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Portadilla
Dedicatoria
Legales
Prólogo
Introducción
Agradecimientos
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Correspondencias entre el tarot y la Kabbalah
El Árbol de la Vida
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El tarot en los ejercicios de meditación
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Tarot
Un cam ino de desarrollo espiritual
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Dedicatoria
A mis queridos hijos Juan Pablo, Sebastián, Julián, Paula y
Fernando, quienes continúan siendo mis “maestros” más
amados en esta v ida.
A mi amante esposo Bernardo Dias Peixoto.
A mi maestro de psicología junguiana Gerónimo Reus.
A mi adorada nieta Sophía Dias Peixoto.
A todos mis alumnos de las distintas disciplinas durante los
últimos treinta años.
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PRÓLOGO
Este libro nos inv ita a una conexión con nuestra interioridad,
con ese espacio sagrado que sabe lo que necesitamos para
ev olucionar. Proporciona una respuesta para nuestro peregrino
interno que camina buscando conciente e inconscientemente la
posibilidad de v iv ir mejor y /o conocer su misión en esta v ida.
Por eso, la autora nos brinda una mano que nos cuida y nos
guía, que nos llev a a transitar un mundo pleno de sentido que
seguramente coexiste con nosotros.
A lo largo de sus páginas se puede identif icar claramente
cómo v an desarrollándose los conceptos que ahondan en la
prof undidad del símbolo: cada una de las descripciones nos
abren la puerta y nos permiten ingresar al territorio de cada
arcano y experimentarlo en nuestro interior. Así el encuentro se
logra, de una tan manera clara, que nos inv ita a v iv enciar el
espíritu de los símbolos. Esto seguramente nos induce al inicio
de un proceso de sanación.
A su v ez, esta transmisión de conocimientos que nos
proporciona Tarot. Un camino de desarrollo espiritual, nos motiv a
como lectores a abrirnos a otros caminos de ev olución, como el
que proponen la astrología, la numerología y la Kabbalah.
También, las ref lexiones personales, de mucha riqueza, nos
hacen pensar y sentir sobre el tiempo actual y el cambio que
estamos transitando.
Libros como este son un llamado a nosotros mismos, a
v olv er a la esencia y a la unidad con el todo.
Estela H. Maglio
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INTRODUCCIÓN
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mediados de siglo XX, inv estigador y creador de la Técnica de
Capacitación Existencial y descubridor de la ev olución de los
símbolos del inconsciente colectiv o en el dibujo automático
(herencia que me enaltece) transmutó mi v ida entera, como así
también todos mis conocimientos teóricos y prácticos. Este
encuentro que duró casi dos décadas af ectó mi v ida prof esional
y personal para siempre.
Hasta ese momento, y o llev aba una “doble v ida”. Por un lado,
se encontraban mis estudios, permanentemente interrumpidos,
de Psicología en la Univ ersidad de Buenos Aires, mi trabajo
como secretaria de directorio en empresas de primerísima línea,
las traducciones de distintos idiomas como inglés, f rancés,
alemán, italiano y portugués que realizaba, y mi papel de
esposa y madre.
Por el otro lado, estaban mis estudios esotéricos, la lectura de
las cartas, las inv estigaciones de campo realizadas en Buenos
Aires (Argentina) y en Río de Janeiro (Brasil), siempre dentro del
ámbito de la psicología alternativ a.
Desde entonces, la psicología prof unda del Dr. Carl Gustav
Jung inv adió todos los campos de mi expresión prof esional: en
el tarot, en cuanto al estilo de lecturas durante las consultas y
en la modalidad de los cursos; en la astrología, durante los
procesos de armado, estudio y dev olución de cartas natales y
otros trabajos astrológicos deriv ados; en la apertura a nuev os
campos de inv estigación en la técnica de indiv iduación, en mí
misma y aplicada a la docencia de alumnos de indiv iduación, en
mis cursos de desarrollo creativ o para pintores, actores y
artistas en general, donde pude integrar el tarot, la astrología y
la psicología junguiana a los cursos para el análisis de los
sueños y en los seminarios de psicología junguiana para
psicólogos.
El contacto simbólico permanente me f acilitó, con el tiempo,
realizar una observ ancia “dif erente” de las imágenes en las
obras de amigos y clientes pintores, quienes pudieron detectar
y experimentar en sí mismos los momentos precisos de su
conexión con el inconsciente colectiv o en sus obras de arte.
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El trabajo específ ico en la docencia con los arcanos may ores
para el desarrollo personal es la síntesis de todo un proceso de
inv estigación y experimentación que considero necesario poner
al alcance de todos.
Para explicar mejor la f unción de los arcanos may ores, ha
sido necesario incluir a los arcanos menores y a las cartas de la
corte con la intención de presentar un cuadro demostrativ o, más
completo, de la activ idad de los arcanos may ores sobre los
indiv iduos y, en def initiv a, sobre las circunstancias que
conf ormarán su destino, consecuencia del hallazgo de la propia
identidad.
En cada una de las tres partes en que se div ide el tarot, el
proceso de aprendizaje se realiza de manera dif erente,
correspondiendo a los arcanos may ores el trabajo más complejo
y trascendente; tanto para quien recién se inicie en el
aprendizaje de esta técnica, como para quien elija
comprometerse moralmente con esta enseñanza.
La importancia de la observ ación de las imágenes junto a la
utilización de div ersos sistemas deductiv os e inductiv os y el
planteo didáctico tipo puzzle asociativo hasta llegar al análisis de
las lecturas f inales, son la base en que pueden apoy arse,
maestro y alumno.
Mientras que el proceso de aprendizaje de los arcanos
menores es mucho más simple y sencillo, porque constituy en el
resultado de la tarea realizada con los arcanos may ores,
respecto de las cartas de la corte, he pref erido mencionar
solamente la categoría de los personajes, pues la ampliación de
los conceptos relativ os a estas imágenes suele constituir una
dif icultad que no aporta a nuestro principal objetiv o que es la
utilización del tarot como camino de desarrollo personal.
Al comienzo de mi tarea docente del tarot en 1981, comencé a
observ ar de qué manera mis alumnos se v eían positiv amente
af ectados durante el aprendizaje, especialmente, por los
arcanos may ores. Dicha af ectación no parecía prov enir
únicamente del hecho de haber disminuido su angustia respecto
del f uturo, al aprender a “v erlo” o a “conocerlo”, ni de llenar el
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“v acío de f uturo”, sino que al terminar los cursos era notoria la
presencia de una “semilla” en sus v idas, generadora de
cambios, en la may oría de los casos trascendentes. Estas
“semillas” continuaban germinando, más allá de la culminación
de los cursos, mejorando sus estados anímicos, animándolos a
un activ o desarrollo espiritual y, con el paso del tiempo, pude
conocer de qué manera también f ueron diseminándose en sus
f amilias y en sus amistades.
Asimismo, estas experiencias inf luy eron f elizmente en mi
propia v ida, al poder contemplar cómo se concretaba la parábola
del sembrador de mi apreciado Nemer Ibn El Barud, cuando
menciona: “¡Af ortunadamente, la may or parte de la semilla cay ó
en tierra f értil !”.
Durante los primeros cursos, debido a mis antiguas
tendencias a la interpretación psicológica, originadas en mi
carrera inconclusa de Psicología, recordé que Sigmund Freud
adjudicaba a la magia ciertas características de “poder interno”
que podrían estar alterando las conductas de mis alumnos.
También noté que el Dr. Carl Gustav Jung, denominaba
“inf lación del ego” a la arrogancia prov ocada por ciertas
prácticas mánticas.
Pronto descubrí —con sorpresa al principio y con asombro
después— que esos cambios estaban generados en la
observ ación e interacción energética con los arcanos may ores
que actuaban en mis alumnos como “catalizadores” y
“organizadores” del inconsciente, en la gran may oría de los
casos, impulsándolos a realizar los cambios necesarios para el
logro de una v ida mejor, mucho más cercana a su propia
identidad, además del importante aumento en el desarrollo de
f unciones creativ as absolutamente nuev as. Recuerdo un curso
donde una alumna que escribía poesías, terminó haciendo
guiones para teatro; y una compañera del mismo curso, que era
actriz, comenzó a dirigir obras de teatro, coincidentemente con
la f inalización del curso de tarot.
Desde allí en adelante, pude v er empresarios que se
transf ormaban en pintores, ingenieros en masajistas y
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tarotistas, abogados en actores y, a v eces, no surgía lo nuev o
sino que se mejoraba, se ampliaba y expandía lo que y a estaba
presente, es decir que se autorrealizaban expandiendo su campo
de acción-creación en su tarea, pero mejorándola y
enriqueciéndola creativ amente. Casos similares se han ido
repitiendo en el tiempo y mucho más acentuadamente desde
comienzos de la década de 1990, en la que la gran may oría de
las personas comenzó a dirigir su atención hacia caminos de
desarrollo personal.
En estos últimos años, el tarot se ha expandido de manera
considerable (y a v eces hasta ha llegado a distorsionarse su
v erdadera f unción y objetiv os), por eso creo necesario ef ectuar
ciertas recomendaciones de orden espiritual e insistir en que
este proceso de aprendizaje e incorporación de imágenes es
absolutamente indiv idual (dif erente para cada indiv iduo), que
debe llev arse adelante con lentitud y prudencia.
Se aconseja prof undizar y respetar las interpretaciones que
surjan de la propia interioridad, a partir de las div ersas
asociaciones con la numerología, la Kabbalah, la astrología, la
simbología del color y el gesto, pero básicamente respetar
aquellas que surjan de la propia observ ación contemplativ a,
para más adelante poderlas ampliar después de un trabajo
prof undo, personal y grupal, con la ev entual lectura de libros
ref eridos al tema, de dif erentes autores, que aporten otros
puntos de v ista.
Para mí, el tarot es un tratado de orden espiritual sobre las
energías primigenias que dieron origen al mundo que hoy,
gracias a la f ísica cuántica —podemos comprobar—, son
capaces de transmutar energías psíquicas conscientes e
inconscientes. Por ese motiv o, deben ser tratadas y
consideradas con el may or cuidado y respeto.
Además de proporcionar la oportunidad de un trabajo
prof undo, rico y v ersátil en el conocimiento de uno mismo, el
tarot f acilita el hallazgo de las causas que impiden nuestra
ev olución personal, brindando la posibilidad de observ ar cómo la
v ida se rehace f elizmente, después del reprocesamiento.
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Este libro permitirá al lector acrecentar su concepto del tarot
como medio para la lectura del f uturo y encontrar un nuev o
camino para la ampliación de la conciencia, a trav és de una
ampliación del propio autoconocimiento, f acilitador del tránsito
hacia un contacto f luido con sus propios contenidos psíquicos,
algo así como un encuentro “mágico” con su propia arca de
tesoros (potenciales) aún no explorados ni experimentados.
Con el tiempo descubrirá, sorprendido, que el tarot estaba y a
dentro suy o y que este libro sólo lo ay udó a encontrarlo en sí
mismo, durante el camino del aprendizaje y, más adelante, a
trav és de la práctica.
Teniendo en cuenta que esta técnica intenta ser básicamente
práctica y lo más parecida posible a los antiguos rituales de
iniciación, es que será conv eniente obv iar cualquier tipo de
lectura (antes o durante el aprendizaje) relacionado con el tema
del tarot y, más especialmente con los arcanos may ores.
También es preciso prov eerse, con anterioridad, de los
materiales necesarios para el trabajo personal y grupal,
siguiendo, paso a paso, en el orden mencionado, cada uno de
los escalones para llegar hacia una autorrealización más plena.
Se recomienda agregar el trabajo grupal (con la conducción y
contención de un maestro especializado y /o psicólogo) al trabajo
indiv idual, debido a que al realizarse solamente el trabajo
indiv idual, se corre el riesgo de caer en limitaciones
conceptuales que darían como resultado la repetición y la
f ijación en determinadas interpretaciones e imágenes. Es decir
que todos los conceptos estarían siempre ref eridos a sí
mismos, o a identif icaciones personales con determinadas
imágenes, que obstaculizarían la relación directa, f luida y
natural con todos los arquetipos (al ser ellos “núcleos dinámicos
colectiv os”, según Jung) del inconsciente colectiv o, además del
enriquecimiento conceptual proporcionado por el grupo.
Los principiantes podrán encontrar f acilitado el camino hacia
el autoconocimiento y quienes se acerquen sólo por mera
curiosidad se sorprenderán del resultado obtenido, porque este
aprendizaje, en realidad, transf orma a quien lo realiza, lo elev a y
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únicamente su propia alma será la que determine si acabará
siendo una mejor persona.
Este libro será de gran utilidad para aquellos que no detienen
su búsqueda, para personas prov enientes de todas las
prof esiones y f ormaciones que aún sientan que necesitan “algo
más”; a los maestros de tarot que deseen darles un plus a sus
alumnos, y a maestros de otras técnicas de desarrollo personal
como meditación, v isualización creativ a, terapias
transpersonales, artes plásticas, talleres de escritura, y oga,
reiki, etc. También le serv irá a los astrólogos (por su activ ación
simbólica personal y también, en la práctica prof esional, para
ampliar y ajustar conceptos relativ os a tránsitos, ascendentes,
aspectos astrológicos en general, y aspectos de nodos natales
y lunares)
Para los psicólogos que deseen experimentar, inv estigar y
aplicar un camino nuev o en su propia v ida y colaborar con una
herramienta más en la orientación de sus diagnósticos y
tratamientos y para los tarotistas que y a presientan ese “algo
más” f acilitado por el contacto simbólico.
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Agradecimientos
Quiero expresar mi eterno agradecimiento a mi amado marido
Bernardo Dias Peixoto, estudioso de antropología y ecología,
desaparecido en Brasil en 1979, quien impulsó como nadie mis
estudios e inv estigaciones desde principios de 1970.
A mi padre del alma Karl H. Schwenger, quien motiv ó desde niña
mi interés por el trabajo y los estudios; a mi madrina Adela
Mirol; a mi abuela Eugenia Silv ey ra de Oy uela, poetisa mística,
escritora y traductora.
A la Editorial Albatros, por su plena conf ianza y permanente
motiv ación, aplaudiendo su nuev o proy ecto editorial, y a Silv ina
Cruz, mi primera maestra de tarot.
Al Dr. Vicente Rubino, prof esor-maestro y psicoanalista
junguiano, por permitirme conocer el sentimiento de la honra y
de la estima compartidas.
A todas mis queridas amigas, hermanas de otras v idas,
pasadas y f uturas y a mis nuev os amigos y alumnos de Mar
del Plata por su generosa bienv enida.
Por supuesto a Gerónimo Reus, mi queridísimo maestro de
psicología junguiana; a Alf onso Milito, mi “amigo entrañable”, a
la Lic. Estela Maglio, ex alumna, por su amistad que me
enaltece como indiv iduo y que hoy me honra con su prólogo y
me acompaña como muy querida maestra y hermana en mis
prácticas de chamanismo; así como a mis queridas maestras
de budismo, Cintia Weber y Aurora Michiko Matsubara Hisaki.
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CAPÍTULO UNO
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“La actividad en el arte... es la actividad del espíritu que,
bajando por la mente, se concreta en lenguaje, por lo tanto en
comunicación, información”.
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¿QUÉ ES EL TAROT?
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adelante cuando se transf irieron al papel.
Entonces, la primera respuesta a la pregunta de este apartado
podría ser que el tarot es un instrumento que permite a la
imaginación expresarse de manera pura y sin prejuicios ni
preconceptos, en un orden de ideas acordes con las 78 cartas
que lo conf orman y que a trav és de su estudio y práctica
sistemáticos, f acilitan la predicción del f uturo.
Conocido es el uso de las 56 cartas tradicionales que
corresponden a los mazos f ranceses y españoles y se utilizan
desde tiempos inmemoriales en los v ariados juegos de naipes.
Pero además, el tarot proporciona otros benef icios, y a que se
trata de un tratado de f ilosof ía hermética apto para colaborar
con el desarrollo personal, tal como se v erá más adelante.
Mediante su estudio, y especialmente mediante su observ ación
metodológica y su práctica, f av orece el autoconocimiento y la
autorrealización, acompañado, por cierto, la oportunidad que
of rece de conocer el f uturo.
Durante su aprendizaje, la contemplación de las imágenes —
altamente simbólicas— prov oca una inev itable interacción
energética, transf ormadora y trascendente y al descif rar el
contenido de los dibujos, surge la tentación consciente de
asociarlos con hechos de la historia personal o de otros, esta
tarea, realizada concienzudamente, produce una reorganización
de la inf ormación interna, a manera de una ecuación simbólica
con características ev olutiv as.
Este proceso de desarrollo personal, realizado de manera
lenta, v a abriendo las puertas de la conciencia hacia nuestra
mismidad, unicidad o sí mismo, es decir hacia aquello que nos
hace seres únicos, irrepetibles.
El magnetismo de las imágenes atrae mágicamente al
principiante que se v e seducido ante la promesa de decorrer el
v elo que oculta el f uturo.
Cualesquiera f ueran las motiv aciones conscientes que lo
hay an inclinado a este estudio (simple curiosidad, conocer el
f uturo, complementar estudios astrológicos, etc.), las
expectativ as del principiante resultarán sobrepasadas, y a que
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estos contactos v isuales “detonan” en su interior, sugiriendo
nuev os datos y aportando inf ormación imprescindible para el
logro de un mejor y más prof undo autoconocimiento.
La ejercitación más o menos continua del tarot, conv ierte este
aprendizaje en una suerte de “juego interactiv o”, que opera
antes, durante y después de la observ ación de las f ormas, los
colores y los números, activ ando de manera constante la
imaginación y permitiendo un v iaje interior de interesantes y
sorprendentes resultados.
Más adelante, una v ez adquiridos los conocimientos
necesarios para su práctica, se podrán realizar lecturas
específ icas relacionadas con el desarrollo personal, con la
modif icación de conductas a mejorar o aquellas que tengan que
v er con la propia f unción prof esional o espiritual, con retratos
internos, con la ubicación de conf lictos que impiden el
crecimiento, etc.
Todas las respuestas obtenidas serán de gran utilidad para
aclarar las preguntas más acuciantes del ser humano en estos
tiempos de incertidumbre, abriendo las compuertas del alma a
una nuev a etapa de ev olución superior, donde, por supuesto,
surgirán otras nuev as preguntas.
El trabajo sistematizado, ordenado y lento con las imágenes,
unido a la v erdadera intención de mejorar, permitirá realizar una
prof unda tarea dirigida hacia uno mismo, que se irá f acilitando
con las tiradas personales que transf ormarán al observ ador-
practicante en el “hacedor de su propio destino”. De esta
manera, en su camino de ev olución no podrá v er nunca más a
su destino como algo mágico, ajeno a sí mismo, sucediéndose
de manera sorpresiv a, cíclica o catastróf ica, sino que
comenzará a v erlo como una circunstancia proactiv a en la cual
él es su principal protagonista.
El tarot es una excelente herramienta para lidiar con el
desarrollo ev olutiv o y el autoconocimiento personal, debido a
que constituy e la may or expresión v isual, estética y creativ a
de toda la historia de la humanidad.
También posibilita la def inición de f uturo, como la suma de lo
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que somos y sentimos como indiv iduos, más lo que hicimos
ay er, más lo que podamos llegar a hacer hoy para crecer y
mejorar, como si el f uturo se estuv iera escribiendo a cada
instante en las páginas del libro de la v ida.
Hasta ahora, entonces, el tarot se presenta como un medio
para conocer el f uturo y al mismo tiempo como un método o
técnica de autoconocimiento, apto para el desarrollo personal.
Ambos benef icios se complementan, pues es condición sine
qua non conocerse a sí mismo antes de intentar rozar el alma
del consultante y penetrar en el templo sagrado de su destino.
Sumado a estos dos procesos, el trabajo con el tarot,
realizado de manera cuidada y ordenada, nos of rece,
espontáneamente, una tercera posibilidad, consecuente con la
centración obtenida a trav és de la contemplación de las
imágenes simbólicas (color y f orma): el desarrollo del potencial
creativ o.
Las imágenes despiertan y mov ilizan emociones y
pensamientos que determinan una nuev a organización de la
energía psíquica, que aumentará notoriamente la creativ idad y
la imaginación.
En resumen, tres posibilidades nuev as se abren al principiante
a partir de este aprendizaje. Pero existen dos más: el tarot
f unciona como consejero y puede utilizarse para la
interpretación de los sueños.
Como consejero, opera siempre con absoluta independencia
de los juicios racionales y opiniones personales, y a que dicho
consejo se origina en correlaciones numéricas y normalizaciones
que excluy en la decisión consciente del lector. Como se v erá
más adelante, el consejo surge de la misma tirada de cartas,
obv iando la propia disposición interior. En cuanto a su relación
con la quinta posibilidad, la de su utilización para la
interpretación de los sueños, el tarot contribuy e a aclarar toda la
inf ormación prov eniente del inconsciente personal y colectiv o,
y a que se trata del mismo material simbólico del que se nutren
los sueños.
Todo lo mencionado anteriormente, permite declarar al tarot
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como un “Libro de sabiduría de 78 páginas”, y cabe recordar que
sus conocimientos más prof undos siempre han sido
transmitidos a los iniciados por maestros espirituales; por lo cual
este aprendizaje no puede realizarse de manera burda,
despreocupada y distorsionada, como tampoco en f orma
autónoma y sin ningún tipo de orientación o contención
psicológica.
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LA HISTORIA DEL TAROT
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en los 42 libros de Thot (dios egipcio del conocimiento) a
quienes los griegos identif icaron con Hermes y lo llamaron
Hermes Trimegistro (Hermes tres v eces grande o tres v eces
maestro). De su nombre prov ienen los conocimientos
“herméticos” (secretos, sagrados) que f ueron selectiv amente
transmitidos y cuidadosamente guardados por considerárselos
de origen div ino. Según esta teoría, posiblemente la palabra
“tarot” deriv e de la combinación del nombre de dos dioses
egipcios: Thot y Ra (este último, el dios Sol). Esto permite
deducir que, cuando el Imperio romano sometió a Egipto, sus
sacerdotes incorporaron los conocimientos egipcios
(ambicionados por Roma, pues Egipto era el centro cultural e
intelectual de la época, donde se nutrieron f ilósof os y
matemáticos griegos y romanos) y estos se expandieron a
Europa de la mano de los romanos. Asimismo, cabe la
posibilidad de que el término tenga su origen en la palabra latina
rota, cuy o signif icado es “rueda” (rueda de la v ida, rueda de la
f ortuna). Sobre este punto, también se dice que los egipcios
usaban para la adiv inación unas piedras con jeroglíf icos a las
que denominaron “théraphim”, que también podría ser la palabra
madre de “tarot”.
