Gestefeld Ursula N - El Aliento Vital PDF

TRIPA aliento vital-corregido.
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El aliento vital
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Título original: THE BREATH OF LIFE

Traducido del inglés por Margarita Díaz Mora y Martha Escalona de la Vega
Diseño de portada: Editorial Sirio, S.A.
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URSULA N. GESTEFELD
El aliento vital
editorial irio, s.a.

El New Thought —Nuevo Pensamiento— es una corriente

filosófica que surgió en Estados Unidos hace unos ciento cin-
cuenta años, impulsada por grandes pensadores como Emerson,
Trine, Allen y Atkinson entre otros. Pronto fue tomando cada
vez más fuerza, mejorando la vida de muchas personas al elevar
su nivel de conciencia y llegando, durante todo el siglo XX, a
producir grandes escritores. No es una religión —aunque de él
surgieron algunas instituciones religiosas—, sino más bien una
filosofía que proclama la necesidad de que la persona tenga una
experiencia directa del Creador, sin intermediarios. Su mensaje
central es que nuestro pensamiento da origen a nuestras expe-
riencias y a nuestra visión del mundo; por ello concede mucha
importancia a una actitud mental positiva, a la meditación y a
la visualización. En la colección New Thought vamos a editar las
obras más significativas de este movimiento filosófico-espiri-
tual, cuya influencia en nuestros días sigue siendo enorme.
Dedicado a todos los que puedan:
«Recibir con humildad la palabra que puede salvar sus

almas», y evitar el sufrimiento decretado por la ley de vida
de la humanidad.
Para la mañana
La noche de la conciencia de los sentidos ya ha pasa-

do y me despierto para recibir al día, el eterno Ahora. De
nuevo me veo a mí mismo reflejado en la luz de Dios.
Las sombras de la noche han desaparecido porque ya
no le temo al sufrimiento, ni a la enfermedad, ni a la
muerte. Ahora tengo una sensación indescriptible de
salud, de fuerza y de alegría completamente plena.
No existe ningún espacio dentro de mí para algo que
no tenga semejanza con el Ser Infinito, ya que este Ser
vibra en cada parte de mí, desde el rincón más pequeño
hasta el espacio más grande, y me llena de latidos, de
energía y de vida inmortal.
Me elevo desde la pasividad de la noche hasta la
actividad que me ofrece el día y llevo a cabo los trabajos
que el Ser Infinito me ha enviado.
11
El aliento vital
Derribo los últimos obstáculos que me hacen afe-

rrarme a la mortalidad y que pueden nublar mi Visión.
Solamente así puedo ver al Hijo de Dios.
Limpio mi cuerpo de todas esas impurezas que pue-
dan traerme falsos pensamientos, y dejo que cada poro de
mi cuerpo se abra para que entren en mí la Energía
Divina y el Amor Infinito, cuya descendencia soy yo.
Desde mi interior puedo percibir su poder que eleva
mi espíritu.
Me visto con túnicas de luz que han sido tejidas en
el telar de la vida por los ángeles que me muestran la
voluntad de Dios.
Los ángeles están ahora a mi lado, nunca me dejan,
y yo jamás me alejaré de ellos.
Aparto de mí cualquier deseo que pudiera hacerme
indigno de llevar la túnica de la honestidad, y las manos
de estos ángeles me ayudarán a superar toda tentación.
Desciendo por los escalones que me llevan desde el
aposento superior del reconocimiento con la semejanza
de mi Dios hasta la morada más baja de la experiencia,
donde debo manifestar al mundo esta relación.
Me alimento con el pan que me llega desde el cielo;
ese auténtico y seguro suministro ya es mío, puesto que
soy el hijo de Dios.
Tomo de este gran almacén todas las provisiones que
necesito para concluir bien mi trabajo del día. Me ali-
mento de la Palabra, que es el verdadero Pensamiento.
Asimilo la Palabra, la expreso, funciona en mí y a
través de mí. Y nada puede oponérsele y nadie puede con-
quistarla.
12
Ursula N. Gestefeld
La Palabra se ha hecho carne, se ha hecho mi carne,

y en mi carne podré ver a Dios. En mi carne manifestaré
a Dios. No hay nada que temer, ya que el Amor repre-
senta todo, es para todos y está por encima de todo.
Este día me entrego a los demás, ya que todo el servi-
cio que les pueda dar les mostrará su verdadero ser.
En mí y en ellos no existe ningún mal, ninguna mise-
ria, ningún crimen. Veo sólo lo divino que está en espera
de que surja la Palabra para seguir adelante, y lo divino
surgirá con el poder de la Palabra.
Esta Palabra es la mía, y en cada aliento existe un
mensaje de bendiciones y de buena voluntad para todas
las personas, porque el Amor que es Dios habla a través
de ella.
El Padre y yo somos Uno y, a través de mí, Él es uno
con los suyos.
Me despierto, limpio, vestido y alimentado, me
encuentro de pie en el Ahora, y sé que es para Siempre.
Me encuentro de pie en lo Infinito y puedo ver a través de
él, sintiéndome eterno y respirando en lo Absoluto.
Yo soy lo que yo soy.
Conmigo está la Paz eterna.
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Para la noche
He recibido mi pan de todos los días que se me ha

enviado desde el cielo y ahora, mientras lo digiero y lo asi-
milo, cierro la puerta de las sensaciones exteriores.
Cierro esta puerta con plena confianza, y me siento
seguro de la protección divina que nunca descansa, ni
duerme.
Sé que el Amor es Dios y que Él es Omnipotente y
Omnipresente.
Regreso del mundo objetivo al subjetivo con la plena
certeza de que encontraré el camino que me llevará hacia
las verdes praderas y las aguas tranquilas de la Benevolen-
cia del Señor, sin sufrir ningún daño y sin tener tropiezo
alguno.
Ninguna influencia psíquica puede alejarme de este
lugar de descanso, porque el Señor es mi pastor y sólo a
Él le sirvo.
15
El aliento vital
Me he liberado de todo lo que pueda inducirme al

miedo. No existe ni un pensamiento o sentimiento de que
algo o alguien puedan hacerme daño. No tengo enemigo
alguno. Nadie me ha hecho mal. Mi corazón no tiene
ningún deseo de venganza. Sólo percibo el amor en cada
ser humano.
Voy a mi descanso con el deseo de levantarme reno-
vado y vigorizado para poder ayudar a mis hermanos.
Dejo a un lado el ropaje que pertenece al mundo
exterior y entro en el mundo del alma cubierto con su
propia vestimenta, con la cual me reconocerán aquellos
que me necesitan. Apago la luz del mundo material.
Veo la gran luz que guía mis pasos. Su fulgor me
muestra lo que todavía me falta y me indica dónde encon-
trar mi suministro. En esta luz de Dios empiezo mi viaje
esta noche y tomo el camino hacia mi verdadero hogar
con la plena seguridad de que lo encontraré y traeré de
ahí lo que los reinos de este mundo nunca podrán darme.
Sigo hacia delante solamente con amor en mi
corazón, y esta llave abrirá todos los tesoros de la sabi-
duría, del poder, de la salud y de la paz. Las cortinas se
van cerrando y el mundo va desapareciendo. Abrazado a
las alas del amor, estoy subiendo para llegar a las esferas
celestiales. A lo lejos, puedo escuchar que me llama su
música.
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Para el mediodía
Debido a lo que soy en mi ser, me encuentro firme

