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EMILIO LOSPITAO
simbólico
de la
Biblia
El mundo simbólico
Por mundo simbólico se quiere significar la compleja estructura
del lenguaje que codifica la experiencia social, aquello que reco-
ge las pautas del quehacer cotidiano, organiza el mundo de los
significados en un tejido filosófico, articula las múltiples facetas
de la experiencia cultural y lo expresa a través del lenguaje escri-
to, oral o artístico. Pues bien, junto al rico género literario bíbli-
co referido más arriba, se halla inmerso otro lenguaje que tiene
que ver con el mundo simbólico que ofrecía la cosmología y la
cosmogonía de la época de los hagiógrafos, los escritores de los
libros de la Biblia.
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Los judíos no solían llevar a cabo observaciones siste- La astronomía: un poco de historia
máticas de los cuerpos celestes, en parte debido a que El imperio romano, aparte de las técnicas de construc-
el culto a los astros había invadido Palestina, y el ries- ción y de producción bélica e hidráulica, contribuyó
go de ceder a sus seducciones (en aquella época la as- muy poco a la ciencia de la astronomía. El saber grie-
tronomía era inseparable de la astrología, y ésta de la go anterior quedó en la sombra durante siglos, práctica-
idolatría). No obstante, la visión cosmológica y cosmo- mente hasta el siglo XII, cuando se nota un renacimien-
gónica del mundo que tenían los escritores de la Biblia to de las ideas por la influencia árabe en el Occidente
eran exactamente iguales de las de sus coetáneos. To- latino. Uno de los problemas por lo que la astronomía
dos los libros de la Biblia se escribieron en el lapso de anterior no había calado convenientemente es porque
tiempo que va desde el siglo XIII-XII a.C. (los prime- no había conexión entre ella y la vida cotidiana. La reli-
ros escritos-fuentes del Pentateuco) hasta finales del si- gión, por el contrario, daba respuestas a todo y estas
glo I d.C. (los últimos libros del Nuevo Testamento). respuestas eran más útiles.
Los hagiógrafos escribieron y se expresaron desde
aquel mismo mundo simbólico. Es a este mundo simbó- San Ambrosio (340-397), uno de los cuatro padres de
lico al que nos referiremos en este cuaderno. Nuestro la Iglesia latina, por ejemplo, decía: “Discutir sobre la
propósito es contrastar los conceptos cosmológicos y naturaleza y la forma de la Tierra no nos ayuda en nues-
cosmogónicos que tenían los hagiógrafos con los con- tra esperanza de la vida por venir”. Y Agustín de Hipo-
ceptos que nos ofrece la ciencia moderna sobre la es- na (354-430) afirmaba: “Aún más peligrosa tentación
tructura y la fisonomía de nuestro Universo. Para esta que la de la carne es la enfermedad de la curiosidad,
exposición recurriremos ineludiblemente a los conoci- que nos lleva a desentrañar los secretos que están por
mientos más elementales de la astronomía moderna, encima de nosotros, que no pueden servirnos para na-
los cuales eran desconocidos en el periodo hagiográfi- da, y que los hombres buscan sólo por el placer de co-
co. Los conceptos cosmológicos más importantes del nocerlos...”. No obstante, Agustín no trató la ciencia
mundo simbólico de la Biblia son: a) La Tierra plana griega con desprecio, como hicieron algunos predece-
(con sus tres planos cosmogónicos); b) El sistema geo- sores suyo. Aun cuando los Padres de la Iglesia, en ge-
céntrico; y c) El concepto Arriba/Abajo por el efecto neral, no siguieron la ciencia de los griegos, tampoco
de la fuerza de la gravedad de la Tierra. desarrollaron un sistema que pudiera sustituirla.
ii
Cosmas indicopleustes, marino griego que se hizo dividida en cinco zonas, de las que solo las dos zonas
monje, sobre el 550 escribió un libro llamado “Topo- templadas son habitables, y sólo la del hemisferio Nor-
grafía cristiana”. En él afirma que la Tierra es plana, y te está habitada. Alrededor de la Tierra se encuentra
desacredita la enseñanza “pagana” de una Tierra esféri- los siete cielos: el aire, el éter, el Olimpo, el espacio íg-
ca. Se cuestiona el monje cómo una Tierra esférica en neo, el firmamento con los cuerpos celestes, el cielo de
el centro del Universo podría haber emergido de las los ángeles y el cielo de la Trinidad. El mundo material
aguas el tercer día de la Creación, o cómo se podía ha- está formado por los elementos tierra, agua, aire y fue-
ber hundido a causa del diluvio en los días de Noé. La go, siguiendo la tradición de los griegos. Afirmaba que
Tierra, decía, era plana y estaba rodeada de agua por el firmamento de las estrellas giraba alrededor de la
todas partes. Tierra.