Mucho más adelante, y como argumentación del origen latino
de su nombre, una antigua anécdota cuenta que Carlos VI, rey
de Francia, ordenó que le env iaran desde Italia un mazo de
cartas para juegos, con motiv o de una enf ermedad prolongada
y con el deseo de distraerse durante su reposo obligatorio.
Otra teoría desarrollada por Papus en su libro Tarot de los
Bohemios sostiene respecto del nombre y origen del tarot que
f ueron los bohemios y romaníes (gitanos) prov enientes de Asia
quienes impusieron, en Europa, el uso de un mazo de cartas
para la lectura del f uturo al cual denominaron “tarit”.
Pero muchos consideran indudable que el origen del tarot se
relaciona con la antigua sabiduría hebrea de la Kabbalah, pues al
comparar ambas f ilosof ías —la del tarot y la de la Kabbalah—,
existe una asombrosa similitud y correspondencia. Esta
semejanza nos inv ita a acercarnos a la posibilidad de que hay an
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sido los mismos hebreos (prisioneros durante siglos en Egipto y
liberados por Moisés, criado y educado en la corte egipcia del
f araón Ramsés) los precursores de este sistema de lectura
originado en su necesidad de ocultar sus creencias a los
egipcios y más tarde a los romanos.
Otro punto de apoy o para la hipótesis del origen hebreo de su
nombre, es que la palabra “tarot”, v ista en espejo, puede llegar a
ser Torá, el libro religioso de los hebreos, quienes además,
asimilaron un v alor numérico a sus “letras madres”, un
conocimiento adquirido de los egipcios, quienes f ueron los
primeros en aplicar este tipo de asociación.
Si bien hay muchísimas teorías sobre los posibles orígenes
del tarot, existen datos concretos en la literatura europea
anterior a la Edad Media. Se encuentran antecedentes claros de
la existencia del tarot en los escritos de Dante Alighieri (1265-
1321), Francesco Petrarca (1304-1374) y Michel de Montaigne
(1533-1592), que dan prueba ev idente de sus conocimientos
sobre algunas de sus imágenes.
En cuanto a los antecedentes de div ersos tipos de mazos de
cartas, en la India, en el año 1200, existían unas tablillas de diez
series o palos, con doce tablillas cada serie, lo que hacía un
total de 120 tablillas que se utilizaban para div ersos juegos.
Alrededor del año 1300 en Asia, los chinos jugaban con mazos
de div ersas cantidades de naipes, pero con imágenes bastante
dif erentes de las que conocemos hoy.
A partir del 1500, los datos se esclarecen un poco, pues
aparece en Europa una gran cantidad de mazos de cartas con
dif erencias sustanciales en sus diseños y también en el número
de cartas, que se pueden encontrar hoy en museos de Italia,
Francia, Alemania e Inglaterra. Estos mazos habían sido
elaborados por dif erentes artistas y algunos f ueron promov idos
por tarotistas, entre ellos el mazo de Visconti-Sf orza, el más
antiguo conocido prov eniente de Italia. En 1600, un mazo de 144
cartas, denominado naibi por los árabes, también puede llegar a
dar cuenta del origen de la palabra “naipe”.
En resumen, no existe un origen def initiv o comprobable del
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tarot, ni f echa, ni lugar f ehaciente de su creación, pero teniendo
en cuenta el aporte de la antropología en cuanto a las
similitudes y semejanzas observ adas en las div ersas
civ ilizaciones, e interrelacionando todo esto con las teorías de
Jung sobre del inconsciente colectiv o y la sincronicidad, es
totalmente probable que se hay a tratado de un f enómeno
sincrónico-colectiv o, que operó de manera similar en dif erentes
pueblos.
Lo cierto es que recién a partir del siglo XVIII comenzaron a
organizarse con imágenes los conocimientos f ilosóf icos o
sagrados que permanecían ocultos sobre el tarot, y se empezó,
poco a poco, a mantener una cantidad más o menos f ija de
cartas gracias a la contribución de v arias sociedades secretas,
como las órdenes esotéricas y los masones, entre otras.
A comienzos del siglo XX, y en sincronicidad con la apertura
de las pirámides de Egipto, el nacimiento de la teosof ía y del
psicoanálisis, se expandió —primero en Europa y luego en
América—, un gran interés por el tarot y los conocimientos
esotéricos en general. El mundo occidental abría sus ojos y
comenzaba a mirar hacia Oriente, y así f ueron apareciendo
mov imientos y grupos de intelectuales que nucleaban a
prof esionales de distintas disciplinas interesados en los
f enómenos de la mente y del espíritu, y en la predicción.
En la década de 1920 —con los av ances producidos en la
psicología por Sigmund Freud y cuando Carl Jung f ormula la
Teoría de los arquetipos y la Teoría del inconsciente colectiv o—,
el tarot comienza a expandirse de tal manera que a comienzos
de 1960 desborda los límites de los dif erentes grupos de
intelectuales de av anzada para f inalmente alcanzar todos los
estratos sociales. Y desde entonces, su ev olución ha sido más
que ev idente: primero, se utilizaba solamente para la lectura del
f uturo y para ciertos juegos; luego pasó por una etapa de
“purif icación” a trav és de su uso como técnica de desarrollo
espiritual; para f inalmente arribar a la etapa en la que se
encuentra actualmente, de expansión en cuanto a su uso para la
lectura del f uturo y como “consejero” respecto de ilimitados
30
cuestionamientos, asidero seguro ante tanta incertidumbre y
también como camino de desarrollo personal.
En la actualidad, existen más de 250 mazos de tarot
dif erentes, entre los que se encuentran el conocido Tarot
Egipcio, algunos mazos pintados por artistas plásticos muy
conocidos como Dalí y Picasso; y otros hechos en papel de
arroz y pintados a mano con tinta china por artistas japoneses.
En términos generales, los más grandes tarotistas solían
encargar la pintura de sus propias cartas a artistas que
traducían sus percepciones y sensaciones. Entre los más
conocidos del siglo XX se encuentran los grandes maestros
como Arthur E.Waite, Aleister Crowley, Balbi, Oswald Wirth, etc.
Todos ellos manif estaron su propia indiv idualidad en la
interpretación del Tarot, como así también en las imágenes pero
por ejemplo A. E. Wait, nos of rece también la posibilidad de
alterar el orden tradicional de los arcanos may ores intercalando
la carta XI con la VIII, es decir, La Fuerza con La Justicia, en
f unción de un razonamiento personal en la interpretación de
ambas cartas.
Otra probabilidad es que las mismas cartas utilizadas para
juegos en la Antigüedad puedan haber sido puntos de apoy o
para la enseñanza utilizados por los maestros iniciáticos, como
ref erencia y ejemplos de sus enseñanzas. A partir de esas
experiencias magistrales, se abrirían canales de intuición para
que estas imágenes arquetípicas se manif estaran, tal como
sucede en la actualidad, en las div ersas artes plásticas, la
música, la literatura, la poesía, el teatro, etc.
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32
CAPÍTULO DOS
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En este estado irracional, basado en la desaparición del ego,
en el abandono del estatismo del observador (...) es cuando la
mirada nos lleva a ser eso que miramos y que nos ve (...). Al ser
visto por la visión, desaparece la dualidad y brilla la luz del
vacío, que todo lo contiene.
34
LA INICIACIÓN
35
iniciar el camino del desarrollo personal. Estas imágenes son
similares a las del actual tarot egipcio, y sus inscripciones
jeroglíf icas, asentadas en el Libro de los Reyes, relatan un
proceso de iniciación que los sumos sacerdotes les practicaban
a los nov icios que deseaban acceder al sacerdocio. Los dibujos
estaban hechos en piedra y se encontraban apoy ados sobre las
paredes de un pasillo que conducía al templo. El candidato
debía atrav esar este lugar en compañía de su maestro durante
el día, observ ar una imagen y al día siguiente, luego de pasar la
noche en soledad bajo las imágenes, comentar los sueños que
estas le hubieran prov ocado. Luego de repetir este
procedimiento durante v arias noches con dif erentes imágenes,
el candidato estaba en condiciones de acceder a conocimientos
superiores, propios del sacerdocio, tales como el manejo de las
hierbas mágicas, los rituales, la alquimia, la astrología, etc.
Durante la Edad Media, la may oría de las escuelas iniciáticas
y espirituales, como las masónicas y otras, utilizaban las
imágenes del tarot como método de iniciación. En 1904, Aleister
Crowley, Maestro en grado superior de la Orden Secreta de la
Golden Dawn (una de las órdenes secretas más conocidas del
mundo y aún v igente), dice haber recibido por transmisión oral y
durante sus ejercicios de meditación toda la inf ormación relativ a
al tarot que posteriormente v olcó en escritos como The Book of
the Law, The Book of Thot, The 777 y tantos otros.
Entrar en contacto con los símbolos ha sido una tarea muy
simple para la Antigüedad, cuy a relación con las ley es de la
naturaleza, con sus creencias espirituales y sus imágenes
representativ as, le permitían una interacción simbólica que se
realizaba de manera natural. Pero no sucede lo mismo con las
personas actuales, pues tiene una relación distante con la
naturaleza y una carencia de imágenes de tipo religiosa, que
antes sostenían su conciencia. Hoy, los seres humanos
requieren, en primer término, la modif icación del estado interno
de agitación permanente al que lo llev a el mundo
contemporáneo y sus exigencias racionales. Ante esta
situación, el ser humano ha intentado esf orzarse para adaptarse
36
a semejante estado antinatural de las cosas, pero sus esf uerzos
han traído como consecuencia una may or alteración interna,
más enajenación, menor creativ idad y una considerable f alta de
desarrollo en todos los planos, que es necesario atender (prestar
atención o acudir con energía) de manera urgente y a que af ecta
su cuerpo, su psiquis y su alma.
Por lo tanto, se hace necesaria una preparación, en el sentido
de intentar lograr un estado de conciencia, una may or quietud,
similar al estado de contemplación de lo bello o a la observ ación
de una obra de arte, a la exaltación de tipo religiosa que se
produce durante la oración o en la repetición de mantras, o
similar al ef ecto durante la escritura poética, el dibujo
automático, la pintura o una música que nos conmuev e de
placer. Este estado de conciencia debe ser pleno, pero con
cierta colaboración inconsciente; un estado intermedio que
conduzca al logro de lo que Jung denominó “f unción
trascendente”. De esta manera, se estimula la posibilidad de
“v er lo que no se v e” o de “v er al rev és de lo que se v e”; en
def initiv a, de esto se trata la iniciación espiritual.
La iniciación es un proceso psicológico-espiritual que, en el
tarot, se corresponde con un arquetipo o arcano may or,
representado por la carta de número XII, cuy o nombre es El
Colgado. Esta carta muestra a un hombre cabeza abajo, colgado
de uno de sus pies en una rama de árbol que le permite
conectarse, en cuerpo y alma, con las ley es de la naturaleza; y
que recuerda la posición v ertical inv ersa correspondiente al
momento prev io al nacimiento. Esta postura, tan bien utilizada
por los y oguis, anuncia un nuev o punto de v ista, generado por
la condición prev ia y sine qua non de la autodeterminación y el
sacrif icio, conducente a un nuev o estadio de v ida.
Por lo tanto, puede decirse que la iniciación es un proceso
f ísico-energético-dinámico-psicológico-univ ersal, natural o
inducido, capaz de suceder en la v ida de todos, con
características trascendentes. Este proceso que en las
escuelas iniciáticas era inducido, también puede acontecer de
manera natural, casi siempre con anterioridad o durante el
37
pasaje de una etapa de la v ida a otra, siempre con resultados
de ev olución o de crecimiento. Puede ocurrir, por ejemplo, por
v iudez o ante la propia muerte.
Un ejemplo clásico de iniciación, tanto en las sociedades
primitiv as como en las religiones contemporáneas como el
judaísmo o el islamismo, es en la adolescencia, cuando se
abandona la niñez y se penetra en un estadio de preadultez.
Este proceso está simbolizado en la may oría de las culturas por
determinadas ceremonias o ritos de iniciación simbólicos, que
Occidente ha dejado, lamentablemente, de lado y que se realiza
con el objeto de llev ar a la conciencia una nuev a condición de
“miembro activ o” de una sociedad determinada.
En la may oría de los casos, estos jóv enes, v arones o
mujeres, en el momento de las ceremonias son separados de
sus padres durante un tiempo para luego ser integrados a la
sociedad, con cambios y transf ormaciones trascendentes. Es
decir que dejan de ser “parte (propiedad) de sus padres”, para
conv ertirse en “indiv iduos-miembros participantes” de una
sociedad. También encontramos ejemplos signif icativ os de
iniciación al bucear en la teología mística cristiana, donde sus
muy interesantes principios pueden entrelazarse con los
procesos de iniciación que se producen con el estudio del tarot.
La def inición misma de la palabra “misticismo” según la Real
Academia Española (RAE) aclara el proceso de conexión
arquetípica producido durante la iniciación: “El misticismo es una
doctrina religiosa y f ilosóf ica que enseña la comunicación
inmediata y directa entre ser humano y la div inidad, en la v isión
intuitiv a o en el éxtasis”. Se puede decir, entonces, que existen
sistemas inductiv os del proceso de iniciación que implican,
necesariamente, el paso obligatorio por una serie de estadios,
que se repiten en los distintos sistemas f ilosóf icos, escuelas
iniciáticas o religiones: la autodeterminación, para luego pasar a
los estadios de separación-sacrif icio-esf uerzo-prueba-muerte y
posterior renacimiento o nuev o nacimiento.
En algunas culturas, a estos procesos se les agrega la
“promesa”, de matrimonio, de compromiso, el juramento, o sea
38
la palabra, mediante la cual, simbólicamente, sellan un contrato
de compromiso personal, def initiv o, con el opuesto amado, que
en el caso del matrimonio simboliza la polaridad de la propia
psiquis, f emenina o masculina, representada por el sexo
opuesto. Todo este proceso sucede también durante el
aprendizaje del tarot, al incorporar nuev os contenidos
energéticos elaboradores y elaborantes de las energías
psíquicas y de la historia personal.
Hasta hace pocos años, el estudio del tarot estaba limitado a
quienes accedían a su iniciación en sociedades secretas y
escuelas iniciáticas o místicas con el objeto de desarrollarse en
un camino espiritual.
Actualmente, y coincidiendo con el período histórico de su
may or expansión, se hace necesario recuperar sus v erdaderos
v alores prov enientes de sus orígenes espirituales primigenios
para ev itar el descrédito y deshonra que producen aquellos
quienes por f alta de conocimiento lo utilizan de manera burda y
v ulgar.
El tarot como camino de desarrollo personal pretende
colaborar en el hallazgo de un camino trascendente y de v asta
ev olución psicológica, que incluy a también una ev olución de
tipo espiritual. Ay udará a comprender este proceso de
aprendizaje del tarot con los procesos iniciáticos, asociar al tarot
con algunas consideraciones generales de la teología mística
tradicional sobre las tres v ías de acceso al camino místico, a
partir de las cuales se lograría la interv ención de Dios en el
alma. Estas v ías son las siguientes:
1.º la v ía de la purif icación;
2.º la v ía de la iluminación;
3.º la v ía de la unión.
Las condiciones prev ias para poder atrav esar estas tres v ías,
y que f acilitarán el ingreso a la primera, muestran la importancia
de alejarse; es decir, de realizar el proceso en soledad,
“v aciándose” de uno mismo; esto es dejando de lado conceptos
propios o ajenos y prejuicios generados por los f enómenos
39
ambientales o por el ego.
Esta condición prev ia también es aplicable al estudio del tarot;
y será imprescindible al proceder a la lectura de las cartas.
LA VÍA DE LA PURIFICACIÓN
En el caso específ ico del tarot, la purif icación se logra
mientras se atrav iesa el aprendizaje propiamente dicho, cuando
comienzan las primeras asociaciones entre los arcanos may ores
y los arquetipos personales de la propia historia.
Pero al igual que lo que sucede durante la meditación budista
tibetana, durante la meditación mandálica, mediante la práctica
de la observ ancia repetida de las imágenes de los arcanos
may ores, objetos del sentimiento por lo sagrado durante siglos,
ambas energías las “del observ ador” y las de “lo observ ado”
comienzan su tarea de organización psíquica, que dará origen a
una nuev a f unción que Jung denominó el “saber sentido”.
Esta nuev a f unción representa una “nuev a” f unción inteligente
integradora de lo racional y lo emocional, f acilitadora de las
prof ecías que nace en esta primera etapa, estableciéndose más
f irmemente durante la etapa de la iluminación.
Dicha purif icación también permitirá una nuev a actitud (1), de
inocencia propia de la niñez, ante la imagen que f acilitará la
emergencia de la intuición y la percepción, sin conf rontar, por el
contrario, con la razón; sólo la imagen pura actuará libremente
en actitud contemplativ a, libre de juicios y preconceptos.
La purif icación también incluy e la purif icación de las
conductas (may or humildad consecuente con el achicamiento
del ego) y a las f ormas de v ida nociv as y perjudiciales para uno
mismo o hacia los demás.
La v ía de la purif icación se encuentra representada en el tarot
por la carta XII, El Colgado.
LA VÍA DE LA ILUMINACIÓN
40
Esta segunda v ía sucede, simultáneamente, durante el
encuentro con los arcanos may ores, en la ejercitación de la
internalización de las imágenes, portadoras de luz y energía, que
prov ocan la activ ación de los arquetipos preexistentes en el
inconsciente colectiv o del principiante.
Para el Dr. Jung “el “arquetipo” es como un “autorretrato del
instinto en la psique similar al eidos platónico, el arquetipo es un
a priori para el indiv iduo, son “órganos del alma”, pertenecen al
campo de la metaf ísica porque son trascendentales a la
conciencia”.
Estas imágenes luminosas se encienden o despiertan dentro
de cada uno mediante la observ ación y luego se retroalimentan
durante las ejercitaciones y posterior práctica en la lectura de
las cartas.
Esta activ ación también produce ef ectos transf ormadores de
energía psíquica, en el momento de la lectura, iluminando el
camino, tanto del consultante como del lector, en este caso, el
principiante o iniciado.
Como las tres etapas son correlativ as, la v ía de la
iluminación podrá alcanzarse siempre y cuando se hay a logrado,
con anterioridad, atrav esar, f ehacientemente, la v ía anterior de
la purif icación. En esta segunda etapa, termina de af irmarse la
f unción del “saber sentido”, y el principiante se torna más
consciente de haberla adquirido.
Es la etapa más rev olucionaria por cuanto producirá las
transf ormaciones trascendentales, necesarias en las
circunstancias de v ida del iniciado para la posterior etapa de la
unión.
En el tarot, esta v ía se encuentra representada por la carta
número XIII: La Muerte.
LA VÍA DE LA UNIÓN
Por último, esta tercera etapa se ref iere al logro de la propia
integración o unidad; es la representación simbólica de la unión
41
con Dios, el logro de la integración de la propia oposición
(dualidad-conf licto) interior, que Jung asocia con el matrimonio
místico-alquímico entre lo f emenino y lo masculino de la
psiquis, (ánima y ánimus, respectiv amente).
Dicha aleación presupone el logro del estado de centración
como estado armónico interno, estable y permanente, o sea de
may or f elicidad. Este sería, en def initiv a, el resultado f inal y el
objetiv o concreto de todo el proceso de aprendizaje: el logro de
la propia centración, y con ello la v uelta a la armonía original,
propia de un estado de totalidad (plenitud-completud) que
lentamente irá adquiriendo un carácter más estable, permanente
y creativ o, y que es la f inalidad, por excelencia, de toda
experiencia espiritual propiamente dicha.
En el tarot, esta etapa se encuentra representada por la carta
XVIIII: El Sol.
42
EL PROCESO DE INDIVIDUACIÓN SEGÚN
CARL GUSTAV JUNG
43
de dicho proceso. Acceder a este nuev o sistema conf iere un
estado de plenitud y armonización f rente a cualquier
circunstancia de v ida.
Por otra parte, lo que distingue a un ser humano de otro son
los rasgos que emergen de su potencia indiv idual y única; pero
en la gran may oría de las personas, esta indiv idualidad está
encubierta por las máscaras que conf orman a la misma. Estas
máscaras se producen, en algunos casos, como consecuencia
del intento y esf uerzo por adaptarse a las costumbres o
desarrollarse en el medio en el cual se nace; y en otros casos,
por sobreadaptarse a los mismos, casi siempre con
consecuencias ev identes y dolorosas.
La clav e de las posibilidades de indiv iduación se encuentran
en la relación que el indiv iduo establezca con su persona
(máscaras). Cuando se identif ica con ella (es decir, cuando cree
que su identidad es alguna de sus máscaras) también se
identif ica con las circunstancias de las que f ormará parte
durante su existencia e irá creando un destino personal, ajeno a
su propia esencia, es decir que será como una hoja mov ilizada
por el v iento.
El proceso de indiv iduación inducido colabora en la f iliación y
dif erenciación del indiv iduo con sus máscaras, asegurando una
identidad más creativ a y única, al tiempo que permitirá al
indiv iduo la plena conciencia de sí mismo que le permitirá decir:
“y o soy y o y además poseo una persona”.
Cuando el proceso es no consciente (1), el indiv iduo, en
algunas épocas de su v ida, presenta ciertas resistencias,
pref iriendo optar por el status quo al cual se siente
acostumbrado y hasta casi, obligado. Esto sucede tanto en lo
indiv idual como en lo colectiv o y se puede observ ar en países
que repiten eternamente sus circunstancias históricas
primigenias. Dicha resistencia opera conf rontando
permanentemente con las propias necesidades ev olutiv as,
reduciendo y limitando, muchas v eces, la intensidad del
proceso de indiv iduación.
