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EL REINO DE DIOS EXIGE CONVERSIÓN Y COMPROMISO

1. LA CONVERSIÓN.
Convertirse es cambiar de actitud, desandar el camino andado. Es una vuelta a Dios del que el hombre se aparta por la
mala conducta, por las malas obras, es decir por el pecado. Reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la
amistad con el Creador. Esta supone e incluye la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados. Una vez en gracia
(sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada
a Dios.
Jesús nos pide un cambio de vida, tanto en el pensar y en el actuar, nos pide vivir de una manera distinta haciendo el bien,
con ello nos quiere librar de todo egoísmo. El cambio de pensar y actuar consiste en hacerse necesitados de Dios.
 Juan el Bautista predica la conversión (cf. Lc 3,1-22).
La llamada a la conversión es el centro de la predicación de Juan el bautista, como preparación a la venida del Mesías:
Sólo quienes se arrepientan de sus pecados pueden entender y entrar en el Reino de Dios que instituirá el Mesías
(Mt.3,1-12; Mc.1,2-4; Lc.3,3-18).
 Jesús llama a la Conversión, como exigencia para el Reino.
El Señor ha venido a salvarnos a todos. Al Señor no le importa cómo somos, le ilusiona lo que podemos ser: “porque
el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”
2. LA HUMILDAD.
Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este
conocimiento; el cual significa que el hombre llega al conocimiento de si mismo y, consiguientemente, a estimarse tal como
es; esta realidad le hace ver la necesidad que tiene de estar sujeto a Dios reconociendo como Padre. Para una conversión
sincera, es necesaria la humildad, cuya fuente se encuentra en Jesucristo “manso y humilde de corazón”.
3. EJEMPLOS DE CONVERSIÓN:
 (Lc 19,1-10): Zaqueo no era un hombre bueno y tenía bastante mala fama. Pero recibió a Jesús en su casa y su vida
cambió. Se convirtió: de avaricioso y egoísta a ser generoso y caritativo; de ladrón y estafador supo devolver lo robado
y pagar los daños, y empezó a ser feliz e hijo de Dios.
 (Mt 4,1-45): La samaritana no era buena, Jesús le hizo reconocer sus errores, cambió, se convirtió y su testimonio
acercó a Jesús a todos los habitantes de su pueblo.
 (He 9,1-9): Saulo perseguía a los cristianos; se le aparece el Señor y le dice: “Saulo, ¿por qué me persigues?”–
“¿Quién eres tú Señor?”–“Yo soy Jesús, a quien tú persigues…entra en la ciudad: allí te dirán lo que debes hacer”.
Saulo obedeció, reconoció su error y se convirtió; y fue San Pablo, el gran apóstol de Cristo que hizo conocer y amar
a Jesús en todo el mundo conocido de su tiempo.
4. MEDIOS DE CONVERSIÓN.
Para el prójimo:
 Oración.
 Mortificación.
 Acción.
Para uno mismo:
 Un buen libro.
 Un buen amigo.
 Confesión.
 Dirección Espiritual.
5. ENFRENTAR LA TENTACIÓN.
La Tentación es la Instigación o estímulo que induce el deseo de algo y a realizar una mala acción, contraria a la voluntad
de Dios. Son fruto de la tentación que nos instigan a alejarnos del bien.
Es provocado por el demonio de diversas formas, que pueden ser:
- Las malas compañías, son aquellas personas que nos alejan de Dios y nos llevan por caminos equivocados: Unos
por el camino de las drogas, otros el sexo desmedido, en la riqueza, en las diversiones y en el lujo, otros en el poder y
el dominio de los demás.
- Los malos amigos, Aquellos que siendo de nuestro entorno y nuestra amistad influyen en nosotros negativamente
propiciando a actuar mal con consejos y ejemplos.
-La sociedad, A través de los medios de comunicación y su forma de vivir afectan nuestra formación alejándonos del
camino del bien.
6. COMPROMISO CON JESUCRISTO.
Jesús nos pide compromiso, cambio de conducta, dejar las ambiciones personales, morir a nuestros pecados. Cambio y
compromiso que deben manifestarse en nuestra vida individual, familiar y social; renunciando a nuestro egoísmos
personales y luchando por un mundo mejor, más justo y más humano.
- “Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre,
también nosotros llevemos una vida nueva” (Rom. 6, 4).
- “… Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre nuevo…” (Col.3, 5-11).
- “A los ricos… recomiéndales… que no pongan su confianza en las riquezas, sino en Dios, que nos provee de todas
las cosas… que practiquen el bien” (1 Tim. 6, 17 - 19).

7. COMPROMISO CON LOS HERMANOS.


Dios nos pide que seamos misericordiosos con nuestros hermanos los hombres. Nuestras acciones influyen para bien o
para mal; las buenas obras ayudan a otros a ser mejores hijos de Dios, y las malas los apartan del camino del bien, del
Reino de Dios.

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