Otra aportación curiosa del siglo VII es la de un geó- No fue hasta el siglo IX que la idea de la Tierra esféri-
grafo anónimo que concebía el mundo lindando al Oes- ca y el sistema geocéntrico tomó arraigo para explicar
te por el océano, y al Este por un desierto ilimitado. Ha- los movimientos planetarios. En el siglo XII se recibió
cia el Oeste, más allá del océano, había montañas enor- por primera vez la física de Aristóteles y la astronomía
mes, puestas allí por Dios para formar una pantalla por de Ptolomeo, aunque al principio la reacción de la Igle-
detrás de la cual se pueden ocultar el Sol y la Luna. La sia fue hostil, e incluso apareció en 1209 en París
idea de la esfericidad de la Tierra seguía siendo una (Francia) un decreto de amenaza de excomunión para
abominación para muchos clérigos intelectuales de la todos aquellos que leyeran esos escritos. En el siglo si-
época, y aunque algunos la admitían, no se atrevían a guiente, no obstante, era aceptado en todo el Occidente
aceptar la posibilidad de que hubiera habitantes en el latino. Un pensador de interés de esta época fue Roger
otro extremo de la esfera. Bacon (1214-1294), filósofo, científico y teólogo esco-
lástico inglés, quien abogaba por la necesidad de la ex-
Otro personaje de interés fue el monje conocido como perimentación y del razonamiento matemático en las
Beda el Venerable (672-735). El Universo de Beda es- cuestiones científicas. Sus ideas sobre el Universo son
tá ordenado mediante causas y efectos identificables. las de Ptolomeo. Bacon sostenía que la Tierra era un
Su cielo es esférico, y la Tierra, esférica y estática, está punto insignificante en el centro de un vasto cielo, y ba-
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sándose en el astrónomo árabe Al-Fargani (805-880), te a la cosmología pre-científica, que es la que encon-
uno de los astrónomos persas más célebres del siglo tramos en la Biblia.
IX, afirma que incluso la estrella más pequeña era ma-
yor que la Tierra. Otra novedad de este siglo fue la de
Pietro d´Abano (1250-1316), médico, astrólogo y filó-
sofo italiano, quien sugiere que las estrellas no están
ancladas a una esfera, sino que se mueven con libertad
por el espacio.
iv
Capítulo 1
En el
principio...
6
Capítulo 2
Luego dijo
Dios...
8
Capítulo 3
Cosmogonía
I
LA TIERRA PLANA
El mundo antiguo creía que la Tierra era plana. Aun
cuando hacían grandes desplazamientos de un lugar a
otro, no eran conscientes de la esfericidad de la Tierra.
Fue en el siglo III aC cuando Aristóteles, filósofo y físi-
co griego, argumentó la posible esfericidad de nuestro
planeta. Lo que significa que el común de los mortales
creía que la Tierra era una superficie circular y plana,
aunque montañosa. El razonamiento inductivo del filó-
sofo contrastaba con el deductivo del vulgo. Tal fue la
influencia de la argumentación de Aristóteles, que en
el siglo II dC otro científico, y viajero, Claudio Ptolo-
meo, cartografió el mundo hasta entonces conocido
(Europa, Asia y África) partiendo de la teoría aristotéli-
ca de una Tierra esférica. Pero no fue hasta el año
1519 que se comprobó empíricamente la redondez de
nuestro planeta, mediante el viaje marítimo que hicie-
ron Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano. An-
terior a este viaje, en el año 1492, Cristóbal Colón
(que creía en una Tierra esférica), emprendió el viaje
que concluyó con el descubrimiento del “Nuevo Mun-
do” (el continente americano, aunque creyó haber lle-
gado a la India). El concepto que los hagiógrafos te-
nían de la forma de la Tierra era el mismo que tenían
sus coetáneos. Todo el lenguaje bíblico se orienta hacia
ese mismo mundo simbólico de una Tierra plana.
