Sei sulla pagina 1di 20

Curso “Aspectos básicos de fisiología perinatal”

Unidad 5: Metabolismo hidroelectrolítico. Pérdida insensible de


agua

Docente: Dr. Ernesto Lupo

TABLA DE CONTENIDOS

Tabla de contenidos .................................................................................... - 1 -

Introducción................................................................................................ - 2 -

Distribución del agua en el organismo........................................................ - 2 -

Modificaciones en la distribución del agua ................................................. - 4 -


Osmorregulación y presión coloideosmótica en el feto y el RN ...........................- 6 -
Flujo linfático en el feto y el RN .......................................................................- 8 -
Compartimentos líquidos especiales .................................................................- 9 -

Cambios en el período perinatal inmediato ..............................................- 10 -


Cambios posnatales durante la transición al ambiente extrauterino .................. - 11 -

Pérdida insensible de agua .......................................................................- 13 -


El desarrollo de la piel en el feto y en el RN.................................................... - 14 -

A modo de cierre .......................................................................................- 17 -

Bibliografía ................................................................................................- 18 -

-1-
INTRODUCCIÓN

En esta unidad nos referiremos a los cambios en el contenido de agua corporal que
experimentan el feto y el recién nacido (RN). Vamos a explicar los mecanismos que
regulan estos cambios en los espacios intra y extracelular.

Por su importancia en la práctica cotidiana, mencionaremos las principales


diferencias que existen en la adaptación a la vida posnatal entre los RN de término
y los prematuros, especialmente aquellos más inmaduros y con menor peso de
nacimiento.

Tanto el metabolismo del agua como las pérdidas insensibles a través de la piel son
procesos fisiológicos de gran trascendencia en el período neonatal. En esta etapa
existen diferencias evidentes en los mecanismos de ambos aspectos con relación al
niño mayor y el adulto. Por eso es necesario que conozcamos los puntos principales
de estos procesos, ya que nos será de gran utilidad, en especial en el manejo de los
RN enfermos y en los prematuros extremadamente pequeños

Para entrar en el tema de esta unidad, vamos a comenzar revisando cómo se


distribuye el agua corporal total y, luego, iremos explicando los cambios que se
producen en el feto y el RN.

DISTRIBUCIÓN DEL AGUA EN EL ORGANISMO

En todos los períodos del desarrollo y en todas las edades, el agua es el mayor
componente de la masa corporal. Sin embargo, a medida que el individuo crece,
se producen cambios importantes y graduales, tanto en la cantidad relativa de agua
como en su distribución en el organismo. Es importante que conozcamos estos
cambios para comprender el comportamiento de nuestros pacientes en distintas
situaciones fisiopatológicas.

-2-
Tradicionalmente, el agua corporal total (ACT) se suele distribuir en dos grandes
compartimentos íntimamente relacionados entre sí:

• el agua extracelular (AEC), y

• el agua intracelular (AIC).

A su vez, el AEC se puede dividir en dos subcompartimentos: el líquido


intersticial (LI) y el volumen sanguíneo (VS). Este último tiene dos
componentes: el volumen de glóbulos rojos (VGR), también denominado
volumen eritrocitario, y el volumen plasmático (VP). En la figura 1
organizamos esta información:

Agua corporal total


(ACT)

Agua intracelular Agua extracelular


(AIC) (AEC)

Volumen sanguíneo Líquido intersticial


(VI) (LI)

Volumen glóbulos rojos Volumen plasmático


(VGR) (VP)

Figura 1. Distribución del agua corporal total

Simplificando, y a los fines prácticos, podemos destacar en el ACT la presencia de


tres grandes compartimentos que, lejos de ser estancos, mantienen una estrecha y
dinámica relación entre sí:

• el volumen plasmático,

• el líquido intersticial, y

• el AIC.