Pero cuando este proceso se realiza conscientemente, el
44
inconsciente del indiv iduo o de las sociedades tendrán más
oportunidades de no resistir a la tensión-tentación ev olutiv a,
gracias a los ef ectos producidos por la activ ación arquetípica
propia de las técnicas de indiv iduación, en este caso específ ico
del tarot, el ef ecto de las energías resultantes de la relación con
los arquetipos o arcanos may ores, actúan como promotoras de
la ev olución. Debido a la resistencia a los procesos ev olutiv os,
cada indiv iduo ev oluciona a ritmos y ciclos dif erentes,
dependiendo de la calidad de las herramientas y oportunidades
disponibles, como así también de su propia y única receptiv idad
a la potencia de su propia indiv idualidad.
El proceso de indiv iduación se realiza de manera más intensa
en etapas o ciclos periódicos, coincidentes con los tránsitos
astrológicos que se suceden cíclicamente sobre la base de la
propia carta natal. Una larga experiencia como astróloga me
llev a a introducir un ejemplo astronómico, a ef ectos de aclarar
un poco más el proceso que se produce cuando se accede al
estudio de los arcanos may ores.
Los procesos de v ariación permanente en la participación de
la persona con su indiv idualidad es similar a lo que sucede con
el Sol respecto de la Tierra.
Es sabido que el Sol emana div ersos tipos de energía hacia
todos los planetas. La Tierra (en este caso, el indiv iduo)
recepciona estas energías debido a su relación con el centro de
grav edad electromagnético de la Tierra, (en el caso del ser
humano, las proporciones de hierro de su propia sangre y su
inconsciente ) conv irtiéndolas en f uerzas, en una proporción
acorde con sus propios medios de conducción y transf ormación
de energía, detallados en su carta natal.
Esto mismo sucede en la psiquis del indiv iduo y también
puede observ arse en su carta natal que mostrará claramente
cuál es la proporción de conciencia indiv idualizada por sobre su
persona; como también mostrará cuáles serán las posibilidades
de transf ormación que tendrá dicho indiv iduo para transf ormar
sus contenidos psicológicos personales.
Este potencial dif iere en cada ser de acuerdo con su estado
45
ev olutiv o y a que no existe ninguna carta natal igual a otra.
Asimismo, cada indiv iduo v aría la intensidad y potencia de su
conciencia indiv idualizada en los dif erentes momentos de la
v ida (tránsitos planetarios, ciclos, progresiones, rev oluciones
solares, eclipses).
No siempre el ser humano tiene conciencia plena de su
indiv idualidad. Generalmente, la conciencia de “y o soy … tal
cosa o tal conducta” está identif icada con la persona y sus
dif erentes máscaras: soy abogado, soy madre, soy
empresario, etc., y estas def iniciones absolutas limitan su
desarrollo personal.
Para poder indiv idualizarse, es decir, dif erenciarse de sus
máscaras y del resto de las personas y reconocerse como
indiv iduo único, es necesario primero, el pleno autoconocimiento
y luego la utilización de una técnica adecuada f acilitadora de
esta tarea. En este caso, la técnica es el propio tarot, pero
también puede activ arse mediante la utilización de otras
técnicas endoceptiv as (hacia adentro) de base junguiana, como
el dibujo automático, el análisis de los sueños desde el punto de
v ista de la interpretación simbólica colectiv a y la ejercitación de
la imaginación activ a, es decir que ante todo se hace necesaria
una rev alorización de la inf ormación interna en detrimento de la
inf ormación prov eniente del af uera de uno mismo.
Durante el aprendizaje y las ejercitaciones de la observ ancia
de los arcanos may ores del tarot se obtiene la posibilidad de
activ ar la energía arquetípica-simbólica de sus imágenes que
interactúan con las energías propias del principiante, con f ines
ordenadores. Dichas energías, elaboradoras y elaborantes del
psiquismo personal, generan nuev as f unciones que capacitan a
los indiv iduos para una actuación más sabia y más correcta en
el camino de la v ida.
Una v ez iniciada la práctica de la lectura de las cartas, las
imágenes, junto a la ev ocación o inv ocación utilizada, inv itan al
inconsciente a expresarse libremente, en su propio orden no
lineal, no racional, espontáneo, igual que sucede durante la
práctica de la imaginación activ a, en las terapias junguianas,
46
muchas v eces prov ocadas por la utilización de un símbolo o
mitologema.
Esto es similar a lo que sucede durante los v iajes
chamánicos, donde el “animal de poder” conduce al chamán
v iajero, actuando como símbolo arcaico o mitologema mediador
entre el consciente y el inconsciente, proporcionando la
detonación de todas las imágenes posteriores, tendientes al
relato prof ético o sanador.
En el caso del sincretismo af robrasileño de la religión
umbanda con la religión católica, los santos y “caboclos”
cumplen la misma f unción simbólica detonante del mensaje
prof ético o sanador.
En ambos casos, se produce una activ ación neurológica
complementaria, producida por el sonido de los tambores similar
a la v ibración del planeta, además, por supuesto, del uso de
maracas y cánticos, ambos inductiv os de nuev os estados de
conciencia.
La práctica continua de la observ ancia de los arcanos f acilita,
con el tiempo, la integración de los contenidos psíquicos
personales (que naturalmente pugnan por integrarse), prov ocada
por la activ ación de la energía prof unda prov eniente de los
arquetipos.
47
INTERACCIÓN ENERGÉTICA EN LA
EXPERIENCIA SIMBÓLICA
48
comprenden intelectualmente todos los datos recibidos
(mecanismo de asociación de ideas). El resto del trabajo lo hace
el símbolo al interconectarse con una naturalidad absoluta con el
inconsciente (v ía lunar o f emenina) y v icev ersa.
Por todo lo mencionado, el método de enseñanza del tarot
debe ser consecuente con estos procesos inductiv os-
deductiv os, es decir que el maestro podrá inducir al alumno, sin
proporcionar pautas conceptuales ni def iniciones, sino que le
brindará solamente algunas pistas que despierten su propio
conocimiento prov eniente de la interacción con la imagen, a
partir de la observ ación. Durante la experiencia del aprendizaje
grupal, el maestro atento comunica sus conocimientos de una
manera indirecta, que responda a la necesidad de cada alumno,
sin intentar, en ningún momento, imponer sus propias ideas y
conocimientos adquiridos prev iamente sobre la carta en estudio.
Este método es similar al estilo de los maestros zen, cuy o
sistema, denominado koan, se apoy a en los acertijos,
adiv inanzas y preguntas proactiv as.
Por lo tanto, el alumno se v e obligado a responder de manera
intuitiv a, obteniendo la respuesta desde su propio inconsciente,
mientras que el maestro deberá ser capaz de intuir o percibir (en
el silencio y a trav és de la observ ancia atenta) las necesidades
indiv iduales de sus alumnos para desplegar sus insinuaciones
en f orma de preguntas. Esta es una experiencia didáctica
intuitiv a conducida por el maestro, quien se permitirá escuchar
la v oz interior que le irá dictando, paso a paso, los
requerimientos de sus alumnos que, a v eces, trascenderán el
ámbito del curso, arriesgándose a penetrar por caminos más
personales, que ay udarán al alumno al prov ocar asociaciones
emocionales que, oportunamente, darán lugar a la apertura que
está buscando. Esta misma experiencia intuitiv a-silenciosa,
luego le sucederá al alumno en su experiencia durante la lectura
de las cartas, tanto en las tiradas personales como en aquellas
que realice en benef icio de otras personas.
La relación maestro-discípulo es una interacción energético-
emocional que rev iste una importancia trascendental, pues el
49
maestro derrama su conocimiento sobre el alumno con
generosidad y con el mismo amor y respeto que prof esa al
tarot. El alumno, a su v ez, responde de la misma manera y a
que comienza a interrelacionarse emocionalmente con el tarot;
por lo tanto, ambos comparten el mismo interés, con
características emocionales similares. Es decir que los tres
—maestro-discípulo-tarot— conf orman un triángulo energético y
creativ o que f acilitará la experiencia del aprendizaje.
50
CAPÍTULO TRES
El tarot de Marsella
51
“El acto de ver expresa una correspondencia a la acción
espiritual y simboliza, en consecuencia, el comprender”.
J. E. Cirlot
52
LAS 78 CARTAS
53
Todas ellas (las 16 cartas de la corte más los 40 arcanos
menores) poseen una serie o palo (bastos, espadas, copas y
oros), que las identif ica. Cada una de las cuatro series se
relaciona con uno de los cuatro elementos de la naturaleza:
Fuego; Aire; Agua y Tierra. Por lo tanto:
Cartas Elementos
Bastos Fuego
Espadas Aire
Copas Agua
Oros Tierra
Cartas Planos de la
vida
Fuego plano espiritual
Aire plano intelectual
Agua plano emocional
Tierra plano material
54
En los 40 arcanos menores hay diez cartas de la misma serie
o palo (del 1 al 10 de bastos, de espadas, de copas y de oros);
por lo tanto, 4 cartas serán poseedoras de la misma
numeración, pero con dif erente palo.
55
LOS ARCANOS MAYORES: LA
IMPORTANCIA DEL NOMBRE Y DEL
NÚMERO
El Loco
El Mago
La Papisa o La Sacerdotisa
La Emperatriz
El Emperador
El Papa o El Sumo Sacerdote
Los Enamorados
El Carro o El Triunf o
56
La Justicia
El Ermitaño o El Gran Maestro
La Rueda de la Fortuna
La Fuerza
El Colgado
La Muerte
La Templanza o La Temperanza
El Diablo
La Torre o La Casa de Dios
La Estrella
La Luna
El Sol
El Juicio
El Mundo o El Univ erso
57
En algunos arcanos hemos agregado un segundo nombre que
se podrá encontrar, ev entualmente, en v ersiones de otros
autores.
Luego de transcurridos unos días, se puede pasar al segundo
paso. Aquí se intentará relacionar el número con el nombre de la
carta. A continuación, se repite el listado de los arcanos
may ores junto con el número correspondiente y se agregan
algunas palabras que serv irán de apertura o de primer contacto.
Se recomienda seguir este procedimiento en dos pasos
consecutiv os (primero asociar el número y luego carta-nombre-
número-palabras de apertura) procediendo cada v ez de la misma
f orma, es decir con las cartas tapadas, ir destapando de a una.
58
XV El Diablo Poderes terrenales – Trabajo – Sexo
XVI La Torre Ruptura – Crisis – Quiebra
XVII La Estrella Oportunidad – Apertura – Libertad
XVIII La Luna Inconsciente – Fantasía – Delirio
XIX El Sol Felicidad – Plenitud – Centración
XX El Juicio Reencarnación – Renovación – Análisis
XXI El Mundo Totalidad – Obra concluida
59
EL SIMBOLISMO DEL CUERPO: EL GESTO
60
expresa en un orden de ideas. El color colaborará para aclarar
aún más el sentido de estas ideas. La cabeza con corona
implica una gran transmisión de la radiación energética. El color
agrega datos sobre el tipo de energía.
Los cabellos son manif estaciones energéticas que se
def inirán por su color. El color blanco se considera como
ausencia del color, es decir que la v oluntad y el mando
prov ienen de un origen superior.
En los cabellos dorados el poder mental será más espiritual;
en los de color azul, más concreto; cuando se encuentren
ocultos o recogidos, la manif estación de la v oluntad se
encontrará más contenida.
El cuello es la zona que marca la relación entre la cabeza (lo
mental) y el pecho (lo anímico). Cuando está descubierto, la
comunicación y transf erencia de inf ormación entre ambos
planos será más f luida, pudiendo tratarse de una relación más o
menos independiente, según sus colores.
La cintura se relaciona con el tipo de razonamiento que separa
lo corporal de lo anímico, pero impone siempre algún tipo de
razonamiento prev io a la acción.
Los brazos siempre simbolizan la génesis del accionar, y el
color o si es el derecho o el izquierdo aportan sus agregados
simbólicos. El brazo caído representa una acción y a ejecutada
o, por el contrario, una imposibilidad de accionar. Cuando el
brazo está hacia arriba indica algún tipo de conexión
dependiendo del color, o el lugar desde donde prov iene la
energía.
61
62
LA INFLUENCIA DEL COLOR
63
producir reacciones moleculares distintas en el cerebro y en
cualquier parte del cuerpo humano. Los colores también actúan
en el campo de las emociones produciendo distintas
sensaciones: algunos colores gustan más, otros menos y otros,
directamente producen rechazo.
De esta manera es como los colores pueden llegar a
determinar una importante inf luencia en los estados de ánimo, al
subir o bajar su f recuencia v ibracional, acorde con su tonalidad
e inclusiv e determinando alteraciones benéf icas o perjudiciales,
en temas de salud f ísica.
Ya en el Antiguo Egipto se consideraba a los colores como
sagrados y mágicos según sus ef ectos; y en la Edad Media,
Paracelso mezclaba en sus tratamientos hierbas, música y
colores.
También los chakras poseen colores que v arían de acuerdo
con el estado de activ ación o su bloqueo, en caso de
alteraciones psicosomáticas o simplemente energéticas, que
pueden ser observ ados con claridad por aquellas personas que
hay an desarrollado esa sensibilidad.
Los colores de las cartas de tarot de Marsella son siete:
blanco, negro, azul, rojo, amarillo, v erde y color carne. Cada
uno ejerce una v ibración-acción determinada y se corresponde
con una energía que siempre interactuará, al igual que el
símbolo, con el canal consciente-no consciente del participante,
a trav és de su v isualización, sugestionándolo según su propia
estructura psíquica.
La mejor f orma de entender la simbología de los colores es
preguntarse qué signif ica un color determinado y luego v er qué
asociaciones libres surgen. Por ejemplo, la primera pregunta
respecto del color rojo podría ser: ¿qué representa el rojo?, o
¿con qué se puede asociar el color rojo? De esta manera
surgirán rápidamente, palabras tales como: sangre, algunos
ray os del sol, f uego, ira, pasión, situaciones extremas,
enrojecer, rojo de v ergüenza, rojo de cólera, una puesta de sol,
las f lores rojas de los enamorados, etc.
Se debe tomar nota de todas las asociaciones posibles y en
64
especial de aquellas con las que el principiante se siente más
identif icado. Se recomienda proceder de la misma manera con
los demás colores, e ir deduciéndolos uno por uno.
Color Plano
Blanco Material
Negro Inconsciente
Azul Intelectual
Rojo Emocional
Amarillo Espiritual
Verde Biológico
65
cuerpo son de color rojo y en qué ay uda esta ubicación a su
descripción. Qué lugares ocupa el color amarillo, v er como éste
se encuentra en distintas zonas de la carta y en base a ello,
asociar con lo que sabemos sobre las partes del cuerpo. Luego,
realizar lo mismo con los demás colores en la carta de El Loco
y, consecutiv amente, ejecutar el análisis completo en el resto
de las cartas, siguiendo la numeración. Esta ejercitación
produce especulaciones muy interesantes y se podrá reunir
inf ormación por demás importante.
66
CAPÍTULO CUATRO
El tarot y la numerología
67
“En el sistema simbolista, los números no son expresiones
meramente cuantitativas, son ideas-fuerza, con una
caracterización específica para cada uno de ellos”.
Juan-Eduardo Cirlot
68
CORRESPONDENCIAS ENTRE EL TAROT Y
LA NUMEROLOGÍA
69
triángulo. Los números subsiguientes, hasta llegar al 9, surgen
siempre de la suma del 1 a sí mismo, y a que es él quien
derrama su energía, dando origen a todos los demás números.
El resto de los números, a partir del 10, constituy en
combinaciones surgidas de los 9 números originales.
NÚMERO SIGNIFICADO
Representa a la nada, como también a esa fuerza de vida que aún
0 no se ha manifestado; está representado por el círculo, que no
tiene principio ni fin, y por el espacio-tiempo ilimitado de la
eternidad.
Es el principio, como también la energía propia de la iniciativa, y
su existencia permanece en todos los demás números a los que
genera por multiplicidad. Se relaciona con la imagen de Dios por
poseer las características que el ser humano desde sus
comienzos le adjudicó a la divinidad. Por lo tanto es único (porque
multiplicado por sí mismo conserva la unidad), omnipresente (ya
1 que está presente en todos los demás números) y omnipotente
porque se puede multiplicar hasta el infinito. También indica
seguridad en uno mismo, el poder de la voluntad y la energía en
acción. Puede representarse por un punto, pero como el punto fijo
no existe (ya que todo se mueve permanentemente), en el espacio
se transforma en energía con forma de espiral. Es el padre y lo
masculino en general.
Es el principio de la dualidad y, por lo tanto, representa el primer
conflicto humano: la diferenciación. En los mitos, Narciso muere
al verse reflejado en el agua y esto enseña a aprender del otro
2 que actúa como espejo de nosotros mismos. Representa el
principio maternal y la polaridad del bien y del mal; la luz y la
sombra; lo femenino y lo masculino, etc. Pero también representa
la adaptabilidad y la enseñanza. Es un número originario y
generador de tensión.
Es el número de la armonía, la creatividad y el amor; representa al
padre, la madre y al hijo. Es la primera oportunidad de dar forma y
se representa con un triángulo que posee una energía
electromagnética que atrae siempre a otras imágenes similares:
3 creativas o destructivas. Desde el punto de vista psicológico,
70
remite al complejo de Edipo, segundo conflicto humano, cuya
resolución conduce a la unidad. Asimismo, representa al arte en
todas sus manifestaciones.
Se asocia con ideas de estabilidad y de materia. Su referencia
más concreta son los cuatro elementos de la naturaleza. Está
representado por un cuadrado, que es la figura más estable
(cuatro ángulos iguales, cuatro lados iguales, dos diagonales
4
idénticas). Se asocia también con el símbolo de la cruz, donde la
energía espiritual del 3 penetra la materia y se considera que el
trabajo de la creación ha sido concretado. Representa también el
sentido práctico y la construcción.
Se relaciona con los cinco sentidos sujetos a la voluntad y, por lo
tanto, también con la idea de la tentación. Representa la crisis
anterior que dará origen a la elección o a la definición. También
5 figura el paso evolutivo de un mundo a otro. Está representado por
una estrella de cinco puntas que simboliza al ser humano de pie
con la cabeza hacia el cielo, indicando la evolución del plano
físico al espiritual. Ilustra al transmisor de la palabra y de la
energía.
Es la búsqueda de la armonía, la necesidad de encontrar
definiciones y equilibrio. En la Kabbalah, es el único que proviene
del 1 y para los kabbalistas cristianos simboliza a Jesús. Se
representa con una estrella de seis puntas o dos triángulos
6 invertidos. Es el sello de Salomón y la estrella de David que
interrelaciona las energías provenientes de lo alto con aquellas
de la tierra; por lo tanto, se refiere a la comunión del consciente y
el inconsciente. Representa los seis días de trabajo de la
Creación y la capacidad de organizar.
Es el más sagrado y perfecto de los números (3 + 4), porque
contiene a Dios (el 3) y a la naturaleza (el 4). También se asocia a
7 ideas de creación (7 días para crear al mundo), pero esta vez en
referencia a la posibilidad humana de producirla. Este número se
repite en varios libros de la Biblia y es considerado un número
mágico.
Es el máximo poder de la conciencia y equilibra la materia con el
espíritu. Representa el número del karma y de la estabilidad, ya
que puede ilustrarse mediante dos cuadrados; por lo tanto,
71
duplica la energía del 4 en el sentido de la estabilidad, pero
también de la evolución, que se ampara en la ley de causa y
efecto.
Es el que contiene la triplicidad del triángulo, por lo tanto se
asocia a ideas de sabiduría obtenida mediante la acumulación de
la experiencia. Remite a la vibración espiritual más elevada e
9 indica tomar distancia de la materia a través del desarrollo del
desapego, de las cosas, de las circunstancias de vida y muy
especialmente del ego. También es el número de la iniciación
junto con el 12 y del servicio a los demás.
Se forma por la interrelación entre el número 1 y el 0, dado que el
10 9 es el último y todos los números siguientes surgirán de la
combinación de los dos dígitos que lo conforman. Marca el fin y el
comienzo de un nuevo ciclo.
Remite al número 2 (dualidad) y anuncia el comienzo de un nuevo
ciclo. Es el 10 más el 1. Por tratarse de un número doble, es el
número de los maestros. Todos los números dobles como el 11,
22, 33, 44, etc., son llamados, tradicionalmente, “números
maestros”; es decir que todas aquellas personas que lo posean
11 en su número de destino (proveniente de la suma total de todos los
números que conforman su fecha de nacimiento), tendrán como
misión alguna de las muchas manifestaciones de la enseñanza.
Pero estos números dobles también manifiestan una doble
polaridad; por lo tanto, puede tratarse de personas que se
polaricen en el bien o en el mal, o sea, que pueden ser agentes
kármicos negativos.
Representa un ciclo completo y la preparación necesaria para uno
nuevo; por ejemplo, 12 meses, 12 signos, 12 apóstoles. También
12 es el 3 por la suma del 1 más el 2, y puede verse como el 10 más
el 2. Por ser la inversión del 21, también puede asociarse con ese
número.
Es un número kármico, de prueba y de aprendizaje, que remite al
13 4. Implica destruir para construir y la muerte de un ciclo que se
completa. Puede verse también como el 10 más el 3, o sea que
refiere a lo creativo del triángulo original.
Es también un número de prueba, capaz de canalizar al número 5;
14 por lo tanto, une un mundo con otro. También puede verse como el
72
14 por lo tanto, une un mundo con otro. También puede verse como el
10 más el 4, o sea que refiere a la construcción.
73
CAPÍTULO CINCO
El tarot y la Kabbalah
74
“La ciencia hermética, como todas las ciencias reales, es
matemáticamente demostrable. Sus resultados son tan rigurosos
como los de una ecuación bien planteada”.