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Capítulo 4
Cosmogonía
II
2. En segundo lugar, el profeta concibe la Tierra como un escabel donde Dios, que
3. “Pusiste la Tierra sobre sus ba- está sentado en su trono celestial, posa sus pies. La imagen es sumamente antropo-
ses para que ya nunca se mueva de mórfica: se figura a Dios como un gigante sentado en un trono situado “en el cie-
su lugar” (Sal 104, 5). lo” que posa sus pies sobre la superficie de la Tierra “como” su estrado.
5-6. Tanto en el relato del sueño que interpreta Daniel, como en el relato de Mateo
5. “Crecía el árbol, y se hacía fuer-
(tentación de Jesús), se fundamentan sobre el concepto de una Tierra plana: en am-
te, y su copa llegaba hasta el cielo,
y se le alcanzaba a ver desde todos
bos está presente el factor “altura”. Es precisamente la altura que tiene el árbol lo
los confines de la tierra” (Daniel
que “permite” que sea contemplado desde “todos” los confi-
4:11). nes de la tierra, y es la altura del monte lo que permite mos-
trarle todos los reinos del mundo.
6. “Otra vez le llevó el diablo a un En una Tierra esférica, por mucho que nos elevemos, nunca
monte muy alto, y le mostró todos podríamos ver lo que hay en las antípodas (el otro lado del
los reinos del mundo” (Mateo 4:8). globo terráqueo), ni podríamos ser visto por éstos (Imagen iz-
quierda).
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Capítulo 5
Cosmogonía
III
EL MUNDO SIMBÓLICO DE LA
COSMOGONÍA DE LA TIERRA PLANA
Los hagiógrafos, como sus coetáneos, además
de creer que la Tierra era plana, concebían la
cosmogonía del mundo en tres planos inter-
puestos (Imagen derecha): a) Un plano repre-
sentado por la superficie terrestre, que era el
hábitat donde residían los seres vivos con sus
faunas, el reino vegetal y el ser humano como
la corona de la creación; b) Un plano supe-
rior, “el Cielo”, donde “estaba” Dios y todos
los seres espirituales: ángeles, arcángeles...
(cf. Job 1-2), y donde se ubicaba también el
Paraíso celeste; y c) Un plano inferior, en las
profundidades de la tierra, donde estaba el
Seol o Hades, el lugar de los muertos (cf. Sal.
49:14; 86:13) y donde se ubicaba también el
Infierno.
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1. “Como la nube se desvanece y 1. Para el autor del libro de Job, el Seol se encuentra “abajo”. Se “desciende” pa-
se va, así el que desciende al ra ir a aquel lugar, y se “sube” para salir de allí.
Seol no subirá” (Job 7:9).
2. Para el autor del libro de Eclesiastés, igual que para el de Job, existía un pla-
2. “¿Quién sabe que el espíritu no superior, donde se pensaba que iba el espíritu de los seres humanos después
de los hijos de los hombres sube de la muerte, y un plano inferior, donde se concebía que iba el espíritu de los
arriba, y que el espíritu del ani- animales. Aun cuando el texto de Eclesiastés tiene como contexto la apología
mal desciende abajo a la tierra?” de su autor, el lenguaje se corresponde con el mundo simbólico de su tiempo.
(Eclesiastés 3:21).
3. En la parábola del rico y Lázaro, Jesús usa los
3. “Y en el Hades alzó sus
términos propios del mundo simbólico de su épo-
ojos...” (Lucas 16:23).
ca: Estando el rico en el Hades (plano inferior),
“alzó” sus ojos... y vio de lejos a Abraham (pla-
no superior). No es necesario decir que es una
parábola, y que los detalles de las parábolas re-
sultan muchas veces paradójicos; no se pueden
interpretar literalmente. No obstante, el vocabu-
lario de la parábola parte del mundo simbólico
de los planos cosmogónicos de la época, el plano inferior (lugar de los muertos)
contrario al superior (lugar donde se supone que está el Paraíso celeste).
4. “Conozco a un hombre en Cris- 4. El apóstol Pablo relata su experiencia extática desde esta misma idea cosmo-
to, que hace catorce años... fue gónica. Se refiere al plano superior, pero de diferentes categorías: “el tercer cie-
arrebatado hasta el tercer cielo” lo”. Cualquiera que sea la explicación que demos a este “tercer cielo”, la peor
(2 Cor. 12:2). será aquella que intente ubicar dicho cielo en algún lugar físico concreto del
Cosmos. ¡Solo se trata de un lenguaje simbólico para referirse a lo trascendente,
de lo cual no sabemos absolutamente nada!