-3-
Lo más importante que debemos considerar y recordar es que la cantidad de
agua en estos tres espacios difiere totalmente en el feto y el RN que en el adulto. Y
que estos cambios, como ya dijimos, tienen lugar progresivamente, sobre todo
durante la etapa intrauterina y en los primeros meses de vida posnatal.

Durante la etapa fetal temprana, el


contenido de agua del feto alcanza el 95%
del peso corporal. Esta proporción
disminuye gradualmente: llega a
representar el 80% a los 8 meses de
gestación y el 75% al término del
embarazo.

Continuemos, entonces, observando estos cambios con más detalle.

MODIFICACIONES EN LA DISTRIBUCIÓN DEL AGUA

Nos interesa destacar que lo que observamos en el período perinatal es que, en


forma concomitante con los cambios en el contenido del ACT, se producen
significativas modificaciones en la distribución del agua corporal.

Por un lado, el agua extracelular total o AEC disminuye rápidamente en las últimas
semanas de gestación y en las primeras de vida posnatal debido, sobre todo, a una
disminución del líquido intersticial (LI), mientras que las variaciones en el volumen
plasmático o VP son menores, y permanen entre el 4 y el 5% del peso corporal
total.

Simultáneamente, se produce un incremento más gradual del agua intracelular


(AIC), debido a la conjunción de varios factores, como son el aumento de la
densidad celular, el depósito de substancias en la matriz extracelular y la
acumulación de grasa corporal en la etapa fetal tardía.

-4-
Estos cambios en la distribución del agua continúan en el período neonatal y en los
primeros meses de vida. Vamos a observar que se produce una continua
disminución del ACT hasta los nueve meses de edad, cuando representa el 62% del
peso corporal. De manera simultánea, alrededor de los dos meses de vida el AIC
alcanza su máxima proporción (el 43%) y el AEC ha disminuido hasta representar
el 30% de la masa corporal. A partir de allí, tanto el AEC como el AIC muestran, a
lo largo del tiempo, una lenta disminución con relación al peso corporal, como se
observa en la figura 2.

AIC alcanza el 43%


AEC disminuye al 30% ACT disminuye al 62%

2 meses 9 meses

AIC: AGUA INTRACELULAR. AEC: AGUA EXTRACELULAR. ACT: AGUA CORPORAL TOTAL.

Figura 2. Cambios en la distribución del agua en los primeros meses

Nos interesa mencionar aquí que estos cambios en la composición corporal


muestran una tendencia similar en las diferentes especies de mamíferos en que
fueron estudiados, si bien varían en cuanto a su magnitud, y en el momento y la
dinámica con que se producen.

Con respecto al volumen de sangre y de plasma, de los estudios realizados se


desprende que el volumen de sangre circulante en el feto es considerablemente
mayor que en el RN, especialmente debido a que alrededor de un tercio del
volumen sanguíneo fetal está contenido en el cordón umbilical y en la placenta. De
la misma forma, resulta evidente que el RN tiene un volumen sanguíneo, expresado
en ml/kg de peso corporal, mayor que el adulto. En todas las especies estudiadas la
relación volumen sanguíneo del RN / volumen sanguíneo del adulto es mayor a 1.

Esta distribución del agua es la que permite el equilibrio fisiológico entre los
diferentes compartimentos merced a gradientes electroquímicos a través de las

-5-
membranas que los separan. También enfatiza el papel del espacio extracelular
como un “escudo” que protege al intraceluar de los cambios del medio ambiente.

Es conveniente que repasemos ahora el papel que juega la regulación osmótica y la


importancia de la presión coloideosmótica. Asimismo, señalaremos algunos
aspectos que nos explican y describen el movimiento del agua entre los distintos
compartimentos del cuerpo.

