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 LA ENFERMERA SIN ROSTRO DE EL CENTRO

Unos dicen que Nancy llegó de Cali Col, otros que de Texas USA, pocos días después de inaugurado el hospital de El
Centro y desde aquel día se dedicó a aliviar el dolor de los pacientes. No importaba que fuera dolor de quemadura, de
fractura, de apendicitis, de carbunco o de parto, este siempre cedía el paso a una sonrisa al ver tanta dulzura convertida
en enfermera. Ni siquiera los neonatos tenían que llorar con las inyecciones de tan suaves manos.

Ella misma afirmaba que la providencia siempre la guiaba hacia el sitio donde urgía su presencia, por eso podía ser tan
oportuna. Nancy muchas veces se bajaba del vehículo en las carreteras frente a una vivienda para pedir agua o con
cualquier otro pretexto y justo allí una parturienta, un cortado, un fracturado o alguien requería urgentemente su
atención. En fin, por aquel entonces, en el hospital de El Centro y en las veredas aledañas, los enfermos conocieron la
dulzura de la enfermera Nancy y su cariño de amiga para tratar a pacientes y dolientes.

Sin embargo, un día la fatalidad apareció para interrumpir aquella vida de lucha contra el dolor, apenas a los veintitrés
años de edad, cuando, por culpa de un conductor embriagado que la arrolló, la joven enfermera quedó como víctima fatal
en un lado de la carretera entre el campamento donde vivía y el hospital.

Aquel día de nubes negras para El Centro y de llanto para sus habitantes, Nancy cambió su papel de apaciguadora del
dolor por el de su víctima. Con mucha tristeza, quienes la vieron allí destrozada y amontonada en una cuneta de la
carretera, informaron que su agraciado rostro quedó totalmente desfigurado al impactar contra el duro recebo. Dicen que
sólo pudo emitir un desgarrador ¡aaai mi maaadre..! con el que entregó su vida y expulsó de su cuerpo mucho mas dolor
que el mitigado a sus pacientes.

Pero, al parecer, allí había terminado apenas la primera etapa de la misión de Nancy contra el dolor en este mundo,
porque después de tan absurdo accidente, de día o de noche, en el hospital empezó a observarse la presencia de una
agraciada enfermera, también con su impecable vestido blanco, su toca en la cabeza, su dispensario en las manos,
caminando apresurada por los pasillos y entrando a las piezas de los enfermos. En ocasiones hasta los atiende y charla
con ellos.

Cuentan los conductores de Ecopetrol que transitan las carreteras de El Centro, que bajo el ardiente sol o bajo la
torrencial lluvia, encuentran a aquella enfermera, con su paraguas abierto, al lado de la vía, pidiendo cola como Nancy lo
hacia en vida. Cuando el vehículo se detiene, se acerca, saluda y pregunta si la pueden acercar al hospital o a alguna
vereda. Después de la aceptación del conductor, abre la puerta y toma asiento en la cabina calladamente. El personal en
el hospital escucha su voz en el parqueadero despidiéndose del conductor. Luego se la ve caminando debajo del bosque
de bambúes que rodea el entorno, recorre los jardines exteriores, llega hasta la puerta de personal y se dirige al
vestíbulo.

En otras ocasiones, hace señas a los conductores de la empresa que salen del pueblo, ruega que la acerquen a la
entrada de tal o cual vereda. Allá, en las veredas, los campesinos la ven acercarse a sus viviendas, con el botiquín en las
manos, saluda y pregunta: ¿cómo se encuentra el enfermo? Luego de escuchar las respuestas, pide permiso para pasar
a atender el paciente. Cuentan que les aplica inyecciones, les cura las heridas y realiza cualquier actividad competente a
la misión de una enfermera; hasta hace las recomendaciones del caso antes de despedirse. Al marcharse no permite que
nadie la acompañe, se la ve retirarse lentamente por el camino y tras algún recodo desaparece misteriosamente. Por su
parte, explican los enfermos que, luego de recibir sus aliviantes atenciones, la ven ausentarse levitando a poca altura del
suelo; dicen observarla alejándose, después de cierta distancia su figura se va tornando transparente hasta desaparecer
como si se ocultara en el aire lentamente. Sólo que ninguno ha podido describir su rostro, porque cuando se le mira
fijamente la cara no más se observa una especie de sombra traslúcida, desforme e indefinible.

Otra versión cuenta que Nancy dominaba perfectamente el español y el inglés, era muy bella, amigable y servicial; por
eso un día cuando regresaba del hospital a los campamentos, en el trayecto que solía recorrer a pie, un malvado
conductor de taxi la recogió con el pretexto de que fuera a atender un herido en una vereda; pero ya solos la violó, la
asesinó, le quemó el rostro para que no la reconocieran, la enterró donde no se encontrara su cadáver y desapareció de
la región. Eso porque se le aparece y asusta preferiblemente a los conductores.

