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S. J. L. CIVIL (15º)
I. LOS HECHOS
2. En este caso, tiene especial incidencia la conducta desplegada por las partes
durante el desarrollo de la relación contractual y la intención que es posible
presumir de dicho comportamiento.
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(b) Inmueble. Contrato original de corretaje, aceptación y promesa
4. Para una acertada decisión, es esencial relatar los hechos que ocurrieron entre
los meses de mayo de 2016 y marzo de 2017.
5. Don Rodrigo Díaz Ohl y doña Digna Gonzalez Moraga son cónyuges y,
encontrándose casados en sociedad conyugal, el año 2011 adquirieron la vivienda
N° 32, del "Condominio Otoñal", ubicado con frente a la calle Otoñal Oriente N°
11865, casa N° 32, Comuna de Las Condes.
6. Con fecha 30 de mayo de 2016, don Rodrigo Díaz Ohl suscribió una “Orden de
Venta”, contenida en un formulario redactado por la demandante, SERRANO
PROPIEDADES LIMITADA (en adelante “SERRANO LTDA”) actuando por ella
doña Camila Cercós por el que encarga la venta del inmueble referido, en UF
22.000. Se pactó una comisión “del 2% del precio de la compraventa más el
impuesto correspondiente”.
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10. Con fecha 13 de junio de 2016, don Ivo Bruno Delpero Cagalj, suscribió una
Oferta de Compra del inmueble, por UF18.000, y que fue aceptada por don
Rodrigo Díaz Ohl y doña Digna González Moraga, fijándose un plazo para celebrar
una promesa de compraventa y pactándose una pena por incumplimiento entre el
oferente y el aceptante. En lo que interesa al presente juicio, en la cláusula 9ª de
dicha Aceptación, se pactó la siguiente “COMISIÓN: Con la firma de la aceptación
de esta propuesta, las partes nos obligaremos a pagar al corredor de propiedades
interviniente una comisión del 2% del precio de venta más el impuesto
correspondiente. El pago de esta comisión se realizará una vez inscrito el
inmueble a nombre del comprador en C.B.R. respectivo”
11. Con fecha 23 de junio de 2016, mis representados y don Ivo Delpero Cagalj,
suscribieron una escritura pública de promesa de compraventa, en cuya cláusula
sexta se pactó que la entrega de la propiedad se produciría una vez cumplidas dos
condiciones lo siguiente:
a) Que el dominio se encuentre inscrito a nombre del promitente comprador (don
Ivo Delpero), libre de hipotecas y gravámenes, salvo las que se constituyeren en el
acto de la compraventa;
b) Que la ejecutiva del banco mutuante comunique a la vendedora o a SERRANO
PROPIEDADES, el hecho de estar disponible para su retiro el saldo del precio
respectivo.
Más abajo reenvío el correo que recibí hoy de parte del abogado del comprador. En ese
correo me acusa de haber distorsionado la información de los metros de la casa, y dice
que Rodrigo también piensa lo mismo.
Lo cierto es que yo no he distorsionado nada y solo he traspasado la información que
ustedes me han dado. Por favor me gustaría contesten este correo y me confirmen que
ustedes y yo estamos en la misma página respecto a esto.
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Saludos cordiales
Camila
14. Frente a semejante solicitud, don Rodrigo Díaz Ohl, ajeno a esa discusión,
respondió:
Camila,
1. La promesa de compraventa del inmueble ubicado en Otoñal Oriente 11.865, casa 32,
Las Condes, es como especie o cuerpo cierto, y no en relación a la cabida, por lo tanto lo
del metraje es irrelevante.
Atentamente,
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16. Los dichos de la corredora, en orden a que va a esperar a que le contesten
para hacer los trámites que el vendedor le solicitaba, demuestran la dejación de
sus obligaciones esenciales. A partir de dichos y retruécanos irrelevantes habidos
entre la representante de la corredora y el promitente comprador, la corredora
supedita el cumplimiento de sus obligaciones a un pedido insólito. Lo que no
pareció nunca advertir es que en lugar de acercar las posiciones de las partes, en
una discusión de metraje, provocó un enfrentamiento innecesario, que puso en
peligro la negociación, dando paso a suspicacias, dimes y diretes, impropios de
una relación profesional.