ante Dios. Encima de mí se halla el sol de la honradez; lo
material está bajo mis pies. No existe ninguna sombra
que pueda alarmarme o engañarme.
La noche de la conciencia de los sentidos ya ha pasa-
do y estoy despierto a la luz que nunca podrá ser extin-
guida. A través de sus rayos la materia es transparente
para mí y puedo observar que el mundo del alma está
moldeado y habitado por mis pensamientos. Conozco su
naturaleza y sé que depende de mí. Ya no siento que estoy
lejos; debido a la atracción de este sol me mantengo fir-
me, porque me vuelvo hacia él y no hacia la tierra.
Soy un ser en equilibrio y, aunque mis pies están
sobre la tierra, he encontrado mis alas, que por mucho
tiempo habían estado cerradas.
Extiendo completamente mis alas y ninguno de los
ataques, ningún enfrentamiento, ni un solo grito que llegue
17
El aliento vital
al mundo del alma puede hacerme perder el equilibrio,

porque ellas me sostienen mientras la luz me da en la
cara.
Ya no veo la semejanza con mi falso ideal del hom-
bre; en cambio veo mi semejanza con Dios. La sombra
distorsionada se ha disipado a lo lejos y ha llegado el ver-
dadero ser.
Los cielos se abren ante mí, veo y escucho todo lo
que ahí mora. Mis alas me llevarán a mi hogar porque sé
dónde está.
Mantengo mis manos abiertas para ayudar a mis her-
manos que no han abierto sus alas todavía, porque siguen
teniendo el lastre del falso conocimiento que los hace per-
manecer en la tierra.
Deseo ayudarles a ponerse en pie y a que vuelvan su
mirada al mismo sol que yo contemplo, porque sé que mi
hogar también es su hogar y que tenemos un solo Padre.
Aunque mis alas completamente abiertas y mis pies
plantados con firmeza formen la cruz de la crucifixión, no
temeré al mal porque sé que no hay mal al que temer.
Señor, Tú estás conmigo, incluso a través de lo que
parece muerto para aquellos que no se encuentran bajo
este sol, en el que no existe sombra alguna.
Aunque camino entre aquellos que únicamente ven
sombras, sé que puedo ayudar a mis hermanos, porque
vivo en la luz, sólo conozco la luz y a mí siempre me
acompaña el mediodía.
Y aunque la oscuridad está sobre toda la tierra, cuan-
do al final alzo mis pies, que han descansado sobre ella, y
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Ursula N. Gestefeld
uso sólo las alas que pertenecen al cielo, no conozco esta

oscuridad porque no soy de esa tierra.
Yo soy del Padre, voy hacia el Padre.
Vine del cielo, al que puedo ascender con mis propias
alas.
Conozco el enigma, no hay ningún misterio.
Todo es luz.
19
Cuando tengas miedo a sufrir un daño
Veo un mundo lleno de formas de muchas clases.

No veo en estas formas ningún mal.
Estas formas son buenas.
Aunque las miro con mi visión exterior, desde mi
interior puedo ver a través de estas imágenes; y reconoz-
co su naturaleza y su oficio.
Detrás de esas formas puedo ver almas que están
naciendo en otro mundo diferente al que ellas miran a
través de la ventana de su cuerpo físico.
Sé que no vivo en el tiempo como hacen estas almas,
sino que habito en lo eterno, y sé que esta eternidad es el
ahora. Para mí no hay más tiempo que el ahora.
Todo es bueno para mí porque puedo advertir el
propósito divino que se está manifestando.
Puedo percibir al Dios-hombre y a su gradual apari-
ción. Estoy en pie en el centro del ser y todo lo que existe
se acomoda de acuerdo con este propósito que sólo es el
bien.
21
El aliento vital
No existe el mal.
Miro hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados.
Ningún punto está más lejos que otro de este centro.
Soy uno con Dios y Dios está relacionado con toda
la circunferencia.
Dios es el Bien y el Bien es omnipotente.
No tengo enemigo alguno. Sólo tengo amigos. Cada
alma es mi hermano, porque cada alma proviene del mis-
mo Dios y tiene el mismo destino que cumplir.
Nadie puede hacerme daño ni puede provocarme
ningún mal. En realidad, ningún alma desea hacerme
daño ni provocarme mal alguno.
Me siento liberado del miedo, porque sé que no hay
nada que temer.
He encontrado el mejor camino, el camino recto y
angosto; y con todo mi corazón, deseo mostrar este cami-
no a los demás y ayudarlos a recorrerlo.
Solamente veo, siento y conozco el amor, y «el amor
perfecto echa fuera el temor».
Sé que otras almas me amarán mientras yo las ame;
tendrán el deseo de servirme mientras yo tenga el deseo
de servirles; me ayudarán mientras yo las ayude.
Siendo firmemente uno solo con Dios en mi con-
ciencia individual, pondré en el altar de la vida exterior
todos mis miedos, mis celos y mis deseos de venganza,
todo mi egoísmo y mi ambición personal.
Los entrego en ofrenda como un sacrificio al
Altísimo, que es todo bondad, el destructor de todo sen-
timiento de maldad.
22
Ursula N. Gestefeld
Sé que «el fuego del cielo» consumirá mi ofrenda y

que mi purificado sentido de la existencia me convertirá
en un mediador para mis hermanos.
El amor es mi principio y mi fin, es mi centro y mi
circunferencia, es mi sustancia y mi suministro.
He encontrado a mi Dios.
Vivo y estoy en movimiento; tengo mi ser en Dios y
nada puede perturbar mi paz.
23
Cuando sientas temor de que

ocurra un accidente
Aunque me vea como un cuerpo físico, sé que este

cuerpo en realidad no soy yo.
Este cuerpo es sólo la vestimenta que yo porto como
alma viviente, y la esencia de este cuerpo permanecería
conmigo aunque cambiase de vestimenta dentro de una
hora.
Sé que soy un alma viviente en este momento; que
no soy carne, sangre, huesos y músculos. Yo soy más que
todo esto.
Estoy arraigado en mi ser real que Dios individualiza.
No puedo dejar de ser, ya que nada ni nadie puede
arrancar mis raíces.
Me alimento de manera constante de la fuente infi-
nita e inagotable.
Todo fluye en mí desde lo alto, no desde abajo; mi
existencia no está a merced de ningún accidente o del azar.
25
El aliento vital
Sé que si este vestido de carne fuera convertido en