Osmorregulación y presión coloideosmótica en el feto y el RN

La osmolalidad es una propiedad


intrínseca de los líquidos que resulta de
todas las partículas disueltas en él, ya sean
cristaloides (iones) o coloides (moléculas).
La presión ejercida por estas partículas en
la solución es su presión osmótica, que
está determinada por el número de
partículas (no por su masa) y se expresa
en osmoles, donde 1 osmol de soluto
disuelto en 1 kg de agua representa una
osmolalidad de 1 osmol/kg.
La osmolalidad normal del AEC y el AIC es
de 300 miliosmoles/kg.

Esta presión osmótica se pone de manifiesto cuando dos soluciones con diferentes
concentraciones de partículas disueltas están separadas por una membrana
semipermeable como es, por ejemplo, la membrana capilar. Las moléculas que
debido a su tamaño no son capaces de cruzar la membrana se denominan
coloides, y son responsables de la presión oncótica de la solución.

En nuestro organismo, los coloides que determinan la presión oncótica están


constituidos por las proteínas plasmáticas (albúmina, globulinas y fibrinógeno).
Debido a que la concentración de albúmina es mucho mayor que la de las otras
proteínas, ésta es la principal responsable de la presión oncótica del plasma.

-6-
Al pH fisiológico, la carga neta de proteínas plasmáticas es negativa, por lo tanto,
los iones con carga positiva (especialmente el Na) son atrapados por esas proteínas
para mantener la electroneutralidad a través de la membrana capilar. Así, resulta la
presión coloideo osmótica, que es el 50% mayor que la que ejercerían las
proteínas solas.

La regulación del movimiento de los líquidos a través de una membrana capilar fue
descripta por Starling en 1896. La denominada “ley de Starling” se expresa por
medio de la siguiente ecuación:

QS = KF {(PC – PI) – R (COP – COI)}

Qs = total de flujo de líquido a través de la membrana capilar


Kf = coeficiente de filtración del líquido
Pc = presión hidrostática capilar
Pi = presión hidrostática intersticial
R = coeficiente de reflexión
COP = presión osmótica capilar
COI = presión osmótica intersticial

La fórmula nos muestra que la dirección del flujo entre los espacios intravascular e
intersticial depende de la interacción de las llamadas fuerzas de Starling, a saber:

• la presión hidrostática capilar,

• la presión oncótica (concentración de proteínas),

• la presión hidrostática intersticial, y

• el flujo linfático.

El balance entre estos factores produce una fuerza neta de entre 10 y 15 mmHg en
la arteriola final, haciendo que el líquido fluya del espacio intravascular al
intersticial. En contraste, los mismos factores actuando en la vénula producen una
fuerza igual pero negativa, lo que genera el flujo de líquido en sentido inverso.

-7-
Flujo linfático en el feto y el RN

Si bien no hay estudios importantes en humanos, de la experimentación animal se


puede inferir el concepto de que el flujo linfático, en relación con el peso corporal,
es significativamente mayor en el período neonatal. Puede ser que este
incremento indique el elevado volumen de LI del RN en comparación con niños
mayores y con adultos. En el feto, el flujo linfático parece ser aún mayor que en el
RN.

Para que se comprenda mejor, podemos resumir estos conceptos del siguiente
modo: el líquido pasa del plasma al intersticio por el efecto combinado de los
gradientes de presiones hidrostática y coloideosmótica a nivel de la membrana
capilar. El sistema linfático balancea este egreso bombeando LI hacia la circulación.
Por lo tanto, en condiciones ideales, el balance entre el VP y el LI está determinado
por la relación entre la filtración capilar y el flujo linfático.

Los organismos multicelulares complejos tienen mecanismos que monitorean y


regulan la composición del AEC para que actúe como amortiguador o buffer entre el
AIC y un ambiente externo a veces hostil y siempre propenso a cambios bruscos.
Estos mecanismos son, por ejemplo, la secreción de hormonas, los ajustes en la
función renal, la ingesta enteral de agua y solutos.