17. Don Rodrigo Díaz Ohl, llano a cumplir el contrato, le reiteró a la corredora sus
obligaciones:
18. Pese a la claridad del correo remitido, la corredora responde ese mismo día,
insistiendo en exigir que se le remita un correo aclaratorio de dichos de terceros,
llegando incluso a afirmar que no es su obligación redactar la escritura:
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20. El mismo día 13 de septiembre de 2016, mi representado, que insistía en que
se cerrara el negocio, le respondió en el siguiente tenor:
22. Tras este correo la corredora entendió que ello la liberaba de responsabilidad
respecto de la discusión que mantenía con el promitente comprador por el metraje,
sin que lograra entender su obligación esencial de acercar a las partes y evitar
más discusiones.
23. Debido a su reticencia, fue doña Digna González Moraga quien finalmente
obtuvo y entregó la documentación que exigía la parte del promitente comprador,
dado que seguía corriendo el plazo de 90 días corridos pactados en la promesa.
25. Este correo demuestra que la corredora vuelve a eludir sus obligaciones,
cayendo nuevamente en discusiones impropias: frente al pedido de una reunión
para cerrar la operación, exige que se le aclare el propósito del encuentro. Y
afirma haber enviado el borrador de una escritura de compraventa, cuyo texto no
remitió a las partes, ignorando sus obligaciones. ¿Qué duda podía tener la
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corredora si el 13 de septiembre de 2016 se le había expresado la intención
de que la compraventa se celebrara?
27. ¿Por qué se acordó esto? La intención permanente de esta parte fue la de
cerrar la operación, es decir, que la propiedad se vendiera al promitente
comprador.
30. Finalmente se hizo como pidió la corredora. Tras ese correo, la corredora
remitió el texto de las modificaciones y las instrucciones a la notaría; y solicitó la
firma por parte de don Rodrigo Díaz Ohl de un documento pedido por el banco que
otorgaría el préstamo al promitente comprador, el que le fue remitido. Tras el 30
de septiembre de 2016, no hubo más intervenciones de la corredora en estas
gestiones.
31. Si bien el texto de las modificaciones del corretaje nunca se firmó, ese
documento es el fiel reflejo de la voluntad de mis mandantes en orden a cumplir su
obligación y la de la corredora de aceptar que su comisión ascendería a 540
unidades de fomento, pagaderas una vez que la propiedad se inscribiera a nombre
de don Ivo Bruno Delpero Cagalj o a nombre de la persona natural o jurídica que
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este hubiere designado, libre de toda hipoteca o gravamen, salvo aquellos que se
constituyan en el acto de la compraventa.
(i) Que el banco Itaú (Corpbanca) que tenía gravámenes sobre el inmueble del
vendedor, los alzara;
(ii) Gestionar una carta de resguardo del Banco de Chile, que otorgaría el
préstamo al comprador, en favor del Itaú (Corpbanca), para que este alce los
gravámenes vigentes;
(iii) Que el Banco de Chile redactara la escritura y las instrucciones;
(iv) Que el banco Itaú incluyera en esas escrituras las cláusulas de alzamiento
respectivas;
(v) Que firmen todos los comparecientes (Vendedores, comprador, representantes
de los 2 bancos);
(vi) Gestionar la inscripción de la compraventa, los alzamientos y la constitución de
nuevos gravámenes.
(vii) Obtener copias para todos los interesados.
(viii) Rendir cuenta de la gestión, liquidando gastos y emitiendo la factura
respectiva.
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34. Es cierto que intervendrían 2 bancos y que uno de ellos, a través de una
empresa externa, redactaría la escritura. Pero no es menos cierto que la
obligación de la corredora no podía reducirse al de provocar el encuentro entre
vendedor y comprador, si se considera que su honorario original ascendía a
$11.257.495.- (2% más IVA de 18.000 unidades de fomento, al 10 de noviembre
de 2016).
36. Todas las gestiones posteriores se ejecutaron directamente por las partes y
sus abogados, sin que se pudiera obtener auxilio alguno de la corredora. No
contestó más el teléfono (tampoco llamó siquiera para preguntar sobre el avance
de las gestiones), se desentendió completamente de sus obligaciones. E Incluso,
se negó a tener reuniones para definir el cierre de la operación. Su intervención
fue escasa y conflictiva. Basta leer los correos citados.
