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Brígida y el recorrido por su vida en El árbol de María Luisa Bombal

El árbol, publicado en 1939, es un cuento de la escritora chilena María Luisa Bombal; se trata
de una historia intensa y cargada de simbolismos que nos conduce por la vida de resignación de una
mujer, Brígida, que desahoga frustraciones en un árbol, cuya repentina tala se refleja en la toma de
conciencia del personaje sobre su existencia.

“...a ella nunca le importó ser tonta ni «planchar» en los bailes” (p.21) ,así transcurre la vida de
Brígida, hundida en la monotonía y la ignorancia, lo que le ha permitido reaccionar con resignación a
las circunstancias de una vida llena de desprecios. Su esposo, Luis, de ser la única persona que parecía
entenderla, se convierte en un desaire nuevo cargado de sonrisas falsas y condescendencia con las que
ella tiene que lidiar, “Por eso se había casado con él. Porque al lado de aquel hombre […] no se sentía
culpable de ser tal cual era […] comprende que no se había casado por amor”(p.21), así, Brígida
emprende una lucha por hallar la ya lejana comprensión que había encontrado en su esposo.

Brígida camina con un estandarte de ignorancia, sin embargo, consideramos que se trata de un
personaje con una fuerte conciencia sobre sí misma, resguardada en lo más profundo de su ser, y que
no haría brotar sino hasta el momento donde un hecho insospechado, acabaría con su único aliado.
Algo sucedía con nuestro personaje, que cuando entraba a su resplandeciente cuarto de vestir, sentía
que lo malo se iba, “Es el árbol pegado a la ventana del cuarto de vestir. Le bastaba entrar para que
sintiese circular en ella una gran sensación bienhechora”(p.23), es así cómo el árbol se convierte en su
aliado, en un ente que representa la empatía que tanta falta le había hecho; el árbol está ahí para
“dialogar” con ella y opacar sus tristezas.

El árbol tiene un contexto espacial y temporal característico. En una sala de conciertos, la


música de Mozart, Beethoven y Chopin conducen a Brígida -como en un sueño- por distintos
momentos de su vida: Mozart la lleva por su infancia llena de abandono, que “alivia” con el
matrimonio con el único hombre que la había comprendido. Beethoven la encamina por su juventud,
principalmente su matrimonio desdichado con Luis y la felicidad que opaca sus sufrimientos gracias al
árbol. Finalmente, Chopin representa el punto más importante de la narración, pues es en esta
interpretación donde el fin de su matrimonio, por decisión propia, se empareja con el corte del árbol.
Cuando el sitio donde vertía todas sus decepciones es derrumbado, Brígida toma conciencia de sí
misma y de sus necesidades ocultas bajo el manto de la resignación y decide borrar de tajo -así como
cayó el árbol- aquello que la aquejaba y la oscurecía.

Referencia:

* Bombal, M. (2001). El árbol. Sur, (60): 20-30. Recuperado el 11 de octubre de 2018, de


http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-69906.html

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