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Exequatur

1. Concepto:

“El procedimiento realizado ante un órgano jurisdiccional, que tiene por objeto
verificar que la sentencia extranjera cumple con los requisitos exigidos por el
ordenamiento jurídico del país de recepción para otorgarle efectos, y el visto
bueno otorgado por el órgano para proceder a su cumplimiento.

2. Sistemas de cumplimiento en el derecho comparado.

Se pueden distinguir dos sistemas extremos: el que niega toda eficacia o valor a
la sentencia extranjera denominado sistema avalorativo, y aquel que le reconoce valor
llamado sistema valorativo.

Desde el derecho romano hasta la evolución trascendental del derecho


internacional privado, bajo la influencia gloriosa de Savigny, la ejecución de los fallos
de una soberanía en otra era un hecho admitido, en general, en virtud del fundamento
utilitario medioeval de la extraterritorialidad de la ley, ex comitate. Cuando Savigny
lanzó sus nuevas doctrinas, la Europa quedó dividida en dos sistemas: el de la
inejecución de las sentencias en país extranjero y el de su eficacia extraterritorial.
Llamaremos francés al primer sistema, el de inejecución de las sentencias, porque
culmina en la ordenanza del 15 de Junio de 1629, y pasa al Código de Napoleón en sus
artículos 2123 y 2128. El Código de Procedimiento Civil lo confirma, en fin, en su
artículo 546, que se refiere a las dos primeras disposiciones. El sistema contrario, el de
Savigny, y que designaremos como germánico, “admite la autoridad de la sentencia, y
enseña que se debe por esto mismo aplicar a los modos de sus efectos la ley del lugar en
que ha sido dictada” (Savigny). Dentro de estos dos sistemas extremos, ha vacilado y
variado de una manera extraordinaria la legislación y la jurisprudencia de Europa.
Podríamos afirmar estrictamente que no hay dos países de completo acuerdo en la
materia, pues, aún cuando sus sistemas de ejecución de fallos extranjeros presenten
analogías generales, no son menos interesantes sus diferencias de detalle. Agrupando las
legislaciones análogas llegaríamos por lo menos a ocho sistemas diversos, aún cuando
en realidad el número es mayor”1.

2.1 Sistema que niega valor a las sentencias extranjeras

Este sistema consiste en negar todo valor o eficacia a las sentencias dictadas por
tribunales extranjeros, no admitiendo su ejecución. Para esta postura la función judicial
es el ejercicio de la soberanía de un Estado, ella se ejerce dentro del territorio nacional
por cuanto se limita por la función jurisdiccional de otros que ejercen sus facultades
soberanas en sus respectivos espacios, es un límite territorial. Ciñéndose a esta idea se
pronuncian Tropolony y Brocher al sostener que “La fuerza de la cosa juzgada es la
obra artificial de la ley y no se extiende naturalmente fuera de los límites del Estado.
Debe admitirse que si el derecho de un Estado determinado como tal, debiera y pudiera
ser puesto en ejercicio en otro Estado, se extendería el poder legislativo y judicial de un
Estado en otro, anulándose así los poderes públicos de este último, que son la
manifestación del supremo derecho de soberanía”.2
Demangeat señala que: “Una máxima inconcusa establece que la autoridad de
que son investidos los jueces de cada Estado para regular las relaciones de las partes
sometidas a un tribunal trae su origen y recibe su fuerza únicamente del poder soberano
del mismo Estado, puesto que por él o por sus delegados se hace el nombramiento. De
aquí se deduce que teniendo presente el principio de independencia de las naciones, en
derecho estricto, las sentencias dictadas en un Estado no pueden tener efecto en países
extranjeros, o en otros términos la autoridad de cosa juzgada no se deriva del Derecho
de Gentes, sino que recibe la fuerza civil de cada nación. Más el derecho civil no
extiende sus efectos de una nación a otra: la autoridad pública de que está investido
cada soberano, no extendiéndose fuera de su territorio, debe estar necesariamente
ceñida en los mismos límites que la de los magistrados que nombra, de donde se infiere
que los autos emanados de estos funcionarios deben perder toda su fuerza civil en la
frontera. Por consiguiente, la autoridad de cosa juzgada no se puede invocar en un
Estado a la vista de sentencias dictadas por los tribunales de un país extranjero” 3. Las
1
A. WEISS ET. E.S. ZEBALLOS. Manual de Derecho Internacional Privado, (París, 1929), p. 607. cit.
por ROFFE ROSENFELD, Pedro, cit. (n.14), p. 15.
2
ROFFE ROSENFELD, Pedro, El Exequátur… (n°14) p.16; citando a TROPOLONU y BROCHER.-
3
GUZMÁN LATORRE, Diego, Tratado de Derecho Internacional Privado, 3ed. Editorial Jurídica de
Chile (Santiago 2003) p.561; citando a DEMANGEAT.-
autoridades de un Estado, no están obligadas a prestar la fuerza de autoridad pública a
las leyes de otro para obligar a las personas a acatarlas, puesto que las leyes de un
Estado se suponen desconocidas por los demás estados.
La globalización mundial, el desarrollo del comercio internacional, los avances
en materia de transportes y comunicaciones, mas una serie de circunstancias que
apuntan al contacto diario que hoy tienen los distintos países que componen el mundo,
hacen que este sistema sea considerado anticuado y rechazado absolutamente por las
legislaciones y doctrinas. Además acarrea serios problemas a saber:

- Costo de la repetición del proceso: Obliga a las partes interesadas en obtener el


cumplimiento de la sentencia extranjera a volver a plantear la cuestión ante las
autoridades del país en donde se niega valor a la sentencia, con ello se perjudica la
economía procesal y se fomentan los dobles procesos con los costos que ello supone.
- Riesgo de duplicidad de soluciones: Un mismo caso de derecho internacional
privado podría ser objeto de distintas soluciones jurídicas. Se perjudicaría la continuidad
en el espacio de las soluciones jurídicas, que serían siempre claudicantes: válidas solo
en el Estado cuyas autoridades la han pronunciado e inválidas fuera de dicho país.
- Perjuicio para la tutela judicial efectiva: En el marco internacional, la
realización efectiva de la justicia por parte de instancias públicas exige que la solución
alcanzada sea segura, estable y continua. Ello no quedaría garantizado si se impide
sistemáticamente que las resoluciones extranjeras tengan efecto en otros países4.