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Capítulo 6
Sistema
geocéntrico
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1. “Nace el sol por un 1-2. Tanto el salmista como el autor del libro de Eclesiastés exponen sus razonamientos desde
lado del cielo, y avan- una perspectiva geocéntrica. Es decir, la Biblia enseña el geocentrismo por la sencilla razón
za por su circuito has-
ta llegar al otro, sin
de que este sistema era el que percibían sus escritores, y es así como lo percibimos nosotros
que nada escape de su también. El concepto lingüístico de la frase “sale el sol”, deviene de esa “percepción”: nos pa-
calor” (Sal 19:6). rece que el sol “sale” (por el horizonte). El sistema que el observador terrestre percibe es geo-
céntrico, por eso pareció inaudita la afirmación copernicana de un sistema heliocéntrico.
2. “Sale el sol, y se La complicación mayor radica en los textos de los libros de Isaías y de Josué:
oculta, y vuelve pron-
to a su lugar para vol-
ver a salir” (Eclesias-
3. En el texto de Isaías, desde el punto de vista del sistema geocéntrico, el retroceso de diez
tés 1:5). grados en la sombra en un reloj de sol significaría, primero, que el Sol se habría detenido; se-
gundo, habría recorrido hacia atrás lo que corresponde a diez grados y, tercero, continuar de
nuevo su curso. Desde un punto de vista heliocéntrico significaría, primero, que la Tierra de-
3. “He aquí yo haré tuvo su giro sobre sí misma; segundo, giró luego en sentido contrario lo que corresponde a
volver la sombra por diez grados; y, tercero, inició de nuevo su giro normal.
los grados que ha des-
cendido con el sol, en 4. En el texto de Josué, desde el punto de vista geocéntrico, significaría que el Sol se detuvo
el reloj de Acaz, diez
grados atrás. Y volvió durante el tiempo que el texto indica (“casi un día entero”). Desde el punto de vista heliocén-
el sol diez grados trico, habría sido la Tierra la que detuvo su rotación sobre sí misma durante ese tiempo.
atrás...” (Is 38:7-8).
En ambos casos implica la detención, el retroceso y la reanudación del movi-
miento de rotación de la Tierra.
4. “Sol, detente en Ga-
baón; Y tú, luna, en el ¿Se puede imaginar el lector las consecuencias físicas y cósmicas que hubie-
valle de Ajalón. Y el
sol se detuvo y la lu- ran tenido lugar con la detención, el retroceso e iniciar de nuevo el movimien-
na se paró...” (Josué to de rotación de la Tierra, tanto en el caso del texto de Isaías como en el texto
10:12-13). de Josué, teniendo en cuenta las leyes de Newton y de Kepler?
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Capítulo 7
¿Un Dios
supermán?
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Capítulo 8
Las leyes
gravitacionales
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LAS LEYES DE NEWTON
* Segunda ley: La fuerza que actua sobre un cuer- Ilustración 3: A la fuerza que eleva a
po es directamente proporcional a su aceleración la rana en el aire, la acompaña una
(Ilustración 2). reacción igual y opuesta que empuja
hacia atrás la hoja de nenúfar.
* Tercera ley: Cuando un cuerpo ejerce una fuer-
za sobre otro, éste ejerce sobre el primero una
fuerza igual y de sentido opuesto (Ilustración 3).
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Capítulo 9
Los
movimientos
de la Tierra
Los movimientos de la Tierra se definen con
referencia al Sol
Los movimientos de la Tierra se definen con referencia al Sol y son los si-
guientes: rotación, traslación, precesión y nutación.
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Capítulo 10
Las
Constelaciones
Y EL MOVIMIENTO DE TRASLACIÓN
Los datos astronómicos más antiguos que poseemos datan del año 1.800 aC, de la re-
gión de Mesopotamia. Para aquellos antiguos observadores, las constelaciones eran
grupos de estrellas unidas esquemáticamente de manera que formaran un dibujo.
En cualquier caso, desde la Tierra solo podemos observar las constelaciones –duran-
te la noche– que están en un sector del cielo. Vamos observando, consecutivamente,
las demás constelaciones a la vez que pasan los meses, es decir, a la vez que la Tie-
rra se “mueve” alrededor del Sol. Si la Tierra no girara alrededor del Sol, estaríamos
viendo siempre las mismas constelaciones celestes.