polvo, nada de lo que ha destruido la forma del vestido
podría tocarme o modificarme, porque no tiene el poder
para cambiar mi esencia.
Vivo en mi ser real que vive en Dios. Habito en el
mundo del alma, en la casa del Padre donde existen
muchas mansiones.
Este cuerpo de carne es sólo la ventana a través de la
que observo un panorama en movimiento. Aunque la ven-
tana se cierre, yo sigo siendo el mismo. No existen los
accidentes; todo es ley.
Nunca experimentaré algo que yo no haya permiti-
do; si he permitido que las causas negativas provoquen
sus efectos negativos a causa de mi ignorancia y mi
inconsciencia, puedo cambiarlas si consigo tener el con-
trol sobre ellas y no permito que ellas tengan el control
sobre mí.
Ahora lo sé, y ya no seré más el esclavo de este sen-
tido de mortalidad.
El dominio de todo me pertenece, debido a lo que
soy.
Levanto mi cara hacia el Todopoderoso con reveren-
cia, pero sin ningún temor, y reclamo mi derecho de naci-
miento.
Exijo la integridad, la perfección y el poder de mi ser.
Aquí moro todos los días, hora tras hora, bajo la sombra
del Omnipotente, y los brazos eternos me protegen con
su abrazo. Y de cualquier cosa que ocurra, de cualquier
cosa que suceda en este panorama que pasa frente a mí,
26
Ursula N. Gestefeld
estos brazos me protegerán; me levantarán sobre el lugar

y el poder del accidente.
Yo sé que el pensamiento es creativo y que si no pien-
so en el mal, no experimentaré el mal; si pienso sólo en el
bien, únicamente experimentaré el bien.
No pensaré en el mal porque «Tú estas conmigo».
No atraigo ningún accidente. Éstos no tienen espacio
en mi órbita, porque sólo me atrae el gran Sol central.
Me muevo en la ley, con la ley y por la ley.
Nunca podrán arrebatarme mi vestido de carne, por-
que sólo yo tengo el poder de quitármelo.
Tengo el poder de quitármelo según sea necesario y
de volvérmelo a poner como una manera de manifestar
mi naturaleza a aquellos que tienen necesidad de perci-
birla así.
Lo dejo en sus manos mientras me voy a mi ciudad
de refugio, donde ningún destructor puede entrar.
27
Cuando sientas miedo a lo heredado
Aunque «los pecados de los padres recaigan sobre los

hijos», sé que el Amor divino también recae sobre ellos, y
los pecados no tienen ningún poder para extinguir o des-
viar el Amor.
«El castigo recae sobre los hijos sólo hasta la tercera
y la cuarta generación», mientras el Amor, que es Dios,
perdura para siempre.
Ahora y para siempre cambio mis pecados por senti-
mientos de Amor.
Los errores de las almas ignorantes no tienen poder
para inmovilizarme y alimentarse de mí.
Estoy lleno de amor y rodeado por el Amor que es
Dios.
Estos errores se destruyen en el fuego.
Se van consumiendo y se mueren.
29
El aliento vital
Me elevo y brillo a través de este fulgor blanco que

me purifica y me redime de mi apego al sentido de mor-
talidad. Cada parte de mí es un todo.
Soy el hijo del Padre y el heredero de todas las cosas
buenas. Estoy tomando posesión de mi herencia, he com-
prendido que tengo derecho a ella.
La serpiente de la autodecepción ya no me seduce.
En la casa de mi Padre hay suficiente para dar y repartir.
Un completo suministro de salud, alegría, paz y plenitud
es mío en este momento.
He dejado atrás y muy lejos el país de la pobreza del
alma. No habitaré en él ni un momento más. He encon-
trado mi derecho de nacimiento que había perdido.
El anillo de progenitura está en mi dedo. Veo y sien-
to el lazo de parentesco con lo divino.
Siento la nueva sangre que fluye a través de mí,
llenándome de esta vitalidad que ya no está a merced de
las circunstancias.
En esta nueva vitalidad no existe ningún germen
venenoso.
La sangre de mi descendencia real es todo poder,
todo dominio.
Con la fuerza que me da, sigo adelante para que, con
mi ayuda, mis semejantes puedan despojarse de esta mal-
dición que se han impuesto ellos mismos.
Con la fuerza que me da mi descendencia real, pro-
nuncio la palabra que los levantará del polvo.
Con la fuerza que me da, levanto la serpiente seduc-
tora y ellos, mirando hacia arriba en lugar de mirar al pol-
vo, vivirán verdaderamente.
30
Ursula N. Gestefeld
Con la fuerza que me da, los atraigo a la verdadera

fuente de toda salud, sabiduría y poder.
A través de mí, el Amor infinito les da abrigo y los
alimenta como a sus propios hijos, y ellos también sabrán
que es la herencia que Dios les ha dejado.
Para mí no hay ningún mundo oscuro. Sólo existe la
luz.
Mis semejantes también están en la luz, y yo los veo
en la luz.
Toda enfermedad, dolor y sufrimiento se consumirán
para siempre.
Estos padecimientos son del mundo y yo no soy del
mundo.
Ahora, «¡Padre mío!, vengo hacia ti. Glorifícame cer-
ca de ti».
31
Ante el miedo a la muerte
He descubierto que antes estaba ciego, pero ahora

veo y sé que no existe la muerte.
Veo el orden donde antes sólo percibía el caos.
Veo la elevación hacia la vida eterna donde antes
nada más advertía el descenso hacia la muerte.
Veo en la muerte el nacimiento, un comienzo y no un
dejar de ser.
Veo un Gran Pulso que late en toda la naturaleza y
que es la Vida.
Veo mi propia unidad con este pulso y puedo darme
cuenta de que me llena cada vez más del abundante flujo
que da vigor a mi Vida.
Siento este fluir ahora. Me estremece en una nueva
percepción.
Me desnudo ante mí mismo.
El velo del templo se rasga por la mitad.
33
El aliento vital
Me paro ante el velo del templo, ya sin miedo y sin

confusión.
Todas las tumbas me entregan a sus muertos. Tengo
el derecho de pedirles que lo hagan. Ningún sepulcro me
puede ocultar su secreto. La tumba de la muerte es el úte-
ro de la vida.
Yo soy, yo fui, yo seré, pero estoy hecho a la seme-
janza de Dios.
Todavía debo salir de mi yo inferior y elevarme más.
Debo salir de todos los egos que son inferiores a lo
divino.
Debo ascender cada vez más, deteniéndome durante
un tiempo para observar y conocer la divinidad y dirigir-
me hacia ella.
Debo dejar mi ropaje «en sus manos» mientras sigo
adelante hacia mi morada permanente. Como un alma
desnuda me elevo cada vez más alto, dejándole al polvo lo
que es del polvo. Voy hacia el lugar de donde vine.
Camino a través del valle de las sombras, pero este
valle no puede retenerme. En este viaje no tengo miedo al
mal, ya que en este trayecto no existe el mal.
He alejado de mí el sentido del mal que dio a luz a
los de su especie.
Veo el eterno Bien que anula este continuo naci-
miento que el sentido mortal llama muerte.
Siento la protección de este Bien que nunca descan-
sa, ni duerme.
No me siento triste al pensar que dejaré a todos
aquellos que me aman, porque veo que somos todos uno
en Cristo. Y que cuando la conciencia Crística despierte y
34
Ursula N. Gestefeld
salga de la tumba en la que ha estado descansando,

encontrará y conocerá a los suyos.
Aquellos que yo amo y me aman nunca se apartarán
de mi lado porque dejo mi ropaje en sus manos mientras
nazco y me marcho de su mundo.
Porque el amor no es de ese mundo.
Es la fragancia del alma que revela su fuente.
Aunque ellos ven mi ropaje silencioso e inmóvil, yo
estaré más vivo que cuando lo llevaba puesto.
Y mis seres queridos, en algún momento, dejarán su
propio ropaje, mezclándose el polvo con el polvo hasta
que el alma se funda con el alma.
No tengo miedo.
Veo y sé.
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde está, oh sepulcro, tu victoria?
35
Cuando sientas temor a fracasar

en los negocios
En todas las cosas te glorificaré, ¡Oh Dios!

