o desarrollo”. Penal, también emana del latín. En su caso, es
fruto de la evolución de “Poenalis”, que significa “relativo a la multa” y que se
halla conformado por dos partes diferenciadas, el sustantivo “poena” que es
1
sinónimo de “multa” y el sufijo “al” que se usa para indicar “relativo a”.

Como dice Pallares, la palabra proceso proviene de “procedo”, que


significa avanzar; y según González Blanco y Rosenberg, deriva de
“procesos”. Para Eduardo B. Carlos, deriva de “procederé” que significa
avanzar, caminar, recorrer; y según Couture, del griego “´prosekxo”, venir de
atrás e ir hacia adelante”.2

En efecto, dentro de todo proceso penal se llevan a cabo acciones o


diligencias en forma secuencial, destinadas a la investigación de un hecho
delictivo tipificado como delito o falta, la identificación de los sujetos
intervinientes y en un momento dado el castigo de esas conductas delictuales
a través de la emisión de una sentencia, que por supuesto está expuesta a
todas aquellas acciones recursivas establecidas en la legislación nacional e
inclusive la interposición de una acción constitucional de amparo, cuando se
produzcan eventos de violación de derechos fundamentales del postulante y
hasta que la sentencia cause firmeza, es remitida por los órganos

1
Consulta en internet al sitio: https://definición.de/proceso penal/. Efectuada el 10-12-17, a las 13:38 horas.
2
SILVA SILVIA, Jorge A., “Derecho Procesal Penal”. Colección Textos Jurídicos Universidad Harla. México. 103.
6
jurisdiccionales al Juzgado de Ejecución Penal correspondiente, o bien es
archivada al contener una sentencia absolutoria.

1.3. Concepto de Proceso Penal

El proceso es una institución de carácter público, ya que por medio de


éste, se debe resolver la litis que surge por una controversia, y es al Estado a
quien se le atribuye la solución del litigio a través de los órganos
jurisdiccionales, tal como se establece en el preámbulo de la Constitución
Política de la República de Guatemala, donde el legislador constituyente “fijó
varias metas, entre ellas, la consolidación del régimen de justicia y estableció
como deber para el Estado el de garantizarle a los habitantes de la República,
entre otros derechos, la Justicia”3.

El autor Manuel Ossorio y Florit, nos proporciona la definición siguiente:


“El proceso penal surge como un medio para resolver una situación
contradictoria. Esta situación se denomina litigio, el que se define como un
conflicto o contienda judicial entre partes, en que una de ellas mantiene una
pretensión a la que otra se opone o no satisface”. 4

El maestro Alberto Herrarte, expone: “El proceso se nos presenta


empíricamente como una serie de actos encaminados a un fin. El fin del
proceso penal está constituido por la sentencia y la imposición de la pena en
su caso. Consecuentemente, como lo expresa Calamadrei, el proceso, sea el
civil o penal, consiste en una serie de actividades realizadas por hombres, que
colaboran para la consecución de un objetivo común, que consiste en la
sentencia o en la imposición de una medida ejecutiva; actividades que se
realizan en el tiempo y en el espacio, siguiendo un cierto orden lógico como el
de un drama teatral, de modo que la fase sucesiva está justificada por la

3
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD DE GUATEMALA. Gaceta 94. Expediente 2754-2009. Auto de fecha 01-12-
2009.
4
OSSORIO Y FLORIT, Manuel. “Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales”. Editorial Heliasta S.R.L.
Buenos Aires, Argentina. 1981. 437.
7
precedente y ésta a su vez de ocasión a la que viene después, sin que tal
orden lógico pueda ser alterado”.5

El tratadista Vélez Mariconde, citado por el autor guatemalteco José


Mynor Par Usen, define el proceso penal como: “el conjunto o una serie
gradual y progresiva de actos disciplinados en abstracto por el derecho
procesal, y cumplidos por órganos públicos predispuestos, o por particulares
obligados o autorizados a intervenir, mediante él se procura el esclarecimiento
de la verdad para aplicar en concepto la ley penal” 6

El doctor Alberto Binder, lo define simplemente como: “un conjunto de


actos realizados por determinados sujetos (jueces, fiscales, defensores,
imputados, etc.) con el fin de comprobar la existencia de los presupuestos que
habilitan la imposición de una pena y, en el caso de que tal existencia se
compruebe, establecer la cantidad, calidad y modalidades de la sanción” 7

El Código Procesal Penal, al referirse a los fines del proceso,


establece: “El proceso penal, tiene por objeto la averiguación de un hecho
señalado como delito o falta y de las circunstancias en que pudo ser cometido;
el establecimiento de la posible participación del sindicado; el pronunciamiento
de la sentencia respectiva, y la ejecución de la misma. La víctima o el
agraviado y el imputado, como sujetos procesales, tiene derecho a la tutela
judicial efectiva. El pronunciamiento, por aplicación del principio del debido
proceso, debe responder a las legítimas pretensiones de ambos.” 8

El proceso penal es considerado como: “el sismógrafo de la


Constitución” 9 Ello es entendible, ya que la reglamentación del proceso penal
deviene y tiene su basamento jurídico precisamente en los preceptos de la
Constitución Política de la República de Guatemala, ya que al leer el artículo
12 del magno texto, éste establece lo siguiente: “La defensa de la persona y
5
HERRARTE, Alberto. “Introducción al Derecho Procesal Penal”. Editorial Vile. Guatemala. 1993. 71.
6
PAR USEN, José Mynor. El Juicio Oral en el Proceso Penal Guatemalteco. Tomo I. Talleres de Centro Editorial
Vile. Guatemala. 1997. 141.
7
BINDER M. Alberto. Introducción al Derecho Procesal Penal. Editorial Ad-Hoc SRL. Argentina. 1993. 49.
8
CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA. Código Procesal Penal. Decreto No.51-92. Arto. 5.
9
WOLFGAN, Schone. Líneas Generales del Proceso Alemán. Comisiones Rogatorias. 46. Material de Apoyo del
Primer Congreso Iberoamericano de Derecho Penal. Guatemala 1995.
8
sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser condenado, ni privado de sus
derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante juez o
tribunal competente y preestablecido (…)” En otras palabras, es la norma
fundamental que regula el derecho al debido proceso, y al mismo tiempo le da
nacimiento y existencia al proceso penal guatemalteco, donde se genera un
sistema de derechos y garantías procesales que dan lugar al normal
desarrollo del proceso penal.

En conclusión, el proceso penal tiene como objetivo primordial descubrir


la verdad objetiva del hecho, lo que significa en otras palabras establecer las
circunstancias de tiempo, lugar y modo en que aconteció el hecho punible y el
establecimiento de la posible participación del sindicado en los hechos
atribuidos, para que posteriormente pueda dictarse una sentencia, ya sea
condenatoria o absolutoria, dependiendo de la averiguación que se haya
generado en la sustanciación del proceso penal.

En términos tribunalicios también se conoce al proceso penal como


causa penal y a raíz de la implementación del juicio oral y público como
carpeta judicial, pero se considera que lo más correcto es utilizar la
denominación de proceso penal, por las razones antes apuntadas.

1.4. Naturaleza Jurídica

Los juristas no se han puesto de acuerdo en relación a la naturaleza


jurídica del proceso penal, ya que existen teorías que lo ubican en el derecho
privado y otras en el derecho público, sin embargo, la tendencia es incluirlo en
el derecho público.

“Es de advertir que, habiendo aparecido hasta en los últimos tiempos el


cientificismo procesal en el Derecho Procesal Penal, las doctrinas dominantes
para explicar la naturaleza jurídica del proceso penal, son las mismas que han
privado en el proceso civil. Aun aquellas concepciones puramente privativistas
que traen su origen en el Derecho Romano y que predominaron hasta el siglo
pasado, tales como la teoría del contrato o la del cuasicontrato de la litis
9
contestatio, que tuvieron sus repercusiones en el proceso penal, pero sin que
pudieran dar una explicación satisfactoria del mismo por el carácter público de
la función que en el mismo se realiza y porque los intereses que se persiguen
son de carácter público.”10

Es decir, que la naturaleza jurídica del proceso penal, es que es de


derecho público, tomando en consideración las acepciones analizadas y los
postulados y las teorías que lo inspiran, dentro de estas tenemos a la teoría
de la relación jurídica y la teoría de la situación jurídica.

En cuanto a la Teoría de la Relación Jurídica, “fue Hegel quien, en su


Filosofía del Derecho hizo la primera referencia al proceso como una relación
jurídica. Más tarde los autores alemanes como Oscar V. Bulow, Kohler, Wach,
Stein, etcétera, desarrollaron el proceso como una relación jurídica y
fundamentaron en tal concepción la moderna ciencia procesal.” 11

Esta corriente deriva del principio de que la ley es la fuente de las


obligaciones y considera que los derechos y los deberes que existen en el
proceso integran una relación jurídica que se establece entre los tres sujetos
que en él actúan. La ley regula la actividad del juez y de las partes y el fin de
todos es su actuación. Dicha relación jurídica es autónoma, es decir, es
independiente de la relación jurídica material, y es de derecho público, ya que
se ejerce mediante la actividad jurisdiccional del Estado.