Para ver todas las constelaciones, con la Tierra inmóvil como centro del Universo,
tendría que moverse todo el cosmos visible solidariamente alrededor de la Tierra. Pe-
ro esta teoría crearía muchos y serios problemas. Hasta ahora, y desde Galileo Gali-
lei, el heliocentrismo es el sistema que explica los fenómenos del sistema solar en el
que vivimos y la observación de las constelaciones durante el curso de un año.
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Capítulo 11
"Arriba",
"Abajo"
Cuando leemos el texto de Pablo que dice: “Porque el Señor mismo... descenderá del
cielo...”(1 Tes. 4:16), la pregunta inmediata es: ¿desde qué dirección del cielo vendrá Je-
sús, hacia qué lugar de la Tierra se dirigirá, y quiénes serán los privilegiados que le ve-
rán llegar?
Las direcciones hacia donde puede ser dirigido un objeto espacial desde el centro teóri-
co de la Tierra son infinitas, como infinitos son los puntos desde donde puede venir un
objeto cósmico que tenga como destino la Tierra.
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Capítulo 12
El universo
que
conocemos
NUESTRO SISTEMA SOLAR EN LA GALAXIA
El Telescopio espacial Hubble (denominado así en honor del astrónomo Ed-
win Hubble) orbita en el exterior de la atmósfera alrededor de la Tierra a 593
km sobre el nivel del mar, con un período orbital entre 96 y 97 minutos. Fue
puesto en órbita el 24 de abril de 1990 en la misión STS-31 como un proyec-
to conjunto de la NASA y de la Agencia Espacial Europea inaugurando el pro-
grama de Grandes Observatorios. La ventaja de disponer de un telescopio
más allá de la atmósfera radica, principalmente, en que además de no verse
afectado por los factores meteorológicos, elimina los efectos de la turbulencia
atmosférica, consiguiendo así imágenes de gran calidad.
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Capítulo 13
La Vía láctea
NUESTRA GALAXIA
La fotografía superior es una recreación de la Vía Láctea. Para poder foto-
grafiar la Vía Láctea deberíamos observarla desde el exterior con un telesco-
pio como el Hubble. Nuestro Sol (que es la estrella que forma nuestro siste-
ma solar) aparecería dentro de la Galaxia como uno de los millones de pun-
tos luminosos.
Durante la noche podemos ver una parte de la Vía Láctea como una borrosa
banda de luz blanca alrededor de toda la esfera celeste. El fenómeno visual
de la Vía Láctea se debe a estrellas y otros materiales que se hallan sobre el
plano de la galaxia, como el gas interestelar. La Vía Láctea aparece más bri-
llante en la dirección de la constelación de Sagitario, hacia el centro de la ga-
laxia.
La fotografía del centro es una recreación de nuestro Sistema Solar (para fo-
tografiar nuestro sistema solar en su conjunto deberíamos hacerlo desde fue-
ra de él). Aun así, salvo el Sol, que se vería como un punto luminoso inapre-
ciable en el espacio, los planetas apenas serían perceptibles. Sin embargo la
recreación mantiene una escala aproximada del tamaño de los planetas. El
señalado con la flecha es nuestro planeta Tierra con la Luna detrás (también
recreación).
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Capítulo 14
Conclusión
Los conocimientos científicos que hoy tenemos sobre mogónicos. Este era el mundo simbólico desde el cual
la astronomía y el Universo son matemáticamente irre- sus coetáneos también se expresaron. No se conocía
vocables. El Sol no se mueve dentro del sistema que le otro. Pero estaban equivocados. Los hagiógrafos tam-
da nombre. Los planetas que forman este sistema giran bién estaban equivocados.
elípticamente alrededor del Sol. Los científicos Jo-
hannes Kepler e Isaac Newton no crearon ni implanta- Que esto sea así, significa que no podemos leer e inter-
ron las leyes que rigen los astros y el Universo, simple- pretar literalmente los textos que hacen referencia a es-
mente las descubrieron y las desarrollaron. Estas leyes, tos tópicos, dándoles un valor historicista y científico.