Debido a lo que soy dentro de mi ser, no puedo fra-
casar si me decido a emprender algo con un motivo que
sea puro.
Como un alma entre otras almas, uso las cosas de
este mundo sólo durante un tiempo; sé que es lo correc-
to. Y no permitiré que las cosas me usen a mí.
Reconozco sólo un poder supremo, el Bien Omni-
potente.
El Bien Omnipotente me llevará donde quiera, así
que yo no necesito controlarlo todo.
Sé que todas las circunstancias están regidas por la
ley, no por la casualidad, y ya no tengo miedo.
Me he liberado de todo temor a lo que pueda suce-
der, porque sé que nada va a suceder.
37
El aliento vital
Actuaré con honestidad y dignidad con todas las per-

sonas, como me gustaría que lo hicieran conmigo.
Y sé que cualquier cosa que yo piense de los demás o
que haga a mis semejantes volverá de nuevo hacia mí, y
sólo me puede llegar lo bueno, porque sólo permitiré que
salga de mí lo bueno.
Es imposible que pueda fracasar si trabajo con los
buenos y para los buenos. Por esta razón, tengo el éxito
asegurado, porque silenciaré cualquier sentimiento de
maldad.
Mi corazón permanece en el Bien Infinito, y ningún
infortunio puede llegar a mí. Ya puedo darme cuenta de
que todo funciona bien en todas partes.
«Tus misericordias son múltiples, ¡oh Dios!»
Nadie puede arrebatarme lo que es mío.
Nadie desea quitarme lo que no es suyo.
Nadie desea estafarme o robarme.
Todos los hombres desean el bien. Nadie busca
hacerme mal.
Veo la imagen divina en los demás, y sé que esto ayu-
dará a que ellos la reconozcan en mí.
Soy fuerte y tengo buenos valores, porque sé que con
un motivo y un deseo puros, todos los recursos de mi
Dios-ser están a mi disposición, y el Señor enfrentará
todas mis batallas por mí.
No puedo fallar, porque obedeceré todos los manda-
mientos que lleguen a mi alma.
Dios y uno siempre son mayoría.
«A sus ángeles te encomendará.»
38
Ursula N. Gestefeld
Te agradezco y te alabo, ¡oh, Dios mío! Por la luz que

está llenando mi alma y por mostrarme cómo caminar
entre los hombres, así como por también mostrarme el
camino que me llevará a tu gloria.
Tuyo es el reino y el poder para siempre.
Yo soy tuyo y tú eres mío, ahora y siempre.
39
Cuando tengas pánico a

enfrentar el futuro
Me siento liberado de las inquietantes sombras de

mi pasado.
Estas sombras no tienen poder para proyectarse en
mi futuro y provocarme miedo.
No siento ninguna tensión, ni tampoco pienso que
algo desagradable pudiera ocurrirme, no tengo ninguna
sensación de temor.
He alcanzado una firme confianza en la Justicia
Suprema y sé que ningún mal puede ocurrirme. Cualquier
cosa que comience a experimentar debe ser buena.
Cualquier desafío que se interponga en mi camino
hacia arriba no es sino una parte de mí que debo dejar
atrás y que debo olvidar si no puede subir conmigo.
Estoy agradecido porque se ha revelado mi propia
naturaleza de los sentidos.
Me regocijo y doy las gracias.
41
El aliento vital
Con corazón, poder, mente y fuerza ¡oh, mi Dios,

aspiro a conocerte!
Renuncio a todo lo que no se te parezca. ¡Moldéame
como lo desees, para que pueda ser como Tú!
Ya no existen las sombras. Veo sólo la luz. Me baño
en su divino resplandor.
No existe el pasado, no existe el futuro. Todo es uno.
Yo soy lo que soy.
Todo lo que ha existido se disuelve y desaparece.
Respiro en el infinito. Estoy llegando a lo que me
pertenece. Exhalo amor en cada alma humana.
A nadie le haré daño. Los reúno a todos en este océa-
no del Amor.
Los mantengo en esta presencia eterna, ¡oh, Dios
mío, todos uno contigo!
Se han ido todas las casualidades y todos los sucesos.
El amor perfecto destierra el temor.
Las criaturas que están en mí son mudas. Tú has
tapado sus bocas.
Por fortuna, sigo adelante a Tu semejanza y hago Tu
voluntad para que Tú puedas ser glorificado en mí.
Hecho está.
42
Cuando estés propenso a

irritarte o encolerizarte
Debido a lo que soy en mi ser verdadero, yo, como

un alma humana, soy superior a las partes de mi cuerpo.
Aunque surjan en mí impulsos de naturaleza inferior
y me inciten a que escuche su voz, no me permito obede-
cerlos.
Tengo el poder para controlar estos impulsos.
Y, en este momento, invoco a mi poder.
Llamo al Señor y estoy seguro de que Él me liberará.
Como el Señor es mi dueño, tengo alas y puedo volar
por encima del lugar donde estos impulsos andan a cua-
tro patas.
No tienen poder para afectarme o destruirme, excep-
to si yo lo permito.
No voy a permitir que estos impulsos me dominen,
porque amo a mis semejantes.
No tengo ningún deseo de violentarme, sino sólo de
amar y de bendecir.
43
El aliento vital
Alejo de mí todo deseo egoísta, toda vanidad y todo

orgullo. Nadie puede herir el amor que siento hacia mí
mismo, porque no tengo a nadie a quien herir. No soy
arrogante ni rebelde, sino todo lo contrario; soy dócil con
la mansedumbre de Cristo.
Ninguna persona puede agredirme ni golpearme;
sólo puede golpearse a sí misma por error. Si surge este
deseo en algún alma, en la luz de la semejanza con Cristo
comprenderá su error.
El león y el tigre se han redimido dentro de mí. Su
fuerza ha sido asumida para un plano y un uso superiores.
El león y el tigre ya no me acosan ni me devoran,
sólo me cuidan.
Los uso para curar todo lo que vale la pena perpetuar
en ellos.
Todo lo que sea indigno lo dejo atrás y lo olvido para
siempre.
El león y el tigre se acuestan juntos en paz porque he
hecho las paces con ellos.
Ya he dejado de luchar con mi naturaleza divina.
Dejo que mi naturaleza divina haga las cosas a su
manera, mientras yo ofrezco a Dios toda la gloria.
Abro mi corazón al Cristo celestial.
Su gloria brilla en mí y a través de mí. No pueden
existir ni la impaciencia ni el enojo si siento Su presencia.
Acepto el yugo del Cristo celestial y así, las bestias
quedan mudas.
Las bestias permanecen quietas en el atrio, mientras
yo paso al santuario.
Siento que en este lugar mora el amor más elevado.
44
Ursula N. Gestefeld
Está fluyendo y está llenándome de su fuego sagrado.

