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n beso es el acto de presionar los labios contra la superficie de un objeto (generalmente la piel

de otra persona) como una expresión social de afecto, de saludo, de respeto o de amor.1 Los
labios son un foco sensitivo en la estructura de diversos organismos animales, y funcionan
primordialmente como auxiliares en la identificación del entorno, como herramientas de
succión o como auxiliares en la emisión de sonidos. El beso tiene una función social humana
determinante en el proceso de cortejo.

Índice

 1Biología y evolución
 2Significado biológico
o 2.1Fisiología humana
 3Salud
o 3.1Beneficios
o 3.2Riesgos
 4Historia
o 4.1Periodo clásico
o 4.2Edad Media y Renacimiento
o 4.3Siglo XVIII
o 4.4Siglo XIX
o 4.5Siglo XX
o 4.6Siglo XXI
 5Expresión de amor o afecto
o 5.1Significado sexual o romántico
o 5.2Expresión de afecto
 6Ritual
o 6.1Saludo
o 6.2Religión
 7Tipos de beso
o 7.1Estimulación oral
 8Véase también
 9Referencias
 10Enlaces externos

Biología y evolución[editar]

"Beso" entre ejemplares de Agapornis roseicollis y Agapornis fischeri


Contacto de labios entre dos individuos

Significado biológico[editar]
El beso es la contraposición anatómica de dos músculos orbicularis ori, en estado de
contracción.
Distintos comportamientos animales muestran la presencia de la práctica del beso en diversas
especies, entre ellas aves y mamíferos (sobre todo en los primates). Se sugiere que el beso
como elemento cultural en la vida humana surge de un patrón en el comportamiento
instintivo y la función biológica de los labios. Los labios son un foco sensitivo conformado de
varias terminaciones nerviosas que tienen la principal función de transmitir impulsos eléctricos
en el reconocimiento del entorno de algún animal; además tienen la función de la succión y
la emisión de sonidos.2
El "beso" en algunas especies animales se manifiesta con diversos comportamientos sociales
interespecie que aseguran el orden en el grupo animal. Algunos comportamientos como la
alimentación de la pareja en calidad de regalo nupcial (práctica animal en la que la pareja da
comida u objetos a la pareja sexual como cortejo) involucran una práctica sexual relacionada
con la conjunción de las cavidades bucales.3 Otros comportamientos similares incluyen la
premasticación del alimento en algunas especies animales, en la que la cría es incapaz de
consumir alimentos sólidos y depende de la labor materna de la destrucción del alimento y su
traspaso bucal a la boca de la cría. En algunas especies animales
(chimpancés, Agapornis y Gourami besador), la conjunción de labios se usa como medio
de comunicación e identificación, y como signo del orden social en un grupo de individuos.45

Tercera copia de El beso (originalmente titulada Francesca da Rimini), escultura de Auguste Rodin, en
la Ny Carlsberg Glyptotek

Fisiología humana[editar]
El contacto labial involucra la acción nerviosa relacionada con la estimulación erógena en la
que intervienen cinco nervios craneales, utilizados para la identificación y reconocimientos de
los elementos ambientales. Los impulsos eléctricos producidos por la acción neuronal derivan
en sensaciones originadas en los focos táctiles de la piel labial, la zona supralabial y la lengua,
señales decodificadas en el cerebro.6 El contacto labial propicia la estimulación nerviosa y la
respuesta cerebral a la liberación de oxitocina, dopamina y adrenalina en el torrente
sanguíneo, lo que genera una gran cantidad de efectos físicos. La liberación de oxitocina
(hormona relacionada con el amor materno, las contracciones uterinas, el parto y la atracción
sexual) en el torrente sanguíneo origina distintas respuestas físicas, como
la sudoración nerviosa y las respuestas sexuales en la erección del pene y la erección del
clítoris. La dopamina produce la sensación de bienestar. La adrenalina produce una serie de
cambios físicos: cambios en la presión arterial, el nivel de glucosa y el ritmo cardíaco, además
de la sensación de alerta y el tono rojizo en la zona cigomática.7