En lo que atañe a la Teoría de la Situación Jurídica, la misma fue


formulada por James Goldschmidt, cuya aplicación es para el proceso civil
como para el penal. El autor Eber Schmiidt, la modernizó para su aplicación en
el proceso penal. Goldschmidt, en sus obras “El Proceso como Situación
Jurídica “Critica del Pensamiento Procesal, “Teoría General del Proceso” y
“Derecho Procesal Civil”, desarrolla el pensamiento de Kholer, y niega la
existencia de una relación jurídica procesal cuya teoría considera que no es
útil.

10
HERRATE, ALBERTO. Ibídem. 53.
11
LEVEVE, Ricardo. Manual de Derecho Procesal Penal. Tomo I. Ediciones Depalma. Buenos Aires, 1999. 212.
10
Esta teoría se orienta en contraposición a la teoría de la relación
jurídica, porque expone que no existe ninguna cooperación de voluntades
encaminadas a un mismo fin, como es la sentencia; puesto que si bien es
cierto que la cosa juzgada es el fin del proceso, y que según algunas teorías la
sentencia tiene eficacia de negocio jurídico material a los actos procesales
cabría atribuirles la calidad de negocios jurídicos y no de relación jurídica.

A esta teoría se le critica porque no considera técnicamente al proceso,


sino como resultado de la realidad, y hace perder la visión del juicio en su
integridad. Además, no puede concebirse un estado de situaciones dentro de
un proceso penal, en el cual resulta obvia la existencia de una relación
jurídica, donde tiene cabida el juego dinámico de todos los derechos,
principios y garantías constitucionales.

1.5. Diferencias entre proceso y procedimiento

En la práctica tribunalicia estos dos términos son usados


indistintamente, ya que como ha quedado definido en párrafos anteriores, el
proceso es el conjunto de actuaciones tendientes a lograr una resolución
o sentencia del órgano jurisdiccional, mediante la aplicación de las normas
adjetivas penales, mientras que el procedimiento, básicamente es la técnica
jurídica utilizada para realizar el proceso judicial en forma secuencial. Es decir,
que en ello estriba la diferencia entre estas dos acepciones.

Al respecto el tratadista Hugo Alsina, citado por Mario Aguirre Godoy,


dice: “el procedimiento no es lo mismo que proceso. El procedimiento, en su
enunciación más simple, es: El conjunto de formalidades a que deben
someterse el juez y las partes en la tramitación del proceso”. 12

También es común escuchar la utilización del concepto proceso como


sinónimo de juicio, lo cual igualmente es erróneo, porque proceso es, como ya
se dijo, una unidad jurídica que contiene actos procesales del juez y de las
partes que intervienen en el mismo, y que termina con la emisión de una
sentencia y el juicio oral es la tercera fase del proceso penal, pues es en el
12
AGUIRRE GODOY, Mario. Derecho Procesal Civil Tomo I. Editorial Universitaria. Guatemala. 1977. 19.
11
juicio oral donde se define la situación jurídica del procesado, como se verá
más adelante y el procedimiento penal son: las etapas y los pasos dentro de
ellas, que debe seguir la causa judicial incoada por la comisión de un delito
tipificado en el Código Penal para investigar si ocurrió, cómo ocurrió, quien lo
cometió y cómo, para arribar a una sentencia condenatoria o absolutoria del
acusado.

“Los tratadistas Alcalá Zamora y Castillo y Levene, sostienen que el


juicio está en el proceso, pero que no es el proceso. Es la actividad lógico-
jurídica realizada por el juez, para emitir su declaración de voluntad. De
manera que el juicio es una fase del proceso, la fase final en que se emite esa
declaración de voluntad”.13

En síntesis el procedimiento penal viene a constituir la parte práctica del


Derecho Penal, donde el órgano jurisdiccional competente actúa para hallar la
verdad o el hecho histórico de un caso calificado como delito o falta dentro del
ordenamiento jurídico para luego aplicar la justicia en un caso concreto
sometido a su examen, partiendo de la premisa de que el imputado es inocente
hasta que lo contrario sea comprobado y se plasme en una sentencia
debidamente ejecutoriada. De manera que el proceso penal es el conjunto de
actos que concluye con la sentencia y el procedimiento es un acto o actuación
dentro del proceso penal.

1.6. Principios Procesales

1.6.1 Principio de Igualdad

La noción genérica de lo que significa igualdad es una abstracción y que carece


de contenido, a no ser que se ponga en conexión en el ámbito social con los diversos
tipos de relación social, especialmente con las relaciones jurídicas. En ese sentido, la
doctrina acepta que la igualdad más que un derecho, es un principio informador de
los derechos fundamentales. En la Constitución Política de la República de
Guatemala, implícitamente aparece normada la igualdad, básicamente cuando se
13
HERRARTE, Alberto. Ibidem. 113.
12
utilizan las palabras “todos”, “todo habitante”, pero explícitamente en el artículo 4º
constitucional, así como aparece normado en el artículo 21 del Pacto de San José de
Costa Rica.

Existen diversas clasificaciones de la igualdad. Una de las más importantes es la


que divide la igualdad en formal y material. La primera, permite dar un tratamiento
desigual a los desiguales y se traduce en el derecho de igualdad ante la ley. La
segunda, instaura un régimen de igualdad general y se traduce en igualdad de la ley.
Esto es, en la no discriminación por razones de sexo, religión, estado civil, filiación
política, etcétera.

Es importante hacer mención que la Corte de Constitucionalidad, en sentencia de


fecha dieciséis de junio de mil novecientos noventa y dos, al referirse al principio de
igualdad, estableció lo siguiente: “[…] el principio de igualdad, plasmado en el
artículo 4º. de la Constitución Política de la República impone que situaciones iguales
sean tratadas normativamente de la misma forma; pero para que el mismo rebase un
significado puramente formal y sea realmente efectivo, se impone también que
situaciones distintas sean tratados desigualmente, conforme sus diferencias. Esta
Corte, ha expresado en anteriores casos que este principio de igualdad hace una
referencia a la universalidad de la ley, pero no prohíbe, ni se opone a dicho principio,
el hecho que el legislador contemple la necesidad o conveniencia de clasificar y
diferenciar situaciones distintas y darles un tratamiento diverso, siempre que tal
diferencia tenga una justificación razonable de acuerdo al sistema de valores que la
Constitución acoge […]”14

En la práctica tribunalicia hay jueces de sentencia que haciendo uso de la


igualdad en el proceso penal, le conceden el derecho de réplica al querellante
adhesivo, en lo que atañe a la discusión final y clausura del debate oral y público, no
obstante que en el Código Procesal Penal no se reguló ese derecho para este sujeto
procesal, pero como se considera superior el principio de igualdad consagrado en la
ley fundamental para todos los intervinientes del proceso, es que se otorga ese
derecho a todos los sujetos procesales, ya sean acusadores, querellantes o
acusados, aunque la defensa técnica de los implicados casi siempre objeta esta

14
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD DE GUATEMALA. Gaceta número 24, expediente número 141-92,
sentencia del 16-06-92.
13
situación e interpone los recursos que estima atinentes, los cuales son declarados
sin lugar, ya que se debe tomar en cuenta, además del principio de igualdad, el
principio de supremacía constitucional que implica que en la cúspide del
ordenamiento jurídico está la Constitución y ésta, como ley suprema, es vinculante
para gobernantes y gobernados a efecto de lograr la consolidación del Estado
Constitucional de Derecho.

1.6.2 Principio de Juez Natural

Este es un principio que tiene relación directa con el derecho al debido proceso
ya que ese juicio previo al que toda persona tiene derecho debe efectuarse ante un
juez dotado de jurisdicción y competencia, de no ser de esa manera, se estaría
conculcando este principio que por mandato constitucional tiene todo guatemalteco,
como lo es a un juez natural.

La tutela de los derechos se ejercita por medio del proceso y entendido éste
como una contienda civilizada y legal entre las partes, estas tienen absoluta
necesidad de que sus derechos tutelados queden agrupados en dos derechos más
generales: uno, el derecho a juez legal o juez ordinario predeterminado por la ley, y
dos, el derecho a un debido proceso. 15

La Constitución Política de la República de Guatemala, estatuye: “Derecho de


Defensa. La defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser
condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en
proceso legal ante juez o tribunal competente y preestablecido. Ninguna persona
puede ser juzgado por Tribunales Especiales o secretaos, ni por procedimientos que
no estén preestablecidos legalmente”.16

Este mandato constitucional es desarrollado por el artículo 7 del Código


Procesal Penal, el cual conviene citar textualmente para los efectos de la presente
investigación, dicho precepto establece: “El juzgamiento y decisión de las causas
penales se llevará a cabo por jueces imparciales e independientes, sólo sometidos a
la Constitución y a la ley. La ejecución penal estará a cargo de los jueces de
15
CHACÓN CORADO, Mauro. Garantías procesales en el proceso penal guatemalteco. Revista Uruguaya.
1991. 252
16
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE. Constitución Política de la República de Guatemala. Arto. 12.
14
ejecución. Por ningún motivo las restantes autoridades del Estado podrán arrogarse
el juzgamiento de causas pendientes o la reapertura de las ya terminadas por
decisión firme. Nadie puede ser juzgado, condenado, penado o sometido a medidas
de seguridad y corrección, sino por tribunales designados por la ley antes del hecho
de la causa”.