Puedo hacer lo que desee, atreverme a todo, gracias
al amor que les ofrezco a los demás.
Levanto mi mano hacia el cielo más alto e invoco sus
bendiciones para las personas que amo.
Que lleguen a mí estas bendiciones, ¡oh, Dios Altí-
simo!, para que me ayuden a ser cada vez más un media-
dor digno entre mis seres queridos y Tú.
¡Purifícame por completo hasta que todo lo que no
esté hecho a Tu semejanza haya desaparecido!
Me ofrezco en sacrificio viviente.
Coloco a la criatura que hay en mí sobre tu altar.
Permite que tu fuego la consuma por completo.
Vierto su sangre en la tierra porque no pertenece a
Tu morada.
45
Para aumentar la autoestima
Por fin, en la oscuridad de la conciencia de los senti-

dos de la mortalidad, veo una estrella brillante.
Esta estrella se encuentra en mi morada interior y
me muestra dónde buscar lo que necesito.
Puedo contemplar a un bebé que me sonríe cuando
lo miro.
En su rostro hallo la luz del Amor infinito; en sus
ojos, descubro una maravillosa majestuosidad.
En la quietud de un poderoso asombro, me inclino
ante este pequeño mientras mi corazón canta con alegría.
Porque es mi Yo, mi Yo divino, engendrado de Dios den-
tro de mi humanidad y que, finalmente, ha nacido en mí.
Ahora sé que ya no debo tener más temor, ni más
carencias, ni más privaciones, porque el Padre le da todo
a su Hijo.
Dentro de la divinidad que Dios me ha dado mora
todo el poder, toda la sabiduría y todo el amor. Aunque
47
El aliento vital
para mí todavía es un niño, sé que crecerá y alcanzará su

máxima estatura.
Y porque ha nacido en mí, todas las cosas se me han
hecho posibles. Ante él se arrodillarán todos.
Estando en su presencia, deseo hacer cualquier cosa
que se me pida.
Ahora sé que no existe para mí ninguna posibilidad
de que pueda fracasar, porque el dominio «estará sobre su
hombro».
Ya he dejado de pensar que los demás pueden lograr
lo que yo nunca podré alcanzar.
Estoy seguro de que llegará a mí todo lo que es bue-
no, todo lo que es mejor; estoy seguro de que voy a hacer
todo con inteligencia y con rectitud.
Él atrae todos los tesoros. Como es el Rey nacido, los
tesoros están a sus pies.
Con lealtad, yo me rindo como su siervo para que
pueda regir en mí y a través de mí, y sé lo grande que será
mi recompensa.
Veo todas mis dudas y miedos, mis debilidades y mis
defectos, pero sólo como sombras en la oscuridad externa.
Estas sombras se van difuminando hasta que desa-
parecen gracias a la luz de este Sol de Cristo que albergo
dentro de mí.
Ya no pueden atormentarme porque no existe som-
bra que pueda morar en esta luz.
Soy lo que soy y me dirijo a lo que aspiro; a eso a lo
que esta estrella me ha guiado.
No tengo ninguna relación con los que moran en la
oscuridad.
48
Ursula N. Gestefeld
Con todo mi corazón, poder, mente y fuerza les doy

la bienvenida a estas buenas noticias de gran alegría para
todos los hombres, ya que gracias a la luz de mi propia y
recién nacida divinidad, yo puedo ver la suya.
De aquí en adelante, no juzgaré más aquello que se
refiera a lo carnal.
Gloria a Dios en las alturas.
Conmigo, ahora, está la paz, ya que el Príncipe de la
Paz mora en mí.
49
Cuando surjan la falta de confianza y

el sentimiento de incertidumbre
«¡Oh, Dios!, en Ti pongo toda mi confianza», porque

sé que en mi ser verdadero mora toda la fuerza y el poder.
Como un alma peregrina, busco las verdades eternas
que están ahí.
Tengo la seguridad de que estas verdades eternas
están bajo mis órdenes.
Soy consciente de que Dios le ha dado a mi ser todo
lo que Dios es y posee.
Desde este inmenso y glorioso almacén puedo tomar
lo suficiente para satisfacer mis necesidades diarias.
Sé que Tú nunca me fallarás ni tampoco me desam-
pararás.
Es bueno que las ataduras mortales se alejen de mí,
una a una. Cada una de ellas no es más que un velo que
te oculta de mí.
Tengo un gran deseo de elevarme.
51
El aliento vital
Deseo con gran fervor poder renunciar a todo lo que

es meramente mortal para poder elevarme.
«Tú eres Aquel que no puede hacer el mal».
Ábreme los ojos para contemplar tus glorias.
Aunque todo lo que parecía ser necesario me ha
abandonado, sé que tú siempre estarás conmigo.
Nunca podré fracasar porque Tú eres mi mano derecha.
Me siento liberado de todo el miedo, porque percibo
Tu presencia.
Mi confianza es perfecta, permanezco inmóvil, aun-
que a mi alrededor parezca que todo se está tambaleando
y que se va a derrumbar.
Mi negocio no puede fracasar, mi vida familiar no
puede romperse, mis seres queridos no pueden alejarse ni
los puedo perder porque los reuniré a todos para que se
eleven junto a mí cuando me lleves hacia Ti.
Tú salvarás a todos los que confían en Ti, y mi con-
fianza es perfecta, mi confianza es inquebrantable.
Mi trabajo está seguro.
Mi hogar está protegido.
Las personas que amo están a salvo.
Yo estoy a salvo.
Todo está resguardado contigo.
Todas las alabanzas, todos los honores y toda la glo-
ria sean para Ti por siempre, ¡oh, Señor, Dios de mi sal-
vación!
52
Cuando sea difícil

dejar atrás el pasado
Ya no soy más lo que era. Ahora soy un recién nacido.