Este sistema presenta una graduación representada por el sistema de avaloración


relativa, en el que si bien tampoco se les da cumplimiento a los fallos extranjeros en
cuanto tales, si se les reconocen algunos efectos secundarios, que pueden consistir en
facilitar en una u otra forma la posición procesal de la parte que obtuvo en el extranjero
una sentencia favorable. A este sistema pertenecen las legislaciones de Inglaterra y de
Estados Unidos.
Siendo el fundamento de este sistema la defensa de la soberanía nacional, por
las circunstancias señaladas, actualmente un resguardo demasiado obstinado a la misma
solo perjudica a los habitantes del Estado, ya que ningún país hoy está ajeno ni puede
desconocer la realidad internacional, siendo además un sistema que ataca un pilar
4
ALFONSO CARAVACA, Luis, CARRASCOSA GONZÁLEZ, Javier, Derecho Internacional Privado,
5ed. Editorial Comares (España 2004) pp. 318-319.-
fundamental del derecho internacional privado, que de aceptarlo se estaría
prácticamente negando tal ordenamiento internacional. Este sistema fue utilizado en
países como Suecia, Portugal, Rusia. En nuestro país rigió hasta la dictación del Código
de Procedimiento Civil en el año 1903.

2.2 Sistema de Reciprocidad.

En este sistema, las sentencias extranjeras tendrán la misma fuerza o valor que
en el de origen se les reconozca a las sentencias que el Estado requerido dicte. Así a
modo de ejemplo tenemos un país A y un país B, las sentencias del B tendrán en el A la
misma fuerza que en el A se dan a las sentencias del B.
Esta reciprocidad tiene dos matices, puesto que algunos Estados la aplican tanto
para negar la ejecución a un fallo extranjero, como al mismo tiempo la exigen para
otorgar la ejecución. Pero también hay otros que solo la utilizan para uno solo de estas
posibilidades como por ejemplo Argentina, que la aplica solo para negar el
cumplimiento al fallo extranjero5.
En lo que concierne al origen de la reciprocidad esta puede tener dos fuentes,
una de carácter diplomático que la encontramos cuando entre los países media un
tratado internacional, o un origen legislativo, en el que se condiciona la ejecución a lo
que dispongan las leyes del Estado cuyos tribunales declaran la sentencia. Lo ordinario
es la combinación de estas dos formas de reciprocidad. En el sistema de reciprocidad a
ella se le exigen requisitos mínimos como la especialidad, bilateralidad, actualidad y la
prueba de la misma.
Este sistema se encuentra en práctica entre otros en los siguientes países:
Alemania, Bélgica, Italia, Portugal, Suiza, Noruega, Suecia, Austria, Bulgaria, Egipto,
Guatemala, Dinamarca, Honduras, México, Rusia, Turquía.
Según las palabras de Sánchez de Bustamante “la reciprocidad descansa en lo
que pudiéramos llamar el egoísmo colectivo y en cuya virtud un Estado no otorga fuerza
alguna a las sentencias de otro, sin consideración al caso ni a sus elementos, mientras a
su vez el otro no haga lo mismo con sus sentencias” 6. Por lo mismo las fuertes críticas al
sistema, puesto que si ningún país da el paso inicial, en virtud del cual concede a las
sentencias extranjeras fuerza en su propio territorio, se produce una situación de

5
Ibíd.-
6
SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE, Antonio, Tres Conferencias.... (n°8) p.56.-
paralización en la que ningún Estado reconocería las sentencias de otro si este a su vez
no reconoce las suyas, con lo que no existiría el derecho internacional privado y
constituiría una manera de eludir la internacionalización de la justicia.

2.3 Sistema de los tratados internacionales.

Este sistema consiste en que se reconoce valor a la sentencia extranjera siempre


que entre los Estados (el de origen de la sentencia, y aquel en el cual se pretende
cumplir) exista un tratado en el cual se regule la materia, y se estipule que las sentencias
de estos Estados se podrán hacer cumplir en el otro. Tratados que pueden ser bilaterales
o multilaterales. También es denominado de reciprocidad convencional, y actualmente
es aplicado por la mayoría de las legislaciones en el derecho comparado, las que fijan
como regla primera para el cumplimiento de sentencias extranjeras, las disposiciones de
los tratados internacionales que se hayan pactado sobre la materia. Es utilizado entre
otros países por Brasil, México, Panamá, Perú, etc.
En virtud de lo dispuesto por el artículo 242 del Código de Procedimiento Civil
de nuestro país, en nuestra legislación se aplica este sistema: “Las resoluciones
pronunciadas en país extranjero tendrán en Chile la fuerza que le concedan los tratados
respectivos; y para su ejecución se seguirán los procedimientos que establezca la ley
chilena, en cuanto no aparezcan modificados por dichos tratados”. Entre los tratados
internacionales más importantes suscritos por Chile en relación al tema, se encuentran la
Convención sobre el reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbítrales
Extranjeras o Convención de Nueva York; la Convención Interamericana sobre Arbitraje
Comercial Internacional o Convención de Panamá; la Convención Interamericana sobre
Exhortos o Cartas Rogatorias.