Es inobjetable la importancia que reviste mencionar que durante el gobierno de


facto del general José Efraín Ríos Montt, a través del Decreto Ley 46-82, fueron
creados los tristemente recordados “Tribunales de Fuero Especial”, que constituyen
el ejemplo típico de los tribunales especiales o secretos y que operaban con
procedimientos no establecidos en la legislación. Este decreto en el artículo 2,
establecía: “Los tribunales de fuero especial tienen potestad de conocer de los
procesos, resolverlos y ejecutar lo resuelto conforme a lo dispuesto por esta ley.
Estos tribunales dejaron de funcionar a partir del uno de septiembre de 1983, según
Decreto ley número 93-83, del nuevo Jefe de Gobierno.” 17

Algo que pareciera inusitado, es el hecho que en el artículo 16, de las


disposiciones finales y transitorias de la Constitución Política de la República de
Guatemala, se le de validez jurídica a los decretos leyes emanados durante el
Gobierno de facto del citado general Ríos Montt, al establecer: “Artículo 16. Decreto-
Leyes. Se reconoce la validez jurídica de los decretos leyes, emanados del Gobierno
de la República, a partir del 23 de marzo de 1982, así como a todos los actos
administrativos y de gobierno realizados de conformidad con la ley a partir de dicha
fecha”.

La Honorable Corte de Constitucionalidad, ha aclarado esta situación, al


momento de dictar sentencia de fecha veintidós de septiembre de dos mil nueve, en
la que se menciona lo siguiente: “ […] artículo 16 de la Disposiciones Transitorias y
Finales, disposición de carácter fundamental que, atendiendo al sentido estricto de
su contenido, no puede ser invocada como único parámetro para establecer la
constitucionalidad o no de disposiciones normativas de jerarquía inferior como las
cuestionadas, pues carece de contenido material al limitarse a reconocer la
existencia legal de las disposiciones y actos a que se refiere y que fueron producidos
en un determinado ámbito temporal. La finalidad de la norma transitoria y final en
mención es permitir que sigan siendo formalmente válidas las normas y actos que

17
Chacón Corado, Mauro. Ibídem. 253.
15
nacieron conforme el sistema anterior a la vigencia de la actual Constitución, por
motivos de continuidad y seguridad jurídicas, de manera que sólo aquellas
18
disposiciones que lo contraríen podrían tener vicio de inconstitucionalidad”.

Sintetizando lo anterior, se puede afirmar que este principio propulsa la


prohibición de crear tribunales especiales o para juzgar un caso concreto.

1.6.3 Principio de Legalidad

Se considera parte de las garantías procesales en tanto define cuales van a ser
los actos u omisiones que se van a conocer dentro del proceso penal y delimita
cuales van a ser las penas o medidas de seguridad que se pueden llegar a imponer
como resultado de un proceso justo y con todas las garantías de defensa.

“Esta garantía en el Derecho Penal, se manifiesta en el conocido aforismo:


“Nullum crimen nulla poena sine lege”, que traducido significa: “no hay delito (crimen)
ni pena sin ley anterior”. En efecto, este principio opera como una función
garantizadora de la tipicidad. Además, ha alcanzado plena vigencia en casi todas las
legislaciones del mundo, porque encierra un contenido filosófico, jurídico, político y
científico. Se constituye en una garantía de los derechos individuales del hombre,
delimitando la actividad punitiva del Estado y protegiendo a la ciudadanía de los
19
posibles abusos y arbitrariedades del poder judicial”.

De lo anterior, el principio de Legalidad es un freno contra la arbitrariedad del


Estado y de los Jueces, al momento de acusar y dictar sentencia, y además
constituye una manifestación de respeto al derecho de defensa. Además, este
principio exige que la determinación de una acción u omisión delictiva para que sea
posible su punición debe ser clara y precisa su definición, para no violentar el
principio de taxatividad que toda norma jurídica debe reunir y evitar la arbitrariedad
del juez al momento de juzgar hechos delictivos sometidos a su consideración.

18
Corte de Constitucionalidad de Guatemala. Gaceta No. 93. Expediente No. 3460-2008, sentencia de fecha 22-
09-2009.
19
DE LEÓN VELASCO, Héctor Aníbal y compañeros. Curso de Derecho Penal Guatemalteco. Editorial Talleres de
Edi. Art. Guatemala 1969. 159.
16
Esta garantía está establecida en el artículo 17 de la Constitución Política de la
República de Guatemala, al indicar que: “No hay delito ni pena sin ley anterior. No
son punibles las acciones u omisiones que no estén calificadas como delito o falta y
penadas por ley anterior a su perpetración”.

Asimismo, se establece en el artículo 2 del Código Procesal Penal y 1 del Código


Penal.

La Corte de Constitucionalidad, respecto al principio de legalidad ha definido lo


siguiente; “El artículo 17 de la Constitución Política de la República de Guatemala
expresa que no son punibles las acciones u omisiones que no estén calificadas como
delito o falta y penados por ley anterior a su perpetración. Este principio, que a su
vez constituye una garantía para un juzgamiento conforme al principio jurídico del
debido proceso. Constituye uno de los elementos centrales de la persecución penal
en una sociedad democrática e impone la obligación al legislador ordinario de definir
en la forma más clara y precisa (lex certa) cuáles son esas acciones u omisiones que
son consideradas punibles mediante la determinación de tipos penales que
contemplen una clara definición de la conducta incriminada, concretizar sus
elementos y permitir así deslindar conductas punibles de aquellas que no lo son.
Esto cobra aún mayor relevancia en regímenes democráticos en los que tanto el
legislador como el juzgador deben, en extremo, ser prudentes para que en el
establecimiento e imposición de sanciones penales, no menoscaben derechos
fundamentales de las personas, por sancionar la realización de conductas que de
acuerdo con el espíritu del ordenamiento constitucional no podrían ser punibles. Por
ello, las leyes que mediante la regulación de tipos y sanciones penales propendan a
una protección indebida e irrazonable a un funcionario e impidan con ello el
escrutinio público de su labor política (auditoría social), atentan contra el derecho a la
libre expresión del pensamiento, y por ende, afrentan al propio régimen
democrático”.20

1.7. Principios del Procedimiento

20
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD DE GUATEMALA. Gaceta 79. Expediente 1122-2005, Sentencia de fecha 01-
02-2006.
17
Los principios tienen relación directa con las garantías consagradas en la
Constitución Política de la República de Guatemala, de ahí deviene la importancia
que merece un tratamiento especial, que se desarrollará a continuación.

1.7.1 Principio de Oralidad y escritura

El Código Procesal Penal guatemalteco pone de manifiesto que la oralidad es


el mejor método de una justicia pronta y cumplida, pues con ello se evitan actos de
corrupción, ya que se trata de disminuir en todo lo que sea posible la escritura en los
procesos penales.

Alberto Binder, define la oralidad como: “un instrumento, un mecanismo


previsto para garantizar ciertos principios básicos del juicio penal. La oralidad
representa fundamentalmente un medio de comunicación, la utilización de la
palabra hablada, no escrita, con medio de comunicación, entre las partes y el
Juez y como medio de expresión de los diferentes órganos de prueba.”

En realidad, en la sustanciación del proceso penal siempre es necesaria


la escritura de determinadas diligencias o actos jurisdiccionales, es decir, que
no es posible el trámite de un proceso eminentemente oral. Lo cierto es que el
modelo de gestión penal en forma oral implementado en Guatemala con la
promulgación del Código Procesal Penal, Decreto número 51-92 del
Congreso de la República y sus reformas, sin duda alguna ha producido
avances significativos en la administración de justicia, no solo en las etapas al
debate sino en el debate propiamente dicho, mediante el cual los jueces
ejercen a plenitud y sin delegación alguna la potestad de juzgar y ejecutar lo
juzgado, ya que tienen contacto directo con las partes, quienes de viva voz
exponen sus problemas, sus respuestas y su versión de los hechos, es decir,
que ejercen su autodefensa, lo que mejora la calidad de las resoluciones
jurisdiccionales dictadas por los juzgadores.

En resumen esta nueva forma de gestión en audiencia oral, ha


coadyuvado a lo siguiente:

 Se ha reducido ostensiblemente la cultura del trámite del expediente.


18

 El juez tiene la potestad de dictar la resolución judicial con simplicidad,


utilizando un lenguaje sencillo, comprensible para los usuarios, sin
tecnicismos ni formalismos.

