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Introduction to Neuropsychology
SECOND EDITION
J. GRAHAM BEAUMONT
Introducción a la Neuropsicología
Prefrontal:
Nivel terciario del control motor
Adaptabilidad del modelo de respuesta
Programación y planificación de las secuencias conductuales
Nivel de emisión de respuesta
Control verbal
Resolución de problemas
Movimientos oculares voluntarios
Criterio perceptual
Memoria y atención
Área de Broca:
Discurso expresivo
Corteza orbital:
Personalidad
Comportamiento social
Aunque no tengamos espacio para poder tratarlos ahora, existe una gran cantidad de
literatura sobre la investigación de los efectos de las lesiones en el lóbulo frontal en animales.
La evidencia que esto provee es extensa y compleja, y aunque las dificultades que se
presentaron para generalizar los resultados desde simios a humanos, se puede decir que los
resultados fueron sorprendentemente parecidos. Algunas complicaciones encontradas en
animales grandes no tienen un paralelismo claro en humanos pero hay discrepancias
fundamentales.
Con referencia a lo sugerido acerca de que los lóbulos frontales son en cierta medida
especiales en los humanos, ni la evidencia de los estudios en animales (cuando son
comparados con datos clínicos de humanos) ni la evidencia de los pacientes con daño cerebral
apoyan esta conclusión. Todavía podemos considerar que los lóbulos frontales realizan
algunas de las tareas más intelectuales de los humanos, pero no existe una discontinuidad
básica entre estas habilidades en humanos y aquellas en animales grandes.
¿Es posible considerar que los sistemas neuropsicológicos generales podrían ser responsables
de las dificultades encontradas en los lóbulos frontales? A pesar de los últimos avances, la
respuesta por el momento es no, lo que debería sorprendernos un poco debido a la extensión
del tejido de la corteza frontal. La teoría de descarga corolaria de Teubner tiene un poco pero
no todo el poder explicativo. Luria (1973) sugiere que las tres funciones fundamentales de los
lóbulos frontales son la regulación de los procesos de activación, la ejecución de procesos
conductuales programados verbalmente, y el comportamiento de resolución de problemas.
Esta explicación también es incompleta y no puede ser apoyada detalladamente con evidencia
científica. La teoría general de que los lóbulos frontales operan mediante la realización de la
estructura temporal del comportamiento (Fuster, 1980) ya no es satisfactoria. Las más
últimas teorías de Shallice y Burgess, Stuss, Rolls, y Damassio que se trataron anteriormente
aportaron ideas útiles y formas nuevas de conceptualizar la contribución de los lóbulos
frontales pero todavía no tuvieron éxito como para proveer un modelo integrado de funciones
frontales.
Los lóbulos frontales están involucrados en tantas funciones y todavía no estamos en la etapa
donde los sistemas neuropsicológicos pueden resumirse explícitamente. Ni tampoco los
neuropsicólogos están seguros de estar buscando una sola teoría del funcionamiento del
lóbulo frontal, ni que el modelo ideal relacionaría funciones generales con áreas más limitadas
dentro de los lóbulos frontales. La descripción de los lóbulos frontales (y de todos los lóbulos)
es, en cualquier caso, una idea bastante artificial y puede ser totalmente irrazonable mantener
la ambición de una descripción simple de sus funciones.
Podemos concluir que los lóbulos frontales cumplen un rol más amplio en los niveles altos del
control motor y en la planificación y ejecución controlada de los actos motores y las
habilidades. También contribuyen al comportamiento general de resolución de problemas, y
el control del movimiento ocular es un aspecto importante de este cumplimiento. Asociado
con estas funciones, en la corteza prefrontal se llevan a cabo habilidades verbales específicas,
algunas funciones sensoriales y algunos aspectos limitados de la memoria. Las regiones
frontales también están involucradas en el control de la atención, y en la motivación y la
regulación del comportamiento en general. Las lesiones, especialmente en la corteza orbital,
pueden llevar a cambios en la personalidad y el comportamiento social.
A principios del siglo XX, Hughlings Jackson describió al lóbulo frontal como el área de la
corteza “menos organizada”; siempre fue la menos comprendida y permanece como la más
desafiante para los neuropsicólogos.
Visual:
Función visual terciaria (circunvolución temporal inferior media)
Percepción de rostros (circunvolución temporal inferior derecha)
Lenguaje:
Recepción y comprensión del discurso y la escritura (circunvolución temporal superior
izquierda y uniones occipitales, parietales y temporales)
Atención:
Integración intermodal
Memoria:
Síndrome de amnesia (lóbulo temporal mesial bilateral)
Memoria verbal a largo plazo (lóbulo temporal izquierdo)
Memoria espacial a largo plazo (lóbulo temporal derecho)
Aprendizaje asociativo emparejado (lóbulo temporal anterior)
Personalidad:
Percepción experimental (lóbulo temporal anterior)
Comportamiento sexual (anterior, especialmente bilateral)
Anterior:
Percepciones somatosensoriales
Percepción táctil
Sentido del cuerpo
Reconocimiento de objetos visuales
Posterior:
Lenguaje
Recepción del lenguaje hablado
Lectura
Orientación espacial y atención
Seguimiento de rutas
Distinción izquierda/derecha
Síntesis simbólica
Cálculos
Movimiento intencional
Habilidad para edificar
Dibujo
Destreza intermodal visual/táctil para formar pares
Memoria auditiva a corto plazo