Eliphas Lévy
75
CORRESPONDENCIAS ENTRE EL TAROT Y
LA KABBALAH
76
siempre conocidos, como una determinada posición corporal,
horarios específ icos para la realización de las prácticas, f rente
al sol o por la noche, etc. Esto deberá ser orientado y dirigido
por quien posea amplia experiencia y conocimientos, pues el
ritual incluy e ciertas letras y palabras, algunas de las cuales, no
pueden ser pronunciadas.
Teniendo en cuenta que la aparición del lenguaje f ue anterior al
desarrollo del pensamiento organizado, los seres humanos
primitiv os de casi todas las culturas les ha adjudicado al
lenguaje v erbal y escrito, características y poderes mágicos,
tanto benéf icos como maléf icos, y esto se puede observ ar en
bendiciones y maldiciones presentes en todo tipo de escrituras
particularmente antiguas, como la Biblia.
Leemos en el Génesis de la Biblia como Yahv é se manif iesta
en la Creación a partir del v erbo (o la palabra), o de su aliento
de v ida, es decir que todo es creado a partir de la palabra fiat,
que en latín signif ica “hágase”. Esto ha dado origen al principio
esotérico que dice que “numerar o nombrar es crear”.
También en el Antiguo Egipto, los rituales originales se
basaban en el conocimiento de ciertas letras y números. Al
respecto, cabe recordar que los escribas constituían una clase
muy especial dentro de la sociedad egipcia (se enterraban cerca
de los f araones), debido a la posibilidad de acceder al
conocimiento y escritura de las palabras. El nombrar tenía
connotaciones muy importantes, tanto es así, que los f araones
nunca daban a conocer a sus pueblos sus nombres completos y
v erdaderos, sino tan sólo uno o dos, y a que el resto debía
permanecer oculto. Saber todos los nombres del f araón le
proporcionaría al pueblo un determinado tipo de poder, en
primera instancia sobre su f araón, y quien sabe, tal v ez, en una
segunda instancia, sobre ellos mismos.
Volv iendo a la Kabbalah, lo que torna más interesante su
estudio es el idioma hebreo, en sí mismo, pues en él, cada letra
representa una palabra y cada palabra está f ormada por v arias
letras, enriqueciendo y v alorizando, de este modo, el contenido
de cada una de las palabras. Además como cada letra posee un
77
v alor numérico y es un número, en sí misma, posee la
simbología propia del número, lo que permite alterar el orden o
secuencia de las letras de la palabra sin que pierda su
signif icado original.
Esto brinda, a la palabra, la posibilidad de transf ormarse, sin
v ariar su signif icado, y obtener otros signif icados sin perder su
esencia.
Estas ejercitaciones, originadas en el idioma hebreo,
constituy eron la base del “lenguaje v erde”, que f ue un lenguaje
utilizado en los escritos de los ocultistas, justamente para
ocultar sus conocimientos y que no se perdieran al suf rir,
durante siglos la quema de sus escritos, además de
persecuciones, muertes y torturas por parte de la Iglesia
católica y sus Tribunales de la Inquisición, por ejemplo, el
conocido caso de Michel de Nostradamus y sus cartas y
cuartetas que anunciaron los acontecimientos que sucederían
en los siguientes quinientos años.
El objetiv o del estudio y práctica de la Kabbalah es para los
cabalistas, el logro del llamado tikkún, que implica un proceso
de corrección y purif icación permanente de toda la existencia.
Se considera que el trabajo del ser humano en esta v ida es la
restauración de lo div ino en sí mismo y esto se puede alcanzar
a trav és del cumplimiento de determinadas ley es, junto a la
práctica de dif erentes sistemas de meditación y transmutación
energética de origen kabbalísticos, que culminan con la
obtención del estado de iluminación.
El estudio de estas prácticas simbólicas es tan intenso y de
tanta transmutación energética, desde el punto de v ista no
consciente, que insisto en la recomendación de realizarlo
exclusiv amente de la mano de un rabino especializado en
Kabbalah, a partir de una selección prev ia de acuerdo con las
características de personalidad y el estadio espiritual del
maestro escogido.
El consejo de no estudiar sólo la Kabbalah, responde al ritual
tradicional de todas las antiguas técnicas de iniciación que, por
algún motiv o, se realizaron siempre de la mano de un maestro.
78
Esta recomendación también es v álida para el estudio del tarot,
debido a que el contacto simbólico af ecta a cada uno de los
principiantes de div ersas maneras y de acuerdo con sus propios
y únicos contenidos psíquicos no conscientes, lo cual podrá ser
observ ado y redireccionado, más f ácilmente desde af uera por
un maestro experto.
En el aprendizaje del tarot, se utilizará la Kabbalah solamente
como un canal alternativ o de correspondencias que f acilitan el
mecanismo de asociación de ideas, mediante la colaboración de
las letras-símbolos y los ef ectos transf ormadores resultantes
de la mera observ ación del símbolo primigenio del Árbol de la
Vida.
Dichas asociaciones enriquecerán el estudio de los arcanos
may ores y llev arán a una concreta autorrealización personal,
proporcionada por el ef ecto transmutador de las letras hebreas
en interrelación con la observ ación interactiv a de las imágenes
de los arcanos may ores (o arquetipos junguianos).
Esta aproximación a la Kabbalah es absolutamente básica y
f acilitará la comprensión de la inf luencia de las letras madre del
idioma hebreo en los arcanos may ores, como así también la
ubicación de los arcanos menores en el Árbol de la Vida.
79
EL ÁRBOL DE LA VIDA
80
81
El Árbol de la Vida es el símbolo que compendia todo el
conocimiento primigenio de los antiguos hebreos, que dio origen
a la f orma de pensamiento judeocristiana, a partir de una
interacción prov eniente de div ersos centros energéticos
simbolizados con letras y números. Los antiguos maestros lo
enseñaban a sus discípulos en el desierto del Sinaí, imprimiendo
sus dedos sobre las arenas tibias y diseñando así este árbol
sagrado que consta, en total de diez centros de energía
(emanaciones), interrelacionados entre sí y prov enientes de una
única energía: Kether, el Uno, el Todo.
Kether prov eniente de un v acío caótico luminoso, denominado
Ain (negativ idad), que es lo mismo decir que prov iene de una
existencia negativ a prev ia, ilimitada.
Estos centros energéticos son bipolares y prov ienen de una
única emanación primigenia, como y a se ha dicho denominada
Kether, que signif ica “corona” y que se corresponde con el
número 1, es decir que todas las energías posteriores prov ienen
de un origen único que representa también al Padre.
Esta energía primigenia se escinde a sí misma y se ref leja en
Chockmah, que signif ica “Sabiduría” y está representada por el
número 2 (dualidad). En el momento de la escisión del Uno en el
Dos surge una nuev a energía prov eniente del acto mismo de
separación. Esta nuev a energía se denomina Binah, que
signif ica “Entendimiento” y por tratarse de una energía
básicamente pasiv a y f emenina, representa a la Madre, como
inteligencia creadora, capaz de generar f ormas.
Estas tres energías conf orman un triángulo inseparable (que
los cristianos denominan Misterio de la Santisima Trinidad) capaz
de llev ar a cabo la Creación, y que constituy e el origen y el
desarrollo, el ciclo completo, de todo acontecimiento humano o
82
div ino, emocional, espiritual, laboral, económico, etc.
Desde el punto de v ista de la geometría sagrada de los
antiguos egipcios, el triángulo también era un símbolo de
creación, en tanto y en cuanto, éste f uera perf ecto (equilátero).
Por el contrario, si los lados del triángulo no f ueran iguales, se
producirían dif erencias en la tensión y sería el origen de
situaciones problemáticas.
Para tener en cuenta la enorme importancia que rev iste esta
f igura sagrada, observ aremos el triángulo desde el punto de
v ista de los orígenes triangulares del ser humano: su madre, su
padre y él mismo. Si ese triángulo relacional no f uera
equidistante, aparecerían dif erentes situaciones psicológicas
complejas, generadas por la dif erencia en la intensidad de la
tensión y producidas como consecuencia de las dif erencia entre
las interrelaciones entre los componentes. Como el triángulo
posee un tipo de energía electromagnética, quienes han suf rido
una alteración en los lados internos de la relación triangular
primigenia, f amiliar, terminan por atraer hacia sí mismos
relaciones triangulares que recrean la misma complejidad. Una
v ez resuelta la situación generada por el triángulo conf lictiv o
(técnicas de indiv iduación), éste se transf orma
instantáneamente en creación, generalmente artística.
Volv iendo a la Kabbalah, de esta trinidad kabbalística surge
Chesed, número 4, cuy o signif icado es “Misericordia”, y que
representa los cuatro elementos de la naturaleza. A partir de los
cuatro elementos, se manif estarán los siguientes sephirot
(nombre hebreo, plural de las “emanaciones div inas” o centros
de energía): Gueburah (Rigor), número 5, Tiphered (Armonía),
número 6; Netzach (Amor), número 7; Hod (Inteligencia), número
8; Yesod (Fundamento), número 9; y Malkuth (Reino), que se
corresponde con el número 10.
Los sephirot son diez en total; los nuev e consecutiv os
prov ienen del Uno y son sus ref lejos; es decir que los diez
sephirot son los diez estados de ser del Uno, que representa a
Dios.
Cada sephira o “emanación” o centro de energía tiene un
83
aspecto luminoso y otro oscuro —similar al y ing y al y ang— y
se interconectan entre sí mediante senderos o v ías. Estos
senderos son senderos de v ida, que cada ser humano elige
seguir a lo largo de su propia v ida y dan lugar a la f ormación de
un nuev o y dif erente tipo de energía, propio del enlace entre un
centro de energía y otro.
Constituy en, en total 22 senderos, nominados por las 22
letras “madre” del alf abeto hebreo, y que se corresponden,
según Aleister Crowley, con los 22 arcanos may ores. Las 22
letras hebreas (traducidas), ubicadas en los 22 senderos del
Árbol de la Vida son las clav es que ay udarán a conectar mejor
con los arcanos may ores del tarot.
El principio f ilosóf ico de la Kabbalah plantea que todo lo
manif iesto prov iene de una existencia anterior a su
manif estación en planos inv isibles, pertenecientes a la nada.
Estos planos no v isibles pertenecen al ámbito de la luz y el
sonido primordial. La concentración-contracción de esos planos
ejerce una determinada presión, que dará origen a la primera
manif estación: la cristalización de la luz, al igual que sucede con
el univ erso a partir de la teoría del Big Bang. Esa primera
manif estación denominada Kether luego se derramará y se
ref lejará en los demás sephirot, dando origen a todo lo
existente.
La siguiente tabla de correspondencias hecha por Aleister
Crowley muestra el arcano, la letra hebrea correspondiente y la
traducción respectiv a de la letra que inducirá a la comprensión
del arcano. Las letras no se encuentran en orden alf abético,
sino en el orden numérico de los arcanos, para f acilitar su
asociación.
84
El Loco Aleph
I El Mago Beth
85
II La Papisa Gimel
La
III Emperatriz Daleth
86
El
IV Tsadi
Emperador
V El Papa Vau
87
Los
VI Zayen
Enamorados
88
VIII La Justicia Lamed
IX El Ermitaño Yod
89
La Rueda
X de la Kaf
Fortuna
XI La Fuerza Teth
90
XII El Colgado Mem
91
La
XIV Templanza Samech
XV El Diablo Ayin
92
XVI La Torre Pe
XVII La Estrella He
93
XVIII La Luna Kof
94
XX El Juicio Shin
95
número correspondiente. Por ejemplo, la primera pregunta que
se realizará es “¿Qué tiene que v er el Buey con El Loco?”.
Entonces, se av eriguarán las características y
comportamientos del buey y así obtendremos datos para la
asociación. El buey no tiene conducción propia o rumbo propio,
el buey simplemente v a y es f ácil de conducir, posee bondad,
tontera, sonsera, mirada perdida, obediencia, etc.,
características, que en la actualidad son totalmente
desv alorizadas, pero que, en la Antigüedad se v aloraban como
f unciones ponderables para la predicción o la santidad.
Si se desea saber más sobre este arcano, se podrá asociar
también con la mitología, con el dios Pan. Toda la inf ormación
se irá acumulando en el archiv o o carpeta correspondiente a El
Loco, prev isto en el capítulo VII.
Luego, se procederá de igual manera con todas los demás
arcanos.
Se sobreentiende que el interés principal del aprendizaje del
tarot es que el principiante realice sus propias asociaciones e
inv estigaciones, pues de ninguna manera le será útil para su
propio desarrollo personal, aquellas interpretaciones que se les
pudiera proporcionar f ácilmente, mediante el dictado de
interpretaciones prev iamente normalizadas a lo largo de los
siglos.
El desarrollo personal se obtendrá a partir, justamente, del
trabajo de búsqueda de la inf ormación, buceando en el interior y
el exterior pero nunca copiando signif icados obtenidos por otras
personas o que bien pueden sacarse del f olleto que acompaña
cualquier mazo de tarot o de cualquier libro que se pudiera
obtener.
Durante estas ejercitaciones, a partir de la v isualización y
observ ación de las letras hebreas correspondientes a los
arcanos, en su gráf ica original, se produce un trabajo similar al
realizado durante la observ ancia de los arcanos may ores. En
ambos casos, estas ejercitaciones resultan conducir a la
realización personal, siempre y cuando se realicen de acuerdo
con la relación estudio-meditación-silencio.
96
Los símbolos, en general, resuenan o repercuten en el interior
de sí mismo al igual que los tambores y sonidos ceremoniales
utilizados en el chamanismo. Ambos son los puentes que
permiten pasar de un mundo a otro, de uno prof ano a otro de
dimensiones trascendentes.
También los arcanos menores tienen su lugar en el Árbol de la
Vida. Los 40 arcanos menores ocupan los lugares
correspondientes a los diez sephirot en sus cuatro v ersiones, de
acuerdo con el elemento proporcionado por su serie o palo; por
lo tanto, podemos hablar de cuatro árboles superpuestos sobre
el mismo Árbol de Vida: un árbol de bastos, un árbol de
espadas, un árbol de copas y un árbol de oros. De este modo,
en Kether o el Uno se encuentran los cuatro unos; de cada uno
de los elementos, f uego, aire, agua y tierra, en el 2, los cuatro
dos, en el tres los cuatro tres y así sucesiv amente.
97
CAPÍTULO SEIS
El tarot y la astrología
98
“La astrología incorpora la suma de todo el conocimiento
psicológico de la Antigüedad”.
99
CORRESPONDENCIAS ENTRE EL TAROT Y
LA ASTROLOGÍA
100
6. ¿Cómo actúa el Fuego con los demás elementos?
101
Los signos (que son las doce constelaciones que se pueden
observ ar desde la Tierra), surgen de div idir la circunf erencia
v isual (360º), correspondiente al plano exterior del planeta Tierra,
en doce partes iguales. Al realizar esta div isión, quedarán doce
ángulos de 30º cada uno. Estos 30º representan a los 30 días,
pertenecientes a los doce signos del Zodíaco.
A cada elemento le corresponden tres signos, a saber:
102
simboliza el sostenimiento de lo que y a ha sido creado o sea dar
estabilidad; y mutable, que simboliza la alteración,
transf ormación y adaptación de lo que y a ha sido hecho”.
Esta descripción amplía aún más los conceptos deducidos
acerca de cada signo, y marca la dif icultad que presentan los
signos f ijos para interrelacionarse energéticamente con otros
elementos; y la f acilidad de los signos denominados mutables
para adaptarse e interrelacionarse con otros elementos.
El orden natural en que se encuentran dispuestos los doce
signos del Zodíaco (tal como se v en en el espacio) es el
siguiente:
Aries (Fuego)
Tauro (Tierra)
Géminis (Aire)
Cáncer (Agua)
Leo (Fuego)
Virgo (Tierra)
Libra (Aire)
Escorpio (Agua)
Sagitario (Fuego)
Capricornio(Tierra)
Acuario (Aire)
Piscis (Agua)
103
(asirios y caldeos), las características e inf ormación relativ a a
los dioses Sol, Luna, (considerados como planetas en la
astrología tradicional) Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno,
Urano, Neptuno y Plutón. Una v ez analizada la historia del mito,
se podrán deducir mucho mejor las características principales
de los planetas regentes de los correspondientes signos,
integrándolos a los signif icados de cada uno de los arcanos
may ores y se entenderá mejor la siguiente tabla de
correspondencias:
104
en el Agua. Marte en el Fuego o en Aries es caliente, f ogoso,
directo, dinámico, pionero, impulsiv o, y podría representarse
como un soldado peleando en pleno campo de batalla, en un
“cuerpo a cuerpo” a sangre y f uego. Y Marte en el Agua, como
en el caso de su regencia en Escorpio, se torna mucho más
subterráneo, psicológico, estratégico, intenso, magnético y
podría representarse como un soldado especialista en
planif icación y estrategia militar o psicológica. De este modo,
en un mismo acontecer (la guerra) se observ an dos
manif estaciones distintas de una misma energía ev idente. En el
caso de Escorpio, junto a Marte, Plutón aporta sus
características espirituales y transf ormadoras, más prof undas
y también kármico-ev olutiv as.
Igualmente sucede en el caso de la inf luencia de Venus como
regente de Tauro y Libra. No será igual su regencia en la Tierra
de Tauro que en el Aire de Libra. En Tauro, Venus —diosa del
amor y de las artes— es más concreto y práctico, y se
relaciona con el trabajo y lo que se obtiene de él (las
posesiones), también con el trabajo con la tierra, con artes
concretas como la escultura y la cerámica y, por supuesto, con
el amor carnal. En el Aire de Libra, el arte se manif iesta en
activ idades mentales como la f ilosof ía, la política y la poesía;
y en las artes plásticas, de maneras sutiles y abstractas. El
amor se manif iesta en su f orma más pura y romántica: el amor
de pareja.
Mercurio —el dios de la inteligencia, el comercio y la
comunicación— también se manif estará de manera dif erente en
Géminis (Aire) y en Virgo (Tierra). En el aire de Géminis, la
activ idad de la mente concreta se intensif ica en la v ariabilidad
de intereses en los más div ersos temas y muy especialmente
en los medios de comunicación. Pero es en la Tierra de Virgo
donde el pensamiento se torna más prof undo y analítico,
discriminando y razonando los conocimientos de manera total.
Es aquí donde la inf ormación se desmenuza en f unción de la
búsqueda de la v erdad más plena.
Júpiter (Zeus), que es el dios padre de todos los dioses y de
105
todos los seres humanos, el que creó las ley es y cuida de su
ejecución, manif iesta plenamente en el Fuego de Sagitario su
accionar, y tiende a llev ar a todos hacia la libertad y hacia sus
derechos, siempre a un escalón ev olutiv o superior. En este
signo, la espontaneidad es absoluta y la palabra, recta y directa
como una f lecha. En el Agua de Piscis, el camino hacia la
libertad es místico o psíquico, no posee límites ni rumbos f ijos,
es la misma energía que se manif iesta en el arte como
abstracta y su carácter es básicamente sensible, intuitiv a de
otros mundos, transmitiendo la existencia de esos mundos a
quienes aún no se atrev en ni alcanzan a imaginarlos.
Saturno —dios del tiempo y de la sabiduría—, actúa en la
Tierra de Capricornio conv irtiendo a los de este signo en dueños
del tiempo. Son conscientes de su sabiduría y de su obtención
a trav és de las experiencias, utilizando lo terrenal y concreto
para elev arse al plano del espíritu. En el Aire de Acuario,
Saturno junto con Urano, priorizan la activ idad de la mente y la
relación espacio-tiempo deja de existir para transf ormar las
experiencias mentales en percepciones, en pos de la v erdad
absoluta y la libertad conceptual.
En Leo (regido por el Sol) y en Cáncer (regido por la Luna) se
encuentran manif iestos lo masculino (padre) y lo f emenino
(madre) del univ erso, que no se repiten en ningún otro signo,
debido a su carácter único y a la concentración total de sus
f uentes de energía: calórica y electromagnética, que se
manif iestan en lo f emenino y en lo masculino primigenios.
106
LA ASTROLOGÍA Y LOS ARCANOS
MAYORES
ARCANOS ASTROLOGÍA
El Loco Aire
I El Mago Mercurio
II La Papisa Luna
III La Emperatriz Venus
IV El Emperador Aries
V El Papa Tauro
VI Los Enamorados Géminis
VII El Carro Cáncer
VIII La Justicia Libra
IX El Ermitaño Virgo
X La Rueda de la Júpiter
Fortuna
XI La Fuerza Leo
XII El Colgado Agua
XIII La Muerte Escorpio
XIV La Templanza Sagitario
XV El Diablo Capricornio
XVI La Torre Marte
XVII La Estrella Acuario
107
XVIII La Luna Piscis
XIX El Sol Sol
XX El Juicio Fuego
XXI El Mundo Saturno
108
LA ASTROLOGÍA Y LOS ARCANOS
MENORES
Bastos (Fuego)
As Elemento Fuego en su estado puro.
Dos Primer decanato de Aries (regente Marte).
Tres Segundo decanato de Aries (regente Sol).
CuatroTercer decanato de Aries (regente Venus).
Cinco Primer decanato de Leo (regente Saturno).
Seis Segundo decanto de Leo (regente Júpiter).
Siete Tercer decanato de Leo (regente Marte).
Primer decanato de Sagitario (regente
109
Mercurio).
Nueve Segundo decanato de Sagitario (regente Luna).
Diez Tercer decanato de Sagitario (Saturno).
Copas (Agua)
As Elemento Agua en su estado puro.
Dos Primer decanato de Cáncer (regente Venus).
Tres Segundo decanato de Cáncer (regente
Mercurio).
Cuatro Tercer decanato de Cáncer (regente Luna).
Cinco Primer decanato de Escorpio (regente Marte).
Seis Segundo decanato de Escorpio (regente Sol).
Siete Tercer decanato de Escorpio (regente Venus).
Ocho Primer decanato de Piscis (regente Saturno).
Nueve Segundo decanato de Piscis (regente Júpiter).
Diez Tercer decanato de Piscis (regente Marte).
Oros (Tierra)
As Elemento Tierra en su estado puro.
Dos Primer decanato de Capricornio (regente Júpiter).