Despierto a mi ser eterno en el que todo es gloria y
todo es poder.
Lo que era cuando estaba dormido ha desaparecido.
Pertenece al pasado que ya está muerto.
Y con este reconocimiento de mi posible divinidad,
resucito de entre los muertos.
Dejo en la tumba todo lo que a ella pertenece. No
llevo nada conmigo; no deseo nada de ella.
Veo que ningún alma llega al Padre, excepto por la
resurrección y la vida. He sido vivificado desde arriba y
me elevo por encima de la región de los sepulcros.
No estoy en deuda con ellos, ni tampoco puedo
estarlo.
He renacido, todas las cosas son nuevas para mí y mi
futuro es nuevo.
53
El aliento vital
Aunque la jornada de mi alma no se termina, estoy

seguro de que he tomado la dirección correcta y de que la
tierra de los sepulcros se ha quedado en el olvido.
A través del espíritu que se ha vivificado en mí, con-
quistaré los lugares a donde vaya y encontraré mi hogar.
No tengo remordimientos inútiles. En el corazón de
mi corazón estoy agradecido por tanta sabiduría que ya es
mía a día de hoy; sabiduría que me han traído mis expe-
riencias pasadas.
He recogido algunos frutos de estas experiencias y
estoy seguro de que me darán más frutos.
Y así, con la fuerza del Señor, con la ayuda de Su
Cristo, recogeré estos frutos con alegría y no con dolor.
Gracias a ellos puedo mantener mi fortaleza.
A través de estos frutos, demuestro mi poder de
dominio sobre todo lo que no tiene semejanza con Dios.
Estoy ejerciendo este poder ahora. A través de él yo
me alejo cada vez más del pasado, que ya está muerto.
Siento que resucito continuamente a una vida más
abundante.
Todo es bueno.
No existe el mal.
Todas las cosas que yo he llamado malas han sido
buenas para mí porque, gracias a estas experiencias, he
aprendido algo.
No tengo ningún dolor, no me arrepiento de nada.
Estoy lleno de alabanzas y de alegrías.
Sé que estoy destetándome de mi ego, que es el sen-
tido de mortalidad, y que puedo manifestar la semejanza
divina.
54
Ursula N. Gestefeld
Todas las llamadas aflicciones de los sentidos no son

más que dolores de crecimiento que, con toda seguridad,
desaparecerán.
Nada de lo que alguien diga de mí puede herirme o
afectarme.
Camino con paso firme hacia delante, ya no tendré
ningún pensamiento de reproche para los que me juzgan
por el pasado, que ya está muerto.
Sólo conozco a un Juez y a un Libertador.
Toda la malicia, todo el odio y toda la enemistad se
han quedado en el pasado. Me arrodillo sólo ante el amor,
únicamente tengo amor por cada uno de los seres humanos.
Empiezo a conocer a Dios, porque Dios es Amor.
55
Cuando aparezca el trastorno

llamado «insomnio»
Me he liberado de toda lucha y disputa.

Me he liberado de la ansiedad y de la aprehensión.
Me he liberado de toda la tensión y el estrés.
Estoy viviendo bajo la sombra del Todopoderoso.
Soy capaz de ver lo que debo hacer. No soy capaz de
hacer lo que veo que debe hacerse.
Tengo una visión clara porque sólo deseo hacer lo
que es correcto y justo.
No me confundiré; momento a momento se me mos-
trará el camino que debo recorrer.
No puede haber pérdidas en ninguna de mis expe-
riencias mortales, en cada una de ellas sólo puede haber
ganancias.
Debido a lo que soy en mi ser, nada de lo que tenga
que ver con mi desarrollo para alcanzar mi autorrecono-
cimiento puede provocarme algún daño real.
Puedo ver y sentir mi integridad y mi plenitud; pue-
do ver y sentir que vivo, que me muevo y que tengo este
ser en Dios, que es mi Causa.
57
El aliento vital
A cada momento me siento seguro y con una firme

confianza.
Me mecen los brazos eternos y descanso en el seno
Infinito.
Me dejo llevar por este sueño que me da paz y des-
canso, que me ofrece renovación y fortalecimiento.
Soy como el alma de un niño que se nutre de lo divi-
no y no tengo miedo de que algo pueda ocurrirme.
Existe Alguien Todopoderoso que no duerme ni des-
cansa, que me cuida y me protege.
Me entrego a un sueño tranquilo. Duermo con el
mundo durmiente, con los campos y las flores, con las
criaturas pequeñas y las grandes.
Porque somos una Hermandad y escucho la voz de
nuestro Padre en el murmullo del arroyo, en el tenue
susurro del viento de la noche, en el perfume de las flores.
Nuestro Padre me dice: «Descansa, hijo mío. Todas
las cosas descansan. Disfruta de tu descanso. Estaré con-
tigo. No te dejaré nunca ni te desampararé».
Dejo de concentrar mis esfuerzos en el hacer o en el ser.
Me sumerjo en estos brazos que me están esperando.
Siento que se cierran a mi alrededor en un tierno
abrazo.
Me encuentro en las «verdes praderas» junto a las
«aguas tranquilas».
Estoy con el buen Pastor que conoce a sus ovejas.
Estoy dormido, porque «a Su amado, dará Dios el
sueño».
58
Ante la insatisfacción con el entorno
Aunque para el sentido mortal esté limitado, sé que

se me está dando todo lo que necesito durante mi jorna-
da que, al final, me llevará al cielo.
He descubierto que todas las limitaciones externas
son oportunidades para poder demostrar mi ser verdade-
ro. Por estas limitaciones doy gracias y me regocijo.
¡Te alabo a Ti, oh, Dios! Te alabo por todo lo que me
rodea, porque es el Amor mismo el que se encuentra a mi
alrededor.
Así como el pequeño pájaro está rodeado por el nido
que lo protege, de esta misma manera estoy envuelto en
lo que me defiende mientras encuentro mis alas.
Todo lo tuyo es mío y yo soy tuyo; y ningún mal pue-
de hacerme daño porque no existe el mal.
Aunque la presión del ambiente pesa sobre mí, sólo
es mi propia presión contra los muros que me encierran,
59
El aliento vital
y sé que las alas que Tú me has dado me llevarán volan-

do por encima y más allá de esos muros.
Hoy puedo contemplar estas alas, son mías ahora;
están creciendo cada vez con más fortaleza, porque su
fuerza proviene de Ti.
No me siento decaído ni desanimado ya que, como
Tu hijo, soy Señor de todo.
El ambiente que me rodea no tiene el poder para ale-
jarme de Ti.
Tú me llamas desde el nido protector para que pue-
da demostrar mi semejanza contigo.
Aquí dentro de este nido, como un hombre que se
siente limitado por el exterior, en mi interior tengo la
libertad de encontrarte y de conocerte.
En este momento nada me impide levantar el vuelo,
aunque mi carne esté condicionada a las ataduras de los
sentidos.
Las ligaduras que genera la conciencia de los sentidos
nunca podrán despojarme de mis alas celestiales.
Como el niño busca el regazo materno, así me refu-
gio en Ti.
Desde este lugar de refugio miro hacia abajo, donde
se encuentra mi ambiente carnal, y ahí está, ante mí,
como un libro abierto que puedo leer con los ojos que Tú
me has dado.
Este ambiente carnal es sólo el nido, sólo el nido.
Te agradezco a Ti, Gran Dios del Universo, cada paja
y ramita de mi nido, sí, incluso la espina más pequeña
que exista en él.
60
Ursula N. Gestefeld
Todo es bueno, porque todo es bueno para mí; a pesar

de mi sentido mortal, así lo siento.
El nido es mío durante un tiempo, ese periodo en el
que puedo comprobar tu existencia.
Así que yo soy tuyo y Tú eres mío por toda la eter-
nidad.
61
Cuando tengas necesidad