El volumen del AIC está principalmente influenciado por el movimiento pasivo de


agua debido a un gradiente de presión osmótica a través de la membrana celular.
Ahora bien, no debemos caer en el error de asumir que la célula no tiene ningún
mecanismo activo para regular su volumen. Por el contrario, las células responden
a los cambios de volumen, ganando o perdiendo solutos osmóticamente activos. La
respuesta más rápida a estos cambios es la variación en el ritmo del ingreso o la
pérdida de cloruro de potasio.

Sin embargo, este mecanismo no es sostenible por mucho tiempo ni suficiente ante
los cambios severos de volumen, dado que las modificaciones importantes de las
concentraciones de potasio pueden tener consecuencias nefastas para la función
celular. Para regular la pérdida o la ganancia de los solutos osmóticamente activos,
las células disponen en su citoplasma de pequeñas moléculas llamadas osmolitos

-8-
orgánicos, compuestos cuyos niveles pueden cambiar significativamente sin
producir efectos nocivos para la célula. Estos osmolitos orgánicos son de tres
clases:

• polialcoholes: sorbitol y mioinositol;

• aminoácidos: taurina, alanina y prolina;

• metilaminas: betaína y glicerofosforilcolina.

Entonces, ante un cambio osmótico que tienda a reducir el volumen celular, se


genera una acumulación de estos osmolitos que ingresan desde espacio
extracelular y que también son producidos por la misma célula. Y en la situación
opuesta, con células edematosas, estos compuestos disminuyen por mecanismos
inversos.

Compartimentos líquidos especiales

Si queremos comprender íntegramente el metabolismo hídrico en el período


perinatal, debemos considerar además la cantidad de líquido acumulado en
espacios especiales.

Antes del nacimiento, los pulmones fetales están llenos de líquido que es
activamente producido por una secreción de iones cloruros hacia los alvéolos. El
exceso de producción es eliminado al líquido amniótico a través del árbol
respiratorio. Cada 24 horas, el volumen de líquido pulmonar que produce el feto es
de gran magnitud, ya que representa entre el 10 al 15% de su peso corporal. Como
ejemplo, podemos señalar que un feto de 2000 g produce diariamente entre 200 y
300 mL de líquido pulmonar. Luego del nacimiento, esta cantidad significará una
importante fuente de líquido que el RN debe metabolizar.

El estómago también puede ser un reservorio importante de líquido,


especialmente en los RN que tienen alguna obstrucción parcial o total al vaciado
gástrico.

-9-
Como en otros procesos fisiológicos que estamos describiendo a lo largo del curso,
el nacimiento significa un punto de inflexión en donde se producen intensos
cambios que permitirán que la adaptación al medio extrauterino se realice en forma
adecuada. Veremos ahora los principales eventos que ocurren antes y después de
nacer en el metabolismo del agua.

CAMBIOS EN EL PERÍODO PERINATAL INMEDIATO

Algunos estudios sugieren que el feto experimenta ciertos cambios importantes en


el metabolismo hídrico pocos días, horas y minutos previos al parto.

Los pulmones tienden a “secarse” algunos días antes del nacimiento, al


disminuir la producción de líquido pulmonar mediada por cambios en la
concentración plasmática de catecolaminas, vasopresina y cortisol. Además, hay un
incremento en la presión arterial que, si se trasmite a los capilares, modificaría la
distribución transcapilar de líquidos.

Durante el trabajo de parto y el parto, tanto en los humanos como en animales,


disminuye el VS a expensas de una disminución del VP, manteniéndose estable el
VGR con el consiguiente incremento del hematocrito. Los mecanismos que median
la disminución del VP durante el trabajo de parto y el parto son multifactoriales e
incluyen, entre otros:

• las contracciones uterinas que producen una compresión directa del feto
aumentando la presión vascular;

• la hipoxia relativa que genera una pérdida del VP hacia el LI; y

• la presencia de algunas sustancias vasoactivas (arginina, vasopresina,


norepinefrina, cortisol, factor atrial natriurético) que tiene la capacidad de
reducir el VP.