2.4 Sistema de la regularidad internacional o exequátur conciente.

Este sistema consiste en reconocer valor o eficacia a las sentencias extranjeras,


verificando a través de un control que ellas cumplen determinados requisitos exigidos
por la ley del país donde se pretenden ejecutar, con el fin de velar por el cumplimiento
de requisitos mínimos exigidos para su regularidad internacional, estableciendo así su
legitimidad y autenticidad, para proteger la soberanía del Estado en que la sentencia se
pretende ejecutar, así como los intereses de las partes.
Los requisitos que generalmente son exigidos por las legislaciones que aplican
este sistema son los siguientes:

- La sentencia debe encontrarse ejecutoriada en el país de origen, o sea, en el


país de donde procede.
- La sentencia debe haber sido dictada por un tribunal internacionalmente
competente.
- El fallo extranjero no debe contener nada contrario al orden público del país
en el cual se le trata de hacer surtir efecto.
- Que el demandado haya sido debidamente citado o emplazado.
- La sentencia debe encontrarse legalizada y traducida si procediere.

Este modelo es el que mas se acomoda a los principios generales del derecho,
presentando varias ventajas, puesto que atenúa el poder del juez de origen de pronunciar
una sentencia de validez universal lo que evita fraudes; asegura el respeto de la
soberanía del Estado requerido, pues exige una intervención del mismo para que las
resoluciones extranjeras desplieguen efectos en él; es un sistema receptivo con la
justicia extranjera, pues se admiten los efectos de las resoluciones extranjeras sin
necesidad de repetir el proceso ni de controlar la actividad de los jueces extranjeros;
sintoniza correctamente con el principio de la cooperación internacional entre tribunales
de distintos países, y encaja a la perfección con el principio de la economía procesal.
Este sistema se aplica entre otros países en España, Chile, México, Portugal,
Bulgaria.

2.5 Sistema de revisión de fondo al fallo extranjero.

Consiste en que el Estado requerido, para pronunciarse respecto a si la sentencia


extranjera produce efectos en su territorio, está autorizado no solo para revisar la forma
de la misma, si no también el fondo del fallo, o sea puede revisar tanto los hechos como
el derecho aplicado, y si estima que cualquier punto de hecho o de derecho se aplicó
mal puede negar su cumplimiento o ejecución7.
Los países que aplican este sistema analizan la justicia o injusticia que a su
criterio contiene la sentencia, y les concede aceptación solo cuando están conformes con
la ley del país en que se pretende ejecutar. Por lo tanto, lo que en realidad se cumple en
este sistema no es la resolución del Estado de origen, sino que la sentencia nacional
recaída en el mismo asunto en virtud de un juicio de revisión.
La nación mas identificada con la aplicación de este sistema es Francia, pero
también ha sido aplicado por la jurisprudencia inglesa y escocesa. Tal modelo es un
retroceso en materia de exequátur, por cuanto constituye un desconocimiento a la
soberanía interna de los Estados ya que niega lugar a los fallos foráneos, constituyendo
una actitud hostil frente a la justicia extranjera.

3. Sistema Chileno de Cumplimiento de Sentencias Extranjeras.

3.1 Generalidades.

El sistema de reconocimiento de sentencias extranjeras en Chile contempla dos


momentos claramente diferenciados, el primero está constituido por la situación
existente hasta antes de la dictación del Código de Procedimiento Civil (28 de Agosto
del año 1902), y el segundo por lo que acontece desde el momento de la dictación del
referido Código y que prevalece hasta nuestros días. Hasta la fecha en que empezó a
regir el Código, 1 de mayo de 1903, en nuestro Estado se aplicaba el sistema de
inejecución absoluta, no admitiéndose la ejecución de sentencias extranjeras,
fundamentándose principalmente tal posición en que aceptarlas se estimaba como un
acto contrario a la soberanía nacional. No habían leyes españolas vigentes en la época
que autorizaran la ejecución de sentencias extranjeras, tampoco existían tratados
internacionales sobre la materia, por lo que nuestros tribunales carecían de competencia
para otorgar exequátur a las resoluciones extranjeras. Solo se reconocían los exhortos
internacionales que tendían al cumplimiento de actos de mera formalidad, previa
comprobación de reciprocidad8. La entrada en vigencia del Código de Procedimiento
Civil significó un gran cambio en la materia, y desde ese momento se aceptó la
7
ALFONSO CARAVACA, Luis, CARRASCOSA GONZÁLEZ, Javier, Derecho Internacional Privado…
(n°18) p.326.-
8
GUTIÉRREZ LECAROS, Cristián, El Exequátur y su Evolución Jurisprudencial… (n°1) pp. 15-17.-
ejecución de sentencias extranjeras, apoyado “sobre la base de que estas resoluciones no
pueden cumplirse en nuestro país por el solo hecho de dictarse, es necesario pedir el
exequátur a la Corte Suprema, quien lo otorga siempre que ellas reúnan los requisitos
exigidos en la ley”9.
La regulación del exequátur se encuentra en el párrafo II, del título XIX, Libro I
del Código de Procedimiento Civil (artículos 242 al 251); por referencia de dicho
Código se ocupa también de la materia el título X del Libro IV del Código de Derecho
Internacional Privado. El mensaje del Código de Procedimiento Civil establece que “La
ejecución de las sentencias da lugar a dificultades que se ha tratado de subsanar,
especialmente en lo relativo a las que emanan de tribunales extranjeros. Los tratados, la
reciprocidad y, en último término los principios de natural equidad, son las bases en que
descansan estas disposiciones”. De esta manera el legislador señala las directrices en
esta materia, las que han sido denominadas por Guzmán Latorre como condiciones de
reconocimiento, definiéndolas como “aquellos hechos cuya existencia es necesaria para
provocar la aplicabilidad de las sentencias extranjeras”. El derecho chileno no se ocupa
del efecto que puedan tener las sentencias chilenas en el extranjero, porque la
determinación de ello corresponde a la ley extranjera.
Para conceder fuerza a sentencias extranjeras en nuestro país se aplica un
método mixto en el que se combinan tres criterios de aplicabilidad, denominado por los
autores como sistema de cascadas, por cuanto ellos son utilizados en forma subsidiaria y
excluyente entre si, debiendo ajustarse de manera rigurosa al orden legalmente
establecido. En primer lugar se atiende a la existencia de tratados con el país de donde
procede la sentencia, si no existen tratados con tal Estado se aplica el principio de
reciprocidad, y en defecto de ambos, se atiende al criterio de regularidad internacional.