39. Esta parte tomó contacto inmediato con el abogado, explicándole que la
corredora se había rehusado a sostener reuniones de coordinación, pero que aún
así estaba llano a explorar una solución. Este es el mail:
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On Nov 17, 2016, at 3:35 PM, Digna González <dignitta@yahoo.com> wrote:
“Estimado Martin
Lamentamos profundamente los malos entendidos sobre este tema, llevamos más de 80 días, tratando
de reunirnos con la corredora Camila Cercos, sin embargo a sido ella quien se a negado
sistemáticamente a una reunión entre las partes, como también a seguir adelante con sus
responsabilidades de corretaje, esto sería hacer la gestión correspondiente entre las partes. Hizo
abandonó de sus labores de manera unilateral, lo cual usted mismo nos comenta que se encuentra
averiguando sobre el estado de la operación a través de terceros.
Nuestra disposición siempre a sido de diálogo, a pesar de los inmensos perjuicios económicos que nos
a ocasionado y la pérdida de la operación, por el mal manejo de parte de ella, como el uso de
información parcial para las partes, sin mencionar que le ofreció a la parte compradora características de
la propiedad erróneas ,las que se comunicaron correctamente por nuestra parte con documentos
legales. Solo logramos generar una nueva operación la cual está nuevamente en proceso, incorporando
a nuestros abogados (ambas partes, compradora-vendedora) logrando así comunicación directa entre
las partes.
No obstante a todo lo anterior, les reiteramos nuestra voluntad de diálogo, al que la Sra. Camila no a
querido acceder. Cualquier cosa lo invito a comunicarse con nuestro abogado Andrés Saldivia cel.(…)”
Atentamente,
40. Por toda respuesta, el mismo día, además de intentar justificar el cumplimiento
dado por la corredora al contrato, expresa que si la reunión era “para conversar un
tema distinto al monto de la comisión, por favor dígamelo, aunque por mi parte no
lo estimo necesario”. Agregó que requería se le indicara la forma de pago,
expresando: “(…) recordándole que hasta ahora hay un claro incumplimiento de la
promesa de compraventa en lo que respecta al pago de la comisión (…)”
(i) Una comisión del 2% del precio de venta de la propiedad materia del corretaje,
equivalente a la suma única y total de 360 unidades de fomento, en su equivalente
en pesos, y que ya incluye el impuesto al valor agregado;
(iii) La comisión se pagaría una vez que se acreditara el cobro de los vale vista a
favor de los vendedores.
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demandados, y cuál fue la conducta desplegada por la corredora durante los 6
meses comprendidos entre junio y diciembre de 2016.
46. Pese a todas las gestiones, no fue posible obtener el pago del precio a favor
del vendedor porque el banco Itaú, a esa fecha (febrero de 2017), aún mantenía
vigentes los gravámenes constituidos sobre el inmueble. Esto impidió que dentro
del plazo de las instrucciones se pudieran cobrar los vale vistas y no quedó más
remedio que resciliar la compraventa. Después de 9 meses, en marzo de 2017,
doña Digna González Moraga y don Rodrigo Díaz Ohl, recobraron el dominio. Es
decir, fracasó el negocio.
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(h) Últimas noticias de la corredora: deduce demanda sin los presupuestos
de la responsabilidad contractual
49. En base a los hechos descritos, y los fundamentos de derecho que en cada
caso pasaré a señalar, opongo las siguientes excepciones y defensas que deben
conducir al rechazo de la demanda:
51. Vimos que, por una parte, mis representados nunca incurrieron en
incumplimiento de sus obligaciones, e incluso, hasta diciembre de 2016, época de
la segunda modificación al contrato de corretaje, mostraron disposición a su pago,
pese al abandono evidente, por parte de la corredora, de sus obligaciones.
52. En este caso específico, las partes pactaron que la comisión se haría exigible
siempre que concurrieran dos circunstancias:
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(i) Que se inscribiera el inmueble a nombre del comprador (señor Delpero), libre
de toda hipoteca y gravamen, excepto aquellas que se constituían al suscribirse la
compraventa. Esto no ocurrió. La propiedad se inscribió a nombre del comprador,
pero quedaron subsistentes los gravámenes que pesaban sobre el inmueble,
por un hecho inimputable a mis representados.