Salud[editar]
Beneficios[editar]
Como beneficios a la salud del beso se encuentra la liberación
de adrenalina y noradrenalina en el torrente sanguíneo, lo que provoca una serie de cambios
físicos en la acción cardiovascular, aumenta el ritmo del corazón y el bombeo de la sangre. Un
beso puede quemar de dos a tres calorías por minuto. La endorfina liberada en un beso puede
ser más potente a la acción de la morfina, lo que contribuye a nivelar los niveles de estrés y da
una sensación de bienestar.
Otros beneficios del beso incluyen el aumento de los niveles de autoestima, la tonificación de
los músculos faciales, la liberación del anestésico contenido en la saliva, menores niveles
de colesterol en el sistema cardiovascular y el mejoramiento de las funciones metabólicas.8

Riesgos[editar]
Como riesgos a la salud se consideran distintos padecimientos médicos ocasionados por la
transmisión extracorporal de los patógenos contenidos en la saliva humana. Algunas
enfermedades infecciosas representan riesgos a la salud por los virus y otros
microorganismos que se hallan en la saliva. Algunas enfermedades posiblemente transmitidas
por el contacto labial incluyen cualquier tipo de gripe, la mononucleosis infecciosa y el herpes
simple. Las infecciones de transmisión sexual no representan un grado de contagio en el
contacto labial, excepto cuando existe una lesión bucal que propicie el contacto de la piel sin
protección contra los vasos sanguíneos de la piel expuesta.

Historia[editar]
El beso es una práctica natural en diversas especies animales que han desarrollado la
conjunción labial como un método de comunicación entre dos individuos. Un antecedente
evolutivo del beso surge en diversas especies animales de primates, los cuales desarrollaron
el beso como una vía de alimentación en la que la madre premasticaba el alimento para
depositarlo en la boca de la cría, ya que ésta era incapaz de masticar el alimento sólido debido
a la ausencia de piezas dentales.5
Históricamente, el beso entre humanos ha representado un componente en el estudio de los
patrones en las relaciones sexuales de la actualidad. La evidencia más antigua que describe a
la práctica de la conjunción de labios como componente elemental en las relaciones
extrapersonales de carácter sexual se remonta a la cultura India hacia 1500 a. C.Para el tercer
siglo de nuestra era, el Kama Sutra, libro sagrado de Vatsyayana que describe la divinidad
natural del sexo, ya incluía referencias a la práctica del beso como práctica sexual.
Dentro de la cultura en India, ya se registraba al beso en la literatura hacia el
año 1000 a. C. Algunos registros literarios describían personas que juntaban sus labios en
señal de amor, así como es descrito en el poema épico Mahabharata.
El Mahabharata contiene referencias de personas que juntan sus labios en señal de afecto y
es considerado como uno los primeros ejemplos del beso en la literatura.9

Periodo clásico[editar]

El beso de Manuel Crespo Villanueva, conservado en la Biblioteca Museo Víctor Balaguer de Vilanova i
la Geltrú. Beso entre cristiana y musulmán