 La emisión de la resolución debe realizarse en la misma audiencia, ante


las partes, con lo cual quedan debidamente notificados.

 Se entrega en forma inmediata el registro de la resolución a través de


un disco compacto, con soporte escrito mediante acta sucinta.

 Se reducen los plazos procesales, porque se dicta la resolución en el


mismo acto, se notifica y se cita a las partes para la próxima audiencia.

 Principalmente se ha incrementado la calidad en atención del servicio


de justicia a los usuarios que la demandan.

1.7.2 Libertad o legalidad de formas, entre otros

Es indudable que el procedimiento judicial necesita de formas y reglas


para la conformación del proceso penal y cuando más conocidas sean, mayor
seguridad y certidumbre genera a quien los aplique y para los sujetos
procesales, a manera que no se crean fricciones que podrían dar lugar a
insatisfacciones de las partes que intervinieren en un proceso y como
consecuencia la interposición de acciones recursivas.

“El principio de legalidad de las formas aporta algunas soluciones, pero


en realidad, no hay entre los extremos tanta distancia, porque el informalismo,
en la práctica, no ha sido nunca aplicado de un modo integral; y a su vez, la
legalidad adjetiva, aunque establece pautas solemnes, arbitra algún margen
de regula aspectos parciales del proceso”21

En definitiva las formas del proceso las establece el legislador y se


deben cumplir en las actuaciones procesales, de lo contrario se estaría
infligiendo flagrantemente el principio del Debido Proceso, establecido
implícitamente en el artículo 12 de la Constitución Política de La República de

21
GOZAINI, Oswaldo Alfredo. El Principio de legalidad de las formas. Sitio Wew:
revistaspucp.edu.pe/index.php/derecho y sociedad/article/downland//17429/17709. Consulta efectuada el 13-
12-17. A las l4:35 Horas.
19
Guatemala y desarrollado por los artículos 3 y 4 del Código Procesal Penal,
que propulsan que los tribunales y los sujetos procesales no podrán variar las
formas del proceso, ni la de sus diligencias o incidencias y por consiguiente
nadie podrá ser condenado, penado o sometido a medida de seguridad y
corrección, sino en sentencia firme, obtenida por un procedimiento llevado a
cabo conforme las disposiciones de dicho Código y a las normas de la
Constitución.

Es decir, que al variar las formas del proceso penal las partes tienen la
facultad de interponer los recursos y acciones respectivas, por ejemplo el de
nulidad de una diligencia o un recurso de reposición, con lo cual es factible
que el órgano jurisdiccional al reexaminar lo actuado pueda corregir el error
cometido y dictar lo que corresponda en derecho como un remedio procesal.
Por supuesto, si la parte afectada por el error de la forma, no objeta la
decisión o diligencia, en forma y tiempo, caduca la facultad respectiva ya que
los plazos fijados por la ley son improrrogables conforme al artículo 151 del
Código Procesal Penal.
20

CAPÍTULO 2

LOS SUJETOS DEL PROCESO PENAL.

2.1 Nociones Preliminares

Desde la perpetración de un hecho delictivo, el Ministerio Público inicia la


persecución penal o en su caso, para que el órgano jurisdiccional tenga
conocimiento de los hechos ilícitos se necesita de la noticia criminal que debe
interponer cualquier persona que haya tenido conocimiento de ese hecho reñido
con la ley, ya sea como testigo o bien como agraviado, tomando en consideración
que toda persona que tenga conocimiento o haya observado la comisión de un
delito tiene la obligación de denunciarlo como lo establece el artículo 297 del
Código Procesal Penal, que estatuye que cualquier persona deberá comunicar,
por escrito u oralmente a la policía, al Ministerio Público o a un tribunal el
conocimiento que tuviera de la comisión de un delito de acción pública. El término
“deberá“, utilizado por el legislador en la redacción de este artículo, es implícito
que constituye una obligación o un deber que todo ciudadano ostenta al ser la
persona que vio u observó que se cometió determinado delito, ello no significa
que deba intervenir más adelante en el procedimiento, ni contraerá a su respecto
responsabilidad alguna, sin perjuicio de las que pudiera corresponder por
denuncia falsa, tal como lo preceptúa el artículo 300 del Código Procesal Penal.

Sucede comúnmente que las personas que observaron que se cometió un


delito no denuncian ni mucho menos acuden a declarar como testigo del hecho,
pero ello obedece al temor o miedo que sienten ante las venganzas que han
tomado los integrantes de bandas delincuenciales que operan en el país, lo cual
es entendible, ello ha provocado que el Ministerio Público, tenga que buscar
otros mecanismos o líneas de investigación para poder sustentar las acusaciones
21
en contra de los infractores de la ley, utilizando muchas veces las bondades que
ofrecen la tecnología, como por ejemplo en la utilización del método especial de
interceptación de llamadas telefónicas, el peritaje genético a través del ácido
desoxirribonucleico (ADN) en delito sexuales y contra la vida, o bien la
implementación de la figura del testigo protegido o del colaborador eficaz, entre
otros.

2.2 Concepto de parte o sujeto procesal

“En doctrina, se usa indistintamente como sinónimos los conceptos,


partes y sujetos procesales. Esto obedece quizá al sistema instituido en cada
legislación, ya que al hablar del sistema inquisitivo, el imputado era objeto de
la investigación, y no un sujeto principal con derechos y garantías procesales
(…) Por consiguiente, ser parte en el proceso penal, es tener las facultades
amplias dentro del proceso, además de poner en movimiento al órgano
jurisdiccional. Es pedir la aplicación de la ley penal y defenderse de la
imputación, haciendo valer todos los derechos y garantías procesales, para
que al final el juez, en una sentencia, concrete la pretensión que corresponda”.
22

El profesor Claría Olmedo, citado por el autor Mauro Chacón, indica


que: “es relativamente moderna la noción de “Sujetos” para aplicarla al
proceso penal. Fue consecuencia lógica de la concepción interna del proceso
como relación jurídica, resulta en un vínculo cuyo contenido y deberes
recíprocos entre el juez y las partes, en el proceso penal su mayor
trascendencia está en el expreso reconocimiento de la personalidad del
imputado, quien deja de ser un objeto de la investigación para convertirse en
un sujeto incoercible”23

Para el autor Fernandiz Prieto Castro, partes procesales son: ”Las


personas (físicas o jurídicas, en sentido amplio), que se constituyen en sujeto
de un proceso para pretender en el otorgamiento de justicia o tutela jurídica y

22
PAR USEN, José Mynor. El juicio Oral en el Proceso Penal Guatemalteco. Talleres de Centro
Editorial Ville. Guatemala, Año1997. 163
23
CHACÓN CORADO, Mauro. Ibídem. 65 y 66.
22
que, por tanto, asumen la titularidad de las relaciones que en el mismo se
crean, con los derechos, las cargas y las responsabilidades inherentes”. 24

Se puede extraer de lo anteriormente expuesto que las partes


procesales son los sujetos que participan en el proceso penal, y que actúan
como acusador oficial, acusador particular, acusador privado, imputado, y las
partes civiles. Los testigos y los peritos, no son parte dentro de un proceso
penal ni mucho menos el consultor técnico.

2.3 Capacidad para ser sujeto en el proceso penal

Para ser sujeto en el proceso penal, la persona debe poseer la


capacidad procesal (capacidad de ejercicio) es decir, la aptitud jurídica para
ser titular de derechos y de obligaciones por si mismos dentro de una relación
jurídica, dicho en otras palabras, sin necesidad que sea a través de
representante legal. Esa circunstancia hace que toda persona puede tener la
condición de imputable y de figurar como sujeto pasivo de un proceso penal.
Es decir, la capacidad de derecho o de ejercicio es la aptitud legal de una
persona para poder ejercer personalmente o por sí misma, los derechos que le
corresponden o de que es titular.