(ii) Que el precio de la compraventa fuere percibido por los vendedores (los
demandados de autos. Así se pactó en la promesa de compraventa, esa era la
intención de las partes. Y es de la naturaleza del corretaje que así sea: se paga en
base a un precio cierto que se percibe por el vendedor; y así quedó pactado
incluso al modificarse el contrato. Tampoco se cumplió esta segunda
condición. Por un hecho ajeno a la voluntad de mi mandante, debido a que no se
produjo el alzamiento de los gravámenes, no fue posible retirar los vale vistas
representativos del precio y que quedaron bajo instrucciones notariales. Para ello
era necesaria la inscripción a nombre del comprador y el alzamiento de los
gravámenes. Llegó el vencimiento de las instrucciones y el comprador presentó
una escritura de resciliación.
54. En efecto, conforme al art. 1473 del Código Civil, eEs obligación condicional la
que depende de una condición, esto es, de un acontecimiento futuro que puede
suceder o no. La condición es positiva o negativa, y en este caso, era positiva,
pues consistía en “acontecer una cosa”: la inscrfipción y alzamiento de
gravámenes y el pago del precio al vendedor.
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56. La ley impone que las condiciones deben cumplirse literalmente, en la forma
convenida (art.1484 C. Civil).
57. De esta forma, y atendido lo dispuesto en el art. 1485 del Código Civil, no
puede exigirse el cumplimiento de la obligación condicional, sino verificada
la condición totalmente.
1
René Abeliuk M., Las obligaciones, T. I, 6ª ed. Actualizada, Thompson Reuters, Santiago, 2014,
p.636.
2
Abeliuk M., ob. cit., p.637.
3
Abeliuk M., ob. cit., p.638.
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vendedores, de forma que mal podría configurarse la mora en este caso. Esta sola
circunstancia le resta plausibilidad a la demanda. Al tiempo de la demanda no se
podía exigir el cumplimiento del contrato de corretaje porque en todas sus
versiones (original, modificación de septiembre y de diciembre de 2016), se pactó
que la comisión se devengaría una vez que el vendedor percibiera el precio o se le
comunicara que éste está a su disposición, y además que el inmueble se
inscribiera libre de gravámenes anteriores a la compraventa, lo que no ocurrió.
63. Entonces, no hay incumplimiento, no hay mora, y, por ende, no hay daño ni
posibilidad de atribuirlo a los demandados; ello determina que ni la comisión, ni la
multa, ni el impuesto, ni los reajustes, intereses y costas demandados son
exigibles y que la demanda debe ser rechazada en todas sus partes, con costas.
65. Sin embargo, el art. 1552 del Código Civil dispone la más notable excepción a
aquella regla para los contratos bilaterales: la excepción de contrato no cumplido,
conforme a la cual, ninguno de los contratantes está en mora dejando de cumplir
lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte, o no se allana a cumplirlo
en la forma y tiempo debidos.
67. Por esta razón, para el evento improbable que se rechace la excepción de
haber fallado la condición suspensiva y se llegare a estimar que hubo
incumplimiento de mis representados, opongo la excepción de contrato no
cumplido, del artículo 1552 del Código Civil.
3ª Improcedencia de la multa
75. En subsidio, SS. deberá rechazar el cobro de la multa porque las partes
acordaron exonerar al vendedor y al comprador de la multa dispuesta en el
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contrato original. Solo de mala fe la demandante podrá negar que consintió en
reducir la comisión y excluir la multa.
76. La actora pretende el pago de 720 unidades de fomento “mas (…) impuestos”.
¿Qué impuestos? La demanda no lo aclara. Pero es relevante considerar que la
actora no puede exigir el pago de un impuesto: el cobro de impuestos es de
competencia absoluta de la tesorería general de la república. No se puede agregar
más atendido que esa petición carece de un señalamiento claro y preciso de sus
fundamentos de hecho y de derecho.
78. En subsidio, SS. debe considerar que de haberse devengado la comisión, ésta
finalmente se pactó en un 2%, IVA ya INCLUIDO, del importe del precio; de forma
que en caso alguno alcanza a las 720 unidades de fomento demandadas.
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81. En cuanto al reajuste, cabe agregar que por la naturaleza de la obligación y la
multa, pactadas en base a unidades reajustables, resulta improcedente. Dicho de
otra forma, no procede imponer reajustes a una comisión calculada,
demandada y pagadera en unidades de fomento; no procede imponer reajustes
a una multa pactada en unidades de fomento. La proscripción del enriquecimiento
ilícito se opone a esa pretensión notoriamente desmedida.
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POR TANTO, con el mérito de lo expuesto y de lo dispuesto en el artículos
308, 309 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,
RUEGO A SS. tener por contestada la demanda a los efectos de rechazarla
en todas sus partes, con costas.
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