- 10 -
Cambios posnatales durante la transición al ambiente extrauterino

En RN sanos, hacia la segunda semana de vida se han modificado el ACT y su


distribución entre los distintos compartimentos. Estos cambios están probablemente
relacionados con una serie de eventos fisiológicos asociados que incluyen:

• cambios en la síntesis y el metabolismo de agentes vasoactivos:


prostaglandinas, vasopresina, factor atrial atriurético;

• pérdida del lecho vascular placentario;

• cierre del ductus arterioso;

• incremento del flujo sanguíneo renal;

• apertura de la circulación pulmonar;

• exposición de la piel al aire ambiente;

• iniciación de la alimentación enteral.

Aun cuando son escasos los datos acerca de los mecanismos fisiológicos en esta
etapa, podemos inferir que ocurre una secuencia clara de hechos.

Los estudios confirman que la pérdida de peso en los primeros días de vida, que es
de alrededor del 5 al 10 % en condiciones habituales, se produce a expensas de
una pérdida de agua más que a un estado catabólico, como se había sugerido
antes. Además, esta agua proviene del LI, mientras que el VP y el AIC permanecen
estables o disminuyen levemente. Asimismo, el descenso de peso se asocia con un
aumento de la diuresis, un balance negativo de Na y un incremento en la natremia.

Hacia la segunda semana de vida, el peso


ya retorna a valores similares a los del
nacimiento y disminuye la pérdida urinaria
de agua y sal. Sin embargo, el AEC no
vuelve a sus valores porcentuales de peso
corporal previos; esto hace que la relación
entre AEC y AIC sea cercana a la que
alcanzará en los meses siguientes.

- 11 -
Lo que hemos descripto puede estar influido por algunos factores relacionados con
el momento del parto. Si bien carecemos de estudios bien controlados y con un
número suficiente de casos, se sugiere que el ACT, el AEC y el AIC están
incrementadas en los RN por cesárea comparándolos con los nacidos por vía
vaginal. Lo mismo podemos decir de las madres que reciben grandes cantidades de
líquidos endovenosos durante el trabajo de parto o medicaciones que pueden
alterar su metabolismo hídrico, como corticoides y útero inhibidores. Todas pueden
tener potenciales repercusiones sobre el feto y el RN, tales como incremento del
AEC, hiponatremia y trastornos en la adaptación pulmonar.

Debemos destacar que ésta es la única situación en la vida en la que pérdida de


peso de la magnitud de las que mencionamos (del 5 al 10% del peso corporal en el
término de 3 a 5 días) no es consecuencia de alteraciones graves de la hidratación
y del equilibrio hidroelectrolítico. Por el contrario, son la manifestación de
mecanismos normales de adaptación a un verdadero “cambio de vida” entre el
medio ambiente intrauterino y el extrauterino.

Algunos de esos mecanismos de adaptación más significativos son:

• el inicio de la respiración pulmonar;

• el pasaje de una circulación fetal, en la que los circuitos pulmonar y


sistémico funcionaban en paralelo, a una circulación neonatal donde los
circuitos derecho e izquierdo funcionan en serie;

• el aumento de la presión arterial sistémica simultáneo a la


disminución de la presión en el circuito pulmonar;

• la desaparición del aporte continuo de agua y nutrientes a través de la


placenta y el comienzo de una alimentación fraccionada regulada por la
demanda;

• la necesidad del RN de asumir el control y la regulación de la


temperatura corporal.

Estos cambios, que en condiciones normales ocurren espontáneamente y sólo


requieren de medidas básicas de confort que, la inmensa mayoría de las veces, los
padres saben administrar naturalmente, en otras ocasiones requieren de nuestra

- 12 -
intervención. Somos nosotros, médicos y personal de enfermería, quienes
conociendo detalladamente los cambios que se producen en este período podremos
actuar para contribuir a que la adaptación a la vida extrauterina sea lo más
fisiológica posible.