Sobre este punto se debe tomar en cuenta que la apreciación de la


persona, ya sea física o jurídica, considerada en sí misma, en cuanto a su
existencia y capacidad, como sujeto de derecho, determina o constituye la
personalidad, pero se debe tener el sumo cuidado de no confundir la
personalidad con la capacidad de derecho, ya que para tener esa capacidad
(de goce o adquisitiva) la persona tiene derecho a adquirir derechos e
incorporarlos a su patrimonio, ser titular de ellos y ser sujeto de derechos, por
ser innata al ser humano que incluso lo ostenta el que está concebido
(nasciturus) ya que es protegido por la ley en sus derechos eventuales. Esa
capacidad o aptitud forma parte de la personalidad humana, es un atributo de
ésta por el simple hecho de serlo, es decir, que es subjetiva e inseparable de
la persona humana. Como puede observarse esta capacidad atiende única y
fundamentalmente a la manera de hacer valer los derechos del que es titular.
La capacidad de hecho supone la de derecho, porque no puede ejercer
24
PRIETO CASTRO, Fernandiz. Ibídem. 285.
23
derechos quien no tiene la facultad de adquirirlos. En cambio la capacidad de
derecho puede tenerse, aunque sin la de hecho. En ese sentido un niño
nunca podría figurar como sujeto pasivo de un proceso penal, pero si puede
aparecer como agraviado u ofendido, actuado como parte activa, y como
sujeto procesal puede actuar siempre a través de su representante o bien de
la Procuraduría General de la Nación, en ausencia de representante legal o
en el caso de existir conflicto de intereses entre dichos representantes, tal
como se establece en el artículo 46 numeral 4º., de la Ley contra la Violencia
Sexual, Explotación y Trata de Personas, que vino a reformar el artículo 197
numeral 4º. del Código Penal, que para fines de ilustración conviene
transcribirlo y establece lo siguiente: “La Procuraduría General de la Nación
se constituirá de oficio como querellante adhesivo y actor civil cuando la
víctima sea una persona menor de edad o incapaz que carece de
representante legal, o cuando exista conflicto de intereses entre víctima y su
representante legal. En todo caso, velará por los derechos de la niñez víctima
de acuerdo a su interés superior”.

2.4 Los sujetos procesales

2.4.1 El Ministerio Público

El Ministerio Público es una institución auxiliar de la administración


pública y de los tribunales encargada, según la Constitución Política de la
República de Guatemala, el Código Procesal Penal y la Ley Orgánica que rige
su funcionamiento, del ejercicio de la acción penal pública, así como de la
investigación preliminar para preparar el ejercicio de la acción.

El hecho de ser auxiliar de la administración de justicia no coloca al


Ministerio Público en posición de subordinación frente al Organismo Judicial ni
frente a la administración pública, porque se le atribuyen funciones
autónomas, aunque al Fiscal General lo elige el Presidente de la República,
éste está limitado en su selección a una nómina elaborada por una comisión
de postulación que selecciona a seis candidatos. En otras palabras, el
Ministerio Público, puede sostenerse que es un órgano extrapoder, no
24
subordinado a ninguno de los organismos del Estado, (Legislativo, Ejecutivo y
Judicial), sino que ejerce sus funciones de persecución penal conforme lo
establecido en el magno texto y lo prescrito en la Ley Orgánica de dicha
institución.

“La parte que figura como sujeto activo en el proceso penal, la


constituye el Ministerio Púbico, al que por mandato constitucional
corresponde ejercer la persecución penal. Este personaje, en la doctrina,
también es conocido como acusador oficial, Ministerio Fiscal y Ministerio
Público, ya que es el encargado de desarrollar la investigación en los delitos
de acción pública, durante la fase preliminar del proceso penal.” 25 También se
le denomina, a nivel de tribunales de justicia, como el ente investigador del
Estado. Es decir que el Ministerio Público, tiene la obligación, por mandato
legal, de hacerse cargo de la investigación pertinente en delitos de acción
pública, pero puede estar facultado por la persona agraviada para que inicie
la investigación de aquellos delitos calificados como de acción pública
dependiente de instancia particular, lo que se materializa a través de la
comparecencia del agraviado u ofendido ante la sede ministerial a interponer
la denuncia respectiva y en los delitos de acción privada, si es requerido por
escrito, por el Tribunal cuando fuere imprescindible llevar a cabo una
investigación preliminar, por no haber sido posible identificar o individualizar al
querellado o determinar su domicilio o residencia o fuere necesario establecer
en forma clara y precisa el hecho punible y el ente investigador devolverá el
expediente una vez concluidas las diligencias solicitadas, tal como lo regula el
artículo 476 del Código Procesal Penal. También es factible que el Ministerio
Público, a solicitud del interesado, patrocine al querellante en delitos de acción
privada, cuando acredite carecer de medios económicos para ejercitar sus
derechos, pero es necesario que el interesado expida un poder especial
mediante acta que se suscribe en el Ministerio Público. Asimismo, cuando se
trate de un agraviado menor de edad o incapaz y carece de representación
legal, le corresponde al Ministerio Público encargarse de la acción civil en la
forma legal que corresponda. (Artículos 24 quáter último párrafo, 538 y 539
del Código Procesal Penal).
25
PAR USEN, José Mynor. Ibídem. 170-171
25
“Desde el punto de vista de la evolución histórica, la figura del fiscal en
el ejercicio de la acción penal corresponde a un estado de mayor evolución de
la sociedad y de mayor centralización del poder, en la medida en que la
sociedad se fue organizando jurídicamente de un modo más estable y, sobre
todo, en la medida en que el Estado comenzó a construir una realidad
importante y estable, la venganza personal o la simple acusación privada
fueron cediendo terreno”. 26

2.4.2 El Querellante Adhesivo

“(…) el legislador estableció la figura del querellante adhesivo, al


expresar que en los delitos de acción pública, el agraviado con capacidad civil
o su representante o guardador en casos de menores e incapaces o la
administración tributaria en materia de su competencia podrá provocar la
persecución penal o adherirse a la ya iniciada por el Ministerio Público; de ahí
que se pueda conceptualizar al querellante adhesivo como uno de los
27
colaboradores de la persecución penal”.

2.3.3 El Querellante Exclusivo

“Cuando, conforme a la ley, la persecución fuese privada, actuará


como querellante la persona que sea el titular del ejercicio de la
acción”.28

“El querellante exclusivo alude precisamente a aquella parte


procesal que ejercita la acción penal en los delitos de acción privada,
quien también es conocida con la denominación de acusador privado.
Tal calidad únicamente se ´pierde ´por la renuncia o desistimiento de
esa faculta; acto procesal que pone fin al proceso penal en razón del
poder de disposición que se le confiere a éste, produciendo estos
mismos efectos del perdón del ofendido o de su representante legal, en
su caso, lo que motiva la extinción de la acción penal.” 29

26
BINDER, Alberto. Introducción al Derecho Procesal Penal. 301.
27
LEAL BARRIENTOS, Mario. Guía Conceptual del Proceso Penal. Tema: El Querellante
Adhesivo. Unidad de Modernización del Organismo Judicial. Guatemala. Año 2000. 149.
28
Artículo 122 del Código Procesal Penal.
29
Par usen, José Mynor. Ibídem174.
26

2.3.4 El Actor Civil

“El actor civil es el sujeto secundario del proceso penal que, por sí o
por representante, hacer valer una pretensión reintegradora patrimonial con
fundamento en la afirmación del daño causado por el hecho que es objeto del
proceso. Se ubica en posición activa frente a la cuestión civil que él mismo
introduce como objeto secundario del proceso; y su intervención es accesoria,
por cuanto el proceso penal no se afecta con su ausencia. Se diferencia del
querellante porque no tiene injerencia en la cuestión penal cono en la medida
en que interesa para fundamental la pretensión privada”.30

2.3.5 El Tercero Civilmente Demandado

“El demandado civil o también llamado tercero civilmente demandado


por el Código Procesal Penal, será la persona de quien se espera satisfaga la
pretensión reparadora, y será contra quien se dirija y que puede coincidir o no,
con la persona del imputado.”31

“(…) responsable civil es aquel que está obligado a la restitución o al


resarcimiento del daño por el hecho del imputado”32

2.3.6 El Sindicado

“El tratadista Alberto M. Binder, en su obra Introducción al Derecho


Procesal Penal, hace una relación de los sujetos procesales y al referirse al
imputado y su defensor indica: “el tercer grupo más importante dentro de los
sujetos procesales es aquel que se suele denominar las partes pasivas, por
contraposición a las partes activas…” Se trata –continua- fundamentalmente
del imputado, aquella persona contra quien se dirige la pretensión penal…”33

30
Chacón, Mario. Guía Conceptual del Proceso Penal. Tema: La Acción Civil. Unidad de
Modernización del Organismo Judicial. Guatemala. Año 2000. 148.
31
Chacón, Mario. Ibídem. Página 155.
32
Leone, Giovanni. Tratado de Derecho Procesal Penal. Trad. De Santiago Sentis Melendo. Tomo I.
Ediciones Jurídica. Europa-América. Buenos Aires. 1963. Página 507.
33
Porras, Gloria Patricia. Guía Conceptual del Proceso Penal. Tema: El imputado y su defensor.
Unidad de Modernización del Organismo Judicial. Guatemala. Año 2000. Página 120.
27
“Para comprender mejor la denominación que puede recibir una
persona sindicada de un delito, es preciso hacer la siguiente relación: Es
imputado, desde el momento en que se señala a una persona de haber
cometido un delito. Es procesado, cuando ya se haya dictado auto de
procesamiento., Es acusado, cuando el Fiscal del Ministerio Público, haya
formulado su acusación ante el órgano jurisdiccional competente. Es
enjuiciado, desde el momento en que se realiza el juicio moral y público ante
el Tribunal de Sentencia. Y es condenado cuando la persona enjuiciada haya
obtenido una sentencia condenatoria y ya está cumpliendo la pena en el
centro penitenciario respectivo; caso en el cual puede considerársele también
como ejecutado, aunque precisa señalar que este concepto, es más usado en
los países donde existe con rigurosidad en la imposición de la pena de muerte
(…)”34