Tres Segundo decanato de Capricornio (regente
Marte).
Cuatro Tercer decanato de Capricornio (regente Saturno).
Cinco Primer decanato de Tauro (regente Mercurio).
Seis Segundo decanato de Tauro (regente Luna).
Siete Tercer decanato de Tauro (regente Saturno).
Ocho Primer decanato de Virgo (regente Sol).
Nueve Segundo decanato de Virgo (regente Venus).
Diez Tercer decanato de Virgo (regente Mercurio).
110
interpretaciones se pueden encontrar en el capítulo
correspondiente a numerología y contribuirán también a la
ampliación conceptual de cada uno de ellos.
111
112
113
LA ASTROLOGÍA Y LAS CARTAS DE LA
CORTE
114
LA CONSTITUCIÓN FÍSICA DE LOS
PLANETAS
115
CAPÍTULO SIETE
116
“...que la divinidad actúa sobre nosotros sólo podemos
comprobarlo por medio de la psique”.
117
LOS ARCANOS MAYORES
118
generar nuev as causas y esto se logrará mediante el esf uerzo
conjunto pero comenzando con la autorrealización personal y
con la
colaboración de los arquetipos. Según Jung, “Los arquetipos
del inconsciente son correspondencias, empíricamente
demostrables, de los símbolos religiosos” y recurrir a ellos,
conscientemente, nos conducirá al hallazgo de la “piedra
f ilosof al”.
Poetas, músicos y artistas mantienen con ellos una relación
permanente, como también quienes trabajan con sus sueños,
los astrólogos que aún hoy dibujan sus símbolos y los
kabbalistas al meditar con sus letras.
Af ortunadamente, y como consecuencia de la ley de la
compensación, se puede v er, en la actualidad, un aumento
considerable de personas en búsqueda de un camino espiritual,
muchas v eces a partir de técnicas símbólicas. Por ejemplo: la
Kabbalah, el reiki, la astrología, la meditación (libre porque
permite la aparición espontánea de símbolos), además de la
práctica cada v ez más popularizada del tarot junto con el
af ortunado aumento de la atención colectiv a hacia el análisis de
los sueños.
En def initiv a, una gran parte de la humanidad muestra la
necesidad de un may or contacto simbólico para el logro de la
tan ansiada unidad interna. Pero esta v ez, la búsqueda no será
a trav és de instituciones religiosas, sino como al principio: un
contacto directo del ser humano con la div inidad.
Hasta tanto todo se transf orme y se inicie una nuev a etapa,
es conv eniente autoasistirnos, autorregenerarnos
permanentemente y chequear nuestra alma en f orma constante,
tal como lo hacemos con nuestro cuerpo f ísico o con nuestro
guardarropa. Y el tarot es una técnica de autoay uda para ello,
por lo tanto, su aprendizaje hay que encararlo bajo la premisa de
que se trata de símbolos, rev estidos de un carácter sagrado.
Instrumentos de lo sagrado que se interconectan con nuestra
propia sacralidad (consciente e inconsciente) que pueden
colaborar con nuestra ev olución.
119
El primer acercamiento a las imágenes de los arcanos
may ores produce un cúmulo de emociones, dif íciles de separar
unas de otras, dif íciles de identif icar y de def inir. Como si se
diera un primer gran paso hacia el encuentro de todas las
emociones conocidas por el ser humano desde el principio de su
existencia. Más adelante, y a medida que se v an estudiando,
uno a uno, se irá aclarando este univ erso emocional que tanto
impacta en una primera instancia.
Es interesante observ ar que, en la may oría de los casos, lo
primero que hacen los alumnos es “abrir sus ojos” más de lo
acostumbrado, manif estando un gran asombro, como un
anuncio de lo que sucederá con sus almas, a partir de ese
momento. Cada uno de ellos siente, dentro de sí, aquellas
emociones que se irán reacomodando a lo largo del camino por
los 22 arcanos.
A medida que se produce el acercamiento, esas emociones,
cada v ez más prof undas, comienzan a entrelazarse entre el
observ ador (el principiante) y lo observ ado (el símbolo).
El arcano, portador de su “propia alma secreta” comienza a
interactuar en el alma del que observ a. El resultado será
siempre ev olutiv o y “conmoción ante”, especialmente en esta
época, en la cual, una parte importante de las almas que
pueblan la Tierra está ev olucionando en lo espiritual, de manera
v ertiginosa, hacia niv eles de conciencia cada v ez más
elev ados.
Por lo tanto, nunca será demasiado insistir en que este
estudio debe ser realizado de manera cuidadosa, prof unda y
seria. El respeto y la conducta moral y ética son
imprescindibles durante el estudio, y más aún, durante el uso de
estas imágenes, pues se debe ev itar su manipulación v ulgar y
despreocupada. Por el contrario, dado que se trabajará con
material altamente sensible —esto es “inconsciente”, “espíritu”,
“símbolos”, “emociones”, “alma”— se requerirá un máximo de
atención y cuidado.
El consejo es, entonces, entrar al mundo de los símbolos,
sabiendo que se trata de una ejercitación alquímica f acilitadora
120
del v iaje más interesante que se hay a realizado jamás: el
recorrido hacia nosotros mismos.
A partir de esa primera mov ilización emocional, comienzan a
aparecer las primeras asociaciones con la historia personal,
propia y hasta f amiliar, inclusiv e colectiv a, que brindarán una
gran ay uda para el proceso de desarrollo personal, aportando,
muy lentamente, inf ormación imprescindible para la
autorrealización.
Para completar esta presentación de los arcanos may ores
propondremos un ejercicio específ ico que aportará inf ormación
primordial sobre y para cada uno de los principiantes.
Dicha inf ormación será más completa y objetiv a cuanto
menos sepa el principiante sobre los arcanos. Este ejercicio
podrá realizarse con pacientes, en el caso de psicólogos, o con
clientes en el caso de una consulta de tarot y también en el
trabajo indiv idual, a solas. Es un excelente ejercicio, pero puede
hacerse una sola v ez.
Colocar sobre la mesa los 22 arcanos may ores, de f rente y a
la v ista, en f ilas y en orden numérico, desde el 0 hasta el 22.
Posteriormente, v isualizar y elegir tres cartas mientras se
realizan las siguientes preguntas:
121
Es conv eniente también llev ar a cabo este trabajo de manera
lenta, con dedicación plena y con un ritmo constante, a razón de
un arcano por semana, inv ariablemente, para darse a uno
mismo, y darle también al arcano interior, el tiempo necesario de
integración. Esto es necesario para que la activ idad energética
del arquetipo-arcano, prov eniente del inconsciente colectiv o,
actúe sobre nuestro consciente, prev ias interconexiones con el
inconsciente personal y colectiv o.
Es muy probable que durante la semana que transcurre entre
el estudio de un arcano y otro, aparezca, de alguna manera, el
arcano estudiado en las circunstancias de v ida del principiante
(por supuesto, de manera simbólica) o en los sueños.
Se recomienda prestar mucha atención a los acontecimientos
que se produzcan en esos días, y a que pretenden demostrar
que la conexión arquetípica se ha realizado, además de
manif estar cuál es la v erdadera relación del estudiante con ese
determinado arquetipo. Por ejemplo, cuando la tarea se centra
en la observ ancia de El Loco, es probable que se tenga un
encuentro con algún liny era o v agabundo, o con un artista, que
se v iv a alguna experiencia creativ a o de irresponsabilidad total,
que surja algún imprev isto o que aparezca una inusitada
distracción con consecuencias o sin ellas, algún sueño
premonitorio o alguien que prediga algo importante.
Lo que sintamos f rente a esa experiencia, expresará nuestra
relación con el arquetipo de El Loco y los temas mencionados,
marcando para siempre el tipo de relación que mantendremos
con él.
Debido a la riqueza inf ormativ a que puede aportarnos el
arcano al rev és, se aconseja considerar y analizar el arcano
teniendo en cuenta que la parte más importante de la carta o
imagen es siempre la que ocupa la parte superior, pero dada
v uelta.
Justif ica mi decisión de considerar las cartas también al
rev és, las palabras del Dr. D. T. Suzuki que menciona Fritjof
Capra en el Tao de la física: “Habiendo alcanzado el y ang su
punto culminante, se retira a f av or del y ing; habiendo alcanzado
122
el y ing su punto culminante, se retira en f av or del y ang”. Es lo
que sucede con la energía de los arcanos, y en la v ida, en
general, cuando una energía se torna excesiv a, se produce un
ef ecto de rebalse; entonces, la carta se da v uelta y modif ica su
signif icado, hacia el contrario y v icev ersa.
Es recomendable tomar en cuenta todas las interpretaciones
que surjan (inclusiv e aquellas que se consideren opuestas o
contradictorias), pues todas ellas serán de utilidad cuando llegue
el momento de interpretar o leer las cartas, dependiendo del
tema que se esté desarrollando.
Asimismo se obv iará cualquier tipo de discriminación, en el
sentido de si la carta es “buena” o “mala”, es decir que se
ev itarán conceptos def initiv os con el objeto de permitir una
may or libertad en la interpretación. También se tendrá en
consideración que en cada lectura o tema de análisis la carta
tendrá un signif icado nuev o y dif erente, ni bueno, ni malo; tan
sólo un nuev o y único signif icado, para ese caso en especial.
La recomendación en cuanto a realizar primero un trabajo
indiv idual y a continuación, un trabajo grupal con la guía de un
maestro especializado, se apoy a en la premisa de que la
compañía de otras personas interesadas en el tema f acilitará el
aporte de las asociaciones, enriqueciendo enormemente el
proceso asociativ o y creativ o, además, por supuesto, del
enriquecimiento emocional de la experiencia alumno-maestro.
EL TRABAJO INDIVIDUAL
Antes de comenzar a trabajar indiv idualmente con los arcanos
may ores es conv eniente recordar que los antiguos rituales de
iniciación indican que cada adepto diseñaba y armaba sus
propias cartas. En la actualidad podemos cumplir con esa
disposición colocando autoadhesiv os coloridos o impresos,
seleccionados de acuerdo con la elección personal, en la parte
anterior de las cartas. Elegir los colores que resulten más
relajantes, pegar y recortar los bordes de las cartas, repercutirá
en una relación más estrecha con el tarot y nos resultarán más
123
propias.
También es conv eniente disponer prev iamente de los
siguientes elementos:
ALGUNOS COMENTARIOS:
124
Al v isualizar la imagen internamente, con los ojos cerrados,
dejarla ser; es decir, dejarla f luir, que aparezca sola y, entonces,
observ arla con libertad, sin preconceptos. Recién en un
segundo intento, tratar de recordar los colores originales. No
preocuparse si la imagen no aparece en la primera ejercitación.
Mantenerse tranquilo y repetir la operación, sin insistir más de
tres v eces. No presionar.
También puede suceder (durante la observ ación interna) que
aparezcan otras imágenes que aparentemente no tengan nada
que v er con la imagen que se está trabajando. Se recomienda
igualmente dibujarlas en las f ichas blancas, respetando los
colores con los que hay an aparecido. Estas imágenes nuev as,
inesperadas, prov enientes del inconsciente, son una respuesta
a las necesidades del principiante y a su disposición para este
tipo de ejercitación: el inconsciente, entonces, actúa como un
termostato proporcionando los colores y f ormas que nuestra
psiquis necesita para reorganizarse e integrar estas nuev as
energías.
También es posible (no al principio de las prácticas sino
cuando las prácticas v ay an av anzando o cuando se utilice a los
arcanos para meditación) que las imágenes, al ser internalizadas
o en su carácter de objeto de meditación, adquieran algún
mov imiento, emitan algún sonido o nos muestren algún objeto.
Si durante las ejercitaciones apareciera algún pensamiento o
tema personal pendiente, al igual que suele suceder durante las
ejercitaciones de y oga o en las meditaciones del tipo zen, se
recomienda seguir el pensamiento hasta el f inal, y luego dejar ir
el pensamiento, dejando la ejercitación durante algunos
segundos y luego comenzar de nuev o. No f orzar ni esf orzarse
en recuperar la imagen.
Antes de ejecutar el punto 10, relajarse, respirar prof undo,
cerrar los ojos y v olv er a abrirlos, observ ando con libertad los
marcadores de colores. Elegir el color que más nos llame la
atención y cambiar de color o dejar esa tarjeta y tomar otra
tarjeta en blanco, según el v erdadero deseo.
Sallie Nichols, en su libro Jung y el tarot recomienda también
125
hacer una v ersión blanco y negro con una f otocopia y y o me
permito agregar: lo mejor puede se también pintar la f otocopia.
Reiv indicando los procesos de iniciación de los adeptos
egipcios, es conv eniente tener siempre cerca el cuaderno
personal. Se pueden anotar los sueños que pudieran surgir como
consecuencia del contacto simbólico, como también cualquier
otro comentario que respecto del arcano. Asimismo, observ ar
los acontecimientos y las circunstancias personales o
colectiv as que se produzcan a lo largo de la semana en que se
estudia la carta y asociarlos con la misma, por escrito.
En relación a las carpetas-archiv os, colocar toda la
inf ormación obtenida sobre cada uno de los arcanos a manera
de expedientes, a los cuales podamos remitirnos para repasar o
como una ay uda-memoria en el momento de las primeras
lecturas de cartas.
Todo este procedimiento permite la incorporación natural de
las energías de los arcanos, colaborando con el
autoconocimiento al prov ocar asociaciones de índole personal y
recuerdos. El resultado obtenido será un mejor reordenamiento
de la energía psíquica conducente a una may or apertura de
conciencia.
Luego de haber trabajado con cada uno de los 22 arcanos
may ores en f orma f ehaciente, será conv eniente escribir todo lo
que se pueda interrelacionar entre un arcano y el siguiente, es
decir de a dos por v ez, al tiempo que se observ an las
imágenes.
EL TRABAJO GRUPAL
El trabajo grupal, de la mano de un maestro, responde, en
principio, al ritual utilizado desde tiempos remotos (relación
maestro-discípulo, eternamente v igente) para este tipo de
estudios, y es por esta razón que su aplicación se torna mucho
más ef ectiv a.
Todo ritual ef ectuado desde épocas ancestrales es ef ectiv o
por el mero hecho de su repetición en el tiempo y adquiere v alor
126
al quedar inscripto (o encriptado) en el inconsciente colectiv o.
Por otra parte, la relación maestro-discípulo contiene un
importante intercambio de energía emocional (af ecto-amor) que
resulta imprescindible a la hora del aprendizaje, especialmente
en el caso del tarot, en que se necesita un tipo de atención
prof undamente contenedora.
De esta manera, no solamente se enriquece todo el proceso,
haciéndolo más ameno e interesante, sino que se añade el
intercambio energético-emocional, entre maestro y alumno,
primordial en toda técnica de indiv iduación.
A esto deberán sumarse las experiencias compartidas cuando
se trate de dos o más personas, que aumentarán la ponderación
interpretativ a de cada una de las imágenes analizadas, y a que
cada uno de los participantes aportan su propio punto de v ista.
Durante la realización de este trabajo, el procedimiento más
conv eniente es el siguiente:
127
consecuencia de tales asociaciones.
5. Asociar la carta con la letra hebrea correspondiente (en este caso sería
Aleph) y su traducción (Buey), e intentar asociar la imagen del Loco con el
Buey, es decir qué características del buey podrían ser atribuibles a la figura
del Loco.
6. A continuación, localizar su ubicación en el Árbol de Vida, en los “aines”, es
decir en el plano de la no-manifestación al cual pertenece, es decir al caos
previo del cual proviene toda creación, (visualizando, esta vez, al mismo
tiempo, las dos imágenes, la del Loco y la del diseño del Árbol de Vida de la
Kabbalah, (según se muestra en la figura correspondiente al capítulo V). Tener
en cuenta que la letra cumplirá la función de ser una “clave” de apertura a su
significado, en el momento de la lectura de las cartas.
7. Observar, seguidamente, la correspondencia astrológica a la que
corresponde la carta e interrelacionar sus significados con el elemento, el
signo o el planeta regente (ver cuadro de correspondencias del tarot y la
astrología en el capítulo VI).
8. Volcar todos los datos obtenidos, durante este trabajo grupal, en las
carpetas-archivos correspondientes a cada arcano, sumándolos a la
información adquirida en el trabajo individual.
9. Sumar comentarios, impresiones u otras asociaciones provenientes de la
mitología o de la alquimia.
10. Hacer una síntesis, que en el caso del Loco podríamos decir que es la
Distracción Suprema que permite al artista transformarse en el canal hueco y
vacío por donde pasarán las energías propias de la creación artística, como
también la actitud inocente y desperjuiciada de la profecía.
128
de ustedes? Y luego el silencio... mucho silencio, para permitir
que la imagen se exprese a trav és de los que recién comienzan
el camino de su propia autorrealización, que, recuerden, será
siempre indiv idual.
Los alumnos, por su parte, registrarán todas las asociaciones
hechas por los compañeros, y a que aquellas que hoy no
consideren v álidas, tal v ez más adelante puedan llegar a ser
útiles.
129
LOS ARCANOS MENORES
130
menores, donde se colocarán las correspondencias con la
astrología, la numerología y la Kabbalah, además de toda la
inf ormación obtenida prev iamente. Es recomendable comenzar
observ ando, superf icialmente, su nombre e inmediatamente
después su correlación numérica, asociando a la v ez cada una
de las cartas con el Árbol de la Vida de la Kabbalah, procediendo
de la siguiente manera:
131
carpetas o archiv os, se intentará nuev amente retener los
nombres, siempre comenzando por los Bastos, correspondientes
al plano espiritual.
Bastos Nombre
Uno Nacimiento
Dos Dominio
Tres Virtud
Cuatro Conjunto
Cinco Lucha
Seis Victoria
Siete Valor
Ocho Fluidez
Nueve Fuerza
Diez Opresión
EspadasNombre
Uno Dificultad
Dos Paz
Tres Tristeza
Cuatro Tregua
Cinco Derrota
Seis Ciencia
Siete Frivolidad
Ocho Interferencia
Nueve Crueldad
Diez Ruina
132
En el caso de las Copas, nos encontramos f rente al plano
emocional, por lo tanto sus nombres se relacionan con
situaciones de tipo af ectiv o.
Copas Nombre
Uno Raíz de los
afectos
Dos Amor
Tres Abundancia
Cuatro Lujo
Cinco Desilusión
Seis Placer
Siete Depravación
Ocho Indolencia
Nueve Felicidad
Diez Saciedad
Oros Nombre
Uno Armonía
Dos Cambio
Tres Trabajo
Cuatro Poder
Cinco Preocupación
Seis Éxito
Siete Fracaso
Ocho Prudencia
Nueve Ganancia
Diez Riqueza
133
134
LAS CARTAS DE LA CORTE
135
Los cuatro caballeros guardan una relación directa con el
arquetipo del héroe, pero el hecho de que estén montados sobre
un caballo indica que se tratará de personajes más o menos
transitorios en la v ida del consultante o de sus allegados más
directos. Los caballeros cumplen f unciones con caracteres
temporales y casi nunca f orman parte de lo duradero. En
general representan hombres jóv enes o may ores con cierta
inmadurez.
Las cuatro sotas (algunos autores también las llaman
princesas) representan niños o adolescentes, aunque también
jóv enes con características adolescentes. También puede
tratarse de mujeres muy jóv enes o inestables.
El siguiente cuadro será de utilidad para establecer una
identif icación más f ácilmente:
136
los más negativ os del elemento. Muchas v eces, cuando
aparecen al rev és son personajes que v an a ausentarse parcial
o totalmente de las v idas de los consultantes.
137
CAPÍTULO OCHO
138
“El éxito de las obras mágicas depende de la fiel observación
de todos los ritos”.
Eliphas Lévy
139
PREPARACIÓN PREVIA
140
Esas energías f av orecerán dif erentes tipos de
interconexiones neuronales que permitirán la expresión pura,
no lineal, de una interpretación impersonal y no consciente.
Acondicionar el cuerpo signif ica encontrar una postura
cómoda, teniendo en cuenta el tiempo que se permanecerá en
la misma posición, relajar todo el cuerpo y ay udar a la
relajación con la repetición de una respiración prof unda. Puede
utilizarse cualquier sistema de respiración, especialmente tipo
y oga, que abarque inspiración y exhalación, por la nariz
solamente.
2. El objetiv o de la utilización de una inv ocación, oración o
mantra, en este caso, es lograr que la mente se apacigüe y
se aleje del ritmo acelerado del mundo actual. Esta lentitud
prov ocada nos permitirá entrar en un estado propicio a la
aparición de imágenes y sensaciones.
La selección de la oración, inv ocación o mantra, por parte de
cada principiante, dependerá de la búsqueda prev ia y de su
pref erencia personal; por lo tanto, deberá utilizarse el que más
se identif ique o el que f uera más antiguo, debido a los
ef ectos obtenidos por su uso repetido en el tiempo. Todas las
opciones serán v álidas en tanto y en cuanto se repita siempre
de la misma manera, en todas las lecturas.
Respecto de las inv ocaciones, las hay muy antiguas que han
legado civ ilizaciones como las egipcias, caldeas, hindúes,
hebreas, la alta magia europea, etc. Por ejemplo, entre las
egipcias podemos citar una que contiene una doble: “Yo te
inv oco IAO que env íes a HRU, el gran ángel, que pase sus
manos, inv isiblemente, sobre estas cartas consagradas de
arte, para que por medio de ellas podamos obtener el
conocimiento de las cosas ocultas para gloria de tu inef able
nombre. Amén” (3).
Una de las más antiguas, de origen hebreo, es la señal de la
Cruz, igualmente utilizada por los cristianos; en ambos casos
se repite la trilogía. En hebreo: “Ate, Malkuth, be-Gueburah,
be-Guedulah, Amén”. Para los cristianos: “En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
141
Entre los cristianos, es f recuente la utilización del
Padrenuestro, cuy o origen se puede encontrar en los antiguos
hebreos. Esta es una oración de gran poder, debido a su uso
repetido a trav és de los siglos y por su instalación prolongada
en el inconsciente colectiv o.