Pasemos a continuación al segundo tema de esta unidad, que es la pérdida


insensible de agua a través de la piel. Como veremos, este mecanismo cobra una
muy especial importancia en los prematuros extremadamente pequeños.

PÉRDIDA INSENSIBLE DE AGUA

De todos los órganos y sistemas que se adaptan a la vida extrauterina, la piel es


quizás la que deba adecuarse a un nuevo ambiente y a nuevas exigencias de
manera más aguda y rápida.

Una de las funciones fundamentales de la piel es la actuar en la termorregulación


del organismo. Para cumplirla, en la superficie cutánea se experimenta un proceso
continuo de evaporación de agua que se conoce como pérdida insensible de
agua (PIA). Este proceso, aunque en menor cuantía, también tiene lugar en la vía
respiratoria.

La pérdida insensible de agua por la piel tiene un costo energético de importancia,


que debe ser tenido en cuenta. Por cada gramo de agua que se evapora como PIA
se consumen 0.87 kcal, facilitando la pérdida de calor y el mantenimiento del
equilibrio térmico del organismo.

El agua que se evaporar proviene del AEC; por capilaridad, pasa a través de las
capas de la piel (de la dermis y la epidermis), llega a su superficie y, en contacto
con el aire y en condiciones adecuadas, se evapora.

La capacidad y la magnitud de este mecanismo básicamente fisiológico dependen,


sobre todo, de las características de la piel. Es muy importante que diferenciemos

- 13 -
conceptualmente este mecanismo del sudor, que es un proceso activo de
termorregulación en condiciones especiales.

Para facilitarles la comprensión de esta diferencia, conviene entonces que


repasemos someramente cómo se desarrolla la piel en el feto y el RN.

El desarrollo de la piel en el feto y en el RN

La epidermis del embrión y del feto carece completamente de estrato córneo hasta
la semana 22 de gestación; es por lo que hasta ese momento actúa como una
membrana permeable que permite la difusión de agua entre el AEC del feto y el
líquido amniótico.

A partir de la semana 22 de la gestación se produce, en forma gradual y


progresiva, la queratinización de la epidermis hasta que, en la semana 34, el
estrato córneo está completamente desarrollado.

Destacamos entonces un hecho de suma importancia: si un RN nace antes


de que este proceso se haya completado, tendrá inicialmente una piel más
permeable y una capacidad más limitada de regular la pérdida insensible
de agua.

Esta maduración de la piel no puede ser estimulada ni acelerada prenatalmente


como sucede con los corticoides. Pero una vez nacido el prematuro, e
independientemente de la edad gestacional, la piel experimenta un proceso de
maduración acelerado en las primeras 2 a 3 semanas de vida con el desarrollo de
un estrato córneo que termina por ser igual al de un RN de término.

La importancia de esta característica de la piel del prematuro en esos primeros días


de vida es que está demostrado que permite una PIA muy aumentada y esto
predispone a una complicación que puede tener consecuencias serias: la
deshidratación hipertónica.

- 14 -
El valor de la PIA en un prematuro varía considerablemente con relación a los
siguientes factores:

• la edad gestacional (EG);

• el peso de nacimiento (PN);

• la edad posnatal;

• la exposición de la piel al medio ambiente;

• el nivel de la humedad ambiente; y

• el uso de diferentes tipos de incubadoras o cunas radiantes.

Veamos de qué modo puede influir cada uno de ellos.

• La edad gestacional y el peso de nacimiento actúan de manera similar


en relación con la PIA: cuanto menores son la EG y el PN, la PIA aumenta en
forma exponencial.

• La edad posnatal, como ya dijimos, tiene una importancia crucial dado


que, en los primeros días de vida, la PIA es máxima, luego va disminuyendo
drásticamente en las dos primeras semanas a expensas de la maduración de
la piel hasta alcanzar, hacia la tercera semana de vida, niveles similares a
los de un RN de término.