2.4.5 La defensa técnica del sindicado

El defensor, “Es el profesional del derecho que ejerce la defensa


técnica del imputado, la cual tiene una doble naturaleza ya que es la expresión
del Derecho de Defensa y contiene la exigencia de los principios de igualdad
y contradicción que sustentan el sistema acusatorio. En nuestro sistema la
presencia del defensor es permitida en todas las diligencias policiales,
investigadoras o judiciales. La exigencia del derecho de defensa hace que
surja este derecho antes de que nazca la calidad de imputado, tal como: La
presencia del defensor en un allanamiento”. 35

CAPÍTULO 3

LAS FASES DEL PROCESO PENAL GUATEMALTECO

34
Par Usen, José Mynor. Ibídem. Página 166.
35
Porras, Gloria Patricia. Ibídem. Página 121.
28
3.1 Actos Introductorios

Dentro del proceso penal intervienen varias personas que se convierten


en sujetos de la relación procesal a quienes se les impone deberes y
derechos. Se considera indispensable referirnos a esos sujetos procesales en
forma sintetizada, tomando en consideración que dependiendo de la actividad
que vayan a desplegar dichos sujetos procesales, estas formarán parte de las
distintas etapas procesales en que está concebido el proceso penal
guatemalteco.

Para que se produzca el inicio de un proceso penal en contra de alguna


persona sindicada de un hecho delictivo se debe tener conocimiento de la
noticia criminis, en el órgano encargado de la persecución penal que en este
caso es el Ministerio Público, y en forma excepcional ante un órgano
jurisdiccional, lo cual es factible a través de una denuncia, una querella, a
través del conocimiento de oficio y una prevención policial, de las que se
desprende la comisión de un hecho delictuoso, que en el Código Procesal
Penal se denominan actos introductorios. Estos actos introductorios son los
siguientes:

3.1.1 La Denuncia

Es considerada como la manifestación que hace una persona a la


autoridad investigadora de hechos delictivos perseguibles de oficio o a
instancia particular. Esta denuncia puede instaurarse ante el juez, el Ministerio
Público, autoridad o agente de policía, a efecto de cumplir con la obligación
legal de denunciar un hecho que se considera reñido con la ley, sin que ello
implique que tenga que ejercitar la acción penal.

Francisco Carnelutti, citado por Jorge Claría Olmedo dice que la


denuncia es: “un aspecto de la llamada acción introductiva, y colocándose en
la facultad de denunciar, ubica a la denuncia en la categoría del poder cuyo
elemento sustancial es el interés de todo ciudadano lesionado por el delito” 36

36
CLARÍA OLMEDO, Jorge. “El Proceso Penal. Ediciones Depalma. Buenos Aires, Argentina. 1989. 11
29
La denuncia es el acto mediante el cual alguna persona, que ha tenido
noticia acerca del hecho delictivo inicial, lo pone en conocimiento de alguno de
los órganos estatales encargados de la persecución penal (policía, fiscales,
jueces). Esta persona podrá ser alguien involucrada en algún modo en ese
conflicto; por ejemplo, la víctima o algún familiar, o cualquier otra persona que
por diversas razones haya conocido el hecho, como testigo presencial o
referencial”.37

Claro está que la denuncia de un hecho delictivo es obligatoria y no


facultativo de la persona que tuvo conocimiento del mismo, ya que el artículo
297 de la ley adjetiva penal establece: “Cualquier persona deberá comunicar,
por escrito u oralmente a la policía, al Ministerio Público o a un tribunal el
conocimiento que tuviere de la comisión de un delito de acción público. El
denunciante deberá ser identificado. Igualmente, se procederá a recibirla
instancia, denuncia o autorización entre los casos de los delitos que así lo
requieran”.38

3.1.2 La denuncia obligatoria

Nuestra legislación estableció que es obligatoria la denuncia y así


quedó determinado en el artículo 298, que: “Deben denunciar el conocimiento
que tienen sobre un delito de acción pública con excepción de los que
requieren instancia, denuncia o autorización para su persecución y sin demora
alguna: 1) Los funcionarios y empleados públicos que conozcan el hecho en
ejercicio de sus funciones (…); 2) Quienes ejerzan el arte de curar y conozcan
el hecho en ejercicio de su profesión u oficio (…); 3) Quienes por disposición
de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico tuvieren a su cargo el manejo de
la administración, el cuidado o control de bienes o intereses de una institución,
entidad o persona, respecto de delitos cometidos en su perjuicio o en perjuicio
de la masa o patrimonio puesto bajo su cargo o control. (...)” 39

Como excepción a la regla establece el artículo antes citado que la


denuncia no será obligatoria si razonablemente si se arriesgara la persecución
37
BLINDER BARZIZZA, M. Alberto. “El Proceso Penal” Ediciones Ilanud. San José de Costa Rica. 1991. 21.
38
CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA. “Código Procesal Penal”. Decreto 51-92. Arto. 197
39
Ibídem. Arto. 198.
30
penal propia, del cónyuge o de ascendientes, descendientes o hermanos o del
conviviente de hecho.

Esta excepción tiene congruencia con lo que regula el artículo 16 de la


Constitución Política de la República de Guatemala, que preceptúa: “En
proceso penal, ninguna persona está obligada a declarar contra sí misma,
contra su cónyuge o persona unida de hecho legalmente, ni contra sus
parientes dentro de los grados de ley”. 40 Asimismo, lo desarrolla el artículo 212
del Código Procesal Penal, al estatuir: “No están obligados a prestar
declaración: 1) los parientes cuando sus declaraciones puedan perjudicar a sus
familiares, dentro de los grados de ley; los adoptantes y los adoptados, los
tutores y pupilos recíprocamente, en los mismos casos. Sin embargo, podrán
declarar, previa advertencia de la exención, cuando lo desearen. 2) El
defensor, el abogado o mandatario del inculpado respecto a los hechos que en
razón de su calidad hayan conocido y deban mantener en reserva por secreto
profesional. 3) Quien conozca el hecho por datos suministrados por
particulares bajo garantía de confidencialidad legalmente prescrita; 4) Los
funcionarios públicos, civiles o militares, sobre lo que conozcan por razón de
oficio, bajo secreto, salvo que hubieren sido autorizados por sus superiores.” 41

3.1.3 La Querella

La querella también constituye un acto introductorio del proceso penal,


y es de naturaleza formal, donde el querellante debe cumplir con los requisitos
establecidos en la ley a efecto de poner en movimiento al órgano jurisdiccional
y al órgano encargado de la persecución penal.

“Producir querella significa manifestarse en un acto inmutativo desde el


punto de vista penal, o sea, realizar un acto persecutorio de contenido
incriminador específico, por lo menos objetivamente. En esto se advierte su
fundamental diferencia con la denuncia, que es el acto de anoticiamiento de un
hecho de incriminación genérica.”42

40
ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE. Constitución Política de la República de Guatemala. Arto.16
41
CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA. Ibídem. Arto. 212.
42
CLARÍA OLMEDO, Jorge Ibídem. 231.
31
Por su parte Miguel Fenech, al respecto afirma: “Es un acto procesal
consistente en una declaración de voluntad dirigida al titular de un órgano
jurisdiccional, por el sujeto, además de poner en conocimiento la noticia de un
hecho que reviste los caracteres de delito o falta, solicita la iniciación de un
proceso frente a una o varias personas proponiendo que se realicen los actos
encaminados al aseguramiento y comprobación de los elementos de la futura
pretensión y de resarcimiento”43

Pero la definición del autor Alberto Herrarte es más concreta al indicar


que la querella: “Es un acto procesal consistente en una declaración de
voluntad dirigida al órgano jurisdiccional por lo que además de poner el
conocimiento la comisión de un hecho delictuoso, solicita la iniciación de un
proceso, propone pruebas o diligencias, pide la detención del imputado y que
44
se emita sentencia condenatoria”.

De lo anteriormente analiza se extrae que la querella debe reunir las


características siguientes:

1) Es un acto procesal por medio del cual se inicia un proceso penal; 2) es una
declaración de voluntad en la que se pone en conocimiento la comisión de un
delito o falta ante el órgano jurisdiccional competente; 3) Puede ser formulada
por cualquier persona, en los casos de delitos de acción pública, pero si es
delito de acción privada, su presentación corresponde al agraviado; 4) el
querellante debe proponer las evidencias, informaciones y pruebas que
fundamentarán la acusación; 5) Se solicita una sentencia de condena contra el
acusado y la reparación digna, en su caso.