También el “Gloria” es una oración-inv ocación de prof undos
ef ectos por cuanto remite al origen mismo de todas las
cosas: “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era
en un Principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén”.
Respecto de los mantras, puede utilizarse el que más se
desee, de cualquier origen: hindú, japonés, chino, inclusiv e los
de origen budista japonés como: “Nam-mioho-rengue-kio”, que
representa el mandala del sonido del univ erso que incluy e al
todo. O el mantra de origen chino: “Na-mo-amito-fo”, o el
tradicional “Om”. Todos ellos f av orecerán la recepción y
conexión del principiante con las energías arquetípicas
indispensables para una lectura impersonal.
3. Con actitud humilde se hace ref erencia a que la disposición
mental deberá ser la de una máxima humildad intelectual. En
v erdad, antes de la lectura de las cartas, uno desconoce
cuáles se leerán y por lo tanto, de qué se trata aquello con lo
que se encontrará. Por este motiv o, se aconseja no elaborar
ningún tipo de hipótesis intelectual prev ia, ni prestar atención
a supuestos presentimientos respecto de una realidad de la
cual conocemos poco o nada. “Dejar al ego arriba de la mesa”
es lo que recomiendo siempre a mis alumnos, como así
también los prejuicios y las opiniones personales respecto del
tema sobre el cual se esté preguntando, para luego poder
disf rutar del asombro.
4. La predisposición a encontrarse con la v erdad es muy
f ácil, en tanto y en cuanto, ésta sea una característica de la
personalidad del principiante o una predisposición natural en la
v ida cotidiana del indiv iduo que realiza la lectura de las cartas.
Lo mismo sucederá cuando se procure una lectura por parte
de alguna otra persona. Será conv eniente observ ar primero la
142
v ida de esa persona y sus intereses primordiales, como así
también cuál es el grado de compromiso que la persona tiene
con la v erdad.
5. La sinceridad absoluta está relacionada con el punto
anterior. Acentuar el cuidado de la sinceridad, como un
compromiso moral con uno mismo, en primera instancia;
luego, v endrá el compromiso hacia los demás. Este
compromiso nos ev itará consecuencias prov enientes de la
ley de causa y ef ecto, esto signif ica que si, en algún
momento, uno f lexibiliza su sinceridad en pos de adquirir
renombre, posición, simpatía, f ama o af ecto o cualquier otra
cosa que no sea el compromiso sincero, ello será causa de
posteriores ef ectos en la propia psiquis, en la personalidad o
en las circunstancias; y estas consecuencias prov endrán de
las causas equiv ocadas.
6. Por último, la utilización de luz mediana o baja f av orecerá la
activ idad paranormal porque prov oca la activ ación de la
glándula pineal, tornando al lector más receptiv o y sensible.
También pueden agregarse inciensos o sahumerios que
estimularán aún más al lector y armonizarán al consultante,
cuando se trate de leer las cartas a otra persona.
Sólo entonces, luego de pasar por estos requisitos prev ios se
estará en condiciones de comenzar a realizar la lectura de las
cartas.
143
LAS LECTURAS PERSONALES
144
colectiv o. Se trata de permitirnos realizar un v iaje hacia la
interioridad, lentamente, al igual que cuando permitimos que la
música nos llegue. Los sentimientos posteriores a esto serán
inev itables, inesperados y siempre trascendentes.
Al realizar este v iaje “de ida y v uelta”, el pasaje por el
inconsciente personal es imprescindible y así se llega a la clav e
de la sanación, que se produce por acción y ef ecto de los
símbolos, pues, como energía primigenia, ellos colaboran en la
reorganización energética de la psiquis, al tiempo que arrastran o
sirv en de v ehículo de canalización de energías residuales.
Permitir que el inconsciente se exprese a trav és de la lectura
de las cartas, lo mismo que sucede cuando producimos arte, es
darle espacio para que de esta manera realice su propio
ordenamiento, según sus propias ley es.
Cuando se realizan las tiradas personales, la lectura se torna
más libre, más abierta, y al mismo tiempo, más secreta e
íntima, puesto que no está presente la mirada del otro ni
tampoco sus expectativ as. Al realizar este tipo de tiradas, es
conv eniente hacer una primera lectura, lo más completa posible,
y luego anotarla en algún cuaderno personal, añadiendo la f echa
en que ha sido realizada, para luego poder comparar. Sucederá
que a medida que uno v a escribiendo, se v a comprendiendo
mejor la lectura ef ectuada, y a que v an surgiendo nuev as
impresiones, ausentes durante la primera mirada.
Al igual que sucede cuando se escriben los sueños
(surgimiento de nuev as imágenes y de distintas sensaciones
rev eladoras de nuev as posibilidades de interpretación), cuando
se escribe sobre la tirada de cartas, las sucesiv as prácticas se
amplían mágicamente hasta abarcar una totalidad signif icativ a.
Una v ez realizada, es conv eniente dejarla unos minutos sobre
la mesa, en reposo, e irse a hacer otra cosa, como leer,
escuchar música, beber agua o distraerse. Luego de
transcurridos v arios minutos se debe v olv er a v erla y a sentirla.
Se notará la posibilidad de una lectura ampliatoria o, de lo
contrario, un niv el más prof undo de lectura, como si un nuev o
v elo se hubiera descorrido y se pudieran atisbar otras
145
alternativ as.
La importancia de agregar la f echa en que ha sido realizada
cada tirada radica en la posterior oportunidad de chequearla con
la realidad interna o externa, y con acontecimientos que hay an
sucedido o con cuestiones que hay amos podido comprender
mejor.
También es benef icioso agregar el detalle de los arcanos que
hay an salido en la tirada, respetando la posición de salida, al
derecho o al rev és, pues esto constituirá un elemento de may or
apoy o al v olv er a chequear las cartas.
Resumiendo, el procedimiento sería el siguiente:
1. Ef ectuar la tirada.
2. Realizar una primera lectura.
3. Escribir.
4. Diseñar la tirada con arcanos.
5. Dejarla reposar.
6. Volv er a leerla.
7. Identif icar lo nuev o.
8. Volv er a escribir.
9. Chequear después de transcurrido cierto tiempo.
10. Agregar las nuev as conclusiones obtenidas.
146
tanto sólo se trata de detener el tiempo v ertiginoso, en un
“instante sin tiempo” y leer desde el sentimiento.
Finalmente, tener en cuenta que no es el lector, en realidad,
quien lee, sino que éste “es leído” como consecuencia natural
de su propia observ ación.
147
DURANTE LA LECTURA DEL TAROT
148
Es decir que el lector puede preguntar, mezclar las cartas,
decir los números solicitados y realizar las lecturas necesarias
sin la presencia del consultante, y a que, en def initiv a, se trata
de la lectura del lector.
La participación activ a del consultante se produce al mezclar
y cortar las cartas, decir algún número o desarrollar una relación
y una conv ersación con el lector que le resultará sanadora y
armonizadora, dado que durante la consulta, el lector se
encuentra en contacto permanente con la energía lumínica de
los símbolos del inconsciente colectiv o que también le
transmitirá al consultante, además de la prov isión de una
inf ormación organizadora que llenará su v acío de f uturo,
muchas v eces angustiante.
Así, la consulta termina siendo benef iciosa para el
consultante debido al trabajo de interconexión energética del
lector con sus símbolos. Dicha interconexión repercute en el
consultante permitiéndole transmutar, durante algún tiempo su
propia energía.
En el momento de la conv ersación es muy importante que el
lector hay a desarrollado prev iamente una prof unda capacidad
de escuchar al consultante, pero siempre ev itando identif icarse
emocionalmente, con su relato.
Para el consultante también será muy importante poder
ef ectuar una catarsis libremente y sin interrupciones, a ef ectos
de poder escucharse y liberarse de las emociones que rodeen al
tema que se este tratando.
La energía del lugar o ambiente en el que se realiza la
ceremonia de lectura del tarot, también se v erá af ectada por la
luminosidad de los arcanos del tarot y su ev ocación por parte
del lector prov ocará una notable limpieza energético-ambiental.
Pero estos niv eles de energía no pueden mantenerse en
f orma constante e indeterminada y es por ello que es
conv eniente preserv arse y cuidarse a uno mismo antes,
durante y después de la lectura de las cartas, para lo cual
deberán prev erse los siguientes comportamientos:
1. Cuando se trate de una consulta por parte de un tercero, es
149
conv eniente establecer un tiempo intermedio entre una
consulta y otra. Este tiempo podrá aprov echarse para realizar
ejercicios de relajación y respiración que permitan eliminar las
consecuentes toxinas que pudieran haberse introducido en los
cuerpos etéreos del lector. Descansar unos minutos.
2. No es conv eniente atender personas cuy a conf lictiv a sea
similar a la del lector por cuanto es ahí cuando se produce
una f uerte identif icación con el consultante que puede llev ar
al lector a la posibilidad de impregnarse con altos niv eles de
contaminación del campo áurico e inclusiv e af ectar el cuerpo
f ísico, desagradablemente. Prestar atención cuando aparezca
un tema que pueda relacionarse con nuestra propia historia y
repetirse “Yo soy y o”, puede ay udar a mantenerse centrado.
3. En cuanto a las consultas realizadas con uno mismo es
conv eniente tratar de mantenerse (dentro de lo posible)
emocionalmente distantes, siempre dentro de lo posible, más
bien como espectadores de una película que no conocemos.
No demorar las tiradas personales más allá de una hora.
En todos los casos es conv eniente dejar tanto en uno mismo
como en el consultante, un punto de apoy o, una semilla de
esperanza o el suf iciente “f uego sagrado” que permita
organizar la energía psíquica en aras de una mejoría o del
deseo en la búsqueda de una f orma de v ida mejor.
150
CAPÍTULO NUEVE
151
“...los arquetipos ... no se refieren sólo a simples objetos de la
representación sino también a factores autónomos, es decir a
seres vivientes”.
152
COMENTARIOS ACTUALIZADOS
153
supuesto, se trata de apreciaciones personales, con las cuales
se puede estar o no de acuerdo.
Cuando se habla de las energías univ ersales, primigenias,
que dieron origen al mundo conocido, puede deducirse que
dichas energías han ido v ariando su manif estación a lo largo de
los siglos y también en relación a dif erencias étnicas,
geográf icas y socioculturales. Las transf ormaciones más
ev identes han sido más perceptibles durante los cambios de
eras históricas. En la actualidad, estamos transitando una de
esas grandes transf ormaciones, notorias con sólo al observ ar
los av ances de la cibernética, la complejidad cada v ez may or
de los medios de comunicación, la manipulación ilimitada en el
uso de la energía nuclear, las alteraciones electromagnéticas de
div ersos orígenes que af ectan permanentemente la atmósf era
y el campo electromagnético de la Tierra, las nuev as y
permanentes ey ecciones de masa coronal solar, cuy os ef ectos
totales son aún desconocidos y que no solamente alteran la
energía que recibe la Tierra desde el Sol, sino también
transf orman la energía que nos llega desde el resto de los
planetas, y el ef ecto inv ernadero debido a la ruptura de la capa
de ozono, entre otras causas.
Ahora bien, al transf ormarse la energía terrestre, cabe
preguntarse también ¿cuáles serán las modif icaciones que
nuestro planeta estará prov ocando en los demás planetas y, por
consiguiente, en todo el sistema solar? Por lo pronto, se ha
comprobado que estas alteraciones energéticas af ectan
psíquicamente a las personas, f enómeno especialmente notable
en las ciudades hiperpobladas, lejos de la naturaleza, por lo
tanto, es posible que las interconexiones entre la conciencia, el
inconsciente personal y el inconsciente colectiv o también
puedan estar siendo af ectadas y en consecuencia, también la
manera en que los arcanos may ores o arquetipos se
manif iestan y a que se encuentran en v ías de transf ormación.
Ev identemente, y ante la observ ación estadística, puede
cerciorarse que los arcanos están polarizándose y este es el
motiv o por el cual se hace necesario intentar su conexión desde
154
la conciencia, a trav és del trabajo simbólico y de esta manera,
recuperarlos, recordarlos y sostener su v alor original, mediante
el estudio de tarot, el análisis de su presencia en los sueños, o
trabajando con los mitos.
Como se sabe, toda energía, en sí misma, tiene una doble
polaridad, positiv a y negativ a, equiv alente a los conceptos de
masculino y f emenino, respectiv amente. Por lo tanto, se puede
deducir que al modif icarse la intensidad de la energía
prov eniente de los arquetipos se produzcan alteraciones
ev identes en su manif estación. Por consiguiente, lo que Jung
denomina “ánima”, energía f emenina, y “ánimus”, energía
masculina —equiv alentes en el tarot a La Papisa y a La
Emperatriz, en el caso f emenino; y a El Emperador y a El Papa,
en el masculino— están siendo alterados y en v ías de una
importante transf ormación.
Inev itablemente, la inv ersión de estos arquetipos estimulará,
por repercusión, la inv ersión de todos los demás, por lo menos,
temporalmente, hasta llegar a alcanzar una nuev a f recuencia y
una nuev a manif estación.
Antes de pasar a los comentarios propiamente dichos sobre
cada uno de los arcanos may ores, creo oportuno señalar cómo
ha ido ev olucionando el tarot en la Argentina —en particular en
la ciudad de Buenos Aires—, durante los últimos cuarenta y
tantos años. En las décadas de 1960 y 1970, la may oría de las
consultas las realizaban personas del sexo f emenino, y había
muy pocos casos de hombres-consultantes, tales como algunos
selectos intelectuales de av anzada, artistas y, ev entualmente,
personajes de máximo poder, como militares y políticos. La gran
may oría la constituían mujeres interesadas en resolv er
cuestiones f amiliares o af ectiv as, especialmente madres,
esposas y nov ias preguntando por los estudios o el trabajo de
sus hijos, sus matrimonios y nov iazgos, acentuándose el
interés primordial en lo predictiv o.
Hacia f inales de 1970, f amiliares de desaparecidos buscaban
conocer el destino f inal de sus hijos o maridos, y también
empezaban a concurrir a la consulta algunos maridos o nov ios
155
que acompañaban a sus mujeres, primero con la excusa de
conocerme y luego para preguntar por sus empresas o trabajos,
coincidentemente con el quiebre de la industria nacional.
A principios de 1980, y gracias a la aparición de la rev ista Uno
Mismo (pionera en la integración de lo esotérico con la
psicología), f ueron los psicólogos quienes comenzaron a
acercarse a la consulta personal, y una v ez realizada la
experiencia, luego consultaban, aunque en menor grado, sobre
sus pacientes. Esto prov ocó que, con el tiempo, muchos
psicólogos utilizaran el tarot para ref orzar terapias, chequear el
estado más prof undo de sus pacientes, obtener alguna idea
nuev a, propicia, f av orecer la reorientación de sus pacientes, o
bien, redef inir identif icaciones no siempre f áciles de percibir en
la consulta.
El interés generado por el tarot, al tiempo que continuaba su
expansión, mov ilizó a licenciados en Psicología, entre ellos,
v arios representantes del sexo masculino, ciertos empresarios
y comerciantes que f ueron aumentando coincidentemente con
los recién iniciados en la política, quienes empezaban a orientar
sus destinos hacia la construcción y organización de nuev os y
v iejos partidos políticos con la v uelta de la democracia en la
Argentina en 1983. Muchos se allegaban con una expectativ a
v erdaderamente numinosa, con intenciones sanas y v erdaderas
de realizar sus planes sociales, políticos y económicos. En este
campo, se f ueron produciendo ciertos acontecimientos que
modif icaron considerablemente las consultas, y hacia f ines de
los 1980, y durante toda la década de 1990, f ue dif ícil distinguir
políticos de empresarios. Los primeros modif icaron sus ideales,
cambiándolos por los negocios y metas de tipo económicas; y
los segundos, buscaron desesperadamente la f orma de
acercarse a los negocios con el Estado. Todo esto incrementó la
cantidad de consultantes masculinos, equiparándolos f inalmente
con las consultas f emeninas. Durante la década de 1990, se
incrementaron mis estadísticas, gracias a la inv itación recibida
por parte de dos restaurantes del barrio de Belgrano: La Cuadra
y El Solar del Juramento. Así, en el año 1993, me conv ertí, sin
156
proponérmelo, en la primera persona que atendería como
astróloga y tarotista en restaurantes, al estilo europeo.
En la Argentina, la expansión del tarot y de la astrología se
produjo en paralelo con la expansión de una pseudo (1) New Age
(que desbordó, distorsionando la v erdad, espacios gráf icos,
radiales y telev isiv os), esto coincidió también con la aparición
de v ariadas sectas, pseudo-ev angelistas y pseudo-
umbandistas, que aún hoy continúan produciendo nef astos
ef ectos secundarios.
De esta manera, personas con sinceros intereses espirituales,
terminaron conv irtiéndose en colaboracionistas no conscientes
de una propaganda f alsa, originada en propósitos distractiv os y
prof ecías absurdas, que no tardaron en prov ocar debacles de
todo tipo con la consecuente decepción generalizada que dev ino
en cierto desprestigio del tarot y de la astrología, ciencias que
en países como Inglaterra, Alemania, Francia y los Estados
Unidos se estudian en univ ersidades públicas y priv adas.
Los ef ectos positiv os de la expansión del tarot, se pueden
v isualizar en el aumento del interés de las personas en la
búsqueda de caminos más indiv idualizados hacia su propia
realización o desarrollo personal. Es decir que el tarot f ue
expandiéndose de una manera nuev a, ampliando su campo de
acción, cada v ez más cerca de los postulados de la psicología
prof unda junguiana, y como técnica de autorrealización, en
ámbitos cada v ez más v ariados y , esta v ez, abarcando
f inalmente a todos los estratos sociales.
157
IMPRESIONES Y SENSACIONES
158
EL LOCO
Sensación intermitente e inef able de libertad y creativ idad
similar a la que se siente ante la llegada de la primav era y
durante el acto creativ o o prof ético. Es el momento de la
creación. Representa el Alf a y el Omega, es decir, el principio
y el f in. Frenesí. Necedad.
En el I Ching se corresponde con el hexagrama 56, “El
Andariego”. El extranjero que se encuentra de paso.
Desprogramación. Distracción. Carencia de dirección.
Ausencia de responsabilidad. Amoral. Arquetipo del héroe
(aunque también lo es El Carro). En los cursos, elev a y
purif ica la energía general e indiv idual del grupo.
Invertido: actos de extrema v iolencia inesperada,
v iolaciones, pérdida de control de los instintos por situaciones
inesperadas o por casos psicológicos sev eros (a v eces
temporales). Imprev istos.
160
161
EL MAGO
Estado de conciencia plena, “ser como dioses” en algún tema
determinado. Sensación de estar en el centro y sentirse uno
mismo. Destreza. Personaje que muestra y esconde a la v ez.
Poseedor de los cuatro elementos
Invertido: ese mismo dios engañando y robando. Pérdida de
ideas aptas ante una situación determinada. Nerv iosismo.
Robos. Realidad que no coincide con la intuición.
Adolescencia. Mentiras. Indecisión.
162
163
LA PAPISA
Arquetipo en transf ormación. Sensación extrema de paz
debido al conocimiento y a la comprensión absoluta de las
oposiciones. Lentitud ante la exigencia externa o interna de
urgencia. Lo no consciente. Sana disociación. Enseñanza
gradual. Secretos. Sentido común.
Invertido: momento clav e en los cursos de tarot, no todo el
mundo resiste este arquetipo, debido a su polaridad crítica. El
resultado es la autoexpulsión o abandono del curso, inclusiv e
en el día anterior al estudio de la carta, antes de conectar con
la carta al derecho, el inconsciente del alumno percibe y deja
el curso. Esto sucedió siempre, pero en los últimos diez años
se ha producido un aumento notable y llamativ o dado que
este proceso se da en may or cantidad de gente y con may or
intensidad. Resistencia en caso de dif icultad con la
identif icación materna. Consecuencias de la identif icación de
la mujer con el masculino colectiv o por prof esión o por
trabajo. Competencia con el hombre y desprecio por la mujer,
relaciones triangulares y soledad. Disociación enf ermiza.
En La Papisa invertida el intelecto se superpone sobre las
emociones (generalmente emociones negativ as manif iestas o
encubiertas) como consecuencia de una identif icación
extremada con el masculino de la psique. La identif icación
con esta imágen es cada v ez más f recuente y poderosa. El
único camino para colaborar, en estos casos, en la
desidentif icación gradual es sostener el plano emocional a
trav és de una activ idad creativ a artística. No en f orma
directa y a que la negación es la característica constante y
todo lo que no prov enga de sí es v isto y sentido como un
ataque, por lo tanto he observ ado que las terapias
psicológicas, solamente, se hacen imposibles.
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165
LA EMPERATRIZ
Arquetipo en transf ormación. Mujer que se realiza en la
creación artística o f ísica, en el amor a los hijos y en el amor
univ ersal. Ánima. La esposa f iel. La amiga que no compite.
La entrega generosa del amor. Comprensión materna.
Invertido: sustitución de senos naturales (alimentación y
protección); desv iación de la atención hacia otras partes del
cuerpo f emenino (expulsión). Consecuencia: peligrosa
inv ersión de los v alores o de la sexualidad f ísica o psíquica.
Desborde emocional. Triángulo conf lictiv o. Expulsar. Abortar.
Pérdidas.
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EL EMPERADOR
Arquetipo en transf ormación. Ánimus. Lo masculino de hoy se
encuentra en crisis, al igual que sucede con lo f emenino
representado por La Papisa y La Emperatriz.
Se manif iesta en el incremento de la homosexualidad y
subtipos cada v ez más v ariados y extremos, como el
trav estismo y la transexualidad; y, las tendencias hacia lo
“metrosexual”, todas estas manif estaciones, características
de un extremo narcisismo.
Al igual que en La Papisa, este proceso es consecuente con
una automarginación acentuada, conducente al aislamiento
social, o sea que los resultados son idénticos en ambos
casos: soledad y aislamiento.
Los gobiernos autoritarios, autócratas o corruptos, el trabajo
abusiv o y la capacidad económica como poder adquisitiv o.
Padre. Marido. Juez corrupto o que abusa de su poder.
Invertido: ausencia de masculinidad. Machismo. Agresión.