• En cuanto a la exposición de la piel al medio ambiente, es fundamental


cubrir al prematuro para que disminuya la PIA. El efecto de la vestimenta o
de una sábana plástica que cubra completamente al prematuro
disminuyendo la PIA se produce a través de su acción en la capa límite.
Ésta es una delgada capa de aire que está en contacto con la piel y que se
mueve más lentamente que el resto del aire; si el RN está cubierto, se
aquieta aún más permitiendo que se sature de humedad e impide una
mayor evaporación de agua por la piel. Este efecto se obtiene
indistintamente ya sea en una incubadora o en una cuna radiante.

- 15 -
• Con relación al nivel de humedad en el ambiente, a medida que la
humedad es menor la PIA aumenta sensiblemente y viceversa si la humedad
ambiental es alta. Veamos unos datos que expresan bien este fenómeno: en
el primer día de vida, un RN de 1000 g colocado en un ambiente con una
humedad del 20% pierde por la piel una cantidad de agua equivalente a 1/5
de su peso, es decir, 200 g/24 h. Si el ambiente tiene una humedad del
80%, la pérdida de agua se reduce a 53 g/24 h, es decir, cuatro veces
menos.

Los mejores resultados en el intento de disminuir la PIA en un prematuro, para


facilitar el mantenimiento del equilibrio hidroelectrolítico y la regulación de la
temperatura corporal, se obtienen colocándolo en un nido y cubriéndolo con una
sábana plástica, a lo que le podemos sumar una pequeña cúpula de acrílico por
sobre el RN que debe tener un espesor mínimo de 3 mm, manteniendo una
humedad ambiental elevada.

- 16 -
Es esencial que el RN se encuentre en un
ambiente de alta humedad, aspecto que
probablemente sea el más importante para
tener en cuenta.

En definitiva, el objetivo final debe ser proporcionar un ambiente térmico neutral,


entendiendo por esto un ambiente que le permita al prematuro mantener su
temperatura corporal en el rango normal sin necesidad de generar calor endógeno,
que le ocasiona un aumento del consumo de oxígeno. Asimismo, estas medidas
contribuyen a evitar las variaciones bruscas de la osmolalidad plasmática
manteniendo la concentración de la natremia dentro de los límites normales.

A MODO DE CIERRE

En la primera parte de esta unidad, hemos revisado los aspectos más salientes del
metabolismo del agua y su estrecha relación con la regulación de los electrolitos, en
especial el sodio plasmático. En la inmensa mayoría de los RN de término sanos, los
mecanismos que regulan este metabolismo se comportan adecuadamente en forma
espontánea y, eventualmente, con mínimas intervenciones naturales, como por
ejemplo la temprana puesta al pecho.

Por el contrario, en los prematuros, en especial en los más pequeños, ocurren


alteraciones muy frecuentes debido a la labilidad de los procesos fisiológicos que
aún no están bien desarrollados.

Coincidirán con nosotros en que el conocimiento de estos procesos, por lo tanto, es


esencial para implementar las conductas apropiadas, tanto de prevención, que son
las más efectivas, como las terapéuticas. El complejo manejo de los trastornos
hídricos implica necesariamente la comprensión de los mecanismos subyacentes a

- 17 -
la regulación fisiológica de la homeostasis del agua en los distintos espacios
corporales.

En la segunda parte revisamos la pérdida insensible de agua a través de la piel, que


es uno de los mayores problemas de los prematuros muy pequeños, ya que la
cantidad de agua que se pierde, de no tomar medidas apropiadas, es enorme.

Para que tengan una idea de la magnitud de este proceso es ilustrativo conocer que
un prematuro que pesa entre 1000 y 1500 g puede perder 2 a 4 mL de agua/kg/h;
y los de menos de 1000 g, hasta 7 mL/kg/h. Y comparen esas cifras con las
correspondientes a un RN de término: éste pierde 0,2 mL/kg/h.