3.1.4 El conocimiento de oficio

Se comprende que este acto introductorio tiene lugar cuando el Fiscal


del Ministerio Público tiene conocimiento de oficio, por denuncia o por cualquier
otra vía fehaciente de la comisión de un hecho delictivo, debe inmediatamente

43
FENECH, Miguel. Derecho Procesal Penal. Vol. 1. 3eera. Edición. Editorial labor S.A. Barcelona. 1960. 529
44
HERRARTE, Alberto. Derecho Procesal Penal. Editorial Vila Guatemala. 1993. 337.
32
iniciar la persecución penal en contra del imputado y no permitir que el delito
produzca consecuencias ulteriores.

El basamento jurídico de este acto introductorio, se encuentra en el


artículo 289 del Código Procesal Penal, que estatuye: “Tan pronto el Ministerio
Público tome conocimiento de un hecho punible, por denuncia o por cualquier
otra vía fehaciente, debe impedir que produzca consecuencias ulteriores y
promover su investigación para requerir el enjuiciamiento del imputado. El
ejercicio de las facultades previstas en los tres artículos anteriores no lo
eximirá de la investigación parar asegurar los elementos de prueba
imprescindibles sobre le hecho punible y sus partícipes” 45

Es entendible que se haya impuesto esta obligación al fiscal de ente


persecutor del Estado, pues si bien se estableció esa misma obligación de
denunciar para las personas particulares con sobrada razón se impuso como
un deber al fiscal del Ministerio Público, que al tener conocimiento de la
comisión de un hecho delictivo debe intervenir inmediatamente documentando
los pormenores del suceso mediante acta que debe reunir los requisitos
establecidos en el artículo 147 del Código Procesal Penal, con el objeto de
impedir que se pierdan las evidencias que no admitan dilación y que el hecho
produzca consecuencias posteriores.

3.1.4 La Prevención Policial

En una de las formas de interponer una denuncia e iniciar un proceso


penal, que la persona agraviada o que haya tenido conocimiento de un hecho
calificado como delito o falta, acuda ante la subestación de la Policía Nacional
Civil, cuya autoridad a través de sus agentes, está obligada a suscribir un acta
que luego trasladarán ante el Ministerio Público o bien ante el órgano
jurisdiccional competente.

El Código Procesal Penal, regula: “Prevención Policial. Los funcionarios


y agentes policiales que tengan noticia de un hecho punible perseguible de
oficio, informarán enseguida detalladamente al Ministerio Público y practicarán
45
CONGRESO DE LA REPUBLICA. Ibídem. Arto. 289.
33
una investigación preliminar, para reunir o asegurar con urgencia los elementos
de convicción y evitar la fuga u ocultación de los sospechosos. Igual función
tendrán los jueces de paz en los lugares donde no existan funcionarios del
Ministerio Público o agentes policía.” 46

A manera de comentario, en la practica la Policía Nacional Civil,


documenta las denuncias a través de un oficio, lo cual es incorrecto, pues de
acuerdo al artículo trascrito debe recibirse la denuncia mediante acta que debe
suscribir el encargado o jefe de la subestación de policía, donde se detallarán
datos como la expresión del día en que se realiza la denuncia y las
informaciones recibidas respecto al hecho ilícito, quienes son los partícipes,
dirección de residencia, la persona agraviada, entre otros, y debe ser firmada
por el oficial policíaco y en lo posible por las personas que hayan intervenido.
Con anterioridad, lo común era que el funcionario policial faccionaba un
oficio de denuncia y lo trasladaba al órgano jurisdiccional o al Ministerio
Público, mismo que no cumplía con las formalidades establecidos por el
artículo 305 del Código Procesal Penal, pero la institución de policía no
actualizó al personal encargado de redactar las prevenciones policiales y
continúan con esa práctica de rendir a través de un oficio las denuncias
interpuestas por los ciudadanos.

3.1.5 La certificación de lo conducente

Sucede muchas veces que en los procesos que se tramitan en los


organos jurisdiccionales de diferente ramos, civil, laboral, de familia, de niñez y
adolescencia, penal o bien de índole administrativo, los titulares de los mismos al
determinar la existencia de un delito de los calificados como de acción pública,
certifican lo conducente de tales expedientes que remiten al Ministerio Público
para que inicie la persecución penal correspondiente, por ejemplo: delitos de
Negación de Asistencia Económica e incumplimiento de deberes de asistencia en
el ámbito de familia, la desobediencia en el ramo laboral, el delito de alzamiento
de bienes en lo civil, de violación o agresión sexual en los expedientes niñez y
adolescencia o cualquier delito que se establezca en la tramitación de los
procesos aludidos. Aunque, en opinión de algunos abogados este acto
46
CONGRESO DE LA REPUBLICA. Código Procesal Penal. Decreto 51-92. Arto. 304.
34
introductorio, si bien no está establecido como tal en el Código Procesal Penal, lo
incluyen en la denuncia obligatoria, como lo estatuye el artículo 298 del Código
Procesal Penal, que dice: “Denuncia Obligatoria. Deben denunciar el
conocimiento que tienen sobre un delito de acción pública, con excepción de los
que requieren instancia, denuncia o autorización para su persecución, y sin
demora alguna: 1) Los funcionarios y empleados públicos que conozcan el hecho
en ejercicio de sus funciones, salvo el caso de que pese sobre ellos el deber de
guardar secreto. (…)”47

3.2 La desestimación de los actos introductorios

Al respecto el extinto autor César Barrientos Pellecer, en su obra Derecho


Procesal Penal Guatemalteco, al referirse a la desestimación, afirmó que: ésta
procede decretarla cuando: “(…) es manifiesto el hecho que motiva el proceso no es
punible o cuando no se pueda proceder debido a que se exigen requisitos no
cubiertos de procedibilidad.” 48

En el Manual del Fiscal, se afirma que dicha figura jurídica procede cuando: “1.
Sea manifiesto que el hecho no es punible. La punibilidad del hecho puede venir por
la ausencia de tipicidad o por ser obvia la existencia de una circunstancia eximente.
2. Sea manifiesto que no se puede proceder por existir algún obstáculo a la
persecución penal.” 49

El Ministerio Público tiene la potestad de desestimar aquellos actos introductorios


(denuncia, querella, prevención policial) que luego de la investigación realizada se
puede determinar sin ninguna duda que no constituye delito o que no se puede
proceder porque no existe persona sindicada debidamente individualizada, que a
nivel de las instituciones del sector justicia le denominan comúnmente “Casos sobre
Averiguar”, por ejemplo: muertes por asfixia por sumersión, suicidios, muerte por
intoxicación alcohólica, etcétera. Ahora bien si se tratare de delitos de suma
gravedad es menester solicitar la autorización judicial para poder desestimar los
casos, pero si el juez considera que debe continuarse con la investigación respectiva
ordenará al ente acusador para que continúe con la misma

47
CONGRESO DE LA REPUBLICA. Ibídem. Arto. 298 numeral 1).
48
BARRIENTOS PELLECER, César. Derecho Procesal Penal Guatemalteco”. Editorial xxx. Año…Pag.
49
MANUAL DEL FISCAL. Editorial xxx, Página.
35
En estos casos, que son un buen porcentaje, los fiscales del Ministerio
Público, optan por archivar los expedientes si de las investigaciones realizadas no es
posible obtener más información si en el hecho hubo mano criminal, claro está que
es susceptible de reabrirlo si surgieren nuevos indicios que dieren como corolario
una pesquisa que el hecho puede ser calificado como delito y que existe persona
sindicada del mismo.

El artículo 310 del Código Procesal Penal, establece: “Desestimación. Cuando el


hecho de la denuncia, querella o prevención policial, no sea constitutivo de delito o
no se pueda proceder, el fiscal desestimará, dentro de los veinte días siguientes de
presentada la misma, comunicando la decisión a la persona denunciante y a la
víctima o agraviado, quien tendrá la oportunidad, dentro de los diez días siguientes, a
objetarla ante el juez competente, lo cual hará en audiencia oral con presencia del
fiscal. Si el juez considera que la persecución penal debe continuar, ordenará al
Ministerio Público realizar la misma, ordenando la asignación de otro fiscal distinto al
que haya negado la persecución penal. La desestimación no impedirá reabrir el
procedimiento cuando nuevas circunstancias así lo exijan, ni eximirá al Ministerio
Público del deber de practicar los actos de investigación que no admitan demora.” 50

En la práctica el Ministerio Público no comunica la decisión de desestimación a


los agraviados u ofendidos y por consiguiente archiva el expediente con lo cual se
violentan los derechos que le asisten a los sujetos procesales.