Gobierno inef icaz. La pérdida de autoridad y poder por abuso.
Incapacidad para asumir el rol paterno.
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EL PAPA
Arquetipo en transf ormación. Intermediario de energías
superiores, capacidad de dar consejos. Idealización paterna.
Mediación. Antes, un sacerdote. Hoy, un consejero, psicólogo.
Invertido: ausencia de tradiciones y f ormalidades. Falta de
identif icación paterna. Pérdida del deseo y misión de enseñar.
Desapego. Pensamiento obsesiv o u orientado hacia el
pasado.
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LOS ENAMORADOS
Decisión que libera. Libre albedrío, f ruto de la centración.
Palabra sanadora. Excelente elección. Medios de
comunicación.
Invertido: triángulo generador de desórdenes en la
personalidad. Libre albedrío alterado. Complejo de Edipo mal
elaborado. Prensa corrupta o dirigida con alguna intención
prev ia. Consecuencias de la interv ención de un idioma sobre
otro. Censura de la prensa. Dudas.
Poco conf iable.
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EL CARRO
Arquetipo en transf ormación. La f amilia. Sensación de haber
encontrado el camino.
Contacto f luido con el inconsciente. Resolución de conf lictos
f amiliares. Marchar hacia la ev olución. El arquetipo del héroe
(también lo es El Loco). Las Guerras.
Invertido: f amilias disf uncionales. Desórdenes emocionales
por f alta de resolución.
Temas f amiliares pendientes. Guerras por robo de recursos
naturales. Estar en un brete.
Dif icultad para conectarse con la realidad.
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LA JUSTICIA
Arquetipo en transf ormación. Comodidad e indif erencia ante el
suf rimiento de otros.
Sensación de calma y equilibrio. Satisf acción posterior al
análisis. Análisis y organización de ideas creativ as. Quietud.
Ley de causa y ef ecto. Integración del opuesto. Injusticias
por f alta de acción. Recompensa.
Invertido: insatisf acción sexual y anímica. Desaf uero. Juez
incompetente. Injusticias de todo tipo. Consumo ilimitado con
consecuencias. Desaf íos a las ley es naturales.
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EL ERMITAÑO
Arquetipo en transf ormación. Demoras producidas por las
modif icaciones en la relación espacio-tiempo. Maestría en un
tema determinado. Actitud prudente y sabia.
Agente de aprendizaje. Soledad creativ a.
Invertido: negación de la realidad. Alteración en la relación
espacio-temporal. Ocultación de v erdades necesarias para la
ev olución humana. Distorsión. Ausencia de Verdad.
Aislamiento crónico. Egoísmo. Aburrimiento.
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179
LA RUEDA DE LA FORTUNA
Arquetipo en transf ormación. Destino que no permite
elecciones ni interv enciones personales. Aumentos en
general. Inv ersiones productiv as. Todo es pasajero. Nuev o
ciclo. Ef ecto positiv o. Economía expandida.
Invertido: inv olución. Regresión. Imposibilidad de crecer y
ev olucionar por div ersas causas. Karma negativ o. Dar
v ueltas sin resolv er.
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LA FUERZA
Arquetipo en transf ormación. Comienzo de un nuev o ciclo, de
una nuev a era con preponderancia del dominio y la f alta de
libertad. Poder económico por sobre todo lo demás.
Conv icción.
Invertido: pérdida del control. Seducir para dominar o poseer.
Exceso de conf ianza.
Sensación de no poder cumplir con las necesidades básicas
de cualquier tipo. Falta de f e.
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EL COLGADO
Arquetipo en transf ormación. Víctimas inocentes.
Autodeterminación. Estado introspectiv o. Introv ersión.
Adicciones de todo tipo. Dependencias. Abnegación.
Pasiv idad. Rendición.
Invertido: Imposibilidad de hacerse cargo. Actitud
consecuente con lo edípico. Imposibilidad de dar, asumir,
cambiar.
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LA MUERTE
Arquetipo en transf ormación. Transmutación. Cambio de
estado, de conciencia. Cambio social. Integración de la
sombra, o de lo reprimido o negado, tanto positiv o como
negativ o.
Nacimiento. Matanzas ilimitadas que marcan un cambio
def initiv o en una sociedad o país. Cambio impuesto, en la
actualidad, muy pocas v eces como consecuencia de la propia
transf ormación.
Invertido: resistencia del inconsciente y estado regresiv o. La
sombra personal y colectiv a no integrada. Torturas.
Av asallamiento de los derechos humanos. Resultados
inv olutiv os. Contaminación. Inercia. Estancamiento.
El mal como arquetipo en cualquiera de sus manif estaciones.
Este arcano se encuentra en una f az de transf ormación
absoluta, pero observ o que su aparición estadística es may or
en su orientación inv ertida que al derecho. Al pertenecer
(astrológicamente) al signo de Escorpio y los planetas Plutón
y Marte ser sus regentes, estos cambios no son temporales
sino def initiv os y absolutos.
Esta carta se relaciona con la sexualidad y la polaridad
f emenina-masculina en el cuerpo y en la psiquis, y actúa en
ambos campos de manera totalitaria. Véase La Papisa y El
Emperador en páginas anteriores.
186
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LA TEMPLANZA
Unión. Armonía. Adaptación extrema. Ángel protector. Países
extranjeros. Idiomas.
Acomodaticio. Alquimia. Compatibilidad.
Invertido: separación. Inestabilidad emocional. Disociación
originada en la sobreadaptación. Falta de comunicación
interna y externa. Sobreadaptación extrema. Conf licto de
intereses.
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EL DIABLO
Arquetipo en transf ormación. La sombra. Homosexualidad.
Hoy representa a los grupos económicos internacionales y
también a los bancos que of recen créditos a intereses
imposibles de pagar. Letra chica de los contratos y f acturas.
Subordinación. Tentación. Tensión extrema
Invertido: la sombra no integrada. Pérdidas. Liberación.
Recursos naturales en extinción o robo.
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LA TORRE
Arquetipo activ ado en el inconsciente colectiv o con motiv o de
lo sucedido con las Torres Gemelas en Nuev a York (Estados
Unidos, 2001). Desde entonces se repite en f orma
permanente en dif erentes épocas.
Quiebras, rupturas, caídas. Guerras. Falta de comunicación.
Cambios precipitados. Div orcio. Pérdidas económicas y de
seguridad interna. Castigo div ino.
Invertido: desesperación. Falta de sostén de todo tipo.
Restauración o regeneración del cuerpo.
Incapacidad para producir cambios positiv os y ev olutiv os.
Quedar prisionero.
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LA ESTRELLA
Arquetipo en transf ormación. Madre naturaleza. Ley es
naturales. Proceso de Indiv iduación. Esperanzas. Madre que
guía. Oportunidad. Aspectación astrológica positiv a. Catarsis.
Verdad absoluta y plena. Libertad.
Invertido: reacción de la naturaleza ante el incumplimiento de
las ley es. Indiv idualidad extrema. Egoísmo. Mala aspectación
planetaria. Imprev istos de todo tipo. Egoísmo.
Agotamiento de f uerzas y capacidades. Restricciones de la
expresión.
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LA LUNA
Arquetipo en transf ormación. Todo lo no consciente personal y
colectiv o en cualquier f ase creativ a o destructiv a. Ilusión.
Clandestinidad. Motiv os ulteriores. Alcoholismo. Drogas.
Escapismos div ersos. Glamour. Momento de creación
artística inconsciente.
Invertido: manif estación de neurosis. Inv asión del
inconsciente colectiv o. Anorexia.
Este arquetipo describe actualmente la inv asión de la
conciencia por el inconsciente personal y colectiv o,
especialmente por parte de otros arquetipos que se asemejan
como personalidad alternativ a. Aparece en casos típicos
como ataques de pánico que desaparecen mágicamente una
v ez transcurrido el tránsito de Neptuno a las luminarias (Sol-
Luna), debido a su atribución astrológica. También se presenta
en casos de personalidad alternativ a.
Cuando aparece esta carta en un tema relacional manif iesta
relaciones ocultas, pero también expresa problemas
psicológicos de ambos componentes de la relación.
196
197
EL SOL
Arquetipo en transf ormación. Ha disminuido notablemente su
aparición o participación en la realidad; de ese nuev o
porcentaje, la may oría de las v eces aparece inv ertido, o sea
con su intensidad disminuida. Matrimonio alquímico:
integración del masculino y f emenino de la psiquis que
produce un estado de f elicidad total. Buenos sentimientos.
Sinceridad. Éxito en todos los planos. Centración. Felicidad.
Amor. Hijos. Frutos. Brillante inv ersión económica o laboral.
Invertido: disminuy e su intensidad sobre las interpretaciones
mencionadas anteriormente.
198
199
EL JUICIO
Llamado por encima o por debajo de nuestros sueños o
ilusiones. Rev elación.
O sea que equiv ale a un despertar. Reparación. Perdón.
Renov ar. Mejorar mediante el análisis. Juicio f inal.
Apocalipsis.
Invertido: error. Insistencia en el error. Conf lictos f amiliares.
Esf uerzos. Juicio injusto.
200
201
EL MUNDO
Arquetipo en transf ormación. Este arquetipo está v ariando
sus signif icados en la realidad.
El estado de iluminación y plenitud que representaba esta
carta, prov eniente de un estado de equilibrio de los cuatro
elementos, ha ido mutando en los últimos tiempos. El premio
y la coronación, la meta f inal, cómo obtenerla y de dónde
prov iene, no siempre coinciden con las posibilidades reales de
cualquier indiv iduo
Siendo que esta carta tradicionalmente manif estaba lo relativ o
a las cuestiones internacionales o v iajes y la centración o
sensación de plenitud del alma que logra sus objetiv os, hoy
aparece como muy condensada, representando más el f in
que el comienzo de situaciones y acentuando bloqueos y
demoras. También representa a los grandes monopolios
internacionales que atentan contra el libre albedrío. Mudanzas.
Invertido: supone f inales de todo tipo, pero muchas v eces
inconclusos. Dif icultad en cerrar un ciclo, sin balance.
202
redimirnos de culpas y v ergüenzas pasadas, al igual que de
todo tipo de dependencias.
Además, insisto con el autoconocimiento y la indiv iduación y
encauzar nuestras emociones negativ as por canales nuev os,
extremando las f ormas de prestar atención a la interioridad,
siendo solidarios, generosos y honestos, e “im-pecables” con
nosotros y con los demás.
Expresar lo creativ o y rev alorizar la inf ormación interna y
def endernos de la externa def ectuosa o f alsa. Despertar y
aprov echar cada segundo para ay udar a nuestros hijos a v er la
realidad y a mantenerse alertas, aún cuando a v eces puedan
estar “poseídos” por el medio ambiente enf ermo.
Regresar a la naturaleza y sus ley es y exigir a nuestros
gobernantes que también lo hagan, antes que sea demasiado
tarde y no quede nada para def ender.
203
CAPÍTULO DIEZ
204
“En mi opinión, las ideas creadoras muestran su valor en que
como las llaves, sirven para “abrir” conexiones de hechos hasta
ahora ininteligibles y que permiten al ser humano penetrar más
profundamente en el misterio de la vida”.
205
EL TAROT COMO VÍA HACIA EL
DESARROLLO PERSONAL
206
observ ado. La intensidad de dicha interacción dependerá de la
intensidad en la f recuencia de la práctica. Lo mismo sucede
cuando se dirige la atención hacia cualquier tema de interés
personal, mediante la dirección de la atención se pone en
acción un mecanismo de retroalimentación que dev iene en
inf ormación obtenida desde el origen mismo del tema en
cuestión (esto sucede de manera no consciente).
207
tranquila disposición para recepcionar la inf ormación interna.
Esto no es solamente útil para el caso de la lectura de las
cartas, sino también para su desarrollo personal.
A estos primeros ef ectos se v an añadiendo otros, deriv ados
de los mencionados, tales como el desarrollo de nuev as
f unciones intelectuales e intuitiv as, la activ ación de f unciones
preexistentes y un considerable aumento en la ef icacia de los
cinco sentidos.
En una primera etapa, es conv eniente que uno tenga
elaborada una lista de preguntas para realizarse a sí mismo, o
sobre sí mismo, por ejemplo aquellas que siempre acompañaron
la existencia con dudas, que resulten primordiales; de esta
f orma, puede experimentarse que a may or cantidad de
preguntas respondidas, may or será la calma obtenida.
Las respuestas, en sí, tienen un ef ecto de redención (del latín
redimere, rescatar) sobre los estados de duda y las oposiciones
internas (por ejemplo: “¿Será esto o será aquello?”. “¿Seré y o
de esta manera o de la otra?”.
Para la lectura de las cartas es importante mantener y tratar
de desarrollar una actitud de humildad e ingenuidad f rente a la
obtención de las respuestas, es decir, una actitud de no saber
nada, y a que, en realidad, no se sabe qué es lo que v an a
“contar” las cartas, mucho más aún tratándose de preguntas
sobre uno mismo.
Recordar siempre que leer las cartas correctamente es un
ejercicio espontáneo, que dev iene de la práctica, similar al que
se realiza cuando se traduce en simultáneo: uno comienza a
pensar en el idioma que escucha (en el caso del tarot, el
lenguaje simbólico v isual) y luego traduce (v erbaliza)
automáticamente, sin pensar, a otro idioma (en el caso del tarot,
el lenguaje común). La inf ormación simbólica penetra y
despierta al mismo tiempo y este doble proceso unido a la
elaboración, sucede en el cerebro, en los hemisf erios derecho e
izquierdo, de manera espontánea.
Este “penetrar” y “despertar” signif ica que el símbolo
despierta a los arquetipos o arcanos preexistentes en el mundo
208
de los instintos personales y colectiv os (no consciente). Por lo
tanto, es conv eniente recordar siempre que, durante el
aprendizaje, el maestro sólo contribuy e a la apertura de archiv os
adormecidos, pero siempre latentes y por ello, este
conocimiento debe ef ectuarse solamente por inducción, junto al
contacto simbólico y nunca por introducción f orzada (lectura o
dictado) ni por medio de la memorización de interpretaciones
preestablecidas.
A medida que v ay amos respondiendo las preguntas básicas
sobre nuestra interioridad irán apareciendo otras, de may or
trascendencia. El tarot responde siempre con el tan mentado
sentido común, el menos común de todos los sentidos.
En cuanto a las preguntas y respuestas sobre el f uturo, la
angustia primigenia prov eniente del v acío de mirar hacia
adelante comienza a desaparecer para dar lugar a una sensación
nuev a y muy interesante. Entonces, ese v acío de f uturo y a no
será angustiante sino que por el contrario nos sentiremos
preparados para una av entura del alma en pleno desarrollo
ev olutiv o, algo así como estar f rente a la hoja en blanco del
artista, que parte desde el v acío hacia la concreción de su obra
de arte.
209
DOS TIRADAS BÁSICAS
TIRADA DE LA CRUZ
210
1. Consultante.
2. Circunstancia.
3. Astral del consultante.
4. Respuesta.
5. Síntesis o canal de la respuesta.
6. Consejo
211
7. Consecuencia del Consejo
212
que se dirija la respuesta y el posterior consejo. Esta debe
hacerse de la manera más concreta posible y sin ningún tipo de
ambigüedad. Si existe dicha ambigüedad, la respuesta no será
clara y el trabajo será incorrecto. En el caso de presentarse
dudas, separar la pregunta en v arias preguntas.
A v eces sucede que se realiza una pregunta cuy a respuesta,
en realidad, se teme, por lo tanto, la pregunta se ef ectúa con
poca claridad, o también puede suceder, por el mismo motiv o,
que se entreguen las cartas de modo ambiguo, o que se
equiv oquen los números requeridos, es decir que suelen
acontecer distracciones relacionadas con la resistencia del
inconsciente del consultante, a la respuesta de la pregunta. Se
aconseja analizar muy bien la pregunta y prestar atención a que
el procedimiento de la tirada se cumpla correctamente,
siguiendo paso a paso el ritual detallado.
Otro paso prev io importante es ubicar claramente quién ocupa
el lugar del aquí denominado “consultante”, es decir que se debe
analizar concienzudamente la pregunta para que pueda
responderse con exactitud. En una pregunta determinada,
pueden haber tres opciones:
a) que el consultante sea la misma persona que consulta;
b) que el consultante sea un tercero;
c) que existan v arios consultantes, en cuy o caso separar en
v arias preguntas.
213
el cero hasta el XXI, con el objeto de producir una descarga
energética (o purif icación) entre un consultante y otro.
Por otra parte, es muy importante que los arcanos may ores
estén ordenados al comenzar y al concluir cada lectura.
En el caso específ ico de realizar tiradas con el resto de las
cartas (arcanos menores y cartas de la corte) la manera de
descarga o purif icación es mezclarlas, siempre separadas de los
arcanos may ores, que estarán ordenados numéricamente, siete
v eces, separándolas en dos mazos e introduciendo uno, dentro
del otro.
PROCEDIMIENTO
Una v ez ordenados los 22 arcanos, el lector coloca el mazo
(oculto o anv erso) sobre la mesa, extendiendo las cartas con su
mano izquierda, desde un punto del lado derecho, es decir
cruzando la mano izquierda que contiene el mazo, de derecha a
izquierda, siempre con las caras cubiertas (sin que se v ean las
f iguras) y f ormando un semicírculo, de manera tal que el lector
quede en el centro.
Luego, se mezclan las cartas o se le solicita al consultante
que comience a mezclarlas sobre la mesa, manteniéndolas
siempre cubiertas, con las dos manos y de manera circular, es
decir, girándolas todas, siempre en círculo y en el sentido
contrario a las agujas del reloj, de derecha a izquierda. Las
cartas perderán su orden y a que el objetiv o es que el
consultante les imprima su nuev o orden, como consecuencia
del acto de mezclarlas. Para que la mezcla se realice
correctamente y de manera circular, se comenzará a mezclar
superponiendo los brazos y las manos, sin v ariar en ningún
momento el rumbo circular de derecha a izquierda establecido
desde el comienzo. El tiempo requerido para esta mezcla
dependerá del deseo del consultante.
Cuando el consultante no desee mezclar más, debe pedírsele
que proceda a juntar todas las cartas mezcladas, nuev amente
214
en un mazo, requiriéndole, posteriormente, que corte el mazo en
tres partes, sin soltarlo, con la mano izquierda y hacia su propio
lado izquierdo, juntando luego —libremente, a su entera elección
— una parte sobre otra, hasta conf ormar un nuev o mazo.
Hasta este punto, el procedimiento es siempre igual para
todas las tiradas o lecturas mencionadas en este libro, aún para
el caso de tiradas con el resto del mazo. Dicho procedimiento
f unciona siempre como ritual introductorio de cualquier lectura
de cartas y para que tenga v alidez de ritual, deberá ef ectuarse
siempre de la misma manera, sin v ariaciones de ninguna clase.
A continuación, el lector toma nuev amente el mazo con su
mano (indistinta), observ ando la orientación que el consultante
le ha dado a las cartas y respetando siempre la f orma en que el
consultante se las ha entregado, sin modif icarlo en ningún
momento. Si el consultante y el lector f ueran dos personas
dif erentes, insisto en observ ar de qué manera el consultante
entrega el mazo al lector. Éste dispondrá de libertad plena al
entregar el mazo, pero la condición es que el mazo permanezca
con algún tipo de orientación def inida (debido a que la
orientación de los arcanos, al derecho o al rev és, no podrá
modif icarse, y a que cambiaría el signif icado en la lectura).
Esto es necesario aclararlo porque, a v eces, debido a un
cierto temor inconsciente a conocer la v erdadera respuesta a la
pregunta, el consultante deja el mazo sobre la mesa o lo entrega
en la mano del lector de manera neutra, como a lo largo de las
cartas en lugar de entregarlas desde el ancho de la misma, no
pudiéndose distinguir la v erdadera orientación de las cartas.
Esta actitud no consciente puede perjudicar o alterar la v erdad
que se busca obtener.
Acto seguido, se le solicita al consultante que diga un número
cualquiera, elegido al azar, sin pensar, con un máximo de dos
dígitos, es decir, desde el cero hasta el 99. Este número debe
decirse sin pensar, ni asociar (conscientemente) con
absolutamente ningún acontecimiento o número pref erido por
cualquier razón personal (cumpleaños de seres queridos, f echas
especiales, etc.). O sea que debe ser el primer número que
215
aparezca en la mente del consultante. Cualquier número de dos
dígitos debe ser reducido por el lector, en silencio, sin decirlo, a
un solo número, o sea que se realiza una reducción a nuev e.
Por ejemplo, 78 es igual a 15 que es igual a 6; por lo tanto, el
primer número será el 6.
El lector procede a colocar sobre la mesa las cartas, de a una
carta por v ez, y siempre ocultas o dadas v uelta, hasta llegar al
número del ejemplo, es decir a la carta 6. La séptima carta es la
que se da v uelta, hacia el f rente, girándola sobre sí misma o
simplemente dándola v uelta completamente por delante del
mazo.
La f orma de dar v uelta las cartas también debe normalizarse
en todas las tiradas, es decir que debe ser siempre la misma;
pues v ariando el sistema se puede alterar la orientación de las
cartas (derecho o rev és) y por tanto su lectura.
Una v ez colocadas las seis cartas sobre la mesa, es la
séptima la carta que ocupa el primer lugar en la Tirada de la
cruz; o sea el lugar correspondiente al “consultante” o carta 1 y
tendrá la orientación, de acuerdo a cómo la hay amos retirado
del mazo.
A continuación, se coloca el mazo sobre las cartas que f ueron
apoy ándose de a una sobre la mesa, quedando conf ormado
nuev amente un solo mazo.
De idéntica manera, se procede para la obtención de la
segunda carta, correspondiente a la carta 2, la “circunstancia”
(solicitar un número, reducirlo a un dígito, colocarlas sobre la
mesa de a una y sacar la carta posterior, respetando su
orientación y colocándola sobre la mesa, descubierta). Luego,
se coloca el mazo sobre las cartas que están sobre la mesa,
aparte de la tirada y conf ormando un nuev o mazo.