3.2. Reglas del ordenamiento jurídico chileno.

3.2.1. Sistema de los Tratados Internacionales.

Nuestro Código de Procedimiento Civil, establece que la Corte Suprema deberá


atender en primero término a los tratados existentes con el país de donde proviene la
9
GUZMÁN LATORRE, Diego, Tratado de Derecho Internacional Privado… (n°16) p.577.-
sentencia, para determinar su fuerza o eficacia en Chile. Versa el artículo 242 del
Código: “Las resoluciones pronunciadas en país extranjero tendrán en Chile la fuerza
que les concedan los tratados respectivos; y para su ejecución se seguirán los
procedimientos que establezca la ley chilena, en cuanto no aparezcan modificados por
dichos tratados”. Esta redacción se basa en el artículo 951 de la ley de Enjuiciamiento
Civil de España, “Las sentencias firmes pronunciadas en países extranjeros, tendrán en
España la fuerza que establezcan los tratados respectivos”.
Se infiere del artículo 242 en primer lugar, que para analizar la eficacia que haya
de tener una sentencia extranjera en nuestro Estado, debe verificarse si con el Estado del
cual emana la resolución existe un tratado internacional que regule la materia. En caso
positivo se le dará la fuerza que el tratado señale, en caso negativo se atiende al criterio
del artículo siguiente. Por lo tanto, habiendo tratado, a el se subordinará la eficacia que
haya de tener la sentencia extranjera, así como la tramitación del correspondiente
exequátur y el modo en que debe cumplirse la resolución.
El magistrado que conozca del exequátur deberá tramitarlo de la manera que en
el texto internacional respectivo se señale, por lo que al conocer de la acción tendrá que
estudiar las cláusulas del mismo en lo que respecta al procedimiento. Por otra parte en
virtud de lo que señala la segunda parte del artículo: “… y para su ejecución se seguirán
los procedimientos que establezca la ley chilena, en cuanto no aparezcan modificados
por dichos tratados”, se concluye que otorgada eficacia a la sentencia extranjera, el juez
al que corresponda dar cumplimiento a la misma también tiene que estudiar las
cláusulas del tratado respectivo, y aplicarlas en cuanto sean diferentes a las fijadas por
la ley chilena. En ambos casos, si no existen normas en los tratados que digan relación
con lo dicho se aplicarán las normas nacionales.
El tratado más importante celebrado por nuestro país en materia de exequátur, es
el Convenio de Derecho Internacional Privado, anexo al cual se encuentra el Código de
Derecho Internacional Privado también conocido como Código de Bustamante en honor
al jurisconsulto don Antonio Sánchez de Bustamante y Sirvén. Este Código regula la
materia en el título X, libro IV sobre Derecho Privado Internacional, artículos 423 a
437. El 10 de mayo de 1932 se aprobó el tratado por el Congreso Nacional con la
siguiente reserva: “Apruébase el Código de Derecho Internacional Privado, suscrito el
20 de febrero de 1928 en la Sexta Conferencia Panamericana de La Habana, con la
reserva formulada por los delegados de Chile y demás que, ante el Derecho Chileno y
con relación a los conflictos que se produzcan entre la legislación chilena y alguna
extranjera, los preceptos de la legislación actual o futura de Chile prevalecerán sobre
dicho Código en caso de desacuerdo entre unos y otros”.
La aprobación del Código con esta reserva ha causado controversia, ya que por
los amplios términos utilizados en ella, se podría inferir que el Código puede ser
modificado o derogado por la sola voluntad de Chile en forma unilateral, por ejemplo al
dictar disposiciones de contrario imperio al mismo, lo que sería un acto atentatorio a los
principios básicos del Derecho Internacional Privado. Sin embargo, esta opinión no es
siquiera considerada por la doctrina10.
Sin embargo, la principal interrogante que ha suscitado esta reserva es: ¿Cuando
se presenta al procedimiento de exequátur una sentencia extranjera, se aplican las
normas del Código de Bustamante o las del Código de Procedimiento Civil? La primera
distinción que para algunos puede parecer innecesaria, pero la realizo para enfocar y
puntualizar el tema es verificar de que país proviene la resolución:

- Si la resolución proviene de un país que no es miembro del Código de


Bustamante se aplican las normas del Código de Procedimiento Civil.
- Si la resolución proviene de un país signatario del Código de Bustamante, se
ha sostenido que si bien el artículo 242 del Código de Procedimiento Civil se remite al
C. de B. este se ha remitido a su vez al C.P.C., produciéndose una especie de reenvío de
carácter interno, y en consecuencia se aplicará el C.P.C. con preferencia al C. de B. En
apoyo a esta tesis Carlos Stoeherel sostiene: “Hay q tener presente que las disposiciones
del Código de Derecho Internacional Privado rigen únicamente en cuanto no estén en
desacuerdo con la legislación chilena, ya que con esa reserva fue aprobado el citado
cuerpo legal por el Congreso Nacional de nuestro país.”
Otra corriente de opinión, a la cual adhiero, postula que la legislación aplicable
es la del Código de Bustamante puesto que la reserva se refiere a casos en que se
produce un conflicto entre la ley chilena con aquella ley de donde emana el fallo
extranjero, y en el tema objeto de discusión no se está en presencia de un conflicto de
leyes, sino que frente al cumplimiento de una resolución pronunciada por un tribunal
extranjero.
Por otra parte, carece de sentido y de importancia práctica la discusión por
cuanto no existen diferencias sustanciales entre el Código de Bustamante y la
legislación chilena ya que ambas contienen normas armónicas y complementarias, que
10
CÁCERES JARAMILLO, Nelson, Procedimiento de Validación… (n°19) p. 27.-
lejos de obstaculizar el cumplimiento de las sentencias extranjeras permiten favorecerlo,
con notable beneficio para los intereses privados. Hay claras concordancias como por
ejemplo que la sentencia no contravenga el Derecho Público del país donde se pretende
ejecutar, que no se oponga a la jurisdicción nacional, que la sentencia se encuentre
ejecutoriada11.

3.2.2 Sistema de la Reciprocidad.

En caso de que no existan tratados sobre el asunto con el Estado de donde emana
la sentencia, se aplican los artículos 243 y 244 del Código de Procedimiento Civil, los
cuales consagran el principio de reciprocidad. La ilustrísima Corte Suprema definió el
principio de reciprocidad señalando: “consiste en que los países que la utilizan, se
colocan respecto de sus derechos y obligaciones recíprocas actuales y futuras en una
misma e idéntica situación, dando o pidiendo el uno lo mismo que el otro puede pedir o
conceder con arreglo a sus leyes”12.
Los artículos citados consagran la reciprocidad positiva y negativa
respectivamente. La positiva consiste en que si en un Estado extranjero se cumplen los
fallos pronunciados por tribunales chilenos, corresponde otorgar el exequátur, y por lo
tanto, las sentencias de dicho país tendrán en el nuestro la misma fuerza que aquel da a
las sentencias chilenas. Esta reciprocidad se encuentra consagrada en el artículo 243 que
establece: “Si no existen tratados relativos a esta materia con la nación de que procedan
las resoluciones se les dará la misma fuerza que en ella se dé a los fallos pronunciados
en Chile”. La reciprocidad negativa, consiste en que si a la Corte Suprema le consta
fehacientemente que en el país donde se dictó la resolución a la cual pretende darse
cumplimiento en Chile, no se da cumplimiento a las sentencias pronunciadas por
tribunales chilenos, no se debe otorgar el exequátur. El artículo 244 se refiere a este tipo
de reciprocidad estableciendo que “Si la resolución procede de un país en que no se da
cumplimiento a los fallos de los tribunales chilenos, no tendrá fuerza en Chile”
La reciprocidad puede ser de dos clases:
- Legal: Aquella basada en la ley.

11
MONSÁLVEZ MULLER, Aldo, Reconocimiento y Ejecución… (n°10) p.60.-
12
Revista de Derecho y Jurisprudencia, 1915, Tomo XII, Sección 1, p.30; comentado en CÁCERES
JARAMILLO, Nelson, Procedimiento de Validación de la Sentencia… (n°19) p. 29.-
- De hecho: Aquella basada en la jurisprudencia (que implica una serie
continuada de sentencias en el mismo sentido)13.
Fuente de conflicto ha sido esta distinción, puesto que la doctrina difiere en
concluir a cual de estos tipos de reciprocidad se refiere el Código de Procedimiento
Civil. Para un sector de la doctrina en el que encontramos a Alessandri, sólo se aplica la
reciprocidad legal, ya que la consagración positiva ofrece un amplio grado de certeza, al
contrario de la de hecho que es de difícil prueba. Para un segundo sector de la doctrina
la reciprocidad a que hacen referencia los artículos del Código es la de hecho, y para
ello se fundan principalmente en el artículo que sirve de antecedente al 244 del Código
que es el artículo 953 de la Ley de Enjuiciamiento Española, que consagra la
reciprocidad negativa haciendo expresamente alusión a la reciprocidad jurisprudencial
estableciendo: “Si la ejecutoria procede de una nación en que por jurisprudencia no se
dé cumplimiento a las dictadas por tribunales españoles, no tendrá fuerza en España”.
Sin embargo, en nuestro artículo 244 no se nombra a la jurisprudencia y se hace alusión
simplemente a fallos, por lo que podría revertirse el argumento del fundamento de tal
posición, ya que si se eliminó la palabra jurisprudencia es porque precisamente ahora ya
no se refiere solo a la reciprocidad de hecho. Un tercer sector de la doctrina al cual me
sumo, sostiene que no efectuando el Código de Procedimiento Civil distinción alguna,
nuestro ordenamiento jurídico acepta el sistema de reciprocidad en sentido amplio sin
hacer distinciones, por lo que rige en Chile tanto la reciprocidad legal como la de hecho,
y los problemas de carácter probatorio que pudieran acontecer durante el procedimiento
son de exclusiva responsabilidad de la parte que alegue la reciprocidad, la que deberá
acompañar los antecedentes legales o judiciales en que la funde14.
No siendo óbice a lo anteriormente señalado, algunos autores señalan que en el
caso de no existir antecedentes probatorios que permitan respaldar la reciprocidad,
nuestro país debería, sin embargo, por una razón de cortesía internacional aceptar el
cumplimiento de una sentencia extranjera, lo cual permitiría que a futuro en el país de
origen del fallo, se llegue también a aceptar darle fuerza a sentencias chilenas mediante
la vía de la reciprocidad 15. Tal opinión responde a lo criticado que ha sido el sistema de
reciprocidad al que se le considera una negación de la solidaridad humana, en el cual si
ningún Estado diera el primer paso se produciría una negación absoluta al derecho