Eso sí, para todos los que ha atendido, sea criolla o extranjera, la misteriosa enfermera de El Centro es la servicial Nancy
continuando su misión contra el dolor en este mundo; ahora mandada desde el hospital principal del cielo, porque irradia
la misma dulzura a los pacientes, es tan oportuna como eficaz y, sobre todo, porque, al mirarla fijamente a la cara, no se
le ve rostro.
Reflexión: La dulzura alivia siempre cualquier dolor
 EL SOMBRERON
Cuenta la gente de Barranca Grande, específicamente los ancianos de la comunidad,
de que por las noches dentro de las 11 de la noche, a las 2 de la mañana un sujeto
conocido como “el Sombreron” se aparecía ante las personas que estaban en las
calles o cualquier otro lugar, cuando este sujeto iba a aparecerse, primero se
mostraba un perro demasiado grande para ser normal, el animal era de color negro
muy oscuro y de ojos rojos, pero de pronto aparecía el sombreron el cual era un
hombre pequeño y su altura estaba dentro de 40 a 60cm; cuando las personas lo
veían se quedaban como paralizados, los ancianos y la población asegura de que
los pesa (acción de inmovilizar a un humano)a las personas para llevarlas o robarles
la vida ahí; pero cuando eran más de 3 personas estos tenían más movilidad, pero el
miedo era aterrador el tener en frente a un ser totalmente extra normal, aunque para
los borrachos solo se trataba de una burla y se reían de el sombreron. Según cuentan
algunas personas cuando caminaba el sombreron se escuchaba como el sonido de
unos casquillos de venado, es decir sonaba como una persona grandísima con botas
de cuero como marchando, su presencia era y es casi imposible de evadirlo.

 LA LLORONA
La llorona desde el principio era una mujer muy hermosa quién se enamoró de un
hombre pero el hombre la desprecio por tener un hijo y ella por complacer al hombre
mató a su hijo ahogándolo en un rio; luego llegó a la casa del hombre y le dijo que
había matado a su hijo y que ya podían estar juntos, luego el hombre reaccionó y le
dijo que la odiaba aún más por haberle rebatado la vida a su hijo y entonces salió de
la casa del hombre y ella sola se arrebató la vida, luego para poder entrar al cielo
DIOS le dijo ve a buscar a tu hijo y hasta que lo encuentres podrás entrar a mi reino.
Dicen los pobladores que es una mujer que se aparece por las noches y siempre está
llorando y gritando “Hay mis hijos” recorriendo las calles de la comunidad flotando
muy despacio, con la cabeza agachada y su cabello y velo cubriendo todo su rostro,
siempre esta vestida de blanco; quienes la han visto de lejos dicen que es muy
hermosa pero cuando se acercan se ve a la llorona como una deforme, está pesa
(dejar inmóvil) a los hombres.
Una vez en el lugar conocido como EL MALANGAL iba un hombre medio borracho
para arriba como ahí hay un pequeño rio y muchas piedras medianas por el STAN, a
este sujeto para no decir su identidad, lo llamaremos Gutiérrez cuando el pasaba por
ahí, sintió una presencia y voltio a ver y vio a una mujer muy hermosa, vestida de
blanco con un cuerpazo Gutiérrez dijo Wooohoo Miss Universo; esta intento pesarla y
él fue atraído per se dio cuenta a tiempo y como rayo se echó a correr para su casa.
 LA PIEDRA MÁGICA

Anteriormente cuando la población prácticamente era menor y las casas


estaban muy alejadas, no se tenía ni como comunicarse, según información
casi no conocida por la comunidad indican de que en esta aldea había una
piedra/roca grande que tenía un hueco (cueva), donde las personas que la
conocían se iban a meter a esa cueva la cual estaba ubicada en donde hoy
en día se encuentra la casa de Don Antonio Pérez y está por arte de magia
los trasladaba en cuestión de segundos a otros lugares, según ellos por
medio del pensamiento se imaginaban el lugar donde querían llegar y ahí
aparecían, lo hacían más comúnmente hacia Coatepeque por las ventas de
los productos; Yo creo que el mismo diablo solo aparentaba el lugar al que
ellos querían llegar, ya que el diablo es el más perfecto leedor de labios.

 JUAN –NO-

Es un ser diabólico como lo califican muchos pobladores, algunas de sus


características son las siguientes, dicen que es un hombre de una estatura
mediana/normal de 1:70m. Cuentan que este sujeto siempre va por las calles o
veredas de la comunidad, pero más donde están algunos ríos; la mayoría de las veces
va montado sobre un caballo negro que tiene un resplandor y lleva una silla de
montura que pareciera ser de oro brillante siempre lleva un sombrero negro que
también pareciese dar un resplandor blanco, lleva con él una cadena la cual va
arrastrado sobre las calles y produce un sonido irritante.
Algunas personas que han podido verlo aseguran de que su único propósito es hacer
pactos con el mal (diablo), algunos rumores de quienes lo hicieron y lo hacen apuntan
que es por dinero; este les da mucho dinero pero a cambio deben entregarle la vida de
algunos de sus hijos. Esta clase de pactos siempre son sellados con sangre y en la
mala hora (11pm-2am.). Nunca hace pactos si nos es una vida humana.

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