de ser paciente
Sé que el tiempo sólo es mi propia percepción y mis

propias sensaciones, y lo que parece ser un largo periodo
es sólo un momento en el gran todo.
Sé que con el Señor mil años son como un día.
He comprendido que mi ser verdadero ha sido el mis-
mo durante todo este cambio en la percepción y en las
sensaciones que yo llamo tiempo.
He comprendido que este ser verdadero que soy yo
está desarrollando su propia manifestación; mientras tan-
to, puedo esperar.
Todo es bueno, no existe el mal en ninguna parte.
Puedo vislumbrar el fin de los tiempos, porque existí
desde antes y existiré después.
Sólo me estoy familiarizando con mi propia natura-
leza y encontrando su Principio.
63
El aliento vital
Doy la bienvenida a todo lo que estoy experimen-

tando.
Estoy dispuesto a dejar que la paciencia haga su tra-
bajo perfecto.
Alcanzaré la perfección y la plenitud a través del
autorreconocimiento y la comprensión aun cuando sé que
soy perfecto y pleno en mi ser.
Doy la bienvenida a la creación.
En ella no existe dolor ni sufrimiento.
La desilusión sólo es un soltarse para sostenerse
mejor.
Puedo conocer y dominar todo lo que el tiempo me
traiga, porque sólo estoy probando mis propias habilidades.
Necesito demostrar mis habilidades, para descubrir
qué sé.
Tengo paciencia con todas las limitaciones ya que,
gracias a la paciencia, demuestro lo ilimitado.
Todo lo que me encuentro en el tiempo es amigable
y nunca haré de ello un enemigo.
Ahora, en este momento, puedo superar todo lo que
parece difícil y desagradable, porque tengo el dominio
sobre todas las cosas por derecho de nacimiento.
«El que persevere hasta el fin se salvará», y he de
tener paciencia.
Sé que yo, en mi ser verdadero, estoy liberado de to-
das las aflicciones y que sólo sufro en la conciencia de los
sentidos.
Dios me ha otorgado el poder para guiar esta con-
ciencia. La puedo controlar con paciencia y constancia.
64
Ursula N. Gestefeld
El camino es corto y el trabajo es fácil, porque Cristo

me ayuda y me conforta.
El Hijo de Dios está conmigo, y Él ayuda y fortalece
al Hijo del Hombre.
Yo soy lo que soy, y ninguna causa o experiencia en el
tiempo pueden cambiar mi ser.
He aceptado Su yugo en mí y Cristo trabaja conmi-
go y para mí.
Me refugio en Dios en los momentos en que me
encuentro en lo mortal.
Puedo esperar a que en mí se manifieste lo inmortal,
porque sé que existe.
Yo soy, y nada puede lograr que deje de ser.
El tiempo y el espacio no significan nada para mí
porque yo soy más que tiempo y espacio.
Cuando hablo, el tiempo y el espacio me obedecen.
Todo está aquí ahora.
El trabajo que me pone a prueba se está llevando a
cabo.
Yo soy.
65
Cuando a causa de la edad, disminuye

el rendimiento visual
En ti, ¡oh, Señor!, he puesto mi confianza.

Sé que mi capacidad visual es perfecta e indestructible.
No puedo perderla, nada puede destruirla.
He comprendido que cada una de las capacidades y
habilidades que utilizo está en mi ser verdadero y que mi
suministro es inagotable.
Aunque las formas de este mundo todavía están con-
migo, ya no son lo verdadero para mí.
Estoy observando con detenimiento para compren-
der lo que se encuentra detrás de estas formas, y con todo
mi corazón, me regocijo y doy las gracias porque mi capa-
cidad visual aumenta día tras día.
Sé que jornada tras jornada tengo más capacidad
visual para reconocer mejor lo real y lo eterno.
Estoy tomando cada vez más conciencia de mi ilimi-
tado campo visual.
67
El aliento vital
El infinito se abre ante mí; poco a poco comienzo a

contemplar Tus glorias, ¡oh, Señor!
Ya no siento desilusión, ni tristeza, ni dolor, porque,
para mí, las formas ya no son tan grandes como lo fueron
una vez.
Sé que con el paso del tiempo todos los planos serán
más visibles para mí y estarán bajo mis órdenes.
Me sentiré satisfecho cuando me despierte completa-
mente de este sueño y vea sólo tu semejanza en todas partes.
He comprendido que el crepúsculo de este plano no
es sino el precursor del día más luminoso.
Ayúdame, Señor, a mantener fija mi visión interior
en Ti; entonces, mis ojos exteriores cumplirán su propó-
sito por completo mientras me regocijo en todas las cosas
y doy gracias.
Socórreme para que entienda que la decadencia exte-
rior es la revelación del interior; que en todo momento y
en todo lugar, Tú estarás conmigo para fortalecer mi vis-
ta y mi corazón.
Tú respondes a mi oración y sé que siempre estarás
conmigo.
No necesito forzar mis ojos para ver, no necesito llo-
rar lágrimas que me cieguen.
De Ti, ¡oh, Señor!, llegan a mí todas las cosas bue-
nas. ¿De qué podría tener miedo?
He dejado en el olvido la región de los sepulcros.
Los sepulcros han entregado a sus muertos.
Veo, siento y sé.
Dios será glorificado en mí.
Yo soy lo que soy.
68
Para vencer el excesivo apego
Te agradezco, ¡oh, Dios mío!, todo lo que me has

dado.
Te alabo y te bendigo por todos aquellos a quienes he
llamado míos.
Veo que ellos fueron Tuyos antes de que fueran míos.
Puedo ver que Tú estás en ellos y que ellos están en
Ti, así como que Tú y yo somos inseparables.
Reconozco Tu nombre, que ha sido escrito en ellos
antes de que yo los nombrara.
Debido a mi ignorancia, no pude ver ni leer tu nom-
bre, y los llamé míos a todos.
Me siento feliz por haberme dado cuenta de este
error de los sentidos, y lo estoy rectificando.
Mis seres queridos son tan Tuyos como míos; prime-
ro fueron Tuyos y después, míos.
Aunque según la carne mi nombre está escrito en
ellos, detrás de ese velo veo Tu nombre.
69
El aliento vital
Los amo día tras día porque son míos. Los amo cada
vez más porque son Tuyos.
Amo a mis seres queridos tanto como te amo a Ti, así
que mi amor por ellos es Tuyo, ya que Tú eres el Amor
mismo.
Te ofrezco el amor más grande, porque este amor tan
inmenso te pertenece; sé que Tú me has escuchado siem-
pre y me has devuelto lo que te he entregado.
Todo lo mío es Tuyo y Tú eres mío. En Ti y de Ti lo
tengo todo.
Aquí me encuentro a tus pies, ¡oh, Señor Todopode-
roso! Te ofrezco mi ser querido.
Levántalo para que pueda descender a mí como Tu
Hijo, ¡Tu gran regalo desde el cielo!
Lo veo en Tu regazo mientras lo sostengo entre mis
brazos. Has escuchado el deseo en mi corazón, porque
Tú sabes que mi corazón te desea.
En la luz o en la oscuridad, en el aquí o en el más
allá, él está seguro contigo y nunca lo perderé, ni él me
abandonará.
Glorifico tu nombre que está escrito en él, y él está
unido a mí por los lazos del Amor que son más fuertes
que las ataduras de la carne.
Ya no tengo tormentos, porque no he impedido que
Tu Hijo se reúna contigo.
Tú me has ayudado a escalar la montaña de la ofrenda.
Tú me has ayudado a subir por los lugares que son
difíciles para mí y para los míos. Tú hiciste esos lugares
apacibles para mí y para los Tuyos.
Yo subo con mi Hijo; yo bajo con Tu Hijo.
70
Para mejorar la relación con el dinero
Todo lo que soy es por Ti, ¡oh, Dios mío! Todo lo