13
ROFFE ROSENFELD, Pedro, El Exequátur .... (n°14) p. 67.-
14
MONSÁLVEZ MULLER, Aldo, Reconocimiento y Ejecución… (n°10) p. 62.-
15
GUTIÉRREZ LECAROS, Cristian, El Exequátur y su Evolución Jurisprudencial… (n°1) p.47.-
internacional privado y a la realidad global mundial. Considero que esta opinión de
buenas intenciones es errada porque:
- Si la sentencia proviene de un país que no considera el sistema de reciprocidad
para otorgar fuerza a las sentencias extranjeras, ningún efecto tendría el que nuestro
Estado le concediera fuerza a las emanadas de tal Estado.
- Si aplicáramos esta teoría, ningún sentido tendría el artículo 245 del Código de
Procedimiento Civil que sucede a los mencionados, y que establece el criterio de la
regularidad internacional. Al ser nuestro sistema de cascadas en que los criterios se
aplican subsidiariamente, lo que ocurre cuando no hay reciprocidad, ya sea porque no se
ha probado fehacientemente o derechamente no existe, es entrar a la aplicación de las
circunstancias mínimas establecidas en el artículo 245 ya mencionado.
Para terminar hay que tener presente dos precisiones, en primer lugar la
reciprocidad solo se extiende a la fuerza extraterritorial de las resoluciones extranjeras,
y no al procedimiento a que se ceñirá la concesión del exequátur, debiendo la Corte
Suprema aplicar los artículos 247 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. Y en
segundo lugar, la Corte debe además examinar si la sentencia extranjera contraviene el
orden público nacional, ya que éste prima por sobre cualquier otro sistema de
cumplimiento. Nuestra Corte Suprema ha sostenido que “no puede darse cumplimiento
en Chile, ni por lo tanto ofrecerse la reciprocidad para casos análogos, a ninguna
resolución de tribunales extranjeros si son contrarios a las leyes patrias o se oponen a la
jurisdicción nacional”16.

3.2.3 Sistema de la Regularidad Internacional.

Si además de no existir tratados con el Estado de donde emana la sentencia


extranjera, tampoco es posible aplicar reciprocidad, se emplea el tercer criterio previsto
en nuestro ordenamiento jurídico, consagrado en el artículo 245 del Código de
Procedimiento Civil, el cual establece el criterio de la regularidad internacional. En la
práctica, este criterio a pesar de ser el último que considero el legislador en materia de
exequátur, constituye la regla general, puesto que es común que no existan tratados
internacionales con el Estado del cual emana la sentencia, o que nunca ante los
tribunales de dicho Estado se haya presentado a cumplir una sentencia chilena. En lo
que respecta a la reciprocidad puede ocurrir que no existan antecedentes de ella, que
16
CÁCERES JARAMILLO, Nelson, Procedimiento de Validación de la Sentencia…. (n°19) p.30.-
haya imposibilidad de probarla, o que la jurisprudencia haya sido confusa o
contradictoria en el país de origen de la resolución.
Don Arturo Carvajal Cortés señala que la regularidad internacional de los fallos
consiste “en la subordinación del cumplimiento de la sentencia a ciertos requisitos
superficiales, en el sentido de no entrar a analizar la justicia o injusticia intrínseca que
miran salvaguardar el orden público, a verificar el emplazamiento de la parte contra
quien se hace valer, a la observación de las reglas de competencia internacional, etc.;
todos ellos previamente constatados mediante un juicio de reconocimiento”. En el
mismo sentido Monsálvez Muller sostiene que la regularidad internacional consiste “en
que la sentencia extranjera tendrá fuerza o eficacia en Chile, al igual que una sentencia
dictada por un tribunal nacional, previa comprobación de los siguientes elementos de
regularidad: que no contravenga el orden público interno; que el demandado en el juicio
promovido en el Estado extranjero haya sido debidamente notificado de la acción y que
la sentencia se encuentre ejecutoriada conforme a la legislación de su país de origen”.
Positivamente el criterio de la regularidad internacional se consagra en el
artículo 245 del Código de Procedimiento Civil el que establece:
“En los casos en que no pueda aplicarse ninguno de los tres artículos
precedentes, las resoluciones de tribunales extranjeros tendrán en Chile la misma fuerza
que si se hubieran dictado por tribunales chilenos, con tal que reúnan las circunstancias
siguientes:
1- Que no contengan nada contrario a las leyes de la República. Pero no se
tomarán en consideración las leyes de procedimiento a que haya debido sujetarse en
Chile la substanciación del juicio;
2- Que tampoco se opongan a la jurisdicción nacional;
3- Que la parte en contra de la cual se invoca la sentencia haya sido debidamente
notificada de la acción. Con todo, podrá ella probar que, por otros motivos, estuvo
impedida de hacer valer sus medios de defensa;
4- Que estén ejecutoriadas en conformidad a las leyes del país en que hayan sido
pronunciadas.”

El primer inciso del artículo en su inicio establece cuales son los casos de
aplicación (ausencia de tratados internacionales y no aplicación de reciprocidad) para
luego enumerar los requisitos que debe cumplir la sentencia extranjera para ser
cumplida en Chile.
Primera circunstancia: “Que no contenga nada contrario a las leyes de la
República. Pero no se tomarán en consideración las leyes de procedimiento a que
haya debido sujetarse en Chile la substanciación del juicio”.