Diversas civilizaciones del periodo clásico utilizaban el beso como práctica sexual o como
convencionalismo social. En la cultura babilónica, concretamente en el relato
creacionista Enûma Elish, se menciona el beso como una práctica social relacionada con
el saludo, la súplica y el arrepentimiento. En las culturas afroasiáticas se utilizaba el beso
como símbolo de amor o afecto, tal como se enuncia en distintos pasajes bíblicos que relatan
las historias de Jacob y Judas Iscariote.
En la Grecia y la Roma del periodo clásico se expande el significado del beso como una
expresión de amor o afecto debido a la expansión de los imperios a lo largo de Europa y Asia.
En algunos escritos de la época como la Odisea y los escritos de Catulo y Ovidio se hace
referencia al beso como símbolo de afecto, amor o admiración. Los romanos distinguían por lo
común tres clases de besos con estas tres palabras: osculum, basium y suavium. La primera
pertenecía a la etiqueta, la segunda a la amistad y la tercera al amor, como
indica Donatocomentando a Terencio: "Oscula officiorum sunt, basia pudicorum afectuum,
suavia libidinum vel amorum". Se ha perdido la costumbre romana de besarse uno su propia
mano y extenderla después a la persona o estatua a la que se quería honrar o saludar: lo
hacían a las estatuas de dioses y de emperadores y a aquellas personas a las que
respetaban. Asimismo saludaban así los artistas para saludar al público: flautistas, cantores y
mimos lo hacían al presentarse en los teatros, doblando al mismo tiempo la rodilla izquierda al
inclinarse, y en el circo los aurigas se besaban la mano con que llevaban el látigo o incluso el
propio látigo para saludar al pueblo. Cuando dos romanos conocidos se encontraban en la
calle se besaban en la frente y también en la boca; Marcial lamentaba en
sus Epigramas costumbre tan incómoda. Los parientes, aunque de diverso sexo, se besaban
igualmente al encontrarse; y por esto Propercio echaba en cara a su amiga el sin número de
parientes que tendría si atendía a los muchos que la besaban. En el caso de Catulo se hizo
celebérrimo su quinto epigrama:
Vivamos, Lesbia mía, y amémonos. / Que los rumores de los viejos severos / no nos
importen. / El sol puede salir y ponerse: / nosotros, cuando acabe nuestra breve luz, /
dormiremos una noche eterna. / Dame mil besos, después cien, / luego otros mil,
luego otros cien, / después hasta dos mil, después otra vez cien; / luego, cuando
lleguemos a muchos miles, / perderemos la cuenta, no la sabremos nosotros / ni el
envidioso, y así no podrá maldecirnos / al saber el total de nuestros besos.
Pero hay que indicar que los romanos solían besar a los niños y a sus amigos de una
manera particular: cogiéndoles los lóbulos de las orejas; es el llamado "beso del cántaro",
que, según Vicente Joaquín Bastús:
Besaban algunas veces a sus amigos o a sus hijos teniéndolos por las orejas, cuya
manera de besar se llamaba el beso del cántaro, porque se cogía la cabeza del que se
quería besar o abrazar por las orejas del mismo modo que se cogían los cántaros de
dos asas. Teócrito hace mención de ello, y Plauto habla de lo mismo muy a
menudo:Prehende auriculis compara labella cum labellis. Y en otro lugar: Sine te
exorem, sine te prendam auriculis, sine dem suavium. La razón de esta manera de
besar a los niños en particular ha sido demostrada por Clemente de
Alejandría y Plutarco. Nadie ignora que entre los antiguos la oreja era símbolo de la
memoria, y sabemos a más que los romanos tocaban la oreja de aquellos que
llamaban por testigos de algún hecho (V. J. Bastús, Diccionario histórico
enciclopédico, Barcelona: Imp. de Roca, 1833, I, p. 291.)10
El beso también puede ser apreciado en el folclore y la mitología tradicional griega en
relatos como la historia de Pigmalión y Galatea.
Una teoría sobre la expansión cultural en la utilización del beso como práctica sexual
sugiere que el beso es originado en la cultura india y que es importado a territorio
europeo en el periodo clásico por a la invasiones de Alejandro Magno. Se sugiere que
el beso es producto de una combinación cultural entre Grecia e India durante las
campañas militares índicas de Alejandro en el año 326 a. C.9
Algunas tradiciones clásicas incluían el besarse frente a un grupo de personas para
formalizar una unión matrimonial entre dos personas;11 comportamiento que ha sido
modificado a través de los siglos hasta transformarse en el beso utilizado en las
uniones matrimoniales actuales para marcar fidelidad y devoción hacia la pareja. Otro
comportamiento tradicional del periodo clásico es el besar un contrato para señalar
conformidad, derivando en la tradición de "sellar los contratos con un beso" que
perduraría hasta la Edad Media.9
Tod und Frau (La Muerte y Esposa) de Hans Baldung (c. 1520).

Edad Media y Renacimiento[editar]


En la Edad Media, el beso retoma diferentes significados que involucraban el respeto
y la admiración. Los musulmanes besaban en un hombro en señal de respeto, como
en el Cantar de mio Cid hace el moro Abengalbón al encontrarse con Álvar Fáñez:
Cuando llegó Abengalbón donde a ojo lo ha / sonrisándose de la boca íbalo a abraçar;
/ en el hombro lo saluda, ca tal es su usaje (CMC, vv. 1517-1519)
El beso en el hombro musulmán se efectúa aún en la actualidad cuando la
persona objeto del mismo es de alta dignidad o, por ejemplo, un miembro de la
familia real saudí, y es una costumbre que demuestra el respeto que se tiene por
esa persona. Los cristianos, por el contrario, besaban por respeto o saludo a
personas de estamento social distinguido (nobles o eclesiásticos) en la mano, en
los pies, en los cordones del hábito o incluso en las joyas que llevaban, práctica
utilizada antiguamente para dirigirse a los miembros de la realeza y
la aristocracia. Señala esta costumbre la ley V, tít. 25, p. 4 del rey Alfonso X el
Sabio en Castilla. Con un beso en la mano se reconocía además
el vasallaje feudal (Cantar de mio Cid, 2092-2093). En la lengua medieval, "dar
paz" a alguien era también besarlo en el rostro en señal de saludo y de amistad, y
solía hacerse en un momento de la liturgia de la misacristiana. En esa época se
usaban también los besos como un compromiso legal en el que la persona
analfabeta trazaba una "X" y la besaba para marcar su compromiso ante un
contrato, lo que originó el significado de "X" como un beso. Con la dominación
del Cristianismo en Europa feudal, se anula la práctica del beso erótico.
El Beso Robado de Jean-Honoré Fragonard (siglo XVIII).