que vale la pena tener también viene de Ti.
Estoy colmado de Tu abundancia y mis riquezas son
inagotables.
He comprendido que mis posesiones mundanas sólo
pertenecen a la conciencia de los sentidos, y deseo real-
mente que desaparezca mi aferramiento hacia las pose-
siones terrenales.
Cuando Tú me llames, ¡oh, Dios mío!, permite que
no me encuentre aferrado al dinero, para que mi alma
pueda decir: «Aquí estoy».
71
El aliento vital
Te deseo. Te necesito. Deja que me encuentren con-

tigo. Así, con Tu ayuda, podré decir: «Aquí estoy».
Estoy contigo. Mis posesiones no pueden mantener-
me alejado de Ti, porque he querido renunciar a ellas.
Mis posesiones no tienen el poder para apartarme de
mi hogar eterno. Mi lugar de descanso no está con ellas,
sino contigo.
Sé que esta conciencia es una perla de gran valor y,
por ella, doy todo lo que tengo en el plano de los sentidos.
Nadie puede robarme, no puedo perder nada, porque
he renunciado a todo.
Sé que cubriré todas mis necesidades en este plano;
sé que encontraré más abundancia cuando posea Tus
riquezas eternas.
Disfruto al dar a los demás. Disfruto al dar a aquellos
que lo necesitan, porque sé que así Tú les das a través de
mí.
De Tu mano, pasando por la mía, ellos reciben alivio
a sus necesidades, y en mi amor hacia mis semejantes, se
manifiesta ese Amor que es Tuyo.
Te agradezco y Te alabo por esta oportunidad que se
me presenta y me pone a prueba. No dejaré que nada
pueda interponerse entre Tú y yo.
Seré un sabio administrador, sólo un usuario del
dinero, no su guardián. En lugar de ser guardián del dine-
ro, me mantendré cerca de Ti. Deja que sea aquí donde
me encuentren.
En la luz que emana de Ti, al observar el dinero,
comprendo que no tiene valor.
Si lo utilizo para Tu servicio, se transmuta en amor.
72
Ursula N. Gestefeld
Mi amor por el dinero lo convertiría en simple metal

y me alejaría de Ti.
Mi amor y mi anhelo por Ti hacen que sea oro puro
y me convierten en dador de Tus bendiciones.
Desde mi lugar permanente en Ti uso Tu oro.
Yo no tengo dinero.
Soy Tu administrador y utilizo Tu oro para Tu
servicio.
Con Tu oro hago Tu voluntad.
73
Índice
Para la mañana .................................................................. 11

Para la noche ..................................................................... 15
Para el mediodía ................................................................ 17
Cuando tengas miedo a sufrir un daño ............................ 21
Cuando sientas temor de que ocurra un accidente .......... 25
Cuando sientas miedo a lo heredado ................................ 29
Ante el miedo a la muerte ................................................. 33
Cuando sientas temor a fracasar en los negocios ............. 37
Cuando tengas pánico a enfrentar el futuro ..................... 41
Cuando estés propenso a irritarte o encolerizarte ............ 43
Para aumentar la autoestima ............................................ 47
Cuando surjan la falta de confianza
y el sentimiento de incertidumbre .................................... 51
Cuando sea difícil dejar atrás el pasado ........................... 53
75
El aliento vital
Cuando aparezca el trastorno llamado «insomnio» ......... 57

Ante la insatisfacción con el entorno ............................... 59
Cuando tengas necesidad de ser paciente ........................ 63
Cuando a causa de la edad
disminuye el rendimiento visual ....................................... 67
Para vencer el excesivo apego ............................................ 69
Para mejorar la relación con el dinero .............................. 71
76

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Puede contactar con nosotros en

Título original: THE BREATH OF LIFE

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta

editorial irio, s.a.

El New Thought —Nuevo Pensamiento— es una corriente

Dedicado a todos los que puedan:

«Recibir con humildad la palabra que puede salvar sus

La noche de la conciencia de los sentidos ya ha pasa-

Derribo los últimos obstáculos que me hacen afe-

La Palabra se ha hecho carne, se ha hecho mi carne,

He recibido mi pan de todos los días que se me ha

Me he liberado de todo lo que pueda inducirme al

Debido a lo que soy en mi ser, me encuentro firme

al mundo del alma puede hacerme perder el equilibrio,

uso sólo las alas que pertenecen al cielo, no conozco esta

Cuando tengas miedo a sufrir un daño

Veo un mundo lleno de formas de muchas clases.

Sé que «el fuego del cielo» consumirá mi ofrenda y

Cuando sientas temor de que

Aunque me vea como un cuerpo físico, sé que este

Sé que si este vestido de carne fuera convertido en

estos brazos me protegerán; me levantarán sobre el lugar

Cuando sientas miedo a lo heredado

Aunque «los pecados de los padres recaigan sobre los

Me elevo y brillo a través de este fulgor blanco que

Con la fuerza que me da, los atraigo a la verdadera

Ante el miedo a la muerte

He descubierto que antes estaba ciego, pero ahora

Me paro ante el velo del templo, ya sin miedo y sin

salga de la tumba en la que ha estado descansando,

Cuando sientas temor a fracasar

En todas las cosas te glorificaré, ¡Oh Dios!

Actuaré con honestidad y dignidad con todas las per-

Te agradezco y te alabo, ¡oh, Dios mío! Por la luz que

Cuando tengas pánico a

Me siento liberado de las inquietantes sombras de

Con corazón, poder, mente y fuerza ¡oh, mi Dios,

Cuando estés propenso a

Debido a lo que soy en mi ser verdadero, yo, como

Alejo de mí todo deseo egoísta, toda vanidad y todo

Está fluyendo y está llenándome de su fuego sagrado.

Para aumentar la autoestima

Por fin, en la oscuridad de la conciencia de los senti-

para mí todavía es un niño, sé que crecerá y alcanzará su

Con todo mi corazón, poder, mente y fuerza les doy

Cuando surjan la falta de confianza y

«¡Oh, Dios!, en Ti pongo toda mi confianza», porque

Deseo con gran fervor poder renunciar a todo lo que

Cuando sea difícil

Ya no soy más lo que era. Ahora soy un recién nacido.

Aunque la jornada de mi alma no se termina, estoy

Todas las llamadas aflicciones de los sentidos no son

Cuando aparezca el trastorno

Me he liberado de toda lucha y disputa.

A cada momento me siento seguro y con una firme

Ante la insatisfacción con el entorno

Aunque para el sentido mortal esté limitado, sé que

y sé que las alas que Tú me has dado me llevarán volan-

Todo es bueno, porque todo es bueno para mí; a pesar

Cuando tengas necesidad