Para obtener la carta 3, “astral del consultante”, y la carta 4,
correspondiente a la “respuesta” se procede igual que los dos
casos anteriores. Siempre respetando la orientación que tengan
las cuatro cartas base. Las subsiguientes cartas, es decir las
cartas 5, 6 y 7, se obtienen de manera dif erente.
Para la obtención de la carta 5, correspondiente a la “síntesis
216
de la respuesta”, se suman los números de los arcanos de las
cuatro cartas base anteriores y que ocupen los lugares primero,
segundo, tercero y cuarto. O sea que la quinta carta es igual a
la suma de la primera, más la segunda, más la tercera, más la
cuarta. Por ejemplo, si hubieran salido, al derecho o al rev és,
los arcanos El Loco, El Mundo, El Sol y La Estrella, el total de la
suma de los arcanos sería 57 (no se cuenta a El Loco porque no
tiene número). El número obtenido, o sea el 12, no debe
reducirse a 9 como cuando obtuv imos las cuatro cartas
anteriores, sino que se considerará el número doce y se lo
buscará en el mazo. Como el total de los arcanos sumó 57, y 5
más 7 es igual a 12, se buscará el arcano XII, El Colgado, y no
el 3, como hubiera sucedido en el caso de la reducción a nuev e.
Con el mazo otra v ez todo junto en la mano, se da v uelta de
la misma manera en que se dieron v uelta cada una de las
cartas prev ias, que se encuentran en posición de lectura.
Se busca el arcano correspondiente, o sea la carta XII El
Colgado, que tendrá la orientación que surja del siguiente
análisis.
La orientación de la quinta carta depende siempre de las
orientaciones de las cuatro cartas anteriores. Por ejemplo, si
todas las cartas, las cuatro, o tres o dos estuv ieran al derecho,
la quinta carta se posicionará al derecho. Si , por el contrario,
hubiera tres al rev és, la carta central se posicionará al rev és.
En el supuesto de que las primeras cuatro cartas están al
rev és, se anula la tirada y se comienza todo el procedimiento de
nuev o. Si en un segundo intento v uelv en a salir las cuatro
cartas base al rev és, se anula nuev amente la tirada, dejándola
para algunos días después, sin realizar un tercer intento.
Para la obtención de la carta 6, el “consejo”, deben sumarse
las cartas correspondientes al primero y segundo lugar
(consultante y circunstancia), reduciendo el total de la suma
obtenida hasta 21 y buscando el arcano en el mazo, como en el
caso anterior. La orientación de esta sexta carta es la misma
orientación que tenía en el mazo, sin depender de ningún otro
procedimiento.
217
Para la obtención de la séptima carta, correspondiente a la
“consecuencia del consejo”
debe sumarse el v alor del arcano de la carta que ocupa la
tercera posición a la carta de la cuarta posición, procediéndose
de idéntica manera que la v ez anterior, es decir buscando en el
mazo y colocándola con la orientación que tenga en el mazo.
Al concluir la tarea de posicionar las cartas correctamente, se
procederá a su lectura teniendo en cuenta las siguientes
aclaraciones:
218
Bajo ninguna circunstancia esta tirada podrá interpretarse
f uera del contexto de la pregunta ef ectuada, por lo tanto, todo
comentario que se aparte de ésta sería un error.
Algo muy interesante, respecto de la relación espacio-tiempo,
sucede luego de la lectura de las cartas. Una v ez respondida la
pregunta, se “llena” el v acío de f uturo y pareciera ser que el
presente, automáticamente, se “re-llena” de nuev as
posibilidades de accionar y ejecutar hacia el f uturo,
produciendo, por tanto, una notoria mejoría en las circunstancias
generales. Esto puede tener su origen, asimismo, en que
muchas inf ormaciones se desechan, dejando espacio para ideas
nuev as y también por el sólo ef ecto del contacto simbólico que
produce una renov ación de la energía en ambos, lector y
consultante.
219
1. Metas o aspiraciones.
2. Organización; rutina.
3. Plano emocional.
4. Plano no consciente.
220
5. Plano intelectual, mental, económico, laboral.
6. Plano de la energía f ísica; acción.
7. Síntesis.
1. Retrato
El retrato nos permite obtener una clara v isión del estado
general de una persona determinada o de uno mismo,
permitiendo chequear los dif erentes planos de la persona.
Esta tirada es absolutamente temporal, al igual que los tests
de tipo psicológico que dependen del momento único en que
se halla el consultante y puede tener una duración aproximada
de una semana en más o en menos y si se realiza otra v ez en
ese mismo espacio de tiempo, podrán observ arse
interesantes resultados. El benef icio más notorio es el de
poder concientizar o llev ar al plano de la conciencia el
v erdadero estado interno, aún los estados no-conscientes,
clarif icándolos de manera instantánea, inclusiv e las causas
originarias de tales estados, no siempre tan ev identes a
primera v ista.
Esta concientización produce un ef ecto transmutador
inmediato de la energía en los dif erentes planos, con la
consecuente y posterior sensación de centración y mejoría.
Durante los últimos cuarenta años, la v elocidad del
pensamiento se ha ido incrementando en relación directa con
la rápida ev olución de la electrónica y de los medios de
comunicación. Esto se puede observ ar con may or f acilidad
en la ev olución creciente del ritmo de pensamiento y
captación instantánea en los niños. Por lo tanto, es posible
que la utilización de este “retrato” y sus ef ectos instantáneos
sobre la conciencia, pueden llegar a responder más
f ehacientemente a las necesidades actuales en general, y en
particular, a las de las personas de menos de cuarenta años
que no logran detenerse en terapias lentas debido a sus
221
necesidades (mucho más inmediatas) de actualización de la
inf ormación interna.
Ef ectuar este “retrato” una v ez por semana, ay udará a
mantenerse armónicos por tiempos cada v ez más prologados.
Se recomienda añadir a posteriori del retrato, la siguiente
tirada:
222
3. Retrato de una situación determinada
Mediante esta misma tirada se puede acceder al análisis en
prof undidad de cualquier situación dada, y a se ésta: anímica,
af ectiv a, laboral, de pareja (como entidad), una situación
económica, una relación, etc.
Siempre que se trate de un análisis, el análisis de los planos
será el mismo que se detalla en el procedimiento de la tirada
del “retrato”, en sí.
Las posibilidades de modif icar la situación estarán dadas por
las posibilidades de transf ormación de los participantes.
223
y /o cada uno de sus departamentos, las proy ecciones
económicas o de producción a dif erentes plazos, el
planeamiento estratégico, el control de gestión, las
inv ersiones a corto, mediano y largo plazo, las políticas de
v entas o de compras, de personal, etc.
PROCEDIMIENTO
Para realizar la Tirada de los siete planetas, en su v ersión
“retrato”, se llev an a cabo primero todos los pasos prev ios
enunciados para la Tirada de la cruz; es decir, la colocación de
las cartas, la mezcla y los tres cortes, hechos siempre de la
misma manera detallada anteriormente y que luego deberá
repetirse ante cualquier otra tirada que se ef ectúe.
La dif erencia estriba en que en la Tirada de los siete planetas
no se solicitan nunca números sino que las cartas se colocan,
una a continuación de la otra, sobre la mesa, en el orden que se
224
muestra en el dibujo prev isto, desde la primera a la séptima.
Para realizar esta tirada correctamente es conv eniente
aprender y retener el estado f ísico de los planetas (como
explica el capítulo de astrología), debido a que la clav e para el
análisis depende de la relación entre la constitución f ísica de un
planeta y otro.
A continuación, el detalle de la Tirada de los siete planetas tal
como se puede observ ar en el dibujo:
225
manera correlativ a, por encima de los planos correspondientes,
como puede v erse en la f igura.
Prev iamente el lector deberá conocer cuál es la constitución
f ísica de los siete planetas que se corresponden con cada uno
de los planos de la tirada, (considerando siempre al Sol y a la
Luna como en la Antigüedad, o sea también como planetas):
Saturno, Júpiter, Venus, Luna, Mercurio, Marte y el Sol.
Estas correspondencias pueden v erse en el cuadro de la
Constitución f ísica de los planetas en el Cap. VI o en el Cuadro
Final.
Como los arcanos que se colocarán por encima de los planos
también tienen una correspondencia astrológica, con un
elemento, signo o planeta que también poseen su
correspondiente constitución f ísica, el análisis que deberá
ef ectuarse será de tipo comparativ o entre ambas constituciones
f ísicas, la del planeta del plano y la del planeta del arcano que
se coloque por encima del plano.
Las constituciones f ísicas correspondientes a los planos
serán siempre los mismos, mientras que las correspondientes a
los arcanos, v ariarán cada v ez que se realice la tirada del
retrato.
Si la atribución astrológica de la carta o arcano f uera un
elemento, éste adquirirá temporalmente las características
f ísicas del planeta correspondiente al plano donde caiga la
carta. Por ejemplo, El Colgado, que se corresponde con el
elemento Agua, al caer sobre el plano del Sol adquiere la
característica de “caliente” correspondientes al Sol pero no
puede adquirir la de “seco”, así siempre que cae en ese ámbito
solar, lo hace de manera regular o “más o menos”, y a que una
de sus características f ísicas no es posible de adaptarse.
O sea, El Colgado es agua. El Sol es caliente y seco. El agua
se adapta al calor pero desaparece en lo seco.
Si la atribución astrológica del arcano f uera un signo, se
considerará la constitución f ísica del planeta regente de dicho
signo.
Todas las cartas se analizarán comparándolas con los planos
226
correspondientes.
De acuerdo con el resultado de estos análisis, se
ev idenciarán tres posibles situaciones que darán lugar al tono y
al énf asis que deberá contener la lectura:
227
CAPÍTULO ONCE
228
“Los símbolos son vasos comunicantes de la psique con la
divinidad y su aparición en los sueños nos devuelven a nuestra
naturaleza originaria”
229
EL TAROT EN LA INTERPRETACIÓN DE
LOS SUEÑOS
230
tarea interpretativ a.
Tanto la Tirada de la cruz como la de los siete planetas, una
v ez estudiadas y practicadas, son de gran utilidad debido a su
altísimo grado de clarif icación en la tarea de la interpretación de
los sueños, cuy o v alor es imposible de ponderar. Por supuesto,
el primer paso para una correcta interpretación de un sueño es
escribirlo al despertar en un cuaderno dedicado a estos ef ectos
junto a los detalles que deseen agregarse, como también dibujar
las imágenes que se consideren importantes junto a la
descripción de las primeras sensaciones respecto de lo soñado.
La primera consideración especial a tener en cuenta es que un
sueño único puede contener en sí mismo, distintos niv eles de
interpretación porque puede contemplarse desde dif erentes
puntos de v ista (2). Esta actitud f rente al sueño permitirá arribar
a v arias conclusiones, todas ellas sumamente v álidas y
enriquecedoras.
Cuando un sueño resulte complejo en su interpretación, o sea
f actible de div ersas interpretaciones, resultará aclaratorio
realizar, por ejemplo, la Tirada de la cruz, en su v ersión del
retrato que puede ay udar a dilucidar muchos detalles de los
sueños.
Cada v ez que soñamos, aparecen preguntas cuy as
respuestas resultan siempre útiles e interesantes para nuestro
desarrollo personal y que podemos obtener mediante la Tirada
de la Cruz, como por ejemplo:
231
10. ¿Es éste un sueño proveniente del inconsciente colectivo?
232
el tono del sueño, ni estimar si el sueño es bueno o malo, y a
que el mero hecho de recordar un sueño es una oportunidad
sumamente benéf ica para el autoconocimiento y la propia
ev olución.
Esta Tirada de los 7 planetas puede proporcionarnos
inf ormación y también consejos, por ejemplo ante la pregunta
consecuente al sueño: como ¿cuáles son los pasos a seguir o
el consejo (en el plano de la v ida real o consciente) respecto de
este sueño?
Por supuesto, la respuesta será el mejor consejo a llev ar a
cabo (en el mundo real), en los distintos planos para el benef icio
exclusiv o del soñante.
Estos planos se considerarán, en este caso, de la siguiente
manera:
1 Velar implica tanto “Estar sin dormir el tiempo destinado de ordinario para el
sueño” como “Cubrir con velo” y “Ocultar a medias algo” (RAE).
2 Desconozco si existe algún autor que haya arribado a esta conclusión. Me
233
apoyo en mis propias conclusiones provenientes de veintisiete años de trabajo
personal con los sueños, como así también en veinte años de investigaciones de
campo con alumnos y clientes durante las consultas.
3 Esta también es una clasificación propia, entre otras, que vengo utilizando
desde hace unos quince años y que ampliaré en mi libro Sueños y proceso de
individuación, en elaboración paralela con este libro.
234
EL TAROT EN LOS EJERCICIOS DE
MEDITACIÓN
235
imaginación activ a de base junguiana, pudiendo observ arse
interesantes resultados, siempre sanadores y ev olutiv os.
El segundo y tercer caso serán de utilidad para todos aquellos
principiantes que hay an incorporado los arcanos may ores
mediante este método de aprendizaje, también para quienes y a
sean tarotistas o para aquellos que tengan una práctica
simbólica de un cierto tiempo.
En los dos primeros casos es conv eniente mirar bien el
arcano prev iamente seleccionado, internalizarlo y una v ez
f ocalizado, dejarlo actuar libremente. Puede suceder que el
arcano se muev a y gesticule simbólicamente, que hable o que
se intuy an algunas de sus palabras, siempre en silencio, por
supuesto. También puede pasar que se sucedan imágenes o que
aparezcan solamente colores. En todos los casos, no se debe
interv enir, ni juzgarlos, ni tratar de interpretarlos, ni mucho
menos f ijarlos, solamente dejarlos f luir. En el tercer caso, es
conv eniente permitir que aparezca algún arcano de manera libre,
sin ningún tipo de condicionamiento. A v eces pueden aparecer
otras imágenes simbólicas relativ as al arquetipo y no la imagen
tradicional que se acostumbra v er en la carta.
236
CAPÍTULO DOCE
El tarot en la interpretación
astrológica
237
“Aquello con lo cual no se está conscientemente en contacto,
le ocurre como destino”.
238
TIRADAS ASTROLÓGICAS
239
Varias f unciones comenzarán, entonces, a desarrollarse de
manera más que ev idente. Una may or percepción, captación,
intuición y sensibilidad producirán lecturas astrológicas
abarcativ as de otras especialidades complementarias, jamás
exploradas conscientemente.
Por supuesto que en el contexto de las tres tiradas que se
mencionan en este libro, la tirada astrológica que se detalla a
continuación les resultará extremadamente f ácil y útil a los
astrólogos, como también lo serán la Tirada de la cruz y la de
los siete planetas.
En el ámbito de la astrología, la Tirada de la cruz responde
preguntas sobre los siguientes temas, por ejemplo:
1. Ajustar el grado del ascendente en más o en menos.
2. Obtener aclaraciones sobre aspectos complejos.
3. Conseguir inf ormación ampliatoria de una casa
determinada.
4. Corroborar ajustes horarios.
5. Ampliaciones a otros campos tales como biológicos,
ambientales, kármicos, etc.
6. Grado de disponibilidad del consultante para trabajar sus
aspectos.
7. Ev aluar residuales kármicos que obstaculizan su ev olución.
240
permitirá saber qué es lo que el consultante astrológico ha
hecho con su v ida, de qué manera a realizado su aprendizaje, en
qué etapa de ev olución se encuentra y si ha trabajado o no sus
aspectos en los que presentaba más dif icultad. También se
puede superponer la tirada a la carta natal, de esta manera se
logra resumir, simplif icar, sintetizar y aún integrar conceptos
v ariados, como también aspectos y v ariables espacio-
temporales en el desarrollo ev olutiv o.
La tirada astrológica es la más sencilla para llenar ese v acío
de f uturo mencionado en capítulos anteriores. Su utilización
contribuy e al desarrollo personal porque permite obtener una
v isión más amplia de los dif erentes campos de la personalidad,
como así también una v isión generalizada del f uturo respecto de
los temas concretos de la v ida.
Para realizar esta tirada es necesario saber que el Zodíaco, en
su div isión normalizada y tradicional, está div idido en doce
partes iguales. Cada una de ellas se corresponde con cada uno
de los doce signos, al tiempo que representan los doce ámbitos
f undamentales en que se puede div idir la v ida de un indiv iduo,
una empresa, un proy ecto, un negocio, etc. Estos ámbitos,
dif erenciados, se denominan “casas zodiacales” y será,
entonces, necesario conocer algunos signif icados básicos sobre
cada una de las casas (o ámbitos de la v ida), para luego poder
incorporar las interpretaciones de la carta.
CASAS
SIGNIFICADOS
ZODIACALES
Casa I o Se asocia con el primer signo, que es Aries (Marte).
Ascendente Es la lente a través de la cual puede observarse cómo se
enfrenta la vida.
El cuerpo y ciertos rasgos físicos característicos.
La vitalidad. Los comienzos.
Casa II Se asocia con el signo de Tauro (Venus). Capacidades
y recursos. Valores económicos y espirituales.
El dinero y la materia. Aquellos que valoramos en
241
nosotros y en los demás.
Casa III Se asocia con el signo de Géminis (Mercurio).
La palabra, escrita y hablada. La comunicación propia y
los medios de comunicación, la mente concreta. Los
viajes cortos. Estudios primarios.
También hace referencia a los hermanos, primos y
vecinos, y define las relaciones con ellos.
Casa IV Se asocia con el signo de Cáncer (Luna).
El hogar, la familia, el padre.
La forma de concluir las cosas. El final de la vida.
Casa V Se asocia con signo de Leo (Sol).
Representa nuestra individualidad. La creatividad y la
producción.
Los hijos, novios y amantes. Juegos y actividades. El
placer.
Casa VI Se asocia con el signo de Virgo (Mercurio).
Conexión mente-cuerpo. Relación con subordinados.
La salud.
Comportamiento frente a las relaciones de
dependencia.
Casa VII Se asocia con el signo de Libra (Venus).
Relaciones con compromiso. Matrimonio. Sociedades.
Las proyecciones.
Enemigos manifiestos.
Casa VIII Se asocia con el signo de Escorpio (Marte-Plutón).
Lo que se comparte con otros. El dinero de los otros.
Gastos, inversiones, sexo, autorregeneración. La
muerte y los cambios.
Casa IX Se asocia con el signo de Sagitario (Júpiter-Quirón).
Deberes y derechos. La mente superior. Viajes.
Enseñanzas. Parientes políticos.
Juicios.
Casa X Se asocia con el signo de Capricornio
(Saturno). Profesión. Imagen social. El padre. La
propia realización.
242
Casa XI Se asocia con el signo de Acuario (Saturno-
Urano). Los amigos, los proyectos, hacia dónde nos
encaminamos. Conciencia grupal.
Casa XII Se asocia con el signo de Piscis (Júpiter-Neptuno).
Psiquismo. Los enemigos ocultos. El servicio a los
demás. El karma.
243
El ritual para comenzar es el mismo que en las tiradas y a
v istas, pero el hecho de utilizar los arcanos may ores solamente
implica más concentración y una may or utilización de las
propias energías.
Una v ez mezcladas y cortadas las cartas, el lector procederá
244
a ponerlas sobre la mesa en el orden indicado en la f igura.
245
El ritual v aría y a que los arcanos may ores mezclados y
246
cortados se dejan de lado, y se procede a mezclar y a cortar el
resto de las 56 cartas.
A continuación, se colocan los 12 arcanos may ores en los
lugares correspondientes a las 12 casas como se realizó en la
tirada astrológica I y se deja el resto de las cartas aparte.
Luego, se mezclan y cortan las demás cartas y se las coloca,
de a una, al lado o por encima (rev erso o anv erso) de cada uno
de los arcanos may ores, hasta llegar a 12. Seguidamente, se
coloca una segunda tanda de cartas, de la misma manera, o
sea sobre los primeros arcanos may ores.
Quedarían sobre la mesa, entonces un total de 12 arcanos
may ores más 24 arcanos menores y cartas de la corte. Es
decir, una segunda, tercera, cuarta, etc. tanda... según indica la
f igura de la tirada astrológica II.
247
248
En este caso, se mezclan todas las cartas juntas, arriba de la
mesa.. Se colocan siempre en el orden mencionado en la Tirada
Astrológica I desde la 1 hasta la 12, en cada una de las casas.
Esta lectura puede hacerse con una sola v uelta de cartas,
con dos o con tres, según lo deseado.
Recordar siempre que los arcanos may ores deberán estar en
orden, del 0 al XXI, aún cuando en esta tirada se v ay an a
mezclar con todas las demás cartas.
La lectura de la tirada astrológica se realizará una v ez
aprendido el signif icado de las casas, interrelacionando dichos
signif icados con las interpretaciones de las cartas o de los
arcanos que se hay a colocado sobre cada casa.
249
ANEXO
TABLA FINAL DE CORRESPONDENCIAS
250
N.º Corresp. Elemento Planeta Const. física
astrológica (*) (***)
Regente
(**)
0 Aire Aire
I Mercurio Seco y frío
II Luna Húmeda
y Fría
III Venus Húmedo y Caliente
IV Aries Fuego Marte Caliente y Seco
V Tauro Tierra Venus Húmedo y Caliente
VI Géminis Aire Mercurio Seco y Frío
VII Cancer Agua Luna Húmeda y fría
VIII Libra Aire Venus Húmedo y Caliente
IX Virgo Tierra Mercurio Seco y Frío
X Júpiter Caliente y Seco
XI Leo Fuego Sol Caliente y Seco
XII Agua Agua
XIII Escorpio Plutón Caliente y Seco
Marte
XIV Sagitario Fuego Júpiter Caliente y Seco
XV Capricornio Tierra Saturno Frío-Seco
XVI Marte Caliente y Seco
XVII Acuario Aire Saturno Frío-Seco
Urano Frío-Seco
XVIII Piscis Agua Júpiter Caliente-Seco-
Neptuno Húmedo
XIX Sol Caliente y Seco
251
XX Fuego Fuego Fuego Caliente y Seco
XXI Saturno Frío y Seco
252
PALABRAS FINALES
253
BIBLIOGRAFÍA
254
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255