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Materia: Instrumentos 1

Ficha: 6749 (Unidad 1) Marin

Consideraciones metodológicas básicas para conducir


investigaciones psicológicas en América Latina
Este manuscrito sugiere que las investigaciones en las ciencias de la conducta que se llevan a cabo en América
Latina, deben conducirse teniendo en cuenta la necesidad de evitar la falsa suposición de que los métodos y las
ideas desarrolladas en una cultura son igualmente válidos en otra. Se proponen tres áreas de especial cuidado: 1)
una comprensión apropiada de las diferencias entre émico y ético, es decir la diferenciación entre lo universal y
aplicacable a todas las culturas (ético) y lo que refleja las peculiaridades de un grupo cultural (émico); 2) el
descubrimiento de las equivalencias apropiadas: conceptuales (donde las ideas o constructos tienen el mismo
significado en las diversas culturas), lingüístico (donde las palabras tienen el mismo significado connotativo y
denotativo) y métrico; 3) el control de las variables relacionadas con la cultura subjetiva del individuo que
pueden afectar los patrones de respuestas así como su validez.

El psicólogo interesado en comparaciones trasculturales tiene que enfrentarse a dos consideraciones


metodologías de especial importancia cuando se investigan factores que afectan la conducta humana: a) la
distinción entre émico y ético; b) el establecimiento de equivalencias. A estos se puede sumar un tercer punto,
que seria el control del efecto de la cultura en las variables dependientes.

La distinción entre lo émico y lo ético


La necesidad de distinguir entre conceptos con características pan culturales (éticos) o aquellos con
características especificas de un grupo cultural (émicos) debe ser una preocupación de todo científico de la
conducta. Lo que se espera es que el investigador esté consiente de la utilidad diferencial de ciertos constructos
o ideas cuando éstos se importan de otras culturas.
Esta distinción entre conceptos, constructos, ideas o instrumentos universales y los específicos, no implica un
juicio valorativo, pues los unos y los otros son igual de importantes. Lo que se propone es que la utilidad
(validez) del concepto o instrumento está limitada por el grado de universalidad del mismo.
A nivel conceptual la distinción entre lo émico y lo ético implica que si hemos de utilizar un constructo
debemos de antemano cerciorarnos de que tiene el mismo significado en la nueva cultura que en aquella donde
surgió originalmente.
Metodológicamente, esta distinción es importante porque al conducir estudios con instrumentos émicos que se
consideran éticos se obtienen resultados que se prestan a la explicación alternativa de instrumentación
diferencial, ya que una misma pregunta o un instrumento dado puede tener significados diferentes para los
sujetos estadounidenses en quienes primero se utilizó y para los latinoamericanos que se quieren estudiar
posteriormente.
Este problema no se centra solo en test o instrumentación verbal, en pruebas proyectivas también dependen
del lenguaje para su administración e interpretación y por lo tanto son sujetos a variaciones culturales. Además,
gráficos o diseños pueden tener significados culturales específicos.
El procedimiento para generar constructos émicos es mas complicado y demorado que la simple importación
de los mismos, pero el resultado es ciertamente mas deseable y necesario.

Identificación de equivalencias
Al conducir una investigación en las ciencias de la conducta, suponemos que nuestros estímulos o nuestros
instrumentos son idénticos para todos los participantes en la investigación. Mientras que esta suposición es fácil
de mantener cuando utilizamos conceptos, instrumentos y procedimientos émicos o éticos, el uso de estos
mismos pero con características pseudoéticas causa un problema serio de análisis debido a las múltiples
interpretaciones de los datos a que se prestan.
Este problema de la equivalencia se presenta a tres niveles: conceptual, lingüístico y métrico.
A nivel conceptual, se requiere que el constructo a estudiar tenga significados equivalentes en las dos culturas.
Las implicancias practicas de esta preocupación son muy sencillas: antes de utilizar un test, un instrumento de
medición, o un procedimiento terapéutico o de investigación se requiere que se establezca la equivalencia
conceptual del mismo. Se necesita establecer que cada ítem mida el constructo del caso dentro de la cultura en
la cual se ha de utilizar.
La segunda preocupación relacionada con este tema de las equivalencias se refiere a la necesidad de establecer
equivalencias lingüísticas. El área de la traducción de instrumentos se halla bastante adelantada y existen en este
momento una serie de metodologías y de formas de análisis de la traducción.
La tercera preocupación relacionada con el tema de la equivalencia se centra en la necesidad de establecer
equivalencias métricas, es decir, cerciorarse de que las calificaciones que los sujetos obtienen en nuestros tests o
instrumentos sean válidas, confiables y ciertamente que equivalgan a la medición del constructo al mismo nivel
que otra persona que tomo la misma prueba. Si esta equivalencia no ocurre, es desde luego imposible comparar
los resultados.

El efecto de la cultura subjetiva en las variables dependientes


La preocupación en este caso es conocer de que manera las características de la cultura latinoamericana han
de afectar la forma en que los individuos responden a los instrumentos y procedimientos de una investigación.
Las respuestas que obtengamos a nuestras entrevistas, encuestas o test, pueden estar influidas por estos
principios culturales que forman parte integral de la cultura subjetiva del latinoamericano. Por ejemplo, es fácil
suponer que un entrevistador que no se ajuste a los patrones culturales de simpatía y que no le permita al
entrevistado mantener un cierto sentido de dignidad persona, obtendrá respuestas de muy poca validez.
En USA y en otros países anglosajones, este problema se controla o se analiza a través de instrumentos
especialmente diseñados para este propósito. La traducción y adaptación de éstos para su uso en Latinoamérica
trae una serie de dificultades en particular el problema de la equivalencia conceptual.
Otro tema relacionado al anterior es el de la aquiescencia o la tendencia a estar de acuerdo con un ítem o con
una pregunta independientemente de lo que el sujeto piense o haya sido su comportamiento en el pasado. Los
latinoamericanos tenemos un alto nivel de aquiescencia.

Conclusiones
La psicología, como las otras ciencias sociales y del comportamiento, no puede existir ni se ha desarrollado en
un vació cultural, y como tal refleja los valores y las tradiciones de las culturas de donde surgió. La tarea a la
que nos abocamos los que nos preocupamos por estas consideraciones, es la identificación de qué es universal y
qué parroquial. Al pensar en la investigación psicológica en Latinoamérica o en otro país tercermundista, es
necesario colocar bajo microscopio cultural los principios y los métodos que se quieran utilizar para cerciorarse
de que éstos sean culturalmente apropiados, y prevenir de esa manera la perdida de esfuerzos valiosos y la
producción de información errónea basada en proposiciones falsas. Estas consideraciones obligan a tener en
cuenta las características etnoculturales del investigador, del teórico, y del sujeto o paciente al diseñar estudios
de la conducta humana. Ello implica entonces poner en duda la universalidad de ciertos constructos, la
aplicabilidad de ciertos instrumentos y la validez de ciertas aproximaciones metodologías. Esto no implica, sin
embargo, un relativismo absurdo, sino mas bien un sano escepticismo.

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