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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIO DE ARAGUA


ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
BIRUACA – ECOS APURE
7MO TRIMESTRE
CURSO: GERENCIA APLICADA A LA COMUNICACIÓN

EL LIDERAZGO EN LA FORMACIÓN
DE LA OPINIÓN PÚBLICA

Biruaca, Noviembre de 2018.


EL LIDERAZGO EN LA FORMACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA

“El líder disuelve la resignación”. Esta frase la tengo guardada en mi


memoria desde la primera vez que la escuché. El liderazgo debe servir para
ver más allá de las barreras del presente, con determinación y gigantesca fe
en el futuro.

El mayor límite que se le presenta al líder al guiarse solamente por la


opinión pública, es el de convertirse en esclavo de la audiencia. El alcance,
el hablar al público el lenguaje que ellos quieren. Sería un poco parafrasear
el dicho: bailar al son que le toquen.

Para conceptualizar un poco todo este asunto de la opinión pública,


varias nociones sobre la misma, pueden ayudar a realizar una síntesis sobre
su importancia y rol en la sociedad. Para Cicerón, la opinión pública se
refiere al «apoyo del pueblo», juicio parecido presentará Demóstenes y
Platón aseverará el concepto de «posición intermedia entre el conocimiento y
la ignorancia».

A través de la historia de la humanidad, la incidencia de la opinión


generalizada de la sociedad respecto a un tema, ha fomentado acciones con
repercusiones claves en los hechos trascendentales del mundo. Frank
Böckelmann, en su obra Formación y funciones sociales de la opinión pública
(1983), refiere lo siguiente acerca de la significación de este concepto en el
marco político: «La importancia de la opinión pública reside por tanto no en lo
razonable de las opiniones ni en la imposición de una voluntad, “sino en la
capacidad de los temas para crear estructuras y absorber inseguridad”. La
relación existentes entre la opinión pública y el dominio político no es una
relación de causa y efecto; es una relación de estructura y proceso».
La evolución tecnológica de los medios de comunicación a partir de
los años cincuenta del siglo XX y la revolución digital de principios del XXI,
crean nuevas variables en el campo de investigación, así como la
formulación de nuevos conceptos sobre el tema. El investigador italiano
Giovanni Sartori, en su libro Homo Videns, la sociedad teledirigida (1997), en
su capítulo acerca de la formación de opinión, nos preludia la siguiente
interrogante: «Si la democracia tuviera que ser un sistema de gobierno
guiado y controlado por la opinión de los gobernados, entonces la pregunta
que nos deberíamos replantear es: ¿cómo nace y cómo se forma una opinión
pública?». El propio Sartori alerta sobre los peligros de los medios masivos
en la formación de opiniones dentro de la sociedad. Los mismos,
estableciendo la agenda de problemas a deliberar y discutiéndolos mediante
la opinión ciudadana, donde la mayoría de las veces no existe un
conocimiento a profundidad sobre el tema, crean una mayor dependencia a
las encuestas por parte de la dirigencia. Lo que el autor califica como «El
gobierno de los sondeos».

Centrémonos en el caso Venezuela, mucho se dice acerca de la


opinión pública en estos años de polarización política. Por un lado los
factores oficiales acusando al sector privado-opositor de detentar la mayoría
de los medios de comunicación y de crear una imagen negativa de las obras
de gobierno; por el otro, los representantes de la oposición denunciando la
maquinaria mediática del Estado en detrimento de las promesas y proyectos
planteados por el primer mandatario nacional.

Lo cierto es que los medios en la Venezuela contemporánea, han sido


factor decisivo a la hora de encausar los temas de la opinión pública de la
sociedad venezolana. Desde la presentación en pantalla nacional de un
desconocido teniente coronel, asumiendo el fracaso de una intentona
golpista en 1992, hasta la persistente investigación en 2010, acerca de
cientos de contenedores de carga con comida en estado de descomposición,
importados por el gobierno nacional.
La sociedad venezolana se ha caracterizado por su alta carga
emocional. La racionalidad a la hora de tomar una decisión política, social o
económica en gran medida ha producido choques con la opinión
generalizada del colectivo. No nos regimos por los principios pragmáticos de
nuestro vecino del norte, o por las frías deducciones hechas en Europa.
Somos sociedad Caribe y mestiza; indígena y latina.

Apelar a un discurso netamente racional para con las masas,


representa un desconocimiento total del ámbito social. Como refiriera alguna
vez el profesor Ramón Piñango, acerca de un hecho de la historia reciente:
«Mientras la oposición hablaba de la meritocracia, algo meramente racional,
el Presidente de la República inauguraba “el balcón del pueblo”».

El líder político debe tantear a su audiencia, hablarle en lenguaje


común lo que realmente quiere decir, asumiendo las obligaciones contraídas.
Un discurso es la expresión individual de las necesidades colectivas.
Presentar soluciones, entendiendo las capacidades reales del entorno, no
engañando, pero tampoco invistiéndose como profeta del desastre.

Comprender y entender a Venezuela, conocer sus devenires como


nación, es mucho más importante que cualquier estadística de popularidad o
aceptación momentánea. Allí radica la verdadera pasión por lo nacional. En
conclusión, el líder debe entender la importancia de la opinión pública, sus
resultados y consecuencias, pero no colocarla como único norte a la hora de
trazar medidas estratégicas para el país. Lo más importante es ser honesto,
tanto en el discurso como en la acción. Por ende, cumplir lo prometido y
adaptar al lenguaje común las acciones planificadas, para así lograr
entendimientos y no continuar el ciclo vicioso que se ha presentado en
Venezuela de populismo vs la tecnocracia fría. El buen líder entiende la
relevancia de cada parte y aspecto del ente político-social.

La creación de nuevos liderazgos, es también el ingenio de nuevas


formas de percibir el desarrollo armónico, sin detrimento de las partes.
Liderazgo y opinión pública, Liderazgo y medidas necesarias, liderazgo y
conocimiento, todo ello va de la mano en esta época, donde el viento sopla
en muchas direcciones, pero con un compartido destino deseado.

Fuentes consultadas
 ·BÖCKELMANN, Frank. Formación y funciones sociales de la opinión
pública (1983)
 ·SARTORI, Giovanni Sartori. Homo Videns, la sociedad
teledirigida (1997).
 ·VAN DIJK, Teun A. Ideología, una aproximación multidisciplinaria
(1999).
 ·Clases del profesor Jorge Ezenarro. Universidad Católica Andrés
Bello.
 ·Módulo de Liderazgo para las diferencias. Profesor Ramón Piñango,
LIDERA-IESA

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