3.3 La etapa preparatoria.

Es llamada también etapa de investigación, y se encuentra a cargo del Ministerio


Público, bajo el control jurisdiccional de un Juez de Primera Instancia Penal, donde
no existe ningún tipo de plazos, en tanto no se encuentre individualizada la persona
sindicada, no esté detenida o no ha se le haya recibido su primera declaración como
tal. En esta etapa el Ministerio Público, está facultado para recolectar todos aquellos
indicios y practicar diligencias como por ejemplo, el levantamiento de cadáveres,
recabar peritajes sobre personas violadas o maltratadas, lesionadas, necropsias,
dictámenes genéticos, balísticos, grafológicos, toxicológicos, así como la toma de
fotografías y planos del lugar de los hechos, recoger evidencias como armas,
proyectiles y todo lo que pueda ser útil para la investigación del caso concreto,
cumpliendo rigurosamente con la cadena de custodia para revestir de legalidad su
50
CONGRESO DE LA REPUBLICA. Ibídem. Arto. 310.
36
actuación y ser valorados positivamente en el debate. En el caso de que se tratare
de diligencias donde se transgredan derechos de las personas, como el
allanamiento, inspección y registro de viviendas, el examen genético, la
interceptación de llamadas telefónicas, informes de las telefonías sobre el flujo
intercomunicacional de números telefónicos, se debe solicitar previamente la
autorización del juez contralor de la causa, luego que vencido el plazo de
investigación el Ministerio Público, pueda formular la acusación y pedir la apertura
del juicio.

3.4. La etapa intermedia.

Esta fase del proceso inicia con la formulación del escrito acusatorio del
Ministerio Público, donde solicita al juez de Primera Instancia Penal, quien al recibir
el memorial, señala audiencia para determinar si procede o no la apertura de juicio
oral y público. En la práctica se le denomina juicio oral resumido ya que se termina
en una sola audiencia, y en la misma donde el juez pueda dar por concluido el
procesa de manera anormal,

3.5. La etapa del juicio oral y público.

3.6. La etapa de Impugnaciones.

3.7 La etapa de Ejecución de la Pena.

CAPÍTULO 4

LA PRUEBA

4.1 ¿Qué es la Prueba?

4.2 Medios de Prueba establecidos en la legislación guatemalteca.

4.2.1. La Inspección y registro de lugares, cosas o personas y el


allanamiento de dependencias cerradas o lugares públicos.

4.2.2. Reconocimiento corporal o mental.

4.2.3. El reconocimiento judicial.


37
4.2.4. La prueba testimonial.

4.2.5 La prueba pericial.

4.2.6 Las peritaciones especiales.

4.2.7 El reconocimiento de personas.

4.2.8. Los careos.

4.2.9. La prueba documental.

4.2.10. La prueba material.

4.2.11 La interceptación de llamadas telefónicas.

4.2.12. La prueba del Ácido Desoxirribonucleico.

4.3 Comentarios finales.

CAPÍTULO 5

EL TRATAMIENTO DE LOS HALLAZGOS OCASIONALES EN LAS DILIGENCIAS


DE ALLANAMIENTO, INSPECCIÓN Y REGISTRO QUE PRACTICA EL
MINISTERIO PÚBLICO

5.1 Consideraciones generales

En casi todas las actuaciones judiciales que se tramitan ante los órganos
jurisdiccionales, se tiene noticia de la comisión de otros delitos que requieren ser
investigados, en estos casos se ordena certificar lo conducente y se remite al
Ministerio Público, para que inicie la persecución penal sobre el nuevo hecho
descubierto, y no existe mayor problema jurídico, como lo vimos ampliamente en
párrafos anteriores.
Cuando el Ministerio Público, practica diligencias en la etapa preparatoria y
se encuentra con hallazgos inevitables es que debe dar el tratamiento debido a
estos nuevos hechos descubiertos por casualidad para revestirlos de legalidad,
como se analizará más adelante.
38

5.2 Análisis de la diligencia de Allanamiento, Inspección y Registro.

La Constitución Política de la República de Guatemala, mediante el


Artículo 23, tiende a proteger la inviolabilidad de la vivienda, pero reconoce que es
posible el acceso a la morada o vivienda, bajo el supuesto de que sucedan ciertas
circunstancias o hechos, que se mencionan en este artículo, es decir, que exista una
orden escrita expedida por juez competente en la que se exprese el motivo de la
diligencia y se debe practicar entre las 6:00 y 18:00 horas y que en la diligencia debe
estar presente el interesado o su representante.

Aunque en la doctrina se considera que existen cuatro circunstancias en la


que el ingreso a una morada no sería una violación constitucional, siendo estas las
siguientes: “a) Que exista el consentimiento de la persona que lo habita, que no
necesariamente debe ser el propietario o cualquier otra persona con derechos sobre
la vivienda. b) Que exista un mandato judicial, lo cual comprende los casos
relacionados con la averiguación de delitos y persecución de delincuentes que no
estén comprendidos en la literal siguiente. c) Por fragrante delito, cuando el
delincuente ha sido sorprendido infraganti, esto es, hallado en el acto mismo de
cometer el delito o inmediatamente después. Asimismo, cuando existe peligro
inminente de la perpetración de un delito. d) Por el grave riesgo de las personas, lo
cual comprende los casos de incendio u otros análogos así como los relacionados
con la protección de la salud de los habitantes y de los vecinos.”

Para entrar en materia respecto a este tema es necesario definir algunos


conceptos, por ejemplo: “La Constitución de Guatemala protege en esta disposición la
inviolabilidad de la vivienda. No hay que confundir la vivienda con el domicilio. El domicilio,
según Busso, es: “el lugar que la ley fija como asiento o sede de la persona, para la
producción de efectos jurídicos”. En doctrina se distingue entre el concepto de residencia,
que es el lugar de la morada efectiva o vivienda, y el domicilio, que exige, además del hecho
material de la residencia, el ánimo de permanecer en el lugar (Art. 32 del Código Civil). La
simple residencia, no es constitutiva de domicilio. Se presume el ánimo de permanecer, por
la residencia continua durante un año en el lugar (Art. 33 del Código Civil)”. 51

51
Mendoza G. Lissette Beatriz y Ricardo Mendoza Orantes. Ibídem. Página 49.
39

Ahora bien en cuanto al allanamiento, el autor Manuel Ossorio y Florit, en su


Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, indica que el
allanamiento es: “una medida de orden procesal que adoptan los jueces tanto
en materia penal (verbigracia: visitas domiciliarias y pesquisas en lugares
cerrados) como en materia civil, laboral, administrativa, etc.; y que realizan
bien sea personalmente o bien encomendándola a otros funcionarios mediante
una orden de allanamiento”52. La Inspección es la diligencia “mediante la cual
se comprueba el estado de las personas, lugares y cosas, los rastros,
vestigios y otros elementos materiales que el hecho delictivo hubiere dejado y
que fueren útiles para la investigación del hecho ilícito y cuando fuere posible
se recogerán o conservarán los elementos probatorios útiles, pero si el hecho
no dejó huellas, no produjo efectos materiales, desaparecieron o fueron
alterados, en el acta que se suscriba, se describirá el estado actual,
consignando el anterior, el modo, tiempo y causa de su desaparición y
alteración, y los medios de prueba de los cuales se obtuvo ese
conocimiento”.53 En cuanto al registro, en doctrina se le llama registro, “al
examen cuidadoso o a la investigación que se hace de un sitio, para dar con
una persona o cosa”. 54

Significa entonces, que en el momento de practicar el allanamiento,


éste conlleva realizar un registro, exploración o búsqueda minuciosa del lugar
allanado, a manera de localizar, descubrir e incautar los instrumentos del
delito, vestigios o indicios que tuvieran relación con el hecho que se pesquisa
por parte del ente investigador.

En lo que atañe al consentimiento del titular, utilizado en el precepto


constitucional, se puede establecer que el consentimiento: “Es permitir una
55
cosa o condescender a que se haga” Es decir, que es el acto por medio del
cual el titular (o el mandatario), de una vivienda donde se va a practicar la
diligencia permite la entrada de la autoridad para realizar el allanamiento,
previo a notificarle legalmente el contenido de la orden judicial y a entregarle
una copia de la resolución respectiva.

52
Ossorio y Florit, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Editorial Heliasta
S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1981. Páginas 51 y 52.
53
Artículo 187 del Código Procesal Penal.
54
Cabanellas de Torres, Guillermo. Ibídem. Página 346.
55
Cabanellas de Torres, Guillermo Ibídem. Página 87
40
Lo que se entiende que es el consentimiento que presta aquel que,
requerido por quien hubiere de efectuar el registro, ejecuta por su parte los
actos necesarios que de él dependen para que pueda tener efecto, sin poder,
entonces, invocarse la inviolabilidad de la vivienda que la Constitución
reconoce.

5.2.1 Doctrina legal respecto al allanamiento, inspección y registro.

5.3. Los hallazgos ocasionales o casuales.

5.4 Principios doctrinarios del hallazgo ocasional o casual.

5.4.1 Principio de los frutos del árbol envenenado.

5.4.2 la excepción de la atenuación.

5.4.3 La excepción de la fuente independiente.

5.4.4 La excepción del hallazgo o descubrimiento inevitable.

5.4.5 La Teoría de la Buena Fe.

5.4.6 La excepción del acto de voluntad propia.

5.5 El tratamiento que ha de darse a los casos de hallazgos ocasionales o


casuales.

5.6 Análisis de casos concretos.


41
5.7 Aporte para la solución del problema.

CONCLUSIONES

RECOMENDACIONES

ANEXOS

Bibliografía

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