Apreciado en distintas corrientes artísticas desde


la corriente barroca y humanista, el beso resurge como un componente en la
expresión artística (principalmente pintura y literatura), atribuyéndole la
concepción clásica del beso como una práctica romántica con poderes mágicos.
Algunos ejemplos del beso "mágico" en el arte medieval y renacentista incluyen la
literatura de William Shakespeare y las pinturas de Hans Baldung, las cuales
normalmente hacían referencia a la divinidad y a la percepción medieval de
la brujería y el pecado.

Siglo XVIII[editar]
Las corrientes artísticas del siglo XVIII se ajustaron a un modelo que dejaba atrás
el tradicionalismo de las corriente barroca y que se ajustaba a la propia expresión
del autor. Como una identidad artística cortesana, surge la corriente artística
del Rococó durante la primera mitad del siglo XVIII. El Rococó recopilaba un
sentido estético refinado que frecuentemente involucraba aspectos exóticos,
eróticos, sensuales y sexuales. El beso es claramente ilustrado en la pintura de la
época, la cual solía tener una temática amorosa o sensual relacionada con el
amor de una pareja o el amor materno. Un claro ejemplo son las pinturas
sensuales de Jean-Honoré Fragonard.1213
En el periodo de la Revolución Industrial se globaliza la idea del beso como
símbolo de cortesía y es cuando retoma su papel como un elemento en la
estimulación sexual y como símbolo del amor entre dos personas.14 A pesar de su
resurgimiento como práctica sexual, el beso sólo se renovó como una práctica
propia de la intimidad de una pareja, que únicamente representaba una práctica
privada que era ofensiva o escandalosa si era demostrada en público. La práctica
del beso fue mesurada por las estipulaciones de la sociedad convencional y
su código social de etiqueta.9
Promocional de la opéra-comique Carmen(1896).

Siglo XIX[editar]
En el siglo XIX prospera la corriente artística del Romanticismo, corriente
caracterizada por la expresión de los sentimientos del autor de la obra
(frecuentemente sentimientos de amor). La explotación del beso en el
Romanticismo fue frecuente debido a que el beso dejó de representar una
"práctica privada" y pasó a convertirse en un elemento estético.15 El beso retoma
un carácter "mágico" originado de la percepción clásica y la percepción medieval,
ejemplos plasmados en la readaptación de los hermanos Grimm de
diversos cuentos de hadas y la literatura infantil del folklore medieval, en los que
se refiere al beso como una práctica mágica. Un claro ejemplo es La Bella
Durmiente en el que el beso es una fórmula mágica para romper un hechizo de
sueño eterno.16
En otras manifestaciones artísticas como la pintura y la escultura, se plasma el
beso como un elemento clave de la pintura que expresaba sentimientos de amor.
Las obras más significativas del beso como elemento en la pintura romántica
son Romeo y Julieta (1884) de Frank Dicksee y El Beso (1870) de Francesco
Hayez. Ambas representaciones muestran una figura masculina y una figura
femenina compartiendo un beso y son unas de las obras más significativas de la
corriente romántica. En la escultura se identifican las obras llamadas El
Beso de Auguste Rodin.
El beso y su naturalidad en el arte romántico derivo en la percepción artística del
beso como una práctica social casi divina, mágica e inigualable que representa lo
más puro y perfecto del amor en las relaciones humanas. Este nuevo
pensamiento social originó que el beso fuese aceptado como una práctica común
entre las personas para representar el amor, aunque continuó siendo socialmente
inceptado hasta la primera mitad del siglo XX. Con la nueva aceptación social, el
beso comienza a ser utilizado como un elemento dramático de carácter erótico,
prinicipalmente identificado en el teatro de variedades de finales del siglo XIX.
Portada del pulp First Love (1953).