que son exactas, nos sirven para diseñar, calcular y con- Los hagiógrafos escribieron desde sus conceptos perso-
trolar los proyectos espaciales dentro del sistema solar nales, como las demás personas de su época. Dios no
(naves enviadas a la Luna y a Marte). Desde el punto les reveló información científica tal como hoy entende-
de vista de estas leyes, podemos decir que el Universo mos las disciplinas de la Ciencia moderna. No obstan-
funciona como un reloj, si una pieza se para, se para to- te, esto no significa que la Escritura esté en un error,
da la maquinaria del reloj. Es decir, según las leyes porque el concepto “error” es un valor específico de la
que rigen el Universo, todo está interactuando sobre to- Ciencia moderna. Los conceptos que tenían los hagió-
do. Por ello, interpretar literalmente el relato bíblico grafos, y sus coetáneos, de lo “histórico”, lo “verdade-
tal como que el Sol “se paró”, para el propósito que di- ro”... en el siglo VIII aC, no eran los mismos que para
ce, es de una desproporción abismal, teniendo en cuen- los escritores del siglo XXI, cuya fidelidad en las noti-
ta las consecuencias físicas y cósmicas que ello conlle- cias y los datos necesitan ser contrastados científica-
van. Existe otra manera de interpretar dichos textos. mente.
Dios es Todopoderoso, pero no un exhibicionista.
Los relatos de la Escritura, en general, como los rela-
Los conceptos mediante los cuales los hagiógrafos ha- tos profanos de su misma época, siguen un género lite-
blaron de los elementos del Cosmos: los astros, el Sol, rario rico y variado donde lo realmente importante no
la Luna, las estrellas, etc. se corresponden con el mun- es la veracidad histórica del relato en sí, y mucho me-
do simbólico que hemos descrito en este cuaderno: la nos con algún valor científico tal como entendemos la
Tierra plana, el sistema Geocéntrico y los planos Cos- ciencia desde el siglo XVI, sino el aspecto pedagógico
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y, sobre todo, religioso del enunciado. Las historias, El material del presente cuaderno, a pesar de su simpli-
unas más legendarias y míticas que otras, están conta- cidad, quiere aportar una guía en la hermenéutica bíbli-
das –y luego escritas y reeditadas–, para dar sentido y ca. Está dirigido a los maestros (catequistas) encarga-
cohesión a la identidad y el devenir histórico y religio- dos de enseñar especialmente a los adolescentes en las
so del pueblo israelita. Esto no significa que la Escritu- iglesias. Y de paso a los líderes de cuyas enseñanzas
ra no tenga nada “histórico” –pues se fundamenta en desde el púlpito depende el crecimiento intelectual,
sucesos de la Historia–, sino que esa “historia”, en la exegético y teológico de la comunidad. De esta madu-
mayoría de los casos, es transmitida a través del géne- rez teológico-intelectual dependerá, y mucho, su testi-
ro mítico, legendario y simbólico. No aplicar este as- monio cristiano en nuestra sociedad moderna. Pero so-
pecto hermenéutico en la exégesis de la Escritura, bre todo, la credibilidad de las “buenas nuevas” que se
cuando corresponda, es perder la perspectiva global predica cuando los oyentes sean personas ilustradas.
geopolítica-histórica-religiosa desde la cual están escri- En algunos casos, los receptores pueden ser personas
tos sus libros. ingenuas y con escasa cultura; pero el maestro cristia-
no debe estar ahí para ilustrarles, para hacerles autóno-
El objetivo ulterior de toda la literatura bíblica, que sir- mos, y para que el testimonio de su fe no sea un obstá-
ve de hilo conductor a todos sus enunciados –cualquie- culo al Evangelio.
ra que sea su estilo y género literario–, apunta siempre
a lo Trascendente, a Dios. Un Dios, ciertamente, antro- Primavera de 2013
pomorfizado: razona, siente, se enfada, reprende, per- El autor
dona, castiga... como nosotros los humanos. A veces in-
cluso se manifiesta a través de personas humanoides
(teofanías). Desde la fe, creemos que Dios se ha mani-
festado a la Humanidad a través de los sucesos de la
Historia. El papel de los hagiógrafos fue interpretar
esos sucesos y remitirlos al Inefable, al Trascendente,
a Dios. Es decir, el antropomorfismo no sólo era inevi-
table, sino necesario.
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Bibliografía:
–Historias del Universo, Telmo Fdez. Castro, (Espasa).
–Astronomía fundamental, Vicent J. Martínez Pérez, Ed.
UNIVERSITAT DE VALENCIA
–ECEWIKI - Enciclopedia Católica Online.
–Biografías y Vidas: http://www.biografiasyvidas.com/
–La Biblia RVR 1960
–Wikipedia.
–Fotos: Internet
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