Este requisito hace una distinción entre leyes sustantivas y leyes de


procedimiento. En lo que se refiere a las leyes de procedimiento en virtud de las cuales
se haya dictado la sentencia extranjera, en su última parte el requisito señala que en esta
materia se aplicará la normativa vigente del Estado en cuyo territorio se haya dictado la
resolución17. De este modo, el legislador ha seguido un principio de amplia aceptación
en la doctrina y el derecho comparado, expresado en la locución latina locus regit
actum. Como sostiene Albónico “Las divergencias en materia de procedimiento que
puedan existir entre la ley chilena y la extranjera no obstan a la ejecución del fallo”. Por
lo que en esta materia se respeta el principio de la ley del foro.
En su parte primera el artículo exige que la sentencia no contraríe las leyes
sustantivas, las leyes de fondo. Esto hace surgir la interrogante: ¿si no las puede
contradecir, ello quiere decir que la resolución debe pronunciarse de acuerdo a las leyes
chilenas? La respuesta es negativa, por lo que se debe determinar bien el alcance de lo
que nuestro ordenamiento entiende por leyes sustantivas, porque de entenderlo en un
sentido estricto no se podría dar cumplimiento a ninguna resolución extranjera. Se debe
entender no estrictamente sino del modo que lo concibió el Proyecto de 1884, en el
artículo correspondiente al precepto en estudio, esto es, en cuanto dichas resoluciones
no sean incompatibles con el Derecho Público chileno ni contrarias a la moral o a las
buenas costumbres”
Diego Guzmán Latorre señala que este requisito tiene un doble significado:
- Que el fallo no contravenga el derecho público chileno. Como dice
Bustamante, “el respeto a la autoridad extranjera, así legislativa como judicial, no puede
llegar hasta el punto de que borre o inutilice los fundamento cardinales en que descansa
la organización nacional del Estado”.
- Que la sentencia extranjera no se haya dictado en conformidad a la ley
extranjera, cuando conforme Derecho Internacional Privado chileno se debió dictar de
acuerdo con la ley chilena”

17
ROFFE ROSENFELD, Pedro, El Exequátur…. (n°14) p.69.-
Segunda circunstancia: “Que tampoco se oponga a la jurisdicción
nacional”.

Una sentencia extranjera se opone a la jurisdicción nacional, cuando ella se


pronuncia sobre un asunto que en conformidad a las leyes de nuestro país ha debido ser
conocida por los tribunales chilenos. Por lo tanto, si el competente para conocer sobre
un determinado asunto es un tribunal chileno, y la sentencia extranjera se pronuncia
sobre esta materia y luego se quiere hacer ejecutar en nuestro país, tal resolución es
contraria a nuestra jurisdicción.
Anabalón señala cuales son los casos en que la sentencia extranjera atenta contra
la jurisdicción nacional:

- Cuando la resolución emana de un tribunal que hubiere conocido de un asunto


que la ley chilena no permite someter a arbitraje.
- Cuando se dictare en contravención a los principios que informan nuestra
legislación positiva en lo tocante a los efectos de la ley.
- Cuando tales resoluciones estuvieren en pugna o contravinieren nuestras leyes
básicas sobre la jurisdicción o competencia judicial.
- Cuando la resolución extranjera contenga declaraciones o una decisión
contrarias a las que se hubiesen formulado con anterioridad sobre la misma materia los
tribunales chilenos.

Tercera circunstancia: “Que la parte en contra de la cual se invoca la


sentencia haya sido debidamente notificada de la acción. Con todo, podrá ella
probar que, por otros motivos, estuvo impedida de hacer valer sus medios de
defensa”.

Principio básico del derecho es que nadie puede ser juzgado sin ser oído, toda
persona tiene derecho a defensa. Este requisito resguarda la bilateralidad del juicio. Con
la modificación que introdujo la dictación del decreto ley número 2.349, publicado en el
Diario Oficial el 28 de Octubre de 1978, que modificó este número del artículo 245 que
exigía que el fallo extranjero no hubiere sido dictado en rebeldía, se puso nuestra
legislación en sintonía con el Código de Bustamante, que en su artículo 423 número 2
exige también: “Que las partes hayan sido citadas personalmente o por su representante
legal, para el juicio”. Con la dictación de este decreto se confirma la garantía establecida
en el artículo 19 número 3 de la Constitución Política de la República de nuestro país,
del debido proceso.

Cuarta circunstancia: “Que estén ejecutoriadas en conformidad a las leyes


del país en que hayan sido pronunciadas”

Este requisito se establece para asegurar la estabilidad y seguridad internacional,


puesto que no sería lógico poder cumplir sentencias en nuestro Estado que en su país de
origen no se pueden ejecutar por no tener aún el carácter de firmes o ejecutoriadas.
En esta circunstancia hay que diferenciar por una parte la calificación jurídica de
sentencia ejecutoriada, y por otra el hecho de saber cuando la sentencia esta
ejecutoriada. Para nuestro ordenamiento jurídico “se entenderá firme o ejecutoriada una
resolución desde que se haya notificado a las partes, si no procede recurso alguno en
contra de ella; y, en caso contrario, desde que se notifique el decreto que la manda
cumplir, una vez que terminen los recursos deducidos, o desde que transcurran todos los
plazos que la ley concede para la interposición de dichos recursos, sin que se hayan
hecho valer por las partes. En este último caso, tratándose de sentencias definitivas,
certificará el hecho el secretario del tribunal a continuación del fallo, el cual se
considerará firme desde este momento, sin más trámites”. Sin embargo, para saber
cuando se reputa ejecutoriada una resolución extranjera hay que atender a lo establecido
por la legislación del Estado del cual emana la sentencia objeto del exequátur,
atendiendo a los requisitos exigidos por el ordenamiento jurídico de tal nación para
otorgarla tal calidad a la sentencia.