Siglo XX[editar]
Véase también: Revolución sexual

El siglo XX estuvo marcado por la sexualización de los medios durante las


primeras décadas del siglo. Como un factor determinante en la globalización y
publicación del beso, se encuentra la introducción de los temas lascivos en los
medios masivos de la cultura popular. Así se comenzó a utilizar al beso como un
elemento lascivo en la publicación de distintas artes como la literatura, la pintura,
el drama y el cine, todos ellos enfocados al consumo y gusto popular. La
sexualización de los medios comienza concretamente en la década de los veinte y
derivó en una producción masiva de medios enfocados al carácter erótico, los
cuales normalmente no eran regidos por ninguna norma de censura y se vendían
debido a sus temas lascivos y de ficción de explotación que formaban parte del
gusto popular. Un claro ejemplo de la falta de parámetros de censura en los
medios populares fueron las películas cautionary del periodo Pre-code, en donde
era apreciable la expresión sexual, la temática erótica, el beso como práctica
erótica y el semidesnudo.17

Eva Marie Saint y Marlon Brandoen On the Waterfront (1954).

La naturalidad del beso en los medios masivos provocó una aceptación social que
rompió con la práctica del beso "íntimo" o el beso inapropiado de siglos
anteriores. Pronto, los medios fueron inundados de las representaciones del beso
para simbolizar el amor entre dos personas, efecto apreciado principalmente en el
cine. El beso en el cine surge con los primeros enfoques del cine en las últimas
décadas del siglo XIX, apreciado en las primeras obras del cine como The
Kiss (1896). Con el establecimiento del cine, el beso se estandarizó para dar a
entender al espectador el amor de una persona en ausencia de diálogos. Entre la
década de los 10 y los 30, el beso entre pareja simbolizó un elemento importante
en el cine romántico, elemento esencial para dar a entender el tipo de relación
amorosa que existía entre los personajes dentro del argumento de la película.
A partir de la década de los 60 (con las revoluciones sexuales) se comienza a
establecer el beso como algo natural al comportamiento del hombre y su práctica
comienza a ser casi pública. Es en la década de los 90 cuando el beso deja de
representar ofensas a la moral y se convierte en un acto común y públicamente
aceptado.18

Fotografía protesta de la campaña NOH8, tomada por James Cummings (2009).

Siglo XXI[editar]
En el siglo XXI la sexualización de los medios ya forma parte de la cultura
popular, por lo que el beso en el siglo XXI únicamente representa una práctica
sexual de poco significado erótico dentro de los medios masivos, es decir, un
beso es una práctica sexual ligera comparada con otro tipo de material erótico
contenido en diversos medios de distribución masiva.
Desde el siglo XVIII, el beso se convierte en un método de protesta o revolución
social, pero no es hasta el siglo XXI cuando se reafirma como un elemento en
protestas que buscan la libertad o equidad sexual, como suelen ser utilizados en
las protestas sobre la aceptación legal o social del LGBT.9 Otro significado
popular del beso es el simple entretenimiento, como lo es en el Día Internacional
del Beso, en donde se reúnen personas en distintas localizaciones para recrear
un beso masivo simultáneo.
En el siglo XXI se establecen distintos récords que superaron la duración más
extensa de un beso entre dos personas en 1998 por Mark y Roberta Griswold con
una duración total de 29 horas. En el año de 2010, una
pareja homosexual estadounidense formada por Matty Daley y Bobby Canciello
intentaron un beso de protesta a favor del LGBT que duró un total de 33 horas. Un
año después, en 2011, fueron vencidos por una
pareja heterosexual tailandesa formada por Akekachai y Raksana Tiranarat que
registró un beso de 46 horas. En 2012, una pareja homosexual tailandesa
formada por Nontawat Jaroengsornsinpose y Thanakorn Sittiamthong, rompe el
récord de 2011 y logra una duración de 50 horas, convirtiéndose en el beso más
largo de la actualidad.19 A partir del siglo XXI se comienzan a estudiar los efectos
del beso, es decir, se comienza a utilizar al beso como objeto de estudio. Una de
las estudiosas del beso más reconocidas en la actualidad es Sheril Kirshenbaum.
b

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