De allí, la necesidad de conocer adecuadamente los motivos y los mecanismos que


llevan a este proceso, a fin de prevenir las alteraciones que puedan producirse o
corregirlas cuando ya han ocurrido.

BIBLIOGRAFÍA

• Anderson B. Regulation of body fluids. Annu Rev Physiol 1977, 39: 185.

• Bauer K, et al. Body composition, nutricion and fluid balance during the first
two weeks of life in preterm neonates weighing less than 1500 grams. J
Pediatr 1991, 118:615.

• Baum JD et al. Studies on colloid osmotic pressure in the fetus and newborn
infants. Biol Neonate 1971, 18: 311.

• Bell EF, Gray JC, Weinstein MR, Oh W. The effects of thermal environment
on heat balance and insensible water loss in low birth weight infants. J
Pediatr 1980, 96: 452.

- 18 -
• Brace RA. Fetal Blood volume, extracellular fluid, and lynphatic funcion. En:
Fetal and Neonatal Body Fluids: The Scientific Basis for Clinical Practice.
Brace RA et al (eds.), Ithaca, Perinatology Press, 1989.

• Brace RA, Christian JL. Transcapillary Starling pressures in the fetus,


newborn, adult, and pregnant adult. Am J Physiol 1981; 240: H843.

• Buscaglia JC, Buscaglia GC. Termorregulación y perspiración insensible en el


prematuro de muy bajo peso. Mecanismos implicados y recomendaciones
para su correcto control. Arch Arg Pediatr 1991, 89: 31.

• Ceriani Cernadas JM. El recién nacido prematuro. Aspectos epidemiológicos


de la prematurez y cuidados iniciales del prematuro de muy bajo peso. En:
Neonatología Práctica, Ceriani Cernadas JM y col. (eds). 4ª edición, Editorial
Panamericana, Buenos Aires, 2009.

• Cheek DB et al. Hydration in the first 24 h of posnatal life in normal infants


born vaginally or by cesarean section. Early Hum Dev 1982; 7: 323.

• Coulter DM. Posnatal fluid and electrolyte changes and clinical implicatios.
En: Fetal and Neonatal Body Fluids: The Scientific Basis for Clinical Practice.
Brace RA et al (eds.), Ithaca, Perinatology Press, 1989.

• Fanaroff AA, et al. Insensible water loss in low birthweight infants. Pediatrics
1972; 50: 236.

• Friis-Hansen B. Body water compartments in children: changes during


growth and related changes in body composition. Pediatrics 1961;28:169.

• Hey EN, Katz G. Evaporative water loss in the newborn baby. J Physiol,
Londres, 1969, 200: 605.

- 19 -
• MacKnight ADC, Leaf A. Regulation of celullar volume. Physiol Rev 1977, 57:
510.

• MacLaurin JC. Changes in body water distribution during the first two weeks
of life. Arch Dis Child 1966, 41:286.

• Towell ME. Blood volume of the fetus and the newborn infant. En: Perinatal
Medicine: The Basic Science Undrelying Clinical Practice, Goodwin JW, et al.
(eds.), Baltimore, Williams & Wilkins, 1976, pp. 209-222.

• Trachtman H. Cell volume regulation: a review of cerebral adaptive


mechanisms and implications for clinical treatment of osmolal disturbances.
Pediatr Nephol 1991, 5:743.

• Wu PYK et al. Colloid osmotic pressure in newborn infant: Variations in birth


weight, gestational age, total serum solids and mean arterial pressure.
Pediatrics 1981, 68: 814.

• Wright D. Manejo hidroelectrolítico del prematuro muy pequeño. Proneo,


Séptimo ciclo, Módulo 2. Buenos Aires, Editorial Panamericana, 2006, 141.

- 20 -

Potrebbero piacerti anche