4. Procedimiento

El objeto principal del proceso de exequátur, es determinar si se puede conceder


eficacia y reconocimiento en Chile a una sentencia extranjera, de manera que sea
considerada de la misma forma que si hubiera sido pronunciada por un tribunal
nacional, y por lo tanto, admitir su valor de cosa juzgada, y proceder o no a su
ejecución. Para tal propósito nuestra legislación establece el procedimiento a seguir en
los artículos 247 a 251 del Código de Procedimiento Civil.
4.1. Demanda

Como todo juicio el procedimiento de exequátur comienza por una demanda,


que al no disponer de una regulación especial, debe cumplir con los requisitos indicados
en el art. 254 del Código mencionado, y que se establecen para este tipo de actuación.
En virtud de que el proceso se centra principalmente en el análisis de una sentencia
extranjera, esta debe acompañarse a la petición en copia debidamente legalizada en
conformidad a lo dispuesto en los artículos 247 y 345 del nombrado Código. Si el fallo
ha sido extendido en lengua extranjera, tendrá que presentarse debidamente traducido en
conformidad al art. 347. Por último, si la resolución que busca aprobación ha sido
expedida por un juez árbitro, su autenticidad y eficacia se hará constar por el visto
bueno u otro signo de aprobación emanado de un tribunal superior ordinario del país
donde se haya dictado el fallo (art. 246).

4.2. Tribunal Competente

Para saber ante que tribunal se debe acudir para presentar la demanda, hay que
leer el art. 247 que prescribe “En todos los casos a que se refieren los artículos
precedentes, la resolución que se trate de ejecutar se presentará a la Corte Suprema en
copia legalizada”. Claramente se indica que el tribunal competente para conocer de esta
materia es el más alto tribunal de nuestro país, la Corte Suprema, que conocerá del
asunto en sala.

4.3. Contestación

Según lo dispuesto por el art. 248 en los casos de jurisdicción contenciosa, el


término otorgado para que el demandado exponga lo que estime conveniente, es igual al
emplazamiento otorgado para contestar demandas en el procedimiento ordinario,
regulado en los arts. 258,259 y 260 del mismo Código de Procedimiento Civil, y reza
“En los casos de jurisdicción contenciosa, se dará conocimiento de la solicitud a la parte
contra quien se pide la ejecución, la cual tendrá para exponer lo que estime conveniente
un término igual al de emplazamiento para contestar demandas”.
En su contestación el demandado puede oponer excepciones dilatorias y
perentorias, las primeras debe oponerlas dentro del término de emplazamiento, de
acuerdo a las reglas prescritas en el art. 303 y siguientes del nombrado Código, y las
segundas debe oponerlas en el mismo plazo, ellas dicen relación con que la sentencia no
cumple con los sistemas previstos por nuestra legislación para proceder a otorgar
eficacia a la misma, es decir, pueden apuntar por ejemplo a que ella se trata de cumplir
en virtud de un tratado inexistente o prescrito, a que la reciprocidad alegada no existe o
no ha sido probada, a que no se cumple con alguno de los requisitos exigidos en el
artículo 245, en que se establece como ya se ha señalado el sistema de regularidad
internacional. En resumen pedir el rechazo por no cumplirse con los sistemas escogidos
por nuestra legislación para que el fallo pronunciado por otro Estado pueda ser
reconocido en Chile.

4.4. Actividad del Tribunal

El inciso segundo del art. 248 prescribe que la Corte con la contestación de la
parte o en su rebeldía resolverá si concede o no el exequátur. Sin embargo, si el tribunal
lo estima necesario, podrá abrir un término de prueba antes de resolver, el que se ceñirá
a las mismas reglas establecidas para la prueba de los incidentes (art. 90 del referido
Código). Art. 250: “Si el tribunal lo estima necesario, podrá abrir un término de prueba
antes de resolver, en la forma y por el tiempo que este Código establece para los
incidentes”. La recepción de la causa a prueba por parte del tribunal es una actitud
totalmente facultativa.

4.5. Audiencia obligatoria del Ministerio Público

Previo a resolver, la Corte Suprema se encuentra obligada, según lo dispuesto


por el inciso segundo del art. 248 a enviar el proceso al fiscal judicial. Con el expediente
en su poder el fiscal estudia los antecedentes del caso, y posterior a ello reenvía un
informe fundado respecto a si de acuerdo al estudio efectuado, corresponde denegar o
aceptar el reconocimiento solicitado, instruyendo todo lo que considere pertinente al
respecto. Este informe no es vinculante para el Supremo Tribunal.

4.6. Sentencia

Posterior a la audiencia del Ministerio Público, y al envío del informe, trayendo


los autos en relación la Corte Suprema pronunciará sentencia, determinando si concede
o deniega el reconocimiento a la sentencia objeto del juicio. En los asuntos de
jurisdicción no contenciosa según lo prescrito por el art. 249 del Código ya referido, el
tribunal resolverá con la sola audiencia del fiscal judicial.
En lo que respecta al cumplimiento de la sentencia, en el caso de que se admita
la misma, este deberá solicitarse al tribunal a quien habría correspondido conocer del
negocio en primera o en única instancia, si el juicio se hubiera promovido en Chile, de
acuerdo a lo ordenado por el art. 251 del estatuto ya mencionado.

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